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SECCIÓN PRIMERA: EL FUNDAMENTO Y

CONCEPTO DE LA JURISDICCIÓN
LECCIÓN 1: EL FUNDAMENTO DE LA JURISDICCIÓN

1. El presupuesto material: el conflicto y sus medios de solución


La función primordial de los Juzgados y Tribunales consiste en resolver los conflictos
que se le plantean, mediante la aplicación del Derecho.
El presupuesto material de la Jurisdicción lo constituye el conflicto, el cuál puede ser:
- Intersubjetivo: Estos conflictos surgen como consecuencia de la vulneración
de algún derecho subjetivo, perteneciente al Derecho privado, y poseen
naturaleza disponible.
- Social: Estos conflictos se caracterizan por la transgresión de algún bien o
interés que la sociedad ha estimado digno de protección y se rigen por
normas de Derecho público, por lo que suelen ser de naturaleza indisponible.
En resumen, la Jurisdicción sirve para solucionar los conflictos mediante la aplicación
del Derecho material que pueda corresponder a su naturaleza.

A) AUTOTUTELA
La autotutela es la fórmula de solución de conflictos más primitiva, injusta y
peligrosa. Se caracteriza por la solución coactiva del conflicto por la parte más fuerte
o la que ocupe una situación hegemónica. Es decir, la parte más fuerte impone su
solución a la parte más débil.
La autotutela es característica de las sociedades primitivas, cuando no había
organización estatal o ésta era muy débil. En el momento actual, a nivel internacional,
aun se recurre a este medio de solución, mediante la guerra.
Sin embargo, existen algunas manifestaciones lícitas de autotutela en el ámbito
del Derecho Civil o en el laboral (huelga o cierre patronal).

B) AUTOCOMPOSICION
a) Concepto
La autocomposición es el medio más civilizado de solución de conflictos. Son las
propias partes quienes ponen solución al conflicto intersubjetivo, a través del
acuerdo de voluntades.
La autocomposición constituye un modo lícito para la solución de los conflictos
subjetivos, en los que a nadie se le obliga a acudir a los Tribunales para defender
sus derechos. Estos métodos autocompositivos son:
- La renuncia del actor a su derecho subjetivo
- El desistimiento del proceso
- El allanamiento del demandado a la pretensión del actor (p.e.
reconocimiento de la deuda)
- La transacción entre ambos
- Mediación o conciliación de un tercero para ambas partes solucionen
el conflicto
La mediación y la conciliación se distinguen del resto de fórmulas
autocompositivas por la aparición de una tercera persona, que contribuye a la
solución del conflicto. Entre ellas mismas se diferencian por la forma en que este
tercero es llamado. Mientras que en la mediación puede intervenir de manera

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espontánea o provocada por las propias partes, en la conciliación el tercero actúa
necesariamente de una manera provocada o institucionalizada.
En estas dos fórmulas, el tercero no impone la solución del conflicto, sino que
negocia entre las partes para obtener la autocomposición del litigio.
b) La mediación y la conciliación en nuestro Derecho positivo
- La conciliación
El primer método autocompositivo regulado en nuestro ordenamiento jurídico
fue la conciliación, ya que fue regulada en la LEC de 1881 como un presupuesto
procesal, ya que como requisito previo a la interposición de una demanda, el
actor debía promover un acto conciliatorio. Con la reforma operada en la LEC de
1984, se suprimió el carácter procesal y se convirtió en un trámite potestativo.
La vigente LEC de 2000 conserva vigente la naturaleza potestativa de la
conciliación, convirtiéndose en un derecho del futuro demandante, que puede
promover una conciliación preprocesal de la cual entenderá el Letrado de la
Administración de Justicia.
La conciliación se inicia con una solicitud o papeleta de conciliación en la que
se identifica al actor y al demandado, y se expresará lo que se pida. El LAJ citará
a las partes a una Audiencia, en la que escuchará las alegaciones de ambas y
dictará decreto, en el que se acordará la conciliación con avenencia o sin ella. Si
fuese con avenencia, el decreto dará paso al proceso de ejecución.
La LEC de 2000 regula dos conciliaciones intraprocesales, que tiene lugar al
principio y al término de la audiencia previa. Cualquiera de estas dos
conciliaciones, una vez homologadas por el Juez, tiene el valor de transacción
judicial, que es un método de finalización anormal de proceso, que goza de valor
de cosa juzgada y posibilita abrir el proceso de ejecución.
- La mediación
La mediación es más reciente que la conciliación, ya que fue instaurada por
el RD Ley 5/2012.
La mediación solo puede darse en asuntos civiles y mercantiles, quedando
excluidas la mediación penal (excepto en la Ley procesal del menor), la de las
Administraciones públicas, la mediación laboral y la de la legislación de
consumo.
La mediación, al igual que el arbitraje, tiene un carácter voluntario. Exige
como requisito previo la suscripción de un precontrato de mediación, en virtud
del cual, ambas partes deciden someterse a esta solución. En este precontrato,
las partes son libres de acudir a una mediación institucional o un mediador
individual, el cual debe reunir los requisitos de capacidad necesarios.
El procedimiento comienza con una solicitud, efectuada por una de las partes
o por ambas, cuya admisión general efectos de la litispendencia.
Una vez incoado el procedimiento, el mediador citará a ambas partes a una
sesión informativa sobre todos los aspectos de la mediación y se dejará
constancia de la identificación de las partes, de la designación del mediador y
del objeto del conflicto, así como de su aceptación voluntaria.
Las sesiones se podrán celebrar de manera conjunta o por separado, y están
amparadas por el secreto y la confidencialidad.
La mediación puede finalizar sin avenencia o con avenencia. En caso de
avenencia, el acuerdo de mediación determinará las obligaciones a las que se
comprometen las partes. Dicho acuerdo puede elevarse a escritura pública, lo
que posibilita el proceso de ejecutivo, que no es un auténtico proceso de
ejecución, ya que presenta algunas excepciones. De dicho juicio entenderá el
tribunal del lugar en el que se hubiese firmado el acuerdo de mediación.

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C) HETEROCOMPOSICIÓN
En la heterocomposición, la tercera persona a las que las partes han acudido, que
puede ser individual o colegiada, es la encargada de poner fin al conflicto mediante
una resolución definitiva. El tercero se encuentra en una posición por encima de las
partes.
Las fórmulas heterocompositivas vienen determinadas por el arbitraje y el
proceso, en los que el árbitro y el Juez imponen la solución definitiva e irrevocable a
las partes en litigio.
El proceso es un instrumento de la Jurisdicción para la resolución de conflictos y
está indisolublemente unido a la existencia del Estado. Sin organización estatal no
puede existir la Jurisdicción y las partes deben acudir a métodos autotutelados,
autocompositivos o, como mucho, a arbitrales, pero nunca al proceso.
El proceso y el arbitraje no son excluyentes, sino que son complementarios, ya
que los laudos arbitrales gozan del mismo efecto que las sentencias y suelen emitirse
más rápido.

2. La jurisdicción como poder y su legitimación histórica


Desde que surgió el Estado, éste asumió el monopolio de la Justicia, prohibiendo que
los ciudadanos se tomasen la justicia por su mano.
El Estado ha ido evolucionando y hoy en día, no se entiende de otra manera que no
sea un Estado democrático.
La Jurisdicción se ha convertido en un poder del Estado, junto al Poder Ejecutivo y
el Poder Legislativo.

A) LA JUSTICIA POPULAR
En el Estado liberal, los sistemas de designación popular fueron los primeros que
intentaron dotar de legitimidad al oficio judicial. Se enfrentó la idea la participación
popular en el Poder Judicial con la justicia de los funcionarios reales, lo que impulsó
la implantación de la participación del pueblo en la justicia.
Pronto se implantaron los dos sistemas conocidos de participación popular: el
jurado y la justicia popular
a) El jurado
El jurado constituye la fórmula más perfecta de participación popular en la justicia,
ya que a través de él, los ciudadanos asumen la función jurisdiccional.
La instauración del jurado en el proceso penal supuso el cambio del sistema
inquisitivo por el sistema acusatorio formal o mixto, cambiando el injusto régimen de
la prueba tasada por el de la libre valoración
b) La justicia popular
La justicia popular representa una fórmula más imperfecta de participación
popular, puesto que se realiza a través de la representación. Los integrantes del
Poder Judicial tienen que ser elegidos por el pueblo.
Este sistema se da en USA, en determinados cantones suizos y en la extinta
URSS.
Dicho sistema otorga una gran legitimación democrática en el momento inicial,
pero es insuficiente para su continuidad, ya que puede existir falta de independencia
del juez electo.

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B) LA DESIGNACIÓN MINISTERIAL
También se podría conseguir cierta legitimación democrática confiando al Ministro
de Justicia la selección de los jueces, garantizando así una mayor capacitación.
Este sistema fue llamado modelo napoleónico y estuvo vigente en España hasta
1978.
A raíz de la presión que ejercía el Poder Ejecutivo, se instauró el autogobierno de
la Magistratura, sistema que ha acabado implantándose en la totalidad de los países
europeos.

C) LA LEGITIMACIÓN A TRAVÉS DEL PROCESO


Esta tesis consiste en que cuando surge un conflicto, el particular no puede
generalizar su problema porque la sociedad no se movilizaría por el mismo, viéndose
obligado a acudir al proceso. Si dentro del proceso, su pretensión no se cumple, el
individuo queda aislado y no puede mantener sus aspiraciones jurídicas. El proceso
le ha quitado la razón y su opinión no puede ser tenida en cuenta por la sociedad.
Dicha tesis conllevaría justificar todo tipo de decisión material por el solo hecho de
haberse dictado mediante el proceso establecido.

3. La legitimación de la jurisdicción en nuestro sistema


democrático
En la CE existen dos fuentes legitimadoras de la Jurisdicción:
- El Jurado: Fuente directa e inmediata. Es una institución de participación
popular en la que los ciudadanos ejercitan la función jurisdiccional
- Juzgados y Tribunales: Fuente indirecta o mediata, ya que la CE les otorga
el ejercicio de la potestad jurisdiccional
La sociedad reclama a los Juzgados y Tribunales la solución de los conflictos
mediante la aplicación imparcial del Derecho objetivo.
La causa que legitima la atribución de la potestad jurisdiccional a los Juzgados reside
en su independencia y sumisión a la ley.

A) LA INDEPENDENCIA
Los jueces tienen que ser independientes, como tercero situado por encima de las
partes en la resolución de conflictos. Si no lo fuesen, su actuación no constituiría un
verdadero proceso. Esta independencia tiene que ser total, tanto frente a la sociedad
y las partes como frente al Gobierno y a los órganos jurisdiccionales superiores.
La independencia judicial constituye una nota esencial de la Jurisdicción, sin la
cual no podrían los Juzgados y Tribunales aplicar correctamente el Derecho a los
casos concretos.

B) LA SUMISIÓN A LA LEY
Los Juzgados y Tribunales deben limitar su actuación a aplicar a los casos
concretos la Ley emanada de la Cortes Generales.
Por ley no cabe entender solo las promulgadas por el Parlamento, sino también el
Derecho europeo, el de las Asambleas legislativas autonómicas y cualquier
disposición con rango de ley y las normas dimanantes de la potestad reglamentaria.
Los Juzgados y Tribunales están sometidos expresamente a la Ley y al Derecho.
Esta sumisión de los órganos jurisdiccionales a la Ley y al Derecho no es
indiferenciada, sino que está sometido al principio de jerarquía normativa. Así, jueces
y tribunales están sometidos, en primer lugar, a la CE, después a las leyes emanadas

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de los Parlamentos estatal o autonómico, así como a las disposiciones con rango de
Ley, y, finalmente, a los Reglamentos del Poder Ejecutivo. El control de la vigencia
de este principio está encomendado al TC y a los Tribunales Contenciosos-
Administrativos.
La constitucionalización de los principios de seguridad jurídica y de jerarquía
normativa tiene que imponer al órgano jurisdiccional un doble examen de legitimidad:
a. Jurídico-formal, conforme al cual tiene que obtener la certeza que la
norma ha sido promulgada conforme al procedimiento establecido y por
el órgano competente.
b. Jurídico-material, a través del cual debe constatar la legitimidad de la
norma, es decir, si se contradice con otras de rango superior
Si se observase la quiebra de cualquiera de los dos exámenes, se deberá dejarla
inaplicada o bien promover una cuestión de inconstitucionalidad.
Lo que no está permitido al Juez es aplicar una norma anticonstitucional o
claramente ilegal, o dejar de aplicar leyes en virtud de una supuesta objeción de
conciencia, o declararlas inconstitucionales sin promover la correspondiente cuestión
de inconstitucionalidad.

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LECCIÓN 2: LA JURISDICCIÓN: CONCEPTO Y
FUNCIONES

1. Concepto y notas esenciales


La Jurisdicción puede ser definida como el Poder Judicial, integrado por jueces y
magistrados, quienes ejercen en exclusiva la potestad jurisdiccional y están legitimados
para la resolución jurídica de los conflictos intersubjetivos y sociales, para la protección
de los derechos subjetivos, el control de la legalidad y la complementación del
ordenamiento jurídico.

A) LA JURISDICCIÓN COMO PODER


La vigente CE potenció notablemente al Poder Judicial, subjetiva y objetivamente.
Desde un punto de vista subjetivo, la instauración de un régimen de autogobierno de la
Magistratura y la revisión del estatuto jurídico de los jueces y magistrados contribuyeron
a fortalecer la independencia judicial, tanto a nivel individual como colectivo,
configurando a la Jurisdicción como un Poder independiente de los demás poderes del
Estado.
Desde una dimensión objetiva, los principios de unidad y de exclusividad
jurisdiccional son una realidad; los actos administrativos exentos de control judicial
quedaron relegados al Poder Judicial, la CE le confió su inmediata y rápida protección,
a la vez que sometió a todos los actos y disposiciones emanadas de los demás poderes
del Estado a un control de constitucionalidad por el TC.

B) LA POTESTAD JURISDICCIONAL
La CE ha otorgado a los Juzgados y Tribunales el ejercicio de la potestad
jurisdiccional en todo tipo de procesos, juzgando y haciendo ejecutar lo juzgado.
Constituye la potestad jurisdiccional la capacidad de actuación de la personalidad del
Estado en la manifestación de juzgar y hacer ejecutar lo juzgado, que queda atribuida
exclusivamente a los juzgados y tribunales.
Dicha potestad posee notas que la diferencian de las demás facultades y derechos
subjetivos, públicos y privados, como por ejemplo:
- Generalidad: la potestad se ejercita para todos (erga omnes). Si el derecho
subjetivo crea obligaciones específicas con respecto a sus destinatarios, la
potestad jurisdiccional no siempre hace surgir prestación alguna determinada,
sino que crea un estado de deber general de sujeción por parte de todos los
justiciables, que se resume en la exigencia de colaboración y de obediencia de
todos los ciudadanos y poderes públicos a las resoluciones judiciales.
- En segundo lugar, al constituir la potestad jurisdiccional una emanación de la
soberanía nacional, los límites de su actuación vienen determinados por los de
la soberanía mismo, esto es, por el territorio y las personas a ella sometidas.
El objeto de la potestad jurisdiccional se resume en la frase juzgar y hacer
ejecutar lo juzgado.
- Con anterioridad al juicio jurisdiccional por excelencia, que es la Sentencia,
existe una potestad ordenatoria que tiene por objeto llamar a las partes y
terceros al proceso, obtener la efectiva sujeción de aquellas a los fines del
proceso o simplemente impulsar el curso del procedimiento.
- El juez también ostenta la potestad de instrumentación o documentación,
cuya finalidad estriba en otorgar a determinados actos de conocimiento el
carácter de prueba, siempre cuando se garantice la vigencia del principio de
contradicción. De este modo las actas gozarán de una fehaciencia indiscutible.

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- La potestad jurisdiccional es una potestad decisoria, en la que el juez o tribunal
resuelve el conflicto, satisfaciendo el derecho fundamental a la tutela judicial
efectiva. Esta última resolución se llama Sentencia, decisión que constituye la
expresión de la potestad jurisdiccional, pues tan solo las sentencias suelen gozar
de la totalidad de los efectos de la cosa juzgada. Uno de estos efectos consiste
en su ejecutoriedad.
- Para hacer efectivo el cumplimiento de la sentencia, los jueces ostentan la
potestad de ejecución, la cual se ejercita a través de los diversos
procedimientos de ejecución de sentencias, cuya finalidad consiste en realizar o
llevar a cabo, en sus propios términos, lo dispuesto en el fallo o parte dispositiva
de la sentencia.

C) LOS JUZGADOS Y TRIBUNALES


Los Juzgados y Tribunales, independientes y sometidos al imperio de la ley, integran
en su totalidad el Poder Judicial y ostentan con exclusividad la titularidad de la potestad
jurisdiccional.
a) Los Juzgados son órganos jurisdiccionales unipersonales. Están integrados por
un Juez, asistido por un Letrado de la Administración de Justicia y el personal a
su servicio. Los jueces acceden al poder judicial mediante concurso-oposición y
pasan a convertirse en los titulares de los Juzgados, a quienes les corresponde
conocer de los procesos en primera instancia. El Juzgado es, pues, un órgano
jurisdiccional unipersonal y de primera instancia que conoce de las fases
declarativa y ejecutiva del proceso: de las alegaciones o aportación de los
hechos al proceso, de su prueba, de la sentencia y del proceso de ejecución.
Los Juzgados españoles están hoy regidos por el principio de la especialización.
b) Los Tribunales son órganos jurisdiccionales colegiados. A los miembros se les
llama Magistrados y acceden a través de concurso desde la judicatura. El
cometido de los tribunales consiste en revisar el enjuiciamiento efectuado por los
jueces en su sentencia, dictada en la primera instancia, de lo que se desprende
que los Tribunales constituyen órganos de segundo o tercer grado que conocen
de la fase de impugnación de los procesos.
Atendiendo a la naturaleza de los recursos de los que conocen, los Tribunales
se clasifican en Tribunales de apelación y de casación. Los de apelación o de
segunda instancia, en sentido estricto, efectúan una revisión tanto del material
de hecho como de la aplicación del Derecho. Son tribunales típicos de apelación
las Audiencias Provinciales.
Los tribunales de casación tienen como misión asegurar la aplicación uniforme
de las leyes promulgadas por el Parlamento, unificando su interpretación
mediante la creación de la doctrina legal. La finalidad esencial de la casación es
garantizar la igualdad en la aplicación de la ley en todo el territorio nacional,
asegurando su interpretación uniforme.
El Tribunal Supremo es el órgano de casación por excelencia, si bien la CE ha
posibilitado que los Tribunales Superiores de Justicia asuman funciones
casacionales dentro de su mercado demarcación judicial.

D) LA INDEPENDENCIA, UNIDAD Y EXCLUSIVIDAD JURISDICCIONAL.


En los Juzgados y Tribunales han de concurrir las notas esenciales de
independencia, unidad y exclusividad jurisdiccional.
La independencia judicial conforma una nota subjetiva esencial de todo órgano
jurisdiccional. La infracción de la independencia judicial supondrá la violación del
derecho fundamental al juez legal imparcial y abrirá las puertas al recurso constitucional
de amparo.

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Porque los jueces y magistrados son independientes y sometidos a la ley y al derecho
tan solo a ellos se les otorga la potestad jurisdiccional. Surge así el principio de unidad
jurisdiccional, cuya utilidad primordial consiste en declarar ilegítimas las demás
denominadas jurisdicciones especiales.
La vulneración del principio de exclusividad jurisdiccional, en cuya virtud, el
ejercicio de la potestad jurisdiccional constituye un monopolio de los integrantes del
Poder Judicial, también supondría una infracción del derecho al juez legal.

E) LA FUNCIÓN GENÉRICA DE LA JURISDICCIÓN


La función genérica de la jurisdicción estriba en la resolución de los conflictos,
intersubjetivos y sociales, mediante la aplicación del Derecho objetivo. Dicha función se
concreta en la protección de los derechos subjetivos, el control de la legalidad y en la
complementación del ordenamiento.
La primera nota que tiene que revestir la sentencia, que pone fin al conflicto, es la de
ser una resolución jurídica. En la sentencia, junto a la declaración de hechos probados,
deben siempre reflejarse los fundamentos de derecho, procesales y materiales,
aplicables al caso.
También se exige que la sentencia sea motivada, pues en el Estado de Derecho las
partes y la sociedad tienen el derecho a obtener del órgano jurisdiccional una resolución
motivada y razonada
Las sentencias son resoluciones definitivas y, generalmente, irrevocables. Esta
característica de la sentencia provoca los efectos de cosa juzgada, que se erige en la
principal nota objetiva. Las sentencias producen efectos preclusivos y excluyentes, que
impiden que el conflicto pueda volverse a plantear ante cualquier otro juzgado o ser
sometido a arbitraje

2. Funciones específicas de la Jurisdicción


La función genérica de la jurisdicción consiste en la resolución definitiva de los
conflictos mediante la aplicación del derecho. Dicha función se realiza y se concreta,
bien en la protección de los derechos subjetivos, bien en el control normativo de los
actos y disposiciones emanadas de la administración y demás poderes del Estado; junto
a ellas, también los Tribunales crean derecho o complementan el ordenamiento jurídico.

A) PROTECCIÓN DE LOS DERECHOS SUBJETIVOS


Dispone la CE que todas las personas tienen derecho a obtener la tutela efectiva de
los jueces y tribunales en el ejercicio de sus derechos e intereses legítimos.
Éste precepto consagra el derecho al libre acceso a la Jurisdicción que tiene todo
ciudadano.
En la actualidad, el derecho al libre acceso a la Jurisdicción constituye un auténtico
derecho fundamental, mediante cuyo ejercicio surge la obligación del Juez de resolver
acerca de la pretensión de tutela del derecho subjetivo presuntamente vulnerado. Por
tanto corresponde a la Jurisdicción proteger los derechos e intereses legítimos, tanto
individuales como colectivos, tanto privados cuánto públicos.
De la tutela de los derechos privados se ocupan fundamentalmente los Juzgados de
Primera Instancia y demás órganos jurisdiccionales civiles, aunque también asumen
dicha función los Juzgados de lo Social para la protección de los derechos de los
trabajadores y empresarios, y los Juzgados y Tribunales de lo Contencioso-
Administrativo, en las que el acto administrativo ha podido vulnerar un derecho subjetivo
privado.

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La labor de la Jurisdicción en la tutela de los derechos subjetivos públicos y libertades
públicas es más expeditiva, pues la protección de tales derechos ocupa un lugar
preferente por parte de los tribunales ordinarios. Subsisten dos procedimientos,
administrativo y laboral, para obtener el restablecimiento del derecho fundamental
vulnerado.
En el supuesto que los tribunales ordinarios no restablecieran el derecho o libertad
pública vulnerada, todavía se puede acudir al TC y obtener dicha protección a través del
recurso de amparo.

B) CONTROL JUDICIAL NORMATIVO


La misión de la Jurisdicción también es velar por la realización y efectividad del
ordenamiento jurídico.
Dicha función de control normativo se realiza en un doble nivel: con respecto a los
particulares y frente a la administración y demás poderes del Estado.
a) Una manifestación típica del primero de los niveles sucede con la actividad de
los órganos jurisdiccionales penales, cuya función es mixta. Los Tribunales
penales están tan interesados en ejercitar el ius puniendi del Estado contra el
culpable de la comisión de un delito, como en restablecer el derecho a la libertad
del inocente.
A la jurisdicción penal le corresponde el más absoluto monopolio en la imposición
de penas privativas de libertad, con lo que la potestad sancionadora de la
Administración queda relegada a la limitación de otros derechos. Pero la
potestad de la administración no es todopoderosa, pues el acto administrativo
puede ser revisado por los tribunales administrativos.
b) Los Tribunales controlan la potestad reglamentaria y la legalidad de la actuación
administrativa.
Asume así la Jurisdicción, frente a la Administración, una labor de control
normativo de sus actos y reglamentos, en orden a asegurar que sus decisiones
se adoptan conforme al procedimiento preestablecido y a que sus disposiciones
normativas se adecuen con las de rango superior; en definitiva, garantizar la
actuación de la Administración pública, estatal y autonómica, bajo el imperio del
derecho.
Esta función de vigilancia del cumplimiento del principio de jerarquía normativa no se
limita al control de la legalidad ordinaria. También le corresponde al TC controlar y anular
aquellas disposiciones normativas con rango de ley que infrinjan la Constitución.

C) COMPLEMENTACIÓN DEL ORDENAMIENTO


El principio de división de poderes exige que al Poder Judicial no le sea autorizado a
dictar normas.
Pero también es cierto que, junto al Derecho legislado, existe también el Derecho
judicial, que suele plasmarse en la doctrina legal, creada por los Tribunales con ocasión
de la aplicación e interpretación de las normas jurídicas.
A ella se refiere el artículo 1.6 CC, que dispone que la jurisprudencia
complementará el ordenamiento jurídico con la doctrina que establezca el Tribunal
Supremo al interpretar y aplicar la ley, la costumbre y los principios generales del
derecho.
La sanción procesal a la infracción de este mandato material es motivo del recurso
de casación, el cual sucede cuando la sentencia recurrida infringe la doctrina
jurisprudencial del TS.
La doctrina legal ha de surgir con ocasión de la interpretación y aplicación de la ley,
la costumbre y los principios generales del Derecho, lo que significa que no es una
fuente directa de creación del derecho, sino una fuente subordinada a la Ley.

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Pero sucede que la sociedad va por delante del legislador y los Tribunales se ven
obligados a colmar las lagunas través de la creación judicial del Derecho.
Esta actividad tiene que realizarse con ocasión de la interpretación de la CE o de la
Ley, sin que pueda ningún caso el Juez o Tribunal sustituir la voluntad del legislador por
la suya propia, violentando el espíritu y el texto de la norma.
En segundo lugar, dicha actividad, consistente en complementar el ordenamiento, la
reserva a la jurisprudencia del TS. Lo que no significa que los demás órganos
jurisdiccionales no puedan crear Derecho, pues necesariamente han de hacerlo en la
integración de los estándares, así como en todas aquellas materias no susceptibles de
recurso de casación, en la que las Audiencias Provinciales se ven obligadas a dictar su
jurisprudencia menor.
Pero dicha función es genuina del TS, en tanto que Tribunal de casación. Aunque los
TSJ tienen competencia casacional respecto del derecho civil, foral o especial, propio
de la CCAAA, al TS le corresponde la importante misión de unificar los criterios de
interpretación de las normas, a través de su doctrina legal, a fin que la norma sea
aplicada por igual en todo el territorio nacional, para garantizar el derecho fundamental
que a todos los ciudadanos asiste la igualdad en la aplicación de la ley.
El carácter jurídico vinculante de la jurisprudencia del TS tan solo es reclamable
cuando se efectúa de modo reiterado; una sola Sentencia no produce doctrina legal,
sino que se exige la publicación de dos o más Sentencias que mantengan el mismo
criterio interpretativo.
El TS también puede modificar su doctrina legal, aunque tiene la exigencia formal de
motivar expresamente en la nueva Sentencia el abandono de la doctrina legal hasta el
momento sustentada y de explicitar en dicha sentencia los nuevos criterios
interpretativos, susceptibles de generar la nueva doctrina legal.
Dicha función de complementación normativa es reclamable en el proceso civil y
demás manifestaciones de la jurisdicción distintas a la penal, pero no en el proceso
penal, porque en el Derecho penal ha de regir el principio constitucional de legalidad.

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SECCIÓN SEGUNDA: PRINCIPIOS
CONSTITUCIONALES DE LA JURISDICCIÓN
LECCIÓN 3: LA INDEPENDENCIA DEL PODER JUDICIAL

1. El Poder Judicial: evolución histórica


La Jurisdicción no ha permanecido igual a lo largo de los tiempos, pudiéndose señalar
que existen cuatro etapas con diferenciadas en la configuración de la Jurisdicción:
‐ La del antiguo régimen.
‐ La del Estado liberal.
‐ La de los estados totalitarios.
‐ La de los estados de derecho contemporáneos.

A) EL ANTIGUO RÉGIMEN
En el Estado Feudal y en el Absoluto, los Jueces eran funcionarios dependientes del
Poder Real. Los Juzgados y Tribunales eran una delegación del poder real, a quien
siempre debían obediencia.
En el Antiguo Régimen existía una confusión de poderes en la persona del Monarca.
Los Jueces carecían de independencia y formaban parte de diversas jurisdicciones
especiales (ordinaria, eclesiástica, militar, etc.). Las características más sobresalientes
de la Jurisdicción de aquella época pueden resumirse en las siguientes:
a) No existía un poder judicial, sino una función judicial encomendada a distintos
órdenes de funcionarios.
b) Tales funcionarios carecían de independencia judicial.
c) Inexistencia de los principios de unidad y exclusividad judicial.
d) Ausencia de control judicial de los actos demandantes del poder ejecutivo.

B) EL ESTADO LIBERAL
Tras la revolución francesa de 1789, la Jurisdicción pasará a convertirse en el tercer
Poder dentro del Estado.
Para ello, era necesario, en primer lugar, dotar a los jueces de independencia. En
segundo lugar, fue también necesaria la abolición de las jurisdicciones especiales y
la instauración de los principios de unidad y exclusividad jurisdiccional. En 1870, la
Jurisdicción pasa a asumir el monopolio de juzgar y hacer ejecutar lo juzgado.
Asimismo, se prohibió al Poder Ejecutivo inmiscuirse en la constitución y
organización de los Tribunales. El establecimiento del juez legal natural o del lugar de
comisión del delito, el del principio de jerarquía normativa y la obligación de los jueces
de no aplicar los reglamentos ilegales permiten afirmar que nace en España el Poder
Judicial.

C) LOS ESTADOS TOTALITARIOS


La aparición en Europa de los fenómenos totalitarios supuso una derogación del
modelo liberal de la Jurisdicción como poder autónomo dentro del Estado, que pasó a
ser objeto de control por el Ejecutivo.
En el régimen franquista, la Jurisdicción dejó de ser un poder del Estado para
convertirse en una mera función. La Magistratura se convirtió en una organización
jerarquizada, apolítica y dócil con respecto al Poder Ejecutivo.

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D) LOS ESTADOS DE DERECHO CONTEMPORÁNEOS
Durante la época totalitaria, surgió en Europa un movimiento asociativo de la
Magistratura, que reclamó una mayor autonomía del poder judicial y una potenciación
de la propia Magistratura. Fruto de este movimiento fue la aparición de los sistemas de
autogobierno de la Magistratura.
En España, la potenciación se realizó por la vía de suprimir los antiguos jueces de
distrito y crear un cuerpo único de Jueces y Magistrados. En segundo lugar, la Ley
Orgánica del Consejo General del Poder Judicial de 1980 se apresuró a suprimir las
certificaciones de especial idoneidad. En tercer lugar, la LOPJ de 1985 también procedió
a que revisar el estatuto funcionarial del Juez, suprimiendo las causas absurdas de
incapacidad o que generaban responsabilidad disciplinaria. Finalmente, la CE instauró
un régimen de autogobierno de la Magistratura, el CGPJ, a quien se le confirió
expresamente los nombramientos, ascensos, inspección y régimen disciplinario.

2. El autogobierno del Poder Judicial


La CE creó un auténtico Poder Judicial, aboliendo el sistema bonapartista de
designación, promoción y régimen disciplinario por el poder ejecutivo y la instauración
del régimen de autogobierno de la Magistratura.
El órgano de gobierno de la magistratura es el CGPJ.

A) EL CONSEJO GENERAL DEL PODER JUDICIAL


El Consejo General del Poder Judicial es el máximo órgano de autogobierno de la
Magistratura, correspondiéndole realizar la totalidad de actos administrativos referentes
al ingreso, formación, promoción o ascenso y régimen disciplinario de Jueces y
Magistrados, así como la inspección de Juzgados y Tribunales.
En la actualidad estas competencias se encuentran desarrolladas en la LOPJ.
a) Composición
El CGPJ está integrado por el Presidente del Tribunal Supremo, quien asume también
la Presidencia de este órgano constitucional de gobierno de los Jueces, y por veinte
miembros nombrados por el Rey por un periodo de cinco años. De éstos, doce entre
Jueces y Magistrados de todas las categorías judiciales; cuatro a propuesta del
Congreso de los Diputados y cuatro a propuesta del Senado, elegidos entre
abogados y juristas con más de 15 años de ejercicio.
b) Estructura y competencias
El CGPJ está integrado por el presidente y veinte vocales, todos ellos todavía
elegidos por el Parlamento, designados por el Rey y nombrados por un periodo
de cinco años.
Pero cabe distinguir las competencias del Presidente y Vicepresidente, la del
Pleno y la de las Comisiones que integran el Consejo:
‐ El Presidente del CGPJ y del TS y el Vicepresidente del TS tienen que
ostentar la categoría de Magistrados del TS y reunir la categoría de
Presidentes de Sala.
‐ El presidente del CGPJ y del TS es nombrado por el Rey a propuesta del
Pleno del CGPJ.
‐ El presidente del CGPJ es la autoridad encargada de su representación, de
dirigir los debates del Pleno y de proponer los asuntos de su competencia.
‐ El Vicepresidente sustituye al presidente en sus cometidos por razones de
enfermedad, vacante, ausencia y otras análogas.
‐ El Pleno se reúne en sesiones ordinarias y extraordinarias. Tiene que
constituirse, al menos, con diez vocales y el Presidente.

  12 
 
‐ Las Comisiones que integran el Consejo son la Permanente, la Disciplinaria,
la de Asuntos económicos y la desigualdad.

3. Los órganos de gobierno interno de los Juzgados y Tribunales


El CGPJ ostenta todas las potestades gubernativas. Pero un principio de división del
trabajo, aconsejó al legislador a apoderar a las salas de gobierno y demás órganos para
ejercer facultades gubernativas no reservadas expresamente al CGPJ.

A) LAS SALAS DE GOBIERNO


Existen Salas de Gobierno en el TS, AN y en los TSJ. Sus miembros son designados
por sufragio entre los Magistrados y para un periodo de cinco años. Las salas de
gobierno del TS y de la AN están compuestas por su Presidente, los Presidentes de
Sala y un número igual de vocales. Las de los TSJ están integradas por su Presidente,
por los Presidentes de las Salas, por los Presidentes de las AP de su territorio y un
número igual de vocales.
Las Salas de Gobierno de los tribunales son órganos subordinados al CGPJ.

B) LOS PRESIDENTES DE LOS TRIBUNALES Y DE LAS AUDIENCIAS


Los presidentes del TS, de los distintos TSJ, de la AN y de las AP son nombrados
por el pleno del CGPJ para un periodo de cinco años.
Los Presidentes ostentan la representación del Tribunal al que pertenecen y ejercen
funciones de gobierno y disciplinarias sobre su personal jurisdiccional y colaborador.

C) LOS PRESIDENTES DE LAS SALAS DE JUSTICIA Y LOS JUECES


Los Presidentes de las Salas de Justicia y los Jueces tienen la competencia, en sus
respectivos órganos jurisdiccionales, de la dirección e inspección de todos los asuntos,
adoptar las resoluciones que aconseje la buena marcha de la Administración de Justicia
y ejercen las funciones disciplinarias que les reconozcan las leyes procesales.

D) LOS DECANOS Y LAS JUNTAS DE JUECES Y DE MAGISTRADOS


Los jueces Decanos son elegidos por sus compañeros en aquellas poblaciones
donde existan más de 10 juzgados y, en donde haya menos de dicha cifra, pero más de
dos juzgados, será Decano el Juez que mejor puesto ostente en el escalafón.
Los Jueces Decanos representan a los Jueces en su población y presidente la Junta
de Jueces. También supervisan el reparto de los asuntos entre los distintos juzgados.
En todo caso, corresponde a los Jueces Decanos:
‐ Resolver en única instancia los recursos gubernativos que quepa interponer
contra las decisiones de los secretarios judiciales en materia de reparto
‐ Poner en conocimiento de la sala de gobierno toda anomalía en el funcionamiento
de servicios comunes procesales de su territorio
‐ Resolver cuantos recursos les atribuyan las leyes procesales.
La Junta de Jueces puede ser convocada por el Decano a instancias de una cuarta
parte de los Jueces de la población. Las Juntas ordinarias pueden ser generales para
tratar asuntos que incumben a todos los Jueces, sectoriales cuando abarcan solo a los
Jueces de un determinado orden jurisdiccional y provinciales cuando abarcan a los
Jueces de toda una provincia.
También los magistrados pueden reunirse en Junta para unificar criterios
jurisprudenciales, materiales o de derecho procesal.

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4. La inspección de los Tribunales
El CGPJ tiene la potestad de la inspección de los Juzgados y Tribunales para obtener
la información precisa de los órganos judiciales, con el objeto de velar por su buen
funcionamiento.
La inspección de los Tribunales puede realizarse de oficio o a instancia del Ministerio
de Justicia.
Corresponde a la Comisión disciplinaria del CGPJ la inspección y vigilancia de todos
los Juzgados y Tribunales.
La inspección ha de efectuarse sin merma de la autoridad y sin que pueda extenderse
a la censura de la actividad jurisdiccional.
El Inspector redactará un informe y levantará acta de la inspección efectuada, la que
se comunicará al Juez o Presidente del órgano inspeccionado.

5. Los actos del CGPJ


El CGPJ puede dictar actos singulares o disposiciones de carácter general.
Tales actos administrativos y disposiciones normativas tienen que ser dictados por el
órgano competente, es decir, el Pleno. La deliberación de los acuerdos de los órganos
colegiados tendrá carácter reservado y se adoptarán por mayoría simple.

A) LOS ACTOS ADMINISTRATIVOS


Los actos singulares del CGPJ revestirán la forma de Real Decreto, cuando se trate
de nombramientos de Presidente o de Magistrados, y de Orden, cuando sean de
Jueces. Todos ellos tienen que ser motivados y publicados en el BOE. Los demás actos
tienen que ser notificados a los interesados y a quienes deban ejecutarlos.
El CGPJ ostenta el principio de autotutela administrativa, de manera que sus actos
son directamente ejecutivos. Estos actos son recurribles en alzada ante la Comisión
permanente, los actos de la Comisión disciplinaria son susceptibles de impugnación
ante el Pleno y, en último término, ante los tribunales de lo Contencioso-Administrativo.

B) LOS REGLAMENTOS
El CGPJ tiene potestad reglamentaria sobre diversas materias. Pero estos
reglamentos no pueden afectar al estatuto de jueces y magistrados.
La competencia para dictar reglamentos corresponde al pleno del CGPJ, los cuales
serán publicados en el BOE.

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LECCIÓN 4: LA EXCLUSIVIDAD DE LA JURISDICCIÓN

1. El principio de unidad jurisdiccional


A) CONCEPTO Y FUNDAMENTO
Dispone la CE que el principio de unidad jurisdiccional es la base de la
organización y funcionamiento de los Tribunales.
a) El principio de la unidad jurisdiccional se opone a la creación de las jurisdicciones
especiales, característica esencial de las sociedades estamentales o
corporativas, que sustentaban el Antiguo Régimen y el anterior Estado
autocrático.
Una Jurisdicción está formada por el principio de unidad cuando la potestad
jurisdiccional es encomendada exclusivamente a los Jueces y Magistrados,
integrantes del Poder Judicial.
b) El fundamento del principio de unidad es el mismo que el del de la propia
legitimación del oficio judicial: la independencia y la sumisión a la ley de los -
Juzgados y Tribunales.
Los Jueces y Magistrados son los únicos funcionarios absolutamente
independientes, (ningún superior puede dictarles órdenes sobre sus decisiones)
y exclusivamente sometidos a la Ley y al Derecho, por lo que solo a ellos la
sociedad les otorga la potestad jurisdiccional, excluyendo al Poder Ejecutivo.
De lo dicho se desprende que el principio de unidad jurisdiccional es consustancial a
todo sistema democrático.

B) EVOLUCIÓN HISTÓRICA
La evolución histórica del principio de unidad jurisdiccional sufrió los mismos avatares
que los de la propia revolución liberal.
a) En 1868, con el Decreto de unificación de fueros, se suprimieron las múltiples
jurisdicciones del Antiguo Régimen, dejando solo la eclesiástica, la militar y la
del Senado.
Pero, con el paso de los años, este principio empezó a agrietarse como
consecuencia de la expansión de las jurisdicciones especiales más
emprendedoras, como la militar, siendo necesario durante la II República, la
promulgación de tres decretos para que el principio de unidad volviese a la
misma situación de 1868.
b) Con el nuevo Estado autocrático surgido tras la guerra civil del 36, se crearon
nuevas jurisdicciones especiales.
c) En 1977 se abolieron las jurisdicciones de orden público y la de delitos
monetarios, en 1978 se hizo lo propio con los Tribunales Sindicales de Amparo
y Juntas de detasas. Posteriormente, el TC se encargaría de abolir determinadas
jurisdicciones y de ceñir la militar sus justos límites

C) RÉGIMEN JURÍDICO VIGENTE


El principio de unidad jurisdiccional establecido en la LOPJ establece que la
Jurisdicción es única y se ejerce por los Juzgados y Tribunales previstos en la Ley.
No se ha querido efectuar en nuestro ordenamiento una conservación rotunda y
radical del referido principio de unidad, ya que la propia CE anunció la instauración de
nuevos órganos jurisdiccionales.
La existencia de estos órganos jurisdiccionales es la que ha motivado esta
declaración flexible del principio de unidad. Los únicos órganos judiciales que pueden
instaurarse fuera del Poder Judicial son los expresamente previstos en la CE.

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La existencia de tales Tribunales, no obstante, no permite configurarlos como
jurisdicciones especiales. En los referidos órganos jurisdiccionales, el requisito de la
independencia judicial concurre con toda su plenitud, aunque a través de una distinta
regulación, razón por la cual deben ser conceptuados como Tribunales especiales, es
decir, como órganos judiciales que, si bien no están integrados en la jurisdicción
ordinaria o Poder Judicial, poseen la totalidad de las notas que adornan la Jurisdicción,
pues solucionan con independencia e imparcialidad y de una manera definitiva e
irrevocable los especiales conflictos que le han sido atribuidos por la CE.

D) LA JURISDICCIÓN MILITAR
La Jurisdicción Militar es la única jurisdicción especial legitimada constitucionalmente
por la CE.
a) Concepto y fundamento
La jurisdicción militar tiene por finalidad asegurar la disciplina en una
organización jerarquizada, en la que la disciplina castrense constituye un valor
esencial para su buen funcionamiento. Solo puede extender su ámbito de
aplicación a quienes voluntariamente decidieron formar parte del ejército.
La CE permite la existencia de la jurisdicción militar, siempre y cuando se ciña
al ámbito estrictamente castrense y sea respetuosa con los principios de la
Constitución.
a. El ámbito estrictamente castrense.
La jurisdicción militar es la única especial que legitima su subsistencia,
siempre que se limite su actuación al ámbito estrictamente militar, que se ha
configurado mediante la concurrencia de estos tres criterios:
 Por razón de la materia, la jurisdicción castrense a definirse a los delitos que
atenten a la disciplina castrense
 Por razón del lugar, a los cometidos dentro de los cuarteles y en actos de
servicio
 Por razón de las personas, tan solo a los militares y nunca a los civiles
b. Su adecuación a los principios de la Constitución.
El ejercicio de la jurisdicción militar tiene que adecuarse a los principios de
la Constitución. A los principios que se refiere esta norma son los de la
independencia y sumisión a la ley y al derecho. Por tanto, el proceso militar ha
de ser respetuoso con tales principios constitucionales. Cuando la jurisdicción
militar se extralimite, el interesado podrá interponer recurso de amparo.

b) Naturaleza y régimen vigente


Se distinguen dos etapas diferenciadas:
 Desde la promulgación de la CE al día 1 de junio de 1986
 Desde la promulgación de las leyes de 1985 hasta el momento presente
A) La jurisdicción militar como jurisdicción especial
En la primera etapa, los Tribunales militares conformaban una auténtica
jurisdicción especial, por cuanto carecían de toda independencia, a la vez que
extralimitaban manifiestamente su competencia. Bastaba que el delito fuese de
naturaleza militar, aunque fuese cometido por un civil, para que la jurisdicción
militar reclamará el conocimiento del asunto. Por esta razón, el TC se vio
obligado a intentar ceñir la jurisdicción militar a su propio ámbito.
B) La jurisdicción militar como jurisdicción mixta
Tras la promulgación de las leyes penal y disciplinaria de 1985, los
Tribunales militares aparecen configurados como órganos jurisdiccionales
mixtos, situados a mitad de camino entre lo que es una jurisdicción militar y lo
que debe ser un tribunal ordinario.

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 Mayor reducción del ámbito estrictamente castrense
Las leyes penal y disciplinaria de 1985 ocasionaron una drástica reducción
de los delitos militares y de la jurisdicción militar. Así, la práctica totalidad de
los delitos comunes cometidos por militares son juzgados por los Tribunales
ordinarios. Lo mismo ocurrió con determinados delitos considerados como de
naturaleza militar. En definitiva, se produjo una transformación de los ilícitos
penales militares en tipos penales comunes y una conversión de ilícitos
penales militares en ilícitos administrativos militares.
 Potenciación de la independencia judicial
Como consecuencia de la declaración, conforme a la cual, la Jurisdicción
militar tiene que organizarse de acuerdo con los principios de la Constitución,
el legislador ordinario procedió a aproximarla a la Jurisdicción ordinaria, formal
y subjetivamente. Desde un punto de vista formal, dispuso que dicha
jurisdicción tenía que salvaguardar debidamente la unidad del poder judicial
del Estado y calificó a la jurisdicción militar como integrante del poder judicial
del Estado.

2. El monopolio de la jurisdicción
El principio de unidad jurisdiccional tiene que ser completado con el de monopolio
estatal de la jurisdicción, para integrar el genérico principio de la exclusividad
jurisdiccional.
Dicho monopolio jurisdiccional se encuentra proclama proclamado en la CE y en la
LOPJ, según la cual, el ejercicio de la potestad jurisdiccional en todo tipo de procesos,
juzgando y haciendo ejecutar lo juzgado, corresponde exclusivamente a los Juzgados y
Tribunales determinados por las leyes.
El fundamento del monopolio estatal en la potestad jurisdiccional hay que encontrarlo
en la previsión que tienen los particulares de acudir a la autodefensa como medio para
la solución de los conflictos. Los ciudadanos, para obtener la defensa de sus derechos,
han de acudir necesariamente, mediante el ejercicio del derecho a la tutela judicial o de
acción, a los Tribunales, ante los cuales puede obtenerse todo tipo de tutela
jurisdiccional.
Al principio de exclusividad o monopolio de la jurisdicción no se opone la posibilidad
de que determinados conflictos intersubjetivos puedan sobre solucionarse fuera de la
jurisdicción, a través del arbitraje.
El fundamento del arbitraje estriba en el principio dispositivo o absoluto poder de
disposición que tienen los ciudadanos sobre determinados derechos subjetivos o
relaciones jurídicas.
La causa o legitimación del arbitraje y de la intervención de los árbitros estriba en la
previa suscripción por las partes de un convenio arbitral o contrato preliminar de
arbitraje, en cuya virtud las partes estipulan someter a los árbitros los litigios que puedan
surgir en relación con determinadas relaciones jurídicas.
Así la legitimación de los árbitros proviene de ese convenio y de su prestigio derivado
de su imparcialidad, honradez y conocimientos jurídicos.
Los árbitros solo ostentan la potestad de juzgar, pero no lo de hacer ejecutar lo
juzgado. Como tienen la facultad de decidir de manera definitiva y revocable los litigios
que se promuevan ante ellos, estos jueces han de ser independientes, pudiendo ser
recusados. Sus decisiones definitivas, llamadas laudos arbitrales, equivalen a una
sentencia.
En principio, los laudos solo pueden ser anulados por la audiencia Provincial
mediante un recurso extraordinario de nulidad.

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A) LA ATRIBUCIÓN DE LA POTESTAD JURISDICCIONAL A JUZGADOS Y
TRIBUNALES
El principio de exclusividad jurisdiccional significa que tan solo los Juzgados y
Tribunales ostentan el monopolio de la potestad jurisdiccional. Dicho monopolio
consiste en juzgar y hacer ejecutar lo juzgado, lo que significa que ha de estar
presente, tanto en la fase declarativa, como la de ejecución de sentencias.
a) En la fase declarativa
En la fase declarativa, dicho principio significa que todos los litigios y conflictos
sociales que surjan han de ser solucionados por el juez legal y a través del
proceso preestablecido. Así, todos los ciudadanos y poderes públicos quedan
sometidos a la potestad jurisdiccional.
El Poder Ejecutivo no puede asumir funciones juzgadoras, ni declarar materias
exentas de control por parte de los Tribunales.
b) En la fase de ejecución
También corresponde a la jurisdicción con exclusividad la potestad de hacer
ejecutar lo juzgado, de manera que el proceso de ejecución también es un
monopolio de la jurisdicción.
El fundamento del derecho a la ejecución de la sentencia se encuentra además
implícito en el derecho a la tutela y, más concretamente, en la exigencia de que
la tutela de los derechos e intereses legítimos sea efectiva.
Además dicha ejecución tiene que ser jurisdiccional. Como consecuencia, la
CE no autoriza a ningún otro poder del Estado a realizar fallos judiciales. Los
ciudadanos y demás poderes del Estado están obligados a cumplir las sentencias
y demás resoluciones firmes de los Jueces y Tribunales.

B) LA AUTOTUTELA ADMINISTRATIVA Y LA POTESTAD SANCIONADORA


a) La autotutela administrativa
A la Administración Pública le corresponde dictar actos y reglamentos
administrativos. Mediante este procedimiento administrativo la Administración
Pública ejercita, de algún modo, funciones juzgadoras, declarativas y ejecutivas.
El acto administrativo no solo ha de ser congruente, motivado y fundado en
derecho, sino que es directamente ejecutivo sin necesidad de acudir al proceso
judicial de ejecución. La administración puede realizar sus actos administrativos
limitando o sacrificando los derechos subjetivos de los particulares.
Esta facultad de autotutela administrativa no supone una excepción al principio
de exclusividad jurisdiccional, pues, si el administrado estima que el acto
administrativo no resulta acorde a derecho, siempre puede recurrir a los tribunales
administrativos.
b) La potestad sancionadora
La Administración ostenta, en las relaciones generales y en las especiales, la
potestad sancionadora, con dos limitaciones, una negativa y otra positiva.
Según la limitación negativa, le está prohibido a la Administración imponer
penas privativas de libertad, pudiendo solo imponer sanciones privativas de
derechos.
Según la limitación positiva, el administrado puede recurrir su sanción
mediante la interposición del recurso contencioso-administrativo.

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3. Funciones no jurisdiccionales atribuidas por la ley a juzgados
y tribunales
La CE establece que los Juzgados y Tribunales no ejercerán más funciones que las
que expresamente les sean atribuidas por Ley.
Mediante esta prohibición constitucional, a los Jueces les está prohibido el ejercicio
de otras funciones distintas a la jurisdiccional y, de modo especial, la función legislativa
y política. Por eso la CE prohíbe a los jueces en activo ejercer cargos públicos o
pertenecer a partidos políticos y sindicatos.

A) EL REGISTRO CIVIL
Los registros civiles están a cargo de los Juzgados de Primera Instancia y, por
delegación de estos, de los de Paz.
El Registro Civil se rige todavía por una ley de 1957. Tiene como función inscribir
los hechos relativos al estado civil de las personas y se divide en cuatro secciones:
nacimientos y general, matrimonios, defunciones y tutelas y representaciones
legales.
Los actos de calificación registral no poseen naturaleza procesal, sino gubernativa
o administrativa, de ahí que puedan ser recurridos ante el Juez de Primera Instancia
y, en alzada, a la Dirección General, si bien determinados actos son competencia
exclusiva del Ministerio de Justicia.

B) LA INVESTIGACIÓN PENAL
La investigación penal, dirigida a esclarecer el delito y a averiguar el presunto
autor, que asumen los Jueces de Instrucción, no es procesal, sino policial y de aquí
que tales actos de investigación sean asumidos, bien por el Ministerio Fiscal, bien por
la policía.
El fundamento constitucional de esta competencia de los Jueces de Instrucción
hay que encontrarlo en la Constitución, que permite convertir al Ministerio Fiscal en
el director exclusivo de la investigación sumarial, relegando la función del Juez de
Instrucción a los actos instructores estrictamente procesales, como son los de prueba
sumarial anticipada y los limitativos de derechos fundamentales que, por exigencias
de la propia Constitución, tienen que permanecer siempre bajo el principio de
exclusividad jurisdiccional

C) LA JURISDICCIÓN VOLUNTARIA
Por actos de jurisdicción voluntaria cabe entender aquellos en los que no esté
empeñada cuestión alguna. Por cuestión cabe entender la existencia de conflicto de
intereses entre las partes, lo que sí aconteciera dentro del expediente de jurisdicción
voluntaria mediante la oposición de alguna de las partes, lo transformaría en
contenciosa.
Se trata de actos de mera comprobación, donde el Juez, en tanto que autoridad
imparcial, es convocado a fin de dotar de fehaciencia y autenticidad a determinados
actos de voluntad de los particulares.
Diversas leyes contemplan también actos de jurisdicción voluntaria.

D) OTRAS FUNCIONES
Debido a la independencia e imparcialidad de los Jueces y Magistrados, el
legislador delega en ellos determinadas funciones que no son estrictamente
jurisdiccionales, pero que se efectúa en garantía de cualquier derecho.

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Esta atribución de funciones la realiza el legislador atendiendo a dos criterios,
objetivo orgánico y subjetivo.
a) Criterio objetivo
El legislador ordinario desea reforzar la independencia de la Administración
mediante la inclusión en ella de miembros del Poder Judicial con el objeto de
reforzar su autoridad.
Así, a fin de proteger adecuadamente el derecho al sufragio activo y pasivo,
se refuerza la imparcialidad de la autotutela administrativa en materia electoral
mediante la configuración de las juntas electorales, que cuentan con miembros
procedentes del Poder Judicial.
b) Criterio subjetivo
Debido a la relevancia de los derechos fundamentales y a las circunstancias
que, en materia de limitación del libre ejercicio de los derechos fundamentales, la
jurisdicción tiene que ostentar, las leyes atribuyen directa o indirectamente a los
Jueces las resoluciones limitativas de estos derechos fundamentales.

  20 
 
LECCIÓN 5: LA INDEPENDENCIA DE JUECES Y
MAGISTRADOS

1. Independencia de los Jueces y Magistrados


Las garantías constitucionales del Juez se encuentran diseñadas por la CE.
El Juez constitucional tiene que ser:
‐ Independiente e inamovible: la legitimación del oficio judicial solo puede
descansar en la independencia, necesaria para la aplicación imparcial del
derecho, sin la cual no puede hablarse de la existencia de un juzgado.
‐ Responsable: el Juez independiente tiene que ser responsable, ya que si no se
instalaría la arbitrariedad en el poder judicial y se ocasionaría el ilegítimo sacrificio
de los derechos subjetivos de los ciudadanos
‐ Sometidos únicamente al imperio de la ley: Los jueces tienen que aplicar las
leyes promulgadas por el parlamento y no las directrices del Ejecutivo.

A) INDEPENDENCIA FRENTE A LOS OTROS PODERES DEL ESTADO


La independencia del Poder Judicial frente a los demás poderes del Estado se
sintetiza en un solo concepto: división de poderes.
La independencia del Poder Judicial frente al Ejecutivo se garantiza a través de
dos medidas constitucionales:
‐ La reserva de Ley Orgánica en la constitución, funcionamiento y gobierno de los
Juzgados y Tribunales
‐ El control por el Poder Judicial de los actos y reglamentos del Poder Ejecutivo
a) La reserva de ley orgánica
Según establece la LOPJ, la constitución, funcionamiento y gobierno de los
Tribunales es materia de reserva de la Ley Orgánica del Poder Judicial.
A la LOPJ le corresponde determinar los órganos jurisdiccionales, su
composición y funcionamiento, sin que las Cortes puedan hacer uso de la
delegación legislativa sobre esta materia al gobierno.
b) El control judicial de los reglamentos ilegales
Un reglamento que derogara o modificara la organización de los Juzgados y
Tribunales sería ilegal e infringiría el principio de jerarquía normativa, por lo
que, debido a la obligación de control normativo que ostenta la Jurisdicción sobre
la legalidad de los reglamentos, ningún Juzgado o Tribunal podría aplicarlo.

B) INDEPENDENCIA FRENTE A LA SOCIEDAD


La independencia del Juez frente a la sociedad se asegura mediante un conjunto
de medidas, que pueden ser preventivas o represivas
a) Preventivas
Las medidas preventivas están dirigidas a preservar la imparcialidad objetiva
y autoridad o prestigio de Jueces y Magistrados.
Esta imparcialidad o supremacía de todo órgano jurisdiccional en el seno de la
sociedad se obtiene a través del estatuto jurídico de los Jueces y Magistrados.
Para ello es necesario que quienes accedan a la Magistratura posean un elevado
nivel de conocimiento en Derecho, lo cual se obtiene mediante el sistema de
ingreso a través de oposición libre, común para los jueces y fiscales. Una vez
superado la oposición, los aspirantes tienen que superar un curso en el Centro
de Estudios Judiciales. El acceso de Juez a Magistrado se efectúa mediante
concurso de méritos.

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La LOPJ establece un severo régimen de incompatibilidades de la función de
Juez con la ejecutiva o legislativa, con la Abogacía o con la gestión de sociedades
mercantiles, así como de prohibiciones, cuyo incumplimiento puede engendrar
responsabilidad disciplinaria, y cuya finalidad consiste en asegurar la división de
poderes, afianzar la imparcialidad del Juez frente a la sociedad y las partes, y
asegurar el correcto funcionamiento de la justicia.
b) Represivas
La LOPJ establece que todos están obligados a respetar la independencia de
los Jueces y Magistrados. Esta ley faculta al Juez que se considere inquietado en
su independencia a poner los hechos en conocimiento del CGPJ, estando
obligado el Ministerio Fiscal a ejercitar las acciones oportunas en defensa de la
independencia judicial, pues la CE le confía la función de velar por la
independencia de los Tribunales

C) INDEPENDENCIA RESPECTO DE LAS PARTES PROCESALES Y DEL


OBJETO LITIGIOSO
Un primer grupo de garantías procesales intenta preservar la imparcialidad del
Juez con respecto al objeto litigioso, pues la legitimación de un Juez en un proceso
determinado estriba en una ausencia de vinculación o de relación del juez con las
partes o con el objeto procesal.
Si así sucediera, se impone la abstención o recusación del Juez o Magistrado,
garantías procesales que intentan salvaguardar la imparcialidad del órgano
jurisdiccional a fin de que aplique el Derecho objetivo al caso concreto.
a) La abstención
La abstención es una obligación de todo Juez o Magistrado, que se realiza
mediante un acto procesal declarativo, por el que, con suspensión del proceso
principal, un Juez o Magistrado ha de poner inmediatamente en conocimiento,
respectivamente, de la Sección o Sala de la que forme parte o del órgano judicial,
la circunstancia que se encuentra incurso en alguna de las causas de recusación
y de voluntad, por el que, para preservar la imparcialidad del órgano judicial al
que pertenece, solicita ser relevado en un proceso determinado.
El órgano competente podrá estimar o no la abstención. Si la desestimara,
ordenará al Juez o Magistrado que continué con la causa. Si se estimara, el
abstenido dictará auto por el que se apartará del proceso y remitirá las
actuaciones a su sustituto. Cuando el que se abstenga forme parte de un órgano
colegiado, el auto lo dictará la sala o Sección a la que pertenezca.
b) La recusación
La recusación es un acto de postulación por el que alguna de las partes
interesadas le comunica a un determinado Juez o Magistrado que se encuentra
incurso en alguna de las causas de recusación y, por lo tanto, le solicita que
abandone el proceso.
Solo pueden recusar las partes formales y, en todo caso, el Ministerio Fiscal,
siempre cuando deba intervenir en el proceso.
Las causas de recusación lo son también de abstención y se contemplan en el
artículo 219 de la LOPJ.
La Ley exige que la recusación se debe plantear tan pronto como se tenga
conocimiento de la existencia de la causa que la funde. Esta prescripción tiene
por objeto evitar comportamientos dilatorios dentro del procedimiento. Así, la LEC
exige que se notifique la composición completa de la Sala.
Planteada la recusación mediante escrito, con determinación de la causa e
incorporación de un principio de prueba, se abrirá el incidente de recusación, que
consta de las siguientes fases procesales:

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‐ Traslado del escrito a las demás partes para que aleguen y comunicación del
mismo al magistrado encargado de instruir el incidente
‐ Traslado del escrito de recusación al juez recusado, para que informe sobre la
concurrencia de la causa
‐ Una vez admitido a trámite el incidente por el instructor, si el recusado acepta
como cierta la causa alegada, se resolverá el incidente sin más trámites
‐ Si no la acepta, el instructor decidirá sobre la práctica de la prueba propuesta y
remitirá todas las actuaciones al tribunal competente para decir la recusación
‐ Este tribunal solicitará el informe del ministerio fiscal y resolverá el incidente
La competencia para decidir los incidentes de recusación de magistrados
corresponde a la sección o sala de la que formen parte.

D) INDEPENDENCIA DEL JUEZ FRENTE A SUS SUPERIORES Y DE LOS


ÓRGANOS DE GOBIERNO
Para salvaguardar la independencia del juez frente a sus superiores y de los
órganos de gobierno del Poder Judicial, la LOPJ contempla dos tipos de garantías:
a) La inamovilidad judicial y la prohibición de los órganos superiores de dirigir
instrucciones a los inferiores
Cuando un juez está conociendo de un determinado objeto procesal, es
absolutamente independiente, no solo de las partes, sino también de sus
superiores. Esto lo consagra la LOPJ, al declarar la independencia del juez frente
a todos los órganos judiciales y al prohibir a los superiores dirigir órdenes a los
inferiores sobre la aplicación del derecho.
El incumplimiento de tales prohibiciones engendra responsabilidades
disciplinarias.
En nuestro ordenamiento, tan solo la doctrina del TC vincula directamente a
todos los Jueces y Magistrados.
b) La inamovilidad
La inamovilidad judicial integra la principal garantía de la independencia judicial
frente a los superiores del Juez, ya que, sin ella, podrían los órganos de gobierno
del Poder Judicial desembarazarse de aquellos jueces que no secundaran sus
directrices y colocar en su lugar a los más sumisos.
Por ello, la LOPJ define la inamovilidad judicial estableciendo que los Jueces
y Magistrados no podrán ser para ser separados, suspendidos, trasladados ni
jubilados sino por alguna de las causas y con las garantías previstas en la Ley.

2. La responsabilidad personal de jueces y magistrados


La independencia judicial tiene como contrapartida la existencia de responsabilidad
del juez por los daños que pueda cometer en el ejercicio de su función jurisdiccional. La
responsabilidad de los jueces y magistrados puede ser penal y disciplinaria.

A) RESPONSABILIDAD PENAL
La responsabilidad penal del Juez tiene que dilucidarse cuando haya cometido un
delito en el ejercicio de su función jurisdiccional. En tal caso, se interpondrá
directamente la pertinente querella ante el órgano jurisdiccional ante el que esté
aforado el Juez o Magistrado.
El procedimiento puede iniciarse de oficio, mediante providencia del tribunal
competente o a instancia de parte, pero siempre mediante querella.
Si el delito fuese apreciado por el TS o por un TSJ, la denuncia la planteará
directamente ante el tribunal competente.

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B) RESPONSABILIDAD DISCIPLINARIA
El juez puede incurrir en responsabilidad disciplinaria cuando incurre en alguna de
las conductas previstas en la LOPJ como faltas muy graves, graves y leves.
En ocasiones, las faltas pueden ser constitutivas de un delito. En tal caso, se
incoarán dos procedimientos paralelos, uno penal y otro administrativo sancionador.
A fin de evitar la vulneración del principio constitucional del ne bis in ídem y garantizar
el principio de supremacía de la jurisdicción penal sobre la administrativa, es obligado
suspender el procedimiento administrativo hasta que recaiga sanción penal.
Fuera de estos casos, las faltas administrativas están dirigidas a asegurar el
cumplimiento de las obligaciones del Juez, a fin de asegurar el imparcial y correcto
funcionamiento de la justicia.
La autoridad competente para la imposición de la sanción depende de la gravedad
de la misma. Si se tratase de una infracción leve, pueden ponerla el presidente del
Tribunal o Sala de gobierno respectiva; si fuese grave, la Comisión disciplinaria del
CGPJ, y si fuera muy grave, tendrá que imponerla el pleno del CGPJ.

3. La sumisión del juez a la ley


Los Jueces y Magistrados han de estar únicamente sometidos al imperio de la Ley. En
esta función de sumisión reside la legitimación constitucional de la función jurisdiccional
y radica la independencia y prestigio de la magistratura.
Esta función de aplicación del Derecho no se opone a la posibilidad de creación judicial
del Derecho, con las limitaciones existentes. El Juez debe poner especial cuidado en
que su interpretación no contradiga la jurisprudencia de los altos tribunales.
Tampoco se opone a que el Juez mantenga su ideología o concepción del mundo y que
incluso contribuya a dicha creación judicial del Derecho.
La CE ha querido desterrar la figura del Juez político, del Juez que solo tutela
determinados intereses.

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LECCIÓN 6: EL DERECHO AL JUEZ LEGAL

1. Concepto y regulación
El derecho al Juez legal se encuentra previsto en nuestra CE en dos preceptos
diferenciados:
‐ De manera positiva, todos tienen derecho al juez ordinario predeterminado por la
ley
‐ De manera negativa, la prohibición de los tribunales de excepción.
El Juez legal es el predeterminado con arreglo a las normas de competencia
preestablecidas.
Puede definirse el derecho al Juez legal como el derecho fundamental que asiste a
todos los sujetos de derecho a plantear sus pretensiones o a ser juzgados por auténticos
órganos jurisdiccionales, creados mediante Ley Orgánica, pertenecientes al Poder
Judicial, respetuosos con los principios constitucionales de igualdad, independencia y
sumisión a la Ley, y constituidos con arreglo a las normas comunes de competencia
preestablecidas.

2. Notas esenciales
A) RESERVA DE LEY ORGÁNICA
La primera nota que tiene que revestir el Juez legal es la de tratarse de un órgano
jurisdiccional expresamente establecido mediante Ley Orgánica, emanada de las
Cortes Generales.
De este modo, la creación de nuevos órganos jurisdiccionales y la determinación
de sus atribuciones es una competencia del Estado. Dicha competencia tiene que ser
ejecutada a través de una ley orgánica, tal y como establece la CE al disponer que la
Ley Orgánica del Poder Judicial determinará la constitución, funcionamiento y
gobierno de los Juzgados y Tribunales.
Por tanto, la instauración y composición de los órganos jurisdiccionales y la
determinación genérica de su competencia objetiva tiene que estar expresamente
prevista en la LOPJ, jamás mediante un decreto-ley.
El Poder Ejecutivo o el CGPJ solo quedan facultados para modificar el número y
composición de los órganos judiciales, pero sin que puedan alterar el régimen de
constitución y funcionamiento de los órganos judiciales o alterar la determinación,
naturaleza, competencia o planta de los órdenes y órganos jurisdiccionales.

B) JUEZ LEGAL Y PODER JUDICIAL


El Juez legal tiene que estar formal y materialmente integrado en el Poder Judicial,
ya que dicho Juez tiene que ser ordinario, o lo que es lo mismo, ha de pertenecer a
la jurisdicción ordinaria o Poder Judicial.
La potestad jurisdiccional corresponde exclusivamente a los Juzgados y
Tribunales integrantes del Poder Judicial, con la excepción de los tribunales
consuetudinarios y tradicionales y de la jurisdicción militar.
Así, por Juez legal también hay que entender exclusivamente a los Juzgados y
Tribunales integrantes del Poder Judicial.

C) IGUALDAD

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Si todos los ciudadanos son iguales ante la Ley, la CE no puede permitir la
creación de Tribunales instituidos por razón de nacimiento, raza, sexo, religión,
opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social.
Por esto, puede parecer discutible la existencia de determinados privilegios:
‐ La inviolabilidad o ausencia de responsabilidad, civil o penal.
‐ La inmunidad o imposibilidad de ser detenido
‐ El aforamiento a determinados órganos jurisdiccionales superiores
‐ La exención al deber de comparecer y declarar verbalmente ante el Juez de
Instrucción.
Tales privilegios suponen una discriminación frente a los demás ciudadanos,
basada en una circunstancia social, como lo es la condición de Autoridad.

D) INDEPENDENCIA
El órgano jurisdiccional ante el cual acuden las partes a fin de que dirime el
conflicto ha de revestir todas las garantías de la independencia judicial, ya que todos
tienen derecho a ser juzgados por un Tribunal independiente e imparcial.
Ante eventuales vulneraciones al Juez legal, cobra una singular relevancia la
imparcialidad del órgano jurisdiccional, que se garantiza en la esfera del proceso a
través de la abstención y de la recusación.
Cualquier parte procesal que pueda tener dudas fundadas sobre la imparcialidad
del Juez, puede sugerir su abstención o provocar su recusación ya que tales
garantías integran el concepto de Juez legal.

E) JUEZ ORDINARIO Y SUMISIÓN AL DERECHO


La sumisión del juez a la Ley y al Derecho, junto con la independencia judicial,
conforman la legitimación del oficio judicial, ya que la CE exige que el Juez ordinario
ejercite la potestad jurisdiccional mediante la aplicación del Derecho a los casos
concretos.
Deben los Jueces y Magistrados huir de impresiones subjetivas o de plasmar sus
opiniones personales en las Sentencias. No pueden ejercer funciones políticas a
través de sus sentencias. Esto no quiere decir que los jueces sean apolíticos sino
que, a la hora de solucionar un conflicto, solo pueden tener en cuenta el Derecho
aplicable. Lo prohibido es únicamente la figura del Juez político, aquel que a la hora
de solucionar el conflicto, no duda en violentar la ley en aras de una ideología
determinada.

F) JUEZ LEGAL Y COMPETENCIA


El Juez ordinario predeterminado por la Ley no puede ser otro que el Juez objetiva,
funcional y territorialmente competente.
Para que se vulnere el derecho fundamental al Juez legal se hace preciso que
dicha infracción de la norma atributiva de la competencia, implique la violación de las
garantías constitucionales de los órganos jurisdiccionales y, de modo especial, la de
la independencia judicial.
Así, si a través de la manipulación de normas de la competencia funcional se
consigue que un determinado litigio pase al conocimiento de un terminado órgano
judicial sabiendo cuál va ser la solución, se habrá infringido el derecho al Juez legal.
El Juez ordinario predeterminado por la Ley exige también que la composición del
órgano judicial venga determinada por la Ley y que se siga el procedimiento
legalmente establecido y para la designación de los miembros que han de constituir
el órgano correspondiente. De esta forma se trata de garantizar la independencia e
imparcialidad.

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SECCIÓN TERCERA: LA ORGANIZACIÓN DEL
PODER JUDICIAL
LECCIÓN 7: LA ORGANIZACIÓN DEL PODER JUDICIAL

1. La organización del Poder Judicial: concepto


Dispone el artículo 117.1 CE que los Jueces y Magistrados integran el Poder Judicial,
formando parte de los Juzgados y Tribunales, a quienes se les otorga en exclusiva el
ejercicio de la potestad jurisdiccional. El CGPJ es el órgano al que se le confía el
gobierno de los Jueces y todo lo relativo a su estatuto jurídico.
Existen dos tipos de organizaciones del Poder Judicial:
‐ La jurisdiccional
‐ La gubernativa

A) ORGANIZACIÓN JURISDICCIONAL
El Poder Judicial actúa como Jurisdicción cuando, dictando actos, juzga y hacer
ejecutar lo juzgado. Para ello se constituye en forma de Juzgado, Tribunal o Salas de
Justicia. Sus resoluciones son actos procesales, los cuales pueden ser impugnados.
El Poder Judicial parece una pirámide, en cuya cúspide se sitúa el Tribunal
Supremo como Tribunal superior de todos los órdenes y órganos jurisdiccionales y a
quién las leyes le confieren la función de emitir su doctrina legal, vinculante para todos
los Juzgados y Tribunales.
Esta organización jerárquica solo lo es a efectos procesales o jurisdiccionales,
nunca gubernativos. Los Magistrados del Tribunal Supremo no son superiores a los
demás Jueces y Magistrados.

B) ORGANIZACIÓN GUBERNATIVA
Los Jueces y Magistrados son también funcionarios, dependientes del CGPJ. Su
relación funcionarial que les vincula con los órganos de gobierno del Poder Judicial
ocasiona actos administrativos, en los que dichos órganos de gobierno no ejercitan
potestad jurisdiccional, sino la potestad administrativa de autotutela.
También la organización gubernativa del Poder Judicial se parece a una pirámide,
en cuya cúspide se sitúa el Consejo General del Poder Judicial.
Este órgano ostenta todas las potestades gubernativas, incluida la disciplinaria.
Tiene competencia para la designación, formación, promoción y régimen disciplinario
de los Jueces y Magistrados.
Esta potestad se extiende sobre todo el territorio nacional, por lo que se dividió el
trabajo en órganos gubernativos inferiores. Estos órganos son:
‐ El Juez Decano
‐ Presidente de Sala
‐ Presidentes de las Audiencias Provinciales, de los Tribunales Superiores de
Justicia y el Tribunal Supremo.

2. Tribunales no integrados en el Poder Judicial


Existen otros órganos que, dentro de sus respectivas esferas de competencia,
también ostentan la potestad jurisdiccional. Estos órganos no se rigen por la LOPJ, su

  27 
 
independencia es distinta a la de los Jueces y Magistrados y suelen dictar sus actos a
través de Leyes procesales diferentes a las de Enjuiciamiento.
La legitimidad de estos órganos jurisdiccionales también deriva de la propia
Constitución. Estos órganos, que no integran el Poder Judicial pero que forman parte de
la Jurisdicción, están integrados por las Jurisdicciones especiales, los Tribunales
Especiales y los Tribunales Supranacionales

A) LAS JURISDICCIONES ESPECIALES


Las Jurisdicciones Especiales aparecen contempladas en el artículo 117.5 CE,
Que contempla y legítima como jurisdicción especial solo la militar.

B) LOS TRIBUNALES ESPECIALES


Están constituidos por el Tribunal Constitucional, el Tribunal de Cuentas y los
Tribunales consuetudinarios y tradicionales.
El Tribunal Constitucional es el intérprete supremo de la Constitución,
independiente de los demás poderes del Estado, y a cuyas decisiones están
sometidos todos ellos, incluido el Poder Judicial.
El Tribunal de Cuentas es un Tribunal, dependiente de las Cortes Generales, a
quién la CE le confiere la potestad de fiscalizar las cuentas y gestión económica del
Estado, del sector público y de la financiación de los partidos políticos. Desde un
punto subjetivo, sus Magistrados ostentan la misma independencia e inamovilidad
que los miembros del Poder Judicial y, desde el objetivo, también ejercitan la potestad
jurisdiccional en materia de juicios de cuentas y procesos de reintegro por
alcance, forman parte del orden jurisdiccional contencioso-administrativo y la mayor
parte de sus Sentencias pueden ser recurridas ante el TS, circunstancia que lleva a
conferir a este órgano naturaleza mixta:
‐ Administrativa cuando actúa por delegación del Poder Legislativo su labor de
fiscalización contable
‐ Jurisdiccional en todos los procesos de responsabilidad contable
Los Tribunales consuetudinarios y tradicionales se encuentran previstos en la
LOPJ. Tan solo tienen este carácter el Tribunal de las Aguas de la Vega de Valencia
y el Consejo de Hombres Buenos de Murcia. La independencia de estos órganos
jurisdiccionales proviene de la autoridad moral o prestigio de sus Jueces, que
ocasiona que sus sentencias sean acatadas voluntariamente.

C) LOS TRIBUNALES SUPRANACIONALES


Los Tribunales supranacionales alcanzan su legitimación constitucional en virtud
de la suscripción por las Cortes de un Tratado Internacional. Dentro de estos,
merecen destacarse:
‐ Los Tribunales de Justicia y de Primera Instancia de la Comunidad Europea, con
competencia para la aplicación de los Tratados de la Unión Europea o Derecho
comunitario y su jurisprudencia vincula a todos los tribunales.
‐ El Tribunal Europeo de Derechos Humanos, competente para la aplicación del
Convenio Europeo de Derechos Humanos y cuya jurisprudencia vincula a todos
los poderes públicos españoles

3. El Poder Judicial y las Comunidades Autónomas


El Poder Judicial es único y pertenece al Estado. En nuestro Estado compuesto,
pues, no cabe hablar de la existencia de Poderes Judiciales Autonómicos, pues la CE
configura al Poder Judicial informado por el principio de unidad jurisdiccional.

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A) LA ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA Y LAS CLÁUSULAS
SUBROGATORIAS
Según la CE, es competencia exclusiva del Estado todo lo relativo a la
Administración de Justicia. Mediante dicha calificación queda claro que solo al Estado
Central le asiste la competencia legislativa, que ha de ser ejercida mediante Ley
Orgánica, tanto a todo lo relativo a la constitución y funcionamiento y gobierno de los
órganos jurisdiccionales, como a las potestades reglamentarias y de ejecución.
El objeto de esta competencia comprende tanto todo lo relativo a la constitución y
funcionamiento de los Juzgados y Tribunales, como su gobierno por el Consejo, el
estatuto de los Jueces y Magistrados, la competencia legislativa sobre el personal y
toda la competencia sobre materias supracomunitarias.
Por ello, la práctica totalidad de los Estatutos de Autonomía procedieron a
contemplar las llamadas cláusulas subrogatorias, conformes a las cuales, a las
CCAA les corresponde ejercer todas las facultades que las Leyes Orgánicas del
Poder Judicial reconozcan o atribuyen al gobierno del Estado.
Se delimitaron las competencias entre el Estado y las CCAA gracias a la creación
por parte del TC del concepto administración de la Administración de Justicia.
Éste concepto comprende a los medios personales y materiales que constituyen
o se encuentran al servicio de la justicia. Esta competencia puede aparecer
compartida entre el Ministerio de Justicia y las CCAA. Por medios personales cabe
entender todos los funcionarios judiciales, es decir, el personal auxiliar y colaborador
de la justicia. Por medios materiales nos referimos a la infraestructura o soporte físico
de la misma.

B) LA ADMINISTRACIÓN DE LA ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA


El Ministerio de Justicia y las CCAA ostentan competencias compartidas sobre los
medios materiales y personales, que constituyen el soporte de la Administración de
Justicia. Para delimitar estas competencias existen dos criterios:
a) Criterio negativo
‐ Las CCAA no gozan de competencia alguna sobre el personal jurisdiccional.
‐ Tampoco tienen competencia legislativa sobre el personal al servicio de la
justicia.
‐ Carecen de competencia sobre materias que la LOPJ no reserve al Gobierno o
las atribuya expresamente al CGPJ
‐ Tampoco poseen competencia sobre materias supracomunitarias.
‐ No poseen competencias legislativas, sino solo reglamentarias y de ejecución,
las cuales están compartidas con el ministerio de justicia
b) Criterio positivo
Las CCAA ostentan competencia es exclusiva sobre las siguientes materias:
‐ Sobre los órganos colaboradores de la jurisdicción que posean naturaleza
administrativa y que circunscriban su actuación a la demarcación del TSJ.
‐ Se le atribuye al Ministerio de Justicia, previo informe de las CCAA, decretar el
horario de trabajo de la oficina judicial.
‐ Ostentan competencias sobre el personal auxiliar y colaborador, competencias
compartidas con el Ministerio de Justicia.

C) LA PLANTA Y DEMARCACIÓN DEL PODER JUDICIAL


En materia de determinación de los órganos jurisdiccionales, la CE dispone que
un Tribunal Superior de Justicia culminará la organización judicial en el ámbito
territorial de la Comunidad Autónoma.

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Los Tribunales Superiores de Justicia vienen configurados como Tribunales de
Apelación, con expresa prohibición de que los demás órganos jurisdiccionales no
situados en su demarcación puedan conocer de dicho recurso de apelación, con la
excepción de los TSJ de las CCAA en los que exista el Derecho Civil Foral y el
legislativo autonómico, en los que este Tribunal actuará con funciones con
competencia como Tribunal de Casación

4. La responsabilidad del Estado por el funcionamiento de la


justicia
Debido a que el funcionamiento anormal de los Juzgados y Tribunales, en ejercicio
de la función judicial, puede ocasionar daños patrimoniales a los ciudadanos, la
Constitución declaró que los daños causados por error judicial, así como los que sean
consecuencia del funcionamiento anormal de la Administración de Justicia, darán
derecho a una indemnización a cargo del Estado.
Dicha responsabilidad se encuentra regulada en la LOPJ, cabe destacar las
siguientes notas esenciales:
‐ El daño tiene que provenir del Poder Judicial, no solo de los actos procesales
efectuados por Jueces y Tribunales en el ejercicio de su función jurisdiccional,
sino también los que pueda cometer el personal auxiliar y colaborador de la
Jurisdicción
‐ Dicho daño tiene que ser efectivo, evaluable económicamente e individualizado
en relación con una persona o grupo de personas.
‐ Los títulos de imputación de la responsabilidad tienen que obedecer a error
judicial, funcionamiento anormal de la justicia o prisión provisional ilegal por
inexistencia del hecho. La responsabilidad patrimonial del Estado es directa.
‐ El procedimiento para exigir la responsabilidad patrimonial es distinto,
dependiendo si se trata de un error judicial o se trata de un supuesto de
funcionamiento anormal.

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LECCIÓN 8: EL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

1. Concepto y naturaleza jurídica


El Tribunal Constitucional fue instaurado mediante la promulgación de su Ley
Orgánica, en 1979. El TC es considerado como el más alto órgano jurisdiccional,
encargado de la defensa e interpretación de la Constitución.

A) EL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL COMO ÓRGANO SUPREMO


El Tribunal Constitucional es el órgano jurisdiccional supremo, tanto por su
función como por su situación institucional con respecto a los demás poderes del
Estado. Su misión consiste en defender y garantizar la primacía de la Constitución.
Todas las disposiciones y decisiones, tanto del Poder Legislativo, como del
Ejecutivo o del Judicial, pueden ser trasladadas y revisadas por el TC para confirmar
su legitimidad constitucional o para proceder a su anulación definitiva. Tratándose de
la aplicación de la Constitución, el Tribunal Constitucional ostenta la última palabra.
También ostenta todas las potestades necesarias para el cumplimiento de su
función y para la obtención del sometimiento efectivo de todos los poderes públicos
a la Constitución. Así, ejerce la potestad jurisdiccional, toda vez que sus
resoluciones definitivas gozan de todos los efectos de la cosa juzgada. También goza
de autonomía presupuestaria y puede ejercitar la potestad reglamentaria en
materia de organización y funcionamiento, en uso de la cual, se otorgó las funciones
de autogobierno
La posición de supremacía del TC no se limita al ámbito del Ordenamiento Jurídico
interno, sino que se proyecta con respecto a órganos jurisdiccionales
supranacionales, los cuales no pueden ser configurados como Tribunales revisores
y con carácter superior al TC.

B) EL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL COMO ÓRGANO JURISDICCIONAL


El TC constituye un auténtico órgano jurisdiccional, por cuanto concurren las dos
notas esenciales definitorias de dichos órganos:
‐ La independencia judicial
‐ La atribución exclusiva de la cosa juzgada
En lo que atañe a su independencia frente a los demás poderes del Estado, el
autogobierno del TC es incluso superior al de los Tribunales ordinarios, ya que todas
las facultades de gobierno corresponden al Pleno de Gobierno. También ostenta la
autonomía presupuestaria suficiente para disponer de los medios necesarios, sin
interferencia alguna del Ejecutivo, para el cumplimiento de su función.
Lo mismo cabe afirmar de la independencia individual de los Magistrados del TC.
En cuanto a su nombramiento, su legitimidad es más directa que la de los propios
Jueces ordinarios, en tanto que los Magistrados del TC son designados de entre
juristas de reconocido prestigio con más de 15 años de ejercicio profesional por los
demás poderes del Estado, cuatro a propuesta del Congreso, cuatro a propuesta del
Senado, dos por el Gobierno y dos por el CGPJ. Éstos Magistrados son
absolutamente inamovibles e imparciales dentro de su mandato.
En conclusión, el TC es independiente de los demás poderes del Estado y está
sometido únicamente a la Constitución, y su legitimación es idéntica a la del Poder
Judicial.
En cuanto a la nota de cosa juzgada, también concurre en el TC, toda vez que
aplica de una manera definitiva e irrevocable la Constitución, gozando sus sentencias
de todos los efectos formales y materiales de la cosa juzgada.

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La naturaleza de dicho órgano jurisdiccional tiene que ser encuadrada dentro de
la categoría de los Tribunales especiales.

C) EL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL COMO CASACIÓN ESPECIAL


El TC es el guardián de la Constitución, lo que significa que todas sus funciones
se resumen en una sola: obtener la aplicación efectiva de la Constitución a los casos
concretos, asegurando su interpretación uniforme. Por tanto, el TC no debe
inmiscuirse en la aplicación de la legalidad ordinaria.
Así, al TC le corresponde crear la única doctrina legal constitucional que vincula a
todos los órganos del Poder Judicial, quiénes están comprometidos en la aplicación
de la CE, siendo esta aplicación acorde con la doctrina legal del TC sobre la materia
pues, en otro caso, la parte procesal gravada puede reaccionar mediante la
interposición de un recurso de amparo.
La función característica del TC consiste en asumir un control negativo de la
constitucionalidad de las normas y actos emanados de todos los poderes públicos.
Su función esencial estriba en anular las disposiciones con rango de Ley y actos
contrarios a la Constitución.

2. Organización
El TC se compone de 12 magistrados, independientes, inamovibles, responsables y
solamente sometidos al imperio de la Constitución.

A) LOS MAGISTRADOS DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL


Los Magistrados del Tribunal Constitucional serán nombrados por el Rey, a
propuesta de las Cámaras, del Gobierno y del CGPJ.
Tienen un mandato de nueve años, renovándose por terceras partes cada tres
años. Este sistema de designación tiene como finalidad garantizar el permanente
funcionamiento del órgano y evitar su paralización.
Corresponde a los 12 Magistrados del TC designar a su Presidente, a quien le
corresponde ostentar la representación del Tribunal, ejercer la potestad disciplinaria
y convocar y presidir el Pleno y las Salas con voto de calidad.

B) FUNCIONES DEL TRIBUNAL


El Tribunal actúa mediante el ejercicio de las funciones gubernativas y
jurisdiccionales que le son propias.
a) Gubernativas: la primera de las funciones de autogobierno la ejerce la Junta de
Gobierno y el Pleno de Gobierno, que es el que delega determinadas funciones
en la Junta de Gobierno, reservándose el conocimiento de las más importantes.
Al Pleno le corresponde aprobar el proyecto de presupuesto del Tribunal y
establecer la plantilla del mismo.
b) Jurisdiccionales: en el ejercicio de la potestad jurisdiccional, el TC actúa en Pleno,
en Salas o en Secciones:
‐ Al Pleno del TC le corresponde nombrar a los Magistrados que tienen que
integrar las Salas del Tribunal.
‐ El Tribunal se divide en dos Salas, compuestas por seis magistrados cada
una. A las Salas les corresponde conocer de los asuntos que no sean de la
competencia del Pleno.
‐ Cada Sala se subdivide en dos Secciones, integradas por tres Magistrados.
La función esencial de las Secciones consiste en pronunciarse sobre la
admisión de los de recursos de amparo.

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C) LOS SECRETARIOS DE JUSTICIA Y PERSONAL AUXILIAR
El TC está asistido por los Secretarios de Justicia y el necesario personal auxiliar.
La función de tales secretarios consiste en ser depositarios y otorgar la fe pública,
ordenar impulsar el procedimiento y dar cuenta a los Magistrados. También pueden
inadmitir los recursos de amparo por incumplimiento de los presupuestos procesales.

D) EL SECRETARIO GENERAL
El Secretario General del TC es elegido por el Pleno. Asiste a los Plenos
gubernativos, es depositario de la fe pública del Tribunal, dirige la publicación de la
doctrina del TC organiza los distintos servicios jurídicos y administrativos, y autoriza
el gasto.

E) LOS LETRADOS
Los Letrados del Tribunal constituyen un cuerpo de funcionarios y técnicos
contratados en función de su especialización en todos los campos del derecho. Su
función primordial consiste en auxiliar en las funciones jurisdiccionales de todos los
órganos deliberantes del TC, mediante la elaboración de informes y de propuestas
de resolución.

3. Funciones
El TC ejerce todas y cada una de las funciones propias de la jurisdicción, es decir, la
genérica, de resolución definitiva e irrevocable de los especiales conflictos que se le
plantean, y las específicas, consistentes en la protección de los derechos subjetivos, el
control normativo y la creación judicial del derecho.

A) LA PROTECCIÓN DE LOS DERECHOS FUNDAMENTALES


El TC asume la función de protección de los derechos subjetivos, pero no de todos
ellos, sino exclusivamente la protección de los derechos fundamentales y
libertades públicas que la Constitución estima dignos de protección especial al
través del recurso de amparo.
a) Objeto del recurso de amparo
Los derechos fundamentales que pueden ser susceptibles de amparo
constitucional ante el TC son los previstos en el artículo 14 CE, los comprendidos
en los arts.15 a 29 CE, y el derecho a la objeción de conciencia del art. 30 CE.
b) Legitimación activa
Al amparo constitucional pueden acudir tanto los nacionales como los
extranjeros. Pero no solo el titular del derecho fundamental puede ejercitar el
recurso de amparo, sino, en general, toda persona que ostente un interés
legítimo, así como el Defensor del Pueblo o el Ministerio Fiscal. Así pues, todas
las personas físicas y jurídicas, nacionales y extranjeras que ostenten un interés
legítimo, pueden acudir ante el TC, mediante la interposición de este recurso
constitucional.
c) Subsidiaridad
El TC no conoce de los recursos de amparo en primera o única instancia. Esta
posibilidad solo es posible respecto de las vulneraciones de derechos
fundamentales efectuadas por el Poder Legislativo. En las demás provenientes
del Poder Ejecutivo o del Judicial, hay que cumplir previamente con las exigencias
derivadas del principio de subsidiariedad, en cuya virtud corresponde, en primer
lugar, a los Tribunales ordinarios el restablecimiento de los derechos

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fundamentales y, en el caso que no asuman su tutela, es cuando se puede acudir
al TC mediante el recurso de amparo
Solo cuando se haya acudido a los Tribunales ordinarios y se hayan agotado
todas las instancias previstas dentro del Poder Judicial, es cuando el particular
podrá acudir al TC mediante el recurso de amparo para restablecer su derecho
fundamental o libertad pública.

B) CONTROL CONSTITUCIONAL DE LA LEGALIDAD


También le corresponde al TC la función genérica de control normativo. Dicho
control lo ejerce exclusivamente con respecto a la Constitución y con el único objeto
de que todo el ordenamiento se adapte a la CE.
Esta función la ejerce a través de diversos procedimientos de control abstracto y
concreto de la constitucionalidad, y de resolución de conflictos de competencias entre
el Estado y las Comunidades Autónomas o las corporaciones locales.
a) Procedimientos de control de la constitucionalidad
El objeto de estos procedimientos lo constituyen las disposiciones normativas
con rango de ley, pero nunca los reglamentos inconstitucionales, los cuales son
controlados por todos los Tribunales ordinarios. Dichos procedimientos tienen por
objeto declarar la nulidad de las normas que infrinjan la Constitución.
Los procedimientos de control de la constitucionalidad son dos:
‐ El recurso de inconstitucionalidad: es un procedimiento abstracto de
control de la constitucionalidad de las leyes, disposiciones normativas o actos
con fuerza de ley que puedan infringir la Constitución.
El objeto de este recurso lo constituyen las disposiciones normativas con
rango de ley, por lo que se considera que es un recurso de control posterior a
la publicación de la misma. Están legitimados para la interposición de este
recurso el Presidente del Gobierno, el Defensor del Pueblo, 50 diputados o
senadores, y los Consejos de Gobierno o Asambleas Legislativas de las
CCAA cuando se trate de disposiciones con fuerza de ley que pueden afectar
al ámbito de su autonomía.
Dicho recurso tiene que interponerse dentro del plazo de tres meses a partir
de la publicación de la disposición impugnada, cuya vigencia puede ser
suspendida por el TC. Se resuelve declarando la conformidad de la ley con la
Constitución o su inconstitucionalidad, en cuyo caso procede a su anulación
con efectos a partir de la fecha de la sentencia anulatoria.
‐ La cuestión de inconstitucionalidad: es un proceso concreto de control de
la constitucionalidad que pueden suscitar los Juzgados y Tribunales del Poder
Judicial en el curso de un proceso.
Trata sobre las normas con rango de ley que el Juez tiene que aplicar en un
proceso determinado y tiene dudas fundadas sobre la constitucionalidad de la
norma. En este caso puede plantear la cuestión de inconstitucionalidad ante
el TC, quedando mientras tanto el proceso en suspenso.
Para la admisibilidad de la cuestión se requiere la concurrencia de estas dos
circunstancias:
a. El juicio de relevancia, esto es, que el juez exteriorice su pertinencia en
la resolución a través de la que plantea la cuestión
b. Que la plantee, previa audiencia de las partes, una vez concluido el
procedimiento y dentro del plazo para dictar sentencia.
El planteamiento de la cuestión de constitucionalidad originará la suspensión
provisional de las actuaciones hasta que el TC se produce sobre su admisión.
Una vez publicada en el BOE la admisión a trámite, las partes en el
procedimiento podrán personarse ante el TC para formular alegaciones. Una

  34 
 
vez oídas las partes, el TC resuelve mediante sentencia, la cual goza de los
mismos efectos de cosa juzgada que los recursos de inconstitucionalidad.
‐ Recursos y cuestiones de inconstitucionalidad: se dan contra normas
forales fiscales de los territorios del País Vasco.
b) Los conflictos de competencia entre el Estado y las CCAA
Los conflictos de competencia son unos procedimientos específicos de control
de la constitucionalidad, limitados a comprobar si las disposiciones y actos
emanados de los distintos poderes del Estado se adecúan o no al reparto
constitucional de competencias.
Los conflictos de competencia pueden ser positivos, cuando Gobierno y una
CA reclaman para sí la competencia, o negativos, cuando la Administración del
Estado delega indebidamente su competencia en una CA, y han de ser
planteados por la parte gravada ante el TC.
Planteado el conflicto y efectuadas las alegaciones de las partes, el TC resuelve
mediante sentencia a quien le corresponde la titularidad de la competencia
controvertida.
c) Los conflictos en defensa de la autonomía local
Los municipios y provincias pueden plantear ante el TC un conflicto a fin de que
dicho Tribunal declare si la disposición impugnada invade o no la autonomía local.
Para ello es necesario que la corporación solicite el referido informe del órgano
consultivo competente e interponga su recurso dentro del plazo. La sentencia del
TC se limitará a declarar la existencia o no de la referida invasión competencial y
a qué órgano del Estado pertenece dicha competencia, pudiendo anular los actos
de aplicación de la disposición impugnada. Pero, si estimara que además la
disposición normativa es inconstitucional, planteará una autocuestión de
inconstitucionalidad, la cual será solucionada por el Pleno del Tribunal.

C) COMPLEMENTACIÓN DEL ORDENAMIENTO


La doctrina legal del Tribunal Constitucional es la más relevante, tanto desde un
punto de vista subjetivo, como desde el objetivo.
Desde un punto de vista subjetivo, la doctrina del TC es vinculante no solo para
los particulares, sino para todos los poderes del Estado, tanto centrales como
autonómico.
Desde un punto de vista objetivo, la doctrina legal vincula también al Poder
Legislativo. Esta es la razón por la cual, cuando el TC declara la inconstitucionalidad
de una ley, suelen ser las Cortes quienes promulgan inmediatamente una nueva que
ocupe este vacío normativo.
La doctrina legal del TC abarca todos los sectores del Derecho.

  35 
 
LECCIÓN 9: LOS JUZGADOS Y TRIBUNALES

1. Criterios para la creación de los órganos judiciales


La normativa aplicable sobre la determinación de los órganos jurisdiccionales y su
respectiva competencia objetiva se encuentra prevista en la LOPJ, en cuyo artículo 26
dispone que el ejercicio de la potestad jurisdiccional se atribuye a los siguientes
Juzgados y Tribunales:
‐ Juzgados de Paz
‐ Juzgados de Primera Instancia en Instrucción, de lo Mercantil, de Violencia sobre
la Mujer, de lo Penal, de lo Contencioso-Administrativo, de lo Social, de Menores
y de Vigilancia Penitenciaria
‐ Audiencias Provinciales
‐ Tribunales Superiores de Justicia
‐ Audiencia Nacional
‐ Tribunal Supremo
Esta ley también establece la competencia objetiva de todos y cada uno de estos
órganos jurisdiccionales.
Existen diversos criterios para determinar la organización judicial. Atendiendo a un
primer criterio de especialización jurídica, aparecen los órdenes jurisdiccionales (civil,
penal, contencioso-administrativo y social). Dentro de cada orden jurisdiccional existen
unos órganos jurisdiccionales unipersonales, llamados Juzgados, y otros que se
denominan Audiencias o Tribunales.
Los Juzgados son órganos de primera instancia y tienen como misión recabar los
hechos, verificar su prueba y aplicar el Derecho mediante la Sentencia, en tanto que los
Tribunales son órganos de segundo grado, bien de apelación o de casación.
La existencia de Juzgados y Tribunales es una exigencia derivada del derecho
fundamental a un proceso con todas las garantías y del derecho a los recursos.

2. Criterio material de creación de órdenes jurisdiccionales


Históricamente, la Jurisdicción ordinaria tan solo era competente para el
conocimiento de los litigios civiles y de los procesos penales. Poco a poco fueron
apareciendo la Jurisdicción administrativa y laboral. Con la instauración del principio de
unidad jurisdiccional, se procedió a refundir todas estas jurisdicciones y a incluirlas
dentro del Poder Judicial bajo el nombre de órdenes jurisdiccionales.
Los órdenes judiciales son manifestaciones de la jurisdicción que se han
instaurado, atendiendo a criterios de especialización en la aplicación del Derecho
material.
a) El orden jurisdiccional civil: es competente para la aplicación de todos los
litigios o conflictos que puedan surgir con ocasión de la aplicación del Derecho
privado, civil y mercantil. Los órganos que integran dicho orden jurisdiccional son
los Juzgados de Paz, los de Primera Instancia, los de lo Mercantil, las Audiencias
Provinciales, la Sala de lo Civil del TSJ y la Sala 1ª o de lo Civil del TS.
b) El orden jurisdiccional penal: está destinado a la actuación del ius puniendi del
Estado cuando algún ciudadano cometiese un delito. Son órganos
jurisdiccionales penales los Juzgados de Instrucción y Centrales de la Audiencia
Nacional, los Juzgados de Violencia sobre la Mujer, los Juzgados de lo Penal y
Centrales de lo Penal de la AN, las Secciones de las Audiencias Provinciales y
Nacional, la Sala de lo Penal del TSJ y la Sala 2ª de lo Penal del TS.

  36 
 
De la responsabilidad penal contra autoridades militares aforadas al Tribunal
Supremo conoce la Sala 5ª o de lo Militar del TS.
Si el autor fuese menor, conoce de tal infracción el Juez de Menores, previa
instrucción efectuada por el Ministerio Fiscal.
También están dentro del orden penal los Juzgados de Vigilancia Penitenciaria,
que tienen como misión la aplicación de la Ley General Penitenciaria y revisar la
relación administrativa de los pesos con la Dirección del centro penitenciario.
c) El orden contencioso-administrativo: conoce de las pretensiones contra los
actos y reglamentos de la Administración Pública que infrinjan el Derecho
Administrativo. Integran dicho orden los Juzgados de lo Contencioso-
Administrativo, las Salas de lo Contencioso-Administrativo de los TSJ y de la AN
y la Sala 3ª o de lo Contencioso-Administrativo del TS.
d) El orden social: es competente para el conocimiento de todos los conflictos,
individuales y colectivos, de trabajo y de las pretensiones en materia de
Seguridad Social. Pertenecen a este orden jurisdiccional los Juzgados de lo
Social, la Sala de lo Social del TSJ y de la AN y la Sala 4ª o de lo Social del TS

3. Criterio territorial de creación de órganos judiciales


Existe una organización territorial que determina los límites geográficos de la
potestad jurisdiccional de todos y cada uno de los órganos jurisdiccionales.
La determinación de los límites de su Jurisdicción de los órganos locales la efectúa
la demarcación judicial. Dicha demarcación tiene que ser respetuosa con la división
territorial del Estado en municipios, provincias y Comunidades Autónomas, y distinguen
los siguientes:

A) ÓRGANOS JURISDICCIONALES NACIONALES


Integran esta categoría el Tribunal Supremo, la Audiencia Nacional y sus Juzgados
Centrales de Instrucción, los Juzgados Centrales de lo Penal, de lo Contencioso-
Administrativo, de Vigilancia Penitenciaria y de Menores.

B) ÓRGANOS JURISDICCIONALES DE LAS COMUNIDADES AUTÓNOMAS


Pertenecen a este grupo los Tribunales Superiores de Justicia, que extienden su
demarcación al ámbito territorial de la Comunidad Autónoma respectiva. Dichos
órganos tienen su sede en la ciudad que determina el respectivo Estatuto de
Autonomía.

C) ÓRGANOS JURISDICCIONALES PROVINCIALES


Son órganos jurisdiccionales provinciales las Audiencias Provinciales, con sede
en la capital de provincia, así como determinados Juzgados de lo Mercantil, de lo
Penal, de lo Contencioso-Administrativo, de Vigilancia Penitenciaria y de Menores.

D) JUZGADOS DE PARTIDO
Integran la categoría de Juzgados de Partido los Juzgados de Primera Instancia y
de Instrucción y los Juzgados de Violencia sobre la Mujer, que extienden su
demarcación a un partido judicial. El partido judicial viene determinado por la
circunscripción territorial de un municipio o grupo de municipios limítrofes.

  37 
 
4. La división territorial en Salas y Secciones
Los Tribunales se dividen, por razones de especialización, en Salas. Éstas Salas
pueden aparecer divididas en Secciones. Éstas son conjuntos de tres o más
Magistrados que se constituyen en Tribunales para el concreto conocimiento de los
asuntos que se les asignen.
Las Audiencias Provinciales se dividen en Secciones

5. La especialización de juzgados y de otros órganos


jurisdiccionales
El CGPJ puede crear, dentro de orden jurisdiccional, órganos especializados en el
conocimiento de determinadas materias. Para que dicha especialización sea posible,
resulta necesario cumplir los requisitos establecidos, según los cuales debe existir más
de un juzgado de la misma clase en la circunscripción correspondiente. La
especialización por materias se regula respecto del orden jurisdiccional civil. Asimismo,
el CGPJ podrá acordar que el conocimiento determinadas clases de asuntos se atribuya
en exclusiva a una sección de la Audiencia Provincial.
El Poder Legislativo también puede crear órganos especializados, por ejemplo los
Juzgados de lo Mercantil, que están especializados y conocerán de la materia concursal.
Asimismo, la LO1/2004 de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de
Género creó los Juzgados de Valencia sobre la Mujer como órganos especializados
dentro del orden jurisdiccional penal. Éstos Juzgados conocerán de la instrucción y el
fallo de las causas penales en materia de violencia sobre la mujer, así como de
determinadas causas civiles relacionadas.

6.Órganos colegiados
A) EL TRIBUNAL SUPREMO
El Tribunal Supremo, con sede en Madrid y jurisdicción en toda España, es nuestro
Tribunal de casación y está constitucionalmente legitimado para garantizar y obtener
la aplicación de las leyes ordinarias y asegurar, mediante la creación de su doctrina
legal, la interpretación uniforme del Derecho.
Su presidente es nombrado por el Rey, a propuesta del CGPJ, y está compuesto
por cinco Salas de todos los órdenes jurisdiccionales.
a) La Sala de lo Civil del Tribunal Supremo conoce:
‐ De los recursos de casación, revisión y otros extraordinarios en materia civil
que establezca la LEC.
‐ De las demandas de responsabilidad civil por hechos realizados en ejercicio
de su cargo, dirigidas contra las personas aforadas.
‐ De las demandas de responsabilidad dirigidas contra Magistrados de la
Audiencia Nacional o de los Tribunales Superiores de Justicia por hechos
realizados en ejercicio de su cargo.
b) La Sala de lo Penal del Tribunal Supremo es competente para conocer:
‐ De los recursos de casación, revisión y otros extraordinarios en materia penal
que establezca la Ley.
‐ De la instrucción y enjuiciamiento de las causas contra las personas aforadas.
‐ De la instrucción y enjuiciamiento de las causas contra Magistrados de la
Audiencia Nacional o de un Tribunal Superior de Justicia.

  38 
 
c) La Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo conoce:
‐ En única instancia, de los recursos contencioso-administrativos contra actos
y disposiciones de organismos del Estado.
‐ De los recursos de casación y revisión en los términos que establezca la Ley.
d) La Sala de lo Social del Tribunal Supremo tiene competencia para el conocimiento
de los recursos de casación y revisión y otros extraordinarios que establezca la
Ley en materias propias de este orden jurisdiccional.
e) La Sala de lo Militar del Tribunal Supremo conoce:
‐ De los recursos de casación y revisión que establezca la Ley contra los
resoluciones del Tribunal Militar Central y de los Tribunales Militares
territoriales.
‐ Instrucción y enjuiciamiento, en única instancia, de los procedimientos por
delitos no disciplinarios, que sean competencia de la jurisdicción militar y se
dirijan contra las personas aforadas.
‐ De los incidentes de recusación contra uno o dos Magistrados de la Sala o
contra más de dos miembros de la Sala de Justicia del Tribunal Militar Central
‐ De los recursos contra las resoluciones dictadas por el Magistrado Instructor.
‐ De los recursos jurisdiccionales en materia disciplinaria militar.
‐ De los recursos jurisdiccionales contra sanciones disciplinarias judiciales
impuestas a quienes ejerzan funciones judiciales.
‐ De los recursos de apelación en materia de conflictos jurisdiccionales contra
las resoluciones en primera instancia del Tribunal Militar Central.
‐ De las pretensiones de declaración de error de los órganos de la jurisdicción
militar, a los efectos de responsabilidad patrimonial del Estado.

B) LA AUDIENCIA NACIONAL
La Audiencia Nacional tiene jurisdicción en toda España y su sede en la ciudad de
Madrid. Es un Tribunal de apelación o de instancia sobre las materias tasadas que
la LOPJ le ha confiado. La Audiencia Nacional está estructurada en cuatro Salas:
a) La Sala de Apelación: Es competente para el conocimiento de los recursos
devolutivos contra las resoluciones de la Sala de lo Penal que la LECrim
determine.
b) La Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional conoce del enjuiciamiento de las
causas por los siguientes delitos:
‐ Delitos contra la Familia Real, altos organismos de la Nación y forma de
gobierno.
‐ Falsificación de moneda, siempre que sean cometidos por organizaciones o
grupos criminales.
‐ Defraudaciones y maquinaciones para alterar el precio de las cosas que
produzcan grave repercusión en la seguridad del tráfico mercantil, en la
economía nacional o perjuicio patrimonial a una generalidad de personas de
ámbito supraprovincial.
‐ Tráfico de drogas o estupefacientes, fraudes alimentarios y de sustancias
farmacéuticas, siempre que sean cometidos por bandas o grupos
organizados.
‐ Delitos cometidos fuera del territorio nacional, cuando corresponda su
enjuiciamiento a los Tribunales españoles.
La Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional extenderá su competencia al
conocimiento de los delitos conexos con todos los anteriores.
‐ De los procedimientos penales iniciados en el extranjero, cuando corresponda
a España la continuación del procedimiento penal.
‐ De las cuestiones de cesión jurisdiccional en materia penal.

  39 
 
‐ Del procedimiento para la ejecución de las órdenes europeas de detención y
entrega.
‐ Los recursos contra sentencias y otras resoluciones del Juzgado Centrales de
lo Penal, de los Juzgados Centrales de Instrucción y el Juzgado Central de
Menores.
‐ Dos recursos contra las resoluciones dictadas por los Juzgados Centrales de
Vigilancia Penitenciaria.
‐ De cualquier otro asunto que le atribuyan las leyes, sobre todo del
conocimiento de los delitos de terrorismo.
c) La Sala de lo Contencioso-Administrativo de la Audiencia Nacional conocerá, en
única instancia:
‐ De los recursos contencioso-administrativos contra disposiciones y actos de
los Ministros y Secretarios de Estado que la Ley no atribuya a los Juzgados
Centrales de lo Contencioso-Administrativo.
‐ De los recursos contencioso-administrativos contra los actos dictados por la
comisión de vigilancia de actividades de financiación del terrorismo. También
conoce de los recursos devolutivos que la Ley establezca contra las
resoluciones de los Juzgados Centrales de lo Contencioso-Administrativo y
de los recursos no atribuidos a los Tribunales Superiores de Justicia.
d) La Sala de lo Social de la Audiencia Nacional tiene competencia, en única
instancia, para el conocimiento:
‐ De los procesos especiales de impugnación de convenios colectivos cuyo
ámbito territorial de aplicación sea superior al territorio de una Comunidad
Autónoma.
‐ De los procesos sobre conflictos colectivos cuya resolución haya de surtir
efecto en un ámbito territorial superior al de una Comunidad Autónoma.

C) LOS TRIBUNALES SUPERIORES DE JUSTICIA


Los Tribunales Superiores de Justicia culmina la organización judicial de la
Comunidad Autónoma sobre cuyo territorio extiende su jurisdicción. Sin embargo, no
son órganos judiciales autonómicos, ya que dichos Tribunales pertenecen
exclusivamente al Poder Judicial del Estado español.
La LOPJ determinó sus competencias en las siguientes:
a) La Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia conoce:
Como Sala de lo Civil:
‐ Del recurso de casación, siempre que el recurso se funde en infracción de
normas del Derecho Civil propio de la Comunidad.
‐ Del recurso extraordinario de revisión en materia de Derecho Civil propio de
la Comunidad Autónoma.
‐ En única instancia, de las demandas de responsabilidad civil por hechos
cometidos en ejercicio de sus respectivos cargos, dirigidos contra las
personas aforadas, cuando tal atribución no corresponda al TS.
‐ En única instancia, de las demandas de responsabilidad civil por hechos
cometidos en ejercicio de su cargo, contra todos o la mayoría parte de los
Magistrados de una Audiencia Provincial.
‐ De las cuestiones de competencia entre órganos jurisdiccionales del orden
civil con sede en la Comunidad Autónoma.
Como Sala de lo Penal, corresponde a esta Sala:
‐ El conocimiento de las causas penales reservadas a los Tribunales Superiores
de Justicia.

  40 
 
‐ Destrucción y el fallo de las causas penales contra Jueces, Magistrados y
miembros del Ministerio Fiscal por delitos cometidos en la Comunidad
Autónoma, siempre que no corresponda al TS.
‐ El conocimiento de los recursos de apelación contra las resoluciones dictadas
en primera instancia por las Audiencias Provinciales.
‐ La decisión de las cuestiones de competencia entre órganos jurisdiccionales
del orden penal con sede en la Comunidad Autónoma.
b) Las Salas de lo Contencioso-Administrativo conocen, en única instancia, de los
recursos en relación con, entre otros:
‐ Los actos de las Entidades Locales y de las Administraciones de las
Comunidades Autónomas.
‐ Las disposiciones generales emanadas de las Comunidades Autónomas y las
Entidades Locales.
‐ Los actos y disposiciones de los órganos de gobierno de las Asambleas
Legislativas de las Comunidades Autónomas.
c) La Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia conoce:
‐ En única instancia, de los procesos que la Ley establezca sobre controversias
que afecten a intereses de los trabajadores y empresarios en ámbito superior
al de un Juzgado de lo Social y no superior al de la Comunidad Autónoma.
‐ De los recursos contra las resoluciones dictadas por los juzgados de lo social
de la comunidad autónoma.
‐ De las cuestiones de competencia que se susciten entre los Juzgados de lo
Social de la Comunidad Autónoma.

D) LAS AUDIENCIAS PROVINCIALES


Las Audiencias Provinciales son Tribunales de apelación, en el orden civil, y
mixtos, de apelación o de instancia, en el penal, que extienden su competencia sobre
dichos órdenes jurisdiccionales en el territorio de una provincia.
Las Audiencias Provinciales se dividen en Secciones, que puedes estar
especializadas en la orden civil con el penal.
a) En materia penal conocen:
‐ De las causas por delito grave. Por delito grave hay que entender aquellos
con pena privativa superior a cinco años o no privativa superior a 10 años
‐ De los recursos contra las resoluciones dictadas por los Juzgados de
Instrucción y de lo Penal de la provincia.
‐ De los recursos contra las resoluciones en materia penal dictadas por los
Juzgados de Violencia sobre la Mujer de la provincia.
‐ De los recursos contra las resoluciones de los Juzgados de Menores
‐ De los recursos contra las resoluciones en materia penal de los Juzgados de
Vigilancia Penitenciaria.
b) En el orden civil conocen:
‐ Del recurso de apelación contra sus resoluciones dictadas en primera
instancia por los Juzgados de Primera Instancia de la provincia.
‐ De los recursos contra las resoluciones dictadas en primera instancia por los
Juzgados de lo Mercantil.
‐ Corresponde igualmente a las audiencias provinciales el conocimiento:
‐ De las cuestiones de competencia en materia civil y penal que se susciten
entre Juzgados de la provincia.
‐ De las recusaciones de sus Magistrados.

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7. Órganos unipersonales
Todos son órganos de primera instancia, cuya función primordial consiste en
conocer de la fase declarativa del proceso, es decir, recabar todo el material de hecho
y de derecho necesario para dictar la sentencia. También tienen asignada la fase de
ejecución.

A) JUZGADOS DE PAZ
Los Juzgados de Paz tienen su sede en aquellos municipios en donde no exista
Juzgado de Primera Instancia e Instrucción y limitan su demarcación a la del propio
municipio.
a) En el orden civil les corresponde el conocimiento de los asuntos de cuantía no
superior a 90 €
b) En el orden penal conocerán de los delitos leves tipificados en el artículo 620.1 y
2 del Código Penal.

B) JUZGADOS DE PRIMERA INSTANCIA Y/O INSTRUCCIÓN Y JUZGADOS


CENTRALES
Los Juzgados de Primera Instancia y/o Instrucción tienen su sede en la capital del
partido judicial y su jurisdicción abarca dicho partido. Son órganos unipersonales
de primera instancia en materia civil y de instrucción en lo penal, debiendo existir
uno de estos Juzgados por cada partido judicial.
Existen también Juzgados Centrales de Instrucción en la Audiencia Nacional para
conocimiento de esta fase en los delitos de la competencia objetiva de este órgano.
Los Juzgados de Primera Instancia e Instrucción pueden ser comunes o estar
especializados y los creará el Ministerio de Justicia en municipios que tienen que
tener una población de derecho superior a los 150.000 habitantes.
a) Los Juzgados de Primera Instancia conocerán en el orden civil:
‐ En primera instancia, de los juicios que no vengan atribuidos a otros Juzgados
o Tribunales. Ostentan una competencia genérica para el conocimiento de
todos los asuntos civiles.
‐ De los concursos de personas naturales que no sean empresarios.
‐ De los actos de jurisdicción voluntaria
‐ De los recursos contra las resoluciones de los Juzgados de Paz del partido.
‐ De las cuestiones de competencia en materia civil entre los Juzgados de Paz.
‐ De las solicitudes de reconocimiento y ejecución de sentencias.
b) Los Juzgados de Instrucción conocerán, en la orden penal:
‐ De la instrucción de las causas por delitos cuyo enjuiciamiento corresponda a
las Audiencias Provinciales y a los Juzgados de lo Penal.
‐ Les corresponde dictar sentencia de conformidad con la acusación en los
Juicios Rápidos y las Diligencias Previas.
‐ De conocimiento y fallo de los juicios por delitos leves.
‐ De los procedimientos de Habeas Corpus.
‐ De los recursos contra las resoluciones dictadas por los Juzgados de Paz.
‐ De la adopción de la orden de protección a las víctimas de violencia sobre la
mujer.
‐ De la ejecución de medidas de embargo y aseguramiento de pruebas.
‐ De la autorización del internamiento de extranjeros en los centros de
internamiento.

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C) JUZGADOS DE LO MERCANTIL
En cada provincia existe uno o varios Juzgados de lo Mercantil, que son
competentes para conocer de las cuestiones que se susciten en materia concursal:
‐ Las acciones civiles con trascendencia patrimonial que se dirigen contra el
patrimonio del concursado
‐ Las acciones sociales que tengan por objeto la extinción, modificación o
suspensión colectivas de los contratos de trabajo en los que sea empleador
el concursado.
‐ Toda ejecución frente a los bienes y derechos de contenido patrimonial del
concursado.
‐ Toda medida cautelar que afecte al patrimonio del concursado.
‐ Las que en el procedimiento concursal debe adoptar en relación con la
asistencia jurídica gratuita.
‐ Las acciones tendentes a exigir responsabilidad civil a los administradores
sociales, a los auditores o a los liquidadores, por los perjuicios causados al
concursado.
También serán competentes los Juzgados de lo Mercantil para conocer de las
siguientes materias:
‐ Las demandas en las que se ejerciten acciones relativas a competencia
desleal, propiedad industrial e intelectual y publicidad.
‐ Las pretensiones promovidas relacionadas con la normativa en materia de
transportes.
‐ Aquellas pretensiones relativas a la aplicación del Derecho Marítimo.
‐ Las acciones relativas a condiciones generales de la contratación.
‐ Los recursos contra las resoluciones de la Dirección General de los Registros
y del Notariado.

D) JUZGADOS DE VIOLENCIA SOBRE LA MUJER


Los Juzgados de Violencia sobre la Mujer fueron creados por la LO1/2004 de
Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género. Se configuran como
órganos especializados dentro del orden jurisdiccional penal, los cuales conocerán
de la instrucción y del fallo de las causas penales en materia de violencia sobre la
mujer, así como determinados asuntos civiles del Derecho de Familia.
a) Los Juzgados de Violencia sobre la Mujer conocen, en el orden penal de:
‐ La instrucción de los procesos para exigir responsabilidad penal por los delitos
cometidos contra quien sea o haya sido su esposa, o mujer que esté o haya
estado ligada al autor por análoga relación de afectividad, aún sin convivencia,
así como de los cometidos sobre los de descendientes, propios o de la esposa
o con viviente como o sobre los menores o personas con la capacidad
modificada judicialmente que con El convivan o que se hallen sujetos a la
potestad, tutela, curatela, acogimiento o guarda de hecho de la esposa o con
viviente.
‐ De la instrucción de los procesos para exigir responsabilidad penal por
cualquier delito contra los derechos y deberes familiares, cuando la víctima
sea alguna de las personas señaladas en el apartado anterior
‐ De la adopción de las correspondientes órdenes de protección a las víctimas.
‐ Del conocimiento y fallo de los delitos leves cuando la víctima sea algunas de
las personas antes mencionadas.
‐ De la instrucción de los procesos para exigir responsabilidad penal por el
delito de quebrantamiento de condena a la persona ofendida por el delito cuya
condena medida cautelar o medida de seguridad se haya quebrantado sea o
haya sido una de las personas mencionadas anteriormente.

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b) Los Juzgados de Violencia sobre la Mujer podrán conocer el orden civil de los
siguientes asuntos:
‐ Los de filiación, maternidad y paternidad.
‐ Los de nulidad del matrimonio, separación y divorcio.
‐ Los que versen sobre relaciones paterno-filial es
‐ Los que tengan por objeto la adopción o modificación de medidas de
trascendencia familiar.
‐ Las que versen exclusivamente sobre guardia custodia de hijos e hijas
menores o sobre alimentos reclamados por un progenitor contra el otro.
‐ Los que versen sobre la necesidad de asentimiento en la adopción.
‐ Los que tengan por objeto la oposición a las resoluciones administrativas en
materia de protección de menores.

E) JUZGADOS DE LO PENAL Y JUZGADOS CENTRALES


Los Juzgados de lo Penal fueron creados para cumplir con la imparcialidad
objetiva, pues anteriormente, los Jueces de Instrucción acumulaban funciones
instructoras y de enjuiciamiento, infringiendo, por tanto, esa regla del derecho al juez
legal imparcial y del principio acusatorio.
El Juzgado de lo Penal abarca varios partidos judiciales de una misma provincia.
Su competencia se circunscribe al conocimiento de la fase de juicio oral de los delitos
leves y menos graves, que lleven aparejada una pena privativa de libertad no superior
a cinco años o privativa de derechos no superior a 10.
Los Juzgados Centrales de lo Penal tienen la misma competencia que los
Juzgados de lo Penal, pero en relación con los delitos cuyo conocimiento se atribuye
a la Audiencia Nacional.

F) JUZGADOS DE LO CONTENCIOSO-ADMINISTRATIVO Y JUZGADOS


CENTRALES
Son competentes en:
‐ De los recursos que se deduzcan frente a los actos de las Entidades Locales.
‐ De los recursos que se deduzcan frente a los actos administrativos de la
administración de las Comunidades Autónomas.
‐ De las cuestiones de personal.
‐ De las sanciones administrativas no superiores a 60.000 €
‐ De las reclamaciones por responsabilidad patrimonial que no excedan de
30.050 €
‐ De todas las materias que se dicten en materia de extranjería.
‐ De las impugnaciones contra actos de las Juntas Electorales de zona.
‐ De las autorizaciones para la entrada en domicilios y restantes lugares cuyo
acceso requiera el consentimiento de su titular, siempre que ello proceda para
la ejecución forzosa de actos de la Administración Pública.
Existen Juzgados Centrales de lo Contencioso-Administrativo y que conocen de
los recursos contra disposiciones y actos emanados de autoridades, organismos,
órganos y entidades públicas con competencia en todo el territorio nacional.

G) JUZGADOS DE LO SOCIAL
Son órganos unipersonales de primera instancia. Tienen competencia para el
conocimiento de todos los conflictos individuales y colectivos de trabajo no
reservados en la primera instancia a la Sala de lo Social del TSJ o de la AN.

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H) JUZGADOS DE VIGILANCIA PENITENCIARIA Y CENTRALES
Son órganos unipersonales de carácter provincial que conocen de materias
relacionadas con la ejecución de las penas privativas de libertad y medidas de
seguridad, control jurisdiccional de la potestad disciplinaria de las autoridades
penitenciarias, amparo de los derechos y beneficios de los internos en los
establecimientos y demás que señale la Ley.
También existen Juzgados Centrales de Vigilancia, que tendrán las funciones
jurisdiccionales descritas y demás que señale la Ley, en relación con los delitos
competencia de la Audiencia Nacional.

I) JUZGADO DE MENORES Y JUZGADO CENTRAL DE MENORES


Tienen ámbito provincial y su competencia objetiva son las causas por delitos y de
su responsabilidad civil, cometidos por menores de 18 años y mayores de 14.
Existe el Juzgado Central de Menores, con ámbito nacional, para el conocimiento
de delitos de terrorismo cometidos por menores.

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LECCIÓN 10: EL TRIBUNAL DEL JURADO

1. El jurado: fundamento y naturaleza


El Jurado se encuentra previsto en el art. 125 de la CE, según el cual, los ciudadanos
podrán ejercer la acción popular y participar en la Administración de Justicia mediante
la institución del Jurado.
La legitimación democrática del Jurado es más directa que la de los propios jueces
técnicos, ya que, mediante el Jurado, es el propio pueblo español quien directamente
asume el ejercicio de una de las tres potestades del Estado: la potestad jurisdiccional.
El Jurado no es que la justicia emana del pueblo, sino que es el pueblo mismo quien la
administra.
En el Jurado es el pueblo quien asume por sí mismo, sin intermediarios, el ejercicio
de la potestad jurisdiccional, lo que permite encuadrar este derecho dentro de los
subjetivos públicos, cívicos y activos.

2. Evolución histórica
En la evolución histórica del Jurado interesa distinguir entre la del Jurado español y
la del europeo.

A) EL JURADO ESPAÑOL
En el siglo XIX, fue instaurado el Jurado, coincidiendo con el acceso al poder de
los liberales, pero pronto fue suprimido por los gobiernos conservadores.
La evolución histórica del Jurado español se caracteriza por:
‐ Su manifiesto contenido ideológico liberal
‐ Su carácter burgués, machista y con un fuerte absentismo de las clases medias
‐ Atendiendo a la competencia objetiva, y a pesar de haber nacido para la defensa
de las libertades públicas y el conocimiento de los delitos más graves, se fueron
retirando de su competencia los delitos importantes.
‐ Su carácter selectivo en la represión de los delitos: en los delitos pasionales era
muy laxo en su cumplimiento, en tanto que en los delitos contra la propiedad era
extremadamente severo.

B) EL JURADO EUROPEO
La historia del jurado europeo viene marcada por las siguientes etapas:
a) El jurado anglosajón: el jurado es una institución inglesa, que fue importado a
la Europa continental tras la revolución francesa. El jurado francés aparece
concebido a semejanza del inglés: se le encomendaba la función de conocer
exclusivamente de las cuestiones de hecho, reservándose a los Magistrados la
aplicación del Derecho. Éste sistema se reveló como peligroso, ya que los jurados
optaron en muchas ocasiones por veredictos absolutorios, ante la duda de que
los Magistrados impusieron una pena excesivamente rigurosa.
b) El jurado mixto: manteniendo la estructura formal del jurado anglosajón, este
jurado posibilitó que, una vez pronunciado el veredicto y siempre que éste fuese
inculpatorio, tenían que reunirse Jueces legos y Magistrados del mismo colegio a
fin de adoptar la pena.
c) El jurado escabinado: este jurado encuentra sus orígenes en el antiguo derecho
visigodo, en el que la administración penal de justicia era compartida entre los
Jueces y el pueblo de cada ciudad, reunido en asamblea. El escabinado se
caracteriza por la reunión de Jueces técnicos y legos en un solo colegio, a quienes

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se les encomienda la función de deliberar y resolver la actualidad del objeto
procesal penal, decidiendo tanto los hechos como la aplicación del Derecho y la
individualización de la pena.
El modelo anglosajón o español del jurado tan solo permanece vigente en la High
Court inglesa, en los USA, en Rusia y en nuestro país, habiendo instaurado los demás
países europeos bien el sistema mixto, bien el escabinado.

3. Regulación legal
La configuración del jurado corresponde al Poder Legislativo. La Ley del Tribunal del
Jurado es la expresión de dicha configuración. En ella, no solo se ha reinstaurado el
jurado, sino que se ha creado una innecesaria instrucción dirigida a evitar las
inquisiciones generales.

A) MODELO DE JURADO
En el momento actual existen tres modelos de jurado: el anglosajón, el mixto y el
escabinado. Todas estas fórmulas son perfectamente constitucionales.
El legislador español opto por establecer un jurado de tipo anglosajón, compuesto
por nueve ciudadanos extraídos por sorteo del censo electoral, a quienes se les
atribuye la función de dictar el veredicto. El Tribunal del Jurado está presidido por un
Magistrado.

B) COMPETENCIA Y FUNCIONES. EL VEREDICTO


El Tribunal del Jurado será competente para el enjuiciamiento de delitos referidos
a cualquiera de las siguientes rúbricas:
‐ Delitos contra la vida humana.
‐ Delitos cometidos por funcionarios públicos en ejercicio de sus cargos.
‐ Delitos contra el honor.
‐ Delitos de omisión del deber de socorro.
‐ Delitos contra la intimidad y el domicilio
‐ Delitos contra la libertad
‐ Delitos contra el medio ambiente.
En la práctica, se ha reducido la competencia del jurado, de un lado por la vía de
calificar como delitos leves las amenazas, omisión del deber de socorro y
allanamiento de morada y, de otro, por obra de la jurisprudencia del TS, que ha
declarado que los delitos conexos son de conocimiento de las AP y no del Jurado.
Las funciones del Tribunal del Jurado se distinguen entre las funciones propias de
los jurados las que corresponden al magistrado presidente.
Los jurados, que actúan siempre sometidos a los principios constitucionales de
independencia, responsabilidad y sumisión a la ley de idéntica manera que los
miembros del Poder Judicial, tienen como misión esencial emitir el veredicto,
declarando aprobado o no el hecho justiciable, así como aquellos otros hechos que
deciden incluir y que no implican variación sustancial de aquél. También proclamarán
la culpabilidad o inculpabilidad de cada acusado por su participación en el hecho.
En cuanto al Magistrado-Presidente, le corresponde dictar la sentencia, en la que
recogerá el veredicto del jurado e impondrá la pena y medida de seguridad que
corresponda. También resolverá sobre la responsabilidad civil del penado o terceros
respecto de los cuales se hubiese efectuado reclamación.
La determinación del objeto del veredicto corresponde al Magistrado-Presidente
quien, concluido el juicio oral, somete al jurado, por escrito, los hechos alegados por
las partes sobre los que deberá pronunciarse, diferenciando entre hechos favorables
y desfavorables al acusado, los hechos alegados que puedan determinar la

  47 
 
estimación de una causa de exención de la responsabilidad, el hecho que determine
el grado de ejecución y el hecho delictivo por el cual el acusado habrá de ser
declarado culpable o no culpable.
El jurado se pronunciará sobre todas estas cuestiones, procediendo a su
deliberación y votación, que tendrán lugar a puerta cerrada. Las decisiones que sean
desfavorables al acusado deben ser adoptadas por mayoría de, al menos, siete votos,
y las que sean favorables por mayoría de cinco. El resultado de la votación y las
incidencias de la deliberación se reflejarán en el acta, que deberá incluir la explicación
de las razones por las cuales el jurado ha llegado a un concreto veredicto. Se trata,
de esta forma, de que el veredicto esté debidamente motivado.

C) CAPACIDAD, INCOMPATIBILIDAD, PREVISIONES Y EXCUSAS


La Ley configura la función del jurado como un derecho de los ciudadanos en los
que no concurra motivo que les impida ejercitarlo, y como un deber para quienes no
estén incursos en causa de incompatibilidad, prohibición o excusa.
Los únicos requisitos que establece la Ley para ser jurado son ser español mayor
de edad, encontrarse en el pleno ejercicio de los derechos políticos, saber leer y
escribir, ser vecino de cualquiera de los municipios de la provincia en que el delito se
hubiese cometido, y no estar afectado por discapacidad física o psíquica.
La capacidad para ser jurado se ve delimitada por una serie de disposiciones, que
son las causas de incapacidad, incompatibilidad y prohibiciones, que tienden a
asegurar la máxima idoneidad objetiva y subjetiva de las personas que lleguen a
jurado. Por otra parte, se trata de lograr una participación lo más acertada y realista
posible, para lo cual se establecen unas generosas causas de excusa.

D) PROCEDIMIENTO DE SELECCIÓN Y CONSTITUCIÓN DEL JURADO


En España se optó por el procedimiento de selección objetivo, que permite una
mayor participación popular al extraerse los candidatos a jurados del censo electoral
mediante sorteo.
El procedimiento de selección atraviesa por varias etapas. Cada dos años se
efectúa una lista mediante el sorteo en el censo electoral. Sobre esta lista, se efectúa
un segundo sorteo para la extracción de 36 prejurados, los cuales son citados para
comparecer un día determinado, en el que las partes podrán ejercitar, sobre ellos, su
derecho de recusación. Si quedan menos de 20, se efectuará un tercer sorteo hasta
llegar a dicha cifra. Éstos 20 o más prejurados serán citados para formar parte de la
lista de sesión. El mismo día en el que deba iniciarse el juicio oral deben
seleccionarse los nueve ciudadanos que se constituirán como jurados en la causa,
así como dos suplentes. Una vez completado el proceso de selección, quedará
constituido el Tribunal del Jurado bajo la presidencia del Magistrado correspondiente.

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LECCIÓN 11: LA JURISDICCIÓN COMO PRESUPUESTO
PROCESAL

1. La Jurisdicción como presupuesto procesal


La Jurisdicción supone el otorgamiento por el ordenamiento jurídico a un determinado
Tribunal de la potestad de juzgar y hacer ejecutar lo juzgado. Pero, para que un Tribunal
ostente legítimamente la potestad jurisdiccional sobre un determinado conflicto, resulta
preciso que la materia litigiosa no esté exenta del conocimiento de los Tribunales
españoles y, que admitida la jurisdicción del Estado español, tampoco quede atribuido
el conocimiento de dicho objeto a otra jurisdicción especial, a otro Tribunal especial o a
otro orden jurisdiccional distinto al civil.
La Jurisdicción se erige en un requisito previo al proceso, sin cuyo cumplimiento no
puede válidamente instaurarse, ni puede el Juez entrar en el examen jurídico material
de la pretensión.

2. Los límites de la jurisdicción española: principios generales y foros


exclusivos
Los Tribunales civiles españoles conocerán de las pretensiones que se susciten en
territorio español, con arreglo a lo establecido en los Tratados y convenios
internacionales en los que España sea parte, en las normas de la Unión Europea y en
las leyes españolas.
Así, como criterio general, a los tradicionales criterios de la territorialidad y de la
personalidad tan solo cabe oponer la inmunidad internacional o diplomática. Pero no
solo la inmunidad diplomática, sino también la constitucional excepcionan dicha regla.
Así, la inviolabilidad del Rey y la de los diputados y senadores constituyen excepciones.
También existen excepciones a la Jurisdicción que se demás denominan fueros. Dichos
fueros son exclusivos en su sentido positivo, es decir si se cumple el presupuesto fáctico
de tales normas, será siempre competente la jurisdicción española. Pero, en su sentido
negativo, indican que, si no se cumple dicho presupuesto, serán competentes para el
conocimiento del conflicto los Tribunales de otro Estado.

A) LA COMPETENCIA JURISDICCIONAL ESPAÑOLA EN EL ORDEN CIVIL


La atribución con carácter general a la Jurisdicción española de determinados
asuntos se produce cuando exista sumisión, expresa o tácita, o el demandado tenga
su domicilio en España. En este caso serán competentes los Tribunales españoles.
Si no existiera sumisión expresa, nuestra Jurisdicción será competente si el
demandado tuviese su domicilio en España. En todo caso, nuestra Jurisdicción será
competente si el objeto litigioso se encontrase relacionado en alguno de los fueros
imperativos.

B) LA COMPETENCIA JURISDICCIONAL ESPAÑOLA EN EL ORDEN PENAL


La LOPJ contempla un fuero general territorial de la competencia de la jurisdicción
española y tres fueros extraterritoriales.
Nuestra jurisdicción penal siempre es competente cuando el delito se haya
cometido en territorio español.
Los fueros extraterritoriales vienen determinados por el criterio de la nacionalidad,
el de la naturaleza del bien jurídico protegido y el de la jurisdicción universal.
a) El criterio de la nacionalidad consiste en que si el delito se ha cometido en el
extranjero, si el autor fuese español o nacionalizado, presentase denuncia en

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España y el hecho fuese también delito el país extranjero, podrían conocer del
hecho los Tribunales españoles.
b) Del criterio de la naturaleza del bien jurídico protegido se entiende que, si se
tratara de alguno de los más graves delitos contra el Estado o la Corona,
cometidos por funcionarios públicos en el extranjero o contra el control de
cambios, también podrán entender los Tribunales españoles.
c) El criterio de la jurisdicción universal obedece a la suscripción por España de
diversos Tratados, según los cuales determinados delitos, tales como el
genocidio, no solo son imprescriptibles, sino que pueden ser perseguidos en
cualquier país del mundo.

C) LA COMPETENCIA JURISDICCIONAL ESPAÑOLA EN EL ORDEN


CONTENCIOSO-ADMINISTRATIVO
Es competente dicho orden jurisdiccional para el conocimiento de toda pretensión
de nulidad de disposiciones o actos emanados de las Administraciones Públicas y de
los actos singulares que pudieran dictar los poderes públicos, todos ellos del Estado
español.

D) LA COMPETENCIA JURISDICCIONAL ESPAÑOLA EN EL ORDEN SOCIAL


Se determina la competencia de este orden jurisdiccional, distinguiendo los
siguientes supuestos:
a) Si se tratara de un contrato de trabajo, subsisten fueros concurrentes, como lo
son el del lugar de la celebración del contrato y el domicilio del demandado, que
han de suceder todos ellos en España.
b) Si se tratase de un convenio colectivo, dicho convenio habrá de haberse
celebrado o promovido en España
c) Todas las pretensiones frente a la Seguridad Social española.

3. Los conflictos jurisdiccionales


Por conflicto jurisdiccional cabe entender el surgido entre dos órganos del Estado
como consecuencia de que ambos deciden o rehúsan conocer de una determinada
materia, por lo que un órgano superior debe afirmar a cuál de ellos le corresponde su
conocimiento. Los conflictos pueden ser positivos, cuando reclaman el conocimiento,
o negativos, cuando ninguno de ellos quiere conocer de las unto.
Hay que distinguir entre conflictos jurisdiccionales, conflictos de competencia, y las
cuestiones de competencia.

A) LOS CONFLICTOS JURISDICCIONALES


Los conflictos jurisdiccionales transcurren entre órganos del Poder Ejecutivo y del
Judicial. Se distinguen los conflictos:
a) Entre la Administración y la Jurisdicción
Todos los Juzgados y Tribunales y todos los órganos que representen la
Administración Pública pueden plantear el pertinente conflicto positivo o negativo
de algún asunto del que estuviese conociendo.
Será el encargado de entender de dicho conflicto el Tribunal de Conflictos
Jurisdiccionales, el cual está integrado por el Presidente del TS y por cinco
vocales.
b) Entre la Jurisdicción Ordinaria y la Militar
Si el conflicto transcurriese entre un órgano del Poder Judicial y otro de la
Jurisdicción Militar, oído el Ministerio Fiscal ordinario y el militar, elevarán las
actuaciones a la Sala de Conflictos de Jurisdicción, compuesta por el

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Presidente del TS, dos Magistrados del TS del orden jurisdiccional en conflicto y
dos Magistrados de la Sala de lo militar.
c) Entre la Jurisdicción Contable y la Administración o la Jurisdicción Militar
La única especialidad de estos conflictos reside en el Tribunal competente para
su solución: si se tratara de un conflicto entre la Jurisdicción Contable y la
Administración, el órgano competente es el Tribunal de Conflictos
Jurisdiccionales. Pero, si transcurriera entre la Jurisdicción Contable y la Militar,
el tribunal competente es la Sala de Conflictos.

B) LOS CONFLICTOS DE COMPETENCIA


Por conflictos de competencia se entienden los que pueden suscitarse entre
Juzgados y Tribunales de distintos órdenes jurisdiccionales, pero pertenecientes
todos ellos al Poder Judicial, si bien no se pueden plantear frente a los órganos
jurisdiccionales penales, debido al carácter preferente de este orden.
Una vez oídas las partes y el Ministerio Fiscal, se elevarán las actuaciones a la
Sala Especial de Conflictos, que está integrada por el Presidente del TS y
compuesta por dos Magistrados, uno por cada orden jurisdiccional en conflicto.

C) LAS CUESTIONES DE COMPETENCIA


Las cuestiones de competencia son conflictos que pueden surgir entre órganos
jurisdiccionales del mismo grado y pertenecientes a un mismo orden jurisdiccional.
Entre órganos de distinto grado, no pueden plantearse conflictos: resuelve el superior
sin posibilidad de recurso.
Tales cuestiones plantean problemas de competencia territorial, pero también
pueden contener conflictos de competencia objetiva. De dichas cuestiones, entiende
siempre el órgano jurisdiccional superior jerárquicamente.

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SECCIÓN CUARTA: EL PERSONAL
JURISDICCIONAL Y LABORAL
LECCIÓN 12: EL PERSONAL JURISDICCIONAL

1. Los Jueces y Magistrados


El estatuto jurídico de los jueces y magistrados es una materia que está reservada a
la LOPJ, por lo que a las Comunidades Autónomas les está vedado legislar sobre dicho
estatuto. El Estado Central solo puede incidir en esta materia por la vía de la reforma de
la LOPJ.
La razón de esta doble reserva reside en que el Juez tiene que ser independiente y
sometido al imperio de la Ley.

A) ESTATUTO JURÍDICO Y ÁMBITO DE APLICACIÓN


El estatuto de los jueces y magistrados es tan solo reclamable para los jueces y
magistrados de carrera, si bien también es aplicable a los jueces de paz y a todos los
jueces y magistrados sustitutos y suplentes.
Los jueces y magistrados forman un cuerpo único, lo que se establece como una
garantía más de la independencia judicial.
La carrera judicial se divide en tres categorías: la de juez, la de magistrado, y la
de Magistrado del Tribunal Supremo.
También ejercen funciones jurisdiccionales, sin pertenecer a la carrera judicial, los
magistrados suplentes, los que sirven en plazas de jueces como sustitutos, los jueces
de paz y sus sustitutos.
a) Los jueces sustitutos son nombrados para suplir la falta de titular de un Juzgado
determinado. Estos jueces sustitutos tienen la misma jurisdicción que el titular.
b) Los magistrados suplentes y los jueces sustitutos son nombrados por el CGPJ.
Son jueces profesionales que tienen que reunir los mismos requisitos que se
exigen para el acceso a la carrera judicial
c) Igual sistema de nombramiento y requisitos se establecen para los jueces de
provisión temporal, que son jueces interinos que desempeñan su función en
una plaza vacante.
d) Los jueces de abstracción territorial son designados para ejercer su función en
las plazas que se encuentren vacantes como refuerzo de órganos judiciales o en
aquellas plazas en que el titular esté ausente.
e) Los jueces de paz son nombrados por la Sala de Gobierno del TSJ a propuesta
del Ayuntamiento respectivo, quien ha de elegir por mayoría absoluta al
candidato.

B) EL INGRESO EN LA CARRERA JUDICIAL


a) Requisitos de capacidad
Los miembros de la carrera judicial tienen que estar en posesión del Grado de
licenciado en Derecho. Han de ser españoles, mayores de edad y no estar
incursos en causa de incapacidad o incompatibilidad para oficio judicial.
b) Modalidad de ingreso
‐ La oposición libre se mantiene como sistema tradicional y ordinario de ingreso
en la Judicatura y también en la Fiscalía. El aspirante debe superar unas

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pruebas selectivas y un curso de dos años en la Escuela Judicial. Dicho curso
comprende formación teórica y práctica.
‐ La vía del concurso está prevista para el ingreso en la Magistratura de los
juristas de reconocido prestigio, quienes acceden a órdenes jurisdiccionales
determinados.
‐ También se contempla un sistema específico de ingreso a las Salas de lo Civil
y Penal de los TSJ. Una de cada tres plazas convocadas por este sistema se
cubrirá con un jurista de reconocido prestigio.

C) TRASLADOS, PROMOCIÓN Y SITUACIONES ADMINISTRATIVAS


El régimen de provisión de vacantes y de traslados de jueces se efectúa mediante
concurso, en el que rige el criterio de la antigüedad, debiendo permanecer, como
mínimo, un año en destino forzoso y dos en voluntario.
Para el acceso de Juez a la categoría de Magistrado rige también el criterio de la
antigüedad, ya que dos de cada cuatro vacantes se reserva a esta vía de promoción
interna.
Para acceder al Juzgado Central de la AN se requiere una antigüedad mínima de
ocho años.
El acceso a Magistrados del TS se realiza mediante designación libre del CGPJ.
Los jueces y magistrados pueden encontrarse en alguna de estas tres situaciones
administrativas: servicio activo, servicios especiales, excedencia voluntaria y
suspensión.

D) INCOMPATIBILIDADES Y PROHIBICIONES
Existe un régimen de incompatibilidades, que se pueden diferenciar entre
absolutas y específicas.
Las incompatibilidades absolutas se prevén en el art. 389 de la LOPJ, en cuya
virtud el cargo de juez o magistrado es incompatible con una serie de funciones.
Las incompatibilidades específicas o relativas se transforman en causas de
abstención y son de dos tipos: por razón de parentesco y de carácter profesional.
La sanción al cumplimiento del régimen de incompatibilidades constituye una falta
muy grave o grave.
Existe también una serie de prohibiciones para el juez o magistrado, como por
ejemplo la prohibición de desempeñar cargos públicos o pertenecer a partidos o
sindicatos. A cambio de esto, se permite a los jueces asociarse entre ellos

2. Los Letrados de la Administración de la Justicia


Se ha sustituido el clásico terminó Secretario Judicial por el de Letrado de la
Administración de Justicia.

A) FUNCIONES
Los Letrados de la Administración de Justicia son técnicos superiores de la
Administración de Justicia, que ostentan el carácter de Autoridad y la dirección de la
oficina judicial y a quienes se les encomienda el ejercicio de la fe pública judicial.
a) Los Letrados como funcionarios de la Administración de Justicia
Se encuadra a dichos funcionarios dentro del concepto de personal al servicio
de la Administración de Justicia y se les configura como técnicos superiores
dependientes del Ministerio de Justicia.

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Desde un punto de vista subjetivo, dichos Letrados pertenecen a la llamada
administración de la Administración de Justicia.
b) Los Letrados de la Administración de Justicia como depositarios de la fe pública
judicial: la potestad de instrumentación
Los Letrados de la Administración de Justicia no pueden ser considerados como
unos funcionarios más de la Administración de Justicia. Aunque se rigen por
algunos principios como los de unidad y dependencia general de jerárquica, son
depositarios de la fe pública judicial, cuyo ejercicio requiere sumisión a los
principios de legalidad e imparcialidad, autonomía e independencia.
El Letrado de la Administración de Justicia es una autoridad imparcial y su
estatuto se asemeja al del Juez. Por esta razón, su estatuto jurídico es similar al
de los Jueces y Magistrados y, para preservar su imparcialidad, han de
abstenerse por las mismas causas que éstos y pueden ser recusados.
Ejercen con absoluta independencia la potestad de instrumentación, que
tiene por objeto otorgar el carácter de documento público con autenticidad formal
a las actas y diligencias en las que intervienen, y producen constancia de los
actos procesales por ellos intervenidos.
c) La potestad ordenatoria y resolutoria del Letrado de la Administración de Justicia
El Letrado de la Administración de Justicia ejercita también una potestad
resolutoria, que incide en la potestad de juzgar y hacer ejecutar lo juzgado.
‐ Las diligencias de ordenación
Por dichas diligencias cabe entender resoluciones del Letrado de la
Administración de Justicia que tienen proyecto la mera ordenación o impulso
del procedimiento.
La LOPJ denomina diligencias a las resoluciones de dicho Letrado, las
cuales pueden ser de ordenación, de constancia, de comunicación y de
ejecución. Las diligencias de ordenación son de mera tramitación e impulso
procesal; las de constancia certifican la existencia de un hecho o acto
procesal; las de comunicación tienen por objeto poner en conocimiento de los
intervinientes en el proceso un acto del tribunal, y las de ejecución.
‐ Los decretos
El Letrado de la Administración de Justicia puede dictar decretos, que son
resoluciones motivadas que deciden puntos esenciales o ponen fin al
procedimiento. La LEC concretó que dichos decretos se dictarán cuando se
admita a trámite la demanda, cuando se ponga término al procedimiento del
que tenga competencia exclusiva y, en cualquier clase de procedimiento,
cuando fuese preciso.
‐ Los Acuerdos
Las resoluciones de carácter gubernativo de los Letrados de la Administración
de Justicia se denominarán Acuerdos
d) El Letrado de la Administración de Justicia como órgano de comunicación
El Letrado de la Administracion de Justicia es considerado como un órgano de
comunicación entre el Tribunal y las partes, de un lado, y con las demás
autoridades y órganos jurisdiccionales, de otro.
‐ Con las partes
A este funcionario le corresponde la dirección de todos los actos de
comunicación. Tales actos pueden dirigirse tanto a las partes y terceros, como
los funcionarios al servicio de la Administración de Justicia y a las demás
autoridades no judiciales.
‐ Con los demás órganos jurisdiccionales

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También le corresponde a este funcionario relacionarse con las demás
autoridades y órganos jurisdiccionales a fin de obtener de ellos el auxilio
judicial.
e) El Letrado de la Administración de Justicia como director de la oficina judicial
Otra de las funciones clásicas del Letrado de la Administración de Justicia
consiste en la dirección de la oficina judicial.
En ejercicio de esta función, el Letrado de la Administración de Justicia actúa
bajo los principios de unidad, dependencia jerárquica, división de funciones y
coordinación, encontrándose sometido a las órdenes o directrices de su
Secretario General de la Administración de Justicia.
Las tradicionales oficinas judiciales se dividieron en dos, creando, por un lado,
unidades procesales de apoyo directo y servicios comunes, y por otro lado,
las unidades administrativas.
f) Otras funciones
También le corresponde la gestión de los tributos que le sea encomendada y la
tasación de costas, debiendo vigilar el cumplimiento del pago de las tasas
judiciales. También le incumbe la confección de la estadística judicial.

B) ESTATUTO
Los Letrados de la Administración de Justicia ingresan a través del sistema de
oposición o concurso-oposición. En el ingreso se exigen los mismos requisitos de
acceso que a la carrera judicial y la superación de un curso de formación en el Centro
de Estudios Jurídicos.
El Cuerpo de Letrados de la Administración de Justicia se divide en tres
categorías.
Las incapacidades, incompatibilidades, previsiones, jubilación y situaciones
administrativas de los Letrados de la Administración de Justicia son idénticas a la de
los Jueces y Magistrados

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LECCIÓN 13: EL MINISTERIO FISCAL

1. Naturaleza jurídica
El Ministerio Fiscal es un órgano que tiene por misión promover la acción de la justicia
en defensa de la legalidad, de los derechos de los ciudadanos y del interés público
tutelado por la Ley, así como velar por la independencia de los Tribunales.
Desde una dimensión objetiva, la naturaleza del Ministerio Fiscal es una parte
imparcial que, mediante el ejercicio del derecho de acción, provoca la actividad
jurisdiccional para proteger la legalidad procesal o material y sostener la acusación en
el proceso penal.
Desde un punto de vista subjetivo, la doctrina todavía discute acerca de si nos
encontramos ante un órgano dependiente del Poder Ejecutivo o perteneciente al Poder
Judicial.
Aunque el Gobierno tenga la potestad de proponer al Rey el nombramiento y cese
del Fiscal General del Estado, no parece que en la actualidad pueda reclamarse su
dependencia con respecto al Poder Ejecutivo, por cuanto en ningún caso dicta actos
administrativos, sino actos procesales.
Pero tampoco puede afirmarse que sea plenamente un órgano jurisdiccional, ni
ejercita la potestad jurisdiccional, ni goza de la independencia judicial.
El Ministerio Fiscal, aunque esté regido por los principios de unidad y dependencia
jerárquica y, por tanto, no goce de la independencia judicial, es una parte imparcial,
siendo su imparcialidad superior incluso a la de los jueces.

2. Organización del Ministerio Fiscal


Los principios que informan el Ministerio Fiscal pueden ser sistematizados en
orgánicas o de organización, como la unidad y dependencia, y funcionales o de
actuación, como la legalidad e imparcialidad.

A) PRINCIPIOS DE ORGANIZACIÓN
a) Unidad
El Ministerio Fiscal goza de una sola personalidad jurídica, es único para todo
el Estado.
En la cúspide se encuentra el Fiscal General del Estado, quien ostenta la
Jefatura del Ministerio Fiscal y su representación en todo el territorio nacional. Le
corresponde dictar órdenes singulares o instrucciones sobre la interpretación de
las leyes, que se convierten en fuente del Derecho.
b) Dependencia
El principio de dependencia jerárquica y se convierte en el complemento
imprescindible del principio de unidad, informando ambos el funcionamiento
interno de la Fiscalía.
Todos los fiscales actúan bajo las órdenes y la supervisión de sus superiores:
los abogados fiscales y fiscales están sometidos a los mandatos instrucciones
que pueda impartir el Fiscal Jefe de la AP, AN, TSJ o Fiscal de Sala del TS y
dichos Fiscales Jefes están sometidos a las órdenes inmediatas del Fiscal
General del Estado.

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B) ÓRGANOS
La Fiscalía aparece configurada como una pirámide, en cuya cúspide se sitúa el
Fiscal General del Estado, asistido por el Consejo Fiscal, la Junta de Fiscales de
Sala, la Inspección Fiscal, la Secretaría Técnica, la unidad de apoyo y por los Fiscales
de Sala.
Por debajo del Fiscal General del Estado se encuentran las Fiscalías del TC, TS,
de la AN y Fiscalías especializadas, la Fiscalía de los TSJ y las Fiscalías de las AP.
En cada una de estas Fiscalías existe un Fiscal Jefe, un Teniente Fiscal y una
pluralidad de Fiscales con sus categorías oportunas, Fiscal de Sala en el TS, Fiscales
y Abogados Fiscales.

C) ESTATUTO
La nota más característica del estatuto de los miembros del Ministerio Fiscal reside
en su similitud con el de Jueces y Magistrados.
El ingreso en el Cuerpo de Fiscales se efectúa mediante oposición libre y conjunta
con los aspirantes a jueces. Su régimen retributivo es idéntico al de los jueces y
magistrados y los requisitos de capacidad, las prohibiciones, incompatibilidades y
situaciones administrativas son similares a las que rigen para los jueces y
magistrados.

3. Principios de actuación
A) LEGALIDAD. LA OPORTUNIDAD REGLADA
Por el principio de legalidad, el Ministerio Fiscal actuará con sujeción a la
Constitución, a las leyes y demás normas que integran el ordenamiento jurídico
vigente.
Si un determinado miembro del Ministerio Fiscal estimada contraria al principio de
legalidad una determinada orden dictada por su superior, podrá mostrar su
discrepancia ante la Junta de Fiscales. Pero el informe de dicha junta no es
vinculante, por lo que el fiscal subordinado tendrá que acatar, en último término, la
orden de su superior.
La vigencia del principio de legalidad no se pone a que pueda instaurarse en
nuestro ordenamiento un principio de oportunidad reglada, cuyo fundamento
descansa en la necesidad de conciliar aquel principio de legalidad con la protección
del interés público y los derechos de los ciudadanos. Por eso, el Ministerio Fiscal está
constitucionalmente legitimado para no incoar un determinado procedimiento penal
bajo el previo cumplimiento de determinados presupuestos o para adoptar o instar
incluso el sobreseimiento de un determinado proceso bajo condición de cumplimiento
de unas determinadas prestaciones inmediatas y/o futuras.

B) IMPARCIALIDAD
Debido a la circunstancia de que el Ministerio Fiscal no defiende derechos o
intereses propios, sino ajenos, así como los bienes intereses públicos socialmente
relevantes, Su actuación en el proceso es la propia de una parte imparcial. El
Ministerio Fiscal, al ser parte del proceso, no puede ser recusado, pero está obligado
a abstenerse por las mismas causas de abstención que rigen para los jueces y
magistrados.

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4. Funciones del Ministerio Fiscal
Las funciones del Ministerio Fiscal son las siguientes:

A) FUNCIÓN OBJETIVA DE DEFENSA DE LA LEGALIDAD


Al Ministerio Fiscal se le ha definido como el defensor de la legalidad, tanto
constitucional, como ordinaria.
a) Como defensor de la Constitución, le incumbe intervenir en los procesos
judiciales de amparo, así como en las cuestiones de inconstitucionalidad e
interponer el recurso de amparo constitucional, así como intervenir en los
procesos que conoce el TC en defensa de la legalidad. El fundamento de esta
legitimación hay que establecerlo en su función de defensa de la Constitución.
b) Como defensor de la legalidad ordinaria, al Ministerio Fiscal le corresponde
defender las leyes que tutelan bienes socialmente relevantes o el interés público.
‐ En cuanto a la tutela de las leyes procesales, el Ministerio Fiscal está
legitimado para defender la independencia judicial, prevenir y corregir las
dilaciones procesales indebidas, defender la jurisdicción y competencia de los
órganos jurisdiccionales, interviniendo en todos los conflictos de competencia,
y velar por la ejecución de las resoluciones judiciales.
‐ Como defensor de las leyes materiales, al Ministerio Fiscal le incumbe
ejercitar las acciones penales y civiles dimanantes de delitos u oponerse a las
ejercitadas por otros cuando proceda; intervenir en el proceso penal, instando
de la autoridad judicial la adopción de medidas cautelares que procedan y la
práctica de las diligencias encaminadas al esclarecimiento de los hechos;
tomar parte, en defensa de la legalidad y del interés público o social, en los
procesos relativos al estado civil e intervenir en los procesos civiles que
determine la Ley cuando esté comprometido el interés social o cuando puedan
afectar a personas menores, incapaces o desvalidas.

B) FUNCIÓN SUBJETIVA
Desde un punto de vista subjetivo, en su calidad de defensa de los derechos de
los ciudadanos, al Ministerio Fiscal le corresponde ejercer en materia de
responsabilidad penal de menores las funciones que le encomienda la legislación
específica, debiendo orientar su actuación a la satisfacción del interés superior del
menor; intervenir en los procesos civiles que determine la ley cuando esté
comprometido el interés social o cuando puedan afectar a personas menores,
incapaces o desvalidas y velar por la protección social puede cesar de las víctimas.
Para esto, se le confieren al Ministerio Fiscal determinadas facultades:
‐ Recabar información de todos los procedimientos
‐ Emitir órdenes instrucciones a los miembros de la Policía Judicial
‐ Practicar detenciones preventivas y efectuar las Diligencias Informativas,
previas a las diligencias previas del Juez de Instrucción, las cuales han de ser
respetuosas con el principio de contradicción y el derecho de defensa, sin que
puedan durar más de seis meses, hasta que finalicen mediante archivo o
presentación de denuncia o querella ante el Juez de Instrucción.

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LECCIÓN 14: EL PERSONAL COLABORADOR DE LA
JUSTICIA

1. Los Cuerpos de funcionarios al servicio de la Administración


de Justicia
Existen funcionarios que se integran en Cuerpos Nacionales y forman parte de la
denominada administración de la Administración de Justicia. Éstos funcionarios se rigen
por las disposiciones de la LOPJ y, supletoriamente, por la legislación estatal y/o
autonómica sobre la función pública.
Éstos Cuerpos Nacionales se dividen en generales y especiales. Son generales los
Cuerpos de Gestión Procesal y Administrativa, de Tramitación Procesal y Administrativa
y los de Auxilio Judicial, en tanto que pertenecen a los Cuerpos Especiales todos los
demás.
El ingreso de los funcionarios de carrera de tales Cuerpos se efectúa mediante
oposición o concurso-oposición

A) LOS CUERPOS DE GESTIÓN PROCESAL Y ADMINISTRATIVA


Los funcionarios pertenecientes a dicho cuerpo integran los Oficiales de la
Administración de Justicia. Colaboran, bajo la supervisión del Letrado de la
Administración de Justicia, en la actividad procesal de nivel superior, pueden asumir
la Jefatura de las Unidades de Apoyo o de los Servicios Comunes, efectuar tareas de
gestión administrativa y desempeñar puestos en las unidades administrativas, así
como ejercer la Secretaría de los Juzgados de Paz.

B) EL CUERPO DE TRAMITACIÓN PROCESAL Y ADMINISTRATIVA


Son los llamados Auxiliares de la Administración de Justicia. Son funcionarios de
apoyo a la gestión procesal, que, bajo la dependencia de los funcionarios del Cuerpo
de Gestión y del Letrado de la Administración de Justicia, realizan tareas ejecutivas,
pudiendo desempeñar su función, tanto en las oficinas judiciales, como en las
unidades administrativas.

C) EL CUERPO DE AUXILIO JUDICIAL


Son los llamados Agentes judiciales. Éstos funcionarios, que, cuando actúan
como policía judicial tienen el carácter de Autoridad, tienen como cometido practicar
todos los actos de comunicación, la ejecución de embargos y lanzamientos, mantener
el orden en las vistas y velar por el correcto funcionamiento de los medios técnicos
del Tribunal, pudiendo desempeñar también su actividad, tanto en la oficina judicial,
como en las unidades administrativas.

2. La policía judicial
La policía auxilia a los Juzgados y Tribunales y al Ministerio Fiscal en la averiguación
de los delitos y el descubrimiento y aseguramiento de los delincuentes. Los funcionarios
que componen dicha policía judicial son las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado,
las policías autonómicas y las policías locales de los Ayuntamientos.
Junto a esta policía judicial genérica, el RD 769/1987 adscribió también a los
Juzgados, Tribunales y Ministerio Fiscal unidades orgánicas de la policía judicial que,
procedentes de las referidas FFCCS, actúan bajo la directa inmediación de los Fiscales,
en las diligencias informativas previas a las judiciales, de los Jueces de Instrucción en

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los sumarios y en la fase del juicio oral de los Jueces de lo Penal y de las Audiencias
Nacional y Provinciales.
Pero la dependencia de la policía judicial de los órganos jurisdiccionales es solo
funcional y no orgánica, dependiendo en este último aspecto de sus mandos naturales,
quienes les pueden encomendar otros cometidos de prevención y seguridad ciudadana.
Las funciones de la policía judicial son específicamente:
‐ La averiguación acerca de los responsables y circunstancias de los hechos
delictivos y su detención.
‐ El auxilio a la autoridad judicial y fiscal en cuantas actuaciones deba realizar fuera
de su sede y requieren la presencia policial.
‐ La realización material de las actuaciones que exijan el ejercicio de la coerción y
ordenase la autoridad judicial o fiscal.
‐ La garantía del cumplimiento de las órdenes y resoluciones de la autoridad judicial
o fiscal.
‐ Cualquiera otra de la misma naturaleza en que sea necesaria su cooperación o
auxilio y lo ordenase la autoridad judicial o fiscal.

3. Los médicos forenses


Son funcionarios de carrera que integran un Cuerpo Nacional de Titulados superiores
al servicio de la Administración de Justicia.
Los Médicos Forenses asisten a los Juzgados y Tribunales, Fiscalías y oficinas del
Registro Civil, prestando sus conocimientos en la patología forense y prácticas
tanatológicas y asistiendo a los lesionados. A tal efecto, emiten informes o dictámenes
sobre el estado de salud de los lesionados y la valoración de los daños corporales.

4. Otros cuerpos e instituciones periciales


A) LOS FACULTATIVOS DEL INSTITUTO NACIONAL DE TOXICOLOGÍA Y
CIENCIAS FORENSES
Estos funcionarios de carrera constituyen un Cuerpo Nacional de Titulados
superiores al servicio de la Administración de Justicia. Prestan su asistencia a las
Autoridades judiciales, gubernativas, al Ministerio Fiscal y a los Médicos Forenses en
el curso del proceso penal. Prestan sus servicios en los Institutos de Toxicología y de
Medicina Legal, donde realizan sus análisis sobre sustancias intervenidas y emiten
los informes periciales de los órganos jurisdiccionales les soliciten.

B) LOS TÉCNICOS ESPECIALISTAS DEL INSTITUTO NACIONAL DE


TOXICOLOGÍA Y CIENCIAS FORENSES
Prestan su función de auxilio técnico especializado en el laboratorio del Instituto
Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses.

C) LOS AYUDANTES DE LABORATORIO DEL INSTITUTO NACIONAL DE


TOXICOLOGÍA Y CIENCIAS FORENSES
Prestan funciones de apoyo en el referido Instituto de Toxicología.

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LECCIÓN 15: LOS ABOGADOS Y PROCURADORES

1. La postulación y los derechos a la tutela y de defensa


El artículo 24 CE dispone que todos tienen derecho a obtener la tutela efectiva de los
jueces y tribunales y a la defensa y asistencia de letrado.
Debido a la complejidad del Derecho, nuestras leyes imponen que para acceder a la
jurisdicción, bien sea como demandante o demandado, es necesario comparecer en el
proceso mediante Procurador y asistido de Abogado, a quienes la Constitución les
confía la función de defensa de todos los derechos subjetivos, públicos y privados e
intereses legítimos de los ciudadanos.
A esta exigencia constitucional de comparecer en el proceso representados por
Procurador y defendidos por Abogado se le denomina capacidad de postulación.
Dicha capacidad consiste en la aptitud requerida por la ley para realizar dentro del
proceso los actos procesales de las partes
Tanto la LOPJ, como nuestras Leyes de Enjuiciamiento, han optado por un sistema
dual en el ejercicio de la capacidad procesal, de manera que los ciudadanos han de
comparecer en el proceso representados por Procurador y defendidos por Abogado.

2. Requisitos para acceder a las profesiones de procurador y


abogado
Son Procuradores quienes representan a los poderdantes ante los Juzgados y
Tribunales. Para ser Procurador se requiere ser español o ciudadano de la UE, mayor
de edad, no incapacitado, estar en posesión del título de licenciado en Derecho y
obtener el título de Procurador.
Para ser Abogado se requiere ser español o ciudadano de la UE, mayor de edad, no
incapacitado o inhabilitado, estar en posesión del título de licenciado en Derecho y
obtener una titulación complementaria específica, el título profesional de Abogado.
Para la obtención de los títulos de Procurador o Abogado hay que superar un proceso
de formación especializada de carácter práctico. Al final del periodo formativo práctico
han de realizarse las pruebas de aptitud profesional ante una comisión de evaluación.

3. La representación procesal: el Procurador


El Procurador es el representante procesal de la parte material que actúa en el
proceso como consecuencia de la suscripción con su cliente de un mandato procuratorio
o poder para pleitos.
Los Procuradores limitan su atención a la demarcación territorial de su Colegio y
tienen que actuar con profesionalidad, honradez, lealtad, diligencia y firmeza en la
defensa de los intereses de sus representados.
El Procurador precisa que la parte o el Estado le otorgue un poder de representación
procesal, el cual puede ser general, especial y especialísimo:
‐ Es general otorga al procurador un poder para intervenir en toda clase de
procesos.
‐ Es especial cuando se le otorga para un determinado orden jurisdiccional
‐ Es especialísimo cuando se habilita expresamente al procurador tan solo para
ejercitar el derecho de acción en relación con un asunto o acto procesal
determinado. La Ley también exige poder especialísimo para los actos que

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entrañan una disposición del proceso, como es el caso de la renuncia,
desistimiento, transacción o allanamiento, o para la Interposición de una querella.

A) DERECHOS Y DEBERES DE LOS PROCURADORES


La relación de servicios que liga al Procurador con su cliente se engloba dentro del
mandato voluntario. En este negocio jurídico, el poder de representación procesal
precisa ser aceptado por el Procurador, en cuyo caso se perfecciona el contrato y surgen
los derechos y obligaciones entre mandante y mandatario.

4. La defensa técnica: el abogado


El Abogado es quien ostenta la defensa técnica y la dirección procesal.

A) CONCEPTOS Y REQUISITOS
Son Abogados quienes, incorporados a un Colegio español de Abogados, se dedican
de forma profesional al asesoramiento, concordia y defensa de los intereses jurídicos
ajenos, públicos o privados.
El Abogado puede desempeñar hoy su profesión en todo el territorio nacional y en el
de la UE.
Su función es incompatible con la función de Procurador y con cargos, empleos o
funciones públicas, o con la actividad de auditoría de cuentas. Han de aceptar
libremente la defensa, sin que los demás compañeros puedan asumir la defensa de un
cliente de la cartera de otro Abogado sin la “venia” expresada del Abogado originario.

B) DERECHOS Y DEBERES DE LOS ABOGADOS


Los Abogados tienen la obligación de:
‐ Colaborar con la administración de justicia
‐ De actuar con probidad, veracidad y lealtad procesal
‐ De secreto profesional
‐ De observar con celo y dirigencia la defensa que le sea encomendada
‐ De satisfacer las cuotas colegiales
‐ De asesoramiento y defensa de oficio de quienes carezcan de recursos para
litigar
‐ De aseguramiento de la responsabilidad civil que pudiese contraer con ocasión
de su profesión.
Por otra parte, a los Abogados les asiste el derecho:
‐ A ejercer la defensa con libertad e independencia y completo respecto a su
función
‐ A ejercitar sus derechos sociales en el Colegio
‐ A vestir toga en estrados y sentarse al mismo nivel que el Tribunal
‐ Al pago de sus honorarios profesionales

C) LA RELACIÓN JURÍDICA ABOGADO-CLIENTE


No existe norma alguna que califique la relación jurídica que liga al Abogado con su
cliente, por lo que la jurisprudencia ha establecido dos tesis sobre esta relación:
‐ Arrendamiento de obra
‐ Arrendamiento de servicios
En el arrendamiento de servicios, el Abogado se compromete a prestar
diligentemente y con eficacia sus servicios profesionales para la defensa ante los
Tribunales de determinados derechos subjetivos de su cliente por un precio en forma de
honorarios. La relación del Abogado con su cliente no es de resultado, sino de medios,
comprometiéndose el Abogado a defender a su cliente.

  62 
 
En el arrendamiento de obra, el Abogado es contratado para la realización de un
determinado trabajo pre-contencioso.
En el supuesto que se les nombre de oficio, nos encontramos ante un mandato legal
o atípico, que encuentra su causa en la obligación de estos profesionales en asumir la
defensa de oficio como consecuencia de la relación jurídico-pública que les liga con el
Estado y que les obliga a cumplir con el mandato constitucional, según el cual a ningún
ciudadano se le puede ocasionar indefensión.
Si el beneficiario de este servicio viniese a mejor fortuna o gozasen de recursos para
litigar, deben satisfacer los derechos del Procurador y honorarios del Abogado. Lo
mismo ocurre cuando el beneficiario rechace la designación de su Abogado de oficio y
nombre a un Abogado de confianza.

5. Exenciones a la necesidad de postulación


Existen supuestos en los que la intervención de Procurador o de Abogado, o de
ambos, no resulta preceptiva.

A) EN EL PROCESO CIVIL
No es preceptiva la intervención de Procurador:
‐ En los juicios verbales cuya cuantía no exceda de 900 € y para la petición inicial
de los procedimientos monitorios
‐ En los juicios universales, cuando se limite la comparecencia a la presentación
de títulos de crédito o derechos
‐ En los incidentes relativos a impugnación de resoluciones en materia de
asistencia jurídica gratuita
No es preceptiva la intervención de Abogado en:
‐ Los juicios verbales cuya cuantía no exceda de 900 € y la petición inicial de los
procedimientos monitorios
‐ Los escritos que tengan por objeto personarse en juicio, solicitar medidas
urgentes o pedir la suspensión urgente de vistas

B) EN EL PROCESO PENAL
Como consecuencia de la vigencia del derecho del investigado a defenderse por sí
mismo o a contar con un Abogado de su elección, ha de reconocerse la validez tanto de
la defensa privada del imputado, como de la pública de su Abogado defensor. La LECrim
otorga plena validez a determinados actos procesales que puede realizar el imputado
sin la asistencia de su Abogado. Tales actos son los siguientes:
‐ El derecho de habeas Corpus
‐ El auto del Juez elevando la detención a prisión provisional
‐ La recusación de los peritos
‐ El juicio por delitos leves

C) EN EL PROCESO CONTENCIOSO-ADMINISTRATIVO
En el proceso contencioso-administrativo es preceptiva la intervención de Abogado y
de Procurador ante todos los órganos colegiados con las siguientes especialidades:
‐ En el proceso abreviado y ante todas las actuaciones que transcurran ante los
Juzgados de lo contencioso-administrativo, el Abogado puede asumir la
representación procesal
‐ En los asuntos de personal o que promuevan los funcionarios y demás empleados
sobre su relación funcionarial pueden comparecer personalmente, sin la
asistencia del Abogado y del Procurador

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D) EN EL PROCESO DE TRABAJO
En la primera instancia no es preceptiva la intervención del Abogado ni del
Procurador. En las demás instancias, es preceptiva la intervención del Abogado.

6. Los colegios de Abogados y de Procuradores


La condición, tanto de Procurador, como de Abogado, sea adquiere a partir del día
del alta como ejerciente en un Colegio profesional.
Los Colegios de Abogados y Procuradores son Corporaciones de Derecho Público
de ámbito territorial que se constituyen para la defensa de sus asociados, su
representación, labor de formación de los colegiados y para vigilar la deontología
profesional, que es la causa constitucional que fundamenta la existencia de los Colegios
y su adscripción obligatoria. Por esa razón, ostentan los Colegios la potestad
disciplinaria.
Los Colegios dictan actos administrativos y están sometidos a la ley de procedimiento
administrativo común, por lo que pueden ser recurridos.

7. Representación y defensa del Estado y demás entes públicos


Abogado del Estado es todo profesional del Derecho que defiende al Estado. Hay
que diferenciar los Abogados del Estado, los de las Comunidades Autónomas y los de
la Administración Local.

A) LOS ABOGADOS DEL ESTADO


Con las únicas excepciones del Ministerio de Defensa y de la Administración de la
Seguridad Social, que tienen su Cuerpo Especial de Letrados, los Abogados del Estado
son los encargados del asesoramiento, representación y defensa en todo tipo de
procesos de todos los órganos constitucionales que no tengan un régimen especial de
la Administración del Estado.
Los Abogados del Estado dependen de la dirección del servicio jurídico del Estado,
que está adscrita al Ministerio de Justicia.
Ingresan mediante oposición libre y en el ejercicio de su función están sometidos al
principio de dependencia jerárquica.

B) LOS LETRADOS DE LAS COMUNIDADES AUTÓNOMAS Y DE LAS


CORPORACIONES LOCALES
La defensa y representación en juicio de las Administraciones de las Comunidades
Autónomas y de las corporaciones locales corresponde a los letrados que sirvan en los
servicios jurídicos de dichas entidades, a los Abogados colegiados cuyos servicios
contraten expresamente o a la abogacía del Estado, si requirieran de sus servicios.

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SECCIÓN QUINTA: LA TUTELA JUDICIAL
EFECTIVA
LECCIÓN 16: EL DERECHO A LA TUTELA JUDICIAL
EFECTIVA

1. La acción: acción y Jurisdicción


La Constitución encomienda al Poder Judicial la potestad jurisdiccional, la cual no se
activa de oficio, sino que necesita que alguien provoque su actuación a través del
ejercicio de un derecho, que siempre se ha denominado derecho de acción, y que la
Constitución lo bautizó como derecho a la tutela judicial efectiva, proclamado por el
artículo 24.1 CE.
Como consecuencia del ejercicio de este derecho fundamental, los particulares
tienen libre acceso a los Tribunales para la interposición de una pretensión u oponerse
a ella y para obtener de los Juzgados y Tribunales la satisfacción de sus respectivas
pretensiones.

2. Contenido esencial del derecho de acción


Podemos definir el derecho de acción como un derecho fundamental que asiste a
todo sujeto de derecho a acceder libremente al Poder Judicial, a través de un proceso
con todas las garantías y deducir en él una pretensión oponerse a ella y obtener de los
Juzgados y Tribunales una resolución definitiva, motivada y razonada, fundada en
Derecho, congruente y que ponga término al conflicto.

A) DERECHO DE ACCESO A LA JUSTICIA


a) Titularidad
La titularidad del derecho a la tutela corresponde a todos, es decir, a todos los
sujetos del Derecho, tanto a las personas jurídicas, privadas y públicas, tengan o
no plena capacidad jurídica, como a las físicas, sean nacionales o extranjeras. El
derecho a la tutela judicial es un derecho humano proclamado por los Pactos
Internacionales.
b) El derecho de acción y las partes
El derecho de acción asiste, tanto al actor en el proceso civil y al querellante o
acusador en el penal, como a quien tenga que comparecer en el proceso como
parte demandada o investigada, si bien la CE llama también a este derecho del
imputado derecho de defensa.
c) Obstáculos jurídicos y económicos
El demandante y el acusador privado, el demandado y el investigado han de
acceder libremente a un proceso, por lo que han de resultar inconstitucionales los
obstáculos, jurídicos o económicos, que puedan impedir o dificultar dicho acceso.
En referencia a las partes activas, el obstáculo jurídico se refiere a cuando se
condiciona el ejercicio del derecho a la tutela de una persona jurídica al hecho de
su inscripción en un determinado Registro.
El obstáculo económico se daba con la fianza del acusador popular o de los
extranjeros, que motivó muchos recursos de amparo, donde el TC afirmó que
tales fianzas no debían de ser obstáculos insalvables que impidiesen el derecho
de defensa de los extranjeros.

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En referencia a las partes pasivas, también les asiste el derecho a la tutela, para
lo cual es necesario que conozcan la instauración de un proceso en su contra.
Resulta contrario al derecho a la tutela establecer una fianza desproporcionada
al demandado declarado pobre.
Lo mismo ocurre en el proceso penal, en el que el ciudadano debe conocer la
previa existencia del proceso, para lo cual se hace obligado la comunicación
personal de los actos que tengan por objeto su comparecencia. Para poder
ejercitar con eficacia su derecho de defensa, se le tiene que poner en
conocimiento la imputación contra el existente en una lengua que comprenda o
ser asistido por un intérprete.
d) Derecho de acceso a todas las instancias
Éste derecho de acceso al proceso lo es a todas y cada una de sus instancias.
Hay que distinguir el acceso a la primera estancia de las demás. En la primera
instancia rige este derecho fundamental con toda su amplitud, de manera que no
puede el legislador limitar o condicionar su ejercicio. Sin embargo, el derecho de
acceso a los recursos tiene que ser con arreglo al sistema de recursos
preestablecido y bajo el cumplimiento de todos y cada uno de los requisitos que
condicionan su admisibilidad.
La libertad del legislador a la hora de establecer el régimen de recursos tiene un
límite en el proceso penal, según el cual toda persona declarada culpable de un
delito tendrá derecho a que el fallo condenatorio y la pena que se haya impuesto
sean sometidos a un tribunal superior.

B) DERECHO A UN PROCESO CON TODAS LAS GARANTÍAS


El derecho de acceso a los Tribunales debe ser mediante un proceso con todas las
garantías, lo que implica que dicho acceso lo sea al Juez legal imparcial o
predeterminado por la Ley y que el proceso sea respetuoso con los principios de
contradicción, igualdad de armas, dispositivo en el proceso civil y acusatorio en el penal.

C) DERECHO A LA OBTENCIÓN DE UNA SENTENCIA DE FONDO,


MOTIVADA, FUNDADA Y CONGRUENTE
El derecho a la tutela judicial exige que se obtenga una Sentencia de fondo, la cual ha
de resultar motivada en la prueba, fundada en Derecho y racional y congruente con las
pretensiones de las partes.
a) El derecho a la obtención de una sentencia de fondo
La CE impone la exigencia constitucional a los Juzgados y Tribunales de otorgar
una respuesta jurídico-material al conflicto que se les traslada, salvo que exista
un impedimento legal y razonable que impida ese pronunciamiento de fondo.
El demandante tiene que ser escrupuloso con el cumplimiento de los
presupuestos procesales. Si el incumplimiento de tales requisitos obedece a la
actitud negligente de la parte, la resolución definitiva será absolutoria, pero
fundada y proporcionada.
Pero si los órganos judiciales rehúyen de su obligación de solucionar el conflicto
mediante la aplicación del Derecho material, se habrá vulnerado el derecho a la
tutela. Por esta razón, el Letrado de la Administración de Justicia y el Juez deben
examinar al inicio del proceso el cumplimiento de los presupuestos procesales,
debiendo otorgar a la parte interesada la facultad de subsanar sus posibles
incumplimientos.
b) El derecho a la obtención de una resolución motivada, razonada y fundada en
derecho

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Debido al mandato constitucional conforme al cual las sentencias serán siempre
motivadas, el TC ha considerado incluido en el derecho a la tutela, la obligación
de los Juzgados y Tribunales de motivar las Sentencias.
Este deber constitucional tiene que dar respuesta al objeto procesal trazado por
las partes. Así, la Sentencia, ha de ser motivada en los hechos, lo que implica la
determinación de los hechos probados y la expresión del razonamiento por el cual
el tribunal obtiene su conclusión. También tiene que ser motivada en los
fundamentos de derecho, en el que se tiene que invocar el derecho aplicable
interpretarlo adecuadamente.
Así, cuando la Sentencia no sea motivada, incurra en un error patente o
contenga una fundamentación irrazonada, puede vulnerar el derecho a la tutela y
abrir las puertas al recurso de amparo.
c) El derecho a la obtención de una sentencia congruente
Las Sentencias tienen que ser congruentes con las pretensiones y resistencias
de las partes.

D) EL DERECHO A LA EJECUCIÓN DE LAS SENTENCIAS


También se vulnera el derecho a la tutela judicial si no se lleva a la práctica el fallo o
parte dispositiva de las Sentencias, pues la satisfacción que tiene que otorgar el proceso
tiene que ser plena y práctica. Por esta razón, la LOPJ establece que las Sentencias se
ejecutarán en sus propios términos y la no ejecución de una Sentencia posibilita el
recurso de amparo.

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LECCIÓN 17: LA ASISTENCIA JURÍDICA GRATUITA

1. La asistencia jurídica gratuita


El artículo 119 CE, al disponer que la justicia será gratuita cuando así lo disponga la
Ley y respecto de quienes acrediten insuficiencia de recursos para litigar, consagra un
derecho constitucional respecto del derecho a la tutela judicial efectiva. Su finalidad
radica en permitir el acceso a la Justicia a quienes carezcan de medios económicos
suficientes para ello y trata de asegurar que ninguna persona quede indefensa por
carecer de recursos para litigar.
La CE establece que el Estado debe ejercer una actividad prestacional encaminada
a la provisión de los medios necesarios para hacer que este derecho sea real y efectivo.
A esta finalidad responde la Ley 1/1996, de Asistencia Jurídica Gratuita.

2. Sujetos del derecho a la asistencia jurídica gratuita


A) PERSONAS FÍSICAS
La LAJG reconoce el derecho a la asistencia jurídica gratuita a los ciudadanos
españoles y a los extranjeros que se encuentren en nuestro país, cuando acrediten
insuficiencia de recursos para litigar.
También se reconoce el derecho a la asistencia jurídica gratuita, en el orden
jurisdiccional social, a los trabajadores y beneficiarios del sistema de Seguridad Social,
tanto para la defensa en juicio, como para el ejercicio de acciones para la efectividad de
los derechos laborales en los procedimientos concursales.
En los litigios transfronterizos en materia civil y mercantil, tendrán derecho a la
asistencia jurídica gratuita los nacionales de terceros países que residan legalmente en
la UE.

B) PERSONAS JURÍDICAS
La LAJG extiende el reconocimiento del derecho de asistencia jurídica gratuita a
determinadas personas jurídicas, tales como las Fundaciones inscritas en el Registro
correspondiente y las Asociaciones de utilidad pública.
La Ley atiende a la finalidad de las personas jurídicas, reconociendo el derecho a la
asistencia jurídica gratuita únicamente a las personas jurídicas de interés general. Así,
las personas jurídicas sin ánimo de lucro o que persigan como fin la protección del medio
ambiente, tendrán derecho a la asistencia jurídica gratuita, siempre que cumplan los
requisitos.

3. Requisitos para el reconocimiento del derecho a la asistencia


jurídica gratuita
La LAJG determina el presupuesto para el reconocimiento del derecho a la asistencia
jurídica gratuita atendiendo a un criterio objetivo, basado en la situación económica de
los solicitantes y complementado por un mecanismo de apreciación subjetiva.
Según el criterio objetivo, se reconoce el derecho de asistencia jurídica gratuita a
aquellas personas físicas cuyos recursos en ingresos económicos, computados
anualmente por todos los conceptos y por unidad familiar, no superen el doble del salario
mínimo interprofesional, entendiendo como unidad familiar la integrada por los cónyuges
no separados legalmente y los hijos menores, si los hubiese.

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También se prevé el reconocimiento excepcional del derecho a personas cuya
situación económica exceda del módulo legal, pero que afrontan unas circunstancias
que deben ser ponderadas y que hacen conveniente ese reconocimiento. En todo caso,
cuando el solicitante ostente la condición de ascendiente de una familia numerosa de
categoría especial, también se le reconocerá el derecho a la asistencia jurídica gratuita.
No será necesario acreditar la insuficiencia de recursos para litigar cuando la solicitud
se realice por las víctimas de violencia de género o por víctimas de terrorismo. No
obstante, si con posterioridad no se les reconoce el derecho, éstas deben abonar al
Abogado los honorarios devengados por su intervención.
Sobre las personas jurídicas que pueden acogerse a este derecho, se entenderá que
hay insuficiencia de recursos económicos cuando su base imponible en el impuesto de
sociedades fuese inferior a la cantidad equivalente al triple del salario mínimo
interprofesional.
Solo podrán gozar de dicho derecho quienes litiguen o vayan a defender en juicio
derechos o intereses propios. Este requisito no puede operar en relación a un proceso
penal.

4. Contenido de la asistencia jurídica gratuita


El contenido del derecho incluye las siguientes prestaciones:
a) Asesoramiento y orientación gratuitos previos al proceso a quienes pretenden
reclamar la tutela judicial de sus derechos e intereses
b) Asistencia de Abogado al detenido o preso que no lo hubiese designado
libremente. En este supuesto no será necesario que el detenido acredite
previamente carecer de recursos, sin perjuicio que, si no se le reconoce con
posterioridad el derecho a la asistencia jurídica gratuita, deberá abonar al
abogado los honorarios devengados por su intervención.
c) Defensa y representación gratuitas por Abogado y Procurador, cuando la
intervención de estos profesionales sea legalmente preceptiva
d) La asistencia pericial gratuita a cargo de personal adscrito a los órganos
jurisdiccionales o dependientes de las Administraciones Públicas.
e) Inserción gratuita de anuncios o edictos que deban publicarse en periódicos
oficiales
f) Exención del pago de depósitos necesarios para la interposición de recursos
g) Obtención gratuita de copias, testimonios, instrumentos y actas notariales
h) Reducción del 80% de los derechos arancelarios que correspondan en
documentos públicos

5. Procedimiento para el reconocimiento del derecho a la


asistencia jurídica gratuita
El reconocimiento del derecho se inicia en los Colegios de Abogados, que tramitan
de forma ordinaria las solicitudes, analizando las pretensiones.
Una vez adoptada la resolución por los Colegios de Abogados, la decisión definitiva
sobre las solicitudes corresponde a las Comisiones de Asistencia Jurídica Gratuita,
órganos dependientes del Ministerio de Justicia o de las consejerías de las CCAA con
competencia sobre la materia.
Con el fin de verificar la exactitud y realidad de los datos económicos aportados por
el solicitante, las Comisiones podrán requerir de la Administración Tributaria cuantos
datos obran en su poder.

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La naturaleza administrativa del procedimiento no significa que los órganos
jurisdiccionales estén ausentes en el reconocimiento, ya que la Ley garantiza el control
judicial sobre la aplicación efectiva del derecho, otorgando al Juez o Tribunal que esté
conociendo del proceso principal, la competencia para el conocimiento de las
impugnaciones que se promuevan contra las resoluciones adoptadas por las
Comisiones.

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SECCIÓN SEXTA: EL PROCESO
LECCIÓN 18: EL PROCESO

1. Concepto
El proceso puede ser definido como el instrumento que ostenta la Jurisdicción para
la resolución definitiva e irrevocable de los conflictos intersubjetivos y sociales.
El proceso pertenece a la heterocomposición, por cuanto la resolución del conflicto
se encomienda a un tercero imparcial, situado supra partes. Pero se diferencia de esta
institución, tanto por la causa del encargo que recibe el tercero como por su estatuto
jurídico.
El proceso es el instrumento que tiene el Poder Judicial para resolver los conflictos
que ante sus órganos se les planteen.

2. Notas esenciales
El proceso se caracteriza por una relación triangular, del que se destaca la
supremacía del tercero-juez y la situación de enfrentamiento o contradicción en la que
se encuentran las partes, las cuales se demás denominan actor o demandante y
demandado en el proceso civil, laboral y administrativo, y parte acusadora y defensa
en el proceso penal.

A) LA ACCIÓN Y DEMÁS DERECHOS CONSTITUCIONALES DE INCIDENCIA


PROCESAL
Esta situación triangular surge como consecuencia del ejercicio del derecho de
acción o de tutela. La acción es el motor del proceso, sin cuyo ejercicio no se puede
acceder a la jurisdicción, ni puede nacer el proceso.
Este derecho de acceso también se le ha de otorgar al demandado o al investigado
y se le denomina derecho de defensa.
Ambas partes han de gozar de todo un conjunto de derechos y garantías de
incidencia procesal. La finalidad de tales derechos consiste en obtener la imparcial
aplicación del Derecho objetivo al caso concreto.
Así, del artículo 24.2 CE se deduce la existencia de los siguientes derechos
constitucionales de incidencia procesal:
‐ El derecho al juez legal imparcial
‐ Los principios de contradicción, de igualdad de armas y acusatorio
‐ El derecho del investigado al silencio y a no declarar contra sí mismo
‐ A ser defendido por un abogado y al conocimiento previo de la imputación
‐ El derecho a utilizar la prueba pertinente
‐ A no ser condenado sin actividad probatoria de cargo suficiente o mediante
pruebas prohibidas
‐ El derecho a los recursos preestablecidos en el ordenamiento

B) LAS OBLIGACIONES PROCESALES


Las partes también tienen obligaciones, las cuales dimanan del mandato contenido
en el artículo 118 CE.
La primera de dichas obligaciones es la de comparecencia a la llamada del juez de
todos los sujetos que intervienen en el proceso. También tienen la obligación de

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veracidad y probidad y de actuar con buena fe procesal, y de colaborar con los órganos
jurisdiccionales para una buena marcha del proceso.

C) LAS POSIBILIDADES Y CARGAS PROCESALES


En el proceso, excepto los derechos y obligaciones constitucionales de incidencia
procesal, no les asisten a las partes derechos ni obligaciones, sino posibilidades y
cargas.
Las posibilidades procesales pueden definirse como ocasiones u oportunidades
procesales que se les ofrecen a las partes en el curso del proceso, y mediante su
ejercicio a través de los correspondientes actos procesales, obtienen determinadas
ventajas.
Las cargas procesales son los actos procesales que debe realizar la parte
interesada a fin de prevenir una desventaja procesal o evitar una Sentencia
desfavorable.
Las posibilidades y cargas procesales se ejercen mediante los actos procesales,
que originan las correspondientes situaciones.

3. Los presupuestos procesales


Los presupuestos procesales condicionan la admisibilidad de la sentencia, que ha
de resolver el conflicto jurídico material planteado.
Desde un punto de vista subjetivo, pueden ser sistematizados en presupuestos del
órgano jurisdiccional, de las partes y del objeto procesal:
a) Los presupuestos del juez son la Jurisdicción y la competencia en cada una de
sus manifestaciones
b) Los presupuestos de las partes son la capacidad para ser parte y de actuación
procesal, la postulación y la capacidad de conducción procesal
c) Los presupuestos del objeto procesal son el procedimiento adecuado, la
litispendencia y la cosa juzgada.

4. El objeto del proceso


El objeto del proceso es la pretensión o declaración de voluntad del actor o acusador,
planteada ante el Juez pero dirigida contra el demandado o acusado.

A) ELEMENTOS
En toda pretensión puede observarse la concurrencia de los siguientes elementos o
requisitos:
a) Subjetivo: la legitimación
La pretensión tan solo puede ser deducida por quien ostenta la legitimación
activa y tan solo puede ser dirigida contra quien tiene la legitimación pasiva.
La legitimación es una relación jurídica que liga a la parte demandante y
demandada con el derecho. Es una relación jurídica material y forma parte de la
fundamentación de la pretensión.
La legitimación puede ser activa o pasiva. Un actor ostenta legitimación activa
cuando se encuentra en la relación requerida por la norma para solicitar del
demandado el reconocimiento o constitución de un derecho. Está legitimado
pasivamente un determinado demandado, cuando la pretensión se ha dirigido
frente al sujeto responsable de la perturbación del derecho o situación jurídica.
b) Objetivos

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Los elementos objetivos de la pretensión vienen determinados por la petición y
la fundamentación fáctica y jurídica.
La petición es la declaración de voluntad a la que se contrae la pretensión.
Dicha declaración se suele plasmar en el suplico de los escritos de alegaciones
de las partes y en él se individualiza la pretensión, a la vez que se determina
también el objeto del proceso. La petición establece los límites de la obligación
de la congruencia judicial, de tal modo que el órgano jurisdiccional no podrá
otorgar más de lo pedido por el actor, ni menos de lo resistido por el demandado,
ni cosa distinta a lo solicitado por ambas partes.
La petición precisa de una fundamentación fáctica.
Por tanto, el objeto del proceso queda integrado en nuestro ordenamiento por
la identidad de las partes y la petición más la fundamentación fáctica.

B) CLASES DE PRETENSIONES
Atendiendo a su naturaleza, las pretensiones pueden clasificarse en declarativas,
de condena y constitutivas.
En las pretensiones se intenta obtener del Juez el reconocimiento o la declaración
de un determinado derecho subjetivo o situación jurídica individualizada. Están dirigidas
a obtener la condena judicial del deudor al cumplimiento de una determinada prestación
de dar, hacer o no hacer. También tienen por objeto conseguir la creación, modificación
o anulación de un derecho o de una situación jurídica.
En el proceso civil tienen cabida todas y cada una de las referidas pretensiones, en
tanto que en el proceso penal las pretensiones son siempre de condena.

C) REQUISITOS FORMALES
La pretensión ha de reflejarse en el escrito de alegaciones de las partes destinado a
tal efecto.
El acto procesal en el que se interpone la pretensión es la demanda y en ella se
confunden el ejercicio del derecho de acción y el derecho de la formalización de la
pretensión.
En otros procesos, el momento del ejercicio de la acción y el de la interposición de la
pretensión aparecen distanciados procedimentalmente.

5. La función del proceso


El proceso está arbitrado para la solución definitiva e irrevocable, a través de la
aplicación del Derecho objetivo, de los conflictos intersubjetivos y sociales que en él se
planteen. Esta es la función genérica del proceso.
Pero también puede destacarse otra más específica: la de la satisfacción de las
pretensiones y resistencias. La satisfacción procesal ha de ser jurídica, razonada,
eventualmente completa, estable y práctica.

A) JURÍDICA
La primera nota que diferencia la satisfacción procesal de la obtenida mediante otros
medios de solución de conflictos es la de estar fundada en el Derecho objetivo. La
satisfacción procesal se caracteriza por estar necesariamente fundada en Derecho.

B) RAZONADA
La sentencia tiene que estar formal y materialmente motivada, es decir, la
satisfacción jurídica ha de ser razonada y razonable. Para garantizar este requisito de
la sentencia existen los medios de impugnación.

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C) COMPLETA
El Ordenamiento le garantiza al actor la posibilidad de obtener una satisfacción
completa de su pretensión.

D) ESTABLE
La satisfacción jurídica debe ser permanente e irrevocable. Para garantizar en
definitiva el principio constitucional de seguridad jurídica, surge la institución de la cosa
juzgada, que consiste en evitar que pueda reproducirse el conflicto en otro proceso
entre las mismas partes, siempre y cuando la causa sea la misma.

E) PRÁCTICA
La satisfacción jurídica debe ser real o práctica. Por eso, otro de los efectos positivos
de la cosa juzgada es su ejecutoriedad. Para llevar a cabo los fallos de los tribunales,
existe el proceso de ejecución, ejecución forzosa o vía de apremio.

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LECCIÓN 19: PRINCIPIOS Y ESTRUCTURA DEL
PROCESO

1. Los principios del proceso


Los criterios informadores del proceso más relevantes son los relativos a su
estructura (contradicción e igualdad) y al objeto procesal (dispositivo y acusatorio).

2. Principios inherentes a la estructura del proceso


Por principios inherentes a la estructura del proceso cabe entender los que son
consustanciales a la idea misma de proceso, sin los cuales podrá hablarse de la
existencia de una fórmula autocompositiva, de un mero procedimiento, pero nunca de
un proceso.
Son principios inherentes a la esencia o estructura del proceso los de contradicción
e igualdad.

A) CONTRADICCIÓN
La existencia de dos posiciones enfrentadas, la del actor que interpone su pretensión
y la del demandado oponiéndose a la misma, constituye una nota esencial de todo
proceso. La evidencia no puede lograrse sino mediante la oposición entre dos tesis
contrapuestas.
Un proceso está presidido por el principio de contradicción cuando a ambas partes
se les permite acceder al proceso a fin de poder hacer valer sus respectivas
pretensiones y defensas.
Del principio de contradicción pueden destacarse las siguientes notas esenciales:
a) El derecho de acceso al proceso
El primer presupuesto que se deriva del principio de contradicción es la garantía
del libre acceso a los Tribunales, a fin de que las partes puedan ejercitar sus
respectivos derechos de acción y de defensa, y acceder al proceso, tanto a su
fase declarativa como a cualquiera de sus instancias. Dicho acceso ha de ser
efectivo. Esta efectividad se obtiene prohibiendo todos los obstáculos que puedan
limitar o restringir la comparecencia de las partes en el proceso.
b) La adquisición del status de parte
El principio de contradicción exige que el ordenamiento procesal confiera a las
partes dentro del proceso el status procesal de parte para que puedan hacer valer
sus pretensiones y defensas.
El principio de contradicción exige también que la parte pasiva pueda conocer
la pretensión, para poder contestarla con eficacia. En el proceso civil se efectúa
a través del traslado de la demanda; en el administrativo, mediante la remisión
del expediente; y en el penal, con la puesta en conocimiento de la imputación.
A partir de aquí, todos los actos procesales están también presididos por el
principio de contradicción.
c) El derecho a la última palabra
Es la última manifestación del principio de contradicción en la primera instancia
penal. Éste derecho es de inexcusable cumplimiento, no solo en el proceso penal,
sino también en el procedimiento administrativo de carácter sancionador, lo que
no impide que haya de configurarse como un derecho potestativo del acusado,
pues puede renunciar a él.

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B) IGUALDAD DE ARMAS
El principio de contradicción es complementado con el de igualdad de armas, según
el cual, es preciso que ambas partes procesales tengan idénticas posibilidades y cargas
de alegación, prueba e impugnación.
Al ser este un principio consustancial al proceso, ha de estar presente en todas y
cada una de sus instancias, hasta la obtención de una resolución definitiva y firme.

3. Principios referentes al objeto procesal


A) EL PRINCIPIO DISPOSITIVO
El principio dispositivo entraña un poder de disposición por las partes del derecho de
acción y del objeto del proceso. Su fundamento hay que encontrarlo en la disponibilidad
jurídica material de los derechos subjetivos en conflicto.
Un proceso está regido por el principio dispositivo cuando en él concurren las
siguientes notas esenciales:
a) Poder de disposición sobre el derecho material
Si los derechos e intereses jurídicos pertenecen al dominio absoluto de los
particulares, no puede el Juez entablar de oficio un proceso entre las partes.
Ante el nacimiento de un conflicto, las partes son dueñas de acudir al proceso o
de solucionarlo fuera de él, acudiendo a fórmulas autocompositivas o al arbitraje.
Esta regla vale para todos los procesos del Derecho privado.
b) Poder de disposición sobre la pretensión
Las partes también son dueñas de la pretensión y del proceso mismo, pudiendo
disponer de él a través de toda una serie de actos que, con la fuerza de cosa
juzgada, ocasionan la terminación anormal del procedimiento.
c) Vinculación del juez a la pretensión
Es la obligación de congruencia del Juez con respecto a la pretensión del actor
y la resistencia del demandado.
Para determinar la congruencia, es decisivo la correlación entre la pretensión y
la resistencia, ya que una Sentencia será incongruente cuando el fallo o su parte
dispositiva otorgue más de lo solicitado por el actor, menos de lo resistido por el
demandado, omita pronunciarse sobre algunas de las pretensiones u otorgue
cosa distinta a la solicitada por las partes

B) EL PRINCIPIO ACUSATORIO
El principio acusatorio informa el objeto del proceso penal. Un proceso penal está
presidido por el principio acusatorio cuando las fases de instrucción y de juicio oral se
encomiendan a dos distintos órganos jurisdiccionales y la acusación es encomendada
a un sujeto distinto al órgano jurisdiccional.
Se dan las siguientes notas esenciales:
a) Desdoblamiento de la función instructora y decisora
Las funciones de instrucción y las de enjuiciamiento y decisión han de estar
encomendadas a dos órganos distintos, para prevenir el prejuzgamiento y evitar
que el acusado sea juzgado por un órgano falto de imparcialidad.
La fase instructora es encomendada al Juez de Instrucción, a quien se le
atribuye la función de investigar el hecho punible y averiguar el presunto autor.
La fase de juicio oral la Sentencia es conferida, bien a los Juzgados de lo Penal,
bien a las Audiencias Provinciales.

  76 
 
b) Distribución de las funciones de acusación y de decisión
El principio acusatorio exige también el desdoblamiento de las funciones de
acusación y de decisión. Lo importante es que la fase de juicio oral sea abierta
necesariamente a instancia de la acusación, es decir, que exista una parte,
distinta al tribunal decisorio, que formalice y mantenga la acusación.
La función de la acusación se otorgó a un órgano esencialmente imparcial, el
Ministerio Fiscal, expresamente sometido al cumplimiento del principio de
legalidad. Pero no solo tiene el Ministerio Fiscal el ejercicio de la acción penal,
sino que también puede ejercer la acusación particular o popular.
c) Congruencia
Constituye una nota del principio acusatorio la existencia de una determinada
vinculación entre la pretensión y la sentencia penal.
El fallo sobre la pretensión penal debe fundarse en el hecho punible y la
identidad del encausado. Existirá una vulneración del principio acusatorio
cuando la sentencia condene al acusado por un hecho punible que no haya sido
objeto de acusación.
La congruencia penal también opera en la segunda instancia, mediante la
prohibición de la “reformatio in peius”, mediante lo cual no se puede gravar más
a un apelante de lo que ya estaba por la sentencia recurrida.

4. La estructura del proceso


La función genérica del proceso consiste en la solución definitiva e irrevocable de los
conflictos intersubjetivos y sociales que en él se planteen. Pero puede destacarse otra
función más específica: la de la satisfacción de las pretensiones
Todo el conjunto de procesos que contempla nuestro ordenamiento pueden ser
clasificados en procesos de declaración, de ejecución y cautelares.

A) EL PROCESO DE DECLARACIÓN
El proceso o fase declarativa está compuesto por un conjunto de actos procesales
que tienden a lograr del tribunal la satisfacción de la pretensión mediante una resolución
judicial de contenido determinado.
El proceso declarativo se estructura en las siguientes fases esenciales: alegaciones,
pruebas, conclusiones, sentencia e impugnación.
a) Fase de alegaciones
La fase de alegaciones tiene por finalidad introducir el objeto procesal con todos
sus elementos esenciales. Dicho objeto está integrado por la pretensión, de cuyos
elementos hay que destacar:
‐ Elementos subjetivos: la determinación del órgano jurisdiccional competente
y la de las partes procesales
‐ La petición y los hechos con relevancia jurídica que la fundamentan
En el proceso civil, el acto de postulación más importante es la demanda, que
supone el ejercicio del derecho de acción y de la pretensión.
En el proceso penal y en el contencioso-administrativo, la acción se ejercita en
el acto de iniciación del proceso penal o en el de la interposición del recurso
contencioso-administrativo.
b) Fase de prueba
Para que el proceso de declaración pueda cumplir con su finalidad, se ha de
conceder a las partes la posibilidad de solicitar la apertura de la fase probatoria,
a fin de poder evidenciar ante el juez la concurrencia de los fundamentos fácticos,
tanto de la pretensión, como de la defensa.

  77 
 
A las partes les corresponde la proposición y práctica de la prueba, mediante la
instauración del principio contradictorio. Los jueces también pueden, de oficio,
disponer de la práctica de medios de prueba e intervenir en la misma, formulando
preguntas a las partes, testigos y peritos.
c) Fase de conclusiones y sentencia
El término conclusiones es diferente en función del orden jurisdiccional.
El proceso civil, las conclusiones consisten en un resumen de los hechos
relevantes y en una valoración del resultado de las pruebas practicadas sobre
tales hechos. En esta fase no podrán alegarse hechos nuevos.
En el proceso penal, las denominadas conclusiones definitivas son actos de
postulación mediante los cuales las partes deducen definitivamente sus
respectivas pretensiones, con arreglo al resultado de la prueba.
La Sentencia pone fin al proceso de manera definitiva, resolviendo el fondo del
asunto, ya sea estimando o desestimando a las pretensiones de las partes.
d) Los recursos
Frente a la resolución judicial que pone fin al proceso de declaración, la parte
que se sienta perjudicada dispone de un conjunto de actos de postulación
(recursos), a través de los cuales pueden obtener su revisión.
En el proceso civil, el derecho a los recursos no es absoluto, porque su ejercicio
se encuentra condicionado al cumplimiento de los requisitos legalmente
establecidos, cuya concurrencia debe ser exclusivamente valorada por el órgano
judicial.
En el proceso penal, toda persona declarada culpable de un delito tendrá
derecho a que el fallo y la pena que se haya impuesto sean sometidos a un
tribunal superior.

B) EL PROCESO DE EJECUCIÓN
Para que la tutela judicial sea efectiva precisa de la intervención de los órganos
judiciales, tras la resolución del conflicto, para dar cumplimiento a la sentencia.
Se llama proceso de ejecución a las actuaciones que tienen como finalidad realizar
por la fuerza lo ordenado en un título definitivo e irrevocable, sustituyendo la conducta
del ejecutado a fin de obtener su cumplimiento.
En el proceso de ejecución, el Estado adquiere protagonismo, en la medida en que
es el sujeto principal y el único legitimado para realizar las actuaciones que integran el
proceso de ejecución. Solo a él corresponden los mecanismos de la coacción jurídica y
la potestad de invadir la esfera de los derechos subjetivos de los particulares.

C) EL PROCESO CAUTELAR
El proceso o tutela cautelar es la respuesta a una necesidad creada por el propio
proceso de declaración.
Con el fin de garantizar el derecho a la ejecución de las resoluciones judiciales, ha
de regir también el derecho a la tutela cautelar, el cual asiste a las partes procesales a
obtener del Juez o Tribunal la adopción de las medidas que resulten necesarias para
asegurar la efectividad del futuro pronunciamiento de fondo.
Dicho concepto es plenamente válido para las medidas cautelares que se adopten
en los órdenes jurisdiccionales civil, contencioso-administrativo y laboral. En relación
con el proceso penal, las medidas cautelares cumplen también otros objetivos, tales
como el de evitar la destrucción o desaparición de las fuentes de prueba e incluso el
ludir el riesgo de que el imputado pueda cometer otros hechos delictivos.

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LECCIÓN 20: CLASES DE PROCESOS

1. Los procesos declarativos: sistematización


Todo el conjunto de procesos pueden ser clasificados en procesos declarativos y de
ejecución.
Los procesos declarativos tienen por objeto declarar la existencia de un derecho
subjetivo o relación jurídica, modificarla, constituirla o anularla, o condenar al deudor al
cumplimiento de una determinada prestación. Estos procesos son clasificados según
distintos criterios. Atendiendo a la amplitud o limitación de su objeto y a la extensión de
los efectos de la sentencia, tales procesos declarativos se clasifican en ordinarios,
sumarios y especiales. De conformidad con la naturaleza de la relación jurídico-
material debatida, pueden distinguirse procesos para aplicar el Derecho Público y el
Derecho Privado. Procesos para aplicar el Derecho Público serán el proceso penal, el
constitucional y el contencioso-administrativo. Los procesos para aplicar el Derecho
Privado son el proceso civil y el de trabajo.

2. Procesos ordinarios especiales y sumarios


A) LOS PROCESOS ORDINARIOS
Los procesos ordinarios están destinados a la composición de cualquier tipo de
pretensión. A ellos pueden acudir las partes para solucionar su conflicto.
Los procesos ordinarios o plenarios se caracterizan por la plenitud de su cognición.
En ellos ha de plantearse la totalidad de la relación jurídica material debatida.
Las Sentencias que se produzcan gozan de la totalidad de los efectos materiales de
la cosa juzgada, lo que provoca la imposibilidad de volver a reproducir el conflicto en un
proceso posterior, cuando haya recaído una Sentencia firme en un proceso ordinario.
También se distingue de los especiales y sumarios por el mayor incremento de las
garantías de las partes y de las posibilidades de alegación, prueba e impugnación.

B) PROCESOS ESPECIALES
La característica primordial de estos procesos reside en la especialidad de su objeto.
En estos procedimientos especiales tan solo se puede debatir la relación jurídico-
material para cuya protección fue creado.
Tales relaciones jurídicas pueden serlo de cualquier naturaleza, tanto dispositivas
como no dispositivas.
Se asemejan con los procesos ordinarios en que las sentencias que se derivan de
ellos gozan asimismo de la plenitud de los efectos materiales de la cosa juzgada.

C) PROCESOS SUMARIOS
El proceso sumario se caracteriza por tener una cognición limitada a un solo aspecto
o parte de la relación material debatida. Por tanto, las partes tienen limitados sus medios
de ataque y, sobre todo, de defensa.
Las sentencias recaídas en los procesos sumarios no producen los efectos
materiales de la cosa juzgada o los limitan a la relación jurídica material debatida en él.

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3. Tipología material de procesos
El proceso es un instrumento de la Jurisdicción para la solución de los conflictos
mediante la aplicación del Derecho objetivo a los casos concretos. Pueden distinguirse
de los procesos para la aplicación del Derecho Público, de aquellos en los que se
individualizan normas del Derecho Privado.

A) EL PROCESO PENAL
El proceso penal se encuentra regulado por la Ley de Enjuiciamiento Criminal. El
objeto del proceso penal es la pretensión punitiva, que consiste en la petición de
aplicación de una pena al encausado, fundamentada en la presunta comisión de un
hecho punible. Las pretensiones penales son siempre de condena y su elemento
esencial lo constituye el hecho punible y la identidad de su autor. La pretensión penal
es ejercitada por las partes acusadoras, que se enfrentan a la defensa, integrada por
dos sujetos procesales, el imputado y su abogado defensor. El proceso penal se rige
por el principio acusatorio.
El procedimiento penal aparece dividido en dos fases: la instructora y la del juicio
oral.
La fase instructora transcurre ante el juez de instrucción y su función consiste en
preparar el juicio oral. El juez instructor ha de practicar actos de investigación y medidas
de aseguramiento o cautelares.
Cuando finalice la fase instructora comenzará la fase del juicio oral, que está
presidida por los principios de oralidad, inmediación y publicidad. Esta fase está
destinada a formalizar la acusación y a probar los hechos que la fundamentan, tras lo
cual, el Juez o Tribunal pronuncia su Sentencia.
En el proceso penal existen tres procesos ordinarios y ciertos procesos especiales:
‐ Los procesos ordinarios se denominan el sumario ordinario, para el
conocimiento de delitos con penas privativas superiores a los nueve años.
‐ El proceso penal abreviado, para el enjuiciamiento de los demás delitos graves
y menos graves con diligencias previas atribuidas a los jueces de instrucción.
‐ Los juicios de faltas para el conocimiento de los delitos leves, de los que
conocen los juzgados de instrucción.
‐ Otros procesos son el proceso ante el Tribunal del Jurado, para el
enjuiciamiento de relevantes delitos, y los juicios rápidos para el enjuiciamiento
de delitos menos graves
Los procesos especiales son muy escasos y pueden dividirse en especiales por razón
de las personas y por razón de la materia.

B) EL PROCESO ADMINISTRATIVO
A los Juzgados y Tribunales de lo contencioso-administrativo les corresponde
conocer del recurso contencioso-administrativo. Dicho recurso puede ser interpuesto
tanto contra actos administrativos, como contra Reglamentos y demás disposiciones
con rango inferior a la Ley, y puede pedirse la anulación del acto o disposición
impugnada y la condena a la Administración al reconocimiento de una situación jurídica
individualizada, de un determinado derecho subjetivo o al pago de una indemnización
de daños y de perjuicios.
Las pretensiones administrativas son siempre declarativas puras o mixtas:
‐ Declarativas de nulidad o constitutivas de anulación del acto o disposición
impugnada
‐ De condena al cumplimiento por la administración de una determinada prestación.
Existen dos procesos administrativos ordinarios y cinco especiales. El recurso
contencioso-administrativo ordinario está regido por el principio dispositivo.

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Los procesos especiales están integrados por el de lesividad, el de personal, de
suspensión de acuerdos de las corporaciones locales, el contencioso electoral y el
proceso de protección jurisdiccional de los derechos fundamentales.

C) EL PROCESO CONSTITUCIONAL
Los procesos que pueden plantearse ante el Tribunal Constitucional se regulan por
la Constitución y la LOTC. Están informados por los principios dispositivo, escritura y
única instancia. Pueden clasificarse en dos grandes grupos:
a) Protección de derechos fundamentales
La función de protección de los derechos fundamentales la efectúa el TC
mediante el recurso de amparo, a través del cual se puede hacer valer cualquier
derecho fundamental. Para esto, es necesario cumplir con determinados
requisitos previos, de entre los que destaca el cumplimiento del principio de
subsidiariedad, que obliga a plantear el amparo ante los Tribunales ordinarios
antes de acudir al TC.
b) Control constitucional de la legalidad
La función de control constitucional de la legalidad, a fin de obtener la sumisión
efectiva de todos los poderes del Estado a la Constitución, se realiza a través de
tres procedimientos:
- Conflictos de competencia: los conflictos constitucionales de competencia
los pueden plantear tanto el Estado, como las CCAA y las corporaciones
locales. Se pueden trasladar al TC disposiciones o actos que puedan vulnerar
el reparto de competencias y será este Tribunal el que decide a quién le
corresponde ejercer la competencia.
- Control abstracto de la constitucionalidad: esta función se ejercita
mediante el recurso de inconstitucionalidad, que pueden plantearse contra
las Leyes y disposiciones con rango de Ley que puedan infringir la CE.
Mediante este recurso, el TC anula aquellas leyes que vulneran la
Constitución.
- Control concreto de la constitucionalidad: el control concreto de la
constitucionalidad se efectúa a través del planteamiento de la cuestión de
inconstitucionalidad. Dicha cuestión es una duda que puede tener, en el
curso de un proceso, un Juez o Tribunal acerca de la constitucionalidad de
una Ley aplicable a un caso concreto. El órgano judicial tiene que suspender
el plazo para dictar Sentencia y traslada dicha duda al TC. Si éste estima dicha
cuestión, la norma es anulada.

D) EL PROCESO LABORAL
El proceso laboral transcurre ante los Juzgados de lo Social. Estos órganos son los
ordinarios especializados en la aplicación del Derecho del Trabajo.
El proceso ordinario está informado por el principio dispositivo, entre otros. Es un
proceso ágil, sencillo, rápido, poco costoso para las partes y que posibilita averiguar la
verdad.
En él se puede hacer valer cualquier pretensión fundada en el Derecho del Trabajo.
Lo común es que estas pretensiones sean mixtas, es decir, de un lado pretendan el
reconocimiento de una determinada relación laboral o derecho subjetivo y, de otro, la
condena a la otra parte al cumplimiento de una prestación.
La principal característica del procedimiento laboral es la oralidad, que permite un
tratamiento concentrado del material de hecho, lo que dota al proceso de trabajo de una
gran rapidez. También rige en este proceso el principio de investigación, que autoriza al
Juez a apreciar de oficio la concurrencia de los presupuestos procesales.

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E) EL PROCESO CIVIL
Los procesos civiles transcurren ante los órganos jurisdiccionales del orden civil. La
pretensión civil ofrece la característica de estar fundada en normas pertenecientes al
Derecho Privado. La relación jurídico material pertenece, pues, al dominio de las partes,
por eso, en el proceso civil, el principio dispositivo sea el principal.
En la actualidad, existen dos procesos ordinarios con un gran número de procesos
especiales y sumarios. Los procesos ordinarios son:
- El ordinario, para el conocimiento de pretensiones con un valor económico
superior a los 6000 €
- El juicio verbal, para las demás demandas de cuantía inferior

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LECCIÓN 21: LOS ACTOS PROCESALES

1. Concepto
Actos procesales son los actos jurídicos realizados por la autoridad jurisdiccional, las
partes o por terceros, a través de los cuales, el proceso se realiza y que producen sus
efectos en la constitución, desarrollo y fin del mismo. El elemento esencial que distingue
el acto procesal consiste en su finalidad, que es la de estar destinada única y
exclusivamente a producir efectos procesales.
Los hechos procesales son aquellos determinados por acontecimientos o
fenómenos de la naturaleza, a los que el Derecho objetivo atribuye afectos en el
proceso.

2. Requisitos de los actos procesales


A) LUGAR DE REALIZACIÓN DE LOS ACTOS PROCESALES
Como regla general, las actuaciones judiciales deberán practicarse en la sede de la
Oficina Judicial. Para las actuaciones judiciales que no es posible realizarlas en la sede
del Tribunal, se contempla la posibilidad de que los Juzgados y Tribunales puedan
constituirse en cualquier lugar del territorio de su jurisdicción.
Esta excepción a la regla contempla dos posibles supuestos:
a) Las actuaciones que hayan de practicarse fuera de la sede del tribunal, pero en
la localidad donde esté situado
b) Las actuaciones judiciales que se realicen fuera de la localidad donde radica la
sede del Tribunal, pero dentro de su partido judicial.

B) TIEMPO DE LOS ACTOS PROCESALES: TÉRMINOS Y PLAZOS


La LOPJ determina que el periodo ordinario de funcionamiento de los Tribunales se
extiende desde el 1 de septiembre hasta el 31 de julio de cada año.
Es necesario que las actuaciones judiciales se realicen dentro del año judicial, pero
también en días y horas hábiles.
Son días hábiles todos los comprendidos dentro del período ordinario, excepto los
sábados y domingos, los días 24 y 31 de diciembre, los días de fiesta nacional y los
festivos de la Comunidad Autónoma o locales.
Horas hábiles son, con carácter general, las que median desde las 8:00 de la
mañana a las 8:00 de la tarde.
Diversos preceptos procesales establecen un periodo de tiempo (plazo) e, incluso,
un momento temporal concreto (término) dentro del cual dichos actos han de
efectuarse.
El plazo consiste en la determinación de un periodo de tiempo, dentro del cual puede
realizarse el acto procesal. La LEC establece que los plazos comenzarán a correr desde
el día siguiente a aquél en el que se hubiese efectuado el acto de comunicación. En el
cómputo de los plazos señalados por días se excluirán los inhábiles. Los plazos pueden
ser materiales y procesales. Son materiales los que afectan a derechos subjetivos y
se computan todos, días hábiles e inhábiles. En la esfera del proceso, los plazos se
rigen por la LEC y, en su cómputo, se excluyen los inhábiles.
El término es un momento en el tiempo, determinado por un día, en el que
precisamente tiene que realizarse el acto procesal.

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Atendiendo al sujeto destinatario del plazo o término, se puede distinguir entre actos
propios, que son los dirigidos a las partes procesales o a los terceros que intervienen
en el proceso, y actos impropios o judiciales, fijados para la realización de actos por
los órganos jurisdiccionales.
La inobservancia de los plazos propios provoca la preclusión del trámite
correspondiente, es decir, la pérdida de la posibilidad legal de realizarlo. Cuando se trata
de plazos impropios o judiciales, su incumplimiento no impide que el órgano judicial
pueda y deba realizar el acto de que se trate.
Los plazos son improrrogables, no obstante, podrán ser interrumpidos y demorados
en caso de fuerza mayor que impida cumplirlos.

C) LA FORMA DE LOS ACTOS PROCESALES


Son elementos formales del acto procesal aquellos requisitos que, distintos a los
elementos materiales del mismo, han de concurrir en el momento de su producción.
a) La oralidad o la escritura
Procedimiento oral es aquel en el que solo el material procesal aportado
oralmente al juicio puede ser apreciado en la decisión final.
El principio de escritura informa un proceso en el que la Sentencia se
fundamenta exclusivamente en los datos deducidos o alegados por las partes en
forma escrita.
b) La lengua
La LOPJ establece que la lengua que se usa en las actuaciones judiciales es el
castellano. No obstante, admite que se pueda utilizar en el proceso la lengua
oficial propia de la Comunidad Autónoma en cuyo territorio tengan lugar las
actuaciones judiciales.
Las partes tienen el derecho a utilizar en el proceso una lengua oficial distinta
del castellano.
Con el fin de hacer cumplir el derecho de los ciudadanos a hacer uso de la
lengua autonómica, la LOPJ dispone que las actuaciones judiciales realizadas y
los documentos presentados en el idioma oficial de una Comunidad Autónoma
tendrán plena validez y eficacia.
c) La publicidad
Es un derecho fundamental que asiste a todo ciudadano el tener un proceso
público con todas las garantías.
Se puede distinguir entre publicidad absoluta y relativa, según puedan asistir al
proceso el conjunto de la sociedad o únicamente las partes intervinientes. La
publicidad relativa puede ser directa o activa, e indirecta o pasiva: directa, si las
partes están autorizadas a intervenir en la producción del acto procesal e indirecta
cuando se les da cuenta de su contenido con posterioridad. La publicidad
absoluta puede ser inmediata o mediata: por publicidad inmediata se entiende la
asistencia personal o física del público a las actuaciones judiciales, la publicidad
mediata se puede obtener mediante la interposición de algún medio de
comunicación.

3. La ineficacia de los actos procesales


La nulidad de las actuaciones se regula en la LEC.

A) SUPUESTOS
La LOPJ dispone que serán nulas de pleno derecho las actuaciones judiciales en los
casos que se relacionan:

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a) Cuando se produzcan con manifiesta falta de jurisdicción o de competencia
objetiva o funcional
b) Cuando se realicen bajo violencia o intimidación. La nulidad que se declare en
este supuesto alcanzará también a las actuaciones directamente relacionadas
con él.
c) Cuando se prescinda de normas esenciales del procedimiento, siempre que, por
esa causa, haya podido producirse indefensión. Por normas esenciales del
procedimiento cabe entender todas las que sitúan en indefensión efectiva a una
o ambas partes actuantes.
d) Cuando se realicen sin intervención de abogado, en los casos en que la Ley la
establezca como preceptiva.
e) Cuando se celebren vistas sin la preceptiva intervención del Secretario Judicial.
En este caso, son tres los requisitos que determinan la nulidad del acto procesal:
- Que se haya celebrado una vista
- Que no haya sido intervenida por el Letrado de la Administración de Justicia
- Que dicha intervención sea preceptiva
f) Cuando se resolvieran mediante diligencias de ordenación o decretos cuestiones
que, conforme a la Ley, hayan de ser resueltas por medio de providencia, auto o
sentencia
g) En los demás casos en los que las leyes procesales así lo establezcan.

B) TRATAMIENTO PROCESAL DE LA NULIDAD


El tratamiento procesal de la nulidad de actuaciones exige diferenciar entre si ésta
es puesta de manifiesto por las partes o por el órgano jurisdiccional. Las partes pueden
poner de manifiesto la nulidad de actuaciones, bien a través de recursos, bien a través
de la puesta en conocimiento del órgano judicial.
Por su parte, el órgano jurisdiccional podrá declarar de oficio la novedad de todas las
actuaciones o de alguna de ellas.

C) INCIDENTE EXCEPCIONAL DE NULIDAD DE ACTUACIONES


El incidente de nulidad de actuaciones opera única y exclusivamente contra las
resoluciones definitivas dictadas en única instancia o producidas en la segunda.
Constituye un remedio extraordinario de rescisión de las Sentencias firmes, que se erige
en un presupuesto procesal de la interposición del recurso constitucional de amparo.
La competencia para conocer de este incidente está atribuida al Tribunal que dictó la
Sentencia que hubiese adquirido firmeza. Ostenta la legitimación activa quienes sean
parte legítima y la legitimación pasiva la ostentan los restantes litigantes. El plazo para
el ejercicio de la acción de nulidad por medio de este incidente será de 20 días, desde
que se produjo la notificación de la sentencia.

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LECCIÓN 22: CLASES DE ACTOS PROCESALES

1. Los actos procesales de las partes


Atendiendo a su contenido y finalidad, podemos clasificar los actos procesales de las
partes en dos grupos: actos de postulación y actos dispositivos.

A) ACTOS DE POSTULACIÓN
Los actos de postulación son actos de las partes para solicitar del órgano
jurisdiccional una resolución de contenido determinado. El Juez debe valorar su
admisibilidad y fundabilidad. La admisibilidad consiste en la actitud del acto para que su
contenido deba tomarse en consideración por el Juez. La fundabilidad es la idoneidad
del acto, desde el punto de vista del derecho material, para alcanzar la finalidad
perseguida.
Los actos de postulación pueden subdividirse en actos de petición, de alegación y
de prueba.
A través de los actos de petición se pide la obtención de una resolución de contenido
específico, tendente a lograr un pronunciamiento sobre la admisibilidad, validez y
eficacia de los actos procesales. Los actos de petición más importantes vienen
integrados por los de formalización de la pretensión, que en el proceso civil tiene lugar
con el escrito de demanda y contestación, mientras que el proceso penal sigue un orden
escalonado.
Los actos de alegación constituyen la introducción del material de hecho y de derecho
y se exponen ante el órgano jurisdiccional a fin de proporcionarle los elementos
necesarios para la emisión de la resolución favorable.
Los actos de prueba tienen como finalidad lograr la convicción del órgano judicial
acerca de la veracidad de las afirmaciones introducidas por las partes.

B) ACTOS DISPOSITIVOS
Atendiendo a la titularidad de las partes con respecto al objeto litigioso, pueden ser
dispositivos y no dispositivos. Los actos dispositivos actúan directamente sobre el
sistema de situaciones jurídicas, creando, modificando o extinguiendo alguna de ellas.
A este tipo de actos pertenecen los de la finalización anormal del procedimiento y los
negocios jurídico-procesales: el desistimiento, el allanamiento, la renuncia, la
transacción judicial y la sumisión expresa.

2. Los actos del órgano judicial


Dentro de los actos del órgano judicial cabe incluir los actos emanados del órgano
juzgador y los actos del Letrado de la Administración de Justicia y de otros funcionarios
que auxilian a los Juzgados.

A) ACTOS DEL JUEZ


Las actuaciones procesales que realizan los Tribunales se denominan resoluciones
judiciales y pueden ser clasificadas en providencias, autos y sentencias.
a) Mediante la providencia, el Tribunal procede a la ordenación material del
proceso. Dicha resolución judicial será la adecuada cuando se trate de
cuestiones procesales que requieren una decisión judicial porque así lo
establece la Ley.

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b) Los autos son las resoluciones judiciales que ponen fin al proceso, resuelven
incidentes sustanciales, se dictan para resolver recursos contra providencias y
decretos.
Los autos serán siempre motivados y contendrán los antecedentes de hecho y
los fundamentos de derecho en los que se va a basar el fallo.
c) La sentencia puede definirse como la resolución judicial por la que, en el
ejercicio de la potestad jurisdiccional, se pone fin al proceso.
Las sentencias serán siempre motivadas, conteniendo los antecedentes de
hecho y, en su caso, los hechos probados, los fundamentos de derecho y la parte
dispositiva o fallo.
La necesidad de motivación constituye una exigencia constitucional que permite
conocer cuáles han sido los motivos que llevan al tribunal a dictar la resolución
con un fallo determinado.
Podemos distinguir, atendiendo a su impugnabilidad, entre sentencias definitivas
y firmes. Son sentencias definitivas las que ponen fin a la instancia y los que
deciden los recursos interpuestos frente a ellas, pudiendo ser objeto de
impugnación. Las resoluciones firmes son aquellas contra las que no cabe
recurso alguno.

B) LOS ACTOS DEL LETRADO DE LA ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA


Corresponde a los Letrados de la Administración de Justicia impulsar el proceso. A
tal efecto, dictarán las resoluciones necesarias para la tramitación del mismo.
Estas resoluciones serán denominarán diligencias, que podrán ser de ordenación,
de constancia, de comunicación o de ejecución.
Las diligencias de ordenación contendrán una motivación siempre que lo disponga la
Ley, en tanto que los decretos serán siempre motivados.
Las diligencias de ordenación están limitadas a las actuaciones en las que no se
requiere actividad de decisión alguna, sino tan solo impulsar el curso del procedimiento.

3. Los actos de terceros


Los actos de terceros son aquellos que provienen de sujetos ajenos al proceso y van
encaminados a producir efectos jurídicos en el mismo como, por ejemplo, la declaración
de un testigo o el dictamen de peritos.
También cabe mencionar dentro de esta categoría los supuestos en los que se
requiere la intervención de la fuerza pública para ejecutar y hacer cumplir las decisiones
del órgano jurisdiccional.

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LECCIÓN 23: LOS ACTOS DE COMUNICACIÓN

1. Los actos de comunicación y sus clases


Los órganos judiciales tienen el deber de posibilitar la actuación de las partes a través
de los actos de comunicación establecidos en la Ley.
La vigencia del derecho fundamental a la tutela judicial impone a los órganos
judiciales un deber de diligencia en su realización que asegure la recepción de las
comunicaciones procesales por sus destinatarios.
El cumplimiento de los requisitos que las leyes procesales exigen para practicar el
emplazamiento, citación o notificación ofrece relevancia constitucional y son garantía de
que el emplazado, citado o notificado conocerá el acto que le afecta y podrá ejercer
adecuadamente su derecho de defensa.
Los actos procesales pueden clasificarse, atendiendo a su contenido, en:
a) Notificaciones, cuando tengan por objeto dar noticia de una resolución,
diligencia o actuación
b) Citaciones, cuando determinen lugar, fecha y hora para comparecer y actuar
c) Emplazamientos, para personarse y actuar dentro de un plazo
d) Requerimientos, para ordenar una conducta o inactividad

A) NOTIFICACIONES EN SENTIDO ESTRICTO


Las notificaciones son los actos por los que se comunican las resoluciones dictadas,
sin que de dicha comunicación se derive la realización de actividad procesal alguna.
La notificación ha de efectuarse, necesariamente, a los que sean parte en el proceso.
También se notificará la existencia del proceso a terceros cuando puedan verse
afectados por la sentencia, o cuando el Tribunal advierta indicios de que las partes están
utilizando el proceso con fines fraudulentos. También se hará la notificación a los
terceros en los casos en que prevea la Ley.

B) CITACIONES
La citación es la modalidad de comunicación consistente en el llamamiento a las
partes o a terceros para que comparezcan ante el órgano jurisdiccional en un día y hora
determinados (término) con el fin de realizar una concreta actuación procesal.
Consiste en la entrega al destinatario de la cédula, acto de impulso procesal que ha
de contener los siguientes requisitos:
a) El Tribunal que hubiese dictado la resolución y el asunto en que haya recaído
b) Nombre y apellidos de la persona a quien se haga
c) Determinación de su objeto
d) El lugar, día y hora para acudir al llamamiento
e) Prevención de los efectos que la Ley establezca para el caso de incomparecencia

C) EMPLAZAMIENTOS
El emplazamiento es el acto procesal a través del cual se comunica a las partes una
resolución judicial que establece un periodo de tiempo (plazo), dentro del cual, las
partes han de comparecer para la realización de una determinada actuación procesal.
La forma de practicarse el emplazamiento es idéntica a la citación, mediante la
entrega de cédula en la que se harán constar los mismos datos que en la citación.

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D) REQUERIMIENTOS
La última modalidad de acto procesal de comunicación del tribunal es el
requerimiento, cuyo objeto consiste en poner en conocimiento de las partes o de
terceras personas una resolución judicial para que realice una conducta o inactividad.
Como rasgo específico del requerimiento, que lo diferencia del resto, destaca el
erigirse en el único acto de comunicación que admite respuesta del interesado, la cual
habrá de consignarse en la diligencia.

2. Procedimientos de comunicación
Los actos de comunicación se realizarán bajo la dirección del Secretario judicial. La
LEC prevé tres formas de efectuar la comunicación:
a) A través de Procurador
b) Mediante correo, telegrama o cualquier otro medio técnico que permita dejar
constancia de su recepción
c) Mediante entrega al destinatario de copia de la resolución que se le haya de
notificar
A estas formas cabe incorporar una modalidad de carácter supletorio y excepcional,
como la de dictar o la realizada por medios electrónicos, informáticos y similares.

A) POR PROCURADOR
Cuando las partes comparezcan en el proceso por medio de Procurador, las
comunicaciones que se les hayan de efectuar se realizarán por medio de dicho
representante técnico.
En estos casos, el Procurador firmará las notificaciones, emplazamientos, citaciones
y requerimientos, así como las que tengan por objeto alguna actuación que deba realizar
personalmente la parte material.
Excepcionalmente, no se notificarán al procurador las comunicaciones que la Ley
disponga que se practiquen personalmente a los litigantes en persona.

B) LA REMISIÓN POR CORREO, TELEGRAMA O MEDIOS SEMEJANTES


La comunicación de las actuaciones, tanto las partes como a los testigos, peritos y
otras personas que deban intervenir en él, se realizará por remisión de lo que haya de
comunicarse mediante correo, telegrama, correo electrónico o cualquier otro medio
técnico que permita dejar constancia de la recepción.
En estos casos, el Letrado de la Administración de Justicia dará fe y unirá a los autos
el acuse de recibo o el medio a través del cual quede constancia de la recepción.
Para la práctica de los actos de comunicación por este medio es un elemento esencial
la determinación del domicilio de la persona a la que se haya de efectuar. A estos
efectos, hemos de distinguir entre el domicilio del demandante y el del demandado.
En relación con el demandante no se plantea problema alguno, ya que tiene la
obligación de hacer constar en la demanda o en la petición con que se inicia el proceso
su domicilio a efectos de notificaciones.
Respecto del demandado, corresponde también al actor designar en su escrito de
demanda uno o varios lugares donde pueda practicarse la comunicación.
Las comunicaciones efectuadas por correo, telegrama u otro medio técnico surtirán
plenos efectos en cuanto se acredite la correcta remisión.

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En caso de no encontrar a una de las partes, el Letrado de la Administración de
Justicia comunicará el nombre del demandado al llamado “Registro Central de rebeldes
civiles”.

C) LA ENTREGA DIRECTA O PERSONAL AL DESTINATARIO


La comunicación tendrá lugar mediante la entrega directa al destinatario cuando no
conste la recepción por el interesado de lo remitido a su domicilio por correo, telegrama
u otros medios semejantes.
a) Fundamento
El derecho de defensa es un derecho fundamental, por lo que las normas que
regulan los actos de comunicación se integran dentro del contenido de este
derecho de defensa, por lo que su infracción ocasiona una vulneración del artículo
24 CE.
b) El emplazamiento personal
La LEC obliga a utilizar la fórmula del emplazamiento para los actos de primera
personación de las partes en el proceso, que se ha de notificar en el domicilio
actual de los litigantes y debe ser practicado mediante entrega de cédula a su
destinatario, el que se hará constar el nombre de la persona que recibe la copia
de la cédula y la relación con el destinatario, en caso de que no sea éste.
Al demandante le asiste la carga procesal de determinar el domicilio del
demandado.
c) La obligación del tribunal de indagación del domicilio real
El emplazamiento personal no puede efectuarse en cualquier domicilio del
demandado, sino en el actual o real, en el que se desarrolla su vida privada,
familiar o laboral, o en la sede en la que transcurra el ejercicio de sus derechos,
en caso de ser persona jurídica. La finalidad de este requisito reside en que la
pertinente notificación llegue al conocimiento efectivo de su destinatario.
El órgano judicial está constitucionalmente obligado a indagar cuál es el
domicilio real del demandado.
d) La negativa a la recepción de la cédula
Podría ser que el interesado se niegue a recibir la copia de la resolución o no
quiera firmar la diligencia acreditativa de la entrega o que no fuese encontrado.
En el primero de los supuestos, se le advertirá de su obligación de hacerse cargo
de la comunicación y, si insistiese en su negativa, se le hará saber que se
producen los efectos de la comunicación.
Cuando el destinatario no se hallase en el domicilio, podrá efectuarse la entrega
a cualquier empleado o familiar, mayor de 14 años, que se encuentre en ese
lugar, advirtiéndoles de su obligación de entregar la copia al destinatario de la
misma.
Si la comunicación se dirige al lugar de trabajo, en ausencia del interesado, la
entrega se efectuará la persona que manifieste conocerlo.

D) LOS EDICTOS
Esta modalidad de comunicación tan solo es procedente cuando no sea posible la
citación personal y en los siguientes supuestos:
a) Cuando no conste el domicilio o paradero del destinatario y las averiguaciones
efectuadas por el Tribunal resulten infructuosas
b) Cuando se practique la notificación en el domicilio designado por el demandante,
siempre y cuando no sea hallado nadie en el mismo, ni pudiese conocerse el
domicilio actual
c) Cuando el demandado conste en el Registro Central de rebeldes civiles

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La citación por edictos ha de operar como una modalidad de carácter supletorio y
excepcional.
Cumplidos todos los anteriores requisitos, el Letrado de la Administración de Justicia
mandará que se efectúe la comunicación fijando la copia de la resolución en el tablón
de anuncios de la oficina judicial.

E) ACTOS DE COMUNICACIÓN POR MEDIOS ELECTRÓNICOS,


INFORMÁTICOS Y SIMILARES
La LEC abre las puertas a la realización de los actos de comunicación por medios
electrónicos, telemáticos y otros semejantes, condicionando su utilización a su
disponibilidad por los órganos judiciales y las partes o destinatarios de los actos de
comunicación, quienes deberán comunicar al Tribunal que disponen de los citados
medios e indicar su dirección. La LEC concede a la utilización de estos medios los
mismos efectos que la presentación de documentos.
En tales casos de utilización de medios electrónicos, una vez transcurridos tres días
sin que el destinatario acceda a su contenido, se entenderá que la comunicación ha sido
efectuada legalmente, salvo que el destinatario justifique la falta de acceso al sistema.

3. Nulidad y subsanación de los actos de comunicación


La Jurisdicción tiene impuesto el deber específico de adoptar todas las cautelas y
garantías adecuadas para asegurar que la defensa de los intereses de las partes no se
fustre por causas ajenas a la voluntad de aquellos a quienes afecte.
La LEC declara la nulidad de los actos procesales que se practiquen con violación
de las garantías preestablecidas, siempre y cuando generen indefensión. Pero si la
persona interesada no denuncia su nulidad en la primera comparecencia ante la
autoridad judicial, el acto procesal desplegará válidamente todos sus efectos.
Con anterioridad a declarar la nulidad del acto, se le ha de conferir a la parte su
posibilidad de subsanación.

4. El auxilio judicial
Se entiende por auxilio judicial al conjunto de actos de comunicación entre órganos
jurisdiccionales tendentes a la realización de actos procesales necesarios para el
ejercicio de la potestad jurisdiccional en un proceso determinado.
En ocasiones, debido a tener que practicar una determinada actuación procesal fuera
de la sede o de la circunscripción, el Juez debe requerir el auxilio de los demás órganos
jurisdiccionales, quienes habrán de prestar su colaboración mediante la realización de
lacto procesal y su traslación al proceso. Éstas actuaciones conforman el auxilio
judicial, que podrá ser judicial interno o internacional y administrativo.

A) EL AUXILIO JUDICIAL INTERNO


Por auxilio judicial interno cabe entender los actos procesales que, por tenerse que
practicar fuera de la circunscripción municipal o de la demarcación judicial, requieren de
la intervención de un órgano jurisdiccional distinto al competente para el conocimiento
del asunto.
Estos actos de auxilio pueden ser obligatorios y facultativos.
a) Son obligatorios los que han de realizarse fuera de la demarcación judicial. En tal
caso, devendría nulo si el Juez, carente de competencia territorial, decidiera
practicarlo.

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b) Son actos de auxilio judicial facultativos los que deban realizarse dentro de la
demarcación judicial, pero fuera de la sede del Juzgado o de la circunscripción
municipal.
En todos los órdenes jurisdiccionales, el único instrumento de auxilio judicial entre los
diversos órganos jurisdiccionales es el exhorto, en virtud del cual, el órgano requirente
se dirige directamente al requerido y le solicita su colaboración para la práctica de un
acto procesal determinado.
El exhorto ha de contener los requisitos formales exigidos y se remitirán
directamente al órgano exhortado. El órgano que recibiese el exhorto, dispondrá su
cumplimiento y lo necesario para que se practiquen las actuaciones.

B) EL AUXILIO JUDICIAL INTERNACIONAL


Las peticiones de cooperación internacional serán elevadas por conducto del
Presidente del Tribunal Supremo, del Tribunal Superior de Justicia o de la Audiencia al
Ministerio de Justicia, el cual las hará llegar a las autoridades competentes del estado
requerido.
Del mismo modo, los Juzgados y Tribunales españoles prestarán a las autoridades
judiciales extranjeras la cooperación que les soliciten para el desempeño de su función
jurisdiccional.

5. Actos de comunicación con otros órganos públicos


Los demás poderes públicos del Estado y los particulares también tienen la obligación
de colaborar con los órganos jurisdiccionales.

A) MANDAMIENTOS
Se llaman mandamientos los actos de comunicación por los que se ordena el
libramiento de certificaciones o testimonios y la práctica de cualquier actuación.

B) OFICIOS
El oficio es el acto de comunicación del Letrado de la Administración de Justicia del
órgano judicial con los funcionarios que no pertenecen a la categoría anterior.

C) EXPOSICIONES
Se denominan exposiciones a los actos de comunicación de los órganos judiciales
con las Cámaras Legislativas o los Ministros del Gobierno, las cuales han de realizarse
por conducto del Ministerio de Justicia.

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LECCIÓN 24: CARACTERES Y FUENTES DEL DERECHO
PROCESAL

1. Caracteres del Derecho Procesal


El Derecho procesal puede ser definido como el conjunto de normas del Derecho
Público que regula la jurisdicción, los presupuestos procesales, los derechos,
posibilidades, cargas y obligaciones procesales, los actos procesales, las resoluciones
del órgano jurisdiccional, la sentencia y sus efectos, así como los medios de
impugnación, las medidas cautelares y resoluciones provisionales y el proceso de
ejecución.

A) EL DERECHO PROCESAL COMO PARTE DEL DERECHO PÚBLICO


Las relaciones jurídicas que ligan a las partes y a los intervinientes en el proceso con
el órgano judicial son relaciones de Derecho Público.
Así, la inmensa mayoría de los preceptos del Derecho procesal contienen normas
imperativas, por lo que su infracción puede entrañar una nulidad radical o de pleno
derecho.
En aquellos procesos en los que rija el principio dispositivo, pueden existir negocios
jurídicos procesales entre las partes.

B) LA JURISDICCIÓN
Pertenece al estudio del Derecho procesal todo lo relativo a la Justicia, en su aspecto
subjetivo, orgánico o estático, es decir, el estudio del Poder Judicial y de su régimen de
gobierno.

C) EL PROCESO
Corresponde al Derecho procesal el estudio del proceso: de los sujetos procesales
que en el intervienen, de los presupuestos y actos procesales, la pretensión, los actos
de alegación, prueba impugnación, las resoluciones judiciales y sus efectos, la cosa
juzgada, las medidas cautelares y de ejecución, las diversas clases de procedimiento
con sus distintas fases y los actos de la jurisdicción voluntaria.

D) EL CARÁCTER INSTRUMENTAL DEL DERECHO PROCESAL


El Derecho procesal posee un marcado carácter instrumental o sirve para la
aplicación del Derecho material.
Existe una clara relación entre el Derecho procesal y la legislación material, a la que
sirve.

2. Las fuentes del derecho procesal


La fuente más importante del derecho procesal es la Ley.
a) La primera ley procesal, que han de aplicar todos los poderes públicos, es la
Constitución.
b) Como regla general, es suficiente que las leyes procesales gocen del rango de
ordinarias, sin perjuicio de que, cuando puedan afectar a derechos fundamentales,
hayan de revestir la forma de Ley Orgánica. Pero la inmensa mayoría de las
normas procesales son susceptibles de ser reformadas a través de Leyes
Ordinarias.

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c) Las normas procesales pueden ser comunes o especiales. Son comunes las
contempladas en la LEC y especiales todas las demás. El carácter común de la
LEC deriva de erigirse en el código supletorio de las demás leyes de
enjuiciamiento.
También son normas comunes las contempladas en la LOPJ, relativas a
presupuestos procesales.
d) La costumbre no es fuente del Derecho procesal, sin perjuicio de que los
profesionales hayan de conocer los usos y prácticas forenses.
e) Los Principios Generales del Derecho son fuente del Derecho. Lo mismo ocurre
con la jurisprudencia y la jurisprudencia del Tribunal Constitucional, Tribunal
Europeo de Derechos Humanos, de Justicia de la Unión Europea y la doctrina legal
del TS.

3. La interpretación del derecho procesal


La interpretación de las normas procesales corresponde a todo Juez o Tribunal, si
bien la última palabra en la interpretación de la legalidad ordinaria la ostenta el Tribunal
Supremo, a quien el ordenamiento le otorga la función de emitir la doctrina legal
procesal.
Las normas procesales han de interpretarse de conformidad con la Constitución, es
decir con arreglo a la doctrina jurisprudencial del Tribunal Constitucional. Los Juzgados
y Tribunales tan solo están legitimados para no aplicar las leyes anteriores a la
Constitución. Con respecto a las leyes posteriores, no pueden dejar de aplicarlas, sino
que han de proponer la pertinente cuestión de inconstitucionalidad.
En cuanto a los criterios de interpretación de las normas procesales, han de ser de
aplicación los contenidos en el artículo 3 CC.

4. La ley procesal y su aplicación en el espacio y en el tiempo


En todos los procesos, y hasta llegar a la sentencia definitiva, han de observarse las
normas contenidas en los respectivos códigos procesales.
Desde una visión subjetiva, el principio de legalidad procesal, conforme al cual todos
los sujetos del proceso, tanto los órganos jurisdiccionales como las partes, deberán
actuar con arreglo a la Ley.
Desde un punto de vista objetivo, podríamos definir el principio de legalidad procesal
como la exigencia de que toda pretensión y su resistencia o defensa sea tramitada de
conformidad a las leyes procesales.

A) EFICACIA TEMPORAL DE LAS NORMAS PROCESALES


En materia de aplicación de las normas procesales en el tiempo, conviene distinguir
las del derecho procesal penal de las que regulan los demás procesos.
a) En el proceso penal y en el procedimiento administrativo sancionador rige el
principio de irretroactividad de las disposiciones sancionadoras no favorables
derechos individuales, es decir, la retroactividad de la norma procesal más
favorable.
b) En los demás procesos rige, como regla general, el criterio de la irretroactividad de
la norma procesal.
El fundamento del principio de irretroactividad hay que encontrarlo en el de legalidad
procesal. Tanto el actor, como el demandado, tienen también derecho a la seguridad
jurídica procesal.

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Para determinar qué ley de carácter procesal se debe aplicar, lo decisivo es el
ejercicio del derecho de acción, es decir, el momento que determina la aplicación
temporal de la Ley es el de la providencia o decreto de admisión de la demanda, con la
excepción de que se disponga otra cosa en las disposiciones legales de Derecho
transitorio.
Sobre las disposiciones comunes de Derecho transitorio, la regla general es la de
que cada fase del procedimiento ha de tramitarse con arreglo a la Ley nueva o antigua
en la fecha de la interposición del acto de iniciación.

B) EFICACIA DE LA NORMA PROCESAL EN EL ESPACIO


a) Concepto y fundamento
Se establece el principio de territorialidad de la ley procesal, conforme al cual,
todos los procesos civiles que se sigan en el territorio nacional se regirán
únicamente por las normas procesales españolas.
b) Excepciones
El principio de territorialidad es susceptible de tener dos derogaciones:
- Se exceptúa del principio de territorialidad lo que dispongan al respecto los
Tratados y los Convenios Internacionales.
- Se exceptúa del principio de territorialidad aquellas normas que, en el orden
civil, se deriven de las particularidades del derecho privado de las
Comunidades Autónomas

5. Las principales leyes procesales


Las leyes procesales básicas son susceptibles de ser clasificadas en comunes y
especializadas:

A) COMUNES
Son comunes la Ley Orgánica del Poder Judicial y la Ley de Enjuiciamiento Civil, por
cuanto son de aplicación directa o supletoria en todos los órdenes jurisdiccionales.
Ambas leyes regulan una buena parte de la parte general del Derecho procesal.

B) ESPECIALIZADAS
Como leyes especializadas, propias y de aplicación directa en cada uno de los
órdenes jurisdiccionales, hay que mencionar:
a) La Ley de Enjuiciamiento Criminal
b) La Ley de la Jurisdicción Contencioso-administrativa
c) La Ley reguladora de la Jurisdicción Social

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