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José Ignacio Peiia Atero* El derecho a la propia imagen en la doctrina y jurisprudencia chilenas La imagen como objeto de un derecho humano 1. Delimitacién del concepto de propia imagen Alanalizas la realidad de la imagen humana, aparece como el aspecto més sobresalien- te, y que el observador reconoce, algo muy propio de cada persona: su efigie, figura y rostto La imagen humana, la imagen fisca, entendida como proyeccién material de los ras gos de una persona refleja en algtin sentido, el modo de ser de cada una De otra parte si la imagen individita, es porque refleja de modo sensible aspectos intangibles de la personalidad," luego, hay algo propio de cada persona en la imagen humana, desde que es una manifestacidn de su modo de set. Ademis, el hecho de que se entienda la imagen humana como representacién sensi- ble, que puede ser captada por los sentidos, importa como consecuencia que pueda ser Sjada, reproducida y difundida por medio de diversos soportes técnicos y que no se pueda incluir, dentro del concepto de imagen humana, a formas de representacién inmaterial como, por ejemplo, el etrato licerario.” Por tanto, determinada la realidad que es objeto de este derecho, ser4 procedente analizar cual es el contenido del derecho que el titular tiene sobre la imagen. Al respecto, Diez-Picazo y Gullén esbozan el contenido de este derecho seftalando 1 En este semide, Azurmendi, Ans, I devcho ale propia imagen: Su identidad y aprosimacin al derecho a ta informacén, Civitas, 1 edie, Madrid, 1997, p21, armas "En ni opinisn, la agen noes un signe misen proceso comaixaive human, la imagen del hombres una enearnacin, una plasmid delosrasgoscsencs les dela personalidad dees indwidualdad y su capac comunicativaen prime ermine y, en coasecuca * Profesor de la ci, la imagen pancip dela dignida resol propia dl ser haan Universidad 2 Che Aunrvends Anu each p24. C rnb Royo, es, La prow del devcho wt propia imagen, Cale, de los Andes Mads, 1987, 9.27 REVISTA DE DERECHO PUBLICO | VoL #2 279 al stifucion: in de Derecho ¢ Recibidas en la 1 Con JOSE IGNACIO PENA ATER que: “E] derecho a la propia imagen consiste, en siltima esencia,en el poder de decidir -consentir o impedir la reprochiccidn de la imagen de nuestra persona por cualquier medio (fotografia, grabado, dibujo, exc), asf como st exposicién o divalgacion sin nuestro consentimiento’ En este mismo sentido, Lasarte ha entendido que: Por su parte, significa propiamente hablando que para hacer publica larepresentacidn ] derecho a la propia imagen egrafica de cualquier persona, medianre cualquier procedimicato técnico de reproduc- ci6®, es Necesario contar con su consentimiento”. De lo anterior se desprende que el derecho a fa propia imagen comprende la captae cién, reproduccién y divulgacitn de la representacién sensible de una persona, me diante cualquier soporte técnico, incluida la caricatura.* Por lo tanto, se exclayen del ambito de este derecho. la referencias que alos aributos de la persona se hagan por medio de la palabra, del "reeratoliterario”, pues en este caso se habla de “imagen del retratado” séle en sentido Figurado, pucs se eshocan caracteristicas de Ia personalidad, pero no mediante una representacién sensible El retrato literatio y otras formas similares de representacién se vinculan con el denomi- nado “derecho a fa identidad”, al que nos referiremes cuando se analicen las relacio- nies entre el derecho a la propia imagen y los otros derechos de la personalidad. Tambign deberd excluitse del dmbito del derecho objeto de nuestto estudio, a las personas juridicas, pues, como es abvio, no es posible obtener una representacién sensible de ellas, ya que no tienen existencia real como entidades fsicas, Esta posicidn es sostenida por Balaguer, quien, no obstante, afirma que “En cuanto que la imagen es la representacidn de la figura humana, queda fuera de consideracién un concepto abstracto de imagen, que tan necesario seria para la proteccidn de este derecho on las personas juridicas™* Finalmente, parece interesante analizar la denorminacién que se hace de este derecho. al resaltar cl carter “propio” de la imagen.” En este sentido, Azurmendi destaca gue “Al subrayar el earicter propio de la imagen, c] objero del derecho queda bien acotado: se trata de la imagen humana personal, cuyo titular es el propio sujeto”. 3 suo, Lusy Guts, Aono, Sitema de Drvecho Cin, Teno, fede, Magid, 199 > Cars, incpi: de Dencho Cel Tren, 28 ei, Mas, 1983, |p. 217 5 Chi Assrenendi, Ana oh. cts p26, CE tambin Rose, joss ob. cp 5 CE Ammpendi, Ars ob. ci, p25 t Anarmendi. Ana, . cca p. 26, CB: sanebivn, HernaTejedan, Feraasce. Honor, smsmidad y propia Imagen Colex, + edie, Magid, 1994. p. 7h 8 Bolagues, Mara Lue. decho foxdemenia al Bonar Lbcnes, Mad, 1992, p29, 9) Rovira Marie i, Buderesho wd pays magen. Hipster del reponsabiiiad civil on eae dodita doa Comazes, Granada, 2000, yp. 29-20, deseaca que “no deberss past percha le ‘ropit’pararolirine al detec sa images cuando wo eal feces en slain a ozs muchos Seechos hp 36. rhs dea expen proptos, ene! sentido de iherences, de is persona, Deshi que consierenios gue satis eee ncn debe responder a alguna turn eu, nuestro entender. ng es gra gue, iran 'aco enfatiase! aspect ia persona vom tlementa substaneai del esha ala pavpia ia 10 Anuirmendis Ana ob ip. 29, ELDERECHO ALAPROPA IMAGEN EN LA DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA CHILENA Por lo tanto, al esaltar la “propiedad” de la imagen, se destaca el hecho de que se esti refitiendo a la proyeccién de la imagen corporal, a la representacién sensible de la propia figura y no a la imagen entendida como la fama o la idea que de alguien se tienc,"! Ast es como Diez-Picazo y Gulldn sefialan que: “Aun cuando hoy existe una corriente, de origen probablemente periodistico, que identifica imagen con la percepcién exte- rior de los atributos de la personalidad, seguramente traduciendo la expresiéa anglosajona “Yook’, esta idea, entre nosotros, pertenece mds bien a la fama, que es una delas coordenadas del derecho al honor, pues la imagen objeto del derecho que ahora tratamos de definir es la imagen en sentido estricto”."2 En este mismo sentido, Herce de la Prada sefiala que no debe confundirse el concepto de imagen con el de derecho a la buena fama o prestigio de una persona frente a los emis. Finalmente, Balaguer afirmard que este derecho “no se corresponde con un concepto social en el que la imagen es fa consideracién puramente objetal que se tiene de al- guien o de algo. 2. Naturaleza juridica del derecho a la propia imagen Una ver delimitado el contenido fundamental del derecho a la propia imagen, pate- ciera interesante analizat la discusién que ha surgido en la doctrina acerca de la natu- raleca de este derecho. Ladoctrina ha intentado dilucidar la verdadera natutaleza de los denominados “dere- chos de la personalidad”, cuestién que presentard imporrancia cuando deba determi- arse qué mecanismo de proteccién deba emplearse cuando nos encontremos frente a una actuacién que importe afecar el contenido de estos derechos. 2.1. Derecho subjetivo 0 interés protegido La primera cuestién que surge al respecto es la de determinar qué es lo que entende- mos por derecho subjetivo Dier-Picazo y Gullén lo han entendide como un “poder juridieo reconacido 0 conce- dido por la notma juridica ala persona (fisica 0 juridica) que le permite una actuacién IL Eneste sentido, Creviln, Clemente, Devcha: de a penonaliad. ono, inimidad peional y familiar y propia tanagen ela juripradenia, Actual Editorial S.A. Madrid, 1995, p. 94, sala que "Lo que no se puede es oniundir el derecho ala imagen romando tta coma manifesscin de estinao buena fara de a persona’ 12 Diew Piano, Las y Gulln, Antonio, ob. cits p. 356. 3 Chi Hence dela Prada, Vicente, El derecho ala rapa imagen yu incidencia en ls mcs dedi Jost Maria Bosch Editor, Barcelona, 1994, p. 129. Cl también en el mismo sentido a Fereio, Joan, Lor dimiter dele Liberind de expresén. La cuesin de ly yntimienesrebigisa, Seriio de publicaciones Facultad de Dezecho Universidad Complutense de Madrid, Madsid, 1996, p.171 14 Balaguer, Marla Lois, ob. cit. p29. REVISTA DE DERECHO PUBLIGO 4s VoL. 63 281 JOSE IGNACIO PENAATERO 282 licita sobre un objeto del mundo exterios, o la exigencia a otra persona de una presta- cidn, en ambos casos para la satisfaccidn de intereses dignos de tutela, confiando su defensa y proteccién al titular de este poder”. Albaladejo, en tanto, lo entiende como “un poder respecto determinado bien (en sentido amplio, por tanto, bien moral o material, cosa, utilidad, comportamiento, ctc.}, concedido inicialmente por e! Ordenamiento Juridico ala persona para la sais faccién de intereses dignos de proteccidn’. © La critica ha surgido entonces al intentar aplicar la categoria de derecho subjetivo a los derechos de ia personalidad, pues “la oscuridad se presenta de inmediato por va- vias razones, que se pueden resumir en la heterogeneidad y en lo inseguro y arbitcario quic es en muchas ocasiones distinguir el objeto del sujeto del derecho", * En telacién con esta critica, Albaladejo sefiala que “en absteacto y partiendo del eon- cepta que he acogido de derecho subjetivo, no cabe negar que es posible ia existencia de derechos de la personalidad, consistentes en diferentes poderes, independientes entte si, concedidos al sujeto en orden a los diversos bicnes (vida, libertad, honor, etc.) personales que tienen propia individualidad Asi el objero de tales derechos no lo seria la misma persona {con lo que se soslaya la objecién hecha por algunos autores, de que la admisién de los derechos de la persona- lidad supondria (a aceptacién de que el ente al que se confiere el poder —syjet: a persona~ es precisamente ef ente sobre el que éste recae ~abjeto: la persona-, cosa considerada inaceprable), sino ciertas manifestaciones, cualidades o atributos de le personalidad, que son concebibles como algo distinto de la propia persona en si mis- ma”.'* En este mismo sentido se manifiesca Lasarte cuando afirma que “los derechos de la personalidad son derechos subjetivos, en cuanto permiten a su titular (la persona, a igual que en todos ios demas) eclamar el espeto general y, en caso de lesién, impetrar el auxilio de la justicia y la oportuna sancidn del infractor” De otra parte, ana postura contrat han sostenido quienes afirman que estas mani- festaciones de la personalidad dan lugar a intereses protegidos Ghestin y Goubeaux sefiaian que el derecho subjetivo es “una restriccién legitima ala libertad de otros, establecida por la norma objetiva en favor de sujeto quese beneficia asf de un dominio reservado para ejercer sus poderes”. 19, Dir Pian, Las y Gall, Antoni, ob, i, . 387 16 Albaladejo, Manuel, Deco Civ, os Maca Bose Editor, 4 edie, Barcelona, 1996, 2,p.12 17 Diet Pica, Lary Gali, Antonio, ob, cy p 337 18. Albaladejo, Manvel, ob cp. 48 29) Lasane, Cals ob. ci, p, 224 20. Ghent, Jan yGoubeata Gis Tat de Droit Civil. nwoducion Génénfe, LGD), dete, Pai, 199.0. 155, ELCRECHO ALA PROPIA IMAGEN EN LADOCTRINA Y JURISPRUDENGIA GHILEMA Fundéndose en este concepto de derecho subjetivo, Corral afirma que “de esta mane- ra, siexiste una restriccidn en la libertad de otros legftimamente autorizada, concedi- dao reconocida por el Derecho objetivo (sea de fuente legal, jurisprudencial o incluso consuctudinaria) en virtud del cual se ororga ai titular un poder de exigit ciertos com- portamientos, estaremes frente a un derecho subjetivo”, Sise admite este concepto de derecho subjetivo, se deberd afirmar que los derechos de la personalidad son verdaderes derechos subjetivos, pues otorgan ciertas faculeades a sus titulares e imponen ciertas restricciones a los terceros. En particular, y como ya hemos visto, el derecho objeto de nuestro estudio importa fa facultad exclusiva de su titular para permitir que terceras captes, reproduzcan y di- fundan su imagen corporal y excluye la posibilidad de que se haga uso de ell sin su consentimiento 0 causa de justificacién Claverta sefiala que “acerca de si fos denominados derechos [..] son 0 no verdaderos derechos subjetivos, ya me pronuncié hace afos a favor de la solucién afirmaciva, apoyindome preferentemente en faexistencia de facultades conferidas por la ey a la persona protegida encaminadas a evitar o intercumpir la agresién: en efecto, fente a fas tess seguin las cuales no cabe hablar de tales poderes como verdaderos derechos subjetivos en cuanto que la proteccién de esos intereses se resume en [a indemnizacién del datio, sostuve que *..e1 interés por el honor o por la intimidad no viene protegido s6lo a través de fa sancién penal o administrtiva impuesta a su violacién, ni sélo a través de la responsabilidad civil extracontractual derivada de ésta, sino también me- diante la concesién de facultades {instrumentales) a quienes la ley pretende proteger cencaminadas a prevenit, paliar, interrumpir o repeler las agresiones.a tales interes. Contra la posibilidad de admitir que los derechos de la personalidad configuran ver- daderos derechos subjetivos se ha manifestado Léper, quien sostiene que “Ia inade- cuacién radica, a mi modo de ver, en que la persona lo es tal en tanto inmersa en la vida social. Vida social que imprime ineludiblemente una objetividad informante. Con lo cual el arbittio particularista, el poder de modelar por el titular fos correspon- dientes desarrollos, se encuentra en amplios aspectos fuera de lugar al tratarse de deve- hos de la personalidad, Estos estin llamados a efectuar designios de sentido y aleance en principio semejantes y comunes a toda persona, al implicar esencial consonancia con el interés general. De ese modo, la voluntad individual no dispone aqui de un Ambito privativo de discrecionalidad libre yjuridicamente configuradora. Por eso no resulta satisfactorio el intento de asimilacién indiscriminada con la indole propia del derecho subjetive”. Dt Coral, Hern, El reipto a be vida prvade ante of Deeho Civil Reconsrucci dagmatica de 1 fndament, antenid limites y mecaniones de tutel urctivional, Proyecto Fondeeyt N® £98066, Saniage, 2000, p. 102. 22. Clayera, Luis-Humbento, "Negocios jarldios de dsposicién sobre los dereos al honor, Ie incidad y la wopia imager?

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