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CIMENTACIONES
CIMENTACIONES
GENERALIDADES Las cimentaciones tienen como misión transmitir al terreno las cargas que
soporta la estructura del edificio. De modo general se puede decir que existen dos tipos de
cimentación según que principalmente vayan a soportar esfuerzos de compresión pura o que
soporten, además, tensiones de tracción. Esta consideración afecta al material que va a
constituir la cimentación.
A los solos efectos del estudio de la interacción suelo-cimentación, las zapatas se clasifican en
rígidas y flexibles según la relación entre el canto total (h) y el vuelo máximo (Vmax).
CLASES
Cimentaciones directas
Cuando las zapatas sufran una elevada excentricidad en una o las dos direcciones
principales (soportes medianeros y de esquina) es necesaria la disposición de vigas
centradoras o de atado entre las zapatas con objeto de disminuir los momentos
aplicados. En todo caso, resulta conveniente la disposición de estos elementos en el
perímetro de la cimentación al objeto de disminuir la incidencia de los asientos
diferenciales.
b) Zapatas combinadas o corridas Este tipo de cimentación se emplea cuando las zapatas
aisladas se encuentran muy próximas o incluso se solapan. Las causas que originan esta
situación son varias: la proximidad de los pilares, la existencia de fuertes cargas
concentradas que pueden dar lugar a elevados asientos diferenciales, la escasa
capacidad resistente del terreno o la presencia de discontinuidades en este. Si el número
de pilares que soporta es menor de tres se denominan combinadas y corridas en caso
contrario. También se utilizan para apoyar muros con capacidad portante (muros de
carga o muros de contención de tierras) ya tengan o no soportes embutidos en cuyo
caso la anchura de la zapata puede ser variable.
c) Emparrillados En el emparrillado, la estructura se asienta en una única cimentación
constituida por un conjunto de zapatas corridas dispuestas en forma de retícula
ortogonal. Este tipo de cimentación se emplea cuando la capacidad portante del terreno
es escasa o cuando presenta una elevada heterogeneidad, lo que hace prever que
puedan producirse asientos diferenciales importantes que constituyan un riesgo
elevado para la integridad del edificio.
d) Losas La cimentación por losa se emplea como un caso extremo de los anteriores cuando
la superficie ocupada por las zapatas o por el emparrillado represente un porcentaje
elevado de la superficie total. La losa puede ser maciza, aligerada o disponer de
refuerzos especiales para mejorar la resistencia a punzonamiento bajo los soportes
individualmente (denominados pedestales si están sobre la losa y refuerzos si están bajo
ella) o por líneas (nervaduras).
Cimentación en pozo
Para su ejecución se excava un pozo hasta la cota resistente y, a partir de aquí, existen
dos posibilidades. La primera consiste en rellenar el pozo con hormigón pobre hasta cota
conveniente y, sobre esta columna, se apoya la zapata. La segunda consiste en ejecutar
la zapata directamente sobre el suelo y, con objeto de no aumentar la esbeltez del pilar,
apoyar este sobre un plinto de hormigón. En ambos casos es preciso considerar en el
cálculo el peso adicional, sea del bloque de relleno de hormigón o de la tierra sobre la
zapata.
Cimentaciones profundas
Las cimentaciones profundas se emplean cuando los estratos superiores del terreno no
son aptos para soportar una cimentación con zapatas.
Los pilotes aislados son aquellos que están lo suficientemente alejados de los demás
pilotes como para que no exista interacción geotécnica entre ellos. Los grupos de
pilotes se encuentran unidos por elementos lo suficientemente rígidos como para
que los pilotes trabajen conjuntamente. Las zonas pilotadas son aquellas en las que
los pilotes no sirven de apoyo directo a los soportes sino que están colocados para
reducir los asientos o asegurar la estructura. En estos casos los pilotes son de escasa
capacidad portante individual y estar situados a distancias regulares.
Por último, los micropilotes son aquellos compuestos por una armadura metálica
formada por tubos, barras o perfiles colocados en un taladro de pequeño diámetro
inyectado con lechada de mortero a presión más o menos elevada. Este tipo de
elementos se emplea fundamentalmente en operaciones de recalce de
cimentaciones que han sufrido asientos diferenciales de suficiente importancia
como para haber producido deterioros en la integridad del edificio.
b) Forma de trabajo Los pilotes tienen tres partes: punta, fuste y encepado o apoyo.
Su modo de trabajo depende de la naturaleza del terreno y de la profundidad a la
que se encuentre un estrato resistente.
TRATAMIENTOS DE CIMENTACIONES
El desarrollo de las grandes ciudades, y las necesidades que se generan en su entorno, implica
que sea necesario el uso de mayor superficie y el mejor aprovechamiento del terreno disponible.
Existen diversas técnicas para hacer frente a las malas condiciones del terreno, mejorando su
estado en términos de resistencia, deformabilidad o impermeabilidad.
Antes de decidir o implementar cualquier tipo de mejora o refuerzo del terreno deben
establecerse adecuadamente las condiciones iniciales del terreno mediante el oportuno estudio
geotécnico.
MEJORA DEL SUELO O TERRENO
Estos métodos han sido la causa, en buena medida, del creciente uso de terrenos marginales a
bajo costo.
Rellenos artificiales
En el presente capítulo, el término relleno se refiere a los materiales térreos que se usan
principalmente para nivelar o elevar la superficie del terreno, y no a las estructuras de
contención, como diques de tierra. Sin embargo, casi todos los principios generales que se
presentan son aplicables a ambos tipos de obras.
La mayor parte de los terrenos necesitan algún tipo de relleno artificial, al menos para asentar
las losas (firmes) para pisos y pavimentos. No obstante, esos rellenos presentan muchos
problemas, como compactación inadecuada, cambios de volumen y asentamientos imprevistos
causados por su propio peso. A fin de obviar esos problemas, los rellenos se consideran
elementos estructurales del proyecto, de modo que también se diseñan con esmero. Los
materiales y su granulometría, colocación, grado de compactación y, ocasionalmente, espesor,
deben ser cuidadosamente elegidos para soportar las cargas previstas.
Existen dos tipos básicos de relleno: el que se hace en seco mediante maquinaria y técnicas
ordinarias de movimiento de tierras, y el que se realiza en húmedo con dragas hidráulicas. Este
último tipo es el que se suele utilizar para la construcción de bordes de contención de aguas o
para grandes rellenos.
Hay una amplia variedad de materiales y tamaños de partículas que resultan adecuados para
rellenos en la mayor parte de los casos, aunque se debe evitar el uso de materia orgánica y
basura. La economía sugiere que el banco de materiales de rellenos esté lo más cerca posible
del lugar de la obra y, sin embargo, esto mismo cancela la posibilidad de usar ciertos tipos de
material.
Por ejemplo, es probable que los factores económicos impidan el secado de suelos de grano fino
saturados con agua. En casi todos los rellenos, el tamaño máximo de los fragmentos para la capa
de 45 cm situada inmediatamente por debajo de los cimientos, losas o a la superficie del terreno,
debe ser de 7,5 cm de diámetro, es decir, una sexta parte del espesor.
La prueba más común para evaluar la utilidad aproximada de los suelos como material de relleno
y fijar una especificación de compactación mínima es la prueba de relación humedad-densidad
(ASTM D698 y D1557), a la también se da el nombre de prueba Proctor. En la figura .... se
presenta un ejemplo de prueba Proctor, con los resultados correspondientes a arenas, limos y
arcillas, así como la línea de saturación del 100%, o de cero burbujas de aire.
Es necesario realizar varias pruebas sobre el material de relleno y establecer su relación estándar
de humedad -densidad. El punto más elevado de la curva representa la máxima densidad
obtenible en laboratorio, según el método de prueba, y el contenido óptimo de humedad.
Las dos pruebas de la ASTM representan diferentes niveles de trabajo de compactación. No
obstante, en el campo se puede realizar una compactación más intensa que en el laboratorio.
De este modo, es factible que exista una diferente relación de humedad-densidad en el terreno;
por tanto, los resultados de la prueba Proctor no deben ser considerados como una propiedad
inherente del material. Las curvas indican el contenido de humedad y el control que se necesita
en el campo a fin de obtener la densidad especificada.
Compactación de terrenos
El grado necesario de compactación de los rellenos se expresa normalmente como un
porcentaje mínimo de la máxima densidad en seco, obtenida mediante una prueba de
laboratorio, que se debe lograr dentro de ciertos límites estipulados de humedad. Por lo general
se especifican densidades que representan del 90 al 100% de densidad máxima, cuando el
contenido de humedad es del 2 al 4% del contenido óptimo de humedad. (La prueba ASTM
D1557 sirve como punto de referencia cuando se necesita una gran capacidad de carga y baja
compresibilidad; la ASTM D698 es adecuada si los requisitos no son tan estrictos, como sucede
en zonas de estacionamiento, aparcamiento). En casi todos los rellenos, basta con un 90 a 95%
de la densidad máxima; la compactación del 100% es necesaria en el caso de carreteras, zapatas
de cimentación y otras estructuras de las edificaciones industriales intensamente cargadas.
Nótese que las densidades del campo pueden representar más del 100% del valor máximo
calculado en laboratorio. Además, si se hace un trabajo de compactación más intenso, esas
densidades se pueden lograr con humedades por debajo de la curva establecida
en el laboratorio.
No obstante, no se debe sobrecompactar los materiales de grano fino que estén en el lado seco
de la curva óptima, ya que luego pueden expandirse y aflojarse al saturarlos con agua.
Los rellenos hidráulicos profundos llegan a ocasionar hundimientos superficiales del orden de
varios decímetros.
Las estructuras apoyadas en pilotes, con firmes (losas a nivel del terreno) asentados en rellenos
profundos, pueden, conforme el relleno se asienta, sufrir daños ocasionados por la diferencia
de movimiento de los firmes, entradas de servicio y entradas principales respecto a la estructura
piloteada.
Densificación
VIBROCOMPACTACIÓN
• El terreno no se sustituye.
• Suelos sin cohesión o poco cohesivos como arena y grava.
• Adecuado para depósitos de escoria.
• Ideal para grandes cargas sobre los suelos mejorados y también para cargas dinámicas.
• Asientos prácticamente nulos.
• Se usan vibradores específicos de baja frecuencia, colgados de grúas.
• Se suele utilizar agua a presión para facilitar el hincado.
FASES DE CONSTRUCCIÓN:
• Hinca: El vibrador baja por el efecto combinado del peso, la vibración y la inyección de
agua.
• Compactación: Por pasadas sucesivas de abajo a arriba. Compacta un cilindro de unos 5 m
de diámetro.
• Aporte de materiales: Hay que añadir terreno para compensar el cono de hundimiento
alrededor del vibrador.
• Acabado: Se nivela la plataforma y se vuelve a compactar con rodillo.
Método constructivo
Lechadeado
La inyección de materiales cementantes o algún otro agente químico de ese tipo en los suelos y
masas rocosas los mejora al rellenar huecos o provocar su compactación. El lechadeado suele
usarse para rellenar huecos presentes en las masas rocosas, típicamente las rocas de
carbonatos, a fin de restringir las filtraciones o evitar el colapso estructural.
Para cada fin específico se han creado materiales y métodos especiales. Por ejemplo, la
inyección de geles de fraguado rápido es muy eficaz para la estabilización de arenas flojas; la
inyección de lechada de cemento a alta presión se traduce en una compactación localizada de
las arenas flojas.
La técnica del Jet-Grouting tiene múltiples aplicaciones (mejora del terreno, impermeabilización,
túneles, etc.), siendo el fluido de perforación también variable (cemento, bentonita, mezclas
químicas, etc.)
Su ejecución se desarrolla en dos fases, la primera la perforación hasta la cota final y la segunda
la inyección del fluido y la recuperación de la tubería simultáneamente. En este caso las
presiones de inyección son elevadas, entre 350 y 600 bar. Las variables en la ejecución son
presión, velocidad de rotación, velocidad de avance y consumo de cemento,
fundamentalmente. El radio final de la inyección dependerá de dichas variables y de las
características geotécnicas del terreno.
MÉTODOS DE MEJORA DEL TERRENO
COLUMNAS DE GRAVA POR VIBROSUSTITUCIÓN
COLUMNAS DE GRAVA
Aplicaciones
INYECCIONES
El fluido de inyección es variable, pudiendo ser exclusivamente químico (resinas y mezclas). Las
presiones en las inyecciones convencionales no suelen sobrepasar los 50 bar.
• Inyecciones de Consolidación
• Inyecciones de Compactación
• Inyecciones de Impermeabilización
• Inyecciones de Impregnación y Colmatación
• Inyecciones de Compensación de Asientos
• Inyecciones de Contacto
1. Inyecciones de Consolidación
Las inyecciones de consolidación son las que se realizan con el objetivo de mejorar las
características portantes del terreno y reducir su deformabilidad.
Se emplean en como recalce, en túneles como mejora previa o para subsanar
instabilidades, como consolidación de terraplenes, en cimentaciones, etc.
La técnica de inyección que se emplea generalmente es mediante tubos-manguito, que
consiste en la perforación y colocación en el terreno de unos tubos provistos de válvulas.
Una vez colocados, se sella el espacio anular tubo-terreno con una mezcla plástica. La
inyección se realiza posteriormente a través de estas válvulas, mediante la introducción de
un obturador neumático. La inyección se realiza por fases introduciendo volúmenes
limitados en cada episodio. El sistema por el cual se consigue la consolidación del terreno,
es por relleno de los huecos inyectables, la fracturación de este y la formación de “lajas” de
inyección que comprimen el terreno. La actuación en un número de fases permite la
consolidación del terreno hasta el grado deseado. La ventaja de este sistema es el control
que ofrece sobre la inyección y el grado de mejora del terreno.
Una variante de esta técnica son las inyecciones armadas, en las cuales el tubo-manguito
(de acero, de sección suficiente) sirve como armadura o micropilote, además del terreno
reforzado con inyección.
2. Inyecciones de Compactación
3. Inyecciones de Impermeabilización
Suelen emplearse lechadas y productos químicos como los geles de silicato. Existen
procedimientos de inyección de colmatación de huecos, mediante arenas (sin cemento). Se
trata de disminuir la permeabilidad, permitiendo el drenaje.
El proceso de la inyección debe ser sumamente controlado, con el apoyo de una correcta
instrumentación. Generalmente se emplea la inyección mediante tubo-manguito,
inyectándose pequeños volúmenes en cada fase.