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REANIMACIÓN

CARDIOVASCULAR (RCP) BÁSICA


Y AVANZADA DEL ADULTO
(Según criterios del European Resuscitation Council)

Ángel López González


Elías Rovira Gil

SERIE
SERIE MANUALES
MANUALES DE
DE
FORMACIÓN
FORMACIÓN CONTINUADA
CONTINUADA

DAEeditorial
REANIMACIÓN CARDIOPULMONAR (RCP)
BÁSICA Y AVANZADA DEL ADULTO
(Según criterios del European Resuscitation Council)

Ángel López González


Decano y Profesor Titular de la Facultad de Enfermería de Albacete. Universidad de Castilla-La Mancha.

Elías Rovira Gil


Profesor Titular de la Facultad de Enfermería de Albacete. Universidad de Castilla-La Mancha.
María del Pilar Arroyo Gordo
Directora de proyectos editoriales

COMITÉ EDITORIAL
María Paz Mompart García
Profesora Titular ( jubilada). Escuela Universitaria de Enfermería y Fisioterapia de Toledo. Universidad de Castilla-La Mancha
Esperanza Ferrer Ferrandiz
Directora de la Escuela de Enfermería La Fe (Valencia)
Laura Morán Peña
Profesora Titular de la Escuela Nacional de Enfermería y Obstetricia. Universidad Nacional Autónoma (México)
María Clara Quintero Laverde
Decana Facultad de Enfermería. Universidad de La Sabana (Colombia)

© Difusión Avances de Enfermería (DAE)


Obra: Reanimación cardiopulmonar (RCP) básica y avanzada del adulto
(Según criterios del European Resuscitation Council)
Autores: Ángel López González y Elías Rovira Gil
Año de edición: 2017
Responsable de ediciones: Elena Acebes Seisdedos
ISBN: 978-84-946281-8-4
Editor: Difusión Avances de Enfermería (DAE S. L.)
C/ Manuel Uribe 13, bajo derecha. 28033 Madrid

Prohibida la reproducción total o parcial de la obra. Ninguna parte o elemento del presente libro puede ser reproducida, transmitida en ninguna
forma o medio alguno, incluyendo las fotocopias, grabaciones o cualquier sistema de recuperación de almacenaje de información, sin el permiso
explícito de los titulares del copyright.

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Índice

UNIDAD I. INTRODUCCIÓN Y GENERALIDADES DE LA RCP

Capítulo 1. Introducción y generalidades

• Introducción
• Recomendaciones para la RCP
• La secuencia universal de RCP
Capítulo 2. Reanimación cardiopulmonar básica en adultos y desfibrilación automática externa

• Introducción
• Consideraciones generales
• Indicaciones de RCP
• RCP con desfibrilación externa automática (DAE)
• Obstrucción de la vía aérea por cuerpos extraños
• Problemas más frecuentes que pueden aparecer durante la RCP: soluciones
Capítulo 3. Reanimación cardiopulmonar avanzada en adultos

• Introducción
• Apertura de vía aérea
• Ventilación
• Valoración
• Monitorización electrocardiográfica
• Causas potencialmente reversibles
• Optimizar las medidas de soporte ventilatorio
• Fármacos y fluidos
UNIDAD II. SOPORTES AVANZADOS EN RCP

Capítulo 4. Mantenimiento de la vía aérea y ventilación

• Introducción
• Recomendaciones en resucitación cardiopulmonar básica
• Recomendaciones en reanimación cardiopulmonar avanzada
• Dispositivo de ventilación
Capítulo 5. Fármacos y sus vías de administración

• Introducción
• Administración de fármacos
• Vías de administración de fármacos
• Características y nuevas tendencias en el uso de fármacos empleados en RCP

3
Aplicación de los lenguajes normalizados NANDA, NOC, NIC
Índice

Capítulo 6. Soporte circulatorio

• Introducción
• Bomba cardiaca-bomba torácica
• Dispositivos y técnicas para la optimización del flujo sanguíneo durante la RCP
• Recomendaciones actuales
Capítulo 7. Tratamientos eléctricos: desfibriladores externos automáticos, desfibrilación, cardioversión y marcapasos

• Introducción
• Desfibrilación eléctrica
• Cardioversión sincronizada
• Marcapasos
UNIDAD III. ASPECTOS Y CONSIDERACIONES ESPECIALES

Capítulo 8. La parada cardiaca en circunstancias especiales

• Introducción
• Consideraciones sobre nuevos aportes
• Trastornos electrolíticos potencialmente mortales
• Ahogamiento
• Hipotermia
• La parada cardiaca asociada al embarazo
• Cuidados postresucitación
Capítulo 9. La ética de la reanimación

• Introducción
• Principio de beneficiencia
• Principio de la no maleficiencia
• Principio de justicia
• Principio de autonomía
Capítulo 10. Primeros auxilios

• Introducción
• Formación
Capítulo 11. Algoritmos

• Resumen de los cambios realizados en las nuevas recomendaciones de 2015

4
Unidad 1
Introducción y generalidades de la RCP

1. Introducción y generalidades

2. Reanimación cardiopulmonar básica en adultos y desfibrilación automática externa

3. Reanimación cardiopulmonar avanzada en adultos


1
Introducción y generalidades

Introducción

Tabla 1. Origen y cifras de las PCR extrahospitalarias


La cardiopatía isquémica es la principal causa de muerte en el
mundo. La parada cardiaca súbita es responsable de más del Origen de las PCR extrahospitalarias Número
60% de las muertes en adultos por enfermedad coronaria. Las
Probables enfermedades cardiológicas 17.451
paradas cardiorrespiratorias (PCR) extrahospitalarias de origen
cardiaco reanimadas oscilan entre 49,5 y 66 por 100.000 habi- Etiologías internas no cardiacas 1.814
tantes (Tabla 1). Enfermedad pulmonar 901

Patología cerebrovascular 457


Las maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP en lo
sucesivo), descritas en 1960, han llegado hasta la actualidad Cáncer 190

con variaciones, incluso con importantes discrepancias entre Hemorragia gastrointestinal 71


las diferentes organizaciones científicas que las propugnan y
Obstétricas/pediátricas 50
difunden. Esto motivó en 1993 la creación del Comité Inter-
nacional de Coordinación sobre Resucitación, ILCOR (Inter- Embolismo pulmonar 38

national Liason Committé on Resuscitation), el cual abogó en Epilepsia 36


sus conferencias de 2000, 2010 y 2015 por conseguir unas re-
Diabetes mellitus 30
comendaciones unificadas y basadas en el respaldo de la evi-
dencia científica. Patología renal 23

Etiologías externas no cardiacas 1.910

Traumatismos 657
Recomendaciones para la RCP Asfixia 465

Sobredosis de fármacos 411

Actualmente, las Guías de RCP no definen la única forma en Ahogamiento 105


que se debe realizar la reanimación cardiopulmonar; sino Otras formas de suicidio 194
una recomendación ampliamente aceptada por segura y
Otras causas externas 50
efectiva. Esto quiere decir que las diferentes organizaciones
que forman el ILCOR publicarán sus propias directrices Descargas eléctricas/rayos 28
sobre reanimación basadas en las recomendaciones del do-
Fuente: European Resuscitation Council (ERC)
cumento de consenso, pero teniendo en cuenta también las

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Reanimación cardiopulmonar (RCP) básica y avanzada del adulto
Introducción y generalidades

diferencias geográficas, económicas y en la práctica asistencial, así como la disponibilidad de equipamiento sanitario y fár-
macos.

Como principales acuerdos tomados para sus últimas recomendaciones de 2015, se hace referencia a los siguientes:

• Se deben fomentar los planes de desfibrilación con acceso público (DAP).


• La activación de los servicios de emergencias médicas será conforme a lo que permita el desarrollo de los sistemas
de emergencia en los diferentes países. Se recomienda que los reanimadores activen, en primer lugar, los servicios
de emergencias médicas ante un adulto o niño mayor de 8 años inconscientes. Existen algunas excepciones en
las que se hará tras un minuto de reanimación en adultos víctimas de ahogamiento, trauma y sobredosis por dro-
gas, o en caso de niños menores de 8 años. Si hay dos reanimadores, el primero iniciará RCP y el segundo activará
los servicios médicos de emergencias.
• Se mantienen las recomendaciones en la ventilación de salvamento y con reanimador manual, de modo que los volúmenes
y tiempos ventilatorios en boca-mascarilla o ventilación con reanimador manual podrían concretarse en los siguientes:
- Sin oxígeno suplementario el volumen de aire en cada ventilación debe ser de 10 ml/kg (700 a 1.000 ml) durante 1 segundo
(Clase IIa).
- Con oxígeno en concentración superior al 40%: el volumen en cada ventilación debe ser de 6 o 7 ml/kg (400 a 600 ml)
durante 1 segundo (clase IIb).
• Se acepta el uso de dispositivos de apertura de vía aérea cuando los reanimadores estén entrenados en su uso (mascarilla
laríngea, combitube, etc.) (clase IIb).
• Se ha descrito ampliamente la dificultad de palpar el pulso central en aquellas personas no entrenadas o con poca práctica,
por lo que la señal para iniciar el masaje cardiaco o en su caso aplicar el desfibrilador automático externo será la ausencia
de respiración normal excluyendo intentos aislados de respirar o respiración agónica. Los reanimadores cualificados deben
palpar el pulso además de valorar signos de circulación (respiración, tos o movimiento). Si el profesional es lo suficiente-
mente diestro, se recomienda la comprobación de la respiración y el pulso al mismo tiempo a fin de conseguir compresiones
lo más precoces posibles.
• Como principales características del masaje cardiaco se indica que las compresiones en el adulto serán con una frecuencia
de 100 por minuto (clase IIb). Si se actúa conforme a recomendaciones anteriores, la relación 15:2 produce 50 o 64 com-
presiones a lo largo de un minuto. Sin embargo, no hay que olvidar que otro concepto crucial es la perfusión coronaria ob-
tenida, siendo superior el conseguido con treinta compresiones que con quince. Esta razón hace que se recomiende la
relación 30:2, tanto para uno como para dos reanimadores, en tanto se consigue una vía aérea segura. Esta recomendación
es válida tanto para la población como para el personal sanitario.
• Las compresiones tendrán una profundidad mínima de 5 cm y máxima de 6 cm.
• Cuando la vía aérea está aislada y permeable por cualquier método se continuará con un ritmo asincrónico que permita de
100 a 120 compresiones y alrededor de 12 ventilaciones en un minuto.
Existen situaciones en las que al reanimador no sabe o no puede realizar el boca-boca. En esta circunstancia se deberán hacer
exclusivamente, y de manera continua, compresiones cardiacas, habiendo evidencias de su utilidad.

No se recomienda la búsqueda y verificación de cuerpos extraños en la vía aérea que puedan obstruirla en una víctima inconsciente.

El rápido inicio de las maniobras de RCP es el mejor tratamiento para la parada cardiaca coadyuvado por la desavanzado (SVA),
ya que estas maniobras previenen que la fibrilación ventricular degenere en asistolia, incrementa el éxito de la desfibrilación,
contribuye a preservar el cerebro y asegura un número significativo de supervivencias.

Los sistemas de salud deben permitir que la población disponga de desfibriladores automáticos externos en lugares públicos
con riesgo de una PCR con testigos cada dos años (programas de DAP).

Deben plantearse criterios de calidad basados en los de la Tabla 2.

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Reanimación cardiopulmonar (RCP) básica y avanzada del adulto
Introducción y generalidades

Tabla 2. SVB/BLS: qué debe y qué no debe hacerse en la RCP de alta calidad para adultos

Los reanimadores deben Los reanimadores no deben

Realizar compresiones torácicas con una frecuencia de 100 a Comprimir con una frecuencia menor de 100 cpm o mayor de
200 cpm 120 cpm

Comprimir a una profundidad mínima de 5 cm (2 pulgadas) Comprimir a una profundidad inferior a 5 cm (2 pulgadas) o
superior a 6 cm (2,4 pulgadas)

Permitir una descompresión torácica completa después de Apoyarse en el pecho entre compresiones
cada compresión

Reducir al mínimo las pausas de las compresiones Interrumpir las compresiones durante mas de 10 segundos

Ventilar adecuadamente (2 ventilaciones después de 30 com- Proporcionar demasiada ventilación (es decir, demasiadas ven-
presiones, realizando cada ventilación durante 1 segundo y tilaciones o ventilaciones excesivamente fuertes)
asegurándose de que produce elevación torácica)

La secuencia universal de RCP

Los algoritmos de resucitación básica y avanzada en el adulto y pediátrica se han simplificado todo lo posible sin que pierdan su
efectividad con las víctimas de paradas cardiacas en la mayoría de las circunstancias. El personal de emergencia comienza la RCP
si la víctima está inconsciente o no responde y no respira con normalidad (ignorando la respiración agónica). Se utilizará una
única relación de compresión/ventilación de 30:2 en el caso de un único reanimador en el adulto o niño (excluidos los neonatos)
en intervenciones extrahospitalarias y para todas las RCP de adultos. La relación única se justifica para simplificar su enseñanza,
facilitar la retención de la técnica, aumentar el número de compresiones administradas y disminuir la interrupción de las mismas.

Una vez que se conecte un desfibrilador, si se confirma un ritmo susceptible de cardioversión, se administrará un único choque.
Independientemente del ritmo resultante, inmediatamente después de la descarga se deben comenzar las compresiones torácicas
y las ventilaciones (2 min con una relación de 30:2) para minimizar el tiempo de ausencia de flujo sanguíneo.

Cuando se haya asegurado la vía aérea mediante un tubo endotraqueal, mascarilla laríngea o combitubo, los pulmones se ventilan
a un ritmo de 10 min sin hacer pausa durante las compresiones torácicas.

Las interrupciones de las compresiones torácicas han de reducirse al mínimo. Al detener las compresiones torácicas, el flujo co-
ronario desciende sustancialmente; al reanudarlas, son necesarias varias compresiones para que el flujo coronario recupere su
nivel anterior.

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2
Reanimación cardiopulmonar básica en adultos y desfibrilación
automática externa

Introducción

Las causas más importantes de las muertes que tienen lugar como consecuencia de accidentes, ataques cardiacos y otras urgencias
médicas son:

• Obstrucción del tracto respiratorio.


• Apnea.
• Hemorragia masiva.
• Paro cardiaco.
• Daño cerebral.
Puede producirse daño cerebral irreversible cuando se detiene la circulación durante más de 4-6 minutos. Después de seis
minutos sin oxígeno, el daño cerebral es extremadamente probable y pasados diez minutos es irreversible.

Sin embargo, la aplicación inmediata de reanimación cardiopulmonar (RCP) es a menudo capaz de evitar que un elevado por-
centaje de muertes clínicas se conviertan en muertes biológicas.

Las medidas de reanimación se pueden iniciar en cualquier lugar, sin el uso de equipos por individuos entrenados, y estos podrán
ser desde personas comunes hasta especialistas en reanimación.

La RCP resulta eficaz y muchas personas en PCR podrían ser salvadas si se entrenara a suficiente cantidad de personas de forma
adecuada. Los resultados clínicos dependen fundamentalmente de la perfección y uniformidad del entrenamiento, así como de
la rapidez con que estos métodos se apliquen, es decir, de los minutos que se pierdan hasta iniciar la RCP en sus diversas fases.

Consideraciones generales

La parada cardiorrespiratoria (PCR) se define como aquella situación que cursa con la interrupción brusca e inesperada de la res-
piración y circulación espontáneas. Se incluye en esta definición la condición de inesperada y además potencialmente reversible,
excluyéndose el desenlace final de una enfermedad incurable.

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Reanimación cardiopulmonar (RCP) básica y avanzada del adulto
Reanimación cardiopulmonar básica en adultos y desfibrilación automática externa

La anoxia producida por el cese de la ventilación y la circulación sanguínea, llevarán al organismo a la aparición de:

• Acidosis mixta.
• Metabolismo anaerobio con producción de ácido láctico.
Ambos fenómenos llegarán a producir alteraciones a nivel de determinados órganos como son:

• Cerebro: edema cerebral y lesiones irreversibles.


• Corazón: la acidosis produce descenso de la contractilidad y disminuye la acción de las catecolaminas.
• Riñón: aparición de lesiones tubulares.
• Hígado: alteraciones metabólicas y lesiones lobulillares.
Sea cual fuere la causa primera de la parada debe seguirse de inmediato del inicio de las maniobras de RCP para revertirla, ya
que el cese de la ventilación y/o circulación lleva inexorablemente a daños cerebrales por anoxia y, posteriormente, a la muerte
biológica en pocos minutos, dependiendo las posibilidades de recuperación entre otras cosas, del tiempo transcurrido entre la
parada y el inicio de las maniobras de RCP.

El objetivo ante una PCR es evitar la muerte biológica por lesión irreversible de los órganos vitales, especialmente el cerebro, y
para ello se propuso la cadena de la supervivencia clásica como el resultado de la unión de cuatro eslabones básicos, cada uno
con sus acciones y objetivos. Posteriormente la American Heart Association (AHA) ha propuesto dos cadenas de la supervivencia
en el ámbito extra e intrahospitalario que pueden observarse en la Imagen 1.
© DAE

PCIH

Vigilancia y Reconocimiento y RCP de calidad Desfibrilación Soporte vital


prevención activación del sistema de inmediata rápida avanzado y cuidados
respuesta a emergencias postparo cardicaco
Equipo de
Profesionales de cuidados primarios intervención de
paros cardiacos
Laboratorio
del cateterismo
UCI B

PCEH

Reconocimiento y RCP de calidad Desfibrilación Servicios de Soporte vital


activación del sistema de inmediata rápida emergencias médicas avanzado y cuidados
respuesta a emergencias y básicos avanzados postparo cardicaco
Laboratorio
Reanimadores legos
SEM SUH del
cateterismo
UCI C

Imagen 1 / Cadena de supervivencia clásica (A) y las nuevas propuestas por la AHA (B y C)

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Reanimación cardiopulmonar (RCP) básica y avanzada del adulto
Reanimación cardiopulmonar básica en adultos y desfibrilación automática externa

• Reconocimiento precoz del ataque cardiaco y alerta inmediata. Sus objetivos son concienciar al ciudadano de la impor-
tancia de acudir al Sistema de Salud ante cualquier sospecha de ataque cardiaco, así como que los sanitarios realicen un
diagnóstico rápido de los mismos y la alerta a los servicios de emergencias médicas.

• RCP rápida. Persigue el aporte de oxígeno a los tejidos y en especial al sistema nervioso central mientras dura la PCR, ini-
ciando de forma rápida las maniobras de RCP básicas, que en esencia son el masaje cardiaco y la ventilación boca-boca.
Esta fase de la reanimación es un soporte precario que permite ganar tiempo para poder aplicar la RCP avanzada.

• Desfibrilación rápida. En busca de la recuperación de la función cardiovascular y respiratoria, mejorando al máximo posible
el aporte de oxígeno y corrigiendo las alteraciones eléctricas presentes.

• Cuidados postreanimación. Para la estabilización del enfermo en un centro sanitario adecuado. Está indicado el inicio de
maniobras de reanimación en todo paciente en situación de parada, excepto ante la certeza de que han transcurrido más
de diez minutos sin practicar ningún tipo de soporte vital básico -SVB- (salvo en ahogamiento o hipotermia, sobre todo en
niños, o en intoxicación por barbitúricos), que el origen de la parada sea consecuencia de la fase terminal de una enfermedad
incurable y, por último y evidentemente, ante la presencia de signos inequívocos de muerte biológica. Cobran mucha im-
portancia y convendría protocolizarlos.

Indicaciones de RCP

En todo paciente en situación de parada deben iniciarse de inmediato las maniobras de RCP, salvo que:

• Exista la certeza de que han transcurrido más de diez minutos sin haber practicado ningún tipo de SVB (excepto en ahoga-
miento o hipotermia, sobre todo en niños, o en intoxicación por barbitúricos).
• La parada sea consecuencia de la fase terminal de una enfermedad incurable.
• El paciente presente signos inequívocos de muerte biológica.
Suspensión de RCP

Se suspenderá en las siguientes situaciones:

• Recuperación de ritmo cardiaco eficaz, con pulso arterial palpable.


• Tras al menos treinta minutos de esfuerzo infructuoso con ausencia de cualquier tipo de actividad eléctrica cardiaca (o lo
protocolizado en el centro de trabajo propio).

• Cuando en el transcurso de la RCP se obtenga nueva información de padecimiento de una enfermedad incurable o se de-
muestre tiempo prolongado de anoxia.
Con fines didácticos, la reanimación cardiopulmonar se dividió en tres fases con unas acciones y objetivos determinados en cada
una de ellas que se resumen en la Tabla 1.

Tabla 1. Fases de la RCP

Fase I Fase II Fase III


RCP básica: cualquier persona sin equipo RCP avanzada Reanimación prolongada

• Objetivo: oxigenación de emergencia • ABC con equipo • Cuidados post-reanimación


• Control de la vía aérea: - Monitorización y protocolos específicos
según ritmos obtenidos
- Ventilación artificial
- Fármacos
- Masaje cardiaco externo

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Reanimación cardiopulmonar (RCP) básica y avanzada del adulto
Reanimación cardiopulmonar básica en adultos y desfibrilación automática externa

Conviene incidir nuevamente en unos aspectos de gran importancia:

• La PCR no se diagnostica sino tras una serie de comprobaciones que requieren seguir un protocolo ampliamente descrito
y publicado como SVB.
• Aunque la mayoría de las víctimas inconscientes no están en PCR, todos los pacientes en PCR están inconscientes, por ello
habrá que verificar correcta y convenientemente ese estado.
• Será crucial pedir ayuda lo antes posible. Retrasarla es un grave error que no debe cometerse, ya que gran parte del éxito
depende de la instauración precoz de una reanimación avanzada.

Hay que recordar que el objetivo de la reanimación cardiopulmonar básica es la oxigenación de emergencia con un conjunto
de medidas aplicables por cualquier persona sin necesidad de equipamiento alguno. En el ámbito sanitario habría que ampliar
el término de RCP básica al ser disponibles una serie de medios que por su accesibilidad y sencillez de manejo serán utilizados
de forma rutinaria, haciendo la reanimación más eficaz al lograr un aumento de la concentración de oxígeno con la que se efec-
túan las ventilaciones y, por tanto, un aumento de la oxigenación tisular.

El protocolo de RCP se basa en una secuencia sistematizada de valoraciones, con preguntas y respuestas (sí/no), que implican
una actuación determinada sin que exista posibilidad de que una pregunta quede sin respuesta concreta.

Previo al inicio de las maniobras RCP se ha de tener en cuenta que el lugar es seguro y que, por tanto, no existe peligro para
quien reanima y que tampoco hay peligro adicional para la víctima.

Valorar el estado de consciencia

La situación que va a desencadenar la alarma, y por tanto la sospecha de alteración de las funciones vitales, es la presencia de
una persona con pérdida brusca de consciencia. Para verificarlo hay que sacudirle suavemente por los hombros y preguntarle
gritando si se encuentra bien (Imagen 2).
© DAE

Imagen 2 / Comprobación del estado de consciencia

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Reanimación cardiopulmonar (RCP) básica y avanzada del adulto
Reanimación cardiopulmonar básica en adultos y desfibrilación automática externa

Paciente consciente

Si se obtiene algún tipo de respuesta o se percibe algún movimiento (paciente consciente), pedir ayuda inmediatamente a alguien
cercano y se iniciará la evaluación secundaria, moviendo lo menos posible al afectado para evitar el agravamiento de posibles
lesiones o alteraciones existentes. Se controlarán periódicamente las constantes vitales de la víctima. Alertar a los servicios de
emergencias médicas si se considera necesario.
Paciente inconsciente

En caso de no haber obtenido respuesta (paciente inconsciente) gritar pidiendo ayuda a alguien cercano. Situar a la víctima en
decúbito supino, con los brazos extendidos a lo largo del cuerpo y manteniendo la alineación cabeza-tórax al moverlo.

La persona que explore a la víctima se situará a un lado de esta, de rodillas a la altura del hombro del paciente, lo que permitirá
efectuar todas las acciones sin modificar su posición.

© Cedida por los autores


Apertura de la vía aérea

Habrá que sospechar que todo paciente inconsciente presenta


obstrucción de vía aérea superior como consecuencia de la ato-
nía muscular que hace caer a la lengua hacia atrás obstruyendo
la hipofaringe o por la presencia de cuerpos extraños.

Para la apertura de la vía aérea, se recomienda la maniobra de-


nominada frente-mentón. Para realizarla el reanimador, si-
tuado a un lado de la víctima, empujará al mentón con los
dedos 2º y 3º de una mano aplicados bajo la barbilla, mientras
la otra mano se pondrá con firmeza sobre la frente, lo que pro-
ducirá la extensión de la cabeza y el desplazamiento de la man-
díbula arriba y adelante.

En caso de sospecha de lesión cervical se utilizará, si se ha sido


entrenado para ello, el avance de mandíbula, lo que quiere decir
Imagen 3 / Apertura de la vía aérea
que mientras con una mano se fija la cabeza para evitar que se
mueva, con el pulgar e índice de la otra, se tirará hacia arriba dela
mandíbula (Imagen 3).
© DAE

Determinar si la respiración del paciente es normal

Una vez abierta la vía aérea, y garantizándola en todo momento,


habrá que comprobar la presencia de respiración normal, exclu-
yendo los intentos aislados y la respiración agónica.

Se mirará, sentirá y escuchará acercando la mejilla a la boca


del paciente para sentir y oír el aire exhalado, mientras se ob-
serva si el tórax se eleva. Esta acción deberá durar entre cinco
y diez segundos antes de decidir si la respiración está ausente
(Imagen 4).

Pueden darse dos situaciones:

• Paciente que respira normalmente: en caso de que el paciente


respire se le colocará en posición lateral de seguridad (Imagen Imagen 4 / Comprobar la respiración de la víctima
5) y se verificarán frecuentemente las constantes vitales.

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Reanimación cardiopulmonar (RCP) básica y avanzada del adulto
Reanimación cardiopulmonar básica en adultos y desfibrilación automática externa

© DAE

Imagen 5 / Posición lateral de seguridad

• Paciente que no respira normalmente: si se ha determinado que el paciente no respira con normalidad se deberá alertar
previo al inicio de la reanimación al 112, excepto ante víctimas de ahogamiento, traumatismo grave y sobredosis por drogas,
en cuyos casos la reanimación se iniciará inmediatamente realizando RCP durante al menos 1 minuto antes de ir a pedir
ayuda (Imagen 6).
© Cedida por los autores

Se iniciará el masaje cardiaco externo efectuando compresiones


esternales rítmicas que provoquen la progresión de sangre desde
las cavidades del corazón hacia el resto del organismo. Se colo-
cará el talón de una mano en el centro del tórax, situando el de
la otra sobre el dorso de la primera, entrelazando los dedos o
bien elevándolos para impedir aplicar presión sobre las costillas.

Se aplicará el masaje manteniendo las manos lo más fijas posible


al tórax y los brazos extendidos y perpendiculares al punto ele-
gido, ya que no flexionar los codos mejora la eficacia del masaje,
disminuye el esfuerzo físico y la incidencia de complicaciones
(Imagen 7).

La compresión del tórax se efectuará cargando el peso del cuerpo


y con la fuerza necesaria para deprimir el esternón al menos 5
cm y no mas de 6 cm. Se debe recordar que no es conveniente
quedar apoyado fuertemente en el tórax, de forma que se per-
mita la respiración. La relación compresión/descompresión debe
ser del 50% del ciclo para conseguir flujos sanguíneos adecuados.
La frecuencia de las compresiones actualmente recomendada es
de 100 por minuto (clase IIb). Este ritmo se conseguirá contando
del siguiente modo: 1 y, 2 y, 3 y, 4 y, 5 y, 6 y, 7 y, 8 y, 9 y, 10, 11, 12, Imagen 6 / Si hay ausencia de respiración normal, avisar urgentemente al 112
13, 14, 15..... 28, 29, 30.

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Reanimación cardiopulmonar (RCP) básica y avanzada del adulto
Reanimación cardiopulmonar básica en adultos y desfibrilación automática externa

Seguidamente se aplicarán dos ventilaciones efectivas, demos-

© Cedida por los autores


trándose que en ausencia de ventilación espontánea, el método
boca-boca es el más sencillo y eficaz para sustituirla. En espera
de poder aplicar otras técnicas de ventilación más complejas, el
oxígeno que contiene el aire exhalado (16-18%) es suficiente para
mantener una oxigenación aceptable.

Partiendo de la posición de apertura de vías aéreas, se cerrarán


las fosas nasales con los dedos de la mano aplicada sobre la
frente, o con la mejilla, mientras que con la otra mano se trac-
ciona del mentón, manteniendo la extensión de la cabeza (ma-
niobra frente-mentón).

A continuación, el reanimador aplicará sus labios sobre los del


paciente, efectuando un sellado lo más completo posible. Insu-
flará entonces su propio aliento, observando simultáneamente
Imagen 7 / Masaje cardiaco externo
el movimiento de la pared torácica para comprobar la eficacia
de la ventilación. Al retirar su boca de la del paciente, se produ-
cirá la espiración pasiva (Imagen 8).

El método boca-nariz, cerrando la boca de la víctima, es al menos


tan eficaz como el del boca-boca, presentando ventajas en algunas
circunstancias (pacientes afectos de traumatismos faciales, trismus,
etc.). Las ventilaciones en pacientes laringuectomizados se realiza-
rán a través del estoma. Las insuflaciones serán de 1 segundo de
duración y con un volumen de 700-1.000 ml para un adulto.

Se recomienda, si existe la posibilidad, que se utilicen dispositivos


de barrera para la ventilación, sin que su carencia implique no
iniciar de inmediato las maniobras de reanimación.

Si no se consigue ventilar adecuadamente se debe verificar nue-


vamente si existen cuerpos extraños en la boca y retirarlos si es
el caso y verificar que la técnica de apertura de la vía aérea es la
adecuada; volver a intentar ventilar dos veces. Se repetirá el in-
tento en cinco ocasiones.
Imagen 8 / En ausencia de ventilación espontánea realizar el boca a boca
Es necesario efectuar las técnicas de ventilación y masaje con una co-
rrección extrema, al mismo tiempo que se alternarán entre sí con la
frecuencia necesaria, para de este modo conseguir bombear un volumen de sangre que permita una correcta oxigenación cerebral. La
combinación entre compresiones torácicas e insuflaciones pulmonares será invariablemente de 30:2, haya uno o dos reanimadores.

La reanimación cardiopulmonar básica debe mantenerse hasta recibir ayuda de equipos especializados y poder iniciar la reani-
mación avanzada o hasta que la víctima muestre signos de vida.

Posición lateral de seguridad

En una víctima inconsciente que tiene la vía aérea libre y está respirando espontáneamente la posición lateral de seguridad debe:

• Reducir al mínimo el movimiento de la víctima.


• Mantener la cabeza, cuello y tronco en línea recta.
• Garantizar que puedan salir por gravedad los fluidos de su boca.
• Dar estabilidad.

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Reanimación cardiopulmonar (RCP) básica y avanzada del adulto
Reanimación cardiopulmonar básica en adultos y desfibrilación automática externa

Hay diversas formas de realizarla y cada una tiene sus ventajas y ninguna es perfecta para todas las víctimas. Tener en cuenta las
siguientes indicaciones:

• Quitarle las gafas, si las llevara.


• Arrodillarse junto a la víctima y comprobar que tiene ambas piernas estiradas.
• Colocar el brazo más cercano al reanimador formando un ángulo recto con el cuerpo de la víctima, con el codo doblado y
con la palma de la mano hacia arriba.
• Poner el brazo más lejano sobre el tórax y el dorso de la mano contra la mejilla de la víctima que esté más próxima al propio
reanimador.
• Con la otra mano, flexionar la pierna más alejada.
• Tirar de ella hacia el reanimador para girar a la víctima.
• Colocar la pierna superior de manera que la cadera y la rodilla queden en ángulo recto.
• Inclinar la cabeza hacia atrás para asegurarse de que la vía aérea sigue abierta.
• Acomodar la mano bajo la mejilla, si es necesario, para mantener la inclinación de la cabeza.
• Comprobar con frecuencia la ventilación.
• Si la víctima ha de mantenerse en la posición de seguridad durante más de 30 minutos, girarla al lado opuesto para aliviar
la presión en el antebrazo.

RCP con desfribilación externa automática (DEA)

En el adulto la principal causa de parada cardiorrespiratoria tiene su origen en la


© Cedida por los autores

fibrilación ventricular, situación en la que las células miocárdicas muestran una


actividad eléctrica anárquica incapaz de generar su contracción simultánea y, por
tanto, incapaz de generar latido cardiaco eficaz. Las posibilidades de superviven-
cia disminuyen aproximadamente un 10% cada minuto sin aplicar desfibrilación.

El rápido inicio de las maniobras de RCP previene que la fibrilación ventricular


degenere en asistolia incrementa el éxito de la desfibrilación, contribuye a pre-
servar el cerebro y asegura un número significativo de supervivencias.

La RCP iniciada precozmente es el mejor tratamiento para la parada cardiaca


mientras se pueda realizar la desfibrilación externa y el soporte vital avanzado
(SVA) (Imagen 9).

El objetivo es poder desfibrilar en un tiempo comprendido entre los cinco minu-


tos iniciales tras detectar la situación. Ante la dificultad de recibir asistencia de
los servicios de emergencias médicas se ha optado por incluir el desfibrilador au-
tomático externo (DEA) como uno de los eslabones de la cadena de la supervi-
vencia, de ahí la importancia de implementar programas de desfibrilación de
acceso público (DAP).

LA DEA incluye a los desfibriladores externos que incorporan un sistema auto-


mático para analizar el ritmo cardiaco y así confirmar la presencia de un ritmo
en el que esté indicado el choque eléctrico. En caso afirmativo, el desfibrilador
emitirá una alarma previa a la descarga eléctrica que ocurrirá a los pocos segun-
dos, a menos que se anule manualmente el sistema. Los desfibriladores semiau-
Imagen 9 /Desfibrilador
tomáticos necesitan el accionamiento de la descarga por parte del reanimador.

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Reanimación cardiopulmonar (RCP) básica y avanzada del adulto
Reanimación cardiopulmonar básica en adultos y desfibrilación automática externa

Los niveles de energía liberados en los choques eléctricos serán de 150-200 julios en bifásicos y de 360 julios en monofásicos. La
secuencia de reanimación implica que, una vez comprobado el estado de parada cardiorrespiratoria y si se dispone del DEA de
forma inmediata (antes de cuatro minutos), se debe aplicar inmediatamente una descarga seguida de dos minutos ininterrum-
pidos de RCP. Hay que iniciar el protocolo de actuación en parada cardiorrespiratoria con DEA. Si no se dispone de DEA hay que
seguir el protocolo de SVB.

Secuencia de RCP y desfibrilación con DEA

Es necesario asegurarse de que no existe peligro para el reanimador ni para la víctima. Si esta última no responde ni respira con
normalidad, enviar a alguien a por un DEA (Imagen 10) y a alertar al 112. Comenzar con la RCP siguiendo las directrices para
el SVB.

Tan pronto como llegue el desfibrilador tener presente:

• Encenderlo y colocar los electrodos adhesivos. Si hay más de un reanimador se debe continuar con la RCP mientras se pre-
para esto.

• Seguir las instrucciones habladas/visuales dadas por el DEA.


• Asegurarse de que nadie toca a la víctima mientras el DEA analiza el ritmo.
Si la descarga eléctrica está indicada:

• Asegurarse de que nadie toca a la víctima.


© DAE

• Pulsar el botón de choque eléctrico siguiendo las indicacio-


nes.

• Seguir las instrucciones visuales/de voz.


Si la descarga eléctrica no está indicada:

• Reanudar de inmediato la RCP, usando una relación 30


compresiones torácicas: 2 ventilaciones.

• Seguir las instrucciones visuales/de voz.


Continuar las instrucciones del DEA hasta que (Figura 1):

• Llegue ayuda profesional y sea relevado.


• La víctima comience a respirar con normalidad. Imagen 10 / Desfibrilador externo automático

• Quede agotado.
RCP antes de la desfibrilación

La desfibrilación inmediata, tan pronto como se disponga de un DEA, siempre ha sido un elemento clave en las directrices y la
enseñanza y se considera de gran importancia para sobrevivir a una fibrilación ventricular. No obstante, esta afirmación fue
puesta en entredicho porque la evidencia parecía indicar que un periodo de compresiones torácicas antes de la desfibrilación
podía mejorar la supervivencia cuando el tiempo transcurrido entre la llamada a la ambulancia y su llegada es superior a 5 mi-
nutos. Sin embargo se ha comprobado finalmente que no es así y, por tanto, las directrices recomiendan un choque eléctrico
precoz, tan pronto como llegue el DEA, sin ser necesarios unos ciclos previos. En cualquier caso, no se deben parar más de 5 seg
los masajes para realizar una desfibrilación.

Si el choque eléctrico no está indicado, se continúa con las maniobras de RCP hasta un nuevo análisis del ritmo cardiaco y hasta
disponer de SVA.

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Reanimación cardiopulmonar (RCP) básica y avanzada del adulto
Reanimación cardiopulmonar básica en adultos y desfibrilación automática externa

Figura 1 / Algoritmo de actuación de RCP y desfibrilación con DEA

Obstrucción de la vía aérea por cuerpos extraños

La obstrucción de la vía aérea por un cuerpo extraño es una causa de muerte accidental poco común, pero potencialmente tra-
table (Cuadro 1). La causa más común de atragantamiento en adultos es la obstrucción de la vía aérea producida por alimentos
como el pescado, carne y especialmente por el pollo. En niños y bebés la mitad de los casos de atragantamiento se producen
mientras el niño está comiendo (sobre todo golosinas) y por objetos como monedas o juguetes. Las muertes por atragantamientos
en bebés y niños de corta edad son muy poco frecuentes.

Como la mayoría de los casos de atragantamiento están relacionados con la comida, normalmente hay testigos. Por lo tanto, es
posible realizar una rápida intervención mientras la víctima todavía sigue consciente y aún puede responder.

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Reanimación cardiopulmonar (RCP) básica y avanzada del adulto
Reanimación cardiopulmonar básica en adultos y desfibrilación automática externa

Cuadro 1. Diferenciación entre una obstrucción completa o incompleta de la vía aérea por un cuerpo extraño

Valorar/Preguntar Obstrucción leve Obstrucción grave

¿Te estás atragantando? “Sí” No puede hablar, puede asentir

Otro signos Puede hablar, toser, respirar


• No puede respirar
• Respiración sibilante
• Intentos silenciosos de toser
• Inconsciencia
Reconocimiento

El reconocimiento de la obstrucción de la vía aérea es la clave del éxito, por ello es importante no confundir esta emergencia con un
desmayo, ataque al corazón u otra dolencia que pueda provocar súbitas dificultades respiratorias, cianosis o pérdida de consciencia.

Secuencia de actuación en la obstrucción de la vía aérea por cuerpo extraño de un adulto y niños mayores de un año

• Si la víctima muestra signos de obstrucción leve de la vía aérea, decirle que siga tosiendo, no hacer nada más.
• Si la víctima muestra signos de obstrucción grave de la vía aérea y está consciente darle hasta cinco golpes en la espalda, si-
guiendo estos pasos:
- Colocarse a un lado y ligeramente por detrás de la víctima.
- Sujetarle el tórax con una mano e inclinar bien a la víctima hacia delante, de modo que en el caso de que se consiga mo-
vilizar el objeto que obstruye la vía aérea, lo expulse por la boca y no progrese más en la vía aérea. Darle hasta cinco
golpes interescapulares bruscos con el talón de su otra mano.
- Comprobar si cada golpe interescapular ha solucionado la obstrucción de la vía aérea. El objetivo es solucionar la obs-
trucción con cada golpe y no necesariamente dar los cinco (Imagen 11).
© DAE

Imagen 11 / Golpes interescapulares y compresiones abdominales

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Reanimación cardiopulmonar (RCP) básica y avanzada del adulto
Reanimación cardiopulmonar básica en adultos y desfibrilación automática externa

• Si tras dar los cinco golpes interescapulares no se ha conseguido aliviar la obstrucción de la vía aérea, dar hasta cinco com-
presiones abdominales, siguiendo estos pasos:
- Colocarse tras la víctima y rodearla con los brazos por la parte alta del abdomen.
- Inclinarla hacia delante.
- Cerrar el puño y colocarlo entre el ombligo y el apéndice xifoides.
- Agarrar el puño con su otra mano y tirar con fuerza hacia dentro y hacia arriba.
- Repetirlo hasta cinco veces.

• Si la obstrucción persiste, continuar alternando cinco golpes interescapulares con cinco compresiones abdominales.
• Si la víctima se queda inconsciente en algún momento.
- Tender a la víctima con cuidado en el suelo.
- Activar inmediatamente al 112.
- Comenzar con la RCP (a partir de la petición de ayuda e inicio del masaje cardiaco).

• Los profesionales sanitarios, formados y con experiencia en verificar el pulso carotídeo, deberían iniciar el masaje cardiaco,
incluso cuando la víctima de atragantamiento inconsciente tiene pulso.

Obstrucción parcial de la vía aérea

Un individuo con una obstrucción incompleta de la vía aérea puede toser. La tos genera presiones altas y mantenidas en la vía
aérea y puede expulsar el cuerpo extraño.

En estos casos, el tratamiento estandarizado para la obstrucción total (golpes interescapulares, compresiones abdominales y ma-
sajes cardiacos) puede provocar complicaciones y empeorar la obstrucción de la vía aérea. Por tanto, deben ser usados exclusi-
vamente en las víctimas que muestren signos de una obstrucción completa de la vía aérea.

Las víctimas con una obstrucción incompleta de las vías respiratorias han de continuar en observación hasta que mejoren, ya
que esa obstrucción puede convertirse en grave.

Obstrucción completa de la vía aérea

Para los adultos conscientes y los niños de más de un año con una obstrucción completa, son eficaces los golpes interescapulares,
las compresiones abdominales y torácicas. Aproximadamente un 50% de casos de obstrucción de la vía aérea no se recuperan
utilizando una sola técnica. La probabilidad de éxito aumenta con la combinación de los golpes interescapulares con las com-
presiones abdominales y torácicas.

Se ha demostrado que se pueden generar mayores presiones en la vía aérea por medio de compresiones torácicas que con las
compresiones abdominales.

Puesto que las compresiones torácicas son prácticamente idénticas a las utilizadas en la RCP, se debe enseñar a los reanimadores
a comenzar una RCP si la víctima de una obstrucción completa se queda inconsciente. Durante la RCP, cada vez que se abra la
vía aérea hay que comprobar si existe algún cuerpo extraño en la boca de la víctima que se haya expulsado parcialmente.

La incidencia de un atragantamiento inadvertido como causa de inconsciencia o parada cardiaca es baja, por lo tanto, no es ne-
cesario comprobar que no hay cuerpos extraños en la boca de forma rutinaria cada vez que se haga una RCP.

Atención posterior y revisión médica

Tras el tratamiento de una obstrucción de la vía aérea con éxito puede que sigan quedando cuerpos extraños en el tracto respi-
ratorio superior o inferior, que provoquen complicaciones posteriores. Las víctimas que tengan una tos persistente, dificultad
para tragar o la sensación de que tienen todavía un objeto alojado en la garganta deberían consultar a un médico.

Las compresiones abdominales pueden provocar graves daños internos y todas las víctimas tratadas con ellos tendrían que ser
examinadas por un médico en busca de posibles lesiones.

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Reanimación cardiopulmonar (RCP) básica y avanzada del adulto
Reanimación cardiopulmonar básica en adultos y desfibrilación automática externa

Problemas más frecuentes que pueden aparecer durante la RCP: soluciones

Dilatación gástrica

La brusquedad en la ventilación puede provocar el paso de aire hacia el estómago, lo que originará dos tipos de problemas:

• Llegará un momento en que se active el reflejo del vómito.


• Puede producirse una compresión del diafragma y, por tanto, una dificultad adicional para el llenado de aire de los pulmo-
nes.
En caso de dilatación gástrica se podrán realizar las siguientes maniobras:

• Lateralizar la cabeza de la víctima.


• Presionar con delicadeza sobre el epigastrio.
• Limpiar la boca de posibles residuos sólidos aparecidos al realizar la compresión sobre el abdomen.
Vómitos

Consisten en la expulsión involuntaria del contenido del estómago hacia la boca. Una de sus causas más frecuentes es la dilatación
gástrica al ventilar de forma brusca.

El vómito también puede ser provocado al presionar el abdomen en el intento de vaciar el aire del estómago.

La aparición de vómitos en una persona inconsciente que está siendo sometida a un proceso de reanimación cardiopulmonar
puede crear graves complicaciones debidas a dos factores:

• Paso de las sustancias sólidas a las vías aéreas y su obstrucción.


• Aspiración de secreciones líquidas que, al ser de tipo ácido, originan una gran irritación de vías aéreas.
En caso de presentarse cualquiera de estas complicaciones ladear rápidamente la cabeza de la víctima, limpiar la cavidad oral y
continuar la RCP.

21
3
Reanimación cardiopulmonar avanzada en adultos

Introducción

Los objetivos de la RCP avanzada en adultos son la recuperación de la función cardiovascular y respiratoria, mejorando al máximo
posible el aporte de oxígeno, así como efectuar el diagnóstico y tratamiento específico de las alteraciones eléctricas observadas
en el ritmo cardiaco.

Por definición, la RCP avanzada precisa de equipamiento y debe ser efectuada por personal entrenado, si bien es corriente el
disponer en el medio sanitario de una serie de instrumentos que por su sencillez de uso, aplicabilidad casi inmediata y carácter
transitorio o no definitivo, se podrían considerar “básicas”. Por ello, se explicará la técnica de utilización de los dispositivos a em-
plear en cada uno de los pasos básicos.

Como normas generales se tendrán en cuenta las nuevas aportaciones acerca de:

• Se mantiene el énfasis en la utilización de los sistemas de respuesta rápida para la atención del paciente que está deterio-
rándose y la prevención de la parada cardiaca intrahospitalaria.
• Se mantiene el énfasis en las compresiones torácicas de alta calidad con mínimas interrupciones durante cualquier intervención
de SVA: las compresiones torácicas solo se detienen brevemente para posibilitar intervenciones específicas. Esto incluye mini-
mizar las interrupciones en las compresiones torácicas durante menos de 5 segundos para intentar la desfibrilación.
• Se mantiene el énfasis en el uso de parches autoadhesivos para la desfibrilación, y una estrategia de desfibrilación para mi-
nimizar las pausas predescarga, aunque se admite que las palas del desfibrilador se utilicen en algunos ámbitos.
• Hay una nueva sección sobre monitorización durante el SVA con un mayor énfasis en la utilización de la capnografía con
forma de onda para confirmar y monitorizar de forma continua la posición del tubo endotraqueal, la calidad de la RCP y
para proporcionar una indicación precoz de la recuperación de la circulación espontánea (RCE).
• Existe una variedad de aproximaciones al manejo de la vía aérea durante la RCP y se recomienda una aproximación gradual
basada en los factores del paciente y las destrezas del reanimador.
• Las recomendaciones para el tratamiento farmacológico durante la RCP no han cambiado, pero existe un mayor debate
con respecto al papel de los fármacos en mejorar los resultados de la parada cardiaca.
• El uso rutinario de dispositivos mecánicos de compresiones torácicas no está recomendado, aunque son una alternativa
razonable en situaciones en las que no es factible realizar compresiones torácicas de alta calidad o la seguridad del reani-
mador está comprometida.

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Reanimación cardiopulmonar (RCP) básica y avanzada del adulto
Reanimación cardiopulmonar avanzada en adultos

• La ecografía periparada puede tener un papel en la identificación de causas reversibles de parada cardiaca.
• Las técnicas de soporte vital extracorpóreo pueden tener un papel como terapia de rescate en pacientes seleccionados en
los que las medidas de SVA estándar no tienen éxito.

Apertura de vía aérea

Cánulas orofaríngeas

Son vías rígidas que, introducidas en la vía aérea superior, facilitan la eliminación de secreciones y ayudan a mantenerla permeable
(por sí solas no mantienen la vía aérea abierta, siendo necesaria todavía una ligera extensión cervical). Son únicamente vías pro-
visionales, de uso breve y deben sustituirse por un aislamiento definitivo de la vía aérea en cuanto sea posible.

Su correcta utilización hace necesario seleccionar un tamaño adecuado para cada paciente de entre los existentes, para ello se
pondrá la cánula sobre la mejilla de la víctima entre la comisura bucal y el trago del oído; se elegirá la cánula que toque estos dos
extremos (comisura bucal y trago del oído).

Una vez elegida, se implantará descendiendo la lengua con los dedos o con un depresor o bien introduciéndola con la concavidad
hacia el paladar y rotándola después en el interior de la boca 180º hasta su correcta posición. Esta técnica no se recomienda en
niños pequeños y se contraindica en caso de lesiones en el paladar.

La vía aérea orofaríngea más conocida y utilizada es la cánula de Guedel, consistente en un tubo hueco que se adapta a la forma
del paladar desde los labios a la faringe.

Existen otros tipos de cánulas orofaríngeas entre las que destacan la cánula de Berman y el dispositivo COPA. En la primera
existen dos acanaladuras laterales por las que el aire pasa, la segunda es una cánula tipo Guedel, con la variante de disponer
de un balón que permite el correcto posicionamiento de la lengua y la epiglotis a la vez que impide la pérdida de mezcla de
gases (Imagen 1).
© Cedida por los autores

Imagen 1 / Cánula de Guedel

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Reanimación cardiopulmonar avanzada en adultos

Aspirador de secreciones

Se hacía referencia al hablar de la apertura de vía aérea de la necesidad de limpieza de la cavidad oral de forma manual, pero
existen dispositivos que permiten realizar esta de forma más eficaz.

Los modos de generar la aspiración pueden ser variados (eléctricos, mecánicos, etc.), aunque en general todos constan de un ge-
nerador de aspiración, frasco recolector de secreciones, vacuómetro (mide el nivel de vacío sobre el paciente) y mando regulador
de vacío (permite ajustar la presión de aspiración).

Ventilación

Mascarilla de bolsillo

Es un dispositivo muy efectivo como apoyo en la ventilación. Puede disponer de una entrada adicional de oxígeno. Evita la ne-
cesidad de contacto físico y proporciona un cierre efectivo alrededor de la entrada de la vía aérea de la víctima. Puede sujetarse
con las dos manos efectuándose un fácil sellado alrededor de la entrada de la vía aérea del paciente mientras se insufla aire es-
pirado a través de la válvula unidireccional provista para ello.

Reanimador manual

Consta de una bolsa autohinchable provista de una válvula que


© Cedida por los autores

se ajusta a una mascarilla y que permite el paso del aire en una


sola dirección. La mascarilla debe ser transparente para detectar
posibles regurgitaciones (Imagen 2).

Con este sistema se puede ventilar con una concentración de oxí-


geno del 21%, del 65% si se le conecta una entrada de oxígeno
con un alto caudal, y del 100% prácticamente, si además de la
toma de oxígeno se le aplica una bolsa reservorio o se tapona la
entrada de aire ambiente. La ventilación sin oxígeno suplemen-
tario será con un volumen de aire en cada ventilación de 10
ml/kg (700 a 1.000 ml) impulsados durante 1 segundo (clase IIa).
Sin embargo, cuando la concentración de oxígeno sea superior
al 40% el volumen en cada ventilación debe ser de 6 o 7 ml/kg
(400 a 600 ml) durante 1 segundo (clase IIb).
Imagen 2 / Reanimador manual con bolsa autohinchable

El mayor inconveniente de este sistema es la adecuada fijación


de la mascarilla a la cara del enfermo manteniendo la apertura de la vía aérea que deberá conseguirse con una sola mano me-
diante la triple maniobra. Ante esta dificultad se acepta que un reanimador fije la mascarilla a la cara y otro accione la bolsa.

El proceso de su manejo es el siguiente: con el reanimador detrás de la cabeza de la víctima, se mantendrá la hiperextensión
mediante la tracción realizada con los dedos cuarto y quinto de la mano izquierda colocada por debajo de la mandíbula, mientras
que los dedos segundo y tercero fijan fuertemente la posición de la mascarilla con ayuda del pulgar. La mano derecha dará las
insuflaciones. Durante toda la ventilación manual es fundamental mantener en hiperextensión la cabeza del paciente y, si es po-
sible, colocar una cánula de Guedel.

Como ya se ha indicado, entre las complicaciones que pueden darse en el transcurso de una RCP, caben destacar el vómito y la
aspiración, situaciones que oscurecen el pronóstico. Se cuenta con tres recursos para reducir estas complicaciones:

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Reanimación cardiopulmonar (RCP) básica y avanzada del adulto
Reanimación cardiopulmonar avanzada en adultos

• Mantener la cabeza en una posición adecuada que permita la correcta permeabilidad de la vía aérea.
• Realizar las ventilaciones lentamente.
• Emplear la maniobra de Sellick. Para ello se aplicará presión digital sobre el cartílago cricoides. Esta maniobra se usará tanto
durante la ventilación boca a mascarilla como en la ventilación con balón-mascarilla.
Una vez en disposición de iniciar la instrumentación y con la RCP básica instaurada, se completan los pasos de apertura de vías
aéreas, ventilación y soporte circulatorio con ayuda de equipo auxiliar, continuando después con los pasos de monitorización,
desfibrilación y soporte farmacológico. El número de asistentes oscilará entre 4-5 personas, todos ellos bajo la dirección de
aquella con más experiencia del equipo.

Valoración

Simultáneamente al inicio del soporte vital avanzado (SVA), deberá comprobarse el diagnóstico de parada cardiorrespiratoria
(PCR), circunstancias en las que se produjo (dónde, cómo, cuándo, si fue en presencia de hipotermia, hubo uso de barbitúricos,
etc.), causas desencadenantes (edad, antecedentes patológicos que orienten la posible causa de la PCR), tiempo transcurrido
(desde que se produjo la parada hasta el diagnóstico e inicio de RCP básica hasta la llegada del equipo y personal cualificado) y
calidad del soporte vital básico (SVB). Con todo ello se decidirá la indicación o no de continuar la reanimación.

Monitorización electrocardiográfica

La primera persona disponible debe proceder, sin pérdida de tiempo, mientras se van completando los pasos iniciales, a la mo-
nitorización electrocardiográfica directa con las palas del desfibrilador.

El paro cardiaco es el cese de la actividad mecánica del corazón, confirmada por la ausencia de pulso detectable, pérdida de
consciencia y apnea. Puede estar asociado a uno de los siguientes ritmos reconocidos a efectos de reanimación:

• Ritmos desfibrilables:
- Fibrilación ventricular (FV): presencia de actividad eléctrica ventricular totalmente desorganizada, sin pulso arterial palpable.
- Taquicardia ventricular sin pulso (TVsp): actividad eléctrica ventricular organizada, pero ineficaz bajo el punto de vista
hemodinámico (ausencia de pulso arterial).

• Ritmos no desfibrilables: entre los que destacan la asistolia y la disociación electromecánica.


Habrá que mantener la monitorización electrocardiográfica durante toda la reanimación y modificar la actuación según los tra-
zados que esta aporte.

Ritmos desfibrilables (FV/TVsp)

La rapidez con la que se efectúe la desfibrilación eléctrica una vez detectada electrocardiograficamente es el mayor determinante
para la supervivencia del paciente en PCR secundaria a FV o TVsp. Por ello, todos los pasos del SVA van a estar en función de esta
desfibrilación y de que sea efectuada precozmente.

Si las circunstancias permiten la desfibrilación inmediata, previamente debería darse un único golpe precordial (puñopercusión)
en vez de las medidas de SVB (ventilación y masaje cardiaco), dado que el tiempo que se necesita es menor de dos o tres segundos
y no es necesario retrasar los preparativos para la desfibrilación eléctrica. Si la puñopercusión puede realizarse durante los pri-
meros treinta segundos de pérdida de la actividad hemodinámica cardiaca, la transformación de la energía mecánica en eléctrica
puede ser suficiente para restablecer un ritmo efectivo hasta en un 40% de los casos de FV. El temor de que un golpe precordial
pueda acelerar una taquiarritmia o precipitar la FV es irrelevante en un paciente que ya está en paro cardiaco.

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Reanimación cardiopulmonar avanzada en adultos

Puñopercusión

Es una técnica muy cuestionada, de probable eficacia en TVsp, bloqueo auriculoventricular y FV. Se emplearía solo una vez y
mientras se prepara el desfibrilador, sin perder tiempo en masajear.

Se aplicará un único golpe seco en la porción media del esternón con la base del puño que desciende con rapidez desde una
distancia aproximada de unos 30 cm por encima del tórax. Si el golpe precordial es ineficaz se realizará la desfibrilación eléctrica
de manera inmediata con energía de 150-200 julios bifásicos o 360 monofásicos.

Si la primera descarga fracasa, se hará un breve intento para intubar al paciente y obtener un acceso venoso, si todavía no se
contaba con él; siendo responsabilidad del director de la reanimación el que no se retrase la reanudación del soporte vital o la
administración de las descargas posteriores por la realización
de estos procedimientos (intubación, vía venosa, etc.). Se
Tabla 1. Protocolo de desfribilación
harán dos minutos de RCP con una secuencia de 30 compre-
siones por cada dos ventilaciones. Pasados los dos minutos Choque inicial 150-200 julios bifásicos o 360 monofásicos
se repetirá una nueva descarga con un nivel de energía entre Siguientes 150-200 julios bifásicos o 360 monofásicos
150-200 julios bifásicos o 360 monofásicos (Tabla 1).

La adrenalina se administrará si persiste la FV/TVsp tras un segundo choque, pudiéndose repetir cada 3-5 minutos desde ese mo-
mento si persiste la FV/TVsp. Su utilización busca aumentar la eficacia del soporte vital básico y no para potenciar la desfibrilación.

Después de tres ciclos de desfibrilación es adecuada la utilización de antiarritmicos.

Desfibrilación

Procedimiento de descarga:

• Identificar correctamente el ritmo y la ausencia de pulso palpable.


• Conectar el desfibrilador, asegurándose de que está en modo asincrónico (desfibrilación).
• Aplicar material conductor a las palas o tórax del paciente.
• Seleccionar la cantidad de energía a descargar.
• Cargar las palas.
• Aplicar las paletas sobre el tórax del paciente. Colocar una pala bajo la clavícula derecha y la otra por debajo y lateral a la
mamila izquierda (V4-5 del electrocardiograma), cuidando que no exista contacto sólido o líquido entre ellas. Apoyarlas
firmemente.

• Comprobar de nuevo el pulso y el ritmo del paciente en el monitor.


• Indicar al equipo de reanimación que despeje la zona y asegurarse de que lo han hecho.
• Aplicar presión firme sobre las palas.
• Disparar apretando simultáneamente el pulsador de ambas palas.
• Comprobar nuevamente el pulso y ritmo del paciente en el monitor y actúe según proceda al resultado obtenido con la
descarga.

Ritmos no desfibrilables

Asistolia

Existen pocas posibilidades de recuperar una asistolia, excepto en casos de bloqueo aurículo-ventricular (A-V) completo, bradi-
cardias extremas o si se trata de un ritmo transitorio tras una desfibrilación.

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Reanimación cardiopulmonar avanzada en adultos

La posibilidad de un diagnóstico equivocado por tratarse de una asistolia o una FV fina no debe interrumpir las compresiones y
ventilaciones para intentar la desfibrilación.

A la intubación endotraqueal (que se puede retrasar si no hay gente experta en la técnica) y el acceso venoso le seguirá la ad-
ministración de adrenalina. La atropina se administra exclusivamente en el caso que se conozca que el problema tiene un ori-
gen vagal.

Una vez cubiertos estos pasos se considerará la implantación de un marcapasos, pero únicamente en los casos en que la actividad
eléctrica (ondas P o complejos QRS ocasionales) han estado presentes recientemente. La elección del tipo de marcapasos (en-
docavitario o transcutáneo) dependerá del equipamiento y/o pericia del equipo reanimador.

Disociación electromecánica

La disociación electromecánica (DEM) implica la continuación de la actividad eléctrica del corazón sin actividad mecánica. Entre
sus principales causas cabe destacar la hipovolemia, neumotórax a tensión, taponamiento cardiaco, embolia pulmonar, sobredosis
o intoxicación por drogas, hipotermia y desequilibrio electrolítico.

Si no existe evidencia de una etiología específica, la reanimación cardiopulmonar se debería continuar con los procedimientos
habituales asociados a la intubación, establecimiento de un acceso venoso y administración de adrenalina.

Causas potencialmente reversibles

Hay que considerar las causas potenciales o los factores agravantes para los que existe un tratamiento específico durante toda
parada cardiaca.

Se debe reducir el riesgo de hipoxia asegurándose de que se ventila adecuadamente al paciente, con oxígeno al 100%. Hay que
asegurarse de que el tórax se eleva de forma adecuada y de que hay ruidos respiratorios bilaterales. Utilizando las técnicas des-
critas, comprobar meticulosamente que el tubo endotraqueal no está mal colocado en un bronquio o en el esófago.

La disociación electromecánica causada por la hipovolemia se debe normalmente a una grave hemorragia, que puede haber
sido producida por un traumatismo, sangrado gastrointestinal o ruptura de un aneurisma aórtico. El volumen intravascular se ha
de recuperar rápidamente con líquidos, además de la cirugía urgente para detener la hemorragia.

La hipercaliemia, hipocaliemia, hipocalcemia, acidosis y otros trastornos metabólicos se detectan por medio de pruebas bio-
químicas o se revelan por el historial médico del paciente, por ejemplo el fracaso renal. Un electrocardiograma (ECG) de 12 de-
rivaciones puede ser diagnóstico. Cuando hay hipercaliemia, hipocalcemia o sobredosis de antagonistas del calcio está indicado
el cloruro de calcio intravenoso.

En todo ahogamiento se ha de sospechar una hipotermia, por lo que hay que emplear un termómetro que permita la medida
de bajas temperaturas.

Un neumotórax a tensión puede ser la causa principal de una disociación electromecánica (DEM) e ir precedido de los intentos
de inserción de un catéter venoso central. El diagnóstico se hace clínicamente. Hacer una descompresión rápida por medio de
una toracocentesis con aguja y luego insertar un tubo de tórax.

Es difícil diagnosticar un taponamiento cardiaco, porque los signos típicos son la ingurgitación de las venas del cuello y la hi-
potensión, que se ven alterados por la propia parada cardiaca. La parada cardiaca tras un traumatismo torácico penetrante es
un indicador bastante fiable de taponamiento y de la necesidad de una pericardiocentesis con aguja o una toracotomía rea-
nimadora.

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Reanimación cardiopulmonar avanzada en adultos

Si no hay una historia específica, la ingestión accidental o deliberada de fármacos o sustancias tóxicas solo puede diagnosticarse
por análisis de laboratorio. Hay que utilizar los antídotos apropiados siempre que estén disponibles, pero en la mayoría de los
casos el tratamiento es sintomático.

La causa más común de una obstrucción circulatoria tromboembólica o mecánica es una embolia pulmonar masiva. Si se cree
que la parada cardiaca ha sido provocada por una embolia pulmonar, considerar la posibilidad de administrar de inmediato un
fármaco trombolítico.

Optimizar las medidas de soporte ventilatorio y circulatorio

Control de la vía aérea

Determinados dispositivos ayudarán a la extracción de cuerpos extraños sólidos, vómitos, sangre, secreciones, etc. Así se podrá
disponer de pinzas especiales, aspiradores, sondas de aspiración traqueal, etc.

La correcta colocación de vías orofaríngeas permitirá poder abandonar la tracción del mentón, pudiendo mantener la apertura
de la vía aérea con la sola extensión de la cabeza. Otros dispositivos como la cánula de Safar, el obturador esofágico, etc., han
sido clasificados como “posiblemente útiles”.

Los dispositivos de intubación a ciegas (Combitube® y PTL®) no son cuestionados en el medio extrahospitalario, si bien necesitan
un adecuado entrenamiento y su empleo no carece de algunos problemas. Su principio de funcionamiento se basa en un doble
tubo con un balón distal que hinchado ocluirá el esófago o la tráquea (dependiendo de donde haya quedado alojado el tubo) y
un balón proximal que obturará la faringe. Tras la comprobación de por cuál de los dos tubos que salen por la boca del paciente
se consigue hinchar el tórax se procede a ventilar por él.

Intubación endotraqueal

Es el método de elección para el aislamiento definitivo de la vía aérea. Los intentos de intubación no han de interrumpir las ma-
niobras de reanimación por más de quince segundos, lo que será controlado por el director de la reanimación (por ello debe re-
trasarse si no se es un experto). Una vez intubada la tráquea no es necesario mantener el sincronismo entre las ventilaciones y
las compresiones.

La intubación endotraqueal consiste en la colocación de un tubo en el interior de la tráquea para facilitar el aislamiento de la vía
aérea y la ventilación artificial del paciente. El éxito de la intubación depende esencialmente de los pasos previos de preparación
del material necesario.

Material necesario

• Tubo endotraqueal: existen diferentes tipos (anillado, con balón de alta o baja presión, etc.) y diversos calibres, siendo los
más utilizados en adultos los números 8-8,5 en varones y 7,5-8 en mujeres. Siempre deberá estar preparado un tubo de ta-
maño inmediatamente superior e inferior para variaciones individuales.

• Conexiones: el extremo de la salida del balón de ventilación no se acopla directamente al tubo endotraqueal, así que es
imprescindible tener un sistema de conexión que permita adaptar ambos elementos.

• Laringoscopio: está compuesto de mango y palas intercambiables en las que se ubica el foco de luz para la visualización de
la vía aérea. Las hay rectas y curvas y dentro de estos modelos diferentes tamaños.

• Jeringuillas: utilizadas únicamente para la insuflación del balón distal.


• Balón de ventilación autohinchable.
• Fuente de oxígeno.
28
Reanimación cardiopulmonar (RCP) básica y avanzada del adulto
Reanimación cardiopulmonar avanzada en adultos

• Aspirador de secreciones con sondas rígidas y flexibles.


• Pinzas de Magill: debido a su especial configuración permiten dirigir la punta del tubo sin ocupar espacio.
• Fiador: se trata de una guía maleable que introducida en el tubo, permite dar forma y rigidez a este, y así poder dirigirlo
mejor. Nunca debe sobresalir por el extremo distal del tubo.

• Elementos de fijación: tras verificar su correcta colocación mediante auscultación pulmonar se fijará para evitar su despla-
zamiento o extracción involuntaria.

Ventilación artificial

El uso de una simple mascarilla de bolsillo supone ya una mejora en el método de ventilación con aire espirado al proporcionar
un cierre efectivo alrededor de la entrada de la vía aérea de la víctima, lo que evita el contacto físico de los métodos boca-boca
y disponiendo de una salida adicional del aire espirado.

La bolsa autohinchable con válvula unidireccional ajustada a mascarilla es el método más eficaz, sin embargo precisa de entre-
namiento y experiencia para poder ajustar la mascarilla de forma adecuada a la cara del paciente. Permite el enriquecimiento de
oxígeno a través de la entrada que posee, pudiéndose alcanzar concentraciones próximas al 100% si se dispone de bolsa reser-
vorio. Cuando este sistema se ajusta sobre un tubo endotraqueal es cuando alcanza su máxima eficacia.

Otros sistemas de ventilación artificial como respiradores ciclados a presión o volumen, ventilación a alta frecuencia, etc., son
sistemas reservados al empleo de personal especializado y no se recomienda utilizarlos sin experiencia en su manejo.

Soporte circulatorio

La compresión cardiaca externa debe ser mantenida igual que para la reanimación básica, a un ritmo de 30:2 con respecto a la
ventilación y a una frecuencia de 100 compresiones por minuto.

Una vez efectuado el aislamiento de la vía aérea mediante intubación endotraqueal la relación compresión/ventilación no ha de
mantener la sincronía ventilación-masaje. La ventilación asincrónica puede contribuir a aumentar la presión intratorácica y, por
tanto, a la mayor eficacia del masaje (bomba mixta cardiaca-torácica).

No está indicado el empleo sistemático del cardiocompresor me-


© Cedida por los autores

cánico, ya que no aporta grandes ventajas y sí alta incidencia de


complicaciones. La más frecuente es la suspensión de las manio-
bras de RCP por tiempo prolongado durante su colocación, así
como el desplazamiento del punto de masaje. Tiene que quedar
reservado para la utilización en adultos, en caso de insuficiente
número de reanimadores, o por agotamiento de estos en una re-
animación prolongada o donación de órgano en asistolia.

Dispositivos de RCP con compresión-descompresión


activa

Se consigue con un dispositivo manual equipado con una ven-


tosa para elevar la zona anterior del tórax activamente durante
la descompresión. La disminución de la presión intratorácica du-
rante la fase de descompresión aumenta el retorno venoso al co-
razón e incrementa el gasto cardiaco y, por lo tanto, la presión
de perfusión coronaria y cerebral durante la fase de compresión
Imagen 3 / Dispositivo de RCP
(Imagen 3).

29
Reanimación cardiopulmonar (RCP) básica y avanzada del adulto
Reanimación cardiopulmonar avanzada en adultos

RCP con el sistema para parada cardiaca de la Universidad de Lund (LUCAS)

El dispositivo LUCAS es movido por gas y comprime el esternón por medio de una ventosa para la descompresión activa. El
LUCAS permite la realización de compresiones continuas durante el traslado y la desfibrilación. La RCP con pistón mecánico o
LUCAS puede ser especialmente útil cuando se requiera una RCP prolongada; esto puede darse durante el traslado hasta el hos-
pital o tras una parada cardiaca posterior a una hipotermia o envenenamiento (Imagen 4).

RCP con banda distribuidora de carga o RCP con chaleco

La banda distribuidora de carga es un dispositivo de compresión torácica circunferencial compuesto por una banda compresora
neumática y un tablero dorsal (Imagen 5).
© Cedida por los autores

© Cedida por los autores

Imagen 4 / RCP con dispositivo LUCAS Imagen 5 / RCP con chaleco

Fármacos y fluidos

Las recomendaciones aparecidas en 1992 clasificaron a los materiales en recomendables y posiblemente útiles; y las medicaciones,
como de eficacia probada, eficacia posible y perjudicial, por lo que cabe ceñirse a ellas en este apartado (Tabla 2).

Es necesario proceder a canalizar lo antes posible una vía venosa. La punción de una vía periférica es la forma más fácil, rápida
y accesible de abordaje del sistema vascular; es esta la elección inicial en la reanimación por presentar menor incidencia de com-
plicaciones graves, entorpecer menos el resto de las maniobras, y ser eficaces al igual que las vías centrales. Se utilizarán angio-
catéteres de cánula corta y grueso calibre que permiten la infusión de grandes volúmenes. Es de elección la vena cefálica por su
alto flujo, debiendo reservarse la vena basílica para alcanzar una posición central.

Las venas de extremidades inferiores no deben utilizarse en reanimación, ya que el flujo sanguíneo por debajo del diafragma es
casi nulo.

La medicación administrada por vía periférica tendrá que ser impelida con una embolada de suero de al menos 20 ml para fa-
vorecer su entrada en la circulación.

30
Reanimación cardiopulmonar (RCP) básica y avanzada del adulto
Reanimación cardiopulmonar avanzada en adultos

Tabla 2. Clasificación de los fármacos

Clase I: fármacos de eficacia probada y de uso indiscutible en las situaciones para las que están indicadas

Clase IIa: “probablemente útiles” pero para los que existen otras alternativas terapéuticas

Clase IIb: “posiblemente útiles” y se aplican por el beneficio de la duda


Clase III: no útiles o perjudiciales en el contexto de la parada y no deben, por tanto, ser utilizadas

La fluidoterapia en el contexto de la RCP cumple tres cometidos fundamentales:

• Ser vehículo para la administración de líquidos y fármacos.


• Corrección de alteraciones hidroelectrolíticas.
• Expansión del volumen plasmático.
Para cumplir estos objetivos se emplearán soluciones electrolíticas (suero fisiológico, Ringer Lactato, etc.), coloides (Macrodex®,
Rheomacrodex®, Hemo C™, etc.), sangre y derivados.

No se recomienda la utilización de soluciones glucosadas (clase III) por las complicaciones neurológicas que de su uso pueden
derivarse.

Vías alternativas de administración

Mientras se consigue cateterizar una vía venosa, no debe demorarse la admi-


© Cedida por los autores

nistración de fármacos. Si el paciente está intubado, podría procederse a la


misma a través del tubo, ya que la vía endotraqueal se ha mostrado útil para la
administración de drogas como adrenalina, atropina, lidocaína y naloxona. Se
considera una vía de tercera línea, ya que la farmacocinética se ve alterada por
variables adicionales e incontrolables como atelectasia, edema pulmonar y en
el caso de adrenalina por la vasoconstricción local que ella misma origina; por
tanto, se recomienda usarlas a doble o triple dosis, diluidas en 10 ml de suero
salino isotónico y lo más profundamente posible para posteriormente ventilar
con el balón de reanimación varias veces y facilitar su distribución.

La vía intraósea es la segunda alternativa durante la reanimación cuando no se


consigue un acceso venoso rápido, por delante de la vía traqueal. Es una vía
útil que permite una rapidez de acción similar a la de la vía venosa periférica,
permite la administración de cualquier tipo de fármacos y líquidos, si bien debe
considerarse una vía temporal, mientras se obtiene una cceso vascular. Esta téc-
nica de enfermería consiste en puncionar con una aguja especial intraósea o
en su defecto de punción lumbar de 16-18 G, introduciéndola perpendicular- Imagen 6 / Vía intraósea
mente en la creta ilíaca, el esternón y la tibia distal. Son contraindicaciones
para su utilización la celulitis u osteomielitis en el lugar de inserción, fractura
en la extremidad y osteoporosis. Entre sus complicaciones la más frecuente es la extravasación de líquidos, de medicamentos o
de ambos como resultado de una mala técnica (Imagen 6).

Fármacos esenciales

Oxígeno (clase I)

Se ha de administrar desde el primer momento, a la más alta concentración posible.

31
Reanimación cardiopulmonar (RCP) básica y avanzada del adulto
Reanimación cardiopulmonar avanzada en adultos

Adrenalina (clase IIa y en paradas prolongadas IIb)

Determinados estudios han demostrado que es necesaria una presión aórtica determinada (mayor de 40 mmHg) como requisito
previo para una reanimación eficaz, valor virtualmente imposible de alcanzar por la sola compresión torácica externa, siendo la
adrenalina un adyuvante esencial por sus acciones alfa y beta adrenérgicas, por lo que la en el contexto de la RCP (fibrilación
ventricular, taquicardia ventricular sin pulso, asistolia y disociación electromecánica) incrementa la presión de perfusión de los
órganos vitales, tiene efectos inotropo y cronotropo positivos (aumentan la contractilidad y frecuencia cardiaca respectivamente)
y aumenta la excitabilidad miocárdica.

• Dosis:
- Vía intravascular (intravenosa o intraósea): 10 microgramos/kg.
- Vía intra-traqueal (IT): 30 microgramos/kg.
- En asistolias prolongadas (más de 10 minutos) las dosis serán de 5 mg en bolo.

• Presentación: ampollas de 1 mg en 1 cc (dilución 1:1.000).


Atropina (clase IIa)

Con acción parasimpaticolítica, reduce el tono vagal a nivel cardiaco y, por tanto, acelera el ritmo de descarga del nódulo sinusal
y mejora la conducción aurículo-ventricular. Está indicada en bradicardia sintomática, bloqueo aurículo-ventricular y su uso ya
no es estandarizado y debe reservarse exclusivamente para etiologías vagales.

• Dosis: para que su acción vagolítica sea completa se necesitan dosis totales de 0,04 mg/kg habiendo diversas pautas de ad-
ministración:
- 3 mg en bolo una sola vez durante la reanimación.
- 1 mg/3-5 minutos (hasta 3 mg en total).
- 1 mg en bolo repitiendo nueva dosis a los 5 min. si es necesaria.

• Presentación: ampollas de 1 cc con 1 mg.


Amiodarona (clase II b)

Agente antiarrítmico de elección en el tratamiento de complejos ventriculares prematuros (CVP) y para evitar su progresión a ta-
quicardia ventricular (TV) o fibrilación ventricular (FV).

La amiodarona actúa disminuyendo el automatismo sinusal, enlenteciendo la conducción sinoauricuar, auricular y auriculoven-
tricular. Por ello puede estar indicada (IIb) en todo tipo de taquiarritmias e incluso en fibrilación ventricular. Puede usarse como
primera elección en FV y TV refractarias a la disfibrilación.

• Dosis: en PCR por taquicardia ventricular o fibrilación ventricular, la dosis inicial es de 300 mg en 5-15 min y se puede
repetir dosis de 150 mg en caso de recurrencia de la TV y FV seguido de una perfusión de 1 mg/min en 6 horas y luego de
0,5 mg/min hasta un máximo de 2 g.

• Presentación: ampollas de 3 ml, 150 mg.


Lidocaína (clase IIb)

En la FV establecida, y debido a que incrementa el umbral de la desfibrilación, no debe iniciarse el uso de fármacos antiarrítmicos
hasta que hayan fracasado tres ciclos de desfibrilación eléctrica -adrenalina- 10 secuencias compresión/ventilación. Nuevamente
se hace énfasis en que la lidocaína aislada no es capaz de convertir la FV en ritmo estable, por lo que se debe utilizar en combi-
nación con intentos de desfibrilación eléctrica y si resulta ineficaz ha de ser sustituida por otro antiarrítmico.

• Dosis: se comienza con 1,5 mg/kg de peso que puede repetirse una sola vez si persiste la arritmia. Una vez revertida
la FV, se instaurará una perfusión continua a un ritmo de 2 mg/min (equivale a 2 g = 40 cc de lidocaína al 5% en 500
cc de suero fisiológico pasando a 30 ml/h).
• Presentación: ampollas de 50 ml al 5% (50 mg/ml).

32
Reanimación cardiopulmonar (RCP) básica y avanzada del adulto
Reanimación cardiopulmonar avanzada en adultos

Bicarbonato sódico (en el contexto de la PCR, incluso clase III)

La acidosis es inevitable durante la PCR prolongada. Esta ocasiona vasodilatación, depresión miocárdica, bloqueo de la conduc-
ción y disminución del umbral de fibrilación.

La hiperventilación controlada debe ser la primera medida para contrarrestar la acidosis. Tradicionalmente se utilizaba con dosis “a
ciegas” y tras una parada de 2-5 minutos como mínimo. Actualmente no se considera necesaria la terapéutica amortiguadora durante
los primeros 10 minutos de parada a menos que se sospeche acidosis preexistente y haciéndolo bajo control gasométrico.

• Dosis: dependerá del déficit de bicarbonato calculado en la gasometría arterial del paciente. No obstante, si su empleo está
indicado, se suele administrar a razón de 1 mEq/kg peso. Nunca como perfusión continua. Tiene que administrarse por vía
diferente a otros fármacos ya que puede inactivarlos, especialmente la dernalina.

• Presentación: la pautada en reanimación es la solución 1 molar (envases de 250 cc); la presentación 1/6 molar no está in-
dicada en RCP.

33
Unidad 2
Soportes avanzados en RCP

4. Mantenimiento de la vía aérea y ventilación

5. Fármacos y sus vías de administración

6. Soporte circulatorio

7. Tratamientos eléctricos: desfibriladores externos automáticos, desfibrilación, cardioversión y


marcapasos
4
Mantenimiento de la vía aérea y ventilación

Introducción

Resulta obvio que el oxígeno es imprescindible para la vida. Tanto es así que el organismo no está adaptado para resistir largos
periodos de tiempo sin su aporte. Es necesario, mediante la captación de aire ambiental, extraer de este el oxígeno para trans-
portarlo hacia las células que, a su vez, eliminan dióxido de carbono. A este proceso se le denomina “intercambio gaseoso” y en
él van a intervenir las estructuras anatómicas que componen el sistema respiratorio (vías aéreas de conducción y pulmones) y
del sistema circulatorio (vasos pulmonares y capilares pulmonares), de manera que en el intercambio intervendrán tanto la ven-
tilación, que suministra el aire ambiental necesario hacia los alveolos y elimina el dióxido de carbono hacia el exterior, como la
perfusión, que aporta la sangre necesaria para distribuir el oxígeno captado hacia las células y eliminar el dióxido de carbono.
Entre ambos se produce el fenómeno de difusión, que permite el paso de los gases entre la membrana alveolo-capilar.

Cuando uno de los sistemas mencionados anteriormente, o ambos a la vez, se ven afectados hasta el punto de dejar de funcionar,
se está frente a una parada respiratoria o cardiorrespiratoria (PCR).

En general, se describen como sus causas las que afectan a la ventilación y/o a la perfusión y que a continuación se describen:

• Ventilación:
- Alteración en la captación de oxígeno.
- Disminución de la concentración de oxígeno en el aire (inmersión en líquidos, inhalación de gases).
- Obstrucción de la vía aérea.
- Aquellas patologías que cursan con hipoventilación o apnea.

• Perfusión:
- Alteración en el transporte de oxígeno.
- Anemia.
- Alteraciones en la hemoglobina.
- Alteraciones cardiacas (arritmias, asistolia, infarto agudo de miocardio, etc.).
- Estados de shock (hipovolemia).
Todas estas alteraciones conllevan, en definitiva, al déficit de oxigenación tisular, siendo el cerebro el órgano que más rápidamente
se afecta. Se sabe que las reservas de oxígeno de las células se consumen en 1-2 segundos después de una isquemia súbita. A
consecuencia de esto, la energía de la célula, que se produce habitualmente de forma aeróbica, pasa a producirse mediante glu-
cólisis anaeróbica. Esta es capaz de generar energía durante 2-3 minutos pero formando ácido láctico, que origina acidosis tisular.

35
Reanimación cardiopulmonar (RCP) básica y avanzada del adulto
Mantenimiento de la vía aérea y ventilación

La acidosis producirá la desnaturalización de las proteínas y del ADN celular, formando asimismo, radicales libres que son tóxicos
y pueden lesionar la membrana celular. Todos estos factores que afectan a todas las células, en el caso del cerebro, se acompañan
de edema que dificulta la circulación cerebral.

Teniendo en cuenta lo expuesto, y considerando que las reservas de oxígeno del cerebro se acaban en unos 10-15 segundos
y la glucosa y ATP cerebral en unos 5 minutos, se considera que se disponen de unos 4 a 6 minutos para detener e intentar
revertir todo este proceso. Para conseguir este objetivo se establecen unas recomendaciones de valoración-actuación ante
situaciones de alteración de la ventilación y/o la perfusión mediante el soporte vital básico (SVB) y el soporte vital avanzado
(SVA).

Recomendaciones en resucitación cardiopulmonar básica

El principal objetivo de estas recomendaciones es restablecer la oxigenación del paciente hasta que equipos especializados co-
miencen el SVA.

Para cumplir este objetivo se seguían, hasta hace unos años, los protocolos sugeridos por la American Heart Association (AHA).
Desde el año 1992, el European Resucitation Council (ERC) elabora sus propias recomendaciones. La secuencia recomendada
es:

• ¿Responde? Si no responde, abrir la vía aérea.


• ¿Respira? Si no respira, iniciar masaje cardiaco y ventilación.
Se trata, pues, de una secuencia sistematizada, en la que se realizan preguntas y a cada pregunta corresponde una acción.

Hay que recordar que a los 10 o 15 segundos de anoxia cerebral se produce la inconsciencia, por lo que la pérdida de consciencia
de una persona siempre debe alarmar, siendo este el primer aspecto que se deberá evaluar.

Resulta imprescindible en cuanto a la valoración de aquellos pacientes que impresionan de gravedad, la comprobación de una
adecuada ventilación. Habrá que observar cómo son los movimientos respiratorios, la coloración de la piel, aparición de tiraje
intercostal, respiración ruidosa, etc. Es frecuente encontrar obstrucción de la vía aérea, siendo la consecuencia más habitual la
propia inconsciencia u obnubilación, en la que se produce una flacidez de los músculos de la lengua con caída de esta hacia la
hipofaringe, obstruyéndola. Otras causas son la inhalación de cuerpos extraños (frecuente en los niños), aspiración de contenido
gástrico, traumatismos, edemas y espasmos a nivel de las estructuras de la vía aérea, etc.

Por tanto, en un paciente inconsciente se dará por hecho que existe obstrucción de la vía aérea y habrá que recurrir a una serie
de técnicas para conseguir su permeabilización.

En primer lugar habrá que eliminar de la boca cualquier objeto, incluidas las prótesis dentales, que pudieran dificultar el paso
del aire. A continuación se procederá a realizar la apertura de la vía aérea con la maniobra denominada “frente-mentón”, de
forma que el aire pueda atravesar las vías respiratorias hasta los pulmones. Esta maniobra tiene unas alternativas en pacientes
traumáticos, caso en el que hay que sospechar lesiones cervicales que contraindican la hiperextensión del cuello, son el avance
de mandíbula y la “triple maniobra modificada”.

En el caso de existir un atragantamiento con obstrucción de la vía aérea, se recomienda la extracción manual del objeto, siempre
que este sea accesible. Si la persona afectada puede toser, invitarle a que lo haga, pues es el mecanismo más efectivo conocido.
Si no puede toser, se procederá a alternar golpes interescapulares con la maniobra de compresión abdominal, es decir, compre-
siones en el epigastrio hasta conseguir la desobstrucción.

Esta maniobra cambia las compresiones abdominales por compresiones en el centro del tórax en caso de personas con obesidad
y mujeres embarazadas.

36
Reanimación cardiopulmonar (RCP) básica y avanzada del adulto
Mantenimiento de la vía aérea y ventilación

En cuanto a las insuflaciones, las recomendaciones indican que una vez iniciado el masaje cardiaco y realizando la hiperextensión
cervical de la víctima, se aplicarán los labios sobre los de esta y, taponando los orificios nasales, se harán dos insuflaciones. Una
vez dadas, y en caso de existencia de pulso, se continuarán realizando ventilaciones a razón de unas 10-12 por minuto (una cada
5-6 segundos). Dichas insuflaciones tendrán una duración de 1 segundo. Esto se debe a que una excesiva rapidez y frecuencia
de las ventilaciones podrían provocar la desviación del aire hacia el estómago, lo cual no solo hace inútil el aire insuflado, sino
que favorecería la distensión gástrica con posibilidad de provocar el vómito. Se ha introducido una importante modificación en
lo referente al volumen de las ventilaciones pasando de los clásicos 800-1.200 ml a los actualmente recomendados 400-600 ml,
siendo la principal razón de ello la no disminución del número de compresiones cardiacas realizadas por minuto.

Las insuflaciones pueden hacerse boca-boca, boca-nariz e, incluso, boca-estoma. En algunos manuales se aconseja la técnica
boca-nariz por su efectividad y por necesitar menor extensión del cuello para su realización. Esta sería la técnica recomendada
en caso de traumatismos en la boca.

En los últimos tiempos, con la sensibilización de la población en cuanto a la transmisión de enfermedades, la realización de la
técnica del boca-boca se ha visto seriamente comprometida. Hay que señalar a este respecto que no se ha podido demostrar la
posibilidad de contagio a través de la saliva de enfermedades como el sida o la hepatitis B por la realización del boca-boca. Sin
embargo, sí que se pueden transmitir otras enfermedades de tipo respiratorio (tuberculosis) o herpes simple, por lo que incluso
a nivel de reanimación cardiopulmonar básica se recomienda, si es posible, la utilización de métodos de barrera tales como mas-
carillas de bolsillo con válvulas unidireccionales. Hay que intentar concienciar a la población explicándoles, por ejemplo, que el
70% de las paradas cardiacas o respiratorias se producen en los domicilios, siendo lo más probable que sea un familiar quien la
presencie y, por tanto, llegue a obviarse este riesgo. En cualquier caso, y ante la posibilidad de no realizar RCP por negarse a
hacer la ventilación oral, actualmente se propone como alternativa el realizar únicamente masaje cardiaco.

Es necesario recordar, por último, que mientras el aire ambiente inspirado tiene un 20-21% de oxígeno, el aire insuflado tiene un
16-18%, cantidad suficiente para mantener las necesidades básicas de cada organismo, pero si esto no se acompaña de una ade-
cuada perfusión, los esfuerzos del reanimador serán inútiles, ya que las células cerebrales sufren daños irreversibles con una per-
fusión por debajo del 30% de la normal.

Recomendaciones en reanimación cardiopulmonar avanzada

El objetivo, en este caso, no es solo la sustitución de las funciones de ventilación y perfusión que se había comentado con el SVB,
sino su optimización hasta su restablecimiento de forma espontánea.

Para conseguir estos objetivos se hace necesaria la existencia de unos equipos especializados que, con un material y unas técnicas
adecuadas, consigan el mayor aporte de oxígeno y la identificación del ritmo electrocardiográfico para la aplicación del trata-
miento específico.

Centrado en la ventilación los objetivos son:

• Asegurar una vía aérea permeable.


• Aportar oxígeno complementario.
• Instaurar ventilación con presión positiva cuando la respiración espontánea es inadecuada o está ausente.
Oxígeno

La AHA, y posteriormente el ERC en sus reuniones de Brighton (1992), Sevilla (1996) y Copenhague (1998), califican al oxígeno
como intervención terapéutica clase I, es decir, de máxima utilidad, indicado y seguro, siendo esencial su aplicación en la mayor
concentración posible (FiO2= 1).

37
Reanimación cardiopulmonar (RCP) básica y avanzada del adulto
Mantenimiento de la vía aérea y ventilación

Material de limpieza de la vía aérea

Pinzas de Magill

Son de gran utilidad para la extracción de cuerpos extraños a nivel de vía aérea superior y como ayuda en caso de intubaciones
endotraqueales difíciles.

Aspiradores de secreciones

Es muy habitual que en una parada respiratoria o cardiorrespiratoria se encuentren fluidos (sangre, secreciones, vómito, etc.)
que pueden obstruir la vía aérea superior y que dificultan, llegado el caso, la intubación endotraqueal. Entonces lo más indicado
es la utilización de aspiración con sondas rígidas (Yankauer) o flexibles de diferentes tamaños para poder introducirlas a través
del tubo endotraqueal. Dichos aspiradores deben llegar a una presión máxima de 300 mmHg con posibilidad de regulación aun-
que, en caso de aspiración endotraqueal, no se sobrepasarán los 100 mmHg, empleando 5 a 10 segundos como máximo para
no prolongar el tiempo de apnea. La técnica se realizará introduciendo la sonda sin aspirar para no eliminar el oxígeno residual
existente en la vía respiratoria y una vez introducida se realiza aspiración intermitente mientras se retira.

Dispositivos de ayuda a la ventilación y apertura de la vía aérea

Cánula orofaríngea

También denominado tubo de Guedel, tiene forma curva para adaptarse al paladar y conseguir que la lengua no se desplace
hacia atrás. La elección de un tamaño adecuado es de gran importancia, así como el realizar la técnica de inserción correctamente,
ya que de lo contrario se podrían provocar lesiones o la obstrucción al desplazar la lengua hacia atrás. La técnica de colocación
es diferente en lactantes y niños pequeños debido al riesgo de lesionar el paladar blando.

Esta cánula solo se debe utilizar en caso de pacientes inconscientes o con el reflejo del vómito abolido, ya que en caso contrario
puede provocar náuseas y/o vómitos.

Tubo en S

El tubo en S o de Safar es un dispositivo antiguo que dejó de utilizarse y que actualmente vuelve a tener cierta vigencia al ser em-
pleado como mecanismo de barrera para la ventilación. Su forma se asemeja a la de dos cánulas de Guedel unidas por la base.

Tubo nasofaríngeo

Es un tubo blando de unos 15 cm que se introduce por la nariz hasta la faringe. Es mejor tolerado que la cánula orofaríngea por
pacientes con déficit de consciencia. Se usa cuando no se puede abrir la boca del paciente. Su colocación es más difícil que los
anteriores dispositivos, pudiendo provocar vómito y hemorragia nasal. Actualmente no suele usarse al haber sido sustituido por
los tubos endotraqueales.

Tubo endotraqueal

Esta técnica, según la clasificación de intervenciones terapéuticas establecidas en la Conferencia de Dallas, es considerada clase
I (eficacia probada, útil e indicada), si bien se recomienda actualmente retrasarla si el reanimador no es experto en su realización.
Por lo tanto, la intubación traqueal es la técnica recomendada para el control de la vía aérea, permitiendo su apertura y aislamiento
definitivos. Con ella se facilita la ventilación mecánica con altas dosis de oxígeno. También se puede administrar medicación en-
dotraqueal (en la actualidad se prefiere en cualquier caso la vía periférica y la intraósea) y aspirar secreciones bronquiales. Puede
ser interesante el uso de temporizadores para laringoscopio, que avisen del tiempo transcurrido desde el inicio de la intubación
y cuando se exceda.

38
Reanimación cardiopulmonar (RCP) básica y avanzada del adulto
Mantenimiento de la vía aérea y ventilación

Se indica en:

• Parada cardiorrespiratoria.
• Pacientes con hipoxia y/o hipercapnia agudas.
• Pacientes con presión intracraneal elevada.
• Pacientes con problemas ventilatorios: traumatismos torácicos, inconsciencia aguda, etc.
Se realizará con especial cuidado en pacientes politraumatizados, evitando hiperextender el cuello y suspender la ventilación
durante más de 20 segundos a fin de no provocar hipoxia por intentos infructuosos repetidos. Tradicionalmente se han conside-
rado algunas maniobras para ayudarse en la visualización de la glotis, como es la de Sellick, consistente en presionar sobre el
cartílago cricoides. En la actualidad no está claro su beneficio.

Para visualizar la apertura glótica se utiliza el laringoscopio con pala recta o curva con sus respectivas indicaciones de uso o dis-
positivos sustitutivos del laringoscopio.

Los tubos tienen diversos tamaños tanto en diámetro como en longitud, siendo recomendados en los adultos los de numeración
7 a 8 mm para las mujeres y los de 8 a 8,5 mm para los varones. En el caso de niños se usan tubos desde 6,5 mm hacia abajo, de-
pendiendo de su edad. Los utilizados actualmente tienen un manguito para conseguir una buena obturación de la tráquea. En
el caso de los niños menores de 6 años los tubos no deben tener manguito para evitar lesiones en el cartílago cricoides.

Dicho manguito se insufla, con 5 a 10 cc de aire, para conseguir


© Cedida por los autores

neumotaponamiento traqueal. La presión provocada por el ta-


ponamiento sobre la tráquea nunca será superior a 25 cm de
H2O (recordar que la presión de perfusión de la mucosa traqueal
es de aproximadamente 40 cm de H2O y valores por encima de
esta producirían isquemia).

Se recomienda la intubación nasotraqueal en casos en los que


no es recomendable la movilización del cuello (pacientes poli-
traumatizados), en aquellos en los que no se puede abrir la boca
o en pacientes conscientes que necesitan intubación

Una vez que el tubo endotraqueal está situado en el lugar apro-


piado protegiendo las vías respiratorias, y en el caso de tener que
realizar compresiones torácicas, no es necesario que estas se sin- Imagen 1 / Material de ayuda a la ventilación
cronicen con las ventilaciones (Imagen 1).

Alternativas a la intubación endotraqueal

Aunque la intubación endotraqueal es la técnica recomendada para el control de la vía aérea, se han buscado alternativas en este as-
pecto debido fundamentalmente a dos motivos: por un lado la existencia de problemas legales, ya que en algunos países esta técnica
solo está permitida a personal médico; por otro para simplificar la técnica de forma que no sea necesario visualizar la laringe. Estas
alternativas ofrecen dispositivos que terapéuticamente se califican como IIb (posiblemente útil, probablemente no perjudicial) y son:

• Obturador esofágico: dispositivo cuyo fundamento es sellar el esófago para evitar la derivación de aire a vía digestiva y
forzando su entrada a vía respiratoria. Este método puede presentar diversas complicaciones como son traumatismos en
el esófago o tráquea, introducción en la tráquea por lo que el aire pasará al estómago, mal sellado de la mascarilla con
escape de aire, provocación de náuseas y vómito, etc. No debe emplearse en menores de 16 años ni dejarlo colocado más
de dos horas. Estas complicaciones hacen que sea una técnica en desuso.

• Vía aérea faringo-traqueal (PTL Airway®): una modificación a la técnica anterior es el dispositivo faringotraqueal, consis-
tente en un tubo con su extremo distal abierto, pudiendo insuflar aire a través de él en caso de introducirlo en la tráquea;

39
Reanimación cardiopulmonar (RCP) básica y avanzada del adulto
Mantenimiento de la vía aérea y ventilación

su extremo proximal termina en dos tubos, pudiendo insu-

© Cedida por los autores


flar el aire por uno u otro según donde se encuentre intro-
ducido el extremo distal. Tiene un balón faríngeo que
impide la salida del aire (Imagen 2).

• Dispositivo esofagotraqueal (Combitube®): tubo de doble


luz que se inserta a ciegas. Puede penetrar en el esófago o
en la tráquea, por lo que se ventila por la luz que propor-
cione expansión pulmonar. Un balón proximal grande que
llena la orofaringe sella la vía aérea. Posteriormente se hin-
cha el balón distal, que actúa como obturador si se encuen-
tra en el esófago; en caso de encontrarse en la tráquea
actuaría como un tubo endotraqueal.

• Este tubo intenta corregir parte de las complicaciones pre-


sentadas por el obturador esofágico en cuanto a la intuba- Imagen 2 / Dispositivo faringotraqueal
ción traqueal inadvertida y al defectuoso sellado de la
mascarilla facial. Posibilita la aspiración gástrica a través de
una de sus luces. © DAE

• Aunque los recientes estudios realizados con este método


hasta ahora demuestran una correcta ventilación con pocas
complicaciones, todavía no se recomienda su difusión.

• Mascarilla laríngea (LMA): es un tubo parecido al endotra-


queal cuyo extremo distal es una mascarilla pequeña hin-
chable que se acopla en la faringe aislando la orofaringe y
el esófago, permitiendo así el paso del aíre hacia la tráquea
(Imagen 3).

• Sus complicaciones se derivan de una mala colocación o


posibles desplazamientos.

• Con esta técnica se vienen obteniendo excelentes resultados


y se emplea profusamente en áreas de anestesia; en la actua- Imagen 3 / Mascarilla laríngea
lidad se evalúa su utilización en urgencias extrahospitalarias.

Punción cricotiroidea

Es una medida temporal de urgencia para administrar oxígeno en caso de no poder desobstruir la vía aérea por otro procedimiento.

Esta técnica consiste en puncionar el espacio situado entre el cartílago cricoides y el tiroides, puede realizarse mediante unos set
que llevan el material adecuado para realizar la punción y ventilar, o bien se podrá recurrir a efectuar la punción con un catéter
de grueso calibre. Sus principales complicaciones son la hemorragia y la perforación del esófago. Hay que tener presente que,
aunque se pueda aportar oxígeno de forma apropiada, la eliminación de carbónico es insuficiente.

Dispositivos de ventilación

En el SVB, después de la apertura de la vía aérea y la eliminación de cuerpos extraños, se realizarán insuflaciones aportando entre
400 a 600 ml de aire espirado (16-18% de O2) en 1 segundo.

La combinación de dispositivos de apertura de vía aérea, junto con otros de ventilación que seguidamente se muestran, trata de
facilitar y mejorar la técnica de la ventilación.

40
Reanimación cardiopulmonar (RCP) básica y avanzada del adulto
Mantenimiento de la vía aérea y ventilación

Ventilación boca-mascarilla

La mascarilla evita el contacto directo con la boca o nariz de la víctima. Pueden tener válvula unidireccional que evita la aspiración
por parte del reanimador del aire expirado por la víctima. Algunos modelos tienen una conexión para entrada de oxígeno con
lo que la concentración de éste aumenta (50% con O2 a 15 l/min).

Las hay de diferentes tamaños para ajustarse adecuadamente a la cara según el tamaño de la víctima y han de ser transparentes
para detectar si se produce vómito. Suelen ser triangulares para abarcar boca y nariz, y en menores de 6 meses se recomiendan
mascarillas circulares.

Balones de reanimación

Consisten en un balón autohinchable con válvula unidireccional

© Cedida por los autores


que se puede conectar a una mascarilla o al tubo endotraqueal,
con una capacidad de 1.600 a 2.000 ml para adultos (Imagen 4),
de 500 ml para niños y de 250 ml para lactantes.

Se puede conectar a una fuente de oxígeno con lo que aportarían


concentraciones del 50-60% y a una bolsa reservorio con lo que
se aproximaría al 100%.

Actualmente, y debido a las fugas que hacen que disminuya la


cantidad de aire con la que se ventila, se recomienda su utiliza-
ción entre dos personas, una que aplica la mascarilla y tracciona
la cabeza de la víctima para mantener la vía aérea abierta y otra
que comprime el balón. En el caso de usar el balón en pacientes
intubados la efectividad es mayor, por lo que se recomienda re-
alizar la intubación lo antes posible, dejando la utilización del Imagen 4 / Balón de reanimación para adultos
balón con mascarilla como paso previo y transitorio.

Si es empleado por un único reanimador, debe sellar la mascarilla sobre la cara de la víctima con el índice y pulgar de la mano
izquierda, mientras con el resto de los dedos se tracciona la mandíbula; con la otra mano se comprime el balón.

Respiradores mecánicos

Con ellos se consiguen las ventilaciones más eficaces al poder seleccionar parámetros como la frecuencia, el volumen y la con-
centración de oxígeno. Para ello es necesario intubar previamente a la víctima conectando el respirador al tubo.

Los respiradores recomendados son aquellos ciclados por volumen o tiempo. Los ciclados por presión quedan relegados al de-
pender el volumen insuflado, además de la presión preestablecida, de la resistencia que ha de vencer el respirador para introducir
el aire (grado de elasticidad toraco-pulmonar, calibre de las vías aéreas, etc.), lo que puede provocar súbitamente modificaciones
del volumen de ventilación.

Se recomiendan (clase I), los ventiladores automáticos transportables (VAT) para la atención extrahospitalaria y transporte tanto
extra como intrahospitalario. Estos respiradores deben reunir diversas características:

• Selección de frecuencia. Entre 10 y 20 respiraciones por minuto, dependiendo de la edad de la víctima: 15-20 resp/min en
niños y 10-15 resp/min en adultos.

• Selección de concentración de oxígeno (FiO2 0,5-1,0).

41
Reanimación cardiopulmonar (RCP) básica y avanzada del adulto
Mantenimiento de la vía aérea y ventilación

• Válvula de seguridad de la presión inspiratoria máxima (60 cm de H2O, pudiendo llegar a 80 cm de H2O).
• Selección de flujos inspiratorios máximos (30 l/min en adultos y 15 l/min en niños).
Hay que tener presente que estos dispositivos necesitan una fuente de oxígeno que podrá ser fija (tomas de gases en los centros
sanitarios) o transportable (balas de oxígeno con una autonomía suficiente). También hay que recordar que no se recomienda
su utilización en menores de 5 años.

Los respiradores automáticos van a permitir, ante un escaso número de reanimadores, poder realizar otras tareas (canalización
de vía venosa, compresiones torácicas, etc.). A pesar de esto, es necesario vigilar la efectividad de las ventilaciones y la evolución
del paciente.

42
5
Fármacos y sus vías de administración

Introducción

Desde la introducción de las modernas técnicas de resucitación cardiopulmonar (RPC), se planteó la necesidad de una actuación
y enseñanza homogénea. Consecuencia de ello fueron las primeras recomendaciones de consenso americano en 1966, actuali-
zadas en 1973, 1985 y 1992 en Dallas por la American Heart Association (AHA). El European Resuscitation Council (ERC), constituido
en 1990, elaboró paralelamente al AHA unas recomendaciones para el soporte vital básico (SVB) y avanzado (SVA), las cuales
fueron presentadas en 1992 en el Primer Congreso Científico del ERC en Brighton (Inglaterra).

Las recomendaciones del ERC responden a la necesidad de revisar las normas previamente existentes a partir de los fundamentos
científicos más recientes. En el SVA se proponen unos algoritmos más simples, con muchos elementos comunes para una me-
morización y puesta en práctica más fácil. También se limitan las medidas terapéuticas a las de eficacia más contrastada mediante
experiencia científica y clasificadas como:

• Clase I: opción terapéutica totalmente recomendada y, asimismo, considerada efectiva.


• Clase II: opción terapéutica aceptable, con posible eficacia, pero sin consenso en su utilidad.
• Clase IIa: existen evidencias a favor de su eficacia y seguridad, probablemente no dañino.
• Clase II b: hay evidencias no claras de su eficacia y seguridad, puede ser perjudicial.
• Clase III: opción terapéutica inadecuada, de utilidad no probada y que puede ser perjudicial.
Debido a esta clasificación y a que el paro cardiaco (cese de la actividad mecánica del corazón, confirmada por la ausencia de
pulso detectable, pérdida de consciencia y apnea) puede estar asociado a uno de los siguientes ritmos cardiacos: fibrilación ven-
tricular, taquicardia ventricular sin pulso, asistolia y disociación electromecánica. El tratamiento se centra en la corrección me-
diante shock eléctrico de ese ritmo, si ello es posible, y en la utilización sistemática de adrenalina, específicamente atropina y
antiarritmicos, así como agentes alcalinizantes en circunstancias muy concretas.

Administración de fármacos

En todas las recomendaciones de SVA figura como paso importante la necesidad de disponer de la forma más rápida posible de
una vía de administración de drogas y fluidos.

43
Reanimación cardiopulmonar (RCP) básica y avanzada del adulto
Fármacos y sus vías de administración

La elección de la vía de acceso es uno de los continuos objetivos de la investigación actual. A pesar de este interés no se ha con-
seguido demostrar diferencias significativas entre diversas vías de abordaje.

No se discuten las ventajas de las vías venosas centrales o periféricas, pero la necesidad de alcanzar la máxima rapidez y eficacia
en situaciones de urgencia, obligan a mantener una serie de vías alternativas de utilidad mientras se logra ese acceso vascular. La
vía endotraqueal se ha demostrado eficaz para drogas como adrenalina, atropina, naloxona, lidocaína, etc. La vía intraósea, aun-
que conocida desde antiguo, está siendo revisada nuevamente en su utilización. La vía intracardiaca en reanimación con masaje
cardiaco externo no está justificada en la actualidad por el gran número de complicaciones que se asocian a ella.

Actualmente se establece que las vías venosas periféricas por encima del nivel del diafragma son de elección inicial, debido a su
mayor sencillez, menor incidencia de complicaciones, y que no precisan suspender las maniobras de reanimación, si bien existe
un amplio debate en cuanto a la mayor bondad de las vías venosas centrales en la administración de fármacos dada la mayor ra-
pidez de distribución y de niveles de los mismos alcanzados.

En lo referente a la administración de fármacos por vía intramuscular o subcutánea, el paso de estos, desde los capilares a los tejidos
dependerá del flujo sanguíneo. En los enfermos con un bajo gasto cardiaco, la piel y los músculos están casi exangües, lo que dificulta
la incorporación y distribución del fármaco, por lo que tampoco se indica su utilidad en el entorno de la reanimación.

Vías de administración de fármacos

Pueden resumirse en las siguientes y se amplían a continuación:

• Vías venosas: periféricas y centrales.


• Vía intraósea.
• ¿Vía intratraqueal?
• Vía intracardiaca.
• Vía intramuscular.
Vías venosas

Actualmente los fines de la cateterización venosa podrían resumirse en:

• Extracciones sanguíneas:
- Diagnósticas.
- Terapéuticas (diálisis, hemofiltración, sangrías, etc.).

• Inyección de sustancias:
- Diagnósticas (contrastes, radioisótopos, etc.).
- Terapéuticas (transfusiones, cristaloides y coloides, nutrición parenteral, drogas, etc.).

• Cateterización dirigida:
- Diagnósticas (cateterismo cardiaco, angiografías selectivas, estudios hemodinámicos, etc.).
- Terapéuticas (drogas vasoactivas locales, sustancias trombolíticas, angioplastia transluminal, etc.).
La elección de una vía venosa central o periférica vendrá dada entre otras por la duración de la perfusión, tipo y cantidad de lí-
quidos a infundir, etc. Esto hace importante que se conozcan unos fundamentos acerca de la compatibilidad osmolar entre los
fármacos y los fluidos a infundir a la hora de decidir entre una vía central o periférica.

La osmolaridad de un fluido puede describirse como la atracción que este es capaz de ejercer sobre las moléculas de agua que
están separadas de él por una membrana semipermeable. El plasma humano tiene una osmolaridad de 275-295 mOsm/l. Cuando

44
Reanimación cardiopulmonar (RCP) básica y avanzada del adulto
Fármacos y sus vías de administración

la osmolaridad de un fluido es mayor de 310 mOsm/l, se dice que es hiperosmolar e hipertónico con respecto al plasma; isotónico
si se mantiene entre 270-300 mOsm/l e hipotónico con respecto al plasma si la osmolaridad es menor de 270 mOsm/l.

La inyección en el espacio intravascular de fluidos hipo-isotónicos no va a tener prácticamente repercusión sobre la osmolaridad
de este y la mínima que provoque será rápidamente compensada. Por tanto, dichas soluciones van a poder ser administradas in-
diferentemente por vía central o periférica.

La administración de fluidos hipertónicos provoca un acusado aumento de la osmolaridad plasmática, que si bien a nivel de
todo el organismo será compensado con mayor o menor facilidad en el sitio de la inyección, puede resultar lesivo para las es-
tructuras endoteliales, siendo de elección para la administración de estas soluciones hipertónicas una vía central que permita la
dilución del fluido hiperosmolar en un mayor volumen de plasma.

Técnicas IV percutáneas

• Punción venosa periférica:


- Venas del brazo.
- Venas de la pierna.
- Vena yugular externa.

• Punción venosa central:


- Vena femoral.
- Vena yugular interna.
- Vena subclavia.

Punción de vías venosas periféricas

Tan pronto como sea posible después de iniciada la reanimación, se deberá establecer una vía intravenosa periférica, pero sin
interrumpir la RCP, con el fin de expandir el volumen de sangre circulante y disponer de una vía para la administración de fár-
macos. Cuando se emplea una vía periférica en RCP, las drogas deben administrarse rápidamente en bolos, seguidos de la inyec-
ción de 20 ml de solución cristaloide y elevando la extremidad por encima del tórax.

A la hora de seleccionar una vena periférica se inspeccionarán ambos brazos y se tendrán presentes la localización adecuada,
forma y características de la vena, motivo de la venopunción y tiempo necesario de utilización.

Así, las venas antecubitales, muy visibles, no son útiles para la introducción de catéteres permanentes, pues están situadas en
zona de flexión articular; sin embargo son de elección para extracciones sanguíneas. La vena basílica es de elección para catéteres
permanentes gruesos, de alto flujo y abordaje central. Se debe comenzar puncionando las venas más distales, dejando las pro-
ximales para sucesivas punciones.

Durante las compresiones torácicas, la primera elección es una vena visible o palpable, preferentemente una vena antecubital.
La vena yugular externa es una buena segunda elección.

Punción de vías venosas centrales

Se denominan vías venosas centrales a las venas de grueso calibre que abocan en las cavas. Dada su situación en el organismo,
no perceptible a simple vista, requieren unas técnicas especiales de abordaje, directamente relacionadas con sus relaciones ana-
tómicas. Están indicadas en la administración de soluciones irritantes, situaciones de urgencia con abordaje periférico imposible,
necesidad de técnicas especiales, registro de la presión venosa central (PVC), etc.

Para la punción de vías venosas centrales se utilizarán los mismos modelos de agujas y catéteres que se verán posteriormente
(angiocatéteres, intracatéteres y catéteres insertados mediante técnicas Seldinger); actualmente se dispone de catéteres de doble
y triple luz para infusión de líquidos y sustancias que puedan presentar incompatibilidad en la administración por la misma vía.
Como desventajas hay que señalar que son mucho más rígidos, por lo que pueden lesionar e irritar más fácilmente la pared vas-

45
Reanimación cardiopulmonar (RCP) básica y avanzada del adulto
Fármacos y sus vías de administración

cular. También producen mayor éstasis venoso, factores todos ellos que favorecen la trombogénesis, lo que hace que su uso sea
limitado en el tiempo y con la menor permanencia posible. Las vías de abordaje central dignas de mención son:

• Vena yugular interna.


• Vena subclavia.
• Vena femoral.
Los intentos de canalizar la vena subclavia o yugular interna para cateterización venosa central pueden ser problemáticas durante
la RCP, debido al peligro de ocasionar neumotórax cuando se intentan estas medidas en un paciente sacudido por las compre-
siones torácicas.

Además, estas medidas pueden requerir la interrupción de la RCP en un momento en que es prioritaria la ventilación, oxigenación,
compresiones cardiacas y desfibrilación.

Como consecuencia de todo lo anteriormente visto, hay que resumir diciendo que, aunque de modo inicial el intento de canalizar
una vía central puede entorpecer la RCP, sí que se recomienda que tan pronto como sea posible, y después del restablecimiento
de la circulación espontánea, que se inserte un catéter venoso central para el registro de la PVC, administración de líquidos y
fármacos y permitir la toma de muestras para analíticas.

Influencia de dinámica de fluidos sobre el tipo de catéter utilizado

La velocidad de un líquido que atraviesa un tubo viene dada por:

• FLUJO = diámetro x viscosidad/longitud


La consecuencia que se deriva de la aplicación de esta fórmula es que al no poder modificar la viscosidad del líquido a infundir,
la máxima velocidad de inyección de un fluido a través de un catéter endovenoso se obtendrá cuanto mayor sea el calibre de
este y/o menor su longitud.

De lo anterior puede deducirse que en situaciones que requieren cuantiosos y rápidos aportes de fluidos por vía intravenosa
(IV), deberán elegirse catéteres gruesos y cortos, normalmente colocados en una vía periférica, siendo en estos casos de menor
utilidad una vía central que los requiere finos y largos.

Esencialmente hay tres tipos de cánulas intravenosas:

• Catéteres montados en aguja (angiocatéter).


• Catéter insertado a través de aguja (intracatéter).
• Catéter insertado a través de una guía metálica.
Para el tratamiento intravenoso son preferibles los catéteres plásticos a las agujas rígidas porque, además de quedar mejor fijados,
lesionan menos el endotelio vascular.

• Catéter montado en aguja (angiocatéter): la longitud del catéter está limitada por el tamaño de la aguja, por lo que suelen
ser más cortos. Son buenos para la administración de grandes cantidades de fluidos. Su longitud habitual es de 4-8 cm y los
diámetros disponibles oscilan del 14 G al 22 G (2,11 mm-0,71 mm de diámetro interno).

• Catéter insertado a través de aguja (intracatéter): con longitudes que oscilan entre 30-75 cm. Permiten el acceso a las vías
centrales en algunos casos incluso desde la periferia y suelen ser radiopacos para permitir controlar radiológicamente su
ubicación. Son útiles para la administración de fármacos en perfusión, soluciones irritantes, Nutrición Parenteral Total (NPT),
etc.

• Catéter insertado a través de guía metálica (técnica de Seldinger): catéteres de gran longitud (30-75 cm) que necesitan para
su colocación el introducir previamente una guía metálica a través de una aguja, se extrae la aguja y se deslizará el catéter
sobre la guía hasta situarlo a la profundidad deseada.

46
Reanimación cardiopulmonar (RCP) básica y avanzada del adulto
Fármacos y sus vías de administración

Vía intratraqueal

La administración de fármacos por vía intratraqueal sólo se recomienda en situaciones en las que no se dispone fácilmente de
una vía venosa; ni periférica ni intraósea.

Un fármaco instilado de esta forma se absorbe rápidamente por los alveolos (el área de absorción es de unos 70 m2), en particular
cuando el fármaco es inyectado en el interior del árbol traqueobronquial mediante una catéter largo introducido a través del
tubo endotraqueal. El efecto de esta administración indicada para todos aquellos fármacos que no producen lesión tisular (adre-
nalina, atropina, lidocaína, naloxona, etc.) es tan rápido como en la administración intravenosa. Se emplea el doble o triple de
la dosis indicada para vía intravenosa diluida en 10 ml de solución salina isotónica. No debe usarse esta vía para el bicarbonato
sódico.

Los fármacos se administran rápidamente a través de un catéter que sobrepase el extremo distal del tubo traqueal. Mientras
tanto es preciso detener las compresiones cardiacas externas y seguidamente se aplicarán varias insuflaciones pulmonares rápidas
para favorecer la absorción.

Vía intraósea

Excelente alternativa en pacientes adultos y pediátricos cuando no se dispone de la vía venosa periférica. Se trata de una vía fi-
nalmente central con flujo muy superior a las periféricas y realizada por técnica enfermera.

No existe aún acuerdo acerca de las dosis, empleándose actual-


© Cedida por los autores

mente la misma pauta que en la vía intravenosa.

Se trata de una vía útil, que permite una rapidez de acción similar
a la de las vías venosas periféricas para la administración de cual-
quier tipo de fármacos y líquidos, si bien debe ser considerada
como una vía temporal mientras se obtiene otro acceso vascular.
La técnica consiste en introducir una aguja para punción intraó-
sea o en su defecto de punción lumbar 16-18 G perpendicular-
mente 1-3 cm por debajo de la meseta tibial interna (Imágenes
1 y 2).

Vía intracardiaca
© Cedida por los autores

La inyección intracardiaca de fármacos a ciegas no está recomen-


dada durante la RCP, ya que puede producir neumotórax, lesio-
nes en las arterias coronarias y una interrupción prolongada de
las compresiones torácicas. La inyección inadvertida dentro del
músculo cardiaco y no en una cavidad puede, además, ocasionar
arritmias.

Vía intramuscular

No tiene sitio en la reanimación porque la absorción de una dosis


es imprevisible por esta vía y, por tanto, no puede ser considerada
con seguridad ni el comienzo, ni la duración de la acción farma- Imagenes 1 y 2 / Material de punción para vía intraósea
cológica.

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Reanimación cardiopulmonar (RCP) básica y avanzada del adulto
Fármacos y sus vías de administración

Características y nuevas tendencias en el uso de fármacos empleados en RCP

Simpaticomiméticos

Estos fármacos son aquellos cuyos efectos sobre las células efec-

© Cedida por los autores


toras imitan las acciones de los neurotransmisores liberados en
las terminaciones nerviosas del sistema simpático (Imagen 3).

La transmisión neurohormonal del sistema nervioso simpático


implica una serie de etapas encadenadas, al final de la cual se en-
cuentra la transmisión adrenérgica entre las terminaciones sim-
páticas post-ganglionares y los receptores de las células efectoras.
Los receptores adrenérgicos propuestos son los α, β y dopa
(Tabla1); α para los lugares de los músculos lisos donde las cate-
colaminas producen respuestas excitadoras y β para los inhibi-
dores de esa respuesta:

• Receptores α: las terminaciones α intervienen fundamen-


talmente en el control del tono vascular. Existen dos subti-
pos: α1 y α2.

• Receptores β: subdivididos en β1 y β2. Los β1 se localizan fun-


damentalmente en el corazón y aumentan su contractibilidad Imagen 3 / Transmisión en el sistema simpático y parasimpático

(inotropopositivos). La estimulación de los receptores β2 pro-


duce vasodilatación y relajación de la musculatura bronquial.

• Aunque la mayoría de los receptores adrenérgicos cardiacos son del tipo β1 actualmente se acepta que el corazón humano
posee receptores α con acción inotropopositiva y escaso efecto taquicardizante.

• Receptores dopaminérgicos: su estimulación induce vasodilatación renal, mesentérica y también de las arterias coronarias.
Los fármacos simpaticomiméticos estimularán los receptores adrenérgicos dependiendo del espectro de receptores estimulados,
de la concentración plasmática del fármaco y del número de receptores en el órgano efector. Este conjunto de factores explica
la dificultad de predecir el efecto de este fármaco.

A efectos prácticos hay que decir que los fármacos α-miméticos, por su acción constrictora arteriolar, aumentan las resistencias
periféricas y, por tanto, aumenta la postcarga y presión arterial, pudiendo disminuir el volumen minuto cardiaco; debido a su
acción venoconstrictora aumentará la precarga. Los β-miméticos no selectivos poducen taquicardia, aumento de la contractibi-
lidad y dilatación arterial (reducción de postcarga) y venosa (disminución de la precarga).

A modo de resumen, en la Tabla 2 se muestra la acción relativa de diversas catecolaminas en los receptores adrenérgicos.

Simpaticomiméticos de elección en el tratamiento del PCR

La reversión del paro cardiaco depende en gran medida del mantenimiento de una presión diastólica en la raíz aórtica de unos
40 mmHg.

Diversos estudios confirman la trascendencia de los fármacos α-miméticos y, sin embargo, no existe acuerdo sobre si deben em-
plearse drogas con acción exclusivamente α-mimética o mixtas como la adrenalina. La efectividad de la adrenalina, empíricamente
empleada en el tratamiento del paro cardiorrespiratorio, es un hecho contrastado desde finales del s. XIX.

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Reanimación cardiopulmonar (RCP) básica y avanzada del adulto
Fármacos y sus vías de administración

Está contraindicado el uso de fármacos β-miméticos dominantes en el tratamiento del PCR en ausencia de unas indicaciones es-
pecíficas (bradicardia sinusal, bloqueo A-V rebelde a la atropina, siempre como medida provisional, y en situaciones persistentes
mientras se procede a la implantación de un marcapasos).

Como se veía en los algoritmos de RCP en una primera fase de esta, únicamente estaba indicada la adrenalina y por ello hay que
centrarse en su aplicación.

Tabla 1. Efecto de la estimulación de receptores adrenérgicos postsinápticos

α β1 β2 Dopa

Vasoconstricción arteriolar: Aumento del automatismo y velo- Vasodilatación arterial. Vasodilatación:


• Coronaria (+) cidad de conducción cardiacos •
Coronaria (++) • Mesentérica
• Piel y mucosas (+++) •
Músculos esqueléticos (++) • Renal
• Músculo esquelético (++) Aumento de la contractilidad •
Pulmonar • Coronaria
• Cerebral (+) miocárdica •
Vísceras abdominales (+) • Hepática
• Pulmonar (+) •
Renal (+) • Cerebral
• Vísceras abdominales (+++) Incremento de la secreción de
• Riñón (+++) renina Venodilatación (++)

Aumento contractibilidad Relajación musculatura bronquial


cardiaca a bajas frecuencias
Incremento secreción insular
Venoconstricción sistémica pancreática

Contracción músculos pilomoto- Disminución de motilidad y tono


res gastrointestinales
Estimulación secreción glándulas
sudoríparas Estimula glucogénesis y gluconeo-
Midriasis génesis
Disminución de la motilidad y
tono gastrointestinales (α2)

Tabla 2. Acción relativa de varias catecolaminas en receptores adrenergéticos

Adrenalina Dopamina Dobutamina Isoprotenerol

α1 +++ +++ + _

α2 +++ + _ _

β1 +++ ++ +++ +++

β2 _ +++ _ _

Dopa _ +++ _ _

Adrenalina

Hormona natural sintetizada por la médula suprarrenal a partir de su precursor, la noradrenalina. Sus acciones farmacológicas
son complejas al combinar dosificación y estimulaciones α, β1 y β2. Los efectos inotropos y cronotropos inducidos por el estímulo
α1 asociados a la vasoconstricción por efecto α consiguen un incremento de la presión sistólica y diastólica durante el masaje
cardiaco. A dosis elevadas el efecto α predomina, mientras que a dosis bajas predomina el efecto β2 vasodilatador. Los efectos α
y β≤ combinados proporcionan un gasto cardiaco inicial y una presión arterial elevadas al comienzo de la reperfusión espontánea,
lo cual puede beneficiar al flujo sanguíneo cerebral y de otros órganos vitales. Los anglosajones le llaman epinefrina.

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Reanimación cardiopulmonar (RCP) básica y avanzada del adulto
Fármacos y sus vías de administración

Ante un flujo coronario comprometido (PCR o cardiopatía isquémica), el aumento de demanda metabólica como consecuencia
del aumento de la frecuencia y contractilidad puede inducir o agravar la isquemia miocárdica. A pesar de esto se le considera el
fármaco de elección en RCP al aumentar la contractilidad, el automatismo y la redistribución del flujo sanguíneo cerebral y car-
diaco. Se documenta su capacidad de transformar la fibrilación ventricular de onda fina en una de mayor amplitud (más fácil de
revertir por desfibrilación). Es el fármaco de elección en shock anafiláctico y en el tratamiento de la crisis asmática.

Dosificación recomendada actualmente

Cada 3 min se administrará 1 mg intravenoso o 3 mg diluidos en 10 ml de suero salino isotónico en caso de vía intratraqueal, lo
más profundamente posible, pero sin que hacerlo retrase las descargas eléctricas, ya que se administra fundamentalmente para
aumentar la eficacia del SVB y no para potenciar la desfibrilación.

Existen controversias al margen de los protocolos actualmente recomendados que aconsejan la utilización de la adrenalina
a altas dosis (5 mg IV-0,1 mg/kg) si la ausencia de pulso se mantiene tras la ineficacia de las dosis previamente recomendadas,
si bien las actuales recomendaciones consideran a esta dosis clase IIb, excepto en niños, ya que se establece que la dosis a
emplear depende en gran medida del tiempo de parada, del medio en que se haya producido y de la calidad del soporte
vital efectuado.

Atropina

Alcaloide cuya acción farmacológica consiste en la inhibición de la acetilcolina en los músculos lisos sensibles a esta. Puesto que
las terminaciones efectoras autónomas que utilizan la acetilcolina como mediador incluyen todas las del sistema parasimpático,
la acción de la atropina puede considerarse como parasimpaticolítico que reduce el tono vagal.

Sobre el corazón, su principal efecto es cardioacelerador por aumento del automatismo del nódulo sinusal al liberarlo de la
acción inhibitoria vagal. A esto se une la aceleración de la conducción auriculoventricular y el aumento de su automatismo.

La dosis recomendada era de 0,5 mg/70 kg de peso en vía intravenosa repetida cada 5 minutos hasta alcanzar el efecto deseado,
pero sin sobrepasar el total de 2 mg, dosis que produciría el bloqueo vagal completo.

Actualmente las recomendaciones han pasado a buscar ese efecto de total bloqueo vagal con la administración de un solo
bolo de 3 mg intravenosos de atropina, y por ello solo se debe usar con problemas vagales contrastados. La vía de adminis-
tración será la intravenosa (periférica o intraósea); si se emplea la vía intratraqueal, diluir el triple de la dosis recomendada
en 10 ml de suero salino isotónico. Se administrará cada 2-3 min 1 mg IV o 3 mg diluidos en 10 ml de suero salino isotónico
por vía IT, si bien y se ha dicho anteriormente que está en deshuso.

Fármacos antiarrítmicos

Amiodarona

Fármaco antiarrítmico que aumenta el periodo refractario en el miocardio. La conducción aurículo-ventricular se ralentiza y se
observa un efecto similar en las vías accesorias. Tiene una acción inotrópica negativa leve y causa una vasodilatación periférica
a través de un efecto alfabloqueante.

Después de tres choques iniciales, la amiodarona en FV refractaria a los choques mejora la supervivencia a corto plazo hasta
el ingreso hospitalario en comparación con placebo o lidocaína. La amiodarona también parece mejorar la respuesta a la
desfibrilación cuando se administra en humanos o animales con FV o taquicardia ventricular hemodinámicamente inestable.
No hay evidencia que determine el momento en el que se debe administrar amiodarona cuando se sigue el protocolo de un
solo choque. En los estudios clínicos hasta la fecha, la amiodarona se administró si persistía la FV/TV tras al menos tres cho-
ques. Por este motivo, y ante la falta de otros datos, se recomienda administrar amiodarona 300 mg si persiste la FV/TV tras
tres choques.

50
Reanimación cardiopulmonar (RCP) básica y avanzada del adulto
Fármacos y sus vías de administración

Indicaciones

La amiodarona está indicada en:

• FV/TV refractaria.
• Taquicardia ventricular hemodinámicamente inestable (TV) y otras taquiarritmias refractarias.
Dosis

Se considerará una dosis intravenosa inicial de 300 mg de amiodarona, diluidos en 20 ml de dextrosa al 5% (o el uso de una je-
ringuilla precargada), si persiste la FV/TV tras el tercer choque. La amiodarona puede ocasionar tromboflebitis si se inyecta en
una vena periférica; utilizar un catéter venoso central si dispone de él o, de lo contrario, una vena periférica gruesa y un flujo
abundante.

Lidocaína

Como todos los antiarritmicos es depresor cardiaco y no inocuo. Su utilización en el tratamiento de arritmias, fundamentalmente
las del infarto agudo de miocardio (IAM), data de 1960. Actúa a nivel de la membrana de la célula cardiaca interfiriendo la entrada
de Na+ a ella (el Na+ es el responsable de la despolarización del músculo cardiaco), incrementa el umbral de estimulación eléctrica
y deprime la irritabilidad cardiaca elevando el umbral de la FV, ya sea deprimiendo la conducción en las zonas isquémicas o me-
jorándola en el miocardio normal. Está indicada en el tratamiento de arritmias ventriculares y en determinadas situaciones en su
profilaxis (cateterismos, cirugía cardiaca, IAM). Tras TV o FV debe mantenerse la perfusión de lidocaína durante 24 horas.

Dosis

En su dosificación los niveles terapéuticos se encuentran entre 1,5 y 6 mg/ml, alcanzándose con la administración de un bolo de
1-2 mg/kg, seguido de una perfusión de 2-4 mg/min. La perfusión continua se prepara diluyendo 1 g de lidocaína (20 cc de li-
docaína 5%) en 250 cc de solución glucosada al 5%, proporcionando esta mezcla concentraciones de 4 mg/ml en la dilución.

Los efectos tóxicos suelen aparecer por encima de 9 mg/ml. Puede producir depresión miocárdica y circulatoria, aunque su to-
xicidad se centra sobre todo en el SNC, manifestada como somnolencia, desorientación, hipoacusia, calambres musculares, en
ocasiones gran excitación nerviosa y a veces convulsiones generalizadas.

En pautas anteriores, después del cuarto choque eléctrico en el algoritmo de la FV, se recomendaba específicamente su aplicación,
la revisión bibliográfica de su empleo, demuestra que lo que se ha hecho es extrapolar su bondad en TV y extrasistolia ventricular
a su utilidad en FV. Diversas experiencias demuestran que la energía para desfibrilar aumenta con el uso de la lidocaína, también
depende del equilibrio ácido-base; los niveles de lidocaína a dosis estándar superan los niveles terapéuticos y alcanzan niveles
tóxicos; por tanto no hay evidencia clínica del beneficio de su uso para conseguir una desfibrilación eficaz y, segundo, tiene
riesgos. Estas son las razones de haberla relegado en el seno de la parada cardiorrespiratoria producida por FV o TV. Sin embargo,
se demuestra que en el IAM en medio extrahospitalario su utilización vía IM disminuye la tasa de FV (sobre todo entre los 15
min-1 h tras su aplicación).

Agentes alcalinizantes

Bicarbonato sódico

Durante la PCR aparece acidosis respiratoria y metabólica. La acidosis atenúa las respuestas cronotropas, inotropas y vasomotoras
a las catecolaminas de gran trascendencia en la reanimación; ocasiona vasodilatación y aumenta la permeabilidad capilar, bloqueo
de la conducción y disminuye el umbral de la fibrilación. La frecuencia de la acidosis y su repercusión en el logro de una actividad
cardiaca eficaz indujo a destacar la importancia del tratamiento alcalinizante en la PCR al atenuar sus efectos. Posteriormente,
se demostró que el uso excesivo de soluciones alcalinizantes puede resultar fatal para el SNC y para la posterior evolución neu-
rológica, afirmaciones ampliamente demostradas que deben exigir prudencia en la sistemática utilización del bicarbonato durante

51
Reanimación cardiopulmonar (RCP) básica y avanzada del adulto
Fármacos y sus vías de administración

la RCP. No es necesario en paros cardiacos de corta duración o en aquellos atendidos de forma inmediata siempre que no sean
causados por una acidosis metabólica previa. Tampoco debe usarse en situaciones donde no pueda garantizarse una ventilación
adecuada (correcta eliminación del CO2). Por tanto, su utilización ha quedado relegada a paradas muy, muy prolongadas.

El bicarbonato ante su indicación en el tratamiento de la PCR debe administrarse en solución 1 molar (8,4%) en vía intravenosa,
preferiblemente central, porque en vía periférica puede provocar flebitis y su extravasación necrosis tisular. La dosis ha de esti-
marse tras determinación de gasometría arterial.

Actualmente están siendo ensayadas otras drogas alcalinizantes no liberadoras de CO2.

52
6
Soporte circulatorio

Introducción

La parada cardiaca se define como el cuadro clínico de cese completo de la circulación, siendo la ausencia de pulso en las grandes
arterias el más importante de sus signos. Pueden ser de origen primario (fibrilación ventricular -FV-, bloqueo cardiaco, shock
eléctrico) o secundario (casi siempre por asfixia o hemorragia masiva).

Independientemente de la causa de la parada cardiaca, y para evitar la muerte o lesiones cerebrales irreversibles, deben comen-
zarse inmediatamente las técnicas de reanimación cardiopulmonar (RCP).

El redescubrimiento de las compresiones cardiacas externas (2-5), su combinación con el control de la vía aérea y la ventilación artificial,
han hecho posible que cualquier persona entrenada inicie precozmente los intentos de revertir el proceso de muerte clínica.

La técnica recomendada en la circulación artificial de urgencia mediante compresiones esternales requiere, para ser eficaz y
evitar lesiones, que se presione exactamente sobre la mitad inferior del esternón. El punto de presión se identifica palpando la
base del apéndice xifoides (donde los bordes inferiores de la caja torácica se unen en la línea media), colocando a continuación
dos traveses de dedo inmediatamente por encima de este punto y el talón de la otra mano junto a esos dos dedos.

La compresión del esternón debe ser lo bastante fuerte como para producir un buen pulso artificial carotídeo o femoral, teniendo
en cuenta que la fuerza del pulso artificial no refleja necesariamente el grado de flujo sanguíneo (como mínimo de 5 cm y como
máximo 6 cm). Las compresiones esternales tienen que ser regulares, uniformes e ininterrumpidas. Los brazos del reanimador estarán
verticales, con los codos rígidos. No se deben separar las manos del esternón entre compresiones, pero sí aflojar completamente la
presión y no quedar apoyado, ya que el no hacerlo incrementa la presión intratorácica y dificulta o impide el retorno venoso. Las
compresiones tienen que realizarse con el talón de la mano, evitando que los dedos presionen sobre las costillas.

El paciente ha de estar en decúbito supino, sobre una superficie dura. Además, ayudaría al retorno venoso el que las piernas es-
tuviesen ligeramente elevadas. Se comprimirá con una frecuencia de 100/min.

Los flujos sanguíneos conseguidos mediante el masaje cardiaco externo (MCE) son bajos y mejoran cuando la proporción com-
presión/descompresión es 50:50, estando poco influidos por la frecuencia alcanzada en un margen de 40 a 120 compresiones
por minuto, si bien se ha demostrado que la tendencia natural del reanimador al comprimir a una frecuencia de 60, es mantener
un tiempo de compresión breve (20-30% del ciclo); al aumentar la frecuencia a 100 por minuto el tiempo de cada ciclo disminuye,
pero se tiende a mantener el mismo tiempo de compresión, alcanzando esa relación optima compresión/descompresión del
50%. Basado en estos datos, actualmente se recomienda un ritmo de compresiones de aproximadamente 100 por minuto.

53
Reanimación cardiopulmonar (RCP) básica y avanzada del adulto
Soporte circulatorio

El tiempo de la PCR y la duración de las maniobras de reanimación cardiopulmonar son los mayores determinantes del flujo san-
guíneo cerebral generado por las compresiones torácicas, alcanzando valores cercanos a cero tras un tiempo entre dos y cinco mi-
nutos, lo que podría deberse al aumento de la viscosidad sanguínea y del edema celular por estasis. Esto es lo que hace pertinente
la administración de fármacos alfa-adrenérgicos para incrementar o mantener las presiones diastólicas y los flujos sanguíneos.

Sin una presión diastólica aórtica aproximadamente de 30 mmHg, un gradiente de perfusión coronario de unos 20 mmHg (presión
sanguínea aórtica menos la presión auricular derecha) y un flujo sanguíneo cerebral de 15 a 20 ml/mín/100 g (20% del nivel antes de
la parada), las posibilidades de mantener la viabilidad cerebral y de recobrar el funcionamiento espontáneo del corazón son pequeñas.

Actualmente se considera precario el flujo sanguíneo obtenido mediante masaje cardiaco externo, obligando a buscar técnicas
alternativas y/o complementarias: entre ellas, y siempre en el ámbito de áreas especializadas (quirófanos, unidades de cuidados
intensivos, etc.), el masaje cardiaco directo a tórax abierto, demostrándosele supervivencias de hasta el 100% tras 30 minutos de
masaje cardiaco directo en experimentación animal. Otras alternativas han ido en busca de aumentar por diferentes métodos la
presión intratorácica, produciendo un aumento del gasto cardiaco y aumento del flujo carotídeo, entre ellas la ventilación asin-
crónica, RCP mediante la tos, pantalón antishock (MAST), contrapulsación abdominal, chaleco neumático, etc.

Bomba cardiaca-bomba torácica

Kouwenhoven (1960) sugirió que durante la RCP el corazón se comprime como una bomba entre el esternón y la columna ver-
tebral; cada compresión sobre el tórax origina una sístole y la sangre es propulsada hacia la circulación arterial. La fase de relajación
de la compresión origina la diástole, rellenándose las aurículas de la sangre procedente de los pulmones y venas sistémicas.

A diferencia de antiguos protocolos en los que la ventilación se realizaba durante la compresión torácica, actualmente el concepto
de bomba cardiaca es la base para los protocolos de RCP en los que se alternan la ventilación y el masaje cardiaco para que la
insuflación de los pulmones no impida la compresión directa del corazón.

Coexiste con la anterior la teoría de la bomba torácica, en la que la compresión externa del tórax no proporciona masaje al co-
razón, sino que la compresión produce un aumento de la presión intratorácica que impulsa la sangre a las arterias. Este modelo
considera el corazón como un conducto pasivo y no como una bomba durante la RCP.

De cualquier manera, ya sea por mecanismo de bomba cardiaca o torácica, el flujo sanguíneo generado aumenta con la profun-
didad, fuerza y frecuencia de las compresiones torácicas externas.

La consecuencia más práctica de esta discusión tiene que ver con la colocación de las manos sobre el tórax del paciente. En caso
de que predomine la teoría de la compresión cardiaca, resulta esencial que se coloquen las manos directamente sobre el corazón
(se sitúa la base de la mano sobre el esternón, dos traveses de dedo por encima del apófisis xifoides); un detalle tan sumamente
preciso hace que para muchas personas este procedimiento resulte difícil de comprender y recordar.

En caso de que predomine la teoría de la compresión torácica, no será necesaria la colocación tan precisa de las manos, ya que
el principal mecanismo es el aumento de la presión intratorácica, no la compresión cardiaca directa. Esto se logra simplemente
ubicando las manos en la mitad del esternón. Con este método se reduce el riesgo de fractura ósea en la parrilla costal, a la vez
que se aumentaría la frecuencia y profundidad de las compresiones torácicas.

Dispositivos y técnicas para la optimización del flujo sanguíneo durante la RCP

Cabe destacar los siguientes:

• Ventilación asincrónica.
• Contrapulsación abdominal.
54
Reanimación cardiopulmonar (RCP) básica y avanzada del adulto
Soporte circulatorio

• RCP mediante la tos.


• MAST (pantalón antishock).
• ADC (compresión-descompresión activa).
• Chaleco neumático.
• Cardiocompresor.
• Apoyo mecánico.
Ventilación asincrónica

Las actuales recomendaciones indican el mantenimiento de la sincronía masaje cardiaco/ventilación hasta que se disponga de
un aislamiento de la vía aérea, momento en que se permite la asincronía, es decir no es necesario mantener la secuencia 5:1
entre compresiones y ventilaciones.

Esta teoría no se plantea la asincronía antes del aislamiento de la vía de aire tal y como preconizan otras, existiendo al respecto
polémica entre los partidarios y no partidarios de esta recomendación. Los partidarios argumentan que el no mantener la sin-
cronía antes del aislamiento de la vía aérea favorecerá la insuflación gástrica, mientras que los contrarios argumentan que esta
puede prevenirse con una mayor duración de la insuflación.

Contrapulsación abdominal

Puede ser realizada en la fase de soporte vital básico, sin equipo y requiere tres reanimadores. Se trata de llevar a cabo las ma-
niobras de RCP según la técnica usual, incorporando un tercer reanimador a la compresión abdominal realizada durante la des-
compresión esternal.

El resultado es una presión intratorácica elevada sin el riesgo de desplazamiento de vísceras y daño hepático que ocurre cuando
esa compresión es aplicada de forma continua. Un inconveniente de esta técnica es la posibilidad de regurgitación de contenido
gástrico con riesgo de broncoaspiración, si bien parece ser que su realización desde el inicio de la RCP contribuiría a evitar la in-
suflación gástrica.

RCP mediante la tos

La tos repetitiva en pacientes conscientes en los momentos iniciales a una FV produce un efecto auto-masaje que permite
alcanzar presiones aórticas máximas de hasta 140 mmHg y mantener un flujo cerebral suficiente durante unos segundos o
minutos, fenómeno atribuido inicialmente a la compresión cardiaca producida por el aumento de presión intratorácica y
más tarde, al comprobar que el corazón era pasivo en esta técnica, como consecuencia de la presión producida en las es-
tructuras torácicas.

MAST (Military Antishock Trousers o pantalón anti-shock)

Prenda de una sola pieza que llega desde los pies al borde inferior de la caja torácica. Interiormente se compone de tres cámaras
de aire, dos para las extremidades inferiores y una para el abdomen. Se hinchan independientemente y cada una de ellas dispone
de un manómetro para control de la presión ejercida. Una vez hinchadas realizan una compresión estable sobre esas zonas ana-
tómicas, redistribuyendo el flujo sanguíneo hacia áreas vitales como corazón, pulmones y cerebro.

Se trata de un método de fijación abdominal que evita que parte de la presión aplicada en las compresiones cardiacas se derive
hacia el abdomen. Su empleo en reanimación produce un aumento de la presión arterial sistólica y del flujo carotídeo, mecanis-
mos ambos que favorecen la técnica de la reanimación mejorando la perfusión cerebral durante las fases de la misma. Esto hace
que esté ampliamente recomendada su utilización como factor colaborador en la asistencia circulatoria de la reanimación siempre

55
Reanimación cardiopulmonar (RCP) básica y avanzada del adulto
Soporte circulatorio

y cuando se sospeche coexista hipovolemia. Como inconveniente destaca la pérdida de tiempo en su colocación, la cual no debe
retrasar nunca el inicio de las maniobras de RCP.

ADC (compresión-descompresión activa)

El método estándar de RCP manual descrito por Kouwenhoven, Jude y Knickerbockern (1960) hace más de tres décadas, realiza com-
presión activa y descompresión pasiva del tórax. Una importante vía de investigación, la descompresión activa, surgió en 1988 tras una
anecdótica resucitación con un desatascador de tuberías casero aplicado sobre el tórax de una persona que sufrió un paro cardiaco.

Contrariamente a otras técnicas que necesitan de mecanismos complicados, además de personal adicional para su manejo, se
trata este de un método que permite realizar reanimación por un personal mínimo. Las recomendaciones en cuanto a su manejo
siguen siendo las de RCP estándar con un entrenamiento básico. Su colocación se hace en el centro del pecho a partir del punto
donde las arcadas costales inferiores se unen en el esternón. El dispositivo se fijará al pecho (Imagen 1) al efectuar las compresiones
quedando fijo a él; al no perder su posición, permite que un solo reanimador realice la RCP.

Este método mejora el gasto cardiaco, la presión sistólica aórtica, el flujo en las arterias coronarias y la perfusión cerebral.

Chaleco neumático (banda distribuidora)

Se trata de un sistema que realiza una compresión neumática circunferencial intermitente que imita al flujo fisiológicamente
conseguido por la tos repetitiva, mostrando elevados flujos sanguíneos (Imagen 2).

Compresores torácicos

Son dispositivos mecánicos que auxilian evitando la fatiga de los reanimadores en paradas prolongadas, pero que no son una al-
ternativa sustitutiva de la RCP manual.

Las limitaciones que se producen en el transcurso de una RCP estándar prolongada (falta de uniformidad de las compresiones,
dificultad de mantener un ritmo adecuado de ventilaciones/compresiones), con la consiguiente variación del ya precario gasto
cardiaco, hacen adecuada la utilización de estos dispositivos por proveer una RCP más regular e ininterrumpida. Con ellos se
consigue un tiempo de compresión y relajación del 50%.
© Cedida por los autores

© Cedida por los autores

Imagen 1 / El dispositivo se coloca en el centro del pecho Imagen 2 / Chaleco neumático

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Reanimación cardiopulmonar (RCP) básica y avanzada del adulto
Soporte circulatorio

Entre sus ventajas hay que referir que garantiza un ritmo constante de compresiones homogéneas y uniformes, con una relación
adecuada entre el tiempo de compresión y relajación; los de tipo automático incorporan un sistema de ventilación que mantiene
la relación ventilación/compresión constante con una concentración de oxígeno próxima al 100%, permiten la desfibrilación sin
la necesidad de suspender su funcionamiento. Como inconvenientes se relacionan la necesidad de suspender la RCP para su
puesta en funcionamiento, el riesgo de provocar lesiones al desplazarse el émbolo, la dificultad de manipulación por su elevado
peso y la necesidad de una fuente de oxígeno para su funcionamiento.

LUCAS (sistema de parada cardiaca de la Universidad de Lund)

Dispositivo que combina la ADC (compresión descompresión ac-

© Cedida por los autores


tiva) con un cardiocompresor mecánico de transporte, lo que
permite mayor gasto cardiaco y la liberación de un miembro del
equipo durante la RCP (Imagen 3). La RCP con pistón mecánico
o LUCAS puede ser especialmente útil cuando se requiera una
RCP prolongada. Esto puede darse durante el traslado hasta el
hospital o tras una parada cardiaca posterior a una hipotermia o
envenenamiento.

Apoyo mecánico a la circulación

Bajo este concepto se entiende, entre otros, la contrapulsación


intraórtica, técnica que dada su complejidad e indicaciones hace
que no sea considerada como parte de la reanimación cardio-
pulmonar, sino que pertenece a los cuidados intensivos.

Su empleo incrementa la tensión arterial diastólica, la presión de


perfusión coronaria y el flujo coronario, mejora la contractibili-
dad de las áreas isquémicas cardiacas y aumenta el gasto car-
diaco. Encuentra su principal indicación en el shock cardiogénico Imagen 3 / Sistema LUCAS
secundario a una complicación mecánica en el IAM.

Recomendaciones actuales

La compresión torácica externa sigue siendo el método de elección en RCP avanzada, con técnica, frecuencia y relación com-
presión-descompresión idénticas a la RCP básica. Se sincroniza con la ventilación (30:2) hasta que se disponga de aislamiento
definitivo de la vía aérea, momento desde el cual se realizará ventilación asincrónica que producirá aumento del flujo, por me-
canismo de bomba torácica, y facilitará la expansión pulmonar y la oxigenación.

Siguen en estudio diversos equipamientos y técnicas que, si bien encuentran su espacio unas veces en el ámbito hospitalario y
otras en el extrahospitalario, continúan sin conseguir un consenso en cuanto a su indicación, si bien es recomendable el uso en
masajes prolongados como los necesarios para la donación de órganos en asistolia.

57
7
Tratamientos eléctricos: desfibriladores externos automáticos,
desfibrilación, cardioversión y marcapasos

Introducción

La función efectiva del corazón depende de las contracciones coordinadas y organizadas de las fibras miocárdicas. Ante la alte-
ración de tal organización, originada por cualquier tipo de arritmias, se han propuesto diversas técnicas de estimulación cardiaca
que, conocidas desde inicios de siglo, entraron a formar parte de la reanimación cardiopulmonar (RCP) clínica estándar a tórax
abierto en el año 1947 con la primera desfibrilación eléctrica exitosa en un corazón humano realizada por Claude Beck y de la
RCP a tórax cerrado en 1965 (Zoll, 1965).

Dentro del tratamiento eléctrico se incluyen técnicas como son la puñopercusión precordial, los golpes precordiales repetidos
en el tórax, la cardioversión sincronizada, los choques eléctricos no sincronizados y los marcapasos.

La terapéutica eléctrica se emplea en el tratamiento de las arritmias cardiacas potencialmente letales, en particular la taquicardia
ventricular (TV), la fibrilación ventricular (FV), el bloqueo cardiaco completo y la asistolia.

Desfibrilación eléctrica

Indicada para la interrupción de arritmias letales, como son la taquicardia ventricular sin pulso (TVSP) y la FV, cuyas causas pri-
marias son la insuficiencia coronaria, reacciones adversas a fármacos, electrocución (el choque eléctrico de bajo voltaje atrave-
sando el corazón -electricidad de uso doméstico- puede inducir una FV) y cateterismo cardiaco en corazón irritable. También
puede ser secundaria a intentos de reanimación en una asistolia o una disociación electromecánica por asfixia, ahogamiento,
hemorragia masiva, etc.

Ciertos corazones, como los de enfermedad coronaria o lesión reciente originada por infarto de miocardio en los que se reduce
el umbral de fibrilación ventricular, o aquellos que han sufrido una parada cardiorrespiratoria (PCR) sin evidencia de infarto
agudo de miocardio (IAM), corren riesgo de sufrir una muerte súbita. Durante cada ciclo cardiaco, existe un corto periodo de
tiempo durante el cual el corazón es muy vulnerable a una FV (periodo de repolarización). Si un impulso generado en un foco
ectópico (que normalmente no interviene en la generación del latido cardiaco) se produce en este periodo de repolarización,
puede provocarse un caos eléctrico (fibrilación ventricular), que mecánicamente se traduce en un caos celular que muestra in-
capacidad para provocar el latido cardiaco.

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Reanimación cardiopulmonar (RCP) básica y avanzada del adulto
Tratamientos eléctricos: desfibriladores externos automáticos, desfibrilación, cardioversión y marcapasos

En este caso la técnica de elección (la desfibrilación) consiste en producir una corriente lo bastante potente para despolarizar
una gran masa de células cardiacas, de modo, que se calcula que si esto ocurre en un 75% de las células, se produce la desfibri-
lación y el corazón vuelve a ser dirigido por su nódulo fisiológico o nodo sinoauricular.

La tecnología de los desfibriladores avanza rápidamente. En la actualidad se establece la interacción del desfibrilador automático
externo (DEA) con el reanimador mediante mensajes de voz, y la tecnología en el futuro podrá hacer posible que se puedan dar
instrucciones más específicas mediante mensajes de voz. La capacidad de los desfibriladores para evaluar el ritmo durante la
RCP es necesaria para evitar retrasos innecesarios de la RCP. El análisis del las ondas del electrocardiograma (ECG) permite al des-
fibrilador calcular el momento óptimo en el que debe producirse una descarga.

Se recomienda por todo ello la desfibrilación más precoz posible, incluso por delante de cualquier maniobra de RCP. También
es recomendable el desarrollo de programas de acceso público al desfibrilador (APD).

RCP frente a desfibrilación como tratamiento inicial

Aunque los anteriores criterios han recomendado que un periodo de RCP previo a la desfibrilación puede ser beneficioso tras
una parada prolongada, pruebas recientes han demostrado que lo mejor es una desfibrilación inmediata para todos los ritmos
susceptibles de cardioversión, sin perder tiempo en masajes previos.

El personal del servicio de emergencias médicas debe realizar la RCP hasta que llegue un desfibrilador. Las personas sin conoci-
mientos en la materia, así como las primeras personas en dar respuesta mediante el uso de los DEA deberían llevar a cabo la
descarga tan pronto como sea posible. En las PCR intrahospitalarias se recomienda la realización de la descarga tan pronto como
sea posible tras la parada cardiaca sin que ello suponga detener más de 5 seg la realización del masaje.

Tipos de desfibriladores

Desfibrilador externo manual


© Cedida por los autores

Necesitan de un operador capaz de leer el ritmo que aparece en


la pantalla y basándose en él tomar la decisión de desfibrilar o
no y, por tanto, de realizar todo el procedimiento de elección de
energía, carga y disparo (Imagen 1).

Desfibrilador externo semiautomático(choque-consultor)

Incorporan un sistema automático de análisis del ritmo cardiaco.


En caso de detectar TV o FV, el desfibrilador presenta la informa-
ción al operador mediante señal acústica o luminosa, y este eje-
cuta finalmente el choque eléctrico pulsando el dispositivo de
descarga. Permite seleccionar el nivel de energía.
Imagen 1 / Desfibrilador externo manual
Desfibrilador externo automático

Los desfibriladores portátiles, que leen el electrocardiograma, reconocen la FV y descargan choques eléctricos automáticamente.
Diagnostican el patrón de FV en 20-60 segundos y, en el caso de FV, se desencadena un choque eléctrico de cc, a no ser que el
sistema se anule manualmente. Esta es una técnica que permite que la desfibrilación sea realizada por personas no expertas,
pero suficientemente entrenadas en el transcurso de la asistencia domiciliaria, siendo uno de los principales eslabones en la lla-
mada cadena de la supervivencia.

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Reanimación cardiopulmonar (RCP) básica y avanzada del adulto
Tratamientos eléctricos: desfibriladores externos automáticos, desfibrilación, cardioversión y marcapasos

Uso intrahospitalario

La demora en la desfibrilación puede tener lugar cuando los pacientes sufren paradas cardiacas no monitorizadas en camas de
hospital y en ambulatorios. En estas áreas pueden transcurrir varios minutos antes de que lleguen los equipos de reanimación
con un desfibrilador y realicen las descargas. A pesar de contar con una evidencia limitada, debería tenerse en cuenta a los DEA
en el medio hospitalario para facilitar la desfibrilación precoz (un objetivo de < 3 min desde la parada), especialmente en las
áreas en las que el personal carece de técnicas de reconocimiento del ritmo o en las que no se usen los desfibriladores con fre-
cuencia.

Desfibrilador implantado automático (DIA)

Desarrollados para los pacientes ambulatorios con riesgo de muerte súbita por FV. Estos desfibriladores monitorizan continua-
mente el ECG, reconocen la FV y desfibrilan con 10-20 julios mediante un minidesfibrilador biocompatible implantado, produ-
ciendo la descarga transcurridos unos 20 segundos de FV mediante dos electrodos implantados quirúrgicamente en el vértice y
base del corazón.

Tipo de onda y niveles de energía

En la actualidad se prefieren los desfibriladores que producen una descarga con una forma de onda bifásica.

Existe controversia con respecto a la energía requerida para la


© DAE

desfibrilación transtorácica. Evidentemente, la dosis apropiada


es la que proporciona al corazón energía suficiente para despo-
larizar la mayoría de las células, de modo que no pueda mante-
nerse la FV, pero que no sea tan grande como para producir
lesión cardiaca (Imágenes 2 y 3).

Primera descarga

Mientras se prepara todo se debe dar masaje, debiéndose solo


interrumpir en el momento de la descarga y nunca más de 5 seg.

El nivel de energía inicial recomendado para la primera descarga Imagen 2 / Desfibrilación transtorácica
mediante el uso de un desfibrilador monofásico es de 360 julios.

Lo ideal sería que la energía de la descarga inicial bifásica estu-


viera al menos a 150 julios. Si el reanimador no conoce la dosi-
ficación eficaz del dispositivo, debe usar una dosis de 200 julios
para la primera descarga.

Con desfibriladores monofásicos todas las descargas necesarias


serán de 360 julios.

Si el reanimador no tiene conocimiento de la dosificación eficaz


del dispositivo bifásico y ha utilizado la dosis por defecto de 200
julios correspondiente a la primera descarga, deberá usar una
dosis igual o superior para la segunda y posteriores descargas,
en función de la capacidad del dispositivo.

La cantidad de corriente necesaria para desfibrilar que pasa a


Imagen 3 / Tipos de onda
través del corazón depende de factores como son la resistencia

60
Reanimación cardiopulmonar (RCP) básica y avanzada del adulto
Tratamientos eléctricos: desfibriladores externos automáticos, desfibrilación, cardioversión y marcapasos

entre los electrodos del desfibrilador y el corazón, que a su vez depende de numerosos factores, entre ellos el tamaño de las
palas, la cantidad de aire existente entre los pulmones y los electrodos, siendo el éxito de la desfibrilación inversamente propor-
cional a la resistencia transtorácica.

Cuanto mayores sean los electrodos menor será la resistencia, pero los electrodos demasiado grandes disminuyen la densidad
de la corriente y, por tanto, disminuyen el éxito de la desfibrilación. Es importante lograr una baja resistencia entre la unión
electrodos-pared torácica mediante el uso de gel conductor, almohadillas empapadas en solución salina o cualquier otro pro-
cedimiento. La resistencia transtorácica puede reducirse presionando con los electrodos sobre el pecho para disminuir el vo-
lumen pulmonar y con ello la resistencia creada por el espacio aéreo del tórax. La resistencia transtorácica disminuye con los
choques sucesivos.

Todo esto en la práctica real se traduce en una diferencia mayor o menor entre la energía que descarga el desfibrilador y la que
en realidad se transmite al corazón y que generalmente, y dependiendo del tipo de aparato, oscilará entre 50-80% de la energía
almacenada.

El contacto de electrodos con el tórax

La técnica de desfibrilación óptima está dirigida a producir una co-


© Cedida por los autores
rriente a través del miocardio en fibrilación, con una impedancia
transtorácica mínima. La impedancia transtorácica varía conside-
rablemente con la masa corporal, pero es aproximadamente de 70-
80 ohmios en adultos. Las técnicas que se describen a continuación
están dirigidas a la colocación externa de los electrodos (palas ma-
nuales o autoadhesivas) en una posición óptima, mediante técnicas
que minimizan la impedancia transtorácica (Imágenes 4 y 5).

Rasurado del tórax

Los pacientes con un tórax velludo tienen aire atrapado por de-
bajo del electrodo y un mal contacto eléctrico del electrodo con
la piel. Esto produce una impedancia elevada, una eficacia redu-
cida en la desfibrilación, un riesgo de creación de un arco voltaico
(chispas) del electrodo a la piel y de electrodo a electrodo, siendo
más probables las quemaduras en el tórax del paciente. Puede Imagen 4 / Palas autoadhesivas o electrodos

ser necesario un rasurado rápido del área en la que se pretenda


colocar el electrodo, pero no se debe demorar la desfibrilación
si no es posible hacerlo inmediatamente. El rasurado del tórax
© Cedida por los autores

puede por sí solo reducir ligeramente la impedancia transtorácica


y ha sido recomendado para la cardioversión optativa.

Fuerza en la aplicación de las palas

Si se usan palas deben aplicarse con fuerza sobre la pared torá-


cica. Esto reduce la impedancia transtorácica, mejorando el con-
tacto eléctrico en la interfaz electrodo-piel y reduciendo el
volumen torácico. El que maneje el desfibrilador siempre debe
presionar con fuerza sobre las palas manuales, siendo la fuerza
óptima de 8 kg en adultos y 5 kg en niños de edades entre 1-8
años, cuando se usen palas de adultos.

Al contrario que los parches autoadhesivos, las palas manuales Imagen 5 / Colocación de las placas manuales
tienen una placa metálica al descubierto que requiere la utiliza-

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Tratamientos eléctricos: desfibriladores externos automáticos, desfibrilación, cardioversión y marcapasos

ción de una sustancia conductora entre el metal y la piel del paciente para mejorar el contacto eléctrico. El uso de palas metálicas
sin sustancia conductora crea una elevada impedancia transtorácica y es probable que aumente el riesgo de arco voltaico y em-
peoren las quemaduras cutáneas ocasionadas por la desfibrilación.

Posición de los electrodos

Ningún estudio en humanos ha evaluado la posición de los electrodos como un factor determinante de la recuperación de
la circulación espontánea o de la supervivencia en una parada cardiaca FV/TV. Es probable que la corriente transmiocárdica
durante la desfibrilación sea máxima cuando los electrodos estén colocados, de modo que el área del corazón que esté fi-
brilando esté situada directamente entre los mismos, es decir, los ventrículos en la FV/TV, las aurículas en la fibrilación auri-
cular (FA). Por consiguiente, la posición óptima del electrodo puede no ser la misma para las arritmias ventriculares que para
las auriculares.

Los dispositivos médicos implantables (p. ej.: marcapasos permanentes, desfibrilador automático implantable) pueden ser da-
ñados durante la desfibrilación si la corriente se descarga a través de electrodos situados directamente sobre el dispositivo.
Colocar el electrodo lejos del dispositivo o usar una posición alternativa para el electrodo.

Los parches farmacológicos transdérmicos pueden impedir el buen contacto con los electrodos, produciendo un arco voltaico y
quemaduras en caso de que el electrodo esté situado directamente encima del parche durante la desfibrilación. Retirar los parches
de medicación y limpiar el área antes de aplicar el electrodo (Imagen 6).

En caso de arritmias ventriculares, poner los electrodos (ya sean


© Cedida por los autores

palas o parches) en la posición esternal-apical convencional. El


electrodo derecho (esternal) a la derecha del esternón, por de-
bajo de la clavícula. La pala apical está situada en la línea me-
dioaxilar, aproximadamente a nivel del electrodo V6 del ECG o
del borde del pecho femenino. Es importante que este electrodo
esté situado suficientemente lateral.

Otras posiciones aceptables de las palas serían:

• Cada electrodo se sitúa en la pared lateral del tórax, uno al


lado izquierdo y el otro al lado derecho (biaxilar).

• Un electrodo en la posición apical estándar y el otro a la de-


recha o a la izquierda de la parte superior de la espalda.

• Un electrodo en posición anterior, sobre el área precordial


y el otro electrodo posterior al corazón, justo por debajo de Imagen 6 / Aplicación de electrodos

la escápula izquierda.
No importa cuál de los electrodos (ápice/esternón) esté colocado en cada posición. Se ha demostrado que la impedancia trans-
torácica queda minimizada cuando el electrodo apical no está colocado sobre el pecho femenino.

La eficacia de la cardioversión puede ser menos dependiente de la posición de los electrodos con el uso de ondas bifásicas de
impedancia compensada. Cualquier posición es segura y eficaz para la cardioversión de las arritmias auriculares.

Fase respiratoria

La impedancia transtorácica varía durante la respiración, siendo mínima al final de la espiración. Si es posible, se debería intentar
la desfibrilación en esta fase del ciclo respiratorio. La presión positiva espiratoria final (PEEP) aumenta la impedancia transtorácica
y debería ser minimizada durante la desfibrilación. El auto-PEEP (atrapamiento gaseoso) puede ser particularmente elevado en
pacientes asmáticos que necesiten unos niveles de energía superiores a los habituales para la desfibrilación.

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Tratamientos eléctricos: desfibriladores externos automáticos, desfibrilación, cardioversión y marcapasos

Tamaño de los electrodos

Se recomienda un tamaño mínimo del electrodo individual y la suma de las áreas de los electrodos debería ser como mínimo de
150 cm2. Los electrodos de mayor tamaño presentan una impedancia menor, pero los electrodos excesivamente grandes pueden
provocar una disminución del flujo de corriente transmiocárdica. Con respecto a la desfibrilación en adultos se usan tanto los
electrodos de palas manuales como los electrodos de parches autoadhesivos de 8-12 cm de diámetro, y ambos funcionan bien.

Para el uso de DEAs en niños de entre 1 y 8 años se recomiendan parches pediátricos o un software específico que atenúa la
descarga hasta unos 50 a 75 J. No obstante, si no se dispone de la posibilidad de una descarga atenuada, en niños mayores de
un año se recurrirá a un DEA de adultos. Hay descritos incluso
casos exitosos en niños menores de 1 año; si bien cabe recordar

© Cedida por los autores


que sería muy raro hallar un ritmo desfibrilable en un niño
menor de 1 año, es cuyo caso se aceptaría también el uso de un
DEA (obviamente con atenuador de dosis siempre que sea po-
sible) (Imagen 7).

Agentes de acoplamiento

Si se usan palas manuales, los parches con gel son preferibles a


las pastas y geles con las palas, debido a que estos últimos pue-
den extenderse entre las dos palas, con la posibilidad de que salte
una chispa. No hay que utilizar electrodos sin pasta conductora
porque produce una elevada impedancia transtorácica y puede
aumentar la gravedad de cualquier quemadura cutánea. No usar
geles o pastas de baja conductividad eléctrica (p. ej.: gel de ultra- Imagen 7 / Palas autoadhesivas pediátricas
sonido).

Antes de la desfibrilación

Uso seguro del oxígeno durante la desfibrilación

En una atmósfera enriquecida con oxígeno, las chispas ocasionadas por las palas de un desfibrilador mal aplicado pueden oca-
sionar un incendio, produciéndose quemaduras importantes en el paciente. Dicho riesgo de incendio durante el intento de des-
fibrilación puede ser minimizado si se toman las siguientes precauciones:

• Usar siempre guantes.


• Retirar cualquier mascarilla de oxígeno o gafas nasales y colocarlos al menos a un metro de distancia del tórax del paciente.
• Dejar la bolsa de ventilación conectada al tubo endotraqueal u otro dispositivo de vía aérea. Como alternativa, desconectar
cualquier dispositivo de bolsa con válvula del tubo endotraqueal (u otro dispositivo de vía aérea, como la mascarilla laríngea,
combitubo o tubo laríngeo), y retirarlo por lo menos a 1 m del tórax del paciente durante la desfibrilación.

• Si el paciente está conectado a un respirador, por ejemplo en el quirófano o en una unidad de cuidados intensivos, dejar
las tubuladuras del respirador (circuito de ventilación) conectado al tubo endotraqueal, salvo que las compresiones torácicas
eviten que el respirador proporcione los volúmenes de corriente adecuados. En este caso, habitualmente, se sustituye por
una bolsa de ventilación, que puede dejarse conectada o desconectada y alejarse a una distancia de por lo menos 1 m del
paciente o, mejor aún, desconectar el respirador; los respiradores modernos generan flujos importantes de oxígeno al ser
desconectados.

• Durante el uso normal, cuando están conectados a un tubo endotraqueal, el oxígeno de un respirador en la unidad de cui-
dados intensivos será eliminado del circuito principal del respirador muy lejos de la zona de desfibrilación. Los pacientes
en la unidad de cuidados intensivos tal vez dependan de la PEEP para mantener una oxigenación adecuada; durante la car-

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Tratamientos eléctricos: desfibriladores externos automáticos, desfibrilación, cardioversión y marcapasos

dioversión, cuando la circulación espontánea potencialmente permita mantener la sangre bien oxigenada, resulta particu-
larmente conveniente dejar al paciente crítico conectado al respirador mientras se produce la descarga.
• Reducir el riesgo de chispas durante la desfibrilación. Teóricamente, los parches autoadhesivos de desfibrilación son menos
propensos a ocasionar chispas que las palas manuales.

Golpe precordial

Su eficacia es cada vez más discutida.

Es un golpe seco en mitad del esternón que genera una energía de 0,4 a 1,5 julios y cuyas indicaciones son la taquicardia ventri-
cular o FV en pacientes monitorizados y en la asistolia que en caso de ser originada por bloqueo auriculoventricular.

Puede proporcionar un complejo QRS seguido de contracción ventricular que permite ganar tiempo mientras se procede a la
implantación de un marcapasos.

En caso de taquicardia ventricular su eficacia se estima entre un 11%-25%. En caso de FV el número de éxitos es menor. Se incluye
en FV, TV sin pulso y asistolia, mientras se pueda disponer de un desfibrilador. Está contraindicado en niños por el peligro de le-
siones viscerales.

Cardioversión sincronizada

Es un procedimiento de choque eléctrico empleado en ritmos cardiacos variados, pero en todos los casos ineficaces; puede ser
un procedimiento de emergencia si la condición del paciente se deteriora rápidamente a causa de una arritmia. Fue descrito por
vez primera en 1962, actúa durante el periodo vulnerable del ciclo cardiaco 20 a 30 msg después del pico de la onda R y es em-
pleado para interrumpir un foco ectópico, de modo que el nodo sinusal pueda volver a tener el control.

Cardioversión sincronizada en el flutter auricular y taquicardia supraventricular paroxística

El flutter auricular y la TV paroxística generalmente requieren menos energía que la fibrilación auricular para la cardioversión.
Dar una descarga inicial de 100 julios en forma de onda monofásica o de 70-120 julios en forma de onda bifásica. Dar descargas
posteriores mediante aumentos progresivos de energía.

Cardioversión sincronizada en la TV

La energía necesaria para la cardioversión de la TV depende de las características morfológicas y de la velocidad de la arritmia.
La taquicardia ventricular con pulso responde bien a la cardioversión con el uso de energía monofásica de 200 julios. Utilizar ni-
veles de energía bifásicas de 120-150 julios para la descarga ini-
cial. Aumentar las descargas progresivamente si en la primera
© Cedida por los autores

descarga no se consigue el ritmo sinusal.

Una vez que se han efectuado las descargas pueden producirse


tres situaciones:

• Restablecimiento del ritmo sinusal: se valorará el inicio de


la terapia antiarrítmica para prevenir recidivas.

• Persistencia de arritmia: se repite la descarga aumentando


el nivel de energía.

• Aparece una FV: quitar la sincronización del desfibrilador y Imagen 8 / Fibrilación ventricular
proceder a desfibrilar (Imagen 8).

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Tratamientos eléctricos: desfibriladores externos automáticos, desfibrilación, cardioversión y marcapasos

Actividades enfermeras en la desfibrilación y/o cardioversión sincronizada

El procedimiento de la desfibrilación es el siguiente:

• Lubricar las palas con gel conductor (o cualquier otro procedimiento establecido).
• Conectar el desfibrilador y asegurarse de que no esté en modo sincrónico.
• Seleccionar la energía recomendada.
• Cargar el desfibrilador a la energía deseada (hasta aquí alguien debe haber seguido haciendo masaje).
• Colocar las palas sobre el pecho desnudo del paciente.
• Asegurarse de que nadie está en contacto eléctrico con el paciente.
• Presionar firmemente las palas y presionar ambos botones de descarga.
• Observar el monitor y palpar pulsos. Si procede, continuar con masaje sin haber dejado de hacerlo más de 5 seg.
• Continuar según resultados obtenidos.
El procedimiento de cardioversión sincronizada consiste en:

• Conectar al paciente al monitor de ECG del desfibrilador.


• Si el paciente está consciente, sedarlo.
• Ajustar el monitor hasta obtener un registro claro con ondas R altas y positivas.
• Colocar el aparato en modo sincrónico.
• Comprobar que el aparato indica que detecta las ondas R.
• Aplicar el material conductor a las palas.
• Seleccionar el nivel de energía.
• Cargar las palas.
• Comprobar que no hay nadie en contacto eléctrico con el paciente.
• Descargar energía.
• Verificar el ritmo obtenido.
Es responsabilidad del profesional de enfermería conocer la ubicación y el funcionamiento del desfibrilador, así como verificar
que este es el correcto.

En todo momento se deberá garantizar la seguridad del paciente; primeramente, reducir al mínimo los errores de juicio clínico
valorando la posibilidad de existencia de artefactos e intentando reducirlos. Se observará al paciente y, en caso de que no res-
ponda, habrá que cerciorarse de que simplemente no está durmiendo. Se palpará el pulso carotídeo.

Se protegerá al paciente de quemaduras en la piel usando una cantidad de gel adecuada, usándose suficiente gel como para
cubrir completamente la superficie de las palas. Habrá que verificar que no se ha producido un “cortocircuito” al unir eléctrica-
mente ambas palas con el gel.

Siempre se empleará cable de unión monitor/paciente para la monitorización del ECG durante las cardioversiones sincronizadas.
El peligro aquí estriba en que el movimiento de las palas puede introducir artefacto que podría ser detectado como una onda R.

Antes de iniciar los intentos de cardiovertir o desfibrilar será imprescindible asegurarse de que todo el personal está retirado del
paciente, de la cama y del equipo desfibrilador.

Marcapasos

Son empleados en diversas situaciones tal y como son:

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Reanimación cardiopulmonar (RCP) básica y avanzada del adulto
Tratamientos eléctricos: desfibriladores externos automáticos, desfibrilación, cardioversión y marcapasos

• Asistolia.
• Bradiarritmias sintomáticas:
- Bloqueo AV de 2º o 3er grado.
- Disfunción sinusal.
- Hipersensibilidad del seno carotídeo.
- Intoxicaciones farmacológicas por ß-bloqueantes, digitálicos.

• Tratamiento o control de taquiarritmias:


- Flutter auricular
- Taquicardias supraventriculares
- Taquicardias ventriculares recidivantes.

• Profilácticas:
- Alteraciones de la conducción en el IAM.
- Choque eléctrico en pacientes digitalizados.
- Recambios de marcapasos definitivos.
- Determinadas situaciones de cateterismo y cirugía cardiaca.

• Evaluación: supresión de taquicardias auriculares y ventriculares.


La estimulación con marcapasos puede ser temporal o prolongada. El marcapasos puede ser de frecuencia fija o a demanda.

Un marcapasos consta esencialmente de dos componentes:

• Generador de impulsos eléctricos (externo o implantable): dispositivo que genera impulsos eléctricos capaces de estimular
el corazón. Está integrado por una fuente de energía (batería o pila) y un circuito electrónico encargado de generar impulsos
eléctricos y de detectar los latidos propios del corazón y, por tanto, inhibirse en su generación de energía.

• Sonda marcapasos o electrocatéter.


La electroestimulación cardiaca de urgencia mediante marcapasos puede realizarse fundamentalmente en las tres formas que
se destacan a continuación.

Transvenosa

Se considera como la forma más segura y con pocas complicaciones. La estimulación puede ser unicameral (en ventrículo o au-
rícula) o bicameral (en ambos) (Imagen 9). Para esta técnica el acceso vascular es a través de una vena que permita alcanzar las
cavidades derechas.

Transcutánea

Técnica eficaz, segura y sencilla que, al no precisar conocimientos profundos, la hace un método idóneo para situaciones de
emergencia. Consiste en una fuente de energía capaz de funcionar a frecuencia fija o a demanda. Llevan incorporado un monitor
de ECG especial para detectar el ritmo propio del paciente sin interferencias. Los estímulos se envían a través de dos grandes
electrodos aplicados a la piel situados uno a nivel subescapular izquierdo (+) o infraclavicular izquierdo, y el otro (-) en el ápex
cardiaco (Imagen 10).

Actualmente es la técnica más recomendada al ser de rápida aplicación, de rápido manejo y muy accesible.

Las descargas que se utilizan son de 10 a 40 msg, con una corriente máxima de 200 miliamperios y frecuencia de hasta 180 l/min.
Debe estimularse con la corriente más baja que sea eficaz para evitar las molestias que pueden producirse (irritaciones o que-

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Reanimación cardiopulmonar (RCP) básica y avanzada del adulto
Tratamientos eléctricos: desfibriladores externos automáticos, desfibrilación, cardioversión y marcapasos
© Cedida por los autores

© Cedida por los autores


Imagen 9 / Marcapasos transvenoso provisional Imagen 10 / Material para reanimación transcutánea

maduras en la piel, contracciones musculares pectorales o diafragmáticos, dolor generalmente tolerable, tos, hipo, sensación de
pinchazo, etc.), lo que además hace que su utilización se limite al mínimo tiempo posible.

Transtorácica

Consiste en la introducción de una sonda de electroestimulación transtorácica mediante técnica de punción transtorácica hasta
situarla dentro del ventrículo derecho o ventrículo izquierdo que, conectado a un generador de impulsos, será de utilidad en las
situaciones anteriormente indicadas. Tiene multitud de complicaciones; entre las más frecuentes están el taponamiento pericár-
dico, neumotórax, laceración miocárdica o de coronarias.

67
Unidad 3
Aspectos y consideraciones especiales

8. La parada cardiaca en circunstancias especiales

9. La ética de la reanimación

10. Primeros auxilios

11. Algoritmos
8
La parada cardiaca en circunstancias especiales

Consideraciones sobre nuevos aportes

Esta unidad proporciona una guía para la reanimación cardiopulmonar (RCP) en pacientes con comorbilidades graves (asma, in-
suficiencia cardiaca con dispositivos de asistencia ventricular, enfermedad neurológica, obesidad) y aquellos con condiciones fi-
siológicas específicas (embarazo, ancianos).

La confirmación de la parada cardiaca puede ser difícil en pacientes con dispositivos de asistencia ventricular (DAV). Si durante
los primeros diez días tras la cirugía, la parada cardiaca no responde a la desfibrilación se debe realizar resternotomía inmedia-
tamente.

Los pacientes con hemorragia subaracnoidea pueden tener cambios en el electrocardiograma (ECG) que sugieran un síndrome
coronario agudo (SCA). La realización de tomografía axial computarizada (TAC) cerebral antes o después de la coronariografía
dependerá de la valoración clínica.

No se recomiendan cambios en la secuencia de acciones en la resucitación de los pacientes con obesidad, aunque la realización
de RCP efectiva puede constituir un reto. Se debe considerar cambiar a los reanimadores con una frecuencia mayor que el inter-
valo estándar de dos minutos. Se recomienda intubación traqueal precoz.

Para la mujer embarazada en parada cardiaca, la RCP de alta calidad con desplazamiento manual uterino, el SVA precoz y la ex-
tracción del feto, si no se consigue recuperación de la circulación espontánea (RCE), continúan siendo las intervenciones clave.

Trastornos electrolíticos potencialmente mortales

Generalidades

Los trastornos electrolíticos pueden producir arritmias cardiacas o parada cardiorrespiratoria. Estas arritmias, en principio mor-
tales, están normalmente asociadas a alteraciones en los niveles de potasio, en particular a la hipercalemia, y también, aunque
en menor medida, a desequilibrios en los niveles de calcio y magnesio sérico. En algunos casos, el tratamiento para contrarrestar
estos desequilibrios electrolíticos potencialmente mortales debe comenzar antes de conocer los resultados del laboratorio.

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Reanimación cardiopulmonar (RCP) básica y avanzada del adulto
La parada cardiaca en circunstancias especiales

Alteraciones de los niveles de potasio

Equilibrio electrolítico del potasio

La concentración extracelular de potasio se sitúa entre 3,5-5,0 mmol/l. Normalmente existe un alto gradiente de concentración
entre los compartimentos intra y extracelular. Cuando el pH sérico disminuye, el potasio sérico aumenta debido al desplazamiento
de potasio desde la célula al espacio vascular. Cuando el pH sérico aumenta, la cantidad de potasio sérico disminuye, ya que se
desplaza hacia el interior de la célula. Por tanto, es necesario anticiparse a los efectos ocasionados por los cambios de pH durante
el tratamiento de la hiper e hipocalemia.

Hipercalemia

Se trata de la alteración electrolítica más frecuente asociada al paro cardiorrespiratorio. Normalmente se produce debido a una
liberación excesiva de potasio desde las células o a una enfermedad que disminuye la función renal excretora.

Se define como la concentración de potasio sérico superior a 5,5 mmol/l. La hipercalemia severa ocurre, según se ha definido,
cuando la concentración de potasio sérico supera los 6,5 mmol/l.

Existen muchas causas potenciales de hipercalemia, entre ellas la insuficiencia renal, fármacos del tipo de los inhibidores de la
enzima convertidora de angiotensina (IECA), los bloqueadores del receptor de la angiotensina II, diuréticos que controlan el po-
tasio, antiinflamatorios no esteroides (AINEs), bloqueadores beta, trauma tisular (rabdomiólisis, tumores, hemólisis), acidosis me-
tabólica, alteraciones endocrinas (enfermedad de Addison) o la dieta, que puede ser la única causa en pacientes con una
insuficiencia renal crónica.
Reconocimiento

El primer signo indicativo de hipercalemia puede también manifestarse por la presencia de cambios en el electrocardiograma
(ECG), arritmias, paro cardiorrespiratorio o muerte súbita. La mayoría de los pacientes presentarán alteraciones del ECG cuando
la concentración de potasio sérico supere los 6,7 mmol. Las manifestaciones de hipercalemia del ECG son generalmente pro-
gresivas e incluyen:

• Bloqueo cardiaco de primer grado (intervalo PR prolongado) > 0,2 s.


• Ondas P ausentes o llanas.
• Ondas T altas, en pico, más grandes que la onda R en más de una derivación.
• Depresión del segmento ST.
• Fusión de las ondas S y T.
• QRS ensanchado > 0,12 s.
• Taquicardia ventricular (TV).
• Bradicardia.
• Parada cardiaca: actividad eléctrica sin pulso, fibrilación ventricular (FV), asistolia.
Tratamiento

Los cinco pasos clave en el tratamiento de la hipercalemia son:

• Proteger el corazón, contrarrestando los efectos de la hipercalemia.


• Transportar el potasio hacia las células.
• Eliminar el potasio del cuerpo.
• Controlar el potasio sérico para rechazar la hipercalemia.
• Prevenir la reaparición de la hipercalemia.

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Reanimación cardiopulmonar (RCP) básica y avanzada del adulto
La parada cardiaca en circunstancias especiales

Si el paciente no llega a la parada cardiaca hay que evaluar el estado general hidroelectrolítico; si está hipovolémico, administrar
líquido para asegurar la excreción de potasio por la orina. En el caso de un aumento leve (5,5-6 mmol/l), el potasio puede ser eli-
minado con:

• Resinas de intercambio de potasio: 15-30 g o sulfonato de poliestireno sódico.


• Furosemida 1 mg/kg IV lentamente (inicio de la acción con la diuresis).
• Diálisis; la hemodiálisis es más efectiva que la diálisis peritoneal para eliminar el potasio (el inicio de la acción es inmediato
en hemodiálisis, se elimina 25-30 mmol/h de potasio).
Cuando el aumento de potasio es moderado (6-6,5 mmol/l) sin presentar cambios en el ECG, se debe facilitar el transporte del
potasio hacia las células mediante:

• Dextrosa/insulina: 10 unidades de insulina de corta acción y 50 g de glucosa IV durante 15-30 min (inicio de la acción en 15-30
min, efecto máximo a los 30-60 min. Han de simultanearse los métodos indicados anteriormente para eliminar el potasio.
En el caso de un aumento considerable (= 6,5 mmol/l) sin presentar cambios en el ECG:

• Salbutamol, 5 mg nebulizado. Pueden ser necesarias varias dosis (inicio de la acción en 15-30 min).
• Bicarbonato de sodio, 50 mmol IV durante 5 min si existe una acidosis metabólica (inicio de la acción en 15-30 min. El bi-
carbonato solo es menos efectivo que la glucosa más insulina o el nebulizado; se usa mejor en combinación con estos me-
dicamentos.
Cuando el aumento es elevado (= 6,5 mmol/l) y aparecen cambios tóxicos del ECG, primero se debe proteger al corazón con:

• Cloruro de calcio, es decir, 10 ml cloruro de calcio IV al 10% durante 2-5 min, para contrarrestar los efectos tóxicos de la hi-
percalemia en la membrana celular del miocardio. De esta manera se protege al corazón, evitando el riesgo de fibrilación
ventricular (FV), pero no se reduce el nivel de potasio sérico (inicio de la acción en 1-3 min). Al mismo tiempo, se deben
utilizar los métodos anteriormente citados.
Pacientes en parada cardiaca. Si el paciente sufre una parada cardiaca, en el soporte vital básico no existe una ayuda farmaco-
lógica para tratar los desequilibrios electrolíticos.

Con respecto al soporte vital avanzado, seguir el algoritmo universal: primero se debe proteger al corazón y luego tratar las al-
teraciones del potasio.

Hipocalemia

La hipocalemia es frecuente en pacientes hospitalizados. Aumenta la incidencia de arritmias, en particular en aquellos pacientes
que presentan alguna enfermedad cardiaca y los que son tratados con digoxina.

Se define como una situación en la cual la concentración de potasio sérico es < 2,5 mmol/l.

Entre las causas de la hipocalemia se incluyen las pérdidas gastrointestinales (diarrea), fármacos (diuréticos, laxantes, esteroides),
pérdidas renales (trastornos tubulares renales, diabetes insipidus, diálisis), trastornos endocrinos (síndrome de Cushing, hiperal-
dosteronismo), alcalosis metabólica, deplección magnésica y dieta pobre en potasio. Los tratamientos usados para combatir la
hipercalemia pueden también provocar una hipocalemia.

En casos de emergencia se requiere suministrar potasio intravenoso. La máxima dosis IV de potasio recomendada es de 20 mmol/h,
pero puede ser necesaria una infusión de 2 mmol/min durante 10 min en arritmias inestables cuando el paro es inminente.

Ahogamiento

El ahogamiento es una causa común de muerte accidental en el mundo. La consecuencia más importante del ahogamiento es
la hipoxia. La duración de la hipoxia es un factor crítico determinante del futuro de la víctima.

70
Reanimación cardiopulmonar (RCP) básica y avanzada del adulto
La parada cardiaca en circunstancias especiales

El ahogamiento se define como un proceso que ocasiona una insuficiencia respiratoria como resultado de una sumersión/in-
mersión en un medio líquido. Existe un algoritmo propio para ahogamientos (ver Capítulo 11 “Algoritmos”). El ahogamiento per-
mite aumentar el tiempo permitido para el inicio de una RCP.

Soporte vital básico

Ventilación boca a boca

El primer y más importante tratamiento para la víctima de ahogamiento es controlar la hipoxemia. La iniciación rápida de la ven-
tilación aumenta la posibilidad de supervivencia de la víctima. Si la víctima se encuentra en aguas profundas, hay que iniciar la
reanimación boca a boca en el agua si el rescatador está entrenado para ello. Los rescatadores que no están entrenados en tal
procedimiento no deben intentar ningún tipo de reanimación con una víctima en aguas profundas.

Si no hay respiración espontánea tras la apertura de las vías respiratorias, realizar la ventilación boca a boca durante aproximada-
mente 1 min. Si la víctima no comienza a respirar espontáneamente, el procedimiento a seguir dependerá de la distancia a tierra:

• Si la víctima puede ser trasladada a tierra en menos de 5 min, continuar con la respiración boca a boca mientras se remolca
a la víctima a tierra.

• Si se estima que se necesitan más de 5 min para llegar a tierra, hacer el boca a boca durante 1 min más y luego llevar a la
víctima a tierra lo más rápido posible, sin intentar continuar con la respiración asistida.
No hay necesidad de eliminar de las vías respiratorias agua aspirada, ya que la mayoría de las víctimas de ahogamiento solo
aspiran una pequeña cantidad de agua que es rápidamente absorbida en la circulación central. Cualquier intento de eliminar el
agua de los conductos de aire por medio de algún otro método distinto a la succión es innecesario y peligroso. Las presiones
bruscas en la zona abdominal pueden provocar una regurgitación del contenido gástrico y la correspondiente aspiración.

Compresiones torácicas

Apenas la víctima esté fuera del agua, si la víctima no respira, empezar las compresiones cardiacas externas inmediatamente.
Estas son ineficaces en el agua.

Las víctimas de sumersión pueden desarrollar una hipotermia. Si la sumersión se produce en aguas heladas (< 5 ºC), la hipotermia
puede desarrollarse rápidamente y sirve de mecanismo protector frente a la hipoxia. Ante una PCR con hipotermia se debe iniciar
un recalentamiento activo hasta alcanzar una temperatura corporal de 32-34 ºC y luego para evitar activamente la hipertermia
(> 37 ºC) durante el periodo posterior de cuidados intensivos.

Hipotermia

La hipotermia existe cuando la temperatura corporal está por debajo de los 35 grados C y se la clasifica arbitrariamente como
leve (35-32 ºC), moderada (32-30 ºC) o grave (menos de 30 ºC).

La hipotermia puede producirse en personas expuestas a entornos fríos, especialmente en un medio húmedo o ventoso o tras
una inmersión en agua fría. Cuando la termorregulación está alterada, por ejemplo, en personas de avanzada edad o muy jóvenes,
la hipotermia puede presentarse por un ataque de frío. El riesgo de hipotermia se ve incrementado por el consumo de drogas o
alcohol, enfermedad, lesiones o negligencia.

Reanimación

Una vez que se haya iniciado la reanimación se debe confirmar la hipotermia. Deben mantenerse las mismas frecuencias de ven-
tilación y de compresiones torácicas que se usan para un paciente normotérmico. La hipotermia provoca la rigidez de la pared
torácica, dificultando la ventilación y las compresiones.

71
Reanimación cardiopulmonar (RCP) básica y avanzada del adulto
La parada cardiaca en circunstancias especiales

El metabolismo de los medicamentos se lentifica, provocando concentraciones de plasma potencialmente tóxicas de cualquier
fármaco que se administre con frecuencia.

El recalentamiento puede ser externo pasivo o activo e interno activo. El recalentamiento pasivo se consigue cubriendo al paciente
con mantas y colocándolo en una habitación cálida y es el apropiado para una víctima consciente con una hipotermia leve. En
el caso de una hipotermia grave o parada cardiaca, se requiere un calentamiento activo, pero no hay que demorar el traslado al
hospital. Los estudios muestran que el recalentamiento por aire forzado y líquidos IV calientes son eficaces en pacientes con una
hipotermia severa y ritmo de perfusión.

Otras técnicas de recalentamiento son el uso de gases humidificados calientes, lavado gástrico, peritoneal, pleural o de la vejiga
con fluidos calientes (a 40 ºC) y el recalentamiento de la sangre extracorpórea con un by-pass parcial.

Durante el recalentamiento, los pacientes necesitarán grandes volúmenes de líquidos, ya que el espacio vascular aumenta con
la vasodilatación. Todos los líquidos IV han de ser recalentados.

La parada cardiaca asociada al embarazo

Hay muchas causas de parada cardiaca en la mujer embarazada. Se puede asociar a: enfermedad cardiaca previa, tromboem-
bolismo, suicidio, trastornos hipertensivos del embarazo, sepsis, embarazo ectópico, hemorragia, embolia de líquido amnió-
tico. Las mujeres embarazadas, además, pueden sufrir parada cardiaca por las mismas causas que las demás mujeres de su
grupo de edad.

En una emergencia realizar el ABCDE. Muchos problemas cardiovasculares asociados con el embarazo se deben a compresión
de la vena cava. Una vez producida:

• Poner a la paciente en posición lateral izquierda o desplazar manualmente con cuidado el útero a la izquierda.
• Aplicar oxígeno al 100%.
• Administrar un bolo de líquidos IV.
• Buscar inmediatamente la ayuda de un experto.
Modificaciones de las recomendaciones de soporte vital básico en parada cardiaca

Después de las 20 semanas de gestación, el útero de la mujer embarazada puede comprimir la vena cava inferior y la aorta, com-
prometiendo el retorno venoso y el gasto cardiaco, siendo causa de hipotensión previa a la parada y shock y desencadenar la
parada en la paciente en estado muy grave. Tras la parada cardiaca, el compromiso del retorno venoso y del gasto cardiaco cau-
sado por el útero grávido limita la efectividad de las compresiones torácicas.

Puede ser necesaria una posición de las manos algo más alta que la normal para las compresiones torácicas para ajustarse a la
elevación del diafragma y del contenido abdominal producido por el útero grávido.

Intentar la desfibrilación usando las dosis de energía estándar. No hay pruebas de que las descargas de un desfibrilador de co-
rriente directa tengan efectos adversos en el corazón fetal. Son preferibles los parches adhesivos que las palas del desfibrilador.

Modificaciones en el caso de soporte vital avanzado

Existe una gran posibilidad de insuficiencia del esfínter gastroesofágico y de riesgo de aspiración pulmonar del contenido gástrico.
La intubación traqueal precoz con presión correctamente aplicada sobre el cricoides disminuye este riesgo. La intubación traqueal
facilita la ventilación de los pulmones cuando aumenta la presión intraabdominal.

72
Reanimación cardiopulmonar (RCP) básica y avanzada del adulto
La parada cardiaca en circunstancias especiales

Puede que sea necesario usar un tubo traqueal con un diámetro interno de 0,5-1 mm, menor que el usado en una mujer no em-
barazada de tamaño similar, debido al estrechamiento materno de la vía aérea secundario a edema e inflamación.

Hemorragia

La hemorragia con riesgo vital puede darse tanto antes como después del parto. Se puede asociar con embarazo ectópico,
abruptio placentae, placenta previa y rotura uterina.

El tratamiento se basa en detener la hemorragia y además:

• Resucitación con líquidos, incluido un sistema de transfusión rápido.


• Corrección de las coágulopatías.
• Oxitocina y prostaglandinas para corregir la atonía uterina.
Enfermedad cardiovascular

La hipertensión pulmonar causa la mayoría de las muertes por enfermedad cardiaca congénita. La miocardiopatía periparto, el
infarto de miocardio y el aneurisma o disección de aorta son las causas de la mayoría de las muertes por enfermedad cardiaca
adquirida. Las mujeres embarazadas con enfermedad de arteria coronaria pueden sufrir un síndrome coronario agudo.

Eclampsia

La eclampsia se define como el desarrollo de convulsiones y/o coma inexplicado durante el embarazo o el postparto. El sulfato
de magnesio es efectivo en la prevención de aproximadamente la mitad de los casos de eclampsia que se desarrollan durante el
parto o inmediatamente tras el parto en mujeres con preeclampsia.

Embolismo amniótico

El embolismo amniótico se puede presentar con dificultad respiratoria, cianosis, arritmias, hipotensión y hemorragias asociadas
con una coagulopatía intravascular diseminada.

Electrocución

La lesión eléctrica es una agresión multisistémica relativamente infrecuente pero potencialmente devastadora, con alta morbi-
mortalidad, que causa 0,54 muertes por 100.000 habitantes cada año. La mayoría de las lesiones eléctricas en adultos se dan en
el lugar de trabajo y se asocian generalmente con un alto voltaje, mientras que en niños el riesgo principal está en el hogar, donde
el voltaje es menor.

Se debe comenzar rápidamente el soporte vital básico y avanzado estándar. La FV es la arritmia inicial más común tras una des-
carga eléctrica de corriente alterna y alto voltaje; debe ser realizada una desfibrilación precoz. La asistolia es más común tras una
descarga con corriente continua; en este caso se realizarán los protocolos estándar para esta y otras arritmias.

Cuidados postresucitación

De forma genérica con todos los pacientes se deberán tener en cuenta las nuevas recomendaciones sobre cuidados postresu-
citación:

73
Reanimación cardiopulmonar (RCP) básica y avanzada del adulto
La parada cardiaca en circunstancias especiales

• Mayor énfasis en la necesidad de cateterismo coronario urgente e intervención coronaria percutánea (ICP) tras una parada
cardiaca extrahospitalaria de probable causa cardiaca.

• El manejo con control de temperatura sigue siendo importante, pero ahora existe la opción de fijar un objetivo de 36 °C de
temperatura en lugar de los 32-34 °C recomendados previamente. La prevención de la fiebre continúa siendo muy impor-
tante.

• Ahora el pronóstico se lleva a cabo utilizando una estrategia multimodal y se hace énfasis en permitir que pase el tiempo
suficiente para la recuperación neurológica y hacer posible la eliminación de los sedantes.

• Se ha añadido una nueva sección que aborda la rehabilitación tras sobrevivir a una parada cardiaca. Las recomendaciones
incluyen la organización sistemática de los cuidados de seguimiento, que deberían incluir la valoración de potenciales al-
teraciones cognitivas y emocionales y la aportación de información.

74
9
La ética de la reanimación

Introducción

Sin duda, la idea de alargar la vida ha hecho llegar a los profesio-


© J.López Cid

nales de la salud al momento mismo y concreto de luchar pun-


tualmente contra la muerte, o mejor dicho, a lo que en otros
tiempos se hubiera considerado muerte y que hoy ha dado lugar
a otro concepto diferente, el de parada cardiorrespiratoria (PCR).
Esta conlleva, a diferencia de la muerte, una potencial reversibi-
lidad en su desarrollo (Imagen 1).

Es esta discrepancia de concepto lo que en buena parte ocasiona la


presentación de algunos dilemas a la hora de actuar, pues lógica-
mente la PCR requerirá de una actividad terapéutica sin demora, la
reanimación cardiopulmonar (RCP), mientras que la muerte precisa
de la no iniciación o el cese de toda actividad terapéutica. Sin duda,
dada la importancia de la decisión sobre la actitud a tomar o no (se
está ante una persona muerta o al borde de la muerte con posibili-
dades de vivir), la diversidad de formas con que a priori se puede in-
terpretar la situación y la extrema premura con la que se ha de
decidir, hacen del caso una situación de interesante estudio bioético,
entendiendo por bioética, su sentido más amplio de ciencia que Imagen 1 / Cuidados postreanimación en UCI
trata de la actividad de las personas en relación con la vida humana.

En buena parte por eso, es por lo que diferentes organismos internacionales, basados en los cada vez más numerosos estudios
sobre el proceso, consensúan unas pautas de diagnóstico y actuación para obtener el mejor resultado. Además, la aplicación de
la RCP a su nivel más básico, no es exclusiva de los sanitarios; lejos de esto son cada vez más numerosos los países que forman a
su población en dichas técnicas, que por ser a veces de tan alta eficiencia (buena eficacia a extraordinario coste), en muchos
casos son de obligado aprendizaje en la enseñanza básica escolar, como en Noruega, Dinamarca, etc.

Es decir, el tratamiento es sencillo y las recomendaciones de los organismos internacionales tratan de ser muy simples, hasta el
punto de que se desarrollan en forma de algoritmo, de guisa que el asistente se realiza una fácil pregunta de respuesta dicotómica,
pues solo es posible la contestación “sí o no”, y actúa en consecuencia hasta el próximo paso.

76
Reanimación cardiopulmonar (RCP) básica y avanzada del adulto
La ética de la reanimación

Las recomendaciones internacionales están guiadas especialmente por la American Heart Association (AHA) para el ámbito ame-
ricano y por el European Council Resuscitation (ERC) para los países de la esfera europea. En ambos casos, sus recomendaciones
básicas coinciden, especialmente aquellas que pueden suscitar dilemas éticos, sin que en este aspecto el Consejo de Unificación,
que pretende el consenso total de ambos organismos, haya tenido ningún problema al respecto. En este sentido, ambos Consejos
coinciden en el diagnóstico de la PCR (inconsciencia, apnea y falta de pulso), así como en delimitar los aspectos fronterizos entre
muerte y parada, no considerándose esta última cuando:

• Se trate de la evolución final de un proceso terminal.


• La víctima presente signos de muerte biológica (rigor, livor, etc.).
• Hayan pasado más de 10 minutos desde el comienzo de la PCR sin ninguna asistencia.
• Cuando la RCP demore atención a otras víctimas con mayores posibilidades de supervivencia (caso de accidente múltiple
o catástrofe).

• Cuando existe riesgo grave para otras víctimas o reanimador.


• Cuando la instauración de la RCP sea contraria a los deseos clara y documentalmente expresados por el paciente, estando
este en una situación de plena competencia.
Como puede observarse, ambos Consejos coinciden en criterios puramente biológicos y del afectado, así como otros que ya no
dependen solo del estado de la víctima sino de las circunstancias que rodean el hecho o el respeto a voluntades personales.

Parece pues lógico que si existen unas recomendaciones de actuación terapéutica dadas por expertos que recopilan todos los
trabajos científicos realizados en el área, estas sean seguidas por quienes se vean en situación de actuar, lo que supone un plan-
teamiento de partida sobre temas éticos, universal.

Por otro lado, por ejemplo, el Código Deontológico (entre lo ético y lo legal) de enfermería (1998) permite lectura contradictoria
y presentación de dilemas sobre estos aspectos en sus artículos 5 (evitar tratos degradantes y afrentas a su dignidad), 6 (respetar
libertad del paciente y elegir la atención que se le presta), 7 (el consentimiento del paciente ha de ser obtenido siempre en re-
conocimiento a su derecho moral a participar en la atención que se le preste), 15 (realizará el tratamiento correcto), 16 (la vida
es un derecho fundamental y evitará acciones conducentes a su menoscabo o destrucción) y 18 (prestará hasta el final de la vida
del paciente cuidados para aliviar sus sufrimientos, y a la familia para afrontar la muerte cuando no pueda ya evitarse).

Desde esta perspectiva, se desarrollará a continuación la aplicación de los cuatro principios de la bioética (beneficencia, no ma-
leficencia, justicia y autonomía). Aun habiendo autores que los han separado en ámbitos de lo público y lo privado, o incluso je-
rarquizado, se exponen aquí en orden, en principio, indiferente.

Principio de beneficiencia

De entrada parece el más obvio. El principal fin que debe guiar la actitud del profesional enfermero al plantearse el comienzo o
el cese de una RCP, debe ser obtener un bien para el asistido; en este caso, el sacarle de una situación crítica para devolverle una
vida con mínimo de calidad o el aceptar el hecho de que toda persona en un momento dado va a morir. En este sentido, Safar
(1958), padre de la RCP actual, la define como “devolver a la vida a quienes no les llegó la hora de morir”.

Transgresores de este principio son, a modo de ejemplo, quienes llevan a cabo una RCP con el fin de prolongar la “vida” de un
personaje público que, por diferentes motivos (políticos, económicos, etc.), no conviene que muera en un determinado momento,
sin tener en cuenta si realmente se le devuelve a una vida de calidad o a un estado crónico comatoso que en ningún momento
busca el beneficio del atendido y que raya en la violación del siguiente principio. Así, se ha prolongado la vida de jefes de Estado
o la de recién nacidos irrecuperables, que tras vivir un mínimo de 24 horas, son persona jurídica y trastocan herencias de títulos
y bienes en general.

77
Reanimación cardiopulmonar (RCP) básica y avanzada del adulto
La ética de la reanimación

Principio de la no maleficiencia

Se corresponde al Primum nil nocere de Hipócrates. Aunque pudiera ser entendido similar al principio anterior, una reflexión
que ya Cervantes transmitía en su Quijote es que no es lo mismo hacer el bien que evitar el mal.

Así, en los criterios para no realizar RCP, se ha observado cómo se incluía el que hubiesen transcurrido más de 10 minutos desde
que se produjera la PCR sin que hubiese ninguna atención. Esto se debe a que, pasado este tiempo, es más que probado hoy
(salvo en caso de hipotermia o intoxicación por barbitúricos, donde este tiempo se puede prolongar), la anoxia cerebral que
provoca lesiones que, incluso consiguiendo la vuelta del funcionamiento cardiopulmonar, llevan a la persona a quedar en pro-
fundo e irreversible coma neurológico.

Hasta hace aproximadamente unos seis años, este aspecto de los 10 minutos se recogía de manera bien distinta y se recomendaba
no comenzar RCP si la parada no había sido presenciada. Si bien es cierto que así se evitaba que en muchos casos se realizase
RCP a quienes llevaban en parada más de 10 minutos, también es verdad que podría ocurrir que no se atendiese a personas con
una parada muy reciente y que desearían ser reanimados.

Dado el posible bien que se podría evitar a estas personas, se comenzó a aplicar el beneficio de la duda y se retiró este criterio,
incluyéndose el de los más de 10 minutos y/o signos evidentes de muerte biológica, asumiéndose así el llamado “principio de
doble efecto” que manifiesta como aceptable el que se hagan acciones buscando con probabilidades y rigurosidad un efecto
deseable, aunque finalmente pueda encontrarse un efecto indeseable (p. ej.: no se puede dejar de usar morfina en un paciente
terminal por si apareciese insuficiencia respiratoria).

Transgresores del principio de no maleficencia, a modo de ejemplo, son aquellos sanitarios o ciudadanos que, conocedores de
la larga evolución de una parada sin tratamiento, se empecinan en realizar RCP logrando un daño al paciente y familia; bien por
prolongar una desagradable agonía, bien por generar un previsible coma con muerte cerebral. Es decir, una distanasia con en-
carnizamiento terapéutico.

Principio de justicia

Tanto este como el siguiente, son principios que han sido asumidos más recientemente por el mundo sanitario, fruto tal vez del
desarrollo del pensamiento post-moderno. Su aplicación parte del principio de igualdad de todos los humanos y resulta de alto
interés su interpretación según el nivel en que se quisiera estudiar.

Aunque en esta exposición hay que centrarse en el ámbito de actuación concreto y puntual de un reanimador, se podría observar
desde otros planos:

• Si la perspectiva se hace mundial, no habría que ceñirse a la RCP para observar cuán injusto puede ser que en determinadas
zonas haya gente que siga muriendo de hambre o infecciones básicas, mientras que en otros se pelea por la vida con alta
tecnología hasta su propio límite.

• Pero si se desciende a niveles más locales, del ámbito incluso de provincia y especialmente en países de sanidad pública no
universalizada, se puede encontrar en un radio de metros a personas que carecen de la atención básica principal y a personas
que en crisis tendrían a su disposición los más sofisticados y costosos medios para atender patologías a veces incluso irre-
versibles. Tal vez, y entendiendo la ética como al comienzo se dijo, como un compromiso público, se deba reflexionar si la
responsabilidad de lo expuesto es absolutamente ajena y nos supera y si la actitud de las enfermeras/os en este sentido es
todo lo comprometidamente “ética” que debiera ser.

• A la hora de encararse directa y personalmente con una PCR, el principio de justicia se entendería básicamente en actuar
con igual criterio, sea cual sea la persona afectada, recordando siempre que se está trabajando con el binomio vida/muerte
y, por lo tanto, en la posición más extrema e, incluso, que los medios que se emplean son costosos y limitados.

78
Reanimación cardiopulmonar (RCP) básica y avanzada del adulto
La ética de la reanimación

Transgresores de este principio son quienes a modo de ejemplo, no están durante el mismo tiempo realizando una RCP con una
persona conocida o una desconocida; o quienes se dejan influenciar por el aspecto de la víctima a la hora de llevar a cabo una
respiración asistida.

Principio de autonomía

Se trata sin duda del más polémico y a su vez el más estudiado en la actualidad. Tal vez por ser el más reciente, en una visión
post-modernista, se lo ha rebautizado como “principio de autoridad moral”, a fin de despolemizar y hacer notar que es conve-
niente contar con el permiso de los implicados en una empresa que debe de ser común.

Tradicionalmente, la relación enfermera o médico/paciente, se ha desarrollado en un marco claramente paternalista. De la misma


manera que un padre o una madre impiden hacer algo dañino a un hijo por mucho que este se empeñe, con el criterio de que
es “por su bien y porque ellos son quienes saben de ese asunto”, el profesional sanitario no consultaba al enfermo por estar en
posesión de la sabiduría referente a todo lo que el paciente realmente necesita.

Sin duda, esta visión está cambiando, aunque la justificación de las intervenciones paternalistas no se debe plantear a partir de
su oposición o compatibilidad con la autonomía del sujeto, sino por una comprensión más cabal de la moral del liberalismo in-
dividualista.

Lo cierto es que en el modelo social emergente se tiende a que cada cual tenga derecho a opinar sobre su salud en ejercicio de
su libertad. La libertad es posibilidad de optar, y para optar hay que saber. Por ello es preciso que la persona esté debidamente
informada, y ello supone conocer en el caso que se está tratando, que una PCR es posible y en qué consiste y cuáles podrían ser
las oportunidades tras una reanimación.

El hecho de que en una parada cardiorrespiratoria el individuo se muestra con una falta de actividad de los órganos vitales por
excelencia, y que la acción terapéutica es siempre de carácter altamente agresivo y de beneficio no asegurado; hacen que la no
actuación no entre en el terreno propio de la eutanasia (y mucho menos de la activa), sino que se aproximaría más bien al de
una ortotanasia llevada a su caso más extremo, antes llamado adistanasia u omisión “moralmente aceptable”. Por ello, ante un
paciente que decidiera dejar constancia en estado de lucidez, debidamente informado y sin coacciones internas (estado psico-
lógico) ni externas de que no sea reanimado, se ha podido observar cómo los consejos mundiales expertos en RCP, asesorados
por sus comités de ética, incluyen estos casos en los no reanimables, siendo un criterio más entre los puramente fisiológicos.

No obstante, el criterio de autonomía sigue encontrando profesionales que desarrollan su labor de manera paternalista y deci-
diendo por el individuo si es bueno o no realizar una RCP y esgrimen el anterior principio de justicia, no como una igualdad de
trato a todos los atendidos, sino como una posibilidad para recurrir ante un juez y que sea él quien dictamine si se debe llevar a
cabo la voluntad del individuo, colocando así este supuesto principio por delante del de autonomía.

En cualquier caso, en un momento como es el cese de la actividad cardiorrespiratoria de una persona, antes de comenzar a
realizar una RCP, han de ser siempre instantánea y mentalmente revisados los criterios recomendados por los organismos inter-
nacionales competentes para efectuar un diagnóstico de parada cardiorrespiratoria.

Por ello, y como de darse el caso de voluntad personal del paciente de que no se le reanime, esta se produciría con una mínima
antelación, en la historia clínica del mismo tiene que constar, al igual que provocada por otros criterios de futilidad, la orden de
NO REANIMACIÓN.

Transgresores de este principio, a modo de ejemplo, son quienes sospechando la voluntad de un paciente de no ser reanimado,
rehuyen el clarificar y concretar o no este hecho; y quienes conociendo la voluntad constatable de un paciente de no ser reani-
mado, comienzan maniobras de reanimación cardiopulmonar guiados exclusivamente por su criterio y su ética, sin entender ni
respetar aquella de sobre quienes la ejercen.

79
10
Primeros auxilios

Introducción

Por primera vez se incluye en las Recomendaciones de 2015 del ERC una sección de primeros auxilios.

El Consejo Español de Resucitación Cardiopulmonar resume debidamente estos principios de formación en resucitación que se
amplían a continuación y de forma textual.

Formación

• En centros que cuenten con recursos para adquirir y mantener maniquíes con altas prestaciones, recomendamos su utili-
zación. Sin embargo, la utilización de maniquíes con menores prestaciones es apropiada para todos los niveles de formación
en los cursos del European Resuscitation Council (ERC).

• Los dispositivos de retroalimentación de directrices de reanimación cardiopulmonar (RCP) son útiles para mejorar la fre-
cuencia de compresión, profundidad, descompresión y posición de las manos. Los dispositivos sonoros mejoran solamente
las frecuencias de compresión y pueden tener un efecto perjudicial sobre la profundidad de la compresión mientras los re-
animadores se centran en la frecuencia.

• Los intervalos para el reciclaje diferirán según las características de los participantes (p. ej.: legos o personal sanitario). Es sa-
bido que las destrezas de RCP se deterioran en unos meses después de la formación y, por tanto, las estrategias de reciclaje
anual pueden no ser de una frecuencia suficiente. Mientras no se conozcan los intervalos óptimos, el reciclaje frecuente
“poco concentrado y breve” puede ser beneficioso.

• La formación en habilidades no técnicas (p. ej.: habilidades en comunicación, liderazgo de equipos y papeles de miembro
del equipo) constituye un aditamento esencial en la formación de las habilidades técnicas. Este tipo de formación debería
ser incorporado en los cursos de soporte vital.

• Los operadores de los servicios de emergencias tiene un papel decisivo a la hora de guiar a los reanimadores legos en cómo
realizar la RCP. Este papel necesita formación específica de cara a proporcionar instrucciones claras y efectivas en una si-
tuación estresante (Imágenes 1A-1E).

79
Reanimación cardiopulmonar (RCP) básica y avanzada del adulto
Primeros auxilios

1A 1B

1C 1D

1E

Imágenes 1A-1E / Muestra de la secuencia de la posición lateral de seguridad a reanimadores legos

80
Reanimación cardiopulmonar (RCP) básica y avanzada del adulto
Primeros auxilios

Implementación

• Se ha demostrado que la revisión autocrítica, centrada en

© DAE
la actuación y basada en datos, mejora la actuación de los
equipos de resucitación. Se recomienda encarecidamente
su utilización por los equipos que asisten a pacientes en pa-
rada cardiaca.

• Se han de fomentar los sistemas regionales incluyendo cen-


tros de parada cardiaca, ya que existe una asociación con el
incremento de la supervivencia y mejoría del pronóstico neu-
rológico en víctimas de parada cardiaca extrahospitalaria.

• Se están desarrollando sistemas novedosos para alertar a


los testigos sobre la localización del desfibrilador externo
automático (DEA) más próximo (Imagen 2). Se ha de fo-
mentar cualquier tecnología que mejore la celeridad de ad-
ministración de RCP por testigos con rápido acceso a un
DEA.

• “Salvar una vida requiere un sistema” (“It takes a system to


save a life”). [http://www.resuscitationacademy.com]. Las or-
ganizaciones sanitarias con responsabilidad en el manejo
de los pacientes con parada cardiaca (p. ej.: servicios de
emergencias o centros de parada cardiaca) deberían evaluar
sus procesos para asegurar que son capaces de proporcio-
nar los cuidados que aseguren las mejores tasas de super-
Imagen 2 / Desfibrilador externo automático en un aeropuerto
vivencia posibles que se pueden conseguir.

81
11
Algoritmos

Resumen de los cambios realizados en las nuevas recomendaciones de 2015

Soporte vital básico del adulto y desfibrilación externa automatizada

Las Recomendaciones 2015 del European Resucitation Council (ERC) destacan la importancia crítica de las interacciones entre el
operador telefónico del servicio de emergencias médicas, el testigo que realiza la reanimación cardiopulmonar (RCP) y el des-
pliegue a tiempo de un desfibrilador externo automatizado (DEA).

Una respuesta coordinada eficaz de la comunidad que agrupe estos elementos es clave para mejorar la supervivencia de la parada
cardiaca extrahospitalaria.

• El operador telefónico de emergencias médicas juega un papel importante en el diagnóstico precoz de la parada cardiaca,
la realización de RCP con ayuda telefónica (conocida también como RCP telefónica), y la localización y disponibilidad de
un DEA.

• El testigo formado y capacitado debería valorar a la víctima del colapso rápidamente para determinar si no responde y no
respira normalmente y luego alertar inmediatamente a los servicios de emergencias.

• La víctima que no responde y no respira normalmente está en parada cardiaca y requiere RCP. Los testigos y los operadores
telefónicos de emergencias médicas deberían sospechar una parada cardiaca en cualquier paciente que presente convul-
siones y valorar cuidadosamente si la víctima respira normalmente.

• Los que realizan la RCP deberían dar compresiones torácicas en todas las víctimas de parada cardiaca. Los que estén for-
mados y sean capaces de hacer respiraciones de rescate tendrían que realizar compresiones torácicas y respiraciones de
rescate combinadas.

• Nuestra consideración en la equivalencia entre la RCP solo con compresiones torácicas y la RCP estándar no es suficiente
para cambiar la práctica actual.

• La RCP de alta calidad sigue siendo esencial para mejorar los resultados. Los que realizan RCP deberían asegurar compre-
siones torácicas de profundidad adecuada (aproximadamente 5 cm pero no más de 6 cm en el adulto medio) con una fre-
cuencia de 100-120 compresiones por minuto. Permitir que el tórax se reexpanda completamente tras cada compresión y
minimizar las interrupciones en las compresiones. Cuando se administren respiraciones de rescate/ventilaciones, emplear
aproximadamente 1 segundo para insuflar el tórax con un volumen suficiente para asegurar que el tórax se eleve visible-

83
Reanimación cardiopulmonar (RCP) básica y avanzada del adulto
Algoritmos

mente. La relación de compresiones torácicas y ventilaciones sigue siendo 30:2. No interrumpir las compresiones torácicas
durante más de 10 segundos para administrar ventilaciones.

• La desfibrilación en los 3-5 primeros minutos del colapso puede producir tasas de supervivencia tan altas como 50-70%. Se
puede conseguir desfibrilación precoz por los que hacen la RCP mediante la utilización de DEA de acceso público in situ.
Se deberían implementar activamente programas de acceso público a DEA en los espacios públicos que tengan una alta
afluencia de personas.

• La secuencia de RCP del adulto puede utilizarse con seguridad en niños que no responden y no respiran con normalidad.
La profundidad de las compresiones torácicas en niños debería ser de al menos un tercio del diámetro torácico anteropos-
terior (para lactantes esto es 4 cm, para niños 5 cm).

¿No responde y no respira con normalidad?

30 compresiones torácicas

2 respiraciones de rescate

Continúe RCP 30:2

En cuanto llegue el DEA enciéndalo


y siga sus instrucciones

Cuadro 1 / Algoritmo de soporte vital básico / desfibrilación externa automatizada (SVB/DEA)

84
Reanimación cardiopulmonar (RCP) básica y avanzada del adulto
Algoritmos

Resucitación en el hospital

Paciente crítico/deteriorado

Grite pidiendo AYUDA y evalúe al paciente

Signos de vida

No Sí

Avise al equipo de resucitación · Evalúe el ABCDE


· Reconozca y trate
· Oxígeno, monitorización, acceso IV

RCP 30:2
con oxígeno e instrumental de vía aérea Avise al equipo de resucitación si procede

· Aplique parches/monitorice
· Intente la desbrilación si está indicada Transfiera al equipo
de resucitación

Soporte vital avanzado a la llegada del


equipo de resucitación

Cuadro 2 / Algoritmo de resucitación en el hospital. ABCDE – vía aérea, respiración (B), circulación, discapacidad, exposición IV – intravenoso; RCP – resucitación cardiopulmonar

85
Reanimación cardiopulmonar (RCP) básica y avanzada del adulto
Algoritmos

Soporte vital avanzado


¿No responde y no respira
con normalidad?

Llame al equipo de resucitación

RCP 30:2
Conecte el monitor/desfibrilador
Minimece las interrupciones

Evalúe el ritmo

Desbrilable No desbrilable
(FV/TVSP) (AESP/asistolia)

Recuperación
de la circulación
1 descarga
espontánea
Minimice las
interrupciones

Tratamiento inmediato
postparada cardiaca

Reinicie inmediatamente · Use el abordaje ABCDE Reinicie inmediatamente


RCP durante 2 min · Procure SaO de 94-98%
2
RCP durante 2 min
Minimice las interrupciones · Procure una PaCO normal 2
Minimice las interrupciones
· ECG de 12 derivaciones
· Trate la causa precipitante
· Manejo con control de la
temperatura

Durante la RCP Tratar las cuasas reversibles


· Asegure compresiones torácicas de alta calidad · Hipoxia · Trombosis – coronaria o pulmonar
· Minimice interrupciones de las compresiones · Hipovolemia · Neumotórax a tensión
· Administre oxígeno · Hipo/hiperkalemia · Taponamiento cardiaco
· Utilice capnografía con forma de onda · Hipo/hipertermia · Tóxicos
· Compresiones continuas cuando se haya asegu-
rado la vía aérea
Considerar
· Acceso vascular (intravenoso o intraóseo)
· Administre adrenalina cada 3-5 min · Ecografía
· Administre amiodarona después de tres · Compresiones torácicas mecánicas para facilitar traslado/tratamiento
descargas · Coronariografía e intervención coronaria percutánea
· RCP extracorpórea
Cuadro 3 / Algoritmo de soporte vital avanzado. RCP – resucitación cardiopulmonar; FV/TVSP – fibrilación ventricular/taquicardia ventricular sin pulso; AESP – actividad eléctrica sin pulso;
ABCDE – vía aérea, respiración (B), circulación, discapacidad, exposición; SaO2 – saturación arterial de oxígeno; PaCO2 – presión arterial parcial de dióxido de carbono; ECG
electrocardiograma

86
Reanimación cardiopulmonar (RCP) básica y avanzada del adulto
Algoritmos

Algoritmo de taquicardia (con pulso)


· Evalúe utilizando el abordaje ABCDE
· Asegure el aporte de oxígeno y obtenga un acceso venoso
· Monitorice ECG, TA, SpO , registre ECG de12 derivaciones
2
· Identique y trate las causas reversibles (p. ej.: desequilibrio electrolítico)

Evalúe la presencia de signos adversos


Cardioversión sincronizada 1. Shock 3. Isquemia miocárdica
Inestable
*Hasta 3 intentos 2. Síncope 4. Insuciencia cardiaca

Estable

· Amiodarona 300 mg IV en ¿Es el QRS estrecho (< 0,12 sec)?


10-20 min y repita la
descarga seguida de:
· Amiodarona 900 mg en 24 Ancho Estrecho
horas

QRS estrecho
QRS ancho
¿Es el ritmo regular?
¿Es el QRS regular?

Regular Irregular
Irregular Regular

Taquicardia irregular de
· Realice maniobras vagales complejo estrecho
Busque ayuda experta
· Adenosina 6 mg IV rápido; Probablemente fibrilación
- Si no es eficaz, administre 12 mg
! auricular
- Si no es eficaz, administre
otros 12 mg Controlar frecuencia con:
Posibilidades
· FA con bloqueo de rama
Si taquicardia ventricular
· Monitorización continua · ß-bloqueantes o diltiazem

tratar como en las de com-


(o ritmo incierto):
· Amiodarona 300 mg en del ECG · Considere digoxina o amioda-
rona si hay evidencia de insufi-
plejo estrecho 20-60 min; luego 900 mg en 24 h ciencia cardiaca
· ATV poliforma · Si se ha confirmado previa- Anticoagulantes si duración > 48 h
(p. ej.: torsades de Pointes- mente
¿Recuperado el ritmo sinusal?
administrar magnesio 2 g en TSV con bloqueo de rama:
10 min) administrar adenosina como
en la taquicardia regular de
complejo estrecho SÍ NO Busque ayuda experta

!
Probable TPSV por re-entrada: Posible flutter auricular:
· Registre ECG de 12 derivaciones en ritmo sinusal Controlar frecuencia (e.g. ß-bloqueante)
· Si recurre, administre adenosina de nuevo y consi-
dere antiarrítmicos profilácticos

*La cardioversión eléctrica en pacientes conscientes, se lleva siempre a cabo bajo sedación o anestesia general!

Cuadro 4 / Algoritmo de taquicardia. ABCDE – vía aérea, respiración (B), circulación, discapacidad, exposición; IV – intravenoso; SpO2 – saturación de oxígeno medida por pulsioximetría;
TA – tensión arterial; ECG – electrocardiograma; CC – corriente continua; FA – fibrillación auricular; TV – taquicardia ventricular; TSV – taquicardia supraventricular; TPSV – taquicardia
paroxística supraventricular

87
Reanimación cardiopulmonar (RCP) básica y avanzada del adulto
Algoritmos

Algoritmo de bradicardia

· Evalúe utilizando el abordaje ABCDE


· Asegure el aporte de oxígeno y obtenga un acceso venoso
· Monitorice ECG, TA, SpO , registre ECG de12 derivaciones
2
· Identique y trate las causas reversibles (p. ej.: desequilibrio electrolítico)

Evalúe la presencia de signos adversos


1. Shock 3. Isquemia miocárdica
2. Síncope 4. Insuficiencia cardiaca

SÍ NO

Atropina
500 mcg IV

¿Riesgo de asistolia?
¿Respuesta satisfactoria? SÍ · Asistolia reciente
· Bloqueo AV Mobitz II
· Bloqueo AV completo con
QRS ancho
NO
· Pausa ventricular > 3 s
Medidas temporales SÍ

· Atropina 500 mcg IV. Repetir hasta un


máximo de 3 mg
· Isoprprotenerol 5 g/min IV
· Adrenalina 2-10 g/min IV
· Fármacos alternativos* NO
O
· Marcapasos transcutáneo*

!
Busque ayuda experta
Prepare marcapasos transvenoso

Observe
*Las alternativas incluyen
· Aminolina
· Dopamina
· Glucagón (si sobredosis de ß-bloqueantes o antagonistas
del calcio)
· Glicopirrolato, se puede utilizar en lugar de atropina

Cuadro 5 / Algoritmo de bradicardia. ABCDE – vía aérea, respiración (B), circulación, discapacidad, exposición,; IV – intravenoso; SpO2 – saturación de oxígeno medida por pulsioximetría;
TA – tensión arterial; ECG – electrocardiograma; AV – auriculoventricular

88
Reanimación cardiopulmonar (RCP) básica y avanzada del adulto
Algoritmos
© ERC

ga el ahogamie ozca el pelig cione flotaci ue del agua cione cuidad


en con ro por ón Saq por os
ev
nt
o Re ro ro

P
Pr

res
Esté

a
Pida

yud
do
seg

de

ir a
a

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alr ed Par So rlo dic

a
a evitar sumersión
al

B
ien ap que
u

lo
en e
l agua y sus que llame par si es seguro hace atención mé

Cuadro 6 / Cadena de supervivencia del ahogamiento.

89
Reanimación cardiopulmonar (RCP) básica y avanzada del adulto
Algoritmos

Accidente por avalancha

EUROPEAN
RESUSCITATION Accidente por
COUNCIL
Avalancha

Valorar al paciente en la extricación


Lesiones letales o congelación No comenzar
corporal total RCP

NO
≤ 60 min
(≥ 30°C)
Duración del sepultamiento Algoritmo universal
(temperatura central)1 de SVA2

> 60 min (< 30°C)


SÍ Recalentamiento
¿Signos de vida?3 mínimamente
invasivo4

NO

Empezar RCP5 FV/TVSP/AESP


Monitorizar ECG


Asistolia o > 8 mmol L-1
INCIERTO
Considere el Hospital
Vía aérea permeable
potasio sérico6 con SVEC

NO

Considere terminación de la RCP

1.
Se puede substituir por la temperatura central si no se conoce la duración del sepultamiento
2.
Trasladar a los pacientes con lesiones o potenciales complicaciones (p.ej. Edema pulmonar) al hospital más apropiado
3.
Comprobar si hay respiración espontánea y tiene pulso durante no más de 1 min
4.
Trasladar a los pacientes con inestabilidad cardiovascular o temperatura central < 28ºC a un hospital con SVEC (Soporte Vital
Extra-Corpóreo)
5.
No haga RCP si el riesgo para el equipo rescatador es inaceptablemente alto
6.
Lesiones por aplastamiento y bloqueantes neuromusculares pueden elevar el potasio sérico

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Publicado Octubre 2015 por European Resuscitation Council vzw, Emile Vanderveldelaan 35, 2845 Niel, Belgium
Copyright: © European Resuscitation Council vzw Referencia de producto: Poster_SpecCircs_ AvalancheAccident_Algorithm_SPA_V20151214

90
Reanimación cardiopulmonar (RCP) básica y avanzada del adulto
Algoritmos

Ahogamiento

EUROPEAN
RESUSCITATION
COUNCIL Ahogamiento

¿No responde y no respira con


normalidad?

Grite pidiendo ayuda y llame a los


servicios de emergencia (112)

Abrir la vía aérea

Administre 5 respiraciones /
ventilaciones de rescate
con suplemento de oxígeno si es posible

¿Signos de vida?

Comience RCP 30:2

Conecte el DEA y siga sus instrucciones

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Publicado Octubre 2015 por European Resuscitation Council vzw, Emile Vanderveldelaan 35, 2845 Niel, Belgium
Copyright: © European Resuscitation Council vzw Referencia de producto: Poster_SpecCircs_ Drowing_Algorithm_SPA_V20151214

91
Reanimación cardiopulmonar (RCP) básica y avanzada del adulto
Algoritmos

Anafilaxia

EUROPEAN
RESUSCITATION
COUNCIL
Anafilaxia
¿Reacción anafiláctica?

Valore utilizando el abordaje ABCDE

Diagnóstico - busque:
Q Inicio agudo del cuadro
Q Problemas de riesgo vital por vía aérea y/o
respiración y/o circulación1
Q Y, habitualmente, cambios en la piel

Q Llame pidiendo ayuda


Q Ponga al paciente en decúbito supino con las piernas
elevadas (si le permite respirar)

Adrenalina2

Cuando se disponga de pericia y material:


Q Asegurar la vía aérea Monitorice:
Q Oxígeno a alto flujo Q Pusioximetría

Q Carga de fluídos IV3 Q ECG

Q Clorfenamina4 Q Presión arterial

Q Hidrocortisona5

1.
Problemas de riesgo vital:
Vía aérea: edema, ronquera, estridor
Respiración: taquipnea, sibilancias, fatiga, cianosis, SpO2 < 92 %, confusión
Circulación: palidez, frialdad, tensión arterial baja, mareo, somnolencia/coma

Adrenalina (administre IM salvo que tenga experiencia con adrenalina IV)


2. 3.
Carga de fluídos IV (cristaloides):
Dosis IM de adrenalina 1:1000 (repita tras 5 min si no mejora) Adulto 500 - 1000 mL
Q Adulto 500 µg IM (0,5 mL) Niño 20 mL kg-1
Q Niño de más de 12 años 500 µg IM (0,5 mL)
Q Niño de 6-12 años 300 µg IM (0,3 mL)
Detenga coloídes IV si éstos pudieran ser
Q Niño de menos de 6 años 150 µg IM (0,15 mL)
la causa de anafilaxia
Adrenalina IV para administración solo por especialistas con
experiencia
Dosis: Adultos 50 µg; Niños 1µg Kg-1

4.
Clorfenamina 5.
Hidrocortisona
(IM o IV lento) (IM o IV lento)
Adulto o niños de más de 12años 10 mg 200 mg
Niños de 6 a 12 años 5 mg 100 mg
Niños de 6 meses a 6 años 2,5 mg 50 mg
Niños de menos de 6 meses 250 µg kg-1 25 mg

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Publicado Octubre 2015 por European Resuscitation Council vzw, Emile Vanderveldelaan 35, 2845 Niel, Belgium
Copyright: © European Resuscitation Council vzw - Reproducido con permiso de Elsevier Ireland Ltd.- licencia número 3674081014315
Referencia de producto: Poster_SpecCircs_Anaphylaxis_SPA_V20151214

92
Reanimación cardiopulmonar (RCP) básica y avanzada del adulto
Algoritmos

Hiperkaliemia

EUROPEAN
RESUSCITATION Hiperkaliemia
COUNCIL

Q Valorar utilizando el abordaje ABCDE


Q ECG de 12 derivaciones y monitorización del ritmo cardiaco si potasio sérico (K+)
≥ 6,5 mmol L-1
Q Descartar Pseudohiperkaliemia
Q Administrar tratamiento empírico en arritmia si se sospecha hiperkaliemia

LEVE MODERADA SEVERA


K+ 5,5 - 5,9 mmol L-1 K+ 6,0 - 6,4 mmol L-1 K+ ≥ 6,5 mmol L-1
Tratamiento guiado por la
Considerar la causa y la Indicado tratamiento de
situación clínica, el ECG y la
necesidad de tratamiento emergencia
velocidad de aumento

Solicite ayuda experta

¿Cambios en el ECG?
Q Ondas T picudas Q QRS ensanchado Q Bradicardia
Q Ondas P aplanadas / Q Onda sinusal Q TV
ausentes
NO SÍ

Proteger Calcio IV
el corazón Cloruro cálcico 10 % IV 10 mL
o Gluconato cálcico 10 % 30 mL
Q Utilizar acceso IV grueso y administrar en 5-10 min
Q Repetir ECG
Q Considerar nueva dosis tras 5 min si persisten
los cambios ECG

Infusión IV de glucosa-insulina
Glucosa (25 gr) con 10 unidades de insulina soluble IV en 15 min
Glucosa (25 gr) = 50 ml glucosa 50 % o 125 ml glucosa 20 %
Movilizar K+ Riesgo de hipoglucemia
dentro de
las células
Salbutamol nebulizado 10-20 mg

Considerar resín Considerar diálisis


Eliminar K+ calcio
15 gr x 4/día oral o Solicite ayuda
del 30 gr x 2/día rectal experta
organismo

Monitorizar potasio sérico y glucemia


Monitorizar K+ ≥ 6,5 mmol L-1 a pesar
K+ y glucemia de tratamiento médico

Prevención Considerar la causa de la hiperkaliemia y prevenir su recurrencia

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Copyright: © European Resuscitation Council vzw - Reproducido con permiso de Elsevier Ireland Ltd.- licencia número 3674081014315
Referencia de producto: Poster_SpecCircs_Hyperkalaemia_Algorithm_SPA_V20151214

93
Reanimación cardiopulmonar (RCP) básica y avanzada del adulto
Algoritmos

Parada cardiaca traumática

EUROPEAN
RESUSCITATION Parada Cardiaca
COUNCIL
Traumática

Paciente traumático

Parada cardiaca / Situación peri-parada

Algoritmo
Considerar causa no traumática PROBABLE
universal de SVA

Hipoxia IMPROBABLE
Neumotórax a tensión
Simultáneamente aborde causas reversibles
Continúe SVA
Inicie /

Taponamiento cardiaco
Hipovolemia

1. Controle la hemorragia catastrófica ¿Espacio de


2. Controle la vía aérea y maximice la oxigenación tiempo?
3. Descompresión torácica bilateral < 10 min desde
4. Aliviar el taponamiento cardiaco la parada
5. Cirugía para control de hemorragias o compresión ¿Experiencia?
aórtica proximal
¿Equipamiento?
6. Protocolo de transfusión masiva y fluídos
¿Escenario?

Considere toracotomía
Considere terminación ¿Recuperación de la circulación
NO de resucitación
de la RCP espontánea?
inmediata

Pre-hospital:
Q Realizar solo intervenciones de emergencia

vital
Q Traslado inmediato al hospital apropiado

En el hospital:
Q Resucitación de control de daños

Q Control definitivo de hemorragias

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94
Reanimación cardiopulmonar (RCP) básica y avanzada del adulto
Algoritmos

Soporte vital básico y desfibrilación externa automática

EUR OPEAN
RESUSCITA
ATION
COUNCIL

Sopor
o te Vital Básico y
Desfi
fibrrilación Externa Auto
omática
Com
mprue
ebe la respuesta
Sacúdaalo suavemente
Pregun
nte en voz alta: “¿Se encuentra bien?”

Si no
o resp
ponde
Abra la vía aérea y compruebe la respiración

Si no resp
pira normalmente
Si respira norrmalmente
o no resp
pira
Llame al 1
112; encuentre y traiga un DEA
Comience inmediatamente *
la RCP Colóquelo en
n posición
de recuperación
Coloque sus m
manos en el centro del pecho
Dé 30 compresiones torácicas: t Llame al 112
t Continúe valoran
ndo que la respiración
t Comprima firmemen
m te al menos 5 cm de profun-
se mantiene norm
mal
didad a una frecuencia
e de al menos 100/min
t Selle sus labios
os alrededor de la boca
t Sople firmemeente hasta que el pecho se eleve
t Dé la siguiente respiración cuando el pecho baje
t Continúe la RCPC

RCP 30:2
30 2

Conecte el DEA y pegue los parches


Siga las indicaciones verbales inmediatamente
Pegue un parche bajo la axila izquierda
Pegue el otro parche bajo la clavícula derecha, junto al esternón
Si hay más de un reanimador: no interrumpa la RCP

Mantenga el sitio despejado y administre la de


escarga
Nadie debería tocar a la víctima
- durante el análisis
- durante la administración de la descarga

Si la víctima comienza a despertarse: se mueve, abre los ojos y respira normalmente, deten
nga la RCP
P.
Si permanece inconsciente, colóquelo en la posición de recuperación*.

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Reffer
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95
Reanimación cardiopulmonar (RCP) básica y avanzada del adulto
Algoritmos

Soporte vital básco y desfibrilación externa automatizado (DEA)

EUROPEAN
RESUSCITATION Soporte Vital Básico y
COUNCIL
Desfibrilación Externa
Automatizado (DEA)

No responde y no respira
con normalidad

Llame al Servicio
de Emergencias

Dé 30 compresiones
torácicas

Dé 2 respiraciones
de rescate

Continúe RCP 30:2

En cuanto llegue el DEA -


enciéndalo y siga sus
instrucciones

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96
Reanimación cardiopulmonar (RCP) básica y avanzada del adulto
Algoritmos

Soporte vital básico con un desfibrilador externo automatizado (DEA)

EUR OPEAN
O
RESU
USCIT
COUNNCIL
TA
AT
TION
Soporte Vital Básico con
un Desfibrilador Ex
E terno
Automatizado (DE EA)

Q Sacuda suavemente
Compruebe la respuesta Q Pregunte en voz alta: “¿Se encuentra bien?”

Si no respo
onde Q Abra la vía aérea & compruebe la respiración

Si no respo
onde y no respira
Si respira con
o normalidad
con normalidad

Colóquelo en la posición
o de recuperación
Q Llame al 112, en
nvíe a alguien a buscar un DEA
Q Llame al 112
Q Continúe valor
con normalidad

Inicie inmediatamente Q Coloque sus manosnos en el centro del pecho


Q Dé 30 compresiones torácicas:
compresiones torácicas - Comprima firmemen
m te al menos 5 cm pero no
más de 6 cm
- Comprima a una frecuencia de 100/min0/min pero no
más de 120/min in
Q Si está formado y es capaz combine laas compresio-
nes torácicas conn respiraciones y si no
o continúe con
RCP con solo com mpresiones
- Coloque sus labios
abios alrededor de la boca
- Sople de ffor
ormaa continua hasta que e el pecho se
eleve
- Dé la siguiente respiración cuando o el pecho
descienda
Q Continúe RCP 30 compresiones y 2 respire aciones

Siga las instrucciones verbales/visuales


es
Ta
an pr
p onto como llegue el DEA Q
Q Aplique un parche debajo de la axila izquierda
Pongga en funcionamiento el DEA Q Aplique el otro parche debajo de la cla
lavícula
derecha, cerca del esternón
& ap
plique los parches Q Si hay más de un reanimador: no interrumpa la RCP

Q Sepárese y dé la descarga
Si la descarrga está indicada Q Continúe la RCP

Siga las instrucciones del DEA

Continúe la RCP sallvo que esté seguro que la víctima se ha recuperado y


comienza a respirar con normalidad
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du
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uscitation Council vzw Reefe
erencia de producto: Poster_BLS_AED_Algorithm_SP PA
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97
Reanimación cardiopulmonar (RCP) básica y avanzada del adulto
Algoritmos

Soporte vital básico pediátrico

EUROPEAN
RESUSCITATION
COUNCIL
Soporte Vital Básico
Pediátrico
No responde

Gritar pidiendo ayuda

Abrir la vía aérea

¿No respira con normalidad?

5 respiraciones de rescate

¿No hay signos de vida?

15 compresiones torácicas

2 respiraciones de rescate
15 compresiones

Llame al 112 o al número


nacional de emergencias
tras 1 minuto de RCP

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98
Reanimación cardiopulmonar (RCP) básica y avanzada del adulto
Algoritmos

Resucitación en el hospital

EUROPEAN
RESUSCITATION Resucitación en
COUNCIL
el hospital

Paciente crítico / deteriorado

Grite pidiendo AYUDA y evalúe al paciente

NO ¿Signos de vida? SÍ

Llame al equipo de resucitación Evalúe el ABCDE


Reconozca & trate. Oxígeno,
monitorización, acceso IV

RCP 30:2
con oxígeno e instrumental
de vía aérea

Avise al equipo de
resucitación si procede

Aplique parches/monitorice
Intente la desfibrilación si está
indicada

Soporte Vital Avanzado


Transfiera al equipo
cuando llegue el equipo
de resucitación
de resucitación

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99
Reanimación cardiopulmonar (RCP) básica y avanzada del adulto
Algoritmos

Soporte vital avanzado. Algoritmo de bradicardia

EUROPEAN
RESUSCITATION
COUNCIL

Soporte Vital Avanzado


Algoritmo de Bradicardia

t&WBMÞFVUJMJ[BOEPFMBCPSEBKF"#$%&
t"TFHVSFBQPSUFEFPYÓHFOPZPCUFOHBVOBDDFTPJW
t.POJUPSJDF&$( 5" 4Q0SFHJTUSF&$(EFEFSJWBDJPOFT
t*EFOUJöRVFZUSBUFMBTDBVTBTSFWFSTJCMFT QFBMUFSBDJPOFTFMFDUSPMÓUJDBT

&WBMÞFMBQSFTFODJBEFTJHOPTBEWFSTPT
1 Shock
4Ó  4ÓODPQF No
 *TRVFNJBNJPDÈSEJDB
 *OTVöDJFODJBDBSEJBDB

Atropina
500 mcg iv

Satisfactorio

¿Responde?

No ¿Riesgo de asistolia?
t"TJTUPMJBSFDJFOUF
4Ó t#MPRVFP"7.ÚCJU[**
t#MPRVFPDBSEJBDPDPNQMFUPDPO234BODIP
t1BVTBWFOUSJDVMBSTFH
Medidas transitorias:
t "USPQJOBNDHJW
3FQFUJSIBTUBVONÈYJNPEFNH
No
t *TPQSPUFSFOPMNDHNJO-1
t "ESFOBMJOBNDHNJO-1
t 'ÈSNBDPTBMUFSOBUJWPT
O
t .BSDBQBTPTUSBOTDVUÈOFP

#VTRVFBZVEBFYQFSUB Observe
Disponer marcapasos transvenoso

* Las alterantivas incluyen:


t "NJOPöMJOB
t %PQBNJOB
t (MVDBHØO TJTPCSFEPTJTEFCFUBCMPRVFBOUFTP
BOUBHPOJTUBTEFMDBMDJP

t &MHMJDPQJSSPMBUPQVFEFVUJMJ[BSTFFOMVHBSEFMBBUSPQJOB

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Publicado Octubre 2010: European Resuscitation Council Secretariat vzw, Drie Eikenstraat 661, 2650 Edegem, Belgium
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100
E U R OP EA N
RES U S CI TAT
T ION
COUNCIL

Soporte Vital Avanzado


"MHPSJUNPEF5BRVJDBSEJB
t &WBMÞFVUJMJ[BOEPFMBCPSEBKF"#$%&
t "TFHVSFBQPSUFEFPYÓHFOPZPCUFOHBVOBDDFTPJW
t .POJUPSJDF&$( 5" 4Q02SFHJTUSF&$(EFEFSJWBDJPOFT
t *EFOUJöRVFZUSBUFMBTDBVTBTSFWFSTJCMFT QFBMUFSBDJPOFTFMFDUSPMÓUJDBT

&WBMÞFMBQSFTFODJBEFTJHOPTBEWFSTPT
Cardioversión Sincronizada* *OFTUBCMF 4IPDL  4ÓODPQF Estable ¿Es el QRS estrecho (<0..12 seg)?
Hasta 3 intentos
*TRVFNJBNJPDÈSEJDB *OTVöDJFODJBDBSEJBDB

t "NJPEBSPOBNHJWFO
10-20 min y repetir la descarga Ancho Estrecho
Seguido de:
t "NJPEBSPOBNHFOI

101
Algoritmos

QRS ancho QRS estrecho


Soporte vital avanzado. Algoritmo de taquicardia

*SSFHVMBS Regular Regular ¿Es el Ritmo Regular? *SSFHVMBS


¿Es el QRS regular?

#VTRVFBZVEBFYQFSUB t #VTRVFBZVEBFYQFSUB Taaquicardia irregular de complejo


t "EFOPTJOBNHFOCPMPJWSÈQJEP estrecho
 4JOPFTFöDB[BENJOJTUSFNH 1SPCBCMFöCSJMBDJØOBVSJDVMBS
 4JOPFTFöDB[BENJOJTUSFPUSPTNH Controle la frecuencia con:
.POJUPSJ[BDJØODPOUJOVBEF&$( t •#MPRVFBOUFP%JMUJB[FN
t$POTJEFSFEJHPYJOBPBNJPEBSPOBTJIBZ
evidencia de insuficiencia cardiaca
"OUJDPBHVMBSTJEVSBDJØOI

Posibilidades: si Ta
aquicardia Ve
entricular ¿Recuperado
o el ritmo sinusal normal? No #VTRVFBZVEBFYQFSUB
t FA con bloqueo de rama PSJUNPEVEPTP

5SBUBSDPNPFODPNQMFKPFTUSFDIP t "NJPEBSPOBNHJWFONJO
Reanimación cardiopulmonar (RCP) básica y avanzada del adulto

t FA por pre-excitación EFTQVÏTNHFOI



considerar amiodarona
t TV polimorfa 4JDPOöSNBEPQSFWJBNFOUF
QFUPSTBEFTEFQPJOUFT TSV con bloqueo de rama:
EBSNBHOFTJPHSFONJO
t "ENJOJTUSFBEFOPTJOBDPNPFOMB
UBRVJDBSEJBSFHVMBSEFDPNQMFKKP Probable TPSV V por re-entrada:
Posible flutter auricular
estrecho t 3FHJTUSBS&$(EFEFSJWBDJPOFTFOSJUNP
t$POUSPMBSMBGSFDVFODJB
sinusal
QF•#MPRVFBOUF

t 4JSFDVSSF BENJOJTUSFBEFOPTJOBEFOVFWP
ZDPOTJEFSFBOUJBSSÓUNJDPT
&M*OUFOUPEFDBSEJPWFSTJØOFMÏDUSJDBTFSFBMJ[BTJFNQSFCBKPTFEBDJØOPBOFTUFTJBHFOFSBM
QSPöMÈDUJDPT

e encia del producto: Poster_10_ALS-TTACH_01_01_SP


www.erc.edu | info@erc.edu - www.cercp.es | Publicado Octubre 2010: European Resuscitation Council Secretariat vzw, Drie Eikenstraat 661, 2650 Edegem, Belgium | Reffer PA Copyright European Resuscitation Council
Reanimación cardiopulmonar (RCP) básica y avanzada del adulto
Algoritmos

Resucitación hospitalaria

EUR OPEAN
RESUSCITA
ATION
ON
COUNCIL

Resucitación hospitala
aria
a

Paciente enfermo/en shock

Grite pidiendo ayuda


y evalúe al paciente

Si NO hay signos de vida Si ha


ay sig
gnos de vida

Avise al equipo
de resucitación
Evalúe el ABCDE
Recono
ozca y trate
RCP 30:2 Oxígeno, mon
nitorización, vía iv

con oxígeno o e instrumental


de vía aéreaa

Avise all equipo


q p de resucitación
En su caso

Aplique parches/ Transffer


e ir al equipo
monitorrice de resucitación

Realice la deesfibrilación
si está indicada

Sopporte Vital Ava


anzado
cuando lleg
gue el equipo de resucitación

www.erc.edu | info@erc.edu - www.cercp.es


Publicado Octubre 2010: European Re esuscitation Council Secretariat vzw, Drie Eikenstraat 661, 2650 Edegem, Belgium
Reffer
e encia del producto: Posster_10_IHBLS_01_01_SP PA Copyright: European Resuscitation Council

102
EU R OPEAN
R ESUSCITAT
TION
COUNCIL

Resucitación hospitalaria
Resucitación hospitalaria

Paciente enffermo/en
e sshock

Grite pidiendo ayuda y evalúe


e al paciente

103
¿Signos
No de vida? Sí
Algoritmos

Avise al equipo de resucitación


Evalúe el ABCDE
Reconozca y trate
Oxígeno, monitorización, vía iv

RCP 30:2
con oxígeno e instrumental de vía aérea

Avise al equipo de resucitación


Aplique parches/monitorice En su caso
Reanimación cardiopulmonar (RCP) básica y avanzada del adulto

Realice la desfibrilación si está indicada

Soporte Vital Avanzado a la llegada


Transffe
erir al equipo de resucitación
del equipo de resucitación

e encia del producto: Poster_10_IHBLS-A_01_01_SP


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Algoritmos

Soporte vital avanzado

EUROPEAN
RESUSCITATION Soporte Vital
COUNCIL
Avanzado

No responde y no respira
con normalidad?

Llame al equipo de resucitación

RCP 30:2
Conecte el monitor/desfibrilador
Minimice las interrupciones

Evalúe el ritmo

Desfibrilable No desfibrilable
(FV/TVSP) (AESP/Asistolia)

1 Descarga
Recuperación de la
Minimice
circulación espontánea
interrupciones

Reinicie inmediatamente TRATAMIENTO INMEDIATO Reinicie inmediatamente


RCP durante 2 min POSTPARADA CARDIACA RCP durante 2 min
Minimice Q Use el abordaje ABCDE Minimice
las interrupciones Q Procure una Sa
las interrupciones
O2 de 94-98 %
Q Procure una Pa
CO2 normal
Q ECG de 12 derivaciones

Q Trate la causa precipitante

Q Manejo con control de la

temperatura

DURANTE LA RCP TRATAR LAS CAUSAS REVERSIBLES


Q Asegure compresiones torácicas de alta calidad Hipoxia Trombosis - coronaria o pulmonar
Q Minimice interrupciones de las compresiones Hipovolemia Neumotórax a tensión
Q Administre oxígeno
Hipo/hiperkaliemia Taponamiento cardiaco
Hipo/hipertermia Tóxicos
Q Utilice capnografía con forma de onda

Q Compresiones contínuas cuando se haya asegurado

la vía aérea CONSIDERAR


Q Acceso vascular
Q Ecografía
(intravenoso o intraóseo) Q Compresiones torácicas mecánicas para facilitar traslado/tratamiento
Q Administre adrenalina cada 3-5 min Q Coronariografía e intervención coronaria percutánea
Q Administre amiodarona después de3 descargas Q RCP extracorpórea

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104
Reanimación cardiopulmonar (RCP) básica y avanzada del adulto
Algoritmos

Soporte vital avanzado. Algoritmo universal

EUROPEAN
R E S U S C I TAT I O N
CO U N C I L

Soporte Vital Avanzado


Algoritmo Un
niversal

¿No responde?
No respira o sólo con jadeos ocasionales

Llame al Equiipo
de Resucitaciión

RCP 30:2
Conecte el monit
m or/desfibrilador
Minimice las interrupciones

Evalúe
el ritmo

Desfibrilable No desfibrilable
FV/T V Sin Pulso AESP/Asist
si olia

Recuperación de la
1 Descargaa
circulacción espontánea

Reanude inmediatamente TRATAMIENTO INMEDIATO Reanude inmediatamente


POST PARADA CARDIACA
RCP durante 2 min RCP durante 2 min
• Use el abordaje ABCDE
Minimice las • Oxigenación y ventilación Minimice las
interrupciones controladas interrupciones
• ECG de 12 derivaciones
• Trate la causa precipitante
• Control de temperatura/
hipotermia terapéutica

DURANTE LA RCP CAUSAS REVERSIBLES


• Asegure una RCP de calidad: frecuencia, profundidad, • Hipoxia
descompresión • Hipovolemia
• Planifique las actuaciones antes de interrupir la RCP • Hipo/hiperkaliemia/metabólico.
• Dé oxígeno • Hipotermia
• Considere el control avanzado de la vía aérea y la capnografía
• Trombosis
• Compresiones torácicas continuas cuando se haya controlado
• Taaponamiento cardiaco
la vía aérea
• Tóxicos
• acceso vascular (intravenoso, intraóseo)
• Neumotórax a Teensión
• Administre adrenalina cada 3-5 min
• Corrija las causas reversibles

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erencia del producto: Po
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105
Reanimación cardiopulmonar (RCP) básica y avanzada del adulto
Algoritmos

Soporte vital pediátrico. Soporte vital avanzado

EUR O P EAN
RE S U S CIT
TATION
COUNCIL

Soporte Vital Pediátrico


Soporte Vitall Avanzado
¿N
No responde?
No respira o só
ólo con jadeos ocasionales

Llame al Equipo de
RCP (5 respiraciones iniciales
niciales, después 15:2)
Resuccitación
Conecte el monit itor/desfibrilador
Si está solo, primero
Minimice las innterrupciones
1 min de RCP

Evalúe
el ritmo

Desfibrilable No desfibrilable
e
(FV/T V siin pulso
l ) (AESP/Asist
s oliaa)

1 Deescarga Recuperación
a 4 J/K
J g de
e la circulación
espontánea
e

Reanude inmedia
m tamente TRATTAMIENTO INMEDIATO Reanude inmedia
me tamente
RCP duran
a te 2 min POST PARADA CARDIACA RCP durante 2 min
Minimice las interrupciones t 6TFFMBCPSEBKF"#$%& Minimice las interrupciones
t 0YJHFOBDJØOZWFOUJMBDJØO
controladas
t *OWFTUJHBDJPOFT
t 5SBUFMBDBVTBQSFDJQJUBOUF
t $POUSPMEFMBUFNQFSBUVSB
t {)JQPUFSNJBUFSBQÏVUJDB

DURANTE LA RCP CAUSAS REVERSIBLES


t "TFHVSFVOB3$1EFDBMJEBEGSFDVFODJB QSPGVOEJEBE  t )JQPYJB
descompresión t )JQPWPMFNJB
t 1MBOJöRVFMBTBDUVBDJPOFTBOUFTEFJOUFSSVQJSMB3$1 t )JQPIJQFSLBMJFNJBNFUBCØMJDP
t %ÏPYÓHFOP t )JQPUFSNJB
t BDDFTPWBTDVMBS JOUSBWFOPTP JOUSBØTFP

t /FVNPUØSBYB5FOTJØO
t "ENJOJTUSFBESFOBMJOBDBEBNJO
t 5ØYJDPT
t $POTJEFSFFMDPOUSPMBWBO[BEPEFMBWÓBBÏSFBZMBDBQOPHSBGÓB
t 5BQPOBNJFOUPDBSEJBDP
t $PNQSFTJPOFTUPSÈDJDBTDPOUJOVBTDVBOEPTFIBZB
t 5SPNCPFNCPMJTNP
DPOUSPMBEPMBWÓBBÏSFB
t $PSSJKBMBTDBVTBTSFWFSTJCMFT

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erencia del producto: Posster_10_P
PA
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106
Reanimación cardiopulmonar (RCP) básica y avanzada del adulto
Algoritmos

Soporte vital básico pediátrico. Profesionales sanitarios de servicio

EUR O P EAN
RE S U S CITA
ATION
COUNCIL

Soporte Vital Básico Pediá


átrico
Proffesionales sanitar
saanitarios de servicio

¿NO RESPONDE?

Grite p
pidiendo ayuda

Abra la vía aérea

¿NO RESPIR
RA NORMALMENTE?

5 resspir
i acciones de rescate

¿SIN SIGNOS DE VIDA?

15 co
ompresiones torácicas

2 resspiraciones de rescate
15 compresiones

Tras 1 minu
uto de RCP llame al número
de emergencias nacion
nal (ó 112) o al equipo de paro cardiaco

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e encia del producto: Poste
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107
Reanimación cardiopulmonar (RCP) básica y avanzada del adulto
Algoritmos

Soporte vital neonatal

EUROPEAN
RESUSCITATION
COUNCIL
Soporte Vital
Neonatal
(Consejo antenatal)
Puesta en común del equipo y
comprobación del equipamiento

Nacimiento

Seque al niño
Mantenga la temperatura normal
Inicie el reloj o anote la hora

Valore (tono), respiración y frecuencia


cardiaca

Si está en gasping o no respira:


Abra la vía aérea
Administre 5 respiraciones de rescate
Considere SpO2 ± monitorización ECG

Reevalúe
Si no aumenta la frecuencia cardiaca 60 seg
Mantener Temperatura

busque movimiento torácico

Si el tórax no se mueve: SpO2 preductal En


Reevalúe la posición de la cabeza aceptable Todo
Considere el control de la vía aérea por 2 min 60 % Momento
2 personas y otras maniobras 3 min 70 %
de la vía aérea Pregunte:
4 min 80 %
Repita las respiraciones de rescate 5 min 85 % ¿Necesita
Monitorización SpO2 ± monitorización ECG 10 min 90 % Ayuda?
Busque respuesta

Si no aumenta la frecuencia cardiaca


busque movimiento torácico

Cuando el tórax se mueve:


Aumente el oxígeno (Guiado por

Si la frecuencia cardiaca es muy baja o


la oximetría si disponible)

no se detecta (<60 min-1)


Comience compresiones torácicas
Coordine compresiones con VPP (3:1)

Reevalúe la frecuencia cardiaca cada


30 segundos
Si la frecuencia cardiaca no se detecta o
es muy baja (<60 min-1) considere
acceso venoso y medicación

Comentar con los padres y hacer puesta


en común con el equipo

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108
Reanimación cardiopulmonar (RCP) básica y avanzada del adulto
Algoritmos

Soporte vital avanzado pediátrico

EUROPEAN
RESUSCITATION Soporte Vital
COUNCIL
Avanzado Pediátrico

¿No responde y no respira con


normalidad o gasping ocasional?

RCP (5 ventilaciones iniciales seguidas


Llame al equipo
de 15:2)
de resucitación
Conecte el monitor/desfibrilador (1 min RCP primero)
Minimice interrupciones

Evalúe el ritmo

Desfibrilable No desfibrilable
(FV/TVSP) (AESP/Asistolia)

Recuperación de
1 Descarga 4 J/Kg
la circulación espontánea

Reinicie inmediatamente: TRATAMIENTO INMEDIATO Reinicie inmediatamente:


RCP durante 2 min POSTPARADA CARDIACA RCP durante 2 min
Minimice interrupciones Q Use el abordaje ABCDE Minimice interrupciones
Al 3º y 5º ciclos considerar Q Oxigenación y ventilación

amiodarona en FV/TVSP controladas


resistente a la descarga Q Pruebas complementarias

Q Trate la causa precipitante

Q Manejo con control de la

temperatura

DURANTE LA RCP CAUSAS REVERSIBLES


Q Asegure RCP de alta calidad: frecuencia, profundidad, retroceso Q Hipoxia
Q Planifique acciones antes de interrumpir la RCP Q Hipovolemia
Q Administre oxígeno Q Hyper/hypokalaemia, metabólica
Q Acceso vascular (intravenoso o intraóseo) Q Hipertermia
Q Administre adrenalina cada 3-5 min Q Trombosis (coronaria o pulmonar)
Q Considere vía aérea avanzada y capnografía Q Neumotórax a tensión
Q Compresiones torácicas contínuas cuando se tenga vía aérea Q Taponamiento (cardiaco)
avanzada Q Tóxicos/alteraciones terapéuticas
Q Corregir causas reversibles

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109
Reanimación cardiopulmonar (RCP) básica y avanzada del adulto
Algoritmos

RCP asistida por teléfono. Adultos

RCP ASISTIDA POR TELÉFONO

112/061
Calle y número - Mejor acceso - Facilite llegada
¡Inconsciente!
¡No respira! (o boqueadas): RCP 30:2
SI HAY UN DEA CERCA, MANDE TRAERLO Y UTILÍCELO
SIGUIENDO LAS INSTRUCCIONES

a
“La ambulancia va hacia allá”
“Estaremos con usted hasta que llegue”
“Si tiene manos libres, póngalo”

Diseño: Área de Comunicación EPES-061 de Andalucía


b “Voy a explicarle unas maniobras que pueden salvar
la vida y no van a producir daño”

1.Ponga al paciente boca arriba en el suelo.


2.Póngase a su lado, de rodillas a la altura del pecho.
3.Ponga sus manos entrelazadas una encima de la otra, perpendiculares en el centro del
pecho, con sus brazos rectos.
4.Comprima fuerte y rápido el pecho: “Hágalo como en las películas”.
5.Si hay alguien con usted, relévense cada 2 minutos.

c Marcar el ritmo: 1 y 2 y 3 y... 9


100 compresiones por minuto

Animar periódicamente:
“Lo está haciendo muy bien”
“No pare, siga así”

Consciente:
OVACE Animar a toser. Si ineficaz, golpes en espalda.

Obstrucción de la
vía aérea por un
cuerpo extraño
Inconsciente: RCP 30:2

Este obra está bajo una licencia de Creative Commons


Reconocimiento-NoComercial 4.0 Internacional. Para ver una
copia de esta licencia, visite:
http://creativecommons.org/licenses/by-nc/4.0/deed.es_CO

110
Reanimación cardiopulmonar (RCP) básica y avanzada del adulto
Algoritmos

RCP asistida por teléfono. Niños

RCP ASISTIDA POR TELÉFONO Pediatría

112/061 Calle y número - Mejor acceso - Facilite llegada

¡Inconsciente!
¡No respira! (o boqueadas): RCP 30:2

a
“La ambulancia va hacia allá”
“Estaremos con usted hasta que llegue”
“Si tiene manos libres, póngalo”

b “Voy a explicarle unas maniobras que pueden salvar


la vida y no van a producir daño”

1.Ponga al niño boca arriba en el suelo.

Diseño: Área de Comunicación EPES-061 de Andalucía


2.Póngase a su lado, de rodillas a la altura del pecho. Sujete la frente con una mano y levántele la
barbilla con la otra.
3.Coja aire, tape con su boca la boca del niño y sople despacio y fuerte. Vuelva a coger aire y sople otra
vez comprobando si se levanta el pecho. Haga esto hasta 5 veces.
4.Ponga sus manos entrelazadas una encima de la otra en el centro del pecho con sus brazos rectos. Si es
un niño pequeño puede hacerlo con una sola mano, o en menores de 1 año con dos dedos.
5.Comprima fuerte y rápido el pecho 30 veces y después vuelva a soplar dos veces.
6.Si hay alguien con usted, releven cada 2 minutos, uno le soplará y otro le dará las compresiones en el pecho.
7.Relévense cada 2 minutos o cuando esté cansado.

c Marcar el ritmo: 1 y 2 y 3 y... 9


100 compresiones por minuto

Animar periódicamente:
“Lo está haciendo muy bien”
“No pare, siga así”

Consciente: 1. Animar a toser.


2. No eficaz: Mirar la boca y extraer objeto si está claramente visible.
Colocar al niño sobre el antebrazo.
Lactante Dar 5 palmadas con el talón de la mano en espalda.
Después 5 compresiones en el tórax.

OVACE
Colocarse detrás del niño.
Niños Dar 5 palmadas con el talón de la mano en espalda.
Después 5 compresiones en el abdomen abrazándole por detrás.
Obstrucción de la
vía aérea por un
cuerpo extraño
Inconsciente: 1. Colocarle en el suelo boca arriba.
2. Dar 30 compresiones en el pecho y dos ventilaciones. RCP 30:2

Este obra está bajo una licencia de Creative Commons


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copia de esta licencia, visite:
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DAEeditorial

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