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Capacidad contributiva, análisis de los derechos de servicio de agua en la Ciudad de

México de acuerdo con los principios de capacidad económica real y proporcional.

Algunos criterios internacionales fijan un estándar para los estudios de financiamiento de


la infraestructura hidráulica, y consisten en que la gente pobre no pague más del 5% de su
ingreso familiar por el servicio de agua potable. La realidad en nuestras ciudades es que
las familias más pobres que no cuentan con el servicio domiciliario de agua potable, pero
que recurren a acarreos, pipas y garrafones, sufragan hasta el 20% de sus ingresos en agua
de dudosa calidad. (p. 179)

Los servicios de agua y drenaje deben ser accesibles para todos y, en ese sentido, el cobrar
cuotas bajas en consumos razonables es parte de una política adecuada, pero el subsidio
generalizado tiene muchos inconvenientes, está bien si se pretende compensar al más
pobre de manera que pueda tener acceso a un agua en cantidad y calidad sin que esto
grave su patrimonio y su ingreso. El problema es que con un subsidio generalizado
también se subsidia a gente que sí puede pagar.

Por otra parte, la zonificación de las tarifas se considera un acierto, ya que permite
canalizar los subsidios en mayor forma a los sectores desprotegidos sin dejar de fijar
tarifas bajas también para usuarios residenciales que moderan su consumo. En estos casos
existe un cierto subsidio cruzado en el precio del agua en la Ciudad de México: las tarifas
de agua – que en sentido estricto son derechos fijados por la Asamblea Legislativa del
Distrito Federal y no tarifas determinadas por el Sistema de Aguas de la Ciudad de México
– son diferenciadas entre las zonas de alto nivel económico, de nivel medio y las
populares.

En la Ciudad de México existen muchos contrastes

La capacidad económica dice relación con la potencialidad económica


vinculada a la titularidad y disponibilidad de la riqueza1; con la aptitud,
la posibilidad real, la suficiencia de un sujeto de derecho para hacer
frente a la exigencia de una obligación tributaria concreta por parte de
una Administración Pública2.

1 Fernández, "El diseño", cit. nota n. 1 8, p. 98. Para Carrera Raya,


capacidad económica es un término más adecuado que el de capacidad
contributiva, la cual es una calificación hecha por el legislador. Ver,
Carrera Raya, José Francisco, Manual de Derecho Financiero, Vol. I,
Derecho Financiero y Feorfa de los Ingresos Públicos, Tecnos, Madrid, 1
994.
2 Calvo Ortega, Rafael, Curso de Derecho Financiero, I. Derecho

Fributario, Parte General, 10a edición, Thomson-Civitas, Madrid, 2006,


p. 52.

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