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Energia Termoelectrica
Energia Termoelectrica
Una central térmica transforma la energía calorífica de un combustible (gas, carbón, fuel) en
energía eléctrica. También se pueden considerar centrales térmicas aquellas que funcionan con
energía nuclear. Todas las centrales térmicas siguen un ciclo de producción de vapor destinado al
accionamiento de las turbinas que mueven el rotor del alternador.
1. Se calienta el agua líquida que ha sido bombeada hasta un serpentín de calentamiento (sistema
de tuberías). El calentamiento de agua se produce gracias a una caldera que obtiene energía de la
combustión del combustible (carbón pulverizado, fuel o gas).
2. El agua líquida pasa a transformarse en vapor; este vapor es húmedo y poco energético.
4. El vapor sobrecalentado pasa por un sistema de conducción y se libera hasta una turbina,
provocando su movimiento a gran velocidad, es decir, generamos energía mecánica.
6. En esta etapa final, el vapor se enfría, se condensa y regresa al estado líquido. La instalación
donde se produce la condensación se llama condensador. El agua líquida forma parte de un
circuito cerrado y volverá otra vez a la caldera, previo calentamiento.
La corriente eléctrica se genera a unos 20.000 voltios de tensión y se pasa a los transformadores
para elevar la tensión hasta unos 400.000 voltios, para su traslado hasta los puntos de consumo.
Centrales termoeléctricas de ciclo convencional
Se llaman centrales clásicas o de ciclo convencional a aquellas centrales térmicas que emplean la
combustión del carbón, petróleo (aceite) o gas natural, para generar la energía eléctrica. Son
consideradas las centrales más económicas y rentables, por lo que su utilización está muy
extendida en el mundo económicamente avanzado y en el mundo en vías de desarrollo, a pesar de
que estén siendo criticadas debido a su elevado impacto medioambiental.
Normalmente durante el proceso de partida de estas centrales, sólo funciona la turbina de gas, a
este modo de operación se le llama ciclo abierto. Si bien la mayoría de las centrales de este tipo
pueden intercambiar de combustible (entre gas y diésel) incluso en funcionamiento. Al funcionar
con petroleo diésel ven afectada su potencia de salida (baja un 10% aprox.), y los intervalos entre
mantenimientos mayores y fallas, se reducen fuertemente.
Como la diferencia de temperaturas que se produce entre la combustión y los gases de escape es
más alta que en el caso de una turbina de gas o una de vapor, se consiguen rendimientos muy
superiores, del orden del 55%.
https://repository.javeriana.edu.co/bitstream/handle/10554/7272/tesis504.pdf?sequence=1