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[BL TEATRO DE BAUDELAIRE EF inter dl teatro baudelairiano! no estriba en su tnntenido ctamético, sino en su condicion vleidosa: es = decir, queen este cazo la funcion del eitico no consste fen abordar ests esbozos para obtener de ellos la ims: | en de un teatro consumado, sino, por el contrario, en | etecar en elos Ia vocacin de su fracaso, Seria ind =y probablemente cruel para la memoria de Baudeki fe imaginar el teatro que estos géemenes hubiesen CConocenos de Bani custo proyctoe tats. Bl primero. Ids (o Men a web eb lana Bow extn ca 1349 (cusndo Baden tent vents 200), hesaboraci on es ron. Lo tres projets esate son Dries LaF de Don ua no esque unio deagunen Wee args du 1 Housed es une pci de dre isi: neal queria ear a esceaecas de un io dee do, Welling de Cds, dvd ene a less de a ‘omy so etsosno pore Emperador lvoe bade Fasano de eton gions ea hstora de un rien: un obo, omeco y fle, mata + ne mujer arjindola un pono ae = fone Sewloune ol dram bia desc e ssc nd three cl pn dea Fl oe Maye Vi de Psa. Los po pcos tel deEaudelaie sehanpubeado ena econ Ci ec ented Ps, yon ns are colts Bandai, en Eb cu Meer Live oto dl gue pocde ea peentacion Heston Nome Lp. ‘podido producir; nolo es interrogars acerca de los mo- tivos que retuveron a Baudelaire en ese estado de crea- Gi6n imperfecta, tan alejado de la estética de las Flores del Mal. Hoy sabemos bien, gracias a Sartre, que 9 todo escrito, incluso lo que tiene el caricter de no con- sumado, es una eleccion,y que haber imaginado un ta tro sin llegar a escibirlo es para Baudelaire una forma Significativa de su destino. Para comprender el teatro baudelariano es preciso tener en cuenta una nocién lade a teatralidad. Qué es 1a fguraidad? Es el teatro sin el. texto, es un espesor de signos y sensaciones que se edificaen la escena a partir. del argumento escrito, esa especie de percepeign ecu ménica de los artifcios sensuales, gests, tonos,distan- clas, sustancias, luces, que sumerge el texto bajo la ple= nited desu lenguaje exterior Naturalmente, la teatral dad debe estar presente desde el primer sermen escrito de una obra, es un factor de ceacion, no de realizaion, No existe gran teatro sin una teatralidad devoradora, en Esquilo, en Shakespeare, en Brecht el fexto escrito seve arrastrado anticipadamente por Ia exteroridad de los tuerpes, d ls abjetos, dela stuaciones la palabra s¢ nnvierteenseguida en sustncis, Por el contrario hay Algo que sma inmedhatamente la atencin en los tres guiones de Baudelere que conocemos (concede poco ‘crédito a [deolus, obra apenas baudelaiiana) el hecho de que los guiones sean puramente narratives, con una, ‘eatralidad, incluso viral, mu debi 'No hay que dejarse engafar por algunas acotaciones ingenuas de Baudelaire, tales como: «puesta en esena muy activa agitada, una gran pompa militar, ecorados de efecto postic, estatuafantistia,tajesvariados de Jos pueblo, ete. Esta preocupacidn por lo exterior, ma- rifestada exporidicamente, como un remordimiento apresurado, no representa ninguna teatralidad profun- | da. Muy alcontrato, es la generaidad misma de la im- presién basdelsriana la que es ajena al teatro Baude~ " lare, aqui como en otros passes, es demasiado inteli- gente, mismo sustituye anticipadament el objeto por su concept, eb merendero de Lvragne, por la idea, la tméslera del merendero, la materialidad de las ban- deras de 0s uniformes, por el concepto puro de pom- | pa militar, Paradojicamente, nada mis revelador de la + impotence para el teatro que ese carter total, y como roménticoexstico al menos, de la vision. Cada vez que Baudelaire aude ala puesta en escen, ingenuamente la te con oj de espectador, es decir, realizada, esta, ‘ompletamente limpia, dispuesta como un plato bien preparado,y presentando una mentira lisa que ha ten fo tiempo de hacer desaparecer las huellas des ati tio. El acoir de crimens, necesario por ejemplo en el limo acto de LIvrogne, es una verdad de eric, no de dramaturg. En su primer movimiento, la puesta en es "cena slo puede basarse en la plualidad y la teralidad de los objets. Baudelaire solo concibe las cosas del ta tro como scompanadas de su dob sueno, como dots- das de una espiritualidad sufcientemente vapoross como pact unficarlas mejor y mejor alejarlas. Ahora > bien, nada mis contrario a la dramaturgia que el sueto, ys que los germenes del verdadero teatro son siempre movimients clementales de aprehensién o de aleja- Imiento: lo super ral de los objetos de teatro es de 0 den sensorial, no onirio. [No es pues cuando habla de puesta en escena cuan- do Pauesire se halla mis cerca de un teatro concreto, “En 4h lo ave pertenecea un eatralidad auténtca s-e ‘mento mismo, podramos deci dela “corporeidad-turbsdora del actor, Baudelaire propone “eau que e papel del hijo de Don Juan sea interpretado = por una muchacha alli que el héroeestérodeado de be- ‘as mujeres, todas encargadas de una funcién domést ‘€4 en otro lugar que la esposs del borracho presente en sur cuerpo mismo esa apariencia de modestsy de fragi- Tidad, que atrae la violacion y el asesinato. Porque para Baudelire, el actor tiene que prostituise (+En un es pectéculo, en un baile, cada cual goza de todos): su ve- ‘ustidad no es pues senta como un earicterepiséico {decorative (contrariamente ala puesta en escena vagi- ‘ada, alos movimiento de gitanos, o al atmesfera de los merenderos), es necesaria al teatro como manifesta- cién de una categorta primera del universo baudelairia no: la artifical. El cuerpo del actor es artificial, pero su duplicidad «x profunde de un modo muy distinto al de los decora- dos pintados o de ls flsos mucbles del teatro; el ma~ ‘uilae, la adopcin de los gestoso de las entonaciones, Ia isponibilidad de un cuerpo expuesto todo eso er tificial, pero no ftici,y al enlaza con ese lgeroexce so, de Sabor exquisto,esencal, con el que Baudelaire defnis el poder de los paraisos artifciales el ator leva en af la uliraprecisin misma de un mundo excesivo, como ef del hachs, en el que nada es inventado, pero en el que todo existe con una intensidad multplicada {Asi podemos adivinar que Baudelaire poseia el agudo tentido de ls teatralidad mas secret y también mis turbadora, la que sitia al actor en el centro del prodi gio teatral y consttuye el teatro como el lugar de una ulraencarnacion, en la que el cuerpo es doble, a ver ‘verpo viviente procedente de una naturaleza trivial, y ‘cuerpo enfitco, slemne, helado por su funcién de ob jet artical Solo que de esta poderosa teatalidad, no hay més qu rastos en los proyectos de Baudelaire, mientras ae flare abundantemente en el resto de Is obra baudel siana.Parece como si Baudelaire hubiese puesto teatro de teatro. Por otra parte, es un hecho general de crea tn que esta especie de desarrollo marginal de los ee Ientos de un gener, teatro, novela o poesia, se dé en el imerior de obras que nominalmente no estin hechas para reir: por ejemplo, en Franca se ha hecho tea tro histérico en toda su literatura excepto en la escena 1a teatralidad de Baudelaire esté animada de la misma " fnrza de buidar aparece all donde no sel espera; en rimer lugar y sobre todo en Los periss arifiiales tn ellos Batdelaire describe una transmuracion senso tial que es de la misma naturaleza que la percepcin {eatrl, puesto que, tanto en un caso como en otro, la realidad queda afectada por un énfasis agudo y ligero {que es el mismo de una idealidad de las cosas. Luego, en 8 poesia, al menos alli donde los objetos son unidos por el poetzen una especie de percepcin radiante de tmateris, acumulados, ondensidos como sobre una es- ‘ena, encensidos de colors, de lees y de dsfaces,t ‘ados aqui allt por la graia de lo artificial; en todas las descripciones de cuadros, finalmente, puesto que ‘aqui el gust de un espacio profundizado y esabilizado por el gestoteocritico del pintor se stisface del mismo mado que en cl teatro (a la inversa, los «cuadros» Aabundan en guién del Marquis du” Howzands, que parece todo extraido de Gros o de Delacroix, al igual fue La fn ce Don Juan 0 Llvrogne parecen proceder de fun primer impulso podtico, més que de un impulso propiaments tata. ‘Ast la teatralidad de Baudlaire huye de su teatro ‘para extenderse por el resto de su obra Por un proceso fimerso, pero igualmente revelador, clementos_ proce: dentes de érdenes extradramticos auyen 2_es0s pro: ects ieatales, como s exe teatro ve empeBara en des = truirse por an doble movimiento de huida v de envene- © aumento. Apenas concebido, el guién baudelariano, smente de Is categorlas novelesca: La finde Don Juan al menos el fragmento inicial que ha Tegado hasta nosotros, termina curiesamente con un pastiche de Stendhal; Don Juan habla més 0 menos fomo Mosca: en las pocas palabras que Don Juan eam: bia con a criado rena un aire general que es el del did logo de novela, en el que la palabra de los personajes, por diecta que sea, conserva exe preciosa colorido cla fo y transparente, esa traneparencia pulida con la que sabemos que Baudelaire revestia todos los objetos de su creacion. Sin duda agut se trata sélo de un esquema, Baudelaire tal eu hubiera dado a su didlogo esa literal dad absoluta que es el estatuto fundamental del lengue je de teatro. Per se analiza aqui la vocacion de un fra cas, yno la virtualidad de un proyecto: es snifcativo aque en el estado naciente, esta sombra de guidn tenga el ‘mismo color que una literatura esrita, helada por a gina, sin garganta y sin wsceras. ‘Cada vez que se indica el tiempo o e lugar, vemos {que se demuestra el misme horeor pore teatro, al me ‘os por el teatro tal com pola imaginarseen la época de Baudelaire: el acto, la escena, son unidades en ls que Baudelaire se embrolla ensegua, que desborda sin c= sary cuyo dominio aplaza siempre para més tarde: tan pronto piensa que el acto es demasiado corto, como de tasiado largos aqui (Marquis du 1° Howzards, acto TI] sitda un salto hacia atrés, que sdlo hoy el cine podria, realza; ll (La fir de Dor Juan), el lugares ambulante, paso intensible de la ciudad al campo, como en el ta fro abstracto (Fausto); de un moda general, en st get ‘men mismo, st (eto stall, seater, como vn ele mento quimico ma fiado, se divide en scuadros» (en el fentido picterico del srmino) 0 en relatos Lo que ocu: fe es que, contrariamente a todo auténtico hombre de s teatro, Baudelire jmagina ung historia completamente ® parrada, en ver de partir dela ercena;genéticamente, el fen foro a un hecho iniil, que siempre es del orden dei gosto (lturgia en Fsquilo, squemas de actores en ‘Moller; aqutel teatro est visiblemente pensado como © fan avatar puramente formal, impuesto posteriori aun principio ereador de orden simbolico (Marquis du I © Houzards) 0 eistencal (Dvogne). «Confieso que nun- ‘1 he pensado en la puesta en escena», dice Baudelaire fen un momen dado; ingenuidad imposible en el me~ thor de los deamaturgos, Fllo no quiere decir que los guiones de Baudelaire sean totalmente ajenos a una esttica de la representa dn; pero en a misma medida en que pertenecen 2 un ‘orden en resumidas cuentas novelesco, no es el teatro, sino el cine el ae podria prolongarlos mejor, ya que el tine rocede dela novela, y no del teatro. Los lugares ftinerantes, os elah back, el exotismo de las euadros, = la desproporciin temporal de los episodios, en una pa Inbra, ese tormtento de desplegar la narracion de que da = muestras el prteatro de Baudelaire, es algo que, en dl “imo téemino, podria fecundar un cine rigurosamente | puro, Desde ete punto de vst, Le Marquis du 1° Howe _ ards s un guién muy completa: en este drama, todo, = hrasta los actores, coincide con la ipologia clisica de las | funcions deine. Prgue ag el air roeedente de “ran personaie de novela; y no de un sueno corpéreo {como ain esl caso dl hijo de Don Juan, interpret do por una mujer, o de la esposa del Borracho, objeto dle sadismo), para existir no necesita para nada la pro- ~fundidad de beseena: forma parte de_una tipologia _ sentimental 0 socal, pero en modo alguno morfoldsi- "Gx: es puro signo narrativa, como en ja novela y come ‘ent cine aut queda ues de popament ara eno ro © joc de Boule! Naar eet precamete aro euro acto arcs como ola simple inten Sion decir un da algunos umas able estado Bovdghire y I hubia dpensado de marr eos Proyectos de un sstaniaproplamente testa een Tin rs dea obras po aga en lo nos a= fares ens cue hub pod ese plenamente Fergus ene ter cone que Bruder pretend co pect por un sun Speirs pesallon ago ts inads pare hci uc inmedaaente: Cte tied ceta pociidd (orprendents en rain ton danismo buaiiano, prada sblemen teen ls sues placer de am, a maginacn sodgonzaes de fs cuaros expecta una bts inal emperor pstndo evita topes, bale de merencre un campament de giao ssi te complend), oda una eta del impresionabil dd we, deja de sus motos drumtcn 0336 prefreasun formals delat concise Bis lets mds halgadoes pars la senablidad peg: Aoburgus ‘Plantcindose as lear, Baudet slop po- erated l brig delet; como si ompren dior atic sobuano amentzado por el cater {olen dela st oot le dea cen, ee Gi eta ens erature solar, en su pow, tnuton 5s Sones yen et esto imaginaio oedS Sis posi dl actor woiptundad supa 44 pin por ls ments (fo eat} de una pct en wcena pandlocene Ee testo ti ere de un valde desgaradra ena mdi mi Ter en que ev conducta prs, mutiada como ol trent de tds pond poeen © iti Sarin ce too dsl gue hebiese pod ust carla, dlimitando crudamente esa zona en la que Bau- © declare se consrula de proyecto en proyecto, de facaso en fracas, hata edificar ese puro aesinato dela Ltera- “ture, del que sbemos, desde Mallarmé, que es el tor- mento y Ia jusifcacion del escritor moderno. Debido ptes 2 que e teatro, abandonado por una ‘eatralidad que busca refugio en cualquier otra parte, ealizaentoncss perfectamente na natualeza social vl 21, Baudelie lo eligo por unos momentos como lugar ‘pominal de una veleidady como signo de lo que hoy s¢ Samaria un ergagemet. Por medio de este gesto puro {puro porque ese gsto solo transmit su intencién,y ese teatro no vive mis que en estado de proyecto), Baude Iaire se vincule de nuevo, pero esta vez en el plano de a | ereacion, a est sociabildad que fina postular y hur, se “gn la dialéctica de una eleccion que Sartre ha analizado je un modo decsivo, Hacerle un drama a Holstein, ldi- = rector dela Gaité, era una gestin tan tranquilzadora ‘como halagara Sainte-Beuve intigar para ingresaren a ‘Academia 0 eerat Ia Legion de Honor Estes el motivo de que esos proyectos de teatro nos impresionsn profundamente: en Baudelaire forman | parte de exe vasto fondo negativo del que surge final- mente el logre de las Fores del Mal, como un acto que “ya no debe nada al don, es deci, a literatura, Fueron, | necesarios el general Aupick, Ancelle, Taéophile Gau- “ter, Sainte-Beave, la Academia, a cruz yes teatro seu = ‘o-odéonien, das sus concesiones, por otra parte mal- | itas, para que Ia obra consumada de Baudelaire fuera tsa elecion responsable que hizo, para terminar, de su "vida un gran destino, Aprecariamos muy poco Las Fl 7s del Masi no supiéramosincorporar al historia de a creador esa pasion atroz de la vulgaridad. 1954, Preface.

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