Está en la página 1de 18
vil Comunicarse con los demas Las PRACTICAS COMUNICATIVAS Consideremos ahora los aspectos pragméticos de la comunicacién. Es un pun- to al que me he referido al comenzat esta iniciacién y en el que aqui profundi- zatemos de forma sintética. Podemos entender las prdcticas comunicativas como secuencias recurrentes, predictibles y socialmente organizadas de inte- racciones ¢ intercambios con los demés, dirigidos a la consecucién de fines li- mitados y precisos. En cuanto tales, son convenciones, pues son el resultado de la negociacién y del hecho de compartir hébitos, valores, reglas y rituales den- to de un grupo determinado. Fue John Austin’ uno de los primeros en poner de manifiesto que la comu- nicaci6n es accién y es «hacer» en el sentido de que edecir algo es siempre hacer algo». Le dio a este enfoque la denominacién de teoria de los actos lingitsticos y distinguié tes tipos de actos: a) «actos de decir algo» (actos locutives): son accio- nes que se cumplen por el mero hecho de hablar y que incluyen actos diversos; 5) «actos al decir algo» (actos ilocutivas): son actos que se cumplen a través del propio hablar y que ponen de manifiesto las intenciones comunicativas del ha- blante; ¢) «actos con el decir algo» (actos perlocutives): se trata de la produccién, por parte del hablante, de ciertos efectos sobre el sistema de creencias, sobre los sentimientos y las emociones, asi como sobre la conducta del interlocutor. CCualquier acto comunicativo verbal no consiste en producir frases aisladas y abstractas, sino en emplear enunciados eficaces en una determinada situa- ‘dn, Los enunciados expresan mucho més de lo que significan en el plano li- teral. A este respecto, Austin y John Searle! hacen una distincién entre acto y 1.1, Ausns, How © Do Thing wih Words Harvad University ress, Cambridge ma 1962 Iversin en expat: Como hacer ena con palabra Palabras 9 acions, Pais, Barcelona, 1987) 2 Elactolocutvo es lo ques dice ilocutvo, lo que se ace al dece algo el pelocivo, lo que se queteconsegiediiendo algo, como en el ejemplo siguiente: Yo no he garabateado la eit (l- ‘tvo); manifesta la propia inocencia respect aa acct (oeuivo); convener al interlocutor dela propia inocencia (pelocutv) 3. J. SEAR, Spec Ae An xy in she Philsophy of Language, Cambie Universi ees, Nue- va York, 1969 [versin en espa: Acror de hob, Ctedea, Madi, 1986). 122 INICIACION A LA PSICOLOGIA DE LA COMUNICACION fuerza del acto, Ta forma de interpretar un enunciado depende de la fuerza ‘contenida en el acto (fverza ilocutina) y de los efectos producidos en el interlo- cutor (efectos perlocurivos). Los indicadores de la fuerza ilocutiva de un enun- ciado no son solamente los verbos, sino también el orden de las palabras, el acento, la entonacién, la relevancia, la puntuacién, etc. Por ejemplo, el enun- ido «Pablo es desordenado, pero inteligente> es notablemente diferente de «Pablo ¢s inteligente, pero desordenado». Aun teniendo los mismos conteni- ——— dos, en el primero el foco comunicativo se sitia en el hecho de ser inteligente, mientras quéenr-ctscgundo el acento se pone en el desorden. ‘Asimismo, hacen una distincién entre actos lingiéticas directos y actos lin- _gitisticos indirects. En los primeros la fuerza ilocutiva que cl hablante pretende atribuir al enunciado es transmitida de manera acorde y proporcional al signifi- cado del propio enunciado. En los segundos, la fuerza ilocutiva no deriva del significado del enunciado, sino de los modos no verbales con que se manifesta, como el tono y Ia intensidad de la vor, el ritmo de emisién de las palabras, etc El filésofo del lenguaje Paul Grice‘ ha seguido largamente esta linea de investigacién. Entendiendo la comunicacién como participacién (es éste un aspecto que ya he sefialado), sostiene que, para comunicar, es indispensable cooperar. De aqui parte su famoso principio de cooperacién: Contribuye en el ‘momento oportuno, tal y como lo requieren los objetivos y la orientacién de la conversacién en la que estés implicado». Grice especifica este principio con ‘cuatro «maximasy operativas: 2) -méxima de cantidad: 1. concribuye de manera que satisfagas la peti de informacién de forma adecuada a los objetivos de la conversacién; 2. no suministres mas informacién de la necesai 2) méxima de calidad: procura que tu contribucién sea verazs es decir 1. no digas aquello que piensas que es falso; 2. no digas aquello de lo que no tengas pruebas suficientes; 2) mdxima de relaciém: sé pertinente; 4) maxima de modo: sé perspicuo; es decir: evita las expresiones oscuras; 2. evita la ambigiiedad; 3. sé breve; 4. s€ ordenado en la exposicién.’ 4 P Grice, Logic and Conversations, en The Legic of Grammar, D. Davinsox y G. HaRsias (eds), Dickenson, Encino (Cal), 1975 5 Las mésimas tienen una nacuraleea convencional y ls adquisimos através de la experiencia co tidiana, de la misma manera que aprendemos la lengua y las demas pricticas comunicativas. Aun siendo convencionaes, no son arbitrarias, sino que se trata de medios rcionales ils para conseguir intersc- ciones comunicativas cooperatvas y comprensibles. COMUNICARSE CON LOS DEMAS 1 ‘A partir de esta base, Grice hace una distincién entre la légica del lnguaje (como la formalizada por Chomsky) y la légica de la conversacién. Esta distin- Gi6n remite ala ya examinada entre «decir» y «significar»: una cosa es lo que se ha dicho (what is said) y otra cosa es el significado de lo dicho (what is meant). Entre estos dos niveles hay un vacio comunicativo que debe llenarse, porque lo significado es més que lo dicho. Para superar esta diferencia, se requiere un trabajo mental que Grice llam6 implicarura conversacional y que esté en la base de cualquier prictica comunicativa, como en (A) «;Has visto a Pablo»; (B) «Hay un Yaris verde en el aparcamiento». En este ejemplo, B responde de forma aparentemente inapropiada (es decir, sin resperar el principio de coopera- ci6n), pero suministra igualmente indicios correctos y compartidos diciendo p de modo que A esté en situacion de inferic q de forma coherente con su pregunta.’ Las implicaturas se caracterizan por poseer cuatro propiedades: a) son cen celables, puesto que se pueden anular si se afiaden algunas premisas a las pre- isas iniciales;” ) son no separables, dado que estin ligadas al valor semantico del enunciado y no a su forma lingifstica;*¢) son ealeulables, puesto que, con- siderados el principio de cooperacién y las maximas que de éste derivan, es previsible que en una situacidn estandar el interlocutor sepa hacer Ia inferencia apropiada (y, por tanto, la implicatura) para la situacién conversacional con- cteta d) son no convencionales, ya que no forman parte del significado conven- cional de las expresiones lingiisticas, sino que se negocian en cada ocasién en funcién del contexto de uso.’ Por su parte, Dan Sperber y Deirdre Wilson,” al estudiar las précticas co- municativas elaboraron el modelo ostensivo-inferencial, segin el cual la comu- 6 En consecuencia, A. al deciep, pica converacionalmenteg sdlo si ) se presume que d sigue las maximas; 8) es necesirio que la inferencia qtespete a); ¢) A cree que B realizar 8). Las implicacuras conversaconales son fundamentales para «extrac» el sgniicado (no dicho} de un enunciado, como en: ‘Sofia ha trebajado mucho tiempo ef la banca» (implicatura »ya.no tabaja en la banca») owLinda tended élaniculo acabado para mafanae(implicarura: «Linda no ha acabado todavia el aniculo». 7 Por ejemplo, el enunciado Julia ha comido algunas palomitas tiene como implicacura estin dar: Julia no se ha comida todas as palomitas; pero se puede conseguir la cancelacion de esta impli ‘aturaestindar ene siguiente enunciador Julia ha comido algunas palomicas. Bueno, sla ha comido codass. '8 Por ejemplo, el enunciado «Lucas no ha logrado saltar el metco noventas implica peagmitica- mente el siguiente enunciado: e.ucas ha logradosaltar un metro ochenta» {9 En consecuencia, un mismo enunciado puede adquirrsigniicados dstinos en clrcunstancias signifcativas diferentes; a, «Jorge es una locomorora» puede significa, dependiendo de l siruacién, ‘que Jorge es robusta fueree, que tiene un gran poder de atraccién, que hace ruido, etc. En ete sentido, las implicaruras tienen wna cere indererminacin semintica y prevén una notable Bexibildad signifi 10 D. Senses, D. Witson, Relevance, Communication and Cognition, Blackwell, Oxford, 1986 Iversién en espaol: La releuancia, Machado, Madi, 1994). nicacién consiste en poner de manifiesto lo que una persona tiene en mente (ostensién), y para comunicar hay que realizar siempre inferencias pragmati- cas, En este modelo, solamente cuvieron en cuenta el principio de pertinencia, entendido como la capacidad de elaborar informaciones de forma eficar, esto ¢s, con los mejores resultados y al més bajo coste posible. Se trata de vexplotar» al méximo las informaciones pasadas («viejas») y las informaciones nuevas y contingentes ligadas al contexto, Con base en estas relaciones cruzadas, el prin Giplo-de pertinencia consiste en la capacidad de generar informaciones nuevas. Para alcanzar este-ebjetivo, los incerlocurores deben hacer un esfuerzo de inferencia pragmética para «explora al mdximo las posibilidades comunicati- vas que encierra una determinada situacién. Los efectos conzestuales constitu- yen, segdn Sperber y Wilson, la capacidad de mejorar la comprensién de los intercambios comunicativos que se realizan, eliminando las hipétesis equivo- cadas, reforeando las informaciones ya conocidas y elaborando informaciones nuevas que permitan ampliar la comprensién de la interaccién comunicativa que se esté desarrollando. El principio de pertinencia consiste, pues, en la com- petencia de los interlocutores para seguir el recorrido comunicativo que opti- miza los efectos contextuales y que minimiza el compromiso cognitivo. EL ANALISIS DE LA CONVERSACION Cuando charlamos en el bar o en el merro, 0 por teléfono, el resultado parece un conjunto de frases a menudo inconexo, casual, a veces caético y fragmen- tario, frases que en ocasiones carecen de sentido y que no tienen ningiin orden logico, Parece una actividad improvisada a causa de su wespontaneidad» y «na- turalidad>, En efecto, la conversacién es una préctica comunicativa bastante variable, que puede durar desde unos instantes hasta horas, que puede implicar a dos més participantes, que puede ser més o menos formal segtin el grado de proximidad social, que puede referirse a cualquier Ambico. Dada esta enor- me variabilidad y flexibilidad, la conversacién constituye una préctica comu- nicativa que se adapta a una gama extraordinariamente extensa de argumentos y a.una gran variedad de situaciones, Constituye una de las manifestaciones is eficaces de la competencia comunicativa del ser humano, puesto que a menudo se conversa por el mero gusto de conversar (del tiempo, por ejemplo) y de estar en compafifa (como suele suceder en el tren o en el avidn entre per- sonas extrafias). Sin embargo, estudiando la psicologia de la comunicacién se ha llegado a construir una especie de sintaxis de la conversacién, desde la més formal (como COMUNICARSE CON LOS DEMAS 15 en un debate televisado 0 académico) hasta la més ocasional (en una esquina cualquiera). Pero, antes de nada, :qué es una conversacién? Debemos conside- rarla como el resultado de una secuencia de intercambios comunicativos entre dos 0 més individuos, a menudo con intereses divergentes, aunque orientados ala consecucién de un objetivo. Se trata de una actividad polifénica que ocupa una buena parte del tiempo libre, y también del tiempo de trabajo, en las for- mas y en los lugares més variados (en Ja cocina, en el bar, al teléfono, en una videoconferencia, etc.). Establecida esta condicién, el orden y la coherencia en la conversacién no hay que buscarlos en el plano lingiiistco, sino a nivel prag- mético, en los movimientos interactivos que los participantes realizan de for- ‘ma aparentemente casual, como en: (A) «gCémo estés?»; (B) «No me fastidies». La organizacién de la conversacion En esta iniciacién quiero examinar sélo algunos aspectos esenciales del anilisis de la conversacién, que ha sido y es objeto de estudio por parte de la sociologi y de la psicologfa de la comunicacién, haciendo referencia principalmente a la cultura del mundo occidental. Mas alla de cualquier apariencia, toda conver- sacién presenta una organizacién compleja que responde a una determinada estructura, compartida y convencional. A grandes rasgos, una conversacién consta de fases: a) la fase de inicio (apertura), en la que tiene lugar Ia identifi- cacién mutua y el reconocimientos 4) el desarrollo de uno a més argumentos; 0) Ia fase de despedida (clausura)." La fase de apertura comprende el inicio de la conversacién por iniciativa de uno de los participantes mediante los saludos, que pueden ser mas 0 menos formales.* Estos responden a las normas de «cortesia», implican el inmediato reconocimiento reciproco entre personas que se conocen y permiten desarro- llar sucesivamente los diferentes argumentos de interés mutuo. Cuando se tra- ta de extrafios, los saludos iniciales siguen un ceremonial més articulado y formal, a menudo con la presencia de un tercero que presenta a los dos inter- sn Esta secuencia es més evidenteen ls Iamadas conzerzcones institucional, de nacuraleza asic smétria (como las que se desarcllan en un aula, en un cibunal, en el consultorio de un especalista. en tun simposio, en una enteevista de trabajo, etc), que en las conterzciones ardinarias de dia a dia. 12 Los saludos tienen ls funcidn de iiciar la conversaciny, habtualmente, son estereoripadas y convencionales como en: (At) «{Hola, Laural Cénto esis? (Bx) «Bien. ¥ a, zeémo ests; (A2) ‘También estoy bien, Eh [o,4, qué tal ayer en lista de Andea?s. Hago un inciso para decir que un Saludo de ese tipo se consideraria ofensive y de mala educacién en Corea, pues pregunca sobre a salud de las personas; en Corea se suelesaludar preguntando: «¢Has comido arroz, es deci, incidiendo en cl mbito de la alimentacién, Entre corchetes se india la duracién de una pausa, medida en segundos (0 fracciones de segunde a partir de valores —normalmente— superlores a 0,2 segundos (200 milie- ‘pundes) 136 INICIACION A LA PSICOLOGIA DE LA COMUNICACION, locutores. En estas situaciones, los saludos iniciales no sdlo son més formales (se recurte normalmente al uso de las formas pronominales de interpelacién: tuted, lei, vous, Sie), sino que tienen una duracién mayor, ya que incluyen in- formaciones esenciales sobre las cespectivas personas. De este modo resulta posible llegar a la identificacién mutua como premisa necesaria para que con- tinte la conversacién. “Acabada la fase de apertura con los saludos, la conversacién prevé el desa- rrollo de uno o mas argumentos en los que los participantes estin interesados. Dicho desarrollo puede ser muy breve (como en el caso de pedir una simple informacién), © puede prolongarse y durar mucho tiempo. El desarrollo de los angumentos implica el compromiso comunicativo directo y personal de los par- ticipantes, especialmente si son dos. Este compromiso comporta la aplicacién de procesos interactivos de elabo- racién compartida de significados, de manifestacién de la propia intencién comunicativa, de sintonfa semantica y pragmética, de atribucin de una dever- minada intencién comunicativa al hablante, de responsabilidad, etc. La con- versacién, de hecho, avanza s6lo gracias a la contribucién de los diferentes participantes. Ademés, en la cultura occidental s6lo resulta satisfactoria si, en funcién de dichas contribuciones, resulta fluida y continua, sin las incomodi- dades derivadas de los silencios y las pausas prolongadas. Laarticulacién de los arguments de una conversacién cotidiana no resul- ta, sin embargo, sistemética, como si siguiese un orden del dfa. Dicha articu- lacién resulta mas bien casual, por cuanto a menudo la conversacién avanza mediante asociaciones libres. Los diferentes argumentos estin con frecuencia conectados entre si no por un nexo légico, sino por una relacién de contigiii- dad temporal. Esta condicién garantiza el valor de espontaneidad y libertad en la propia conversacién, que parece por tanto carente de restricciones. Pero si profundizamos més en el andlisis, nos damos cuenta de que eso no es todo. De hecho, el argumenco que se aborda en uno de los turnos tiene un potencial de continuidad mas o menos vinculante, de modo que el interlocu- tor puede continuatlo en el curno sucesivo para tener él también la posibilidad de manifestar su propio punto de vista. El argumento tratado tiene una inercia comunicativa que predispone al otro a seguir en el mismo Ambito. Es evidente que la continuidad conversacional no consiste ni en hablar de los mismos acontecimientos ni en emplear los mismos conceptos, sino en el hecho de que los participantes compartan de modo contingente y local un determinado en- foque comunicativo. Este compartir el enfoque comunicativo constituye la premisa para la caracterizacién del recotrido del sentido que los participantes estén realizando conjuntamente, como ya hemos tenido ocasién de ver. ICARSE CON LOS DEMAS. En consecuencia, cuando los turnos siguen tratando del mismo argumen- to, no estn marcados a nivel comunicativo, mientras que, cuando se produce tun cambio de argumento, este paso suele marcarse y sefalarse en el plano co- municativo tanto a nivel verbal como no verbal.” Es evidente que el cambio de argumento garantiza variedad, curiosidad ¢ interés en el fluir de la conversa- cin. En este flujo, es normal prever y realizar una serie de inserciones incrusta- das en el Ambito del argumento principal. Estas inserciones contribuyen a que la conversacién tenga variedad y se vuelva imprevisible, puesto que con frecuencia son dictadas por asociaciones libres de ideas y sentimientos. Ade- més, confieren una estructura jerérquica a la propia organizacién de la conver- sacién, poniendo en primer plano los argumentos dominantes respecto a los argumentos secundarios. De forma similar, ofrecen la posibilidad de tratar as- pectos particulares y especificos al lado de temas més amplios. ‘Al final de los intercambios sobre varios argumentos, la conversacién prevé una fise de cierre, cualquiera que haya sido el desarrollo de la conversacién. Normalmente, esté prevista una conclusién suave, con la presencia de parejas adyacentes simétricas.” La repeticién simétrica de frases de despedida sirve para gestionar el momento de la finalizacién que comporta una experiencia de separacién, aunque sea momentinea. El cierte, de hecho, tiene una doble fun- cién: por un lado, debe gestionar el momento de la separaciéns por otro, debe establecer las premisas para que en un encuentro préximo el inicio de la con- versaci6n se pueda realizar en las condiciones més favorables. La alternancia de turnos Mencién aparte merece el fenémeno de la alternancia de turnos, que evita el solapamiento y da fluide al propio acto de conversar. En general, los solapa- mientos constituyen menos del 5% de la conversacién y, si hay alguno, apenas 1 Por ejemplo, en un converscign en que durante unos veinte minutos se discue sobre ls relax cones entre petidists y politicos, A afirma:

También podría gustarte