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3er DOMINGO ORDINARIO

Ciclo A

1. LECTURA DEL TEXTO: Mt 4,12-13


(Se pide la luz del Espíritu Santo)

Espíritu Santo:
perfecciona la obra que Jesús comenzó en mí.
Mortifica en mí la presunción natural.
Quiero ser sencillo,
lleno de amor a Dios
y constantemente generoso.

Que ninguna fuerza humana


me impida hacer honor a mi vocación cristiana.
Que ningún interés, por descuido mío,
vaya contra la justicia.

Que ningún egoísmo reduzca en mí


los espacios infinitos del amor.
Que la efusión de tu Espíritu de amor
venga sobre mí, sobre la Iglesia
y sobre el mundo entero.
Amén.

(Juan XXIII)

Cada uno lee en su Sagrada Escritura

Al enterarse Jesús que Juan había sido arrestado, se retiró a Galilea, y


dejando el pueblo de Nazaret, se fue a vivir a Cafarnaúm, junto al
lago, en territorio de Zabulón y Neftalí, para que así se cumpliera lo
que había anunciado el profeta Isaías: Tierra de Zabulón y Neftalí,
camino del mar, al otro lado del Jordán, Galilea de los paganos. El
pueblo que yacía en tinieblas vio una gran luz. Sobre los que vivían
en tierra de sombras una luz resplandeció. Desde entonces comenzó
Jesús a predicar, diciendo: “Conviértanse, porque ya está cerca el
Reino de los Cielos”. Una vez que Jesús caminaba por la ribera del
mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón, llamado después Pedro, y
Andrés, los cuales estaban echando las redes al mar, porque eran
pescadores. Jesús les dijo: “Síganme y los haré pescadores de
hombres”. Ellos inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.
Pasando más adelante, vio a otros dos hermanos, Santiago y Juan
hijos de Zebedeo, que estaban con su padre en la barca, remendando
las redes, y los llamó también. Ellos, dejando enseguida la barca y a
su padre, lo siguieron. Andaba por toda Galilea, enseñando en las
sinagogas y proclamando la buena nueva del Reino de Dios y curando
a la gente de toda enfermedad y dolencia.
Palabra de Dios.

Repasar el texto leído


(Se pregunta a los participantes y responden leyendo los versículos
en su Biblia)

¿Qué hizo Jesús cuando se enteró de que habían arrestado a Juan?


v.12

¿A dónde se fue Jesús a residir? v.13

¿Qué decía la profecía de Isaías? vv.14-16

¿Qué decía en su predicación Jesús? v.17

¿Quiénes fueron los primeros dos discípulos que llamó Jesús y qué
hacían? v.18

¿Qué les dijo Jesús? v.19

¿Cuál fue su respuesta? v.20

¿Quiénes eran los otros dos discípulos que llamó y qué hacían? v.21

¿Cómo respondieron? v.22

¿Cuál era la actividad de Jesús? v.23

Explicación del texto

El pasaje del evangelio de san Mateo que leemos este domingo nos
presenta el comienzo de la misión de Jesús en el territorio de Galilea.

Jesús abandona Nazaret donde residía y se establece en Cafarnaúm a


orillas del Mar de Galilea. En este hecho, Mateo ve el cumplimiento de
aquella profecía que había dicho el profeta Isaías: “Tierra de Zabulón
y Neftalía, camino del mar, Galilea de los paganos. El pueblo que
yacía en tinieblas vio una gran luz, sobre los que vivían en tierra de
sombras una luz resplandeció.”

Cafarnaúm estaba situada en el límite del territorio de las Tribus de


Zabulón y Neftalí en la región de Galilea considerada como tierra de
paganos, crisol de culturas y religiones desde muy antiguo, es el
símbolo de una comunidad integrada también por aquellos que no
comparten la misma fe judía.
A través de este hecho Mateo quiere mostrar que el comienzo del
ministerio de Jesús se ajusta al anuncio hecho por los profetas y que
la predicación cristiana está destinada a llegar a todos los hombres,
porque el evangelio de Jesús quiere ser luz que alumbre a todos los
que habitan en tinieblas y en sombra de muerte.

Desde entonces Jesús comenzó a predicar, diciendo: “Conviértanse,


porque ya está cerca el reino de los cielos”. San Mateo siguiendo la
costumbre judía de no nombra a Dios habla del reino de los cielos,
que equivale a decir “el reino de Dios” como dicen los otros
evangelistas.

2. MEDITACIÓN DEL TEXTO


(Cada participante puede compartir su reflexión personal)

La cercanía de este reino de los Cielos es el contenido central de la


predicación de Jesús, que dio a la esperanza judía sobre la llegada del
reinado de Dios un sentido muy particular.

En el Antiguo Testamento y en tiempos de Jesús se refería al ejercicio


del poder soberano de Dios. Los profetas y los salmistas decían que
con la llegada de este reino se inauguraría una nueva manera de regir
el mundo, inspirada en la misericordia de Dios y en su predilección
por los pobres y marginados.

Jesús anuncia la llegada definitiva de ese reino que comienza en la


vida de quienes se convierten de corazón y aceptan su mensaje
transformando así su vida. Sus palabras y su victoria sobre el maligno
son el signo evidente de que Dios comienza a reinar. Por eso su
enseñanza y sus milagros provocan la admiración y la sensación de
que algo nuevo esta sucediendo.

Sin embargo, este reino que hace presente Jesús no ha llegado en


toda su plenitud; su presencia es una presencia germinal, como la de
la semilla o la levadura. Germina en la vida de quienes escuchado la
Palabra la guardan y la practican, y se prolonga hasta la vida eterna.

Para que el reino siga llegando a todos y en todos los tiempos Jesús
forma una comunidad de discípulos, escucharán sus palabras y
contemplarán sus signos, después serán enviados a difundir el mismo
mensaje y a realizar los mismos signos que él. Serán pescadores de
hombres, por medio de ellos Dios quiere convocar y reunir a su
pueblo de entre todas las naciones, haciendo de ellos una sola
familia.

Estos cuatro primeros discípulos representan a todo el grupo de los


discípulos y representan a todos nosotros que somos llamados para
ser discípulos y misioneros de Jesucristo para que nuestros pueblos en
el tengan vida y tengan la luz de la vida.
Tenemos en la Iglesia el compromiso de anunciar la buena noticia de
Jesucristo no solamente entre los católicos cristianos, sino también y
especialmente entre los incrédulos y los alejados, para que
cambiando el rumbo de su vida se encuentren con Jesucristo vivo y
vivan en la plenitud de la verdad. Asumamos este compromiso y
hagámonos discípulos y misioneros.

3. COMPROMISO PERSONAL Y COMUNITARIO


(Cada participante puede proponer compromisos personales y
comunitarios)

o Tomar conciencia de que pertenecemos a la comunidad de los


discípulos de Jesús y nuestra fe es la fe de la Iglesia que se nos
ha transmitido de generación en generación, gracias al
testimonio de otros.

o Ser luz entre los hombres que nos rodean por nuestras buenas
obras y el testimonio de conversión en nuestra vida diaria.

o Colaborar en la tarea de la evangelización de la Iglesia en cada


una de nuestras parroquias, integrándonos en algún equipo
evangelizador.

o Acudir a los más alejados, a quienes son considerados como


más pecadores pues son a los que quiere salvar Jesús.

o Visitar a las familias que no se acercan a la Iglesia para


anunciarles la buena noticia de la salvación que trae Jesús.

o Orar y ofrecer sacrificios para que el Señor de a su Iglesia


abundantes vocaciones sacerdotales y religiosas.

o Orar y apoya a los misioneros que anuncian el evangelio en


tierras lejanas y ponen en riesgo su vida por dar a conocer a
Jesucristo.

4. ORACIÓN
(Se puede hacer una oración donde participe quien guste en voz alta
y den gracias a Dios por la Palabra escuchada o recitar alguna
oración ya formulada)

Señor Jesucristo,
Camino, Verdad y Vida,
enciende en nuestros corazones
el amor al Padre que está en el cielo
y la alegría de ser cristianos.
Danos siempre el fuego
de tu Santo Espíritu
que ilumine nuestras mentes
y despierte entre nosotros
el ardor por realizar
la Misión Continental
y reconstruir
en fraternidad nuestra Patria
para que reine en ella la justicia y la paz.

Te consagramos el país entero,


a sus gobernantes, instituciones y ciudadanos,
y te pedimos
que nuestra Madre,
María de Guadalupe
nos conduzca a ser verdaderos discípulos misioneros tuyos
para que México en Ti tenga vida en abundancia.

AMÉN.

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