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CONFERENCIA / CONFERENCE 389

SALUD COLECTIVA, Buenos Aires, 7(3):389-397, Septiembre - Diciembre, 2011


La subversión del buen vivir (rebeldía esclarecida
para el siglo XXI: una perspectiva crítica de la obra
de Bolívar Echeverría)

The subversion of the good life (enlightened rebelliousness


for the 21st century: a critical perspective on the work of
Bolívar Echeverría)

Breilh, Jaime1

1Médico. Doctor en RESUMEN El debate sobre el modelo civilizatorio de la modernidad de Occidente, con
Epidemiología. Decano de su economía concentradora y excluyente, y su matriz económico energética petrolera y
Ciencias de la Salud,
Universidad Andina Simón extractivista no sustentable, ha reavivado en los escenarios políticos y académicos de la
Bolívar, Ecuador. salud la discusión de la propuesta del buen vivir inscrita en las nuevas constituciones de
jbreilh@uasb.edu.ec
Bolivia y Ecuador. Ante la crisis social, sanitaria y ambiental producida por la imposición
de una economía de la muerte, y la consiguiente multiplicación de modos de vivir mal-
sanos, se discuten aquí las tesis de Bolívar Echeverría sobre la base material de la vida y
la cultura, como una herramienta para evaluar históricamente los desempeños de los
gobiernos de las izquierdas realmente existentes, y trabajar un modelo de transición his-
tórica y el indispensable remozamiento de la conciencia crítica desde una visión radical-
mente renovadora, pero que mire la realidad sin dogmatismo, sin estridencias míticas y
con un sentido de profunda autocrítica.
PALABRAS CLAVE Historia del Siglo XX; Biografía; Capitalismo; Salud; Epidemiología;
Cultura; Conocimiento; América Latina.

ABSTRACT The debate surrounding the civilizational model of Western modernity,


with its economy of concentration and exclusion based in oil energy and unsustainable
resource extraction, has revived, in the political and academic arenas of the health field,
discussion of the "good life" ideal inscribed in the new constitutions of Bolivia and
Ecuador. In light of this social, health, and environmental crisis spurred by the imposition
of an economy of death, and the consequential proliferation of unhealthy ways of life,
Bolívar Echeverría's theses on the material base of life and culture are discussed as a tool
to evaluate historically the performance of the governments of the actually existing lefts,
to develop a model of historical transition and to radically renew critical consciousness
with a perspective devoid of dogmatism and mythic stridencies, imbued with a profound
capacity for self-criticism.
KEY WORDS History, 20th Century; Biography; Capitalism; Health; Epidemiology;
Culture; Knowledge; Latin America.
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UN CONTEXTO DE PARADOJAS social del poder –no estatista y centralista– y, en


segundo lugar, la construcción de un nuevo
El caso ecuatoriano expresa paradojas modelo civilizatorio que permita superar la civi-
del capitalismo del siglo XXI en América Latina. lización petrolera y extractivista –asiéndose a la
Los gobiernos del sur de América que surgieron inercia de esa contracultura indígena–, cuando
de la oposición popular al modelo neoliberal y se son precisamente los hidrocarburos y la minería
autodefinen como democráticos evidencian, por los que sostienen hasta ahora el financiamiento y
un lado, una clara contradicción entre la volun- expansión material del propio Estado social.
tad progresiva de sus cabezas y, por otro, la per- Y si esa operación histórica es difícil en
sistencia o mayor consolidación de una actitud Bolivia o en un país como el Ecuador actual, que
condescendiente del Estado hacia un modelo de cuentan con la dinámica ancestral de la resisten-
sociedad capitalista, centrado en el avance cia indígena al modo de vivir y al consumismo
monopólico de sistemas de producción a gran no sustentable de la modernidad capitalista, con
escala y en el extractivismo. más razón lo es en las otras sociedades de la
En ese ambiguo escenario, el discurso región, donde los proyectos de la izquierda real
de tono revolucionario ha sido muchas veces el están fracasando en la transformación en serio de
fuelle retórico para el remozamiento de la hege- las bases materiales y culturales de la sociedad,
monía, una operación girada hacia la recupera- pues han limitado su acción a limar las mayores
ción desarrollista y tecnocrática del sistema luego asperezas del neoliberalismo salvaje, para alla-
de la crisis de comienzos de siglo. narse a una transformación desarrollista del neo-
El balance de los Estados –no solo de los liberalismo. Por esa vía, terminan simplemente
gobiernos– de esta reciente era latinoamericana trastocando la anterior estrategia de concentra-
de la izquierda realmente existente, más allá de ción escandalosa de la riqueza, devaluación
alguna cosmética social y discursiva, indica que el extrema de los salarios y privatización directa de
péndulo se ha inclinado principalmente a recons- servicios públicos, por una renegociación míni-
truir la dirección política, el ordenamiento moral ma de las remuneraciones, el dispendio inorgáni-
e intelectual de la clase "dirigente", mientras la co de subsidios con programas tibiamente redis-
desmesurada inequidad de la estructura producti- tributivos y una modernización de la instituciona-
va prácticamente está intocada. Así, cobra plena lidad pública; cuestión esta última que termina
vigencia la noción de hegemonía y la definición facilitando paradójica o intencionalmente una
gramsciana del Estado como "todo el complejo de privatización velada de servicios y, de esa forma,
actividades prácticas y teóricas con las cuales la la complicidad de la gestión pública con la acu-
clase dirigente no solo justifica y mantiene su mulación de capital.
dominio sino también logra obtener el consenso En dicho escenario de ambigüedad,
activo de los gobernados" (1 p.158). derechización del Estado y propaganda, se pro-
El contenido auspicioso de discursos duce una segunda paradoja. Los partidos y orga-
como el del gobierno del Estado Plurinacional de nizaciones sociales que conforman la izquierda
Bolivia y su mirada creativa de las fases de una histórica, que incluso tuvieron una participación
revolución que se afinca fuertemente en el mane- importante en la derrota del régimen neoliberal y
jo de una contracultura plurinacional y descoloni- en el ascenso de los nuevos gobiernos, no solo
zadora, a pesar de su interesante propuesta (2), no han debido desligarse del aparato neodesarrollis-
parece tener condiciones históricas para resolver ta, sino que han sido empujados a una inevitable
las "tensiones creativas" entre el Estado y los oposición, debilitándose así, coyunturalmente, la
movimientos sociales de la llamada quinta fase de conexión entre el pensamiento crítico de los inte-
la revolución. En el horizonte actual será muy difí- lectuales más progresistas y la conciencia colecti-
cil redirigir las fuerzas productivas –objetivas y va de las bases sociales de estos gobiernos.
subjetivas– para alcanzar dos condiciones estraté- En el caso ecuatoriano, la ilusión forja-
gicas indispensables para la transformación a da de un futuro de justicia e igualdad y el repar-
fondo: en primer lugar, la disolución paulatina to de subsidios fuertemente impregnado de una
del Estado central hacia una conducción público- lógica populista han fomentado un imaginario de
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cambio que paradójicamente consolida la nueva América Latina, incitábamos con nuestros ensa-
hegemonía, generando el respaldo de amplios yos críticos la búsqueda de una profunda renova-
sectores, sobre todo del subproletariado, de ción del paradigma de una salud pública que
capas medias más pobres y aun de ciertas fraccio- había envejecido, tornándose instrumento fun-
nes del proletariado. Las sucesivas victorias elec- cional del poder y eficaz recurso de hegemonía.
torales del nuevo oficialismo son una expresión Para esos años, México era un punto de
de dicha tendencia. En ese marco, el discurso ofi- convergencia del exilio intelectual provocado por
cial de satanización de la partidocracia en abs- los regímenes autoritarios de la época y, en el
tracto coloca a la izquierda en el mismo saco del terreno de la salud, un centro de gravedad del pen-
fracaso político de la derecha. Así, la izquierda samiento crítico. La Maestría de Medicina Social
histórica con sus partidos, gremios obreros, orga- de la Universidad Autónoma Metropolitana de
nizaciones indígenas, movimientos ecologistas y Xochimilco (UAM-X) fue un eje vital, puesto que
otros, convertidos en chivos expiatorios de la dicha Universidad lideraba la reforma universitaria
falta de cambios reales, han visto limitarse coyun- y había reunido un grupo de científicos que colo-
turalmente los espacios para una construcción caban las bases de un nuevo programa de posgra-
política emancipadora. do. Quienes fuimos alumnos de su primera pro-
En esas condiciones se hace palpable la moción debimos enfrentar un movimiento interno
urgencia de renovación del arsenal teórico y de de oposición al proyecto y arrimar el hombro para
las herramientas de análisis estratégico de la salir de ese callejón sin salida. Conocía de nombre
izquierda para comprender la nueva materialidad a mis dos distinguidos compatriotas Bolívar
y estructura que caracterizan al capitalismo del Echeverría y Agustín Cueva, quienes residían en
siglo XXI, y entender el desarrollo de la cultura, México y se desempeñaban como profesores de la
la ideología y la politicidad en el nuevo contex- Universidad Nacional Autónoma de México
to. En medio de eso, es urgente comprender la (UNAM), y los visité para proponerles su participa-
nueva hegemonía y desentrañar las potencialida- ción como docentes de la Maestría. Era sorpren-
des transformadoras bajo el modelo civilizatorio dente para ellos que se los llamara a un posgrado
del capitalismo avanzado. en salud, pero pronto aceptaron cuando compren-
Necesitamos un remozamiento de la dieron que nuestra necesidad era partir de un estu-
conciencia crítica, desde una visión radicalmente dio profundo de la economía política y de la socio-
renovadora, que mire la realidad sin dogmatis- logía crítica de la salud. La participación de ellos
mo, sin estridencias míticas y con un sentido de no solo fue un éxito, sino que, de alguna manera,
profunda autocrítica como el que propuso Adolfo alimentó el arranque de una mirada distinta de lo
Sánchez Vásquez –ese otro gigante del pensa- social en la determinación de la vida.
miento emancipador– cuando nos interpelaba El curso de economía política de
sugiriendo que, si de lo que se trata es de trans- Bolívar me marcó profundamente y abrió un
formar el mundo, no basta con luchar contra el horizonte radicalmente nuevo para mi trabajo,
capitalismo y el imperialismo, sino también es enfocado en un análisis sistemático de lo que
necesario luchar para que el socialismo sea ver- desde entonces denominé la determinación
daderamente real (3); reto de enormes proporcio- social de la salud (4). No solo porque no había
nes frente al cual cobra especial significado la conocido hasta ese momento una explicación tan
obra de Bolívar Echeverría. diáfana de los clásicos de la economía política y
de la filosofía de la praxis, sino porque resultaba
una interpretación radicalmente innovadora, des-
MI LECTURA DE ECHEVERRÍA: pojada del determinismo histórico económico,
LA SUBVERSIÓN DEL BUEN VIVIR atenta al peso de la materialidad social sobre el
espíritu y de la determinación de ese movimien-
to sobre el modo de vivir, colectivo e individual.
Conocí personal e intelectualmente a Una verdadera subversión frente a la lógica de
Bolívar en México a mediados de la década del ese empirismo funcional que agota su mirada en
70. Eran años en que varios de nosotros, desde indicadores como el de "calidad de vida", el de
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"ingreso" y el de "pobreza", al abordarlos como solo el hilo conductor de un riguroso y erudito


meras abstracciones descontextualizadas y despo- trabajo filosófico y científico y el dominio sobre
jadas de su esencia histórica. Esas gratificantes jor- un pensamiento dialéctico que penetra hondo en
nadas fueron el punto de partida para nuestros tra- la crítica de la modernidad capitalista sino que, al
bajos de crítica teórica y de replanteamiento sustanciar una teoría materialista de la cultura y
metodológico de los años posteriores. Un apoyo explicar desde esa perspectiva la posibilidad y
crucial en momentos en que varios de nosotros, existencia histórica de otras modernidades –por
desde Ecuador, aunábamos esfuerzos para la fun- ejemplo, romántica, clásica, barroca–, se con-
dación de un pensamiento contrahegemónico fronta la noción conservadora del posmodernis-
acerca de la salud colectiva en América Latina. mo e interpela, indirectamente, a tantos intelec-
No queríamos perfeccionar las mismas tuales de izquierda que cayeron en las seduccio-
nociones ético-empíricas y hasta ingenuas del nes idealistas de paradigmas neoconservadores
vivir saludable y su explicación, sino avanzar como el posestructuralismo.
hacia una lógica dialéctica fundamentada en el No es el propósito de este breve trabajo
gran metabolismo sociedad-naturaleza y las rela- abarcar en su amplitud y profundidad una crítica
ciones de acumulación, indispensable para com- de la obra de Bolívar en la economía política, en
prender la reproducción social del capital; proce- la filosofía y en la teoría de la cultura. Se trata
so para el cual, como lo hemos dicho, Bolívar más bien de destacar e hilvanar las contribucio-
había recreado una explicación consistente que nes en esos tres campos, que han sido de enorme
penetra en la complejidad de dicho movimiento importancia para quienes batallamos en el terre-
y asume los fenómenos del mercado y del consu- no de los derechos de la vida y la salud, y en la
mo, de la cultura y del movimiento político, en construcción de una ruptura radical con el para-
relación con una materialidad estructurada y no digma ecológico funcionalista de una salud
como el resultado de un simple movimiento de pública que esconde el sistema de relaciones que
ideas y prácticas desconectadas. existe entre los procesos de la estructura capita-
La obra de Bolívar fue, en definitiva, lista, la salud y el ambiente.
vital para el trabajo que nos vinculó desde fines A pesar de que los movimientos revolu-
de los años 70 a la construcción de un movimien- cionarios dados en los confines históricos del
to cuya fundación quedó concretada a mediados capitalismo comenzaron ya hace más de 200
de los 80 en Ouro Preto y al que los núcleos par- años, aún no se ha logrado una revolución que
ticipantes denominamos medicina social latinoa- haya subvertido de modo amplio, consistente y
mericana. Nacía entonces la voluntad de empu- duradero el modelo civilizatorio que sostiene
jar un nuevo ciclo de subversión de las nociones este modo de reproducción social ni los modos
del sanitarismo hegemónico. de vivir malsanos, que son inherentes a la pree-
minencia de la acumulación de capital sobre la
reproducción de los sujetos y la vida. Ninguna de
PENSAMIENTO COMPLEJO las sucesivas revoluciones sociales ha logrado un
EMANCIPADOR PARA ENFRENTAR EL cambio profundo que haga viable un auténtico
CAPITALISMO DEL SIGLO XXI modo de vivir saludable.
Las revoluciones avanzaron hacia un
mejor reparto de la riqueza y cambiaron la
Desde el Bolívar Echeverría de los ensa- estructura de propiedad, conquistaron mejores
yos sobre la posibilidad del cambio en los núme- condiciones de trabajo y vivienda, elevaron el
ros 5 y 6 de la revista Pucuna de los intelectuales salario social y el acceso universal a servicios
tzántzicos (5,6), pasando por obras como el públicos, democratizaron la institucionalidad
Discurso Crítico de Marx (7), Valor de uso y uto- cultural y política. En fin, se podría decir que las
pía (8) y Definición de la cultura. Curso de más avanzadas revoluciones enmarcadas en prin-
Filosofía y Economía 1981-1982 (9), hasta arribar cipios socialistas lograron sin duda conquistas
a trabajos como la Vuelta del siglo (10) y importantes, pero en ningún caso transformaron
Modernidad y blanquitud (11), se despliegan no el modelo de civilización del capitalismo y sus
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modos de vida humanos. No derrotaron la cultu- sumáramos por ejemplo el peso global de la
ra mercantil individualista, la preeminencia des- población rusa y china en el mundo y, más aun,
bordante del valor de cambio sobre el valor de si añadiéramos al análisis el peso de los otros terri-
uso; no desplazaron la centralidad y el crecimien- torios que vivieron el socialismo real del siglo XX,
to exponencial del consumo y derroche producti- ya se habría cubierto más de un tercio de la pobla-
vo e individual; no resolvieron la fractura ciudad- ción humana para confrontar el modelo civilizato-
campo; no pudieron construir lo que he llamado rio capitalista eurocéntrico. Pero aun así, en los
la capacidad vital (a) (12,13) de las ciudades y los Estados que proclamaron el socialismo y en los
territorios rurales, puesto que dichos espacios Estados socialdemócratas de Europa, las fuerzas
socio-naturales están lejos de proveer condiciones del poder no comprendieron ni comprenden aún
para una producción soberanamente sustentable, el socialismo profundo, ni se dispusieron o dispo-
solidaria y saludable; no han sido capaces de sus- nen a revolucionar realmente la materialidad y la
tentar la reproducción y perfeccionamiento de la conciencia. Parece más bien como si la herencia
vida y de las condiciones económicas, culturales de tanta sangre vertida en la construcción del
y políticas que se requieren para hacer viable y socialismo, de tanto talento aplicado, se redujera
garantizar modos de buen vivir, en equidad para ahora a la posibilidad absurda de crear un "capi-
la presente y las futuras generaciones. Al asumir la talismo de rostro humano" o administrar con sen-
lógica de una tecnología orientada a la acumula- tido pragmático las relaciones con los imperios.
ción y no a la vida, no han conducido el gran Estamos enmarañados en la trama de un
metabolismo sociedad-naturaleza para generar mundo donde la dominación camina en dos ejes
soberanamente una biomasa alimentaria suficien- fundamentales. Un eje material, donde los tentá-
te, ni sustentar fuentes de un trabajo dignificante culos de los imperios no solo operan a través de
y seguro, ni condiciones para una creación cultu- las desigualdades del mercado, sino por medio de
ral ligada al valor de uso, ni para la reproducción la exportación apabullante de una organización
de identidades, ni mucho menos para la conduc- material de la vida, de un modelo para organizar
ción público-social del poder y las organizacio- la práctica del vivir que, a más de reforzar la
nes, de tal manera que se multipliquen formas de dependencia, es seductor y se complementa con
organización solidaria y soportes colectivos. Y, novedosos mecanismos de sometimiento objeti-
como corolario de este fracaso histórico, esas vo, como diría Marx, de subsunción (14 p.54).
revoluciones no lograron romper la lógica oportu- Pero está también el eje espiritual o cultural de
nista y de codicia de la economía para proteger la sometimiento que hemos explicado antes, descri-
naturaleza y recrear socioecosistemas saludables. to por la categoría gramsciana de hegemonía (1
La prueba más rotunda e hiriente de la p.158), la cual se ha refrescado con la celeridad y
desorientación, incapacidad o insuficiencia de la capacidad seductora del capitalismo avanzado.
dichas revoluciones, ha sido su reversibilidad. La materialidad capitalista del siglo XXI
Basta ver qué quedó del gran experimento sovié- se ha transformado, determinando ahora, de una
tico luego de la caída del muro y la eclosión del manera especial, los modos de vivir y la salud.
capitalismo ruso o del socialismo chino en el Para desentrañar estos procesos y para elaborar
período de capitalismo de Estado para darnos una noción del buen vivir material, realmente
cuenta de que esas revoluciones, a pesar de sus emancipadora, es importante la lectura de la eco-
avances y de la heroicidad de sus gestores, no nomía política que nos ofrece Echeverría.
lograron revolucionar ni la materialidad ni la Primero, para comprender en su verdadera com-
conciencia de manera sustentable. plejidad la reproducción social del capital, des-
Y ya sabemos que, cuando se llega a pojándonos de un materialismo economicista y
este punto, suele argumentarse que las revolucio- mecánico; y segundo, para hacerlo desde una
nes enfrentaron un mundo atenazado por la lógi- conciencia profunda, no funcional, que "se opon-
ca inversa y la voracidad de un mercado global ga a la incorrección general de un modo de vida
que exige, objetiva y subjetivamente, entrar o humano no apenas a modos secundarios o deri-
perecer. Es innegable la complejidad y adversidad vados de comportamiento social (administrati-
del escenario, pero es también evidente que si vos, jurídicos, culturales, etc.)" (6 p.28).
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La construcción del buen vivir material fines de los años 70. Se trata de la condición deter-
tiene en su centro la superación del productivis- minante que encarna la reproducción del capital y
mo y de la valorización del valor como fulcro de lo que Bolívar explicó como un "efecto donador
una economía que gira en torno a la acumula- de forma" del proceso, en dos niveles o estados
ción. Pero dicha superación implica, según diferentes: el de la subsunción formal del modo
Bolívar, replantearse el valor de uso como forma capitalista que cambia las condiciones de propie-
natural de la reproducción social. Y como él dice: dad de la producción/consumo y afecta, desde
replantearse el concepto de valor de uso que afuera, las relaciones entre el sistema de necesida-
Marx opone al pensamiento moderno "hace esta- des de consumo y el sistema de capacidades de
llar el horizonte de inteligibilidad en el que este producción; y el de la subsunción real, o "substan-
se mueve" (8 p.153). Cuestión vital para despojar cial", en el que la interiorización social de ese
a categorías como "buen vivir", "modo de vida modo desquicia desde su interior la propia dialéc-
saludable" o más aun "calidad de vida", del sesgo tica entre necesidades y capacidades (15 p.10).
funcionalista que las condena a ser instrumentos Algunos, como Veraza (16) y Barreda
de un pensamiento reformista intrascendente. (17) –ex discípulo este último de Bolívar como
El eje espiritual o cultural del someti- yo–, sostienen que
miento requiere ser enfrentado con una concien-
cia revolucionaria renovada. Bolívar sostenía …conforme el capital va desarrollando la
que, si la construcción de la materialidad alterna estructura técnica del proceso laboral que ha
se ha rezagado, ha ocurrido en correspondencia sometido, también adquiere más potencia para
con la conciencia colectiva, aun de aquella que someter otras esferas de la vida social […] Así
se pretende revolucionaria, que se ha reducido a por ejemplo, los sometimientos culturales posi-
las "vestiduras míticas o ideológicas" sin enten- bilitan que la gente acepte ciertas formas de
der que lo esencial son "las motivaciones de exis- racionalidad que son acordes con el capital […]
tencia material en referencia a las cuales la con- Este sometimiento cultural no permite extraer
ciencia revolucionaria tiene que conformar su plusvalor pero apuntala la posibilidad de
estructura y delimitar sus contenidos" (6 p.27). extraérselo a la clase obrera en el proceso de
En la base de la inconsistencia ideológi- trabajo. Lo mismo ocurre con el sometimiento
ca de la época y de la persistencia de una cultu- político, estatal, institucional, o con el someti-
ra acrítica, no subyace la falta de una conciencia miento de las costumbres de la sociedad civil o
mítica, ni la ausencia de disposición a jornadas de la vida cotidiana en las casas de las gentes y
heroicas de la izquierda, sino la reproducción de en general con todo sometimiento circulatorio,
ese ordenamiento moral e intelectual que ha distributivo, o con los sometimientos que ocu-
impuesto la clase "dirigente", es decir, de su rren en el consumo. (16 p.10)
hegemonía basada, más que en la propaganda
propalada por los medios, en la seducción de Dichos autores insisten en el argumen-
dicha materialidad capitalista, que es la que sub- to de Echeverría de que se llega a producir un
sume la conciencia, por ejemplo, de los jóvenes sometimiento real, no apenas formal del consu-
rusos, cubanos o ecuatorianos. mo, lo que permitiría ver bajo nuevas luces los
Bolívar abrió novedosas reflexiones efectos que ha tenido la política económica neo-
sobre la noción de subsunción –que fuera utiliza- liberal (16 p.11).
da por Marx para explicar los sometimientos Son ideas potentes que nos invitan a
internos y externos que operan sobre el proceso una reflexión profunda, pero que exigen a la par
de trabajo bajo el capital–, analizando la determi- responder algunas preguntas encaminadas a pre-
nación y sometimiento de los procesos reales o venir una lectura determinista de esta problemá-
naturales de transformación de la naturaleza y tica: ¿es que la extensión de la condición de sub-
"restauración del cuerpo social" al proceso abs- sunción real, más allá de la esfera del trabajo
tracto formal de producción de plusvalor y acu- obrero, implica un sometimiento generalizado
mulación. Cuestión que asumimos desde los ini- absoluto que no admitiría un espacio de libertad
cios de nuestro trabajo crítico en salud, hacia o autonomía relativa en el consumo y las esferas
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de la cultura? ¿Es que estamos implicando un sino para comprender el papel de la cultura en su
sometimiento real de todo y por consiguiente condición de mediadora de las transacciones
una lectura determinista de Marx? ¿Qué cuidados sujeto-objeto que conforman las formas de poder
aplicar para mantener con vida el principio inter- simbólico del modelo civilizatorio capitalista,
pretativo marxiano del peso condicionante de la que niega las posibilidades de la vida; todo lo
materialidad estructural sobre la superestructura cual es inherente a la determinación de la salud.
y la cultura, cuyo dominio básico es la circula- Por eso las 15 tesis de Bolívar sobre
ción o mercado, sin caer en el determinismo? modernidad y capitalismo (15) y su urgencia por
¿Corresponde asumir el metabolismo general desentrañar "la posibilidad de una modernidad
sociedad-naturaleza, subordinado a la reproduc- diferente a la que se ha impuesto hasta ahora"
ción social del capital (acumulación), como la es, desde el punto de vista de la epidemiología
dimensión mayor de la subsunción, en la cual se crítica, un asunto central para cualquier esfuerzo
encuadraría la subsunción de los modos de vivir por depurar la noción del buen vivir de sus
colectivos? En resumidas cuentas: ¿cómo evitar extravíos empírico-funcionalistas, y recuperar
que la subsunción sea convertida en una catego- para el análisis de la determinación social la
ría determinista y conservar con vida el principio dimensión del impacto de las fuerzas producti-
de autonomía relativa que expresa la potencia vas sobre la vida en el planeta y la salud como
dialéctica de los subordinados? una de sus expresiones (15 p.4).
En otros textos hemos discutido acerca En esa medida, y siguiendo la lógica
de esta disyuntiva, y resaltado la contribución emancipadora de Bolívar, podemos afirmar que,
importante que Samaja ofreció a ese debate (18), para nuestro trabajo en la construcción de la
pero en todo caso está claro que una dimensión salud colectiva, ha sido fundamental comprender
clave del movimiento de subsunción y autono- la falacia de la regla de oro de la modernidad
mía relativa opera en la relación entre la materia- capitalista, que es condicionar la supervivencia a
lidad y la espiritualidad, entre lo económico, lo la explotación de lo Otro (naturaleza y seres
cultural y lo político en la modernidad capitalis- humanos) y asumir de verdad que existen otros
ta; cuestión frente a la cual los textos de Bolívar modelos civilizatorios factibles, ligados no a la
cobran enorme trascendencia. muerte sino a la vida; al eros como lo explica él
En su lúcido comentario a Definición (15 p.8). Es como ver más allá de la lucha por
de la cultura (19) de Echeverría, Gandler afirma corregir o destruir las relaciones sociales de
que esta contribución a una teoría materialista de inequidad, que en décadas anteriores ocupó
la cultura contiene todo, para disponernos a reinventar la moderni-
dad, despojándola del imperio de la lógica capi-
…reflexiones teóricas al más alto nivel, que sin talista, para descubrir las bondades y capacidad
lugar a duda están por encima en calidad, con- sanitaria de otros modelos civilizatorios que
gruencia, relevancia y originalidad de la gran encarnen otros paradigmas para el modo de vivir.
mayoría de la producción de filosofía y teoría Según Echeverría, son cinco las tenden-
social de la Europa aparentemente posmuro. (20) cias ideológico-culturales que caracterizan y per-
miten la reproducción de la modernidad capitalis-
Una teoría materialista de la cultura es ta: una perspectiva modernista antropocéntrica; un
un requisito esencial para la construcción históri- progresismo consumista; el urbanicismo; el econo-
ca contextualizada del modo de vivir. Si de lo micismo; y el individualismo. Y es en el marco de
que se trata es de cuestionar radicalmente los las mismas que se desarrollan los cuatro ethe o
modos de vivir malsanos que caracterizan dicha comportamientos espontáneos que integran el
modernidad capitalista, un conocimiento históri- hecho capitalista como condición necesaria de la
camente enraizado en la cultura es una herra- existencia práctica y armonizan la vida cotidiana:
mienta sine qua non, no solo para penetrar en las el ethos realista que lo torna natural, eficaz e insu-
construcciones subjetivas de las relaciones socia- perable; un ethos romántico que identifica la
les patogénicas que afectan a los grupos en la reproducción social natural con la valorización del
dimensión particular de la reproducción social, valor y pretende ser una afirmación del valor de
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uso; un ethos clásico que asume como espontá- Tal vez nadie mejor que él ha explica-
nea la subsunción de la vida social a la historia do la diferencia entre revolución, reforma y refor-
del valor; y finalmente el ethos barroco que com- mismo, porque nunca perdió de vista la conexión
pleta el cuádruple sistema prevaleciente y que determinante que existe entre la materialidad y la
implica la "aceptación de la vida hasta en la cultura. Supo descifrar las condiciones del movi-
muerte" e "insufla de manera subrepticia un miento dialéctico que operan entre una substan-
aliento indirecto a la resistencia que el trabajo y cia social capitalista que pugna por reproducirse
el disfrute de los valores de uso ofrecen al domi- y las formas que esta hace posible. Cuando las
nio del proceso de valorización" (15 p.13-25). formas que se crean no compiten con la estructu-
En todo caso, frente a esas necesarias ra anterior, se genera un reformismo que apenas
disquisiciones que nos ayudarían a esclarecer el la remozan; en cambio, cuando se generan for-
sentido de la lucha política, frente a ese sistema mas alternativas que compiten abiertamente con
económico insensato, inviable, derrochador y sin la substancia capitalista, se provoca una reforma
capacidad vital que subsume la vida al capital y que subvierte dicha substancia y avanza hacia su
la destruye, surge la claridad visionaria del pen- transformación revolucionaria (21).
samiento de Bolívar, que desde la primera etapa Es evidente, entonces, que las contribu-
de su discurso definía la conciencia revoluciona- ciones de este notable pensador latinoamericano,
ria como por su carácter penetrante y originalidad, son cla-
ves para el pensamiento crítico de este comienzo
…estados de ánimo colectivos que, motivados de siglo y piezas de esa rebeldía esclarecida que
por las contradicciones reinantes en un modo augura nuevos tiempos para el pensamiento teó-
determinado de producción, instituyen en la rico y estratégico de la izquierda, tan necesario
conciencia social una especie de "manifiesto" como la energía social de la lucha en las calles.
semiexpreso en el que constan, más o menos
claramente delineadas, las soluciones anhela-
das para las contradicciones existentes y los
métodos políticos y económicos conducentes a
tal fin. (6 p.26)

NOTAS FINALES dimensiones de la reproducción social (trabajo


y modos de vivir dignificantes, solidarios y
seguros; formas de recreación cultural e identi-
a. He propuesto una nueva categoría para estu- taria autárquicas; formas de organización soli-
diar la sustentabilidad: la capacidad vital o sus- daria y soportes colectivos protectores) y proce-
tentable. Expresa la productividad de una socie- sos de metabolismo sociedad-naturaleza que
dad y comprende, además de la generación de protejan a la madre naturaleza y aseguren los
fertilidad y biomasa para sustentar la nutrición de ciclos de su reproducción, su biodiversidad y
los pueblos, la capacidad de sustentar las otras bioseguridad.

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FORMA DE CITAR
Breilh J. La subversión del buen vivir (rebeldía esclarecida para el siglo XXI: una perspectiva crítica de la obra de
Bolívar Echeverría). Salud Colectiva. 2011;7(3):389-397.

Recibido el 4 de agosto de 2011


Aprobado el 26 de septiembre de 2011

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