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ESCUELA SUPERIOR POLITECNICA DE CHIMBORAZO

FACULTAD DE CIENCIAS

ESCUELA DE BIOQUIMICA Y FARMACIA

INTEGRANTES: CÓDIGOS

- Alexandra Martínez 2765


- Bryan Zurita 2820

CURSO: 8vo “B”


FECHA: 2018- 01-04

CASO CLÍNICO N.- 1

Paciente de sexo masculino, 17 años de edad, ingresa al servicio de urgencia el 24 de enero de 2017,
por cuadro de 2 días de evolución, caracterizado por dolor y edema en pene, que no cede frente al
uso de analgésicos indicados en CESFAM. Se deja en observación en servicio de urgencia por un
posible Síndrome de Fournier. Es llevado a pabellón donde se realiza remoción de tejido necrosado
y se envían muestras para cultivo. Se hospitaliza en servicio de cirugía y se inicia tratamiento
antibiótico con Ceftriaxona 2 g/24h y Clindamicina 600 mg/8h el que se mantiene ya que patógeno
observado corresponde a Streptococcus pyogenes sensible. El día 11 de febrero se realiza un cultivo
de secreción de herida con positividad para Stephylococcus Coagulasa Negativo para lo cual el 15
de febrero se inicia Vancomicina 1 g/12h. Posterior a la administración, inicia un rash cutáneo en
zona de cuello, cara y brazos según lo descrito por equipo de enfermería y médico de turno, cuadro
que se mantiene por 2 horas aproximadamente. En entrevista con paciente indica prurito en todo
el cuerpo. Además, se consigna en ficha que paciente habría manipulado la bajada de suero
acelerando la velocidad de infusión programada para vancomicina. Se decide suspender
tratamiento con Vancomicina e iniciar Clorfenamina 10 mg intravenoso con lo que se observó buena
evolución y el paciente se recupera. Se sospecha de Síndrome de hombre rojo asociado a la
administración de vancomicina.

El Síndrome de hombre rojo es una reacción adversa, relacionada con la administración e.v de
vancomicina. Comienza alrededor de 4-10 minutos después de iniciada la infusión de Vancomicina
o suele ocurrir finalizada la misma. Ha sido relacionado con la velocidad de administración ( 1 g.
Adicionalmente, recomienda que en pacientes con historia previa de síndrome del hombre rojo, la
administración debiera prolongarse durante 30 minutos extra y administrar una pre-medicación con
antihistamínicos en estos pacientes. A través de estas medidas, se logró disminuir la ocurrencia de
este síndrome desde 0,85% a 0,3%, a pesar del incremento del uso de este antibió- tico en el hospital
durante el año siguiente a la puesta en práctica del protocolo. En la literatura, se ha descrito que es
necesario un mayor seguimiento cuando se re-administra Vancomicina a un paciente que ha sufrido
este síndrome, y la recomendación general es un incremento en el periodo de infusión a más de dos
horas, así como la premedicación con antihistamínicos H1 con o sin corticoides

CASO CLINICO N.2 Triquinosis.

Varón de 34 años de edad que consulta por cuadro de angioedema facial y fiebre. Tras las pruebas
diagnósticas complementarias realizadas se llegó al diagnóstico final de triquinosis que es una
enfermedad parasitaria que se origina por tomar carne cruda o poco cocinada, contaminada por el
parásito Trichinella.

PRESENTACIÓN DEL PACIENTE

Se presenta el caso clínico de un varón de 34 años de edad que acude al servicio de urgencias por
presentar cuadro clínico consistente en angioedema facial sobre todo palpebral y labial sin signos
de conjuntivitis, ni lagrimeo ni alteración de agudeza visual junto con artralgias, mialgias así como
fiebre de 39º C. Tres días antes había acudido a su médico de familia con fiebre elevada,
artromialgias, dolor torácico, dolor abdominal con algún vómito esporádico y alguna deposición
diarreica. La exploración física era normal. Con sospecha de cuadro viral se pautó antipiréticos.

Varios miembros de su familia también se encontraban desarrollando un cuadro clínico de


características similares. Diez días antes habían estado de cacería y habían ingerido carne de jabalí.

Antecedentes personales: fumador de un paquete de cigarros al día. Sin alergias medicamentosas


conocidas. No antecedentes familiares de interés.

Exploración Física:

Buen estado general, con auscultación cardiopulmonar normal, angioedema facial de predominio
palpebral y en labios.

Pruebas complementarias:

– Hemograma: leucocitosis 17.000 con eosinofilia de 5000. Resto normal.


– Bioquímica con pruebas hepáticas dentro de la normalidad.
– CPK: 300 UI/L
– Aldolasa: 20 UI/l
– Hormonas tiroideas: normales
– Coagulación: normal.
– VSG: 10 mm
– Inmunoglobulinas (IgA, IgG e IgM): normales.
– IgE total: 200 UI/ml.
– Serología VIH, Lúes, Virus de hepatitis B y C: negativa.
– Serología de hidatidosis: negativa.
– Anticuerpos antinucleares, Anticuerpos anti-DNA, anti-mitocondriales y anti-músculo liso:
negativos.
– Sistemático y sedimento de orina: normal
– Cultivo de orina: normal.
– Factor reumatoide y ASLO: normal.
– Proteína C reactiva: 10 mg/dl.
– Complemento total (C3, C4, C5): dentro de la normalidad.
– Radiografía de tórax: normal.
– Parásitos en heces (x 3): negativos.
– Ecografía abdominal: normal.
– Serología para triquinosis: 7 (positivo >1,1).

Con estos datos se llegó al diagnóstico final de triquinosis, iniciando tratamiento con albendazol 400
mg cada 12 horas con desaparición de la sintomatología clínica y con normalización de los
parámetros analíticos.

DISCUSIÓN

La triquinosis es una enfermedad parasitaria ocasionada por el consumo de carne infectada con
larvas de un nematodo (gusano redondo intestinal) del género Trichinella.

Los principales reservorios del parásito son animales domésticos y animales salvajes, especialmente
los carnívoros (consumidores de carne) y omnívoros (que comen tanto carne como plantas),
pudiendo encontrarse en animales como el cerdo, el jabalí, el oso, el zorro, el perro, el gato, la rata,
el caballo, el lobo, la hiena, el chacal, la morsa, el cocodrilo, el leopardo, el león, las aves, etc.

De manera accidental afecta al hombre como huésped intermediario, al consumir carne cruda o mal
cocinada frecuentemente de cerdo o jabalí, contaminada por Trichinella spiralis.

La cocción mayor a 77ºC durante 30 minutos, la congelación y la radiación, a temperaturas muy


bajas durante un tiempo determinado, inactivan el parásito, pero la salazón, ahumado y la
desecación, no. Por tanto los jamones, los salchichones y otros productos curados elaborados con
carne de jabalí o cerdo son posibles transmisores de esta enfermedad si el animal estaba parasitado.

Una vez ingerida carne infectada, los jugos gástricos destruyen los quistes de Trichinella y quedan
libres las larvas. Las larvas crecen rápidamente llegando al estadio de adultos y migran a través de
la pared intestinal hacia el torrente sanguíneo y pueden invadir los tejidos musculares (corazón,
diafragma…). Las larvas toman forma de espiral en los músculos y se encapsulan, formando un
quiste con una o varias larvas (pueden sobrevivir de 5 a 10 años). Con el tiempo, se iniciará un
proceso de calcificación. El ciclo se completa cuando se consume esta carne que contiene los
quistes.

El período de incubación de la triquinosis desde que la larva entra en el organismo hasta que aparece
la enfermedad, es de unos 10 días y la infección puede durar de 10 días a un mes

No se transmite directamente de una persona a otra sino porque la carne parasitada permanece
infestante largos periodos, salvo que se cocine, se congele o sea radiada para destruir las larvas. El
contagio es por consumo de carne o productos cárnicos crudos o poco cocinados de animales
infectados, con larvas viables.
Las manifestaciones clínicas fase enteral responden a un cuadro gastrointestinal con nauseas y
diarrea y las de la fase parenteral se relaciona con fiebre, eosinofilia, elevación de CPK, LDH y
enzimas hepáticas, erupción dérmica, mialgias y edema facial. Existen unas complicaciones a veces
neurológicas y cardiacas que son las formas más graves de la enfermedad.

El diagnóstico de triquinosis depende de la sospecha clínica junto con los signos y síntomas clínicos,
además de los hallazgos positivos del laboratorio (donde destaca una eosinofilia y CPK aumentada).
Esta enfermedad generalmente es mal diagnosticada, porque sus síntomas se confunden en el
comienzo del cuadro con intoxicación alimentaria, gastroenteritis, cuadros de gripe y enfermedades
autoinmunes. En todo paciente con eosinofilia y angioedema hay que realizar un diagnóstico
diferencial con: linfomas y tumores subcutáneos, nefritis intersticial, insuficiencia cardiaca,
hipotiroidismo, celulitis, enfermedad de Addison, alimentos, fascitis eosinofílica, parasitosis, etc.

En el tratamiento se usan antiparasitarios como el mebendazol, albendazol, con duración en su uso


de 10 a 15 días, también se sugiere el pamoato de pirantel. Los corticoides prolongan la vida de los
parásitos adultos, aunque benefician porque reducen el proceso inflamatorio resultante del daño
celular provocado por la penetración del parásito a los tejidos. Cabe señalar que deben reservarse
para pacientes con una presentación clínica más severa.

CASO CLINICO N°3

Paciente femenina de 35 años de edad, procedente del área rural de Guatemala, con alteraciones
ungueales de cinco años de evolución que consistían en cromoniquia amarilla-marrón y distrofia de
la lámina ungueal del último ortejo del pie derecho (Figura 1). La mujer no refirió antecedentes
clínico-patológicos de importancia ni antecedente de exposición a cerdos u otros animales
domésticos. Se realizó examen directo con KOH al 20%, en el que se observaron hifas y
artroconidios; por medio de cultivo en agar dextrosa Sabouraud con antibióticos se identificó
Microsporum nanum (Figuras 2 y 3). Se inició tratamiento con itraconazol en pulsos (200 mg dos
veces al día, una semana de cada mes durante tres meses), que produjo curación clínica y
micológica.

DISCUSION

La onicomicosis representa 50% de las enfermedades ungueales en todo el mundo, y los


dermatofitos son los principales agentes causales. De éstos, el género Microsporum es el menos
frecuente y generalmente se relaciona con la exposición a algunos factores de riesgo, como
enfermedades crónicas, administración prolongada de corticoesteroides e infección por VIH; sin
embargo, la prevalencia es muy variable, ya que se reportan cifras de 3% en México y de 1.87% en
Taiwan, M. canis es la especie más común y en ocasiones la única aislada.

Por reportes previos se sabe que las infecciones cutáneas por M. nanum responden bien al
tratamiento tópico con clotrimazol y miconazol, y al tratamiento sistémico con griseofulvina y
terbinafina. En este caso, la paciente respondió de manera completa al tratamiento con itraconazol
en pulsos.

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