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Análisis Cinematográfico: Tumba Abierta de Danny Boyle (1994)

Para hablar de la película de Danny Boyle, Tumba Abierta (Shallow Grave) es hablar de la
confianza, ya que a lo largo de todo el filme ésta se pone a prueba la confianza de los protagonistas
entre ellos mismos, y qué tan lejos se puede llegar por esta misma confianza. La película comienza
con tres amigos que están buscando a una cuarta persona que dónde se ven entrevistando a varios
candidatos; durante el principio de la película se pueden ver colores pastel a lo largo de todo el
apartamento dónde viven los protagonistas. Así mismo, vemos a los personajes con sus ropas
limpias y de colores claros representando lo honestos y la confianza que tienen entre ellos.

Pero todo eso cambia cuando llega un hombre vestido de negro a ser su nuevo compañero de
cuarto. Se ve claramente el contraste cuando entran al cuarto de este hombre y encontrarlo muerto,
pues la habitación también tiene las paredes de colores oscuros e incluso la cortina está cerrada
cuando entran. A lo largo de la película se ve cómo cada vez que hablan de la muerte del hombre,
o de temas lúgubres llevan vestimentas oscuras o el cuarto en dónde están es oscuro; aunque este
aspecto se expande una vez que empiezan a desconfiar uno del otro. El ático es un lugar oscuro, y
la casa se torna en tonos oscuros al final de la película.

Aunque la última escena deja bastante en claro que toda la verdad se va a saber, pues el
protagonista está en el piso mal herido, y toda la habitación a su alrededor está bien iluminada y
se vuelven a ver los colores claros de su ropa, aunque con unos toques de sangre en la misma, lo
que representa las marcas que le dejó aquella experiencia.

Aunque en la escenografía está bien, los planos de cámara dejan mucho que desear en la película
ya que, cada vez que hay un personaje hablando lo enfocan en primer plano, bien sea a uno o los
dos que están hablando, pues en la película sólo hablan más de dos personas cuando están reunidos
los protagonistas (y aun así, siempre hay uno de ellos que guarda silencio mientras los otros
hablan).
Aunque usan el plano de detalle unas cuantas veces para generar cierto impacto (cómo la escena
cuando escogen quién va a cercenar y enterrar el cuerpo; y al última escena donde muestran el
dinero bajo el piso mientras le gotea sangre), éste se pierde porque pasan de inmediato a un primer
plano como los de toda la película. Otro momento que marca mucho el ritmo de la película, es que,
cada vez que aparecen los detectives en escena, la cámara se ubica en un contrapicado, mostrando
la superioridad que ellos terminan de ratificar con sus breves pero tensas apariciones para los
protagonistas.

Al hablar de la música durante la película se puede decir que está bien ambientada; al principio
parece una comedia, las escenas de tensión son bastante marcadas y la música ayuda a dejar claro
cada cambio de faceta. Además no sobresale demasiado impidiendo disfrutar de la película, incluso
muchas veces hay, incluso, que concentrarse en la música de fondo para darse cuenta de que es la
que genera el estado de ánimo de cada escena.

En conclusión, es una buena película aunque no tiene nada que la haga sobresalir de las otras de
las otras, además de que desde su estreno ha tenido varias parodias por el impacto que tuvo, y es
una película que podría entrar en la lista de “las que hay que ver obligatoriamente”.

Felipe Fernández Aguirre

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