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Derecho Administrativo II Tema 12

TEMA 12

LA ACTIVIDAD ADMINISTRATIVA DE GARANTÍA


1.Actividad de limitación: en particular la técnica autorizatoria......................................... 1
1.1.Concepto.......................................................................................................... 1
1.2.Técnicas........................................................................................................... 3
1.2.1La reglamentación......................................................................................... 3
1.2.2La autorización.............................................................................................. 3
1.2.3Ordenes, mandatos y prohibiciones.................................................................. 5
2.La actividad sancionadora: potestad y procedimiento sancionador.................................. 5
2.1.Principios.......................................................................................................... 5
2.1.1Legalidad..................................................................................................... 5
2.1.2Tipicidad...................................................................................................... 6
2.1.3Irretroactividad............................................................................................. 6
2.1.4Culpabilidad................................................................................................. 6
2.1.5Proporcionalidad............................................................................................ 7
2.1.6Derecho a la presunción de inocencia............................................................... 7
2.1.7Prescripción.................................................................................................. 8
2.1.8“No bis in idem”............................................................................................ 8
2.2.Procedimiento sancionador.................................................................................. 8

1.Actividad de limitación: en particular la técnica


autorizatoria
1.1.Concepto
PARADA VAZQUEZ, formula un nuevo concepto para la actividad de policía (que es un
concepto antiguo ya superado), la denomina “actividad de limitación”, y la define como
”aquella forma de intervención mediante la cual la Administración restringe la
libertad o derechos de los particulares, pero sin sustituir con su actuación la actividad
de éstos”. Fundamenta PARADA esta nueva denominación:
1. Por un lado, en la confusión que puede suponer la denominación de policía ya que este
término denomina unos determinados órganos de las Administraciones Públicas, que en
su mayor parte están destinados a la conservación del orden público en el sentido
tradicional de la palabra.
2. Por otro, en que ya en el Reglamento de Servicios de las Corporaciones Locales del año
1955, se abandona el término policía para la denominación de una de las formas
tradicionales de la actividad de las Administraciones Públicas, al dividir la actividad de

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éstas en: “Intervención administrativa en la actividad privada, acción de fomento y


acción de servicio público”, conservando el término policía como sinónimo de la acción
sobre el orden público, es decir: “perturbación grave de la tranquilidad, seguridad,
salubridad o moralidad ciudadanas con el fin de restablecerlas o conservarlas”, pero
separándolo de las intervenciones de los Entes Locales en materia de subsistencias y
urbanismo.

Frente a esta interpretación de PARADA, señalar que con posterioridad se vuelve por la
norma a tratar el concepto de policía ampliamente, y ello dentro de la normativa local, tras la
aprobación a principios de los años 70 del Reglamento de Policía Sanitaria y Mortuoria.
Para PARADA, no son medidas de limitación la coacción y la sanción, pues de
conformidad con el concepto antes expuesto, con tales medidas no se limita la
actividad de los particulares ya que parten de una situación antijurídica del particular,
y por tanto de ella no se deriva una limitación de derechos, sino una acción o
actividad de restablecimiento del orden jurídico perturbado.
Finaliza en cuanto al concepto de actividad administrativa de limitación, indicando que
la incidencia negativa de la actividad sobre la libertad de los particulares, supone la
consecuencia del ejercicio concreto de una potestad administrativa con una acto de por medio,
y sin el efecto directo de una Ley; lo que lo diferencia de aquellos deberes impuestos a los
ciudadanos por medio de éstas; lo que será común a ambos casos es que en caso de
incumplimiento la Administración ejercerá posteriormente una actividad represiva o
sancionadora, pero esta ya no entrará dentro de la actividad de limitación.
Esta actividad de limitación tiene diversos grados en cuanto a los efectos en los
particulares, según la intensidad de su ejercicio, son los siguientes, de menor a mayor:
1. La comunicación de determinados comportamientos o actividades, a través de la
remisión de la información, de la inscripción en un registro público, además ciertas
actividades llevan aparejada la obligación de soportar constantes inspecciones
administrativas. Por ejemplo, un bar con música o una central nuclear son
continuamente inspeccionados.
2. El sometimiento del ejercicio de un derecho a una autorización previa, como es el
caso de las licencias administrativas.
3. La imposición de una prohibición formal de hacer o de una determinada
conducta positiva. Este sería el caso de las órdenes de cierre por motivo de
calamidades públicas, o las prestaciones personales previstas en la Legislación de
Régimen Local.
4. La privación de un derecho mediante una indemnización. Por ejemplo, la
expropiación.

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1.2.Técnicas
Las técnicas de la actividad de limitación, son la reglamentación, la autorización y las
ordenes, mandatos y prohibiciones.

1.2.1La reglamentación
Es la primera forma de intervención administrativa, las Administraciones Públicas
territoriales, en desarrollo de mandatos legales imponen determinadas limitaciones a la
actividad de los ciudadanos a través de los reglamentos.
Esta forma de intervención irá desde la sujeción a autorización de determinadas
actividades, la limitación de derechos con sanción en caso de no cumplimiento, y por último
siguiendo a GARCIA DE ENTERRIA, la configuración por la Administración del contenido normal
de los derechos privados, como es en el caso de la normativa administrativa de tipo
urbanístico, pensemos en que según la legislación urbanística, “la ordenación del uso de los
terrenos y construcciones definen el contenido normal de la propiedad, según su calificación
urbanística”. Por ejemplo, un propietario de suelo no puede hacer lo que el quiera, sólo lo que
la Administración le permita en función de la calificación del suelo.

1.2.2La autorización
Se trata de la técnica más importante de la actividad de limitación, ya que es el
condicionar el ejercicio de un derecho a una previa actividad administrativa. Por ejemplo, una
licencia de taxi para el transporte de viajeros.
La autorización permite el ejercicio de un derecho que ya previamente pertenece al
ciudadano, así en el ejemplo del derecho urbanístico, el correspondiente Plan definirá el
contenido del derecho a edificar de un particular, la licencia no reconoce ningún derecho, solo
autoriza a su ejercicio. Así la autorización no crea derechos, ni tiene carácter de privilegio o
exoneración del cumplimiento de deberes legales. Todos tenemos derecho (con 18 años) a
conducir un automóvil. Cuando la Administración se cerciora de que conocemos las normas y
técnicas de conducción nos autoriza el ejercicio de ese derecho.
Este concepto de autorización que ha sido el mantenido por la doctrina italiana,
(RANELLETI, que habla de la preexistencia en el sujeto autorizado de un derecho subjetivo,
cuyo libre ejercicio permite la autorización, removiendo los límites establecidos a dicho
ejercicio); ha cedido en los últimos años paso a un concepto mucho más restrictivo, ya que
como indica GARCIA DE ENTERRIA, “la intensidad de los poderes discrecionales de la
Administración y la limitación de iure o de facto del número de autorizaciones hacen cada vez
mas ilusoria la imagen de un derecho preexistente”. Por ejemplo, el caso de las licencias de
taxi cuando su número es limitado.
PARADA, sin embargo, es partidario del viejo concepto introduciendo la nota de
considerarlo como un acto reglado, que libera la prohibición del ejercicio de un derecho o
libertad preexistente, de forma que la autorización trata simplemente de determinar si la

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actividad o el ejercicio del derecho o libertad cumplen las exigencias legales o


reglamentarias; negando la posibilidad de la concesión de licencias discrecionales.
La autorización se diferencia de la concesión en que esta última si crea un derecho a
favor del particular, bien por que existe discrecionalidad en el otorgamiento o porque el
número de beneficiarios de la actividad está limitado en función de condiciones legalmente
definidas. Por ejemplo, la utilización de los bienes de dominio público de forma privativa.
La transmisibilidad de las autorizaciones vendrá dado por el carácter de las mismas, si
se trata de autorizaciones otorgadas “intuito personae” (en razón de la persona), no será
posible su transmisión; pero en la mayoría de los casos al tratarse de autorizaciones que
recaen sobre una actividad en determinados objetos, si será posible la misma. Por ejemplo, el
permiso de conducir no es transmisible pero una licencia de obras si que lo es. El Reglamento
de servicios de las Corporaciones Locales (BOE 22 de Julio de 1955) establece las siguientes
reglas para la transmisibilidad de las licencias (art. 13):
1. Las licencias relativas a las condiciones de una obra, instalación o servicio, serán
transmisibles, pero el antiguo y nuevo constructor o empresario deberán comunicarlo
por escrito a la Corporación, con lo cual quedarán ambos sujetos a las
responsabilidades que se deriven para el nuevo titular.
2. Las licencias concernientes a las cualidades de un sujeto o al ejercicio de actividades
sobre el dominio público, serán o no transmisibles según se prevea reglamentariamente
o en su defecto al otorgarlas.
3. No serán transmisibles las licencias cuando el número de las otorgables fuese limitado.

La extinción de las autorizaciones lo es:


1. Por su ejecución (son un acto administrativo). Por ejemplo, una licencia de obras,
cuando se ha construido la obra.
2. Por el transcurso del plazo por el que fueron otorgadas. Por ejemplo, cuando hay que
renovar el permiso de conducir.
3. Por su revocación si se incumplieren las condiciones las condiciones a que estuvieren
subordinadas, o cuando desaparezcan las circunstancias que motivaron su otorgamiento
o sobrevengan otras que de haber existido habrían justificado la denegación.
4. Anuladas cuando hayan sido otorgadas erróneamente. En caso de revocación por la
adopción de nuevos criterios de apreciación y la anulación por error comportarán el
resarcimiento de daños y perjuicios.

El procedimiento autorizatorio es sencillo: solicitud de autorización, aportación de


documentos y autorización. En el régimen de licencias, el silencio administrativo es positivo.

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1.2.3Ordenes, mandatos y prohibiciones


Las órdenes son: "actos por los que la Administración, sobre la base de una
potestad de supremacía, hace surgir a cargo de un sujeto un deber de conducta
positivo (mandato) o negativo (prohibición), cuya inobservancia expone al obligado a
una sanción en caso de desobediencia".
Las órdenes pueden estar legitimadas por una potestad de supremacía general que
afecte a todos los ciudadanos, por ejemplo, las normas de tráfico; o bien estar dentro de una
relación jurídica especial (por ejemplo en el caso de los concesionarios).
El efecto de la orden consiste en la obligación de obedecer conforme a su contenido,
garantizándose su cumplimiento en el caso de las órdenes dictadas en relaciones de
supremacía general, mediante sanciones generalmente administrativas, pero también de tipo
penal (el delito de desobediencia). Como en el Derecho Penal, se cumple la máxima: “nullum
crimen, nulla poena sine previa lege” (“ningún crimen, ninguna pena sin ley previa”).

2.La actividad sancionadora: potestad y procedimiento


sancionador
Dentro del texto constitucional, se regulan de forma unitaria las penas y las sanciones
administrativas, (art. 25.1 CE "nadie puede ser condenado o sancionado por acciones u
omisiones que en el momento de producirse no constituyan delito, falta o infracción
administrativa, según la legislación vigente en aquel momento"), la jurisprudencia del Tribunal
Supremo y la doctrina del Tribunal Constitucional, han establecido la aplicación de los
principios básicos del derecho Penal al derecho Sancionador Administrativo.

2.1.Principios
Esta aplicación no es total, pero si lo es en cuanto a los principios de legalidad, tipicidad
e irretroactividad, por cuanto lo impone el propio art. 25.1 de la CE, (además de estar
establecidos en el art. 9.3 CE1, entre otros, los principios de seguridad jurídica e
irretroactividad). Examinaremos cada uno de estos principios:

2.1.1Legalidad
Viene determinado por el principio de reserva de Ley ordinaria, lo que supone la no
posibilidad de su regulación reglamentaria, por lo que no cabrá la remisión específica por la ley
al reglamento para su regulación, o la existencia de reglamentos independientes sin cobertura
legal en los cuales se establezcan o se tipifiquen las faltas y sanciones. Excepto en el caso de
las relaciones especiales de asociación.
Lo que si cabrá según el TC es la “colaboración reglamentaria en materia sancionadora”.
Lo que prohíbe el art. 25.1 de la CE es “la remisión al reglamento que haga posible una
regulación independiente y no claramente subordinada a la Ley, pero no la colaboración
reglamentaria en materia sancionadora” (STC 29 de marzo de 1.990); el reglamento no puede
definir ilícitos o conductas sancionables ni las sanciones aplicables, pues “la CE obliga al

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legislador a regular por si mismo los tipos de infracción administrativa y las sanciones
correspondientes” (STC 7 de abril de 1.987).
La colaboración reglamentaria, viene definida en el art. 129.3 de la Ley 30/1992, que
establece: “las disposiciones reglamentarias de desarrollo podrán introducir especificaciones o
graduaciones al cuadro de las infracciones o sanciones establecidas legalmente, que sin
constituir nuevas infracciones o sanciones, ni alterar la naturaleza o límites de las que la Ley
contempla, contribuyan a la más correcta tipificación de las conductas o a la más precisa
determinación de las sanciones correspondientes”.

2.1.2Tipicidad
Derivado del principio de Seguridad Jurídica. Señala el art. 129.4 de la Ley 30/1992:
“las normas definidoras de infracciones y sanciones no serán susceptibles de aplicación
analógica”. Para que una conducta sea objeto de una sanción administrativa, ésta (la
conducta) tiene que estar perfectamente tipificada.
Se trata de una manifestación del principio de seguridad jurídica, el cual precisa que los
ciudadanos puedan prever de manera cierta las consecuencias de sus actos. Por todo ello
tampoco caben las cláusulas generales o indeterminadas de infracción, ni tampoco los
llamados “Tribunales de Honor” (expresamente prohibidos en el art. 26 CE2), que juzgaban "en
conciencia", sin sujeción a ningún tipo de conducta previamente determinada.

2.1.3Irretroactividad
Está contenido en el art. 128 de la Ley 30/1992: “1. Serán de aplicación las
disposiciones sancionadoras vigentes en el momento de producirse los hechos que constituyan
infracción administrativa. 2 Las disposiciones sancionadoras producirán efecto retroactivo en
cuanto favorezcan al presunto infractor”.
La norma está consagrando el principio penal de “lege previa”, y el arraigado principio
penal de aplicación retroactiva de las normas sancionadoras en cuanto resulten más
beneficiosas para el reo.
Otros principios del derecho penal aplicados al derecho administrativo sancionador son:
• Culpabilidad
• Proporcionalidad
• Derecho a la presunción de inocencia
• Prescripción
• “No bis in idem”

2.1.4Culpabilidad
Supone la imputación de dolo o culpa a la acción sancionable, así el art. 130.1 de la ley
30/1992: “Solo podrán ser sancionadas por los hechos constitutivos de infracción
administrativa las personas físicas y jurídicas que resulten responsables de los mismos, aun a
título de simple inobservancia”.

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El TC señala en sentencia dictada a propósito de la modificación de la LGT en materia


sancionadora: "Pero ello no puede llevar a la errónea conclusión de que se haya suprimido en
la configuración del ilícito tributario el elemento subjetivo de la culpabilidad para sustituirlo por
un sistema de responsabilidad objetivo o sin culpa. En la medida en que la sanción de las
infracciones tributarias es una de las manifestaciones del ius puniendi del Estado, tal resultado
sería inadmisible en nuestro ordenamiento".
Por otra parte no rige en cuanto a la culpabilidad en materia administrativa el principio
de derecho penal “societas delinquere non potest”, cabiendo la responsabilidad de las personas
jurídicas.

2.1.5Proporcionalidad
Supone la correspondencia entre la infracción y la sanción, está recogido en el 131.3 de
la Ley 30/1992: “En la determinación normativa del régimen sancionador, así como en la
imposición de sanciones por las Administraciones Públicas se deberá guardar la debida
adecuación entre al gravedad del hecho constitutivo de la infracción y la sanción aplicada,
considerando especialmente los siguientes criterios para la graduación de la sanción a aplicar:
a) la existencia de intencionalidad o reiteración,
b) la naturaleza de los perjuicios causados,
c) la reincidencia, por comisión en el término de un año de más de una infracción de la
misma naturaleza cuando así haya sido declarado por resolución firme”.

2.1.6Derecho a la presunción de inocencia


Está reconocido en el art. 24.2 de la CE, extendido en virtud de la doctrina del TC al
ámbito del derecho administrativo sancionador: “El derecho a la presunción de inocencia no
puede entenderse reducido al estricto campo de enjuiciamiento de conductas presuntamente
delictivas, sino que debe entenderse también que preside la adopción de cualquier resolución
tanto administrativa como jurisdiccional que se base en la condición o conducta de las
personas de cuya apreciación derive un procedimiento sancionador o limitativo de sus
derechos”, (STC de 8 de marzo de 1.985).
Hoy viene reconocido expresamente por el art. 137.1 de la Ley 30/1992: “Los
procedimientos sancionadores respetarán la presunción de no existencia de responsabilidad
administrativa mientras no se demuestre lo contrario”, de ello se concluye que “la carga de la
prueba corresponde a quien acusa, sin que nadie esté obligado a probar su propia inocencia”,
el valor probatorio contenido en el 137.3 de la Ley 30/1992 a “los hechos constatados por
funcionarios a los que se reconoce la condición de autoridad, y que se formalicen en
documento público observando los requisitos legales pertinentes, tendrán valor probatorio sin
perjuicio de las pruebas que en defensa de los respectivos derechos o intereses puedan señalar
o aportar los propios administrados”, no será el valor de “plena prueba o con fe pública”, sino
el de simple prueba a valorar dentro del procedimiento por el órgano sancionador, (GARCIA DE
ENTERRIA).

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2.1.7Prescripción
Se trata de una manifestación más del principio de seguridad jurídica, establecida para
el derecho administrativo sancionador en el art. 132 de la Ley 30/19923, fijando a salvo de lo
que disponga la legislación específica los plazos de 3 años para las muy graves, dos años para
las graves y seis meses para las leves, siendo el “dies a quo” la fecha de comisión de la
infracción.
Los plazos de prescripción de las sanciones, son iguales excepto en las leves en que se
incrementa a un año.
La interrupción de la prescripción está regulada en el apartado 2 del citado artículo, que
señala: “El plazo de prescripción de las infracciones comenzará a contarse desde el día en que
la infracción se hubiera cometido. Interrumpirá la prescripción la iniciación, con conocimiento
del interesado, del procedimiento sancionador, reanudándose el plazo de prescripción si el
expediente sancionador estuviera paralizado más de un mes por causa no imputable al
presunto responsable”.

2.1.8“No bis in idem”


Principio recogido en el art. 133 de la Ley 30/1992: “No podrán sancionarse los hechos
que hayan sido sancionados penal o administrativamente, en los casos en que se aprecie
identidad del sujeto, hecho y fundamento”.

2.2.Procedimiento sancionador
El procedimiento sancionador está contenido en el capítulo II del Título IX de la Ley
30/1992, y desarrollado por RD de 4 de agosto de 1.993, procedimiento que solo es aplicable
en defecto total o parcial de otros procedimientos específicos.
Principio fundamental es la exigencia absoluta de haber seguido el procedimiento para
imponer la sanción, si la exigencia del procedimiento administrativo es común a todo el actuar
de la Administración, dentro del derecho sancionador administrativo esta exigencia está
especialmente cualificada.
La iniciación del procedimiento es siempre de oficio, por propia iniciativa, orden de
órgano superior, petición de otros órganos o denuncia de particulares.
GARCIA DE ENTERRIA, señala que el denunciante tiene la condición de interesado
dentro del procedimiento sancionador, en base a la acción popular contenida dentro del art.
125 CE4 y el art. 270 LECRIM5, y del reparto del campo sancionatorio entre la Administración y
los particulares, frente a tal interpretación está la regulación estricta del procedimiento que
sólo contempla la notificación de la resolución al denunciante, cuando la denuncia haya sido
acompañada de una solicitud de iniciación, base que creo muy débil para inferir, a salvo de
regulaciones especiales, la acción popular en materia sancionadora, que de seguir con el
paralelismo establecido por el citado tratadista, en todo caso carece de la detallada regulación
y de los condicionantes que obran en la LECRIM.

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En el acuerdo de iniciación deberá nombrarse un instructor del expediente, y en su caso


un secretario, debiendo contenerse en el acuerdo de iniciación una precalificación de los
hechos y de las sanciones que pudieran corresponder.
La fase de instrucción y la de resolución deberán encomendarse a órganos distintos.
El trámite más relevante dentro de la instrucción, es el de alegaciones del interesado,
en plazo de quince días, además del derecho permanente de acceso al mismo, y el trámite de
prueba de oficio o a instancia de parte. El trámite final es la propuesta de resolución en la cual
aparece de manera especial el deber de resolución por parte de la Administración de todas las
cuestiones planteadas en el expediente, (art. 138.16, además del principio general del
procedimiento del art. 89.17).
Como principio general las sanciones no son ejecutivas hasta que alcancen firmeza en
vía administrativa.

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1
CE, art. 9
1. Los ciudadanos y los poderes públicos están sujetos a la Constitución y al resto del ordenamiento
jurídico.
2. Corresponde a los poderes públicos promover las condiciones para que la libertad y la igualdad
del individuo y de los grupos en que se integra sean reales y efectivas; remover los obstáculos
que impidan o dificulten su plenitud y facilitar la participación de todos los ciudadanos en la vida
política, económica, cultural y social.
3. La Constitución garantiza el principio de legalidad, la jerarquía normativa, la publicidad de las
normas, la irretroactividad de las disposiciones sancionadoras no favorables o restrictivas de
derechos individuales, la seguridad jurídica, la responsabilidad y la interdicción de la arbitrariedad
de los poderes públicos.

2
CE, art. 26
Se prohíben los Tribunales de Honor en el ámbito de la Administración civil y de las
organizaciones profesionales.

3
LRJPAC, art. 132. De la potestad sancionadora. Principios de la potestad
sancionadora. Prescripción.
1. Las infracciones y sanciones prescribirán según lo dispuesto en las leyes que las establezcan. Si
éstas no fijan plazos de prescripción, las infracciones muy graves prescribirán a los tres años, las
graves a los dos años y las leves a los seis meses; las sanciones impuestas por faltas muy graves
prescribirán a los tres años, las impuestas por faltas graves a los dos años y las impuestas por
faltas leves al año.
2. El plazo de prescripción de las infracciones comenzará a contarse desde el día en que la infracción
se hubiera cometido.
Interrumpirá la prescripción la iniciación, con conocimiento del interesado, del procedimiento
sancionador, reanudándose el plazo de prescripción si el expediente sancionador estuviera
paralizado más de un mes por causa no imputable al presunto responsable.
3. El plazo de prescripción de las sanciones comenzará a contarse desde el día siguiente a aquel en
que adquiera firmeza la resolución por la que se impone la sanción.
Interrumpirá la prescripción la iniciación, con conocimiento del interesado, del procedimiento de
ejecución, volviendo a transcurrir el plazo si aquél está paralizado durante más de un mes por causa
no imputable al infractor.

4
CE, art. 125
Los ciudadanos podrán ejercer la acción popular y participar en la Administración de Justicia
mediante la institución del Jurado, en la forma y con respecto a aquellos procesos penales que la
ley determine, así como en los Tribunales consuetudinarios y tradicionales.

5
LECRIM, art. 270. Del sumario. De la querella.
Todos los ciudadanos españoles, hayan sido o no ofendidos por el delito, pueden querellarse,
ejercitando la acción popular establecida en el artículo 101 de esta Ley.
También pueden querellarse los extranjeros por los delitos cometidos contra su persona o bienes,
o las personas o bienes de sus representados, previo cumplimiento de lo dispuesto en el artículo
280, si no estuvieren comprendidos en el último párrafo del 281.

6
LRJPAC, art. 138. De la potestad sancionadora. Principios del procedimiento
sancionador. Resolución.
1. La resolución que ponga fin al procedimiento habrá de ser motivada y resolverá todas las
cuestiones planteadas en el expediente.
2. En la resolución no se podrán aceptar hechos distintos de los determinados en el curso del
procedimiento, con independencia de su diferente valoración jurídica.
3. La resolución será ejecutiva cuando ponga fin a la vía administrativa.
1. En la resolución se adoptarán, en su caso, las disposiciones cautelares precisas para garantizar su
eficacia en tanto no sea ejecutiva

7
LRJPAC, art. 89. De las disposiciones generales sobre los procedimientos
administrativos. Finalización del procedimiento. Resolución. Contenido.
1. La resolución que ponga fin al procedimiento decidirá todas las cuestiones planteadas por los
interesados y aquellas otras derivadas del mismo.
Cuando se trate de cuestiones conexas que no hubieran sido planteadas por los interesados, el
órgano competente podrá pronunciarse sobre las mismas, poniéndolo antes de manifiesto en
aquéllos por un plazo no superior a quince días, para que formulen las alegaciones que estimen
pertinentes y aporten, en su caso, los medios de prueba.
2. En los procedimientos tramitados a solicitud del interesado, la resolución será congruente con las
peticiones formuladas por éste, sin que en ningún caso pueda agravar su situación inicial y sin
perjuicio de la potestad de la Administración de incoar de oficio un nuevo procedimiento, si
procede.
3. Las resoluciones contendrán la decisión, que será motivada en los casos a que se refiere el
artículo 54. Expresarán, además, los recursos que contra la misma procedan, órgano
administrativo o judicial ante el que hubieran de presentarse y plazo para interponerlos, sin
perjuicio de que los interesados puedan ejercitar cualquier otro que estimen oportuno.
4. En ningún caso podrá la Administración abstenerse de resolver so pretexto de silencio, oscuridad
o insuficiencia de los preceptos legales aplicables al caso, aunque podrá resolver la inadmisión de
las solicitudes de reconocimiento de derechos no previstos en el Ordenamiento Jurídico o
manifiestamente carentes de fundamento, sin perjuicio del derecho de petición previsto por el
artículo 29 de la Constitución.
5. La aceptación de informes o dictámenes servirá de motivación a la resolución cuando se
incorporen al texto de la misma.

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