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LA NACION | OPINIÓN | DEBATE POR EL ABORTO

Aborto: en busca de una solución


superadora
Fernando Laborda SEGUIR

LA NACION

6 de marzo de 2018 • 00:01

L a mayoría de los argentinos coincide, al igual que el presidente Mauricio Macri , en


que es oportuno debatir sobre la despenalización y la legalización de la interrupción del
embarazo voluntario. Sin embargo, las posiciones en favor y en contra de avanzar hacia
el derecho de la mujer a abortar no sólo han dividido en forma transversal a casi todas
las fuerzas políticas, sino que también están provocando una nueva grieta en la
sociedad.

Cómo hacer para que la discusión parlamentaria se cierre sin heridas para unos u otros,
sin vencedores ni vencidos, y con una solución superadora a la simple opción entre
aborto sí o aborto no, es el desafío que tienen por delante los legisladores nacionales.

Aunque las primeras encuestas conocidas dan cuenta de que más de la mitad de la
población estaría a favor de la legalización del aborto , existe coincidencia en fuentes
políticas en que, al estar frente a una cuestión de conciencia, difícilmente cada diputado
y cada senador votará en función de lo que mayoritariamente opine la ciudadanía.

Cálculos informales señalan hoy que en el Senado de la Nación habría una clara mayoría
en contra de innovar en esta controvertida materia. En la Cámara de Diputados, en
cambio, una votación resultaría más reñida y la posición favorable a la despenalización
del aborto podría triunfar.

Importantes referentes de la coalición gobernante Cambiemos, como el propio


presidente de la Nación, la vicepresidenta Gabriela Michetti , el senador Federico
Pinedo , la gobernadora María Eugenia Vidal y el jefe de Gabinete, Marcos Peña , se han
pronunciado personalmente en contra del aborto, aunque todos coincidieron en la
necesidad de dar el debate. Pero no pocos diputados del Pro y del radicalismo se han
pronunciado a favor de la legalización de la interrupción voluntaria del embarazo, en
tanto que Elisa Carrió , fiel a su postura antiabortista, directamente se declaró en contra
de discutir la cuestión.

Un dato llamativo es que, en una entrevista concedida a un medio periodístico mexicano


en julio de 2016, Mauricio Macri había sido concluyente sobre el tema: "Conmigo,
despenalización del aborto, ni pensarlo". Un año y medio después, fue persuadido de
avanzar en la discusión.

La vicepresidenta Michetti, en cambio, siempre fue partidaria de debatir la cuestión,


aunque su posición fue también siempre la misma. Sustentada en su vocación
humanista, señala que "no tenemos por qué elegir entre una vida y otra", al oponerse a
la despenalización del aborto. Pero al mismo tiempo sostiene que el Estado "debe
trabajar en la prevención de embarazos no deseados y en que haya más facilidades para
la adopción".

Una solución superadora al dilema que plantea el debate sobre el aborto podría tal vez
encontrarse en la respuesta a una pregunta formulada en la reciente encuesta llevada a
cabo por la consultora D'Alessio Irol-Berensztein, a fines de febrero entre 1005
personas, y que formó parte de su habitual monitor de humor social y político.

Frente a la pregunta sobre si estaría de acuerdo con que, en lugar de abortar, la mujer
reciba un subsidio del Estado y atención médica hasta el parto, y acepte que en el
nacimiento se encuentren ya los padres adoptivos, el 60% de los consultados se
manifestó a favor y el 33% en contra. Entre los votantes de Cambiemos, el 69% se
declaró de acuerdo con esta alternativa y el 25% en contra, mientras que entre quienes
votaron al kirchnerismo, el 49% se mostró de acuerdo y el 42% en desacuerdo.

Quienes se manifiestan en contra de esta posibilidad, que evitaría los prolongados


procesos para la adopción, como el doctor en medicina Mario Sebastiani, señalan que
esa clase de remedios concebirían a la mujer "como una mera incubadora para satisfacer
a futuros padres adoptivos y para defensa de la vida del embrión o feto", al tiempo que
"los riesgos los sobrellevaría la mujer y los beneficios se los llevarían otros". En opinión
de este médico, el número de parejas que buscan adoptar sería siempre menor al de
mujeres que desearían abortar.
En la vereda de quienes defienden la vida de la persona por nacer, se señala que jamás
se puede sugerir como solución la muerte de esa persona, aun cuando no sea adoptable.

En síntesis, la fuerte militancia de los sectores que justifican la interrupción voluntaria


del embarazo en virtud del presunto derecho de la mujer a disponer de su cuerpo choca
con la postura de quienes consideran que la vida humana comienza desde el momento
de la concepción y que el aborto no es un derecho humano como sí lo es el derecho a la
vida. El debate requerirá la búsqueda de una salida superadora, que a juicio de
representantes del oficialismo que impulsan la discusión pero no el aborto, podría pasar
por mejores políticas de educación sexual y salud reproductiva para prevenir embarazos
no deseados; ayuda económica, médica y psicológica para las mujeres embarazadas que
no quieren tener a su hijo, y una facilitación de los procesos de adopción.

Por: Fernando Laborda

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