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Revista Geográfica Venezolana, Número especial 2005, 313-342

Historia sin memoria: la cotidiana recurrencia de


eventos desastrosos en el estado Vargas-Venezuela
History without memory: the quotidian recurrence of disastrous events
in Vargas State–Venezuela

Rogelio Altez1
Recibido: marzo, 2005 / Aceptado: abril, 2005

Resumen
Los recientes eventos hidrometeorológicos de febrero de 2005 en el estado Vargas, volvieron
a recordar a habitantes, opinión pública y autoridades, la recurrencia y cotidianidad de estos
hechos en toda la región litoralense. Sin embargo, la propia ocurrencia de este evento (menor
en sus características al de 1999), representa el sentido contradictorio que significó la catástrofe
vivida cinco años atrás: ausencia de respuestas, inversiones perdidas, utilización a convenien-
cia de la tragedia, repetición de las graves consecuencias económicas y sociales, inmediatez en
las decisiones y la renovación del dolor común. Por otro lado, destacó un aspecto importante:
el recuerdo vivo en las comunidades de la tragedia anterior, permitió la puesta en práctica de
recursos adaptativos ante el evento, logrando con ello salvar vidas y una rápida recuperación
afectiva. Sin embargo, entendiendo que recuerdo no significa memoria, la interrogante acerca
de si es posible afirmar que ya se obtuvo una ganancia estructural en la memoria de la sociedad
de la región, respecto de la recurrencia de estos eventos y de la convivencia con ellos, continúa
vigente. En este trabajo se explora esta problemática y se revisa el perfil histórico de los desastres
en el litoral.
Palabras clave: estado Vargas; desastres; memoria; catástrofes históricas.

Abstract
The recent hydrometeorology events in February 2005 at Vargas State, made inhabitants, public
opinion and authorities remember recurrence and daily character of these facts on the entire
coastal region. However, this event occurrence itself (minor in his characteristics to the one of
1999), represents the contradictory sense that meant the catastrophe lived five years ago: Lack
of answers, lost investments, utilization of the tragedy for personal convenience, repetition of
serious economic and social consequences, immediacy in the decisions and the renewal of the
common pain. In addition, an important aspect is highlighted: The lively recall of the previous
tragedy communities allowed the implementation of adaptive resources to face the event, su-
cceeding in saving lives and a fast affective recuperation. However, understanding that recall
does not mean memory, the question of the possibilility of affirming that a structural profit in
the region society memory has already been obtained with respect to the recurrence of these
events of the cohabitation with them, is still present. This problem is explored in this work and
the historic profile of disasters on the littoral region is also checked.
Key words: Vargas State, disasters, memory, historic catastrophes.

1 Universidad Central de Venezuela, Facultad de Ciencias Económicas y Sociales, Escuela de Antropología,


e-mail: ryaltez@cantv.net
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R. Altez

Introducción En efecto, entre el 8 y el 10 de febrero


Cuando en el reciente mes de febrero de 2005 la anunciada vaguada descargó
de 2005 el estado Vargas (Figura 1) se cerca de 36 horas de lluvia, con lo cual,
alistaba a recibir a los tradicionales tem- nuevamente, todo el litoral central re-
poradistas de la semana de carnaval, el memoró las angustias padecidas cinco
gobierno regional y la mayoría de los años atrás, cuando en diciembre de 1999
habitantes se ufanaban de volver a es- se perdiera una buena parte de sus refe-
perar un lleno total en playas y male- rentes urbanos y cotidianos. A pesar de
cones, como generalmente ha sucedido. ello, debe destacarse que las lluvias de
Algunos pesimistas, mientras tanto, febrero de 2005 no calzan los puntos
comentaban el anuncio de una vaguada del ’99. Se trató de un evento de menor
que coincidía con aquellos días de cele- consideración en relación al anterior de
bración, relajamiento y festividad. Entre aquel diciembre (Altez, 2005a), cuyo
caravanas y bailes, bronceador y tráfico, impacto, ciertamente, se debe a la desa-
hacia el martes 8 de ese mes comenzó tención y desaciertos en las decisiones
una larga cadena de horas de lluvia que tomadas para mitigar el retorno de un
no tardó en decepcionar a todos. evento similar al de 1999 (Altez, 2005b).

Figura 1. Ubicación relativa del estado Vargas. Tomado de Revet (2004)

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En todo caso, la cuestión fundamen- ceptibles en tiempo vivido, cuyas con-


tal de la comprensión de los desastres secuencias alcanzan niveles históricos y
en la región litoral, específicamente en el culturales.
estado Vargas, no se halla en las malas de- En este sentido, uno de los problemas
cisiones o los desaciertos coyunturales de más claramente advertidos como conse-
gobiernos de turno o contratistas inescru- cuencia de una vulnerabilidad estruc-
pulosos, sino en entender que toda la zona tural, se encuentra representado en la
convive con amenazas naturales y que ausencia de memoria, donde la sociedad
las mismas se han convertido en hechos naufraga en un presente sin base, sus-
catastróficos a lo largo de todo el proceso pendida entre tres dimensiones concre-
histórico de la región. Es por ello que lo tas y de espaldas al pasado, al que sólo se
importante en este caso es convertir el le reconoce de manera alucinatoria, como
conocimiento histórico en memoria, de un referente romántico o mítico, pero nun-
manera que la sociedad expuesta a esas ca real. Ello implica un desconocimiento
amenazas, logre desarrollar mecanismos grave del entorno en el cual sobrevive y
adaptativos para enfrentarlas exitosa- un olvido sistemático (Altez, 2000), de las
mente y asumir (o bien, cristalizar) una propias condiciones que construyeron la
cultura del riesgo capaz de mitigar las realidad en la que se desenvuelve. En el
vulnerabilidades. caso del estado Vargas (sobreentendido
Esa vulnerabilidad, representada en como región y no como ente jurisdiccional
un desarrollo urbano invasivo de las zonas y administrativo), el olvido de su pasado,
de mayor actividad de fenómenos poten- o bien el desconocimiento certero de los
cialmente catastróficos, e incrementada hechos que contribuyeron a su presente
en la profundización de la desigualdad actual, ha representado una buena parte
social, el desconocimiento del entorno de la responsabilidad en las consecuen-
y el ambiente, y la solidificación de las cias catastróficas de los últimos desastres
relaciones clientelares, debe entenderse padecidos.
como vulnerabilidad estructural (Altez, A pesar de ello, y advertido como un
2000). Ya antes Wilches-Chaux (1993), aprendizaje de esta generación, en las
había señalado a la vulnerabilidad social lluvias del reciente carnaval, la sociedad
como responsable de la ausencia de ac- expuesta ante una repetición factible de
ciones concretas capaces de responder lo sufrido cinco años antes, logró desple-
exitosamente ante los desastres, refirién- gar recursos positivos que le permitie-
dose a las relaciones más íntimas de las ron enfrentar de manera más exitosa los
comunidades como una vecindad mera- embates de un desastre. Aferrados a un
mente física; sin embargo, este autor se recuerdo (esto es: un hecho pasado aún
refería a aspectos mucho más inmedi- sensible), fue posible reducir las víctimas
atos y no a características profundas. En a números casi no significativos y recu-
este caso, la noción de estructura hace perar afectivamente la cotidianidad en
mención a aspectos simbólicos, no per- poco tiempo. Si el recuerdo contribuye a

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la consolidación de la memoria en esta cagua. Son paisajes costeros de terrazas


sociedad, eso está por verse. Mientras litorales muy poco desarrolladas, playas
tanto, se comporta como un fantasma: estrechas y sectores de conos de deyec-
un hecho terrible que tiende a repetirse, ción de la cadena del Litoral del Tramo
tan importante en presencia como en Central de la Cordillera de la Costa que
ausencia. se presenta aquí alta y abrupta con al-
turas de 2.640 mts. en la Silla de Caracas
y 2.675 mts. en el Cerro Naiguatá. Sólo el
Sobre las condiciones naturales de surco de Tacagua corta esta cadena del
la región Litoral posibilitando las comunicaciones
históricas del valle de Caracas con este
El estado Vargas de Venezuela se ha con- litoral caribeño, ello lleva a denominar
solidado históricamente en torno a la ac- esta microrregión como Litoral Central
tividad portuaria que sirve a la ciudad de Caraqueño”.
Caracas. En este sentido, La Guaira como En esta región se desarrolló desde el
poblado y como puerto, ha sido el refe- siglo XVI el poblamiento del litoral cen-
rente de la región, concentrando en su tral, signado por la dinámica propia de
entorno a la mayoría de la población. El la naturaleza que le conformó y continúa
atractivo del lugar, en tiempos fundacio- afectando periódicamente. Humboldt se
nales, no estuvo en la funcionalidad del refirió a la zona como una “costa peñas-
lugar como puerto, sino en la cercanía a cosa y muy elevada, presentando sitios
Caracas. Los españoles que exploraron tan agrestes como pintorescos. (...) En
el entorno buscaban un acceso rápido al todas partes son escarpadas las monta-
valle en el cual, pronto, plantarían una ñas y de una altura de tres o cuatro mil
base expansiva hacia el hinterland del ac- pies...” (Humboldt, 1956, II: 210-211).
tual territorio venezolano. Las condicio- Desde esas características, una población
nes naturales de la región, de una manera que hacia 1816 (Díaz, 1817), reunía entre
u otra, dificultaron los asentamientos y La Guaira (1.976), Macuto (894), Nai-
la viabilidad de un desarrollo mayor. El guatá (541) y Maiquetía (1.209), poco
litoral central es una estrecha franja que más de cuatro mil personas, en 1999
recorre la costa entre montaña y mar. La contaría con 308.303 habitantes (según
descripción de Cunill Graü (1987, I: 482), estimaciones de la OCEI, 1997).
coincide con estas afirmaciones: “Ha sido En esa estrecha franja ya observada,
una constante geohistórica la interre- la población se fue asentando en los
lación funcional entre la ciudad de Cara- pocos espacios que permitieron el cre-
cas y su Litoral próximo, particularmente cimiento urbano, es decir, en aquellas
con el puerto de La Guaira, conformán- terrazas señaladas por Cunill Graü, las
dose una microrregión bastante homo- cuales recorren abruptamente la región,
génea en el sector comprendido entre las formadas por los sólidos que eventual-
localidades de Chuspa y Chirimena-Ari- mente descienden desde lo alto de las

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montañas hasta descansar en sus abanicos calando autores y estudios dedicados a


aluvionales. “No menos de diecisiete ríos la región en sí, debe agregarse, asimis-
de pequeño caudal que bajan de la sie- mo, que el levantamiento tectónico de
rra, por cuyas aguas se puede ir en bote la región continúa activo (Singer, 1977),
durante un trayecto de dos o tres millas y que la misma se ve afectada directa-
tierra adentro a través de estos estrechos mente por el sistema de fallas de San Se-
valles, que más bien parecen grietas a- bastián, cuyo nombre se debe a la locali-
biertas en la montaña, y a lo largo de los dad de San Sebastián de Maiquetía. Este
cuales florecen hermosos cañamerales y sistema de fallas, con accidentes dextra-
cacaotales.” (Duane, 1968, I: 12). les, forma parte del sistema principal Bo-
La cordillera de la Costa, en donde se conó-San Sebastián-El Pilar, registrando
despliega el actual estado Vargas, “es un un movimiento con un promedio de 1
alta serranía que se desplaza paralela- cm/a (Audemard, 2002).
mente a la costa del Mar de las Antillas San Sebastián de Maiquetía, hoy total-
o Caribe,... [que] presenta sus mayores mente conurbada con La Guaira y el resto
elevaciones en su tramo central entre las de los antiguos desarrollos coloniales del
cercanías de la ciudad de Caracas y las litoral, conforma un solo cinturón urbano
poblaciones costaneras de Maiquetía, continuo desde Mamo y Arrecife, al oeste
La Guayra, Macuto, etc. (...)” (Röhl, de Catia la Mar, hasta la urbanización
1949: 34-35). Garner (1959:1333-1334), Tanaguarena, al extremo este de Cara-
diría que “The northern slope of the Cor- balleda, interrumpiendo esta continuidad
dillera de la Costa is steep and descends por la carretera hacia Naiguatá, la cual se
from an altitude of slightly less than 2 despliega en una delgada cornisa que bor-
miles to sea leved in a horizontal dis- dea la costa y se halla flanqueada por ele-
tance of about 6 miles.” “Al visualizar el vados taludes y prolongadas torrenteras.
tramo de la Cordillera en consideración, En medio de esta carretera, se ubicaba la
en sentido Este-Oeste puede notarse un población de Carmen de Uria, arrasada
claro escalonamiento que muestra gra- por los aludes de 1999 (Figura 2).
dos distintos de exhumación de las rocas Con estas características, está claro
más viejas. El macizo del Ávila propia- que el litoral central se ve severamente
mente dicho corresponde a los bloques amenazado por riesgos sísmicos (te-
Galipán y Naiguatá.” (Urbani, 2002). rremotos), geológicos (deslizamientos
Este macizo adquiere su aspecto actual y desprendimientos de rocas), hidro-
en el Neógeno (Schmitz et al., 2000) y meteorológicos (aludes producidos por
está compuesto principalmente por es- vaguadas y tormentas), y meteorológicos
quistos y gneisses de edad Paleozoica- (mares de leva o marejadas provocados
Precámbrica, removilizados al final del por tormentas). En un contexto como
Paleozoico (Urbani y Ostos, 1989). este, la vulnerabilidad se acrecienta con
Continuando esta descripción que las condiciones históricas y sociales de
asciende histórica y científicamente es- desarrollo urbano invasivo y anárquico,

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Figura 2. Imagen satelital de un sector del estado Vargas. Los señalamientos numerados corresponden a los
siguientes abanicos o zonas de explayamiento: 1, Quebrada Piedra Azul, Maiquetía. 2, Quebrada Osorio,
La Guaira. 3, Quebrada de Punta de Mulatos, Punta de Mulatos. 4, Quebrada de baja a un lado del camino
que conduce a San José de Galipán, Macuto. 5, Quebrada de La Veguita, Macuto. 6, Quebrad de El Cojo,
Macuto. 7 Quebrada de Camurí Chico. 8, Río San Julián. 9, Quebrada Seca, Tanaguarena. 10, Quebrada
Cerro Grande, Tanaguarena. 11, Carmen de Uria. (https://zulu.ssc.nasa.gov/mrsid/mrsid.pl)

profundizando la fragilidad ante eventos sentados por prensa e investigaciones,


potencialmente destructores. A pesar de aparecían minimizados frente al amplia-
convivir con la periódica activación de mente informado suceso catastrófico de
todas las amenazas, las comunidades que ese diciembre, el cual fue vivido en pleno
residen en el litoral permanecen sordas conflicto político nacional (elecciones
al murmullo de la naturaleza, aguardan- regionales). La mirada hacia el pasado
do quizás por un Estado o gobierno mila- puesta en práctica entonces, no tomó en
grero que, aún profundizando el olvido, cuenta la lógica con la que debía inter-
cambie la vulnerabilidad por progreso. pretar los datos provenientes de contex-
tos antecesores, ciertamente distintos
Antes de 1999 a la lectura con la que se comprende la
realidad actualmente. “La elaboración
El desastre de diciembre de 1999 y sus de la información sobre la cotidianidad
graves consecuencias, contribuyó al que una sociedad produce, ya desde sus
conocimiento somero de algunos ante- instancias oficiales, o bien desde sus
cedentes en la región. Confundidos con propios protagonistas, siempre está en
eventos menores, todos los registros pre- coherencia con las estructuras funda-

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mentales de la misma. En ese sentido, cipios del siglo XIX no se alcanzaban los
la información posee características 10.000 habitantes en toda la extensión
particulares que le identifican con los que hoy ocupa el estado Vargas (véanse
procesos históricos a los que pertenece.” los datos antes presentados, tomados de
(Grases et al., 1999:16). Díaz, 1817; para más información, recur-
En este sentido, ciertos aspectos rir al propio texto de Díaz), ¿cómo pue-
básicos sobre la investigación histórica den medirse los eventos catastróficos en
no fueron considerados en la búsqueda comparación con la actualidad, donde
de comparaciones con las lluvias del ’99. el desarrollo urbano y poblacional es
Por ejemplo: donde no hay habitantes radicalmente distinto al del pasado? Evi-
(es decir, donde tampoco hay construc- dentemente, los aludes de 1999 causaron
ciones e intereses), no se produce infor- más daños que el terremoto de 1900, por
mación. Esta lógica básica es la que per- ejemplo, por el simple hecho de haberse
mite advertir que no se puede comparar producido en un contexto más poblado y
la intensidad de un desastre presente con desarrollado (Figura 3).
otros eventos del pasado, si no existen La lógica inversa, esto es: magnificar
datos que permitan establecer esa com- el pasado en comparación con el presen-
paración. En una región en la que a prin- te, es también un error metodológico.

Figura 3. Grabado de Macuto hacia finales del siglo XIX. Tomado de Martin (1888)

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No puede determinarse que un evento intensidad subjetiva, Schoeneich hace


catastrófico que haya tenido lugar en un referencia a la percepción de un evento
contexto histórico diferente al del pre- catastrófico por las sociedades afectadas
sente (otra vez: con menor población y, en (es decir, cómo es calificado por quien lo
consecuencia, menor información), tenga padece), lo cual, generalmente, conduce
dimensiones similares a los que ocurren a la magnificación o minimización del
actualmente. Estas equivocaciones, gene- hecho, y no a la calificación ´objetiva´
ralmente, provienen de la historiografía del mismo. Los historiadores e investiga-
nacionalista y romántica, la cual sólo bus- dores de desastres del pasado, actuando
ca en el pasado una razón para enorgu- distraídamente, podrían estar generando
llecer su supuesto linaje, descubriendo un razonamientos mucho más identificados
status perdido y ancestral. Muchas veces, con una ´intensidad subjetiva´ (en su
los investigadores de los desastres, al acu- ansiedad de ´descubrir´ pasados míticos
dir a estas fuentes, construyen datos erra- o catástrofes bíblicas en la historia heroi-
dos y elaboran cálculos cuyos resultados ca nacional), y no aportar un necesario
se alejan de la realidad. conocimiento analítico a las sociedades
Para conocer analíticamente a los de- vulnerables del presente.
sastres del pasado, hace falta desplegar En el caso del litoral central, y para
herramientas metodológicas que con- no incurrir en aproximaciones erróneas,
templen estos aspectos. La sismología parece pertinente atender la recurrencia
histórica, por ejemplo (y en el caso de de los eventos desastrosos que le han
Venezuela esto es mucho más claro), ha acompañado en su proceso histórico, y
alcanzado en los últimos años una gran advertir en ellos que todas las amena-
cantidad de recursos científicos que han zas naturales despliegan una actividad
permitido resultados más acertados. Ello permanente y periódica. Un repaso a los
se debe a la atención crítica sobre las más notables se ofrece a continuación,
fuentes y la forma de interpretarlas. El presentando una información documen-
estudio histórico de otro tipo de desas- tada sobre las fechas más destacadas
tres debería atender este ejemplo, y se- (en algunos casos, se presenta sólo una
guramente con ello contribuiría a la asig- muestra del total de documentos, debi-
nación de intensidades más justas sobre do a lo extenso de los mismos; en otros,
los eventos a los que pretende acercarse únicamente lo que pudo hallarse hasta
científicamente. este momento). El desastre de 1999 es
Ciertamente, lo que Schoeneich tomado aquí como una frontera (cierta-
(2001), ha llamado intensidad objetiva mente catastrófica), ya que a partir de
(o intensidad del fenómeno en sí), e in- ese evento, y tal como ha quedado claro,
tensidad subjetiva (o intensidad perci- ha proliferado la información acerca de
bida), podría estar marcando una signifi- eventos anteriores. El del ’99 marcó un
cativa diferencia en la interpretación de antes y después en el recuerdo de los ha-
los desastres del pasado. Con la categoría bitantes de la región.

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Relación documentada de Temporales de octubre de 1780


fenómenos naturales con “Se han reparado los daños que causa-
consecuencias desastrosas en el ron los temporales de Octubre de 1780,
litoral central en los Baluartes de la Trinchera, y Pla-
taforma, y en las bobedas de este: y los
Terremoto del 11 de junio de 1641 causados en las Baterias de la Caleta, y
“...a los trece días después del Corpus, en Fuerza: y muralla comprendida entre
que tal mal se sirvió a su Divina Mages- estas dos Baterias. [Fue necesario repa-
tad Sacramentada que fue día de San rar el Fuerte Gavilán, el Puesto de Pun-
Bernabé once de Junio entre las ocho y ta de Mulatos, el Fuerte de Santa Isabel
las nueve de la mañana temblo la tierra del Curupao, el Puesto del Penacho del
grandemente y hizo en esta ciudad de Aguacate, el Camino Real de Caracas, y el
Santiago de Leon de Caracas y en su Fuerte de la Cumbre] Estas obras han su-
puerto de La Guaira un destrozo mise- frido los horrorosos temporales del mes
rabilisimo (...) De la plaza para arriva del año de 80...” González Dávila (1784).
hacia las montañas de la mar parece
que el daño fue mayor que de la plaza Lluvias y temporales de marzo de
abaxo, (...), los muertos de que ahora 1781
se tienen noticia aquí son cincuenta y “Por la parte del Este, y sobre la Que-
cuatro y en la Guaira treinta... (...).” Ar- brada del Gavilan, se halla edificado el
chivo General de Indias, Audiencia de Fuerte de este nombre: franquea todo
Santo Domingo, legajo 218. Fray Mauro el frente de la trinchera, y la avenida de
de Tovar, Obispo de Venezuela al Rey, Macuto, su Bateria baja estaba cuar-
Caracas, 14 de agosto de 1641. teada y amenazaba ruina; se vino abajo
“...día de San Bernabé, tembló la en Marzo de 1781 con las lluvias y tem-
tierra en Caracas y se cayeron todas las porales, que ocurrieron; se hiso preciso
casas y conbentos de la ciudad y mató lebantar de nuevo esta bateria; y por ser
alguna jente: y en el puerto que llaman el terreno deleznable, y flojo subir toda
de La Guaira sucedió la misma ruina y la muralla desde treinta pies de altura
mortandad.” Archivo General de Indias, se le dio mas capacidad, construyendo-
Audiencia de Santo Domingo, legajo la en figura circular...” González Dávila
185. Joseph de Silbaguera, 29 de agosto (1784), (Figura 4).
de 1641.
“...en el puerto de La Guayra, del Temporales y aludes del 11 al 14 de
terremoto que sucedió el once de junio febrero de 1798
pasado de los golpes de las tapias y “El día 11 a la una del día empezó a llo-
casas que cayeron murieron algunas ver estando el Mar sereno hasta cuya
personas.” (Archivo General de Indias, hora ventó Norueste bonancible con el
Audiencia de Santo Domingo, legajo 195. viento claro y el Sol picante: La lluvia
Documento del año 1642). fue incesante copiosa hasta las 8 de la

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Figura 4. Detalle del plano de González Dávila, donde enseña las reparaciones realizadas en el Fuerte El
Gavilán a raíz de los temporales de 1781, al cual le levantó una “muralla en forma circular”. (González
Dávila, 1784)

noche y á esta hora empezó á alterarse el amanecer no cesó de relampagar con


Mar de un modo que causó admiración muchos truenos y lluvia incesante.
el ruido que hacía en la Costa su inquie- Dia 12 Lunes. Se mantubo el Mar
tud: desde las 9 de la noche hasta las 11 furioso: se reconocieron sumergidas
hizo faltar los cables y demas amarras muchas embarcaciones menores que se
á muchas embarcaciones que se halla- ocupaban en servicio de mayores del
ban en el surgidero siendo la causa de comercio y pesca: á las 5 de la tarde em-
que fuesen muchas de ellas á la Costa en pezó a sosegar el Mar, aunque en todo
donde totalmente naufragaron algunos este día y en la noche siguiente hasta el
Marineros de sus tripulaciones; otras amanecer del 13 continuó la lluvia grue-
se hicieron á la vela pero algunas zozo- sa y abundante.
braron antes de haber salido á la fran- Dia 13. Seguia la lluvia incesante: á
quia. De la misma hora hasta cerca del las 9 viento bonancible por el E’ sueste

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con el cual arribaron algunas embarca- sus vidas corrian a las Alturas; en las
ciones de las que se hicieron á la vela el que los Castillos y Baluartes situados en
dia anterior por causa del temporal: á ellas padecieron notables ruinas como
las 12½ salió el Río de su cause; rebosó los caminos de comunicación y Plazas
los 5 puentes de su comunicación que de armas. Todos los presidiarios antes
fueron derribados porque sus arcos a de que fuesen ahogados obtuvieron la
pesar de la solida construccion embal- livertad. Del cerro que está á espaldas
sados con los arboles y materiales que de la casa de la Factoría se desprendió
vomitaba la corriente no podían resistir una piedra de 30 á 35 qqs. de peso sobre
tan formidables estorvos: las calles con- un almacen sin que hubiese una desgra-
tiguas situadas a la parte baja del Pueb- cia que el perjuicio hecho al edificio. Los
lo dominadas por la corriente fueron materiales que arrojaba el Rio se aban-
inundadas, de forma que una embar- zaron al Mar en parages a distancias de
cación que calase de 8 á 9 pies de agua 50 toesas formando con las puntas una
podia flotar en el curso de ellas y prueva nueba costa en donde antes no se veia
de ello son las Piedras que se conducían sino multitud de peñas grandísimas.
de 20 á 100 quintales que se hallaban Todos los Pueblos y costas inmediatas
en medio de las calles, unas, otras acon- han padecido estragos a proporción. La
chadas contra las Murallas, Puerta de confusion de este dia fue tanta que no es
las trincheras y sus inmediaciones, con comparable con la que infunden los mas
porcion de arboles diformes. La rapida sanguinarios enemigos quando acome-
violencia de las aguas no respetaba cosa ten á sangre y fuego una Plaza.
artificial ni aun de las naturales. Todos [219 edificaciones fueron dañadas;
los conductos que salen al Mar por la también las fortificaciones y todos los
Muralla circular de la Plaza, cegaron edificios militares]. La naturaleza por
de sus resultas se formó un lago conside- una casualidad o por un inmenso tesoro
rable que se estendia desde el Rio hasta podrá volver a proporcionar al Pueblo el
la Puerta del Muelle en altura de vara y propio cause que el Rio tenía: éste se ha
media en la calle y casas. Los Parques cegado de tierra, ripio, piedra y made-
de Artillería, Fortificación, Maestranzas ras superior en parte por algunas calles
y Bovedas, fueron anegadas: en medio en mas de dos varas. La voz comun con-
de esta ruina ha padecido mucha gente fiesa que la causa de tan terrible daño
cuyo número aun se ignora. Para pro- procede de los desmontes, banqueros,
porcionar desagüe a la Mar se sacaron piedras arrancadas y demás que se a-
de los Baluartes piezas de artillería para rrojó a orillas del Rio y vertientes de la
brechar la Muralla y romper la Puerta avertura de los caminos de las alturas y
de la Marina: produxo el efecto pen- con el torrente impetuoso de las aguas
sado: en tanto se obraban y se discu- precisamente por su gravedad habian
rrian las providencias, los habitantes del de descender a la parte mas profunda
Pueblo no hallando donde poner a salvo que es el Rio: esto parece probarlo el que

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ninguno de los [Pueblos] contiguos en carecemos de una casa de beneficiencia


las costas inmediatas á pesar de haber para socorrer la humanidad doliente;
arrojado mas cantidad de agua, lexos la carnicería que debía surtir al pueblo
de haber cegado las caxas se profun- de un ramo de primera necesidad; la
dizaron; (...)” (Extracto de los acaeci- Escuela pública para la educación de
mientos observados en el puerto de La niños; la Plaza que dava una pequeña
Guaira desde el día 11 al 14 de febrero de renta a los fondos de propios de la vi-
1798. Archivo General de la Nación, Sec- lla; y en una palabra todos los edificios
ción Gobernación y Capitanía General, incluso los templos están destruidos;
Tomo LXIX, año 1798, folio 14 y sub- paradas las obras públicas; y el aque-
siguientes), (Figura 5). ducto de la cañeria que deve surtir de
agua al Pueblo, Puerto, hospitales, y
Terremoto del 26 de marzo de 1812 Quarteles, obra de las mexores que asta
“...el pueblo es un montón de escom- ahora á tenido este Pueblo, suspendido
bros; los vecinos están dispersos ex- también por falta de medios para con-
tramuros en barracas provisionales; tinuar; (...).

Figura 5. Plano de La Guaira en 1778. Sobre este escenario irrumpieron las lluvias de 1798. Fuente: detalle
del Plano de la Plaza de La Guaira con todos sus Castillos y Baterías, Anónimo, 1778. Servicio Histórico
Militar, sección Venezuela, E-12-6, Nº 6096, Madrid. (Tomado de Amodio et al., 1997:93)

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Los propios de esta villa están muy conmoción del aire. Su alarma sin em-
cortos: la carnicería, la plaza y un dere- bargo en este particular fue innecesaria
cho de río sobre buques extranjeros con pues como no tenía conocimiento de sus
destino a reparar su cauce; escasamente colores independientes no les acordé esa
bastarán para mantener la adminis- atención, pero desembarqué y tuve una
tración, y en el día ni aun estos existen entrevista con el Comandante quien me
por las ruinas de la plaza y matadero, exigió desembarcar la gente de mi Navío
(...). para sacar los cadáveres de las ruinas y
[La Diputación debe atender en pri- llevarlos para ser incinerados en la pila
mera instancia a]...la carnicería y la fúnebre general, siendo impracticable
plaza pública, para enseguida atender llevarlos al mar para depositarlos en él
a las demás, como son la limpia y repa- por razón de una fuerte marea.” (Archivo
raciones de las desgraciadas ruinas. de la Academia Nacional de la Historia,
Pero cuanto todo pudiese hacerse, Public Record Office, TomoV-29, 1811-
nada se adelantará si el vecindario no 1812, Thomas Forrest a Stirling, desde el
fija su residencia; la apatía en que yace Navío Cyané, Curazao, 30-mar-1812).
desde el terremoto es efecto de la incer- “Since my arrival here, one of the
tidumbre en que viven los propietarios y greatest calamities has occurred at this
no propietarios sobre la localidad de la place that ever happened in any country.
población; la experiencia ha enseñado y On the 26th ult. whilst on board, I heard
la seguridad individual conoce las ven- a most dreadful report of an earth-
tajas de refundarla en sitio escampado, quake: it lasted, at nearly as my recol-
y, por otra parte, la seguridad de intere- lection will serve, about two minutes. I
ses y comercio exigen sea dentro de mu- soon learnt that the town of La Guaira
ros; (...)” Archivo General de la Nación, was laid in ruins, and that numbers of
sección Gobernación y Capitanía Gene- the inhabitants were killed and buried
ral, Tomo CCXX, Documento 171, folio in them. (…) The rocks and mountains
248, Gerardo Patrullo a la Diputación de were rent asunder; and it is impossible
La Guaira, 17-ago-1812. for pen to describe the devastation oc-
“...he presenciado personalmente la casioned by his horrible explosion. The
situación calamitosa de los habitantes cargo which I was to have taken on
de La Guayra. No hay sino 3 casas en board has shared the fate of nearly all
pie y están tan conmovidas que se teme the goods in the city, and has been swal-
más peligro de ellas que de aquellas que lowed up in the general ruin. When the
están en ruinas. Los fuertes y los alma- shock was first felt on board, every per-
cenes están destruidos enteramente o son was impressed with the feeling that
en un estado tan ruinoso que no se atre- the ship was beating to pieces on the
ven a disparar desde ellos. Al anclar un rocks.” (Capitán Cuthbert, en el navío
oficial fue enviado a exigirme que no Highlander, La Guaira, 01-abr-1812, The
saludase, tanto temían aun la menor London Times, Viernes 29-may-1812).

325
R. Altez

“(…) La Guayra sufrió aun más y sobre sus cables; y los que estaban fon-
tal ha sido el caso en los lugares de las deados mas cerca de tierra, ó mas es-
costas vecinas a ella; enormes masas de peuestos á la marejada que venian por
cerros se han desprendido de las cimas y el N. E., fueron arrancados y arrojados
se han precipitado sobre los valles. Grie- con tanta violencia sobre la costa, que
tas profundas en la base de las rocas aun todos se hicieron pedazos, y no podrá
amenazan con nuevos desastres a los sacarse ninguno. Felizmente empezó á
desventurados sobrevivientes quienes se calmarse el mar á las once, y para las
ocupan ahora de enterrar o quemar a los dos de la tarde se serenó enteramente.
muertos y en socorrer a los numerosos El número de los ahogados en la bahía
heridos que perecen por falta de asis- y en la playa, sin poder ser socorridos,
tencia médica, abrigo y otros cuidados.” llega á 17, y los buques que se perdieron
(Archivo de la Academia Nacional de la son los siguientes: El bergantín Palo-
Historia, Public Record O-ffice, Tomo V- mo; las bombardas General Morillo, y
29, 1811-1812, Suplemento a la Gaceta de Sacra Familia; y barca Caraqueña, de
San Thomas, Jueves 09-abr-1812). la carrera de España. Una goleta y un
guairo salineros de este puerto. Las go-
Temporal del 22 de octubre de 1817 letas danesas Elisabet y la Victoria, y la
“Al anochecer del 21 de Octubre último balandra inglesa Capitan Botina. Por
se habia observado el horizonte muy disposición del comandante de la Plaza,
cargado, y con una singularidad por que manifestó el mayor celo y actividad,
la parte N. E. al mismo tiempo que la se colocaron varios trozos de tropa para
costa estaba muy clara y despejado impedir el robo de los efectos que arrojó
el cielo por la parte de la tierra. A las el mar, y de los que habia a bordo de los
diez de ella empezó a picarse el mar, buques naufragados.” (Anónimo, 1817).
en términos, que al rayar el día 22, los
botes que, según costumbre vinieron a Temporal del 21 de diciembre de 1822
tierra en busca de provisiones, se zozo- “Gran tempestad en La Guaira perdién-
braron casi todos. Fue enfureciéndose dose 16 buques á la 1 am del 21 de
progresivamente, y á las siete princi- diciembre de 1822.” (Landaeta Rosales,
piaron á venir á la costa algunas em- 1900: 2).
barcaciones mayores. Desde esta hora
se arreció tanto el tiempo, que rompían Mar de leva en 1838
las olas á una distancia increíble, y á “Gran mar de leva en La Guaira en
mas de 10 brazas de fondo. Todos los 1838.” (Landaeta Rosales, 1900: 2).
buques se prepararon para hacerse á
la vela; pero era tanta la calma, que no Mar de leva del 2 al 5 de diciembre
pudiéron lograr este medio, único de de 1887
salvarse. Fue imposible entonces que los “Gran mar de leva en las costas de
buques se mantuviesen por mas tiempo Venezuela, causando estragos en La

326
Historia sin memoria: la cotidiana recurrencia de eventos..., 313-342

Guaira en las embarcaciones, tajamar, de un mes, pero tenemos entendido que


ferrocarril, baños, etc., y en el castillo merced a una nueva desviación, podrán
Libertador de Puerto cabello, del 2 al 5 circular los trenes desde Caracas a La
de diciembre de 1887.” (Landaeta Ro- Guaira en el término expresado.” (Fe-
sales, 1900:2), (Figura 6). rrocarril de La Guaira a Caracas, Agencia
Pumar, 13-oct-1892, 3.475:1).
Temporal del 3 de octubre de 1890
“Gran Caldereta en La Guaira, cau- Terremoto del 29 de octubre de 1900
sando estragos en las embarcaciones, 3 “Toda la construcción, arcos. Columnas
de octubre de 1890.” (Landaeta Rosales, y muros, son de sólida mampostería, y
1900: 2). se halla en buen estado. Solo hay grietas
pequeñas, descalabraduras debajo de
Lluvias del 7 de octubre de 1892 los últimos rosetones de la nave central,
“Extraordinario y nunca visto aguacero efecto del terremoto del 1900.” (Archivo
en todo el litoral de Venezuela, arra- Arquidiocesano de Caracas, sección Par-
sando con todas las sementeras de la roquias, carpeta 72, Inventario de la igle-
orilla de los ríos, que crecieron como no sia de La Guaira, 1918).
hay ejemplo. Puentes de las poblaciones, “Macuto: larga duración: 80 casas
caminos y ferrocarriles fueron destrui- caídas y el resto en estado ruinoso. Se
dos, y otros muchos estragos causó abrieron grietas en el suelo; 7 muertos
aquel aguacero inmenso que comenzó y 30 heridos.
á las 6 de la tarde del 6 de octubre en Naiguatá: cayó la iglesia y varias
el Oriente de la República y continuó al casas. Hubo muertos y heridos. Muchas
Centro y Occidente toda la noche y el casas averiadas.
día 7 de octubre de 1892.” (Landaeta Ro- Los Caracas-Camurí Grande: se
sales, 1900: 2-3). formaron grietas en el suelo y hubo de-
“A causa de las fuertes lluvias que rrumbe de terrenos. Varias casas caídas.
han ocasionado grandes deterioros Caraballeda: se cayó la iglesia vieja
en la línea, no correrán trenes hasta y la nueva sufrió averías. En varias ha-
nuevo aviso.” (Ferrocarril de La Guaira ciendas cayeron casas y hubo víctimas.
a Caracas, Agencia Pumar, 12-oct-1892, Chuspa y La Sabana: se cayeron ca-
3.469:1.) sas, muchos heridos. Se agrietó el suelo
“Más de ochocientos hombres se en- en la parte baja del lugar por donde
cuentran trabajando en remover los salió agua cenagosa y fétida. En el río
derrumbes ocurridos en el Ferroca- Agua Caliente subió la temperatura de
rril de La Guaira, creyéndose que den- tal modo que los peces se murieron.
tro de seis u ocho días podrá dicha vía Brotaron aguas sulfurosas en al-
abrirse nuevamente al servicio público. gunas quebradas: quebrada Guzmán,
La reconstrucción de un gran puente Cardonal, quebrada Seca, Caraballeda.”
destruido habría tardado el tráfico más (Centeno, 1969: 345), (Figura 7).

327
R. Altez

Figura 6. Fotografía del tren Caracas-La Guaira hacia 1888. Tomado de Martin (1888)

328
Historia sin memoria: la cotidiana recurrencia de eventos..., 313-342

Figura 7. Fotografía de los daños sufridos por La Guzmania, Macuto, con el terremoto de 1900. Tomada de
El Cojo Ilustrado

Lluvias y aludes del 23 al 29 de horas consecutivas. Se desborda el río de


noviembre de 1938 Maiquetía y varias quebradas, llegando
“Obstruido el tráfico entre La Guaira el agua a una altura elevadísima. Las
y Naiguatá, por causa de un enorme corrientes arrastran casas, muebles,
derrumbe. Varias casas destruidas y vehículos y vidas. Quince personas de-
techos caídos. No pocas pérdidas mate- saparecidas, incluyendo varios niños.
riales. (...) Cubre casi medio kilómetro el Todo un barrio obrero amenazando
trecho del camino por el derrumbe oca- desplomarse. Derrumbes en la carre-
sionado a las dos de la tarde de ayer. tera de Caracas-La Guaira. Inundados
(...) Los aguaceros han venido sucedién- los barrios Restaurant y El Rincón. Las
dose casi sin interrupción, día y noche, quebradas de Mapurite, de la Puerta de
contándose muy serios descalabros en Caracas, de Germán y otras arrojaron
distintos sectores de Maiquetía y La una inmensa cantidad de piedra y lodo.
Guaira y sus alrededores. (...).” (Más es- Se derrumbaron cerros en El Cardonal.
tragos causados por el aguacero. El Uni- (...)”. (La espantosa inundación de ayer
versal, 29-nov-1938: 10). tarde en el litoral. El Universal, 30-nov-
“Una lluvia torrencial que dura siete 1938:1), (Figura 8).

329
R. Altez

Figura 8. Familias damnificadas por las lluvias de 1938. Tomada de El Universal, 1-dic-1938: 1

Lluvias y aludes del 2 al 4 de agosto Aludes del 16 al 18 y el 25 de febrero


de 1948 de 1951
“Más de 26 muertos y cerca de 60 heri- “Muertos y graves daños en el litoral.
dos por el desbordamiento de la Quebra- Numerosas personas perecieron arras-
da Piedra Azul. La tempestad ocasionó tradas por la creciente de las quebra-
daños incalculables, interrumpiendo das que bajan de los cerros. Diez y seis
el tránsito entre Caracas y Maiquetía. automóviles fueron lanzados a la playa
Derrumbes en Macuto. Afectadas más en Macuto. Consternación entre los
de 300 familias. Cadáveres aparecen vecinos de Punta de Mulatos, Pariata
flotando. El cementerio de Punta de Mu- y otros caseríos de todo el litoral. Casi
latos fue inundado. Desbordadas tam- todos los puentes fueron destruidos por
bién las quebradas Quenepe y Germán. las aguas desbordadas. Se han caído
Lanchas del servicio portuario rescatan postes de alumbrado. Setenta familias
cadáveres en el mar.” (Catástrofe en La alojadas en edificios públicos. Inunda-
Guaira, El Universal, 4 y 5-ago-1948). dos los almacenes portuarios con pér-
didas de mercancías. Cuarenta horas de
lluvias continuas...” (40 horas de lluvia

330
Historia sin memoria: la cotidiana recurrencia de eventos..., 313-342

consecutiva en el Litoral, El Universal, construir embarcaciones más seguras y


18-feb-1951: 1). resistentes, las cuales pueden enfrentar
“La carretera de La Guaira obstrui- exitosamente los embates de tempesta-
da por más de cien derrumbes. Inuti- des y marejadas. Por consiguiente, puede
lizado por mucho tiempo el ferrocarril notarse la mitigación del efecto nega-
Caracas-La Guaira.” (Muchos meses se tivo de este tipo de fenómenos, y no la
necesitarán para reparar la carretera de desaparición de los mismos. Los mares
La Guaira, El Nacional, 19-feb-1951:21). de leva y las tempestades han seguido
“Arrecifes y El Playón han quedado ocurriendo, causando leves daños, fun-
arrasadas. La Planta Eléctrica está damentalmente en playas, viviendas y
destruida. Catia la Mar ha sido otra de vías de comunicación ubicadas cerca del
las zonas más afectada por las lluvias. mar. Los guaireños están acostumbrados
Nadie duerme en La Guaira, Macuto y a este tipo de eventos.
Maiquetía.” (Nuevas inundaciones en Otra de las conclusiones es, quizás,
el litoral, El Nacional, 26-feb-1951: 1), la reafirmación de lo señalado anterior-
(Figura 9). mente en cuanto a la producción de la
información: la ausencia de reportes de
Terremoto del 29 de julio de 1967 daños por terremotos, lluvias, aludes o
“Terremoto causa graves daños en todo tempestades antes del siglo XIX, se debe,
el litoral central. Destruidos pisos supe- claramente, a la escasa población y la
riores de la mansión Charaima, frente falta de ´noticias´ que ello significa. Ob-
al hotel Sheraton. Agrietamientos en el viamente, la naturaleza no dejó de actuar
edificio del hotel. Grieta de más de 15 por el hecho de que la sociedad no cuente
metros en playa del Sheraton. Paredes con presencia en los lugares en donde se
caídas, casas derrumbadas y agrieta- manifestaron los fenómenos. Esto co-
das en toda la actual parroquia Cara- rrobora la afirmación que señala que “el
balleda. Agitación de las aguas frente a desastre, antes que un hecho, es un con-
las costas”. Resumen de datos tomados cepto” (Altez, 2003: 169), es decir: lo que
de Centeno (1969), Singer et al. (1983), produce un desastre no es la naturaleza,
Grases et al. (1999) y Comisión Presi- sino la presencia vulnerable de la socie-
dencial para el Estudio del Sismo (1978), dad (Romero y Maskrey, 1993).
(Figura 10).
De la documentación presentada, pu- 1999: La frontera catastrófica
eden obtenerse varias conclusiones, y no
todas acertadas. Una de ellas es que, apa- Lluvias y aludes del 15 al 17 de
rentemente, ya no hay más tempesta- diciembre de 1999
des que causen daños en el puerto. Esta En diciembre de 1999, sin lugar a du-
sería una conclusión absurda, puesto das, Venezuela sufrió una de las mayo-
que, obviamente, el desarrollo tecnológi- res catástrofes de su historia, la cual se
co y material de la sociedad ha permitido convirtió, también, en uno de los peores

331
R. Altez

Figura 9. Imagen de la entonces recién inaugurada autopista Caracas-La Guaira en 1953. Nótese las huellas
más destacadas (señaladas con las flechas) de los deslizamientos de 1951 en las montañas. Fotografía base:
Maldonado-Borgoin (1997:178)

332
Historia sin memoria: la cotidiana recurrencia de eventos..., 313-342

Figura 10. Grieta en la playa del hotel Sheraton. Fotografía tomada del informe de la Comisión Presidencial
para el Estudio del Sismo (1978)

333
R. Altez

desastres de Latinoamérica en todo el Después de un año de precipitacio-


siglo XX. Durante aquel diciembre se nes por encima del promedio (sirviendo
registraron en la franja costera del país de elementos precursores, siguiendo a
precipitaciones extraordinarias (como Stockhausen et al., 2001), Venezuela
resultado de la presencia de una vaguada se vio inundada durante diez días por
sobre el mar Caribe), durando casi 20 lluvias torrenciales que causaron desli-
días de ese mes. La misma fue mucho zamientos de tierra masivos, desborda-
más persistente de lo normal, especial- miento de quebradas, aludes torrencia-
mente hacia la región norte-nentro (lito- les con grandes cantidades de flujo de
ral central) y norte-occidente del país detritos, enormes daños a la infraestruc-
(estados Zulia y Falcón). Ello se debió tura, desaparición de referentes históri-
a que la vaguada fue flanqueada por la cos y culturales, además de significativas
zona de alta presión del Atlántico, que pérdidas humanas. Esta situación fue
a su vez estuvo bloqueada por un ciclón causada, como ha quedado claro, por la
extratropical estacionario (huracán Le- combinación de, por un lado, fenómenos
nny), sobre el Atlántico Norte y del cual naturales (como las citadas precipitacio-
se desprendieron los restos del frente nes extraordinarias), y condiciones na-
frío que intensificó la actividad hidrome- turales, vinculadas a las características
teorológica en la región. geofísicas de la zona. Es la combinación
Climáticamente, las precipitaciones de estos elementos lo que incide deter-
sufridas por Venezuela en esta ocasión minantemente en las consecuencias
han sido denominadas como eventos de apreciadas en el evento de 1999, y no
baja frecuencia; asimismo, y de acuerdo solamente las lluvias irregulares. Si una
con datos oficiales, a partir del mes de precipitación desproporcionada como la
julio de 1999 se registraron lluvias por de entonces hubiera tenido lugar en una
encima de los promedios anuales ob- región con condiciones geofísicas dife-
tenidos para el período 1891-1998. Las rentes (llanos, por ejemplo), los resulta-
mayores de ellas tuvieron lugar en los dos hubieran sido distintos.
primeros días del mes de diciembre de El estado Vargas posee una topo-
1999, alcanzando su máxima expresión grafía que favorece el desplazamiento
los días 15 y 16 de ese mes, acumulando veloz y abrupto de materiales aluvionales
para la estación meteorológica del Aero- (Garner, 1959). Cuando en diciembre de
puerto Internacional de Maiquetía un 1999 se produjeron los numerosos de-
monto de 1.200 mm/m² y un registro rrumbes, deslizamientos y flujos torren-
de 2.200 mm/m² para las micro-cuen- ciales ya mencionados, cincuenta y tres
cas ubicadas en la parte alta del macizo quebradas (once de ellas ubicadas en las
Ávila (López et al., 2000), afectando más parroquias de La Guaira, Macuto, Cara-
severamente la parte central de la costa balleda y Naiguatá, fueron las más con-
norte del país. tundentes), transportaron miles de tone-
ladas de materiales que arrastraron en

334
Historia sin memoria: la cotidiana recurrencia de eventos..., 313-342

sus cauces, depositando en las terrazas una frontera, sino en una medida, desde
de sus márgenes un altísimo volumen de la cual habría de levantarse un nuevo es-
sólidos (ocho millones de metros cúbi- tado y un nuevo futuro para la sociedad
cos, aproximadamente, según Herrera et de la región (Figura 11). “Millardos de
al., 2000), responsables de la transfor- bolívares y cientos de millones de euros y
mación del paisaje de la región. La zona dólares fueron invertidos en obras cuya
de mayor daño y mayor acumulación misión estaba clara: desarrollar infraes-
sedimentaria se halló entre Macuto y Ta- tructura capaz de reducir los impactos
naguarena (Schmitz et al., 2001), al este de un evento como el de 1999. Es decir,
del litoral, en donde tuvieron lugar las ese evento era (o debería ser) la medida
más grandes destrucciones y números de de cualquier decisión, construcción, pla-
muertes en comparación con en el resto nificación o intervención. ¿Qué sentido
de la región. habría de tener invertir en obras que no
El impacto causado por este desastre estuviesen preparadas para enfrentar
condujo inmediatamente a suponer que consecuencias como esas? Sin embargo,
se trataba de un evento único en la his- y tal como ha sido evidente, las lluvias
toria de Venezuela y de la propia región. de febrero de 2005, menores en intensi-
Ciertamente, y como se ha entendido, dad y precipitación, generaron un símil
nunca antes había tenido lugar un even- afortunadamente menos trágico. O sea,
to como este en un contexto histórico y entre la fortuna de no haber enfrentado
social como el actual. Por ello, es acer- una vaguada de mayores proporciones
tado afirmar que las consecuencias que y la ganancia obtenida por la experien-
estos fenómenos produjeron son únicas, cia pasada, los guaireños sortearon
pero no lo es el señalar que se trata de una circunstancia que claramente no
un evento con una magnitud única en merecían vivir.” (Altez, 2005: 3).
la historia. Los antecedentes revisados Pronto, luego de aquel diciembre y en
y citados anteriormente pueden ilustrar fechas cercanas, el litoral experimentaría
con mayor precisión las características lo que podrían llamarse ´réplicas´, no
recurrentes de estos fenómenos. en el sentido de un sismo, sino desde la
Como una de las consecuencias más profundización de la vulnerabilidad de la
extraordinarias causadas por este even- región entera. Los desaciertos en la toma
to, fueron creadas por el Estado vene- de decisiones y la aplicación de medidas
zolano nuevas instituciones (como Cor- equivocadas, contribuyeron a fragilizar
poVargas y la Autoridad Única de Área aún más a la sociedad que todavía no se
para el estado Vargas), enteramente levantaba de la tragedia de 1999. Desde
destinadas a la atención del caso, así esa fecha hasta el presente, la región ha
como también fueron aportados para la sufrido estragos por la sucesión de even-
reconstrucción de la región, inmensas tos menores al del ’99. Otro repaso, en
cantidades de dinero en un corto lapso. El este caso captado por observaciones di-
desastre de 1999 se convertía no sólo en rectas, ilustra el caso:

335
R. Altez

Figura 11. Ortofotografía de Punta de Mulatos tomada a finales de diciembre de 1999. (Cedida por la
Autoridad Única de Área para el estado Vargas)

Lluvias del 15 de noviembre de 2000 go de 1999 fueron vencidos por las olas.
Aludes de barro en Pariata, Maiquetía, Sepultada en arena la Playa Alí Babá, en
y en la quebrada Curucutí, Montesano. Camurí Chico. Oleaje destruye quioscos
5.000 personas evacuadas y 800 pierden en playa del antiguo hotel Meliá. (Obser-
sus viviendas. (Información obtenida por vación directa), (Figura 12).
observación directa).
Lluvias del 8 al 10 de febrero de 2005
Lluvias del 4 de diciembre de 2001 36 horas de lluvias vuelven a causar da-
Desbordamiento de las quebradas de ños en el litoral. Se desbordaron todas las
Galipán y Camurí Chico. En Macuto se quebradas en el estado Vargas. Durante
tapiaron los sótanos de varios edificios. casi dos semanas la carretera a Naiguatá
Vías incomunicadas por dos días. (Ob- quedó incomunicada por deslizamientos
servación directa). y sin luz eléctrica ni telefonía básica. Los
puentes del río San Julián en Caraballeda
Coletazo del huracán Iván del 8 de quedaron colmatados por sedimentos.
septiembre de 2004 Los muros de gavión construidos luego
Árboles arrancados de raíz en Macuto. de 1999 para contener deslizamientos
Los nuevos malecones construidos lue- en taludes a los lados de las vías, fueron

336
Historia sin memoria: la cotidiana recurrencia de eventos..., 313-342

Figura 12. Árboles arrancados de raíz en Macuto. Fotografía: Rogelio Altez

sepultados por barro. En Camurí Grande Seca, Uria, Naiguatá y Camurí Grande.
quedaron sepultadas viviendas, inte- En el barrio Quebrada Seca se destru-
rrumpida la comunicación por obstruc- yeron las viviendas ubicadas en las már-
ción de puentes y hubo familias damni- genes de la quebrada. Deslizamientos
ficadas. En Camurí Chico el agua de la anegaron toda la vialidad del este. (Ob-
quebrada superó la vía e hizo que parte servación directa), (Figura 13).
de la misma colapsara. En Tanaguarena
volvieron a inundarse los sótanos de los
edificios, quedando propiedades sepul- Conclusión: vivir en el post-
tada en barro. En Las Quince Letras, desastre
Macuto, el barro de la quebrada El Cojo
superó y sepultó el puente por días. 5 Entre impacto y efecto existe una dife-
muertos en total. 300 familias aisladas rencia fundamental: el primero golpea
en Chichiriviche por deslizamientos en súbitamente y el segundo afecta a me-
carretera. Oricao aislada por los mismos diano y largo plazo. El impacto del de-
deslizamientos. Parroquia Caruao ais- sastre de 1999 en el litoral central puede
lada por deslizamientos en la carretera. entenderse en las consecuencias sufridas
Hacia el este del estado Vargas se des- de inmediato: aislamiento; interrupción
bordaron con arrastres de sedimentos y de la cotidianidad; crisis social; pérdidas
rocas los siguientes ríos y quebradas: El mil millonarias en infraestructura; des-
Cojo, La Llanada, San Julián, Quebrada plazamiento masivo; caos asistencial; en

337
R. Altez

Figura 13. En el recuadro A se observa el estado del barrio Quebrada Seca (Caraballeda), en octubre de
2004, tal como se hallaba años después de los aludes de 1999. Es notorio el paso del cauce entre las casas,
por donde antes se encontraba una calle. En el recuadro B se aprecian las consecuencias de las lluvias de
febrero de 2005 y el agua corriendo por su cauce nuevamente. Fotografías y composición: Rogelio Altez

fin, todas las condiciones que identifican espacio para su desplazamiento, produ-
a un desastre. Los efectos (de dimensio- ciendo avalanchas destructoras cuyas
nes ciertamente nacionales), se apre- alturas, inclusive, sirvieron de referente
cian en una velocidad más lenta y en un al imaginario colectivo o de testimonio
presente más crítico: crisis institucional traumático a más de un sobreviviente.
prolongada; aprovechamiento político Sin embargo, cuando las lluvias de fe-
de las circunstancias; decenas de miles brero de 2005 cayeron sobre los cauces,
de reubicados en crisis por ausencia de hallaron espacio suficiente como para
planificación; empobrecimiento y mar- correr con pocos obstáculos y derra-
ginalización de las zonas urbanas; inva- marse ampliamente hacia los lados.
siones a viviendas en ruinas; retorno ma- Asimismo, la intensidad de las precipi-
sivo a zonas en riesgo; enriquecimiento taciones fue menor a la de cinco años
de autoridades y contratistas inescru- atrás, con lo cual el flujo producido por
pulosos; toma de decisiones politizadas sus arrastres tampoco obtuvo resulta-
que afectan la reconstrucción; y debido a dos voluminosos.”, (Altez, 2005: 5).
todo ello, finalmente, la profundización Cinco años después de la tragedia,
de la vulnerabilidad en las comunidades el estado Vargas aún vive en medio de
de toda la región. condiciones que son el producto fresco
Con las lluvias de febrero de 2005, de las lluvias de 1999. Evidentemente,
todo esto resultó evidente, a pesar de que en contextos subdesarrollados como lo
las características de este evento fuesen representan algunos países latinoameri-
menores en relación a 1999: “Cuando canos, los desastres de gran envergadura
las lluvias de 1999 avanzaron sobre pueden llegar a causar traumatismos
los cauces y alimentaron los flujos de severos en las sociedades donde sobre-
sedimentos, se encontraron con poco vienen, generando con ello disrupcio-

338
Historia sin memoria: la cotidiana recurrencia de eventos..., 313-342

nes históricas que desvían el desarrollo do´ de la tragedia: continúa siendo un


o crecimiento que una región entera (en ´hecho sensible´ a todos los sobrevivien-
este caso el litoral central venezolano), tes; alimentar la memoria de las comu-
cambiando para siempre las condiciones nidades expuestas al retorno de este fan-
de vida a partir de ello. tasma, depende de dejar de verle como
La sociedad del estado Vargas ha tal, y comenzar a comprender, también,
tenido que cambiar su cotidianidad luego que no se trata del único hecho terrible
de aquella tragedia, ganando con ello, que tiende a repetirse. El primer paso
quizás, algún aprendizaje que la espe- para reducir la vulnerabilidad se haya
cializa en estas situaciones. Al menos en hacer concientes los riesgos con los
estas generaciones expresarán certera- que convive la sociedad. En esa direc-
mente esta ganancia; depende de ellas ción debería estar apuntando la toma
la transmisión de las mismas a su des- de decisiones de las autoridades compe-
cendencia. tentes. Mientras esto no se disponga de
En el entendido, pues, de que un esta manera, los desastres continuarán
desastre (es decir, no la ocurrencia del escribiendo la historia de la región y bo-
fenómeno natural, sino la expresión ma- rrando la memoria de la sociedad.
terial y crítica de la vulnerabilidad de la
sociedad que hace posible la catástrofe),
transforma los destinos de una sociedad Referencias citadas
o región (un ejemplo histórico de ello
puede hallarse en Palme y Altez, 2002, ALTEZ, R. 2005a. Acerca de las lluvias del
acerca de los terremotos de los Andes 8 al 10 de febrero de 2005 en el este del
venezolanos en 1674), el post-desastre, o estado Vargas. Boletín de Historia de
sea, la forma a través de la cual la socie- las Geociencias en Venezuela, 96:3-
dad afectada absorbe el impacto y sufre 36.
los efectos, es la expresión del alcance ALTEZ, R. 2005b. Piedra sobre piedra. Re-
en el tiempo y en el espacio de su vul- flexiones acerca de las lluvias en el estado
nerabilidad. En el caso de Vargas, en Vargas en febrero de 2005 desde Camurí
Venezuela, este alcance ha sido extenso Chico. Boletín de Historia de las Geo-
y perdurable. Se trata de un post-desas- ciencias en Venezuela, 97:3-27.
tre en pleno vigor y que hace mucho más ALTEZ, R. 2002. De la calamidad a la ca-
sensible la fragilidad de las respuestas tástrofe: aproximación a una historia
frente a eventos que bien podrían ser conceptual del desastre. FUNVISIS, Se-
manejados exitosamente. rie Técnica Nº 1-2002, Edición Especial
Es notorio, asimismo, que un evento dedicada a las Memorias del III Coloquio
de esa magnitud (como generalmente sobre Microzonificación Sísmica y de las
sucede), logre grabar una impronta III Jornadas de Sismología Histórica, pp.
dramática en quienes lo vivieron. Es a 169-172.
eso a lo que se le puede llamar ´recuer-

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