El Laberinto de la Soledad Villagrán Celaraín Jessica Yocasta 27.02.18
Opinión sobre “El Laberinto de la Soledad”, de Octavio Paz
Por Jessica Villagrán
Después de leer “El Laberinto de la Soledad”, me di cuenta de lo poco que
llegamos a analizar nuestro lugar como personas dentro de la sociedad. En el libro, Octavio Paz hace un análisis intenso sobre el papel de los mexicanos ante sí mismos y frente a distintas Naciones. Esto me llevó a pensar en que, muchas ocasiones, ni siquiera nos hemos preguntado sobre nuestra identidad como personas ni como parte de un todo, ya sea familia, amigos o sociedad, en general.
Como parte de nuestro autoconocimiento, El Laberinto de la Soledad puede
ser un buen inicio, ya que el leer la perspectiva de un mexicano hablando sobre sí mismo incluido en un todo nos da la pauta de saber que, si bien no es simple, es posible observarnos y describirnos individualmente y como parte de una sociedad.
El leer sobre el papel de las mujeres y su actuación me generó cierta
impresión, ya que a pesar de que ha pasado tiempo y la postura femenina ha cobrado fuerza, aún se conservan ciertas características machistas dentro de la sociedad. Parte de mi propio autoconocimiento es el reconocer la situación de mi género con la comunidad en la que me desenvuelvo.
Parte de lo que describe Paz en su libro sobre la identidad mexicana me hizo
darme cuenta de la importancia de, por ejemplo, las celebraciones. La forma de celebrar el día de muertos en México como una costumbre antiquísima es una manera de burlarnos y honrar a la muerte a la vez. Esto, llevado a lo particular, me llevó a reflexionar sobre cómo afecta el lugar donde te desenvuelves en tu personalidad. Los mexicanos (me incluyo) tendemos a burlarnos de situaciones trágicas porque es parte de lo que vimos al crecer. En lo personal, también lo hago y me es peculiar porque es tan natural que realmente nunca lo había analizado. Tarea X El Laberinto de la Soledad Villagrán Celaraín Jessica Yocasta 27.02.18 Considero que lo plasmado por Octavio Paz en esta obra no puede representar la totalidad ontológica del mexicano y, además, que se trata de un texto que ha perdido fuerza, en tanto que está comenzando a dejar de tener vigencia en varios aspectos (no hay que olvidar que tiene más de 60 años de haber sido publicado); sin embargo, resulta un trabajo valioso y fecundo, puesto que incita a la reflexión, a la discusión y a la crítica, obligando al lector a pensarse a sí mismo y a buscar su identidad como parte de un pueblo, es decir, a dejar de estar “lejos de sí mismo” e intentar mostrar un rostro verdadero.
La crítica destructiva y no constructiva del mexicano hacia su sociedad es
una característica que lo define. El individuo se encarga de satanizar todo lo hecho por gobernantes y dirigentes en vez de dar propuestas reformadoras de los sistemas. En vez de ordenar contribuye al caos en donde se presenta, y en la reflexión anterior me puedo encontrar inconscientemente (por ello la importancia del autoconocimiento), ya que casi siempre es más fácil culpar a las autoridades de las partes decadentes del país en lugar de analizar las situaciones y evitar actos que contribuyan a la falta de cultura, como tirar basura en las calles o la corrupción.