Marconi (1981) define el alcoholismo como: Una enfermedad crónica, caracterizada por una perturbación fundamental del sistema nervioso central, que se manifiesta por un grupo de síntomas y signos corporales que confieren un carácter imperioso al deseo concomitante de ingerir alcohol. En el nivel de la conducta, la enfermedad se manifiesta por un estado de dependencia física, primaria o secundaria, hacia la sustancia. La sintomatología desaparece temporalmente después del consumo de cierta cantidad de alcohol. Así mismo, también es definida como una dependencia alcohólica, es uno de los principales motivos de consulta de salud mental, y se caracteriza por un consumo excesivo de alcohol durante un tiempo prolongado, que supone dependencia del mismo. Se considera un grave perjuicio para la salud, que aumenta el riesgo de muerte como consecuencia de enfermedades en el hígado, cáncer, depresión, accidentes, etcétera. En el mismo orden de ideas, es importante destacar que el alcoholismo se divide en varios tipos, existen diversas clases de alcohólicos según la cantidad de alcohol que consumen, en ellas podemos encontrar: Abstemios: Son aquellas personas que, al probar alcohol, siente desagrado por su gusto y los efectos que produce. Es por esto que se niegan a volver a consumir. Dentro de este grupo se pueden incluir a los no bebedores “preocupados”, que son aquellos que no sólo no beben, sino que buscan persuadir a aquellos que sí para que se vuelvan abstemios también. Bebedores sociales: Son los individuos que beben entre amigos, es decir, cuando se juntan en alguna reunión o fiesta. Sólo se embriagan en ocasiones especiales, pero por lo general estas personas no toleran este tipo de estado en exceso. Alcohólicos sociales: Son personas que beben y se embriagan frecuentemente, pero mantienen cierto control en su comportamiento. Apesar de esto, siempre busca algún momento para beber algunas copas. Alcohólicos: Son los individuos con gran dependencia a las bebidas alcohólicas. No pueden controlar su conducta, lo que representa un desajuste tanto en sus vidas como en la de las personas que los rodean.