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 Introduccion

 Actividad papeles
 Definición doctrinal
Ayuno: “El Señor ha establecido la ley del ayuno y las ofrendas de ayuno para bendecir a Su pueblo
y proporcionarle un medio para que sirva a los necesitados (véase Isaías 58:6–12; Malaquías 3:8–
12). Cuando los miembros ayunan, se les pide que den a la Iglesia una ofrenda de ayuno al menos
semejante al valor de los alimentos que no hayan comido. De ser posible, deben ser generosos y dar
más. Las bendiciones relacionadas con la ley del ayuno son una cercanía al Señor, mayor fortaleza
espiritual, bienestar temporal, mayor compasión y un deseo más fuerte de servir” (Manual 2, 6.1.2).
El élder Joseph.B. Wirthlin enseñó: “Sin la oración, el ayuno no es en realidad un ayuno completo; es
simplemente pasar hambre. Si deseamos que nuestro ayuno sea algo más que simplemente el
abstenernos de comer, debemos elevar nuestros corazones, nuestras mentes y nuestras voces en
comunión con nuestro Padre Celestial. El ayuno, combinado con la oración fervorosa, tiene gran
poder; puede llenar nuestra mente con revelaciones del Espíritu y fortalecernos contra los momentos
de tentación” (“La ley del ayuno”, Conferencia General de abril de 2001).
El élder L. Tom Perry dijo: “Cuanto más vivo, más me maravilla el sistema del Señor de velar por el
pobre y el necesitado. Por cierto que ningún hombre diseñaría un procedimiento tan sencillo aunque
profundo de satisfacer las necesidades humanas —crecer espiritual y temporalmente mediante
ayunos regulares, donando al obispo la cantidad de dinero ahorrada al abstenerse de las comidas, la
cual se usa para atender las necesidades del pobre, del enfermo, de los afligidos, quienes necesitan
ayuda en su paso por la vida” (“La ley del ayuno“, Conferencia General de abril de 1986).

El élder L. Tom Perry enseñó: “La ley del ayuno tiene tres grandes propósitos. En primer lugar,
ofrece ayuda a los necesitados por medio de la contribución de las ofrendas de ayuno que tenga el
valor de las comidas de las cuales nos abstenemos. En segundo lugar, un ayuno es beneficioso para
nosotros físicamente. En tercer lugar, es para aumentar la humildad y la espiritualidad por parte de
cada persona” (“La ley del ayuno”, Conferencia General de abril de 1986).
“Cuando los pobres estén pasando hambre, ayunemos un día, aquellos que tengamos lo suficiente, y
demos lo que hubiésemos comido a los obispos para ayudar a los pobres, y todos tendrán en
abundancia por largo tiempo… Y en tanto todos los santos vivan ese principio con corazones alegres
y rostros de felicidad, siempre tendrán en abundancia” (History of the Church, 7:413; véase
también Joseph B. Wirthlin, “La ley del ayuno”, Conferencia General de abril de 2001).

Lo que la Iglesia enseña acerca del diezmo


Henry B. Eyring, “Las bendiciones del diezmo”, Liahona,junio de 2011
Hay por lo menos tres maneras en las que el pagar un diezmo íntegro en esta vida nos prepara para
sentir lo que tenemos que sentir a fin de recibir el don de la vida eterna.
Jeffrey R. Holland, “Como huerto de riego”, Liahona,enero de 2002
Debemos pagarlos [diezmos y ofrendas] como una expresión personal de amor hacia nuestro
generoso Padre Celestial.
Robert D. Hales, “El diezmo: Una prueba de fe con bendiciones eternas”, Liahona, noviembre de
2002
Paguen su diezmo; abran las ventanas de los cielos; serán bendecidos abundantemente por su
obediencia y fidelidad a las leyes y mandamientos del Señor.
Earl C. Tingey, “La ley del diezmo”, Liahona, julio de 2002
El Señor ha establecido la ley del diezmo como la ley financiera de Su Iglesia.
Capítulo 32: “El diezmo y las ofrendas”, Principios del Evangelio
Se nos han dado mandamientos para que nos preparemos en todos los aspectos con el fin de volver
a vivir en la presencia de nuestro Padre Celestial. Él nos ha proporcionado la forma de agradecerle
nuestras bendiciones. El pagar los diezmos y las ofrendas y hacerlo de buena voluntad es una forma
de agradecerle.
Capítulo 19: “Las bendiciones temporales y la ley del diezmo”, Enseñanzas de los Presidentes de la
Iglesia: John Taylor
[La ley del diezmo] es una prueba para el pueblo de Dios, o sea, para nosotros los que profesamos
serlo, para que sepamos si las personas observarán o no una cierta ley específica que ha dado el
Todopoderoso y, para que, de ese modo, tengamos prueba de su fidelidad y obediencia.
Capítulo 22: “El diezmo y la consagración”, Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: Brigham
Young
El pago del diezmo nos permite participar en la obra del Señor al devolverle una porción de lo que le
pertenece.
Capítulo 31: “La obediencia a la ley del diezmo”, Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia:
Joseph F. Smith
Dios requiere que un diez por ciento de nuestro interés sea colocado en Su almacén, lo cual se ha
dado como ley fija a todas las estacas de Sión. Por este principio (el diezmo) se pondrá a prueba la
lealtad de los miembros de esta Iglesia.
James E. Faust, “Abrir las ventanas de los cielos”, Liahona, septiembre de 2002
El diezmo es un principio de sacrificio y la llave para abrir las ventanas de los cielos.
Sheldon F. Child, “La mejor inversión”, Liahona, mayo de 2008
Si siempre pagan un diezmo íntegro, el Señor les bendecirá. Será la mejor inversión que hagan.
Yoshihiko Kikuchi, “¿Robará el hombre a Dios?”, Liahona, mayo de 2007
Cuando ustedes y yo paguemos un diezmo íntegro y honesto al Señor, Él abrirá las ventanas de los
cielos.
Carl B. Pratt, “Las más ricas bendiciones del Señor”, Liahona, mayo de 2011
Al pagar nuestros diezmos fielmente, el Señor abrirá las ventanas del cielo y derramará sobre
nosotros Sus más ricas bendiciones.
H. Bryan Richards, “Las ventanas de los cielos”, Liahona,abril de 2007
Sé que mi esposa y yo recibimos muchas bendiciones como resultado del pago del diezmo. También
yo he sido testigo de Santos de los Últimos Días que habitan en lugares distantes del mundo y que
reciben una abundancia de bendiciones porque están dispuestos a pagar el diezmo.
Stanley G. Ellis, “Nadie se va a enterar”, Liahona, febrero de 2009
Aprendí que tendremos pruebas procedentes de todos lados. Algunas de las pruebas más difíciles
serán las internas y tendrán lugar en la tranquilidad de nuestro corazón y nuestra mente.
Lynn G. Robbins, “El diezmo: Un mandamiento incluso para los más pobres”, Liahona, mayo de 2005
El verdadero sacrificio ha sido el sello distintivo de los fieles desde el principio.
Jorge Luis del Castillo, “Las últimas palabras de mi padre”, Liahona, diciembre de 2006
La ley del diezmo es una gran bendición para nuestra familia. He aprendido que el Señor no necesita
mi diezmo; antes bien, soy yo el que necesita las bendiciones que se reciben al obedecer esa ley.

 Papeles a quien se dirigen los fondos

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