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Is - 10 Inteligencia Social y Conflicto
Is - 10 Inteligencia Social y Conflicto
ALBRECHT, Karl; (2006). Inteligencia social. Javier Vergara Editor, España. Págs 291 - 313.
CONVERSACIONES CRUCIALES
Tratar de evitar los malos sentimientos causa más malos sentimientos que
cualquier otra cosa. La mayoría de gente encuentra el conflicto con los demás,
sobre todo cuando es uno contra uno, extremadamente desagradable. Salvo por la
pequeña población de personas altamente combativas, la mayoría haremos cuanto
sea razonable por evitarlo. Permitimos que se prolonguen malentendidos sin
aclararlos, consentimos que los demás se aprovechen de nosotros o nos traten con
desconsideración sin plantarles cara por ello y nos refrenamos de afirmar nuestros
derechos morales y civiles por miedo a que los demás se enfaden con nosotros.
Para la mayoría, este reflejo automático empieza en la infancia y nunca
desaparece. «No hagas enfadar a papá o a mamá», «No hagas enfadar al
profesor», «No hagas que los demás se enfaden contigo». Si lo trasplantamos al
sinfín de situaciones sociales que nos encontramos en nuestra vida adulta e
interactuamos con otros que hacen lo mismo, caemos en patrones deshonestos de
engaño, falsa armonía y guerra encubierta.
El experto en conflictos Steve Albrecht propone que «bajemos el listón de la
censura emocional» y le digamos a los demás lo que pensamos y sentimos más a
menudo. «La gente puede aportar un enorme beneficio a su vida —dice—
haciendo un uso eficaz de las “conversaciones cruciales”, básicamente, aireando
las cosas cuanto antes mejor. Si creo que otra persona o grupo de personas
pretende actuar de un modo que tal vez ponga en peligro mis intereses en una
situación, tengo dos opciones principales. Puedo afrontar su comportamiento de
forma encubierta: elaborando mi propia interpretación de su conducta,
imputándoles diversos motivos aviesos y, en última instancia, tratando de
contrarrestarlos con algún método indirecto en lugar de plantarles cara. La
alternativa es sostener una “conversación crucial” con ellos en cuanto descubra
cualquier posible causa de preocupación.
»Con la segunda opción—el curso de acción abierto— empiezo por hacerlos
partícipes de mis preocupaciones y ofrecerles la oportunidad de modificar sus
acciones o encontrar un modo de acomodar mis intereses. Cuanto antes tenga
lugar esa conversación, más opciones tendremos para trabajar a partir de allí. Si
espero a que exista un conflicto declarado con ellos, es posible que dispongamos
de muy pocas opciones atractivas.»
Steve Albrecht ofrece una fórmula básica, o plan, para decidir si y cómo
debemos entablar una conversación crucial:
1. Aclaraos con la situación. ¿Qué sabéis de la otra parte o partes implicadas?
¿Entendéis sus intenciones? ¿Qué pruebas tenéis que os lleven a concluir que han
actuado —o piensan actuar— en contra de vuestros intereses? ¿Necesitáis
mantener una conversación para aclarar las cosas?
2. Definid con claridad vuestros intereses. ¿Qué queréis de vuestras
interacciones o relaciones con ellos? ¿Qué queréis proteger, conservar o
conseguir?
3. Escoged una estrategia de acercamiento. Tal vez podáis empezar sin más
una conversación con la otra parte, con poca animosidad de por medio. A veces no
queda otra que expresar vuestros intereses y pedirle a la otra parte que los
respete. En una Situación más delicada, quizá prefiráis «telegrafiar» vuestras
inquietudes a la otra parte de alguna manera poco arriesgada. Un mensaje
privado, transmitido por alguien de confianza para ambos, puede conseguir que la
otra parte medite sobre el tema antes de la conversación. Podrías abordar el
asunto con educación en un e-mail, solicitando una conversación en privado.
Escoged el método que tenga más posibilidades de iniciar la conversación en clave
positiva y de cooperación.
4. Conducid la conversación con un espíritu positivo. Haced de ella una
búsqueda compartida de soluciones mutuamente aceptables. Explicad vuestros
intereses a la otra parte y decidle por qué los veis en potencial peligro. Aseguraos
de que también entendéis plenamente los suyos. Preparaos para los posibles
sentimientos de recelo, defensa o competencia por parte del otro.
5. Buscad un resultado claro. A ser posible, invitad a la otra parte a mostrarse
de acuerdo con vosotros sobre una declaración de principios, un punto específico
de acuerdo o al menos una política de la que podáis fiaros para seguir adelante. A
lo mejor el encuentro sólo sirve para mitigar vuestros sentimientos de aprensión o
animosidad. Quizá sirva como punto de partida para mejorar la relación con el
paso del tiempo.
Fijaos en que el proceso tiene menos que ver con la consecución de vuestras
metas que con la apertura de líneas de comunicación y el mantenimiento de una
conversación continua. Formulado en el lenguaje de la IS, sostener una
conversación crucial significa poner en práctica todas vuestras habilidades
S.P.A.C.E. para desactivar un potencial conflicto y quizás encontrar un modo de
satisfacer con el tiempo los intereses de ambas partes.