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Cómo Isaac Newton Se Arruinó Con Una Burbuja Financiera
Cómo Isaac Newton Se Arruinó Con Una Burbuja Financiera
burbuja financiera
IdeaSecundaria 30 ene 18
“Puedo calcular el movimiento de las estrellas, pero no la locura de los hombres“. Esta
frase se le atribuye a Sir Isaac Newton en un contexto al que no estamos acostumbrados a
situar al genio. Aunque no haya dejado evidencia escrita de esta frase para la historia, dicen
que el científico la pronunció tras perder su fortuna en la burbuja de la Compañía de los
Mares del Sur, una manía de especulación que arruinó a muchos inversores británicos en
1720, y una de los factores históricos para que la Primera Revolución Industrial ocurriera
tal y como hoy la conocemos. Aunque muchos no la conozcan hoy en día, esta compañía ha
sido una de las más grandes de la historia, capaz de ridiculizar a los gigantes tecnológicos
de hoy en día.
La Compañía de los Mares del Sur, South Sea Company, nació en 1711, y fue una empresa
estatal que creó el gobierno británico bajo la suposición de que la Guerra de Sucesión
española, que estaba por finalizar, terminaría con un tratado que permitiría intercambios
comerciales con las colonias españolas en el Nuevo Mundo. Las acciones de la firma, con
un interés garantizado del 6%, se vendieron muy bien, gracias a la promesa de las inmensas
riquezas que albergaba Sudamérica.
Sin embargo, aunque España no salió nada bien parada de esta Guerra, Felipe V nunca tuvo
intención de admitir a los ingleses en sus puertos americanos y el Tratado de Utrecht de
1713 fue menos favorable de lo esperado: otorgó a Reino Unido el derecho a ser el único
proveedor de esclavos de las colonias de España en América del Sur durante 30 años, pero
también imponía una tasa anual sobre estos esclavos importados, y solo le permitía a la
empresa enviar un barco al año para comerciar con tres países: México, Chile y Perú.
Pero como lo que se lleva en las burbujas no son los hechos, sino las especulaciones, las
acciones de la empresa y su popularidad no bajaron. Tanto fue así que cuando falleció la
reina británica Ana, que tenía el 22,5% de acciones de la compañía, su sucesor, Jorge I,
heredó sus acciones y compró más. Y su hijo se convirtió en inversor y gobernador de la
compañía. Y con esta fama y respaldo, invirtieron en la compañía gran parte de la
aristocracia, los políticos, los comerciantes, y hasta sus sirvientes. Hasta Isaac Newton.
Sin embargo, tras la quiebra de la compañía, el Banco de Inglaterra había tomado las
riendas de la empresa para reflotarla, y sus actividades estaban mucho más supervisadas.
¿No os suena todo esto?