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ANDRES DAVID MORENO FONSECA COD: 201322277

CONCEPTO AMBIENTAL MANGANSESO

Dentro de los parámetros que se buscan reducir con los tratamientos de los drenajes
ácidos de mina, es el manganeso, que dentro de la corteza terrestre tiene un % de
abundancia dentro de la composición geológica del plantea de 0,09, que aunque no
es un porcentaje elevado (comparado con los 8 elementos más abundantes
Oxígeno, Silicio, Aluminio, Hierro, Calcio, Sodio y Magnesio), se encuentra
ampliamente distribuido en la corteza, por lo que se encuentra en gran parte de las
formaciones geológicas, en forma de minerales como lo son: la pirolusita (MnO2),
psilomelana (MnO2·H2O), manganita (MnO(OH)), braunita (3Mn2O3·MnSiO3),
rodonita (MnSiO3), rodocrosita (MnCO3), hübnerita (MnWO4), etc.; además, también
se ha encontrado en nódulos marinos, en donde el contenido en manganeso oscila
entre un 15 y un 30%. Por lo anterior, es normal que se tengan altas concentraciones
de este elemento ya que el agua lava estos minerales expuestos durante las obras
de explotación, generando una meteorización de la roca y su consecuente
disolución. (ECURED, 2017)

Sin embargo, se tiene como fuentes adicionales de manganeso los entornos


anaerobios en donde se reducen las partículas de óxidos de manganeso, la
actividad volcánica, los incendios forestales, la pulverización de los océanos, etc.
(ECURED, 2017)

Por otro lado, aunque la concentración de manganeso en las aguas (para el caso
de explotaciones mineras) puede generarse de manera indirecta, al ser un
subproducto de la explotación de otro mineral de interés, también existen usos
específicos que se le dan a este elemento como: en la industria siderúrgica, en la
fabricación de baterías secas, y en usos químicos, en la producción de acero,
aleaciones ferro- manganeso y como agente purificador, pues su gran avidez por
el oxígeno y por el azufre, se aprovecha para librar al mineral de hierro de esas
impurezas, decolorante del vidrio, obtención de sales de manganeso, entre otras.
(ECURED, 2017)

Biológicamente, el manganeso es conocido como un oligoelemento que tiene gran


importancia fisiológica de microorganismos, plantas y animales en las
concentraciones adecuadas que pueden variar de organismo en organismo entre
los 10 y los 50 mg de Mn / Kg de tejido, el cual en el caso de las plantas por ejemplo
es un elemento importante como apoyo en la asimilación de nitrógeno, la absorción
de CO2 además de apoyar la fotooxidación del agua durante la fotosíntesis, síntesis
del ácido ascórbico, además tanto en plantas como en animales tiene un papel
enzimático (al ser parte de enzimas como la Superóxido Dismutasa de manganeso
que transforma radicales libres O- que son altamente tóxicos en O2) (Sotés, 2014);
para los animales y humanos importante para la formación de tejido conjuntivo,
tejido óseo y factores de coagulación sanguínea, y participa también en la absorción
del calcio y en la metabolización de los hidratos de carbono y las grasas mediante
complejos metalo enzimáticos, así como, en la formación de adenilciclasa en el
sistema nervioso central y en la eliminación de radicales libres. (Paul Howe, 2004)

Con base en lo anterior, al ser un oligoelemento, su concentración debe ser baja


para que cumpla sus funciones biológicas normales, sin embargo, al cruzar ese
límite, el manganeso debe ser evaluado desde su toxicidad cuando se encuentra en
altas concentraciones especialmente en los cuerpos de agua, teniendo en cuenta
que el manganeso puede presentar factores de bioacumulación (influenciado por el
los cambios de temperatura y pH del medio) en la biota acuática de la siguiente
manera (Paul Howe, 2004):

 Entre 2000 y 20000 para las plantas marinas y de agua dulce


 Entre 2500 y 6300 para el fitoplancton
 Entre 300 y 5500 para macroalgas marinas
 Entre 800 y 830 para mejillones
 Entre 35 y 930 para peces.

Con base en lo anterior, se puede deducir que la fauna y la flora del ecosistema
afectado por excesos de manganeso son sensibles a los cambios en su
concentración ya que gran parte del manganeso será absorbido, mientras que el
resto, será arrastrado por la corriente o va sedimentarse para formar parte del lecho
del cauce. Esto nos lleva a considerar las concentraciones de manganeso en las
cuales se puede generar toxicidad, especialmente en organismos acuáticos, con
base en la denominada CL50 o “Concentración letal en la cual en un tiempo
determinado de exposición ha muerto el 50% de la población de una especie
determinada”, de la siguiente manera (Paul Howe, 2004):

 Plantas acuáticas como la diatomea, presentan un CL50 de 1,5 mg/L


teniendo en cuenta la inhibición del crecimiento
 Algas de agua dulce como Scenedesmus Quadricanda tienen un CL50 a los
12 días de 1,9 mg/L teniendo en cuenta la reducción del clorofila
 Para invertebrados acuáticos se tiene un CL50 a las 48 horas entre 0,8 mg/L
y 1329 mg/L lo cual evidenciaría que algunas especies son capaces de
tolerar altas concentraciones de manganeso o no lo bioacumulan con la
misma velocidad
 Para los peces se tiene un CL50 a las 96 horas de entre 2,4 mg/L y 3350
mg/L.

Con respecto a este importante parámetro, la normativa colombiana presenta


un grave vacío, ya que la única consideración que se hace del CL9650 fue en
el decreto 1594 de 1984, donde se establece que el CL9650 de manganeso para
uso del agua con fines de preservación de flora y fauna es de 0,2 mg/L, sin
embargo, no se especifica en qué ecosistemas fue considerado este valor o
bajo qué condiciones se determinó dicho límite; además en el actual decreto
3930 de 2010 no se han modificado dichos valores por falta de estudios
encaminados a hacer la verificación de este parámetros para cada uno de los
elementos o sustancias de interés sanitario y de uso de agua contemplados
en dicho decreto. Por tanto, este vacío puede ser una de las razones por las
cuales el Mn no es considerado dentro de la resolución 0631 de 2015 con
respecto a los vertimientos mineros, además de que según los datos
mostrados de CL50, muchas de las especies acuáticas serían capaces de
tolerar altas concentraciones de este elemento, aunque se debería considerar
la capacidad de auto depuración y resiliencia tanto del cuerpo de agua como
del ecosistema como tal.

Dentro de los impactos a las plantas por exceso de manganeso se puede presentar
clorosis marginal, lesiones necróticas, desarrollo deforme de las hojas, disminución
de la actividad fotosintética, problemas con la captación de CO2, entre otros efectos;
sin embargo, esta toxicidad depende de la disponibilidad del manganeso y de otros
parámetros como el oxígeno disuelto (posible oxidación y precipitación del
manganeso), la conductividad, el pH y la temperatura. (Angélica SalvaTierra)

Por otro lado, con respecto a los seres humanos, la Universidad de Oregón asoció
los efectos de excesos de manganeso ingerido (proveniente del agua potable), con
síntomas neurológicos similares a los de la enfermedad de Parkinson, para
concentraciones entre 1,8 y 2,3 mg/L, en comparación con personas que
consumieron agua con una concentración de 0,05 mg/L, teniendo en cuenta que el
manganeso en el agua está más biodisponible que el presente en los alimentos, por
lo que sería asimilado más fácilmente, causando también problemas hepáticos
severos, la enfermedad denominada manganismo (que daña la parte del cerebro
que controla los movimientos. (oregon, 2017); Además, esta enfermedad puede
incluir síntomas como incluyendo debilidad, anorexia, dolor muscular, apatía, habla
lenta, tono de voz monótono y movimiento torpe de las extremidades. En general,
estos efectos son irreversibles y algunas funciones motoras ya pueden verse
afectadas después de la exposición crónica a niveles de manganeso de ≤1 mg / m3,
especialmente si el manganeso es inhalado. (Organization, 2011). Por tanto los
efectos dependen de diverso factores que incluyen la edad de las personas
afectadas, la concentración, el tiempo de exposición, la tolerancia de los individuos,
entre otros factores.

Por lo anterior, es necesario que la norma considere al manganeso como un


parámetro importante de calidad de agua a nivel nacional con base en
principios epidemiológicos teniendo en cuenta que los efectos del
manganeso dependen de muchos factores, por lo que si no se controla
adecuadamente, se pueden generar problemas a largo plazo en las
poblaciones aledañas, especialmente para que se implemente en aquellas
zonas en las que se tenga alta actividad minera, aunque se debe tener en
cuenta, las actividades mineras ilegales que también generan efluentes ácidos
con altas concentraciones de manganeso, ya que no solo se ve afectado el
uso del agua para consumo humano, sino que también los usos para
agricultura y la industria.

Con base en esto se justificaría el valor del límite máximo permisible de Manganeso
en agua potable que es de 0,1 mg/L, establecido por la resolución 2115 de 2007,
aunque se tiene en cuenta los valores permisibles establecidos por la Agencia de
Protección Ambiental (EPA) que no considera al manganeso como elemento
cancerígeno, la Organización de Salud, Seguridad Ocupacional (OSHA), y la
Organización mundial de la Salud (OMS) los cuales corresponden a 0,05 mg/L y 5
mg/m3 y 0,5 mg/L respectivamente (Registry, 2001); es probable que estos valores,
solo tengan en cuenta la presencia del manganeso de forma natural en los cuerpos
de agua que suelen estar entre 10 y 10000 μm/L (Paul Howe, 2004).

En cuanto a los efectos de un aumento de manganeso sobre los sistemas de


tratamiento, un exceso de concentración de manganeso, incurriría en
mayores costos de tratamiento del agua (con respecto a sistemas de aireación
o a productos usados para la coagulación química de los metales disueltos) o
para la oxidación (mediante agentes oxidantes fuertes como el peróxido de
hidrógeno) y costos de mantenimiento de las redes (si se presenta
sedimentación de óxidos de manganeso que además dan una coloración
oscura al agua), es decir que generaría mayor presión y reduciría la eficiencia
en el sistema de tratamiento ya que por ejemplo, dentro de los métodos de
tratamiento para agua potable, la desinfección además de controlar los
microorganismos presentes en el agua, puede llegar a oxidar sustancias
disueltas como el manganeso en su forma iónica (Mn+2), por lo que, se
constituiría como un método para contrarrestar altas concentraciones de
manganeso (pero puede que interfiera con la acción bactericida al reducir la
cantidad de radicales de cloro), pero se requeriría de una filtración posterior
para remover completamente estos óxidos.

Teniendo en cuenta lo anterior, la normativa de vertimientos debería tener un


valor límite de manganeso que tenga en cuenta la dispersión de este
contaminante en los cuerpos de agua, la posible absorción o bioacumulación
de este en los ecosistemas aguas abajo del punto de vertimiento, la capacidad
autodepurante de la corriente hídrica (velocidades de flujo, variaciones en la
concentración de oxígeno disuelto, pendientes, etc.) y por supuesto los
efectos en la salud que puede tener una sobre exposición a este elemento;
además, es importante que el límite sea en cierto modo estricto, teniendo en
cuenta que en la resolución 2115 de 2007 el valor es bastante estricto para
este parámetro con respecto a la calidad de agua potable.

La química del manganeso en el medio ambiente, dependen principalmente del pH


y de las condiciones redox del lugar, ya que por ejemplo, la cantidad de Manganeso
en forma de Mn+2, se da a valores de pH y potenciales redox bajos aumentando la
proporción de oxihidróxidos de manganeso coloidal que se generará cuando el pH
del agua se eleve, o también se puede dar el caso de que el manganeso se presente
en sus otros estados de oxidación (Mn+4 y Mn+7) que son insolubles en agua (Paul
Howe, 2004)

Lo anterior, se refiere a condiciones completamente opuestas a las que se


presentan en los drenajes ácidos de mina, teniendo en cuenta que la
precipitación de Mn se da en pH generalmente superiores a 7, además es
posible que la concentración de oxígeno disuelto intervenga para la formación
de los oxhidróxidos. Por esto es necesario aplicar tratamientos encaminados
inicialmente a generar la alcalinidad suficiente para elevar el pH del agua como
lo son los drenajes óxicos o anóxicos calizos y los SAPS; sin embargo, para
elevar el pH a niveles adecuados con estos sistemas requieren cierta longitud
de canal dependiendo de la acidez, el pH y la concentración de metales en el
agua, lo cual dependiendo del sistema aumentará los costos de construcción,
mantenimiento y operación, especialmente si se hace necesario añadir más
de un sistema de los mencionados.

Por otro lado, los sistemas de humedales artificiales anaeróbicos, aeróbicos


o facultativos, son herramientas útiles en la remoción de metales como el
manganeso, ya que dentro de ellas se generan diversos procesos físicos,
químicos y microbiológicos que ayudan a generar compuestos que son
insolubles y pueden precipitarse, en forma de Carbonatos, sulfuros, y
oxhidróxidos; sin embargo, para esto es necesario que previamente ya se
haya ajustado el pH, mediante algún sistema calizo y generalmente requieren
de áreas grandes teniendo en cuenta que en el caso del manganeso, las tasas
de remoción por m2 de humedal suelen ser mucho más bajas que otros
metales, por lo que también se incurre en costos altos de construcción
(excavación, adquisición del sustrato, etc.), y de operación y mantenimiento
(por el reemplazo continuo del sustrato).

Por lo tanto, en cuanto a tratamientos se refiere, en muchos casos resulta muy


costosa la remoción de Manganeso, especialmente si se trata de minas con
poca producción o muy pequeñas para pagar dichos tratamientos, lo que hace
que sea posible que se haya tenido esto en cuenta para no considerar al
manganeso dentro de los parámetros de vertimientos de la resolución 0631
de 2105.

Sin embargo, también se podría llegar a un valor fijo, mediante el uso de


herramientas como los POMCA, en cuanto a los objetivos de calidad de la
cuenca que se establecen, dependiendo de los usos, conflictos, presiones y
actividades económicas presentes en la misma; o con base en la realización
de estudios toxicológicos con respecto al manganeso en especial en zonas
donde se presenta alta proyección minera como renglón principal de sus
actividades económicas

Bibliografía

Angélica SalvaTierra, K. R. (s.f.). Toxicidad de manganeso en plantas de arándanos


en la zona norte.

ECURED. (11 de Noviembre de 2017). Manganeso. Obtenido de


https://www.ecured.cu/Manganeso
oregon, U. d. (2017). Manganeso. Obtenido de
http://lpi.oregonstate.edu/es/mic/minerales/manganeso

Organization, W. H. (2011). Mangenese in drinking water.

Paul Howe, H. M. (2004). Manganese and Its Compounds: Environmental Aspects.

Registry, A. o. (2001). Manganeso. EEUU.

Sotés, V. D.-M. (2014). Manganeso y Viticultura: Una revisión. Madrid.

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