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Práctico de S.I.G.

Procedimiento para realizar mensuras o mediciones utilizando las ondas


electromagnéticas u ondas infrarrojas
En la actualidad se dispone de dispositivos modernos para medir distancias, que han
evolucionado desde sus orígenes, paralelamente con el avance de la electrónica en general.
Los instrumentos funcionan en general en base de ondas electromagnéticas de radio-
frecuencia o de rayos luminosos. En la topografía agrícola es más común el EDM de rayos
infrarrojos no visibles, con una unidad emisora en o montado sobre el teodolito en un
extremo, y en el otro, un simple reflector que por lo general es un prisma pentagonal. En los
EDM la frecuencia se puede controlar con toda precisión, pero la velocidad varia con la
temperatura, la humedad y la presión atmosférica. Para lograr medidas exactas con los
EDM, es necesario evaluar los factores atmosféricos para realizar las correcciones
precedentes. La mayoría de los instrumentos son electroópticos, transmitiendo luz infrarroja
como señal portadora. La fuente generadora de luz infrarroja, en general está dada por un
diodo de arseniuro de galio. Los instrumentos antiguos con laser o los que usan microondas
pueden tener alcances mayores a estos comunes. Estos dispositivos determinan la distancia
mediante la medición indirecta del tiempo que le toma a la energía electromagnética de
velocidad conocida, en viajar de un extremo a otro de la línea por medir y regresar.
Teledetección Espacial

La teledetección es una técnica que permite adquirir información de los elementos de la


superficie terrestre a distancia, es decir, sin tomar contacto con ellos. En el caso de la
teledetección espacial aplicada a la observación de la superficie terrestre, la adquisición se da a
través de sensores montados sobre satélites que tienen un recorrido fijo sobre la tierra, en
altitudes que varían entre los 400 y 900 kilómetros. A medida que el satélite va circundando la
tierra, los sensores que lleva a bordo registran la energía que los elementos de la superficie
terrestre reflejan después de haber interaccionado con una fuente de energía. En el caso de los
sensores ópticos la fuente es el sol, que tiene la propiedad de emitir energía electromagnética
en un amplio espectro, mientras que en el caso de los sensores radar la fuente de energía está
en el mismo satélite y trabaja en el segmento de las microondas. Uno de los principios de la
teledetección está basado en el tipo de interacción que la energía electromagnética puede tener
con los elementos: absorción, transmisión y reflexión. Dependiendo de las propiedades
químicas, físicas y biológicas de cada elemento y de la longitud de onda de la energía
electromagnética que recibe, varía la proporción de energía que es reflejada (denominada firma
espectral) y posteriormente captada por el sensor.
Este fenómeno se puede ejemplificar con
el color que vemos en las hojas de las
plantas y considerando a nuestros ojos
como sensores: del total de la energía
solar que incide sobre la hoja en el rango
visible, ocurre una importante absorción en
la parte del azul y del rojo por la presencia
de los pigmentos fotosintéticos y una
relativa reflexión en la parte del verde. Los
satélites de observación de la tierra
poseen sensores calibrados para codificar
en rango de valores de números enteros
(comúnmente entre O y 255) la cantidad
de energía que es reflejada por unidad de
superficie (reflectancia) y traducirlos en
una imagen digital. Cada píxel (unidad
mínima de muestra de la superficie) tiene
un valor de reflectancia de acuerdo al
elemento o elementos presentes dentro del mismo. En cada pasada se obtienen
imágenes de un mismo sitio en diferentes segmentos del espectro llamadas “bandas
espectrales”, donde los valores bajos de reflectancia se corresponden con tonos
oscuros y los valores altos con tonos claros.
De esta forma, vinculando la firma espectral con la captada por la banda (azul, verde,
rojo, infrarrojo, etc.) es posible interpretar las imágenes e identificar los elementos de la
cobertura terrestre. Debido a su formato digital y a los valores de reflectancia
almacenados, sobre las imágenes se pueden aplicar procedimientos matemáticos y
estadísticos para la clasificación automática de grandes superficies. Mediante el uso de
programas especiales de computadora, las imágenes originales son procesadas a
través de diversos procedimientos para asignar a cada pixel una categoría de uso y
cobertura de la tierra. En estas tareas, necesariamente, se deben realizar trabajos de
campo para poder vincular correctamente los elementos de la superficie terrestre con
los valores de reflectancia observados en la imagen y para determinar el grado de
exactitud de la clasificación. El resultado final es una imagen digital clasificada de la
superficie terrestre que permite calcular las superficies y distribución de cada clase de
imagen identificada. Desde que la teledetección satelital aplicada al estudio de la
superficie terrestre comenzó en la década de 1970, se han lanzado gran cantidad de
satélites, cada uno con especificidades técnicas según sus objetivos. A continuación se
describen algunas de las características más importantes que determinan las
potencialidades de un satélite para el estudio y monitoreo de los recursos naturales.
Ventajas y posibilidades de la teledetección espacial: La teledetección desde satélite cuenta
con numerosas ventajas frente a otros medios de observación más convencionales, como la
fotografía aérea y los trabajos de campo, aunque más que sustituirlos los complementa
adecuadamente. Se pueden destacar:

Cobertura global y periódica de la superficie terrestre: Debido a las características orbitales


de los satélites se pueden obtener imágenes repetitivas de la mayor parte de la tierra, incluso de
áreas inaccesibles por otros medios.

Visión panorámica: La altura orbital del satélite permite detectar grandes espacios,
proporcionando una visión amplia de los hechos geográficos.

Correcciones que se deben dar a las imágenes de satélites

Una imagen de satélite está sometida a una serie de interferencias que hacen que la
información que quiere obtenerse aparezca perturbada por una serie de errores:
_ Fallos en los sensores, generan pixeles incorrectos (corrección radimétrica)
_ Alteraciones en el movimiento del satélite y el mecanismo de captación en los sensores,
generan distorsiones en la imagen global (corrección geométrica)
_ Interferencia de la atmósfera, alteran de forma sistemática los valores de los pixeles
(corrección atmosférica).
En este tema se introducirán un conjunto de métodos para la corrección de estos errores. En el
caso de la georreferenciación no se trata sólo de corregir errores sino de ubicar una imagen en
el espacio geográfico para poder integrarla con otras capas de información o con otras
imágenes en un entorno SIG.

Corrección radiométrica
De los tres tipos de correcciones que se mencionan al final del tema 3, esta es la más sencilla.
De hecho en algunos casos las estaciones receptoras llevan a cabo algún tipo de corrección en
el momento de recepción de la imagen. La corrección radimétrica implica por una parte la
restauración de lineas o píxeles perdidos y por otra la corrección del bandeado de la imagen.

Bandeado
El fenómeno del bandeado se debe a una mala calibración entre detectores y resulta
especialmente visible en las zonas de baja radiancia (zonas marinas por ejemplo). El resultado
es la aparición periódica de una banda más clara u oscura que las demás.
Para corregir el bandeado se asume que, en caso de no haber error, los histogramas obtenidos
por cada uno de los detectores serían similares entre sí y similares al histograma global de la
imagen que se toma como referencia.
En primer lugar se calculan los coeficientes ak y bk para una corrección lineal de cada uno de
los detectores
Corrección atmosférica
La corrección radiométrica trata de corregir problemas mecánicos en el sensor que generan
valores erróneos en píxeles concretos y la corrección geométrica ubica los pixeles en el espacio
geográfico corrigiendo las posibles distorsiones. Por su parte la corrección atmosférica trata de
evaluar y eliminar las distorsiones que la atmósfera introduce en los valores de radiancia que
llegan al sensor desde la superficie terrestre.
Por tanto se va a basar en modelos físicos más complejos que los modelos estadísticos
utilizados anteriormente.
El primer paso es convertir los Niveles Digitales (ND) almacenados por el sensor en valores de
radiancia.

Georreferenciación y corrección geométrica de imágenes de satélites


Una imagen de satélite, al igual que las fotografías aéreas, no proporciona información
georreferenciada; cada pixel se ubica en un sistema de coordenadas arbitrario de tipo fila-
columna como los que manejan los programas de tratamiento digital de imágenes.
El proceso de georreferenciación consiste en dar a cada pixel su localización en un sistema de
coordenadas
estandard (UTM, lambert, coordenadas geográficas) para poder, de este modo, combinar la
imagen de satélite con otro tipo de capas en un entorno SIG. Tras la georreferenciación se
obtiene una nueva capa en la que cada columna corresponde con un valor de longitud y cada
fila con un valor de latitud. En caso de que la imagen no hubiese sufrido ningún tipo de
distorsión, el procedimiento sería bastante sencillo, sin embargo una imagen puede sufrir
diversos tipos de distorsiones (ver tema 3).
Las correcciones necesarias para transformar en cada punto de la imagen sus coordenadas
arbitrarias
(fila-columna) en coordenadas reales (X e Y UTM por ejemplo) se explicitan mediante un par de
ecuaciones que hacen corresponder a cada pixel par (f,c) un par (X,Y ).

Sensores Activos y Pasivos

Un elemento imprescindible para la toma de medidas es el sensor que se encarga de


transformar la variación de la magnitud a medir en una señal eléctrica. Los sensores se pueden
dividir en:

 Pasivos: los que necesitan un aporte de energía externa.


o Resistivos: son los que transforman la variación de la magnitud a medir en una
variación de su resistencia eléctrica. Un ejemplo puede ser un termistor, que sirve
para medir temperaturas.
o Capacitivos: son los que transforman la variación de la magnitud a medir en una
variación de la capacidad de un condensador. Un ejemplo es un condensador con
un material en el dieléctrico que cambie su conductividad ante la presencia de
ciertas sustancias.
o Inductivos: son los que transforman la variación de la magnitud a medir en una
variación de la inductancia de una bobina. Un ejemplo puede ser una bobina con el
núcleo móvil, que puede servir para medir desplazamientos.
 Activos: los que son capaces de generar su propia energía. A veces también se les
llama sensores generadores. Un ejemplo puede ser un transistor en el que la puerta se
sustituye por una membrana permeable sólo a algunas sustancias (IsFET), que puede
servir para medir concentraciones.

Porque el cielo es de color azul?

Para explicar el color azul del cielo, imaginemos que dejamos pasar un rayo de sol por un
prisma de vidrio. La luz se abre en un abanico de colores (se dispersa) por refracción y como
resultado de esta dispersión vemos una gama de colores: violeta, azul, verde, amarillo y rojo. El
rayo violeta es el que se ha separado mas de la dirección del rayo blanco y ahí esta
precisamente la explicación del color del cielo. La desviación es máxima para los rayos de
longitud de onda corta (violeta y azul), y mínima para los de longitud de onda larga (amarillos y
rojos), que casi no son desviados. Los rayos violetas y azules, una vez desviados, chocan con
otras partículas de aire y nuevamente varían su trayectoria, y así sucesivamente: realizan, pues,
una danza en zigzag en el seno del aire antes de alcanzar el suelo terrestre. Cuando, al fin,
llegan a nuestros ojos, no parecen venir directamente del Sol, sino que nos llegan de todas las
regiones del cielo, como en forma de fina lluvia. De ahí que el cielo nos parezca azul, mientras
el Sol aparece de color amarillo, pues los rayos amarillos y rojos son poco desviados y van casi
directamente en línea recta desde el Sol hasta nuestros ojos. Si profundizamos un poco más, la
explicación es más compleja. La luz es una onda electromagnética y las piezas fundamentales
de la materia en su estado más frecuente en la Tierra, son los átomos. Si las partículas
existentes en la atmósfera, tienen un tamaño igual o inferior al de la longitud de onda de la luz
incidente (átomos aislados o pequeñas moléculas), la onda cede parte de su energía a la
corteza atómica que comienza a oscilar, de manera que un primer efecto de la interacción de la
luz con las partículas pequeñas del aire es que la radiación incidente se debilita al ceder parte
de su energía, lo que le sucede a la luz del Sol cuando atraviesa la atmósfera. Evidentemente
esta energía no se queda almacenada en el aire, pues cualquier átomo o partícula pequeña
cuya corteza se agita, acaba radiando toda su energía en forma de onda electromagnética al
entorno en cualquier dirección. El proceso completo de cesión y remisión de energía por
partículas de tamaño atómico se denomina difusión de RAYLEIGH (en honor del físico inglés
Lord Rayleigh que fue el primero en darle explicación) siendo la intensidad de la luz difundida
inversamente proporcional a la cuarta potencia de la longitud de onda. La difusión será mayor
por tanto, para las ondas más cortas: Como consecuencia de ello, llegamos a la misma
conclusión, la luz violeta es la más difundida y la menos, la roja. El resultado neto es que parte
de la luz que nos llega desde el Sol en línea recta, al alcanzar la atmósfera se difunde en todas
direcciones y llena todo el cielo.

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