Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Historia Psicofarmacologia PDF
Historia Psicofarmacologia PDF
Historia de la psicofarmacología
I. Eguíluz Uruchurtu
funciones digestivas y reproductivas, se transforman el loco es amado por Dios y ha sido escogido para
inicialmente en espíritus vitales en las venas y el decir la verdad.
corazón, bajo la influencia de las funciones circula- Entendiendo el alma como algo inmaterial, su
torias y respiratorias, y por último se transfiguran abordaje naturalista y la concepción de las enfer-
en el espíritu animal o psíquico por un proceso de medades anímicas como trastornos corporales con
destilación que se lleva a cabo en el cerebro y en los afectación de las facultades del alma determinaron
nervios. dos rasgos básicos en el tratamiento de la patología
anímica: la primacía del tratamiento físico sobre
Edad Media el psíquico y la utilización de las terapias psicoló-
gicas.
La doctrina vigente en esta época es el galenismo, La terapia física se centró en una serie de reco-
que se sustenta en la teoría hipocrática. Así, el humo- mendaciones relacionadas con el régimen de vida
ralismo es la teoría principal, que se ve enriquecida en torno a las «situaciones vitales» (el aire, la comi-
por las aportaciones bizantinas y árabes. Al igual da, la bebida, el dormir, el descanso, el movimiento,
que en otras áreas, en la psicofarmacología se iden- etc.). A esta serie de prescripciones se añadían, si se
tifican dos períodos claramente diferenciados: el que consideraba oportuno a la vista de la evolución de
se extiende hasta finales del siglo xi y comienzos del la enfermedad, algunos medicamentos (heleboro,
xii (Alta Edad Media) y el que comienza a partir de opio) e incluso procedimientos quirúrgicos (sangrías,
entonces (Baja Edad Media). cauterio).
El tratamiento psíquico recayó casi exclusivamen-
■■ Alta Edad Media te en manos de teólogos o sacerdotes y estuvo prin-
cipalmente dirigido a suscitar pasiones generadoras
En relación con los niveles alcanzados en el pe- de cualidades opuestas a las surgidas por el proceso
ríodo grecorromano, la actividad médica en esta morboso del individuo. Uno de los trastornos en los
época supuso un considerable retroceso. Las ideas que se emplearon estos tratamientos psicológicos fue
religiosas y mágicas caracterizan el concepto de la la enfermedad conocida como «amor heroico» o «mal
locura en ese tiempo. Como ejemplo, cabe destacar el de amores», en la que la consigna era la rápida actua-
concepto de histeria o sofocación uterina, enfermedad ción para evitar que el mal de amor se convirtiera,
que se creía debida a la retención del menstruo, por primero, en melancolía y posteriormente, en manía.
lo que no era infrecuente la realización de diversos La terapéutica debía actuar tanto sobre la causa como
conjuros para tratar ese «endemoniamiento». Una sobre los síntomas acompañantes.
de las figuras más representativas de esta época fue
San Agustín, quien realizó una excelente descripción Renacimiento
de su propia psicología, muy influida por el pensa-
miento platónico. El período comprendido entre la Edad Media y
el Renacimiento no fue especialmente creativo, ni
■■ Baja Edad Media en cuanto a las teorías ni en cuanto a los métodos
de tratamiento. En esta época conviven, junto a las
A partir del siglo xi se asiste a un cambio signifi- creencias médicas, la superstición, la brujería y la ma-
cativo en la medicina medieval y, consecuentemente, gia, lo que ocasionó que muchas veces los pacientes
en el tratamiento de las enfermedades psíquicas. En fueran objeto de atención más de inquisidores y exor-
ese momento se produce la progresiva asimilación cistas que de los propios médicos, atribuyéndose la
por el Occidente latino de los escritos de Aristóteles, enfermedad mental tanto a posesión diabólica como
Hipócrates y Galeno, y con ellos la de los principa- a posesión divina. En este período existieron pocas
les autores islámicos medievales. De esta forma, el innovaciones y se mantuvieron fundamentalmente
galenismo alcanzó un período de esplendor en el los tratamientos clásicos. No obstante, surgen algu-
Occidente latino. Este proceso de maduración se nos autores que defienden corrientes médicas, como
tradujo en una conjunción de los dos modelos de la Laguna, Cárdeno, Cornelio y Weyer, quien publicó,
Antigüedad, el filosófico y el médico, en uno nuevo: en 1563, De Praestigiis Daemonium, donde identifica
el del galenismo bajo medial, reforzado además por a hechiceros y posesos como enfermos mentales y
los provenientes de las culturas bizantina, árabe y recomienda que sean atendidos primero por un mé-
cristiana. dico y después por un sacerdote. Son numerosos los
Los árabes crearon escuelas médicas florecien- autores que consideran a Weyer el fundador de la
tes que heredaron el saber griego y adoptaron una psiquiatría moderna, por sus contribuciones tanto
actitud más humanitaria hacia el enfermo mental, en el campo de la clínica como en el del tratamiento
quizás influidos por la creencia musulmana de que (relación terapéutica, comprensión, observación, etc.).
Paralelamente, se desarrolla una corriente de En esta época se hace uso también de las propie-
opinión que plantea la necesidad de un acercamien- dades de los evacuadores, purgantes y eméticos, cuyo
to racional a los trastornos mentales, incluida una objetivo es desviar o evacuar la bilis y los humores
actitud más humanitaria ante los enfermos, siendo ácidos para «desembarazar la economía animal», sin
un representante de esta corriente Luis Vives, quien contar con los movimientos orgánicos que provocan
cuestionó el origen demoníaco de las enfermedades en el tubo digestivo.
mentales. Asimismo, se utilizaron irritantes, cauterios,
Paracelso, debido a su formación alquimista, in- moxas y sedales, ventosas y vesicantes, fricciones y
trodujo un número importante de remedios basados cataplasmas, incluso cera de sellert hirviente o pelo
en productos químicos, entre los que destacan las para raspar, aplicados lo más cerca del cerebro para
«arcanas», compuestos a base de opio, mandrágora, desviar los malos humores. En las mujeres «histéri-
heleboro, alcanfor, etc.; uno de los más conocidos fue cas» se aplicaban también en el bajo vientre o la cara
el oleum arcani. Otros de los preparados básicos eran interna de los muslos.
las «quintaesencias», muy utilizadas en los lunatici, Los tónicos se reservaron para los estados de alie-
mientras que para los vesani recomendaba tratamien- nación complicados con «agotamiento»: melancolía,
tos sedantes y específicos. A pesar de lo anterior, idiocia o demencia, asociándose a un régimen «res-
Paracelso reconocía al diablo como causa de la enfer- taurador», consistente en arroz, sémola y huevos fres-
medad y aconsejaba penitencia como remedio. cos, vinos amargos con quina, ajenjo y genecia. Los
Pese a estos aportes científicos, la mayor aporta- terapeutas más agresivos recurrieron, por su parte,
ción del Renacimiento a la historia de la psiquiatría al mercurio o a los polvos de cantártida, recomendados
fue la creación de movimientos asistenciales. Así, por Mason Cox en los casos en que «la demencia
en 1409 se fundó en Valencia el primer hospital psi- se complique con un ligero grado de parálisis en la
quiátrico del que se tiene constancia, gracias al padre vejiga, enfermedad a la que están muy expuestos
mercenario Fray Juan Gilaberto Jofré. los alienados».
El siglo xviii se caracterizó por importantes des-
Siglos xvii y xviii cubrimientos médicos que tuvieron gran influencia
en el cambio de la mentalidad clínica. En esa época
La época barroca se considera un período de también nacen las bases de la posterior psicoterapia.
transición entre los planteamientos renacentistas y Desde el punto de vista terapéutico, no se lograron
la definitiva «eclosión» psiquiátrica al amparo de los grandes avances, sino que se mantuvieron los reme-
postulados de la Ilustración. dios mágicos y religiosos utilizados desde el siglo ix,
La medicación empleada en las enfermedades del predominando todavía los santuarios religiosos y las
espíritu no se distingue, en general, de la que tiene consiguientes peregrinaciones a ellos. No obstante,
como objeto las enfermedades del cuerpo, salvo por ciertos tratamientos sintomáticos comienzan a ser
la dimensión complementaria introducida en ese muy valorados. Es el caso de los medicamentos cal-
campo por la agitación que es necesario controlar. mantes, que atenúan la fenomenología clínica y con
Todo ello hizo que numerosos tratamientos ganaran ellos, la peligrosidad de los pacientes agitados. Otras
fama de calmantes. sustancias sedantes, e incluso narcóticas, entraron a
Un ejemplo reseñable es el opio, empleado des- formar parte del arsenal terapéutico de la medicina
de la Antigüedad, y cuyo uso se generalizó en el de las enfermedades mentales, como el estramonio, el
siglo xvii gracias a Thomas Sydenham. El opio, que beleño, la belladona o la valeriana.
tenía fama de suspender los accesos de furor y de La psiquiatría de la Ilustración introduce una
restablecer el orden en las ideas, se asoció a otras mu- serie de nuevos planteamientos en el estudio de las
chas sustancias de origen vegetal, animal o mineral, enfermedades mentales. Es una psiquiatría esencial-
como la datura, el beleño, la belladona y el alcanfor, cuya mente clínica y terapéutica. Considera la locura como
acción se ejerce rápida e inmediatamente sobre todo una enfermedad mental, definiéndola como una alte-
en el sistema nervioso, o la asafétida, el almizcle, el cas- ración funcional del sistema nervioso, sometida a las
tóreo, el cobre amoniacal y las flores de cinc, con virtudes mismas leyes que las demás enfermedades, dentro
más particularmente «antiespasmódicas». Sydenham de la concepción del enfermar. Esta fundamentación
fue, sin lugar a dudas, la figura clave de este período, somática de la locura se hizo gracias a la inclusión del
iniciador del enfoque clínico en medicina. Llevó a concepto de enfermedad nerviosa de Willis y Syden-
cabo un magistral estudio sobre la histeria y planteó ham y a partir del término «neurosis», introducido
formulaciones teóricas sobre las «vesanias» teorías por Cullen en 1777, para designarlo. En el siglo xviii
yatrogénicas y yatroquímicas, junto con Willis, más se establecieron los planteamientos teóricos y la me-
cercanas ambas a los supuestos atomistas y en franca todología necesaria para el definitivo despegue de la
oposición al humoralismo. psiquiatría como ciencia en el siglo xix.
nando los tratamientos clásicos mencionados con los pacientes psicóticos. Todo ello propició la apli-
anterioridad. En general, los tratamientos consistían cación de corriente diatérmica en el tratamiento de la
en medidas higiénico‑dietéticas: dietas reforzantes, au- esquizofrenia, cuyo efecto no era otro que producir
sencia de alcohol, hidroterapia, ejercicio y distracción calor y, por lo tanto, un aumento del metabolismo,
del paciente, etc. aunque se observó que el efecto era transitorio.
Un personaje esencial de esta época fue, sin duda, También se relacionó la esquizofrenia con altera-
S. Freud (1849‑1936), quien desarrolló la doctrina del ciones glandulares, lo que dio origen a una actividad
psicoanálisis, vigente en la actualidad y un comple- terapéutica denominada «opoterapia», que incluía
mento inexcusable en numerosas patologías a los tratamientos diversos: desde la administración de
tratamientos farmacológicos. preparados de derivados tiroideos y glándulas geni-
tales hasta tratamientos con extractos hepáticos o con
Siglo xx preparados paratifoideos, al relacionar los síntomas
catatónicos con una función deficiente de las parati-
■■ Terapias previas al desarrollo de los neurolépticos roides y una disminución del calcio en sangre. Los
resultados fueron totalmente negativos.
Aunque ya desde los inicios de la Historia se Pascal y Davesne, en 1926, consideraban las psi-
habían utilizado sustancias como el opio, la coca, el cosis como reacciones anafilácticas provocadas por
cannabis, etc., fue en el siglo xix cuando se inició el estímulos traumáticos físicos o psíquicos, en indivi-
conocimiento de los principios activos de cada una duos con predisposición hereditaria. Estos autores
de ellas. El aislamiento de la morfina por Derosne, en propusieron tratamientos como la «piretoterapia»,
1804, marca el primer hito en la carrera para su eluci- mediante la inoculación de agentes que ocasionaban
dación estructural, realizada más de 80 años después enfermedades febriles, sobre todo la malaria. No obs-
por Knorr, teniendo que esperar hasta 1952 para su tante, el descubrimiento de la piretoterapia se atribuye
síntesis total, realizada por Gates. Análogamente, a Wagner von Jauregg, por cuyos trabajos se le adjudi-
el aislamiento de la cocaína por Niemann, en 1860, có el premio Nobel de Medicina en 1927. También se
representó un problema de asignación estructural, utilizaron los choques leucogénicos, consistentes en la
fundamentalmente estereoquímico, que pudo ser producción de abscesos de fijación con trementina, como
resuelto totalmente gracias a su síntesis inequívoca, medio de producir leucocitosis, o bien el nucleinato de
realizada por Willtäter en 1923. sodio, empleado por primera vez por Lundvall, en 1907,
Wagner von Juaregg, en 1895, propuso la hipótesis y el éter, por la denominada eterización, que consistía
de que los enfermos mentales que reaccionaban con en someter al paciente a una atmósfera caliente con
una mejoría psíquica a la tuberculina tenían un foco éter. Finalmente, los métodos físicos para producir
tuberculoso en relación genética con su psicosis. Para hipertermia fueron menos utilizados. Entre los de uso
él y otros autores, el trastorno mental se sustentaba más frecuente, cabe citar los baños calientes, de hasta
en un proceso tóxico del que describió tres tipos po- 43 °C, precedidos de una inyección de cloruro sódico
sibles: tóxicos de origen metabólico, toxinas de origen al 25 %, y la posterior envoltura en sábanas calientes.
bacteriano y toxinas de origen químico. En 1922, F. En 1931, Menninger recopiló todos los casos publica-
Robertson también apoyó la etiología infecciosa de la dos encontrando resultados poco concluyentes.
psicosis. En 1925, Weichbrodt estableció una conexión Aunque la mayor parte de los fármacos emplea-
directa entre la esquizofrenia y ciertas afecciones dos en el tratamiento de la enfermedad mental no se
articulares, por lo que llegó a recomendarse el sali- mostraron, ni de lejos tan eficaces como sus mentores
cilato de sosa para el tratamiento de la psicosis. Fi- pretendían, algunas de las nuevas sustancias que se
nalmente, Cotton sugirió que la herencia desempeña pusieron en manos de los alienistas pudieron resultar
un papel importante en la génesis de la enfermedad, de utilidad para resolver con mayor eficacia algunos
pero en menor grado de lo atribuido hasta entonces. de los problemas que la custodia de los enfermos
Este grupo de autores proponen, desde el punto de mentales lleva aparejados.
vista terapéutico, la extracción de toda la pieza dental
afectada y de las amígdalas, y si la infección fuese ■■ Terapias convulsivas
gástrica, el tratamiento consistiría en reducir el pH
y en la aplicación de vacunas autógenas. En 1924, Von Meduna observó las modificacio-
Otros autores centraron su atención en diferentes nes que experimentaba el cerebro en las intoxicacio-
alteraciones metabólicas. Así, Shaw, en 1922, descubrió nes. Examinando preparaciones de tejido cerebral
en los pacientes psicóticos un estado de «acidosis» al de pacientes epilépticos y esquizofrénicos, observó
detectar la presencia de cuerpos cetónicos en orina. un antagonismo entre ellas. Nyro, en 1929, propuso
Posteriormente, Walker, en 1924, y Langfeldt, en 1927, el tratamiento de la epilepsia utilizando sangre de
confirmaron el descenso del metabolismo basal de esquizofrénicos, y Jablousky, ese mismo año, consi-
Tabla 1‑3 Criterios de «atipicidad» de los antipsicóticos propiedades farmacodinámicas altamente selectivas,
Experimentales Clínicos supuso otra nueva revolución en el tratamiento de
los trastornos afectivos: inhibidores selectivos de la re-
Eficacia en métodos de evaluación de Eficacia antipsicótica
fármacos captación de serotonina (ISRS), inhibidores selectivos y re-
versibles de la monoaminooxidasa (RIMA), antidepresivos
Ausencia de inducción de catalepsia Eficacia en síntomas negativos
noradrenérgicos y serotoninérgicos específicos (NaSSA),
Ausencia de inducción al alza de Eficacia en pacientes resistentes inhibidores de la recaptación de serotonina y noradrena-
receptores D2 en tratamiento crónico
lina (IRNS) y agentes que combinan la inhibición de
Ausencia de tolerancia al incremento Ausencia de extrapiramidalismos la recaptación de serotonina con el bloqueo de los
de recambio dopaminérgico en No elevación de niveles de
receptores postsinápticos 5‑HT2 (nafazodona).
tratamiento crónico prolactina
Adaptada de J. Vallejo (2002).
■■ Sales de litio y reguladores del humor
«atipicidad» aparece con la demostración de la efi- La primera referencia al litio aparece en los ma-
cacia antipsicótica de este producto, desligada de su nuscritos de Sorasmus de Efeso (100 a.C.), donde se
potencial antagonismo dopaminérgico. La incorpo- recoge el hecho de que ciertas aguas alcalinas eran
ración del término «atípico» no se produjo hasta la beneficiosas para el tratamiento de determinadas
década de 1980. enfermedades, entre ellas, al parecer, la manía. El
La atipicidad de estos fármacos no puede ser atri- litio fue aislado en 1817 por los suecos Arwedson
buida a una acción selectiva sobre un determinado y Barcelius, a partir de un mineral conocido como
receptor; los denominados «atípicos o nuevos» for- petalita. Su incorporación a la terapéutica se produjo a
man un grupo igualmente heterogéneo. mediados del siglo xix, cuando comenzó a utilizarse
En la tabla 1‑3 se presentan los criterios de «ati- en el tratamiento de distintas patologías, tanto de
picidad» de los antipsicóticos. tipo orgánico (gota y cáncer) como neurológico (epi-
Con la llegada de los antipsicóticos atípicos se pro- lepsia). Sin embargo, su aplicación en el tratamiento
duce la última revolución farmacológica, abriéndose de los trastornos afectivos no se llevó a cabo hasta
una gran ventana de esperanza en el tratamiento de finales de la década de 1940, gracias a los experimen-
la esquizofrenia u otras psicosis. tos del australiano J. F. Cade, quien en 1949 publicó
las siguientes conclusiones: eficacia en el tratamiento
■■ Antidepresivos de la manía, eficacia en el tratamiento de las mani-
festaciones maníacas de la demencia precoz, escasa
Con anterioridad a la introducción de los prime- eficacia en la depresión crónica y reaparición de los
ros antidepresivos, las herramientas farmacológicas síntomas tras su retirada.
empleadas en el manejo de los trastornos del humor A pesar de sus perspectivas, las sales de litio no
eran muy reducidas. A principios del siglo xx, se em- llegaron a ser ampliamente utilizadas hasta media-
pleaban el hidrato de cloral, los barbitúricos, las anfeta- dos de la década de 1960, gracias al trabajo del danés
minas e incluso el láudano en pacientes melancólicos M. Schou. Hasta hoy, las sales de litio constituyen el
agitados. Posteriormente, se introdujeron algunos tratamiento de primera elección de las fases manía-
preparados químicos inespecíficos, como el dinitrito cas de los trastornos afectivos bipolares, así como un
succínico, el nitrito malónico o el ácido láctico, aunque tratamiento indispensable en la profilaxis de episo-
con resultados igualmente negativos. dios cíclicos de la enfermedad maniacodepresiva.
Es en la década de 1950 cuando se producen avan- Datos que avalan la importancia de su utilidad son:
ces históricos en el tratamiento de los trastornos afec- un aumento del 152 % en el consumo entre 1985 y
tivos: se descubren los antidepresivos tricíclicos (ADT), 1994, siendo el segundo incremento después del de
cuyo principal mecanismo de acción es la modifica- la clorimipramina (180 %); más de 9.500 referencias
ción de los niveles de monoaminas en la hendidura bibliográficas hasta 1982, etc.
sináptica, debido a su capacidad para inhibir la recap- Desde la década de 1970, la carbamazepina y el ácido
tación neuronal de monoaminas, y los inhibidores de valproico han ido ganando interés como alternativas
la monoaminooxidasa (IMAO). En la década de 1960 se al litio; aunque con eficacia algo inferior pero mucha
utilizaron las sales litio en el tratamiento y profilaxis mejor tolerancia. Los últimos fármacos en incorpo-
de los trastornos del humor. Durante la década de rarse al tratamiento de la enfermedad bipolar han
1970 se introdujeron los denominados antidepresi- sido los nuevos antiepilépticos: gabapentina, topirama-
vos atípicos, heterocíclicos o de segunda generación. to, oxcarbazepina, lamotrigina, tiagabina y otros. Hasta
Finalmente, desde finales de la década de 1980, la la fecha, aunque las expectativas son elevadas, sólo
incorporación al arsenal terapéutico antidepresivo de la lamotrigina ha sido registrada como estabilizador
una serie de nuevas familias de fármacos, con unas del humor.
González de Pablo A. El tratamiento de la patología mental: hipocratismo Pichot P. ¿A dónde se dirige la psicofarmacología?. En: Gutiérrez M, Ezcu-
y galenismo. En: López‑Muñoz F, Álamo C, editores. Historia de la rra J, Pichot P, editores. Avances en psicofarmacología. Monografías
neuropsicofarmacología. Madrid: Eurobook, 1998. de Neurociencias: Ediciones en Neurociencias; 1994. p. 1‑15.
González Duro E. Historia de la locura en España. Madrid: Temas de Postel J, Quétel C. Historia de la psiquiatría. México: Fondo de Cultura
Económica, 1987.
hoy, 1995.
Rubio G, López‑Trabada JR. Historia del tratamiento biológico de los
Hare EH. El origen de las enfermedades mentales. Madrid: Triacastela,
trastornos psiquiátricos antes de la era psicofarmacológica. En:
2002. López‑Muñoz F, Álamo C, editores. Historia de la neuropsicofarma-
Laín Entralgo P. Historia de la Medicina. Barcelona: Salvat, 1979. cología. Madrid: Eurobook, 1998.
López‑Muñoz F, Álamo C. Historia de la neuropsicofarmacología. Madrid: Vallejo J. Introducción a la psicopatología y psiquiatría. 5.ª ed. Barcelona:
Eurobook, 1998. Masson, 2002.