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Hebreos 4:1-10

REPOSAMOS EN CRISTO POR LA FE

Nos vuelve a advertir sobre no endurecer nuestro corazón a la voz de Dios.


Esforcemos nos por entrar al lugar de reposo. La palabra de Dios es más cortante
que toda espada de dos filos. Nada puede esconderse de Dios. Jesús es nuestro
gran sumo sacerdote. Jesús fue sometido a las mismas pruebas que nosotros Y El
jamás peco. Él nos ayuda en la hora de nuestra necesidad. Cristo, siendo hijo aun,
sufriendo aprendió lo que es la obediencia y llego a ser fuente de salvación eterna
para todos los que lo obedecen. Habla de cómo esta gente era débil y lentos en
entender y tenían que tomar leche en vez de comida sólida, esto lo dice
espiritualmente hablando. Jesús es el autor de la salvación eterna.

Sigamos adelante hasta llegar a ser adultos, espiritualmente. A los que caen ya
habiendo saboreado la verdad en Dios, ellos crucifican a Jesús nuevamente.
Abraham espero pacientemente en Dios y recibió lo prometido. Hemos confiado
en la espereza que Dios nos ha dado. Da un resumen de parte de la vida
de Melquisedec. El que bendice es superior al bendecido. Habla del sacerdocio.
Jesús garantiza una alianza mejor que la antes hecha. Jesús vive para siempre, el
quien ruega por nosotros. Jesús es Santo y Sin Mancha. Jesús no es como los
sacerdotes que tenían que sacrificar animales para cubrir sus pecados y los del
pueblo. Jesús está sentado a la derecha del trono de Dios. Habla de la alianza
antigua y de cómo la alianza nueva que es mejor. Dios dijo poner las leyes en la
mente y escribirlas en nuestro corazón. Una nueva alianza hizo Dios

La primera alianza tenía una arca, y más cosas que estaban en el templo. Habla
de como los sacerdotes tenían que entrar y lo que se llevaba a cabo. Cristo es
ahora el sumo sacerdote y él es el que entro en el santuario a ofrecer una vez
para siempre su propia sangre por todos nosotros. La sangre de Cristo limpia
nuestra conciencia de las obras que llevan a la muerte. Jesús libra de los pecados
cometidos. En la antigua ley si no había derramamiento de sangre no había
perdón de pecados. Jesús se presenta delante de Dios para rogar a nuestro favor.
Cristo apareció una sola vez y para siempre para quitar el pecado. Al morir
después seremos juzgados. Cristo regresara nuevamente por segunda vez; nada
que ver con el pecado sino para salvar a los que le esperan.
La ley no puede hacer perfectos a quienes tiene que ofrecer sacrificios cada año.
Dios no quiere ni le agradan los sacrificios para quitar el pecado. Dios quita los
sacrificios antiguos y pone el nuevo. Dios hará de sus enemigos el estrado de sus
pies. Cuando los pecados ya nos son perdonados no hay nada más que nosotros
podamos hacer para que seamos limpios. Acerquemos nos a Dios con un corazón
sincero y con una conciencia limpia. Tengamos amor y hagamos el bien. Terrible
cosa es caer en las manos del Dios viviente. No perdamos la confianza, tengamos
fortaleza en el sufrimiento. Pronto muy pronto vendrá el que tiene que venir. Dios
dice: mi justó por la fe vivirá, Y Dios no se complace en el que se vuelve atrás. No
seamos de los que vuelven atrás sino de los que alcanzamos salvación porque
tenemos fe. La venganza es del Señor.

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