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Cada día utilizamos productos sin tener la menor idea de las consecuencias que pueden
ocasionar, tal es el caso de los botellas. El plástico se utiliza en grandes cantidades y
debido a su uso tan común, es muy fácil pensar que es inofensivo. Sin embargo nos
encontramos ante un gran problema y esto se debe a que los productos de plástico no
son reutilizables, cuesta mucho dinero reciclarlos y no son biodegradables, además de
que liberan sustancias nocivas para la salud y el medio ambiente.
Este plástico fue creado y patentado por científicos europeos en 1941; en nuestro país llegó en
los años ochenta y se arraigó rápidamente por las ventajas que le vio la industria: es barato,
irrompible, liviano, impermeable, indeformable ante el calor y reciclable, entre otras
cualidades.
Pero para la sociedad es prácticamente una plaga. Incontrolable porque nuestro consumo de
bebidas embotelladas sigue creciendo a pesar de las campañas en contra, y porque no se
recicla ni el 20 por ciento de lo que se genera, todo lo demás va a la basura: rellenos
sanitarios, calles, tiraderos a cielo abierto, playas, terrenos baldíos, ríos, el mar… de todos los
residuos sólidos que tiramos 30 por ciento es PET, un material que tarda de 100 a mil años en
degradarse.
Si el camión de la basura pasa por la cuadra aparentemente nos deshacemos del paquete de
manera individual, aunque sigue siendo un problema colectivo. Pero ¿qué pasa en donde no
hay servicio de recolección municipal? Se guarda, se entierra o se quema… en cualquier
caso, contamina y afecta de muchas formas a la gente, a los animales y a los ecosistemas.
El principal uso del PET en nuestro país es en botellas de refresco (más del 50 por ciento del
que se produce), seguido del agua embotellada (17 por ciento). Muchos años de publicidad,
combinados con la desinformación, contribuyeron a arraigar en México (y en el mundo) el
consumo de refrescos y bebidas en envases desechables como parte de nuestros hábitos de
consumo. Pero la publicidad es una estrategia para vender, las empresas que la usan no se
preocupan por los efectos secundarios que ese consumo provoque.
Por lo cual yo, en este proyecto doy a conocer, una opción de reutilizar
lo, creando un nuevo producto que aparte de ayudar al ambiente,
podrá utilizarse como decoración en el hogar o la oficina.