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Voces:
ENTIDADES FINANCIERAS
Tribunal: Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil y Comercial Federal, sala IIC. Nac. Civ. y Com.
Fed.,sala 2ª
Fecha: 07/06/2000
Partes: Sociedad Mixta Siderurgia Argentina v. Luis y Raúl Zecchin S.A. y otros
Publicado en: JA 2000-IV-388;
Cita Online: 20004642

Sumarios:
1. El secreto bancario establecido en el art. 39 ley 21526 cede en aquellos casos en que se enfrenta a intereses
que no se circunscriben a un sujeto determinado sino que compromenten al bienestar general, como sucede con
la percepción de la renta pública y el adecuado funcionamiento del sistema financiero.
2. Es improcedente el pedido de informes al banco a fin de establecer si en esa entidad existen cuentas a nombre
de alguno de los demandados, ya que la percepción del crédito del actor puede lograrse mediante el simple
trámite de solicitar un embargo sobre las cuentas que en cualquiera de las sucursales de la entidad tuvieran
aquellos.
Texto Completo:
2ª INSTANCIA.- Buenos Aires, junio 7 de 2000.- Considerando: 1. Que la actora cuestionó -mediante
revocatoria y apelación subsidiaria- el auto del juez que no hizo lugar a la solicitud que había formulado en su
escrito de f. 60, consistente en un pedido de informes al Banco de la Nación, a fin de establecer si en la Casa
Central o en las sucursales de esa entidad crediticia existen cuentas a nombre de alguno de los demandados,
decisión que el a quo fundó en lo dispuesto por el art. 39 Ver Texto ley 21526 (1).

2. Que en su pronunciamiento de f. 66/67 -donde desestimó la reposición articulada- el juez dio adecuada
respuesta a las quejas planteadas por la recurrente, bastando las razones allí expresadas para confirmar la
decisión apelada.

Sin perjuicio de ello, es apropiado añadir que el secreto bancario establecido en la norma citada dista de ser
un instituto legal destinado a que las personas que no cumplen sus obligaciones puedan burlar a sus acreedores.
Lejos de ello, se trata de una disposición que no sólo se vincula con las características de las que el legislador ha
querido dotar al sistema financiero local, sino que también atiende al resguardo de ciertas libertades
individuales, según lo destacó el juzgador.

Desde esta perspectiva, no parece dudoso sostener que el principio general que sienta la norma citada en su
primer párrafo hace, en forma más o menos inmediata, al bien común; de allí que el mero interés de un acreedor
individual -como lo es la satisfacción del crédito de la recurrente- no impresione como un motivo suficiente
para dar sustento a la aplicación del supuesto excepcional previsto en el inc. a) del mismo precepto. En este
sentido, la mera lectura de los restantes incisos autoriza a concluir en que el secreto cede en aquellos casos en
que se enfrenta a intereses que no se circunscriben a un sujeto determinado sino que -en mayor o menor medida-
comprometen el bienestar general, como sucede con la percepción de la renta pública (norma cit., inc. c) y el
adecuado funcionamiento del sistema financiero, ámbito en el que el Banco Central cuenta con poder de policía
(íd., incs. b y d).

3. Que, en otro orden de ideas, debe señalarse que resulta ciertamente dudoso que la decisión atacada sea
susceptible de causar el gravamen irreparable invocado por la recurrente (y requisito esencial para la
procedencia de la apelación deducida).

Si el objetivo que esa parte procura no es inmiscuirse en asuntos patrimoniales de terceros más allá de lo que
su propio interés hace necesario, sino simplemente percibir su crédito -esto es lo que, en términos de
razonabilidad, cabe suponer-, no resulta aventurado presumir que ese resultado podía ser alcanzado mediante el
simple trámite de solicitar un embargo sobre las cuentas que los deudores tuvieran en cualquiera de las
sucursales del Banco de la Nación Argentina.

Ello, empero, ni siquiera fue propuesto, como tampoco otras eventuales diligencias tendientes a lograr el fin
mencionado, a las que también aludió el juez en su pronunciamiento.

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Por las razones expuestas y las que, en idéntico sentido, expresó el a quo 66/67, se resuelve: confirmar lo
decidido en la providencia de f. 61, mantenida a fs. 66/67.

Déjase constancia de que la tercera vocalía de la sala se encuentra vacante (art. 109 RJN [2]).- Eduardo
Vocos Conesa.- Marina Mariani de Vidal.

NOTAS:

(1) ALJA 1977-A-69 - (2) LA 1993-C-3651.

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