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TOMO I
Por:
María Eugenia Marante Garrido
Tutor:
Dr. Julio Flórez-López
Agradecimientos…………………………………………………………………...……… iii
PARTE I
Contribución a la Teoría del Daño Concentrado
Sistemas………………………………………………………………………….. 10
Análisis de Esfuerzos………………………………………………………………. 12
Definición de Esfuerzo………………………………………………………... 12
Ecuaciones de equilibrio………………………………………………………. 15
Condiciones de contorno……………………………………………………… 17
Esfuerzos Principales………………………………………………………….. 18
Análisis de deformación…………………………………………………………… 19
Definición de Deformación……………………………………………………. 19
iv
Tensor de deformación en notación matricial…………………………………. 21
Relaciones esfuerzo-deformación……………………………………………...…... 22
Coordenadas polares……………...………………………………………………... 30
Relaciones desplazamiento-deformación……………………………………… 31
Ecuaciones de Compatibilidad………………………………………………… 32
Funciones de esfuerzos……………………………………………………………... 32
v
Capítulo I-3: Método de los elementos de contorno
Identidad de Somigliana…………………………………………………………… 52
Transformación de coordenadas…………………………………………………… 59
Sistema de ecuaciones……………………………………………………………… 60
Puntos internos……………………………………………………………………... 61
Dominio Elástico…………………………………………………………………... 63
Efecto Baushinger………………………………………………………………….. 63
Rótula Plástica……………………………………………………………………... 73
Criterio de Tresca……………………………………………………………….. 83
vi
Criterio de Von Mises o de la Energía máxima de distorsión………………….. 85
Criterio de Drucker-Prager……………………………………………………... 93
Modelos No Estándar……………………………………………………………….. 94
Desplazamientos generalizados……………………………………………………. 96
Desplazamientos restringidos……………………………………………………… 97
Deformaciones generalizadas……………………………………………………… 98
Ecuaciones cinemáticas……………………………………………………………. 98
vii
I-6.2. Hipótesis de equivalencia en deformación y leyes de comportamiento……… 113
PARTE II
Contribución a la Teoría de Daño Concentrado
viii
Implementación numérica del problema global………………………………… 150
ix
Datos del problema………………………………………………………………... 192
Ecuaciones………………………………………………………………………… 193
Conclusiones……………………………………………………………………………… 215
PARTE III
Contribución a la mecánica computacional de la fractura
x
Método de Elementos de Contorno en Desplazamientos……...………………….. 228
Conclusiones……………………………………………………………………………… 249
PARTE IV
Contribución a la Teoría de Localización
Ejemplos………………………………..…………………………………………. 257
xi
Análisis de localización en términos del salto del multiplicador plástico bajo
la condición carga/descarga………………………...……………………………... 265
Ejemplo…………………………………………………..………………………... 267
xii
IV-2.4. Implicaciones numéricas del criterio de localización en el miembro………… 288
Conclusiones……………………………………………………………………………… 290
Anexos…………………………………………………………………………………….. 293
xiii
Indice de figuras
I-1.7. (a) Plano de simetría material; (b) Plano que no corresponde a una
simetría material……………………………..………………………... 26
xiv
I-2.5. Grieta central en placa infinita para el caso general donde el esfuerzo
principal no es perpendicular al plano de la grieta……………………. 44
xv
I-4.6. Viga simplemente apoyada sometida a una carga concentrada en el
centro…………………………………………………..…………….... 70
xvi
I-4.24. Movimiento de la superficie de falla en el espacio de esfuerzos a
tracción y compresión y el correspondiente diagrama esfuerzo-
deformación. (Lemaitre y Chaboche (1985))……………….…………. 90
xvii
I-6.7. Curva fuerza contra desplazamiento del ensayo de la probeta para la
identificación de la resistencia al agrietamiento………………………. 122
xviii
II-1.8. Gráfico del pórtico…………………………………………………….. 145
xix
II-1.28. Distribución de daño al final del análisis con el sismo de diseño……... 169
II-1.29. Distribución de daño al final del análisis con el sismo más severo…… 169
xx
II-2.17. Estructura aporticada sometida a solicitaciones sísmicas por Oliva
(1980)…………………………………………………………….……. 211
II-2.19. Distribución del daño en el pórtico: (a) después del sismo de baja
intensidad; (b ) después del sismo severo……………………….…….. 213
xxi
III-2.5. Dos grietas colineales bajo tensión uniaxial remota…………………... 241
III-2.7. Dos grietas paralelas alineadas bajo tensión uniaxial remota…………. 243
III-2.8. Tres grietas paralelas alineadas bajo tensión uniaxial remota………… 244
xxii
IV-2.2. (a) Rótula plástica con ablandamiento lineal en rotaciones plásticas;
(b) Rótula plástica con ablandamiento no lineal………………………. 272
ANEXOS
ANEXO B
xxiii
Indice de tablas
III-2.2. Efecto del tamaño del elemento de vértice de grieta en los factores de
intensidad de esfuerzos KI/KIanalitico en una grieta de borde de una
placa semi-infinita de material isótropo sometida a tensión uniaxial… 239
xxiv
III-2.8. Factores de intensidad de esfuerzos para las dos grietas paralelas de
borde de la figura II-2.10 en un cuerpo semi-infinito bajo tensión
σ……………………………………………………………………… 246
xxv
Introducción
1
esta manera se obtiene una teoría general de pórticos para el análisis de estructuras aporticadas
sometidas a sobrecargas severas. Para ello se tomó como punto de partida el modelo para
pórticos planos de concreto armado propuesto por Picón (1999) que considera la pérdida de
resistencia y rigidez que se produce como consecuencia del agrietamiento del concreto y de la
fluencia del acero de refuerzo, la influencia de la carga axial variable, secciones reforzadas
asimétricamente y el efecto de la fatiga de bajo ciclaje. En el marco de este trabajo se le
hicieron las modificaciones necesarias al modelo antes mencionado para su implementación
en el programa de elementos finitos.
Con la finalidad de obtener una representación más realista del comportamiento de las
estructuras, en el capítulo II-2 se presenta un modelo también basado en la Teoría del Daño
Concentrado. Cipollina et al. (1995), Bolzon (1996), Flórez-López (1998), Mazza (1998), y
Perera et al. (2000) han usado esta teoría en pórticos planos. En este trabajo se tomó el modelo
para pórticos planos propuesto en Perdomo et al. (1999) y se adaptó para el análisis de
estructuras tridimensionales. Adicionalmente se describe la implementación numérica del
modelo en un programa comercial de elementos finitos llamado ABAQUS y se presentan
simulaciones numéricas de ensayos experimentales encontrados en la literatura donde se
evidencia una adecuada representación del comportamiento de las estructuras tridimensionales
con el modelo propuesto.
En la tercera parte, conformada por los capítulos III-1 y III-2, se presentan
contribuciones a la mecánica computacional de la fractura. Para ello se desarrolla el método de
los elementos de contorno para el análisis de múltiples grietas curvilíneas en modo mixto de
fractura. El estudio es realizado en sólidos bidimensionales con anisotropía general. En un
estado de deformaciones planas generalizadas pueden estar acoplados tres modos de falla,
Modo I y Modo II en el plano y el Modo III fuera del plano. La mayoría de los estudios que
utilizan el Método de los Elementos de Contorno bidimensionales para el análisis de sólidos
anisótropos han considerado solo casos de deformaciones y esfuerzos planos desacoplados
(Snyder y Cruse (1975); Sollero y Aliabadi (1993), Denda (1999)). Denda (2001) y Denda y
Mattingly (2003) han considerado acoplamiento total de los tres modos.
Snyder y Cruse (1975) usan la función de Green para el modelado de la singularidad en
el vértice de una grieta simple en sólidos anisótropos y calculan analíticamente los factores de
intensidad de esfuerzos sin modelar la superficie de la grieta. Tan y Gao (1992) usan
2
elementos de vértice de grieta en tracción y desplazamiento a partir de los cuales se derivan
expresiones analíticas para los factores de intensidad de esfuerzos. Sollero y Aliabadi (1993)
usan un método de elementos de contorno dual y calculan los factores de intensidad de
esfuerzo con la integral – J. El método de dislocaciones dipolares de Denda (1999,2001)
adopta la integral de conservación desarrollada por Chen y Shield (1997) para calcular los
mismos. No obstante la excelente precisión de los factores de intensidad de esfuerzos
obtenidos con las integrales de conservación, es requerida la realización de un post-proceso lo
que implica una carga de trabajo importante en el caso de múltiples grietas. La propuesta de
función de Green no requiere el post-proceso debido a que usa expresiones analíticas para
calcular los factores de intensidad de esfuerzos; sin embargo, el método está limitado a
problemas de una sola grieta de trayectoria recta. En Denda y Mattingly (2003) se emplea la
propuesta de dislocaciones dipolares desarrollada por Denda (1999,2001). En esta propuesta
se interpola el desplazamiento de abertura de grieta de una fisura única de trayectoria recta con
3
la necesidad de procesos posteriores. Esta es una herramienta ideal para el análisis de fractura
de múltiples grietas en sólidos con anisotropía general en dos dimensiones.
La cuarta y última parte está conformada por dos capítulos. En el IV-1 se presentan
procedimientos para la determinación del criterio de localización en medios continuos en dos
casos específicos. El primero corresponde al caso de un modelo con daño isótropo y el
segundo a un modelo de elastoplasticidad con ablandamiento y dominios elásticos suavizados.
Originalmente, los análisis de localización han sido expresados en términos del salto de la tasa
de gradientes de desplazamientos como en Rudnicki y Rice (1975). Bajo condiciones de carga
en ambos lados de la superficie de discontinuidad, la demostración del criterio de localización
es extraordinariamente simple. Sin embargo, bajo condiciones de carga inelástica/descarga
elástica, la demostración es muy complicada (Rice y Rudnicki (1980)).
En este capítulo se deducen condiciones de localización expresadas en términos del
salto en el daño, para el caso de materiales frágiles y del salto en el multiplicador plástico en el
caso de materiales dúctiles. Estas condiciones de localización pueden ser demostradas de una
manera muy simple como en el caso de carga/carga formulado por Rudnicki y Rice (1975),
pero son igualmente válidas en el caso de carga/descarga.
En el capítulo IV-2 se presenta un enfoque alternativo para el análisis de la localización
en estructuras aporticadas con rótulas plásticas. Este tema ha sido estudiado en el pasado (ver
Maier et al. (1973); Bazant y Cedolin (1991); Bazant y Kazemi (1994); Bazant y Jirásek
(1997); entre otros). El presente trabajo parte del estudio presentado en Jirásek (1997) en el
que se analizan las condiciones de localización en un miembro de pórtico con ablandamiento
lineal y sin acortamiento inelástico. Luego, estos resultados se usaron para estudiar el
comportamiento posterior al máximo de algunas estructuras simples pero representativas. PAsí
mismo se generalizan los resultados obtenidos por Jirásek (1997) incorporándole
ablandamiento no lineal general y el efecto de acortamiento inelástico en el miembro de
pórtico. En este capítulo, el procedimiento seguido en el análisis de la localización es diferente
del usado por Jirásek (1997). Nguyen y Bui (1974) proponen una condición para la existencia
y unicidad de la solución en una variedad casi general de modelos de plásticos en medios
continuos. Esta condición asegura que tasas únicas de esfuerzos y de variables internas están
asociadas a una tasa dada de deformaciones. En Nguyen y Bui (1974) no fue considerado el
problema de las estructuras aporticadas, de las rótulas plásticas ni la localización. Sin
4
embargo, en este trabajo se demuestra que si el procedimiento general de Nguyen y Bui se
adapta al problema de pórticos, se obtiene un método simple, general y poderoso para el
análisis de localización en este tipo de estructuras.
• Marante M.E., Flórez-López J., 2002. Model of damage for RC elements subjected to
biaxial bending. Engineering Structures, 24(9), 1141-1152.
• Marante M.E., Flórez-López J., 2003. Three dimensional analysis of reinforced concrete
frames based on Lumped Damage Mechanics. International Journal of Solids and Structures,
40(19), 5109-5123.
• Delgado S., Sarcos A., Flórez-López J., Picón R., Marante M.E., 2003. Cuantificación del
daño estructural en pórticos planos de concreto armado diseñados según las normas sísmicas
venezolanas vigentes sometidos a excitaciones sísmicas. Revista Internacional de Desastres
Naturales, Accidentes e Infraestructura Civil. Vol. 3, No. 1, pp. 3-11.
• Denda M., Marante M.E., 2004. Mixed mode BEM analysis of multiple curvilinear cracks
in the general anisotropic solids by the crack tip singular element. International Journal of
Solids and Structures, 41, 1473–1489.
• Marante M.E., Flórez-López J., 2004. Plastic localization revisited. Journal of Applied
Mechanics, 71.
5
• Marante M.E., Picón R. y Flórez-López J., 2004. Analysis of localization in frame
members with plastic hinges. International Journal of Solids and Structures, 41(14), 3961-
3975.
• Marante M.E., Suárez L., Quero A., Redondo J., Vera B., Uzcategui M., Delgado S., León
L., Núñez L., Flórez-López J., PORTAL OF DAMAGE: a Web-Based finite element program
for the analysis of framed structures subjected to overloads. (Enviado a consideración a
Advances in Engineering Software)
Así mismo dio lugar a publicaciones en las memorias de las siguientes reuniones científicas:
• Avon D., Marante M.E., Flórez-López J., 2002. El doble paso de INTEGRACIÓN: un
algoritmo computacional para mejorar la convergencia en problemas altamente no lineales.
Numerical Methods in Engineering and Applied Sciences (CIMENICS 2002), Caracas,
Venezuela.
• Marante M.E., Flórez-López J., 2002. Modeling of biaxial bending of RC members based
on fracture mechanics. VII Conferencia Nacional en Ingeniería Sísmica, Boston,
Massachussets, Estados Unidos 21-25.
6
• Delgado S., Flórez-López J., Picón R., Marante M.E., 2002. Un modelo venezolano para
cuantificar el daño estructural en pórticos sismorresistentes. II Congreso Nacional de
Ingeniería Sísmica, Managua, Nicaragua.
• Espinosa R., Flórez-López J., Jaramillo N., Marante M.E., Quero A., Suárez L., 2003.
Rupture of framed structures, lumped damage mechanics and Internet. International
Symposium, Recent Developments in the Modeling of Rupture in Solids, Iguazu, Brasil.
• Marante M.E., Flórez-López J., 2003. Análisis del daño estructural en edificaciones
tridimensionales de concreto armado sometidas a sobrecargas severas. VII Congreso
Venezolano de Sismología e Ingeniería Sísmica, Barquisimeto, Venezuela.
• Quero A., Suárez L., Marante M.E., Redondo J., Vera B., Uzcátegui M. y Flórez-López J.,
2004. Portal de Pórticos: Herramienta computacional para el análisis de estructuras
aporticadas basadas en la teoría del daño concentrado. Numerical Methods in Engineering and
Applied Sciences (CIMENICS 2004), San Cristóbal, Venezuela.
• Marante M.E. y Denda M., 2004. Análisis de múltiples grietas curvilíneas mediante el
método de los elementos de contorno. Numerical Methods in Engineering and Applied
Sciences (CIMENICS 2004), San Cristóbal, Venezuela.
7
PARTE I: EVALUACIÓN DE LA SEGURIDAD ESTRUCTURAL
Conceptos Básicos
8
Capítulo I-1
Teoría de elasticidad
9
Sistemas
Una ventaja de esta notación es que un sistema que consta de varios elementos o
componentes puede ser representado por uno solo. Por ejemplo, cualquiera de las tres
componentes V1, V2, V3 de un sistema V es representada por Vi. El conjunto de las tres
componentes constituye un sistema de primer orden. Un sistema de segundo orden es
representado por un elemento típico Aij con dos índices. Los índices i y j pueden tomar valores
entre 1 y 3 de manera independiente. Estos son llamados índices libres. El sistema de segundo
orden tiene nueve componentes. Un sistema de orden n tiene n índices libres y contiene 3n
componentes.
1) Cualquier término en el cual se encuentra repetido un índice representa la suma de todos los
términos obtenidos al asignarle por turnos los números 1,2,3 a dicho índice. Considérese por
ejemplo:
3
a i b i ≡ ∑ a i b i = a 1 b1 + a 2 b 2 + a 3 b 3 (I-1.1)
i =1
Si hay varios índices repetidos en un término, cada repetición representa una suma por
ejemplo:
3 3 3
a ji b ji ≡ ∑∑ a ji b ji = ∑a b + a 2i b 2i + a 3i b 3i
1i 1i
j=1 i =1 i =1
Esta convención requiere que sea repetido un índice pero elimina el uso del símbolo de
sumatoria Σ. El índice repetido puede ser escogido de manera libre por lo tanto, a i b i y a j b j
10
2) Un mismo índice no puede aparecer más de dos veces en un término. Una expresión como
ai bii no tiene sentido, es un error.
3) Se entiende que un índice libre que aparezca en ambos lados de una ecuación se le asigna
el mismo número en ambas partes. Por ejemplo: la ecuación a j = b j + c j representa una de las
tres ecuaciones, a 1 = b1 + c1 , a 2 = b 2 + c 2 , a 3 = b 3 + c 3 .
Es importante aclarar que bj + cj representa una suma vectorial y no una suma escalar de
ningún tipo. Es decir que la siguiente ecuación es incorrecta
b i + c i = b1 + c1 + b 2 + c 2 + b 3 + c 3 .
4) Algunas veces es útil representar solo los elementos que tienen dos índices libres iguales.
En estos casos ambos índices se representan por la misma letra minúscula pero el índice que se
repite se debe encerrar entre paréntesis. Por ejemplo, Ai(i) o A(ii) representa cualquiera de los
tres elementos A11, A22, A33. Se debe tener presente que:
∂v1 ∂v 2 ∂v 3
∇⋅V = + + (I-1.3)
∂x 1 ∂x 2 ∂x 3
∂v i
En la convención de sumatoria, ∇ ⋅ V = donde i es el índice repetido.
∂x i
11
coma indica derivada parcial con respeto al segundo subíndice correspondiente al eje
coordenado a considerar. En consecuencia:
Tensores de orden n
Un sistema con n índices libres es un tensor de orden n siempre y cuando sus
componentes obedezcan la siguiente ley de transformación por cambio de espacio de
referencia:
A ´ijk ... = p ia p jb p kc ...A abc... (I-1.5)
donde A ´ijk ... son las componentes del tensor en el espacio de referencia x 1' , x '2 , x 3' , A abc... son
Análisis de Esfuerzos:
El análisis de esfuerzos es un cálculo estático a través del cual se obtiene el estado de
esfuerzos de un cuerpo considerado. Este análisis es independiente de las propiedades del
material del cuerpo, que puede ser elástico, plástico, viscoso o cualquier otro tipo. Sin
embargo en este capítulo se estudiará solo el caso elástico.
Definición de Esfuerzo:
En general un cuerpo de materia continua puede estar sujeto a 2 tipos de fuerzas:
fuerzas de volumen y fuerzas de superficie. Las fuerzas de volumen son producidas sin que
12
exista ningún contacto físico con otros cuerpos. Ejemplos de este tipo de fuerzas son las
gravitatorias, las magnéticas y las fuerzas internas. Por otro lado, las fuerzas de superficie son
causadas por el contacto físico con otros cuerpos. Estas pueden ser fuerzas concentradas o no.
El esfuerzo se define como la fuerza por unidad de área. En la figura I-1.1 se puede
observar una fuerza externa ∆F actuando en un punto P en un plano de un cuerpo en el cual n
es la normal al mismo y ∆A es un área pequeña alrededor del punto P en el plano.
∆F
n
P
∆A
∆F
S n = lim ∆A→0 (I-1.6)
∆A
S2n = σ 2n + σ 2nt
σ n = Sn cos(Sn , n ) (I-1.7)
σ nt = Sn sen (Sn , n )
13
cuales el esfuerzo es descompuesto en sus componentes normales y cortantes. Típicamente
como se muestra en la figura I-1.2, el estado de esfuerzos en un punto puede estar dado por las
coordenadas cartesianas. En esta figura se puede observar la convención utilizada para la
designación de los esfuerzos normales σ11 , σ 22 , σ 33 y los esfuerzos cortantes σ12 , σ 23 , σ 31 . Un
esfuerzo normal que sale de la cara es considerado un esfuerzo de tensión y definido como
positivo. Un esfuerzo normal que entra a la cara es llamado esfuerzo de compresión y por
definición negativo. Para los esfuerzos cortantes se toma la siguiente convención: un esfuerzo
cortante es positivo si tanto el esfuerzo cortante como el vector unitario normal están
orientados ambos en la dirección coordenada positiva o negativa correspondiente. Signos
diferentes en estas direcciones coordenadas indica un valor negativo para el esfuerzo cortante.
σ33 p3
x3, u3 σ32
n
σ31 σ23 b3
p2
σ13 σ22
p1
σ21
σ11 b2ª
b1
x2, u2
x1, u1
Figura I-1.2. Convención de signos: componentes de esfuerzos, fuerzas de superficie y fuerzas de volumen
referidas a las coordenadas cartesianas x1, x2 y x3.
14
De la consideración del equilibrio de momentos en un elemento de material, se puede
observar que el tensor de esfuerzos es simétrico y por lo tanto de las 6 componentes
cartesianas de los esfuerzos cortantes sólo son independientes tres de ellas. Esto es,
σ ij = σ ji o
(I-1.9)
σ12 = σ 21 , σ 23 = σ 32 , σ 31 = σ13
Ecuaciones de equilibrio
Si un cuerpo se encuentra en estado de equilibrio, cada punto de él debe estar en
equilibrio. La figura I-1.3 muestra un elemento vecino al punto O, el estado de esfuerzos y el
incremento de los mismos a lo largo de la dirección x1. b1, b2 y b3 son las fuerzas de volumen
como se muestra en la figura I-1.2. Las ecuaciones de equilibrio se obtienen haciendo la
sumatoria de las fuerzas en las direcciones x1, x2 y x3 iguales a cero ya que el punto O está en
equilibrio, obteniéndose las ecuaciones:
15
∂σ11 ∂σ 21 ∂σ 31
+ + + b1 = 0
∂x 1 ∂x 2 ∂x 3
∂σ12 ∂σ 22 ∂σ 32
+ + + b2 = 0 (I-1.11)
∂x 1 ∂x 2 ∂x 3
∂σ13 ∂σ 23 ∂σ 33
+ + + b3 = 0
∂x 1 ∂x 2 ∂x 3
∂σ 31
σ 31 + dx 3
∂x 3
σ 21 ∂σ11
σ11 σ11 + dx 1
∂x 1
∂σ σ 31
σ 21 + 21 dx 2
∂x 2
Las ecuaciones (I-1.11) también pueden ser escritas en notación indicial como:
∂σ ij
+ bi = 0 o σ ij, j + b i = 0 en Ω (i, j = 1,2,3) (I-1.12)
∂x j
Donde Ω es el dominio en el que se aplica la ecuación y se supone que está limitada por la
superficie Γ (ver figura I-1.4).
Γ
n
Ω
Γ1
Γ2
16
Condiciones de contorno
Las componentes de esfuerzo son proyectadas en un diferencial del contorno dΓ y
produce fuerzas de superficies o tracciones que son denotadas por pi (ver figura I-1.2) de modo
que:
Donde: n1, n2 y n3 son los cosenos directores de la normal n con respecto a los ejes x1, x2 y x3,
esto es: n1 = cos (n,x1), n2 = cos (n,x2) y n3 = cos (n,x3). La ecuación (I-1.14) puede ser escrita
en notación indicial como:
Se supone que las tracciones son conocidas en la parte Γ2 del contorno y que son las
condiciones de borde para este problema. De aquí que:
p1 = p1
p 2 = p2 en Γ2 (I-1.16)
p 3 = p3
Donde los términos con barra representan valores conocidos. Estas condiciones implican que
las tracciones aplicadas pi tienen que estar en equilibrio con las componentes de tracciones
obtenidas de los esfuerzos internos en el contorno, esto es:
p i = σ ij n j = pi en Γ2 (I-1.17)
17
Esfuerzos Principales:
En cada punto de un cuerpo existen planos, conocidos como planos principales, en los
cuales los esfuerzos actuantes son perpendiculares al mismo. Esto implica que no hay
esfuerzos cortantes actuando en estos planos y la dirección de la normal a cada plano es
llamada dirección principal.
Considérese un sólido en un estado de esfuerzos planos como el que se muestra en la
figura I-1.5a. Se suponen conocidos los esfuerzos σ11, σ22 y σ33 y que los esfuerzos σθ y τθ
normales y tangenciales respectivamente, actúan en el plano AB. En la figura I-1.5b se
muestra el diagrama de fuerzas siendo ∆A el área del plano. Suponiendo que el elemento está
en equilibrio y haciendo sumatoria de fuerzas en las direcciones de σθ y τθ se obtiene:
(I-1.18)
1
σθ = (σ11 + σ 22 ) + 1 (σ11 − σ 22 ) cos 2θ + σ12 sen 2θ (I-1.19)
2 2
1
τ θ = σ12 cos 2θ − (σ11 − σ 22 ) sen 2θ (I-1.20)
2
(a) (b)
σ22
A
τθ∆A
τθ σθ σθ∆A
σ11 σ11 σ11∆Acosθ θ
θ
18
De acuerdo a la definición de plano principal, τθ = 0 por lo que el ángulo θ puede ser obtenido
de la ecuación (I-1.20):
1 ⎛ 2σ12 ⎞
θ= tan −1 ⎜⎜ ⎟⎟ (I-1.21)
2 σ
⎝ 11 − σ 22 ⎠
Con esta ecuación se determinan las direcciones del máximo y del mínimo esfuerzo normal.
Sustituyendo estos valores en la ecuación (I-1.19) se obtienen los valores de dichos esfuerzos.
Análisis de deformación
Todo cuerpo compuesto por una distribución continua de materia sufre deformaciones
cuando se somete a esfuerzos, esto es, las posiciones relativas de varios puntos en el cuerpo se
alteran entre ellas y con respecto a los ejes coordenados. El objetivo del análisis de
deformación consiste en usar una técnica matemática que permita describir la deformación de
un cuerpo. Es necesario distinguir entre un desplazamiento que resulta en el movimiento de
cuerpo rígido y un desplazamiento que produce deformación. Debido a que en el primero el
tamaño y la forma del cuerpo permanecen intactos, es decir, no se producen deformaciones,
por lo general los desplazamientos de cuerpo rígido son despreciados en el análisis de
deformación.
Definición de Deformación
La deformación es una cantidad geométrica que depende del movimiento relativo de
dos o tres puntos en el cuerpo y en consecuencia está relacionada a los desplazamientos
correspondientes a los esfuerzos normal y cortante presentados en las secciones previas.
Existen dos tipos de deformación, la deformación normal ε, definida como el cambio en la
longitud por unidad de longitud inicial del segmento de línea, y la deformación cortante γ,
definida como el cambio angular entre dos segmentos de línea que originalmente eran
perpendiculares (ver figura I-1.6).
19
(a) x2 (b)
ε11dx1
γ12dx1
τ12
dx2
dx2
σ11 σ11
γ12
dx3 x1
dx3
dx1 dx1
x3
Figura I-1.6. Deformaciones resultantes de esfuerzos unidireccionales (a) normales y (b) cortantes que actúan en
un elemento diferencial de material elástico.
∂u 1 ∂u ∂u
ε11 = , ε 22 = 2 , ε 33 = 3 (I-1.22)
∂x 1 ∂x 2 ∂x 3
Un signo positivo de estas ecuaciones implica alargamiento mientras que uno negativo
se aplica a la contracción. Similarmente, por definición las deformaciones cortantes pueden ser
escritas como:
γ 12 1 ⎛ ∂u 1 ∂u 2 ⎞ γ 1 ⎛ ∂u ∂u ⎞ γ 1 ⎛ ∂u ∂u ⎞
ε12 = = ⎜⎜ + ⎟⎟; ε 23 = 23 = ⎜⎜ 2 + 3 ⎟⎟; ε 31 = 31 = ⎜⎜ 3 + 1 ⎟⎟
2 2 ⎝ ∂x 2 ∂x 1 ⎠ 2 2 ⎝ ∂x 3 ∂x 2 ⎠ 2 2 ⎝ ∂x 1 ∂x 3 ⎠
(I-1.23)
La deformación cortante es positiva cuando el ángulo entre dos ejes positivos decrece.
En cualquier otro caso es negativa.
En Mecánica de Sólidos las ecuaciones (I-1.22) y (I-1.23) son conocidas como las
relaciones desplazamiento-deformación. También son llamadas relaciones cinemáticas. En
20
forma similar a las componentes de esfuerzos cortante, en las componentes de deformaciones
cortantes se cumple:
1 ⎛ ∂u ∂u j ⎞⎟
o ε ij = (u i, j + u j,i )
1
ε ij = ⎜ i + (i, j = x, y, z ) (I-1.25)
2 ⎜⎝ ∂x j ∂x i ⎟⎠ 2
u 1 = u1 ; u 2 = u 2 ; u 3 = u 3 en Γ1
o (I-1.27)
u j = u j ( j = 1,2,3) en Γ1
Donde u j son los valores prescritos. Nótese que la superficie total Γ del contorno es igual a Γ1
+ Γ2 .
21
(22→2), (33→3), (23→4), (31→5), (12→6). En consecuencia en notación matricial las
componentes del tensor de deformaciones se agrupan en ε (o {ε}) de la siguiente manera:
Estas seis ecuaciones deben ser satisfechas si las componentes de deformaciones y las
componentes de desplazamiento u1, u2 y u3 son funciones continuas del espacio coordenado
x1, x2 y x3.
Relaciones esfuerzo-deformación
Las ecuaciones de equilibrio (I-1.11) y las relaciones desplazamiento-deformación o
ecuaciones cinemáticas (I-1.22) y (I-1.23) son independientes del tipo de material del cuerpo
en consideración. Las relaciones entre las componentes de esfuerzo y de deformaciones, por el
22
contrario, dependen del tipo de material. En esta sección se supone que el material de un
cuerpo es lineal, elástico y homogéneo de allí que sus propiedades elásticas sean
completamente identificadas a través de las siguientes constantes mutuamente independientes:
módulo de Young E y relación de Poisson ν. La linealidad implica que si el cuerpo se somete
a un esfuerzo entonces la deformación en la dirección del mismo es directamente proporcional
a los esfuerzos aplicados, esto significa que se cumple la Ley de Hooke. Si el tamaño y forma
del cuerpo regresa exactamente a su estado original una vez que los esfuerzos se anulan, se
dice que el cuerpo tiene un comportamiento perfectamente elástico. Finalmente, la
homogeneidad significa que el material de un cuerpo está distribuido uniformemente a través
del volumen del mismo y que las propiedades elásticas son las mismas en todos los puntos del
cuerpo. Estas propiedades son ideales. Ningún material satisface todos estos requerimientos.
Sin embargo, la mayoría de los materiales estructurales, los minerales y las rocas poseen
características y propiedades elásticas que permiten ser analizados a través de la teoría de
elasticidad.
Hasta ahora se ha descrito el tensor de esfuerzos que se obtuvo a través de
consideraciones de equilibrio y el tensor de deformaciones obtenido a partir de
consideraciones cinemáticas. Estos tensores están relacionados entre si a través de las leyes
constitutivas que dependen de la naturaleza del material. Debido a que se considera el
comportamiento como elástico lineal, cada componente del esfuerzo está relacionada
linealmente, en el caso general, con todas las deformaciones a través de la Ley de Hooke
generalizada que tiene la forma:
σ = Cε (I-1.30)
o en notación indicial:
σ ij = C ijkl ε kl (I-1.31)
23
1
Hooke esta función debe tener la forma U = C ijkl ε ijε kl y el tensor Cijkl debe cumplir la
2
siguiente propiedad de simetría:
Cijkl = Cklij (I-1.32)
En consecuencia, de los restantes treinta y seis términos de Cijkl, solo veintiuno son
independientes. Si se considera que el material es homogéneo, podemos considerar Cijkl como
un grupo de constantes para una referencia dada.
⎧ σ11 ⎫ ⎡λ + 2µ λ λ 0 0 0 ⎤ ⎧ ε11 ⎫
⎪ ⎪ ⎢ ⎥⎪ ⎪
⎪σ 22 ⎪ ⎢ λ λ + 2µ λ 0 0 0 ⎥ ⎪ε 22 ⎪
⎪ ⎪ ⎢ ⎥⎪ ⎪
⎪σ 33 ⎪ ⎢ λ λ λ + 2µ 0 0 0 ⎥ ⎪⎪ε 33 ⎪⎪
⎪ ⎪ ⎢ ⎥⎨ ⎬
⎨ ⎬= (I-1.33a)
⎪σ 23 ⎪ ⎢ 0 0 0 µ 0 0 ⎥ ⎪γ 23 ⎪
⎪ ⎪ ⎢ ⎥⎪ ⎪
⎪σ 31 ⎪ ⎢ 0 0 0 0 µ 0 ⎥ ⎪ γ 31 ⎪
⎪ ⎪ ⎢ ⎥⎪ ⎪
⎢ µ ⎥⎦ ⎩⎪ γ 12 ⎭⎪
⎩⎪σ12 ⎭⎪ ⎣ 0 0 0 0 0
es decir:
⎡ ν ⎤
σ ij = λδ ijε kk + 2µε ij = 2µ ⎢ δ ijε kk + ε ij ⎥ (I-1.33b)
⎣1 − 2ν ⎦
Donde:
ε kk = ε11 + ε 22 + ε 33
νE
λ= , constante de Lame
(1 + ν )(1 − 2ν )
24
E
µ=G= , módulo cortante
2(1 + ν)
E = módulo de Young
ν = relación de Poisson
Las componentes de deformación pueden ser obtenidas a partir de los esfuerzos mediante la
siguiente ecuación:
ε = Sσ (I-1.34)
o
⎧ ε11 ⎫ ⎡ 1 −ν −ν 0 0 0 ⎤ ⎧ σ11 ⎫
⎪ ⎪ ⎢ ⎥⎪ ⎪
⎪ε 22 ⎪ ⎢− ν 1 − ν 0 0 0 ⎥ ⎪σ 22 ⎪
⎪ ⎪ ⎢ ⎥⎪ ⎪
⎪ε 33 ⎪ 1 ⎢− ν − ν 1 0 0 0 ⎥ ⎪⎪σ 33 ⎪⎪
⎪ ⎪ ⎢ ⎥⎨ ⎬
⎨ ⎬ = (I-1.35)
γ
⎪ 23 ⎪ E ⎢ 0 0 0 2 (1 + ν ) 0 0 ⎥ ⎪σ 23 ⎪
⎪ ⎪ ⎢ ⎥⎪ ⎪
⎪ γ 31 ⎪ ⎢0 0 0 0 2(1 + ν) 0 ⎥ ⎪σ 31 ⎪
⎪ ⎪ ⎢ ⎥⎪ ⎪
⎪⎩ γ 12 ⎪⎭ ⎢ 2(1 + ν )⎥⎦ ⎪⎩σ12 ⎪⎭
⎣0 0 0 0 0
donde S = C-1.
25
(a) (b)
B AA B A
A B A B
Figura I-1.7. (a) Plano de simetría material; (b) Plano que no corresponde a una simetría material
⎡ 1 ν12 ν13 ⎤
⎢ E − − 0 0 0 ⎥
E1 E1
⎧ ε11 ⎫ ⎢ ν ⎥ ⎧ σ11 ⎫
1
1 ν
⎪ ⎪ ⎢− 21 − 23 0 0 0 ⎥⎪ ⎪
⎪ε 22 ⎪ ⎢ E 2 E2 E2 ⎥ ⎪σ ⎪
⎪ ⎪ ⎢ ν 31 ν 1 ⎥ ⎪ 22 ⎪
⎪ε 33 ⎪ ⎢ − − 32 0 0 0 ⎥ ⎪σ ⎪
⎪ ⎪ ⎢ E3 E3 E3 ⎥ ⎪ 33 ⎪
⎨ ⎬=⎢ 1 ⎥⎨ ⎬
(I-1.36)
⎪γ 23 ⎪ ⎢ 0 0 0 0 0 ⎥ ⎪σ 23 ⎪
⎪ ⎪ ⎢ G 23 ⎥⎪ ⎪
⎪ γ 31 ⎪ ⎢ 1 ⎪σ 31 ⎪
⎪ ⎪ ⎢ 0 0 0 0 0 ⎥⎪ ⎪
G 31 ⎥
⎩⎪ γ 12 ⎭⎪ ⎢ ⎩⎪σ12 ⎭⎪
1 ⎥
⎢ 0 0 0 0 0 ⎥
⎢⎣ G 12 ⎥⎦
26
ν12 ν 21 ν13 ν 31 ν 23 ν 32
= , = , = (I-1.37)
E1 E 2 E1 E 3 E2 E3
Este tipo de material en el sistema de ejes coordenados mostrado en la figura I-1.8 tiene
entonces 9 coeficientes independientes, que son:
• 3 módulos de elasticidad, E1, E2 y E3
• 3 módulos de corte, G12, G23 y G31
• 3 coeficientes de Poisson ν12, ν23 y ν31
x2
x1
x3
27
σ 33 = σ13 = σ 23 = 0 (I-1.38)
x2
x2
x1 x3
O
B
Cargas en el plano
Debido a que el espesor B es suficientemente pequeño comparado con las otras dos
dimensiones de la placa y ya que las cargas aplicadas en el contorno son uniformes a lo largo
del espesor B, se puede suponer que las condiciones anteriores son también válidas en la
sección transversal de la placa. En este caso, se supone que los esfuerzos restantes σ11 , σ 22 y
σ12 no varían a lo largo del espesor B. En consecuencia, este problema se transforma en uno
bidimensional en el cual la tercera dimensión, en sentido del eje x3, puede ser ignorada y la
Ley de Hooke se aplica como:
1
ε11 = (σ11 − νσ 22 )
E
1
ε 22 = (σ 22 − νσ11 ) (I-1.39)
E
σ12
γ 12 =
µ
28
dirección fuera del plano. Si el material anisótropo tiene un plano de simetría paralelo al plano
x1-x2 entonces las deformaciones en el plano (u1 y u2) y las deformaciones fuera del plano (u3)
están desacopladas. En cualquier otro caso, existe acoplamiento total entre las dos
deformaciones.
Utilizando un único índice para representar las componentes de los tensores de
esfuerzos y deformaciones, como se describió anteriormente, y en ausencia de fuerzas de
volumen, las ecuaciones de equilibrio se reducen a:
∂σ1 ∂σ 6
+ =0
∂x 1 ∂x 2
∂σ 6 ∂σ 2
+ =0 (I-1.40)
∂x 1 ∂x 2
∂σ 5 ∂σ 4
+ =0
∂x 1 ∂x 2
∂u 1 ∂u ∂u ∂u ∂u ∂u
ε1 = , ε 2 = 2 , ε 4 = 3 , ε5 = 3 , ε6 = 2 + 1 (I-1.41)
∂x 1 ∂x 2 ∂x 2 ∂x 1 ∂x 1 ∂x 2
εM = ∑S MN
N =1, 2 , 4 , 5, 6
σN (M = 1,2,4,5,6) (I-1.42)
29
∂ 2 ε1 ∂ 2 ε 2 ∂ 2ε6
+ − =0
∂x 2
2
∂x 1
2
∂x 1∂x 2
(I-1.44)
∂ε 4 ∂ε 5
− =0
∂x 1 ∂x 2
Coordenadas polares
En general los problemas en teoría de elasticidad pueden ser simplificados desde el
punto de vista matemático si el contorno del cuerpo se hace coincidir con el sistema
coordenado escogido. Por ejemplo, los problemas que involucran dimensiones cilíndricas
pueden ser resueltos mas fácilmente usando un sistema cilíndrico de coordenadas polares con
el origen del sistema en el centro del cilindro. A continuación se presentan los principios
generales de las coordenadas cilíndricas polares y se deducen las ecuaciones de equilibrio y
compatibilidad.
⎡ σ rr σ rθ σ rz ⎤
⎢ ⎥
σ ij = ⎢σ θr σ θθ σ θz ⎥ (i, j = r, θ, z) (I-1.45)
⎢ ⎥
⎢⎣σ zr σ zθ σ zz ⎥⎦
en donde:
σ rθ = σ θr , σ zr = σ rz , σ θz = σ zθ (I-1.46)
30
σz
Z
τzθ τzr
τrθ τθz
τrz τθr σθ
σr
dθ r
∂σ r ∂σ rθ ∂σ rz σ r − σ θ
+ + + =0
∂r r∂θ ∂z r
∂σ θ ∂σ θr ∂σ θz 2σ rθ
+ + + =0 (I-1.47)
r∂θ r ∂z r
∂σ z ∂σ zθ ∂σ zr σ zr
+ + + =0
∂z r∂θ ∂z r
donde:
Relaciones desplazamiento-deformación
En coordenadas cilíndricas polares las deformaciones normales y cortantes se definen
como:
∂u 1 u ∂u ∂u
εr = ; εθ = 1 + 2 ; εz = 3
∂r r r∂θ ∂z
(I-1.48)
∂u ∂u u ∂u ∂u ∂u ∂u
γ rθ = 1 + 2 − 2 ; γ θz = 2 + 3 ; γ zr = 1 + 3
r∂θ ∂r r ∂z r∂θ ∂z ∂r
31
donde:
u1= desplazamiento en la dirección r, es decir, desplazamiento radial
u2 = desplazamiento en la dirección θ, es decir, desplazamiento tangencial
u3 = desplazamiento en la dirección z, es decir, desplazamiento vertical
Ecuaciones de Compatibilidad
Considerando el caso de problemas bidimensionales, la ecuación de compatibilidad se
obtiene eliminando las componentes de desplazamiento de la ecuación (I-1.48):
∂ 2 (σ r + σ θ ) ∂ 2 (σ r + σ θ ) ∂ (σ r + σ θ )
+ + =0 (I-1.49)
∂r 2 r 2 ∂θ 2 r∂r
o
⎛ ∂2 ∂2 ∂ ⎞
⎜⎜ 2 + 2 2 + ⎟(σ r + σ θ ) = 0 (I-1.50)
⎝ ∂r r ∂θ r∂r ⎟⎠
es decir:
∇ 2 (σ r + σ θ ) = 0 (I-1.51)
Funciones de Esfuerzo
32
Considérese las siguientes condiciones de equilibrio en dos dimensiones y en ausencia
de fuerzas de volumen:
∂σ11 ∂σ 21 ⎫
+ = 0⎪
∂x 1 ∂x 2 ⎪
⎬ (I-1.53)
∂σ 22 ∂σ12 ⎪
+ = 0⎪
∂x 2 ∂x 1 ⎭
∂ 2 ε11 ∂ 2 ε 22 ∂ 2 γ 12
+ = (I-1.54)
∂x 2
2
∂x 1
2
∂x 1∂x 2
∂ 4Φ ∂ 4Φ ∂ 4Φ
4
+ 2 2 2
+ 4
=0 (I-1.55)
∂x 1 ∂x 1 ∂x 2 ∂x 2
o
∇ 2 (∇ 2 Φ ) = ∇ 2 (σ11 + σ 22 ) = 0 (I-1.56)
donde:
∂2 ∂2
∇2 = 2
+ 2
(I-1.57)
∂x 1 ∂x 2
33
Vector de funciones de esfuerzo
En el caso de deformaciones planas generalizadas isótropas o anisótropas, se introduce
una función de esfuerzo de valores reales φ = {φ1, φ2, φ3} tal que
∂φ j ∂φ j
σ1j = − ; σ2 j = ( j = 1,2,3) (I-1.58)
∂x 2 ∂x 1
Se puede comprobar con facilidad que las ecuaciones de equilibrio para los esfuerzos
definidos en (I-1.58) se cumplen también automáticamente.
3
φi = 2ℜ∑ L iα f α (z α ) (I-1.59)
α =1
generalizadas zα. ℜ significa “parte real de”. La expresión de las variables complejas
generalizadas zα es: z α = x 1 + p α x 2 para α = 1,2,3 . pα , junto con sus conjugados, son las tres
raíces distintas de la ecuación polinómica característica de sexto orden que se presenta mas
adelante en la ecuación (I-1.60).
34
Siguiendo el mismo procedimiento del método de la función de Airy, es posible
expresar las componentes de esfuerzos y de deformaciones en términos de la función de
esfuerzos propuesta φi mediante las ecuaciones (I-1.42) y (I-1.58). Adicionalmente, cuando la
expresión de deformaciones es sustituida en la ecuación de compatibilidad (I-1.44) se obtiene
la ecuación característica de sexto orden que es función de p:
d ( 4 ) ( p) d ( 2 ) ( p ) − d ( 3) ( p) d ( 3) ( p ) = 0 (I-1.60)
Los coeficientes de Liα que están dados como las componentes de la matriz L:
⎡− p1L 21 − p 2 L 22 − p 3 r3 L 33 ⎤
⎢ ⎥
L = [L iα ] = ⎢ L 21 L 22 r3 L 33 ⎥ (I-1.61)
⎢ ⎥
⎢⎣ r1L 21 r2 L 22 L 33 ⎥⎦
donde:
A = [a 1 , a 2 , a 3 ] (I-1.64)
donde:
35
⎡ s16 − s11p α s12 s14 − s15 p α ⎤
⎧ A1α ⎫ ⎢ ⎥ ⎧ L1α ⎫
⎪⎪ ⎪⎪ ⎢ s − s 21p α s 22
⎥
s 24 − s 25 p α ⎥ ⎪⎪ ⎪⎪
a α = ⎨A 2α ⎬ = ⎢ 26 L (I-1.65)
⎪ ⎪ ⎢⎢ pα pα pα ⎥ ⎨⎪ 2 α ⎬⎪
⎪⎩A 3α ⎪⎭ ⎥ ⎪L ⎪
⎢ s 56 − s 51p α s 52 s 54 − s 55 p α ⎥ ⎩ 3α ⎭
⎣ ⎦
En el anexo A se presenta la deducción detallada de la matriz A. Nótese que por cada raíz
característica pα se determinan vectores l α = {L1α , L 2 α , L 3α }t y a α = {A1α , A 2α , A 3α }t . Estos
factores pueden ser normalizados como propuso Denda (2001) a través de la relación
3
2∑ L iα A iα = 1 (I-1.66)
i =1
Lt A + A t L = I = Lt A + A t L
y (I-1.67)
Lt A + A t L = 0 = Lt A + A t L
Donde ℜ indica la parte real de una variable compleja. De la relación (I-1.58) y de la función
de esfuerzo (I-1.59) se pueden expresar las componentes del tensor de esfuerzos como:
⎡ 3 ⎤ ⎡ 3 ⎤
σ1i = 2ℜ ⎢∑ L iα p α f α´ (z α )⎥ y σ 2i = 2ℜ ⎢∑ L iα f α´ (z α )⎥ (I-1.69)
⎣ α =1 ⎦ ⎣ α =1 ⎦
36
donde ( )´ indica la derivada con respecto al argumento de la función.
U* = W* (I-1.70)
U * = ∫ σ t ε * dΩ (I-1.71)
Ω
W * = ∫ b t u * dΩ + ∫ p t u * dΓ + ∑ f t u * (I-1.72)
Ω Γ
∫σ ε *dΩ = ∫ b t u *dΩ + ∫ p t u * dΓ + ∑ f u *
t t
(I-1.73)
Ω Ω Γ
Esta es una expresión muy utilizada para la definición de las ecuaciones de equilibrio que se
utilizan en diversas formulaciones del comportamiento de estructuras.
37
Capítulo I-2
Mecánica de la fractura frágil
dE dΠ dWs
= + =0 o (I-2.1a)
dA dA dA
dΠ dWs
− = (I-2.1b)
dA dA
38
de la energía potencial con respecto al área de grieta para un material elástico lineal. El área de
grieta (A) se define como el área proyectada de la grieta (2aB en el ejemplo presentado),
mientras que el área de superficie es 2A ya que la grieta está constituida por dos superficies.
En el momento de la fractura, G = Gc que es la tasa crítica de disipación y una medida de la
dureza a la fractura del material.
Para la placa de la figura I-2.1, Griffith usó el análisis de esfuerzos propuesto por Inglis
para mostrar que:
πσ 2 a 2 B
Π = Π0 − (I-2.2)
E
Ws = 4aBγ s (I-2.3)
dΠ πσ 2 a
G=− = (I-2.4a)
dA E
y
dWs
G cr = = 2γ s (I-2.4b)
dA
2a
Figura I- 2.1. Hueco elíptico en una placa infinita sometida a esfuerzos de tensión uniforme remotos
39
Haciendo G = Gc se obtiene el esfuerzo de fractura
1/ 2
⎛ 2Eγ s ⎞
σf = ⎜ ⎟ (I-2.5)
⎝ πa ⎠
m
⎛ k ⎞ ∞
σ ij = ⎜ ⎟f ij (θ) + ∑ A m r 2 g ij (θ)
(m)
(I-2.6)
⎝ r⎠ m =0
una constante y fij es una función adimensional de θ. Los términos de orden superior dependen
de la geometría pero la solución para cualquier configuración contiene un término que es
proporcional a 1 r . Cuando r → 0 éste término tiende a infinito pero los otros términos
permanecen finitos o tienden a cero. En consecuencia, el esfuerzo cerca del vértice de la grieta
varía con 1 r , independientemente de la configuración del cuerpo agrietado. También se
puede demostrar que los desplazamientos cerca del vértice de la grieta varían con r . La
ecuación (I-2.6) describe una singularidad de esfuerzo ya que el esfuerzo es asintótico en r = 0.
40
x2 σ22
τ12
σ11
r τ21
θ
GRIETA
x1
Figura I- 2.2. Definición de los ejes coordenados en el vértice de una grieta. (La dirección z es perpendicular a
la página.)
Una grieta puede ser sometida a tres tipos diferentes de cargas, como se muestra en la
figura I-2.3. En el Modo de carga I (figura I-2.3a), la carga principal se aplica perpendicular al
plano de la grieta y hace que la misma tienda a abrirse. El Modo II (figura I-2.3b) que
corresponde a carga cortante en el plano y hace que las caras de la grieta tiendan a deslizar una
con respecto a la otra. El Modo III (figura I-2.3c) se refiere a cortante fuera del plano. Un
cuerpo agrietado puede ser cargado en cualquiera de los tres modos o en una combinación de
dos o de tres modos.
σ τ τ
τ
σ τ
41
factor de intensidad de esfuerzos se le agrega un subíndice que indica el modo de carga, esto
es, KI, KII o KIII. En consecuencia, el campo de esfuerzos en el vértice de una grieta en un
material elástico isótropo lineal puede ser escrito como:
( I) KI (I)
lim σ ij = f ij (θ) (I-2.7a)
r →0
2πr
( II ) K II ( II )
lim σ ij = f ij (θ) (I-2.7b)
r →0
2πr
para los modos I, II y III, respectivamente. En un problema de modo combinado (cuando están
presentes más de un modo), las contribuciones individuales a un esfuerzo dado son aditivas:
42
esfuerzos en el vértice de la grieta deben ser proporcionales a los esfuerzos remotos. En este
caso la solución tiene la forma:
K I = σ πa (I-2.9)
K I = 1.12 πa (I-2.10)
Figura I-2.4. Grieta de borde en una placa semi-infinita sujeta a esfuerzos de tensión remotos.
43
Considérese una grieta interna en una placa infinita donde la normal al plano de la
grieta esta orientado en un ángulo β con respecto al eje de esfuerzo (figura I-2.5a). Si β ≠ 0 , la
grieta estará sometida a cargas combinadas de Modo I y Modo II; KIII=0 ya que el eje del
esfuerzo y la normal a la grieta están en el plano de la placa. Si se redefine el eje coordenado
de manera que coincida con la orientación de la grieta (figura I-2.5b), se puede observar que el
esfuerzo aplicado puede ser descompuesto en componentes normal y cortante. El esfuerzo
normal al plano de la grieta, σ2’2’, produce carga únicamente en Modo I, mientras τ1’2’ aplica
carga de Modo II a la grieta. Los factores de intensidad de esfuerzos para la placa de la figura
I-2.5 pueden ser deducidos relacionando σ2’2’ y τ1’2’ con σ y β a través del círculo de Mohr:
Nótese que las ecuaciones (I-2.11) se reducen a Modo I únicamente cuando β = 0. El máximo
KII se produce para β = 45°, donde el esfuerzo cortante es también máximo.
σ2`2`
(a) (b) τ2`1` (c)
x2
τ1`2` x2´
2a 2a
β σ1`1`
x1´
x1
Figura I-2.5 Grieta central en placa infinita para el caso general donde el esfuerzo principal no es perpendicular
al plano de la grieta.
Relación entre K y G
Hasta ahora se han introducido dos parámetros que describen el comportamiento de las
grietas: la tasa de disipación de energía G y factor de intensidad de esfuerzos K. La tasa de
disipación de energía cuantifica el cambio neto en la energía potencial que acompaña el
crecimiento de la grieta y el factor de intensidad de esfuerzos caracteriza los esfuerzos, las
44
deformaciones y los desplazamientos cerca del vértice de la grieta. El parámetro G describe un
comportamiento global mientras que K es un parámetro local. En materiales elásticos lineales
G y K se relacionan de manera única.
Para una placa infinita sometida a esfuerzos uniformes de tensión, G y K están dados
por las ecuaciones (I-2.4a) y (I-2.9). La relación entre la tasa de disipación de energía G y
factor de intensidad de esfuerzos K se obtiene combinando ambas ecuaciones, lo que resulta
en:
K 2I
G= (I-2.12)
E
Esta expresión a pesar de haber sido deducida para el caso de una grieta interna, como se
puede estudiar en Anderson (1995) es una relación general para problemas de esfuerzos planos
que puede ser aplicada a cualquier configuración.
45
Capítulo I-3
Método de los elementos de contorno
46
mismas propiedades del material del cuerpo en consideración, pero correspondiente a un
dominio infinito solicitado con una carga concentrada unitaria puntual. Esta es la llamada
solución fundamental en el caso estático elástico y es denominada solución de Kelvin.
Si las ecuaciones de equilibrio (I-1.11) se expresan en términos de las componentes de
desplazamiento se obtienen las ecuaciones de Navier. Para ello considérese la ecuación:
σ lj, j + b l = 0 (I-3.1)
⎡ ν ⎤
σ lj = 2µ ⎢ δ ljε mm + ε lj ⎥ (I-3.2)
⎣1 − 2ν ⎦
ε lj =
1
(u l, j + u j,l ) (I-3.3)
2
⎛ 1 ⎞ 1
⎜ ⎟u j, jl + u l, jj + b l = 0 (I-3.4)
⎝ 1 − 2ν ⎠ µ
La solución de Kelvin es obtenida de la ecuación (I-3.4) cuando se aplica una carga unitaria en
un punto ‘i’ en la dirección del vector unitario el,
b l = ∆i e l (I-3.5)
47
⎧ xi +ε
⎪
∆i ⎨
singular en el punto x i con ∫ ∆i dx = 1
x i −ε
(I-3.6)
⎪ = 0 en cualquier otro punto
⎩
1
u j = G j,mm − G m, jm (I-3.7)
2(1 − ν)
1 i
G l,mmjj + ∆ el = 0 (I-3.8)
µ
o
1 i
∇ 2 (∇ 2 G l ) + ∆ el = 0 (I-3.9)
µ
1
∇ 2 (Fl ) + ∆i e l = 0 (I-3.10)
µ
donde: Fl = ∇2 Gl (I-3.11)
1
Fl = el para el caso tridimensional (I-3.12)
4πrµ
y
48
1 ⎛1⎞
Fl = ln⎜ ⎟e l para el caso bidimensional (I-3.13)
2πµ ⎝ r ⎠
G l = G.e l (I-3.14)
donde:
1
G= r para el caso tridimensional (I-3.15)
8πµ
1 2 ⎛1⎞
G= r ln⎜ ⎟ para el caso bidimensional (I-3.16)
8πµ ⎝r⎠
G lk = Gδ lk (I-3.17)
Donde Glk es la k-ésima componente del vector de Galerkin en cualquier punto cuando una
carga unitaria es aplicada en el punto ‘i’ en la dirección l. El desplazamiento en cualquier
punto del dominio producido por la carga puntual considerando cada dirección
independientemente es:
u *k = u *lk e l (I-3.18)
Donde u *lk representa los desplazamientos en cualquier punto en la dirección k cuando una
carga unitaria es aplicada en la dirección l.
49
Escribiendo los desplazamientos como la ecuación (I-3.7) en el caso tridimensional
resulta:
1
u *lk = [(3 − 4ν)δ lk + r,l r,k ] (I-3.19)
16πµ(1 − ν)r
donde:
∂r ∂r
r,l = ; r,k = (I-3.20)
∂x l ∂x k
Estas son los relaciones entre la proyección de r en las direcciones x1, x2 y x3, que se llaman r1,
r2 y r3 y la longitud r, como se puede ver en la figura I-3.1.
Punto en la superficie
r
r
r3
punto i
r1
r2
50
1 1
u *lk = [(3 − 4ν) ln δ lk + r,l r,k ] (I-3.21)
8πµ(1 − ν ) u
1 ⎡ ∂r ⎤
p *lk = 2 ⎢
[(1 − 2ν)δ lk + 3r,l r,k ] + (1 - 2ν)(n l r,k − n k r,l )⎥ (I-3.22)
8π(1 − ν)r ⎣ ∂n ⎦
p*lk es la tracción en cualquier punto en la dirección k cuando una carga unitaria es aplicada en
la dirección l, nl y nk son los cosenos directores de la normal con respecto a xl y xk. ∂r/∂n es la
derivada del vector de distancia r con respecto a la normal. En el caso de problema de
esfuerzos planos se tiene:
1 ⎡ ∂r ⎤
p *lk = ⎢ [(1 − 2ν)δ lk + 2r,l r,k ] + (1 - 2ν)(n l r,k − n k r,l )⎥ (I-3.23)
4π(1 − ν)r ⎣ ∂n ⎦
∫σ ε *dΩ = ∫ b t u * dΩ + ∫ p t u *dΓ + ∑ f u *
t t
(I-3.24)
Ω Ω Γ
51
En el problema real : σ = Cε
En el problema virtual : σ * = Cε *
El problema virtual es arbitrario pero se aplica al mismo material y a la misma geometría del
problema real por lo que:
∫ σ ε dΩ = ∫ ε Cε dΩ = ∫ ε σ dΩ
t * t * t *
(I-3.25)
Ω Ω Ω
Aplicando el Teorema de los Trabajos Virtuales en el problema virtual pero considerando los
desplazamientos del problema real tenemos:
∫σ
*t
ε dΩ = ∫ (b * ) t u dΩ + ∫ (p * ) t u dΓ + ∑ (f * ) t u (I-3.26)
Ω Ω Γ
∫ b u dΩ + ∫ p u dΓ + ∑ f u = ∫ (b ) u dΩ + ∫ (p ) u dΓ + ∑ (f
t * t * t * * t * t * t
)u (I-3.27)
Ω Γ Ω Γ
Identidad de Somigliana
La identidad de Somigliana es un caso particular del teorema de reciprocidad de
Maxwell-Betti, en el cual se toma como problema virtual el problema fundamental descrito en
la sección I-3.1. Como allí se indica, el problema fundamental consiste en una placa infinita a
la que se aplica una fuerza unitaria concentrada en cualquier dirección. Esta fuerza produce
desplazamientos y fuerzas o tracciones que para el caso isótropo pueden ser calculadas con las
ecuaciones (I-3.19) a (I-3.23). En este caso se tiene que p*=1, que es la fuerza aplicada, b*= 0
52
ya que no existen fuerzas de volumen y p* se calcula con (I-3.22) o (I-3.23). La identidad de
Somigliana es:
u i = ∫ b t u * dΩ + ∫ p t u * dΓ + ∑ f t u * − ∫ (p * ) t u dΓ (I-3.28)
Ω Γ Γ
u=u en Γ1
(I-3.29)
p = σn = p en Γ2
Donde los términos con barra representan valores conocidos. La identidad de Somigliana se
expresa como:
u i = ∫ b t u *dΩ + ∫ p t u * dΓ + ∫ p t u * dΓ + ∑ f t u * − ∫ (p * ) t u dΓ − ∫ (p * ) t u dΓ (I-3.30)
Ω Γ1 Γ2 Γ1 Γ2
Nótese que cuando se aplica una carga concentrada unitaria en una dirección particular l, en el
punto de aplicación solo se producen desplazamientos a lo largo de la dirección de la carga
mientras que las tracciones y los desplazamientos en cualquier punto del domino tienen
componentes en tres o dos direcciones. La identidad de Somigliana da los valores de los
desplazamientos en cualquier punto interno ‘i’ en función de los desplazamientos uk y las
tracciones pk en el contorno, las fuerzas en el dominio y la solución fundamental conocida.
53
es aplicada en diferentes puntos del contorno generando un sistema de ecuaciones que una vez
resuelto da los valores del contorno.
Sin embargo cuando el punto ‘i’ es tomado en el contorno, las integrales tienen una
singularidad y es necesario analizar su comportamiento de manera especial. Si se considera
que el contorno es continuo en ‘i’ se puede suplementar el contorno con una semiesfera de
radio ε en el caso tridimensional como se muestra en la figura I-3.2a o con un semicírculo en
el caso bidimensional (I-3.2b). Se considera que el punto ‘i’ está en el centro de la semiesfera
o del semicírculo. Se tienen dos tipos de integrales de contorno, las integrales sobre Γ1 y las
integrales sobre Γ2. Por simplicidad se analiza la ecuación (I-3.28) sabiendo que Γ = Γ1 + Γ2.
Se saca el límite de estas integrales considerando que ε → 0 y se obtiene la siguiente
expresión para analizar los puntos de un contorno continuo:
1 i
u = ∫ b t u * dΩ + ∫ p t u * dΓ + ∑ f t u * − ∫ (p * ) t u dΓ (I-3.31)
2 Ω Γ Γ
n Curva de contorno Γ
Figura I-3.2. Aumento del contorno para el análisis de puntos de superficie en el caso (a) tridimensional y (b)
bidimensional. (Brebbia y Domínguez (1989))
54
desplazamientos y tracciones en términos de sus valores en una serie de puntos nodales. Como
ejemplo se puede considerar por simplicidad, un cuerpo bidimensional. El contorno del cuerpo
es dividido en N segmentos o elementos como se muestra en las figuras I-3.3. y I-3.4. Los
puntos donde los valores son desconocidos se llaman ‘nudos’. Existen varios tipos de
elementos como los llamados elementos constantes en los cuales los nudos se ubican en el
medio del elemento (figuras I-3.3a y I-3.4a), los elementos lineales en los cuales los nudos se
ubican en los extremos (figura I-3.3b y I-3.4b) y los elementos curvos, como los cuadráticos
mostrados en la figura I-3.3c y I-3.4c en los cuales es requerido un nudo en el centro del
elemento además de los nudos extremos. Se escribe la forma discretizada de la ecuación (I-
3.31) para cada punto nodal y se obtiene un sistema de ecuaciones lineales. Una vez que se
aplican las condiciones de borde, el sistema puede ser resuelto obteniéndose los valores
desconocidos y en consecuencia una solución aproximada al problema de valores de contorno.
nudos
nudos
elementos
Figura I-3.3. Tipos de elementos de contorno en 2D: (a) Elementos constantes, (b) Elementos lineales,
(c) Elementos cuadráticos. (Brebbia y Domínguez (1989))
55
Elementos de
contorno
nudos
nudos
Elementos de
(a) Elementos constantes contorno (b) Elementos lineales
x3 nudos
Elementos de
contorno
x2
x1
(c) Elementos cuadráticos
Figura I-3.4. Tipos de elementos de contorno en 3D: (a) Elementos constantes, (b) Elementos lineales,
(c) Elementos cuadráticos. (Brebbia y Domínguez (1989))
u = Φu j (I-3.32)
y
p = Φp j (I-3.33)
uj y pj son los desplazamientos y tracciones nodales del elemento, de dimensión 3Q para tres
dimensiones y 2Q en el caso bidimensional, siendo Q el número de nudos del elemento. u y p
son los desplazamientos y las tracciones en cualquier punto del contorno Γe, es decir:
⎧ p1 ⎫ ⎧ u1 ⎫
⎪⎪ ⎪⎪ ⎪⎪ ⎪⎪
p = ⎨p 2 ⎬; u = ⎨u 2 ⎬ (I-3.34)
⎪ ⎪ ⎪ ⎪
⎩⎪p 3 ⎭⎪ ⎩⎪u 3 ⎭⎪
56
Φ es una matriz de funciones de interpolación que es un arreglo de funciones de forma de
dimensiones 3 x 3Q en 3D y 2 x 2Q en 2D.
⎡φ1 0 0 φ2 0 0 L φQ 0 0 ⎤
⎢ ⎥
Φ=⎢0 φ1 0 0 φ2 0 L 0 φQ 0 ⎥ = [Φ 1 Φ2 L ΦQ ] (I-3.35)
⎢0 0 φ1 0 0 φ2 L 0 0 φ Q ⎥⎦
⎣
Estas son las funciones estándares en dos dimensiones usadas en el método de los elementos
finitos.
Las fuerzas de volumen en cualquier punto del dominio pueden ser expresadas en
forma vectorial en función de las tres componentes,
⎧ b1 ⎫
⎪⎪ ⎪⎪
b = ⎨b 2 ⎬ (I-3.36)
⎪ ⎪
⎪⎩b 3 ⎪⎭
57
x3,u3 x3,u3 x3,u3
(a) (b) (c)
Superficie Γ
r u13
*
p*23
n
r r u12
* r p*22
r r u11
* r
p*21
Punto i Punto i
x2,u2 x2,u2
Punto i de x2,u2
x1,u1 aplicación Carga unitaria aplicada Carga unitaria aplicada
de la carga x1,u1 en la dirección x1 x1,u1
en la dirección x2
Figura I-3.5. Interpretación geométrica de las componentes de las soluciones fundamentales. (a) Definición
geométrica, (b) Componentes de desplazamiento de la solución fundamental, (c) Componentes de tracción de la
solución fundamental. (Brebbia y Domínguez (1989))
Nótese que las coordenadas cartesianas del contorno también pueden ser escritas en
términos de las coordenadas nodales para definir elementos curvos. En este caso es necesario
realizar la transformación de un sistema en otro para lo cual deben ser calculados dos
Jacobianos como se muestra en la siguiente sub-sección.
Sustituyendo las funciones de interpolación en la ecuación (I-3.31), sin considerar
fuerzas externas y discretizando el contorno se obtiene la siguiente expresión para un punto
nodal:
M ⎧
⎪ ⎫⎪ NE ⎧⎪ ⎫⎪ NE ⎧
⎪ ⎫⎪
c (i) u i = ∑ ⎨ ∫ b t u *dΩ⎬ + ∑ ⎨ ∫ (u * ) t Φ dΓ ⎬ p j − ∑ ⎨ ∫ (p * ) t Φ dΓ ⎬ u j (I-3.38)
s =1 ⎪
⎩Ω s ⎪⎭ j=1 ⎪⎩Γ j ⎪⎭ j=1 ⎪Γ j ⎪⎭
⎩
58
ξ2
ξ1
x3 r
r
x2
x1
Transformación de coordenadas
dΩ = J dξ1dξ 2 dη (I-3.39)
dΓ = G dξ1dξ 2 (I-3.40)
59
M ⎧ r ⎫ NE ⎧ l ⎫
c (i) u i = ∑ ⎨∑ w p ((u * ) t b * ) p J ⎬ + ∑ ⎨∑ w k ((u * ) t Φ) k G ⎬ p j
s =1 ⎩ p =1 ⎭ j=1 ⎩ k =1 ⎭
(I-3.41)
NE
⎧ l
⎫
− ∑ ⎨∑ w k ((p * ) t Φ) k G ⎬u j
j=1 ⎩ k =1 ⎭
Sistema de ecuaciones
La ecuación (I-3.41) corresponde a un nudo particular ‘i’ y una vez integrada se puede
escribir:
M N N
c (i) u i = ∑ B is + ∑ G ij p j − ∑ H
ˆ ij u j (I-3.42)
s =1 j=1 j=1
Donde N es el número de nudos, uj y pj son los desplazamientos y las tracciones en el nudo ‘j’.
Las matrices H y G son:
ˆ ij = ∑ (p * ) t Φ dΓ
H ∫ t Γ1
q
(I-3.43)
G ij = ∑ ∫ (u * ) t Φ q dΓ
t Γ1
La sumatoria corresponde a todos los elementos a los cuales pertenece el nudo ‘j’ y q es el
número que corresponde al orden del nudo j en el elemento t.
Si se llama:
ˆ ij
H ij = H si i = j
(I-3.44)
ˆ ij + c i
H =H ij
si i ≠ j
60
N M N
∑ H ij u j = ∑ B is + ∑ G ij p j
j=1 s =1 j=1
(I-3.45)
HU = GP + B (I-3.46)
AX = F (I-3.47)
Puntos internos
El desplazamiento de cualquier punto interno en términos de los desplazamientos y
tracciones del contorno se puede calcular con la ecuación (I-3.38),
M ⎧
⎪ ⎫⎪ NE ⎧⎪ ⎫⎪ NE ⎧
⎪ ⎫⎪
u i = ∑ ⎨ ∫ b t u *dΩ⎬ + ∑ ⎨ ∫ (u * ) t Φ dΓ ⎬ p j − ∑ ⎨ ∫ (p * ) t Φ dΓ ⎬ u j (I-3.48)
s =1 ⎪
⎩Ω s ⎪⎭ j=1 ⎪⎩Γ j ⎪⎭ j=1 ⎪Γ j ⎪⎭
⎩
Donde Γj es la superficie correspondiente al elemento ‘j’ e ‘i’ es en este caso un punto interno
del dominio.
61
Capítulo I-4
Teoría de plasticidad
La teoría de plasticidad es una rama de la mecánica que se ocupa del cálculo de los
esfuerzos y las deformaciones en un cuerpo de material dúctil, en el cual se producen
deformaciones permanentes como consecuencia de las cargas aplicadas. La teoría se basa en
observaciones experimentales del comportamiento de metales sometidos a estados de
esfuerzos combinados. Los resultados observados son idealizados en formulaciones
matemáticas que permiten describir el comportamiento de metales sujetos a esfuerzos
complejos. A diferencia de los sólidos elásticos, en los cuales el estado de deformación
depende solo del estado final de esfuerzo, la deformación que se produce en un sólido plástico
se determina a partir de la historia completa de solicitaciones.
En metales dúctiles, bajo condiciones favorables, las deformaciones plásticas pueden
tener una extensión considerable sin que se produzca la falla por fractura. En muchos procesos
de trabajo con metales se producen grandes deformaciones plásticas. Mientras que las
deformaciones elásticas pueden ser ignoradas en estos casos, en el tratamiento teórico se debe
considerar el cambio continuo en la geometría de la pieza. En numerosos problemas
estructurales en los cuales las cargas se aumentan mas allá del límite elástico, se producen
situaciones en las cuales las deformaciones elásticas y plásticas son similares en magnitud.
Los diseños estructurales basados en la estimación de las cargas de colapso son más
económicos que los diseños elásticos debido a que el método plástico toma total ventaja de la
ductilidad disponible del material.
62
de ser lineal. Generalmente el rango elástico se extiende un poco más allá del límite de
proporcionalidad. Para la mayoría de los metales la transición del comportamiento elástico al
plástico es gradual debido a la cedencia sucesiva de los granos individuales de cristal. La
ubicación del punto de cedencia B es en consecuencia una convención. El esfuerzo
correspondiente σ y conocido como esfuerzo de cedencia se define generalmente como aquel
Dominio Elástico
Se define el dominio elástico como el conjunto de valores de esfuerzo para los cuales
la respuesta es elástica. En la gráfica I-4.1, y en ausencia de deformaciones plásticas previas,
el dominio elástico es la zona comprendida entre (σy y -σy).
Efecto Baushinger
Supóngase que un espécimen que ha sido descargado totalmente desde un estado de
tensión plástico representado por el punto C, se recarga en compresión simple (figura I-1.4).
63
G
σ C
F
B
A
σy
tan-1 E D
O E ε
F’
G’
Figura I-4.1. Curva esfuerzo-deformación de metales con efectos de descarga y cargas reversibles
64
introduce la variable interna ε p que conjuntamente con la deformación ε permite calcular el
esfuerzo σ de manera única. La expresión que permite este cálculo se llama ley de estado. Para
calcular la nueva variable es necesario plantear una nueva ecuación que es la ley de evolución
de ε p .
Existen diversos modelos que idealizan dicha curva algunos de estos cuales se
describen a continuación (Flórez-López (1999)).
σ = E (ε − ε p ) (I-4.1)
f ( σ) = σ − σ y ≤ 0 (I-4.2)
La ecuación (I-4.3) indica que no hay incremento de la deformación plástica, o sea, que ε p se
mantiene constante, cuando la función de fluencia es negativa, lo que implica que el esfuerzo
65
es menor que el esfuerzo de cedencia o cuando el incremento de f es negativo, lo que ocurre
durante las descargas elásticas. La ecuación (I-4.4) implica que hay aumento de la
deformación plástica cuando el esfuerzo alcanza el valor del esfuerzo de cedencia y f no tiene
tendencia a disminuir, es decir, que no comience un proceso de descarga.
Con este modelo se obtienen curvas esfuerzo-deformación como la que se muestra en
la figura I-4.2a. Como se puede observar, este modelo no considera el efecto de
endurecimiento por deformación. En la figura I-4.2b se muestra la respuesta cíclica obtenida
con el modelo elastoplástico perfecto. En esta figura se puede observar que este modelo no
describe el efecto Baushinger ya que supone que el límite elástico es constante.
El modelo elastoplástico perfecto es adecuado para determinar capacidades resistentes
en términos de fuerzas pero es muy deficiente para describir procesos de falla como en el caso
de la ingeniería sísmica.
El conjunto formado por la ley de estado (I-4.1) y la ley de evolución de εp (I-4.3) y (I-
4.4) representa la ley de comportamiento uniaxial del modelo elastoplástico perfecto.
(a) (b)
σ
σ
σy
σy
E E E
ε
ε σy
Figura I-4.2. Curva esfuerzo-deformación obtenida con el modelo elastoplástico perfecto en el caso:
(a) monotónico, (b) cíclico
66
función de fluencia, se conservan las leyes de estado (I-4.1) y las de evolución (I-4.3) y (I-4.4)
del modelo elastoplástico perfecto. Para ello propuso una nueva función de fluencia de la
forma:
f (σ, X) = σ − X − σ y ≤ 0 (I-4.5)
donde X representa la ubicación del centro del dominio elástico como se muestra en la figura
I-4.3. Cuando el endurecimiento es lineal se calcula como
X = cε p (I-4.6)
σy+X
Centro del
dominio elástico
X
X-σy
Considerando esta función de fluencia en las leyes evolución de la deformación plástica (I-4.3)
y (I-4.4) se obtiene el comportamiento mostrado en la figura I-4.4.
67
dominio elástico en ambos modelos es coincidente. La rama plástica definida por f = 0 en
ambos modelos, ahora es una recta inclinada cuya pendiente depende de la constante c.
σy
Figura I-4.4. Curva esfuerzo-deformación obtenida con el modelo elastoplástico perfecto considerando
endurecimiento cinemático en el caso cíclico (Modelo de Prager)
Como puede observarse este modelo permite representar el efecto Baushinger, pero no
impone límite al máximo esfuerzo que el material puede soportar.
68
Donde α es una propiedad del material y p es la deformación plástica acumulada que se define
como:
dp = | dε p | (I-4.9)
σ
σu
σy
σu
Figura I-4.5. Curva esfuerzo-deformación obtenida con el modelo elastoplástico perfecto considerando
endurecimiento isótropo no lineal en el caso cíclico
69
las secciones transversales se mueven como cuerpo rígido y que permanecen perpendiculares
al eje neutro durante el movimiento.
P
h
L L
X
P.L/2
Figura I-4.6. Viga simplemente apoyada sometida a una carga concentrada en el centro
A medida que la carga concentrada P aumenta, la sección central de la viga pasa por
los diferentes estados de esfuerzo normal y de deformaciones unitarias que se presentan en la
figura I-4.7.
(a) X ε σ
my
mP σy σy
(b) X ε σ
my
mP σy σy
(c) X ε σ
my
mP σy σy
(d) X σ
my
mP σy σy
Figura I-4.7. Evolución de los esfuerzos y deformaciones en la sección central de la viga (a) m < my ;
(b) m = my ; (c) my < m < mp ; (c) m = mp
70
En la figura I-4.7a se presenta la distribución de esfuerzos y deformaciones
correspondientes a un valor de momento menor a my. En la figura I-4.7b se muestra la
distribución correspondiente al valor de momento my que produce el máximo esfuerzo σy de
tracción y compresión en las fibras extremas de la sección mas solicitada. En este momento,
solo las fibras extremas se plastifican. Si la carga es monotónica creciente, esta sería la última
distribución de esfuerzos elásticos en esta sección. La figura I-4.7c muestra la distribución de
esfuerzos para un momento superior a my. Como se puede observar en esa figura, existe una
zona de la sección transversal en la cual el esfuerzo normal es igual al esfuerzo de fluencia σy.
Esta zona se denomina “zona plástica” y comprende el conjunto de fibras que se plastifican.
Al aumentar la carga, aumenta el tamaño de la zona plástica hasta que alcanza la distribución
de esfuerzos que se muestra en la figura I-4.7d. En este estado se ha producido la
plastificación de toda la sección transversal y es alcanzada la resistencia máxima a flexión m =
mp. Este último valor se denomina momento plástico. Durante este proceso se produce una
curva momento-curvatura como la que se muestra en la figura I-4.8. El proceso de fluencia
sucesiva de fibras que produce cambios en los esfuerzos soportados por las fibras a medida
que el momento flector aumenta, se conoce como plastificación.
m
mp
my
EI
Para valores inferiores a my existe una relación lineal entre el momento y la curvatura
de pendiente EI (módulo de Young multiplicado por el momento de inercia). A partir de este
valor, se produce una disminución de la pendiente de la tangente a la curva la cual tiende
asintóticamente a cero cuando la curvatura tiende a infinito. Cuando esto ocurre el momento
71
tiende a mp. Esta disminución de la pendiente es consecuencia de la propagación de la zona
plástica a lo largo de la sección transversal.
De manera simultánea al aumento de la zona plástica en la sección transversal, se
produce un proceso de plastificación a lo largo de la longitud de la viga tal y como se muestra
en la figura I-4.9.
Cuando el momento en el centro de la viga tiende al momento de fluencia, la curvatura
aumenta considerablemente en esta sección, de hecho tiende a infinito, mientras que se
mantiene proporcional al momento flector en la zona sin deformaciones plásticas. La zona de
deformaciones importantes se mantiene en muchos casos muy localizada.
Zona plástica
my
X
Zona elástica
mp
P
σy σ
σy
Sección central
72
Rótula Plástica
El uso de la curva exacta momento-curvatura (Figura I-4.8) en el análisis de estructuras
más allá del límite elástico requiere de un proceso iterativo. Sin embargo, este proceso
iterativo puede ser eliminado y el proceso de solución drásticamente simplificado mediante el
uso de la relación momento-curvatura idealizada por dos líneas rectas representadas por:
Las relaciones (I-4.10) se han graficado en la figura I-4.10. Estas relaciones equivalen a
suponer que el comportamiento es elástico mientras m < mp y cuando m > mp la sección esta
totalmente plastificada.
m
mp
my
Curva exacta
EI Curva aproximada
73
al área bajo el diagrama de distribución de curvaturas a lo largo del eje X. Tal y como puede
constatarse, en la teoría exacta (figura I-4.9) se produce un aumento acusado de la rotación
relativa en las zonas plásticas. De hecho, la rotación relativa aumenta indeterminadamente
cuando el momento en la sección central se acerca a mp y la curvatura tiende a infinito. A su
vez, la flecha se calcula midiendo el área bajo el diagrama de rotaciones, lo que implica que el
mismo fenómeno se presenta también para esta variable. Como en el modelo aproximado la
curvatura aumenta en una sola sección de la viga, el área bajo la gráfica de curvaturas de la
figura I-4.11 es la misma independientemente del valor que tome la curvatura en la sección
central. En consecuencia el modelo aproximado no puede representar la naturaleza física del
fenómeno de plastificación en lo que a desplazamientos y rotaciones se refiere.
X Zona plástica
Zona elástica
mp
P
σ σ
Con el fin de representar los fenómenos observados con la teoría elástica, se colocará
en la sección de máximo momento un resorte a flexión que experimentará rotaciones
permanentes únicamente cuando el momento alcance el valor de mp. Este resorte se llamará
“rótula plástica” y se supone de longitud nula.
El comportamiento de la rótula plástica se describe en función del momento y la
rotación. La ley de comportamiento para la rótula plástica se expresa empleando de nuevo una
74
función de fluencia como en los modelos uniaxiales descritos en la sección I-4.1. En el caso de
una rótula plástica perfecta la función de fluencia es:
f ( m) = m − m p (I-4.11)
mP
θp
-mp
Rótula plástica
Z on ti c a
ae
lá st a elá s
i ca Z on
θp
75
Como se puede observar en la figura I-4.12, si el momento sobre la rótula es inferior al
momento plástico, mp, la rotación plástica es nula y el comportamiento es elástico. La
existencia de la rótula limita la capacidad del conjunto para soportar la fuerza concentrada P,
puesto que al alcanzarse el momento plástico en la sección central la rótula comienza a rotar
indefinidamente. Solo en estructuras hiperestáticas sería posible un aumento de la fuerza.
Adicionalmente al modelo perfectamente plástico se puede postular la existencia de
una rótula plástica con endurecimiento cinemático lineal añadiendo en la función de fluencia
el término correspondiente como las mostradas en las ecuaciones (I-4.5) y (I-4.6). En este caso
el comportamiento de la rótula plástica se puede observar en la figura I-4.14.
m
mp
c
θp
mp
Figura I-4.14. Comportamiento de una rótula plástica con endurecimiento cinemático lineal
76
N = ∫ σdA (I-4.13)
A
M = ∫ σydA (I-4.14)
A
M N (M,N)e
σ σ σ
+ =
σy σy σy σy σy σy
σy σy
(M,N)u
σ
yo
σy σy
y0
N u = 2σ y ∫ b( x 2 )dx 2 = 2σ y by 0 (I-4.15)
0
77
h/2
⎡h4 ⎤
M u = 2σ y ∫ x 2 b( x 2 )dx 2 = σ y b ⎢ − y o2 ⎥ (I-4.16)
y0 ⎣4 ⎦
h/2
M u = 2σ y ∫x
yo
2 b( x 2 )dx 2
b
(M,N)u Nu Mu
σ σ σ
h 2yo = +
σy σy σy σy σy σy
yo
N u = 2σ y ∫ b( x 2 )dx 2
0
La extensión de la porción central 2yo puede ser determinada de la ecuación (I-4.15) como:
Nu
yo = (I-4.17)
2σ y b
σ y bh 2
Sustituyendo (I-4.17) en (I-4.16) y considerando que N p = σ y A = σ y bh y que M p =
4
se obtiene la expresión adimensional para la capacidad reducida a momento plástico de la
sección rectangular como:
2
M u ⎛⎜ N u ⎞⎟
+ =1 (I-4.18)
M p ⎜⎝ N p ⎟⎠
La función de fluencia para una rótula plástica con carga axial se propone entonces
como:
78
2
M ⎛ N ⎞
f= +⎜ ⎟ −1 ≤ 0 (I-4.19)
M p ⎜⎝ N p ⎟
⎠
En consecuencia:
En este caso las deformaciones plásticas están constituidas por una rotación plástica, θp
producto del momento flector y un alargamiento axial plástico, lp consecuencia de la carga
axial como se muestra en la figura (I-4.17).
dθp
dlp
dθp
Figura I-4.17. Representación de las deformaciones plásticas en una rótula sometida a flexión y carga axial
79
que produce la formación de la rótula plástica como se muestra en la figura I-4.18. Esta ley
puede ser demostrada de la siguiente manera. En la figura I-4.18 se puede observar que la
dN
tangente de la curva de límite elástico es . Derivando las expresiones (I-4.15) y (I-4.16) se
dM
obtiene la pendiente de la tangente a la curva como:
dN − 1
= (I-4.21)
dM y o
dl p
dl = y o dθ
p p
⇒ yo = p (I-4.22)
dθ
Con esto queda demostrada la ortogonalidad entre la tangente del dominio elástico y el vector
de deformaciones permanentes.
∂f
dθ p = dλ
∂M
(I-4.23)
∂f
dl p = dλ
∂N
df df
donde los términos y indican la normalidad con respecto a la superficie de fluencia,
dM dN
es decir, están relacionados con la dirección del vector de deformaciones plásticas y dλ está
relacionado con el módulo del vector de deformaciones plásticas por lo que solo puede ser
positiva.
80
N
Ny
dlp
dθp
-My My M
Dominio elástico
-Ny
81
través de él y por lo tanto la magnitud de sus componentes depende del sistema coordenado
considerado.
x3, u3 σ33
σ32
σ31 σ23
σ13 σ22
σ12 σ21
σ11
x2, u2
x1, u1
Figura I-4.19. Estado general de esfuerzos en un elemento representativo de volumen en sólido tridimensional
donde [C] es la matriz de coeficientes elásticos del material y [S] = [C]-1 tal y como fueron
definidas en el capítulo I-1. {εp} agrupa las deformaciones permanentes asociadas a las
deformaciones {ε}.
Para la función de fluencia han sido propuestas diversas expresiones. A continuación
se presenta la descripción de algunas de ellas.
Criterio de Rankine
Rankine propone una función de fluencia que depende de los esfuerzos principales,
como:
82
f = max(σ I ,−σ III ) − σ y (I-4.26)
Hierro fundido
Acero
Cobre
Aluminio
Criterio de Rankine
Figura I-4.20. Comparación de los Criterios de Rankine, Tresca y Von Mises con datos de algunos ensayos.
(Popov (1997))
Como se puede observar en esta figura, el criterio de Rankine es adecuado para describir el
comportamiento de materiales frágiles como el hierro fundido pero no muy acertado para otros
metales en los cuales la plasticidad es consecuencia de la existencia de esfuerzos cortantes.
Criterio de Tresca
Este criterio resulta de la observación de que en un material dúctil durante la fluencia,
aparece deslizamiento a lo largo de planos críticamente orientados. En consecuencia, el
esfuerzo cortante máximo desempeña el papel clave y se supone que la fluencia depende
únicamente del máximo esfuerzo cortante que se alcanza dentro de un elemento. De acuerdo a
83
este criterio, las deformaciones plásticas aparecen en un cierto punto cuando el máximo
esfuerzo tangente alcanza un cierto valor τy. Este criterio es también conocido como criterio
del esfuerzo cortante máximo y representa de manera adecuada el comportamiento de metales
puros como el acero, el cobre y el aluminio. El criterio de Tresca se expresa como:
f = τ max − τ y ≤ 0 (I-4.27)
donde:
σ I − σ III
τ max = (I-4.28)
2
y
σy
τy = (I-4.29)
2
f = σ I − σ II − σ y ≤ 0 (I-4.30)
Como se muestra en la figura I-4.20 con este criterio se puede describir de manera
adecuada el comportamiento de metales dúctiles como el acero, cobre y aluminio. La
superficie de fluencia obtenida con el criterio de Tresca para el estado de esfuerzo
tridimensional es una superficie hexagonal inscrita en un cilindro como se muestra en la figura
I-4.21.
Ley de Normalidad
Los criterios presentados anteriormente permiten determinar cuando la plasticidad está
activa o no. Sin embargo al igual que en el caso de una rótula plástica sometida a fuerza axial
y momento flector, resta por definir la manera como se producirán las deformaciones
permanentes. En el caso de la rótula plástica pudo demostrarse que las deformaciones plásticas
resultantes obedecen la Ley de Normalidad. Para medios continuos esta ley no puede
demostrarse, sin embargo numerosos modelos postulan su validez en este caso también.
84
Eje o línea
central
σ II
σI
σI
σ III Hexágono de Tresca
σ III
Vista según el eje
Figura I-4.21. Superficies de fluencia de Tresca y Von Mises para el estado de esfuerzo tridimensional.
(Popov (1997))
∂f
ε& p = λ& (I-4.31)
∂σ
85
En este enfoque se supone que la energía total de deformación se divide en dos partes:
una asociada a los cambios volumétricos del material, y otra que produce distorsiones por
corte. Adicionalmente considera que la plasticidad no produce cambios volumétricos por lo
que el criterio de fluencia se establece igualando la energía de distorsión o de deformación por
corte en el punto de fluencia en tensión simple con la energía correspondiente al esfuerzo
combinado.
Para obtener el criterio de fluencia se utiliza el principio de superposición. Se considera
que el tensor de esfuerzos correspondiente a los tres esfuerzos principales σI, σII y σIII está
compuesto de dos tensores componentes aditivos. Uno de estos tensores se denomina tensor de
esfuerzo dilatacional y el otro se denomina tensor de esfuerzo distorsional (o desviatorio). Esto
se escribe matricialmente como:
⎡σ I 0 0 ⎤ ⎡ σ 0 0 ⎤ ⎡σ I − σ 0 0 ⎤
⎢ ⎥ ⎢ ⎥ ⎢ ⎥
⎢0 σ II 0 ⎥ = ⎢0 σ 0⎥ + ⎢ 0 σ II − σ 0 ⎥ (I-4.33)
⎢ ⎥ ⎢ ⎥ ⎢ ⎥
⎢⎣ 0 0 σ III ⎥⎦ ⎢⎣ 0 0 σ ⎥⎦ ⎢⎣ 0 0 σ III − σ ⎥⎦
σ I + σ II + σ III
σ= (I-4.34)
3
Esta descomposición se muestra gráficamente en la figura I-4.22. Se sabe que el último estado
de esfuerzos mostrado en esta figura, no produce cambios volumétricos sino que sólo
distorsiona o desvía al elemento de su forma cúbica inicial.
La energía total de deformación por unidad de volumen en términos de los esfuerzos
principales es:
1 ν
U total = (σ 2I + σ 2II + σ 2III ) − (σ I σ II + σ II σ III + σ III σ I ) (I-4.35)
2E E
86
σ II σ σ II − σ
σI σ σI − σ
= +
σ III σ σ III − σ
3(1 − 2ν) 2 1 − 2ν
U dilatación = p = (σ I + σ II + σ III ) 2 (I-4.36)
2E 6E
1
U distorsión = [(σ I − σ II ) 2 + (σ II − σ III ) 2 + (σ III − σ I ) 2 ] (I-4.37)
12G
f = σ eq − σ y (I-4.39)
87
donde:
1
σ eq = [(σ I − σ II ) 2 + (σ II − σ III ) 2 + (σ III − σ I ) 2 ] =
2
(I-4.40)
1
= [(σ11 − σ 22 ) 2 + (σ 22 − σ 33 ) 2 + (σ 33 − σ11 ) 2 + 6(σ12
2
+ σ 223 + σ 31
2
)]
2
Para σIII = 0 la ecuación (I-4.38) corresponde a una elipse como se muestra en la figura
I-4.20. La superficie de fluencia en el estado de esfuerzos tridimensionales resulta en un
cilindro como se muestra en la figura I-4.21. Como se puede observar en esta figura no existe
problema alguno en aplicar la Ley de Normalidad para definir la manera como se producirán
las deformaciones permanentes.
88
fluencia cambia de forma con el progreso de fluencia. Para considerar endurecimiento isótropo
el criterio de fluencia toma la forma:
f = f y ( σ) − Γ ( R ) (I-4.41)
donde fy es una función que indica la forma del criterio del límite elástico considerado (Tresca,
Von Mises, etc.) y Γ es la función donde se introduce el endurecimiento y que relaciona la
fuerza termodinámica R con la variable plástica considerada.
σ II σ
M
σy + R
Superficie
σy
actual
0 p’ 1 p εp
Superficie
inicial
σ III σI
M’
f = f y (σ − X ) − k (I-4.42)
89
diagrama esfuerzo-deformación. El valor del límite elástico k es diferente en cada modelo.
Como se mostró anteriormente, por lo general difiere del valor σy utilizado en el caso uniaxial.
σ II σ
k k
X
Superficie r
inicial X
εp
σ III σI
τ = f (σ) (I-4.43)
90
donde el esfuerzo límite τ depende solo del esfuerzo normal σ en el mismo plano en cierto
punto. La envolvente de falla f(σ) es una función determinada experimentalmente. De acuerdo
al criterio de Mohr, la falla del material ocurre para todos los estados de esfuerzos en los
cuales el círculo de Mohr es tangente a la envolvente de falla. Esto implica que el esfuerzo
intermedio σII no tiene influencia en la condición de falla.
La forma más simple de la envolvente de falla de Mohr es una línea recta como la que
se muestra en la figura (I-4.25a). La ecuación de la línea recta está dada por
τ = C + σ tagφ (I-4.44)
(a) (b) σ II
τ Angulo de
fricción (H,H,H)
C φ
Cohesión σ σI
σ III
Figura I-4.25. Criterio de Mohr-Coulomb (a) Diagrama de Mohr (b) En el espacio de esfuerzos principales.
(Halphen y Salençon (1987))
donde:
91
σ I − σ III
τ max = (I-4.46)
2
σ I − σ III
K ( σ) = senφ + C cos φ (I-4.47)
2
σ III 3 4sen ϕ
(P + H)
2 3 + sen ϕ
3 4senϕ
0 (P + H)
2 3 − senϕ
σI σ II
92
el diagrama de Mohr, lo que implica que el parámetro φ no cambia con la presión de
confinamiento (presión hidrostática). Adicionalmente, como se puede observar la superficie de
falla tiene esquinas (o singularidades) que como se sabe son difíciles de manejar en los
análisis numéricos. Sin embargo, debido a su simplicidad y buena precisión, este criterio es
ampliamente usado en la actualidad para aplicaciones prácticas en suelos que presentan una
cantidad limitada de presión de confinamiento.
Criterio de Drucker-Prager
Este criterio, que es una modificación del criterio de Von Mises, es usado
frecuentemente en aplicaciones prácticas. En él se incorpora la dependencia con respecto a la
presión hidrostática. El criterio de Drucker-Prager se expresa como:
K (σ) = α ( H − 3σ h ) (I-4.50)
3senφ
α= (I-4.51)
3(3 + sen 2 φ)
93
σ III
(H,H,H)
σ II
σI
Modelos No Estándar
Como se puede observar en la figura I-4.27, la superficie de falla del modelo de
Drucker-Prager resulta matemáticamente más conveniente que la de Mohr-Coulomb cuando se
realizan análisis tridimensionales por no presentar esquinas (o singularidades). Ahora bien,
cuando se superponen las trazas deviatóricas de ambos modelos (ver figura I-4.28) se puede
observar que el criterio de Drucker-Prager, que corresponde a un círculo, sobrestima la
resistencia del material y no guarda semejanza con las observaciones experimentales. Para
solventar esta situación se utiliza un modelo llamado “no estándar” en el cual se considera el
criterio de Mohr-Coulomb para definir la ley de evolución del flujo plástico y la función de
Drucker-Prager para definir su correspondiente dirección. De este modo el modelo resulta
dF
dε p = dλ (I-4.52)
dσ
94
donde F corresponde a la función de fluencia de Drucker-Prager (ecuación (I-4.49)) y f la
correspondiente al modelo de Mohr-Coulomb (ecuación (I-4.48)).
σ III
Criterio de Drucker-Prager
Criterio de Mohr-Coulomb
0
σI σ II
95
Capítulo I-5
Teoría de pórticos planos elastoplásticos
Desplazamientos generalizados
Considérese una estructura aporticada compuesta por m miembros estructurales
conectados entre sí por n nudos como se muestra en la figura I-5.1a. Se desea estudiar el
movimiento de la estructura durante el intervalo de tiempo [0,T]. Para definir la posición de
cada uno de los nudos del pórtico se introduce un sistema de ejes coordenados X ,Y y Z, que
permanece inmóvil durante el movimiento de la estructura. La configuración del pórtico en el
instante cero, es decir, las coordenadas que definen la posición inicial de los n nudos de la
estructura, se supone conocida y se denomina “configuración inicial”. Para cualquier otro
instante, la configuración de la estructura no es en general conocida y se denomina
“configuración deformada”. Para representar entonces el movimiento de la estructura se
definen las siguientes variables:
96
direcciones X y Y; u3 es la rotación del nudo con respecto a su posición en la configuración
inicial como se muestra en la figura I-5.1b. El superíndice t indica la transpuesta de la matriz.
Estas tres variables son equivalentes y representan un concepto similar a tres niveles
diferentes: el nudo, el miembro y la estructura.
(a) (b)
u3
u2
Y u1
Z X
Desplazamientos restringidos
Con el fin de asegurar la estabilidad de la estructura, algunos desplazamientos deben
ser restringidos. Esto significa que sus valores durante el intervalo [0,T] son conocidos e
impuestos por el analista. Los grados de libertad restringidos de la estructura se agrupan en el
conjunto Uk que será denominado conjunto de “apoyos” de la estructura. Es decir:
97
U k = U dk ( t ) para k ∈ Nu (I-5.1)
desplazamientos del pórtico. En numerosos casos prácticos, las funciones U dk ( t ) son nulas.
Alternativamente, pueden definirse velocidades o aceleraciones en los apoyos. Estas
variables conocidas más las condiciones iniciales en el instante t = 0 permiten determinar la
historia de desplazamientos de los apoyos mediante su integración en el tiempo. El uso de las
aceleraciones en lugar de los desplazamientos en los apoyos es típico de los problemas de
Ingeniería Sísmica.
Deformaciones generalizadas
Esta variable permite describir el cambio de forma que experimentan los miembros
debido al desplazamiento de la estructura.
Considérese un miembro de pórtico b entre los nudos i y j. La matriz de deformaciones
generalizadas está dada por: {Φ}bt = {φ i , φ j , δ} , donde φi y φj son las rotaciones de la tangente
Ecuaciones cinemáticas
Las ecuaciones cinemáticas relacionan las deformaciones con los desplazamientos
generalizados a través de relaciones geométricas. A fin de obtener estas expresiones,
supóngase que un miembro de la estructura se somete a un incremento diferencial dq1 del
desplazamiento en dirección X del nudo i, mientras las demás componentes de la matriz de
98
desplazamientos generalizados del miembro permanecen nulos (ver figura I-5.3a). Este
desplazamiento da lugar a los siguientes incrementos en las deformaciones generalizadas:
senα senα
dφ i = dq1 ; dφ j = dq1 ; dδ = −dq1 cos α (I-5.2)
L L
φj
φi Lo+ δ
Lo
Donde L es la longitud de la cuerda i-j y α es el ángulo de la cuerda con respecto al eje X del
sistema de referencia. De manera similar, un incremento dq2 en la dirección Y del mismo nudo
(figura I-5.3b) produce incrementos en las deformaciones generalizadas que se expresan de la
forma:
cos α cos α
dφi = −dq 2 ; dφ j = −dq 2 ; dδ = −dq 2 senα (I-5.3)
L L
L
L
dq2 L dq3
α
α
dq1
Figura I-5.3. Deformaciones generalizadas del miembro i-j producidas por incrementos diferenciales de
los desplazamientos del nudo i.
99
Por último, un incremento diferencial dq3 de la rotación del nudo i (figura I-5.3c) proporciona
los siguientes incrementos de deformaciones generalizadas:
dφ i = dq 3 ; dφ j = 0; dδ = 0 (I-5.4)
De igual manera se pueden obtener los incrementos de las deformaciones que se producen al
aplicar desplazamientos dq 4 , dq 5 y dq 6 en el nudo j. Al ser estas deformaciones
infinitesimales es posible aplicar el principio de superposición. Por lo tanto, en el caso general
en el que se producen simultáneamente desplazamientos en todos los grados de libertad del
miembro, se obtiene la relación:
100
Puede observarse que la matriz de transformación global se obtiene introduciendo columnas
adicionales en la matriz de transformación local del elemento. Estas columnas adicionales solo
contienen ceros y se incluyen en los lugares que no corresponden a los grados de libertad del
elemento. Es decir, las únicas columnas de la matriz de transformación no nulas son las
columnas 3i-2, 3i-1, 3i, 3j-2, 3j-1 y 3j.
Cuando el miembro experimenta una transformación desde la configuración inicial
hasta una configuración final, pasa por un número infinito de configuraciones intermedias. Las
ecuaciones cinemáticas se obtienen mediante la integración desde la configuración inicial
hasta la configuración final de la siguiente manera:
101
las fuerzas externas, los esfuerzos generalizados y las fuerzas de inercia. Estas relaciones son
obtenidas a través del principio de las potencias virtuales.
Esfuerzos generalizados
De acuerdo a la selección realizada para la representación de las deformaciones, los
esfuerzos generalizados se agrupan en la matriz {M}t = {m i , m j , n} . Como se puede observar
en la figura I-5.4, mi y mj representan los momentos flectores en los extremos del elemento y n
representa la carga axial.
mi
n
mj
Pl = Pld ( t ) (I-5.10)
102
donde Pld ( t ) son funciones del tiempo conocidas durante el intervalo en el que se desea
calcular la estructura y Pl es el l-ésimo elemento de la matriz de fuerzas externas.
Fuerzas de inercia
Las fuerzas de inercia de un miembro de pórtico plano se representan por medio de la
matriz {I l }bt = {I1 , I 2 ,…, I 6 } , donde
[masal]b corresponde a la matriz de masas del miembro b referida a los desplazamientos del
⎧ d 2q ⎫
elemento y {&q&} = ⎨ 2 ⎬ es la matriz de aceleraciones generalizadas del mismo. En este
⎩ dt ⎭
trabajo se consideró la matriz de masas consistente que en el caso de miembros rectos de
sección constante tiene la forma:
⎡140c 2 + 156s 2 ⎤
⎢ simétrica ⎥
⎢ − 16cs 156c 2 + 140s 2 ⎥
⎢ ⎥
⎢ 22sL o − 22cL o 2
4L o ⎥
m ⎢ ⎥
[masa l ] =
420 ⎢ 70c 2 + 54s 2 16cs 13sL o 140c + 156s
2 2 ⎥
⎢ ⎥
⎢ 16cs 54c + 70s − 13cL o
2 2
− 16cs 156c + 140s
2 2 ⎥
⎢ ⎥
⎢ − 13sL − 3L o
2
− 22sL o 2 ⎥
⎣ o 13cL o 22cL o 4L o ⎦
(I-5.12)
Donde m es la masa total del miembro, c = cos α, s = sen α y Lo es la longitud inicial del
miembro.
Alternativamente, puede usarse la matriz de fuerzas de inercia {I g }b y de masa
[masa g ]b de la barra b referida a los desplazamientos del pórtico. En este caso, las fuerzas de
103
&& }}t
{I g }bt = {[masa g ]b {U (I-5.13)
&& } es la matriz de aceleraciones del pórtico plano. La matriz de masas del miembro
donde {U
referida a los desplazamientos de la estructura se construye añadiendo filas y columnas que
solo contienen ceros en los lugares que no corresponden a los grados de libertad del elemento
en la matriz de masas (I-5.12).
La matriz {I} de las fuerzas de inercia del pórtico plano se construye sumando las
fuerzas de inercia de todos los miembros:
m m
{I} = ∑{I g }b = ∑ [masa g ]b {U
&& } = [masa ]{U
&& } (I5.14)
b =1 b =1
m
donde [masa ] = ∑ [masa g ]b es denominada matriz de masas del pórtico. Puede constatarse
b =1
que en el caso general la matriz de masas depende de los desplazamientos del pórtico, es decir
[masa]=[masa(U)]. En el caso particular de pequeños desplazamientos, la matriz de masas se
calcula en la configuración inicial y permanece constante durante el movimiento de la
estructura.
donde Pi* se denomina potencia de deformación (o potencia interna), Pa* es la potencia de las
fuerzas de inercia y Pe* representa la potencia de las fuerzas externas nodales. Cuando la
ecuación (I-5.15) se verifica, se dice que la estructura está en equilibrio dinámico.
104
La potencia interna se define en términos generales como el producto de los esfuerzos
generalizados por la tasa de variación de las deformaciones virtuales de la estructura, por ello
m m
Pi* = ∑{Φ
& * }t {M} = {U
b b ∑ b b
& * }t [B] t {M} (I-5.16)
b =1 b =1
desplazamientos virtuales.
m
Pa* = {U & * }t ∑ [masa g ] b {U
& * }t {I} = {U && } (I-5.17)
b =1
P e* = { U& * } t { P } (I-5.18)
donde {P} es el vector de fuerzas nodales. La aplicación del principio de las potencias
virtuales para una estructura aporticada resulta:
m m
& * }t ∑ [B] bt {M}b + {U
{U & * }t ∑ [masa g ] b {U
&& } ={U
& * }t {P} ∀ {U
& * }t (I-5.19)
b =1 b =1
Considerando que la ecuación anterior debe ser válida para cualquier tasa de desplazamientos
virtuales, se obtiene la ecuación de equilibrio:
m m
105
I-5.3. Leyes de Comportamiento de pórticos elásticos planos
Las leyes de comportamiento relacionan los esfuerzos con las deformaciones
generalizadas. A través de esta ecuación se caracteriza el material del pórtico, así que para dos
pórticos de similar geometría pero de diferente material (acero y concreto armado, por
ejemplo), las ecuaciones de compatibilidad o ecuaciones cinemáticas y las de equilibrio son
absolutamente idénticas y sólo las leyes de comportamiento se diferencian en ambos casos.
donde [Fo] es la matriz de flexibilidad elástica convencional del miembro tal como puede ser
encontrada en los textos de análisis estructural y tiene la forma:
⎡ L L ⎤
⎢ 3EI − 0 ⎥
6EI
⎢ ⎥
L L
[Fo ] = ⎢− 0 ⎥
⎢ 6EI 3EI ⎥ (I-5.22)
⎢ L ⎥
⎢ 0 0 ⎥
⎣ AE ⎦
106
concentrada”. Esta hipótesis consiste en suponer que un miembro de pórtico está constituido
por una viga-columna elástica entre dos rótulas en los extremos donde se suponen
concentrados los efectos inelásticos como se muestra en la figura I-5.5.
Rótulas inelásticas
Viga-columna elástica
contiene las rotaciones pláticas de las rótulas i y j, respectivamente, ambas medidas con
respecto a la cuerda deformada.
Las deformaciones generalizadas totales del miembro {Φ} pueden descomponerse en
deformaciones de la viga-columna elástica {Φvc} y deformaciones de las rótulas plásticas
{Φ p } :
{Φ} = {Φ vc } + {Φ p } (I-5.23)
donde [Fo] es la matriz de flexibilidad de la viga columna elástica y [K] la matriz de rigidez
del miembro tal y como fueron definidas en la sección anterior.
107
Las leyes de evolución de las deformaciones plásticas generalizadas se obtienen
mediante dos funciones de fluencia, una para cada rótula plástica, como las descritas en el
capítulo anterior. Si por ejemplo, se consideran rótulas plásticas perfectas, se tiene:
f i (m i ) = m i − m y f j (m j ) = m j − m y (I-5.25)
Con el fin de poder representar el efecto Baushinger, a las expresiones (I-5.25) se les
incorpora un término de endurecimiento cinemático lineal (X) como se describió en la sección
I-4.1. Adicionalmente para considerar el aumento del tamaño del dominio elástico se introduce
un término de endurecimiento isótropo lineal R que se considera dependiente de la máxima
rotación plástica p. Estos términos tienen la forma:
donde c es una constante del material que depende de las propiedades de la sección
transversal, del signo de los momentos y de la carga axial y p es la rotación plástica máxima
en valor absoluto. En consecuencia las funciones de fluencia para las rótulas con
endurecimientos cinemático e isótropo tienen la forma:
f i (m i , φ ip ) = m i − α i c i φ ip − (m y + β i c i p i ); f j (m j , φ pj ) = m j − α j c j φ pj − (m y + β j c j p j )
(I-5.28)
108
α y β son siempre valores positivos en el intervalo comprendido entre cero y uno y se
relacionan mediante la siguiente expresión: α + β = 1. Dichos términos pueden ser
interpretados como el porcentaje de contribución de los endurecimientos cinemático e isótropo
al endurecimiento global.
La ley de estado (I-5.24) y las leyes de evolución (I-5.26 – I-5.28) constituyen la ley de
comportamiento generalizada del modelo elastoplástico con endurecimientos cinemático e
isótropo lineal, por lo que con las ecuaciones cinemáticas (I-5.6) y de equilibrio (I-5.20)
definen completamente el comportamiento de la estructura.
Puede constatarse la similitud entre la ley de comportamiento de un miembro de
pórtico plano y el modelo elastoplástico perfecto en el caso uniaxial descrito en la sección I-
4.1.
109
Capítulo I-6
Teoría del daño continuo y concentrado
110
Zona plástica Zona plástica
o o
microagrietada microagrietada
(a) Mecánica de la fractura (b) Mecánica de la fractura (c) Teoría del daño
frágil frágil corregida continuo
Ad
ωn = (I-6.1)
A
Puede constatarse que ωn puede tomar valores en el intervalo [0,1]. El valor de cero
r
corresponde a un elemento de volumen que no tiene microdefectos según la normal n . El
valor de uno representa un elemento de volumen partido en dos pedazos según el plano de
r r
normal n . En términos generales, el campo ω n ( x ) representa la densidad relativa de
r
microdefectos en planos perpendiculares al vector normal n .
111
Ad= área de microdefectos
A = área total
r
ωn ≅ ω ∀n (I-6.2)
112
resistente: σ = P / A . El esfuerzo efectivo se define como la fuerza aplicada y el área resistente
efectiva: σ = P /( A − A d ) . Una expresión que relaciona el esfuerzo efectivo con el esfuerzo de
Cauchy y la variable de daño puede ser obtenida tomando en cuenta la definición de esta
última (ecuación I-6.1):
σ
σ= (I-6.3)
1− ω
σ = E (ε − ε p ) (I-6.4)
σ = (1 − ω)E(ε − ε p ) (I-6.5)
113
La función de fluencia de un material dañado también puede obtenerse siguiendo el
mismo procedimiento. Por ejemplo si se considera un material que inicialmente es
perfectamente plástico, se tiene:
σ
f (σ, ω) = σ − σ y = − σy ≤ 0 (I-6.6)
1− ω
La función de fluencia del modelo con endurecimiento cinemático lineal se deriva de manera
similar.
La ley de evolución de las deformaciones plásticas permanece inalterada con respecto
a la propuesta en el capítulo I-4, ya que en ella el esfuerzo solo interviene a través de la
función de fluencia:
1 1
w (ε, ω) = σε = (1 − ω)Eε 2 (I-6.8)
2 2
114
Esta expresión se obtiene por analogía con (I-2.4a) considerando que ω es una variable que
considera la relación entre el área microfisurada y el área intacta. El criterio de Griffith a nivel
del elemento de volumen se expresa como:
Donde R es la resistencia al agrietamiento del material. Esta ley de evolución indica que no
habrá evolución del daño si la tasa de disipación de energía G es inferior a la resistencia al
& < R& . Por el
agrietamiento R, o si se está iniciando una descarga elástica caracterizada por G
contrario, habrá crecimiento de las microfisuras si la tasa de disipación de energía es igual a la
resistencia al agrietamiento y no se está iniciando una descarga elástica. Se admite que G > R
es imposible.
La función de resistencia al agrietamiento del material se obtiene a partir del
comportamiento observado del mismo. Por ejemplo, el comportamiento del concreto en
compresión se representa con frecuencia utilizando una envolvente parabólica de segundo
grado como la mostrada en la figura I-6.4. En este modelo la función R se define como: R =
aω2.
−σ
−ε
115
(1999)). Esta teoría combina el concepto de rótula plástica introducido en el capítulo I-4, con
los métodos de la teoría del daño continuo y de la mecánica de la fractura para el análisis de
estructuras aporticadas de concreto armado y acero estructural. En este trabajo solo se
consideran las primeras.
y dj son una medida de la densidad del agrietamiento por flexión en las rótulas i y j
respectivamente, como se muestra en la figura I-6.5 y da corresponde al daño debido a las
fuerzas axiales. Estos parámetros pueden tomar valores entre cero y uno al igual que la
variable de daño de los medios continuos pero está relacionada con grietas macroscópicas en
el material.
i j
0 ≤ d i+ ≤ 1 0 ≤ d +j ≤ 1
Figura I-6.5. Representación del estado de daño por flexión en un miembro de concreto armado mediante
variables internas
116
obtendrá una expresión general para las rotaciones {Φ d } en función de la variable de daño en
las rótulas plásticas.
F33o L
δ − δp = n F33o = (I-6.12)
1− ω AE
δ = δ vc + δ p + δ d = F33o n + δ p + δ d (I-6.13)
117
ωF33o
δd = n (I-6.14)
1− ω
⎡ d i F11o ⎤
⎢ 0 0 ⎥
⎢1 − d i ⎥
⎢ d j F22o ⎥
{Φ d } = [C(D)]{M}; donde [C(D)] = ⎢ 0 0 ⎥ (I-6.15)
⎢ 1− d j ⎥
⎢ d a F33o ⎥
⎢ 0 0
1 − d a ⎥⎦
⎣
118
donde [F(D)] = [C(D)] + [Fo] es la matriz de flexibilidad del miembro dañado y [K(D)] =
[F(D)]-1 su matriz de rigidez. [C(D)] puede ser considerada como la flexibilidad adicional
debida al agrietamiento del miembro.
mi mj
mi = ; mj = (I-6.17)
1− di 1− d j
mi mj
f i (m i , φ ip , d i ) = − α i c i φip − (m y + β i c i p i ); f j (m j , φ pj , d j ) = − α jc jφ pj − (m y + β jc j p j )
1− di 1− d j
(I-6.18)
donde c y my son coeficientes que dependen de las propiedades del material del miembro, de
su geometría y de la fuerza axial. La determinación de estos coeficientes se detallará más
adelante. Como se explicó en el capítulo I-5, α y β son parámetros a los cuales el analista
asigna valores entre cero y uno para considerar el porcentaje de contribución de los términos
de endurecimientos cinemático e isótropo al endurecimiento global. Se recomienda que en
estructuras de concreto armado se adopten valores de α entre 0.80 y 0.95. p es la rotación
plástica máxima en valor absoluto. Los términos m, d y φp representan el momento, el daño y
la rotación plástica en la rótula correspondiente. Las leyes de evolución de las rotaciones
plásticas se expresan de igual manera que en el capítulo I-5 como:
119
Para la rótula i: Para la rótula j:
1 1
W * = {M}t {Φ − Φ p } = {M}t ([Fo ] + [C(D)]){M} (I-6.20)
2 2
⎧ ∂W * ⎫ ⎧ m i2 F 11 o
⎫
⎧⎪ i ⎪ ⎪ ∂d ⎪ ⎪ 2(1 − d ) ⎪⎪
G ⎫ ⎪ ⎪ ⎪ 2
{G} = ⎨ ⎬ = ⎨ i* ⎬ = ⎨ 2 o
i
⎬ (I-6.21)
⎪⎩G j ⎪⎭ ⎪ ∂W ⎪ ⎪
m F
j 22 ⎪
⎪⎩ ∂d j ⎪⎭ ⎪⎩ 2(1 − d j ) 2 ⎪⎭
120
Función de resistencia al agrietamiento
En la mecánica de la fractura frágil y en la teoría del daño continuo se admite que la
resistencia al agrietamiento es una función que depende del incremento de la longitud de la
fisura, en el primer caso, o de la variable de daño continuo, en el segundo. Estas funciones se
obtienen a partir de observaciones experimentales del comportamiento del material.
A continuación se presenta el método utilizado para la determinación de la función de
resistencia al agrietamiento en un miembro de concreto armado (Cipollina et al. (1995)).
Considérese la probeta mostrada en la figura I-6.6b que representa una junta viga-columna de
un pórtico plano. La probeta está simplemente apoyada y sometida a una fuerza en el tope de
la columna. La fuerza se controla en desplazamientos y la solicitación sigue la serie de cargas
y descargas mostrada en la figura I-6.6d. En la figura I-6.6c se muestra el modelo de
plasticidad concentrada del ensayo.
2P
(a) (b)
L L
(c) (d)
t
t
P=0
P=0
P=0
tiempo
121
100
90 01 2 3 4 5 6 7 8
80
70
Fuerza (KN)
60
50
40
30
20
10
0
0 10 20 30 40 50 60 70 80
Desplazamientos (mm)
Figura I-6.7. Curva fuerza contra desplazamiento del ensayo de la probeta para la identificación de la
resistencia al agrietamiento
t tp
m i = 0; d i = 0; φ ip = 0; m j = PL; d j = d; φ j = ; φ pj = (I-6.23)
L L
3EI
P = Z(d)( t − t p ) donde Z(d) = (1 − d) Z o ; Zo = (I-6.24)
L3
122
Los valores de Z pueden medirse directamente de la gráfica de la figura I-6.7. Con los valores
de daño y del momento al inicio de la descarga es posible calcular la correspondiente tasa de
disipación de energía con la expresión (I-6.21). Si construye un gráfico tasa de disipación de
energía contra daño como el mostrado en la figura I-6.8, se propone la siguiente expresión
para la función de resistencia al agrietamiento en la rótula plástica:
ln(1 − d i )
R i = G cr + q i (I-6.26)
1− di
donde Gcr y qi son parámetros que dependen de las propiedades del material del miembro, de
su geometría y de la fuerza axial. La determinación de estos coeficientes se explicará en la
siguiente sub-sección.
0,7
0,6
0,5
Modelo
Daño
0,4
0,3 Ensayo
0,2
0,1
0
0 500 1000 1500 2000 2500
Tasa de disipación de energía (KN-mm)
123
2
M cr F11o
m i = M cr ⇒ G i = R(0) y G cr = ; (I-6.27)
2
2
m i F11o
= (1 − d i ) 2 G cr + q(1 − d i ) ln(1 − d i ) (I-6.28)
2
De acuerdo con las ecuaciones (I-6.27 y I-6.28), el momento es igual a Mcr para di igual a
cero; a medida que los valores de daño aumentan, el momento se incrementa hasta alcanzar un
máximo denominado Mu, para di igual a du y finalmente su valor es nulo para valores de daño
di igual a uno. El valor del momento último Mu de la sección transversal también puede ser
determinado mediante la teoría convencional de concreto armado y es función de la carga
2
axial en la rótula. Para estos valores, la función m i F11o / 2 alcanza un máximo:
2
M u F11o
= (1 − d u ) 2 G cr + q(1 − d u ) ln(1 − d u ) (I-6.29)
2
124
2
M p F11o ln(1 − d p )
− G cri − q =0 (I-6.31)
2(1 − d p ) 2
(1 − d p )
Adicionalmente, para este valor la función de fluencia es por primera vez igual a cero y la
rotación plástica es todavía nula, consecuentemente:
M p − (1 − d p )m y = 0 (I-6.32)
M u − (1 − d u )(cΦ pu + m y ) = 0 (I-6.33)
Φ pu ≅ χ up . l p (I-6.34)
125
disipación de energía. En consecuencia, se postulan dos desigualdades para cada rótula
inelástica, cada una asociada a la disipación de energía en una de las variables internas. Estas
desigualdades son:
d& i = ≥ 0 d& j = ≥ 0
(I-6.35)
(mi−Xi) φ& ipt≥ 0 (m j−X j) φ& pjt ≥ 0
{Φ − Φ p } = [F(D + )] M +
+ [F(D − )] M −
(I-6.36)
126
negativo respectivamente. Los términos M +
y M −
representan la parte positiva y negativa
⎧m si m ≥ 0 ⎧m si m < 0
⎪ ⎪
m +
=⎨ y m −
=⎨ (I-6.37)
⎪⎩ 0 si m < 0 ⎪⎩ 0 si m ≥ 0
(a) (b)
M+
M-
Las leyes de evolución de las variables de daño se obtienen de igual manera a partir del
criterio de Griffith para lo cual se emplean ahora dos tasas de disipación de energía para cada
rótula. Las tasas de disipación para la rótula i son:
2 2
+
F11o m i −
F11o m i
G =
i
+
+ 2
; G =
i
−
− 2
(I-6.38)
2(1 − d )i 2(1 − d ) i
G i+ = R i+ (d i+ ); G i− = R i− (d i− ) (I-6.39)
127
Las funciones R + y R − representan la resistencia al agrietamiento debido a acciones positivas
y negativas respectivamente y tienen la forma:
ln(1 − d i+ ) ln(1 − d i− )
R i+ = G cr+ + q i+ ; R i− = G cr− + q i− (I-6.40)
1 − d i+ 1 − d i−
⎛ mi mi ⎞
f i = max⎜⎜ +
− α i+ c i+ φ ip − (m +yi + β i+ c i+ p i ); − −
+ c i− φ ip − (m −yi + β i− c i− p i ) ⎟⎟ (I-6.41)
⎝1− di 1− di ⎠
El valor absoluto de la expresión (I-6.18) ha sido sustituido por la evaluación del máximo de
dos expresiones. En el caso particular en el que los términos con superíndices + son iguales a
los de superíndices -, las expresiones (I-6.41) y (I-6.18) coinciden. La ley de evolución de las
deformaciones plásticas permanece inalterada, esto es, es igual a la expresión (I-6.19).
⎨ ⎨ (I-6.42)
⎪⎩d& +i ≠ 0 si G +i = R +i & + = R& +
y G i i
⎪⎩d& −i ≠ 0 si G −i = R −i & − = R& −
y G i i
⎧⎛ mi ⎞ ⎛ mi ⎞
⎪⎜⎜ + −
−(Xi+)⎟⎟(φ& ip ) ≥ 0 si φ ip > 0 o ⎜⎜− + −
+(Xi−)⎟⎟(φ& ip ) ≥ 0 si φ ip < 0
⎪⎝ (1−d i )(1−d i ) ⎠ ⎝ (1−d i )(1−d i ) ⎠
⎨
⎪⎛⎜ mj
−
⎞
+ ⎟ &p
⎛
⎜−
mj ⎞
+(X −j )⎟(φ& pj ) ≥ 0 si φ pj < 0
j ⎟ (φ j ) ≥ 0 si φ j > 0
p
⎪⎜ (1−d +)(1−d −) (X ) o
⎜ (1−d )(1−d )
+ − ⎟
⎩⎝ j j ⎠ ⎝ j j ⎠
(I-6.43)
128
Fatiga de bajo ciclaje en pórticos planos de concreto armado
En la fatiga de bajo ciclaje se considera la posibilidad de que el daño se incremente
durante las fases de carga aún cuando el valor máximo de la tasa de disipación de energía halla
sido alcanzado en el primer ciclo. Adicionalmente se considera que el incremento del daño es
nulo durante las descargas (ver Thomson et al. (1998) y Picón (1999)). Las leyes de evolución
del daño para acciones positivas y negativas para la rótula i son:
⎧− ⎧−
+ −
donde Gi+, Gi- representan las fuerzas termodinámicas asociadas al daño positivo y negativo en
la rotula i, definidas en la expresión (I-6.38). Ri+, Ri- definen la resistencia al agrietamiento
para la parte positiva y negativa en la rótula i, formuladas en (I-6.40). Los parámetros z+ y z-
controlan el incremento del daño por fatiga de bajo ciclaje en cada ciclo de carga. Estos
parámetros son función del daño, mediante una relación cuadrática (Picón (1999)). El valor de
z disminuye al aumentar el daño y varía entre el intervalo de cero a treinta (0 ≤ z ≤ 30). Para
obtener el valor del parámetro se evalúa la siguiente expresión:
2.5 + 30(du − 1)
z = a o d 2 + a 1d + 30, donde : a o = , a 1 = −(a o + 30) (I-6.45)
du (du − 1)
129
Capítulo I-7
Teoría de localización
(a) (b)
Figura I-7.1. Ensayo de compresión triaxial en arena realizado en La Universidad del Estado de Luisiana
130
I-7.1. Localización en el caso uniaxial
Considérese el medio continuo uniaxial de longitud L que se muestra en la figura I-7.2
(García et al. (1999)). Como se puede observar en esta figura, el desplazamiento en un
extremo está restringido y en el otro se impone una función de desplazamiento conocida
U d ( t ) . Las fuerzas de volumen son nulas. El sólido se discretiza utilizando dos elementos
finitos con desplazamientos lineales y deformaciones constantes (figura I-7.2) Puede
constatarse que en el caso considerado la solución de elementos finitos coincide con la
solución exacta.
Ud
L2
L
L1
131
g(ω) = ε eq − R (ω) (I-7.2)
deformaciones. En consecuencia la ley de evolución del daño puede ser expresada como:
Elemento 1 Elemento 2
Esfuerzo
ε1 ε1 ε2 ε2
Deformación
Las ecuaciones de equilibrio establecen que el esfuerzo debe ser constante en el medio
continuo considerado y por lo tanto igual en ambos elementos. Esta ecuación de equilibrio se
expresa como:
N = σ1A = σ 2 A (I-7.4)
donde N representa la fuerza axial en la barra, σ1 y σ 2 son los esfuerzos en los elementos 1 y
2, respectivamente y A es el área de la sección transversal de la barra. La ecuación de
equilibrio (I-7.4) puede ser representada gráficamente mediante una recta horizontal en la
figura (I-7.3).
132
La tercera ecuación del modelo, que relaciona los desplazamientos con las
deformaciones, es la ecuación de compatibilidad:
ε 1 L1 + ε 2 L 2 = U d (I-7.5)
133
(a) Solución Homogénea (b) Solución Localizada
ε1 ε2=ε1 ε1 ε 2 ≠ ε1
Deformación Deformación
Solución Homogénea
Solución Localizada
Desplazamiento M L1 ML
134
En el caso unidimensional, la localización solo es posible cuando la deformación
corresponde al máximo de la curva esfuerzo-deformación. En el caso general, “el máximo”
puede ser definido de innumerables maneras y debe por lo tanto escogerse aquel que
corresponde a la aparición de discontinuidades. El “máximo” correcto se denomina en la
literatura “criterio de localización” y se obtiene al plantear el problema en velocidades. En
conclusión, las soluciones localizadas son discontinuas, se presentan solo en la fase de
ablandamiento y aceleran el proceso de colapso de las estructuras, de allí la importancia de
identificar el criterio de localización correspondiente.
⎧ σ11 ⎫ ⎧ ε11 ⎫
⎪σ ⎪ ⎪ε ⎪
⎪ 22 ⎪ ⎪ 22 ⎪
⎪⎪σ ⎪⎪ ⎪⎪ε ⎪⎪
σ = ⎨ 33 ⎬ y ε = ⎨ 33 ⎬ (I-7.6)
⎪σ 23 ⎪ ⎪γ 23 ⎪
⎪σ 31 ⎪ ⎪ γ 31 ⎪
⎪ ⎪ ⎪ ⎪
⎪⎩σ12 ⎪⎭ ⎪⎩ γ 12 ⎪⎭
135
1
[| ε& ij |] = (p i n j + p j n i ) (I-7.8)
2
r
Donde p representa la magnitud del salto de velocidades y n un vector unitario perpendicular
a la superficie de discontinuidad.
Desplazamiento ui
(a) (b)
x1
r
n x2
Figura I-7.6. (a) Medio continuo sometido a solicitaciones, (b) Superficie de discontinuidad orientada según la
r
normal n
⎧[| ε& 11 |] ⎫ ⎧ p1 n 1 ⎫
⎪⎪ ⎪⎪ ⎪⎪ ⎪⎪
⎨[| ε& 22 |]⎬ = ⎨ p 2 n 2 ⎬ (I-7.9)
⎪ ⎪ ⎪ ⎪
⎩⎪[| γ& 12 |]⎭⎪ ⎩⎪p1 n 2 + p 2 n 1 ⎭⎪
⎧[| ε& 11 |] ⎫ ⎡ n 1 0⎤
⎪⎪ ⎪⎪ ⎢ ⎥ ⎧⎪ p1 ⎫⎪
{[| ε& ij |]} = ⎨[| ε& 22 |]⎬ = ⎢ 0 n 2 ⎥ ⎨ ⎬ = [ N]{P} (I-7.10)
⎪ ⎪ ⎢ ⎥ ⎪⎩p 2 ⎪⎭
⎪⎩[| γ& 12 |]⎪⎭ ⎢⎣n 2 n 1 ⎥⎦
136
Ahora bien, en la superficie de discontinuidad debe existir un estado de equilibrio por
lo que la sumatoria de los vectores tensión (ver figura I-7.7) debe ser cero. En consecuencia se
tiene que:
r
Ti+ ni
r
Ti−
ni
En notación matricial:
137
La ley de comportamiento elástica (I-1.31) expresada matricialmente y en términos de
velocidades resulta en:
donde [K] es llamada matriz de rigidez tangente, que en el caso particular en el que no hay
daño ni plasticidad, es igual a la matriz de coeficientes elásticos [C] estudiada en el capítulo I-
1.
Introduciendo la ley de comportamiento (I-7.14) y la ecuación de compatibilidad de
Maxwell (I-7.10) en la ecuación (I-7.13) se obtiene:
{[| Τ& |]} = [ N] t {[| σ& |]} = [ N] t [K ]{[| ε& |]} = ([ N] t [K ][ N]){P} = 0 (I-7.15)
Para que esta igualdad se cumpla, se deben producir uno de los siguientes dos casos: a) {P} =
0 o b) ([N]t[K][N]) = 0, es decir que la matriz sea singular. En el primer caso no se produce la
solución localizada ya que el salto en la magnitud de velocidades es nulo y en el segundo caso,
si se consigue una dirección [N] que anule el término, se supone que habrá una solución
localizada. De allí que el criterio de localización se plantee como:
138