Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
La forma más útil y frecuentemente utilizada es la que lleva a cabo el médico al relacionarse
profesionalmente con sus pacientes. El médico se convierte en un psicoterapeuta al
interesarse y escuchar con atención al paciente prestándole la ayuda necesaria. Desde este
punto de vista, psicoterapia es el uso de la influencia humana con fines terapéuticos o sea
de beneficio para el paciente. Un buen médico siempre está haciendo psicoterapia pues
usa sus características personales y profesionales para influir positivamente sobre sus
pacientes.
El médico general y el mito de su incapacidad para realizar psicoterapia
Con frecuencia el médico general está dominado por el mito de su incapacidad para realizar
tratamientos psicoterapéuticos. Las razones que supuestamente interfieren con su
habilidad para realizar dichas intervenciones son, entre otras, las siguientes:
5. El 20 o 25% de los pacientes que acuden al médico general sufre trastornos psicológicos
suficientemente serios como para ameritar un tratamiento. El mejor médico es el que
realiza funciones psicoterapéuticas dentro de su práctica diaria.
Si los pacientes presentan problemas emocionales específicos, una técnica sencilla que
utilice elementos de psicoterapia breve y de apoyo con un enfoque práctico de la situación
actual, permitirá un manejo adecuado del paciente. Una intervención de este tipo estará
indicada en los siguientes casos:
* Pacientes sin enfermedad física pero con una sintomatología somática como expresión
de un problema emocional. Estos casos son motivo frecuente de consulta a médicos
generales y especialistas. Por ejemplo el estudiante con problemas académicos que sufre
de cefaleas o dolores abdominales; la señora con opresión torácica, taquicardia y disnea,
precipitados por preocupaciones que surgen de situaciones difíciles del hogar.
La edad adulta joven, período en el cual deben tomarse decisiones importantes sobre la
definición de oficio o carrera profesional; la elección de pareja, etc.
La edad adulta media en donde hay una tendencia a realizar un balance de metas y logros
en la vida y, más adelante, los inexorables procesos del climaterio en el hombre y la
menopausia en la mujer; la jubilación, los temores a la enfermedades cardiovasculares y el
cáncer; la independencia de los hijos.
Y finalmente, la vejez con el menoscabo del estado físico, la falta de apoyo sociofamiliar y
el temor a la muerte, situaciones éstas para las que nadie está completamente preparado.
INDICACIONES.
Durante las entrevistas y como guías de procedimientos, pueden realizarse las siguientes
acciones:
Dar una guía sobre el desarrollo de las sesiones. Como en todo procedimiento, el
paciente debe conocer en qué consisten las consultas de psicoterapia y cómo debe
cooperar para el buen éxito del proceso.
Identificar las formas que ha utilizado el paciente para disfrutar y los aspectos positivos
y de éxito en su vida. Esta información se utilizará para reforzar la intervención que
busca dar apoyo.
Se investigan las actividades, aficiones, hobbies y conocimientos que han sido fuente
de gratificación para el paciente. Esto se hace a través de preguntas sobre práctica de
deportes, espectáculos preferidos, afición de coleccionar, lecturas favoritas; si
pertenece a grupos religiosos, si práctica manualidades, etc. En fin, todo lo
concerniente a las actividades que han producido disfrute y seguridad personal.
Se puede obtener datos de la personalidad del paciente a través del relato que haga de
sus relaciones interpersonales, observando las actitudes que tome ante el médico y
solicitándole que se describa a sí mismo. De esta manera se pueden detectar los rasgos
negativos de la personalidad del paciente. Podemos encontrar por ejemplo que se
trata de una persona muy dependiente que deja las decisiones importantes de su vida
para que otros las resuelvan, a pesar de poseer capacidades para hacerlo por sí mismo.
Puede ser una persona excesivamente angustiada ante los eventos de la vida
cotidiana, porque tiende a imaginarse los peores desenlaces; en otros casos es alguien
que elude responsabilidades y tiende a culpar siempre a los demás de sus fracasos o
por el contrario es muy exigente y estricto consigo mismo y asume culpas que no le
corresponden.
La intervención terapéutica.
El paso anterior permite organizar sus ideas y obtener un mejor contacto con la realidad.
Esto es importante ya que la intensidad de las reacciones de angustia y depresión están
muy relacionadas con la imaginación (fantasía) que la persona suele hacer sobre las
situaciones de su vida, sus posibilidades, sus capacidades y la aceptación que tiene ante los
demás. Frecuentemente en estas personas, los pensamientos tienden a ser negativos y
sufren por circunstancias hipotéticas que probablemente nunca sucederán. Estas
suposiciones negativas pueden darse por ejemplo ante una enfermedad, una intervención
quirúrgica o ciertas situaciones familiares. En otras ocasiones la esperanza de que se opere
un milagro o una acción mágica que resuelva una situación difícil o mejore una
enfermedad, no permite aceptar una realidad ni tomar acciones concretas y más efectivas.
La depresión y la angustia pueden estar relacionadas con la dificultad para aceptar una
realidad emocionalmente dolorosa. Esto puede suceder ante pérdidas materiales o
afectivas importantes dando lugar a una reacción de duelo intenso o prolongado. Lograr
que la persona exprese sus sentimientos de pérdida y hable del ser querido fallecido y de
su significado; o de la importancia de las pérdidas materiales sufridas, permite no sólo un
desahogo de sus sentimientos, sino también la aceptación de la realidad que se trata de
negar.
Cuando se tiene un mejor conocimiento de las actitudes, los comportamientos y los rasgos
de la personalidad del paciente, se puede demostrar la tendencia repetitiva a utilizar
mecanismo negativos ante las situaciones diarias.
Las actitudes pasivas y dependientes. Ciertas personas, a pesar de poseer capacidades,
esperan que sus problemas sean resueltos por el médico, los familiares u otras personas.
Su incapacidad para asumir responsabilidades los somete a toda suerte de penurias: por
ejemplo la mujer que consulta por síntomas somáticos asociados a una depresión en quien
se encuentra como factor fundamental el maltrato que recibe de su esposo, es necesario
hacerle ver que además de la ayuda del médico, ella puede adoptar una actitud más
afirmativa frente a esa situación especialmente si tiene en cuenta no sólo sus derechos,
sino sus capacidades.
Aceptación de la realidad. Es útil que las personas se den cuenta que por lamentarse de los
aspectos negativos de su vida, no utilizan constructivamente los muchos aspectos
positivos ni lo que en efecto poseen. Aprender de las situaciones difíciles, y obtener una
experiencia positiva que permita abordar adecuadamente problemas en el futuro, es una
meta deseable. En ciertas ocasiones, aceptar que un problema no se puede resolver, es en
sí mismo la mejor solución.
Otra caso diferente es el de la persona que desea destacarse en una actividad para la cual
no tiene capacidades y sin embargo no realiza actividades para las que sí tiene habilidades.
Referencias.
Toro, G, Ricardo, J & Yepes, LE. Psiquiatría. Fundamentos de la Medicina. Corporación para
Investigaciones Biológicas, Medellín.
Usdin, G & Lewis, JM. Psiquiatría en medicina general. Salvat Editores S.A., Barcelona.
Cap. 20. Tratamientos conductuales, cognitivos y psicodinámicos. En: Donald W. Black, Nancy C. Andreasen. Texto
introductorio de psiquiatría. Primera edición.-– México, D.F.: Editorial El Manual Moderno, 2015.