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Pontifica Universidad Javeriana

Antropología Visual
Profesor: Carlos Cárdenas
Nicolás Ulloa
24 de Abril 2013
Reseña
Marcela Pinilla – Dibujando los rostros del miedo

Marcela Pinilla Bahamón es egresada de la Universidad Nacional de Colombia de la


carrera de antropología, con posgrado en antropología social en la Universidad Federal de
Santa Catarina. En su mayoría, sus investigaciones residen en el campo de las artes. En
este trabajo, la antropóloga usa las imágenes como una herramienta para descifrar como
se construye social y culturalmente el miedo en una zona rural, que en éste caso
específico, vive un alto grado de violencia a causa del conflicto armado.

Debido a la imposibilidad de poder hablar acerca de sus temores y sus problemas


abiertamente, por el peligro de la violencia en la zona, la investigadora decide
aproximarse desde un método de indagación diferente al lenguaje verbal, y pregunta a los
niños de la comunidad de San José en el Quindío que expresen, a partir de la elaboración
de dibujos, aquello que les atemoriza de vivir en aquel municipio. Como explica Bateson –
argumenta Pinilla-, el pensamiento consciente se estructura a partir de los esquemas
lógicos postulados por el lenguaje verbal. No obstante, el inconsciente trabaja bajo otra
lógica más parecida a la del ícono, que trabaja bajo la lógica de la metáfora y la
metonimia, pero éste no se puede reducir a una actividad del inconsciente, es por ello que
Bateson argumenta que el ícono es la operación conjunta de ambos sistemas mentales.
Además, la iconografía está anclada a un entramado más complejo, que solo puede ser
comprendido bajo las relaciones que establecen unos códigos con otros, y dichas
relaciones se dan únicamente en un contexto, un uso y unas prácticas específicas, este
contexto es el contexto sociocultural en el cual la antropóloga va a apoyar su estudio.

En la cara opuesta al dibujo Pinilla le pidió a los niños que escribieran una breve frase
explicando el dibujo, a pesar de los diversos aspectos posibles a analizar en las
imágenes, ella descartó la parte estética enfocándose específicamente en sus contenidos.
Éstos revelaron muchos aspectos de la vida social y de sus condiciones, pero también
manifestaron otra serie de figuras fantasiosas que revelan factores inconscientes, sin
embargo, todos estos elementos constituyen parte de un imaginario colectivo, de los niños
de San José, acerca del miedo, de aquellas situaciones que viven en su vida cotidiana las
cuales les aterrorizan. Los tres miedos principales que encontró la investigadora fueron
los miedos a los animales, los espantos y la violencia armada.

El primer miedo, fue propio de los niños más pequeños, pero los dos últimos fueron un
fenómeno más marcado, además estaban presentes de manera simultánea en los
dibujos. A partir del material de éstos dos últimos aspectos, Pinilla los clasifica en cuatro
grandes temáticas generales, el enfrentamiento, el homicidio, ataque al caserío y el
espacio del caserío.
En cada una de éstas temáticas la autora muestra los dibujos más significativos y
aquellos aspectos más importantes. Por ejemplo, examina las expresiones de los rostros
de la víctima, las cuales suelen ser de dolor, y las del victimario, las cuales suelen
expresar satisfacción. Otro aspecto importante es la distinción de género, donde los
hombres tienen pelo corto, o son calvos y las mujeres lo suelen tener largo, bajo esta
lógica Pinilla analiza en qué casos las mujeres son las víctimas y en cuales otros los
hombres, al igual que cual es el género del victimario. También, están los elementos
cómo las características distintivas del victimario, la sangre, que es el miedo a ser heridos
y las armas de fuego, que suelen ser las armas que llevan los victimarios. Así, la
antropóloga va esbozando como se configuran y en qué se basan los miedos de ésta
comunidad en un contexto de violencia.

Finalmente, la autora se pregunta la presencia de brujas, monstruos y fantasmas en los


dibujos en medio de la violencia, y encuentra su explicación en Michael Taussig. Taussig
dice que la represión del miedo colectivo no tiene por fin borrar la memoria ni la raíz que
lo produce, sino engendrar más miedo, el cual causa en el individuo una especie de
pánico que lo hace entremezclar la realidad con el mundo onírico. Personalmente pienso
que el fin de dicha represión es un acto de supervivencia, ya que los individuos de la
comunidad saben que si manifiestan este miedo de manera directa pueden ser
asesinados, y por ello lo reprimen, más no lo hacen con el fin de generar más miedo, eso
vendría siendo un efecto secundario que se deriva del instinto de conservación (ya
explicado) como causa primera. La razón de la presencia de brujas y espantos en los
dibujos de masacres y violencia de los infantes se podría explicar cómo una manifestación
inconsciente de dicho temor reprimido, es decir, el niño al ser expuesto ante sucesos tan
impactantes y traumáticos, automáticamente los reprime como una forma de proteger su
parte consciente, sin embargo a nivel inconsciente el pequeño tiene que encontrar una
manera de liberar y expresar dichos traumas, los cuales emergen en la parte consciente
por medio de representaciones fantásticas, que aunque sigan siendo aterradoras para el
niño, son más manejables que el hecho mismo presenciado.

Pinilla, Marcela. Dibujando los rostros del miedo. –El miedo al conflicto armado en
una comunidad rural del Quindío-.
Ulloa, Astrid. Kipará. 2002.

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