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El pasatiempo literario que va a leerse, "Una carta a Lo cierto del caso fue que, de vuelta a su país, lo
García", fue escrito de sobremesa, una tarde en el hizo traducir al ruso y repartir de él sendos
corto término de una hora. Pasaba esto el 22 de ejemplares a los empleados de todos los ferrocarriles
febrero de 1899, aniversario del natalicio de Jorge del imperio. De Rusia pasa a Alemania, a Francia, a
Washington, y ya en la revista "Philistine" de marzo España, a Turquía, al lndostán, a la China.
de ese mismo año, corría publicado. Fue algo que
brotó caliente de mi corazón y que fue escrito tras Durante la guerra ruso-japonesa, cada soldado ruso
un día gastado en la pesada faena de excitar a que iba al frente llevaba un ejemplar de "La carta a
infelices, sumidos en los limbos de la inacción García". Al encontrar los japoneses el folleto en
criminal, a que se tornasen hombres auténticos poder de todos y cada uno de los prisioneros de
radioactivos. guerra, concluyeron que aquello debía ser cosa
excelente y lo vertieron a su idioma. Por orden del
Pero la verdadera frase creadora brotó de los labios Mikado, un ejemplar fue repartido a cada uno de los
de mi hijo Bert, cuando en el curso de la empleados del Gobierno, militares o civiles.
conversación y entre taza y taza de té, sugirió que el Alrededor de 40.000.000 de ejemplares de "Una
héroe verdadero de la guerra de Cuba fue Rowan. carta a García" han sido impresos, siendo ésta la
mayor circulación que una obra —en vida de su
Sí —dijo mi hijo—, porque Rowan fue quien en la autor— haya logrado en tiempo alguno de la
hora oportuna, culminante, llevó a cabo el hecho historia, ¡gracias a qué serie de afortunados
único, necesario: llevar el mensaje a García. accidentes!
Tan poco caso hice de mi escrito que él fue Sucedió que cuando hubo estallado la guerra entre
publicado en la revista sin encabezamiento siquiera. España y los Estados Unidos, palpose clara la
La edición salió, y empezaron a llover pedidos por necesidad de una inteligencia inmediata entre el
doce, por cincuenta, por cien ejemplares de la Presidente de la Unión Americana y el General
revista; y cuando The American News Co., pidió mil Calixto García ¿Pero cómo hacerlo? Hallábase García
ejemplares, pregunté lleno de asombro a uno de mis en esos momentos, Dios sabe dónde, en alguna
ayudantes qué era lo que en este número de la serranía perdida en el interior de la isla... Era precisa
revista levantaba tal polvareda: "Esa historia suya su cooperación. Pero, ¿cómo hacer llegar a sus
acerca de García", fue la respuesta. manos un despacho? ¿Qué hacer?
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hombre vaga por las calles en busca de oficio, honores, pero su pago no guarda la misma
mientras el viento silba al pasar por entre las proporción.
hilachas de su vestido. Nadie que lo conozca se
atreve a emplearlo por ser él un sembrador de Vienen luego aquellos que obran sólo cuando se les
discordias. No le entra la razón y solo sería sensible ha dado la orden por dos veces: no reciben honores
al taconazo de una bota número 45 de doble suela. y solo tienen un pago pequeño.
Comprendo que un hombre tan deformado Se encuentran después los que hacen una cosa bien
moralmente merece tanta compasión como si hecha, pero cuando la necesidad los aguijonea; en
físicamente lo fuese; pero al compadecerlo vez de honores reciben la indiferencia y se les paga
recordamos también a aquellos que luchan por sacar con una miseria. Estos tales emplean la mayor parte
triunfante una empresa, sin que sus horas de trabajo de su tiempo refiriendo historias de su mala suerte.
estén limitadas por el pito de la fábrica y cuyo
cabello se torna prematuramente blanco en la lucha Todavía en una escala inferior están aquellos que no
tenaz por conservar sus puestos a individuos de hacen nada bien hecho, aun cuando algún
indiferencia glacial, imbéciles e ingratos, que le compañero se lo enseñe a hacer y permanezca a su
deben a él el pan que se comen y el hogar que los lado para cerciorarse de que lo hacen: estos pierden
abriga. constantemente sus puestos y reciben como pago el
desprecio que se merecen, a menos que por suerte
¿Habré exagerado demasiado? Puede ser; pero tengan un padre rico, en este caso, el destino los
cuando todo el mundo habla de trabajadores así, sin acecha en su camino hasta descargarles un recio
distinción alguna, quiero tener una frase de simpatía golpe.
para el hombre que logra éxito, para aquel que
luchando contra todos los obstáculos, dirige los Como se educa a los policías en
esfuerzos de los otros, y, cuando ha triunfado, solo
Buenos Aires
obtiene por recompensa, si acaso, pan y abrigo. Yo
también he trabajado a jornal, y me he hecho la
El Director General o Jefe de la Policía en Buenos Aires
comida con mis propias manos, he sido patrón y
ha querido dar, según leemos en "La Prensa" de
puedo juzgar por experiencia propia y sé que hay
aquella gran metrópoli, una lección educativa a sus
mucho que decir por parte y parte. La pobreza no da
subordinados para establecer las condiciones que, a su
excelencia por sí sola: los harapos no son
juicio, constituyen el verdadero mérito para lograr el
recomendación; no todos los patrones son duros y
ascenso. Sobre los años de servicio pone las aptitudes:
rapaces; ni todos los pobres son virtuosos.
doctrina esta que se ha popularizado por medio del
siguiente apotegma: "Aptitud suple antigüedad".
Mi corazón está con aquellos obreros que trabajan lo
mismo cuando el capataz está presente que cuando
A fin de establecer lo que él entiende por aptitudes
está ausente. Y el hombre que se hace cargo de una
superiores, el Jefe de la Policía bonaerense ha escrito
carta para García y la lleva tranquilamente sin hacer
el siguiente diálogo a la manera platónica, lo ha
preguntas idiotas y sin la intención perversa de
hecho imprimir en grandes carteles murales, y lo ha
arrojarla en la primera alcantarilla que encuentre al
mandado fijar en todos los cuarteles de su mando.
paso, sin otro objeto que conducirla a su destino, a
este hombre jamás se le despedirá de su trabajo, ni
tendrá jamás que entrar en huelga para obtener "¿Por que los ascendieron?"
aumento de salario. La civilización es una lucha
prolongada en busca de tales individuos. Todo lo que La escena pasa en una de nuestras grandes casas
un hombre de esta clase pida, lo tendrá: lo necesitan comerciales. Un empleado pide autorización para
en todas partes: en las ciudades, en los pueblos, en presentar una queja al director general:
las aldeas, en las oficinas, en las fábricas, en los
almacenes. El mundo los pide a gritos, el mundo —¿Qué hay?
está esperando siempre ansioso el advenimiento de
hombres capaces de llevar la carta a García. Elbert —Señor director, ayer fue nombrado X para ocupar
Hubbard la vacante Z, y X es diez y seis años mas joven que
yo.
Iniciativa El director le interrumpe: ¿Quiere usted averiguar la
causa de ese ruido?
El mundo confiere sus mejores premios, tanto en
honores como en dinero a una sola cosa: la El empleado sale a la calle, y regresa diciendo: Son
iniciativa. unos carros.
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