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Futurismo - Constructivismo

U.C.S.F - Arquitectura
Baggini – Novello - Toledo

“La vanguardia en su correlato arquitectónico en los inicios del siglo XX”

FUTURISMO - CONSTRUCTIVISMO

Futurismo:

El futurismo nace en Italia en el año 1909, en un contexto social y cultural


interesante, esta situación se encuentra caracterizada por dos tendencias culturales
heredadas del ambiente conformista y provinciano de las últimas décadas del siglo XIX.
Por un lado, se encontraba la postura más oficial de la Italia del Risorgimento, que tras la
proclamación de Roma como capital, había conducido al paíxs a una triste situación de
burocracia y de provincianismo. Los ejemplos más notables del esfuerzo realizado en el
campo de las artes en esta época son el Palacio de Justicia a orillas del Tiber y el
Vitoriano de Piazza Venecia. En este ambiente dominaban personajes académicos,
dannunzianos, floreales, simbolistas y oficiales, mientras que los pocos artistas auténticos
del siglo XIX habían sido aislados y reducidos al silencio.
Por otra parte, existía otra tendencia que se iba afirmando en todo el país: el
verismo social. Se trata de una vía que se abre en el arte italiano no oficial; una
posibilidad que muchos pintores y escultores acogieron.
Estos artistas actuaban movidos por los problemas angustiosos de la existencia
del pueblo que el final de las luchas por la unidad nacional había puesto en primer
término, y comprendían que el Risorgimento no podía tener su natural conclusión más
que en una forma más elevada de justicia social. De esta forma, se encontraban entre los
primeros organizadores socialistas de los obreros y campesinos. En ellos dominaba una
inspiración de denuncia, basada, sin embargo, más en un sentimiento de piedad que en
una comprensión histórica del movimiento proletario o campesino de la época. Así, con
frecuencia caían en la escena de género y difícilmente conseguían librarse del
provincianismo. (R. Banhan, Teoría y diseño en la era de la maquina, Nueva Visión,
Buenos Aires, 1971. P. 103).

Dentro de este contexto, el 20 de febrero de 1909, Filippo Tommaso Marinetti


lanza el primer Manifiesto Futurista, desde su fundación asume un papel
fundamentalmente destructivo y belicista, pretendiendo confrontar los convencionalismos
imperantes de las artes. De esta manera el futurismo servirá como estimulo a otros
movimientos revolucionarios y utópicos que aparecerán en Europa en los años siguientes
a 1910, como el dadaísmo y el constructivismo Ruso. (V. De Feo, la arquitectura de la
U.R.S.S 1917-1936, Alianza, Madrid, 1979).
Además dentro de la propuesta estética, tenemos el papel de la tecnología y las
realidades mecánicas en las artes, ofreciendo la belleza de la maquina como alternativa
al convencionalismo naturalista, que el futurismo plantea destruir.
Los futuristas descubrieron que habían aparecido nuevos elementos constitutivos
de la belleza. Si en un tiempo la base del concepto de belleza era la estaticidad, el
equilibrio y la armonía, ahora las bases están en la velocidad, el dinamismo, el
contraste y la disonancia. Esta idea la podemos ver cuando Marinetti dice: “nosotros
afirmamos que la magnificencia del mundo se ha enriquecido con la nueva belleza: la
belleza de la velocidad.” (F. Marinetti, Manifiesto del Futurismo).
Debemos tener en cuenta los componentes ideológicos que presentan los
principales exponentes del movimiento, muchos procedían de las filas anarquistas,
comunistas y nacionalistas, Marinetti provenía de un anarquismo acompañado de un
positivismo de corte socialista.

Pintura Futurista:

Siguiendo con la evolución de los manifiestos, se puede ver una determinada


toma de posición respecto a las poéticas figurativas y las teorías de las artes.
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Aparece con claridad la relación con la teoría del Einfühlung, ya que el futurismo
se desarrolla en una línea psicológico-expresiva que parte de declarar la subjetividad del
arte y se dirige muchas veces a definir estados de ánimo más que valores objetivos de la
forma. Esta afirmación salta a la vista con los conceptos usados por Boccioni, para su
propuesta figurativa.
El primer concepto utilizado es el que refiere al “dinamismo universal”, esto
queda representado en la expresión: “todo se mueve, todo corre, todo transcurre con
rapidez” (Boccioni, La pintura futurista, Manifiesto técnico, 1912). Esto pretende por
medio del dinamismo la destrucción de los modos de visión tradicionales, caracterizados
por la estaticidad.
La manera de realizar este dinamismo es a través de la deformación y la
multiplicación de las imágenes visuales.
Paralelamente a la transformación de la pintura se encuentra la eliminación del
hombre como centro de la vida universal, al ampliarse el campo temático de la pintura e
incluir los fenómenos técnicos de la vida moderna. Para el artista otros elementos
dotados de movimiento son capaces de sentir y producir las mismas sensaciones y por lo
tanto adquieren la misma relevancia que el hombre.
En el manifiesto técnico de la escultura futurista, Boccioni desarrolla su
concepción del espacio que muestra con claridad su relación con la teoría del Einfühlung
y que tendrá gran influencia en la arquitectura. En este escrito destaca las notas del
optimismo, pero hay que tener en cuenta que Boccioni es influido por los textos de
Bergson, autor de la época, por esa influencia el optimismo para él, es un acto de la
voluntad de creer contra las razones negativas de la vida. Además de Bergson, toma los
conceptos de duración, devenir, intuición como el único modo de captar la realidad de
un movimiento.
De aquí podemos deducir, el problema que ve Boccioni es el de captar la realidad
en su totalidad, ósea en captarla en una unitaria multiplicidad, en su movimiento
incesante, esto se puede ver cuando Boccioni dice: “Para nosotros el cuadro de la vida
misma intuida en sus transformaciones dentro del objeto y no fuera de él” (Boccioni, La
pintura futurista, Manifiesto técnico, 1912). Al concebir de esta manera se creara una
simultaneidad en relación con su ambiente.
En la segunda parte del manifiesto describe la teoría del espacio estético como
conjunto de campos, “un espacio que existe como campo de fuerzas o de influencias
irradiadas desde el centro geométrico del objeto que origina dicho campo” (Boccioni, La
pintura futurista, Manifiesto técnico, 1912).
Es importante destacar algunos enunciados para terminar de analizar la pintura
futurista, que son: expansión de los cuerpos en el espacio, simultaneidad,
compenetración de planos y dinamismo.
Para los futuristas el objeto en la pintura no vive en su realidad autentica sino en
una resultante plástica, por esta razón se debe dar una expansión de los cuerpos en el
espacio, el objetivo es llevar hasta el extremo las posibilidades de integración entre
objeto y atmosfera, sacrificando si es necesario a la atmosfera.
Los dos puntos claves que constituyen el núcleo fundamental del futurismo son:
dinamismo y simultaneidad. Al primero lo definen como una manera capaz de dar
forma única del infinito sucederse. Para representar los movimientos de la materia se
utiliza la línea que marca el objeto y su acción. La simultaneidad es lo que sintetiza el
resto de los conceptos, “es el objeto de aquella gran causa que es el dinamismo
universal” (Boccioni, La pintura futurista, Manifiesto técnico, 1912). El dinamismo no es
más que la simultaneidad de movimiento.
Por último se ve una relación del futurismo respecto a tendencias hacia una
abstracción geométrica. Aquí se ve una cercanía con el cubismo.
Nos podemos referir en el manifiesto del esplendor geométrico y mecánico y la
sensibilidad de los números, publicado por Marinetti en 1914, se ven numerosas
manifestaciones de esta evolución, en la obra de Boccioni se puede ver una mayor
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abstracción en su obra posterior a 1914, donde encontramos preferencia por la línea


recta.

Arquitectura Futurista:

La primera referencia de una arquitectura futurista aparecen en el manifiesto de


Marinetti en 1912, “Le Futurisme”, en la que enuncia con claridad la belleza de la
maquina. El texto da algunos conceptos que pasaran a ocupar una posición importante
en las teorías arquitectónicas de los años siguientes. También aparecerán temas de gran
importancia como: oposición a la artesanía, central generadora de energía eléctrica.
De esta forma vemos como el futurismo capto las cualidades de la mecanización,
tomando por primera vez las realidades mecánicas como fuente de inspiración y viendo
las nuevas necesidades de la sociedad industrializada.
Como exponente de la arquitectura futurista tenemos a Antonio San´t Elia, en el
manifiesto futurista de 1914, expone tres ideas fundamentales: la radical exaltación de
lo nuevo, un “espíritu de la época”, que sostiene lo anterior y un nuevo universo
mecánico sustituto del universo natural.
Desarrollando esta tres ideas primero podemos decir que se pretende plantear
una total ruptura con el pasado, no es una evolución sino una renovación radical, el
punto cero, tras rechazar la herencia del pasado. Más paradójico que el rechazo al
pasado es el hecho de que las condiciones impuestas para la vida moderna sobre las que
se apoya la propuesta futurista, necesariamente han de ser futuras y utópicas y no
presentes y reales.
Sant`Elia precisa que estas nuevas condiciones de vida son consecuencia de tres
factores: descubrimiento de las leyes naturales, perfeccionamiento de los métodos
técnicos y uso racional de los materiales. En este sentido volvemos a afirmar un
nuevo ideal de belleza.
Corresponde a este autor el merito de haber realizado la definición de un ideal
mecánico que se extiende a la concepción de ciudad. En este sentido su definición de la
casa futurista como “una gigantesca máquina”, debe ser considerada una apropiación
simbólica de una imagen mecánica para la arquitectura más que como la afirmación de
un ideal mecánico.
Dejando en claro esto podemos nombrar las descripciones de la ciudad futura,
en donde en ella se emplean nuevos elementos como ascensores exteriores, como
elementos expresivos de la era mecánica.
De esta manera se afirma la aparición de una “nueva naturaleza”, en esta
manera arte y arquitectura pasan a consistir en una nueva figuración de esa nueva
naturaleza artificial y mecánica.
Los futuristas proponen un cambio global de la cotidianidad del hombre, y no
solamente del fragmento relativo al arte. Lo que les interesa es el hombre que en
contacto con la maquina, cambia o es inducido a cambiar, por así decirlo, hasta sus
raíces.

Constructivismo:

Para el origen de este movimiento fue importante la presencia de un determinado


ideal social. En este sentido, la conocida evolución de los acontecimientos sociales y
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políticos en Rusia a partir de 1917, se desprende la acentuación del componente


utópico de los movimientos de vanguardia, en cuanto que parecen encontrarse inmersos
en otra utopía más amplia en vías de realización. También, será preciso aclarar la
influencia ejercida por una determinada ideología sobre estos movimientos y su influencia
en la gestación de unos ideales estéticos concretos. En este sentido, veremos cómo
frecuentemente aparecen ideología y vanguardia estrechamente ligadas, hasta el
extremo de convertir en algunos casos el papel de la vanguardia en la necesidad social
de desarrollar un arte nuevo que corresponda a la nueva sociedad.
Por otra parte, este entramado de movimientos y tendencias resulta altamente
clarificador de la situación que se establece a partir de la absolutización de una
concepción técnica del mundo y de la sociedad. Esta se traduce respecto al arte en una
tendencia a la abstracción que se relaciona con la ambición de alcanzar una definición
técnico-científica de los objetos creados por el arte nuevo, esto es fundamentado en
criterios técnicos. Se trata por tanto, en principio, de un fenómeno estrictamente artístico,
derivado de aplicar al arte los ideales de la técnica.

Pintura constructivista:

ANTECEDENTES E INFLUENCIAS:

En los años anteriores a la revolución de 1917, y con anterioridad también a la


existencia de una actividad madura de vanguardia, encontramos el movimiento
denominado Cubofuturismo. Se puede constatar la notable incidencia de este
movimiento en las numerosas ocasiones en que es citado como antecedente por
prácticamente la totalidad de los artistas importantes presentes en la vanguardia posterior
a la revolución. El Cubofuturismo sienta las bases para superar la división entre las
diversas experiencias artísticas, que se sintetizan en la generalizada aspiración
futurista a una técnica que apunta hacia la experimentación de los nuevos modos de
producción, y que permitirá alcanzar una más avanzada síntesis de la experiencia
artística.
Con las experiencias del Rayonismo de Larionov y Gonciarova, que parecen
sintetizar los aspectos esenciales del Cubismo y del Futurismo en obras desvinculadas
de intenciones figurativas, se encuentra en el suprematismo de Malevich el primer
movimiento que rechaza todo dato naturalista representativo, incluyendo el
expresionismo abstracto de Kandinsky.
De esta manera, se rompe el último vínculo del cubismo con la objetividad,
correspondiendo a Malevich hacer dar al arte figurativo el paso definitivo hacia la
abstracción absoluta.
En contrapartida de la postura de Malevich se encuentra la de aquellos que propugnan un
arte socialmente comprometido. Tal es el caso de Tatlin. Este presenta una
“fascinación de la técnica” que lo lleva a conducir sus investigaciones en esa dirección.
En este sentido ha sido considerado con acierto el creador del constructivismo.
(M. De Micheli, “El suprematismo como modelo de la no representación”, 1981)
INICIOS:

En primer lugar, Tatlin dedica grandes esfuerzos a encontrar un término apropiado


para un nuevo género artístico, que pretende crear, y que, según piensa, aspira a renovar
el arte en su totalidad. Se trata de lo que define inicialmente como "cultura material".
Este término surge probablemente por analogía con el de cultura pictórica, de manera
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que entre ambos deben formar la más amplia cultura artística. De esta manera, parece
que quiere subrayar el papel del material en la creación de formas.
Tatlin se enfrenta a la antigua división entre "arte puro" e "industria artística".
En este sentido declara: "la tecnología había alcanzado tal nivel de virtuosismo que era
posible manufacturar cualquier cosa a partir de cualquier cosa; la contractibilidad de un
artículo había sido dejada atrás y su utilidad se había convertido en una broma. Esto llevó
a un estado de cosas en que el material como tal había perdido su sentido desde el punto
de vista de la durabilidad o del tratamiento apropiado" (A. Strigalev “De la pintura a la
construcción de la materia”)
La solución que sugiere es unir arte y producción: "derribar los límites entre el
arte puro y el aplicado está estrechamente vinculado con la rehabilitación del material.
Ya es hora de liberarse de la muy romántica idea del artista como sumo sacerdote,
realizando un solemne rito frente al altar del arte; de llenar el vacío que hasta ahora ha
apartado el arte de la artesanía, la producción, la industria. La producción no ha conocido
a la cultura artística. La cultura artística se mantenido fuera de de la producción, fuera de
la vida práctica. Ha llegado el momento de transvasar la cultura artística a la producción y
de apartar el arte de su condición de snobismo sin objetivo cerrado en sí mismo; es
decir, crear un arte de producción". (A. Strigalev “De la pintura a la construcción de la
materia”).

PRIMEROS MANIFIESTOS: ARTE + CONSTRUCCION SOCIAL

A partir de las dos vías abiertas por Malevich y Tatlin, el arte ruso de vanguardia
de los años siguientes a la revolución de 1917 comienza a aparecer de forma decidida los
movimientos que se autoproclaman ya netamente constructivistas.
Una nota común a todos ellos es la de presentarse bajo una actitud plenamente
vanguardista. Esta se traduce en un elevado componente utópico, acompañado de las
necesarias actitudes de ruptura con toda la tradición anterior y una inapelable
exaltación de la técnica como representante del espíritu del tiempo nuevo.
En estos años aparecen tres manifiestos fundamentales que, constituyen las
principales manifestaciones de la vanguardia artística en Rusia: el "Manifiesto del
Realismo", redactado por Gabo y Pevsner en agosto de 1920, el "Programa del grupo
productivista", publicado unos meses después con la firma de Rodchenko y Stepanova,
y el manifiesto titulado "¿Por qué se bate el Lef?, publicado por Maiakovski en 1923.
Las ideas principales que desarrollan estos manifiestos son: el arte con un
compromiso socio-político, se afirma la victoria de la técnica sobre el arte.

INFLUENCIA MARXISTA:

Gan pretende demostrar cómo el nuevo sistema sociopolítico ofrece unas


condiciones tanto sociales como materiales nuevas, que requieren necesariamente la
aparición de nuevas formas de expresión.
Para definir las características de este nuevo trabajo artístico, Gan parte del
concepto marxista de "praxis", según el cual los fenómenos sociales concretos son un
producto de la actividad práctica del hombre (A. GAN. Constructivismo. Madrid. 1973).
A partir de éste, afirma la necesidad de proceder a un "trabajo serio y necesario en
el campo de la producción intelectual material".
La aplicación de este concepto de praxis, además del lógico componente
"practicista" que evidentemente posee el constructivismo, lleva implícitas dos notas que
pasan a caracterizar este movimiento. Se trata de una particular concepción del papel de
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la técnica y su relación con el trabajo artístico, y del cientificismo que ha de presidir


este trabajo.
Para terminar con la teoría constructivista es imprescindible nombrar los
conceptos de konstruktsiia, tektonika, faktura.
El primero marca un vínculo entre los valores políticos, las técnicas
industriales y las posibilidades específicas de los materiales manipulados. El segundo
engloba los aspectos políticos e industriales y el tercero los materiales.

Arquitectura constructivista:

Bien entrando el siglo XX, todavía encontramos el uso de prototipos clásicos,


debido al tardío ingreso de la era industrial en Rusia. A partir de 1920 se inicia la reforma
de los aspectos artísticos en la escuela de arquitectura de los Vkhutemas. Aquí trabaja
en el desarrollo de un nuevo método de enseñanza psicoanalítico. Se trata de un nuevo
sistema que permite abordar la composición, a través de la construcción de formas
espaciales. De esta forma, pretende familiarizar a los alumnos con los componentes
básicos de la forma espacial, como la superficie y el volumen, a la vez que con los
elementos más significativos de la composición, tales como proporción, ritmo, color y
dinamismo.
Ladovski enseña que el espacio constituye el material básico de la arquitectura,
más que los elementos estructurales, a la vez que pone gran énfasis en el estudio de las
proporciones y la jerarquía de las formas arquitectónicas basándose en los criterios
derivados de la percepción individual.
La corriente encabezada por Ladovski tiene tres principios fundamentales: el
interés por la realidad, la firme determinación de servirse en arquitectura, en tanto en
cuanto sea posible, de los datos de la ciencia y de la técnica, y finalmente el principio
formal de la organización arquitectónica. (V. QUILICI. “L´architettura del construtivismo.
Laterza”. Bari. 1969).
El interés por la realidad es entendido como superación de la derivación mecánica
y no mediata de las características proyectuales arquitectónicas de los datos sociológicos
o comunes desatados de la realidad.
La referencia a los datos de la ciencia y de la técnica, contenida en el segundo
principio, contiene conceptos análogos: la ciencia y la técnica son medios de elaboración
proyectual.
Aparecen dos posturas, una que la arquitectura es un elemento menor de la
reforma social, y una totalmente opuesta que decía que los empeños artísticos debían
situarse a la vanguardia de cambio.

Empiezan a surgir preguntas:

¿A quién podría recurrir el creador para sus formas?

Tal vez crear emblemas provocadores, que hiciesen alusión a un estado futuro, o diseño
de prototipos para la producción en serie de un gran número de usuarios.

En 1918 hay unos primeros debates con impacto en la arquitectura y el urbanismo, se


habla de la abolición de la propiedad privada y del socialismo del suelo, a causa de esto
los artistas ven una salida inmediata y se abocan al diseño de trenes, carteles de
propaganda y murales de manifestaciones.

Uno de los interrogantes era:


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¿Debía el artista reintegrarse a las funciones sociales?

Idealistas y pragmáticos quedan unidos por Lissitzky, y crean ideogramas con contenido
utópico, se fomenta las formas geométricas básicas para descubrir las reglas del nuevo
lenguaje.

O.S.A (unión de arquitectos contemporáneos), define que el objetivo del constructivismo


reside esencialmente en que es uno de los instrumentos para la construcción del
socialismo por medio de la colectivización de la vida, por medio de la racionalización del
trabajo y por medio de datos científicos.

Una de las soluciones para llegar a una arquitectura que tenga los nuevos ideales, es
generar un vocabulario arquitectónico común, para esto:

 Se adoptaron las ideas futuristas, se limpiaron de su carácter protofacista, y se


hermanaron con los ideales marxistas, para expresar un dinamismo en el proceso
revolucionario.
 Culto a la maquina, llego a ser dogma de fe, esto dado al retraso de la unión
soviética en términos industriales.
 Se va a intentar con audacia expresar una interpenetración dinámica de los
volúmenes, así como cierto grado de regularidad axial.

Las características principales del constructivismo son en resumen:

 Elevado interés por la técnica.


 Compromiso político.
 Tectónica de la arquitectura.
 Maquina, producción industrial.
 Dinamismo, propagandismo, simbolismo.
 Formalismo.

Obras pictóricas del constructivismo:

Uno de los grandes exponentes del Constructivismo ruso en arquitectura es


Konstantín Mélnikov, algunas características de su obra son:

 Expresión estructural dinámica que moviese masas.


 Intento traducir los programas en volúmenes escultóricos dinámicos.

El pensaba que, existe un lenguaje subyacente de formas al que se podía recurrir para
provocar emociones específicas en el espectador, considera que era misión de la
arquitectura apropiarse de este lenguaje universal de la forma y ponerlo al servicio de los
temas vitales de la revolución.
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CONCLUSIÓN:

Bajo un contexto político – social de inestabilidad y cambios radicales en la


sociedad, similares en ambos países, tienen origen el futurismo y el constructivismo,
vanguardias de revolución que vienen a acompañar el cambio de pensamiento.

Se ha hecho común la afirmación de que la estética de la máquina constituye


uno de los componentes fundamentales de la arquitectura moderna. Sirve de ejemplo la
afirmación de un nuevo sentido del espacio y la estética de la máquina, como
características básicas de esta arquitectura. También hemos señalado que la máquina
constituye el prototipo de objeto técnico, por lo que frecuentemente es utilizada como
metáfora para referirse a la técnica. Así, se pone de manifiesto la idea de que entre los
objetos naturales y los artificiales no existe ninguna distinción esencial y, por
consiguiente, la máquina sirve como modelo para concebir y comprender la naturaleza de
modo global.

De esta manera, expresiones como "máquina de habitar" intentan sintetizar todo


un programa de reglamentación y homologaciones sociales.
Sin embargo, en un primer momento, el arte mantiene aún una cierta actitud de
mímesis, que se traduce en la tendencia a imitar los objetos técnicos y sus propiedades y
que procede, en última instancia, de descubrir en ellos una cualidad estética.

Una vez realizado el análisis del Club obrero Rusakov podemos concluir que, el
importante aporte de las vanguardias influyó a crear nuevos espacios, que serán los
promotores de la arquitectura moderna.

Los nuevos conceptos extraídos del arte, logran concebir espacios diferentes que
rompen con el pasado, se cambia el ideal de belleza, respondiendo a las necesidades de
la “sociedad industrial”, ayudando a la conformación de su hábitat.

De esta manera podemos decir que la pintura, es el banco de prueba primario


utilizado en la búsqueda de nuevas formas de expresión. Que se ve reflejado en la
producción arquitectónica posterior.
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BIBLIOGRAFIA:

DE FUSCO, Renato: Historia de la arquitectura contemporánea. Madrid. Blume, 1981.


BENÉVOLO, Leonardo: Historia de la arquitectura moderna. Barcelona. Gustavo Gili,
1974.
BANHAN, R: Teoría y diseño en la era de la maquina, Buenos Aires, Nueva visión, 1971.
DE FEO, V: La arquitectura de la U.R.S.S 1917-1936, Madrid, Alianza, 1979.
DE MICHELI, M: El suprematismo como modelo de la no representación, 1981.
STRIGALEV, A: De la pintura a la construcción de la materia. 1984
QUILICI, V: L´architettura del construtivismo. Laterza. Bari. 1969.
MARINETTI, Filippo, Manifiesto del Futurismo, 1909.
BOCCIONI, Umberto: La pintura futurista, Manifiesto técnico, 1912.
FERNANDEZ, Buey, Constructivismo, Madrid, Felmar, 1973.
GAN. A, Constructivismo. Madrid. 1973.

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