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LA PSICOLOGÍA EN LA PUBLICIDAD.

La publicidad es parte integral de la economía de consumo, si no se estimula el deseo


del consumidor, no serían posibles la repetición de las ventas y la creación de nuevas
necesidades. A continuación, se enlistan unas ventajas que trae la psicología en la
publicidad para ser humano:

 Desarrolla en el ser humano la curiosidad y necesidad, ayuda a que estas dos


se relaciones para incrementar la actividad en el cerebro provocando el placer
en él.
 Ayuda a tener pensamientos anticipados del uso del producto y/o servicio y como
el uso o consumo de estos traerá felicidad: al tener algo que esperar, trae
felicidad a tu vida antes de que esto tenga lugar.
 Ayuda al ser humano a sentirse aceptado en un grupo social, por ende, ayuda a
que su autoestima este elevado y se sienta bien consigo mismo.
 Ayuda a tener un pensamiento que nos brinde auxilio a tomar buenas decisiones,
al comprar un producto y observar las ventajas que nos ofrece en compasión
con otros, hace que tengamos un pensamiento más desarrollado para tomar
correctas decisiones.
 Ayuda al ser humano a estar comunicado con sus seres queridos y por ende el
sentirse protegido y acompañado le traerá felicidad.

PSICOLOGÍA APLICADA A LA PUBLICIDAD

Ciertos modelos de teoría psicológica han tenido una mayor influencia en el proceso
de creación de los mensajes publicitarios, otros son más aplicables para la
comprensión del receptor-consumidor.
McDougall, en 1908 hizo una lista de doce instintos que aún resultan de interés para
explicar algunos de los resortes motivacionales utilizados por la comunicación
publicitaria:
BENEFICIOS:

 El instinto paternal. Da lugar a la emoción de ternura. Este instinto es muy


utilizado en publicidad, no sólo para promover la venta de objetos para niños,
sino (y en forma más sutil) para apoyar mensajes dirigidos al adulto promoviendo
productos o servicios de lo más variado.
 El instinto de curiosidad. Origina la emoción del asombro. La publicidad
tiene un cierto carácter de espectáculo, de despertador de la curiosidad innato
del individuo y en ese sentido el efecto que provoca sobre ese instinto es
especialmente eficaz. Armas como la intriga, el juego, el rompe cabezas pueden
ser muy efectivas a la hora de crear expectación.
 El instinto de autoafirmación: tiene su expresión emocional en el orgullo.
La publicidad utiliza ese caldo de cultivo para vincular al individuo con grupos
sociales de un estatus más elevado o mostrar el éxito derivado de la utilización
de determinados productos. Es el caso de cursos online, productos exclusivos,
etc.
 El instinto de reproducción. Da origen a la emoción del deseo sexual. La
utilización del sexo en publicidad, normalmente a través del erotismo, es lo
suficientemente amplia para no tener que dar más explicaciones.
 Instinto gregario. Hace al individuo agruparse con sus semejantes.
Satisface la emoción de la soledad y cumple con la tendencia instintiva del
individuo a integrarse en grupos sociales.
 El instinto de construcción. Hace surgir emociones tan complejas como la
creación y la realización. El individuo se autorealiza en muchas ocasiones
"construyendo" algo. Se utiliza sobre todo en productos de innovación.
 Por último, McDougall señala el instinto de búsqueda de alimentos y su
correspondiente emoción: el hambre. Qué duda cabe que la publicidad puede
perfectamente estimular el apetito del individuo mediante recursos emocionales
de carácter estético, pero también utiliza este instinto racionalizándolo mediante
explicaciones sobre las ventajas alimenticias de un producto, su proceso de
fabricación o la forma más adecuada de preparar una receta exquisita. Es
característico por tanto de restaurantes o productos alimenticios.

PERJUICIOS:

 El instinto de fuga. Provoca la emoción del miedo y puede ser utilizada para
transmitir mensajes en los que se apele el peligro de la carencia de dinero. Un
ejemplo sería los anuncios bancarios, en los que se compite por cuál es la
compañía que ofrece más rentabilidad. También se puede aplicar en anuncios
sobre la inseguridad que produce la vejez o invalidez o la prevención de
accidentes.
 El instinto de combate. Se asocia a la emoción de la ira. En este caso, el
instinto no sólo se satisface luchando física o intelectualmente, sino participando
como espectador de una competición. Los deportes masivos (fútbol) son
ejemplos claros de participación emocional impulsada por este instinto. Desde el
punto de vista publicitario, la competencia comercial observada por el
consumidor de marcas de productos similares actúa como un resorte
motivacional muy eficaz, hasta el extremo de ser utilizada esa competencia como
argumento para la venta (anuncios de coches como Dacia, que no es el mejor
pero es el más barato o el que tiene más espacio, videojuegos, etc).
 El instinto de repulsión. Desencadena la emoción del disgusto. La
publicidad utiliza este recurso mediante la presentación de sensaciones
desagradables (malos olores, suciedad...), unidos a productos o ideas que las
hacen desaparecer. Es el caso de los desodorantes, jabones y artículos de
limpieza.
 Instinto de auto humillación. Promueve la emoción de la sumisión ante
individuos de superior capacidad. Esta superioridad es la que utiliza la
publicidad llamada "testimonial", en la que un personaje famoso o un "experto"
expone de forma convincente las ventajas del producto porque, en ellos, el
receptor ve al líder que todo individuo necesita para satisfacer su instinto de auto
humillación.
 El instinto de adquisición. Está acompañado por la emoción de la
propiedad, fundamental en la sociedad de consumo donde el individuo
experimenta el placer de "tener por tener" y por ello desea "comprar por
comprar". El primer mandamiento de la economía del consumo encuentra su
mejor aliado en este instinto y su más fuerte impulsor en la publicidad.

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