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Índice

Introducción a Comte .................................................................................................................... 2


Biografía ........................................................................................................................................... 2
Primeros años de su vida ................................................................................................................ 2
Inicios en la Escuela Politécnica .................................................................................................... 3
Acontecimientos decisivos en su vida ........................................................................................... 3
Augusto Comte y el origen de la sociología como ciencia................................................. 4
Metodología Sociológica ................................................................................................................. 6
Obras principales de Augusto Comte ...................................................................................... 6
Curso de filosofía positiva ............................................................................................................... 6
El discurso sobre el espíritu positivo ............................................................................................. 7
Pensamiento y aportes de Augusto Comte ........................................................................... 9
Augusto Comte y el Positivismo:.................................................................................................. 10
De la sociología a la religión de toda la Humanidad ................................................................. 13
La religión y la sociedad positiva ................................................................................................. 14
Saint Simon.................................................................................................................................... 15
Biografía ........................................................................................................................................... 15
Influencia Americana ................................................................................................................. 15
La influencia de la revolución francesa ................................................................................... 16
Tiempo en prisión ....................................................................................................................... 17
Positivismo de Saint-Simon .......................................................................................................... 18
Socialismo Utópico ............................................................................................................................ 21
Sansimonismo................................................................................................................................. 23
Conclusiones................................................................................................................................. 25
Bibliografía y E-grafía.................................................................................................................. 26

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Introducción a Comte
Augusto Comte se inserta en el mundo intelectual en una época en que las
preocupaciones y los estudios sobre la sociedad y los fenómenos sociales habían
alcanzado cierta madurez. Gracias a sus grandes cualidades analíticas y de
síntesis, Augusto crea su propio sistema de filosofía y política positivista
aprovechando todo lo hasta entonces propuesto por otros autores. Según Comte,
la anarquía reinante en Europa después de la gran crisis provocada por la
Revolución Francesa se debía a que los pueblos carecían de un sistema universal
de principios que estableciera entre las personas la armonía necesaria para
cimentar un orden social común dentro del cual los individuos pudieran desarrollar
pacíficamente sus actividades.

Es por eso que Comte se impulsó la misión de buscar un remedio “a tal estado
anímico, verdadera enfermedad de la sociedad”, y que creyó haberlo encontrado en
una nueva filosofía, cuyos planteamientos iniciales dio a conocer a través de varios
ensayos publicados de 1816 a 1825, hasta que estructuró una serie de ideas que
ofreció claramente sistematizadas en su célebre curso impartido en París, al que
concurrieron eminentes personalidades intelectuales y que publicó de 1830 a 1842,
en los seis volúmenes de su Curso de filosofía positiva.

Para fomentar el nuevo espíritu positivista había fundado también, en 1845, una
especie de cenáculo en el que se reunían amigos y discípulos, pero este heraldo de
la filosofía científica contemporánea había perdido por entonces todo contacto con
la ciencia viva de su tiempo, concentrado sólo en sus meditaciones subjetivas. Sólo
la ayuda económica de algunos admiradores (como Émile Littré o John Stuart Mill)
le salvó de la miseria.

Deseaba una sociedad estable gobernada por una minoría de doctos que empleara
métodos de la ciencia para resolver los problemas humanos. Reconoció el valor de
la religión, pues contribuía a la estabilidad social. Consideraba que el medio para
establecer la armonía social es la propaganda de una, nueva, religión en la que el
culto a un dios personal se sustituye por el culto a un ser superior abstracto. En su
obra Sistema de Política Positiva, propone una religión que estimulará una conducta
de beneficio para la estabilidad social.

Biografía
Primeros años de su vida
Augusto Comte nació en Montpellier, Francia, en el año de 1798; sus padres
pertenecían a la clase media, en aquel entonces católica, conservadora y
monárquica. Ingresó a la escuela a la edad de nueve años y dio muestras en corto

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tiempo de poseer una capacidad intelectual privilegiada y un carácter
independiente. Se dice que Augusto poseía una memoria fantástica, pues podía
recitar largos poemas y páginas enteras luego de oír su lectura una sola vez. De
manera autodidacta aprendió español, italiano, alemán e inglés; además obtuvo
premios en todos los años de su formación académica y demostró especial aptitud
para las matemáticas, a las que dedicó gran parte de su vida. Esta ciencia influyó
profundamente en sus especulaciones filosóficas y sociales, ya que infundió en él,
según Recaséns Siches, ese “espíritu de ingeniero” en el que se cimienta su
pensamiento positivista.

Inicios en la Escuela Politécnica


En 1814 Comte se trasladó a París e ingresó a la Escuela Politécnica para estudiar
matemáticas y física, pero así mismo, se dedicó por cuenta propia a la lectura de
obras políticas. La apariencia seria de Augusto, su dedicación al estudio, su
carácter un tanto introspectivo y su excesiva afición por los libros, le valieron de sus
compañeros el sobrenombre de El filósofo, el cual, sin saberlo, fue una anticipación
de su destino.

Gracias al éxito escolar del que Comte gozaba podría haber aspirado a una brillante
carrera, sin embargo su espíritu inquieto y sus inclinaciones políticas se
interpusieron, ya que se mostró apasionadamente republicano nada menos que en
la época en que Napoleón Bonaparte era el dictador de Europa.

Augusto acaudilló a un grupo de estudiantes que le solicitó a un profesor,


particularmente odioso para los alumnos, que no volviese a poner un pie en la clase.
Este acto de rebeldía provocó que la Escuela Politécnica fuese clausurada por las
autoridades y Comte fue enviado de vuelta a casa, con su familia, y sometido a la
vigilancia policiaca. A pesar de todo y contrariando la voluntad de sus
padres, Augusto volvió a París en 1816 y comenzó a ganarse la vida modestamente
impartiendo clases particulares de matemáticas. Cuando la Escuela Politécnica
reabrió sus puertas de nuevo, obtuvo en ella una cátedra de esa misma disciplina,
la cual impartió durante muchos años.

Acontecimientos decisivos en su vida

Se pueden señalarse tres acontecimientos decisivos en la vida de Augusto Comte:


el primero lo constituyó su amistad con el Conde Enrique de Saint Simon, de quien
fungió como secretario durante seis años, de 1818 a 1824; el segundo, su
matrimonio con Carolina Bassin, en 1825, y el tercero, su separación definitiva de
la Escuela Politécnica. Saint-Simon era cuarenta años mayor que Comte y ejerció

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sobre el joven secretario una influencia decisiva, no sólo por el renombre de que
gozaba como escritor y político, sino debido a sus brillantes
cualidades intelectuales. Era tan marcada la influencia que los primeros ensayos
de Comte parecieron simples transcripciones de las ideas de Saint-Simon, de modo
que Augusto se vio en la necesidad de alejarse de su mentor para alcanzar un
estilo propio.

Carolina Bassin, la esposa de Comte, no parece que haya tenido relevancia en los
trabajos científicos de Augusto, pues aparte de que no tenía aficiones intelectuales,
cuando se casó con ella, Comte había ya trazado las líneas fundamentales de su
filosofía. Se atribuye el fracaso matrimonial de la pareja y a la polémica sostenida
con algún opositor respecto a la originalidad de sus teorías, el que Comte haya
sufrido un grave “ofuscamiento mental”, hecho por el cual se recluyó en un
manicomio.

La pérdida del puesto de profesor en la Escuela Politécnica marca el inicio de una


tercera etapa en la vida de Comte. Los geómetras de ese plantel educativo
se aliaron en contra de él para vengarse de las fuertes protestas que Augusto
escribió en el prólogo del tomo IV de su Filosofía positiva, en las que manifestaba
su franca oposición a las formas de designación del profesorado. Comte habría
quedado en la miseria de no ser por la ayuda económica que de inmediato le
ofrecieron sus amigos y admiradores de Inglaterra, gracias a las gestiones de Stuart
Mill. Posteriormente Littré, en Francia, consiguió colectas que le permitieron a
Augusto vivir entregado exclusivamente a su labor creadora.

Auguste Comte falleció en París el 5 de septiembre de 1857. Fue enterrado por


disposición suya cuando su cuerpo se hallaba en estado de descomposición, con la
mano derecha sobre el corazón oprimiendo un medallón con cabello de Clotilde, su
último y arrebatado amor.

Augusto Comte y el origen de la sociología como ciencia


Señala E. Zaffaroni, que por regla general la historia de la sociología tiene como
fundador a Augusto Comte. Tanto el mismo autor, como Inés Tardel, atribuyen el
mérito a Comte de haber sistematizado a la sociología como una disciplina científica
libre del cualquier traba religiosa, determinándole un objeto de estudio, un método,
y destacando los aspectos más importantes de la realidad social.

Todo empezó con Quetelet y Michel Guerry, ya que ambos empezaron a hacer
investigaciones estadísticas centrándose en el ámbito social, algo que era innovar
para el tiempo en el que vivian, fue así como Quetelet llamo a sus investigaciones
como ciencia “física social”. Sin embargo, Augusto Comte tuvo la misma idea, ya
que se encontraba realizando investigaciones similares en Francia, por lo que él
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decidió llamarlo Sociología acuñando el termino por primera vez al estudio de la
sociedad.

Debido al contexto histórico, la Francia de Comte estaba caracterizada por que las
corrientes de pensamiento se dividieran en dos polos siendo el primero el programa
idealista el positivista que pretendía acelerar el proceso de cambio de la sociedad
a través del conocimiento científico y el programa idealista y hacia el programa
idealista, con su concepción orgánica de la sociedad y se contrapone a los cambios
planificados de la sociedad. Señala Tardel que Comte combina la postura positivista
con la idealista al aceptar por un lado la premisa idealista de la sociedad como un
organismo y de la postura positiva tomo la concepción del proceso de cambio a
través de la ciencia.

A partir de ello, se le asigna un objeto especifico de estudio y un método a la


sociología, siendo el objeto de estudio la sociedad analizada como un organismo,
y al ser la sociedad un organismo se supone que debe haber una ciencia que estudie
sus leyes naturales, surgiendo así el método positivo de Comte, que según Aftalión,
propone la explicación causal, aplicada en las ciencias naturales, aplicable también
a los fenómenos sociales y humanos. Según esta concepción las leyes inmutables
de la historia serían sencillamente leyes causales que también rigen la naturaleza.

Además de ello desarrolla los principios en su modelo teórico para abordar el


estudio de la sociedad o de un fenómeno social o humano como tal señalando así
tres principios básicos:

1. La primacía del todo sobre las partes.


“Para comprender y explicar un determinado fenómeno social es necesario situarlo
en el contexto social global al que pertenece”, de la misma forma que para explicar
un fenómeno orgánico se le debe relacionar con el organismo entero.

2. La directriz de la historia humana está dada principalmente por el progreso


de los conocimientos.
“Conocer no es interpretar el mundo, ni construir un sistema de conceptos
metafísicos generales, sino que descubrir las leyes que rigen el mundo para
modificarlas en provecho propio.” Las relaciones del hombre con los otros hombres
y con el mundo dependen de sus conocimientos de la naturaleza y de la sociedad.

3. El hombre es idéntico en todas partes y en todos los tiempos.


Este principio lo procede de la naturaleza biológica del hombre. La sociedad,
entonces, debe evolucionar en todas partes de idéntico modo y en el mismo sentido,
pasando a un tipo más avanzado de sociedad, en un modelo de ascensión lineal.

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Por otro lado, Comte divide el objeto de estudio de la Sociología en dos grandes
rubros: la estática social y la dinámica social, términos que hace sinónimos con los
de orden y progreso. . Así, mientras la Sociología dinámica estudia las leyes de la
evolución de las circunstancias sociales, la Sociología estática estudia sus
conexiones como parte de un todo.

Metodología Sociológica
Uno de sus aportes más significativos, y que hasta la actualidad es usado por la
totalidad de sociólogos, es lo referente a la metodología sociológica. Comte
identificaba explícitamente 3 métodos sociológicos básicos, 3 modos fundamentales
de hacer investigación social con el fin de obtener un conocimiento empírico del
mundo social real, estos son:
1. La observación: que dice, debe hacerse guiada por una teoría y, una vez
hecha, debe ser conectada con una ley.

2. La experimentación, la cual considera más adecuada para otras ciencias que


para la Sociología, la única excepción posible la constituye un experimento
natural en el que las consecuencias de algo que sucede en un lugar, son
observadas y comparadas con las condiciones en lugares en los que un
evento no sucedió así.

3. La comparación, que Comte la divide en 3 subtipos:

a. comparación de las sociedades humanas con la de los animales


inferiores
b. comparación de las sociedades en diferentes zonas del mundo,
c. y, comparación de los diferentes estadios de las sociedades en el
transcurso del tiempo.

Obras principales de Augusto Comte


Curso de filosofía positiva
Publicado en seis volúmenes en París entre 1830 y 1842, el Curso de filosofía
positiva es la obra principal del filósofo francés Augusto Comte. El propósito
del Curso, que se compone de 57 lecciones, es exponer y examinar de forma
sistemática todo el saber científico desde el punto de vista de la filosofía positiva.

Dentro de las dos primeras lecciones, y como paso previo, Comte enuncia su
célebre "ley de los tres estadios", según la cual el desarrollo del pensamiento
humano se realiza pasando por tres etapas sucesivas, estos tres estados o estadíos
son teológico, metafísico y positivo.

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El carácter fundamental de la filosofía positiva consiste, pues, en considerar que los
fenómenos están regidos por leyes invariables naturales; se prescinde de la
cuestión de la causas juzgándola un problema inexistente. Para Comte, la finalidad
de la ciencia es la previsión. En todas las ramas de lo que se puede saber, afirma
Comte, la filosofía positiva ha podido derribar la mentalidad teológica y metafísica.
Sólo la sociología, ciencia que todavía ha de constituirse, no ha llegado todavía al
estado positivo, y éste es el gran cometido de la filosofía positiva. Una vez
construida, la sociología cerrará todo el sistema de las ciencias.

Por esta razón, la exposición de las líneas fundamentales de esta futura sociología
debe ir precedida de la exposición de las ciencias desde el punto de vista positivo,
es decir, desde el doble punto de vista de los métodos y de sus principales
resultados. A esta exposición dedica Comte la mayor parte de las restantes
lecciones del Curso de filosofía positiva. Las ciencias se clasifican en un orden
natural de generalidad y sencillez decreciente, que históricamente corresponde
también a las diversas épocas en que alcanzan su completo desarrollo:
matemáticas, astronomía, física, química, biología y finalmente sociología,
coronación de todo el sistema.

En la sociología Comte compendia, en efecto, la filosofía de la historia, de la cultura,


la gnoseología y hasta la religión. Todo el saber está privado de sentido si no es
referido al hombre: pero, como para Marx, para Comte el hombre no es el individuo
aislado (objeto de la psicología), sino el hombre en cuanto sociedad ("espíritu
objetivo", como hubiera dicho Hegel). Pese a la tradicional contraposición que se ha
establecido entre el positivismo y el idealismo, hay que señalar que el objetivismo
que hay en la base de la filosofía de Comte no es el realismo dogmático pre-
kantiano, sino un objetivismo que, al menos en este aspecto, desarrolla de manera
original las conquistas de Hegel y de su escuela.

La sociología de Augusto Comte es todavía incierta en el Curso de filosofía positiva,


y se limita a la dinámica social. Comte proyecta una historia de la sociedad humana
desde el punto de vista de la ley de los tres estados: la historia de la sociedad
humana es la liberación progresiva del mito de la trascendencia y de la organización
jurídico-estatal fundada en el dominio, para llegar a un culto de la humanidad en
que los hombres se gobernarán sobre la base de la igualdad.

El discurso sobre el espíritu positivo


Comte mediante la llamada “Ley de los Tres Estados”, que, como su nombre lo
indica, establece que hay tres estados en la inteligencia humana, como otros tantos
peldaños de la escalera hacia la mejor ciencia posible. Estas tres etapas están
presentes tanto en la historia de la especie humana como en la vida de cada

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individuo en particular; para efectos de claridad los tomaremos como pasos en la
evolución de la raza humana como un todo.

El primer estado, el infantil, es el estado teológico o ficticio, propio de los albores de


la humanidad cuando velábamos por conocer las causas esenciales de las cosas y
pretendíamos estudiar las cuestiones más abstrusas, más inaccesibles. El
fetichismo primero, el politeísmo luego, y por fin el monoteísmo, nos proporcionó en
nuestra “niñez científica o mental” las respuestas que buscábamos. Un segundo
paso, necesario para no dar un salto demasiado brusco de la inmadurez a la virilidad
intelectual, fue el estado metafísico o abstracto, que se diferencia del primero por
reemplazar los entes sobrenaturales por abstracciones personificadas, lo cual nos
permite llamar ontología a la metafísica que hace aquí las veces de “ciencia”.
Finalmente, llegamos al estado positivo, único estado maduro de la ciencia y
culminación de nuestro proceso de desarrollo científico. Este estado positivo se
caracteriza por dedicarse sólo a la observación (única base de conocimiento real-
mente accesible), siendo nuestros estudios siempre relativos a nuestras
condiciones personales y del progreso social. El espíritu positivo que representa la
madurez del hombre es ya incompatible con la teología inicial: hemos superado
totalmente nuestras fallas y carencias iniciales.

Idoneidad del Espíritu Positivo. El espíritu positivo, nos dice nuestro autor a
continuación, es sin duda el verdadero espíritu filosófico: basta una somera revisión
de las principales acepciones de la palabra “positivo” para darse cuenta de ello. Si
hablamos de “positivo, real, no quimérico”, recordamos que nuestro espíritu
filosófico se consagrará a estudios realmente al alcance de nuestras capacidades y
no a los insondables misterios que nos ocupaban antes; si hablamos de “positivo,
útil”, recordamos que deseamos mejorar constantemente nuestra calidad de vida
con nuestros estudios, y no satisfacer curiosidades vanas; y así cosa parecida
sucede con “positivo, cierto”, “positivo, preciso” y “positivo, no negativo”. Es
asimismo cuestión clara la afinidad entre espíritu positivo y buen sentido universal:
sus atributos son los mismos, y el verdadero espíritu filosófico no hace más que
extenderlo sistemáticamente a todas las especulaciones realmente accesibles.

Orden Necesario de los Estudios Positivos. Así se titula el III Capítulo de la III Parte
del Discurso, y constituye el tema que hemos de tocar a continuación. Aquí plantea
el filósofo dos Leyes que hemos de seguir si queremos que los estudios positivos
sean “(…) un indispensable punto de apoyo, a la vez mental y social, a la
elaboración filosófica que debe determinar gradualmente la reorganización
intelectual de las sociedades modernas.” primera es la Ley de Clasificación, que
“consiste en clasificar las diferentes ciencias, según la naturaleza de los fenómenos
estudiados, según su generalidad y su independencia decrecientes o su
complicación creciente, de donde resultan especulaciones cada vez menos

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abstractas y cada vez más difíciles, pero también cada vez más eminentes y
completas, en virtud de su relación más íntima con el hombre, o más bien con la
Humanidad, objeto final de todo el sistema teórico.” Esta prescripción nace de la
necesidad de ordenar las ciencias de modo que cada una sea un apoyo para la otra,
y a la vez ordenarlas históricamente, de más antigua a más nueva.

Pensamiento y aportes de Augusto Comte:


El pensamiento de Comte surgió gracias al impulso de los reaccionarios, que
consideraban que la Revolución Francesa era un episodio criminal y antinatural en
contra de la historia y que después de la derrota de Napoleón y con la Santa Alianza,
volvían a asegurar que la sociedad es un organismo y jamás puede admitirse la
primicia contrato. Si la sociedad es un organismo, debe haber una ciencia que
estudie sus leyes naturales.

Sin embargo, además de los reaccionarios estaban los críticos del orden sociales,
a los que se les llamaba socialistas utópicos, con los que se confrontaban, pero a
pesar de eso eran ellos igual o más organicistas que ellos. Bajo estas condiciones
surgió la idea de responder a las inquietudes de ambas corrientes desde la misma
perspectiva conservadora y organicista, pero conforme al signo de los tiempos, es
decir, con una ciencia de la sociedad.

Como era imposible verificar científicamente que la sociedad fuera un organismo, el


pensamiento y obras de Comte se basaban en un dogma gratuito, aunque parezca
curioso el pensamiento de Comte fundo una ciencia sobre una premisa anticientífica
y no verificable. La idea de Comte era la de un organismo social que tenía sus leyes,
por ende, debía ser gobernado por quienes las conociera, o sea, por los sociólogos.

El establecía algo parecido al pensamiento de Platón, con el filósofo-Rey, solo que


en este caso, un sociólogo-Rey. Y esto lo explicaba por medio de la ley de los tres
estados por los que habría pasado la humanidad:

1. Teológico (primitivo)
2. Metafísico (iluministas)
3. Científico (Augusto Comte)

El primero es el estado "teológico" o primitivo, en que el espíritu investiga la


naturaleza primera de las cosas, las esencias y las causas finales, y se representa
los fenómenos como producidos por la acción directa y continua de agentes
sobrenaturales, como dioses o seres mitológicos.

El segundo estado, llamado estado "metafísico" (o abstracto), no es más que una


modificación del precedente, en cuanto que sustituye los agentes sobrenaturales de

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las cosas por fuerzas abstractas, por "abstracciones personificadas" concebidas
como capaces de generar por sí solas los fenómenos (por ejemplo, la noción de
fuerza en física). En este estado, "explicar" los fenómenos significa asignar a cada
uno la entidad correspondiente.

El tercero y último es el estado "positivo", en que el espíritu humano renuncia a


investigar el origen y el fin de las cosas, así como al estudio de las causas, y,
combinando experiencias y razonamientos, se limita a fijar las leyes efectivas de los
fenómenos, esto es, sus relaciones invariables de sucesión y similitud; explicar los
fenómenos significa sólo establecer un vínculo entre los diversos fenómenos
particulares y algunos hechos generales. El progreso de la ciencia intenta ir
disminuyendo, cada vez más, el número de tales hechos generales.

Estos planteamientos sobre los estadios en Comte, los podemos resumir en la


siguiente tabla:

DESARROLLO
UNIDAD TIPO DE SENTIMIENTOS
ESTADIO DE LA
SOCIAL ORDEN PREDOMINANTES
VIDAMATERIAL
Teológico Militar Familia Doméstico Cariño
Metafísico Legalista Estado Colectivo Veneración
Especie
Positivo Industrial Universal Benevolencia
(Humanidad)

Además, otra de las características de la ciencia de Comte era que por humanidad
se entendía a la raza blanca (a la que pertenecía Comte), pero no a todas las
personas de esa raza, sino solo a los hombres (Comte también lo era), porque las
mujeres había que mantenerlas en estado de perpetua infancia, para sostener la
cedula básica de la sociedad: la familia.

Comte tampoco renunciaba a un componente místico e invento una nueva religión


con toda su liturgia centrada en el que el Gran Ser era la humanidad e integraba
una trinidad con el Gran Medio (espacio del mundo) y el Gran Fetiche (la tierra).

Augusto Comte y el Positivismo:


Para Comte la explicación del porque la sociedad está tan alejada del modelo ideal
no reside en problemas estructurales. Para Comte el problema es que la educación
y los valores provocan los desgarros y las divisiones. Por tanto, su propuesta fue la
utilización de la "física social", más tarde Sociología, aplicando un tratamiento
científico a los problemas sociales. Quizá en este comienzo de la Sociología, Comte
fue algo ingenuo en sus planteamientos, pero sin duda fue uno de los precursores

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de esta ciencia social. Cabe destacar que las teorías de Comte tienen un carácter
fuertemente euro centrista.

Comte incorpora a su discurso la idea de la evolución y del progreso, pero, en tanto


conservador, suponía que los cambios debían estar contenidos en el orden. La
sociedad debía ser considerada como un organismo y estudiada en dos
dimensiones:

 Estática Social (análisis de sus condiciones de existencia; de su orden)


 Dinámica Social (análisis de su movimiento; de su progreso).
Orden y Progreso se relacionan estrechamente. El primero es posible sobre la base
del consenso, que asegura la solidaridad de los elementos del sistema. El segundo,
a su vez, debe ser conducido de tal manera que asegure el mantenimiento de la
solidaridad, pues de otro modo la sociedad se desintegraría.

En la teoría sociológica se discute el Positivismo sobre todo desde Comte, quien,


de acuerdo con las necesidades técnicas y económicas de la antigua burguesía
liberal y de los inicios de la sociedad industrial, quería desligar la Sociología como
ciencia positiva, de la Metafísica filosófica y de la tradición místico-religiosa.

El Positivismo, desde entonces, renuncia a las grandes interpretaciones y a los intentos de


valorar las estructuras sociales y los procesos evolutivos. Intenta más bien, bajo el principio
de la neutralidad axiológica y basándose en los métodos de las ciencias de la naturaleza,
comprender “objetivamente” el ser social en sus distintas dimensiones y variables.

El término positivo hace referencia a lo real, es decir, lo fenoménico dado al sujeto.


Lo real se opone a todo tipo de esencialismo, desechando la búsqueda de
propiedades ocultas características de los primeros estados.
En conjunto, la ciencia positiva, puede describirse por proponer un nuevo modelo
de racionalidad científica; mantenerse dentro del terreno de los ‘hechos’,
entendiendo esto último no tanto los datos inmediatos de los sentidos sino las
relaciones entre dichos datos, esto es las ‘leyes’ científicas. Las leyes dejan de ser
‘hechos’ para transformarse en ‘generalizaciones a cerca de los hechos; el
agnosticismo, se desprecia la metafísica en tanto que considera incognoscible todo
lo que se encuentra más allá de los hechos; la ciencia es la única guía para la
humanidad y tomando los ideales de la ilustración, confía en el progreso indefinido;
el valor de la ciencia se subordina a la función práctica del saber y es relativizado
en su sentido histórico; y representa la ideología burguesa en tanto defiende el
utilitarismo.
Comte es considerado uno de los padres de la Sociología. Al clasificar las Ciencias,
él ubica en primer lugar a las más abstractas y menos complejas. Así, primero
aparece la Matemática; luego la Mecánica, la Astronomía, la Física, la Química y la
Biología; y, por último, la Sociología, que en su época aún no existía y cuya
necesidad de creación él reclamaba. Como entiende que sólo hay hombre en
sociedad, no hace lugar a la Psicología, cuyo contenido entiende que se reduce al

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de la Biología o al de la Sociología. Comte quería devolverle a Occidente la unidad
y armonía que le había dado la fe en la Edad Media. Pero como entendía que ese
fundamento ya no era viable, pensó en la Ciencia como nuevo polo de atracción y
factor de unidad. Sin embargo, con el tiempo vio la necesidad de recurrir a la
Filosofía (fundó la Filosofía Positiva) y a la Religión (fundó la Religión Positiva, de
la que se declaró Papa). Su Religión de la Humanidad sustituye el amor a Dios por
el amor a la Humanidad, que incluye a los ya fallecidos, los vivos y los que nacerán.
La Sociología y su división

La sociología constituye la aportación científica más genuina de Comte, que dedicó


un gran esfuerzo a elaborarla a la manera de las ciencias positivas ya establecidas
y a señalar su verdadero carácter filosófico. En el libro cuarto del Curso de filosofía
positiva la define como el estudio positivo del conjunto de las leyes fundamentales
propias de los fenómenos sociales.

Como la sociedad se mantiene mediante un cierto equilibrio entre sus presupuestos


esenciales, que son el orden y el progreso, la sociología se dedica al estudio de las
estructuras de la sociedad y al de su desarrollo.

Comte define la sociología o física social como el estudio positivo del conjunto de
las leyes fundamentales propias de los fenómenos sociales. Las posibilidades de
elaborar la ciencia social a la manera de las ciencias positivas ya establecidas como
también señalar el verdadero carácter filosófico de ella y echar sólidamente sus
bases: de ahí el cometido.

Y según Comte su finalidad es advertir con nitidez el sistema de operaciones


sucesivas, filosóficas y prácticas, que han de liberar a la sociedad de su fatal
tendencia a la disolución inminente y conducirla de modo directo a una nueva
organización más progresiva y sólida que la asentada sobre la filosofía teología.

Hay un cierto orden en las sociedades humanas: este orden contiene dentro de sí
la razón de las transformaciones que está llamado a sufrir, lo que constituye su
progreso. Del estudio del primero se ocupa la estática social y del estudio del
segundo se ocupa la dinámica social: una y otra constituyen los dos aspectos de la
sociología: el estático, que se refiere a las condiciones de equilibrio de la sociedad,
y el dinámico, que se relaciona con la movilidad social. La estática social, que
estudia la doctrina positiva, es su impulso histórico renovador. De este modo, la
sociología, con sus dos partes lógicamente unidas, acaba convirtiéndose en una
filosofía de la historia.

Las Ideas de Orden y Progreso

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El planteamiento que Comte hace de la sociología está inspirado e Montesquieu,
Condorcet y Bossuet, fundamentalmente. Del primero toma el determinismo de los
hechos históricos, en los que las constancias de relaciones que permiten descubrir
leyes sociológicas. Del segundo toma la ley del progreso humano. Del tercer el afán
universalista del espíritu humano.

Bajo estas influencias Comte aborda el estudio de los fenómenos sociales que, en
general, se hallan sometidos a las leyes de la vida orgánica, al orden. Cuya
continuidad es confirmada por el progreso como desarrollo del orden. La idea de
orden, se refiere a la unidad sistemática de la sociedad en una época determinada,
a la estructura que le da estabilidad y firmeza. La idea de progreso, por el contrario,
muestra el paso de un orden determinado a otro. Las dos ideas conjuntamente
permiten valorar todas las etapas por las que ha pasado la humanidad a lo largo de
su desenvolvimiento histórico. Sin embargo, lo que más caracteriza a la filosofía
positiva es el haber descubierto el verdadero sentido del progreso social en la
historia.

Los filósofos antiguos fueron ajenos a la idea de progreso. La verdadera idea de


progreso pertenece a la filosofía positiva una vez que caracteriza el término social
y conoce el desarrollo gradual de la humanidad. Solo la filosofía positiva,
completada con el estudio de los fenómenos políticos, determinará las leyes
naturales que rigen las transformaciones sociales.

Para explicar el progreso social, Comte distingue entre épocas orgánicas y épocas
críticas. Las primeras se producen cuando el nivel intelectual de las ideas es
decisivo y dominante, expresan el estado de organización que se descompone a
otro que comienza a estructurarse.

Como la naturaleza humana está sometida a un desarrollo gradual, la crisis expresa


el progreso, y de algún modo, asegura el mantenimiento del orden porque cada
época orgánica, aunque sea de forma rudimentaria, esta prefigurada en la anterior.
La naturaleza humana, siempre idéntica a sí misma, se va perfeccionando, no
obstante en su desarrollo.

Para Comte, la historia no es un retorno circular ni oscilatorio, sino una línea que,
en avance progresivo se va acercando indefinidamente a una meta sin jamás
tocarla.

De la sociología a la religión de toda la Humanidad


La sociología en general, y la dinámica en particular, llevan consigo una instancia
valorativa al tener como finalidad promover una organización más progresiva y libre
del hombre y de la sociedad, una mayor integración del individuo al grupo. Esto le

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permite a Comte introducir ya en el curso de filosofía positiva a la moral como una
parte de la sociología encargada de estudiar y promover la política de la solidaridad.

En el discurso sobre el espíritu positivo, Comte habla ya de la moral como disciplina


independiente, como la séptima ciencia fundamental dentro del saber positivo
enciclopédico. Su objeto es la revalorización del sentimiento como fuerza activa de
la existencia humana y su finalidad es armonizar la vida individual con la del resto
de los individuos. La moral, según Comte, deberá coordinar los actos, sistematizar
los sentimientos, dar unidad a la vida total del individuo y armonizar las energías
individuales en beneficio de los demás con el fin de promover la unidad verdadera
y fecunda del género humano.

De este modo la moral positiva exige al hombre vivir para la humanidad, para el
Gran Ser, como conjunto de seres pasados, presentes y futuros que concurren a
perfeccionar el orden universal: trabajamos siempre para nuestros descendientes,
pero bajo el impulso de nuestros antepasados, de los cuales derivan los elementos
y procedimientos de nuestras acciones. La humanidad, que implica lo biológico,
aflora ahora en la historia como la tradición cultural ininterrumpida desde los dioses
antiguos, pasando por el dios monoteísta, hasta la madurez positivista, como la
unidad suprema e integrada por elementos naturales y espirituales:

Como nuestro desarrollo se debe a la sociedad, para el espíritu positivo no existe el


hombre sino la humanidad. Es incorporándose en la humanidad como cada uno
obtiene su intensidad de vida, satisface su tendencia a eternizarse.

La religión y la sociedad positiva


En la última gran obra de Comte, el Sistema de política positiva, el propósito
comtiano de regenerar la sociedad basándose en el conocimiento de las leyes
sociales asume la forma de una religión en la que se sustituye el amor de Dios por
el amor a la humanidad, a la que hay que venerar como en otros tiempos se
veneraba a los dioses paganos.

Fascinado con el catolicismo, debido a su universalismo y a su capacidad de


integrar la existencia humana en su totalidad, Comte sostiene que la religión de la
humanidad debe constituir una copia exacta del sistema eclesiástico. Ya están
dispuestos los dogmas de la nueva fe: la filosofía positiva y las leyes científicas.
Para la difusión de estos nuevos dogmas es preciso que haya ritos, sacramentos,
un calendario y un sacerdocio. Habrá un bautismo laico, una confirmación laica y
una extremaunción laica. El ángel de la guarda positivo será la mujer. Los meses
recibirán nombres simbólicos de la religión positiva y los días de la semana estarán
consagrados a cada una de las siete ciencias. Se edificarán templos laicos
(institutos científicos). Habrá un papa positivo que ejercerá su autoridad sobre las

14
autoridades positivas que se ocuparán del desarrollo de las industrias y de la
utilización práctica de los descubrimientos. En la sociedad positiva los jóvenes
estarán sometidos a los ancianos y estará prohibido el divorcio. La mujer se
convierte en guardiana y fuente de la vida sentimental de la humanidad. La
humanidad es el gran ser, el espacio, el gran medio ambiente, y la tierra, el gran
ídolo, tal es la trinidad de la religión positiva.

Saint Simon
Biografía
Claude Henri de Rouvroy, conde de Saint Simon nació en París en 1760. Fue un
historiador y teórico político socialista francés. Perteneciente a una familia
aristocrática, el conde de Saint-Simon era sobrino-nieto del duque Louis de Rouvroy
de Saint-Simon, famoso por sus Memorias en las que describió la corte de Luis XIV.

Muchas personas lo han considerado como el primer teórico de la sociedad


industrial, lo que le ha valido que algunos le atribuyeran el título de fundador del
socialismo francés, incluso de primer iniciador de la Sociología.

En su infancia, Claude Henri contaba con un carácter enérgico y de falta de respeto


por los usos consagrados, a la vez que de una desmesurada pasión por la gloria
futura. Sus padres, que alentaban esa ambición, lo rodearon de los mejores
maestros de la época: fue sobre todo el pensador D’ Alembert quien influyo en su
primera formación intelectual al posibilitarle el camino de la doctrina de los
enciclopedistas y al proporcionarle un método de estudio filosófico del que el propio
Saint-Simon se enorgulleció hasta el momento de su muerte.

Influencia Americana
A los 16 años, como correspondía al primogénito de una familia de la nobleza,
Claude Henri entró en el ejército con el grado de subteniente, y al estallar la guerra
de la independencia norteamericana, fue incorporado a la fuerza expedicionaria que
conducía el marqués de Lafayette. Atento más a las cuestiones políticas y
tecnológicas que a su desempeño militar, dio una primera muestra de su interés en
la necesidad de que el hombre aumentase su poder sobre el medio ambiente
circundante por medio de la presentación de un plan dirigido al virrey de México por
el cual se le proponía la construcción de un canal entre los dos océanos a través
del istmo de Panamá, proyecto que finalmente no obtuvo el apoyo que el Conde
esperaba.

América le significó al Conde de Saint-Simon el conocimiento, siquiera directo y


espontáneo, de la estructura y de los modos de vida de la sociedad colonial,
conocimiento que le influirán de gran manera, en sus posteriores construcciones
15
utópicas de la sociedad. El Nuevo Mundo aparece en la mente de Saint-Simon y en
gran parte de la de sus contemporáneos como un lugar donde se pudiera llevar a
cabo las realizaciones de la nueva teoría política, con su carácter abstracto y a priori,
lejos de la resistencia que oponía la experiencia social del Viejo Continente, cargada
de sentido histórico. A lo largo de su vida, el propio Saint-Simon cuidaría de
remarcar el significado de esta importante experiencia.

Una vez vuelto a Francia, pidió su retiro del ejército con el grado de coronel y en
1788 se trasladó a España, donde todavía reinaba monarca Carlos III rodeado de
una pléyade de hombres ilustres. En este país prosiguió con el desarrollo de su
espíritu dirigido hacia los aspectos tecnológicos e industriales de la organización
social, e ideó el proyecto de unir a Madrid con el mar a través de la construcción de
un canal navegable, pero la pronta muerte del rey frustró todos los planes y Saint-
Simon decidió retornar a su patria.

La influencia de la revolución francesa

Su regreso a Francia en 1789 coincidió con el estallido de le Revolución,


acontecimiento que sacudió en forma profunda al joven y aristocrático filósofo. Su
contradictorio pensamiento con respecto a ella en cuanto a su deseo de perpetuar
las tradicionales instituciones organizacionales de la Edad Media y a su intención
de suprimirlas dados los impedimentos y las trabas que ellas suponían para el
concreto desarrollo de la economía y de la industria nacionales pudo ser percibido
a partir de lo que más tarde escribirá: “... La Revolución Francesa había comenzado
cuando regresé a Francia. Yo no deseaba verme envuelto en ella, porque, de una
parte, estaba convencido de que el Ancien Régime no podía prolongarse y, de otro
lado, me oponía a toda destrucción...”. Si bien su participación durante las decisivas
horas de la Revolución fue más bien menor, sus presuntos ideales republicanos
quedaron expuestos cuando aceptó, sin demasiado trámite, la designación de
presidente de la asamblea electoral de la comuna de Falvy (donde renunció a su
título de Conde), y en el momento en que redactó una carta dirigida a la Asamblea
Nacional Constituyente en la que exigía la supresión de las distinciones de
nacimiento y en la que renunciaba al cargo de alcalde que se le había ofrecido por
considerar que se debía alejar temporariamente a los nobles y a los sacerdotes de
todos los puestos públicos para hacer imposible la reimplantación de los privilegios
abolidos.

En septiembre de 1793, en pleno Terror, Saint-Simon abandonó su nombre por el


de Claude Henri Bonhomme, con la intención de borrar de él todo vestigio
aristocratizante y con el objetivo de dejar en claro la sinceridad de su fe en el credo

16
republicano. Sin embargo, el hecho concreto es que la adopción de su nuevo
nombre no hizo sino aumentar las sospechas que sobre él recaían por parte de sus
conciudadanos franceses. Éstas estaban fundamentadas, en gran medida, en los
negocios especulativos emprendidos por Claude Henri (quien había perdido toda su
fortuna durante los primeros tiempos de la Revolución) para la compra de las tierras
de dominio nacional con la idea de venderlas a un mayor precio una vez que se
hubiese aquietado la violencia del Terror impulsado por Robes Pierre. El gran éxito
económico que en poco tiempo logró concretar gracias a esta operación fue la
principal causa de su arresto, decretado en noviembre de 1793, y que lo mantuvo
en prisión hasta octubre del año siguiente.

Tiempo en prisión

Según relataría más tarde, su estadía dentro de la cárcel no sería del todo en vano:
su espíritu recibió en ella la más fuerte de las inspiraciones, la que lo llevó a
impulsarse definitivamente hacia la plena realización de su obra científica a la vez
que social.

Desde su salida de la prisión, y a lo largo de los dos años siguientes, la vida de


este pensador ya no será la misma de antes. Si bien continuaba interesándose de
manera incesante por el comercio, pudo ampliar con creces sus actividades hacia
nuevas ramas de la economía como el sector industrial y el financiero; de similar
manera, su vida social también entró en una etapa de expansión y, al mismo tiempo
que alcanzaba a relacionarse con las personas más ilustres de la Francia de su
época, se hacía conocido por todo el mundo por una forma de existencia que la
burguesía parisina no tardó en calificar de libertina. Sin embargo, alejado de los
intereses puramente materiales y de los placeres mundanos, comenzó a interesarse
vivamente por sus preocupaciones científicas y filosóficas. Pronto su prodigalidad y
sus enormes gastos lo arruinan y para 1805 lo sitúan en la miseria.

Consigue un empleo en una oficina pública que le ocupa las horas del día, mientras
que por la noche escribe sus primeras obras. Su salud está seriamente
comprometida cuando encuentra a un ex criado suyo enriquecido, el cual recoge a
su ex patrón y lo alberga en su casa hasta 1810. Fallecido su protector vuelve a la
pobreza, pero se recupera, y en 1814 está de nuevo en la prosperidad y tiene por
secretarios al futuro historiador Agustín Thierry y al célebre Augusto Comte. Aunque
sus obras obtienen gran éxito de público y de crítica, sus prodigalidades lo llevan de
nuevo a la miseria. Pasó hambre y en 1823 quiso suicidarse, fracasando y
perdiendo un ojo en el intento. A partir de entonces se formó en torno suyo un grupo

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de amigos y de discípulos que lo ayudaron económicamente hasta su muerte en
1825.

Positivismo de Saint-Simon

De estos filántropos sociales fue Saint-Simón quien propuso que el conocimiento


́ ser un conocimiento no sólo empiŕ ico sino cientif́ ico, que debia
social debia ́
construirse con rigurosidad, conformándose en una ciencia especif́ ica de lo social o
del hombre. Y es a partir de las inquietudes y propuestas de Saint-Simón que
́ ulo, inicia sus investigaciones y funda la sociologia
Augusto Comte, su discip ́ como
una ciencia particular y especif́ ica. De hecho, muchos de los postulados comtianos
retoman las ideas sansimonianas.

"La problemática social aumentó la necesidad de proceder a un análisis y a una


evaluación de la sociedad existente, de su pasado, su presente y su futuro" , pero
́ especulativa, sino de un área de
ya no desde el punto de vista de la filosofia
conocimiento que diera cuenta de lo social, en donde se reflejaran los distintos
problemas que aquejan agudamente a la sociedad para darle solución.
Corresponde entonces Saint-Simón iniciar los estudios sistemáticos sobre lo social.

Saint-Simón decidió concentrar sus esfuerzos teóricos sobre los problemas de la


sociedad de su época, una sociedad en plena transformación económica, polit́ ica,
social y cultural, incursionando más allá de los estudios hasta entonces realizados.
Por ello rechazó el viejo método historiográfico que consideraba a la historia como
una colección de hechos sin encadenamiento y que, por falta de una concepción de
la humanidad, clasificaba los acontecimientos cronológica y geográficamente.

Saint-Simón reclama una historia capaz de describir la serie de desarrollos de la


especie humana, en donde la sociedad es un cuerpo organizado, no un compuesto,
ni simple aglomeración de seres vivos (con derechos, intereses y acciones fortuitas),
sino una verdadera máquina organizada a la que cada pieza contribuye de distinta
manera. Es un organismo que ha evolucionado a través de los tiempos y ha creado

18
sus propios órganos para adaptarse a las situaciones que se les presentan. Saint-
Simón creia
́ en la necesidad de fundar un método que les posibilitara descubrir leyes
́ n los cuerpos complejos y organizados que eran las sociedades y recurrió
que regia
́ para crear la fisiologia
a la fisiologia ́ social. Saint-Simón hacia
́ referencia a una
́ n niveles de
etapa del desarrollo de la sociedad donde los hombres alcanzaria
justicia, igualdad, libertad, progreso, y exaltó las bondades de la sociedad industrial,
manifestando en ella la etapa positiva, fundada en el orden.

Saint-Simón hacia
́ referencia a una etapa del desarrollo de la sociedad donde los
́ n niveles de justicia, igualdad, libertad, progreso, y exaltó las
hombres alcanzaria
bondades de la sociedad industrial, manifestando en ella la etapa positiva, fundada
en el orden. Las etapas socioeconómicas por las que han pasado las formas de
asociación van del cazador solitario a la familia, la villa, la tribu y la nación, y ahora
el mundo se ha convertido en un solo taller y en un solo mercado que crea las
condiciones para una asociación universal que, en realidad, está necesitando.
Insiste en que en las tensiones y esfuerzos inherentes a toda asociación y a las
́ . Al mismo tiempo, las
relaciones entre las diversas asociaciones se amplia
asociaciones más amplias y más coherentes, aunque proporcionan una mayor
emancipación del individuo en su dependencia de otros, le atan firmemente a la
colectividad, "la división del trabajo" aumenta en la misma proporción en que avanza
la civilización, tanto en la esfera individual como en la temporal. El resultado es que
cada hombre depende menos de cada uno de los demás individualmente, pero
́ que este nuevo
todos dependen en mayor grado de la masa. Este pensador creia
́ la idea y la realidad y se borraria
orden, el industrial, reconciliaria ́ n los crecientes
antagonismos revolucionarios del sistema social.

́ que la teoria
Sostenia ́ social utilizaria
́ el mismo método que empleaban las demás
ciencias de observación. En otras palabras, el razonamiento se basaria
́ en los
hechos observados y explicados en vez de seguir el método adoptado por las
ciencias especulativas, que refiere todos los hechos al razonamiento. La
́ , la Fiś ica y la Quim
Astronomia ́ ica se establecieron sobre esta base positiva; era

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tiempo de que la Ciencia Social se uniese a estas ciencias especiales y se hiciese
enteramente positiva. Saint- Simón, promulgó este positivismo como principio último
́ , al respecto afirmaba: En todas partes de mi obra me ocuparé de
de su filosofia
establecer series de hechos, pues estoy convencido que ellos son la única parte
sólida de nuestro conocimiento. La Teologia
́ y la Metafiś ica y, sobre todo, los
conceptos y valores trascendentales han de ser probados mediante el método
positivista de las ciencias exactas. Una vez que nuestro conocimiento es fundado
uniformemente en observaciones, la dirección de nuestros asuntos espirituales
deberá ser confiada al poder de la ciencia positiva.

́ , Saint-Simón atribuyó a la nueva


Como muchos otros fundadores de la sociologia
́ en el desarrollo
disciplina las características de las ciencias naturales, lo que influiria
́ alentando visiones positivas de un claro tinte conservador. La
de la sociologia
sociedad, al igual que los organismos vivos, tiene un orden y todo aquello que
́ que debe ser
busque modificarlo es asumido como una enfermedad o una patologia
controlada y erradicada. A mediados de la segunda década del siglo XIX, las
́ a de Napoleón y la restauración de
contradicciones sociales se agudizaron: La caid
́ en Francia mostraron la honda crisis a la que estaba sometida esa
la monarquia
nación, y la necesidad de presentar un proyecto de reorganización de la sociedad,
hizo necesario dar un sentido práctico y no solamente teórico a la Ciencia Social.

Ante esto, la propuesta de Saint-Simón fue rebasada por las condiciones


socioeconómicas y polit́ icas que evidenciaron incluso sus contradicciones, ya que
́ elementos que se oponia
su obra contenia ́ n al desarrollo del capitalismo. Según
Saint- Simón: El progreso del sistema industrial exigia
́ , como supuesto previo, que
la lucha entre las clases fuera transformada primero en una lucha contra la
́ n encontrar unidas, la forma de
naturaleza, en la que todas las clases se debia
gobierno contemplada por él, no era aquella en que los gobernantes rigen a os
súbditos, sino otra, en que el gobierno ejerce una administración técnica sobre la
obra que hay que llevar a cabo.

20
De esta manera, su objetivo de reconciliar las ideas con la realidad se vio frustrado;
́ sansimoniana, no podemos
sin embargo, a pesar de las limitaciones de la teoria
soslayar que Saint-Simón dejara sentadas las bases y los fundamentos de una
́ . Fue él quien sostuvo la idea de abandonar un
ciencia Social: de la Sociologia
conocimiento especulativo para tornarlo en uno positivo, también sostuvo que a
diversas etapas del conocimiento corresponden otras tantas del desarrollo histórico.
Sus postulados los retomará, desarrollará y modificará su discip
́ ulo Augusto Comte,
en lo que se refiere a la idea de progreso como ley natural de la sociedad, también
́ muchas ideas de Saint-Simón dándoles otro enfoque.
Carlos Marx retomaria

Saint-Simón tuvo el mérito de iniciar, con su teoria


́ sobre lo Social, una forma
diferente de conocer los problemas sociales y para ello retomó los avances más
significativos de las Ciencias Naturales, particularmente lo concerniente al método.
Pero no pudo comprender las verdaderas causas de la dinámica de la sociedad
capitalista, lo que lo llevó a hacer propuestas contradictorias con la realidad que le
tocó vivir. El no distinguir que la realidad Social es diferente a la realidad natural y
querer aplicar el mismo método de estudio tanto a la naturaleza como a la sociedad,
provocó muchas confusiones en el análisis de la sociedad, al grado de que dentro
de su teoría hubiera grandes contradicciones entre su análisis y las conclusiones a
las que llegaba, por eso se le ubicó como un pensador utópico.

Socialismo Utópico

Friedrich Engels acuñó el término de «socialismo utópico» para referirse a los


primeros socialistas, por oposición al «socialismo científico» creado por él y por
Marx. De esta forma pretendía destacar que las propuestas de aquéllos eran puras
formulaciones «idealistas» —irrealizables, utópicas— ya que no se basaban en el

21
análisis «científico» de la sociedad capitalista y de sus fundamentos económicos y
no tenían en cuenta la realidad de la lucha de clases.

Aunque las propuestas de los primeros socialistas no forman un cuerpo homogéneo


ya que existen notables diferencias entre ellas, presentan algunas características
comunes. Todos ellos critican la nueva sociedad capitalista, resultado de la
revolución industrial en la que los trabajadores quedan a merced del «frío» cálculo
económico de los dueños de los talleres y de las fábricas, y todos entienden la
propiedad privada no como un derecho natural sino como un fenómeno puramente
histórico.
Así el principal problema que abordan es cómo alcanzar la igualdad que vaya más
allá de la mera igualdad legal, lo que les lleva a rechazar la exaltación de la libertad
abstracta que propugnaba el liberalismo —que, como dijo el socialista francés
Philippe Buchez, sólo enseña «al hombre a ser egoísta, a convertirse en su propio
Dios, su propia fe, su propia gloria, su propia razón y su propia fuerza»—. De ahí la
importancia que conceden a la educación como medio para que arraiguen los
valores que hagan posible la sociedad igualitaria y «armónica» que proyectan. Por
otro lado, también comparten la idea de un cierto internacionalismo social-proletario
que al superar las rivalidades de los nacientes estados-nación dé paso a una era de
paz y de libre convivencia entre los pueblos. Un último rasgo, aunque no compartido
absolutamente por todos, fue el optimismo, su confianza en el progreso y en la
posibilidad del cambio social que pusiera fin a la explotación y a la opresión para
conseguir la regeneración moral de la humanidad.

Saint-Simon influyó poderosamente en Auguste Comte a raíz de sus colaboraciones


conjuntas, y aunque sus caminos acabarían por distanciarse, el positivismo de
Comte está basado en su mayor parte en conceptos sansimonianos. Tras su
muerte, sus discípulos popularizaron su ideología durante el Segundo Imperio. Sus
principios adquirieron el nombre de sansimonismo, como si se tratara casi de una
religión, aunque la asociación terminaría por disolverse. La influencia de la ideología
de Saint-Simon en el pensamiento moderno ha sido muy profunda. Previó

22
correctamente el futuro proceso de industrialización del mundo y confió la solución
de la mayoría de los problemas de la sociedad a la ciencia y la tecnología.

Sansimonismo

Saint-Simon se planteó acabar con la anarquía capitalista sustituyéndola por un


nuevo Estado dirigido por los científicos y por los industriales que sustituirían a los
incapaces, es decir, curas, nobles y explotadores. Por eso su propuesta ha sido
calificada como socialismo aristocrático, antecedente de lo que en siglo XX se
llamaría tecnocracia. De ahí también que buena parte de sus seguidores fueran
banqueros, financieros, industriales, inventores, etc., algunos de los cuales
desempeñaron funciones importantes en la vida económica de Francia y fuera de
ella.

Para Saint-Simon el conflicto de clases fundamental de la sociedad de su tiempo no


era el que el enfrentaba a la burguesía con el proletariado, como afirmarán otros
socialistas y desarrollará el marxismo, sino el que oponía a los productores o tercera
clase, que incluía tanto a los patronos como a los obreros, los que dirigían los
trabajos productivos y los que los realizaban y al bienestar económico de la nación,
y entre los que se encontraban en primer lugar los miembros del clero y de la
nobleza.

Según Saint-Simon la propiedad sólo era legítima cuando se basaba en el trabajo,


de lo que deducía que la sociedad moderna se apoyaba en la industria y en los
industriales. Entre 1816 y 1819 publicó, con la colaboración de Auguste Comte, el
periódico L'Industrie, cuyo lema era “todo por la industria, todo para ella” porque
como se decía en uno de sus números la industria es la única garantía de la
existencia de la sociedad, la fuente única de todas sus riquezas y de toda su
prosperidad. De ahí la importancia que Saint-Simon concedía a los industriales a
quienes dedicó un catecismo, el Catéchisme des Industriels publicado en 1823, en
el que decía que estaban formados por tres grandes clases que se llaman los

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cultivadores, los fabricantes y los negociantes y que todos reunidos trabajan para
producir o para poner al alcance de todos los miembros de la sociedad todos los
medios materiales para satisfacer sus necesidades o sus gustos físicos.

Para completar su proyecto propuso en la Reorganización de la sociedad europea


una obra escrita en colaboración con Augustin Thierry, la formación de una
federación de los países europeos que hiciera progresar las artes de la paz, es decir,
la ciencia y la industria, los instrumentos del progreso económico y social.

La síntesis final de sus ideas la expuso en Le Nouveau Christianisme (El nuevo


cristianismo), obra publicada en 1825, el año de su muerte, y la que, según Marx,
sería la que permitiría considerar a Saint-Simon como socialista ya que presentaba
la emancipación de la clase obrera como la meta final de sus aspiraciones, mientras
que sus obras anteriores eran en realidad una simple glorificación de la moderna
sociedad burguesa frente a la sociedad feudal, o sea, de los industriales y
banqueros contra los mariscales y los fabricantes jurídicos de leyes de la época
napoleónica. En esta obra Saint-Simon proponía dar un sentido social al
cristianismo para que sirviera de fundamento ideológico y moral a la nueva sociedad
industrial de la que habrían sido expulsados los ociosos. La gran meta terrena de
los cristianos, que deben proponerse para obtener la vida eterna, es mejorar lo más
rápidamente posible la existencia moral y física de la clase más pobre, escribió.

A Saint-Simon se le atribuye la frase emblemática que define al socialismo


cualquiera sea su variedad: “De cada uno, según su capacidad; a cada uno, según
su necesidad”, frase que también es atribuida a Johann Karl Rodbertus.

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Conclusiones:
 Augusto Comte es el creador de la sociología como una disciplina científica,
dándole un objeto de estudio, la sociedad considerada como un organismo,
y sistematizándola dándole un método.
 El método científico de Comte estaba influenciado por el modelo de las
ciencias naturales.
 Comte propone la división analítica de la Sociología en estática y dinámica.
La sociología dinámica estudia las leyes de la evolución de las circunstancias
sociales y la sociología estática estudia las conexiones de dichas leyes a al
realidad.
 Para Comte el hombre no existe, no puede existir más que la humanidad, ya
que todo nuestro desarrollo se debe a la sociedad y la búsqueda activa del
bien público el cual sería el modo más apropiado para asegurar la felicidad
privada, aunque la única recompensa sea la satisfacción interior. La armonía
que pretende Comte está emparentada con la realidad, en la que el hombre
no puede desapegarse de su realidad , es decir , que si el hombre no puede
aplicar sus pensamientos , su inteligencia en su entorno no está haciendo
nada porque la idea es pasar de la teoría a la práctica.
 Sus diversas acepciones resumen los atributos del verdadero espíritu
Filosófico. Es necesario para Comte que la práctica se una con la teoría.
Tener conceptos básicos para que poco a poco se pueda construir
conocimiento. El hombre necesita de una vida práctica, se basa en el vivir, y
así es como el hombre evoluciona, viviendo en su realidad, y es necesario
que la vida practica se vuelva a la vez una razón teórica, teniendo unos
parámetros teóricos y conceptuales, que proporcione las bases para generar
conocimiento.
 Saint Simon fue una gran influencia en el pensamiento positivista de Augusto
Comte.
 Saint Simon ha sido considerado como el primer teórico de la sociedad
industrial, lo que le ha valido que algunos le atribuyeran el título de fundador
de socialismo francés, incluso de primer iniciador de la Sociología.
 La ideología de Saint Simon se vio influenciada por las corrientes ideológicas
propuestas en las colonias independentistas norteamericanas.

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27
Universidad de San Carlos de Guatemala

Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales

Jornada Matutina

Sociología

Lic. Ernesto Archila

AUGUSTO COMTE Y SAINT SIMON

Juan Francisco Véliz Orive #28

Haedelyn Gabriela Mancilla Aguilera #30

Sandy Rosa Antonia Torres Tabico #4

Andrea Lucia Vásquez Ordoñez #22

Deyvi Steffan Cáceres Navarijo #17

Bryan Israel Yancis Quexel #33

Andrea Nicole Mansilla Fuentes #24

28

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