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Las matemáticas son un área del conocimiento, bastante amplia, que estudia las propiedades y

relaciones entre entes abstractos, como números, figuras geométricas o símbolos1, las cuales son
bastante útiles en diversos ámbitos, a pesar de que en algunas ocasiones su aplicación no sea muy
evidente. A pesar de que siempre están presentes en nuestras vidas, en la sociedad existen una
gran cantidad de prejuicios hacia esta área. Ejemplos de esto, son las frases como “las
matemáticas son difíciles”, “las matemáticas no sirven para nada”, “se necesita talento nato para
ser bueno en matemáticas”, “las matemáticas solo le sirven a los ingenieros y científicos”, entre
otras. De esta manera, cuando un niño crece y va aprendiendo cosas de su entorno,
inconscientemente también adquiere estos prejuicios, por lo que cuando el niño llega a la escuela
este está predispuesto a que las matemáticas son difíciles y su comprensión es muy compleja.

En el transcurso de la formación educativa de nivel básico y medio superior, generalmente, los


alumnos presentan un continuo cuestionamiento acerca de la trascendencia que tienen los
conocimientos matemáticos, adquiridos en clase, en sus vidas y aún más importante que la
trascendencia es, su aplicación en la vida cotidiana. La gran mayoría no encuentra respuestas
apropiadas a sus preguntas, teniendo como consecuencia, la apatía por gran parte del alumnado
por la asignatura de matemáticas, sumado a las predisposiciones y prejuicios con los que
contaban.

Esta cuestión se va volviendo más evidente, según el alumno va avanzando en su educación, y por
lo tanto, los temas y conocimientos aumentan su grado de dificultad y se vuelven más abstractos.
En un principio, es mucho más fácil reconocer la utilidad de las matemáticas, ya que como
generalmente se analiza la aritmética, rama cuyo objeto de estudio son los números y las
operaciones elementales, suma, resta, multiplicación y división. La aplicación de esta rama es muy
fácil de observar en la vida cotidiana, ya que a diario, los humanos utilizamos estas operaciones, ya
sea para contar el número de coches en la calle, para pagar por un producto en la tienda, entre
otras cosas. En el nivel de primaria, se analiza a detalle la aritmética y es muy sencillo para los
profesores buscar aplicaciones de esto. Sin embargo, cuando el alumno llega a la secundaria, es
generalmente cuando su apatía por la asignatura se vuelve más evidente aún, esto debido a que
en este nivel se presenta, por primera vez, el álgebra, la cual es una rama de las matemáticas
considerada como la “generalización de la aritmética”, esto hace referencia a la introducción de
símbolos, que representan valores, a las operaciones básicas, para poder expresar una fórmula.
Esta rama se vuelve mucho más abstracta que la aritmética, esta situación dificulta que los
alumnos vean una aplicación directa de esto en sus vidas, de esta forma, gran parte de estos
pierden el interés en la asignatura.

En este momento de la formación educativa, el papel que juega el profesor es trascendente, ya


que si el profesor busca mostrar o nombrar las aplicaciones de los conocimientos vistos en clase a
situaciones de la vida real esto fomenta que el alumno se interese más por la clase y los
conocimientos y que también vea que los procedimientos que realiza en clase sirven para dar
solución a una problemática real. En cambio, si el profesor presenta el conocimiento de manera
abstracta, el ambiente que se genera, se presta para que el alumno pierda el interés mucho más
rápido y por lo tanto, ante la menor complicación que se presente en el tema, este se bloquea y
como no existe la motivación por parte del profesor, el alumno no siente la necesidad de seguir
intentando resolver el problema planteado.
Por lo mencionado anteriormente, el álgebra puede ser considerada como un parteaguas en el
trayecto formativo del educando, ya que si el alumno no tuvo un buen aprendizaje de esta
asignatura, es muy poco probable que comprenda completamente los temas posteriores y el
alumno, al saber que se le “complica” esta área, la trata de evitar lo más que pueda, lo cual puede
llegar a afectar su vida escolar, tal como su elección de carrera profesional. Esta decisión, muchas
veces está guiada por la frase, mencionada anteriormente, “las matemáticas solo le sirven a los
ingenieros y científicos”, por lo que piensan que al escoger algo que no esté relacionado, las
podrán evitar.

Finalmente, la apatía de gran parte de las personas hacia las matemáticas se debe a distintos
factores, tales como los prejuicios que existen en la sociedad, la falta de utilidad que se les
encuentra en la vida cotidiana por falta de conocimiento y todo esto se remonta a la educación
que las personas recibieron, ya que si nunca le encontraron sentido a los conocimientos que
recibían del maestro, esto significa que no hubo aprendizaje significativo y que lo más probable es
que se le complique la resolución de problemas. Esta apatía solo se puedo contrarrestar
modificando los métodos de enseñanza que cuentan algunos profesores, de tal manera que estos
logren captar la atención del alumno y que además los educandos le encuentren sentido a lo que
están aprendiendo.

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