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Unidad Temática 1 PDF
APROXIMACIÓN AL CONCEPTO DE CIENCIA Y DISCIPLINAS
CIENTÍFICAS
INTRODUCCIÓN
Todos los hombres en tanto participantes de la especie homo sapiens, poseen
UNA inclinación natural por conocer. No se trata de una cualidad exclusiva de aquellas
personas que se encuentran en ámbitos culturales o de investigación, sino que todos los
hombres se caracterizan por tal deseo de saber, la curiosidad por comprender todo
aquello que lo rodea. Es posible alcanzar tal deseo por medio de las propias experiencias
con los objetos que se buscan conocer, al interactuar con algún objeto que despertó la
curiosidad o el interés. Esto supone el encuentro del hombre con la realidad, y la toma de
contacto inmediato con ella. Y tal encuentro que repite cada persona, se fundamenta en el
deseo de conocer la realidad y buscar caminos “…para asegurarse las habilidades e
información adecuadas para sobrevivir, desarrollarse y relacionarse con el medio y con los
1
otros individuos.”
Desde la aparición del hombre sobre la tierra siempre existió esta preocupación
por conocer, primero de una manera práctica, por un sentido de supervivencia, luego, con
el correr de los siglos surgió otro modo más estable y profundo para conocer. De este
primer modo, los hombres comenzaron a interactuar con el medio circundante y a
relacionarse entre ellos dando origen a la cultura, a un conocimiento sensible o cotidiano,
y a la transmisión de un bagaje cultural. A fin de cuentas este conocimiento surge por “el
acercamiento que se da por la interacción entre el sujeto y objeto. No sólo eso: es sujeto
de algún modo se acerca, se interna en la estructura de las cosas, lo que, lejos de
eliminar la distancia, la diferencia entre sujeto y objeto, la hace más explícita en la medida
2
en que el conocimiento es más profundo y más amplio.” Este encuentro entre el objeto y
el sujeto implica de una intencionalidad del sujeto hacia el objeto.
De esta manera, el conocimiento que surge del interés de cada hombre por su
entorno, le permite relacionarse con los objetos que le despiertan el interés, es decir
aquellos que lo asombran, y le posibilitan establecer una relación entre el sujeto y el
objeto de conocimiento para lograr un cierto nivel de verdad. Por lo tanto, “el
conocimiento es una manera de relacionarse con la realidad, un modo de interpelarla, de
3
dar cuenta de ella.” Al tomar estas palabras de la investigadora de Esther Díaz es
necesario presentar el concepto de realidad como una totalidad con la que el hombre se
relaciona, o habrá de relacionarse en un futuro.
1
Díaz (2010), p. 14.
2
Leocata (1996), p. 30.
3
Díaz (2010), Op. Cit. pág.13
1
La realidad es, por un lado, algo objetivo ya que existe más allá de las acciones e
instituciones de los hombres con su propia naturaleza y valor, y por otro, analizada desde
el hombre, es algo que existe desde su subjetividad. “Es conveniente aclarar que este
conocimiento sobre la realidad, en última instancia, se le atribuye a la inteligencia en la
4
medida en que la captación de lo que es sólo está a la altura de la facultad intelectual.”
“
Aristóteles afirma que: todos los hombres desean por naturaleza saber. El placer
5
que nos causan las percepciones de nuestros sentidos, es una prueba de esta verdad” .
El filósofo es contundente al hablar de todos los hombres sin excepción, tienen el deseo
natural de buscar un bien, que es conveniente para aquel que lo desea, es decir, “...el
ejercicio de la inteligencia constituye una forma eminente de realizar en plenitud nuestro
6
ser personal.”
El hombre posee por esencia capacidades de conocimiento y descubre que la
riqueza del conocimiento está en entender la realidad tal como es. Para adquirirla debe
realizar un esfuerzo disciplinado, ya que saber es poseer la verdad de un modo seguro y
firme.
Realidad objetiva, subjetiva y conocimiento
El espacio social donde los seres humanos se socializan aparece como realidad
objetiva.
4
Caldarola (2004), p. 22.
5
Aristóteles, Metafísica I, 1
6
Beltrán (1998), p. 59.
2
Cuando se construye algo, resulta objetivo, como algo externo a sí mismo. Es lo
que se conoce como la “suprema realidad”, al observar que la realidad de la vida cotidiana
termina por ser impuesta al hombre. Tal realidad objetiva es presentada al individuo desde
su nacimiento, y por medio de la socialización primaria éste la internaliza y hace propia,
de manera inevitable, no tiene opción. Es así como llega a ser miembro de la sociedad.
Todo cuerpo de conocimiento se transmite a la generación inmediata y se aprende
como verdad objetiva en el curso de la socialización. De ese modo se internaliza como
realidad subjetiva . Esta realidad subjetiva del individuo se mantiene a través de las
rutinas cotidianas y del contacto con los otros significantes (es decir, las personas más
cercanas a nosotros, como familiares o amigos) o de los menos significantes, lo que se
denomina “ el coro”, esto es, interacciones más circunstanciales que se tienen pero
también confirman la realidad subjetiva. Pero todas las confirmaciones de la realidad
subjetiva se dan en manera implícita.
La realidad subjetiva siempre depende de la base social específica y de los
procesos sociales requeridos para su mantenimiento. En definitiva, el vehículo más
importante del mantenimiento de la realidad subjetiva es el diálogo con los otros
7
significantes. A través de la interacción confirman quienes somos .
Pero lo que es real "por fuera" se corresponde con lo que es real "por dentro". La
realidad objetiva puede "traducirse" fácilmente en realidad subjetiva, y viceversa. Hay
que hacer notar, sin embargo, que la simetría entre la realidad objetiva y la subjetiva no
puede ser total. Las dos realidades se corresponden mutuamente, pero no son
coextensivas. Siempre hay más realidad objetiva "disponible" que la que se actualiza
realmente en cualquier conciencia individual, sencillamente porque el contenido de la
socialización está determinado por la distribución social del conocimiento. Ningún
individuo internaliza la totalidad de lo que se objetiva como realidad en su sociedad, ni aun
8
cuando esa sociedad y su mundo sean relativamente simples .
Por otra parte, siempre existen elementos de la realidad subjetiva que no se han
originado en la socialización, tales como la conciencia del propio cuerpo anterior a
cualquier aprehensión socialmente entendida de aquél y aparte de ésta. El lenguaje es,
claramente, el vehículo principal de este proceso continuo de traducción en ambas
9
direcciones entre realidad objetiva y subjetiva .
1. La existencia de un conocimiento o saber científico
7
Berger y Luckmann (2001), p. 75.
8
Berger y Luckmann, Op. Cit. p. 122.
9
Villareal y Ferraro (2011), p. 12.
3
Es importante tener en cuenta que, cuando los hombres pretenden poseer un
conocimiento más estable de los objetos de estudio, necesariamente, deben realizar un
esfuerzo disciplinado para adquirir toda la verdad posible de un objeto, de un modo
seguro y firme. Esto solo se puede lograr únicamente por medio del conocimiento
científico. Para ello, “es preciso superar la inmediatez de la certeza sensorial del
conocimiento vulgar y espontáneo de la vida cotidiana; hay que ir más allá de
10
conocimiento ordinario. Este salto conduce al conocimiento científico.”
La diferencia entre los dos tipos de conocimientos, el conocimiento vulgar , el
adquirido por la propia curiosidad e interés, y el científico, no está en el objeto sino en el
camino que éste debe transitar para alcanzarlo, el método que se utiliza para investigar
cada objeto, es decir, el método científico . Por lo tanto, “el conocimiento científico es el
11
resultado de una tarea de investigación que se vale del método científico.” En suma, el
conocimiento científico es producto de un modo de actuar, sujeto a procedimientos
formalizados, sistemáticos y ordenados que conforman los denominados métodos de la
ciencia.
El saber científico se caracteriza por describir lo más exactamente posible las
características del objeto y explorarlo exhaustivamente con argumentos racionales,
realizando una crítica
sobre el objeto. A su turno, analiza por separado cada uno de los
elementos que se encuentran en un objeto. La puesta en práctica de este protocolo de
análisis resulta metódico . El concepto de método significa en definitiva el camino para
llegar a una meta, pero en términos más amplios es la sucesión de instancias que se
cumplen para alcanzar un objetivo. En este sentido, los conocimientos científicos se
adquieren por medio de reglas y procedimientos.
Asimismo el conocimiento científico es sistemático porque fundamenta el saber
ordenado lógicamente con procedimientos que responden a una estructura previa.
También es provisorio , y siempre avanza “en búsqueda de la mayor verdad posible
12
sobre el objeto” . Resulta lógico que el conocimiento científico sea provisorio ya que el
trabajo de los investigadores pueden refutar lo que previamente era aceptado, o también
puede profundizar conociendo más y mejor el objeto. En este camino se trazan
paradigmas , ideas sobre la ciencia que acepta una comunidad científica en un tiempo y
lugar, pero también se producen anomalías , al fallar los conocimientos previos.
10
AnderEgg (2001), p. 28.
11
AnderEgg, Op. Cit. p. 29.
12
Nota: La búsqueda de la verdad que brinda el objeto de conocimiento es siempre la finalidad de la ciencia.
Si bien las ciencias, con su propio dinamismo, siempre buscan un fin particular que se especifica por su
objeto, avanzan en busca de la verdad más profunda que les brinda el objeto, deseo de todo investigador
científico, fin al que no debe apartarse por ningún motivo.
4
Todo lo expuesto demuestra claramente que el conocer del hombre no es un
hecho simple, sino un proceso que permite analizar la idea de que el conocimiento
humano es un proceso progresivo, se pasa
de
lo más sensible a lo más complejo . En
el campo de la investigación científica los expertos ahondan cada vez más es
conocimiento científico y complejo, valiéndose de una verdadera reflexión científica para
realizar sus aportes.
Después de presentar algunas aproximaciones sobre el concepto de conocimiento
científico se puede determinar que, dicho conocimiento científico debe estar al servicio
de todos los hombres. Dicho con otras palabras, el conocimiento científico tiene por
misión facilitar a todos los hombres poder desempeñarse mejor en la vida, o bien recibir
una ayuda para que sea cada día un poco más feliz. Entonces es justo afirmar que el
conocimiento es parte de la vida a partir de la
intencionalidad pensante de la vida
humana. La inteligencia busca el sentido profundo de los objetos de conocimiento.
El saber científico pretende alcanzar toda la verdad posible de un objeto de
conocimiento y posee algunas notas importantes:
o Es
posible
, los investigadores por medio de su esfuerzo pueden alcanzarlo
paulatinamente.
o La
realidad es independiente al conocimiento que el hombre puede alcanzar de
ella.
5
En los siguientes links se podrán consultar información adicional sobre
el conocimiento científico y las características de la ciencia:
http://pendientedemigracion.ucm.es/info/pslogica/filosofia/tema2.pdf
(1)
http://virtual.uptc.edu.co/drupal/files/195/contenido/pdf.pdf(2)
http://www.facso.uchile.cl/publicaciones/moebio/27/martinez.pdf
(3)
2. Hacia una definición de ciencia
La
ciencia puede definirse como un conjunto de conceptos o conocimientos
ciertos de las cosas, por sus principios y causas derivadas de la experimentación humana
comprobada. Como señalan Quintero Vilella y Canales Pastrana, la ciencia es también el
área de conocimiento que se preocupa por establecer leyes generales verificables sobre
13
el universo .
La palabra ciencia procede del latín scientia scire
–de , ‘conocer’– y se emplea, en
su sentido más amplio, para referirse al conocimiento sistematizado en cualquier campo
del saber. De esta forma se utilizan términos como ciencias físicas, ciencias sociales,
ciencias económicas, etc. Sin embargo, la acepción más común suele aplicarse al
conocimiento organizado con origen en el mundo natural.
También Aristóteles sostenía que ciencia es “un modo de saber más perfecto que
14
la experiencia llevándolo al nivel universal y necesario.” Gracias al aporte del filósofo
griego, se pudo afirmar que ciencia es un saber calificado, estricto, riguroso, metódico,
capaz de garantizar sus afirmaciones y criticar los alcances de su propia validez.
Entonces, “la ciencia es el conocimiento intelectual cierto, fruto de demostración,
permanente en forma habitual en el entendimiento, que descubre las causas de las cosas.
Por ser cierto, este conocimiento se distingue tanto de la opinión como de la conjetura, por
13
Quintero Vilella y Canales Pastrana (2002), p. 4.
14
Beltrán (2000), p. 89.
6
ser demostrativo se distingue de la intuición, por ser habitual se distingue del acto de
15
saber para el que capacita como de la mera disposición para el saber.”
El elemento fundamental para definir una ciencia es el fin
. Todo estudio que desee
estar en el rango científico, además de los elementos ya expuestos debe buscar un fin
particular, propio del objeto que ordene sus intereses y especificidad. “Las ciencias se
diversifican ante todo por su fin: si éste es sólo saber, son especulativas; si es dirigir la
16
acción, sea el obrar o el hacer, son prácticas.”
Si bien las ciencias, con su propio dinamismo, siempre buscan un fin particular
que se especifica por su objeto, avanzan en busca de la verdad , fin del que todo
investigador científico no debe apartarse por ningún motivo. Entonces, cada ciencia debe
poseer un fin bien definido, porque si no pierde sentido. La pura descripción del objeto no
es suficiente para ser ciencia ya que debe explicar las causas para luego establecer las
relaciones entre ellas y sus efectos. Lo importante del objeto es lo que se conoce del
mismo con certeza.
En un sentido general, la ciencia representa una búsqueda de respuestas a toda
clase de problemas interesantes de nuestro mundo. Pero en la actualidad se plantea una
enorme brecha entre el conocimiento creado por los científicos y el conocimiento
aprendido en las aulas. La propuesta de aprender jugando, la satisfacción que se siente al
descubrir los resultados de experiencias sencillas construidas junto a los educadores, la
aplicación a situaciones reales de la vida cotidiana y la posibilidad de ser protagonistas en
la mejora de la calidad de vida de las personas, pueden hacer que esta actividad se
convierta en un camino para el crecimiento de las comunidades. Como bien dice el
extraordinario físico estadounidense Glenn Theodore Seaborg (19121999): “la educación
científica de los jóvenes es tan o más importante que la propia investigación”.
En el siguiente video podrán analizar más información los límites de la
ciencia:
15
Ciencia y Filosofía en el tomismo
Gustavo, Ponferrada, “ Sapientia
.” En revista . Facultad de Filosofía y Letras de la
UCA Nº159, Buenos Aires, 1992. Pág. 11
16
Gustavo, Ponferrada, Ob. Cit. Pág. 12
7
https://www.youtube.com/watch?v=jKyt63cpZ2U
3. La ciencia como lenguaje
La ciencia es un lenguaje, y esto implica varias cuestiones. Por un lado, se
caracteriza por determinadas unidades de comprensión que facilitan la comunicación. Por
otro lado, representa un discurso, un relato. Es decir, la ciencia no sólo es paradigma sino
que también es narrativa , y está cargada de ideología y de la opinión general sobre el
mundo y sus objetos en un determinado período histórico.
Por supuesto, no se quiere decir con esto que la ciencia es sólo lenguaje cerrado,
y menos que es sólo narrativa, puesto que se trata de un lenguaje que no se encierra en
sí mismo, sino que intenta dar cuentas de problemas de la realidad, y se encuentra, por lo
tanto, anclado en la experiencia, que obliga a fundamentar lo que se afirma.
Para comprender el lenguaje de la ciencia, se debe examinar su estructura, sus
componentes, y lograr la disección de sus partes, que son los razonamientos, las
proposiciones y los términos. Dichos componentes principales son los siguientes:
● Hipótesis. Son conjeturas o suposiciones no suficientemente comprobadas que
constituyen soluciones probables a problemas relacionados con la realidad. Sólo
las hipótesis de las que es posible demostrar su falsedad mediante observaciones
(aunque no llegue a suceder nunca), son candidatas a formar parte de la ciencia.
Las hipótesis que cumplen esta condición se denominan falsables.
● Leyes . Son enunciados concisos, generalmente expresados mediante relaciones
matemáticas, que resumen los resultados de una gran variedad de observaciones
y experimentos. Describen fenómenos naturales sin intentar explicarlos y suelen
estar restringidas a un campo de la física. Son ejemplos las leyes de Hooke, Ohm
o Lenz.
● Principios. Son afirmaciones muy generales de cómo se comporta la naturaleza.
Se aceptan como ciertos sin demostración general aunque se pueden comprobar
con casos concretos. A veces la palabra principio s
e intercambia con la
palabra ley (los principios de la termodinámica se llaman a veces leyes). Son
ejemplos de principios los de conservación de la masa, de la carga, de la energía,
etc.
● Modelos. Son ejemplos simplificados de la realidad. Se trata de construcciones
teóricas que, generalmente, pueden ser descritas mediante lenguaje matemático.
El científico hace una abstracción de la realidad tratando de simplificarla; prescinde
de determinados factores influyentes o variables y maneja un tipo de fenómeno
físico cuyo comportamiento se aproxima al real y es más sencillo de estudiar. Son
8
ejemplos de modelos el movimiento de un sólido sin rozamiento, los gases
formados por puntos materiales, los modelos atómicos, etc.
● Teorías. Están formadas por la combinación de modelos, principios e hipótesis
que han pasado la prueba de muchos experimentos. Son capaces de explicar por
qué los experimentos producen los resultados observados y permiten predecir el
comportamiento de los sistemas naturales en situaciones nuevas. Son ejemplos la
teoría atómica, la teoría de la relatividad, etcétera.
En particular, hay tres principios axiomáticos de la lógica que resultan
imprescindibles para el desarrollo del conocimiento científico: el axioma de la
identidad (una cosa es igual a sí misma; por ejemplo, un organismo vivo está vivo); el
axioma de la contradicción (una cosa es distinta de otra; así un organismo vivo no está
muerto); y el
axioma del tercio excluso (entre estas dos cosas contradictorias, no es
posible el término medio: un organismo o está vivo o está muerto).
De igual modo, tiene que darse en todas las ciencias el llamado principio
determinista genético (o de no magia y exclusión de la creación ex nihilo)
, según el cual
cualquier fenómeno y acontecimiento cristaliza y brota a partir de condiciones previas y
envolventes (puesto de “de la nada, nada se crea”). Ambos son presupuestos necesarios
de la investigación científica, aunque puede ser y sean cuestionados por la reflexión
metacategorial ontológica y gnoseológica, como parte de su tarea crítica. Y ello porque la
investigación carecería de sentido u objeto si supusiéramos que las cosas se producen
arbitrariamente y por capricho y que no existe entre ellas ninguna relación o conexión
(causal o estocástica) cognoscible con alguna probabilidad y grado de certeza.
9
Se sugiere consultar el texto acerca de la visión de Karl Popper sobre la
ciencia Quintero Vilella y Canales Pastrana (2002), en la sección cita textuales, que se
encuentra al final de la unidad temática 1 del Seminario 1.
En el siguiente video podrán analizar más información sobre la ciencia y
su filosofía:
https://www.youtube.com/watch?v=dHjOJLnEY5A
4. El Principio de economía y los ejes científicos
La ciencia busca las explicaciones más simples posibles. En este punto conviene
recordar “
la navaja de Occam ”, también conocida como Principio de economía en el
razonamiento o
Principio de parsimonia . Postula que no deben aumentarse las
10
evidencias innecesariamente, ni introducir más realidades que las requeridas. Y lo que es
más importante, dadas dos explicaciones posibles de una realidad, “hay que elegir la que
sea más útil para expresar el asunto con el menor número de conceptos o términos, es
decir, la explicación más simple”. Este principio fue expresado por el monje franciscano
Guillermo de Ockham a comienzos del siglo XIV, aunque parece igualmente válido en
nuestra época y aplicable a la suma del conocimiento científico. Como afirma el
historiador Marc Bloch: “El razonamiento de las semejanzas no pierde sus derechos. Sólo
importa que un análisis más exacto discierna los saltos posibles y los puntos de similitud
necesarios. Toda originalidad individual tiene sus límites”. En suma, el científico debe ser
original pero está obligado a encontrar las explicaciones más adecuadas de la realidad.
Para lograr esta cualidad de economía de la ciencia y, a la vez, su originalidad,
desde un punto de vista gnoseológico, todas las ciencias, o disciplinas científicas, se
estructuran en tres dimensiones genéricas que reproducen analógicamente en tres
contextos lingüísticos: el eje sintáctico , el eje semántico y el
eje pragmático . El primero
recoge las relaciones de los signos con otros; el segundo, alude a las relaciones de los
signos con los objetos significados, y el tercero denota las relaciones de los signos con los
sujetos que los utilizan. La consideración conjunta de estas tres dimensiones presentes en
toda ciencia permite superar las visiones monistas, o dualistas, y posibilita su
consideración como instituciones culturales históricas (no eternas) a la par que objetivas y
17
necesarias (no caprichosas ni arbitrarias) .
a. Según el eje sintáctico, las ciencias, al umplimentar sus respectivos métodos
de investigación, descubren y acotan un conjunto de términos que componen
y configuran sus respectivos campos categoriales (llamados a veces,
“
espacios de incumbencia ”), mediante el cierre parcial de un sistema de
operaciones entre los mismos; sobre esta base, la actividad científica define a
su vez conceptos, axiomas, proposiciones y teoremas referidos a su
campo por medio del establecimiento de relaciones que resultan de
las operaciones efectuadas entre los términos del campo categorial. Esas
operaciones entre términos incluyen dos tipos básicos (las analíticas, de
separación de cuerpos, y las sintéticas, de aproximación de cuerpos) y se
realizan no sólo mediante acciones manuales sino también mediante aparatos
inventados, como el microscopio y el telescopio (definidos como operadores ).
Por otra parte, las relaciones establecidas a través de operaciones
son relaciones ideales, repetibles, abstractas y universales y sus soportes
no sólo son simbólicos (los relatores algebraicos o lingüísticos) sino también
físicos (balanzas o termómetros, por ejemplo).
17
Moradiellos (2008), p. 10.
11
b. De acuerdo con el eje semántico , se debe establecer la necesidad de contar
con referentes materiales específicos para apoyar el discurso lingüístico (sea
para confirmarlo y validarlo, o para desmentirlo y refutarlo). En la terminología
clásica del matemático Gottlob Frege, el lenguaje científico no sólo tiene que
estar dotado de sentido (relación de una expresión con otra) sino que también
debe tener referencia (relación de una expresión a un objeto o conjunto de
objetos). Dicho de otro modo, las palabras de los lenguajes científicos remiten
a cosas y no sólo a otros lenguajes o a pensamientos e imágenes mentales o
significados, y esto es por la razón de que sólo lo físico y corpóreo es
operable y puede ser afectado (transformado) por operaciones. Entonces,
según Enrique Moradiellos, el Homo loquens, Homo sapiens
que es el y
también el Homo faber (es decir, “hablar” es ya un “hacer”). De ahí la
18
necesidad de que toda ciencia cuente con referencias fisicalistas empíricas . Y
que todo conjunto de conocimientos organizados lógicamente constituya una
ciencia y que, por ejemplo, no lo sea la Teología ya que no cumple con la
exigencia semántica de contar con referentes fisicalistas en que apoyarse.
c. Finalmente, el eje pragmático de las ciencias está constituido por
su dimensión histórica, social e institucional . Desde esta dimensión, las
ciencias se presentan como actividades humanas colectivas, repletas de
conjuntos de reglas operativas, normas de conducta, códigos de actuación
metódicos y nomenclaturas inteligibles
para los que participan en dicha
empresa gregaria. En otras palabras, las construcciones científicas carecen de
posibilidad de realización sin la actividad constante y recurrente de los sujetos
humanos individuales (los científicos, como sujetos corpóreos, operarios y
gnoseológicos) que son, por definición, múltiples y en constante comunicación
19
.
Ciertamente, el principio semántico es básico e irrecusable en la actividad
científica tiene que haber referente material para verificar empíricamente las
proposiciones sintácticas y éstas no pueden ser una creación o producción del propio
pensamiento. Construyéndose sobre los diversos principios axiomáticos mencionados,
las ciencias posibilitan el control humano sobre el mundo fenoménico que nos rodea. Al
hacerlo, cumplen su inexcusable función en las sociedades civilizadas, y enseñan que
poseer la verdad de la conexión entre las cosas significa poder de control sobre los
fenómenos, en tanto que no poseer tal verdad implica actuar a ciegas, en el vacío o por
mero tanteo. Por esta razón, las ciencias son conquistas irrenunciables de la civilización
humana y gozan del respeto y atención que se les concede en nuestros tiempos y
sociedades.
18
Moradiellos Op. Cit., p. 4.
19
Moradiellos Op. Cit., p. 5.
12
De los ejes a los paradigmas científicos
El afán de los estudiosos medievales fue compatibilizar la “ciencia pagana” con la
doctrina cristiana, la combinación de ideas aristotélicas y bíblicas, que orientaron de
hecho el pensamiento europeo hasta el siglo XVII. No obstante, a finales del siglo XIII y
comienzos del XIV, particularmente en las universidades de París y Oxford, se había
acentuado el interés por las realidades del mundo natural con la escuela física de París,
con Jean Buridan y Nicolás Oresme, los averroístas latinos y franciscanos, como Robert
Grosseteste, quien ocupa un lugar central en el análisis de Crombie, y más tarde Roger
Bacon, Juan Duns Scoto y Guillermo de Okham, con el surgimiento del empirismo que
potenciaba el conocimiento de lo particular sobre lo general. El racionalismo naciente
superaría los límites aristotélicos e involucrar la empírea como fuente de conocimiento y la
normativa que habilitaría el esclarecimiento del funcionamiento de la naturaleza, se
supera al empirismo, ya que además de la actividad experimental se requerían adecuadas
formulaciones teóricas, las que comenzaron a postularse con René Descartes, Baruch
Spinoza y Gottfried Leibniz entre otros, y en el campo específico de las ciencias naturales
con Johannes Kepler, Nicolás Copérnico y Galileo Galilei, para culminar en Isaac Newton.
Sin embargo, la frontera entre estas tradiciones, terminará siendo el horizonte
preponderante de la ciencia moderna, y no era fácil de discernir por parte de los actores
históricos. Esto es observable con Paracelso, o el mismo Konrad Gessner, uno de los
mentores de la zoología, que abrevan en fuentes esotéricas y “científicas” y mezclan la
realidad y el mito, a partir de las investigaciones realizadas por Aby Warburg, Francis
Yates y su círculo.
Frente a las visiones continuistas, surgieron polémicas. En primer lugar, la posición
de Alexander Koyré que abrió paso a diversas reformulaciones y la explicación que las
mutaciones producidas en el campo de los conocimientos no es el resultado de una
simple profundización de las premisas vigentes, sino más bien una consecuencia de un
20
cambio de paradigma , esto más tarde lo propugnaría Thomas Kuhn en su Structure of
Scientific Revolutions . Es decir, por un lado, los cambios no son solo en el grado de rigor
analítico (de lo cualitativo a lo cuantitativo), sino más bien establecidas en la antinomia de
.
representaciones de los actores históricos
20
Koyré (1977), p. 65.
13
Para las concepciones anteriores a Kuhn, la teoría era considerada un conjunto de
enunciados que se relacionan con la realidad por medio de reglas de correspondencia
enunciados que conectan a los enunciados generales de la teoría con los enunciados
observacionales que describen los hechos. En cambio, para Kuhn, un paradigma
es una
estructura abierta, inacabada (lo que también se aplica a las revoluciones científicas). El
desarrollo de la historia de la ciencia, entonces, no es azaroso sino que está estructurado
en una secuencia evolutiva. En otras palabras, la ciencia posee una fase acumulativa en
que la investigación es guiada por un paradigma, que termina cuando se inaugura un
nuevo paradigma, y esto es lo que establece una revolución.
En los siguientes links podrán encontrar información adicional sobre la
epistemología de la ciencia:
http://www.redalyc.org/pdf/101/10101802.pdf
(4)
5. La verdad científica
A diferencia de otros tipos de conocimientos, las ciencias se caracterizan por la
pretensión de construir verdades. Tales verdades científicas se distinguen y oponen a los
dogmas, creencias, opiniones y conjeturas en virtud de su pretensión de objetividad,
necesidad y carácter marcadamente crítico .
Esta verdad dentro de una ciencia es el
resultado unitario (no sólo empírico o deductivo) de un proceso de construcción tanto en el
plano objetual (semántico) como en el proposicional (sintáctico). La verdad científica (o
verdades) conforma una
construcción dada en un contexto determinado del campo
categorial
y no significa otra cosa que la realidad misma de la cosa verdadera. Verum est
Factum (la verdad esté en el hecho), es decir, la verdad no sólo está conectada
esencialmente con la propia realidad referenciada sino que tiene que ver con la idea de la
“
identidad ”. Si la ciencia es construcción con determinados materiales, la verdad
científica debe ser un predicado que exprese una determinación inmanente a esa
construcción material en tanto que tal. Pero tal verdad no puede ser identidad “analítica”
(la propia reflexividad autónoma de un término o sujeto consigo mismo) por la sencilla
razón de que tal identidad no existe.
14
La identidad es siempre “sintética” (compositiva, hecha de partes) porque no se
trata de una relación primaria y originaria dentro del término sujeto, sino que se construye
por relación y referencia a otros términos y sujetos diferentes. En otras palabras; sólo hay
identidad cuando hay algo que queda fuera de su campo, cuando hay otras identidades
contra las que se conforma como tal (al modo como nuestra propia identidad, nuestro “Yo”
es concebible en contraste con la de “Otros”, y así codetermina como sujeto: Cogito ergo
sum Pienso, luego existo). En síntesis, la verdad científica radica en los procesos de
ajuste de identidad sintética material, que se pueden dar entre cursos operatorios
confluyentes dentro del campo correspondiente (cursos operatorios ejecutados por los
sujetos gnoseológicos, los científicos que hacen operaciones y construyen relaciones).
Esta identidad permite segregar (neutralizar o evacuar) los componentes subjetivos de las
operaciones (la actividad del propio científico) y construir relaciones esenciales objetivas.
La verdad científica tiene lugar en la confluencia por identidad de las líneas
objetivas recorridas por la propia actividad de los sujetos operatorios, que en ese caso son
intercambiables y permutables sin afectar el resultado de la operación. Esa verdad
objetiva y universal de la relación sintáctica brota de la realidad semántica del acto de
juntar esos elementos y se mantiene recurrentemente al evacuar a los distintos y
21
sucesivos sujetos operatorios que construyen esa relación todas las veces imaginables .
Por esta razón la universalidad y la necesidad son dos características del saber
científico. La primera presupone que el conocimiento científico puede ser aplicado
indistintamente en cualquier tiempo y lugar. La segunda implica que la negación de sus
contenidos resulta una contradicción imposible.
Se sugiere consultar el texto acerca de la verdad científica, en Moradiellos
(2008), en la sección final citas textuales de la unidad temática 1 del Seminario 1.
6. Ciencia versus técnica y tecnología
El gran antropólogo estructuralista Claude LéviStrauss emparenta la técnica y
tecnología con la ciencia, y por lo tanto, la pone en un punto de comparación con la
magia. Pero más allá de la dicotomía entre ciencia aplicada y ciencia pura, entre ciencia
concreta y ciencia abstracta, es conveniente antes de continuar distinguir claramente las
nociones de ciencia, técnica y tecnología.
21
Moradiellos (2008), Op. Cit. p. 6.
15
Para comenzar, la ciencia
responde al deseo del hombre de conocer y
comprender racionalmente el mundo que lo rodea, y los fenómenos relacionados, que lo
llevan a investigar, aunque en principio, no tiene objetivos prefijados ni responde a un
aparente mejoramiento del mundo o del ambiente o de las personas. La técnica
y la
tecnología , por su parte, responden al deseo y la voluntad del hombre de dominar el
entorno, transformar el mundo circundante, que deriva en buscar nuevas formas de
satisfacer necesidades y deseos.
Por un lado, la técnica es un punto de vista general, un procedimiento o conjunto
de procedimientos, es decir, que surgen de conocimientos adquiridos empíricamente por
medio de la práctica (aparece en la imaginación de quien quiere lograr algo y después
busca su concreción, que requiere la óptima aplicación de una destreza manual o
intelectual). Tiene como objetivo obtener un resultado determinado (en el campo de la
ciencia o de la tecnología). En cuanto a la magia y el rito, no se pueden igualar con la
técnica a pesar de conformar una ciencia de lo concreto, ya que sus percepciones,
intuiciones, esquema de significados, buscan el conocimiento teórico y sólo
secundariamente la aplicación.
Por su parte, la tecnología, en un sentido restringido, es el conjunto ordenado de
conocimientos y procesos que tienen como objetivo la producción de bienes y servicios,
sobre la base de la técnica, la ciencia y los aspectos socioculturales y económicos. El
término se hace así extensivo a los productos y proceso que deben responder a las
necesidades o deseos de la sociedad y como ambición, contribuir a mejorar la calidad de
vida. Desde un punto de vista más estructural, la tecnología es el resultado de relacionar
la técnica con la ciencia a fin de solucionar problemas técnicosociales concretos. Ésta
proviene entonces del análisis de determinados problemas que se plantea la sociedad y
buscar la solución, de modo que la técnica se relaciona con la ciencia pero también con la
estructura económica y sociocultural del medio.
Queda claro que las aplicaciones tecnológicas y técnicas pueden conducir
eventualmente a una ciencia aplicada, la cual a su vez alimenta los descubrimientos, y
conforma lo reconocido como tecnociencia.
Como tal,
incumbe por exceso o por defecto;
por participar en la producción de los conocimientos en el sistema de la ciencia y la
tecnología o por recibir sus resultados; por preocuparse por sus implicancias éticas o por
enceguecerse con sus deslumbrantes éxitos. El éxito en el desempeño de la tarea de la
ciencia y la tecnología otorga el prestigio que hoy posee la ciencia moderna. La
racionalidad científica se presenta entonces no sólo como modelo paradigmático sino
también como concreción superior de la razón humana.
16
Basado en la imagen de dos personajes de la mitología y la literatura, Prometeo y
Fausto, Herminio Martins y Paula Sibilia han definido dos tipos de ciencias coetáneas pero
también diacrónicas, la
prometeica, que no intenta reemplazar al hombre por la máquina,
que busca la materialización del conocimiento científico de tipo teórico, y la
fáustica
, que
busca reemplazar al hombre, o fusionarlo, y la aplicación práctica del conocimiento.
Se sugiere consultar el texto acerca de la tecnociencia fáustica y
prometeica, en Paula Sibilia (2005), en la sección citas textuales final de la unidad
temática 1 del Seminario 1.
7. Ciencias naturales y formales (exactas) versus Ciencias humanas (o
sociales)
En el seno de la “República de las Ciencias” en palabras de Enrique Moradiellos,
cabe apreciar una división efectiva y crucial entre las Ciencias naturales y formales
(exactas) y las Ciencias sociales o humanas. La distinción entre ambos grupos constituye
uno de los temas más polémicos y difíciles de las investigaciones gnoseológicas desde
finales del siglo XVIII, cuando algunas disciplinas humanísticas pasaron a convertirse (o
pretendieron hacerlo) en ciencias propiamente dichas y no muy diferentes al modelo de
cientificidad ofrecido por las Ciencias naturales y por la Matemática. Sin embargo, parece
evidente que, a pesar de la tesis de la unidad genérica de todas las ciencias, hay algún
tipo de diferencia entre las ciencias «duras» de la Naturaleza (física, química,...) y
22
formales (matemáticas, lógica) y el grupo de ciencias sociales (humanas o culturales) .
El intento de establecer en términos gnoseológicos u ontológicos un criterio de
discriminación ha producido diversos resultados, que todavía hoy están vigentes en el
lenguaje cotidiano y profesional. Así, por ejemplo, el filósofo alemán Wilhelm Dilthey se
basó en criterios ontológicos (Introducción a la Ciencia del Espíritu,
de 1883) para
distinguir entre “ciencias naturales” y “ciencias del espíritu”, cada una con su respectivo
método de conocimiento: la explicación ( Erklären Verstehen
) y la comprensión ( ). La
especificidad de las ciencias del espíritu, para este autor, estriba en que su tarea es
aprehender el significado de la acción humana, y el investigador sólo puede avanzar en
esta vía si es consciente de que su conocimiento se inscribe siempre en el presente,
desde un punto de vista particular en función del cual el mundo estudiado adquiere su
coherencia, es decir, una reactualización de los sujetos y los actos. Así, pese a la
pretensión de "objetividad", el científico social no puede excluirse a sí mismo del cuadro
22
Moradiellos (2008), p. 9.
17
que quiere pintar, y debe asumir el carácter en parte subjetivo de su perspectiva. Por lo
tanto, su tarea principal es la interpretación para comprender las experiencias vividas por
los hombres del pasado (la hermenéutica). Estas experiencias se han “objetivado” en las
huellas dejadas en textos, monumentos, instituciones, etc., y gracias a ellas, por ejemplo,
23
el historiador puede entrar en contacto con el pasado .
Wilhelm Dilthey.
Su compatriota Wilhelm Windelband ofreció la distinción (en 1894) entre ciencias
“nomotéticas” (que buscan leyes generales para “explicar” los fenómenos naturales
constantes y recurrentes) y ciencias “ideográficas” (que se ocupan de “comprender” los
fenómenos humanos individuales e irrepetibles). Esa distinción fue recogida y
desarrollada por otro neokantiano, Heinrich Rickert en su obra Ciencia cultural y ciencia
natural (1899).
Más cercano a nuestros días, el físico británico C. P. Snow recodaba la diferencia
efectiva e incomunicación práctica que existe entre ambos universos científicos en su
Las dos culturas
influyente libro (1959).
En primer lugar hay que descartar la diferencia de base mencionada, la idea de
cada grupo de ciencias se ocupa de objetos diferentes, la naturaleza o materia inerte y
sociedad o el hombre en colectividad dotado de “espíritu”. Esto es erróneo, porque a cada
ciencia le corresponde un campo categorial y no un objeto de análisis. En palabras de
Moradiellos, las “ciencias humanas” no son las que “ocupan del hombre” y las ciencias
“naturales” no son las que se ocupan de la naturaleza. Entre otras cosas, porque la Física,
la Biología y la Química, por ejemplo, se ocupan del hombre, de los hombres, en igual o
23
Noiriel (1997), p. 16.
18
mayor medida que la Lingüística, por ejemplo, que además son se ocupa del hombre sino
del lenguaje o de los lenguajes humanos.
En segundo lugar, cabe descartar la tentativa de diferenciar ambos grupos de
ciencias por su supuesta capacidad (o incapacidad) metodológica para repetir fenómenos
bajo control (en otras palabras, experimentar). Según este criterio unas ciencias serían
experimentales y otras no experimentales. Por otra parte, la experiencia repetible (una
“experiencia irrepetible” no es una experiencia, y a lo sumo es una “vivencia” psicológica)
no es solo una posibilidad ajena al campo de las ciencias humanas sino que también es
ajena al de la Lógica o la Matemática (por su condición de Ciencias formales y
abstractas). En otras palabras, esto coloca a la Matemática al lado de la Historia, y olvida
el hecho de que en parte las hipótesis de las Ciencias naturales no pueden ser sometidas
a experimentación, sino a simulaciones y modelos (como lo establece claramente Karl
Popper en el caso de la Geología, la Ecología y otras ciencias de la Tierra). Además,
dentro de las ciencias naturales existen niveles en los que deja de ser posible la
experimentación. Por ejemplo, en los procesos microfísicos que tienen lugar por debajo de
los límites de incertidumbre establecidos por el llamado Principio de Heisenberg y, en
general, en el terreno de la Física cuántica.
En términos gnoseológicos, parece más acertado ensayar la diferencia entre
ambos grupos de ciencias atendiendo a los diferentes recursos operativos que se utilizan
y movilizan en la exploración de sus campos de trabajo respectivos. Bajo esta
perspectiva, fórmulas del tipo “ciencias que se ocupan del hombre, que estudian al
hombre” apuntan, aunque de manera oscura y oblicua al núcleo de las diferencias entre
las ciencias humanas (ciencias del “hacer”) y las ciencias naturales (“ciencias del ser”).
Si se parte de la consideración del sujeto humano como un sujeto gnoseológico
que realiza operaciones y construye fenómenos interviniendo en su medio exterior
circundante (es decir, como sujeto operatorio ) se encuentra que hay ciencias en cuyos
campos categoriales no aparece formalmente el sujeto operatorio como uno de sus
términos. Éste es el caso de las Ciencias naturales y formales, puesto que en ellas el
único sujeto operatorio es el propio científico observador y manipulador, ya que el hombre,
considerado como sólido grave o conjunto de moléculas o término de una serie numérica,
no es un sujeto operatorio, no realiza operaciones. Es decir, no tiene conductas reflexivas
y meditadas, ni su comportamiento es libre y voluntario, ni responde a propósitos, planes
o intenciones. Así, a efectos de análisis físico de la fuerza gravitatoria resulta indiferente
que el sólido que cae al vacío sea una roca inanimada, un tronco de árbol o un cuerpo
24
humano vivo (feliz o angustiado) .
24
Moradiellos (2008), p. 11.
19
En estas ciencias, por lo tanto, es factible la neutralización compleja del científico,
como sujeto gnoseológico, para descubrir y establecer relaciones esenciales y objetivas
en sus respectivos campos categoriales. Porque las relaciones entre los términos de
dichos campos se establecen por contigüidad en sentido físico y el sujeto como agente
operativo puede ser eliminado totalmente, rocas, árboles, estrellas, moléculas, hombres o
números, no realizan ni planifican operaciones.
En estas ciencias no se encuentran “conductas” o “actuaciones” que requieran
explicación que siguen fines, propósitos o proyectos. Por el contrario, los cambios y
transformaciones operadas en esos campos científicos constituyen el efecto de contextos
mecánicos impersonales, producto de las leyes universales deterministas y resultado de
fenómenos recurrentes, rutinarios y desprovistos de significado subjetivo intencional. En
definitiva, las Ciencias naturales y formales se caracterizan porque en sus campos
categoriales específicos nunca se incluyen como términos a sujetos operatorios ni a
operaciones (en sentido gnoseológico).
En las ciencias sociales, las conductas y comportamientos (operaciones en sentido
lógico) sólo se comprenden y explican en virtud de la semejanza operatoria (de la común
20
y compartida capacidad operatoria) entre dos sujetos que están separados espacial y
temporalmente: el estudioso y el (o los) estudiado(s).
En virtud de la naturaleza de esos términos gnoseológicos que son sujetos
operatorios, es imposible la repetición controlada, o la experimentación sistemática con
los fenómenos propios del campo de las Ciencias humanas. En consecuencia, el
investigador de las ciencias humanas tiene, en principio, que explicar las operaciones
realizadas por los sujetos a quienes estudia mediante la reproducción o reactualización
analógica de esas mismas operaciones. Y en esta imposibilidad de eliminar y neutralizar
las operaciones del sujeto del campo categorial reside el llamado “subjetivismo” de las
ciencias humanas y el menor estatuto gnoseológico de las verdades alcanzadas por esta
metodología.
8. El método científico. Metodologías alfa y beta en el abordaje de las
ciencias
Un punto indispensable en el saber científico es la utilización de
métodos
propios , es decir, una secuencia de pasos ordenados destinados a la concreción de un
fin. La utilización de un método apropiado a cada ciencia de acuerdo con el objeto de
estudio resulta imprescindible.
El saber científico se obtiene mediante procedimientos
metódicos, la reflexión sistemática y una búsqueda intencionada. Por lo expuesto, el
conocimiento científico resulta de una tarea de investigación que se vale del método
científico
Si existe el deseo de transitar en los ámbitos del saber científico es necesario la
utilización de un método propio según el objeto que se desea conocer. Francis Bacon fue
(15611626) quien justamente sostuvo que la inducción basada en la experiencia es la
que justifica la ciencia, y propuso, quizás por primera vez en los tiempos contemporáneos,
una metodología científica.
Así que, en términos generales, el método científico resulta esencial y estriba en la
probabilidad de adquirir conocimientos mediante la confirmación o refutación de hipótesis
pensadas a partir de algo que se desea conocer, con datos de la realidad. En definitiva,
21
“el método científico es la cadena ordenada de pasos o acciones basadas en un aparato
conceptual y en reglas que permiten avanzar en el proceso de conocimiento desde lo
25
conocido a lo desconocido ”
En este sentido, el método científico tiene algunas características que suelen
considerarse esenciales:
● Ordenado según un determinado marco teórico :
“El método científico va
más allá de los datos empíricos, puesto que la interpretación de los datos
se hace desde un determinado marco o referente teórico que, a su vez, se
26
apoya en supuestos teóricos.”
● Trascendencia de los hechos: El método científico parte de los hechos
particulares pero los trasciende con su profundo análisis, así puede ir más
lejos de las simples observaciones, por medio de la comprensión y la
explicación.
● Objetivo: permite buscar la verdad independientemente de la escala de
valores del científico.
Es importante aclarar que existen múltiples corrientes metodológicas y
epistemológicas que discrepan con que sea el método hipotéticodeductivo el mejor
27
promotor de investigaciones científicas , en especial si se trata de ciencias sociales, pero
su lógica puede resultar provechosa a la hora de aplicarse a fines diversos.
El desarrollo del conocimiento científico ha sido tradicionalmente descrito mediante
la interacción de dos acontecimientos: el surgimiento de un problema y los actos de
28
búsqueda e indagación para encontrar una solución. Es decir, todo trabajo científico
parte de la delimitación de un problema de estudio; hay algo que se desconoce y se
desea averiguar. Básicamente puede tratarse de preguntas del tipo: ¿Qué características
tiene (un objeto de estudio X)?, ¿Cómo opera/actúa? ¿Por qué tiene tales
características…? ¿Qué relación tienen estos objetos?
De manera formal, el método científico se desglosa en los siguientes pasos:
25
Rodríguez (1984), p. 24.
26
E, Ander Egg, “ Técnicas de investigación social”. 24ta. Edición Ed. Lumen, Buenos Aires, 1995. Pág. 43
27
Entre ellas, es oportuno señalar la clásica teoría de Karl Popper sobre el llamado Falsacionismo así como la
postura de Dr. Juan Samaja acerca del Modelo Ternario de la ciencia. No obstante, es posible señalar que el
rasgo característico del método científico es su operación hipotéticodeductiva. No obstante, si se realiza un
análisis del tipo de inferencias aplicables a tal fin, puede verificarse que la deducción no logra resolver la
totalidad de cuestiones lógicas emergentes. No sólo la inducción, sino también la abducción y la analogía
aparecen explícitas o no, como método inferencial en el proceso de investigación.
28
Samaja (2004), p. 79.
22
a) Identificar un problema o una pregunta que describe algún aspecto del
universo, o entorno.
b) Analizar la información disponible y generar hipótesis o explicaciones tentativas
para el fenómeno o preguntas que se examinan.
c) Diseñar modelos, experimentos, encuestas, estudios de caso u otras pautas de
investigaciones que lleven a aceptar o rechazar las hipótesis.
d) Aceptar, rechazar o modificar la hipótesis de acuerdo con los resultados
obtenidos en los experimentos.
e) Sobre la base de estas pautas generales del método científico, algunos autores
han propugnado una ida de ciencia neutra , como “cuerpo organizado de
conocimientos” que considera que sólo hay un único “método
científico”, que
se aplica a objetos distintos de la realidad: es el caso de los neopositivistas del
29
Círculo de Viena, como Otto Neurath y Rudolf Carnap, muerto en 1970) (y en
otra dimensión Karl Popper).
29
Gibson (1968), p. 82.
23
Si bien en la mayoría de los casos, como en Física, se recurre a la observación
cuidadosa de la realidad y a la realización de minuciosas experiencias , en otros casos
se recurre a la investigación bibliográfica minuciosa , la consulta de bases de datos y la
confección de modelos y simulaciones para imitar los fenómenos naturales, terrestres
o astronómicos. Galileo, por ejemplo, basó sus hipótesis en la observación experimental,
sistemática y cuidadosa de la naturaleza, es decir, utilizó esta característica de la ciencia
en el análisis específico de la caída de los cuerpos, pero recurrió a la implementación de
modelos y la observación telescópica para analizar el movimiento de los planetas.
Por lo tanto, si bien en los métodos de cada ciencia se puede observar que existen
elementos comunes, como por ejemplo la elaboración de una hipótesis, se hace
indispensable individualizar elementos muy específicos de cada una. Utilizar el método
apropiado en cada ciencia de acuerdo con el objeto de estudio resulta entonces
imprescindible. Por ejemplo, en el caso de la Historia, el método científico será el
histórico, y recurrirá a la búsqueda y selección de información, teniendo especial cuidado
de las fuentes, inéditas o no, y dando lugar al verdadero trabajo del investigador histórico,
para arribar a las mejores conclusiones: conocer e interpretar sólo una parte de nuestro
pasado.
Estas diferencias que son sustanciales conducen a distinguir diferentes
metodologías operatorias científicas:
● las metodologías operatorias Alfa (α)
,
a tenor de las cuales las operaciones del
sujeto (en cuanto término) pueden quedar eliminadas o neutralizadas dentro del
campo científico categorial, como sucede en las metodologías utilizadas por las
Ciencias Naturales. El resultado de esa eliminación y neutralización es la
posibilidad de alcanzar verdades científicas universales y necesarias, «objetivas» y
demostrativas (incluso repetibles y reproducibles por experimentación sucesiva);
● las metodologías operatorias Beta (β),
cuyos procedimientos incluyen el intento
de organizar científicamente un campo en tanto él reproduce analógicamente las
mismas operaciones que debe ejecutar el investigador para organizado. En otras
palabras: procedimientos en los cuales las operaciones del científico reconstruyen
o reactualizan (de forma esencial) las operaciones realizadas por los sujetos a
quienes estudia, de modo que el científico «comprende» y «explica» las
operaciones del sujeto construyendo o reactualizando a su vez otras operaciones
análogas. Y en esta imposibilidad de eliminar y neutralizar las operaciones del
sujeto reside el llamado «subjetivismo» de las ciencias humanas y el distinto y
menor estatuto gnoseológico de las verdades alcanzadas con esta metodología.
24
En resumen, el criterio de demarcación gnoseológico entre Ciencias naturales y
Ciencias humanas atiende a las notorias diferencias en el modo de operar respectivo. A
partir de lo ya analizado, por un lado, en los campos de las Ciencias humanas aparecen,
como un término o una relación más del campo, individuos (sujetos humanos) que
realizan operaciones (esto es: que son agentes reflexivos que llevan a cabo conductas,
acciones y comportamientos conforme a propósitos, intenciones, planes y proyectos). Por
otra lado, en los campos de las Ciencias naturales no aparecen formalmente sujetos
operatorios, no existen agentes que ejecutan conductas y actos conscientes y reflexivos,
sino elementos que se mueven según patrones mecánicos o recurrentes y rutinarios.
En los siguientes links podrán consultar información adicional sobre el
conocimiento científico y las características de la ciencia:
http://repositorio.uchile.cl/tesis/uchile/2004/cavada_d/sources/cavada_d.pdf
(5)
http://www.uvm.cl/csonline/2004_1/pdf/khun.pdf
(6)
Se sugiere la visualización del video presentado en el siguiente
enlace.
https://www.youtube.com/watch?v=xIW7yYm_dXo
9. La relación entre ciencia, investigación y sociedad
A diferencia de la búsqueda de explicaciones filosóficasreligiosas, el conocimiento
científico se motiva siempre por preguntas relativamente más modestas en cuanto al
alcance, pero más ambiciosas en cuanto a lo que se puede hacer con ellas. Es decir que
el rasgo definitorio en la práctica científica es el de la puesta a prueba de hipótesis. El
concepto de hipótesis se refiere a un conocimiento que pueda ser revisado y superado por
otro que resulte más adecuado para explicar o comprender los problemas planteados.
Como lo señala Immanuel Kant en el prólogo a su Crítica de la Razón Pura,
cuando un
científico va al laboratorio para hacer un experimento, cree saber lo que sucederá: no es
posible conocer sino aquello que la razón ya ha diseñado previamente. Nada podría hacer
25
la ciencia sin un sujeto capaz de imaginar o capaz de crear por vía de otros métodos que
la preceden y que la hacen posible.
Sin embargo, la visión sobre la ciencia ha cambiado a lo largo del tiempo. Los
humanos se forman y participan en experiencias sociales que tienen lugar en entornos
institucionales. Es así que se fueron transmitiendo distintos elementos como: la
elaboración de herramientas, ritos y cultos a los muertos, lenguajes y narraciones
mitológicas desde la aparición del homo sapiens (capaz de conocer o sabio), hasta la
actualidad provocando una nueva forma de inteligencia cuyo objetivo ya no era solo la
supervivencia biológica, sino también la supervivencia del grupo y de las tradiciones de la
cultura. Ya no era solo el hacer lo necesario para comer, alimentarse y reproducirse, sino
hacerlo sujeto a lo que dicta la cultura. Estas formas de pensamiento con el tiempo fueron
evolucionando y dieron lugar a nuevas formas de pensar y comprender el mundo y la vida
humana. Una de esas transformaciones fue la que posibilitó el surgimiento del
pensamiento filosófico.
Mientras que en el siglo VI a.C. en Grecia se intentaba dar explicaciones
racionales a las preguntas sobre la vida cotidiana, de donde se desprenden teorías
míticas, religiosas y metafísicas, ya en el siglo XVIII, con el comienzo de la modernidad y
la Revolución industrial se originó una nueva forma de organizar la producción y el
consumo y así se originaba la ciencia prometeica asociada a la Revolución industrial, la
que buscaba las promesas del desarrollo científico y tecnológico.
La investigación científica es un trabajo más, y los investigadores son
profesionales especializados en una actividad que, como muchas otras, tiene un gran
impacto social. Esto hace que la comunidad científica –como se encuentre
colectivo–
inmersa en un determinado contexto social, histórico, económico e incluso ideológico y
religioso, en el que desarrolla su actividad. En cierta manera, esta dimensión social de la
ciencia completa la “lógica de la investigación científica”, pero también puede limitarla o
condicionarla.
Se sabe que para trabajar en ciencia debe existir un desencadenante, que
generalmente es algún problema teórico o práctico. Para resolver problemas hay que
saber plantearse preguntas que orienten la búsqueda. La respuesta debe llevar hacia
algún conocimiento no disponible hasta el momento, requiere ser formulada de modo que
pueda ser refutada por la experiencia y exige que constituya un aporte teórico o técnico.
El poder resolver estos problemas según la situación que toca vivir, lleva como
consecuencia a aprender. Y la superación de estos problemas provoca una
transformación.
26
A partir de la década de 1960, algunos autores plantearon la existencia de factores
racionales, subjetivos y sociales en la construcción del conocimiento científico. Según esa
perspectiva, la ciencia construye modelos que se ajustan más o menos a una parte de la
realidad, a partir de hipótesis basadas en teorías ya construidas y consensuadas en la
comunidad científica. Se trata de un proceso en el que las preguntas y las hipótesis,
elaboradas para darles respuesta, se contrastan con datos obtenidos mediante la
experimentación, entendida ésta como una intervención especialmente diseñada.
Los resultados científicos se encuentran en continua revisión, y nunca se
consideran como definitivos sino como los mejores en cada momento histórico. Un claro
ejemplo son los modelos atómicos. De esta forma, las investigaciones procuran describir,
explicar o comprender, y en algunos casos predecir –cuando no se trata de ciencias
sociales, determinado objeto de estudio como puede ser una sociedad, una institución,
una ley, un elemento geográfico, un hecho histórico. En esa tarea, la comunidad científica
analiza el ajuste del modelo a la parcela de esa realidad elegida, para luego validar o no
los nuevos conocimientos.
Aquello que caracterizaría la actividad científica, por lo tanto, no es la existencia
de un método único, constituido por pasos rígidos; esa visión propone una excesiva
simplificación ante la complejidad del proceso de producción de nuevos conocimientos.
Por el contrario, desde un enfoque que reconoce la complejidad e historicidad de esos
procesos, el núcleo principal de la actividad científica es la búsqueda de estrategias
adecuadas y creativas para resolver problemas y responder preguntas.
La investigación científica es un trabajo más, y los investigadores son
profesionales especializados en una actividad que, como muchas otras, tiene un gran
impacto social. Esto hace que la comunidad científica –como colectivo– se encuentre
inmersa en un determinado contexto social, histórico, económico e incluso ideológico y
religioso, en el que desarrolla su actividad. En cierta manera, esta dimensión social de la
ciencia completa la “lógica de la investigación científica”, pero también puede limitarla o
condicionarla.
La interacción entre ciencia y sociedad tiene aspectos muy positivos:
● Obliga a plantear y responder preguntas con un interés y proyección social.
● Impide que los investigadores que lideran un grupo se “duerman en los laureles”.
● Obliga a publicar y comunicar con rapidez los resultados a la comunidad científica.
● Introduce el principio de competencia en el trabajo científico, con el estímulo que
esto supone.
27
Sin embargo, la inclusión de la ciencia en la dinámica de competencia social
tiene aspectos negativos, que pueden distorsionar los objetivos últimos de la
investigación:
● En ocasiones, se introducen prioridades basadas en la aplicabilidad y solución de
problemas concretos, lo que impide financiar objetivos científicos de interés, pero
con una aplicabilidad más lejana.
● Existe una enorme presión en los grupos de investigación por generar resultados,
lo que a veces lleva a olvidar requisitos básicos del trabajo científico, como son la
capacidad de reproducir los resultados.
● La “fiebre por publicar” hace que se comuniquen datos preliminares, poco
contrastados o de interés muy relativo, que favorecen la aparición de “mafias
editoriales”.
● La competitividad entre grupos que trabajan sobre el mismo tema es extrema, lo
que dificulta la colaboración y comunicación científica entre laboratorios.
● Llevado al extremo, la presión por obtener resultados origina la invención de datos
y la publicación de resultados falsos, e incluso el verdadero fraude científico para
no perder la financiación de la que en ocasiones depende el propio trabajo.
Estas conductas destruyen el ideal científico de búsqueda de la verdad. La
proliferación de las mismas obliga a la generación de mecanismos de control, y quizá
también a una reflexión sobre los efectos negativos del marco social de la ciencia actual.
La inversión que se requiere para abordar con posibilidades de éxito determinados
objetivos de investigación supera no ya las que puede realizar una institución, sino la
capacidad económica de muchos países tanto desarrollados como en vías de desarrollo.
Un ejemplo es la fabricación de nuevos medicamentos. Es necesario ensayar una media
de 10.000 compuestos para que uno solo llegue a ser comercializado. La inversión
necesaria para conseguir un nuevo fármaco puede alcanzar cifras astronómicas. Como en
el ejemplo, los científicos trabajan planteándose problemas acerca de la naturaleza del
mundo y de los fenómenos que ocurren en él. A través de sus investigaciones, tratan de
encontrar explicaciones para ellos. De esa manera van generando conocimiento. Pero la
ciencia no avanza acumulando conocimientos: el cambio en las ideas es inevitable porque
las nuevas investigaciones pueden desmentir las teorías aceptadas hasta ese momento.
Y esto es lo que ha sucedido a lo largo de la historia de la ciencia. Por ejemplo,
comprender cómo se alimentan las plantas, fue un proceso que llevó muchísimos años,
durante los cuales las ideas propuestas por los científicos fueron discutidas por otros
investigadores que, por medio de distintos experimentos fueron rechazando los conceptos
existentes. Aún hoy, continúan estas investigaciones. En ciencias, comprobar, mejorar y
de vez en cuando descartar teorías, ya sean nuevas o viejas, sucede todo el tiempo.
28
Algunos errores pueden retrasar el avance de la ciencia, pero otros pueden conducir a
nuevos descubrimientos.
Los científicos saben que a pesar que no hay forma de asegurar la verdad total y
absoluta, se pueden lograr conocimientos cada vez más exactos para explicar el mundo y
su funcionamiento. Las ideas científicas, entonces, están en continuo recambio, abiertas a
ser modificadas por las futuras investigaciones.
Se sugiere analizar los links sobre la comunidad científica y los descubrimientos
científicos:
http://pendientedemigracion.ucm.es/info/pslogica/kuhn.pdf
(7)
Se sugiere también ampliar la información sobre las revoluciones científicas:
http://www.conductitlan.net/libros_y_lecturas_basicas_gratuitos/t_s_kuhn_la_estructura_d
e_las_revoluciones_cientificas.pdf
(8)
10. Los docentes y el conocimiento científico
La generalización sobre ciencia y sociedad, habilita considerar que la ciencia es
una actividad cuyo fin es otorgar sentido al mundo e intervenir en él. Consecuentemente,
el aprendizaje de la ciencia se interpreta como un aspecto del desarrollo de esa misma
ciencia, sin desconocer su especificidad en el contexto educativo, el ámbito donde surge
una ciencia escolar.
29
A partir de este enfoque se busca instalar en la escuela y en la sociedad una
educación en ciencias que convoque a nuevos desafíos, que propicie el tránsito de una
perspectiva a otra. Así, se puede establecer como importante hacer una serie de
reemplazos de preconceptos por conceptos que permitan el desarrollo de futuros
científicos, en otras palabras, la representación de una ciencia intensiva en hechos.
Sin embargo, las aulas de hoy pueden adolecer de la falta de toda herramienta
instrumental, que permitan resolver en forma práctica los problemas planteados. Esto
amerita la importancia de acompañar y no limitar los cuestionamientos planteados por el
alumno. Cada vez que surja en el aula alguna actitud inquisitiva, curiosa, hasta rebelde y
se intente comprenderla, discutirla, corroborarla o refutarla hasta el agotamiento, se está
también se hace ciencia sin la necesidad de aceleradores de partículas o microscopios
electrónicos. En otras palabras, se intenta hacer ciencia en el aula con los recursos que
proporciona el lugar.
Ante la pregunta: ¿Cuál es la manera a partir de la cual los docentes se
relacionan con el conocimiento científico? Como afirma Diego Golombek en su libro
Aprender y Enseñar ciencia: del laboratorio al aula y viceversa, en el aula se debe
cumplir
todos los pasos en la adquisición de conocimientos científicos, como el diseño de una
experiencia, la imaginación de un modelo o la construcción de un consenso de
interpretación de los datos obtenidos. Por eso desde el punto de vista de un alumno, la
ciencia continúa como un accidente que le tocó sufrir en algún momento de su trayecto
estudiantil y, desde el punto de vista docente, al tener que enfrentar la clase se encuentra
con vacíos que no puede resolver. Por lo tanto, se tiene que ver la ciencia como un modo
de conocer la realidad, para realizar formulaciones racionales y comprobables. Esto lleva
a reflexionar que no se puede enseñar ciencia en el aula si no se fomenta la imaginación,
la indagación, el asombro la sed de buscar explicaciones y la observación.
30
Es innegable que todo docente que entra a un aula para invitar
, sinceramente, a
sus alumnos a adquirir un conocimiento, lo realiza con el fin de favorecer su desarrollo
personal y promover el desarrollo de una capacidad.
Si se entiende a la educación de esta manera, el contenido que el docente
propone en el aula es un conocimiento de algún tipo (experiencial o científico) que lo
considera como un medio siempre indispensable para la formación del estudiante. De
este modo, es primordial la relación establecida entre los tres elementos (alumno,
contenido, docente) de la tríada pedagógica.
Frente a la finalidad de colaborar con las familias en la
formación integral de la persona y, por lo tanto, del ciudadano, se asume la
responsabilidad profesional que fundamenta sus decisiones.
Se establece una relación entre la teoría y la práctica, entre el conocimiento, la
situación del aula y el rol docente, por medio de una profunda reflexión , entre un objeto
de conocimiento y un sujeto (docente), este busca conocer más al primero y, a su vez, lo
modifica, le permite crecer.
Siempre el docente realiza la toma de decisiones desde sus bases teóricas que le
permite interpretar y reflexionar acerca de la práctica. Este bagaje teórico es el resultado
de una construcción personal del conocimiento y de su propio marco valorativo. “Todas la
31
personas, en su vida personal y profesional, ven el mundo a través de su propia teoría
que construyen sobre la base de su experiencia, de sus valores y de sus conocimientos
previos. Estas bases teorías (…) son como lentes que dirigen la percepción y
30
representaciones del mundo.”
Así se comprende la importancia de la relación personal que necesita establecer
cada docente con el conocimiento, para su propia satisfacción y formación personal , y
también para su rol como docente que tiene la obligación de facilitar los conocimientos
con el fin brindar elementos para la formación de sus alumnos.
El conocer implica haber tenido una experiencia personal y directa con el objeto. El
conocimiento surge de la experiencia personal. “En todo conocimiento se hallan frente a
frente un cognoscente y un conocido, un sujeto y un objeto de conocimiento. La relación
31
existente entre ambos en el conocimiento mismo. ”
En muchas ocasiones el conocimiento de los docentes está formado de creencias,
no siempre se basan en razones justificadamente ciertas y de conocimientos
personales, que se construyen y validan a través de la experiencia. Pero también se
afirma que “ Cuando el profesor se apropia del saber científico, encuentra razones que le
32
permiten justificar sus creencias y transformarlas en conocimientos .” Desde el análisis
de esta autora se desprende la necesidad de reflexionar sobre los conocimientos
científicos que se poseen , de qué manera se adquieren, los cambios que se producen y
los caminos que se eligen para transmitirlos a los alumnos.
Por otra parte, es conveniente analizar que todo conocimiento, está elaborado y
presentado desde un lugar, es decir, el conocimiento siempre responde a una
30
Avolio de Cols (1998), p. 42.
31
Noro (2005), p. 221.
32
Macchiarola (2006), p. 7.
32
tendencia . Si se entiende por tendencia a la inclinación de un grupo de hombres por
determinados fines sostenidos por cierto principios, se advierte que existen muchas
tendencias con respecto a la forma de relacionarse con el conocimiento, por ejemplo la
escuela positivista o la marxista. Se desprende de las palabras de Coll, la importancia que
tiene para cada uno reflexionar para descubrir la propia cosmovisión. Es decir, cada
persona adhiere a un conjunto de ideas fundamentales que caracteriza el pensamiento de
una persona o colectividad. Experiencias que pueden aflorar en el propio contexto
educativo, originadas de la actividad áulica continua y destinadas a promover nuevos
aportes al cuerpo teórico de la didáctica o las diversas disciplinas que componen las
ciencias de la educación.
Las tendencias epistemológicas tienen incidencias en todo el quehacer de los
hombres, por lo tanto, es primordial descubrir dichas posturas en todo el material al que
se tiene acceso: libros, artículos especializados, diarios, revistas, medios de
comunicación. También se deben analizar los mensajes que brindan los docentes y toda
persona que influyó o influye en la vida de cada uno. Así, es la manera en que profesional
de la educación forma los conocimientos personales, también llamado saber docente,
que a fin de cuentas es fruto de las propias experiencias personales. Este está constituido
por esquemas de conocimientos que incluyen creencias, valores y las teorías personales.
“Las teorías personales operan como supuestos previos en nuestra acción, en
muchas oportunidades, están implícitos, no somos conscientes de ellos. El docente actúa
33
guiado por ellos, pero en general no los analiza no los elabora conscientemente.”
Entonces, es fundamental que todo educador analice y reflexione sobre la propia
adquisición del conocimiento para superar errores o contradicciones, como así también
para fundamentar algunas verdades relativas. Con otras palabras, toda persona que
está en contacto con el conocimiento no puede recibirlo de manera ingenua, es decir,
33
Avolio de Cols. Op cit. p. 43
33
debe saber desde qué postura o tendencia hace lo hace para comprender que los
34
conocimientos se adquieren desde una determinada postura.
Ante todo lo dicho, lo digno de destacar es que los docentes tienen la obligación
de conocer, en primer lugar los aportes científicos, y en segundo lugar los fundamentos
epistemológicos de los conocimientos científicos que trabajan cotidianamente. De este
modo, se presentará un trabajo pedagógico didáctico coherente y ordenado en todos sus
niveles de concreción. Esto se logra únicamente con una labor seria y profunda de
35
análisis y reflexión.
En el siguiente video podrán analizar la importancia de la investigación
científica:
https://www.youtube.com/watch?v=DvMZMRk5faE
En los siguientes links encontrarán información sobre la metodología y
la teoría de la investigación científica:
http://biblioteca.ucv.cl/site/servicios/documentos/metodologias_investigacion.pdf
(9)
34
Nota: Cabe aclarar que las tendencias no son siempre rivales, también se pueden complementar. Hoy más
que nunca, en este nivel de conocimientos, se buscan puntos de diálogo y de crecimiento.
35
Nota: Los educadores deben realizar un esfuerzo mayor cuando en nuestra formación de grado no
existieron elementos que nos hayan permitido realizar esta tarea fundamental.
34
SÍNTESIS
La ciencia (o más específicamente las ciencias) también integra la cosmovisión y
la legitimación (de tercer orden) de los hechos sociales. Pero no se basan en creencias.
Es decir, las distintas formaciones socioculturales y disciplinas que se
denominan ciencias en plural (como la Historia, la Geometría, la Matemática, la Biología,
la Historia, la Antropología, etc.) son esencialmente actividades humanas constructivas
que producen un tipo particular de conocimiento de las siguientes
características: críticoracional, organizado, sistematizado, transmitido y
desarrollado históricamente. Por lo tanto, se diferencian de otro tipo de conocimientos
que les precedieron en el tiempo y que se mantienen vigentes en la actualidad, como son
la mitología, la magia, la religión y la teología, la filosofía y la tecnología.
En otras palabras, ni el mito, ni la magia, ni la religión y ni la tecnología son
ciencias o parte del conocimiento científico. Tampoco los son las disciplinas humanísticas
que involucran el pensamiento, como la filosofía, y las que expresan la producción
cultural, como el arte. No obstante, tanto las mencionadas en primer lugar, como la
filosofía y el arte suministran conocimientos esenciales a las ciencias.
El
conocimiento científico es producto de un modo de actuar, sujeto a
procedimientos formalizados, sistemáticos y ordenados que conforman los denominados
métodos de la ciencia.
La Ciencia busca las explicaciones más simples posibles. En este punto conviene
recordar “la navaja de Occam”, también conocida como Principio de economía en el
razonamiento o Principio de parsimonia. Por otra parte, desde un punto de vista
gnoseológico, las ciencias se estructuran en tres dimensiones genéricas que reproducen
analógicamente los tres contextos lingüísticos definidos por Charles W. Morris: el eje
sintáctico , el
eje semántico y el
eje pragmático .
Sobre estas bases, la verdad científica
(o verdades) conforma una construcción dada en un contexto determinado del campo
categorial y no significa otra cosa que la realidad misma de la cosa verdadera.
A su turno, la ciencia se caracteriza por su propio lenguaje que contiene diferentes
elementos estructurales: hipótesis, principios, teorías, modelos y leyes .
No obstante, filósofos y científicos han debatido sobre la definición de ciencia y la
naturaleza de las disciplinas científicas, aunque se suele acordar que la ciencia es el área
del conocimiento que se preocupa por establecer leyes generales verificables del
universo. Con estas características generales, la definición parece utilizarse más
35
adecuadamente a las Ciencias naturales. Sin embargo, esta generalización puede ser
discutida desde el punto de vista de las Ciencias sociales o humanas que requieren la
reactualización de sujetos en la interpretación de los hechos estudiados. Esta
diferenciación entre ciencias permite establecer una distinción entre
metodologías alfa y
metodologías beta. Las primeras se relacionan con el establecimiento de leyes
universales, mientras que las segundas implican la necesaria reactualización del sujeto,
que es el investigador social.
AUTOEVALUACIÓN
Con el siguiente cuestionario podrán poner a prueba los conocimientos adquiridos
en la unidad:
1. ¿Qué características describen al conocimiento científico?
2. ¿Cómo se puede definir la ciencia desde diferentes perspectivas?
3. ¿En qué consisten los diferentes elementos estructurales de las ciencias?
4. ¿Cuáles son los ejes principales que establecen la verdad científica?
5. ¿Existe un único método científico general? ¿Por qué?
6. ¿Qué características distinguen a las ciencias naturales y sociales de acuerdo con
el neokantismo?
7. ¿Qué relaciones existen entre ciencia, técnica y tecnología? ¿Qué es la
tecnociencia?
8. ¿Cuál es la distinción entre tecnociencia prometeica y fáustica?
9. ¿Cómo se relacionan las metodologías alfa y beta con los tipos de ciencias
naturales y sociales?
10. ¿Cuál es la importancia de la comunidad científica para el desarrollo del
conocimiento¡
A continuación, responda si cada una de las siguientes afirmaciones es
verdadera o falsa. Modifique las falsas de modo que sean correctas
o Los conocimientos que generan los científicos son siempre verdaderos
o La ciencia también avanza gracias a suposiciones falsas
o En ciencias existe un único método científico.
o Los descubrimientos dependen en gran parte, de la época histórica en que se
realizan.
o Los científicos inventan lo que la naturaleza hace.
o Cuando se llega a un conocimiento que es aceptado, la ciencia ya no lo sigue
investigando.
ACTIVIDADES DE REFLEXIÓN Y APLICACIÓN
36
1. Describa los alcances del saber científico. ¿En qué sentido el alcanzar el saber
científico es un proceso progresivo?
2. Lea la siguiente información y deduzca la relación entre tipos de ciencias y
metodologías.
Cabe ejemplificar de manera práctica la profunda diferencia entre ambas metodologías
operatorias de los dos tipos de ciencias comprando el modus operandi de la Geología y
36
de la Prehistoria . Si se supone que ambas perspectivas tienen que dar cuenta de un
problema similar, la formación de un canto rodado y la formación de un bifaz musteriense
(«instrumento de sílex o de otro material, de forma triangular, dotado de dos filos
37
convergentes») . En ambos casos, el científico, como sujeto gnoseológico, percibe
analogías indudables entre ambos objetos puesto que ambos parten y proceden de un
núcleo inicial, un peñasco a desbastar y sobre el cual actúan fuerzas físicas exteriores
que le dan formas características (materializadas en los golpes de otros peñascos sobre
el núcleo dado). Pero en el caso del canto rodado, la acción de las causas exteriores que
lo van conformando es aleatoria y según movimientos mecánicos (e hipotéticamente
repetibles bajo control como experimentación): el canto se configurará, por ejemplo, como
efecto combinado de su movimiento en el curso de un río con determinado nivel de agua,
determinado perfil y fondo, determinada fuerza de la corriente y cierta masa, peso y
contorno de los otros cantos que le golpean.
Pero en el caso del hacha prehistórica, la acción de las causas exteriores está dirigida por
las manos del hombre primitivo. Y esa mano no imparte sus golpes sobre el canto para
darle forma al azar y por capricho, sino de manera intencional, según un proyecto y
finalidad, buscando un propósito estratégico: construir un artefacto cultural y utilitario que
se denomina bifaz. Esta profunda diferencia es la que hace que el hacha musteriense no
sea, como el canto rodado, un objeto de análisis primordial de la Geología sino de la
Prehistoria. Y ello siempre que se contemple dicho objeto como el producto intencional de
unas operaciones manuales humanas y no como «piedras del rayo» formadas por
accidente natural (lo que sólo comenzó a suceder a partir del siglo XVIII, generando las
condiciones de posibilidad de la ciencia prehistórica).
4. Realice un cuadro comparativo entre Metodologías alfa y Metodologías beta.
Justifique la clasificación de la Historia dentro de las segundas .
CITAS TEXTUALES
36
Moradiellos (2008), p. 12.
37
Bueno (1984), p. 32.
37
Héctor E. Quintero Vilella y Rafael R. Canales Pastrana. (2002). Ciencia, tecnología y
ambiente .
“[…] Si consideramos que el universo tiene un orden que podemos llegar a entender, de
no ser así, la ciencia no tendría razón de ser. Además reconocemos que puede haber
otras maneras de entender el universo, otras formas de comprensión que no tienen
características científicas. Para que una explicación sea científica, debe ser verificable
empíricamente.
[…] En 1934, el influyente filósofo de la ciencia Karl Popper publicaba su obra Die Logik
der Forschung La Lógica del descubrimiento científico.
o Ahí, y en trabajos subsecuentes,
Popper desarrolló la idea de que la característica que define a la ciencia es la capacidad
para generar leyes universales que, al menos en principio, pueden ser falsadas, es decir,
rechazadas o desaprobadas empíricamente. Este enfoque ha sido debatido, refutado y
modificado por algunos filósofos y científicos. Por ejemplo, David Stamos, ha señalado
una serie de fallas e inconsistencias en los argumentos de Popper, sin que esto
desmerezca la importancia de la obra de éste. Por ejemplo, desde el punto de vista de
Popper, la pregunta sobre si hay vida en otros planetas sería una pregunta metafísica y no
científica, puesto que no puede ser descartada empíricamente. Sin embargo, al establecer
como criterio científico la verificabilidad de la aseveración, entonces si podemos hacer un
examen empírico, porque como no es posible investigar todos los planetas del universo,
no se rechaza la idea de que no haya vida en ninguno; es decir, que no encontrar vida en
los planetas examinados no implica que la misma no puede existir en otros. Por otra parte,
encontrar vida en tan solo un planeta es automáticamente una verificación de nuestra
presunción. La definición que hace Popper de la ciencia es sumamente restrictiva, por lo
que preferimos entonces nuestra definición inicial de ciencia con el criterio principal de
38
verificabilidad empírica” . (p.5)
El Oficio del Historiador
Enrique Moradiellos (2008). .
“Esta concepción constructivista de la verdad científica no es rígida ni unívoca, y supone
internamente la admisión de grados y franjas de verdad en las ciencias, según la fiabilidad
y completitud de las operaciones correspondientes y a tenor del valor probabilístico o
38
Quintero Vilella y Canales Pastrana (2002), p. 5.
38
verosímil de las relaciones establecidas. Dicho de otro modo, la verdad científica admite
márgenes de profundidad, ámbitos mayores o menores de certeza y probabilidad, e
incorpora como horizonte interno negativo la posibilidad del error, la incertidumbre o la
oscuridad. Por eso mismo, la verdad científica es siempre parcial (se predica sobre algo
determinado) y relativa (a los procesos de construcción categorial), nunca absoluta y
totalizadora. Pero eso no quiere decir que su nivel gnoseológico sea igual a la falsedad
como alternativa potencial. Muy al contrario, la verdad científica siempre exige que su
alternativa de falsedad sea muy improbable (o claramente absurda).
Es evidente que las ciencias constituidas no proporcionan, ni tienen por qué hacerlo, una
sabiduría total o absoluta sobre “la realidad” (como idea filosófica límite que sumaría todos
los contenidos posibles del mundo y que es inagotable por su propia condición). Pero sí
permiten conocer críticamente aspectos de esa realidad inagotable en campos
categoriales dados y sin remontarse más allá de sus objetos respectivos ni cubrir el
ámbito de la Ontología (disciplina que pregunta por el ser). Por el contrario, la condición
de posibilidad de las ciencias particulares y positivas es su renuncia a llegar a los límites
de esa pregunta, su renuncia a tratar de regresar a las supuestas esencias atomistas
mínimas o a progresar hasta el infinito donde todo se confundiría con todo.
Las ciencias actúan in media res
, acotando un espacio de trabajo dentro de una realidad
heterogénea a partir de unos principios axiomáticos operativos que no pueden ni quieren
trascender porque les llevaría fuera de su campo de actividad particular. Y dentro de ese
campo categorial determinado, la racionalidad científica se desenvuelve y explora su
propia virtualidad tratando de demostrar verdades internas y ofreciendo teorías
explicativas de su funcionamiento. No en vano, “ciencia” significa desarrollo demostrativo,
no caprichoso ni arbitrario de las conclusiones a partir de ciertas hipótesis.
Scientia est
habitus.
Otra cosa es que las verdades y resultados científicos pongan límites críticos
infranqueables a las conjeturas ontológicas y sean parámetros destructivos respecto a las
39
especulaciones metafísicas, religiosas o mitológicas” . (p.7)
El Hombre Postorgánico
Paula Sibilia (2005). .
“Una tecnociencia de vocación fáustica, cuya meta se propone la superación de la
condición humana. Por eso, en los saberes hegemónicos contemporáneos fulguran
neognósticas
ciertas tendencias , que rechazan el carácter orgánico y material del cuerpo
humano y pretenden superarlo, buscando un ideal aséptico, artificial, virtual e inmortal.
39
Moradiellos (2008), p. 7.
39
Por ejemplo: los avances más recientes en biología molecular, con toda su artillería
informática al servicio del "desciframiento de la vida", pretenden vencer las defensas que
ese último vestigio del carácter sagrado de la naturaleza solía oponer al instrumental
tecnocientífico. Finalmente, la última terca incógnita del planeta Tierra ha cedido y ya
puede ser conquistada: el misterio de la vida.
Hasta podríamos insinuar que existe una cierta afinidad entre la técnica fáustica —con su
impulso hacia la apropiación ilimitada de la naturaleza (humana y no humana) — y del
capitalismo, con su impulso hacia la acumulación ilimitada de capital. Ese proyecto parece
estar alcanzando su ápice hoy en día, como se observa en la vertiginosa carrera
tecnológica y su inextricable relación con los mercados globalizados.
La tecnociencia fáustica representa un proyecto sumamente ambicioso, que no está
exento de peligros y desafíos de toda índole: valiéndose de los sortilegios digitales,
contempla la abolición de las distancias geográficas, de las enfermedades, del
40
envejecimiento e, incluso, de la muerte. […] (p.27)
“ […] En la actual “sociedad de la información”, la fusión entre el hombre y la técnica
parece profundizarse, y por eso mismo se torna más crucial y problemática. Ciertas áreas
del saber constituyen piezas clave de esa transición, tales como la teleinformática y las
nuevas ciencias de la vida. Esas disciplinas que parecen tan diferentes poseen una base
y una ambición común, hermanadas en el horizonte de digitalización universal que signa
nuestra era. En este contexto surge una posibilidad inusitada: el cuerpo humano, en su
anticuada configuración biológica, se estaría volviendo obsoleto. Intimidados (y seducidos)
por las presiones de un medio ambiente amalgamado con el artificio, los cuerpos
contemporáneos no logran esquivar las tiranías (y las delicias) del upgrade. Un nuevo
imperativo es interiorizado: el deseo de lograr una total compatibilidad con el tecnocosmos
digital. ¿Cómo? Mediante la actualización tecnológica permanente. Se trata de un
proyecto sumamente ambicioso, que no está exento de peligros y desafíos de toda índole:
valiéndose de los sortilegios digitales, contempla la abolición de las distancias
geográficas, de las enfermedades, del envejecimiento e, incluso, de la muerte. Así entran
en crisis varias ideas y valores que parecían firmemente establecidos. El ser humano, la
naturaleza, la vida y la muerte atraviesan turbulencias, despertando todo tipo de
41
discusiones y perplejidades” . (p.10)
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40
Sibilia (2005), p. 27.
41
Sibilia (2005), p. 10.
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Cómo citar este material:
● Caldarola, Gabriel Carlos (2016). “Unidad 1: Aproximación al concepto de
ciencia y disciplinas científicas”. Seminario: “La historia entre las ciencias”.
Diplomatura Superior en Historiografía, narrativas y didáctica de la historia. Azul
Ediciones, Burzaco.
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