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María, Mujer de Jerusalén

María, Mujer de Jerusalén,


donde te ofreciste con Jesús al pie de la cruz;
María, Mujer del Cenáculo,
donde recogiste el soplo del Espíritu Santo;
María, Mujer de Éfeso,
donde encontraste a Juan “tu hijo”
enviado en misión por el Espíritu:
ruega por nosotros.
María, madre de las ovejas que están fuera del
redil,
Madre de quien no conoce a tu Hijo,
Madre de los que “no saben lo que hacen”:
ruega por nosotros.

María, madre de las almas sin vida,


madre de las mentes sin luz,
madre de los corazones sin esperanza,
madre de los hijos que mataron a tu Hijo,
madre de los pecadores,
madre del ladrón no arrepentido,
madre del hijo que no ha vuelto:
ruega por nosotros.

Madre de quien no lo ha seguido,


madre de quien lo ha negado,
madre de quien se ha vuelto atrás,
madre de quien no ha sido llamado:
ruega por nosotros.

María, madre de los que van, como Juan,


a buscar a los hijos de Dios dispersos;
madre de los que bajan a los infiernos
para anunciar a los muertos la Vida:
ruega por nosotros.

María, ven a vivir conmigo:


ven a la casa donde me pidió vivir,
ven a la tierra donde me pidió ir,
ven a lo hombres a los que me pidió amar,
ven a las divisiones que me pidió sanar,
ven a los corazones que me pidió visitar,
ven a mi casa a ser mi madre,
ven, María, a darme tu corazón de madre.
“Meryem anà” “María Madre” de todos los pueblos:
ruega por nosotros.

(Andrea Santoro, sacerdote romano asesinado el 5 de febrero de 2006 en la iglesia de


Santa María de Trebzon – Turquía, donde rezaba después de celebrar la Eucaristía)

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