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DemonThief

Demonio Ladrón

Traducido por: Jenni

Shintzu

Daniel Grigory

Wendy

Tania

Jess

Anita

Sam

Corregido por: Leila

Jess

Pau

Javier

Fede

Shintzu

Alvaro

Javier

Rocio

Akane
1. Hacia la luz.
Las personas piensan que estoy loco porque veo luces. Las he visto toda mi vida.
Extraños y multicolores parches de luces girando en el aire. Los parches son de
diferentes tamaños, algunos pequeños como una moneda, otros tan grandes
como una caja de cereal. De toda clase de formas –octágonos, triángulos,
decágonos. Algunos tienen treinta o cuarenta lados. No conozco el nombre de una
pieza de cuarenta lados. ¿Cuadrigesimodecagono?

No hay ningún círculo. Todos los parches tienen al menos dos lados rectos. Hay
algunos con curvas o con abultamientos semi-circulares pero no muchos.

Son de todos los colores que puedas imaginar. Algunos brillan intensamente, otros
resplandecen menos. Ocasionalmente, algunas de las luces parpadean, pero
normalmente solo se quedan ahí, brillando.

Cuando era más joven no sabía que las luces eran inusuales. Pensaba que todo el
mundo las veía. Se las describía a mamá y papa, pero ellos pensaban que yo solo
estaba jugando, buscando atención. Fue cuando comencé la escuela y hablé
sobre las luces que se hizo un problema. Mi profesora, la Señorita Tyacke, vio que
yo no lo inventaba, que en verdad creía en las luces.

La señorita Tyacke llamó a mamá. Sugirió que me llevaran con alguien mejor
calificado para entender que significaban las luces. Pero mamá nunca tuvo mucho
tiempo para psiquiatras. Ella piensa que el cerebro puede cuidarse por sí solo. Me
pidió que dejara de mencionar a las luces en la escuela, pero aparte de eso no
estaba preocupado.

Así que dejé de hablar de las luces, pero el daño estaba hecho. El rumor se
extendió entre los niños. Kernel Fleck es raro. No es como nosotros. Manténgase
alejados de él.

Nunca hice muchos amigos luego de eso.


Mi nombre es Cornelius, pero no podía decirlo cuando era joven. Lo más cercano
que pude decir fue Kernel. Mamá y papá pensaron que era lindo y comenzaron a
usarlo en vez de mi nombre real. Se les quedo y ahora todos me llaman así.

Creo que a algunos padres deberían prohibirles nombrar a sus hijos. Debería
existir un comité para prohibir nombres que causarán problemas después. Me
refiero a que, aun sin las luces, ¿Qué posibilidades tendría de encajar en cualquier
grupo con un nombre como Kernel –Cornelius- Fleck?

Vivimos en la ciudad. Mama es profesora universitaria. Papá es artista y enseña


de manera independiente. (En realidad pasa más tiempo enseñando que
dibujando, pero cuando alguien pregunta dice que es un artista). Vivimos en el
tercer piso de un viejo almacén que ha sido convertido en apartamentos. Cuartos
gigantescos con techos altos. A veces me siento como un enano, o Jack en el
palacio gigante.

Papá es bueno con sus manos. Hace espectaculares modelos de aviones y los
cuelga de las vigas de madera del techo de mi cuarto. Cuando comienzan
amontonarse, o si sentimos ganas un perezoso domingo en la tarde, hacemos
bombas de manzanas –lo que encontremos que sea duro y redondo- y se los
lanzamos a los aviones. Disparamos hasta que nos quedamos sin municiones o
hasta que caen todos los aviones. Entonces papá se pone a trabajar en modelos
nuevos y lo hacemos todo de nuevo. En este momento está llena una tercera
parte del techo.

Me gusta este lugar. Nuestro apartamento es genial; estamos cerca de muchas


tiendas, asombrosos parques infantiles, museos, cines. La escuela también esta
bien. No hago amigos, pero me gustan mis profesores y el edificio; tenemos un
laboratorio de primera, una sala de proyecciones y una biblioteca enorme. Nunca
me golpean –hago mucho ruido cuando peleo, lo que no es bueno para los
abusones que no quieren llamar la atención.
Pero no disfruto mi vida. Estoy solo. Siempre he sido un solitario, pero antes no
me molestaba. Me gustaba ser solo yo. Leía muchos libros y comics, miraba
docenas de programas en la tele, inventaba amigos imaginarios que jugaran
conmigo. Era feliz. Pero cambió recientemente. No sé porqué pero no me gusta
estar solo ahora. Me siento triste cuando veo amigos pasándola bien. Quiero ser
uno de ellos. Quiero amigos que me cuenten chistes y se rían de los míos, con
quienes pueda discutir sobre la tele y música, que me elijan para estar en su
equipo. Intento conocer gente, pero cuando más me esfuerzo, más se alejan. A
veces rondo alrededor de un grupo, me ignoran, y pretendo ser parte de ellos.
Pero si hablo, es contraproducente. Me miran sospechosamente, se van o me
dicen que me pierda.

– ¡Ve a mirar lucecitas, fenómeno!

La soledad estuvo muy mal este mes. Ya nada me interesa. Las horas se
arrastran, especialmente en casa, o cuando no estoy en clase. No me puedo
distraer. Mi mente divaga. Siempre pienso en amigos y en cómo no tengo ninguno,
que estoy solo y que tal vez siempre lo estaré. He hablado con mamá y papá
sobre esto, pero es difícil hacerles entender lo miserable que soy. Dicen que las
cosas cambiarán cuando sea más grande, pero no les creo. Seguiré siendo raro
no importa la edad que tenga. ¿Por qué tendría que agradarles más que ahora?
Es difícil encajar. Miro los programas y escucho las bandas que están de moda.
Leo todos los libros y comics buenos. Uso ropa a la moda cuando no estoy en la
escuela. Maldigo y uso las frases geniales. No importa. Nada funciona. A nadie le
agrado. Pierdo mi tiempo. La semana pasada, incluso pensé que desperdiciaba mi
vida. Tuve horribles y negros pensamientos, donde solo había una manera de
detener el dolor y la soledad. Sé que está mal pensar así –la vida nunca debería
ser mala- pero es difícil no hacerlo. Lloro cuando estoy solo –una o dos veces he
llorado en clase-. Estoy comiendo mucho, subiendo de peso. He dejado de
bañarme y mi piel está grasosa. No me importa. Quiero lucir como el fenómeno
que soy.
Tarde en la noche. Estoy en la cama, jugando con los parches de luz, tratando de
no pensar en la soledad. Siempre fui capaz de jugar con las luces. Recuerdo
cuando tenía tres o cuatro años de edad, las luces a mí alrededor, alcanzándolas
y moviéndolas, tratando de encajarlas como rompecabezas. Normalmente se
mantienen a varios centímetros de distancia, pero siempre les digo que se
acerquen cuando quiero jugar con ellas.

Los parches no son sólidos. Son como nubes que flotan. Si miro un parche por un
lado es casi invisible. Puedo pasar mis dedos a través de ellos, como una piscina
de luz. A pesar de eso, cuando quiero mover un parche, puedo hacerlo. Si me
concentro en una luz, puedo guiarla cerca de mí, deteniéndola cuando quiera.
Estirándome, muevo uno de los bordes con los dedos. En realidad no los toco,
pero a medida de que mis dedos se acercan, las luces se mueven en la dirección
donde presiono. Cuando me detengo, también lo hace la luz.

Descubrí hace mucho que podía unir los parches para hacer patrones. Lo hago
desde entonces, de noche, o durante la escuela cuando no tengo nadie con quien
jugar. Últimamente, he estado jugando más que nunca. A veces, las luces son las
únicas formas que tengo de escapar de la miserable soledad. Me gusta hacer
figuraras raras, como las pinturas de Picasso. Vi un programa de él en la escuela
hace un par de años y sentí una conexión inmediata. Creo que Picasso también
veía las luces, solo que él no le dijo a nadie. La gente no pensaría que fue un gran
artista si hubiera dicho que veía luces –habían dicho que estaba loco, como yo.

Las formas que hago no están ni cerca de ser tan fabulosas como las pinturas
Pablo Picasso. No soy ningún artista. Solo busco crear diseños interesantes. Son
burdos, pero me gustan. Nunca duran, las figuras duran mientras las mire, pero
cuando pierdo el interés, o me duermo, se deshacen y las piezas se desunen,
volviendo a sus posiciones originales en el aire a mí alrededor.
La que estoy haciendo esta noche es un revoltijo bastante particular. Me está
costando concentrarme, uniendo las piezas sin orden, y sin propósito. Es un
desastre. No puedo dejar de pensar en no tener amigos.

Sintiéndome miserable, deseando al menos un verdadero amigo, alguien que se


interese en mí y juegue conmigo, para no estar completamente solo. Mientras
pienso en eso una de las luces parpadea. No es gran cosa. Las luces han
parpadeado antes. Usualmente las ignoro. Pero esta noche, triste y desesperado,
para distraer mi tren de pensamientos, llamo a un par, las estudio con el ceño
fruncido, las uno y llamo al resto. Mientras le añado más luces, mas luces
parpadean, algunas lento, otras más rápido.

Me siento, trabajando con más velocidad. Esta nueva forma es curiosa. Nunca he
unido parches parpadeantes antes. Mientras añado más al grupo, muchas más
luces parpadean. Rápidamente las uno, trabajando como en piloto automático. No
tengo control sobre mí mismo. Sigo esperando que surja un patrón, pero no hay
ninguno. Solo una masa de diferentes colores parpadeando. Sin embargo, es
como magia. Me concentro en el grupo de luces ahora, todos los pensamientos
oscuros y miedos han sido olvidados temporalmente.

Las luces se unen y unen. Es una estructura masiva, mucho más grande que
cualquier otra que haya creado antes. Estoy sudando y me duelen los brazos.
Quiero detenerme a descansar pero no puedo, estoy obsesionado con las luces
parpadeantes.

Así debe ser como se siente la adicción. De pronto, sin advertencia, todos los
parches que he unido, dejan de parpadear y brillan con una luz azul. Me caigo
hacia atrás, luchando por respirar, como si me hubiesen electrocutado. Nunca
había pasado. Me asusta. Un gran parche azul trabado al pie de mi cama. Como
una ventana. Lo suficientemente grande para que una persona lo traspase. Mi
primer pensamiento es huir. Llamar a mamá y a papá, salir tan rápido como pueda.
Pero una parte de mí, me mantiene inmóvil. Una voz en mi mente, me susurra en
el oído, diciéndome que me quede. Dice: Esta es la ventana a una vida de
maravillas. Pero ten cuidado, añade, mientras me acerco mas a luz. La ventana
muy abierta. A medida que dice eso, una forma comienza a salir fuera del panel de
luz. Un rostro. Estoy demasiado horrorizado para gritar. Es un monstruo peor que
los de mis pesadillas. Piel pálida y roja. Un par de oscuros ojos rojos. Sin nariz.
Una boca pequeña. Dientes grises y afilados.

Mientras se inclina hacia mi habitación, puedo ver más y el horror se intensifica.


¡No tiene corazón! Hay un hueco en el lado izquierdo de su pecho, pero donde
debería estar su corazón hay docenas de pequeñas, y susurrantes serpientes.

El monstruo frunce el ceño y estira una mano hacia mí. Puedo ver otras dos –al
menos cuatro o cinco. Quiero huir. Esconderme debajo de la cama. Gritar por
ayuda. Pero la voz que me habló no me deja. Susurra rápidamente, palabras que
no puedo entender. Así que me encuentro de pie, inmóvil, moviéndome hacia el
panel de luz y el monstruo que se aproxima. Levanto mi mano derecha y veo
como los dedos se enrollan formando un puño. Tengo una sensación extraña,
como agujas e hilos.

El monstruo se detiene. Sus ojos se entrecierran. Mira alrededor de mi habitación


indeciso. Entonces, lenta y sutilmente, se retira, volviéndose dentro del panel de
luz, desapareciendo gradualmente hasta que solo quedan sus ojos rojos,
mirándome desde el azul circundante, círculos finos de una maldad tácita.
Entonces también se van, y estoy solo de nuevo, solo yo y las luces.

Debería estar desesperado por ayuda, corriendo por mi vida, acobardándome en


el piso. Pero en vez de eso mis dedos se relajan y mi puño se afloja. Estoy de
frente al panel de luz azul, mirándolo como si fuera un zombi paralizado por un
cerebro humano, procesando la información. Normalmente, los parches son
transparentes, pero no puedo ver a través de este. Si miro alrededor, está la pared
de mi habitación, una cofre de dibujos, juguetes y cosas regadas en el piso. Pero
cuando veo directamente a la luz, lo veo todo azul. La luz me dice algo loco. Y sé
que es desquiciado apenas habla. Quiero discutir, gritarle, decirle que se calle.
Pero estoy tan desconcertado y asustado que no puedo desobedecerla. Mis
piernas se tensan y sé, con una certeza enfermiza, que pasará ahora. Abro mi
boca para gritar, tratar de detenerme, pero antes de poder hacerlo, una fuerza me
hace avanzar, perseguir al monstruo, hacia la luz.
2. Fugitivos
Lo siguiente que sé es que estoy en el piso de mi habitación, mi hermanito Art
contra mi pecho. Mamá y papá están gritándome, llorando, empujándome y
agarrándome. Papá aparta gentilmente a Art de mis brazos. Mamá se inclina a mi
lado y me abraza muy fuerte, llorando sobre mi calva. Ella está gimiendo,
llamándome una y otra vez, preguntándome donde he estado, que había pasado,
y si estoy bien. Papá me mira como si tuviera dos cabezas, apartándose sólo para
mirar a Art; su expresión es de desconcierto total.

No hay ningún panel de luz azul. Ningún monstruo. Y ningún recuerdo de lo que
pasó cuando fui detrás de la criatura con el corazón de serpiente. Sé que
desaparecí por varios días. Mamá y papá pensaron que me habían secuestrado, o
había estado vagando perdido. La policía ha estado buscándome. Pusieron mi foto
en los periódicos y preguntaron a toda la gente que me conocía.

Mis padres estaban frenéticos. Mamá continúa gimiendo, diciendo que me creía
muerto, que ella ya había perdido a uno de sus bebés. No me gusta cuando me
habla como a un niño, pero este no es el momento para corregirla.

No puedo recordar que pasó. Recuerdo hasta el momento en el que di ese pasó
dentro de la luz azul. Después de eso, nada.

Mamá y papá no me creen. Piensan que miento o que estoy en shock. Me


engañan con chocolate caliente y me preguntan severamente, algunas veces de
buena manera, otras de mala, pero ninguno de los dos tiene control sobre sí
mismos. Se pasan a Art a sus brazos, preguntándome cómo fue que Art estaba
conmigo. Supongo que él también se habrá perdido, después de mí.

― ¿Puedo cargar a Art? ―pregunto durante una breve pausa de preguntas.


Mamá me lo pasa, mirándonos suspicazmente, tal vez tema que nos perdamos de
nuevo. Tuve una hermana pequeña, Anabella. Murió cuando aún era un bebé. No
puedo recordar mucho sobre ella; yo tenía tan solo cuatro años. Pero nunca
olvidaré las lágrimas de mamá y papá, su miseria, y la pérdida que sentía en el
aire a mí alrededor. No era más que un bebé, pero, sabía que algo terrible había
pasado, y podía ver cuán alterados estaban mis papás. Creo que nunca superaron
de verdad aquello. Es obvio que estén más preocupados y enojados que cualquier
otro padre. Hago rebotar a Art en mi rodilla, arriba y abajo, arrullándolo, diciéndole
que todo está bien.

―Eres mi hermanito. Te cuidaré. Todo está bien―. El casi no lo nota. Se ve más


adormilado que asustado. Es muy joven para notar las malas vibras.

Mamá y papá se miran sin palabras, entonces nos dejan solos un rato, mientras
van al pasillo a hablar de lo ocurrido. No cierran la puerta, sino que me llaman
cada vez que dejo de hablarle a Art, para asegurarse de que sigo aquí. Me dejan ir
a la cama a eso de la una de la mañana. Sus rostros son tirantes y ruborizados.
Mamá me arropa y deja que Art duerma a mi lado. Acaricia su rostro con dulzura
mientras tira la manta a su alrededor. Comienza a llorar de nuevo. Papá tira de
ella, me besa, y luego se lleva a mamá a su dormitorio, dejándonos a Art y a mí
dormir.

Me despierto a mitad de la noche. Mamá y papá discuten. No sé sobre qué. Mama


está diciendo:

―Vamos a darles un par de días. Para observar. Esperar. Si nadie dice nada, o lo
busca…

Papá grita: ― ¡Estás loca! ¡No podemos! ¡Está mal! ¿Qué pasa si la policía…? ―.
Vuelvo a dormirme.

Ya es de mañana, más preguntas. Mamá se sienta a Art en su regazo y le da de


comer, sonriendo y riendo emocionada cada vez que él gorjea. Es un buen trabajo,
no estoy celoso de mi hermanito cuando ella apenas se da cuenta de que estoy
aquí. Papá sigue enojado.

Sigue mirando a mamá y a Art. Me lanza más preguntas. Tratando de ayudar a


aclarar mi memoria, me dice que lo lleve a través de la noche en la que
desaparecí, paso por paso. Le digo que estaba en mi cuarto. Estaba jugando y es
todo lo que recuerdo. No menciono ni las luces, ni al monstruo. La voz interna que
me habló esa noche me dice que no lo haga. Dice que solo me meteré en más
problemas si digo la verdad.

― ¿Te fuiste a la cama? ―pregunta papá.

―No.

― ¿Alguien entró al cuarto?

―No.

― ¿Estaba alguien en la ventana?

Hago una pausa mientras recuerdo.

―No.

― ¿Qué hay de…Art? ¿Puedes recordar dónde… cómo te lo llevaste?

―No.

Papá maldice y toma su pelo usando ambas manos. Mira a mamá y a Art de
nuevo. Mamá le devuelve la mirada severamente, sosteniendo a Art contra sí
misma como un escudo. No sé qué significa su mirada, pero me alegro que no me
mire de esa forma. ¡Sus ojos son espeluznantes!

Papá llama a la policía y ellos vienen. Se sienta conmigo mientras me preguntan


muchas cosas. Mamá se queda en la habitación con Art. Papá dice que no hay
necesidad de hablar sobre Art con la policía. Solo complicaría las cosas. Como Art
es muy joven para contarles algo, quieren enfocarse en lo que me pasó a mí. Les
cuento las mismas cosas que a mis papás. Son agradables. Me preguntan
suavemente, hacen bromas, me cuentan historias de niños que fueron
secuestrados. Quieren saber si puedo recordar algo, hasta el detalle más pequeño,
pero mi mente está totalmente en blanco. Sigo disculpándome por no poder
decirles nada más, pero no pierden la paciencia. Están mucho más calmados que
mamá y papá.

No vuelvo a la escuela. Mamá y papá no me dejan salir. Ni siquiera al parque. Las


cosas se sienten raras e incómodas. Es como cuando murió Anabella. Mucho
llanto, dolor e incertidumbres. Pero es un tanto diferente. También hay miedo.
Mamá está especialmente tensa. A duras penas suelta a Art. A veces la encuentro
temblando y llorando cuando cree que no la veo.

Los días pasan. La policía vuelve pero no están muy preocupados. Lo más
importante es que estoy a salvo y en casa. Le recomiendan una buen psiquiatra a
papá y le sugieren que me lleve a verla, para tratar de averiguar que me pasó.
Papá dice que lo hará, pero recuerdo como estaba mamá cuando la Srta. Tyacke,
sugirió un psiquiatra hace tantos años. Estoy seguro que no iré a consulta.

Esa noche tienen una gran pelea. Mamá está gritando y maldiciendo. Yo estoy con
Art en mi cuarto. Piensan que no podemos oírlos, pero sí podemos. Estoy
asustado. Incluso lloro un poco, sosteniendo fuerte a Art, sin estar seguro de por
qué se comportan de esa manera. Art no está preocupado. Él balbucea felizmente
en mis brazos, tratando de morder un agujero a través del nuevo babero que papá
le compró ayer.

Mamá grita: ― ¡Nos han dado una segunda oportunidad! ¡No me importa cómo
pasó o quién salió lastimado! ¡No voy a sufrir la perdida de otro niño de nuevo!

No puedo escuchar lo que papá responde. Pero parece que hizo efecto. Mamá
deja de gritar después de esto, aunque la escucho llorar. Papá también está
llorando.
La mañana siguiente, papá me llama a su estudio. Tiene a Art sentado en su
rodilla y una foto de Anabella en la otra. Está mirando a la foto y a Art, mordiendo
su labio inferior. Levanta la mirada cuando entro y sonríe ―una sonrisa delgada y
temblorosa―. Me dice que nos iremos. Inmediatamente, esta misma noche.

― ¿Nos vamos de vacaciones? –pregunto, emocionado.

―No. Nos vamos a mudar―. Art tira de la oreja izquierda de papá. Él


agacha la cabeza y le murmura a Art.

―A tú mamá ya no le gusta este lugar―. Dice calladamente, sin mirarme.


―Anabella murió aquí. Tú te perdiste. Art… bueno, ella no quiere que nadamás
pase. A Art, o a ti. Quiere ir a un lugar seguro. Para ser honesto, yo también. Estoy
harto de la vida de la ciudad.

― ¿Pero, qué hay de la escuela? ―. Es lo primero que me viene a la


mente.

―Al diablo con ella―. Se ríe. ―No te gustaba tanto, ¿o sí?

―Bueno… no… pero es la escuela.

―Te encontraremos otra―. Carga a Art en su brazo izquierdo, extiende el


derecho y me acerca a él. ―Sé que no has sido feliz aquí. Mamá y yo hemos
estado pensándolo. Vamos a irnos a un lugar que conocemos, una villa que se
llama Paskinston. Los niños son muy diferentes ahí. Más agradables. Pensamos
que estarás más feliz, quizás hagas amigos. Y estarás a salvo. Todos lo
estaremos. ¿Cómo suena eso?

―Bien. Creo. Pero… ―me encojo de hombros.

―Es para bien, Kernel―, dice y me abraza fuerte. Art se ríe y me abraza
también, es cuando estoy seguro de que papá tiene razón. Todo va a estar mejor
ahora.
Mi último vistazo a la ciudad es cuando nos metemos al auto más tarde esa noche.
No sé porqué no esperamos hasta la mañana. ―Papá odia conducir de noche―.
Pero no he tenido tiempo de preguntar. Todo ha sido muy apresurado, empacando
maletas, buscando mis juguetes, comics, ropa, discos, escogiendo cual llevar y
cual dejar atrás. Papá dice que nos enviarán nuestras cosas después, pero no
quiero dejar nada valioso, sólo por si acaso. Bombardeamos todos los aeroplanos
de mi habitación a las nueve en punto. Mamá y papá me ayudan. Los destruimos
por completo. ¡Fue genial! Incluso mamá lo disfrutó.

Cuando nos metemos al auto, papá pregunta si quiero jugar un juego con Art para
mantenerlo tranquilo. Yo acepto. Así que hace que me siente detrás del asiento de
mamá, con Art entre mis piernas y tira una cobija sobre nosotros.

―Haz como si Art y tú fueran fugitivos. Son un par de criminales muy


buscados y feroces, y nos estamos escapando fuera de la ciudad. Hay peajes, así
que tienen que esconderse y estar callados. Si los encuentran, los enviarán a
prisión.

―No envían a los niños a prisión― resoplo.

―Lo hacen en este juego― se ríe.

Sé que es una manera de mantenernos callados todo el viaje. Pero cierta parte me
hace pensar que es real. El hecho de que nos vayamos tan calladamente, de
noche, en secreto… sostengo a Art contra mí, y le susurro que se esté callado,
temeroso de que nos encuentren quienes sean que nos persigan. Tengo ganas de
llorar, pero es porque nos estamos yendo de casa. Nunca he vivido en ningún otro
lugar. Me asusta.
Mamá se asegura de que Art y yo estemos bien antes de entrar al auto. Levanta la
manta y nos mira. Nos estacionamos cerca de una luz, así que puedo ver bien su
rostro. Se ve preocupada. Tal vez está triste por dejar su viejo hogar, como yo.

―Cuida a tu hermano―, dice suavemente, acariciando la mejilla de Art. Él


la mira en silencio―, protégelo. ―Su voz se quiebra. Entonces me besa en la
frente, acomoda la manta y nos vamos, dejando atrás todo lo que he conocido.
3. La Bruja
Paskinston es un lugar callado, con un par de pequeñas tiendas, una
desmoronada escuela, una rechoncha, fea y moderna iglesia y no mucho más.
Está en el medio de la nada. A muchos kilómetros de cualquier ciudad o pueblo.
Los cortes de corriente son comunes. La recepción de radio y televisión es mala.
Los carros son antiguas carcachas. Es un lugar donde esperas encontrar a mucha
gente vieja, pero de hecho, la mayoría de los aldeanos son padres jóvenes y sus
hijos. Hemos estado aquí ya casi un año. No es tan malo. Callado y limpio. Hay
muchos lugares abiertos alrededor. Nada de contaminación, ni crímenes. Las
personas son relajadas y amistosas. Algunos trabajan en ciudades y pueblos, pero
más que todo es local. Algunos son artesanos y artistas. No llegan muchos turistas,
pero los artesanos ―como papá los llama― abastecen muchas tiendas de turistas
a lo largo del país. Los instrumentos musicales son las especialidades de los
aldeanos. Tradicionales, tallados, credos con amor y empacados, a un precio alto.

Papá obtuvo mucho trabajo pintando instrumentos. No le pagaban muy bien pero
no necesitas mucho dinero en Paskinston. Está más feliz de lo que alguna vez
estuvo en la ciudad, al fin puede llamarse un artista. Mamá ayuda a niños con
problemas de aprendizaje, y suele dar algunas clases en la escuela cuando
alguno de los profesores está enfermo. También está feliz, más de lo que ha sido
desde que Anabella murió.

Mis papás ya nunca hablan de cuando Art y yo nos perdimos. Es un tema


prohibido. Si lo menciono cambian de tema inmediatamente. Una vez, cuando lo
mencioné, mamá me regañó, maldijo y me dijo que nunca más lo mencionara.

¿Y yo? Bueno, estoy bien. Papá tenía razón. Los niños son más agradables que
en la ciudad. Me hablan en la escuela, me incluyen en sus juegos, me invitan a
sus casas a leer y a jugar, me llevan a acampadas dentro del pueblo en los fines
de semana. Nadie me molesta, o dice cosas feas, o me trata como a un fenómeno.
(Claro que ayuda que no menciono los parches de luz).
Pero aun así no encajo. Me siento fuera de lugar. Es difícil hablar libremente,
unirme, comportarme naturalmente. Siempre siento que estoy actuando. La
mayoría de los niños de Paskinston nacieron aquí o se mudaron cuando eran muy
pequeños. Es el único mundo que conocen y creen que es perfecto. No estoy de
acuerdo. Aunque estoy más feliz que cuando estaba en la ciudad, extraño el cine y
los museos. Excepto no tener amigos, extraño ser parte de una gran ciudad
cuando había algo nuevo que ver o hacer. El pueblo es lindo, pero un poco
aburrido. Aunque los niños son buenos conmigo, sigo sin un verdadero amigo.

Pero no me importa porque ya no me siento miserable. No estoy seguro de porqué


pero no me siento solo últimamente. Estoy feliz de estar con mamá, papá y Art.
Especialmente Art. Puede que sea solo un bebé pero, amo tenerlo conmigo,
explicarle el mundo, decirle sobre libros, televisión y la vida, tratar de enseñarle a
hablar. Ya debería hablar, pero hasta ahora no ha dicho ni una palabra. A mamá y
papá no les importa. Dicen que Einstein era más grande que Art antes de hablar.
Pero no creo que Art sea como Einstein, le gusta mucho jalar orejas, morder a la
gente y eructar para ser un genio.

Art es todo lo que necesito del mundo ahora. Me hace compañía mejor que
cualquier amigo. Como dijo papá una vez cuando me sentía solo y trataba de
animarme: ―¿Quién necesita amigos cuando tienes a la familia?‖

Para llegar a la escuela, tengo que pasar por la casa de la bruja. La ―bruja‖ es la
Sra. Egin. Hay treinta y siete familias, y seis personas solteras en Paskinston, y
todo el mundo se la lleva bien con todo el mundo. Hay un gran sentido de
comunidad. Todos se interesan y velan por los demás, charlan entre sí cuando se
encuentran en la calle, y hacen grandes fiestas cada pocos meses, en donde todo
el mundo asiste, excepto la Sra. Egin. Ella vive sola en una casa vieja y sucia, y
casi nunca tiene nada que decirle a nadie. Sale a diario a dar una larga caminata y
a sacar agua del pozo. (Hay agua corriente en Paskinston, pero la Sra. Egin y
algunos otros prefieren sacar la de ellos de un viejo pozo en el centro del pueblo).
De otra manera, raras veces se le ve. Pasa casi todo el tiempo con las puertas
cerradas, detrás de largas cortinas, haciendo lo que sea que hagan las brujas.
Estoy seguro de que no es una bruja, pero los demás niños la llaman Pricklish,
bruja de Paskinston. También algunos adultos lo hacen.

No hay una verdadera escuela en Paskinston, solo un establo modificado que se


usa como escuela hasta que los pueblerinos construyan una apropiada. Hay tres
maestros, (dos son voluntarios), viejos escritorios, sillas tambaleantes, y un par de
agotados pizarrones, y nada más, excepto los viejos baños en la parte de atrás.
Un cambio radical comparado con mi escuela en la ciudad.

La escuela está bajando la calle, a la derecha de la esquina donde vivimos. Para


llegar tengo que pasar por la casa de la Sra. Egin. Podría ir por otro lado y dar
vuelta alrededor de las casas si quisiera. Pero la Sra. Egin nunca me ha hecho
nada malo. Ni siquiera me ha hablado en todo el año que hemos vivido aquí. Ni
siquiera me da miedo.

Hoy salí de la escuela como siempre. Las clases empezaron a las nueve y media
de la mañana, pero normalmente llego a las nueve, para jugar con los otros chicos
que ya estén ahí. He intentado encajar, ser como ellos, ser aceptados. No es que
me preocupa si no lo hacen.

― ¿Te vas a la escuela? ―pregunta mamá cuando voy saliendo.

―Sí.

― ¿Quieres llevar a Art a la guardería?

―Claro.

La improvisada guardería es otro establo modificado, justo al lado de la escuela.


Seguido llevo a Art. Él es pequeño y delgado. Aunque tiene una cabeza grande.
Papá dice que es una señal de que tiene mucho cerebro. Pero creo que es porque
tiene el cráneo grueso. ¡Mejor para los cabezazos! Detengo a Art, quien intenta
morder las manos de un soldado de muñeco y lo levanto. El forcejea, ansioso por
terminar al soldadito.
―Basta―, gruño. Art se calma de inmediato. Siempre hace lo que le digo. Es más
obediente conmigo que con mamá y papá. Mamá dice que es una señal de que en
verdad me quiere. Me siento orgulloso cuando dice cosas así, aunque usualmente
frunzo el ceño, no quiero que piense que soy débil.

Art es pálido como mamá, con cabello negro y sucio, parece que nunca se lo
lavara. Mamá siempre se queja de su cabello. Regularmente lo amenaza con
dejarlo calvo como yo. (No es que necesite una afeitada, he sido calvo desde
nacimiento). Ella dice que todos los chicos deberían ser calvos. Hace mucho más
sencillo cuando una mujer cuida de ellos

Lanzo a Art en el aire y lo atrapo. Él se ríe y gorjea para que lo haga de nuevo.
Comparo mi piel con la suya cuando lo lanzo de nuevo. Soy mucho más moreno,
de un color más marrón cremoso. Más como papá que como mamá. No
parecemos hermanos, mamá dice que es bueno, así no nos compararán cuando
estemos más grandes. Bajo a Art y nos dirigimos a la puerta, lo cargo como a una
patineta, bajo uno de mis brazos. Él mueve sus puños, buscando a algo que
golpear. Casi nunca me muerde o me golpea. Pero soy el único que está a salvo a
su alrededor. Ha dejado a mamá con un ojo morado un par de veces, y una vez le
mordió la uña a papá. Será una pesadilla cuando sea un poco mayor.

Vamos bajando por la calle. No hay nadie alrededor. Un callado día de primavera.
Los pájaros cantan en los árboles. Una vaca muge a la distancia. Me siento
calmado y feliz. Esperando el verano. Papá dice que quizás vayamos a la playa
por una o dos semanas. No hemos ido de vacaciones desde que dejamos la
ciudad. Estoy emocionado.

― ¿Nunca has ido a la playa verdad? ―le digo a Art. ―Es genial, mas arena de la
que puedes imaginar. Agua salada, no como la del estanque de aquí. Algas
marinas. Podemos nadar y hacer castillos de arena. Comer helado y dulces. Te
encantará. Y si no podemos ir, bueno, iremos a acampar aquí. Encontraremos un
lago, tal vez un pueblo pequeño, con un cine y emocionantes juegos y…
― ¡Ladrón! ―alguien chilla.

Acabamos de pasar la casa de la bruja. Miro hacia atrás. La puerta de enfrente


está abierta. La Sra. Egin está de pie en el porche. Sus ojos son salvajes y ella
está temblando. Su cabello normalmente está atado en una cola de caballo, pero
hoy está suelto, las hebras flotando por su rostro con la briza.

― ¿Quién es el ladrón? ―murmura, tambaleándose hacia mí.

― ¿Sra. Egin? ¿Se encuentra bien? ¿Necesita que la ayude? ―bajo a Art y lo
pongo a mi derecha, cubriéndolo con mis piernas, en caso de que se caiga encima
de él. La Sra. Egin se detiene a menos de un metro de nosotros. Murmurando
para ella, palabras extrañas, ningún lenguaje que conozca. Sus labios están
sangrando, se los ha mordido en varios lugares. Sus están dedos meneándose
como diez serpientes enojadas.

― ¿Sra. Egin? ―pregunto, suavemente, mi corazón se acelera.

―Que lindo niño―, dice la bruja, sus ojos están fijos en Art. Él la mira
silenciosamente. La Sra. Egin se inclina e intenta alcanzarlo, arrullándolo y
sonriendo torcidamente.

―Déjelo―grito. Arrastrándolo detrás de mí, parándome firmemente frente a él,


bloqueándole el camino.

― ¡No es tuyo! ―gruñe, mirándome. Nunca he visto que un adulto me mire de esa
forma, con un odio total. Me asusta. Siento ganas de orinar. Muevo mis piernas
para no tener un accidente. Pero tan asustado como me siento, no me muevo.
Estoy firme. Tengo que proteger a Art.

― ¿Está enferma, Sra. Egin? –pregunto, mi voz suena más calmada de lo que
estoy.
― ¡Encúentralo! ―grita en respuesta. ― ¡Encuentra al ladrón! Bonito bebé ―le
sonríe a Art de nuevo, y luego murmura para sí, como por un minuto, pero
haciéndole gestos a Art, como si estuviera lanzándole un hechizo. Miro en busca
de ayuda pero no hay nadie. No puedo solo quedarme aquí y dejar que siga. Sin
decirle que haré y sin quitar mis ojos de encima, me agacho, agarro a Art e
incómodamente lo subo a mi espalda. Art chilla felizmente, piensa que le daré un
paseo de caballito.

―Tenemos que irnos ahora―digo, alejándome. La Sra. Egin sigue mirando a


donde estaba Art. Noto que los parches de luz alrededor de nosotros están
parpadeando. Están más cerca que de costumbre, como si nos rodearan. Pero no
puedo preocuparme por las luces, con la Sra. Egin actuando como una verdadera
bruja loca.

― ¡Pronto! ―ladra y sus ojos dan vuelta. ―Todo pasará pronto. Pensaron que no
estaba en mí. Dijeron que era débil. Pero se equivocaron. Tengo el poder. Puedo
servir. ―Sus manos se quedan quietas. Sus ojos se suavizan. ―merece morir―,
dice calladamente.

Lágrimas de confusión y miedo resbalan por mis ojos. ―Sra. Egin, yo… buscaré
ayuda… buscaré a alguien que…

― ¡Ladrón! ―grita, callándome, loca y salvaje de nuevo. Sus manos suben y


bajan, y se agitan furiosamente contra mí.

― ¡Encuentra al ladrón! ¡Pronto! Ya verás. La loca y vieja bruja se irá en una nube
de humo. Boom, Kernel Fleck. ¡Boom! ―se ríe histéricamente. Cuando escuchas
a una bruja reír en una película es gracioso. Pero esto no lo es. La risa me duele
en los oídos, hace que resuene desde dentro. Casi espero que comience a
sangrar.

―Tengo que irme―digo rápidamente y me volteo. Deslizando a Art frente a mí,


protegiéndolo de ella.
―Kernel―dice la bruja, con un tono firme y frío. Con reticencia, me detengo y la
miro. ―No le dirás a nadie lo que viste hoy―. No es una pregunta.

―Sra. Egin…. Necesita ayuda… Creo…

Escupe en el piso, al lado de su pie derecho. ―Eres un tonto. No soy la que


necesita ayuda, tu sí. Pero no importa. No le dirás a nadie. Porque si lo haces.
Entraré a tu cuarto en la noche cuando estés dormido, y degollaré tu garganta
desde tu oreja izquierda hasta la derecha―. Usa un tembloroso dedo índice para
ilustrarlo.

Eso fue demasiado. Pierdo el control y para mi vergüenza, siento mis pantalones
mojados. Afortunadamente, la Sra. Egin no lo nota. Ya se ha dado la vuelta.
Camina a su casa. Se detiene frente a la puerta. Mira arriba. Hay un parche de luz
rosada de seis lados parpadeando rápidamente sobre su cabeza. Lo alcanza y lo
aprieta. El parpadeo se detiene, como si la luz tuviera miedo y ella la calmara.

―Pensaste que eras el único que podía verlas―dice cuando la miro, estoy en
shock―, pero yo también puedo. Ahora. Por un tiempo. Hasta que me lleven.

Luego entra a la casa y cierra la puerta. Por un largo rato me detengo ahí,
peleando con las lágrimas, mis oídos aun zumbando, quiero salir corriendo y
nunca regresar. Pero no puedo hacerlo. No puedo ir a la escuela con los
pantalones mojados. Así que me apresuro a casa, apretando a Art fuerte contra mi
pecho, alejándome lo más que puedo de la casa de la bruja.
4. Canicas.
Le miento a mamá. Le digo que Art orinó encima de mí. Se sorprende, él nunca ha
hecho eso. Quiere cambiarlo. Le digo que es está bien, yo me encargaré. Me
apresuro al cuarto y me cambio los pantalones. Estoy casi en la puerta cuando
recuerdo que Art debería cambiarse también, así que le busco ropa limpia.
Considero decirle a mamá sobre el comportamiento de la Sra. Egin. Entonces
recuerdo su advertencia ―Degollar tu garganta desde tu oreja izquierda a la
derecha‖. No digas ni una palabra.

Los días pasan incómodamente. No puedo olvidar lo que la Sra. Egin dijo, su
expresión de bruja, apretando el parche de luz. ―Me verás morir‖. Tendría que
decirle a alguien. No importa si me amenazó. No podría entrar a mi habitación si le
digo a alguien y la encierran como la loca y vieja bruja que es. Pero mojé mis
pantalones. Si les digo del resto, tendré que hablar de eso también... y no quiero
que la gente lo sepa. Así que no digo nada. Hago como si nunca hubiera pasado,
que ni siquiera importa. Y todo el día me siento como si mil anguilas de terror se
arrastraran dentro de mí.

Papá está hablando con mamá sobre una feria artesanal cuando llego a casa. Ella
escucha en silencio, sentada junto al piano (estaba en la casa cuando nos
mudamos. Ninguno de nosotros toca). Ella frunce el ceño.

—Es una de las ferias más grandes del país —dice papá—. Se realiza todos los
años, y algunos de los artistas de Paskinston siempre van y representan al pueblo.
Venden un montón de trabajos y obtienen muchas órdenes. Es un verdadero
honor ser invitado. Sería de mal gusto rechazarles.

—¿Pero no puede solo uno de nosotros ir y quedarse? —´pregunta mamá.

—Sí, pero las parejas generalmente van juntas. No es sobre vender. Hay cientos
de artistas y personas interesantes allí. Es una oportunidad para conocer,
mezclarse, conocer gente. Sería divertido. —le doy a Art a mamá y me siento junto
a ella, siguiendo la conversación. Aprendo un poco mas de la feria, donde la
hacen, quienes van, cuantos días estarían allá. Papá está orgulloso de ser un
invitado y ansía ir, pero mamá está preocupada por Art y por mí. No quiere
dejarnos solos.

—¿No podemos llevarlos? —pregunta mamá.

—No es lo acostumbrado. —dice papá pacientemente.— nadie más lleva a sus


hijos.

Mamá frunce el ceño fuertemente. No nos hemos separado desde que dejamos la
ciudad, ni siquiera una noche. Pero si quieren ir, estarán fuera al menos una
semana.

—No estarán solos —dice papá— los dejaremos con alguno de los vecinos.

—Lo sé, pero…

—A Kernel no le importa, ¿o si, Kernel? —me sonríe ampliamente, esperando mi


apoyo. Si esto hubiera pasado ayer, habría dicho que sí, inmediatamente. Pero la
amenaza de la Sra. Egin está fresca en mis pensamientos. Así que me encojo de
hombros como respuesta.

—¿Estás bien, campeón? —pregunta sorprendido.

—SIP.

—Si no quieres que vayamos, solo dilo. No es tan importante.

—No. Me refiero a que, no me importa. En realidad no. Es solo que… —no puedo
explicar el sentimiento sin decir la verdad. Así que de nuevo me encojo de
hombros.

—¿Qué hay de Art? —Dice mamá, besando su cabeza, mirando a papá

—Art también estará bien —responde y suena un poco impaciente.


—No estoy segura, Caspian…

—Melena… —suspira —. Mira, si esto es un problema, no vamos. Pero este va a


ser nuestro hogar ahora. Estamos a salvo aquí. No creo que tengamos algo que
temer aquí. ¿O sí?

—No. —responde mamá calladamente.

—¿Entonces…?

Mamá hace una mueca.— ¡No me gusta separarme de mis bebés! —exclama.
Todos nos reímos. Y todo está bien. Mamá balancea a Art en su rodilla. Papá
sonríe y la abraza. Me siento feliz y a salvo. Pregunto qué hay de cenar y me
olvido de la bruja y los malos pensamientos del día.

La mañana de su partida. Papá enciende el auto mientras mamá nos lleva a Art y
a mí a lo de Sally. Sally es una de las pueblerinas que vive sola. Un poco mayor
que mamá. Gorda. Canta genial. Tiene dos hijos, pero están crecidos y ya se
fueron.

—Vamos a pasarla muy bien. —dice Sally cuando acomodamos las maletas en el
cuarto donde Art y yo nos quedaremos.

—Desearía que hubiera un teléfono, así podríamos llamar y chequear que todo
esté bien. —murmura mamá. No hay muchos teléfonos en el pueblo y Sally no
tiene uno.

—¡Relájate! —Sally se ríe.— estos chicos estarán bien sin ustedes por un par de
días. ¿Verdad, Kernel?

—Claro. —sonrío. Y mamá me sonríe de vuelta, algo temblorosa.

Papá nos llama y salimos. Está junto al auto. El asiento trasero y el maletero están
llenos de instrumentos y pinturas. Otras dos parejas ya se han ido en caravana
con la mayoría de las cosas que esperan vender. Papá nos abraza.

—Cuida a tu hermano —pide mamá, besando mi mejilla.


—Por supuesto que lo hará. —Papá responde.— Kernel es el mejor hermano del
mundo. Cuidará a Art mejor de lo que tú o yo podemos hacerlo.

Papá entra al auto y lo enciende. Mamá nos abraza por última vez, luego se sienta
junto a él. Y se van.

Art, Sally y yo, saludamos. Mamá se asoma por la ventana, y saluda, hasta que
cruzan en la esquina. Aunque Sally está con nosotros, no puedo evitar pensar a
medida que se alejan, que estamos solos ahora. Solos Art y yo. En un pueblo
remoto. Con una bruja.

Los días pasan tranquilamente. Escuela, juegos con Art durante el almuerzo, cena
con Sally y otras cosas. A los pueblerinos les gusta compartir comidas. Aquí no es
educado comer solo todo el tiempo. Seguido tenemos invitados o vamos a casa de
los vecinos. Art no extraña a mamá ni a papá. Come, bebe, juega y se comporta
como siempre. No llora cuando Sally lo baña. Sí, le da un mordisco en el
antebrazo, dejándole marcas, pero es normal para él.

—Deberíamos cocerle los labios cuando no está comiendo —dice Sally,


frotándose el brazo. Pero es en broma. Ama a los niños. Por supuesto, prefiere
que no la muerdan, pero todo el pueblo sabe de los hábitos de Art. Sally sabía en
lo que se metía cuando se ofreció. Es extraño no tener a mamá ni a papá. Las
cosas eran diferentes cuando estábamos en la ciudad. Seguido salían de noche,
dejándonos con una niñera. Y a veces se iban de vacaciones solos. No me
importaba. Me gustaba quedarme con otras personas. Siempre me daban
golosinas. Pero este ultimo año, hemos estado juntos todo el tiempo. Me
acostumbré a que estuvieran en casa todas las noches. Me sentía como cuando
perdí mi oso de peluche hace un par de años. Era un desaliñado oso gris, nada
especial, pero lo tenía desde bebé. Era mi compañía continua, incluso cuando
había dejado a otros osos. Lo llevaba a la cama, en vacaciones, incluso al cine.
Sentí como si un amigo muriera cuando lo perdí. Esto es casi lo mismo. No tan
mal, porque sé que mamá y papá volverán. Pero es extraño. Como si algo
estuviera mal con el mundo.
Estoy incomodo a la hora de dormir. La cama adicional de Sally es suave, pero
huele a mojado, como cuando mis medias están húmedas. Art se duerme
inmediatamente, encantado de compartir la cama conmigo. Pero no puedo dormir.
Estoy cansado. Me desperté temprano, sabiendo que mis papás se iban, pero mis
parpados no se quedan cerrados. Pienso en la Sra. Egin. No la he visto desde la
mañana se embrujó conmigo. Me he ido por el camino largo a la escuela y
regresado todos los días desde eso. Intento reírme, hacer como si no fuera gran
cosa. Me dije que incluso imaginé las maldiciones y cuando apretó el parche de
luz. Pero sé lo que vi. No puedo hacer como que no pasó. Y aunque no estoy tan
asustado como la primera vez, aun estoy sorprendido, tengo miedo de cerrar los
ojos, en caso de que cuando los abra, esté frente a mí, cacareando, y el cuchillo
en mi garganta.

Me volteo de izquierda a derecha y luego de vuelta. Intento acostarme de


espaldas y luego boca abajo. Nada funciona. Enojado, dejo de intentar dormir,
esperando rendirme accidentalmente. Miro a mí alrededor, a la acogedora
habitación, y luego me concentro en los parches de luz. Se ven como siempre,
varias formas y colores. Cuento triángulos, cuadriláteros, pentágonos, sextante…
no, eso es un instrumento. ¿Sextillo? No estoy seguro. Creo que es así pero…
quizás es un… me despierto de pronto. ¡Hexágono! Claro, no puedo creer que no
recordara eso. El cerebro puede jugarnos malas pasadas cuando estas cansado.
Me volteo, bostezando, buscando a Art.

No está aquí.

Primero pienso que se dio vuelta a las sabanas, pero cuando las levanto no hay
señal de él. Me siento con rapidez. Sintiendo el peligro, recordando las últimas
palabras de mamá ―cuida a tu hermano.‖ Imagino a la Sra. Egin, entrando a
escondidas, robándose a Art, metiéndolo en una olla grande y negra e hirviéndolo
vivo. Mi mundo no es completamente oscuro. Los parches de luz me dejan ver
hasta en la noche más oscura. Mamá y papá intentaron convencerme que las
luces no eran reales, pero si son imaginarias ¿por qué tengo tan maravillosa visión
nocturna?
Salto de la cama y me apresuro a la puerta, tan convencido de que no está en la
habitación que mi mirada se desliza sobre él y casi le caigo encima. Entonces
caigo en cuenta y me detengo. Parpadeo un par de veces, para aclarar mis ojos.
Art está en el centro de la habitación. Hay un gran parche de luz naranja
parpadeante sobre su cabeza. Está jugando con canicas que Sally me dio
temprano. Sostiene dos de ellas sobre sus ojos, son anaranjadas, como la luz. Me
ve y sonríe, mirándome a través de las canicas naranjas. Por un breve instante
estoy completamente seguro de que hay alguien más con nosotros en la
habitación. Pienso que escucho un gruñido suave. Volteo mi cabeza de izquierda
a derecha. Nada. Vuelvo a mirar a Art. Bajo la extraña luz naranja y con las
canicas en los ojos, no parece mi hermano. Empiezo a pensar que no es Art, que
lo reemplazaron con un espíritu maligno, que la bruja estuvo aquí. Estoy asustado.
Vuelvo a la cama.

—¿Art? —Digo muy calladamente— ¿Eres tú? ¿Estás bien? —una risita rompe el
hechizo. Art baja las canicas. Y veo que por supuesto es él.

—¡Idiota! —me rio de mi mismo. Voy, lo cargo y dejo las canicas en otro lado.
Sally me dijo que no se las diera, en caso de que se tragara una. Art se queja y
trata de alcanzarlas, pero le digo que es peligroso y me entiende y se acurruca
junto a mí, rozando mi hombro con sus dientes, pero suave, no como cuando
muerde a alguien. Me quedo ahí con Art, con frio pero feliz, sonriendo ante lo tonto
que fui. Art se duerme en mis brazos. Lo cargo y lo llevo a la cama, lo arropo y me
acuesto a su lado. Acostado de lado, miro a la luz anaranjada que sigue
parpadeando. Parece que ha crecido, pero no es raro, los parches cambian a
menudo de tamaño. No me gusta esta luz naranja. Hay algo espeluznante sobre
ella. Me recuerda a la luz rosada que la Sra. Egin apretó. Me doy vuelta y cierro
mis ojos, tratando de dormirme de nuevo. Pero puedo sentirla ahí, flotando en la
fría noche, iluminando el cuarto con un siniestro brillo naranja. Parpadeando.
5. DING DONG
Dos toques más tarde. La luz naranja sigue pulsando y cambiando de tamaño. A
pesar de que puedo llamarlo para que se acerque como hago con los otros
parches, no puedo alejarlo más de veinte o veinticinco pies. Ya empieza a
molestarme, como un insecto que zumba en frente de mi cara. Un malestar me
recorre cada vez que alcanzo a verlo. Sé que es una locura preocuparme por una
luz, pero no puedo evitarlo. Tengo un mal presentimiento sobre esto.

Es un hermoso día soleado. Nuestro maestro, Logan Rile, decidió no perder el


clima, así que vamos a tener clases fuera, en uno de los campos alrededor de
Paskinston. Somos treinta y cuatro niños, de varias cursos y edades, sentados en
un semicírculo alrededor de Logan. Nos está hablando acerca de las placas
tectónicas. Logan no es el mejor de los maestros. A veces se olvida que está
hablando con niños y se vuelve demasiado técnico. Muy pocos de nosotros
entendemos todo lo que dice. Pero es interesante, y las partes que tienen sentido
son fascinantes. También es divertido cuando lo entiendes, ya que te hace sentir
inteligente.

Algunos de los niños más pequeños, de la guardería, han venido con nosotros. Su
cuidadora habitual ha ido a la feria y su reemplazo está teniendo complicaciones
para hacer cuidar a los más pequeños. Ella estaba encantada cuando Logan se
ofreció a ocuparse de unos cuantos durante el día.

Art está jugando con las canicas de color naranja a mi lado. No debo dejarlo, pero
le gustan demasiado. De todos modos, él no los ha puesto en su boca todavía.
Mantengo una estrecha vigilancia sobre él, comprobando cada par de minutos
para asegurarme de que ambas canicas están a la vista, y no en su estómago.

— ¿Así que estas placas se mueven todo el tiempo? — Bryan Colbert pregunta.
Bryan es uno de los chicos mayores, casi diecisiete años.
— Sí — dice Logan.

— Entonces, ¿por qué los países no se mueven?

— Lo hacen — dice Logan. — Los continentes están a la deriva todo el tiempo.


Es muy lento, pero está pasando. Un día, Australia chocará con América o África,
no puedo recordar cuál, y los efectos serán catastróficos. Nuevas montañas
surgirán. Habrá maremotos. El polvo obstruirá el aire. Miles de millones de
personas y animales morirán. Podría ser el fin de toda vida en este planeta.

— ¿Toda la vida? — David English, un niño un año más joven que yo le pregunta.

— Sí.

— Pero yo pensaba que eso no podría suceder. Todo el mundo... todo... no


puede simplemente morir. ¿No dejara Dios a algunos de nosotros con vida?

— Ni siquiera Dios puede evitar el fin de la vida en este planeta — dice Logan,
serio como siempre. — O el final de la vida en este universo. Todo tiene su fin.
Así es la vida. Pero tal vez haya un nuevo comienzo cuando nuestro mundo se
acabe. Nueva vida, nuevas criaturas, nuevas formas de existir.

— Eso es aterrador — murmura Dave. — No quiero que todo muera.

— Ni yo — sonríe Logan. — Pero nuestros deseos son irrelevantes. Se trata de


cómo son las cosas. Podemos aceptar la verdad y vivir con ella, o vivir en la
ignorancia. La muerte no es algo que temer. Una vez que lo piensas y lo pones en
perspectiva, no es tan malo. De hecho, muchas personas...

— ¡Ahora! — Una mujer grita, interrumpiendo a Logan. Todas nuestras cabezas


se giran a la vez, como si estuvieran conectadas. Yo veo a la señora Egin
avanzando hacia nosotros, sus dedos recorridos por espasmos, y espuma en su
boca. — ¡Está sucediendo! Hasta la garganta, más allá de las encías, mire todo el
mundo, aquí viene.
La luz rosa que la acariciaba hace unos días ha crecido mucho y ahora parece
estar tocándola justo detrás de la cabeza. Está latiendo rápidamente. Otros
parches de luz alrededor de ella están pulsando también, y se aproximan como
atraídos magnéticamente.

— ¿Señora Egin? — Logan dice, levantándose, indicando al resto de nosotros


que debemos permanecer sentados. — ¿Está bien?

— ¡Me dijeron que no podía hacerlo! ¡Pensaron que no era lo suficientemente


fuerte como para invocarlos! — Ella se ríe con su risa de bruja, y entonces canta
— ¡Incorrecto! ¡Falso! ¡Falso! ¡Ahora! ¡Ahora! ¡Ahora!

— Señora Egin, creo que usted debería…

— ¡Me verán morir! — grita y sus ojos escudriñan el grupo, centrándose en mí. —
¡Encuentra al ladrón! ¿Quién es el ladrón? ¡Encuéntralo!

El miedo vuelve disparado. No estoy tan asustado como cuando estaba solo con
ella, pero estoy petrificado. Los demás también. Nos amontonamos unos contra
otros, buscando protección en el grupo.

Logan da un paso adelante. — Déjeme llevarla a casa, Señora Egin. — Le


llevaremos a la cama, llamaremos a un médico, y usted estará perfectamente en
menos de lo...

La señora Egin ruge una palabra que no conozco. Sus labios se están moviendo
rápidamente ahora, en ese extraño idioma que hablaba antes. Logan se detiene y
duda. Eso me asusta aún más; es una mala noticia cuando el adulto a cargo está
tan asustado como tú.

Los parches pulsantes de luz se mueven más rápido, atraídos hacia la luz de color
rosa. Se mezclan con él, entonces fluyen hacia la señora Egin. Ahora ella está
brillando desde el interior, las luces debajo de su carne, fundiéndose a través de
su cuerpo.

Me levanto entre tropiezos. — ¡Las luces! — Susurro entrecortadamente.


Logan me mira. — Cálmate, Kernel.

— ¡Pero, las luces! ¿No las ven?

— ¿Qué luces?

— ¡Dentro de ella! ¡Ella se está tragando las luces!

La señora Egin estalla en carcajadas, mientras que Logan se me queda mirando


sin decir nada. Miro a mi alrededor. Todo el mundo me está mirando de manera
extraña. Ellos no pueden ver las luces. No hay nada que ninguno de ellos pueda
hacer para evitar que esto ocurra.

Me concentro en la señora Egin. Una protuberante, palpitante burbuja de luz se ha


formado detrás y encima de ella, los parches se derriten juntos, mezclando sus
colores, entrando en ella. Sus ojos son cuencos de luz. No puedo ver sus labios ya
que espuma multicolor los esconde. Su piel parece estar mudando.

— Señora Egin — Logan intenta calmarla de nuevo, frente a ella. — Usted tiene
que...

La bruja grita triunfante. Una aguda nota de maldad y victoria. Me tapo los oídos
con las manos. Logan los cubre también. Mis ojos se cierran impulsivamente, pero
rápidamente me obligo a abrirlos. Veo a la señora Egin retroceder tambaleante. Se
pone rígida, sus brazos a los costados, la cabeza inclinada hacia la izquierda. Una
sonrisa dulce, tierna, cruza sus labios.

Entonces las luces estallan a través de ella. Y ella explota. Recortes vuelan por
todas partes; carne, hueso, vísceras, sangre. Logan y los niños más cercanos son
salpicados. Ellos chillan con asco y terror. Un trozo de hueso golpea duramente a
Logan en la cara y cae, gruñendo de dolor.

Me tapo los ojos y arrastro a Art cerca de mí, dándole vuelta para alejar sus ojos
de la carnicería. Estoy gritando.
Todo el mundo lo está. Pero todavía se pueden oír los gritos de la señora Egin
sobre el sonido de todos los demás, a pesar de que no puede hacer ningún ruido
ahora.

Paso un número incontable de segundos el grito de la bruja se mantiene,


mezclándose con el nuestro. Luego se detiene. Todo el griterío se detiene en el
espacio de un segundo o dos. Nos envuelve un extraño silencio no natural.

No quiero mover mi brazo, pero debo hacerlo. Tengo que mirar. Otros se asoman
también, aunque la mayoría todavía se cubre los ojos o mira hacia otro lado.

La Señora Egin ya no está. Nada queda de ella, excepto un círculo de sangre y la


carnicería espantosa, que cubre el césped, Logan y a muchos de los niños. Y en
el centro del círculo, un panel gris.

El parche grande de luz color gris cuelga inmóvil uno o dos pies por encima del
suelo. Tiene tres o cuatro pies de ancho, tal vez seis o siete de alto. Rondo en los
bordes.

Yo no soy el único que puede ver esta luz. Otros están apuntando hacia ella,
jadeando, murmurando: — ¿Qué diablos es eso? — Se trata de un tipo diferente
de luz de los que los demás suelen ver.

Logan se levanta, frotándose la cabeza. Mira fijamente con incredulidad el lío


sangriento, y entonces al panel de luz gris. Él es un hombre educado y con
experiencia. Pero nunca ha visto nada como esto antes.

— ¡Ella explotó! — un niño grita, emocionado — ¿La han visto? ¡Fue genial!

— ¿Está muerta? — una chica le pregunta, con voz temblorosa.

— ¿Qué es esa luz?

— Si, ¿qué es?

— Sí.
Logan camina alrededor del panel de luz. No puedo ver sus pies cuando está
detrás de él. Luego vuelve a mi campo de visión. Esta más desconcertado que
asustado, como la mayoría de los niños a mi alrededor. ¡La luz ha causado más
sorpresa que la señora Egin explotando! Tal vez están en estado de shock, no
listos para hacer frente a la explosión y su muerte aún.

— Tenemos que salir de aquí.

Yo no había querido hablar, pero ahora que lo he dicho, sé que tengo razón. Todo
el mundo me mira. — ¡Esto es malo! —, grito — Esa luz es peligrosa. Tenemos
que escapar.

— Esta bien Kernel, — dice Logan. — Esto es alucinante, estamos en medio de


algo maravilloso. No estoy seguro de lo que está pasando, pero esto es algo único.
La señora Egin... esta luz... ¡es increíble! — Él contempla con alegría.

Algunos niños se ponen de pie y se acercan a Logan y al panel de color gris claro.
Ellos no tienen miedo ahora que Logan tampoco lo tiene. Confían en él. Piensan
que sabe lo que es mejor para ellos.

— ¡Esto está mal! — Grito. — ¡Es malvado! ¿No podéis sentirlo?

— No deberías ser tan incrédulo, Kernel — Logan se ríe incómodamente.

— Estás cubierto de sangre! —Yo gruño furioso, incapaz de creer que alguien tan
inteligente pueda ser tan estúpido. — ¡La señora Egin está muerta! ¡Estás
caminando a través de sus entrañas!

Logan parpadea. Mira su camisa y los pantalones empapados de sangre. Sus


manos rojas. El lío en torno a él. — Oh — dice en voz baja. — ¡Oh, Dios m...

Algo brota de la luz gris. Tiene dos piernas largas y un cuerpo rechoncho, de
cuero, cuatro brazos que terminan en dedos gruesos y peludos. Una cabeza de
color verde oscuro, mezcla entre un humano y un perro. Sin boca. Orejas largas y
caídas. Amplios, y malvados, ojos blancos.
La cosa agarra a Logan. De alguna manera hace un ruido silbante. Logan lo
contempla en estado de shock. Dos de las manos en su cabeza. Las otras
tomándolo de sus hombros. Los pelos de sus dedos se extienden, creciendo a una
velocidad antinatural, cavando en la carne de la cara de Logan. Un pelo se clava
en su ojo derecho, perforándolo. Logan grita de dolor.

A continuación, los brazos de la cosa, dan un tirón a la cabeza rápidamente,


¡desprendiéndola del cuello de Logan! El monstruo la lanza al suelo. La pisa con
fuerza con su pie derecho. Y la cabeza cortada de Logan parece un melón que
cayó desde una gran altura.

La cosa nos mira al resto de nosotros. Extiende sus brazos y sisea. Y treinta y
cuatro niños gritan como uno solo, y orinan sus pantalones.
6. SECUESTRO
Caos. Todo el mundo está corriendo, chocando entre sí, cayendo, gritando. Yo soy
parte de la locura. Agarrando a Art en mis brazos. Huyendo a ciegas. Alejándome
de la luz gris y el monstruo de cuatro brazos. Tratando de mantenerme en pie.
Llorando, en parte debido a que Logan ha sido asesinado, pero sobre todo porque
estoy aterrado.

Una chica choca contra mí y me tira al suelo. Me las arreglo para caer con Art del
lado de arriba, por lo que no resulta herido. Está riendo, pensando que esto es un
juego. Me pongo a gritarle a la chica, pero luego veo que brota la sangre de su
garganta, sus brazos agitándose. Ella pierde el equilibrio. Colapsa, y entonces se
queda muy quieta.

Miro hacia otro lado antes de que pueda centrarme en su cara. No quiero saber
quién es. En este momento quiero concentrarme en la única cosa que importa
más que cualquier otra, salir de aquí antes de que el monstruo me mate.

Me obligo a levantarme, mi pecho agitado. Busco la mejor salida. Es difícil tomar


una decisión. Estoy rodeado, pánico por todas partes. Cuento dos, tres, cuatro
muertos, y luego me detengo. No quiero saber los números.

El monstruo asoma sobre la parte superior de un chico, Dave English, quien


estaba muy asustado de la muerte. Los dedos de la bestia están enterrados en el
estómago de Dave. Está mirando a su alrededor, sus ojos blancos saltando de un
niño a otro. Como si estuviera eligiendo su próxima víctima. O buscando a alguien
en particular.

Me estoy preparando para correr una vez más cuando veo movimiento en la luz de
color gris claro. Un hombre camina a través de ella. Detrás de él está una mujer
rubia. Otra mujer después de ella, india, vestida con un sari [1]. A continuación, un
segundo hombre de piel oscura.
La mujer india maldice cuando ve a los cadáveres. Comienza a acercarse al
monstruo, con las manos en alto, el asesinato en sus ojos.

— ¡Sharmila! ¡No! — ladra el primer hombre. Es viejo. Él tiene una barba corta y
pelo negro desordenado. Un traje raído.

— ¡Tenemos que parar esto!— la mujer india grita.

—No, — el hombre se repite, y puedo decir por el tono que está acostumbrado a
ser obedecido.

—Maestro...— el segundo hombre dice inseguro. Él tiene la piel más oscura que
he visto nunca, como si su madre fuera la noche.

—Ya sé, Raz, — el primer hombre salta. —Pero no debemos matarlo.

—Los niños, — gruñe la mujer india. —No voy a quedarme a un lado y dejar que
el demonio asesine a todos estos niños. Eso sería monstruoso.

—Tiene razón, Maestro, — el hombre negro dice.

—Oh, muy bien, — el hombre en el traje raído se queja. —Salvaremos el mayor


número de jóvenes posible. No queremos ser considerados bárbaros. — Se ríe y
entonces hace señas a los otros que se dispersen.

—Hagan que Cadáver vuelva a través la ventana. Lo volveremos a rastrear más


tarde.

Esta repentina aparición y la conversación surrealista me han sorprendido tanto


que estoy parado en lugar de huir hacia la seguridad. El monstruo, un demonio,
dijo la mujer, ha pasado de Dave English y está persiguiendo a una chica. Ella
esta corriendo como un corredor olímpico, pero las piernas del monstruo son más
largas y la alcanza en un par de segundos. Estira sus dedos largos y peludos...
luego retrocede cuando el suelo a sus pies estalla.

El demonio hace un sonido de silbido, su cabeza se gira como un elástico.


Distingue a los cuatro humanos que llegaron a través del panel (o ventana, como
el hombre lo llamó). Los mira, sus ojos blancos lleno de furia y odio. Están
acercándose a el por ambos lados, dejando el camino libre a la ventana. Una luz
azul pálido aparece de la punta de los dedos del hombre de piel oscura; supongo
que hizo explotar el suelo, distrayendo al monstruo y salvando a la chica.

Art muerde mi brazo derecho, con fuerza. Es la primera vez que me ha mordido.
Tengo tal shock que lo dejo caer y colapso sobre el suelo. Aterriza con un ruido
sordo, se da la vuelta, y luego se arrastra hacia el demonio, gorjeando
alegremente. Él debe pensar que es algún tipo de juguete gigante. Y está tan
ansioso por jugar con él, que me mordió para que lo suelte.

— ¡Art!— Le grito. — ¡Vuelve! Es...

El demonio me ve. Sus ojos blancos giran y se enfocan en Art. Da un fuerte y


agudo silbido. Y luego está corriendo hacia nosotros, con sus increíblemente
largos pasos. Apenas tengo tiempo para notar mi miedo, y luego esta sobre
nosotros. Se agacha, toma a Art con una mano, y silba como un nido de
serpientes.

— ¡No!— Lloro, enfrentando al demonio, olvidando mi miedo, preocupándose


únicamente por Art. Aterrizo en el lado izquierdo del monstruo. Desde la distancia
pensé que su piel era similar al cuero, pero ahora me doy cuenta de que es más
como el frágil caparazón de un insecto. Mis puños la atraviesan, desprendiendo
frágiles fragmentos. Estoy gritando salvajemente, como lo hago siempre que me
meto en una pelea.

Tiro de los pelos de sus brazos, que se sienten como algas, desesperadamente
intentando alcanzar a Art. El demonio silba de nuevo y me empuja a un lado.
Aterrizo duramente sobre mi brazo derecho. Se retuerce debajo de mí y se
descoloca. Lanzo un rugido de dolor, pero me giro y me obligo a ponerme sobre
mis pies, mareado, decidido a rescatar a Art.

Pero el demonio no está allí. Está corriendo hacia la ventana gris, Art acunado en
sus brazos cabeza abajo, las piernas de un torbellino de movimiento.
— ¡Beranabus!— la mujer india grita.

—Déjalo ir—, el líder del cuarteto dice.

—Pero el niño...

—No es nuestro problema.

— ¡Art!— Yo lanzo un grito amortiguado, las lágrimas cayendo como un rio desde
mis ojos. Es inútil, pero intento perseguir al demonio, rezando por conseguir tener
la fuerza y velocidad para igualarlo antes de que llegue a la ventana.

El demonio hace una pausa junto al panel de luz gris clara. Mira a los cuatro
adultos. Silba y agita a Art en su dirección, burlándose de ellos. Los pelos de sus
manos se envuelven alrededor de los tobillos de Art y luego sacude sus piernas.

Él está riendo, tirando de orejas del monstruo, sin idea del peligro en el que se
encuentra. Deja caer sus canicas de color naranja, ha encontrado algo mejor con
lo que jugar.

La mujer india gruñe y extiende una mano hacia el demonio. Comienza a


murmurar las palabras de lo que suena como un conjuro. Antes de que pueda
completarlo, el monstruo salta por la ventana, golpea la luz gris y se desvanece.
Regresa al infierno de donde quiera que haya venido. Con Art.

Caigo de rodillas, aturdido, mirando por la ventana. A mi alrededor, gritos, sollozos,


gemidos. El hedor de la sangre y la muerte. Llamadas desde la aldea a medida
que los adultos aterrorizados corren hacia sus niños enfermos, demasiado tarde
para ayudar, sólo a tiempo para limpiar la sangre.

Las cuatro personas que llegaron después de que el monstruo se han reunido
cerca de la ventana. La luz está pulsando de nuevo. Los bordes están palpitando
hacia el interior, volviéndose blancos. El líder está en frente del panel.

— ¿Crees que nos espera al otro lado?— el hombre de piel oscura pregunta.
El líder se encoge de hombros. —Sólo hay una manera de averiguarlo. — Da un
paso adelante y desaparece como el demonio.

La rubia sigue, entonces el hombre negro. La mujer india se detiene y mira a su


alrededor el campo de la miseria. Su mirada se apoya en mí. Ella hace una mueca.
Empieza a decir algo. Cambia de opinión y da un paso hacia la luz.

Estoy aturdido. Temblando por el shock y el dolor en mi brazo derecho. En silencio,


mirando fijamente a la luz gris, que se enciende y apaga más rápido, aumentando
su velocidad y cerrándose a la vez. Está a punto de de colapsar, separarse,
convertirse en parches fragmentados de luz de nuevo.

Gritos frescos a medida que los padres encuentran los restos de sus hijos. Un
coro de gemidos, cada vez mayor a medida que pasan los segundos,
convirtiéndose en un muro de sonada angustia. Algunos niños todavía están
corriendo. Ellos no saben que se acabó, que el monstruo se ha ido, que la última
víctima fue Art.

Tropiezo vacilante hacia la ventana, queriendo creer que hay esperanza, que la
mujer india volverá a aparecer con Art en sus brazos. Art no se puede haber ido
para siempre. No puedo haberlo perdido. Él es mi hermano.

Veo las canicas en el suelo junto a la ventana. Las recojo, estudio sus centros
color naranja, y luego las guardo en el bolsillo izquierdo del pantalón. Estoy
entumecido. Apenas notando el dolor punzante en el brazo roto.

Pienso en mamá y papá, ¿cómo van a reaccionar cuando regresen y encuentren a


Paskinston de luto, a Art secuestrado? Las últimas palabras de mamá hacen eco
dentro de mi cráneo "Cuida de tu hermano." Papá llamándome el mejor hermano
del mundo, diciendo que yo cuidaría mejor de Art que ellos. Pero no lo hice. Dejé
que un demonio se lo llevara.

La mirada fija en el corazón de la luz gris. Desintonizo los gritos. Me concentro en


la ventana. Una voz me susurra, una voz que no he oído durante un año. Me dice
lo que debo hacer. Lo que sugiere es una locura. Debería descartarlo de inmediato.
Pero no puedo.

La ventana se está cerrando. En cualquier momento, se habrá ido. Pero si doy un


paso hacia adelante antes de que cierre... persigo al demonio... tal vez pueda
encontrar a Art, rescatarlo, traerlo de vuelta a casa.

Locura. Art probablemente ya esté muerto, asesinado por el demonio tan pronto
como se escapó. Además, no sé lo que hay al otro lado de la ventana. Lo más
probable es que monstruos como el que se llevó a Art. Seré asesinado casi con
seguridad. Incluso si no lo soy, no habrá camino de regreso una vez que la
ventana se rompa. Mamá y papá perderán a todos sus hijos. El doble de la pena.
Debería olvidarme de esto.

Hacer caso omiso de la voz y su suicida sugerencia.

Pero no puedo. Porque me culparan. Ellos no querrán, pero la acusación estará


allí, en sus ojos. Una mirada que dirá: "No te hiciste cargo de él. El era tu hermano.
Tú no lo protegiste. Lo dejaste ir. La culpa es tuya. "

Los bordes de la ventana se doblan hacia el interior. La luz gris chisporrotea. No


hay más tiempo. Tengo que decidir.

Empiezo a mirar hacia atrás, con ganas de que se cierre la ventana antes de que
pueda actuar, engañarme a mí mismo sobre la oportunidad de ir en busca de Art.
Pero a medida que mi cabeza se gira, mis pies avanzan hacia adelante. El instinto
me hace dar un paso a través de la luz gris de la ventana, hacia el reino del
demonio asesino.
7. CAMINANDO SOBRE EL AGUA

El gris dura unos pocos segundos. Como una neblina alrededor mío, excepto que
no hay sensación de humedad o frío. Luego se dispersa y me encuentro rodeado
por la espesura. Un bosque de torcidos, enmarañados, tristes árboles.

Están aullando.

Al principio creo que algo más está haciendo el horrible ruido, como la mezcla de
frenos de automóviles chillando y alguien cortando metal. Mi cerebro me dice que
hay trabajadores en las cercanías, o algún animal extraño. Pero luego veo los
árboles en movimiento, oscilando débilmente. Hay agujeros en su oscura y
manchada corteza.

Y los aullidos provienen de los agujeros. Sin lugar a dudas.

Trato de aplicar la lógica a la situación, como Mr. Spock. (* Personaje de la saga


StarTrek. Más info http://es.wikipedia.org/wiki/Spock) Los aullidos deben ser el
viento que sopla a través de los agujeros. Excepto que no hay ningún viento. Y yo
sé, que los árboles están haciendo los ruidos ellos mismos. Que están vivos.
Doloridos. Aullando de rabia, odio y hambre.

Yo busco la ventana, pero no hay nada. Ya sea que no se puede ver desde este
lado o que se rompió en pedazos, mientras yo estaba mirando a los árboles.

Doy un paso vacilante hacia adelante. Hay un chapoteo suave. Miro hacia abajo.
Veo agua por todas partes, cubriendo el suelo. Miro de nuevo a los árboles. No
puedo ver las raíces. Todos están por debajo de la línea de flotación.

Me agacho, tratando de ver qué tan profunda es el agua. Pero es turbia y fangosa,
y los árboles bloquean la mayor parte de la luz. Hundo un dedo. Se desliza hacia
abajo hasta el primer nudillo, el segundo, el principio de mi palma. Empujo mi
mano hasta la muñeca, sin tocar nada sólido. Miro fijamente a mi mano, luego a
mis pies. Podría estar de pie sobre una plataforma. Excepto que lo sé del mismo
modo que sabía acerca de los árboles que no es así.
¡Estoy de pie sobre la superficie del agua!

Me levanto rápidamente, el miedo esta regresando, seguro de que estoy a punto


de caer y ahogarme. Pero a pesar de que el agua salpica cuando muevo mis pies,
no me hundo. Exploro con el pie derecho, poniéndolo en un ángulo inclinado. Se
sumerge en el agua. Pero cuando lo levanto y lo nivelo, la superficie me sostiene.

Doy un paso. Dos. Tres. No es lo mismo que caminar en la tierra. Es más como
caminar por el piso de un castillo inflable. Pero de alguna manera imposible, el
agua me mantiene de pie.

Le sonrío a la locura de la situación, y entonces grito cuando el dolor brota en mi


brazo derecho. Me había olvidado por completo de mi brazo roto. El aumento
repentino de dolor me recuerda que estoy caminando herido. Nunca me he roto un
brazo antes. No me duele tanto como pensé, pero sin duda no es como pasear en
un día soleado. Sigo caminando, tratando de mantener el brazo inmóvil. Es más
fácil decirlo que hacerlo, ya que el suelo acuoso es desigual, difícil para mantener
el equilibrio. No me siento como si fuera a caer, pero me inclino a la izquierda y la
derecha bastante a menudo. Tengo que usar mis brazos para mantener el
equilibrio, lo que pone en marcha de un nuevo el dolor.

Deliberadamente no pienso en donde estoy o la imposibilidad de caminar sobre el


agua. No puedo empezar a preocuparme ahora por cosas como esas. Estoy aquí
para encontrar a Art. Nada más importa. Puedo admirar el resto de la situación
una vez que los dos estemos de vuelta en casa, seguros con Sally.

Sí, como si eso fuera a suceder, una voz interior ríe.

La ignoro. Trato de no dejar que los aullidos de los árboles me perturben.


Tambaleándome en busca de mí hermano secuestrado.

El agua se ha filtrado a través de mis zapatos y calcetines, y está subiendo por las
piernas de mi pantalón. No le hago caso. Tengo cosas más importantes de qué
preocuparme.
No hay señales de los cuatro humanos, el demonio o de Art. Y no hay manera de
rastrearlos. Si estuviéramos en un bosque normal, tal vez habría huellas. Pero
aparte de las ondas cuando me muevo a través del agua, la superficie es lisa, sin
marcas.

No he visto animales o aves. Sólo los árboles. Y ni siquiera hay hojas en ellos.
Pensaría que están muertos si no fuera por los gritos, que hacen eco sin descanso.
El ruido es como las agujas taladrando mis tímpanos.

―¿Y ahora qué?‖ la voz dentro de mi cabeza se pregunta.

—Sigamos caminando—, le respondo en voz alta, tratando de ahogar los gritos de


los árboles. —Tienen que estar por aquí. Los encontraremos.

―No necesariamente. Puede ser que se hayan ido a través de otra ventana. O tal
vez no terminaron en el mismo lugar que tú.‖

—Los encontraré—, yo insisto.

―¿Qué pasa si no lo haces? No hay nada para comer. Ningún lugar al cual dirigirse.
Cada parte de este bosque se ve igual. Y ¿cómo vas a dormir? El agua puede no
sostenerte si te acuestas. E incluso si lo hace, vas a empaparte hasta los huesos.‖

—Puedo dormir en las ramas de un árbol.

―Tal vez se alimenten de humanos,‖ la voz sugiere.

—No seas estúpido, — murmuro poco convincentemente. —Y es probable que


haya peces en el agua. Puedo pescar uno para comer.

―O puede ser que ellos te atrapen a ti,‖ hace notar la voz. ―Podría haber tiburones.
Monstruos submarinos. Esperando. Acercándose a matar. Debajo de ti en este
mismo min-―

—Cállate—, gruño.

— ¡Art!— Grito. — ¡Art!


No hay respuesta. El grito de los árboles probablemente amortiguaría su llanto
incluso si estuviera aquí e intentara responder a mi llamado. Es inútil. Nunca lo
encontraré. Es probable que esté muerto de todos modos, reducido a jirones por el
demonio. Debería tratar de encontrar el camino a casa. Preocuparme por mí
mismo, no por mi hermano ya condenado.

Pero no puedo pensar de esa manera. No lo haré. Tengo que creer que él está
vivo. La idea de volver a casa sin Art (incluso si supiera cómo) es demasiado
horrible para tenerla en cuenta.

No tengo idea de cuánto tiempo he estado aquí. Mi reloj no funciona, se detuvo


cuando vine a través de la ventana gris. Se siente como un par de horas. Estoy
mojado, frío, triste, solo. Tratando de no pensar acerca de Logan y los niños
asesinados por el demonio. Estremeciéndome cada vez que en mi cerebro se
recicla una imagen del derramamiento de sangre. Me obligo a centrarme en otros
recuerdos. No hay tiempo para hacer frente a la masacre. Tengo que
concentrarme en la búsqueda de Art.

Algunas pequeñas manchas de luz color naranja parpadean varios metros delante
de mí. Comienzan a pulsar poco después de que me acerco. Se mueven conmigo
mientras me muevo por el acuoso bosque, haciéndome compañía.

Llego a un pequeño claro. Los árboles no crecen tan densamente juntos aquí.
Puedo ver el cielo, oscuro y púrpura. El sol brilla débilmente en mi lado izquierdo
¡y un segundo sol brilla débilmente a mi derecha!

Me froto los ojos y miro de nuevo. Los soles siguen allí. No es tan fuerte como el
sol al que estoy acostumbrado.

Más pequeños, más débiles. No estoy tan sorprendido por los soles gemelos
como debería estarlo, el agua y los árboles aullando me tenían sobre aviso del
hecho de que yo ya no estaba en mi propio mundo. Me pregunto cómo funcionan
el día y la noche aquí, o si incluso hay noche.
Mientras estoy mirando hacia arriba, varios parches de luces titilantes pasan.
Diferentes colores, formas y tamaños, poco a poco deslizándose en la misma
dirección. Miro a mi alrededor y noto otros parches pasando a través de los
árboles, convergiendo en un punto lejano a mi izquierda. Sin ningún tipo de pista,
he estado caminando sin rumbo fijo. Ahora me decido a seguir las luces en
movimiento.

***

Cerca de una hora más tarde veo a las cuatro personas que entraron por la
ventana persiguiendo al demonio.

Ellos están de pie en un claro, el viejo barbudo un poco al margen de los demás.
Creo que está murmurando un hechizo, sus manos agitándose a sus costados. Él
es el foco de las luces pulsantes.

Se están reuniendo en el espacio delante de él, uniéndose, formando una ventana


como la del campo del pueblo.

Me arrastro hasta ellos sin que me vean.

—... Todavía digo que deberíamos haberlo matado, — la mujer india está diciendo.
—No estuvo bien, dejarlo asesinar a los niños y que escape con uno de ellos. Se
supone que debemos proteger a las personas. Ese es nuestro deber.

—El maestro sabe lo que está haciendo—, dice el hombre negro. —Él no habría
permitido que el demonio huyera sin una buena razón.

—Ya te acostumbrarás a la gente muriendo—, la joven rubia dice. —Beranabus no


está interesado en salvar la vida de unos pocos individuos. Él no tiene tiempo para
trivialidades.
— ¿Trivialidades?— la mujer india explota. — ¿Llamas a la pérdida de vidas
humanas una triviali-?

—No, — interrumpe la mujer más joven. —Así es como Beranabus las llama. Dice
que servimos a un propósito mayor, que nuestra misión no es nada menos que la
protección de la humanidad misma. Él dice que no puede preocuparse de todos
los humanos asesinados por los demonios, o perder el tiempo persiguiéndolos. No
le importa que ustedes grupete lo hagan, pero nosotros-

— ¡Estoy intentando trabajar!— el hombre anciano, Beranabus, ladra girándose


furiosamente. —Si dejaran de parlotear como palomas, tal vez yo podría...— Él me
ve y se detiene. — ¿Quién diablos es ese?

Los demás se giran adoptando una actitud defensiva. Se detienen cuando me ven.

—No parece un demonio—, dice el hombre negro.

—Algunos no lo hacen, — la joven gruñe. —Algunos pueden tomar forma humana.


Tienes que ser muy cuidadosa.

Ella levanta su mano derecha. Puedo sentir el poder en la punta de sus dedos.
Poder dirigido a mí.

— ¡No!— Sollozo. — ¡No me hagan daño! ¡No soy un demonio! ¡Me llamo Kernel
Fleck!

Los dedos de la joven se doblan hacia adentro, reteniendo el poder mágico que
estaba a punto de desatar. Frunce el ceño. —No suena como un demonio.

—Es el chico del pueblo—, dice la mujer india. —Él estaba con el niño que
Cadáver secuestro. — Me sonríe. —Hola

—Hola—, rechino nerviosamente.

— ¿Qué está haciendo aquí?— Beranabus resopla.


—Me imagino que nos siguió a través de la ventana—, dice la mujer india. — ¿En
busca de su hermano, tal vez?— Arquea una ceja interrogante hacia mí.

—Sí. El monstruo, o demonio, se llevó a mi hermano, Art. He venido a traerlo de


vuelta.

—Tonterías—, Beranabus resopla. —A estas alturas ya lo debe haber sacrificado


y devorado.

— ¡Beranabus!— la mujer india sisea. — ¡No digas tal cosa!

— ¿Por qué no? Es verdad.

—Eso no lo sabes. E incluso si lo es, no deberías decirlo. No delante de... — Ella


asiente con la cabeza hacia mí.

Beranabus ríe. —Si el niño se atrevió a seguirnos, es lo suficientemente audaz


para conocer la verdad. ¿No es así, chico? No tenemos que mentir. Prefieres que
seamos honestos al respecto, ¿no?

—Art no está muerto—, le digo, mi voz temblorosa. —Está vivo. Voy a traerlo de
vuelta.

— ¿Se lo arrebataras a Cadáver?— Beranabus ríe de nuevo. —Eres valiente,


pero estúpido. No podrías encontrarlo aunque buscaras por el resto de su vida.
Por lo que en realidad no importa si está vivo o no, ¿verdad?

— ¿Es ese el nombre del demonio?— Le interrogo, haciendo caso omiso de su


pregunta. — ¿Cadáver?

—Así es. Pero eso no te sirve de nada. ¿Qué vas a hacer, informarle a la policía?

—Tenemos que enviar a este chico de vuelta—, dice la joven. —Abrir otra ventana.
Regresarlo.

—No tenemos tiempo—, dice Beranabus. —Cadáver sabe que estamos detrás de
él. Está huyendo. Cuanta más ventaja le demos, más difícil le encontrarle.
—Eso no importa. Debemos-

— ¿Lo están persiguiendo?— Interrumpo, emocionado. — ¿Están persiguiendo al


demonio que robó a mi hermano?

—Sí, — dice Beranabus, sus ojos parpadeando.

—Entonces, iré con ustedes. Por favor. Déjenme. Cuando lo encuentren, si Art
sigue estando... ya saben... Puedo recuperarlo. Llevarlo a casa.

—No, — la mujer india dice de inmediato. —Es demasiado peligroso. No sabes en


lo que te estarías metiendo... Discúlpame, pero ¿Cómo dijiste que te llamabas?

—Kernel. Kernel Fleck.

—Mi nombre es Sharmila. — Ella sonríe. —Tienes que ir a casa, Kernel. Si


encontramos a tu hermano, lo llevaremos contigo. Lo prometo.

—No—, le digo obstinadamente. —Quiero ayudar a encontrarlo.

— ¿Ayudar?— Repite Beranabus, levantando una ceja divertido. — ¿Cómo es


exactamente que planeas ayudar?

—Yo. .. No lo sé. ¿Con los hechizos? ¿Las luces?

— ¿Qué luces?— Beranabus frunce el ceño.

Señalo a los parches de luz que se unen arriba de él. Él mira a donde estoy
apuntando y su ceño se profundiza. Me doy cuenta de que estas personas no
pueden ver los parches tampoco. Antes de que pueda explicar, el hombre negro
toma la palabra.

—Sharmila y Nadia están en lo cierto, Maestro. Este niño no pertenece aquí. Hay
que devolverlo. Si no lo hacemos... Si lo dejamos en este mundo de pesadilla lleno
de agua y árboles gritando... no seremos mejores que los demonios que tratamos
de detener.
Beranabus resopla. —Una linda declaración, Raz, pero yo nunca afirme ser mejor
que los Demonata. Yo digo que lo dejemos, y mi palabra es irrevocable, ¿no es
cierto, Nadia?

Mira con dureza a la joven. Ella le devuelve la mirada desafiantemente durante


unos segundos, luego la baja. —No tomaría mucho tiempo abrir una ventana...—
murmura. —Yo podría hacerlo mientras buscamos a Cadáver.

—No eres muy experta en encontrar el camino—, dice Beranabus. — ¿Qué te


hace pensar que podrías encontrar el lugar correcto?

—Podría intentarlo—, insiste. —E incluso si no encuentro el punto exacto, puedo


regresarlo a nuestro mundo. Él podría hacer su propio camino a casa desde allí.

Beranabus piensa un momento y luego se encoge de hombros. —Que así sea.


Pierde el tiempo si así lo deseas. Pero mantente fuera de mi camino, no interfieras
con-

— ¡No me iré!—, grito. — ¡He venido a encontrar a Art y no me iré a casa sin él!

—Kernel—, el hombre negro, Raz, dice, —Tú no sabes lo que está sucediendo.
Esto no es lugar para niños. Tienes que ir a casa. ¿No es así, Sharmila?

—Sí, — la mujer india dice, mirándome como un profesor enojado. —Yo te di mi


palabra de que traeremos a tu hermano si lo encontramos vivo. Eso tendrá que ser
suficiente.

—Confía en mí—, la mujer más joven, Nadia, dice con una sonrisa triste, —no te
quieres quedar aquí. Nos has seguido a un universo diferente, al hogar de los
Demonata. Es un agujero infernal. Esta parte no es tan mala, pero nos vamos a
encontrarnos mucho peor muy pronto. Y tú no quieres estar con nosotros cuando
eso suceda. Yo no estaría aquí si pudiera elegir .

—No me importa—, le digo, a punto de llorar. —Art es mi hermano. Mamá me dijo


que lo cuidara. No voy a volver solo. — En un susurro, con la voz quebrada,
agrego, —no puedo.
Los ojos de Sharmila se suavizan con lástima. —Lo siento, Kernel. Hemos
hablado con dureza. Pero tienes que entender, es imposible. No puedes quedarte.
No significarías ninguna diferencia aquí. Debes ir a casa. Tus padres estarán
frenéticos, pensando que los han perdido a los dos. Eso no es justo, ¿verdad?

—No, pero...— No puedo encontrar las palabras para explicarme.

—Suficiente charla, — gruñe Beranabus, perdiendo la paciencia. —El chico quiere


quedarse... y ustedes grupete quieren enviarlo a casa... esto se decide fácilmente.

Agita una mano hacia mí. De repente, estoy volando por el aire. Me golpeó
duramente contra un árbol y grito por el shock y el dolor, sobre todo de mi brazo
roto. A medida que caigo al suelo, las ramas del árbol se mueven rápidamente. Me
atrapan. Se envuelven alrededor de mí. Aprietan.

He visto a Sharmila lanzándose a mi rescate. Beranabus agita una mano,


deteniéndola. Las ramas aprietan con más fuerza. El árbol grita más fuerte que
nunca. Soy levantado. Los agujeros en la corteza se expanden. Busca aplastarme
y tragarme. Unos segundos más y estaré muerto. Asesinado y comido por esta
farsa monstruosa de árbol.

Algo se prende fuego dentro de mí. Le grito al árbol, clavo mis dientes en la rama
más cercana a mi boca y muerdo fuertemente. El árbol chilla. Sigo masticando la
rama hasta que se quiebra. Otra más. Mi brazo izquierdo es liberado. Siento calor
en la palma de mi mano. Tomo una rama y puedo notar el poder disparado a
través de mi mano, hacia la madera.

El árbol aúlla con dolor, luego, abruptamente, me libera. Caigo, golpeo el agua y
me hundo, para luego volver a la superficie tosiendo y escupiendo. Me hundo
nuevamente. Esta vez me quedo allí, dejando que el agua me arrastre hacia abajo.
Me doy cuenta de que el agua está viva, como los árboles. Al igual que
hambrienta y con las mismas ansias asesinas.

Lucho contra el pánico. Fuerzo a mis piernas a dejar de dar patadas salvajemente.
Dirijo el poder en mis palmas hacia abajo, hacia mis pies. Me imagino como un
cohete, despegando, liberándome de la succión del agua. Durante unos segundos
no pasa nada. Mis pulmones se aprietan. Mis labios se retraen.

Luego, en un súbito estallido, exploto hacia arriba, fuera del agua, tosiendo, con
escalofríos, pero libre. Apoyo mis pies sobre la superficie y esta vez me sostiene.
Hay un terrible dolor en mi brazo roto cuando aterrizo, pero rápidamente uso mi
poder para adormecerlo.

Me enfrento a Beranabus, furioso con él por lanzarme contra el árbol y casi


matarme. Dispuesto a atacarlo, a usar mi poder para hacerlo pedazos.

Se está riendo. Los otros me contemplan fijamente, aturdidos, pero Beranabus se


ríe. — ¡Me lo imaginaba!— se ríe. —Supuse que esté era más que mera carne y
hueso. Los niños normales no salen de su propio mundo hacia el universo de los
Demonata. Tienes que ser uno de nosotros para estar tan loco. Se unirá a nuestro
grupo.

— ¡No!— Sharmila solloza.

—Pero... maestro... él es sólo un niño —, murmura Raz.

—Esta es una mala idea—, añade Nadia.

—No me importa—, dice Beranabus, espantando sus protestas. Él me sonríe, pero


es la sonrisa de un pirata sanguinario. — ¿Quieres quedarte y ayudarnos a
encontrar a Cadáver? ¿Deseas buscar a tu hermano y rescatarlo como un
caballero de brillante armadura? Muy bien, muchacho, tienes lo que deseas. —
Estira un brazo, aunque estemos muy lejos el uno del otro para darnos la mano. —
Tú eres uno de nosotros ahora, Kernel Fleck. Un cazador de demonios.
¡Bienvenido a los Discípulos!
8. DEMONIOS Y DISCIPULOS
Beranabus todavía está trabajando en sus hechizos. Intentando encontrar a
Cadáver y abrir una ventana que nos conducirá a la criatura. De acuerdo a Nadia
hay miles de mundos de demonios como este. Cadáver podría estar en casi
cualquiera de ellos.

Estoy en cuclillas con los Discípulos en un semi-círculo. No podemos sentarnos


debido al agua. Ellos se ven cansados y disgustados. Sharmila discutió con
Beranabus por un largo tiempo, insistiendo en que él me enviara de regreso. Ella
dijo que él era irresponsable y vil. Este simplemente maldijo y le dijo que no se
metiera en sus asuntos. Y agrego que cuando ella viviera tanto como él ha vivido,
y visto todas las cosas que ha visto, solo entonces tendría el derecho sermonearlo
- pero solo entonces.

Estudio a los Discípulos mientras Beranabus trabaja. Sharmila es la mayor,


cincuenta o más (aunque no soy muy bueno adivinando edades). Tiene un punto
rojo pintado en el centro de su frente. Debería conocer el nombre de este, pero no
puedo recordarlo. Piel arrugada. Ojos oscuros y suaves. Un largo Sari (1), muchos
colores, rasgado en varios lugares y manchado alrededor de los bordes con
sangre y mugre.

Raz es gordo y negro. Su piel es increíblemente oscura. Si fuera de noche, sin


luna y el cerrara sus ojos, seria invisible. Cabello rizado y apretado. No demasiado
alto. Tal vez en sus treinta. Viste un traje muy fino. Creo que él es saludable,
aunque se ve como alguien quien no hubiese trabajado con sus manos mucho.
Sin zapatos - ninguno de los Discípulos usa zapatos o calcetines.

Nadia está en el final de su adolescencia o en sus veinte. Tiene cabello rubio y


corto, ojos azules y piel muy mala. Montones de puntos y cicatrices de acné. Una
cara plana y dura. No sería especialmente bonita incluso si tuviera la piel más
clara del mundo. Rechoncha, pero con piernas y brazos huesudos. Usa jeans y un
jersey verde oscuro. Se ve infeliz, como si hubiera sufrido mucho.
Nadia me atrapa mirándola y sonríe. Toda su cara cambia. Se ve mucho más
bonita. — ¿Días extraños, huh, Kernel Fleck?

—Todavía no lo entiendo todo —murmuro— En realidad, realmente no entiendo


nada de esto.

Nadia se ríe. —Al menos tu eres honesto— Se mastica una uña, considerando
que decir. Eventualmente, hace un gesto al hombre mayor en pie. —Ese es
Beranabus. Él es un mago. No hay muchos de ellos en el mundo. Mucha gente
puede hacer algo de magia si la situación es correcta, pero solo algunas personas
nacen con poderes mágicos plenos.

—Él es nuestro maestro— dice Raz, mirando a Beranabus con adoración. —Él
nos une, nos da dirección, nos muestra el camino.

—Él es un idiota temerario y egoísta— Sharmila disiente, inhalando duramente. —


Él no se preocupa por la vida de ninguna persona. Él pretende tener una misión
más grande que es salvar al mundo, pero tengo mis dudas. No confió en él y te
aconsejo también ser cuidadoso, Kernel.

— ¿Pero él no es tu líder?— pregunto, confundido.

—Sí. Pero lo seguimos a regañadientes, no por elección— Ella mira a Raz y


sonríe. —Bien, algunos de nosotros sí.

Raz y Sharmila comienzan a discutir sobre las fallas y puntos fuertes de


Beranabus. Nadia escucha por un rato, entonces se va arrastrando los pies e
inclina la cabeza para que la siga.

—Ellos son nuevos en esto— dice tranquilamente cuando estamos fuera del
alcance del oído. —Beranabus siempre ha sido una figura legendaria para ellos.
No han pasado tiempo alrededor de él, así que no están seguros de cómo
responder a sus… peculiaridades. Raz lo sobre-idolatra. Sharmila lo critica. Pero a
él no le importa lo que personas dicen o piensan, siempre y cuando obedezcan
sus órdenes.
— ¿Has estado con él un largo tiempo?— pregunto y ella asiente. —¿Es tu padre
o algo así?

Nadia se ríe. —No, él simplemente es…— Ella se detiene y se mastica otra uña.
—Todos hemos estado donde tu estas ahora. Sharmila, Raz y yo llevábamos
vidas normales una vez. Sentimos que eremos diferentes, no completamente
como las demás personas. Pero teníamos familias y amigos, trabajos y sueños.
Éramos ordinarios. Felices. Entonces, de una forma u otra, descubrimos sobre Los
Demonata.

— ¿Los demonios?

—Sí. Ese es su nombre propio, Demonata. Existen en un universo con múltiples


mundos de su propiedad. Existen hace tanto tiempo como la humanidad, tal vez
más. Criaturas malvadas y asesinas, que se deleitan en el tormento y la masacre.
Intentan cruzar a nuestro mundo todo el tiempo, pero la mayoría son o demasiado
débiles o demasiado fuertes.

— ¿Demasiado fuertes?— frunzo el ceño.

—Pasaste a través de una ventana para llegar aquí— ella explica. —Las ventanas
son la forma más común de moverse entre universos, pero ellas son limitadas en
tamaño. Los más grandes y fuertes demonios no pueden atravesar. Hay otras
formas de cruzar, los túneles pueden ser creados, pero son raros.

—De cualquier forma, los demonios son reales y nada les gusta más que cruzar a
nuestro mundo y asesinar humanos. Usualmente son incapaces de permanecer
en nuestro universo más que unos pocos minutos, así que solo tienen tiempo para
matar un puñado de personas. Han sacrificado cientos y miles a través de los
siglos, pero en mayor parte hemos escapado por milímetros, protegidos por las
leyes de la física.

Nadia mira a Beranabus, todavía trabajando para encontrar a Cadáver. Los


parches de luz han parado de deslizarse hacia él, pero hay montones en el aire
alrededor del mago, vibrando a diferentes velocidades. Mientras él canta hechizos,
pedazos se encajan, uniéndose en un panel formándose en frente de él. Es
extraño que solo yo vea las luces, pero no lo comento en caso de que rompa la
serie de pensamientos de Nadia.

—Hace siglos, unos pocos magos, personas con talentos mágicos, pero no
verdaderos brujos, decidieron combatir activamente a los demonios— Nadia
continua —Estudiaron los hechos ocurridos con anticipación a que un demonio
cruce a nuestro universo. Si podían predecir su llegada, podrían detener las
bestias o combatirlos cuando entraran a nuestro mundo. Reclutaron otros magos,
entonces se acercaron a Beranabus e intentaron…

—Espera un minuto— interrumpí —Dijiste que esto sucedió hace cientos de años.

—Sí.

—Pero…— Mire al anciano y barbado mago. Se ve tal vez de sesenta o más, pero
para nada como un hombre en sus cientos, asumiendo que un hombre pudiera
vivir tanto, lo que es imposible.

—El tiempo funciona diferente en el universo de Demonata— Nadia dice. —Puede


moverse más lentamente o rápidamente, dependiendo en donde estés. Pero
normalmente es más despacio. Una hora aquí puede ser un día o más en la Tierra.
Una semana podría ser un año. Podrías pasar tres o cuatro años aquí y regresar
para un nuevo siglo. O pasar diez años aquí y regresar a un mundo en el que solo
ha pasado una semana.

—Pero los humanos no pueden sobrevivir en este universo. Incluso los magos
reales caen en la desgracia de las fuerzas de demonios. Varios han intentado
extender la duración de su vida viniendo aquí, pero todos han sido rasgados a
jirones por Los Demonata. Excepto Beranabus. Él es suficientemente fuerte para
combatir los demonios como un igual, para sobrevivir entre ellos. Él tiene unos
pocos cientos de años de edad. Como mínimo..
Raz y Sharmila han dejado de discutir. Raz se acerca a su maestro, en caso de
que él necesitara ayuda. Sharmila viene a ponerse en cuclillas donde Nadia y yo, y
escucha mientras Nadia continua sus explicaciones.

—Los magos que querían combatir a Los Demonata contactaron a Beranabus. Ha


estado combatiendo demonios mucho antes de que vinieran, pero usualmente en
este universo. Él vio eso como su deber para evitar que los demonios más fuertes
construyeran túneles y cruzaran. Se centró en los maestros demonios, que son
aquellos que pueden destruir nuestro mundo si encuentran una forma de cruzar.

—¿Alguna vez has combatido un maestro demonio?— Sharmila pregunto a Nadia.

—No todavía— ella dijo y una expresión preocupada revoloteo a través de su cara.
Se quedó en silencio y comenzó a masticar sus uñas de nuevo, mordiendo duro.
Sharmila apretó el hombro de la mujer más joven, entonces reanudó la historia.
Tiene una voz suave pero firme.

—Los magos pidieron a Beranabus que les enseñara sus caminos. Querían
estudiar sus métodos, así podían combatir los demonios más fuertes también. Él
les dijo que no estaba interesado en ser su profesor. Pero fueron persistentes. Lo
persiguieron. Suplicaron convertirse en sus estudiantes, para aprender, para
ayudar.

—Finalmente, porque estaba cansado de ser molestado, o porque pensó que ellos
podrían servir para un bien mayor, estuvo de acuerdo.

—Dejo a unos pocos viajar con él a través de este universo, les mostro como
pelear, les ayudo a entender más sobre sus enemigos. Ellos transmitieron este
conocimiento, enseñando a otros como destruir ventanas antes de que estuvieran
completamente formadas, como combatir demonios que las pasaban. Aunque a
menudo, cuando un demonio cruza, es mejor no atacarlos directamente,
simplemente intentar limitar el daño.

Ella se detuvo y se encogió de hombros rígidamente. —Esa no es la forma en


que nos gusta, pero es la forma en que debe ser. Hay muy pocos de nosotros para
correr riesgos. Mejor evitamos el conflicto directo, y prevenimos otros cruces, que
pelear, perecer y dejar los demonios libres para venir como les plazca. Algunos no
están de acuerdo con eso y toman luchan contra Los Demonata, pero no duran
mucho.

—Tú intentaste pelear cuando eras más joven— Nadia dijo, y Sharmila asintió. —
Ese es el porqué Beranabus te reclutó. Tú y Raz han combatido demonios. Él
sabe que puede tomar ventaja de tu naturaleza más noble— Ella se ríe secamente
y disparó a Beranabus una mirada oscura. Me di cuenta que ella no le gustaba el
anciano mago. Tal vez incluso lo odiase. Pero en ese caso, ¿Por qué trabaja para
él? Antes de que pueda preguntar, Nadia retoma la historia de nuevo.

—Los magos se llamaron a sí mismos los Discípulos, para honrar a Beranabus. A


él no le importó, pero para ellos fue importante. Todavía lo es. Sus seguidores han
mantenido el nombre. Nunca hay muchos Discípulos—tal vez cuarenta o
cincuenta en cualquier momento. Patrullan el mundo, frustrando los planes de los
demonios menores, buscando otros humanos con poderes como sus propios, para
reclutarlos, entrenarlos y colocarlos contra los Demonata—

—En su mayoría actuamos independientemente del maestro— Raz dice y todas


nuestras cabezas se balancean. Él está de pie sobre mí, frotando sus manos,
sonriendo. —No fuimos propiamente presentados antes. Mi nombre es Raz Warlo.
Esta es Sharmila Mukherji. Y Nadia Moore. Estamos, estoy seguro que hablo por
todos nosotros, encantados de conocerte, y haremos todo en nuestro poder para
hacerte sentir que somos casi amigos y aliados.

Sharmila se ríe un poco. —Siempre el diplomático Raz.

—Uno de nosotros tiene que serlo— él se ríe, entonces se acuclilla. —Como dije,
los Discípulos en su mayoría actúan sin órdenes del maestro. Él nos deja libres
para operar como creamos conveniente. Ocasionalmente, él asignará a uno de
nosotros una tarea, tal vez buscar signos de actividad demoniaca en una cierta
área, o venir a este universo con él para pelear. Pero en su mayoría seguimos
nuestro propio camino.
—Suertudo— Nadia dice amargamente y dispara otra dura mirada a Beranabus.

—¿Eres tu su… esclava? Pregunto vacilante.

—Bien podría serlo— ella escupe, entonces sonríe dolorosamente. —No.


Beranabus es un grandísimo hijo de puta, pero soy libre de irme si lo deseo. Soy
diferente de Raz, Sharmila y el resto de los Discípulos—mas dotada. No
necesariamente más poderosa, pero puedo…— Ella se rezaga y mira a Raz y
Sharmila, quien está mirándola curiosamente. Ellos tampoco conocen esta parte.

Nadia hace un mueca. —No es un secreto. Beranabus no te lo dijo porque no


había tiempo. A él no le importara si te actualizo. Y creo que debería porque te
concierne a ti y también a Raz. Es la razón de que estés aquí.

—He tenido curiosidad sobre eso— Sharmila dice, y aunque Raz no dice nada,
puedo ver que él está también intrigado.

Nadia se frota sus brazos, temblando ligeramente. —He estado con Beranabus un
largo tiempo, tal vez siete u ocho años, aunque ha sido mucho más que eso en el
mundo humano. Cuando Beranabus me reclutó, las películas en no mudas justo
eran la moda. Fue en 1929.

La miramos boquiabiertos. Sharmila cubre su boca con una mano. Raz parpadea
como lechuza.

—¿1929?— repito. —Pero eres tan joven.

—He pasado la mayor parte de esos siete años u ocho aquí, donde—como he
explicado—el tiempo funciona diferente.

—¿Quieres decir que te perdiste la Segunda Guerra Mundial?— Razpregunta. —


¿Rock and Roll? ¿Los Beatles?

—¿Beetles?— Nadia pregunta.

—Los Beatles. La banda más grande en el mundo. Ellos…— Él se detuvo, no


seguro de cómo explicar los Beatles a alguien de 1929.
—Pobre chica— Sharmila dice, lágrimas de lastima en sus ojos.

—No es tan malo— Nadia se encoge de hombros incómodamente. —Cuando


regresamos al mundo humano, nos quedamos en una cueva que ha sido la base
de Beranabus por muchos siglos. No he visto el mundo exterior desde que me uní
a él. No estoy celosa o arrepentida. No realmente.

Ella intenta hacerlo sonar como que honestamente se siente de esa forma, pero
es claro que ella es profundamente infeliz.

—Adivinación— Nadia dice con una risilla —Era una niña adivina. Me vestía como
una gitana y leía la palma de las personas, hojas de té, una bola de cristal,
cualquier cosa. Cuando mis padres se dieron cuenta de que podía hacer dinero
haciéndolo, crearon una habitación especial en nuestra casa. Después, me
llevaban a la carretera con una feria nómade. Tenía una tienda propia. Me
anunciaban como Nadia Le Tarot. Fue divertido, pero espantoso a veces, porque
también podía ver la muerte de las personas. Se supone que simplemente les
dijera cosas buenas, pero si veía algo molesto, no siempre podía esconderlo. Eso
me metió en problemas.

—No sé cómo me encontró Beranabus. Él simplemente apareció una noche, y me


metió a esta locura. Estaba aterrada. No sabía quién era él o que quería. Y todo
sobre los demonios…

Ella se estremeció y miro a Beranabus. Intente imaginar cómo debió haber sido
eso. No es difícil, ya que estoy en el mismo barco que ella estaba. Pero al menos
tome por mí mismo la decisión de venir aquí. —A su tiempo, aprendí porque
Beranabus me llevo— Nadia dice. —Puedo sentir cosas que todavía no han
sucedido. Hay muchas personas que claman tener ese don, pero soy una de las
pocas que realmente puede hacerlo. Beranabus dice que mi tipo son incluso más
raro que los magos.

— ¿Cuánto puedes ver?— Sharmila pregunta, y hay un borde en su voz. —


¿Puedes ver cuándo moriremos? ¿Y por qué medios?
Nadia sacude su cabeza. —No todavía. Tengo que céntrame para adquirir
revelaciones como esa. Y prefiero no hacerlo. No me gusta conocer tales detalles.

—Dices que puedes ver el futuro antes de que suceda— Raz dice lentamente. —
Pero si eso es verdad, seguramente puedes actuar para cambiarlo.

—No. No es tan específico. Puedo, en cambio, ver que morirás en un incendio,


pero no sabré cuando o donde pasara. Mis revelaciones nunca son algo que
pueda ser alterado. Si consigo un vistazo de un evento futuro, es porque en
alguna forma ya ha sucedido. No puede ser desecho o prevenido.

—Pero es posible usar mi don para nuestra ventaja, eso es, para la ventaja de
Beranabus— Se queda quieta, mirando sus uñas. La mayoría están mordidas
hasta la carne viva, excepto la uña más pequeña en su mano izquierda. Tal vez
está guardándola para un momento especialmente estresante.

—Hay un arma— Nadia susurra, y tenemos que inclinarnos para oír. —Una arma
demoniaca, tal vez legendaria, tal vez real, Beranabus no lo sabe. Ellos la llaman
la Kah-Gash. De acuerdo a la leyenda es antigua, incluso según los estándares de
los Demonata. Estamos hablando de millones de años. Estaba dividida en un
número de partes hace tiempo y han estado pérdidas desde entonces.

— ¿Cuántas partes?— Raz pregunta.

—No sabemos. No creemos que ningún demonio tampoco lo sepa. Pero ciertos
maestros demonios han estado buscándolas desde entonces. Beranabus también
está buscando las partes. Porque lo que sea que la Kah-Gash sea, la leyenda
clama que tiene el poder de destruir universos. Dicen que puede borrar el universo
de la Demonata y todo demonio en este, o el nuestro, y a todos en este.

—¿Qué arma podría ser tan poderosa?— Raz jadea. —Incluso un misil nuclear no
puede destruir un universo entero.

Nadia se estremece. —Si tuviera la respuesta, sabría más que Beranabus o


cualquiera de la Demonata. Pero se esto, una de las partes pronto será
encontrada. La he visto— Ella comienza a mascar la uña más pequeña en su
mano izquierda. —Beranabus me ha tenido concentrada en la Kah-Gash desde
que me trajo aquí. Paso horas de cada día meditando sobre esta, viendo el
mundo a través de mis pensamientos, intentando descubrir donde podría estar la
parte.

—Hace unos pocos días tuve una revelación. Sentí que esa parte de la Kah-Gash
iba a ser descubierta en el futuro cercano. Capture un vistazo de un demonio,
Cadáver. Las palabras explotaron en mis pensamientos, ‗El demonio ladrón te
guiara. Encuentra al ladrón‘.

Encuentra al ladrón. Eso es lo que Mrs. Egin dijo cuando estaba como loca, ¡y
justo antes de explotar! Comencé a decirles a los otros, pero Sharmila hablo antes
que yo.

—Cadáver robo al bebe, el hermano de Kernel.

Nadia asintió. —Beranabus estaba extático cuando eso sucedió. Confirmo que
estábamos en el camino correcto, que Cadáver era un demonio ladrón.

—Así que eso es de lo que se trata— Raz dijo, empujando mi brazo derecho. (No
dolía ahora. Había sanado por magia) —Nadia y el maestro vinieron por mí,
habiendo ya recogido a Sharmila, hace un día o así. El maestro dijo que él tenía
necesidad de mí, pero no dijo para que me quería. Ahora lo veo, era para ayudar a
buscar la Kah-Gash.

—Pero no veo que diferencia tú o yo podemos hacer— Sharmila frunce el ceño. —


¿Estábamos en tu visión, Nadia?

—No.

—¿Entonces por qué involucrarnos? Si Beranabus ha buscado esta arma él


mismo todos estos años, ¿por qué venir a nosotros por ayuda ahora?

—Debido a lo que vi y sentí— Nadia masculla. —Si buscamos esto, habrá una
confrontación. Capturo destellos de una batalla con fuerzas más grandes que las
nuestras— Ella aleja su dedo de su boca. Coloca ambas manos sobre sus rodillas.
Mira a cada uno de nosotros lentamente, uno después de otro, mientras habla. —
Beranabus no les dijo sobre esto porque no había tiempo. Pero dudo que les
hubiera dicho de todas formas, en caso de que los asustara.

—No estoy asustado de una lucha— Raz resopla.

—Yo sí lo estoy— Sharmila dice. —Pero pelearía a pesar de todo, si Beranabus


me lo pide. Él sabe eso. He luchado antes. También Raz. Tu dijiste que es el
porqué nos escogió.

—Sí. Pero no fue solo una pelea lo que sentí— Nadia baja sus ojos y mira las
manos en sus rodillas. Estaban temblando, pero solo ligeramente. Las mira con
fuerza. Cuando dejan de temblar, nos mira y dice directamente, sin ninguna
emoción, —También sentí muerte.

N. del T:

(1) Sari, vestido típico de las mujeres indias.


9. ABRIENDO VENTANAS
Nadia se quedó en silencio. Se acuclilló con su cara apartada. Raz y Sharmila se
ven ansiosos y se alejan para discutir la revelación en susurros. Yo permanezco
donde estoy, viendo a Beranabus trabajar. No estoy tan perturbado por la
predicción de Nadia. Todo esto es de locos después de todo. Muerte es todo lo
que se puede esperar en un lugar como este.

Beranabus está tenido problemas con la ventana. Los parches de luz están
encajando en su lugar, pero lentamente. Y mientras la mayoría de los parches que
él ha unido están vibrando a la misma velocidad, algunos no. Si él pudiera ver las
luces, seria simple, pero él no puede. Él tiene que crear la ventana usando
hechizos complicados y demorados.

No puedo entender porque el mago y los otros no pueden ver las luces.
Ellos son más poderosos y experimentados que yo. Así que, ¿Por qué soy el único
que puede ver el ensamblaje de la ventana?

Mientras estoy reflexionando sobre ello, unos pocos más parches de luz encajan
en su lugar. Un brillo atraviesa el panel. Los diferentes colores vibran unas pocas
veces al unisonó. Entonces todos se vuelven amarillos y dejan de vibrar.

—¡Ah! —Beranabus gruñe. Él se gira, aplaude para conseguir la atención de todos,


entonces hace un gesto a la ventana de luz amarilla, ahora visible para que todos
la vean. Raz y Sharmila se acercan con recelo. Nadia se queda atrás.

—¿Sabes que hay allí? —Sharmila pregunta.

—Otro mundo —Beranabus dice.

—¿Puedes ser más específico?

Él se encoje de hombros. —Estaba buscando a Cadáver, no un mundo en


específico. Hasta que traspasemos la ventana, no tengo forma de decir donde
emergeremos. —Él levanta una ceja tupida. —¿Nerviosa, Miss Mukherji?
—Nadia nos dijo sobre su visión —Raz murmura, con la mirada baja. —
Sobre la Kah-Gash y tu búsqueda, ella dijo que habría pelea y muerte.

Beranabus suelta un bufido. —Esa chica debería aprender a mantener su


boca cerrada —Él mira a Nadia, entonces se encoje de hombros. —Pruebas la
muerte cada vez que enfrentas a un demonio, eso no es nada nuevo.

—Pero nos ha dicho que en esta ocasión definitivamente se encuentra a la


espera —Sharmila dice. —Eso es diferente.

—No realmente —Beranabus dice. —Nadia no tiene idea de quien morirá.


Podría ser cualquiera, tu, ella, yo, el chico. Tal vez seremos todos —Beranabus
mira la ventana y frunce el ceño. —Puedes irte si lo deseas. No tengo tiempo para
cobardes. Pero considera esto: la Kah-Gash puede destruir un universo. Si te vas
y la pieza del arma que estamos persiguiendo cae en las manos de la
Demonata…

—¿Realmente crees que la Kah-Gash existe? —Pregunta Sharmila.

—Sí.

Sharmila y Raz comparten una mirada inquieta y entonces Raz asiente,


seguido después de una pausa de varios segundos por Sharmila.

—¿Y tú, Fleck? —Beranabus gira sus pequeños ojos oscuros sobre mí. Esta es
realmente la primera mirada de cerca que he tenido de él. Su piel es pálida, pero
cubierta con polvo y mugre. Montones de arrugas, y unas pocas cicatrices viejas y
manchas. Cabello negro y desordenado, grupos de gris y blanco, su barba
recortada de forma desigual. Sus manos están limpias, en contraste con el resto
de él, pero la carne apretada alrededor de sus nudillos está cubierta por montones
de manchas y cicatrices desvanecidas. Ropa sucia y empolvada. Él viste una
pequeña flor en un ojal sobre su chaqueta, que luce patéticamente fuera de lugar.
Varios de sus dientes no están, y el resto están torcidos y podridos. Huele mal,
como algo que esta medio descompuesto. No me gusta y no confió en él. Pero él
es la única esperanza que tengo de encontrar a Art.
—Yo voy —digo, intentando sonar más positivo de lo que me sentía.

—Entonces está decidido —Beranabus dice y atraviesa la ventana amarilla.


Sharmila sigue, luego Nadia de mala gana, barbilla baja.

Raz me da una palmada en la espalda. —Después de ti.

Miro la ventana de luz amarilla. Pienso sobre los demonios que pueden estar
esperando en el otro lado. Tomo un respiro. Lo mantengo. Cruzo.

*****

Un mundo desierto. Es de noche, pero montones de estrellas están


brillando, así que puedo ver claramente en todos las direcciones. Beranabus está
buscando mágicamente a Cadáver, de pie y muy quieto, ojos cerrados. Después
de unos pocos minutos sacude su cabeza. —Él ha estado aquí pero no se detuvo
—Empujando sus hombros, escupe en sus manos, araña la arena con su pie,
entonces mira otro hechizo, para abrir una nueva ventana y seguir el demonio a
cual sea el mundo que huyo a continuación.

Los parches de luz a nuestro alrededor están brillando continuamente cuando


Beranabus comienza. Poco después comienza a buscar a Cadáver, varios vibran
y se mueve hacia un punto frente a él. Mientras él canta, mas vibran y otros flotan
de lejos para ser añadidos al panel de retazos. Beranabus esta armándolos con
hechizos. Pero si él pudiera verlos como yo podía, y moverlos directamente con la
mano…

Pienso sobre ofrecer mi ayuda, pero estoy asustado de que me gritara, así que me
guardo mi idea. Después de un rato me doy cuenta de que han sido siglos desde
que comiese o bebiese, y todavía no me sentía hambriento o sediento. Menciono
esto a Raz, quien este tumbado sobre la arena cerca, ociosamente haciendo
formas con un dedo.

—También me di cuenta de ello —él dice. —Y aunque he estado aquí un día o dos,
no tengo sueño. Nuestros cuerpos deben funcionar diferente en este universo. Es
un lugar de magia y puedes hacer algunas cosas increíbles con magia —Él agita
una mano sobre la arena y un castillo de arena lentamente se impulsa hacia arriba,
torres, un foso, pequeños guardias sobre las murallas.

—¡Genial! —jadéo. —¿Crees que yo podría…?

—Intenta —él dice. —Yo no sabía que podía hacer eso hasta justo ahora.

Animado, me senté y pensé sobre un castillo incluso más grande y más grande
que él de Raz. Agite una mano sobre la arena, convocando mi pieza maestra.

Nada sucedió.

Decepcionado, decidí estar siendo demasiado ambicioso, así que imagine un


castillo más pequeño, con menos torres y tropas. De nuevo, nada sucedió. Sigo
bajando mis expectativas, demandando menos y menos hasta que finalmente pido
por el más simple castillo de arena posible. La arena se ondula, entonces escupe
un pobre pegote.

Raz se ríe. —No te preocupes. Los dones varían. La magia se muestra a si


misma únicamente en cada persona. Yo puedo crear castillos de arena. Tal vez tú
puedes cambiar de forma o hacer llover‖

—¿En verdad?

—Es posible.

Cerré mis ojos y pensé sobre en qué tipo de animal me gustaría


convertirme.

Más tarde. Sin suerte con el cambiar de forma o hacer llover. Si tengo un don
mágico, ¡debe ser muy único!

Beranabus está trabajando duro con la ventana, que parece estar cerca a concluir.
Estoy tumbado al lado de Nadia, Sharmila y Raz muy cerca. Nadia ha estado
diciéndonos sobre su vida con Beranabus, las formas de demonios, como
combatirlos.
— ¿Dónde están todos ellos? —pregunto durante un intervalo. —Este es el
segundo mundo en que he estado, y aparte de los árboles, no he visto ningún
demonio.
— ¿Con prisa por encontrar alguno? —Sharmila ríe.

—No. Sólo estaba preguntando. ¿Dónde viven?

—Podrían estar en cualquier lugar —Nadia dice. —Bajo la arena. A nuestro


alrededor e invisibles. En el otro lado del mundo. Podrían haber miles aquí o solo
uno. Algunos demonios crean un mundo solo para ellos mismo. Otros…

—¿Los demonios pueden crear mundos? —Raz interrumpe.

—Los más fuertes pueden. La mayoría solo arrasan reinos existentes, pero los
maestros demonio tienen el poder de hacer nuevos mundos incluso universos
independientes.

—¿Ellos también hacen las estrellas? —pregunto.

Nadia sonríe sombríamente. —Esas no son estrellas.

La miramos y luego arriba al cielo. Está salpicado con puntos brillando. No son
como las estrellas en nuestro universo son más grandes, más brillantes, más
cercanas, y muchas se mueven a través de los cielos como meteoros. Pero no
pueden ser otra cosa que…

—Son demonios —Nadia dice.

—¡No pueden serlo! —Sharmila protesta.

—Sin embargo, lo son.

—Pero… —Sharmila levanta la mirada al cielo, horrorizada. —¡Para ser capaces


de verlos desde acá… deben ser enormes!

—Sí.

—¿Son maestros demonio? —Raz pregunta.


—Unos pocos, tal vez, pero la mayoría son solo demonios increíblemente grandes
que navegan el cielo, buscando otros para torturar y destruir. Usualmente no se
molestan con los de nuestro tipo somos demasiado pequeños pero
ocasionalmente uno puede decidir aplastarnos como hormigas —Ella se ríe sin
gracia. —Cuando eso sucede, sales tan rápido como puedes. No hay nada más
que puedas hacer contra un demonio del tamaño de una estrella

Miré boquiabierto a Nadia, luego al cielo, lleno con formas monstruosas.


De repente, este lugar se sentía mucho más peligroso que hace unos pocos
minutos.

El siguiente mundo es un pedazo de roca gigante con forma de aguja. La parte


superior es plana y grumosa, sesenta o setenta pies de diámetro. Un viento
caliente aúlla alrededor, mordiéndonos, amenazando con alejarnos y echarnos por
el borde.

Beranabus maldice y se agacha. Nosotros le copiamos. —Yo he estado aquí antes


—él dice, hablando tan tranquilamente como puede, sin embargo suficientemente
fuerte para ser oído sobre el aullante viento. —No fue un lugar donde quisiera
volver.

La ansiedad en su tono nos afecta a todos, incluso Nadia, que comienza a


murmurar las palabras de un hechizo, creo que se supone que nos protege, o al
menos a ella.

—Mantendré la ventana al otro mundo abierta tanto como sea posible —


Beranabus dice. —De esa forma, si somos atacados, podemos… —Él se detiene.
La ventana amarilla de luz parpadeo dejando de existir. Beranabus gruñe y una
mirada de disgusto cruza su cara.

—¿Qué está sucediendo, maestro? —Raz pregunta nerviosamente.


—Hemos sido entrampados —Beranabus dice, enrollando las mangas de su
chaqueta y camisa. —Cadáver nos ha conducido a una trampa.

—¿Él está aquí? —Sharmila pregunta, mirando alrededor inquieta.

—No. Él no es bienvenido en este lugar. Pero él debe haber avisado a los Kallin.
Ellos nos estaban esperando. Ellos destruyeron la ventana.

—¿Quiénes son los Kallin? —Raz grita.

—Arrástrense hasta el borde —Beranabus dice, girándose lejos de nosotros y


sentándose de piernas cruzadas. —Echa un vistazo Nadia —él añade, —
Ordénales. Ayúdalos a luchar. Compra tiempo. No creo que seré capaz de abrir
una nueva ventana suficientemente rápido, pero no vamos a morir sin costo.

Él comienza a murmurar hechizos, labios moviéndose a una tremenda velocidad.


A su alrededor, parches de luz vibran y parpadean, luego se mueven juntos, un
poco más rápido que antes, pero no en gran medida.

Nos miramos uno a otros y entonces nos arrastramos al borde de la aguja. El


viento se incrementa mientras nos acercamos. Nos tumbamos sobre nuestros
estómagos, avanzando poco a poco hacia adelante. Me siento enfermo. No quiero
mirar sobre el borde. Pero debo.

No sufro de vértigo, lo que es bueno porque es una larga ciada. ¡Y quiero decir L-
A-R-G-A! No puedo ver la base de la aguja. Parece estar suspendida en mitad del
aire, y por todo lo que se, es así. Estamos en un universo de magia demoniaca.
¿Quién dice que las agujas gigantes de roca tienen que estar arraigadas al suelo?

Pero la caída revuelve-estómagos no es la peor cosa. Deslizándose hacia arriba


por la faz de la roca hay… cosas. Cientos y miles de criaturas pequeñas, largas,
negras, peludas y como arañas. Excepto que no pueden ser arañas porque no
tienen piernas. Se mueven más como gusanos. Deslizándose hacia nosotros, un
ejército de ellos. Los Kallin.
Uno de los monstruos se inclina hacia atrás y levanta su cara hacia nosotros. Veo
docenas de pequeños ojos y una amplia boca. Mientras veo, la boca se estira
como la de una serpiente, la cosa abriendo sus mandíbulas mucho más amplio
que su cuerpo. Hay colmillos dentro de su boca. Más de los que puedo contar.

Algo golpea mi hombro. Yo grito, girándome. Pero solo es Nadia. Ella me agarra
antes de que ruede fuera de la parte superior de la aguja, me arrastra del borde a
donde Sharmila y Raz están esperando.

—Estamos en problemas —ella dice simplemente. —Hay miles, así que no


podemos combatirlos. Nuestra mejor esperanza es bloquearlos. Eso significa una
barrera de energía, para mantenerlos atrás.

—¿Eso funcionará? —Raz pregunta.

—Pronto lo descubriremos. Ahora, tenemos unos pocos minutos, así que veamos
que tenemos para trabajar. Quiero que cada uno de ustedes cree una barrera
personal. Imagínense en el centro de una burbuja de energía. Dejen su magia fluir
en ésta. Una vez tenga una idea de su poder, puedo coordinar un hechizo y unir
nuestras fuerzas mágicas.

Sharmila y Raz cierran sus ojos y se centran. Yo no tengo ni una pista de que
estoy haciendo, pero sigo su iniciativa. Me concentro, intentando no pensar sobre
los Kallin, disponiendo una barrera en lugar, rogando que tenga más éxito que con
el castillo de arena.

Unos pocos segundos más tarde Nadia dice, —Veamos que tenemos.

Abro mis ojos y la veo lanzándole un puño a Raz. Su puño se detiene a varias
pulgadas de su rostro. Ella intenta de nuevo, mismo resultado. Ella gruñe con
satisfacción. Lanza un golpe a Sharmila. Su puño reduce velocidad pero no se
detiene. Ligeramente golpea la barbilla de Sharmila, sin herirla pero atravesando
la barrera. —Intenta fortalecerla —Nadia dice. Lanza un segundo golpe. De nuevo,
penetra la barrera de Sharmila, pero con más dificultad. Hace una mueca regular.
—Ahora tú —ella me dice. Hace un puño, comienza a lanzar el puño… luego se
detiene. Saca su dedo índice derecho. Me empuja suavemente. Pincha mi nariz.
Sonríe. —Supongo que estas fuera de este.

—No es mi culpa —me quejo —No estoy acostumbrado a la magia. No sé cómo


hacerla funcionar.

—Está bien —Ella pellizca mi nariz. —Puedes ser nuestra segunda línea de
defensa. Vigila si algún demonio traspasa. Si uno penetra la barrera, has tu mejor
intento de matarlo mientras tapamos el oyó que creo.

—¿Cómo los mato? —pregunto.

—Con magia. Puedes patearlos, ahogarlos, desbocar energía, lo que sea más
natural para ti. Pero tiene que ser magia también. No puedes matar un demonio
solo con fuerza física.

—¿Qué si no puedo hacerla funcionar? ¿Qué si…?

—¡Kernel! —ella grita. —No tenemos tiempo para histéricos. Solo has tu mejor
intento, como cuando escapaste del árbol demonio.

Ella arrastró a Sharmila y Raz aparte para prepararlos. Mientras estaban


discutiendo de barreras mágicas, me arrastré al borde de la aguja para observar el
avance de los Kallin. Estaban muchos más cerca que hace un par de minutos. No
tan pequeños ahora que tengo una mejor vista de ellos. Dos o tres pies de largo.
Haciendo suaves ruidos de chirridos, apenas audibles sobre el rugido del viento.

Pienso sobre lanzarme, tomando el camino fácil, no esperando que ellos trepen
sobre mí y me rasguen con sus colmillos. Un pequeño paso o salto… unos pocos
segundos o minutos de caída libre… entonces no más preocupaciones. A menos
que no haya caída libre. Tal vez no hay suelo en esta parte del universo Demonata.
Podría caer por siempre, una vida de caer… gritar… retorcerme.

—¡Están casi en la parte superior! —Grito, poniendo los pensamientos oscuros


detrás de mí. —¡Medio minuto y estarán sobre nosotros!
—Regresa aquí —Sharmila llama. Se han reunido cerca a Beranabus, que está
concentrado en la lenta formación de la ventana. Me agacho al lado de Raz,
sintiéndome más seguro al lado de él que de Sharmila, dado que él fue capaz de
construir una barrera más fuerte.

—Aquí vamos —Nadia dice con voz temblorosa. Ella medio cierra sus ojos.
También Sharmila y Raz. Hay un brillo en el aire un par de pies frente a nosotros.
Luego nada. Me pregunto si el hechizo ha funcionado, si estamos protegidos o no.
Entonces el primero de los Kallin se retuerce sobre el borde de la aguja y se lanza
hacia nosotros, boca amplia, colmillos desnudos, gritando con hambre y odio.
10. SARTEN
El demonio vuela directamente hacia mí, como una flecha disparada con un arco.
Un grito se acumula en la parte posterior de mi garganta, pero antes de que pueda
surgir, el Kallin golpea una barrera invisible y se desvía. Se estrella contra un
grupo de otros peludos demonios. Irritados, sus colmillos saltaron hacia adelante y
desgarraron al primer Kallin en pedazos. Trozos sangrientos salieron disparados
por todas partes.

Me presiono con fuerza contra Raz mientras los demonios que nos rodean, gruñen
a la barrera, retorciéndose alrededor de la misma buscando puntos débiles. En
cuestión de segundos cubren por completo la barrera, bloqueando nuestra visión
del cielo, sumiéndonos en una oscuridad casi total. Puedo ver por la luz que se
desprende de los parches, pero los demás deben estar casi ciegos.

Nadia chasquea sus dedos y una bola de fuego aparece sobre nosotros. Yo
prefería la oscuridad. Podemos ver a los Kallin con más detalle ahora, sus cuerpos
largos y peludos, los pelos tiesos, de punta sobre los que se mueven, su boca
anormalmente grande y los colmillos. Babean mientras serpentean a través de la
superficie de la barrera. Pronto es como mirar a través de una ventana manchada
de saliva y asquerosos jugos.

Raz está sudando. También Sharmila y Nadia. Temblando, no con miedo, sino por
el esfuerzo de mantener la barrera. Esto es difícil. No creo que puedan sostenerla
por más de unos minutos. Echo un vistazo a Beranabus y la ventana en la que
está trabajando. Está muy lejos de completarse. Unos pocos minutos no serán
suficientes.

Uno de los Kallin penetra la barrera con la cabeza. Chilla triunfalmente,


chasqueando sus colmillos, tratando de pasar el resto de su cuerpo. Me pongo
tenso, preparándome para pelear, pero Nadia grita un breve hechizo y la barrera
se cierra fuertemente alrededor del demonio, cortando su cabeza.
La cabeza cae al suelo, pero las mandíbulas siguen abriéndose y cerrándose. Se
arrastra hacia adelante con sus colmillos, decenas de ojos brillando con enojo. Me
pongo de rodillas, de frente a la cabeza, tratando de reunir la magia para usarla
contra él. En su lugar, presa del pánico, vomito. El demonio hace ruidos ahogados
(aún puede hacerlos) y se arrastra hacia mí a través del charco de vómito. Lo
contemplo asqueado y aterrorizado. Entonces, cuando ya está a punto de
arrastrarse fuera de la piscina vómito, tengo una idea. Me acerco, toco el vómito
con un dedo y lo cargo con magia, la cual fluye a través de mí desde una fuente
desconocida.

El vómito burbujea y se convierte en ácido. La cabeza del Kallin se sacude


violentamente. Desesperado, se lanza fuera de la piscina, con un colmillo superior
como una pértiga improvisada. Cierro mi mano haciendo un puño y, rugiendo con
miedo, empujo la cabeza hacia abajo. Se estrella contra el ácido. La cabeza se
sacude unas cuantas veces más, luego se disuelve, burbujeando en sangrientos
hilos enredados.

Una sensación de poder y victoria corre a través de mí. ¡He matado a un demonio!
¡Y use magia para destruir su horrible trasero! ¡Soy Hércules, Sansón y Thor, todo
en uno! Contemplo fijamente a los miles de Kallin, ansioso porque alguno logre
colarse, y así lo pueda despachar como a la fritura de su hermano. —Vamos—,
Gruño. — ¡Atrévanse, los convertiré a todos en guiso!

—El niño se divierte—, señala Raz, sus dientes castañeando debido al esfuerzo
de mantener la barrera en su lugar.

—Yo no creo que este tan... ansioso de luchar... cuando se rompa la barrera... y
se abalancen sobre nosotros... todos juntos —, Sharmila murmura.

Nadia no dice nada. Ella está mirando al frente, los ojos bien abiertos ahora, el
sudor llenando sus marcas de viruela en el rostro. Aterrorizada.

Superado por el éxito, olvidando que hace unos momentos estaba vomitando y
con más miedo del que nunca había tenido, decido arreglar el asunto con mis
propias manos. Girándome hacia donde Beranabus esta armando una ventana,
veo las luces pulsando durante un par de segundos. Entonces, impaciente, me
arrimo y empujo un parche de luz hacia el grupo. Se desliza por delante de mis
dedos, colocándose como una pieza de rompecabezas en su lugar. Empiezo a
mover las demás. Es simple. Ni siquiera tengo que tocar las luces, sino que estas
se mueven delante de mis dedos, sin peso, como si una brisa las manipulase.

—¿Qué estás haciendo?— Beranabus salta.

—Yo puedo hacerlo más rápido que tú—, le digo, añadiendo más zonas de luz a la
ventana ya en rápida formación.

—Me estás distrayendo— Beranabus gruñidos. —¡Fuera de mi camino antes de


que...

—¡Eres demasiado lento!— , grito. —¡Tú no puedes ver las luces! Yo sí puedo. Así
que déjame hacerlo. Puedo hacer... — Hago una pausa. Las luces a mi alrededor
han dejado de pulsar. Para un segundo, tengo un pánico absoluto. ¡No puedo
completar la ventana! Entonces me doy cuenta de lo sucedido. —¿Hacia dónde
estabas tratando de abrir la ventana?— Jadeo. Beranabus comienza a discutir. —
¡Sólo dime!— Grito.

Beranabus entrecierra los ojos y dice: —Yo estaba en busca de Cadáver.

Pienso en el demonio que robó a mi hermano. Recuerdo sus largas piernas,


cuerpo rechoncho, dedos gruesos y peludos. Su rostro, medio canino, medio
humano. Sus orejas caídas y grandes ojos blancos.

Los parches de luz comienzan a pulsar de nuevo. Con entusiasmo, me estiro y


comienzo a colocarlas en su lugar, creando una ventana. No estoy seguro de
cómo o por qué esto funciona, pero sé que tengo razón. Nunca estuve loco. Las
luces no eran imaginarias. Estaban allí por una razón, y ahora esa razón está clara.
No puedo usar la magia para hacer castillos de arena o barreras, ¡pero seguro
como el infierno que puedo abrir ventanas a otros mundos!
Beranabus me contempla sin palabras. Él no puede ver las luces. Él sólo ve mis
manos moviéndose con rapidez, los dedos volando en todas direcciones, como un
conductor enojado. Pero siente la magia. Y, sabe, y desea, que no esté
desperdiciando nuestra única oportunidad de sobrevivir.

—¡Maestro!— Raz grita.

—Shush—, dice Beranabus. —Déjalo trabajar. Si él puede hacer lo que yo


pienso...

—¡Pero la barrera!— Raz contesta. — ¡No podemos sostenerla! ¡Puedo sentir


como se desmorona!

Beranabus murmura un hechizo rápido y tengo la sensación de que la barrera que


nos rodea se espesa. Los gritos de los demonios y el aullido del viento se silencian
un poco.

—Relájate—, Beranabus me dice. —Puedo mantener esta barrera durante mucho


tiempo ahora que no tengo nada más en que centrarme. Tienes tiempo.

Yo no respondo ni me distraigo. Estoy demasiado excitado. Puedo ver la ventana


casi terminada. Por primera vez en mi vida me siento completamente en control de
mí mismo y el mundo que me rodea. Tengo un propósito. Sé cuál es mi razón de
existir. Este es mi regalo. Porqué siempre me sentí como un inadaptado. Yo tenía
un gran poder. Un destino.

—¿Qué está haciendo?— Nadia le pregunta.

—Algo que nunca he visto a nadie hacer—, dice en voz baja Beranabus. —Ni
siquiera al más poderoso Maestro Demonio.

—¿Estás seguro de que no está teniendo algún tipo de alucinación?— Sharmila


pregunta.

—Estamos muertos si es así, — Beranabus ríe.


—No me gusta esto, Maestro, — dice Raz. —Poner nuestras vidas en manos de
un niño sin probar...

—Los niños son a menudo los verdaderos salvadores—, dice Beranabus. —Al no
saber las reglas de los universos, a veces pueden cambiar las mismas en su
cabeza. Debemos confiar, Raz Warlo. Y tener Fe. —Puedo sentir sus ojos
quemando en mi espalda. —El niño es todo lo que tenemos.

No pienso en mi gran responsabilidad. Todo en lo que me centro es en los


parches de luz, pulsando a mi alrededor, deslizándose desde el mundo exterior,
pasando a través de las filas de Kallin y la barrera. Nada puede detener las luces,
interferir con ellas o desviarlas de su curso. Excepto por mí. Yo soy su maestro.
Puedo hacer lo que quiera con ellas.

Mis manos se convierten en algo borroso. El panel de luces tiene dos pies de
ancho, tres pies de altura... cuatro... cinco. Mientras estoy añadiendo un gran
bloque hexagonal azul a la masa, las luces pulsan al unísono un par de veces,
luego cobran un color blanco mate constante.

—¡Por todos los dioses!— Raz jadea.

—¡No me lo creo!— Sharmila exclama.

—¡No!— Nadia susurra con incredulidad.

Beranabus sólo se ríe y dice: —Mis felicitaciones, Kennel.

—Es Kernel—, Lo corrijo, mirando su cara barbuda y con ojos pequeños y oscuros.
—Kernel Fleck. Maestro de las luces.

Él inclina la cabeza, reconociendo mi poder. Nunca me he sentido más vivo o


especial. Los otros miran de mí hacia la ventana, luego nuevamente a mí.

—¿Cómo?— Nadia pregunta.

Beranabus habla antes que yo pueda. —Vamos a guardar las explicaciones para
cuando no estamos rodeados de miles de demonios.— Él se queda mirando a las
filas de la Kallin retorciéndose. Sonríe. A continuación, pasa a través de la ventana
de la luz. Echo un vistazo a los otros, sonriendo con orgullo. Ahora también
sonríen.

Una última mirada a los Kallin. Están chillando más fuerte que nunca, furiosos con
nosotros por escapar de la trampa. Riendo, les levanto un dedo, y me acerco a la
ventana y con entusiasmo paso después de Beranabus, pensando que ningún
lugar del universo puede ser tan malo como este lugar.

¡Error!
11. FUEGO
Ya sé de inmediato que estamos en problemas. Beranabus está luchando con
varios demonios, uno como-serpiente, pero con los brazos y garras, cabezas de
tigres, leones, buitres. Algunos se cierran en la batalla con el mayor mago,
mientras lo rasgan a él con las garras y colmillos, moviéndose increíblemente
rápido. Él regresa llamativo con las saetas de relámpago. Un par de demonios
están quedando en pedazos alrededor de él. Pero hay más viniendo.

En la distancia, yo observo otra ventana y un demonio que se va a través de ella.


¡Yo no estoy seguro, pero yo pienso que es Cadáver! En una prisa de excitación
yo corro hacia la ventana, pero entonces uno de los demonios me descubre.
Chillidos como un ave de rapiña. Los azotes al revés con su cola escamosa,
moviéndose hacia mí. Me congelo, perdiendo mi recién-encontrada confianza.
Mirando más allá del demonio, yo veo la ventana apartándose y pierdo también la
esperanza. Separado de mi presa, aislado y aterrorizado, estoy inmóvil e
indefenso.

Raz pasa a través de la ventana detrás de mí. Grita de sorpresa y miedo,


entonces sigue adelante de mí y ve al demonio, lo ataca con sus brazos. Hunde
sus dientes en la garganta.

Abre la mandíbula, entonces escupe la carne viscosa fuera. Pone sus dientes a
cerca del agujero en la garganta del demonio. Sopla en él pero magia sale de su
boca, no el aire. Entra a través de la herida.

El demonio explota. Raz echa sus restos al lado y se mueve para tratar con el
próximo en la línea.

Sharmila pasa a través, después Nadia. Sharmila suspira, mira alrededor con un
terror salvaje, entonces gana control y pisa al lado de Raz. Un demonio cabeza de
chacal salta sobre ella. Ella empuja una mano en su estómago. En cuanto ella lo
toca llamas estallan de sus dedos. Segundos después, el demonio está en llamas,
retorciéndose en el polvo.
Nadia maldice, sale adelante, entonces mira detrás de mí. — Cierra la ventana.

— Pero... nosotros tenemos que regresar... nosotros no podemos quedarnos


aquí... hay…

— ¡La barrera no se sostendrá ahora que nosotros nos hemos ido! — ella grita.
— ¡Si no lo cierras, los Kallin podrán perseguirnos a través de ella!

Yo no quería voltear mi espalda en la lucha, pero no podía ignorar su advertencia.


Miro fijamente la luz blanda de la ventana, no seguro qué hacer. Así que pruebo la
primera cosa que entra en mi cabeza. Meto la mano en la ventada, para romperla.
Pero mis manos resbalan a través de la luz y no pasa nada.

No puedo ver nada a través de la ventana, pero me imagino que los Kallin se
están agrupando en el otro lado.

Podrían venir arrastrándose a través en cualquier segundo. Debo correr, salir de


aquí, huir de aquí...

Me obligo a tomar un respiro. Considerar el problema. Era fácil poner los parches
de luz en conjunto, por lo que debe ser fácil de desarmarlas. Pero, ¿cómo? Yo
empiezo a meter la mano de nuevo en la ventana. Pausa. Entrecierro los ojos y
estudio con cuidado.

Aunque se parece una pared sólida de luz, si miro bizco, puedo ver líneas
delgadas dónde los parches originales se unen. Escucho crujidos diminutos que
atraviesan la ventana, casi invisible. Yo corro mi dedo del índice alrededor uno de
los parches más grandes cerca del centro, pensando. Entonces, sin intentar
tocarlo, yo resbalo mi dedo al parche del lado, queriendo moverlo.

El parche se separa de los demás y se escurre fuera de mi dedo, mientras se


vuelve un parche de luz pulsante.
Después de unos segundos deja de pulsar, se mantiene el aire un momento,
entonces flota lejos.

Yo trabajo en separar los otros parches. Después de quitar alrededor de una


docena, la ventana se desintegra. Los parches recobran sus colores originales y
se deslizan el uno del otro en una explosión lenta y grácil.

No hay tiempo para celebrar. Yo reviso que está pasando con los demás. No hay
tantos como en la aguja de piedra, pero ellos son más grandes y más fuertes, y no
hay tiempo para construir una barrera para mantenerlos a raya.

Ellos están alrededor de Beranabus y sus Discípulos. Unos han cogido preso a
Raz y lo han dejado tirado en la tierra. Él está azotándolos con sus puños,
intentando morder sus gargantas. Pero ellos se ocupan de él como los sabuesos
salvajes. Uno rasga fuera la mayoría de su pierna derecha y devora la carne,
aullando con la satisfacción.

Una garra golpea su cabeza y rebana la mitad de su cara lejos. Él intenta gritar,
pero ahora no tiene una lengua.

Yo grito de piedad y terror, pero no hay nada que pueda hacer para ayudar al
hombre negro, que era tan agradable conmigo, que me salvó la vida hace apenas
unos momentos. Él es más fuerte que yo. Él sabe luchar con los demonios. Un
verdadero ser de magia. ¿Si él no puede ocuparse de estos monstruos, qué
esperanza puedo tener? Mis ojos se pasan de Raz a los otros. Más de un docena
de demonios están peleando con Beranabus. Cinco están enfocados en Sharmila.
Nadia está defendiéndose algunos más, haciendo la tierra explotar delante de
ellos, pegándoles con saetas de magia, rugiendo odiosamente como yo hago
cuando yo lucho.

Dos demonios más vienen hacia mí, gruñendo, azotando las colas de lado a lado,
con los brazos y las garras extendidas.

Impulsado por un instinto desesperado, llego a hacia dos parches de luz violeta y
naranja. Aplaudo mis manos, conduciendo los parches entre ellos mismos. Ellos
se quiebran juntos y crean una llamarada deslumbrante de luz purpúreo-naranja.
¡El instinto que me dijo que probara esto, también me dice que cierre mis ojos
rápido!

Cuando yo miro un segundo después, los demonios están en el piso, gritando con
dolor y confusión, los ojos se les fundieron en sus cuencas.

Yo me aturdo por el poder que he liberado. La confianza viene de golpe. ¡Una vez
más soy Kernel Fleck vencedor de los Demonata!

Entonces uno de los demonios caídos se quitó el desorden pegajoso de sus


cuencas vacías. Nuevos globos crecen, el demonio utiliza magia para construir un
par fresco de ojos. Me doy cuenta de que sólo he reducido la velocidad de las
criaturas, no poniéndolas fuera de acción por siempre. Universo diferente, reglas
diferentes.

El pánico se desborda de nuevo. Los discípulos están condenados. Beranabus


está terminado. Cadáver establece una trampa para nosotros y no hay manera de
salir de ésta. Mi elección es simple perecer con los otros o salvarme a mí mismo.

Yo no pienso en cualquier lugar específico. Yo grito meramente con todos mis


sentidos internos — A alguna lugar seguro! — Cuando nada pasa, yo agrego
rápidamente, — La Tierra! Una ciudad! — los Parches de luz pulsan a mí
alrededor.

Frenético, yo los pongo juntos, formando una nueva ventana tan rápidamente
como yo puedo. Yo no miro hacia arriba o pienso sobre los demonios que podrían
estar viniendo sobre mí. Enfocado en las luces.

Yo estoy trabajando más rápidamente de lo que yo hice en la aguja, aprendiendo


todo el tiempo, sintiendo el poder burbujeando a través de mí. Entonces, fuera de
mi campo de visión, siento un vislumbre de un demonio que anda tambaleándose
hacia mí. Yo retrocedo pero no me detengo. El demonio se apresura más cerca...
más cerca... es uno del par que yo cegué. Hirviendo por la venganza.
Unos segundos más y estará sobre mí. Yo debo volverme tratar con él, pero mis
manos no me dejan moverme. No hay nada que yo pueda hacer.

Entonces el demonio golpea hacia un lado. Gruñe pesadamente, entonces grita.


Yo no puedo ver lo que le está pasando a él y yo no miro. Sigo trabajando en la
ventana. Sudando pesadamente. La boca seca. Llorando suavemente.

Algo camina a mi lado. Yo grito, esperando lo peor. Pero no es un demonio. Es


Nadia.

— Deprisa! — ella sisea. — ¡Sácanos de aquí!

— Estoy tratando, — gimo, las manos zumbando de movimiento.

Nadia está de pie con la espalda contra la mía, protegiéndome. Yo trabajo más
rápido, desesperado por salir de aquí, en algún lugar real y normal, donde los
demonios no me puedan atrapar.

Las luces pulsan juntas un par de veces, y luego se vuelven rojas. Se abre la
ventana.

— Nadia — grito.

— Buen trabajo. — Ella grita el nombre de Beranabus, luego el de Sharmila.

Miro a mi alrededor. No puedo ver a Beranabus—que está completamente


rodeado por los demonios. Sharmila está perdiendo su batalla también, y seis de
los monstruos están encima de ella, y aunque algunos están en llamas, ella no
puede luchar contra ellos. Ha perdido un brazo hasta el codo. Sangrando por las
heridas profundas. Jadeando, con la mirada salvaje de un caballo atrapado en una
tormenta eléctrica.

Raz está muerto. Un par de demonios han roto su cabeza. A medida que observo,
ellos la rasgan en dos y luego cada uno se retira con la mitad, sumergiendo sus
quijadas sucias en su cráneo, ahuecando fuera sus sesos con sus colmillos y
lenguas. Yo me enfermo de nuevo, aunque no hay mucho para vomitar a estas
alturas.

— Vamos — dice Nadia, tomando mi brazo derecho.

— Y los demás? — Lloro.

— No podemos ayudarlos.

— Pero... — yo la miro fijamente. Aunque mi plan era huir solo, ahora que ella lo
expresa, ya no quiero. Yo no me preocupo mucho del distante Beranabus, pero
Sharmila ha sido una verdadera amiga. Ella intentó detener a Cadaver de robar a
Art. Nosotros debemos ayudarla, liberarla, llevarla con nosotros.

— Me voy — gruñe Nadia. — Haz lo que tu quieras — Y, soltando mi mano, ella


se lanza a través de la ventana, desapareciendo en un instante.

No me atrevo, dividido entre la nobleza y el escape. A continuación, un demonio


alcanza a verme y se desliza. Tiene la cabeza de un buitre. Hay pedazos del
cerebro de Raz que gotea de su pico.

Algo dentro de mí se rompe. Los cobardes triunfan. Y sin ningún tipo de vergüenza,
me doy la vuelta a los demonios—a Beranabus y a Sharmila—y buceo a través de
la ventana después de Nadia.
12. A LA DERIVA
Una calle muy transitada. Nadia está tumbada en el pavimento. Una mujer y
unniño se encuentran muy cerca de sus pies. Ella debió derribarlos cuando cruzóa
este mundo. Otras personas están mirándonos y a la ventana de la luz roja,sus
bocas abiertas Los coches están disminuyendo a medida que pasan,
losconductores y pasajeros cautivados por el espectáculo.

―Ciérrelo!‖ grita Nadia. Yo no necesito decirlo dos veces. Antes del demoniocabeza
de-buitre pueda seguirnos, yo desmantelo la ventana.Nadia esta sobre sus pies.
Tan pronto como la luz roja desaparece, ella me agarray corre. Corremos a través
de la multitud de espectadores sorprendidos. Nadietrata de detenernos.Pasamos
una esquina, corriendo abajo por otra calle muy transitada. Nadia melleva a través
del camino, zigzagueando entre el tráfico, haciendo una mueca alas bocinas a
todo volumen pero por lo demás sin hacer caso de los coches. Otraesquina, y
luego otra. Por último, en una tranquila calle, se detiene, me libera, sepone en
cuclillas junto a una pared, apoya la cabeza contra ella, mira al cielo azul.

―¡Lo hicimos! Eres un genio, Kernel! Que nos sacó‖Ella me mira con lágrimas
defelicidad en sus ojos.‖No sé cómo voy a pagar.‖

Le sonrío a Nadia, después frunzo el ceño y miro a su alrededor con nerviosismo.

―Está bien,‖ Nadia, me tranquiliza.‖Ellos no pueden rastrearnos. Estamos a


salvo.Estamos vivos!‖

―Raz no‖, señalo en voz baja. Se atenúa la sonrisa de Nadia. ―Eso fue una
vergüenza. Me gustó Raz.‖HayBeranabusestableciéndose. ―Salimos corriendo.
Dejándolos a los demonios. Nosotrosdebemos regresar y—‖

―¡No!‖ Nadia chasquea‖No hay vuelta atrás.‖ Sus ojos brillan. Doy un paso
haciaatrás—ella parece que va a atacar. Se da cuenta de mi miedo y se relaja.‖No
tepreocupes. No te hará daño. Pero nosotros no vamos a volver. No
podríamoshacer nada bueno si lo hiciéramos.‖
―Pero... ¿los demás?‖

Se encoge de hombros.‖Beranabus probablemente sobrevivirá. Ha recorrido


através de lo peor. Él va a zafarse de alguna manera. En cuanto a Sharmila...‖,
suspira.‖Tal vez Beranabus la salvará. Tal vez no.‖

Ella se para y mira al cielo. Ligeramente pasando un dedo a través de sus


mejillas,acariciando las manchas y cicatrices de acné.‖Hace calor. Debe ser a
finales deprimavera o verano. Tal vez en junio. Ese es mi mes favorito.

Es cuando yo nací y cuando Beranabus me llevó. Yo estaba caminando,


unperfecto día de junio, soñando con mi cumpleaños, regalos y el futuro.
Esperandocrecer. Yo era una niña normal y desalineada. Pero mi padre decía que
yo era unpatito feo, que yo me convertiría en un hermoso y glamoroso cisne un día.

―Yo estaba pensando en ese—anhelo—cuando Barnabus me llevo lejos. Me


dejóen el universo de la Demonata. Explicó lo importante que era, todas las vidas
quepuede salvar, el bien que podía hacer. Me ofreció otra opción. Me robó de
missueños de un futuro feliz.‖

La expresión de Nadia se oscurece.‖Él no me debía haber tomado tan joven. Yono


había visto bastante del mundo. Si hubiera venido cuando fui mayor, me
habríaunido a él con mucho gusto. Pero tomándome como él hizo... robándome
comoese demonio robo a su hermano... estaba equivocado. No le parece, Kernel?‖

Me quedo mirando a su incertidumbre. Ahora que ella ha mencionado a Art,


seremacha el hecho que yo simplemente no corrí fuera con Beranabus y
Sharmila.Yo abandoné a mi hermano también. Dejándolo en ese universo de
pesadilla.Exclusivamente en las manos de Cadáver.

―Tenemos que volver‖, le digo en voz baja.

Nadia no escucha—o finge que no.‖Me pregunto dónde estamos?‖, Dice


―Londres? Nueva York? París? Viena? El mundo ha cambiado mucho desde
queme fui, supongo que no reconocería a las ciudades que visité cuando era
másjoven. Pero debe haber partes que son los mismos. Espero que esto sea—‖

―Nadia‖ Interrumpo‖ Tenemos que volver. Buscarlos. Ayudarles a si


siguenluchando, unirnos con ellos si han escapado.‖

―Y si están muertos?‖, Responde ella, no me miraba.

―No sé. Buscar a Art por nosotros mismos, supongo.‖

Ella se ríe. ―Es valiente pero estúpido, Kernel. Usted no duraría cinco minutos
enese universo sin Beranabus. Eres bueno en la apertura de ventanas, pero no
encombate. Qué haría usted si usted es alcanzado por Cadáver? Él lo rasgaría
entiras sin romper a sudar.‖

―Pero... Art. ... Tengo que—‖

―Su hermano está muerto‖, Nadia gruñe. ―Cadáver probablemente lo mató en


eseprimer mundo y dio su cuerpo a uno de los árboles.‖

―No,‖ me quejo.‖Él está vivo. Yo lo siento.‖

―Usted quiere sentirlo,‖ me corrige.‖Usted quiere que él esté vivo, para que
ustedse convenza que es él. Pero piense sobre él. ¿Por qué Cadáver no lo
matarían? Élestaba en la carrera. Él no tiene tiempo para jugar niñera de un bebé
llorón.‖

Un niño en un monopatín se transforma en el callejón y pasa volando pordelante


de nosotros. Nadia se queda mirando la patineta, la cabeza
inclinada,probablemente de la misma manera que me quedé cuando vi por
primera vez un

―He echado mucho de menos‖, murmura.‖El mundo se movió mientras yo


heestado peleando. Así que muchos lugares para ver. Tantas cosas que hacer.
¿Escierto que puede volar a cualquier parte ahora, en los aviones?‖
―Nadia‖, lo intento de nuevo‖, Beranabus nos necesita. No podemos abandonarlo.‖

―Por qué no?‖ Ella contesta. ―Usted sólo lo conocía de cinco minutos. Se le
hatratado como un esclavo, la forma en la que él trata a todos. Qué le debe? Por
quétirar su vida por su cuenta? ―

―Lo necesito para ayudar a Art volver. Yo no puedo—‖

―Deje de hablar de su hermano como si estuviera vivo!‖ Nadia grita. ―Déjelo


ir.Admita que está muerto. Siga adelante. Usted puede ir a casa—yo le ayudaré
aencontrar a sus padres. Olvídese del Demonata. Pretenda que era un mal
sueño.Eso es lo que yo voy a hacer.‖

―Yo no puedo,‖ yo digo obstinadamente. ―Art está vivo y yo voy a encontrarlo.‖

―Va a volver?‖, Pregunta irónicamente. ―Enfrentarse a los demonios? Morir como

No sabía lo que estaba entrando en cuando nos siguió a través de la


primeraventana. Ahora está mejor informado. De verdad tienen el coraje de
cruzaruniversos libremente?‖

―Tengo que‖, murmuro. ―Por Art.‖

"Yo no lo creo", dice Nadia con frialdad. "Se echó a correr. El momento de
lucharha pasado. Se siente culpable porque no apoyó a Beranabus y quiere
arreglar lascosas. Pero si usted lo estudia detenidamente, verá que es una locura.
No quierevolver. Y no lo hará. Usted permanecerá en este universo, donde está a
salvo. AlMe quedo mirando el suelo, las lágrimas arrastrándose por mis mejillas.
Todo loque ella dice es verdad. Tengo miedo. No quiero volver. Yo soy un
cobarde.Pero a pesar de todas mis debilidades, tengo que volver. Porque amo a
Art másde lo que temo a los demonios.

"Ven conmigo", dice Nadia, tomando mis manos. Ella sonríe, más bonita de
lonormal, el pelo brillando bajo el sol. "Te llevaré de vuelta a sus padres si
quiereso te puedes quedar conmigo. Voy a ser una hermana para usted. Podemos
viajar
juntos por el mundo. Voy a utilizar mi don para hacer dinero. Nos quedaremosen
los mejores hoteles, navegar por los mares en barcos poderosos, volar por elcielo
en los aviones. Todo lo que quiera, se lo daré. Será una vida preciosa.
Sinpreocupaciones, sin temores, sin demonios.Sacudo la cabeza lentamente. "No
puedo", croo "Art es mi hermano. No puedo

Nadia frunce el ceño y libera mis manos. ―Tenga su propio camino, idiota!
Perocuando se esté muriendo debajo de un demonio horrible, mirándolo devanar
susintestinos fuera como un gato que juega con una pelota de cordón, recuerde lo
que yo le ofrecí.‖Se da la vuelta sobre sus talones y se marcha lejos.

"Nadia" lloro. "A dónde va?"

"Allí", dice ella, agitando una mano en el mundo en general.

"No me dejes", me lamento. "No sé dónde estamos. Usted tiene que ayudarme
aencontrar a Beranabus. Se puede ir después de eso, pero..."

Ella se da vuelta una esquina. y salta fuera de vista, abandonándome en elcallejón.


Solo.Estoy sentado en el suelo polvoriento. Manos en las rodillas. La cabeza en
mismanos. Llorando. Ha sido tal vez una hora desde que Nadia me dejó. No
dejabade pensar que iba a volver, que había que decidido no abandonarme. Pero
noha habido ni rastro de ella. Y cuanto más pienso en lo que dijo, y su cara
cuandolo dijo, menos probabilidades creo que hay es de su regreso. Nadia odió su
vidacon Beranabus. Ella lo acompañó porque ella no tenía ninguna otra opción.
Peroentonces le di una salida y ella saltó en ello.

Finalmente, cuando las lágrimas paran, me pongo de pie y miro a mi alrededor.Me


siento con hambre, ahora que estoy de vuelta en mi propio mundo, pero no hay
tiempo para comer. Tengo que encontrar Beranabus—si todavía está vivo.Hay
docenas de parches de luz que se mantiene en el aire a mí alrededor, pero
ninguno está pulsando. Yo limpio mis mejillas limpias, entonces me enfoco.
―Beranabus,‖ murmuro, pensando en su cara, su traje raído, la flor en el ojal, las
manos limpias. Repito su nombre, una y otra vez, esperando a que las Nada pasa.
Las luces mantienen su luz firme.

Me voy enfriando—tal vez lo que significa que está muerto!

"Art," digo rápidamente, fijando los rasgos de mi hermano en mi mente. Me


concentro en su nombre y cara, pero las luces no se cambian.

Tengo el estómago apretado por el miedo. Están los dos muertos, asesinados por
demonios? Ellos deben ser.

Por otra parte, por qué las luces no pulsarían y me llevarían a ellos?

Tengo otra idea, justo antes de que el pánico se desborde del todo. Yo me
imagino los horribles rasgos de Cadáver y digo el nombre del demonio, una y otra

El miedo se apura fuera de mí cuando yo comprendo que las luces trabajan de


forma diferente aquí. Ellos no pulsan cuando yo pienso en una persona o lugar. El
mago y mi hermano todavía podrían estar vivos.

El alivio inunda a través de mí—entonces agota casi inmediatamente. Porque si


las luces no funcionan de la misma manera aquí, cómo voy a encontrar a
Beranabus o Art, o abrir una ventana al universo del Demonata?

No puedo volver.
13.Punks
Camino por las calles de la ciudad. Ha pasado mucho tiempo desde la última vez
que estuve en un lugar tan concurrido y ruidoso. Echaba de menos la vida en la
ciudad cuando estaba viviendo en Paskinston. Recordé sólo las cosas buenas: el
cine, las piscinas, los parques, la escuela.

Me olvidé del tráfico, de los edificios altísimos que cortan la luz solar, del
aislamiento.

Siempre estuve con mamá o papá cuando vivía en la ciudad, o con un profesor o
una niñera.

Pero un día, en un viaje escolar a un museo, me perdí. Pasó una hora antes de
que me encontraran. Ahora recuerdo lo que sentía, el miedo, como creía que
estaría perdido para siempre. Estaba seguro que tendría que dormir en un banco
del parque o debajo de un puente como una persona sin hogar. Fue aterrador.

Esto es más aterrador. Por lo menos en ese entonces yo sabía en qué ciudad me
encontraba, pero ahora podría estar en cualquier lugar. Ninguno de los nombres
de las calles o edificios me es familiar. Pienso en preguntarle a un adulto donde
estoy, pero no quiero exponerme. Si me acerco a un extraño y se enteran de que
estoy perdido, que ni siquiera sé en qué ciudad estoy, me llevarán a la policía. A
una parte de mí le encantaría (la policía se encargaría de llevarme a casa) pero no
puedo seguir ese camino. Si la policía me detiene, no voy a ser libre para buscar a
Art.

No he renunciado a mi hermano. Puede que las luces no funcionen del mismo


modo que en ese otro universo, pero todavía puedo verlas. Debe haber una
manera en la que pueda activar los parches de luz. Sólo tengo que averiguar cuál
es.

Mientras estoy dándole vueltas al problema, sigo caminando. Escucho con


atención a la gente hablando. La mayoría hablan el mismo idioma que yo, pero los
acentos no me resultan familiares. Deseo una vez más poder preguntar dónde
estoy, pero no es posible.

Tengo más hambre a cada paso. Hay agua en los bebederos, pero nada que
comer. Paso por un puesto de venta de hotdogs y pretzels. Rebusco en los
bolsillos, pero no tengo nada de dinero. Considero tratar de robar un pretzel, pero
si me atrapan podría significar un gran problema.

Mi estómago está gruñendo, las lágrimas me hacen cosquillas en las esquinas de


los ojos, sigo caminando.

Mi reloj está funcionando de nuevo. He estado aquí al menos dos horas, vagando
sin rumbo. El sol comienza a ponerse. Pronto llegará la noche. ¿Dónde voy a
dormir?

Es hora de sentarse y pensar. Encuentro un banco en un pequeño parque. Estoy


temblando. Aunque no esta especialmente frío, sólo estoy usando una camiseta,
nada más de abrigo. No hay mucha gente en el parque. Una mujer que pasa me
mira de cerca. Creo que se detendrá y me preguntará si estoy bien. No estoy
seguro de qué decir si lo hace. Nunca fui un buen mentiroso. Pero luego sigue su
camino, decidiendo que no soy su problema.

Trato de pensar en mis problemas de forma sencilla, para así poder considerarlos
de uno en uno. Mi principal prioridad es volver al universo Demonata. Pero eso
tendrá que esperar. Tengo otras prioridades. ¿Dónde estoy? ¿Dónde voy a dormir
esta noche? ¿Cómo voy a encontrar comida?
Pienso en cada uno a la vez. Ubicación: No puedo preguntarle a los que pasan
caminando, pero debe haber alternativas. Una biblioteca, tal vez, excepto que no
sé dónde encontrar una. Pero ahora que me puse a pensar con calma, veo que
hay otras formas. Puedo mirar la guía en una cabina telefónica. O ir a un puesto
de diarios y leer los títulos de los periódicos locales.

Casi se me escapa una pequeña sonrisa cuando me doy cuenta de lo sencillo que
es. Eso me da confianza y me enfrento a los otros problemas de forma más
positiva. Puedo revolver los contenedores de basura para alimentarme. No es muy
agradable, pero al menos no moriré de hambre.

Encontrar un lugar para dormir es más difícil. ¿Ocultarme en una biblioteca o un


museo? ¿O tal vez en una tienda que venda muebles? Me mantengo en las
sombras mientras que están cerrando, luego salgo cuando este desierto, y dormiré
en un sofá o una cama.

No es un mal plan, con la excepción de que todas las tiendas ya han cerrado.
Puede ser que sea capaz de hacerlo mañana, pero no va a funcionar ahora. Tal
vez tenga que dormir al aire libre, sobre una rejilla de la calle o en un banco del
parque.

Recojo periódicos para utilizarlos como mantas. Espero no ser descubierto por un
policía. Buscar un lugar mejor por la mañana.

Mientras estoy pensando en ello, alcanzo a ver una luz intermitente por el rabillo
de mi ojo izquierdo. Mi cabeza gira con ímpetu hacia ella. Esta no es la primera
vez que ha pasado. He estado reaccionando a todas las luces parpadeantes en
las tiendas o en las esquinas, mis esperanzas van en aumento de pensar por un
segundo que pueda ser uno de los parches mágicos.

Me quiero fruncir el ceño a mí mismo, sintiéndome estúpido por caer en el mismo


truco por enésima vez. Me dispongo a mirar hacia otro lado, diciéndome a mí
mismo que debo comportarme con más sensatez la próxima vez, cuando algo me
llama la atención: no hay ninguna tienda ni es desde la esquina de donde proviene
el flash.

Miro a la izquierda de nuevo, pero poco a poco, sin crearme falsas esperanzas. Es
probable que sea alguien en una bicicleta, o un pájaro con una tira de papel en el
pico, o ...

Pero no lo es. Es un parche de luz amarilla triangular, a la deriva a través del


parque, flotando.Estoy de pie de inmediato, con mis pensamientos sobre el
alimento y refugio olvidados, corriendo tras la luz. Llego a ella como un bebé en
busca de su muñeco, y luego me detengo. No tiene sentido interferir, ya que no
hay otros parches pulsantes con los que unirla. Es mejor seguirlo, ver a dónde
conduce y desear que la suerte este conmigo.

*****

La luz pasa a través de los barrotes en la parte trasera del parque. Trepo por
encima, casi quedando como una brocheta humano, destrozándome la parte
trasera de mi camiseta. Empiezo a seguirlo a través de la carretera detrás del
parque, pero el conductor de un coche que se acerca hace sonar su bocina,
advirtiéndome. Espero con impaciencia que pase, y me doy prisa detras del
rectángulo luminoso. Por suerte, no se está moviendo muy rápido, así que logro
alcanzarlo.

Camino al lado del parche hasta que pasa a través de la pared de un edificio. Me
quedo mirando la pared por un momento, perdido, y luego miro hacia
atrás,definiendo mentalmente la trayectoria de la luz. Ha llegado como una línea
inclinada desde el parque. Si continúa en esa dirección, deberá salir de nuevo en
algún punto a mi derecha en el otro lado del edificio.
Corro alrededor de la construcción hacia la parte posterior. Avanzo hasta el punto
donde creo que la luz aparecerá, aprieto los puños, a la espera, contando los
segundos en el interior de mi cabeza. Cinco ... ocho ... diez ... quince ... veintiuno ...

La luz vuelve a aparecer a la cuenta de veintitrés, más a mi derecha de lo que


había calculado. Corro hasta alcanzarla, y camino con ella hasta la pared de otro
edificio, inmediatamente después voy hacia la parte trasera, y la espero
nuevamente.

Eventualmente pierdo la luz en la zona de los depósitos. No hay manera de que


llegue a la parte trasera antes de la luz vuelva a surgir. Pero eso no es una
preocupación. Porque he visto otras luces, flotando en el aire desde distintas
direcciones, todas dirigiéndose hacia el mismo lugar varios cientos de metros por
delante de mí. No puedo ver donde se encuentran debido a los edificios, pero
tengo una buena idea de dónde están, así que camino a través de las calles. No
hay necesidad de preocuparse más por las luces, sólo por el punto de intersección.

Diez minutos más tarde, giro en una esquina y veo un puñado de luces que
penetran en las paredes y el techo de un edificio grande en el centro de una fila de
restaurantes, tabernas y tiendas. Hay gente en frente del edificio, a la espera de
entrar. A medida que estoy más cerca veo que la mayoría son adolescentes
vestidos con chaquetas de cuero, jeans rotos, y medias de red. Muchos tienen el
pelo en punta teñido y cadenas colgando de sus orejas, narices y labios. Se ven
bastante aterradores. No tanto como los demonios, pero asustan bastante para
ser humanos.

Oigo música que viene desde el interior del edificio y me doy cuenta de que es un
concierto. Es una música dura, fea, fuerte y desagradable, muy rápida. Me
zumban los oídos, incluso desde tan lejos. Me detengo cerca de la multitud. Hay
un par de hombres en la puerta principal, vestidos de manera diferente. Ellos son
los que están a cargo, tomando el dinero de las personas que quieren ver el
concierto, dejándolos entrar de a unos pocos a la vez. A medida que observo, los
hombres rechazan a una chica y tres chicos. Una fila se forma. He oído a la chica
gritando que es mayor de dieciocho años. Uno de los porteros se ríe y le dice que
muestre un documento de identidad o se vaya.

Esto no va a ser fácil. Si a ellos los mandaron a casa, sin duda no dejarán pasar a
alguien como yo. Voy a tener que mentir, decir que mi padre, (o tal vez un
hermano mayor sería mejor) está ahí. Probablemente no funcione, pero tengo que
darle una oportunidad.

Escucho a los adolescentes hablar sobre el concierto, y recopilo tanta información


como puedo. Ellos lo llaman un concierto punk. Hay varias bandas en el programa.
Nombres como TheClamps, Thunderballs, TheDamnable. Cuando estoy listo,
camino con valentía al frente de la línea y sonrío a los porteros.

—Disculpen—, les digo educadamente. — ¿Es aquí donde TheClamps está


tocando?

Uno entrecierra los ojos mirándome. El otro gruñe, —Sí. Pero solo para mayores
de dieciocho.

—Lo sé—, respondo. —Pero mi hermano está ahí. Tengo que encontrarlo. Papá y
mamá han salido por la noche. Se suponía que debía dejar la llave de la puerta de
atrás para mí, pero debe de haberla traído con él. No puedo entrar sin ella.
¿Puedo entrar y recuperarla? Me iré de inmediato. —

Los hombres se miran entre sí, entonces uno de ellos dice: — ¿Cuál es su
nombre?

Estoy a punto de decir Art, pero ese no es un nombre común. Así que le digo —
John— en su lugar.

—John, ¿qué?— preguntan.

Una vez más, Fleck no es común, por lo que contesto el primer nombre que viene
a mí. —Smith.

—John Smith—. Réen entre ellos.


—Hay que admirar su coraje—, dice uno de ellos.

—Sí, pero no lo suficiente como para dejarlo pasar—, el otro se ríe, y luego me
señala con el pulgar. —Buen intento. Ahora vete.

—Usted no entiende,— digo entrecortadamente. —No puedo entrar sin la


llave.Tengo que...—

—Puedo buscarlo si realmente existe,— el primer portero interrumpe. —Pero si


voy allí y llamo a un John Smith y no existe o los que aparecen no son tu hermano,
estaré muy enojado. Así que piénsalo detenidamente, y luego contéstame,
¿debería llamarlo?

—No tienes que hacerlo. Puedo entrar a buscarlo. Es un poco... él es un poco


sordo. No oirá si lo llaman. Tengo que ir yo mismo, a buscarlo... —

El portero da un paso adelante, se agacha y maldiciendo me dice que me retire.


Luego vuelve a su puesto y hace señas a los siguientes punks en la fila.

Lo arruiné. Derrotado, me escabullo ignorando los abucheos de los punks, y busco


un lugar tranquilo donde pensar mi siguiente jugada.

Más luces están flotando dentro del edificio, más rápido ahora. Podría esperar
hasta que el concierto haya terminado, y luego entrar, pero yo no creo que tenga
mucho tiempo. Así que busco otra entrada, pensando que debe haber una puerta
contra incendios en la parte trasera.

Un callejón estrecho, sucio, corro detrás de las tiendas y tavernas. Hay bolsas de
basura por todas partes, cajas vacías de cartón, botellas y latas, sangre seca,
vómito y mierda de perro. Transito a través de la confusión, tratando de encontrar
el edificio donde el concierto tiene lugar. El ruido me guía y un minuto más tarde,
estoy de pie frente a un par de grandes puertas, que vibran debido a la música.

Trato de abrir las puertas, pero están cerradas desde el otro lado. Empujo y tiro,
pateo y golpeo, sin ningún efecto. Busco ventanas por las que colarme, pero sólo
hay un par y las dos están tapiadas.
Vuelvo a las puertas. No pueden permanecer cerradas toda la noche. La gente
tendrá que salir eventualmente. Estoy seguro de que estarán abiertas al final del
concierto, pero para entonces podría ser demasiado tarde, las luces podrían haber
desaparecido. Sólo tengo que esperar que alguien salga antes en busca de aire
fresco o por sentirse enfermo.

Hay unos contenedores de basura a la derecha de las puertas. Me agacho detrás


de ellos y espero, pensando en colarme en el caso de que pueda ingresar. No es
un gran plan, pero a falta de algo mejor, es mi única esperanza.

Diez minutos pasan. Quince. Veinte. Treinta. Estoy verdaderamente helado


ahora.No creo que el sol haya brillado alguna vez directamente en este agujero
horrible del callejón. Mi nariz está goteando. Me limpio con la palma de mi mano,
pero eso no sirve de mucho.

Las luces se mueven muy rápidamente, en mayor número, pasando a través de


las paredes y el techo. Creo que una ventana se va a abrir pronto. Tal vez haya
una bruja como la señora Egin en el interior, o tal vez la música está convocando a
los demonios (este es el tipo de ritmo que me imagino que los Demonata deben
adorar. Tal vez algunos de ellos vengan a ver el concierto.

Sonrío mientras imagino a Cadáver y el demonio con cabeza de buitre


deslizándose a través de una ventana entre los dos universos para bailar con los
punks. Mientras estoy sonriendo, las puertas se abren y dos hombres salen al
callejón, una ola de música metálica irrumpiendo junto con ellos. Estoy alerta de
inmediato, rezando para que giren a la izquierda para que pueda entrar sin ser
visto.

Pero se quedan dónde están, mirando a su alrededor. Uno de ellos es un punk,


con pantalones vaqueros, una chaqueta de cuero, sin camiseta, un pañuelo negro
y delgado anudado al cuello, el pelo de punta color morado, y un anillo en la nariz.
Escuálido. No es mucho mayor que yo. El otro lleva un uniforme del ejército, con
botas y una boina. Un poco más viejo que el punk y mucho más voluminoso. Tiene
letras tatuadas en los nudillos, pero no los puedo leer desde aquí.
—Esta será nuestra ruta de escape, si tenemos que correr, — el hombre en la
ropa del ejército, dice, dejando la puerta a medio cerrar, apagando la mayor parte
del ruido. —Nos separaremos si nos persiguen.Tu iras a la izquierda. Y yo a la
derecha. Nos reuniremos de nuevo en el hotel.

— ¿Podremos escapar?— el punk pregunta.

—Depende de lo que sea. Algunos son lentos, algunos rápidos. Si no podemos


evitar que cruce, vamos a tratar de luchar, pero si es demasiado fuerte, vamos a
tener que correr como el infierno.

—No me gusta correr—, dice el punk.

—A mí tampoco—, el otro contesta —, pero a veces es la única opción. Estos


demonios son madres feroces. Podemos lidiar con algunos de ellos, pero otros...

A la mención de los demonios, un estremecimiento de alivio se agita a través de


mí. Apurado, salgo desde detrás de los cubos de basura. El hombre del ejército da
un paso atrás, protegiéndose con los puños. El punk extiende una mano para
calmarlo.

—Relájate.Es sólo un niño.

El chico de la ropa del ejército frunce el ceño.

— ¿Qué estás haciendo aquí, chico? ¿Tratas de colarte en el concierto sin pagar?
No va a funcionar. Desaparece, tú bueno para nada...

—Disculpa—, le interrumpo, —pero tú... esto puede parecer una locura... pero les
he oído hablar acerca de los demonios y yo...

— ¡No has oído nada! —grita. —Ahora lárgate, rápido, antes de que yo...

—Espera un minuto—, dice el punk, entornando los ojos azul claro hacia mí. Él
asiente con la cabeza para que yo continúe.
—Bueno... como he dicho... Les he oído hablar y... así... ¿ustedes chicos son...
por casualidad ...? Quiero decir... ¿son discípulos?

La pareja me miran sin decir nada. Entonces el tipo del ejército mira a su alrededor,
coge un trozo de metal, permite que las puertas se cierren casi en su totalidad,
colocando el metal entre ellas para mantenerla entre abierta. El punk esta a un par
de pasos detrás de él.

—¿Quién eres tú?— gruñe.

—Mi nombre es Kernel Fleck. Yo estaba con Beranabus. Quiero volver con él.
Yo. .. ¿Saben a quién me refiero? ¿Son...?

El par intercambia miradas silenciosas. Empiezo a pensar me equivoqué, que


escuche mal, o tal vez que Los Demonios es simplemente otra banda. Pero
entonces uno de los chicos se encoge de hombros y el punk alza la mano.

—Sí—, dice mientras nos damos la mano. —Somos discípulos. Este es Shark. Y
mi nombre es Dervish. Dervish Grady. Pero no me pidas que gire como un
modelo—, dice en tono de advertencia. Y sonríe
14: Puré de Monstruo
Dervish comenzó a interrogarme para averiguar por qué estaba aquí, y cómo
conocía a Beranabus. Pero Shark lo cortó:

—El ataque podría comenzar en cualquier minuto. Necesitamos prepararnos.

Abrió las puertas y me hizo un gesto para que entrara. Estaba increíblemente
oscuro y ruidoso. La habitación era gigantesca, pero estaba abarrotada de punks.
La mayoría de ellos eran hombres de la edad de Dervish o un poco mayores. Una
banda estaba tocando en un pequeño escenario a nuestra derecha. Golpeando
levementemente sus guitarras y baterías como si el mundo estuviera a punto de
terminarse y estuvieran determinados a concluir la canción antes de que sucediera.
El cantante gritaba en el micrófono, principalmente groserías, alzando los dedos
del medio y lanzando bramidos al público.

Los punks lo adoraban. Estaban bailando como locos, saltando de arriba a abajo,
o sosteniéndose entre ellos mismos y dando vueltas salvajemente. Algunos
estaban peleando, pero parecía que era algo natural. Estaban sangrando, más no
les importaba —eso solamente le agregaba colorido—.

Habían más piercings y tatuajes de lo que alguna vez hubiera visto. Eso me
recordó los nudillos de Shark, así que dirigí mi vista a sus manos. Su nombre
estaba tatuado en ellas, una letra por dedo, con una cabeza de tiburón en blanco y
negro llenando el espacio entre el pulgar y el dedo índice, la mandíbula
ampliamente abierta y los dientes reluciendo.
—Suena como un taladro de dentista —le grita Shark a Dervish, frunciendo el
ceño ante el ruido. — ¿Realmente te gusta esta porquería?

—Es la nueva ola —sonríe Dervish. —La música del cambio. ¡An-ar-quiiiiaaa! —
responde agitando el puño en el aire.

—Madura —resopla Shark, y luego me dirige la mirada. — ¿Te gusta esto?

—Nunca había escuchado algo como esto —le digo. —Me está comenzando a
doler la cabeza. Shark se ríe.

—El niño tiene más sentido que tú, Grady.

La canción termina y la banda se toma un pequeño descanso para que uno de los
guitarristas pueda reemplazar la guitarra que acababa de romper. Dervish usa la
pausa para ponerme al tanto de la situación.

—Alguien está invocando a un demonio. Hemos estado tratando de detenerlo


desde hace unas semanas. No sabemos quién es el que lo está haciendo, pero
sabemos que el cruce va a ocurrir aquí, esta noche. Si no conseguimos detenerlo,
planeamos asesinar al demonio u obligarlo a regresar.

—No podemos matarlo—dice Shark. —No somos lo bastante fuertes como para
destruir a un demonio. En el Universo Demonata, tal vez —pero devolverlo de
donde viene es lo mejor que podemos esperar.

— ¿Han hecho esto antes? —pregunto.

—Yo sí. Esta es la primera probada de acción para Grady—le da un golpecito en


el brazo a Dervish. —No estoy seguro de que esté listo para esto.

—No te preocupes por mí—gruñe Dervish. —Haré lo que tenga que hacer.

—Sé que lo harás—dice Shark con una risita. —Ahora, intentemos encontrar a la
―bolsa de basura amante de los demonios‖, aunque apuesto no lo sabremos antes
de que...
—Allí está—interrumpo, señalando a un hombre de mediana edad cerca del
escenario. Está vestido como punk, pero en realidad no parece uno. Lean y
musculoso, con un espeso corte de cabello mohicano. Sus labios se estaban
moviendo constantemente. Es el foco de los parches de luz, los que palpitan a su
alrededor en una ventana casi completamente formada.

— ¿Cómo lo sabes? —pregunta Shark suspicazmente.

—Eso no importa. Es él. Está a punto de terminar. Otros pocos minutos y la


ventana estará abierta.

Shark lanza una maldición, y luego comienza a caminar hacia el hombre con el
mohicano. Dervish se lanza tras Shark, y yo a continuación de Dervish. Mientras
avanzamos a codazos entre la multitud, la banda aúlla una nueva canción, más
rápida, y el lugar se vuelve más y más salvaje. De repente, los punks están
saltando alrededor mío, golpeándose unos a otros, cayéndose, lanzando patadas
y golpeando a cualquiera que esté a la vista. Me noquean y caigo al suelo. Alguien
pisa mi mano derecha y lanzo aullidos de dolor. Intento ponerme de pie, pero me
tiran al suelo de nuevo. Peleo, jadeando, temiendo ser aplastado por un mar de
punks hasta morir. Entonces Shark llega a mi lado, con los puños en alto,
golpeando a los punk para que se alejen. Dervish me levanta y me pone sobre sus
hombros. Es más fuerte de lo que parece.

—Sujétate fuerte—dice, y nos abalanzamos hacia delante de nuevo, Shark a la


cabeza.

Golpeo a unos cuantos punks, aprovechándome de mi posición, tratando de


aplastar unas cuantas narices en venganza. Entonces recuerdo que tengo una
misión más importante y vuelvo mi atención hacia el escenario. Tengo una mejor
visión del invocador de demonios desde aquí. Puedo ver como comienza a
temblar y como brota espuma de su boca. Las luces palpitan en la ventana, todas
al mismo tiempo.

— ¡Demasiado tarde! —grito. —Va a abrirse.


— ¡No! —ruge Shark, quitando a un punk especialmente grande de su camino.

— ¡Podemos lograrlo! No voy a...—

Una explosión. Parte del escenario estalla, hiriendo con astillas y clavos a la gente
que se encuentra más cerca de él. Gritos de agonía. Uno de los guitarristas cae de
rodillas, mirando el sangriento desastre. El cantante no se detiene, está tan
concentrado en su canción que no escucha nada más que su propia voz. Hay una
ventana de luz púrpura al lado del hombre del mohicano. Él está de pie junto a ella
orgullosamente, sin ninguna herida. Sonríe ante el caos. Pone un par de dedos
entre sus labios y da un silbido. Un demonio salta por la ventana. El cuerpo de una
gallina. Tres cabezas de cerdo. Luce ridículo, casi para reírse, hasta que abre la
boca y escupe a un punk cercano. El escupitajo le da en pleno rostro,
provocándole burbujas y quemándolo. El hombre cae, tratando de gritar, pero sin
poder hacerlo.

Dervish pedía anarquía unos cuantos minutos atrás —ahora la tiene—. La


habitación lucía salvaje con el baile, los saltos y la pelea antes de esto, pero
cuando los punks vieron al demonio en acción se volvieron completamente locos.
El pánico se apoderó de la multitud. Chillando, se abalanzaron hacia las puertas
de escape. El hombre con el mohicano se reía mientras daba un paso hacia el
demonio.

— ¡Ahora veremos quien tiene el poder! —gritó por sobre los caóticos alaridos. —
Todos estos años de tener que inclinarse y lamer las botas de alguien más. ¡No
más! Ahora aprenderán a temerme. Este es mi mundo ahora. Todos ustedes—.

No alcanza a llegar más lejos. El demonio, sin mostrar ningún sentido de gratitud,
lo escupe. El hombre se deja caer hacia atrás, el ácido ya carcomiendo su rostro,
disolviendo su carne y cartílago, comiendo a través de ellos para chisporrotear su
cerebro. ¿Quién dijo que no había justicia en el mundo?

Fuimos empujados atrás por la enloquecida multitud. Shark grita con furia y
sorpresa. Trata de pelear contra ellos, pero no es lo suficientemente fuerte como
para enfrentar la marea de punks en pánico. Caigo al suelo de nuevo y siento la
habitación cerrarse sobre mí. Está vez estoy seguro de que seré aplastado. Pero
Dervish mantiene la calma. Hay magia en el aire —puedo sentirla filtrándose por la
ventana—. Se aproxima a ella, ladra unas cuantas palabras y repentinamente el
espacio alrededor de nosotros está limpio, los punks apartados por una fuerza
invisible. Nosotros tres estamos solos, protegidos por una burbuja de energía
mágica, como la que Nadia y los otros crearon en la cima de la aguja de roca.

— ¡Shark! —grita Dervish, apuntando con la cabeza al demonio, el cual había


escupido a un tercer punk y estaba ahora agachado sobre los restos del hombre
con el mohicano. Está sorbiendo el escupitajo, junto con la pegajosa masa que es
todo el lado izquierdo del cráneo y los sesos del hombre.

— ¡A él! —gruñe Shark, avanzando hacia adelante. Se aprovecha de la magia,


nervioso, luego salta a través del aire, aterrizando a un lado del demonio. Antes de
que este pueda reaccionar, agarra una de sus cabezas y la retuerce salvajemente
hacia la izquierda, luego a la derecha, rompiéndola y arrancándola de su base.

El demonio chilla y escupe a Shark con las dos bocas restantes. Shark se quita del
camino de uno de los escupitajos y desvía el otro con una ola proveniente de su
mano cargada de magia. Lanza la cabeza cercenada —aun moviéndose— a
través de la ventana, y luego agarra otra. Esta vez el demonio elude los dedos
tatuados y alza el vuelo, haciendo un ruido entre similar a los chillidos de un cerdo,
o al cacareó de una gallina.

El demonio se dirige a una de las ventanas del frente del edificio, antes de que
alcance a llegar y la atraviese para asesinar a los punks que se han escapado
hasta la calle pasando ante el desconcertado portero, Dervish murmura un rápido
conjuro. El vidrio se vuelve acero. El demonio no lo ve. Salta cacareando, solo
para estrellarse fuertemente contra el metal y caer al suelo.

Dervish usa magia para despejar un camino entre nosotros y el demonio. Se lanza
hacia adelante mientras el demonio sacude su cabeza confundido y se interpone
entre el monstruo y la puerta del frente.
— ¿Estás seguro de que no podemos matarlo? —le grita a Shark.

— ¡Sí! —brama Shark.

—Entonces obliguémoslo a regresar por la ventana —me mira disimuladamente.


—Kernel, ¿puedes moverte para bloquear su camino hacia las puertas traseras?

—No estoy seguro—murmuro. —No soy bueno peleando…

—No tendrás que pelear—me asegura Dervish. —Solo haz como que sabes lo
que estás haciendo, como si fueras la pieza más cruel de suciedad de la
habitación. Frunce el ceño. Gruñe. Aúlla. Si va a por ti, yo entraré en acción.

Le creo a Dervish, aún cuando apenas lo conozco. Es menor que Shark, pero
habla como si fuera mayor. Así que con una mínima vacilación hago lo que me
pide y me dirijo lentamente a la izquierda, a lo largo del camino que Dervish está
creando. Tomo una posición a medio camino entre él y Shark, abro mis brazos,
miro fijamente al demonio y actuó como si fuera mucho más poderoso y tuviera
mucha más confianza de la que tengo. El demonio se encuentra de pie. Sangre
sale de su cuello, donde su tercera cabeza había sido arrancada. Saliva gotea de
las bocas que le quedan, chisporroteando donde toca el suelo, quemando el viejo
piso de madera. Lanza una bola de saliva zumbando hacia Dervish, pero este
agita una mano en el aire y la bola explota. Entona un conjuro y varios ladrillos se
desprenden del muro y vuelan hacia el demonio, estrellándose en su cuerpo y
cabezas. El demonio batea los ladrillos lejos, su mirada pasa desde Dervish hasta
Shark y luego hasta mí. Está buscando un punto débil. Me mira persistentemente,
debido a que soy el más pequeño. Quiero correr por protección como los punks,
pero no me dejo vencer por el temor. En vez de eso, doy un paso adelante,
haciendo muecas de burla al demonio, invitándolo a que me ataque. La táctica
funciona. Con un grito petulante, el demonio se dirige a la ventana de luz púrpura,
más allá del cantante, quien sigue rugiendo en su micrófono, los ojos cerrados, sin
idea de lo que está ocurriendo. Shark maldice al darse cuenta de que ha dejado la
ruta hacia la ventana abierta por accidente. Arremete contra el demonio. La bestia
se lanza velozmente hasta la ventana y salta a la seguridad, riendo histéricamente
hacia Shark, pensando que había podido más que él.

— ¡Qué gran grupo! —grita, poniéndose de pie a la izquierda de la ventana, en


guardia por si el demonio regresa. — ¿Vieron a ese bebe correr? ¡Realmente
pateamos su trasero!

—Qué entusiasmo —murmura Dervish, acercándose a la ventana, tomándose una


pausa para fundir los muros alrededor de las puertas delanteras y traseras,
permitiendo el paso a más punks —más fácil que tratar de restaurar el orden. —
Nunca me había sentido tan poderoso. Nunca pensé que pudiera hacer tanto. La
magia en el aire… la forma en que pude utilizarla… ¡increíble!

—Tienes el gusto de la acción ahora—dijo Shark con una risita. —Estabas


nervioso antes. Eso es comprensible. Todos entramos en pánico la primera vez.
Pero has atrapado a la sabandija. Pelear con los demonios es tu especialidad,
¿no?

—Tal vez—dice Dervish, con una sonrisa torcida, mirando sus manos con una
mezcla de orgullo y asombro. —Hice la mayoría de eso sin pensarlo. Es como si
hubiera habido alguien en mi interior, moviéndome como un títere.

—Las ventanas de acero fueron una buena idea—lo elogia Shark. —Eres más
creativo que yo. Yo hubiera tratado de arrastrar el demonio de vuelta.

— ¿Por cuánto tiempo permanecerá abierta la ventana al otro universo? —


pregunta Dervish.

—Tal vez unos cuantos minutos más—responde Shark. —Nos quedaremos


cuidándola hasta que se cierre, para estar seguros, y luego nos largaremos de
aquí. Trata de explicarle a un policía que formas parte de una gran guerra contra
los demonios, — ¡veamos a donde te lleva!
Dervish examina la ventana con inocente curiosidad. Mete sus dedos dentro de la
luz, aúlla cuando desaparecen, saca la mano y mueve los dedos, aliviándose al
ver que aún siguen en su lugar. Shark se ríe.

—También hice eso la primera vez.

— ¿Has entrado?—pregunta Dervish.

—Una vez. Volví enseguida —no quería quedarme atrapado ahí.

— ¿Qué viste?

—Un mundo como el nuestro, solo...

—Debo irme —lo interrumpo. Se habían olvidado de mí. Ahora me miraban. —


Beranabus, debo regresar con él. ¿Recuerdan?

— ¿Quieres atravesar la ventana? —dice Shark frunciendo el ceño.

—No. Pero tengo que hacerlo. Puedo encontrarlo cuando estoy en el universo
Demonata.

— ¿Y qué pasa si el monstruo te está esperando en el otro lado? —dice Dervish.


Me encojo de hombros tristemente.

—No tengo alternativa. No puedo encontrar a Beranabus aquí.

— ¿No vendrá a buscarte? —pregunta Shark.

—Tal vez. Pero no estoy seguro de que pueda encontrarme tan fácilmente como
yo lo puedo encontrar a él. Tengo que ir —dije, urgentemente esta vez, consciente
de que la ventana podía cerrarse mientras estábamos discutiendo. —Un demonio
secuestró a mi hermano. Tengo que rescatarlo.

Doy un paso hacia la ventana. Shark extiende su gran mano tatuada y me detiene.
—No hay forma de que deje a un niño atravesar eso solo—gruñe. Frunzo el ceño
y sonríe. —Mejor iré contigo, y me aseguraré de que no te hagas ningún daño.
¿Dervish? —dice mientras alza una ceja en señal de pregunta.

Dervish estudia la ventana nuevamente. Se pasa la lengua por los labios


nerviosamente. Luego asiente.

—Sí. Qué demonios. De todas formas nunca hay mucho que hacer aquí un
sábado por la noche.

Mis ojos se llenan con lágrimas de felicidad.

—Gracias—murmuro.

—No tienes que agradecer—dijo Shark. —Sólo estate listo para pelear.

Dicho eso, agarra el cuello de mi camiseta y me empuja a través de la ventana de


luz púrpura, de vuelta a la caldera de los Demonata.
15: El Discípulo Renuente
Salgo en la parte superior de una nube esponjosa. Tomo un descanso, a mi
izquierda veo muy por debajo de la tierra. Mi estómago se cae como me imagino a
mí mismo cayendo a través de la niebla, el cielo, golpeando el suelo duro y
salpicaduras. Pero la nube se mantiene, apoyándome como el agua en el primer
mundo que he visitado.

Shark estaba unos pasos atrás de mí, Dervish justo detrás de él. Ellos gritan por la
sorpresa cuando ven en lo que estamos de pie. A su vez entramos a través de la
ventana.

—Está bien—, grito. —No vamos a caer.

Hacen una pausa, me miran con incertidumbre, y luego se dan cuenta de que
estoy diciendo la verdad, de lo contrario habríamos caído ya.

El demonio de dos cabezas ahora está en otro banco de nubes delante de


nosotros. Cuando nos ve, chilla con temor a límites de distancia. Shark empieza
justo después de él, pero Dervish le devuelve el llamado.

—Estamos aquí para encontrar Beranabus, no para matar a un demonio perdido.

Shark hace una mueca, poco dispuesto a dejar escapar el demonio. Luego suspira.

—Está bien muchacho. Cuéntanos cómo vamos a encontrarlo.


—Voy a abrir una ventana—, le digo, como la que acabamos de atravesar. —Sólo
denme unos minutos para encontrar los parches.

— ¿Parches? —Dice Dervish, pero no le contesté. Mirando a su alrededor, me


complace observar que hay un montón de manchas de luz en el aire, a pesar del
hecho de que estamos de pie en lo alto de una nube. Empiezo a pensar en
Beranabus, murmurando su nombre suavemente, esperando que él todavía esté
vivo y que tengo el poder de hacer el pulso de las luces.

Pasan unos pocos segundos, nada. Pero antes de que el pánico me apodere la
oportunidad, un cuadrado de color rosa parpadea por mi pie izquierdo. A
continuación, un octágono marrón. Pronto, decenas de los parches están pulsando
y alegremente se pusieron a trabajar.

Soy consciente de Dervish y Shark hablando mientras construyo la ventana.


Dervish se queja del frío. Su chaqueta de cuero es demasiado pequeña para
abotonar adecuadamente—es por el estilo no calienta —y su pecho desnudo se
congela en las heladas alturas.

—Usa tu magia—, le digo, recordando la forma en que instintivamente reparé mi


brazo roto. —Te puedes calentar si piensas en el calor.

Dervish se muestra escéptico, pero le da una oportunidad, y momentos después él


está sonriendo, incluso tomando su chaqueta y atándola alrededor de su cintura.

—Tú debiste estar aquí mucho tiempo por todo lo que conoces—, dice Shark.

—En realidad, yo no creo que haya pasado más de medio día—, le respondo. —A
pesar de que se siente como más tiempo. Te lo contaré más tarde, si tenemos
tiempo.

La ventana se une suavemente bajo mi dirección. No me doy prisa. Notando con


satisfacción de que ya no estoy hambriento o cansado. Maravillado por la forma en
este universo. Empiezo a preguntarme si podría flotar hasta el suelo desde aquí,
pero luego se abren los parches pulsando cada uno como una ventana marrón. —
Aquí vamos—, les digo con aire de suficiencia.

—No pensé que se podían abrir las ventanas así de rápido—, dice Shark

—Es fácil cuando se sabe cómo.

Shark camina a mi lado y mira a Dervish. — ¿Listo para la siguiente etapa de la


gira?

—Mmm—, dice Dervish con incertidumbre. — ¿Sabes a dónde lleva?—, me


pregunta.

—No. Pero Beranabus estará allí—. Basilo. —Cuando lo dejé, él estaba en


problemas, luchando contra un equipo de demonios. Puede que tengamos que
ayudarle. Así que prepáranse, ¿está bien?

—Sí, jefe—, se ríe Shark.

—Gracias por advertirnos—, dice Dervish, y luego toma su posición a la izquierda.


Shark se desliza en su sitio a mi derecha. Entramos por la ventana.

Es el mismo mundo donde Nadia y yo salimos corriendo de donde estaba


Beranabus. Es de noche. Tres lunas brillan, más cerca que la Luna está la Tierra
en mi universo. Demasiado brillante para ver si hay demonios gigantes cerca.

Los cadáveres están esparcidos por el duro suelo amarillo. Demonios en un


avanzado estado de descomposición, lo más podrido hasta la médula. O los
demonios se pudren rápidamente aquí o este es uno de esos lugares donde el
tiempo corre más rápido que en el universo humano.

Veo a Beranabus trabajando en una ventana. Sharmila está cerca, sentada junto a
un montículo de tierra recién cavada. Supongo que es el lugar de descanso final
de Raz, que ella y Beranabus —probablemente, sólo ella—, cavó una tumba para
el discípulo caído.
Se me hace un nudo en la garganta cuando pienso en que Raz está muerto, pero
no hay tiempo para llorar. Yo no creía que pudiera ser tan frío sobre la muerte de
un amigo, pero estoy aprendiendo mucho aquí. Una de las cosas es que en
tiempos de desorden severo, no se puede preocuparse por los muertos, sino sólo
por los vivos. Sigo pensando que Art está con vida.

Él es el único en quien me tengo que enfocar. No puedo hacer nada por la muerte
de Raz Warlo.

— ¡Beranabus! —le llamo. —Soy yo, Kernel. Ya estoy de vuelta.

La cabeza del mago azota en vueltas y Sharmila se levanta. Ellos me miran con
incredulidad, luego miran a los dos hombres que estan conmigo. Entonces
Beranabus aplaude —la primera vez que actúa como un ser humano desde que lo
conocí—y se precipita hacia mí, me recoge y da vueltas a mi alrededor.

— ¡Kernel Fleck! —retumba él. — ¡Eres una maravilla! He estado luchando para
construir una ventana por varios días. ¡Y ahora aquí estás, fresco como la brisa!
¡Tú eres el ser humano más extraordinario que he conocido en siglos!

Él me pone abajo y me encuentro a mí mismo sonriendo ante él. Yo no le había


gustado al mago malhumorado antes. Pero ahora veo que puede ser tan
emocional como cualquier persona normal. Él simplemente esconde sus
sentimientos mejor que la mayoría.

—Hola, Beranabus—dice Shark, dando un paso hacia delante con la mano


extendida.

Beranabus le estrecha la mano brevemente, frunciendo el ceño. Luego señala a


Shark y dice: — ¿Octopus?

—Shark—, y se ríe.

—Ah. Sabía que era algo como eso—. Él mira fijamente a Dervish.

—Este es Dervish Grady— Shark le presenta. —Mi último fichaje.


—Otro discípulo—, Beranabus resopla, asintiendo un poco con la cabeza hacia
Dervish. — ¿Cuántos tiene?

—Si usted no lo sabe, estoy seguro que nadie lo sabe—, dice Shark.

Beranabus se encoge de hombros. —Nunca fuí bueno con los números. De todos
modos, bienvenidos al equipo, Grady. Espero que duren más que algunos de mis
otros seguidores—. Sus ojos brillan en la tumba de Raz.

—Es bueno verte de nuevo, Kernel—, dice Sharmila, dando un paso hacia delante
para abrazarme. Ella se ve gastada y miserable, pero vuelve a juntar el brazo, y
sanó sus heridas después de la batalla.

—Estoy agradecido de lo que hiciste—, le susurro.

—Estaba cerca. Mis heridas eran mortales. Si no fuera por Beranabus, habría
muerto.

—Sí, sí, yo soy mejor que cualquier médico—, dice Beranabus con impaciencia. —
Ahora, ¿qué pasa con mi otro discípulo? ¿Dónde está Nadia? No está muerta, sin
duda.

Hago una pausa. Una parte de mí quiere encubrirla a ella y decirle que fue
asesinada por un demonio. Pero sus ojos oscuros y pequeños se fijan en mí y me
encuentro incapaz de intentar una mentira. —Ella no quería volver. Ella me dejó.
Se fué sola. Ella ha tenido suficiente de los demonios.

La cara Beranabus ennegrece con furia. — ¡Voy a despellejar la piel de su


espalda! Encuéntrala. Abre una ventana a ella. Inmediatamente.

—No creo que debas hacer eso—, dice Sharmila. —Nadia es un agente libre. Si
ella quiere...

— ¡No me importa si ella quiere! —Beranabus ruge. —La necesitamos. Ahora abre
esa ventana Kernel, y no pretendas que no puedes. Voy a saber si está mintiendo.
Y te voy a castigar por ello.
Quiero decirle que yo no soy su sirviente. Pero esos ojos oscuros son feroces con
enojo cuando me mira y me marchita por completo. —Voy a intentarlo—, murmuro
con tristeza. —No estoy seguro de que funcionará, ya que no hay en este universo,
pero voy a darle una oportunidad. Si está seguro.

— ¡Sí! —Beranabus gruñe, mirándome fijamente intento borrar mis pensamientos


y concentrarme en la imagen de Nadia, sintiéndome como un traidor de los más
bajos, del orden más humilde.

Estamos esperando a Beranabus. Dijo que debido a las diferencias de tiempo


entre este mundo y el nuestro, podría estar fuera durante un par de horas como lo
experimentamos, aunque sólo sea unos minutos para él. Mantengo un ojo en la
ventana, manteniéndola abierta. No es difícil. Cuando veo un parche o dos
brillando y empezan a deslizarse fuera del panel, los presiono en su lugar.

Charlamos para pasar el tiempo. Sharmila les cuenta a Dervish y Shark sobre la
búsqueda de Beranabus de la Kah-Gash y su parte en la misión. Describo cómo
me mezclé en esto y les demuestro cómo puedo abrir ventanas con tanta rapidez,
aunque no puedo explicar por qué sólo yo puedo ver las manchas de luz.

A cambio, Shark y Dervish nos hablan de sus vidas. Shark ha sido un discípulo
desde hace varios años, trabajando con otros para evitar cruces demoníacas. Él
estaba en el ejército, cuando descubrió su talento mágico. En un período de
servicio. Un pueblo fue atacado por cuatro demonios. Shark y su equipo trataron
de detenerlos. Un Discípulo estaba presente. Se dio cuenta del potencial de Shark
cuando lo vio pelear, tiró de él apartándole de la masacre, y explicándole del
Universo Demonata. Todos los compañeros de Shark fueron asesinados, por lo
que se convirtió en un discípulo, a pesar de que todavía lleva su uniforme, por
respeto a los muertos.

Dervish es nuevo en el juego. Shark lo descubrió hace unos meses al intentar


detener un cruce en la ciudad donde me reuní con ellos. Tuvo éxito, gracias a
Dervish, que pasó a estar cerca cuando una ventana estaba a punto de abrir.
Dervish vio que Shark estaba en problemas, corrió en su ayuda y usó magia que
nunca había sabido que poseía para noquear a la mujer que trataba de abrir la
ventana. Ese fue el final de la vida como él lo sabía.

— ¿Es así como los discípulos son normalmente reclutados? —, pregunto. —Hay
un ataque, descubren la magia en su interior y un discípulo le pide que se unan?

—Más o menos—, dice Shark. —Mucha gente tiene la habilidad mágica, pero por
lo general sólo se manifiesta en la presencia de los demonios. Cuando las
ventanas se crean, algo de la magia de su universo fluye, y a través de eso es que
la gente como nosotros puede aprovechar, incluso sin formación o intención, para
usarla. Hemos pasado décadas tratando de identificar y desarrollar el potencial de
otro modo, pero sin suerte hasta ahora.

— ¿Todo el mundo quiere unirse una vez que saben que tienen el poder?—,
pregunto.

—No—, contesta Sharmila. —Muchos rechazan su llamado. Yo no los culpo.


Nuestra vida es dura y solitaria, llena de peligros.

Shark resopla con desprecio. —Si por mí fuera, los presionaría, a la gran cantidad
de ellos. Los obligan a pelear.

—Eso sería injusto—, dice Sharmila.

—No se trata de justicia— argumenta Shark. —Se trata de ganar una guerra. Tu
no puedes huir de tu deber durante la guerra. Es deserción.

—Eso es lo que hizo Nadia—, le digo en voz baja, y mis ojos se encuentran con
Sharmila. Los dos estamos preocupados por lo que sucederá cuando Beranabus
se ponga al día con ella.
Nadia cae con fuerza a través de la ventana y va a dar al suelo. Ella grita con odio
y trata de saltar de nuevo a través del panel de la luz. Beranabus aparece antes
de que finalice el salto. La empuja, gruñendo como un animal. — ¡Alto! —ruge.

Nadia intenta escabullirse alrededor de él, estirando los dedos hacia la ventana de
la luz. Él bloquea su camino, manteniéndose firme como un emperador romano,
mientras Nadia erradia gritos y gemidos.

Ella trata de usar la magia para moverlo, pero él manda a un lado su rayo de
energía y mantiene su posición. — ¡Kernel! —, Grita. —Desmonta la ventana.

—No estoy seguro de que debería...

Él me muestra los dientes, por lo que es muy claro que él a su vez vendrá a por mí
si le desobedezco. Me siento mal y temo por ella, me escabullo alrededor de
Nadia y Beranabus—el mago defiende a su asistente, protegiéndome de ella—y
me pongo a trabajar en la ventana. Después de retirar algunas piezas, aparto los
parches, estos se deslizan y desaparece la ventana.

Nadia se tira plana y llora en la tierra amarilla, golpeando el suelo con los puños.
Beranabus suspira y camino a un lado, frotándose la parte posterior de su cuello.
—Vas a darme las gracias por esto más tarde—, dice.

— ¡Voy a dar las gracias al demonio que arranque tu cabeza y llene tu cráneo con
fuego! —Ella grita de nuevo, luego se incorpora y me mira. — ¡Tú le mostraste
dónde encontrarme!

—Tuve que hacerlo—, murmuro vergonzosamente. —Él dijo el que...

Ella escupe hacia mí.

—No culpes al niño—, dice Sharmila, poniendo sus manos sobre mis hombros. —
Él estaba de acuerdo en dejarte ir, al igual que yo, pero Beranabus no quiso
escuchar.
—¿Por qué? —Nadia grita, dirigíendose hacia Beranabus. — ¿Por qué no me
dejaste allí? Yo podría haber sido felíz. Llevaba una vida normal. He estado como
humano de nuevo. ¿Por qué me arrastraste lejos de todo eso?

—Te necesito—, dice Beranabus rotundamente.

— ¡No, no me necesitas! —Te dí lo que querías: una visión de lo que podría


ayudarte a encontrar parte de la Kah-Gash.

—Habrá otras partes por encontrar.

— ¡Pero eso podría tomarnos cientos de años! ¡O miles! Ambos estaremos


muertos mucho antes de que eso suceda, si es que alguna vez sucede.

Beranabus se encoge de hombros.

—Esto es esclavitud—, gruñe Nadia. —Siempre dijo que era libre de irme.

—Y lo eres—, Beranabus insiste. —Tan pronto como encontremos las piezas de la


Kah-Gash. Hasta entonces, te necesito. Tu universo te necesita. Sé que no te
gusta esto, pero eso no importa. Tú haz sido elegida como el resto de nosotros. Si
le damos la espalda a nuestra responsabilidad, todo el mundo se reducirá al
Universo Demonata.

— ¡No me importa! —Nadia chilla. — ¿Cuál es la diferencia entre luchar contra


ellos aquí o en mi propio mundo? ¡Más les valdría que hacerse cargo de todo lo
que me importa!

—Entonces nunca tendrías un lugar seguro a donde ir—, dice Beranabus.

— ¿Y? No puedo ir allí de todos modos mientras me estás manteniendo como


prisionera.

Beranabus exhala fuertemente, comienza a decir algo, después se detiene, y


luego sonríe con fuerza. —Vamos a hacer un trato. Quédate conmigo hasta que
encuentre este pedazo de la Kah-Gash. Después de eso, puedes irte. Abriré una
ventana al mundo de los humanos para tí y no me interpondré en tú camino.
— ¿Y si muero durante la búsqueda? —Nadia réplica. — ¿O si me toma cien años
encontrar la pieza? ¿O si nunca la encontramos?

La sonrisa de Beranabus desaparece. —Estoy tratando de ser razonable.

Nadia se ríe. —No. Tú sabes que eso está mal y quieres sentirte mejor contigo
mismo. No quieres admitir que eres tan cruel y monstruoso como los demonios
que dices odiar tanto.

—Nunca dije que odiaba Demonata—, dice Beranabus en voz baja. —Y nunca
afirmé ser otra cosa más que—como tú dices—despiadado y monstruoso. Así es
como tengo que ser para luchar contra ellos.

Nadia prepara otra maldición, entonces se da cuenta de que sería una pérdida de
tiempo. Ella mira hacia nosotros con odio. Señala con el dedo a Beranabus. —
Usted me ha traicionado. Eso es algo que no voy a olvidar o perdonar. No sólo hay
que estar atento a los demonios cuando estoy cerca, tendrás que preocuparte por
mí también. Te odio tanto como ellos a tí, y muy gustosamente te mataría si
alguna vez tengo la oportunidad. Y a cualquier otra persona que este contigo.

Con eso, nos da la espalda, grita hacia las tres lunas, luego se sienta y llora
mientras Beranabus le mira un poco convincentico, medio avergonzado y
despreciable.
16: La Búsqueda
Un estado de ánimo inquieto. Todos estamos incómodos. Incluso brusco de Shark
que cree en forzar a la gente a trabajar para los discípulos, no está acostumbrado
a tiranos como Beranabus.

El mago se acerca y se sienta con nosotros. Se rasca la suela de su pie izquierdo,


luego se pasa la mano por el pelo, y tose.

—No hagas caso de la histeria de Nadia—, dice—ella va a estar bien cuando se


calme. Hemos tenido enfrentamientos similares con anterioridad. Aunque esta es
la primera vez que soy amenazado con la muerte—. Se ríe con dureza. Nadie
sonríe.
—Esta no es la mejor de las presentaciones, ¿verdad?—. Señala Beranabus,
mirándome con ironía. —Crees que soy una bestia sin corazón, pero este es el
camino de la vida para mí. No tengo tiempo para la descendencia. Soy un
demonio asesino. Ese es mi único propósito en la vida. Duermo profundamente—
en las raras ocasiones en las que duermo—porque sé que estoy haciendo la tarea
que el universo me acusa—. Señala a mis zapatos.

» Usted, puede ser que desee deshacerse de ellos. Tú también, Shark y...
¿Desviado?

—Dervish

—Sí. Descarte los zapatos. Ellos bloquean el flujo de la magia. Incluso la más
mínima ventaja puede ser vital cuando te enfrentas a un demonio luchando por la
vida. Supongo que ¿ustedes dos tienen la intención de permanecer y ayudar?

La mirada de Shark y Dervish en cada uno. Yo no creo que ninguno hubiese


tenido planes de quedarse. Entonces Shark se encoge de hombros y levanta una
ceja. Dervish asiente con la cabeza en la respuesta y sonríe débilmente. Se
doblan para desatar sus cordones.

Beranabus me estudia de cerca, me mira fijamente a mis calcetines.

—Tú eres un extraño, Fleck Kernel. Normalmente, puedo sentir la magia en los
que poseen una abundante cantidad de ella, pero no siento casi nada de esta en tí,
a pesar de que palpita con ese poder de abrir las ventanas entre los mundos con
tanta rapidez.

—Yo no creo que sea magia—, digo tímidamente. —Es como un rompecabezas.
Veo las luces y me siento capaz juntarlas cuando pulsan. Esa es la única
diferencia entre tú y yo. Si no puedo ver las piezas de la ventana, no se puede.

—Háblame de estas luces—, dice Beranabus. —La primera vez que te diste
cuenta de ellas, y de que las podías manipular.
—He visto las luces de toda mi vida, pero fue sólo en la aguja de roca que me di
cuenta de que pude...— Un recuerdo en mi memoria se activa y llego a una
parada sorpresa. —No, eso no es cierto. Hace un año, puse las luces juntas en mi
habitación, él entró por la ventana y desapareció por unos días. No puedo creer
que no había recordado eso hasta ahora.

— ¿Desapareció?— Beranabus huele.

—Sí. Nadie sabía dónde estaba. Yo tampoco lo sé. No puedo recordar lo que
sucedió cuando entró por la ventana.

— ¿Nada en absoluto? —pregunta Beranabus.

Creo que es difícil, pero a pesar de que ahora que sé que tengo que cruzar a este
universo, mi mente es un espacio en blanco. Hay algo en la ventana misma, antes
de que la atravesó, pero el recuerdo evade mí. Sacudo mi cabeza.

Sharmila ha estado escuchando con atención. Ella mira Beranabus, preocupado.

— ¿No te parece extraño que de todos los lugares donde Cadáver pudo haber
surgido, se haya aparecido en ese pueblo? La casa del único niño en todo el
mundo que tiene un poder que en algunos aspectos es incluso mayor que el suyo
propio.

— ¿Crees que vino allí por Kernel? —Beranabus frunce el ceño.

—Tal vez. Cuando nos presentamos, tal vez pensó que estabamos protegiendo a
Kernel. Así que tomó al hermano en su lugar, apuesto a que Kernel lo perseguirá
después.

—Una trampa—, dice Beranabus, asintiendo con la cabeza lentamente. —Sí,


podría ser. Tal vez deberíamos olvidar a Cadáver y...

— ¡No! —silvo... —Art es la única persona en este universo que me interesa,


aunque no me importa si es una trampa. Voy a seguir buscándolo a él. Con su
ayuda o no. Yo sé cómo. Usaré una ventana para encontrarlo.
Beranabus sonríe fríamente.

—Pudiste haber hecho eso tan pronto como regresaste. Pero no lo hiciste. En su
lugar me buscaste a mí. Debido a que me necesitas para arrebatar a tu hermano
de vuelta. Lo puedes encontrar, pero no puedes luchar por él. ¿Quieres que
arriesgue todo lo que tengo por tí. ¿Esperas que lo haga sin pedir nada a cambio?

Lo fulmino con la mirada, pero lo que dice es cierto. Le estoy pidiendo arriesgar su
vida para que me ayude.

—Pensé que tenías que buscar a este demonio Cadáver de todos modos—dice
Dervich. —Él es el que te puede llevar a aquella arma, ¿verdad?

—Tal vez no directamente—, dice Beranabus. —La visión de Nadia no es clara.


Ella dijo que el demonio ladrón nos puede guiar. Tal vez él ya ha hecho eso.

— ¿Crees que parte de la Kah-Gash está aquí?— pregunta Sharmila


dubitativamente, mirando a su alrededor en el mundo de los demonios de color
amarillento.

—No. Creo que Cadáver era solo el medio que nos proporcionaría el medio para
encontrarla.

Él fija su mirada en mí.

—Tú eres la verdadera guía. El papel del Cadáver era para llevarnos a ti. Ahora
que sabemos acerca de tú talento, se puede utilizar para buscar el Kah-Gash.
Este es el trato, me ayudaras a localizar los fragmentos, entonces yo, voy a
ayudarte a conseguir a tú hermano de vuelta.

Me quedo mirando a Beranabus nerviosamente. Suena como un trato justo, pero


yo soy cuidadoso. Tengo miedo de terminar como Nadia, una herramienta en las
manos del mago, un esclavo. Nadie sabe en cuántas piezas fuédivida la Kah-Gash.
Podría ser en un puñado o podría ser en unas mil.

—Ayúdame a rescatar a Art ahora—, el trueque. —Después iré a buscar el arma.


Beranabus sacude la cabeza.

—Primero la Kah-Gash. No tendrás ninguna razón en ayudarme una vez que


tengas a tu hermano de regreso. Podrías abrir una ventana y escapar de mí
cuando quisieras.

Lo pensé de nuevo detenidamente, porque no quería atarme a un acuerdo que


podría volverse en contra de mí más tarde. Yo nunca había tenido que negociar
algo como esto antes. Es extraño. Confuso. Espantoso. Pero me obligo a
concentrarme y en pensar todas las opciones.

—Una pieza—, le digo en voz baja. —Te ayudaré a buscarlo. Después vamos por
Cadáver y Art. Eso es justo.

Beranabus frunce el ceño y comienza a discutir.

—Tiene razón—, Sharmila se dirige a el. —Eso es un intercambio equitativo. Ojo


por ojo, por lo que hablar.

Beranabus hace un gruñido.

—No es igual. Eso es como si yo dijera que le ayudaremos a rescatar una de las
piernas de su hermano. El quiere que al niño completo, bueno, yo quiero toda la
Kah-Gash.

— ¡Pero podría pasar el resto de mi vida en busca de todas las piezas! — Lloro.

Beranabus gira los ojos.

—Muy bien—, dice a regañadientes. —Busca la primera pieza. Después,


rescatamos

tu hermano. Después me ayudas a buscar las demás piezas.

— ¡No! —Sharmila ataca. —No puedes pedirle eso a él.


—Yo puedo y lo hice—, replica Beranabus sin quitar los ojos de mí. —Por
supuesto, yo no puedo asegurar esa promesa, pero voy a confiar en tí para
mantener tu palabra si la cumples.

No me atrevo. Mi mirada se desliza a Nadia, todavía sentada, de espaldas a


nosotros, llorando. Para pasar años aquí al igual que ella, luchar contra demonios,
nunca regresar a casa... ¿Amo a Art lo necesario para hacerlo? ¿Sacrificaría todo
lo que tengo para salvarlo?

—Puede no tomar tanto tiempo como piensas—, dice Beranabus. —Puede haber
sólo unas cuantas piezas de la Kah-Gash. Tal vez las encontremos en cuestión de
semanas o meses. Una vez que tenga el arma, voy a ser capaz de destruir el
universo de los demonios. Tú podrás volver a casa. Llevar una normal, feliz y
humana vida.

Asiento con la cabeza lentamente.

—Está bien.

Beranabus enmarca una sonrisa.

—Pero debes estar de acuerdo en ayudarme si es que no puedo encontrar la Kah-


Gash.

La sonrisa del mago desaparece.

— ¿Por qué no serías capaz de encontrarla?

—No sé si puedo buscar objetos. Tal vez sólo puedo abrir ventanas a las personas
o los demonios. Si puedo encontrarlo, lo haré. Pero si lo busco, y no puedo
encontrar nada, quiero tú palabra de que aún me seguirás ayudando.

Beranabus lo considera un momento.

—Está bien.
Solemnemente en serio, nos damos la mano sellando el trato. Y trato de no pensar
acerca de la leyenda de Fausto.

Me aparto de los demás. Estudiando los parches de luz, de todos tamaños, formas
y colores. Trato de no detenerme. Tengo que poner las necesidades de Art antes
que las mías, y esperar lo mejor.

¿Y si tienes que pasar el resto de tú vida al servicio de Beranabus? dice una voz
dentro de mí.

No puedo preocuparme de eso ahora. Lo que será, será. Art primero, después la
Kah-Gash.

No estoy seguro de cómo buscarlo, ya que no tengo idea de qué es exactamente


lo que estoy buscando. Dirijo el nombre a través de mis pensamientos, estudiando
las luces, esperando que alguna pulse. Pero no lo hacen.

Despejo mis pensamientos y trato de nuevo, con otro enfoque. Pienso en un


objeto—un árbol que solía trepar cuando vivía en la ciudad. Decenas de luces
pulsan. Dejo que la imagen del árbol se difumine, espero a que las luces vuelvan a
la normalidad, después trato de nuevo, esta vez tratando de pensar en un objeto
en el que no esté familiarizado.

No es tan fácil como parece. Pienso en edificios famosos, ciudades, el Monte


Everest. Pero incluso aunue yo no he estado en esos lugares, tengo una imagen
de cada uno dentro de mi cabeza, y cuando esa imagen aparece, las luces
empiezan a pulsar.

—Dime los nombres de algunos lugares extraños o cosas que no conozco—, le


digo a Beranabus y los otros.

— ¿Por qué? —Beranabus pregunta.

—Sólo hazlo. Por favor. Es importante.


—El TajMahal—, dice Sharmila.

—No. He visto fotos de eso.

—Mi habitación", Dervish dice con una carcajada.

—No. Algo específico, con un nombre único.

Hay una pausa, y luego Beranabus dice en voz baja:

—Newgrange.

— ¡Perfecto! —Yo no tengo la menor idea de lo que eso significa.


Concentrándome en la palabra, me quedo mirando las luces y murmurando:
"Newgrange, Newgrange, Newgrange". Sigo repitiendo, manteniendo mi mente en
blanco, teniéndo sólo su nombre para buscar.

Algunas luces pulsan, después otras y más la deriva hacia mí desde los puntos
más alejados. Junto las ranuras de los parches. Cuando se forma una ventana
azul profunda le pido a Beranabus que entre conmigo.

— ¿Por qué vamos a Newgrange?—, pregunta.

—Estoy probando mis poderes.

Tan pronto como salimos, yo sé que estamos de vuelta en el mundo real. Es un


día gris y húmedo. Delante de nosotros se levanta una extraña estructura, una
larga pared de ladrillo blanco con una puerta en el mismo, un montículo de hierba
de un techo.

— ¿Eso es Newgrange?—, pregunto.

—Sí—, dice Beranabus con una suave sonrisa en los labios. —Fue construida por
las Antiguas Criaturas, los seres de una magia increíble. Mantuvieron este mundo
a salvo del de Demonata por miles de años. Cuando avanzaron, su poder pasó
con ellos, lo que nos dejó abiertos a los ataques. Me molestó su ida cuando era
más joven, pero ahora creo que tenían que irse, que los seres humanos tienen un
destino propio, que deben seguir por sí mismos.

Realmente no lo entiendo, pero eso no importa. Lo que sé es que puedo usar las
luces para buscar objetos con los que no estoy familiarizado. Armado con ese
conocimiento, me retiro a través de la ventana, para buscar una vez más la
misteriosa arma, la Kah-Gash.

*****

Me paso varios minutos introduciendo la palabra en mis pensamientos, pero las


luces no responden. Ni siquiera un simple resplandor.

— ¿El arma tiene otro nombre? —, le pregunto a Beranabus.

—Posiblemente. Los demonios hablan muchos idiomas. Pero la mayoría se


refieren a ella como la Kah-Gash.

Lo intento por otro cuarto de hora más, después me doy por vencido.

—No sirve de nada. No puedo encontrarlo. Tal vez no existe o no soy capaz de
localizarla sin más información.

La cara de Beranabus oscurece.

—Si estás está tratando de verme la cara...

—No lo hago. Las luces no están pulsando. Lo he intentado con todas mis fuerzas,
pero nada está sucediendo.

—Tal vez necesitas más tiempo—. Sugiere Beranabus.


—Esa no es la forma en que funcionó con las otras ventanas. Si pudiera encontrar
el arma, las luces habrían comenzado a pulsar ahora. No puedo hacerlo.

Beranabus murmura algo para sí mismo y tira con irritación de su barba.

Sharmila me está mirando con la cabeza ladeada, con el ceño fruncido. Ella
empieza a decir algo, luego cambia la mente y en su lugar dice:

—Debemos buscar a Cadáver de nuevo.

— ¿Para rescatar al niño? —Bufa Beranabus.

—Sí. Pero también para cuestionar el demonio. Tal vez él sabe otra palabra para
la Kah-Gash que ayude a Kernel a localizarla.

—O tal vez Nadia estaba equivocada—, dice Beranabus, mirando en la parte


posterior de su asistente. —Tal vez esta es una búsqueda inútil.

Sharmila se encoge de hombros.

—Tal vez. Pero si vamos a continuar, parece lógico que Cadáver sea nuestro
objetivo.

Beranabus lo piensa, entonces posa su mirada en mí.

—Mirame directamente y dime que no puedes encontrar la Kah-Gash.

No me gusta que me llamen mentiroso, pero que nuestros ojos se encuentran y


dicen:

—Intenté buscarla, en serio. Y no pude—. Mantengo la mirada, tratando de no


parpadear.

Beranabus frunce el ceño.

—Muy bien. Tomaremos el rastro de Cadáver y espero que no halla sentado más
trampas para nosotros. Adelante, pues, muchacho. Encuéntralo.

—En primer lugar, tienes que prometerme que me ayudarás a rescatar a Art.
—No te preocupes—, resopla Beranabus. —Vamos a hacer todo lo posible para
salvar a tú pequeño hermano. Si todavía esta con vida—. Escupe con rencor. —Lo
que dudo mucho.

17: Niño Del Infierno


No buscó a Cadáver directamente, pensando que allí donde quiera que Art este, el
demonio estaría junto a él. (A menos que él haya matado a Art y tirado su cuerpo
mientras viajaba entre mundos, me señala una voz interior que decido ignorar.)
Así que en su lugar busco a mi hermano. Para mi sorpresa, me toma unos
segundos formarme mentalmente una imagen de él. Su rostro es confuso en mi
mente y tengo que concentrarme mucho para que quede claro. Por alguna extraña
razón, pienso en las canicas de color naranja con las que estaba jugando antes de
que fuera robado. Él las había dejado caer en su camino hacia la ventana y yo las
había recogido. Las tenía guardadas en mi bolsillo. Metí la mano y las toqué, y al
hacerlo, una imagen de Art en casa de Sally, esa noche en el dormitorio cuando él
las tenía delante de sus ojos, aparece ante mí.

Tan pronto como me embarga el recuerdo, una serie de luces a mi alrededor


comienza a pulsar. Muchas son de color naranja, recordándome el parche naranja
que vi sobre la cabeza de Art aquella vez. Tal vez los colores individuales están
asociados con ciertas personas. Tengo que prestarle más atención a los colores la
próxima vez que esté buscando a alguien, para cerciorarme.

No he tocado las luces todavía. Me encuentro renuente a comenzar. Asustado


casi. Porque ahora, por fin, tengo que enfrentar los hechos. Si Art ha muerto, lo
sabré en cuanto pase a través de la ventana.

He estado viviendo en la esperanza, tratando de convencerme a mí mismo de que


está vivo y bien. Pero una vez que junte las luces pulsantes, la esperanza se
desvanecerá, dejándome con la verdad. Lo cual está bien si no lo mató Cadaver.
Pero si no es así...

Me tenso contra el posible horror del descubrimiento. No puedo fallar ahora,


cuando estoy tan cerca. Si lo hubiera sabido sobre mi don antes, podría haber ido
tras él desde el primer mundo de los demonios. Pero este ha sido un proceso de
aprendizaje. He descubierto cosas sobre mí mismo y este extraño universo poco a
poco. Es hora de poner mis conocimientos a buen uso; y rezar para que no sea
demasiado tarde.

Dejo escapar un profundo suspiro. Rasca un lugar con picazón en mi cabeza.


Comienzo a encajar las luces en su lugar.

La ventana es de color naranja cuando la formo, que no es una gran sorpresa.


Doy un paso atrás, nervioso, pensando en cómo Beranabus se enojara si Art no
está con Cadáver.
El mago se acerca a la ventana y la huele. Mira a nosotros. Hay un destello de su
ojos que, mirando a su alrededor, veo reflejado en los de Shark. El brillo ansioso
de los hombres que disfrutan de la lucha.

Sharmila luce asustada. Dervish parece más confuso que otra cosa. Se ha puesto
su chaqueta de cuero y está acariciando a uno de sus puntas del pelo para
tranquilizarse.

—Nadia—, Beranabus llamo. Todavía está sentado de espaldas a nosotros,


aunque sus hombros no están más agitados. A la llamada, se pone de pie y se
vuelve. Su rostro pálido y picado de viruela no demuestra sus sentimientos, como
una máscara. Tiene los ojos rojos de tanto llorar, pero no hay lágrimas. Ella
camina hacia nosotros a un ritmo constante, se detiene cerca de Beranabus, y lo
mira sin interés.

—Quiero que te concentres, — Beranabus dice. —A ver si puedes conseguir una


idea de lo que podría haber al otro lado.

Nadia sonríe con frialdad. —No me siento muy concentrada—, dice a continuación
pasando a través de la ventana antes de que Beranabus pueda responder.

Beranabus maldice, pero una ínfima leve mirada de culpa revolotea sobre su
rostro. Se encoge de hombros y asiente con la cabeza bruscamente a Sharmila.
—Eres la siguiente. Iré luego de ti. Después el muchacho, Dervish y Shark. ¿Están
todos listos?

— ¿Listos para qué?— Dervish pregunta.

Beranabus ríe. —El infierno, lo más probable.

Telas de arañas por todas partes. Hebra después de hebra, algunas del espesor
de varios árboles colocados juntos, otras tan finas como un hilo. Un sombrío cielo
plateado, sin luna, salpicado de gigantes demonios como meteoritos. Nada más
que oscuridad cuando miro hacia abajo a través de las muchas capas de telarañas.
Retuerzo los dedos de los pies descalzos sobre la superficie húmeda y pegajosa
del tejido. Es como estar parado en algodón de azúcar.

Hay un demonio cerca de nosotros, una bestia de pesadilla. Tiene el cuerpo de un


niño, pero la cabeza de un adulto. Piel verde pálida.

Sin pelo, pero con un enjambre de moscas y liendres en torno a su cuero


cabelludo como si fuese una peluca, alimentándose de su carne, cavando
agujeros a través de su cerebro. Sin ojos, en cambio, una bola de fuego ardía en
ambos huecos. Una boca grande, llena de dientes afilados, sin lengua. Dos bocas
más pequeñas en sus manos, una en cada una.

El demonio sisea cuando nos ve, gira y corre alejándose a gran velocidad,
cruzando de una red a la otra, saltando de un nivel a otro. Nadie lo persigue, ni
siquiera Shark. Hemos visto la fortificación hacia la cual el demonio está corriendo.

Una fortificación de telarañas, en medio de un grupo de extra gruesas hebras. Se


parece a un castillo medieval, excepto que diez veces más grande. Más alto que
cualquier rascacielos que haya visto nunca, más ancho que un par de bloques en
la ciudad donde yo vivía. Torres y torrecillas en abundancia. Varios puentes
levadizos enormes.

Todo hecho de la pegajosa sustancia. Brillante y prohibido, incluso desde esta


distancia.

Hay un foso alrededor del castillo. El niño del infierno cruza a través de el con
facilidad, pero en lugar de esperar a que el puente levadizo baje, él escala la
pared exterior del castillo como una araña. Desaparece a través de una estrecha
ventana.

—Esto es malo—, dice Beranabus.

— ¿Conoces este lugar?— Sharmila pregunta.

—Es la casa de un señor demonio llamado Lord Loss.


—Me gusta su estilo—, gruñe Shark, y luego mira a su alrededor. —Entonces,
¿dónde está el demonio que estamos destinados a estar persiguiendo?

— ¿Donde más?— Dice Beranabus apuntando al castillo.

— ¿Cómo lo sabes?— Dervish pregunta.

—Ningún demonio puede poner un pie aquí sin permiso de Lord Loss. Sólo sus
familiares y los que él elige proteger son bienvenidos. Cadáver no es uno de sus
esclavos, así que estoy adivinando que pidió refugio y se le concedió, de lo
contrario, ya habría huido de aquí.

—Tenemos compañía—, dice Nadia, sonriéndonos torcidamente.

Veo a decenas de demonios retorciéndose a través de las ventanas del castillo y


por encima de las torretas.

Un par de los puentes levadizos se bajan y más monstruos avanzan sobre ellos.

Dervish mira hacia la ventana naranja, que sigue abierta detrás de nosotros. Mira
a Beranabus interrogante.

—No—, el mago dice que después de un momento de vacilación. —No podemos


derrotar a Lord Loss en su propio territorio. Pero tal vez podamos negociar con él.

— ¿Negociar con un demonio?— Sharmila frunce el ceño.

—No es como otros demonios. Prefiere el sufrimiento a la muerte, se alimenta de


la miseria de los que viven más que de los cuerpos de los muertos. Él no nos va a
matar con rapidez. Si podemos encontrar una manera de divertirlo... darle algo
que Cadáver no pueda... quizás nos entregue al ladrón. Y nos deje ir.

— ¿De verdad crees eso?— Sharmila pregunta.

—No, — Beranabus ríe secamente. —Pero es la única esperanza que tenemos.

Entonces los demonios están sobre nosotros.


18: Volando Hacia La Pared
Luchando desesperadamente. Abrumado por los demonios de cada mutación
imaginable. Algunos son pequeños, como el que vimos cuando llegamos. Otros se
elevan por encima de nosotros. Muchos son extraños híbridos-mezclas de
animales, lagartijas, aves, incluso peces. Otros no parecen como algo que haya
visto nunca, bultos y manchas, los dientes y las garras, las sombras y sangre.

Luchamos en un estrecho círculo, espalda contra espalda. Sharmila detiene los


demonios en el fuego cuando vienen a nuestro alcance. Shark rasga cabezas y los
miembros libres, usando los brazos y las piernas cortadas como armas para hacer
retroceder a otros demonios, él ama eso. Dervish utiliza rayos de energía mágica
donde puede, y los puños y pies cuando el demonio se cierra un centímetro. Nadia
se ha crecido por arte de magia las uñas y las está utilizando como espadas, diez
cuchillas mortales. Beranabus utiliza una combinación de hechizos y golpes para
destruir los cuerpos de nuestros enemigos, luchando con calma, controlado.

Yo arremeto con mis puños, golpeo salvajemente, tratando de ser como mucho
una posible molestia. No estoy aterrorizado. Sólo asustado, pero en control. Jadeo
mucho, pero sin perder la respiración. Tal vez sea porque yo sé que esto es una
lucha que no puede evitarse. Incluso si me escapara, tendría que volver y
enfrentar a esos demonios de nuevo. A no ser que abandone a Art. Lo que no va a
suceder.

Los demonios nos han abrumado por ahora. Hay tantos de diferentes tamaños,
formas y potencias. No somos capaces de hacerles frente. Pero ellos no toman
ventaja de su fuerza y números. Nos rompen y muerden, infligiendo heridas
menores, pero no se amontonan sobre nosotros al mismo tiempo.

— ¿Qué está pasando? —grita Dervish, limpiándose la sangre de un demonio


amarillo de la cara y pateando a distancia a una bestia semejante a una nutria. —
¿Por qué seguimos vivos?

—Como he dicho—gruñe Beranabus, —Lord Loss quiere jugar. Debe de haber


dado órdenes de no matarnos.

—Entonces, ¿por qué no dejar de luchar? —dice Dervish.


—Cuando los demonios detectan el olor de la sangre, no siempre obedecen las
órdenes de su amo—ríe Beranabus.

— ¿Así que simplemente vamos a estar aquí? —grita Sharmila con la cara
brillante, iluminada por las llamas de los demonios quemados a su alrededor.

—No—dice Beranabus. —Vamos a avanzar hacia el castillo. Pero manteniendo


nuestras defensas. Creo que nos van a permitir atravesar, pero no van a hacerlo
más fácil para nosotros. Si uno de nosotros tropieza y se queda atrás…

No termina lo que dice. No es necesario. Está claro que quien tropieza será dejado
para los demonios.

Luchamos a través de nuestro camino contra las filas de los demonios,


avanzamos a través de los hilos de la telaraña, con los pies pegajosos, recubiertos
de una sustancia similar al pegamento. El hedor es increíble, no sólo los demonios,
pero toda la sangre y las tripas. Las redes que nos rodean son resbaladizas con
las entrañas y los jugos vitales de los demonios que hemos herido o mutado. Lord
Loss debe ser un maestro excepcional para que tantos de sus siervos perezcan en
nuestras manos.

Algunos de los heridos caen entre las capas de telarañas y desaparecen en la


oscuridad, gritando y gritando. Pero sus gritos nunca duran más de unos pocos
segundos. A medida que nos acercamos al foso, y paso un parche donde las
hebras son telarañitas, delgadas y escasas, veo lo que sucede a los que caen.

Hay tiburones como demonios flotando en la oscuridad debajo de las capas de


telaraña, dando vueltas constantemente. Cada vez que un demonio se cae, los
tiburones se mueven a matar, rasgando en fragmentos al desafortunado monstruo,
a veces para tragarlo entero.

¡En este universo, justo cuando piensas que las cosas no pueden ir peor, suelen
hacerlo!
Hemos llegado a un punto muerto en el borde del foso. Así de cerca, veo que en
realidad el espacio abierto es sólo una brecha circular entre las capas de telaraña,
con nada que impida caer hacia abajo a donde los demonios tiburón están a la
espera. Los puentes se han cerrado, lo que nos deja sin alguna sencilla manera
de seguir adelante.

Como estoy mirando las murallas del castillo con un solo ojo, manteniendo el otro
en los demonios, tengo la extraña sensación de deja vú, como si hubiera visto este
lugar antes. Pero no puede ser. Seguramente estoy pensando en castillos que he
visto en libros y películas.

Un demonio con poderosas patas traseras rebota en el aire y se lanza a sí mismo


hacia Dervish mientras que él está luchando con otra de las bestias. Actuando por
instinto, el punk baja la cabeza y las puntas de su cabello se convierten en acero.
El demonio es atravesado y muere gritando. Dervish gira la cabeza a la izquierda,
luego a la derecha, desalojando al demonio muerto. Él bufa a Beranabus.

— ¿Y ahora qué?

—Tenemos que saltar y escalar la pared—grita Beranabus.

—Yo no creo que pueda ir tan lejos—rugo.

—Entonces te quedas en el Demonata—Beranabus réplica. Antes de que pueda


pensar en una respuesta, el mago toma la parte de atrás de mi cuello y salta. Un
segundo de terror estomacal, que caigo al mirar hacia abajo en el abismo y los
demonios tiburones dando vueltas. Luego golpeó la pared y me quedo adhiero. —
¡Vamos! —Beranabus grita a los otros.

Shark salta con facilidad. Lo mismo ocurre con Nadia. Dervish está nervioso y
agita los brazos al saltar, pero lo consigue. Así como Sharmila salta, unos
demonios se enganchan de su vestido. Ella se libera, pero el ataque le priva de su
impulso, y en lugar de navegar a través de la fosa, se cae hacia los tiburones.
— ¡No! —Grita Dervish, lanzándose por ella, pero es demasiado tarde. Él no la
alcanza. Ella cae. Abro la boca para gritar.

Entonces Beranabus está al lado de ella. Envuelve un brazo alrededor de ella.


Inclinándose hacia arriba. Se eleva de nuevo a la pared con ella, aferrándose
hasta que se apodera de las telarañas. Ella sollozaba débilmente, pensó que
estaba acabada.

—Nunca nos dijiste que podías volar—gruñe Shark.

—Esto varía de un mundo a otro—dice Beranabus. —En algunos puedo. En otros,


no puedo.

—¿Sabías que podías volar aquí? —pregunta Dervish.

Beranabus se encoge de hombros —Tenía un buen presentimiento.

Lo que significa que no estaba seguro. Arriesgó su vida cuando se lanzó después
de Sharmila. Otra señal de que no es tan frío e insensible como pretende ser.

Como estamos aferrados a la pared, el puente levadizo más cercano a nosotros


esta bajo. Es increíble la forma en que opera el puente y el mecanismo de
conducción que se construye enteramente de telarañas. Incluso en medio de mi
miedo y locura tengo que hacer una pausa y murmurar, — ¡Genial!

No hay sonido chirriante cuando el puente levadizo aterriza en el otro lado del foso.
Perfecto silencio. Los demonios han dejado de parlotear y aullar. Todos se
concentran en el puente levadizo ahora, manteniendo su posición, esperando...
¿qué?

Pronto lo averiguaré.

Veo la sombra de algo pequeño, saliendo del castillo. Al principio, creo que es el
demonio que vimos cuando llegamos, el cabeza de piojos, ojos de fuego, pero
luego la figura entra en la vista y el corazón me da un salto físico real.
—Art— grito, mientras mi hermano secuestrado se tambalea sobre el puente
levadizo. Me mira y se ríe. Exactamente como yo lo recordaba. Indemne por los
demonios. No teme en lo más mínimo. Parece tan feliz y en casa como lo era en
Paskinston.

Mi impulso inicial es correr a mi hermano, pero Beranabus se interpone:

— ¡Quédate donde estás!

—Pero es…

—Lo sé. Pero, un momento. Vamos a ver quién más sale.

Como él mismo dice, veo dos sombras más aparecer. El primero de la pareja sale.
Es Cadáver, el demonio ladrón, con aspecto peludo y repugnante como la última
vez que lo vi. Sus largas orejas están rectas y sus grandes ojos blancos están
alerta. Toma a Art y nos mira con su cara mitad humana, mitad canina. Art
abraza al demonio y un rayo de celos brota de mí.

A continuación, la otra figura aparece y los celos son remplazados por el temor y
el terror... y reconocimiento.

La criatura tiene tal vez siete u ocho pies de altura. Tiene ocho brazos, cada uno
de los cuales termina en dedos rechonchos y deformes, con salientes huesos de
la carne. Sin patas o pies, sólo largas tiras de carne por debajo de la cintura. Él no
toca el piso del puente levadizo, pero flota en el aire. Piel grumosa, una pálida
sombra roja, agrietada en docenas de lugares, segrega sangre de las grietas.
Calvo como yo. Oscuros ojos rojos, ninguna parte blanca. Una boca pequeña con
una lengua y dientes grises. Sin nariz, sólo dos agujeros por encima de su labio
superior. Un enorme agujero en el lado izquierdo de su pecho, donde su corazón
debería estar. Un montón de pequeñas serpientes dentro del agujero,
revolviéndose, siseando y escupiendo.

Esto era lo que yo estaba tratando de recordar antes, cuando Beranabus me


preguntó sobre la primera ventana que forme, hace un año, cuando desaparecí,
justo antes de que entrara, algo me miró desde el otro lado. Era un demonio. Este
demonio.

Es uno de los más espeluznantes monstruos que he visto, pero eso no es lo que lo
distingue. Tiene un aire de autoridad. Puedo sentir la amenaza, el mal, la energía
y el poder. Es fácil ver porqué estos otros demonios lo obedecen, por qué están
parados como soldados en presencia de un general, en espera de su mando,
ansiosos por complacerlo, temerosos de lo que les hará si pierde su
temperamento.

Se trata de un demonio de una clase completamente diferente. Puedo sentirlo. Lo


mismo ocurre con los demás. Incluso Shark no se ve confiado por más tiempo.
Ahora sé por qué Beranabus no quiere luchar contra este monstruo. Por qué dijo
que no podía.

Es Lord Loss. Debe ser. No podía ser nadie más.

Después de unos segundos de silencio, que estoy seguro que Lord Loss permite
sólo para que podamos admirar su terrible belleza, el maestro demonio alcanza
con una de sus ocho manos a Art y le da palmaditas en la cabeza. Art gorjea y
trata de morder la carne ensangrentada. Lord Loss sacude su mano antes de que
Art encaje sus dientes... incluso los maestros demoníacos son cuidadosos de mi
pequeño hermano mordedor.

La cabeza de Lord Loss gira a la derecha, lentamente. Grietas frescas se abren


alrededor de su cuello y hombros. La sangre fluye de ellos. Él posa su mirada en
nosotros, estudiándonos a la vez. Nadia está murmurando las palabras, un
hechizo… un hechizo de protección tal vez, aunque no creo que sea de mucha
utilidad si él decide atacar. Lord Loss la observa más que al resto de nosotros,
frunciendo el ceño suavemente, luego sus ojos se mueven sucesivamente.

Mientras me estudia, recuerdo cómo me miró antes, la forma en que sus ojos se
posaron en mí, entonces, cómo me puse de pie para él. Él podría haber cruzado
esa noche, estoy seguro, y me llevó. Pero me quedo mirándolo. Hago mi mano un
puño y lo amenazó con la magia. No estaba seguro de lo poderoso que era. Él se
retiró. Eso me da esperanza y la fuerza para mirarlo directamente ahora, sin
pestañear.

—Es un placer volver a verte después de todos estos años, Beranabus—dice Lord
Loss finalmente, rompiendo el pesado silencio. Su voz es la más triste que jamás
he oído, como si todo el mundo cerca de él hubiera muerto recientemente en
circunstancias trágicas y dolorosas.

—No sé si lo llamaría exactamente un placer—contesta Beranabus.

—Esta es la primera vez que me visitas aquí, aunque te he sentido pasar un par
de veces antes. No debería haber esperado tanto tiempo, viejo amigo.

—Me hubiera encantado esperar unos cuantos siglos más.

La pareja apenas sonreía el uno al otro. Puedo decir que no hay amor perdido
entre ellos. Si sobrevivimos, tengo que pedir a Beranabus, que me hablara de su
historia. Apuesto a que es una historia interesante.

Lord Loss deja que su mirada se deposite en mí de nuevo. Suspira con tristeza.

—Cornelius Fleck. Esperaba que no te embarcaras en una misión temeraria.


Deberías haberte quedado confortando a tu padre y madre. Están angustiados sin
ti, incluso después de todo este tiempo. Sé que amas a tu hermano, pero que lo
haría...

— ¿Qué quieres decir? –Le interrumpo, la curiosidad me obliga a hablar. —Sólo


han pasado unos días desde que salí de casa.

El maestro demonio hace un sonido miserable.

—Pobre niño. ¿No te explicó Beranabus los caprichos del tiempo en este
universo?

—Sí—le digo con inquietud. —Pero... quiero decir... un par de días... no se puede
hacer una gran...—Miro a Beranabus.— ¿Cuánto tiempo he estado aquí?
—No lo sé—dice evasivo. —No importa.

—Por supuesto que importa.—Lord Loss está de acuerdo.—El niño cree que
puede venir aquí, a rescatar a su hermano, retornar y todo estará bien. Si sólo
fuera así de simple—. Suspira de nuevo. —No puedo ser exacto, Cornelius, ya
que es difícil juzgar el paso del tiempo en su universo, pero han pasado por lo
menos cinco o seis años desde que Cadáver se llevó al joven Art.

— ¡No! —Lloro— ¡Eso es imposible!

—Me temo que no sólo es posible, sino que es verdad—insiste Lord Loss.—Fue
desafortunado con los mundos que visito, aunque puede no haber sido mero
infortunio. Cadáver es pícaro. Podría haber elegido deliberadamente esos mundos.

Mi corazón latía con fuerza. ¡Hace cinco o seis años! Todos los niños de mi edad
que conocí en Paskinston serán adultos ahora. Mamá y papá deben pensar que
los dos estamos muertos. Debieron haber sufrido y siguieron adelante con sus
vidas. Si vuelvo con Art, a buscarlos, nosotros luciremos igual al día en el que
desaparecimos...

—No pienses en eso—silba Dervish.—Es probable que esté mintiendo. Él quiere


destruir tú confianza.

— ¡Yo no tengo el hábito de mentir! —prorrumpió Lord Loss, apenas se nota el


indicio de rabia en su tono, por lo demás morboso. —De hecho, nunca he dicho
una mentira, ¿verdad, Beranabus?

—Así se dice—murmura Beranabus.

—Lo que sea—dice Dervish sorbiendo la nariz.

—Dervish está en lo cierto—Sharmila me sonríe. —No pienses en ello. Hay un


precio que pagar por entrar en este universo. Si se trata de la pérdida de cinco o
seis años... ¿y qué? Lo importante es que volvemos con tu hermano. ¿Sí?

—Supongo que sí—murmuro con tristeza. —Pero…


—No empieces con ―peros‖—Dervish me advierte. —Vas a ser ―objeto‖ toda la
noche si lo haces. —Él mira de reojo hacia el cielo plateado. —Si tienen noches
aquí.

Lord Loss me mira, un brillo malicioso en sus ojos rojos. Como que me está
estudiando, los demonios del otro lado del foso comienzan a inquietarse y
murmuran. Se están impacientando. Lord Loss les lanza una mirada fría.

—Creo que será mejor si continuamos nuestras discusiones en el interior. Menos


distracciones, ¿mmm?

Beranabus se tensa.

— ¿Me da su palabra de que nada malo nos sucederá allí?

—Prometo que no los voy a herir o permitírselo a nadie más… mientras que
estamos discutiendo lo que sea que te trajo aquí. Una vez que esas discusiones
han concluido...—Sonríe como un cadáver.

Podríamos hacer un ataque furtivo, agarrar a Cadáver y al niño—susurra Shark.


—Kernel podría abrir una ventana para nosotros.

—No es lo suficientemente rápido —murmura Beranabus. —Si Lord Loss se


enoja, y él nos lanza a sus familiares, con órdenes de matar... —Mira a las filas de
los demonios. Niega con la cabeza. —Muy bien—le dice a Lord Loss. —
Aceptamos su generoso ofrecimiento, con mucho agradecimiento y sin obligación
alguna.

Lord Loss asiente con la cabeza lentamente, luego se gira y se desliza de nuevo
en su castillo, Cadáver corre delante de él con Art, tal vez miedoso de que nos
lancemos contra él una vez que el maestro demonio esté de espaldas.

Beranabus se arrastra hacia el puente levadizo, que atraviesa la pared vertical del
castillo. Me recuerda una escena en una película de Drácula que vi una vez. ¡Si
sólo los vampiros fueran todo de lo qué preocuparse!
Sharmila es la siguiente en cruzar, seguida de Dervish, a continuación, Nadia,
todavía cantando en voz baja las palabras de un hechizo. Shark moviéndose por
mí para seguir adelante, cubriéndome la espalda, por si alguno de los demonios
en el otro lado del foso ataca. Sonrío con agradecimiento, doy una última mirada a
las torretas y torres del castillo, intentando recordar por qué se ven tan familiar.
Luego me centro en el puente levadizo y me arrastro a mi manera a través de la
pared de las redes hacia mi encuentro con el monstruo terrible que reina en su
interior.

19. En Casa Con Lord Loss


Nos arrastran de una enorme sala a otra. Las habitaciones son tan cavernosas,
me siento como una hormiga. Los techos son todos altos (algunos ni siquiera
tienen techos, pero están abiertos hasta al cielo), las paredes tan distantes que
podrían caber un par de casas de buen tamaño entre ellas. No hay mucho
muebles o accesorios en el camino, pero las pocas piezas que destacan (sillas,
una estatua, una fuente seca) están todos hechos de telarañas.

Es caliente por dentro y se calienta aún más en lo que nos movemos. Pronto estoy
sudando a través de mi camiseta. Los otros están demasiado incómodos, tirando
de sus ropas, tratando de respirar con mayor libertad. Dervish se quita su
chaqueta de nuevo, empieza a atarla alrededor de su cintura, entonces sólo la
arroja. Sus picos se inclinan por el calor.

Lord Loss no mira hacia atrás. Se desliza silenciosamente, suavemente, seguido


por Cadáver y Art. Es difícil contenerme. Quiero lanzarse delante del maestro
demonio y apoderarme de mi hermano. Pero no puedo. Este es el hogar de Lord
Loss. Tengo que respetar sus reglas. No estoy seguro de lo que me haría si no lo
hiciera, pero estoy seguro de que no sería agradable.

Entramos en una sala llena de juegos de ajedrez, se alza sobre pilares telarañitas.
Conjuntos ordinarios, como te encontrarías en cualquier tienda de juguetes. Las
piezas en diferentes posiciones en las diversos tableros, como si se estuviera
jugando en ellos antes de que llegáramos.

Dervish se congela cuando ve los juegos de ajedrez. Se separa unos pocos pasos
de distancia del resto de nosotros, mirando alrededor de la habitación. Luego mira
a Lord Loss con una expresión completamente nueva.

–¡Tú! –croa –Te reconozco ahora. Tú eres el que...


–Sí –dice Lord Loss, haciendo una pausa para mirar hacia atrás. –Supe que eras
un Grady tan pronto como te olí. El hedor de tu familia no se puede disimular. Pero
yo no quería anunciarme, en caso de que no hubieras oído hablar de mí.

Dervish está temblando. Empieza a decir algo, pero los Beranabus lo corta.

–Este no es el momento de tener una discusión sobre la maldición de su familia.

–¿Sabes lo de la maldición? –Dervish dice bruscamente.

–Evidentemente.

–¿Y sabes acerca de...? –Él asiente con la cabeza a Lord Loss.

–Había oído los rumores.

El resto de nosotros nos miramos el uno al otro con la mirada vacía, ni idea de qué
se trata. Sólo Nadia no le presta atención, aun murmurando su hechizo, la mirada
fija en Lord Loss.

–Podríamos jugar un juego si lo deseas –Lord Loss dice con entusiasmo. –Una
práctica para nivelar. Una oportunidad que nos permite probar el uno al otro, en
caso de que alguna vez tenga que jugar de verdad.

Derviche mira en los tableros de ajedrez, luego niega con la cabeza.

–Eso nunca va a suceder. No voy a tener hijos. Me niego a someterlos a la


maldición, para hacerles vivir en el miedo que yo tengo.

–Nobles intenciones –murmura Lord Loss. –Pero no hay que tentar a la suerte
diciendo nunca. Tal circunstancia se conspira en tu contra. Tal vez tu hermano
reproducirá...

–Si Cal tiene hijos, va a dar cuenta de él mismo –dice Dervish rígidamente.

Lord Loss inclina ligeramente la cabeza, gira y continúa, más allá en el castillo,
fuera de la sala de juegos de ajedrez. Seguimos, Dervish visiblemente agitado,
mirando por encima del hombro a las tablas como un hombre que ha visto un
fantasma.

Llegamos a una habitación aún más grande que el resto. Una enorme araña en
forma de trono en el centro, hecha de telarañas.

Una araña encima de la cabeza, de nuevo tejido de telarañas, con las llamas
parpadeantes en lugar de velas o bombillas. Los objetos de mi mundo están
esparcidos por el suelo, las prendas de vestir, una pelota de tenis, bastones, el
esqueleto de un animal grande, juguetes, más juegos de ajedrez, los huesos
dispersos. Un retrato de Lord Loss en la pared detrás del trono, pintado en el estilo
de Vincent Van Gogh.

Lord Loss se desliza al trono, sobre de las patas que sobresalen de su base, hasta
el asiento que se fija en el cuerpo de la araña. Se sienta en ella, para que pueda
mirar hacia abajo sobre nosotros como un rey sobre sus súbditos. Cadáver se
sienta en una de las piernas a la izquierda del trono, jugando con el arte, que lo
sostenía sobre sus rodillas, y luego dejarlo caer y atraparlo.

El maestro demonio levanta una mano para detenernos unos diez o doce pies de
distancia del trono. Sonríe imperiosamente, entonces ondea las manos a la
habitación en general.

– ¿Qué piensa usted de mi humilde morada?

–No es lo que yo elegiría –dice Beranabus. El asiente en algunos de los objetos en


el suelo. – ¿Los restos de los huéspedes anteriores?

–Recuerdos –Lord Loss dice. Hace un gesto a un cuchillo, que se eleva desde el
suelo y flota en su mano mutilada. No es como los cuchillos de la cocina en casa,
esto es más que una pequeña espada. Lord Loss se da la vuelta un par de veces,
sonriendo a Beranabus. –Usted debe reconocer esto. Fue tuyo una vez.

El rostro de Beranabus es de piedra.

–No estoy interesado en el pasado o tus recuerdos.


Lord Loss se encoge de hombros y deja caer el cuchillo. Art lo atrapa, pero
Cadáver rápidamente lo aleja antes de que mi hermano pueda causar algún daño
con la hoja.

–Dime lo que te interesa –Lord Loss dice. –Dime por qué has venido y te arriesgas
a mi ira. Usted sabe que los visitantes no invitados no son bienvenidos, que tengo
derecho a matar a todos si quiero…y probablemente lo haga.

Señala a las paredes. Miro hacia arriba, veo a los demonios fuera colándose en la
habitación a través de las ventanas que no había notado antes. Se aferran a las
paredes, creciendo en número por segundo, nos rodean completamente. Varios
bloquean la puerta por la que entramos.

–He estado en situaciones más prometedores –murmura Shark con ironía.

–¿Crees que podría volar las paredes? –Dervish pide. –Son telarañas solamente.

–Redes mágicas –Sharmila le corrige. –Construido para proteger a Lord Loss de


todos los demonios de este universo. Yo no apostaría a que seamos capaces de
forzar una salida.

Beranabus hace caso omiso de los demonios. Él está mirando tranquilamente a


Lord Loss. Apunta hacia Cadáver y dice

–Lo queremos a él.

–¿El bebé? –Lord Los sonríe, mal interpretando el gesto.

–No. El demonio.

Lord Loss frunce el ceño. Había esperado que Beranabus pidiera a Art. Yo
también. Quiero gritarle al mago y recordarle su promesa. Pero eso sería lo peor
que hacer. Estamos en un lugar peligroso, las probabilidades están en nuestra
contra. Tengo que confiar en Beranabus por ahora. Dejarlo jugar de la manera que
él quiere. Sólo intervendré si siento que es absolutamente necesario.
–Cadáver no es uno de tus familiares –dice Beranabus. –Usted no está obligado a
protegerlo. Sé que le concedió refugio, pero le pido que revoque este privilegio y
nos lo llevaremos. No tenemos nada contra usted. Danos a Cadáver y nos iremos
enseguida, una deuda que haremos todo lo posible por pagar.

–¿Se podría en deuda conmigo? –Lord Loss dice, con los ojos ardiendo.

–Sí.

–Tentador –el maestro demonio ronronea. –Cadáver debe ser muy importante
para usted. Pero ¿por qué? Él es un demonio normal, nada especial. –Lord Loss
no sabe nada de nuestra búsqueda para encontrar el Kah-Gash así que esto no
tiene sentido para él.

–Nuestras razones son privadas y no debería ser una preocupación para usted -
dice Beranabus. –Del mismo modo que no es asunto nuestro por la que le ofreció
refugio en primer lugar.

–Pero eso no es ningún secreto –se ríe Lord Loss. –Yo le dio cobijo porque hizo
un servicio para mí. Él me trajo al niño –Lord Loss mira a Art, entonces me mira
con sorna. En ese instante sé que Lord Loss dio la orden para secuestrar a mi
hermano. No fue un accidente que Cadáver se llevara a Art… ¡el demonio había
estado buscándolo!

Beranabus ve esto también. Empieza a hacer algo, entonces cambia de opinión.


Tal vez tiene miedo de que Lord Loss se dé cuenta de que está buscando el Kah-
Gash. Yo no creo que el maestro demonio estaría tan divertido si supiera que
estábamos buscando un arma que podría destruirlo a él y a todos los demonios.

–Así que Cadáver hizo un servicio para usted, y usted lo recompensó tal como
prometió –dice Beranabus. – ¿Eso hace de él uno de sus familiares?

–No –Lord Loss dice y Cadáver lo mira rápidamente preocupado. –Pero sería un
error por mi parte despedirlo. No puedo permitir que lo mates, no hasta que le
page por sus servicios y él se vaya. Y eso podría ser bastante tiempo, no tiene la
obligación de salir antes de lo que desea.

– ¿Y si prometo que no lo mataremos? –Presiona Beranabus. – ¿Si sólo


efectuamos una investigación con él? No estoy diciendo que no vamos a hacerle
daño, pero voy a dar mi palabra de que no va a morir.

Los pelos de los brazos Cadáver se alargar amenazadoramente y se queja en voz


baja. (Una vez más me pregunto cómo hace ruido, ya que no tiene boca.) Sostiene
a Art con más fuerza contra su pecho, la emisión de una advertencia.

–No seas tonto, mi amigo pies ligeros –Lord Loss dice sin calor. –Si daña al niño,
su tormento será eterno. –Cadáver frunce el ceño, pero relaja su agarre. Lord Loss
se enfrenta Beranabus de nuevo, pero sólo después de mirar fijamente a Nadia
por un momento. Sus labios no han dejado de moverse. Tal vez piensa que su
hechizo es algo que hemos planeado, que ella es parte de una trampa.

–Por muy tentador que sea, el favor no es suficiente –dice Lord Loss. –Yo necesito
una razón más fuerte para poner a Cadáver en tus manos.

– ¿Por ejemplo? –Beranabus pide con fuerza.

Lord Loss frunce el ceño, pensativo, pero es un falso ceño fruncido, él sabe
exactamente lo que va a pedir.

–No hay ningún punto en su promesa de no matar Cadáver, ya que es una


promesa que no puede garantizar. Si te lo entrego, tendría que ser sin condiciones.

–Eso me viene bien –gruñe Beranabus.

Cadáver se pone de pie, temblando de rabia y miedo. Lord Loss lo ignora.

–Una vida por una vida –susurra el demonio maestro. –Yo te daré Cadáver si me
das uno de tus seguidores.
–¿Cuál? –Beranabus pregunta sin pestañear. Shark, Sharmila, Dervish y yo lo
miramos boquiabiertos, incapaces de creer que sacrificaría a uno de nosotros con
tanta indiferencia.

–La elección sería la mía –murmura Lord Loss. –Lo único que garantizo es que no
serás tú. De lo contrario, no hay trato y voy a dar rienda suelta a mis familiares
inmediatamente, con órdenes de que masacren a todos.

Beranabus nos mira. Su mirada es estable, pero hay un ligero temblor en su mano
izquierda, la única señal de que no esta tan tranquilo como parece. Shark le
devuelve la mirada honestamente, está dispuesto a morir si la elección va contra
él. Pero Sharmila, Dervish y yo miramos hacia otro lado. No es que importe si
estamos de acuerdo o no, la elección es Beranabus, no nuestra.

Nadia ha dejado de cantar. Está burlándose de Beranabus.

–Vamos –dice mordaz. –No finjas, no hay ninguna duda. Véndenos. Es para lo
que eres bueno.

El cuello Beranabus enrójese de furia, pero él no responde. En su lugar, echa un


vistazo a los muros incrustados de demonios.

–De acuerdo –dice abruptamente.

Lord Loss se ríe y extiende una mano hacia nosotros.

–De tin…marin...de do…*

– ¡Este tipo de juegos te empequeñecen! –Ladra Beranabus. – ¡Elige!

–Muy bien. –Dice Lord Loss, apunta la mano hacia mí. El vómito se arrastra hasta
mi garganta. Veo la llegada del fin, pereciendo en este universo horrible, lejos de
casa. Me preparo para correr, aunque sé que es imposible.

Pero entonces la mano se mueve y se posa sobre su verdadero objetivo, ¡Nadia!


– ¡Ah! –Grita a Beranabus, todo su desprecio hacia él contenido en un pequeño
sonido.

Luego se lanza a través de la habitación. Lord Loss la agarra en el aire. Envuelve


los ocho brazos alrededor de ella. Yo ve sus ojos romperse apretados, con los
labios cerrados, su cara crujir de miedo. Hay un destello cegador de luz. Yo me
tapo los ojos hasta que se desvanece el brillo. Cuando miro de nuevo, Lord Loss
está cubierto de sangre, trozos de carne y fragmentos de hueso y pelo, todos lo
que queda de la pobre, picada de viruelas Nadia Moore.
20. El Reto
No puedo creer lo que pasó. Sé que es cierto, la evidencia está salpicada por
todas partes sobre Lord Loss y su trono arácnido, pero todavía no puedo aceptarlo.
¡Nadia no puede estar muerta, no tan de repente, tan sangrientamente!
Seguramente, incluso este universo deformado de horrores no puede ser tan cruel.

Mientras mi cerebro está zumbando, Cadaver grita y lanza a Art a Lord Loss,
luego hace una escapada por la libertad, corriendo a una pared con menos
demonios en ella, escabulléndose hacia una ventana.

Lord Loss atrapa a Art sin problemas y lo acuna en el pecho, manteniendo una
distancia visible de él y el agujero donde las serpientes se deslizan una sobre la
otra. Art, ríe inalterado. Lord Loss silba a los demonios en la pared. Estos
aumentan alrededor de la ventana, bloqueándolo, conduciendo a Cadaver
devuelta.

El demonio momentáneamente piensa en un enfrentamiento luego libera su agarre


y cae al suelo. En cuclillas, deja los pelos de sus brazos crecer a su máxima
longitud, mira a Lord Loss y espera al maestro demonio para hacer el siguiente
movimiento.

Lord Loss ríe hacia Art o Cadaver, no estoy seguro de quién. Luego dice algo
incomprensible, debe ser un lenguaje demonio. Cadaver cae al suelo,
retorciéndose y siseando. Él rueda alrededor, arañando su garganta y su cara. Los
demonios de las paredes ríen y gritan hacia él.

Luego, sobre los sonidos de los demonios llega un grito, un llanto extrañamente
como una mezcla de temor y deleite. Cadáver deja de luchar y se sienta. El grito
viene de nuevo, y esta vez me di cuenta que proviene de Cadáver. Él ha sido
alterado. Tiene una boca.
–Yo he honrado mi parte del trato –Lord Loss dice. Cadáver grita algo ininteligible
en respuesta –Ese lenguaje –Lord Loss sisea con desaprobación. –Me alegro que
la mayoría de mis huéspedes no puedan comprenderte o sus orejas arderían. Pido
disculpas, Beranabus. Maldiciones así, no deben ser pronunciadas incluso en este
universo.

–He oído cosas peores –dice Beranabus. –Por lo general de los demonios que voy
a matar–Cadáver queda en silencio y cambia su atención a Beranabus, mirándolo
con recelo. Beranabus sonríe con frialdad. –No te preocupes. Si contestas mis
preguntas con honestidad -que debería ser mucho más fácil ahora que tienes una
boca- No voy a matarte. Mi consejo es: ven tranquilamente. Lucha si lo deseas,
pero sin Lord Loss para protegerte, los dos sabemos que no puedes ganar.

Cadáver mira a Lord Loss. Dice algo bajo y suplicante. Lord Loss niega con la
cabeza.

–No. Prometí que te daría una boca y voz, y prometí protegerte hasta ese
momento. He actuado de buena fe. No te debo nada más.

Cadáver se burla, luego escupe en el suelo, poniendo la nueva boca en uso.


Frente a Beranabus, se retrae sus cabellos y marchas hacia él con orgullo,
ofreciéndose a sí mismo al mago, con odio, pero resignado. Cuando Cadaver está
a su lado, Beranabus levanta una ceja hacía Lord Loss.

–Vayan – dice el maestro demonio, dispersando a los demonios alrededor de la


puerta, que parten ante sus órdenes. Él está sonriendo. Sus ojos se posan sobre
Art, luego en mí. Él sabe que esto no ha terminado, que aun existe más miserable
placer que poseer.

Beranabus se dirige hacia la puerta.

–Espera –le detengo. – ¿Qué pasara con Art?

Shark, Sharmila y Dervish no se han movido. Están viendo a Beranabus como yo,
inquisitivamente, conscientes de la promesa que hizo.
–No hay nada que podamos hacer –dice Beranabus sin mirar atrás.

–Pero usted dijo– me pongo a protestar.

–Eso fue antes de que supiera que Lord Loss ordenó el robo – Beranabus sisea –
Pensé que si el niño estaba vivo, sólo tendríamos que quitárselo a Cadaver. Pero
ahora es el juguete del demonio maestro. El está perdido. Acéptalo.

–El pequeño y dientudo Art – Lord Loss ronronea, lanzándole al aire, exponiendo
sus dientes grises, estrechando los ojos rojos – ¿Quieres ver qué sucede cuando
muerdo, Art? –

– ¡Déjalo en paz! – Grito. Doy un paso hacia Lord Loss. Me detengo. Volteo la
mirada hacia Beranabus, buscando respaldo. Pero él ni siquiera volteó su cabeza.

Mientras vacilo, desgarrado entre el deseo de salvar a Art y el saber que enfrentar
a Lord Loss por mi solo significa muerte, Dervish da un paso a mi lado.

–Estoy contigo – dice en voz baja, haciendo que mis ojos se llenen de lágrimas de
agradecimiento.

–Es una locura –dice Shark, tomando posición en mi otro lado –pero ¿cómo voy a
dejar un par de niños atrás?

Sonrío al ex-soldado, y luego miro esperanzado a Sharmila. Se muerde el labio


inferior y mira a Beranabus. El se ha volteado y nos está estudiando
inexpresivamente. Sharmila duda, comienza a sonreír, y luego niega con la
cabeza.

–Lo siento – susurra. – No hay esperanza. Lo primero que aprendemos como


discípulos es a no arriesgar nuestras vidas. Tenemos que escoger nuestras
batallas con cuidado y sólo luchar aquellas en las que podemos ganar.

–Cobarde – gruñe Shark.

–No – dice Dervish. – Es la elección sensata.


Lord Loss está radiante, amando esto.

– ¡Qué valientes chicos! –murmura, haciéndole cosquillas en la barbilla a Art, con


cuidado de no ser mordido.

–No puedo dejar que hagas esto– dice Beranabus. – Los necesito…especialmente
a Kernel.

–Fuiste muy rápido en ofrecer nuestras vidas hace unos minutos –Shark le
recuerda.

–Pero ahora tengo lo que vine a buscar…Cadaver. No voy a dejar que sean
innecesariamente masacrados. Puedo obligarlos a venir conmigo.

–Sólo vine por Art – le digo. – No hay razón por el cual llevarme. Incluso si
pudieras, no haría ningún bien hacia ti. Nunca abriría una ventana de nuevo, y si lo
hiciese, sería una ventana hacía aquí. Pruébame. Ve si estoy bromeando-

Beranabus suspira, luego posa su mirada en Lord Loss.

– ¿Podemos hacer un trato por el niño?

–Quizás – Lord Loss responde sin problemas.– Pero no estoy seguro de querer
hacerlo. Esto es mucho más interesante. Estoy muriendo por ver si realmente los
abandonarás, o si usted y la señorita Mukherji también se quedaran y lucharan-

–No hay ninguna posibilidad de que eso ocurra – dice Beranabus.

– ¿Estás seguro?

–Sí

–Entonces ustedes dos no pueden formar parte de ningún acuerdo –Lord Loss
dice, volviendo su atención hacia mí. El acaricia la cabeza de Art suavemente,
arrullándolo. Sonríe malévolamente, ojos vivos con el mal. – ¿Cuánto ama a su
hermano, Cornelius?

–No lo suficiente para permitirle matarme por él – respondo, pensando en Nadia.


– ¿¡No daría su vida para salvar la de él!?– Lord Loss pregunta, sorprendido.

–Me gustaría correr el riesgo, pero no voy a tirarlo a la basura -

–Interesante – Lord Loss frunce los labios. Después de unos momentos llama. –
¡Vein!

Un demonio con forma de perro se desliza por una de las paredes. Se parece a un
labrador negro con cabeza de cocodrilo y delicadas manos de mujer en lugar de
patas. Ella trota hacia su amo y espera al pie del trono en forma de araña. – La
tabla – Lord Loss dice, y el demonio corre fuera de la habitación.

Silencio, esperando a que el demonio llamado Vein vuelva con lo que sea que
Lord Loss le envió a buscar. Veo jugar a Art en brazos del maestro demonio,
deseando poder ser tan ignorante del peligro como mi hermano. Mientras estoy
pensando en eso, se reproduce en mi mente todo lo que se ha dicho. Frunciendo
el ceño, le pregunto:

– ¿Por qué robaste a Art? -

–No lo hice – dice Lord Loss.–Cadaver lo tomó

–Pero le dijo que lo hiciera. Usted lo contrató. ¿Por qué? ¿Fue para llegar a mí?
¿Sabe usted acerca de mi don?

– ¿Qué don? –Lord Loss pregunta

–Cuidado –advierte Beranabus. –No le digas nada sobre ti mismo.

– ¿Así que no fue porque me quería? – presiono.

–No – Lord Loss dice.–Yo te recordaba de nuestro encuentro anterior, pero…

– ¿Ustedes se han conocido antes?– Grita Beranabus, sobresaltado.

–Cornelius y yo somos viejos conocidos –Lord Loss dice. Él me sonríe.– Supuse


que vendrías tras tu hermano, pero espere que fallecieras en el camino. No poseía
algún interés en ti en aquel momento, pero ahora ciertamente lo tengo –
– ¿No fue una trampa?

– ¿Por qué ir por todo ese esfuerzo para atrapar a un niño que apenas conozco? –
Lord Loss ríe. – Ese don tuyo debe ser algo realmente especial si pensaste-

– ¡Kernel! – Beranabus advierte.

Muevo mi mano hacia él, dejándole saber que no soy estúpido, que estoy siendo
cuidadoso.

– ¿Por qué?– Pregunto de nuevo.– ¿Por qué robar a Art?

Lord Loss sonríe con suficiencia.

–Esa respuesta está atada con el juego en el que planeo que participes, claro,
asumiendo que aceptes. Ah, llego Vein. Podemos empezar -

Miro mí alrededor, y veo al cocodrilo-perro dirigirse hacia su maestro con una tabla
de ajedrez entre sus fauces.

Tiene algunos centímetros de espesor, hecha de vidrio o cristal. Los ojos de


Beranabus se ensanchan al ver la tabla. Se inclina hacia Vein, como si fuera a
tomar la tabla, y luego se detiene y mira de reojo a Lord Loss.

– ¿Eso es...? -

–Sí. La Tabla. La original -

–Pensé que se había perdido para siempre, en lo más profundo de la tierra -

–No. La rescate -

–No puedo jugar al ajedrez– le digo a Lord Loss. – Conozco algunas de las reglas,
pero no todas.

–Está bien –Lord Loss dice, flotando hacia abajo desde su trono, tomando el
tablero de las fauces de Vein, limpiando la transparente superficie de saliva y baba.
Él mira los cuadrados negros y blancos, sonriendo suavemente. – Esta no es una
tabla regular. Es la primera tabla de ajedrez, dado a los seres humanos por seres
antiguos que vinieron a la Tierra desde las estrellas. Fue diseñada para cosas más
grandes que el ajedrez, y desde que desbloquee sus secretos, ya no puedo jugar
sobre ella. La tabla puede adaptarse mejor en otros juegos. Para luchar -

–No lo entiendo – frunzo el ceño.

Lord Loss coloca el tablero sobre el suelo.

–El tamaño, como el tiempo, puede ser diferente aquí. En este universo, un objeto
puede ser tanto inmenso como microscópico. El tablero es minúsculo en la forma,
pero enorme en su interior. Contiene una gran variedad de universos en los que
puedo poner el alma de usted y sus leales amigos. No hay salida física. Sólo la
verdad puede guiarlo hacia fuera -

Lord Loss levanta tres brazos.

–Has venido en busca de un demonio ladrón. Puesto que hay tres de ustedes, te
daré tres oportunidades para encontrar al ladrón en el interior del tablero, para
capturarlo y nombrarlo. Si lo haces, su hermano será devuelto y puede llevarlo a
casa, si ese es su deseo. De lo contrario te quedarás atrapado en el tablero por el
resto de su vida, y será una larga, lenta, y horrible vida, Cornelius. Una de
oscuridad y miseria inimaginable -

–No – Beranabus sisea. – No se lo puede pedir. Es sólo un chico -

– ¡Silencio! –farfulla Lord Loss. – Usted tuvo su oportunidad de ser un participante.


Ahora, debe estar en silencio, como cualquier otro espectador.

Me quedo mirando al maestro demonio, confundido.

–No lo entiendo. Yo sé quién es el ladrón. Yo ya lo encontré. Es Cadaver -

Lord Loss se encoge de hombros.

–Si usted y sus compañeros están de acuerdo con esto, separaré sus almas de
sus cuerpos, -un proceso indoloro- y las aseguraré dentro de La Tabla. Usted
debe buscar al demonio ladrón allí, como lo buscó aquí. Te daré tres
oportunidades para encontrarlo y nombrarlo. No hay límite de tiempo, pero si
nombras al ladrón equivocado tres veces, sus almas permanecerán captivas
dentro de La Tabla. Vivirán el resto de sus vidas en ella, y esas vidas pueden
durar cientos, quizás miles de años por como ustedes experimentan el tiempo -

Se detiene y espera mi respuesta.

Todavía no estoy del todo seguro acerca de las reglas. ¿Por qué yo nombraría a
otro demonio como el ladrón, cuando sé que es Cadáver? A menos que haya
otros disfrazados de Cadáver y tenga que separar al verdadero ladrón de las
falsificaciones.

– ¿Qué te parece? – Les pregunto a Dervish y Shark.

– ¿Vamos a tener que pelear?– Shark pregunta a Lord Loss.

–Oh, sí –Lord Loss dice con entusiasmo.

– ¿Podemos morir?–Dervish frunce el ceño. – Quiero decir, sino tendremos


cuerpos reales... -

–Aun cuando voy a separar sus almas de sus cuerpos, conservarán sus actuales
formas al entrar en La Tabla – explica Lord Loss. – Si mueres durante el juego, su
cuerpo improvisado se disolverá y ganare el control de sus almas -

Shark se encoge de hombros.

–No acabo de entender todo esto, pero todavía estoy con ustedes

–Yo también – dice Dervish.

Les sonrío a ellos, luego me enfrento a Lord Loss.


–OK. Lo haremos. Pero quiero su palabra de que...-

No logro finalizar. Lord Loss ladra un rápido hechizo. Telarañas caen desde el
techo y nos atrapan. Empezamos a luchar, pero entonces as telarañas arder en
llamas. Siento una sensación de picadura. Mi cuerpo parece derretirse. Trato de
gritar. Un velo rojo pasa por encima de los ojos. A continuación, el castillo, los
demonios y el mundo que me rodea parpadean fuera de existencia.
21. AMAZEING
Oscuridad. Silencio. Estoy agachado, con las manos cubriendo mi cabeza,
tratando de proteger mi rostro de las telarañas candentes. Entonces me doy
cuenta de que no estoy en llamas. No hay dolor. Relajo mis manos y me levanto,
retiro las cenizas de telarañas de mis mejillas.
No puedo ver. Negrura total. Extiendo las manos, pero no toco nada.
"¿Hola?" Hago un llamado, espere a que Shark o Dervish respondieran.
No hay respuesta.
Me pongo de pie, estiro las manos y comienzo a caminar. Cuento los pasos
dentro de mi cabeza.
Diez. Quince. Veinte. Cincuenta. Un centenar. En mi etapa de ciento treinta, mi
mano izquierda toco algo blando y pegajoso. Hago una pausa para explorar con
los dedos. Es un muro de telarañas. Cuando trato de rasgar las telarañas, se
resisten.
"Dervish", grito. "Shark"
No hay respuestas. No hay ecos. Sólo el silencio.

Caminando, manteniendo una mano en la pared de telarañas. Después de


varios minutos llego a otra pared, bloqueando el camino a seguir. Me gire a la
derecha y seguir el nuevo muro. Sólo di doce pasos antes de golpear otra pared.
Así que estoy o bien en una larga y estrecha habitación o una especie de callejón.
Con una mano en la pared, regreso por la dirección en la que he venido, tratando
de no entrar en pánico.
Después de sesenta y dos pasos hay un giro a la izquierda. Una caminata
después de eso, la pared se curva ligeramente. Entonces llegue a la boca de otra
habitación o callejón. Me dirijo hacia abajo, mantengo la mano izquierda en
contacto con la pared. Después de veintidós pasos llego a otro giro. Empiezo a
seguir en torno a la izquierda y luego me detengo.
He tenido una idea.
Bajando la mano, doy doce pasos hacia la derecha y encuentro la pared
contraria. Sigo al frente, sintiendo el camino con la mano derecha. Después de
treinta y seis pasos llego a su fin. Gire a la izquierda. Camine hacia delante. A diez
pasos... doce... veinte.
Me detengo, sonriendo ligeramente. Sé donde estoy ahora. En un laberinto.
Unos segundos más tarde, se desvanece la sonrisa — no hay forma de
saber qué tan grande es este laberinto, o dónde podría estar la salida. O incluso si
hay una salida. Supongo que solo hay una manera de averiguarlo. Manteniendo
una mano en la pared, me pongo en camino de nuevo, más allá en elnegro como
el carbón*, laberinto diabólico.

Estoy dibujando el laberinto en el interior de mi cabeza. Debo haber estado


aquí durante horas. Tratar de recordar todos los giros y vueltas que he tomado, los
pasos entre ellos. Concentrándome en los números me ayuda a no preocuparse
tanto por la oscuridad, el silencio, estar solo sin tener ni idea de dónde...
La oscuridad.
Me detuve aturdido, sólo ahora me doy cuenta por qué me resulta tan
perturbadora la oscuridad. Es la oscuridad total — no hay ningún parches de
luz!Por primera vez en mi vida estoy experimentando la oscuridad como otras
personas la entienden. Las luces con las que he crecido — que utilicé para crear
ventanas entre mundos en esté universo — han desaparecido.
Un pensamiento aterrador me golpeo como un misil— tal vez estoy ciego!
Tal vez por eso la oscuridad es absoluta. Tal vez Lord Loss ha quemado mis ojos
fuera de sus órbitas y de hecho aquí esta tan brillante como el día.
Mi corazón golpea rápido. Mis piernas flojean. Una vida de oscuridad,
perdido en un laberinto, sin amigos a los que acudir en busca de ayuda... Tal vez
eso es lo que Lord Loss quiso decir cuando dijo que tenía que encontrar y nombrar
al demonio ladrón. Tal vez por eso él estaba sonriendo. Sabía que ciego, no
tendría ninguna manera de identificar cadáveres. Él me ha engañado! Me
despojado de mi vista! Varado en este laberinto de oscuridad eterna!
Me quejo en voz alta, perdí de la esperanza, el mapa del laberinto se
desintegra dentro de mi cabeza. Debería haber escuchado a Beranabus. Que me
hizo pensar que podía llegar a un acuerdo justo con un demonio? Siento una
burbuja de histeria dentro de mí. La locura clava sus garras en mi cerebro,
arrastrándose hacia la superficie.
Magia, una voz interior me susurra. Usa la magia para crear luz. Entonces
te darás cuenta si eres ciego o no.
"No sé cómo hacer eso", me queje.
Este es un buen momento para aprender, dice la voz secamente.
Asiento con la cabeza lentamente. La voz está en lo correcto. No tiene
sentido asustarse cuando mis ojos podrían estar perfectamente bien. Me
concentro, recurriendo a la magia. Yo no soy muy bueno en la lucha, pero vamos
a ver cómo me va en otras áreas.
Me imagine una bola de luz, pequeña, no muy brillante, como la bombilla en
mi habitación en casa. Una simple bola de luz—no puede ser mucho que pedir.
Pero lo es. No se puede generar. O si he creado la luz, pero no la puedo ver.
No, dice la voz. Lo sabrías si la hubieras hecho. No hay luz.
"Así que no puedo decir si estoy ciego o no. Aunque no creo que importe
mucho. Si esta oscuridad se mantiene, que bien podría ser ciego".
La voz no respondió de inmediato. Entonces, como si estuviera hablando
con un simplón, dice, recuerda el tablero de ajedrez?
"¿Qué pasa con ella?"
Tenía cuadros negros y cuadrados blancos. Si estos cuadros corresponden
a los mundos dentro del tablero...
"... Entonces la mitad del laberinto es oscuro y la otra mitad es brillante!",
Grito.
Exactamente. Lo único que tienes que hacer es encontrar su camino a un
cuadrado blanco. Entonces verás de nuevo.
"A menos que esté en una casilla blanca y ya estoy ciego:" Objete.
Sólo hay que pasar!la voz se rompe.
*****
Tropezando a través del laberinto. He renunciado a tratar de hacer un
seguimiento de mi ruta. Es demasiado grande para trazar sin pluma y papel (y luz).
Sólo tengo que seguir caminando y espero, finalmente, encontrar mi camino (a
ciegas) por suerte.
Pienso en el castillo del señor demonio y lo familiar que parecía. Me
pregunto si lo vi la primera vez que crucé a través de una ventana hacia el
universo Demonata. Supongo que hay una gran posibilidad de que lo hiciera,
sobre todo teniendo en cuenta que vi a Lord Loss de antemano.
Todavía no puedo recordar nada acerca de ese viaje. Intento recordar lo
que pasó cuando yo desaparecí de mi habitación, cuando regrese, si vine al
mundo de Lord Loss‘. Pero está blanco.
Pensando en esa noche recuerde lo solo que estaba. Sin los parches de luz
me siento solo otra vez, como antes Art llegó. Odiaba ser hijo único después que
Annabella murió. Creo que me he arriesgado tanto para mi hermano no sólo
porque yo lo amo, pero porque tengo miedo de estar solo. Él es el único amigo
verdadero que he tenido.
Por alguna razón, me encuentro a mí mismo pensando en dejar nuestro
hogar en la ciudad. Papá me mete en el asiento trasero del coche, me entrega a
Art, nos cubre con una manta, diciéndome que fingiera que tenía que ocultarnos.
Mamá preocupada. "Cuida de tu hermano, Kernel. Protégelo. "
Entonces mi memoria se corta cuando esta Art jugando con las canicas
color naranja en casa de Sally. Sosteniéndolas, las canicas brillaban ante sus ojos.
Tuve la sensación de que había estado poseído por un espíritu maligno. Eso debe
haber sido una visión de lo que estaba por venir. Si Art se queda con Lord Loss, y
el maestro demonio lo mantiene vivo, ¿va a criarlo como uno de sus familiares?
Le dará poderes malignos?
Lo trajo para ser un monstruo... para matar?
Aun tengo las canicas en el bolsillo. Saque una para tener algo que tocar,
que no fuera la pared de telarañas. La hice rodar entre mis dedos, con cuidado de
no dejarla caer. Me ayudo a calmarme. Qué pena que no pueda ver — podría
jugar un juego con las canicas si tuviera algo de luz.
Al pensar en ello, pude sentir magia filtrarse por mis dedos en la canica —y
comenzó a brillar! Una luz de color naranja suave. Jadeo y aferro mis dedos
apretadamente alrededor de ella, me asustaba que mi mente estuviera jugándome
un truco, no quería ser decepcionado.
Mirando hacia abajo en el espacio donde imagino esta mi mano. Poco a
poco, vacilante, permito que mis dedos se aflojen — y la destellos de luz
parpadeaban través de las grietas! Con una ráfaga de alivio, empuje la mano
hacia arriba y deje que explotara más magia en la canica. ( Itflarestolife) el
repentino destello, hizo que mis parpados se cerraran de golpe. Retire un poco del
poder, luego abrí los ojos poco a poco, sin mirar directamente a la canica.
¡Puedo ver! Debí haber estado en un cuadro oscuro todo el tiempo, como
mi voz interior sugirió. No es que la vista sea una gran ventaja aquí. Todo lo que
veo son las paredes y el suelo de telas de arañas. A varios pies por encima de mí
se cierne el techo, una masa de telarañas negras, imposibles de ver a través de
ellas.
Sonrío débilmente, mirando la canica naranja arrojando luz, me sentí más
agradecido por ello de lo que jamás creí posible. Quiero decir, ¿cuántas personas
pueden decir que sus vidas han sido enriquecidas por una canica!
Entonces, porque no puedo quedarme aquí mirando el mármol todo el día
como si fuera algún artefacto santo, traigo mi mano hacia abajo, manteniéndola un
poco por delante de mí para iluminar el camino, y seguir buscando mi camino a
través del laberinto aparentemente interminable.

No mucho tiempo después. Abriéndome paso por un sendero estrecho


como cualquier otro, cuando escucho un ruido en alguna parte adelante y hacia la
izquierda. Me detengo, escuchando con atención. Nada durante unos segundos.
Pero luego viene otra vez, un ruido suave que rasga, y luego risas.
Avance con cautela, atenuando la luz naranja. Pienso en dejarlo ir por
completo, pero entonces no solo la persona o la criatura a la vuelta no será capaz
de ver mí-Yo tampoco sería capaz de verlos.
Me detengo en la esquina. Escucha con atención. Más sonidos de
rasgaduras. Una risita ocasional.
Pienso en llamar a Dervish o a Shark. Abandone la idea-Nunca oí reír a
Derviche o Shark así. Cerré los dedos alrededor de la canica, dirigiendo la luz
hacia arriba. Di un paso al frente, en la esquina. Tome unos segundos para ajustar
mis ojos. Entonces note una pequeña figura cerca de la pared a la derecha, tal
vez a unos quince pies por delante de mí. Un bebé. Tirando en las telarañas,
arrancando puñados de la pared, comiéndoselos. "Art", grito, dejando que la luz
brillan y mi dedos caigan.
El bebé gira y, por supuesto, no es mi hermano. Lo supe tan pronto como el
grito salió de mis labios que no lo era. Es del mismo tamaño general del Art, pero
verde, con piojos en lugar de cabello, el fuego en las cuencas de sus ojos y las
bocas pequeñas en las palmas de sus manos el primer demonio que vi cuando
vine al mundo de Lord Loss‘.
El niño infernal escupe una bocanada de telarañas y siseos hacia mí. Lo
fulmino con la mirada, odiándolo por no ser Art, para elevar mis esperanzas y
luego destrozarlas. No tengo miedo. A pesar del hecho de que yo no soy un
luchador, estoy seguro de que puedo con este demonio. Corrió una vez ya, lo que
me hace sospechar que no es el más valiente de su especie.
"Ven aquí", murmuro, dando un paso hacia el niño infernal, pensando que
podría saber la manera de salir. El demonio enseña los dientes y toma su propio
paso amenazador hacia adelante. Pero entonces él vacila, mira alrededor y se dio
a la huida.
Sonrío perversamente. Estoy harto de ser Kernel Fleck manso, incapaz de
cuidar de sí mismo. Ha llegado el momento de la revancha. Con un grito salvaje
de abandono, doy caza.
Corro a través del laberinto, (hotonthedemon‘sheels) sobre los talones del
demonio, imprudente por la excitación. Tomando esquinas sin frenar, me rebote
contra las paredes de telaraña más de una vez, adhiriéndome durante unos
segundos, y luego soltándome. Los chillidos del niño del infierno mientras corre.
Eso me incita, me dan deseosos de alcanzarlo. La soledad y la incertidumbre se
han desvanecido. La persecución es todo. Mientras corre. Eso me incita a ir, me
hace deseosos de alcanzar con él. La soledad y la incertidumbre se han
desvanecido. La persecución es todo.
Casi atrapo al demonio un par de veces, cuando él golpea las paredes y se
pega a las mismas. Pero él libera cada vez y se escapa. Su espalda y sus
hombros están cubiertos de telarañas. Estoy apelmazado con ellos también, pero
no se detienen a secarlas.
El demonio desaparece en una esquina a mi derecha. Cuando me vuelvo,
veo que estamos en el comienzo de un largo camino extra, y al final de el... la luz!
Es demasiado pronto para decir si es de día o la luz de un fuego. Tal vez sea el
resplandor de un demonio. Pero corro hacia ella, sin importar, centrándome más
en la luz que en el niño infernal ahora, deseoso de dejar la oscuridad detrás.
Casi al final del camino. Puedo decir ahora que la luz viene de arriba y
parece estar muy extendida. Una luz opaca y amarillenta.
El niño infernal huyo fuera del laberinto y hacia la izquierda, fuera de vista.
Llego a la salida unos segundos más tarde. Me detengo antes de salir, en caso de
que sea una trampa. Dejé que la luz de la canica se apagara, y vuelvo a guardarlo
en el bolsillo. Doblo mis dedos, nervioso —ahora que he parado—y
cautelosamente me empujo hacia afuera.
Un paisaje rocoso. Hay un montón de colinas y montículos, y el vapor sale a
borbotones de la tierra en muchos lugares. El olor a azufre es denso en el aire. A
lo lejos corre un río de lava burbujeante. Sé lo que es porque he ido a museos y
he visto videos de erupciones volcánicas. No puedo ver el origen del río, pero no
puede estar muy lejos, ya que la lava líquida y al rojo vivo, fluye con rapidez.
Veo al niño del infierno correr hacia el río. Me gustaría explorar, pero tengo
que mantener la concentración y continuar la persecución. Tal vez el demonio
sabe dónde están Derviche y el Shark , o Cadaver. Tal vez él es Cadaver
disfrazado!
El niño del infierno llega hasta el río de lava y se detiene. Gira y se enfrenta
a mí. Chillando más fuerte que nunca, la cabeza echada hacia atrás. Termino
sobre él, listo por si se va la izquierda o a la derecha, tratando de anticiparlo.
El demonio se detiene chillando y me mira. Parece que planea atacar, pero
entonces, sorprendiéndome, él da un paso atrás-en el río de lava. El vapor se
eleva desde los pies del demonio, y segundos más tarde, estalló en llamas. Pero
niño infernal solo reía y soplaba sobre si, extinguiendo el fuego. Sonriéndome,
salta a través de los cuarenta o cincuenta pies de ancho del río, saltando al otro
lado, sólo la parte superior de su cabeza visible ahora.
Me detengo en el borde de la lava. El calor es increíble. Siento que mi piel
se enrojece. Puedo usar la magia para enfriarme, pero incluso con la ayuda de la
magia es difícil de soportar. Me quedo mirando la lava con incertidumbre. Si el
niño infernal fue capaz de saltar a través, probablemente también yo pueda
hacerlo. Pero ¿qué pasa si no puedo? ¿Qué pasa si mi magia me falla? Si me
atrevo acabo en la lava, y las cosas toman un giro para peor, estoy acabado. Este
cuerpo se pudrirá y Lord Loss aprisionara mi alma.
Trato de reunir el coraje para probar la lava. Mire a la izquierda y la derecha,
por si hay alguna otra manera de cruzar, como un puente o un túnel, -pero no hay
nada. El río se extiende tan lejos como mi vista alcanza a ver en ambas
direcciones.
Mientras observo alrededor, mis ojos voltean hacia arriba para ver de qué
es el cielo. Pero en vez de un cielo, me encuentro mirando el horrible rostro de
Lord Loss! Es enorme, llenando mi campo de visión. Se está riendo, aunque no
puedo escucharlo. Me congelo, horrorizado por sus inmensos ojos rojos, los poros
y grietas en su piel, que parecen los cráteres de la Luna y los valles cuando se
aumenta hasta ese punto. Luego se retira y es sustituido por Beranabus. Es casi
tan feo cuando se ve desde esta perspectiva.
El mago está gritándome, señalando con un dedo del tamaño de un ariete.
Tardo unos segundos en darme cuenta de que está señalando a un punto detrás
de mí, tratando de advertirme! Giro a la defensiva, pero es demasiado tarde. Veo
un demonio alado con cuerpo de color rojo, abultado, precipitándose hacia mí a
través del aire. Lo esquivo al instante, pero el demonio ha determinado su vuelo
perfectamente. Me golpea fuerte en el pecho, haciéndome volver sobre mis pies,
hacia atrás-al río de lava fundida.
22. MARBLEOUS (en canicas)

Calor abrasador. Grito y golpeo, salpicando lava hacia arriba en el aire. Me


hundo, sumergido en el líquido ardiente, sintiendo que llena mi boca, la nariz, las
orejas, quemando la carne suave de mis labios y lóbulos de las orejas, la
destrucción de los párpados, llegando hasta los globos gelatinosos de mis ojos.
Pude subir. Escupo lava. Grito de nuevo, la lengua crepitante, garganta
cerrada apretadamente, los ojos candentes anchos del terror. No trate de usar la
magia para protegerme. El pánico se ha apoderado de mi. Estoy indefenso.
Atrapado por el río. Perdido.
Empiezo a hundirme. Mis piernas patalean de forma automática, como
cuando estoy nadando, para mantener mi cabeza en alto. Respirando con
dificultad. Siento que los dedos de los pies arden, y el ácido de la lava se abre
camino a través de la pared de mi estómago. Unos pocos segundos más y todo
habrá terminado. Seré solo trozos de carne y hueso arrastrada por la superficie del
río- después nada.
Oigo un grito a mi izquierda, pero no soy capaz de mirar alrededor. Me
estoy hundiendo. No hay piernas para patalear a la izquierda. Los huesos se ven a
través de la carne de mis dedos. La piel de mi garganta se está desprendiendo
como el papel quemado.
Entonces manos en forma de serpiente se enrollan alrededor de los restos
de mi pecho y me sacan de la lava. Mis ojos sin párpados ven empañados. Se
trata de una mujer, con el rostro contorsionado por mis ojos estropeados. Ella está
gritando, pero mis oídos están llenos de lava. No puedo escuchar lo que está
diciendo.
La mujer saca lo que queda de mi del río y me lleva corriendo a la orilla, me
deja en tierra dura, fría. Cae a mi lado, con los pies y las espinillas en llamas.
Golpea las llamas, luego se detiene, mira fijamente, las extingue con magia.
Estoy convirtiéndome en nada a su lado, cubierto de lava que todavía está
comiéndose mi carne. Cuando la mujer ha apagado sus propias llamas, vuelve su
atención hacia mí. Grita las palabras de un hechizo y agita una mano sobre mí. La
lava explota fuera de mí salpicando, fuera de mi nariz, boca y orejas. Tomo un
respiro increíblemente agradable de aire, y luego grito mi agonía al mundo.
"Kernel" la mujer grita. "Tienes que ayudarme! El daño es demasiado
grande - no puedo arreglarlo yo misma. "
Estoy jadeando como un pez moribundo, incapaz de responder. Nunca
pensé que podría haber tanto dolor de este lado de la muerte. La mujer lanza otro
hechizo. Una ola de frío se escurre a través de mí, me adormece a lo peor del
tormento. Me vuelvo de espalda al borde de la locura alimentada por el dolor.
Coloque la cabeza hacia abajo, gimiendo débilmente en lugar de gritar como un
loco.
"Usa la magia", la mujer me urge. "Ayúdate. Restaura la carne que se ha
quemado. Va a doler como el infierno, pero hay que hacerlo. "
Quiero decir que no puedo, estoy demasiado cansado y no sé los hechizos.
Pero mis cuerdas vocales incinerados y sus labios no me permiten formar las
palabras. Irritado, trato de reparar el daño, así que puedo decir a la mujer que
estoy acabado. La magia fluye a las áreas que he elegido y las células se unen en
respuesta a mi mando. A medida que mis labios vuelven, sangrientos y con
escozor, pero funcionales, empiezo a quejarme. Entonces me doy cuenta, el
hecho de que me puedo quejar prueba que tengo el poder de curarme. Así que en
lugar de quejarme, me puse a trabajar en el resto de mi cuerpo destrozado.
Tarde varios minutos, y es tan doloroso como la mujer dijo, pero con el
tiempo, estoy casi entero de nuevo, quemado y ennegrecido por el calor, la carne
de color rosa brillando dolorosamente en la luz amarilla, cicatrices alrededor de los
lugares en los que he tenido que crear huesos y carne fresca, tierna como... bueno,
como alguien que había estado sumergido en un río de lava! Pero estoy vivo y
sobre todo en una pieza.
Sonriendo dolorosamente, levanto mi cara para agradecer a la mujer que
vino en mi rescate. Estoy esperando a Sharmila-Me imagine que no podía
mantenerse al margen y verme morir, por lo que entró al tablero para salvarme-
pero la cara que mis nuevos ojos ven es mucho más joven y más pálido que el de
la dama hindú. Pero me era familiar.
Ella me mira con una expresión de enojo pero cautelosa. "Usted debería
haber estado preparado para un ataque. Te caíste con demasiada facilidad. Te
habría servido bien si te hubiera dejado. "
"Pero estás muerta!" Llore.
Ella se ríe. "Entonces tienes a un fantasma que agradecer." Ella se para y
mira a lo lejos. "Dervish está en camino. Lo estaba guiando hasta usted cuando
sentí que caíste en la lava. "Ella comienza a alejarse.
"¡Espera! No lo entiendo! Te vi morir. ¿Cómo puedes estar aquí? "
Ella vacila y mira hacia arriba. Siguiendo la dirección de su mirada, veo que
el cielo es confuso ahora, cortando mi visión de Lord Loss y Beranabus. "No se lo
digas" Nadia dice en voz baja.
"Decirle qué?" fruncí el ceño.
"A Beranabus. Que estoy vivo. "Ella me enfrenta y ahora tiene una
expresión fresca y serena. "He tenido suficiente de él, Kernel. Me trató como
basura, utilizándome de la manera en que quería. No tenía libertad ni control sobre
mi vida. Así que decidí cambiar lealtades e ir a donde me aprecien y
recompensen‖.
"¿Quieres decir qué...?" No me atrevo a decirlo.
"Me uní a Lord Loss", susurra. "Hablé con él en secreto cuando llegamos a
su castillo. Le dije de mi regalo. Prometí servirle si él me permite unos pocos
placeres simples y algo de tiempo para mí misma. "
"Pero él es un demonio!", Grite. "Matan a los seres humanos!"
"Sí", responde sin problemas.
La mire boquiabierto, incapaz de creerlo. Ella se desplaza inquieta y mira
hacia otro lado. "Beranabus no nos puede ver ahora. Nunca sabrá que estoy viva.
A menos que le digas. "
"Pero Lord Loss es nuestro enemigo. Tu-"
"Te salvé la vida!" Chasquea. "Yo no tenía que hacerlo. Podría haber
dejado que te hundieras".
"¿Por qué me salvaste?" Pregunte en voz baja.
"Porque me gustas." Ella se ríe y hay lágrimas en sus ojos. "Me gusta todo
de ti, excepto Beranabus. Lo odio, y con razón. Pero yo no le deseo mal a nadie.
He venido aquí para ocultarme. Lord Loss separo mi alma antes de destruir mi
cuerpo-o la mayor parte de él. Mantuvo mi cerebro y corazón enteros.
Él puede poner mi carne y huesos juntos de nuevo más tarde, y restaurar
mi alma desde aquí. Cuando sentí que tu y los otros entraron al tablero, le
pregunte a Lord Loss si podía ayudarles. Dijo que puedo, pero sólo una vez. Así
que eso es todo. Ahora estás por tu cuenta‖.
"Nadia... no debes hacer esto. Lord Loss es malo. Si te quedas con él, te
podría pedir que haga cosas malas. "
"Estoy segura de que lo hará." Ella se encoge de hombros. "Pero ya no me
importa. He estado apartada de los seres humanos tanto tiempo, no me siento
como si tuviera algo en común con ellos. Este podría ser el último acto decente
que alguna vez realice. Pero estoy bien con eso. Si voy a ser como los Demonata...
como mi nuevo amo... "Ella se dibuja a si misma con la espalda recta, retirando las
lágrimas, de sus ojos brillantes. "Que así sea".
"Nadia..." Lo intento de nuevo, pero ella me detiene.
"Te salvé la vida Kernel. A cambio, me gustaría que mantuvieras mi
secreto y no le digas a nadie que estoy viva. No puedo hacerte prometerlo, pero
voy a estar decepcionado si me traicionas. "
"No voy a decirles", murmuro.
"Gracias." Sonríe torpemente, pero se desvanece rápidamente. "Una última
advertencia. Si escapas de este Tablero y nuestros caminos se cruzan en el futuro,
estaremos en lados diferentes. No esperes que alguna vez te vuelva a ayudar. "
Con eso, se da la vuelta, levanta la cara hacia el cielo, extiende sus brazos,
luego se convierte en un hermoso, cisne demonio. Mientras observo, se eleva con
gracia y planea lejos, ganando velocidad, elevándose cada vez más alto, hasta
que ella es sólo una mota en el horizonte... y luego desapareció.

Algún tiempo después Dervish llega. Estoy acostado en el mismo lugar, aún
en agonía, utilizando la magia para hacer pequeños cambios y ajustes. Como
Dervish se preocupa mucho por mí, le digo sobre el ataque y mi caída, pero le
digo que saque mi cuerpo y lo volví a juntar todo sin ayuda. No mencione Nadia.
"¿Puedes levantarte?" Dervish pregunta, abanicando su cara, sudando por
el calor del río.
"No lo creo", Grazno.
"¿Qué tal levitar?"
Me las arreglo para sonreír. "No soy Beranabus. No puedo volar. ""
Entonces te voy a cargar ", dice. "Tenemos que salir de aquí. Voy a ser lo más
cuidadoso posible. Listo? "
Asentí, apretando los dientes para no gritar muy fuerte cuando me toco. Tan
cuidadosamente como pudo, Dervish coloca un brazo bajo mi cuello, y el otro
debajo de mis rodillas, y me levanto. No es tan malo como pensaba, pero yo no
puedo dejar de jadear y cerrar los párpados recién cultivados por el dolor. "Lo
siento", dice Dervish, y luego cojea lejos de la lava, llevándome como un bebé.

Descansando detrás de una colina, al abrigo del calor del río. Todavía estoy
trabajando en mi cuerpo, usando la magia para reparar el daño y suavizar las
grietas. Asegurándome de que todos mi huesos estén sólidos. Vuelven a crecer
las uñas y huellas dactilares. Separe los dedos. Trate de darles a mis orejas la
forma correcta. Deje que la cálida energía circule a través de mis piernas,
fortaleciéndolas, sabiendo que tendré que levantarme pronto y caminar.
No hay más caras en el cielo. Sólo un techo de luz amarilla. Le pregunté a
Dervish sobre ellos, pero no vio a Lord Loss o Beranabus. Él había estado
vagando como yo, pero en esta zona de la luz, no en la oscuridad. Entonces vio a
un demonio blanco, con alas. Ya que parecía ser la única criatura viviente, lo
siguió hasta que se desvaneció. Al no tener un mejor plan, siguió adelante en la
misma dirección – y me encontró.
"Dónde crees que este Shark?", Pregunte.
Dervish se encoge de hombros. "Podría estar en cualquier parte. No tengo
ni idea de lo grande que es este lugar. "Yo le digo mi idea, que está diseñado
como un tablero de ajedrez, treinta y dos áreas oscuras, treinta y dos zonas de luz.
Dervish no había pensado en eso. "Creo que tienes razón", dice. "Pero no
tenemos ninguna manera de saber el tamaño de cada cuadro."
"¿Encontraste algo de agua?", Pregunte. "Tengo sed."
"No pienses en eso", aconseja. "Se puede mantener la sed y el hambre a
raya, como un sueño. Tu cuerpo hará prácticamente todo lo que le digas aquí‖.
Acaricia su cabello puntiagudo, dejándolo rectos y rígidos de nuevo, unos
pocos centímetros más largos que antes.
Se hace el valiente, pero puedo ver que está aterrorizado. No es mucho
mayor o con más experiencia que yo. Él nunca ha estado en una situación como
esta. Está actuando como adulto, pero apuesto a que – como yo – habría dado
cualquier cosa por tener a alguien a quien pedir ayuda.
"Necesitamos un plan", le digo, con ganas de hacer las cosas un poco más
fáciles para Dervish. "No podemos tambalearnos alrededor, esperando a ser
atacado. Debemos tener un propósito‖.
"Encontrar la maldita salida de aquí sería un buen comienzo", murmura
Dervish.
"Sí, pero Lord Loss dijo que sólo podía salir si he encontrado y nombrado al
demonio ladrón. En primer lugar, creo que debemos encontrar a Shark. Luego
podemos tratar de encontrar una manera de descubrir a Cadaver‖.
Dervish asiente. "Eso suena bien. Pero ¿cómo vamos a buscar Shark? Sólo
tenemos que elegir una dirección al azar? "Supongo...
"Pero lo que si estamos en un cuadro en uno de los extremos del Tablero y
él está en otro cuadro en el extremo opuesto?"
"Entonces va a ser una larga caminata."
Dervish se ríe.
"¿Qué más podemos hacer?", Pregunte.
Derviche frunce el ceño. "Tal vez uno de los demonios nos puede llevar a él
–al niño infernal – o el monstruo alado."Camina hacia el otro lado de la colina en
busca de ellos. Vuelve unos minuto después, sacudiendo la cabeza.
"Habrá otros", le digo. "Lord Loss no quiere vernos caminar en círculos
durante demasiado tiempo. Eso sería aburrido. Apuesto a que va a enviar un
montón de demonios que nos ataquen".
"Fantástico." Dervish no parece tan optimista.
"Yo podría usar los parches de luz para encontrar a Shark, excepto que no
hay ninguno aquí. El Tablero no es como los universos exteriores. Las reglas son
diferentes. "
Dervish se ríe. "De un universo de locura a otro".
"Tal vez yo podría..." Me detengo y saco las canicas de mi bolsillo,
recordando cómo los utilice para crear una luz en el laberinto oscuro.
"¿Qué es eso?" pregunta Dervish.
"Canicas. Mi hermano estaba jugando con ellos antes de ser secuestrado‖.
"Oh. Tenía la esperanza de que fuese una especie de globos mágicos‖.
"Tal vez son... o puede ser." Le hablo del laberinto, cómo Intenté crear luz
pero no podía, hasta que tomé una de las canicas.
"Pero no necesitamos luz aquí", dice Dervish.
"Gracias por señalar lo obvio:" Chasqueo. "Lo que yo quería decir era si
pude usar una canica como antorcha, tal vez podría usarlo como otro instrumento.
Al igual que una brújula o un dispositivo de seguimiento? "
Dervish mira escéptico, pero dice: "Bueno, vamos, démosle una
oportunidad."
Yo estudio las canicas de color naranja y otra vez me encuentro pensando
en aquella noche en casa de Sally, Art las sostenía sobre sus ojos. Borrando la
imagen, me concentro en pensar en Shark, pidiendo a las canicas llevarme con él.
Nada ocurre de inmediato, pero luego Dervish jadea y se inclina más cerca. Los
remolinos naranja en el corazón de las canicas se han convertido místicamente, y
a través de la niebla podemos ver a Shark, luchando contra los demonios, con las
manos mojadas de sangre.
"¿Dónde está él?" grita Dervish.
"No lo sé." Trato de ubicar el lugar alrededor de Shark en una imagen más
clara pero no puedo. Abandono esa táctica, dejo las imágenes de él desaparecer y
hago que las canicas nos guíen hasta él. Tiemblan en la palma de mi mano, y
luego saltan en el aire como frijoles saltarines. Me estremezco alejándome de ellas.
Dervish también lo hace. Pero al pasar el rato allí, nos recuperamos y sonreímos
el uno al otro. Me pongo de pie, Dervish me ayuda. Llamaradas del dolor de nuevo,
pero yo uso la magia para luchar contra él. Luego me concentro en las canicas,
aún flotando en el aire encima de nosotros.
23.KERNEL EN EL CIELO DE LOS DEMONIOS

Marchamos lentamente pero sin detenernos, diciendo poco, siguiendo las


canicas. Trato de mantener la noción del tiempo y la distancia, pero es imposible.
A veces, me gustaría que un demonio atacara, sólo para romper la monotonía,
pero no vemos ninguno de los familiares de Lord Loss. Ni siquiera podemos dormir,
–nuestros cuerpos se cansan, pero no podemos apagar nuestro cerebro.
Finalmente, llegamos a un punto donde dos enormes paneles negros se
encuentran en un ángulo de noventa grados y se extienden hasta el techo de cielo
amarillento. Los paneles son de varios metros de ancho y medio pie de espesor.
Están solos en el entorno rocoso, extrañamente fuera de lugar. "¿Has visto la
película 2001: Una odisea del espacio" pregunta Dervish después de un minuto de
silencio. "No.
¿Por qué? "
"Esto me la recuerda." Camina alrededor de los pilares negros,
entrecerrando los ojos hacia ellos, y luego dice con voz curiosamente plana:
"Buenos días, Dave."
"¿Quién es Dave?"
Dervish se ríe. "No importa." Él me mira, levanta una ceja. "¿Qué crees que
son?"
"Un lugar donde los cuatro cuadrados del Tablero se encuentran."
"Yo también. Pero ¿por qué sólo estas extrañas cintas de negro? Yo habría
esperado paredes extendiéndose a lo largo de los límites."
"¿Por qué no damos un paso a través de uno y vemos? Quiero decir,
vamos a tener que hacerlo de todos modos, ya que las canicas se dirigen en esa
dirección. "Las canicas se detuvieron cuando lo hicimos, y ahora cuelgan a unos
cortos centímetros del panel negro a la izquierda.
"Vamos a probar el panel de la derecha primero," Dervish sugiere. "Sólo por
el placer de hacerlo."
"Bien". Recojo las canicas en el aire y las pongo en el bolsillo.
Dervish prueba el panel, pegando una mano a través para asegurarse de
que puede pasar. "Está bien", dice.
"Nosotros-" De repente, con un gruñido sobresaltado, él desaparece,
arrastrado a través del panel por algo al otro lado. Grito su nombre. Cuando no
hay respuesta, entro como una flecha a la oscuridad después de él.

No es no es tan oscuro como el laberinto, pero si muy oscuro. Distingo a un


demonio envolviéndose alrededor de Dervish. Los tentáculos cubiertos de
cuchillas largas y brillantes, cortando rebanadas de Dervish, cortándolo abriéndolo,
la sangre volando en todas las direcciones.
Meto la mano en el bolsillo del pantalón. Tiro ambas canicas hacia afuera.
Grito una palabra mágica, la palabra que viene de algún lugar muy dentro de mí.
Llamaradas de luz, nítida y feroz en su brillo anaranjado. Grito otra palabra de la
magia con estallidos de luz sucesivos, dirigiendo todos los rayos hacia el demonio.
El demonio grita de dolor por la explosión de la luz. Tiene docenas de ojos,
necesarios en este reino oscuro, pero una desventaja cuando la luz fuerte entra en
ellos. Con otro grito agónico, libera a Dervish y lo lanza lejos, cubriendo sus ojos
con los tentáculos.
Agarro a Dervish y lo lanzo de vuelta a través del panel, que es claro en ese
lado.
Entonces retrocedo a fuera después de él, guiando las canicas a
siguiéndome fuera hasta el último segundo, paso a paso al mismo tiempo a
medida que salgo de la zona oscura, así que no les pierdo la pista.
Dervish está sobre el suelo volcánico, curando sus heridas con magia,
enojado por haber sido atrapado tan fácilmente. "Gracias", murmura.
"No te preocupes por eso." Me agacho a su lado. "¿Puedo ayudarle?"
"No. Voy a estar bien una vez me repare‖.
"Algunos de tus picos fueron cortados", le digo, golpeando su cabeza.
"Tal vez sería mejor ser calvo como tú", se ríe, entonces hace que el pelo
vuelva a crecer a su largo correcto.
Cuando se sano a sí mismo, se levanta, comprueba por cualquier corte que
podría haber pasado por alto, y luego con cautela se coloca frente al otro panel de
color negro. "Podría haber un monstruo similar a través de allí. O peor‖.
No digo nada. Quiero ofrecerme para ir por delante de él, para probar las
aguas, pero tengo miedo. Espero avergonzado a que Dervish tome la iniciativa.
Dervish respira por la nariz, y luego me mira. "¿Preparado para salvarme el
pellejo otra vez?"
"Si tengo que hacerlo," Me río entre dientes y luego le doy la orden a las
canicas para llevarnos a Shark. Flotan a través del panel en la oscuridad. Las
seguimos.

Espacio. Vacío glacial. Sin aire. Un momento de completo mareo y pánico


de asfixia. Entonces el instinto me hace rodearme con un campo de fuerza de
calor y aire. Dervish ha hecho lo mismo y está flotando a mi lado, mirando a su
alrededor con feliz asombro. Su boca se mueve, pero no puedo escuchar lo que
está diciendo. Señalo mis oídos y sacudo la cabeza. Lo vuelve a intentar,
entonces hace crecer el tubo de aire desde su campo de fuerza al mío. Cuando se
tocan, habla y esta vez lo oigo. "Yo siempre quise ser astronauta, como Flash
Gordon. Era mi sueño. "
"Excepto que quería ser un astronauta real, como Neil Armstrong o
BuzzAldrin. Caminar sobre la luna‖.
"Es extraño, ¿no?"
"Si. Como cuando estábamos en la parte superior de la nube, pero más
extraño‖.
Dervish hace un salto mortal lento. Parece gracioso al principio, pero no
puede detenerse y sigue rodando una y otra vez. Él grita por ayuda, pero me estoy
riendo demasiado del punk irresponsable. Por último, encuentra su equilibrio, se
endereza a sí mismo y mira asía mí. "¡Gracias por la ayuda!"
"Hazlo de nuevo," canturreo. "¡gira para mí, Dervish, gira!"
―Haré girar mi pie hasta tu trasero,‖, refunfuña, y luego mira las canicas.
"Vamos a buscar a Shark".
"OK. Pero si quieres probar tu suerte en gimnasia otra vez, estaré más que
feliz-"" Sigue así ", gruñe. ("Keepit up!") ―¡Guárdatelo!‖
Riendo, libero las canicas y que nos deslizamos hacia delante de nuevo,
dejando atrás un par de pequeños paneles blancos, brillando suavemente en el
vacío del estéril espacio.

Estaba equivocado acerca de que este espacio es estéril. Aunque no


parece haber ningún planeta, las canicas finalmente nos conducen hacia un
demonio de tamaño increíble. Es uno de los demonios del vasto cielo. Desde el
suelo se veían enormes, pero desde aquí trascienden a las palabras como enorme
e inmenso. Éste debe ser de cientos de kilómetros de largo, cincuenta o sesenta
de altura, del tamaño de un cometa, demonio en forma de babosa, a la deriva a
través del vacío del espacio en busca de... ¿qué? ¿Demonios para matar y
devorar? ¿Enemigos que combatir? ¿Un mundo para establecerse en él?
Dervish y yo nos detenemos cuando las canicas son remolcadas por un
demonio. Nos miramos con tristeza. "Si esa cosa nos descubre..." susurra Dervish.
"Somos muy pequeño", le susurro de vuelta, a pesar de no haber
necesidad de ello –en el espacio no se escucha nada, por lo que debemos ser
capaces de hablar tan fuerte como queramos. No se molestará con un par de
hormigas como nosotros".
"A menos que disfrute aplastando hormigas."
Queremos retroceder, desviarnos alrededor de él o esperar a que pase.
Pero las canicas siguen tras el demonio, instándonos a seguir. Dado que no
tenemos otra opción, nos deslizamos tras ellas llevándonos cada vez más cerca
del aterrador gigante.
Llegamos bajo el abultado estomago del monstruo, que parece más roca
que carne. Las canicas se detienen al lado da la pared del estomago. Tengo la
sensación de que quieren penetrar el caparazón crujiente del demonio. Pero luego
dan un giro y nos llevan hacia adelante, hacia la cabeza de la criatura.
Media hora más tarde, flotamos por debajo de la mandíbula inferior del
gigantesco demonio. Me preocupa que, a esta distancia, el monstruo no pueda
evitar vernos. Pero no hay evidencia de ojos. O bien están mucho más arriba en
su cara o es ciego.
Pero definitivamente hay una boca, recorriendo como un valle surcado de
un lado de la cabeza al otro. Los labios entreabiertos, los dientes del tamaño de
grandes casas establecidas en las encías rocosas a intervalos irregulares. Una
lengua plagada de decenas de pequeños demonios parásitos, alimentándose de
los restos de lo que este monstruo come.
Y en medio de esos demonios, luchando por su vida –Shark.
El guerrero está en mal estado. Estos demonios son débiles en
comparación con algunos de los otros con los que hemos luchado, pequeños en
tamaño y poder. Pero hay cientos de ellos y no dejan de acudir a él, carroñeros
nuevos reemplazando a los muertos casi tan pronto como caían. Son como
pirañas pequeñas derribando a un poderoso buey.
"Shark" Derviche brama, pero por supuesto el no puede oír. Dervish me
mira de reojo, inclinando la cabeza en vez de hacer la pregunta directamente.
"Estoy listo si tu lo estas", le digo, aunque mi estómago está apretado por
los nervios.
"Si el gigante cierra su boca, no sé si podríamos salir. Tal vez sólo uno de
nosotros debería –"
"No me tientes," le detengo. "Tú y Shark arriesgaron todo para ayudarme.
Es justo que yo haga lo mismo a cambio. Así que no me des la opción de dejarte
ahora. Me temo que podría tomarla. "
Dervish sonríe. "Entonces vamos a darnos un chapuzón en la boca de
Moby Dick!"

Cavernoso. Sin olores o sonidos. Sólo el espectáculo de las legiones de


demonios malignos retorciéndose sobre y alrededor de unos a otros turnándose
para atacar un solitario pero resistente Shark.
Nos detectaron cuando entramos. Decenas se apartan del asalto principal y
se lanzarse contra nosotros. Pequeños demonios peludos y oscuros, como el
polvo con garras y colmillos. Los aplastamos a un lado sin detenernos. Hemos
llegado demasiado lejos y visto mucho como para estar asustados por estos
parásitos.
Shark mira que nos acercamos a él por arriba. Sus ojos son distantes y veo
que él piensa que somos un par de demonios. Su apunta un puño hacia mí, pero
me detengo fuera de su alcance. Derviche baja más, tratando de dirigir un tubo de
aire hasta Shark para poder comunicarnos. Pero Shark debe pensar que es un
zarcillo o una lengua. Se agacha, lanza demonios hacia Dervish, alejándolo de él,
más atrás de la boca. Una imagen fugaz de lo que pasaría si el monstruo traga
ahora. Rápidamente intento borrarlo de mi mente.
Me deslizo detrás de Shark y envió un tubo, todo el tiempo luchando contra
los demonios. Shark descubre el tubo, esquiva, a continuación, salta, con las
manos extendidas, con la intención de estrangularme.
Dervish vuela hacia delante y choca con Shark. Se estrellan en mí y
nuestras extremidades se enredan. Ahora que estamos tocándonos, compartiendo
nuestros campos de fuerza, podemos escuchar a Shark. Él está gritando como un
loco, viles maldiciones, palabras que carecen de sentido, la desesperación y el
espeso aislamiento en su garganta.
"Shark!" Ruge derviche. "¡Somos nosotros! Dervish y Kernel! Hemos venido
a rescatarte. Deja de pelear. Podemos salir de aquí. "
Shark grita en respuesta, levanta un gran puño tatuado para aporrear a
Derviche, luego hace una pausa, Tenues líneas se realzan extendiendo por todo
su rostro.
"Realmente somos nosotros, Shark", le digo. "Esto no es un truco. Hemos
venido por ti‖.
"Imposible", grazna. "¿Cómo has llegado hasta aquí? Son ilusiones. Lord
Loss te envió a atormentarme con esperanza‖.
"No seas un idiota", Dervish chasqueo. "¿Podría alguna ilusión verse tan
bien?"
Shark parpadea – luego sonríe. "¿Cómo?", Susurra. "¿Cómo me has
encontrado?"
"Utilizamos la magia."
"Pero es el espacio vacío allá hay."
"¿Y?"
"¿Quieres decir... todo este tiempo... podría haberme ido? ¿No estaba
atrapado? ¿No tuve que pasar meses... años... lo que sea... luchando contra estas
bolas de pelo horribles? "
"No," dice Derviche ligeramente.
La expresión de Shark se oscurece. Coge a uno de los demonios y lo rasga
en pedazos, luego usa su piel para limpiarse la sangre del rostro. Cuando lanza el
trapo lejos, sus rasgos se componen. Husmea como si lo que ha pasado no es
gran cosa. "Gran parte de la gira", dice casualmente. "Vamos a buscar un bar."
Riendo, Dervish palmea en la espalda a Shark, apunta hacia la boca
abierta y lo guía fuera de las fauces del monstruo, lejos de los rechinantes dientes
de las furiosos criaturas peludas, hacia el profundo oscuro, y frío espacio.
Flotando, el monstruo se va a la deriva, le contamos a Shark acerca de
nuestras aventuras y la teoría de que estamos en un universo en forma de tablero
de ajedrez con treinta y dos zonas diferentes. Escucha silenciosamente, distraído,
mirando a su alrededor nerviosamente. Suspira cuando terminemos, entonces
dice en voz baja: "Gracias por venir".
"Te necesitamos", dice Dervish.
"¿Por qué?" resopla Shark. "Lo estaban haciendo muy bien sin mí. Usted
encontraron este lugar y se ocuparon de todo. Todo lo que hice fue quedarme
donde había algo sólido bajo los pies. Pensé que iba a estar el resto de mi vida, en
esa boca y con esos demonios. Una parte de mí quería rendirse y dejar que ellos...
"
Se estremece, se ve diferente al Shark que conocí al principio. La lucha le
ha drenado gran parte de su fuerza y confianza. Quiero decir algo para que se
sienta mejor, pero Dervish habla antes de que pueda poner mis palabras juntas.
"Creo que Lord Loss sabe que eres el más fuerte de nosotros. Quería
quebrantarte, que te desgastaras y matarte, por lo tanto no podrías ayudar a
Kernel. Es por eso que te atrapo en el lugar más desolado que encontró e hizo
todo lo que pudo para destruirte. Pero no lo consiguió. Estás vivo. Has sobrevivido
donde cualquier otro hubiera perecido. Así que olvídate de la autocompasión. Lo
tuviste difíciles, te enfrentaste a esto, - ahora sigue adelante, soldado. "
Shark ríe. ―Gran discurso.‖
"Pero cierto", añade Dervish.
"Tal vez." La risa de Shark se convierte en una sonrisa. "Creo que no estoy
hecho para sufrir con nobleza, ¿verdad?"
"No. Tuviste algunos minutos de abatimientos – ahora déjalos atrás y
vamos a trabajar en conseguir salir de este lugar y encontrar ese bar que
mencionabas. "
Shark gruñe y me enfrenta, recuperado en un abrir y cerrar de ojos. Me
gustaría tener la piel tan gruesa como la suya, poder ir desde las profundidades de
la desesperación a la normalidad en el espacio de unos segundos. "¿Esas canicas
siguen funcionando?", Pregunta.
"Supongo".
"¿Crees que se pueden utilizar para encontrar a este ladrón tuyo?"
―¡Entonces suelte a los sabuesos, chico – es hora de patear traseros
demoniacos!‖
24. LADRONES

No ocurre nada cuando les pido a las canicas que nos conduzcan al
demonio ladrón. Así que les pido en su lugar que encuentren a Cadáveres, y de
inmediato se pone en marcha, nos guían a través de la inmensidad del espacio.
Estaríamos perdidos sin las canicas. Incapaces de distinguir entre arriba y abajo
en este vacío. No podíamos ni siquiera encontrar el camino de regreso a los
paneles que atravesamos. Me pregunto si Lord Loss sabía de las canicas cuando
nos envió aquí. Tal vez tenemos una ventaja con la que no contaba.

Después de lo que se siente como menos de un día llegamos a un par de


paneles blancos. Las canicas vacilan, luego se dividen, uno va a la izquierda, el
otro a la derecha. Las detengo antes de que los atraviesen. Observo a Dervish y
Shark esperando sus opiniones.
"Parece que no importa que camino vamos," dice Dervish.
"Pero Cadaver no puede estar en dos zonas a la vez, ¿verdad?" Shark
frunce el ceño.
"Tal vez está entre ellos" Dervish sugiere. "Un pie en cada mundo."
"O tal vez las canicas están tratando de separarnos," Shark dice con recelo.
"No sé de dónde viene su poder. Esto podría ser obra de Lord Loss – nos separa,
nos lanza juntos, luego nos reparte otra vez.‖
"Lo dudo", dice Dervish. "De todos modos, si ese es el caso, es fácil ser
más listos que él – sólo no nos separamos. Vamos a través de un Panel juntos.
Kernel, ¿tú qué prefieres?
Me encojo de hombros. "No tengo la menor idea."
"Entonces vamos a ir a la izquierda," Dervish decide. Cuando ninguno de
nosotros se opone, se mueve detrás de mí, Shark se desliza frente a mí, y en una
línea estrecha seguimos las canicas a través del panel, En una nueva zona de
horrores frescos.
Tripas por todas partes. Cada tipo de órgano interior imaginable. Apilados
en montones, salpicados alrededor en pedazos, algunos cubriendo los árboles de
hueso. Un hedor nauseabundo. El suelo bajo nuestros pies resbaladizos con
sangre moco y todo tipo de limo. Me atraganto por el hedor, el vomito sale de mi
boca. Dervish y Shark hacen lo mismo. Los tres sobre nuestras rodillas, vomitando,
apretando nuestras narices, jadeando en busca de aire.
Los demonios se deslizan a través de la masa de tripas, destrozándolas,
bañándose en la sangre y mugre, alimentándose con avidez. La mayoría son
similares a gusanos. Algunos tan cortas como orugas, otros varios pies de largo.
Están ciegos. Cargan fragmentos y tragan, ignorantes de nuestra presencia. Uno
se desliza por de atrás de mis piernas, me huele, decide que hay más ricas
botines en otras partes y sigue adelante.
"¡Magia!" jadea Dervish, ojos rojos y llorosos. "¡Creen un campo... ... como
en... el último lugar!"
Es difícil concentrarse. La magia no es fácil aquí. El olor es fétido, pero no
es fatal, así que mi cuerpo no genera automáticamente un campo mágico de
fuerza. Después de un minuto o dos intentándolo, construyo un débil campo de
aire alrededor de la cara. No es tan fuerte como el campo que he creado en el
espacio, y algunos de los olor se filtra a través de el, pero bloquea lo peor y me
permite respirar con normalidad.
Shark lo encuentra más difícil que Dervish o yo. Su magia no está diseñada
para hechizos sutiles. Con la ayuda de Dervish, se las arregla para crear un medio
campo alrededor de la parte frontal de la cara, pero pronto parpadea
desvaneciéndose. Al final maldice, rasga una manga de su camisa y lo envuelve
alrededor de su boca y la nariz.
Por Shark, que es tan bueno como para hacerlo. (That‘s as good as it‘s
going to get.)
"Vamos a regresar", dice Dervish, señalando los paneles negros detrás de
nosotros. "Probemos el otro panel. No puede ser peor que –"
"Espera", le detenga. Las canicas se lanzan hacia adelante y están flotando
por encima de de un montón de intestinos de color rosa y marrón. Las tripas
empujan hacia arriba regularmente, luego desaparecen, como si la pila estuviera
respirando. Debe haber un demonio debajo, dándose un festín con las entrañas,
penetrando a través de ellas como una rata.
Avanzo lentamente, hundiendo los pies en el suelo blando para no resbalar,
solo ahora me doy cuenta de que realmente no hay tierra, simplemente un suelo
de tripas. Tal vez estemos dentro del estómago de un demonio enorme como el
monstruo del cielo. ¡Así que, no quiero ni pensar por dónde tengamos que pasar
para salir!
Estoy casi a la altura de la base del montón cuando las entrañas en la parte
superior son empujadas fuera. Un demonio saca la cabeza del desorden
sacudiéndola felizmente con fuerza de lado a lado. Cabeza verde, un cruce entre
humano y perro, con anchas y largas orejas (withlongdrapingears and Wide), ojos
blancos.
"Cadaver" Rujo, asustando al demonio. Cuando sus ojos se centran en mí,
gruñe, se agarra del montón de tripas y escarba lejos a través del suelo de
intestinos.
―¡Tras él!‖ grita Shark, Las palabras amortiguadas por su máscara. Salta
sobre el montón de tripas, resbala y se desliza en una sucia piscina de líquido
verde y marrón. Se levanta vomitando de nuevo, rasgando su máscara suelta,
jadeando por aire.
Dervish se lanza a la ayuda de Shark mientras corro tras Cadaver, no
demasiado rápido, sabiendo que es mejor ir lento y mantener el equilibrio que
rápido y resbalar como hizo Shark.
Con sus largas patas y pies peludos – el pelo sirviendo de agarre – Cadaver
pronto se aleja de mí, esquivando montones de tripas y saltando sobre turbios y
burbujeantes charcos de sangre y los residuos. No me preocupo por perderle la
pista – Las canicas mantienen su rastro fresco (themarbles are hotonhistrail),
obedeciendo mis órdenes, rastreando al demonio.
Cadaver pisa uno de los monstruos parecidos a un gusano más largo. Este
chilla y se retuerce por debajo de él, derribándolo. Él grita con su boca recién
creada, alarga el pelo de sus brazos. Arremete contra el gusano, abriendo una
larga herida bajo su costado. Capas de entrañas se desbordan en espiral,
añadiéndose al macabro guiso a su alrededor. El gusano se agita violentamente,
derribando a Cadaver de nuevo, clavándolo debajo de su carnoso caparazón.
Cadaver corta al gusano con sus brazos peludos y mastica en su camino a través
de hilos de intestinos que se han enredado alrededor de su hocicó. Pronto se
retuerce libre – pero para entonces le he alcanzado.
Agarro las orejas de Cadaver y lo golpeo contra el agonizante demonio
gusano. Rujo triunfante. Cadaver aúlla y golpearme lejos. El pelo de una de sus
manos roza un lado de mi cara, cortando mí mejía izquierda. Pero la sangre sólo
me impulsa con más pasión. Lo sujeto del cuello y lo estrangulo, olvidando lo que
Lord Loss dijo sobre nombrar al ladrón, solo intentando matar a esta vil bestia.
Los cabellos de las manos de Cadaver serpentean alrededor de mi cuello y
aprietan, formando un lazo. Estamos estrangulándonos uno al otro, cara a cara,
gruñendo. El primero en debilitarse será el primero en morir.
Mis dedos comienzan a relajarse. Los miro, deseando que se cierren de
nuevo, para terminar el trabajo que empezaron. Pero no obedecen. Estoy
perdiendo –Tal vez ya he perdido. Cadaver está sonriendo. Los pelos aprietan otro
poco, mordiendo la carne de mi cuello, cortando mi último suministro de aire.
Siento que mi boca jadeante, los ojos desorbitados, los dedos escarbando en los
cabellos de Cadáver en lugar de su garganta, tratando de deshacerlos
(tryingtoundothem.).
Luego un goteo, un Shark apestoso esta a mi lado. Un puño tatuado golpea
a Cadaver entre los ojos. El demonio gruñe y los pelos se aflojan. Shark lo golpea
de nuevo. Los pelos se sueltan. Me tambaleo. Dervish me coge y me sostiene
mientras Shark aporrea a Cadaver, superando al demonio durante toda la pelea.
Vuelvo a respirar, dolorosamente, oxigeno que escurre a través de mis
pulmones. Siento como si mi garganta se ha triturado en astillas. Dervish coloca
mis manos sobre la carne herida y dice, ―magia.‖ Reparo el daño. No necesite
mucho tiempo. Me estoy acostumbrando a reparar mi cuerpo.
Cuando mi garganta funciona normalmente, reparo en Shark y Cadaver. El
ex soldado sigue golpeando al demonio, pero con menos fuerza, sólo para
mantenerlo en su lugar. Shark capta mi mirada y guiñe. ―Puedes quitármelo de las
manos o dejármelo por unas cuantas horas más. No me importa de cualquier
forma.‖
"Está bien", le digo. "Has hecho suficiente. Gracias‖.
Shark se hace a un lado y tomo su lugar. Cadaver frunce el ceño hacia mí,
su cara esta mallugada y ensangrentada. Escucho a Shark quejándose del hedor
y que duda que alguna vez pueda ser capaz de quedar limpio. Me desconecto de
él y me concentro. Recuerdo las palabras de Lord Loss. Toque la frente de
Cadáver. Comencé a llamarlo el demonio ladrón.
Luego me detuve.
Es realmente quien robó a Art? Tal vez sea otro demonio disfrazado y Lord
Loss está tratando de engañarme. Busco las canicas y las encuentran flotando a
unos metros por encima de nosotros. "Localizar a Cadaver", murmuro y de
inmediato golpean al demonio debajo de mí, causando que grite y gire la cabeza a
un lado. Tomo las canicas, guardándolas en mi bolsillo, luego – con una mano aun
en la frente de Cadaver – grito, ―¡Este es el demonio ladrón!‖
No ocurre nada. Me esperaba un relámpago, un trueno o un terremoto, algo
adecuadamente dramático. Pero no hay ninguna diferencia. Empiezo a gritar de
nuevo, en caso de que no se escuchara la primera vez. Pero alguien aplaude
antes de las palabras salieran. Me giro y veo a Lord Loss, flotando en el aire
treinta pies por encima de nosotros, sonriendo tristemente, aplaudiendo
sarcásticamente.
"Ese valor e imaginación, Cornelius," murmulla el maestro demonio. "Las
canicas fueron una excelente idea. Son sólo canicas comunes, pero las usaste
como catalizador para tu magia, canalizaste tu energía a través de ellos. Eso
estropeó mi diversión ligeramente –nos trajo a este punto antes de lo previsto –
pero no puedo guardar rencor. Eres un verdadero discípulo y maestro de la magia.
"
Para de aplaudir y suspira. ―Pero has errado el nombre del ladrón. Cadáver
no es el culpable. Una oportunidad desperdiciada, tiene dos más. "
"¡No!" Grito mientras Cadaver se revuelve atrás, burlándose de mí. "Él
secuestró a Art! Es él, ¡no es un demonio disfrazado! Es Cadaver! "
"Sí," Lord Loss está de acuerdo gratamente. "Es Cadaver. Pero él no es el
demonio ladrón verdadero."
"Pero... debe ser... él...‖
Llegue la inspiración. Lord Loss dijo que tenía que encontrar al ladrón
verdadero. Cadáver fue un títere a sueldo. Una marioneta en manos de su
empleador. Se realmente llevó a cabo el robo de Art, pero no era el cerebro
detrás de él. El ladrón real debe ser el que lo planeó, ordenó y pagó la
recompensa.
Me agacho, dirigiendo la magia a mis piernas. Apunto a Lord Loss. Ajusto
mi objetivo. Entonces me lanzo sobre él, volando por el aire, saltando como una
rana o grillo, cubriendo los treinta pies en un abrir y cerrar de ojos.
Lord Loss es tomado por sorpresa. Junta sus ocho manos para protegerse
de mí, pero es muy tarde. Me he apoderado de él antes de que él me pueda
repeler. Excavando con mis dedos en su carne abultada – parecido más a masa al
tacto que en apariencia (dough-like in feel as well as appearance) – Le grito,
seguro que esta vez no me equivoco. ―¡Tu eres el verdadero ladrón!‖
Lord Loss me lanza hacia abajo. Golpeo un saco abultado de intestinos.
Explota, bañándome de sangre, un líquido ácido y fragmentos de vísceras. Me río
sin cuidado, revolcándome en la suciedad como si tomar un baño, burlándome de
Lord Loss, presumiendo por haberlo golpeado con su propio juego. Derviche y
Shark me miran con incertidumbre. No han tenido mi idea. No están seguros de
que tengo razón. Pero la tengo. Tan seguro como lo he estado alguna vez de algo.
Todo lo que queda ahora es que Lord Loss...
"Muy inteligente, Cornelius," dice él, interrumpiendo mi celebración. "Pero
no lo suficientemente listo, mi pobre joven amigo. Yo no soy el ladrón verdadero.
"Dos oportunidades perdidas – queda una".
Su sonrisa es escalofriante.
25. EL VERDADERO LADRON

"¡Mientes!" Grito.
Lord Loss mueve la cabeza lentamente. "Yo no miento".
"¡Tienes que ser el ladrón! ¡Usted dio la orden para que robaran a Art! ¡Si
Cadaver no es el ladrón, solo puedes ser tú! "
"Pero no lo soy", dice con calma. "Duda de mi palabra, si lo desea, pero
Beranabus sabe que es sagrada. Él está mirando ahora. Si te he mentí, tendría
motivos para buscar venganza. Y aunque yo no le temo a Beranabus, prefiero no
provocarlo, especialmente cuando no hay necesidad.
"Busca de nuevo, Cornelius Fleck. Busca al verdadero demonio ladrón. Lo
encontrarás si tu corazón es verdadero y tus ojos son claros. Entonces entenderás.
Y serás libre.‖ Levanta la mano en señal de advertencia. ―Pero solo tienes una
oportunidad más. Si llamas por tercera vez y te equivocas, sus almas serán mías,
como acordamos.‖ Siento lágrimas de rabia en los ojos. Salen al parpadear.
Todavía no estoy seguro de si está diciendo la verdad, pero no tengo más remedio
que creerle. Tengo que concentrarme. Pienso. Si no es o Cadáver ni Lord Loss,
¿entonces quién? Intentando encontrarle sentido. Locos pensamientos oscilar a
través de mi cabeza –
Tal vez Beranabus llegó a un acuerdo con Lord Loss para secuestrar a Art.
Podía sentir mi poder y me quería traer a este universo.
¿La señora Egin? La bruja que abrió la puerta para Cadaver. Quizás ella
sea la verdadera ladrona. Pero está muerta. A menos que, como Nadia, su alma
se conserva aquí.
¿Mamá y papá? Tal vez se metieron en problemas o ansiaban poder,
vendieron a Art a Lord Loss, arreglando para que fuese secuestrado cuando
estaban lejos.
Locura. Pero la forma en que mi mente está zumbando, casi me lo puedo
creer. Yo podría creer lo peor de casi todo el mundo en estos momentos. Dervish,
Shark, Sharmila –Todos son sospechosos. Tal vez el ladrón no tiene por qué ser
un demonio. Puede que sea uno de mis mejores aliados.
Dervish pasos a mi lado y habla en mi oído derecho. "No me gusta
apresurarte, Kernel, pero tenemos compañía."
Miro a mi alrededor y diviso a los demonios del castillo de Lord Loss‘. Los
ha traído con él al Tablero. Se acercan sigilosamente a nosotros, deslizándose
sobre y alrededor de las cadenas y las colinas de tripas. Veo el demonio con
cabeza de cocodrilo – Vein – a mi izquierda, flanqueado por el Niño infernal con
ojos de fuego. Avanzan constantemente junto con los otros.
Mi mirada pasa por encima, se detiene y vuelve al Niño infernal. Sigo
viéndolo desde que llegue al reino de Lord Loss. Primero cuando llegamos,
después en el castillo, el laberinto y la zona volcánica, ahora aquí. ¿Por qué este
demonio se cruza en mi camino más que cualquier otro? Es una pequeña bestia
aterradora, sus ojos ardientes, la cabeza plagada de piojos y bocas en las palmas
de sus manos. Pero no tan aterrador o feroz que un centenar de sus familiares.
¿Qué es lo que me atrae hacia él una y otra vez?
―tenemos que movernos,‖ Dice Shark, dándome un fuerte codazo en las
costillas. ―Podemos salir si actuamos rápido, pero en otros minutos bloquearan el
camino a los otros paneles y tendremos que luchar.‖
"Es uno de ellos", murmuro, mirando a las hordas de demonios, luego al
Niño infernal otra vez. "El ladrón está aquí. Estoy seguro. "
Pero estabas seguros de que era Lord Loss, dice la voz dentro de mi
cabeza, hablando por primera en años.
―¡Tiene que ser uno de ellos!" Lloro.
A menos que sea Beranabus o Dervish, o tu padre, dice la voz, y no sé si
trata de burlarse de mi histeria anterior o insinuando que estaba en el camino
correcto.
"Kernel!" sisea Dervish. "Tenemos que decidir ahora mismo!"
"No lo apresures", murmura Lord Loss.‖ Es una decisión difícil,
trascendental. Deberías pensarlo más, Cornelius. Escapa. Descansa. Medita.
Tienes más tiempo del que puedas imaginar. Espera unos cien años, vuelva a
intentarlo. No quieres actuar por una corazonada, ¿verdad? ¿Arriesgarlo todo en
una apuesta a ciegas? "
"Tiene razón!" grita Shark, agarrando mi brazo y me girándome en dirección
a los paneles. ―primero sobrevive – segundo estrategia. Salgamos de este infierno
mientras nosotros –"
Me libero de Shark. "¡No! ¡Nunca seremos libres si no lo encuentro ahora!
¡Es el Niño del infierno! ¡Tiene que ser! ¡Sigo viéndolo!"
"No puedes saberlo, Kernel", dice Dervish. "No estás seguro. ¿Por qué él? "
"¡No lo sé! Yo sólo... "
Maldiciendo, corro tras el niño infernal, ignorando la amenaza de los
demonios y la posibilidad de escape. Estoy apostando, una apuesta más grande
que cualquiera que he tomado, pero tengo que hacerlo. Este es el momento en
que todo se decidirá. Es por eso que Lord Loss está aquí. Quiere verme fallar,
estar aquí en persona para regodearse. Pero no puedo preocuparme por fallar.
Tengo que creer esta es mi oportunidad, mi tiempo. Y rezar a todos los dioses que
no este desperdiciándola.
El niño infernal ve que he puesto mis ojos en él. Chilla con sorpresa, gira y
huye. Vein gruñe y se pone entre nosotros, bloqueando mi camino hacia el bebé
demoníaco. Otros demonios se apilan alrededor de ella, aumentando mi
convicción de que el niño infernal es el ladrón.
"¡Shark!", rujo. "¡Dervish! ¡Ayúdenme a pasar! "
Responden a mi llamada, sin duda, poniendo su fe y su futuro en mis
manos. Se adelantan, devastando a los demonios, Shark los golpea con sus
puños, Dervish los dispersa con pernos de magia. Trato de no pensar demasiado
en la confianza que estos hombres han depositado en mí, el terrible destino que
les espera si los defraudará.
Un demonio hecho completamente de huesos se arroja a mis piernas. Lo
pateo, le rompo la mandíbula, salto por encima de las piezas del esqueleto que
caen al suelo. He pasado Dervish. Shark está luchando con los demonios justo
delante de mí, a mi derecha.
―¡Pierna!‖ arriba ("Leg-up!") Grito y Shark se agacha, juntando las manos en
forma de copa, las mantiene para mí para subir. Entonces me lanza hacia arriba,
hacia adelante y sobre las cabezas de los demonios en frente de nosotros.
Golpeé el suelo corriendo. Casi patinando en las viseras y salí volando a
una piscina de sangre, pero agite los brazos y mantengo el equilibrio. El niño
infernal esta justo delante de mí, mirando hacia atrás, gruñendo con una mezcla
de odio y miedo. Mi velocidad me impulsa más adelante de él. Arrebato con
violencia mientras paso corriendo, incapaz de frenar. Cojo uno de los brazos
huesudos del demonio. Arrastrándolo hacia delante con migo, el niño del infierno
llora como un bebe real.
Mis pies van y esta vez no intente permanecer erguido, concentrándome en
cambio en aferrar al demonio. Me caigo y deslice varios metros, hasta golpear una
imponente pila de órganos. Las veceras se tambalean después caen,
sofocándonos a mí y al niño del infierno. Mi barrera de aire se hace añicos. El
hedor me hace vomitar de nuevo, pero no dejo suelto al serpenteante, demonio
furioso.
Hago una breve pausa para restaurar la barrera alrededor de mi cabeza.
Escupo vomito de mis labios. Aparto los trozos más grandes de tripas, revelando
al angustiado niño infernal. La mayoría de los piojos han caído de su cabeza. El
fuego en sus ojos se ha atenuado y está gimiendo suavemente. Me siento y lo
arrastro más cerca, así que no puede escapar. Me preparo para anunciarlo como
el verdadero demonio ladrón.
¡Espera! la voz dentro de mí grita. Esta es tu última oportunidad. No lo
arruines.
Vacilo, ansioso por terminar este trabajo, pero prudente. Espero que la voz
hable de nuevo, que me dé una pista. Pero sólo hay silencio. Que es roto por Lord
Loss.
"Vaya, vaya. ¿Y ahora qué? "Ronronea. Está colgando justo encima a un
par de pies. Derviche y Shark todavía luchando contra los demonios. Bajo
nosotros tres – yo, Lord Loss y el niño infernal.
"¡No dejo de verlo en todas partes!" Grito, agitando el demonio a su amo.
"¿En serio?" Dice Lord Loss, actuando sorprendido. "Entonces tal vez él es
el ladrón. O podría ser una pista falsa, colocada por mí para hacerte perder el
aroma del verdadero culpable. O tal vez es sólo una coincidencia y no tiene nada
que ver con nada. "
Miro de Lord Loss al Niño del infierno de nuevo a Lord Loss. ―Por favor‖
grazno "Ayúdame. No me hagas... "
"¿Qué?" Pregunta Lord Loss, con amabilidad. "¿Qué no te haga elegir?
Pero no lo hago. La elección – ya sea que la tomes o no – es completamente tuya.
No hay límite de tiempo. Utiliza tu última oportunidad ahora, si crees que has
atrapado al que buscas. De lo contrario, retírate y vuelve a intentarlo más tarde.
Tal vez puedas entrenar a las canicas para desenmascarar al ladrón. O tal vez
deje caer pistas para ti a través de los siglos. O tal vez Beranabus encuentre
alguna manera de rescatarte.‖
"Lo único que quiero es a mi hermano!" Lloro. "¿Por qué me atormenta así?
¿Qué es lo que te he hecho? "
Lord Loss sólo sonríe en respuesta entonces acaricia la cabeza del niño
infernal, calmándolo. "Te llevaste a uno de mis familiares favoritas en contra de su
voluntad y la mía. Es hora de llamarlo ladrón o dejarlo en libertad. Apostar o
esperar. Pero hazlo ahora, antes de que pierda la paciencia y te niegue cualquier
posibilidad real de elección.‖ "Él sonríe cruelmente. "¿Recuerdas como le di una
boca con la cual hablar a Cadáver? Podría eliminar la tuya fácilmente,
arrebatándote la oportunidad de nombrar al ladrón. "
Estoy llorando de impotencia. Quiero dejar ir al niño del infierno, retrasar el
momento del nombramiento, darme tiempo para pensar. Pero sé que no puedo
esperar. Lo sé. Lo retraso… corro… y la oportunidad nunca volverá otra vez. El
niño infernal se esconderá, pasara delante de mí a través de las zonas del Tablero,
quedándose fuera de mi alcance, no importa lo duro que busque.
Pero ¿y si él no es el ladrón? ¿Si es un señuelo, como Lord Loss dice, o sin
conexión alguna?
Estudio al demonio a través de mis lágrimas, desesperadamente con la
esperanza de encontrar una pequeña pista. Pero no hay nada que no hayamos
visto antes, no hay pruebas de que tenía algo que ver con el robo de Art. Una
última exploración, para estar seguros. Sus diminutos pies, piernas huesudas,
cuerpo delgado, cabeza de gran tamaño. Piel verde. Las bocas pequeñas en sus
manos, cortando abiertas y cerradas. Los pocos piojos que quedan en la cabeza.
Las llamas de color naranja en sus cuencas vacías de otra manera.
Nada acerca de le ayuda. Supongo que tendré que nombrarlo como el
ladrón y esperar...
No. Espera. Sus ojos.
Me quedo mirando las llamas. Algo sobre la forma en que el parpadea... el
color... pero ¿qué es? Me recuerdan a algo. Alguien. He visto ojos como esto
antes. No es exactamente lo mismo, pero similar. Y sólo una vez. Pero, ¿dónde?
"Vamos, Cornelius," me alienta Lord Loss. "Dilo rápido, antes de que yo –"
"¡Espera!" rujo, agarrando al niño del infierno apretadamente, protegiéndolo
del maestro demonio. "¡Estoy tratando de recordar!¡ Los ojos! He visto –"
El niño del infierno grita – debí herirlo cuando apreté mi agarre. Con un
gruñido, él abre la boca, se prende de mi brazo izquierdo y muerde, sus dientes
grises rompen mi carne con facilidad. Grito e intento sacudir mi brazo libre, pero él
tiene también un firme agarre. Con mi mano derecha Alcanzo a forzarlo a aflojar
la mandíbula...
...Luego se detiene como herido por un rayo de energía roja.
La mordida... los ojos... Lo recuerdo... el pelo raro... las canicas... la cabeza
grande... naranja... Recuerdo... jugando con las canicas, manteniéndolas a la luz...
la luz naranja... encontrar el niño del infierno aquí cuando entre, cuando fui en
busca de mi hermano... Papá metiéndonos a Art y a mi debajo de la manta... ¡lo
recuerdo!
Y, débil con incredulidad, sin saber cómo puede ser cierto, pero
asquerosamente seguro que lo es, murmuro encima de la cabeza podrida del niño
infernal: "Sé quién es el demonio ladrón –¡soy yo!"
26. EL ROBO
Una suave luz rosa me traga, envuelve al mundo de tripas, bloqueándolo
todo. Unos pocos segundos de frescura y color rosado, completamente solo,
confusión, incertidumbre. Luego la luz se desvanece y estoy de vuelta en la sala
de trono de Lord Loss, sobre mis manos y rodillas en frente del trono con forma de
araña, jadeando y temblando.
"Kernel" una mujer grita –Sharmila. Sale corriendo hacia mí, pero
Beranabus la alcanza y deteniéndola. El mago sonríe, pero frunce débilmente el
ceño arrugando la carne sucio de su frente. Shark y Dervish están cerca de
rodillas, olfateando el aire y las manos. El olor se ha ido. Eso me deja perplejo,
hasta que recuerdo que sólo nuestras almas entraron en el Tablero. Los cuerpos
que habitaban allí eran falsos. Nuestros cuerpos reales se mantuvieron en el
castillo.
Lord Loss está en su trono, el niño infernal en su regazo, Vein sentada
haciendo guardia en la base del trono. No hay otros demonios en la habitación.
"Dilo de nuevo, Cornelius", murmura Lord Loss. "Así no puede haber
ninguna duda".
"Yo soy el ladrón", murmuro, todavía no estoy seguro de cómo esto puede
ser cierto. "Robé... No sé cómo, pero... Fue cuando me sentía sola, hace un año.
Vine aquí... cuando entré por la ventana de luces en mi habitación... "
Lord Loss se ríe y lanza al niño del infierno arriba y abajo. "Este Artery",
dice, "el hermano de Vein. Ellos son dos de mis favoritos actuales. Sirvientes
leales, y lo más divertidos cuando los suelto en un humano. Hace algún tiempo, un
intruso abrió una ventana a mi reino. Cuando mire a través de él, te encontré,
Cornelius. Yo estaba dispuesto a tomarte, para castigarte por tu descaro. Pero
había algo en la forma en que me enfrentaste y el inusual crepitar de la magia en
el aire. Pensé que sería mejor esperar y observar.
"Entraste por la ventana detrás de mí. Estaba fuera del castillo. Artery
estaba jugando cerca, torturando a un demonio menor. Lo tomaste y sometiste,
por arte de magia lo transformaste, suministrándole rasgos humanos, lo llevaste a
tu universo, creando una nueva identidad para él y acortando su nombre a... "
"Arte" Grazno, más de los recuerdos haciendo clic en su lugar, la
comprensión viene lenta pero sin duda.
El aire alrededor del niño infernal brilla. Cuando se disipa, mi hermano está
sentado en el regazo del maestro demonio. Él gorjea hacia mí, pero con la voz
chillona de Artery. Tenues destellos de luz naranja en sus ojos. Tenía el pelo
desordenado. La cabeza es un poco demasiado grande para su cuerpo. Sus
dientes afilados.
"Fue cuando me mordió", le susurro. "Fue entonces cuando lo supe. Art
encantaba morder. Y las canicas, cuando las mantenía sobre sus ojos – se
parecían a los del demonio.‖
Lord Loss asiente lentamente. "Tú lo robaste, Cornelius. Te sentías solo,
desesperado por un amigo, alguien fiel a ti y que estuviera contigo siempre.
Encontraste un camino a mi reino. Arrebataste a Artery. Le diste forma humana.
Te convenciste a ti mismo que él era tu hermano natural‖.
"¡Pero mamá y papá deben haber sabido la verdad!" Lloro.
"Ellos sabían que no era suyo," Lord Loss está de acuerdo. "Pero ellos no
sabían que él era un demonio, de dónde venía ni por qué creías que era tu
hermano. Él le recordó a tu madre la hija que perdió. Lo vio como una segunda
oportunidad, un regalo de los dioses. Tu padre quería dar al bebé a la policía, para
ser devuelto a sus padres legítimos. Él trató de influir en Melena, sin éxito. Ella te
utilizó para hacerle moverse a su alrededor a su forma de pensar. Pensabas que
el niño era tu hermano. Si los separaban, ella decía que tu sufrías terriblemente.
Por amor a ti, él estuvo de acuerdo en mentir.
"Vieron las noticias muy de cerca – a escondidas – durante los siguientes
días. Si hubiesen reportado a un bebé como desaparecido, tal vez la decencia
habría ganado y tu padre habría entregado a Art. O quizás no. La muerte de tu
hermana le había hecho mucho daño terrible también. Tal vez habría convencido a
tu madre aferrarse al niño, sin importar qué.
"En cualquier caso, cuando no hubo ninguna mención de un niño
desaparecido, se decidió mantenerlo y criarlo como propio, como el hermano que
creías que era. Pero no podían quedarse en la ciudad, donde la gente sabía que
sólo tenía un hijo. Así que abandonaron sus puestos de trabajo y huyeron. Los
llevaron a ti y al bebé lejos. Comenzaron una nueva vida en Paskinston, donde
nadie tenía motivos para desconfiar, donde las cosas eran más simples, donde
podían criar a su nuevo hijo en paz‖.
Acaricia la cabeza de Art, sin quitarme los ojos de encima. Estoy temblando
incontrolablemente, mi mundo se cae a pedazos, el último año de mi vida
expuesta como una mentira, revelándome como un villano, mamá y papá como
cómplices tortuosos.
"¿Cómo transformo al demonio?" Beranabus pide. "La transfiguración es un
hechizo complicado. No podría haberlo logrado solo. "
"Sin embargo, lo hizo", dice Lord Loss. "Asumí que era el peón de un
poderoso mago, tal vez incluso el compañero de un demonio. Es por eso que no
recupere a Artery inmediatamente. Tenía la esperanza de que el manipulador del
niño se revelara. Finalmente, me decidí a traer a Artery de vuelta, con la
esperanza de tentar al maestro de Cornelius a salir de su escondite. Fue sólo
cuando Cornelius vino a este universo y probado sus poderes que me di cuenta de
que había actuado solo. Todavía no sé cómo lo hizo –sólo que él lo hizo. "
Todo el mundo me miraba. Me siento como una exhibición de circo.
¡Acérquense! ¡Acérquense! Vengan y admiren a Kernel Fleck, ladrón de los
demonios, maestro del disfraz! ¡Él puede ocultar un demonio de todo el mundo,
incluso de sí mismo!
"Así que nunca tuve un hermano", le susurro. "Fue todo una mentira."
"Un sueño", Lord Loss me corrige. ―Y ahora te has despertado, gracias a mi
generosa ayuda‖.
"¡Algo de ayude!" Dervish resopla. "Pudiste habérselo dicho".
"Habría hecho trampa", dice Lord Loss. "Tenía que descubrir la verdad por
sí mismo, o buscar en vano por el resto de su vida. Yo habría sido feliz de
cualquier manera. La miseria de su ignorancia habría sido dulce. Pero la miseria
de su entendimiento es bienvenidas. "
"¿Qué miseria?" Pregunta Shark. "Él te gano. Se enteró de la verdad. "
"Y perdió a un hermano en el proceso", Dice Sharmila en voz baja, como yo
llora en silencio.
"Pero él nunca tuvo un hermano," Shark dice. "Fue una farsa, un niño de
mentiras (a cuckoo‘schild)".
"Pero Kernel pensaba que era real." Sharmila se libera de las garras de
Beranabus ', se acerca y pone una mano en mi hombro. Aprieta suavemente.
"¿Y ahora qué?" Beranabus pregunta, serio, ya no estás interesado en el
misterio del robo o la ilusión. "¿Somos libres de ir?"
"Por supuesto," dice Lord Loss. "Cornelius cumplió con los términos de
nuestro acuerdo. Él descubrió al verdadero ladrón y lo nombro. Pueden salir
cuando quieran.‖ Mira a su alrededor distraídamente. "Parece que Cadaver se ha
escapado mientras estábamos participando de otra forma, pero estoy seguro de
que puedes seguirle la pista otra vez."
"Entonces nos vamos", dice Beranabus. "Hemos perdido demasiado tiempo
en esta farsa".
"¡Cállate, estúpido, desconsiderado!" grita Sharmila, sorprendiendo a todos.
Frunciendo el ceño hacia Beranabus, y luego acaricia la parte de atrás de mi
cuello. "Está el tema del hermano de Kernel a un acuerdo."
"¿Hermano?" Resopla Beranabus. Sharmila apunta al niño sobre la rodilla
de Lord Loss. "Pero eso es sólo un demonio hecho para parecerse a un niño."
"Sí. Pero ha sido el hermano del Kernel durante el año pasado. Y sospecho,
por la sonrisa de su amo, puede volver a serlo. Si lo desea Kernel‖.
Lord Loss se ríe huecamente. "Usted tiene un ojo agudo, Miss Mukherji."
Sostiene a Art –Artery –arriba con cuatro de sus manos. El bebé ríe y trata de
morder uno de los dedos del maestro demonio. "Artery es valioso para mí, pero él
ha sido igualmente valioso para Cornelius. Yo no soy de mal corazón – no tengo
corazón, ya sea bueno o malo – así que estoy dispuesto a dejar mi ir a mi familiar.
Si kernel desea llevarlo con él, no me interpondré en su camino."
Lentamente levantó la vista. "Yo puedo tener de vuelta a Art? Él puede ser
mi hermano otra vez? "
"Si quieres," Sonríe Lord Loss.
Me quedo mirando al maestro demonio, y luego a Art, sonriéndome a través
de los dedos hinchados. No se ve diferente a como se veía el día que Cadaver lo
secuestro. ¿Por qué no me lo llevo a casa como mi hermano, seguir adelante con
la vida y tratar de olvidar que este período de tiempo loco ha pasado?
"¿A qué se parecerá cuando crezca?" Pregunta Dervish.
"¿Puede uno juzgar cómo será un niño de grande?" dice Lord Loss con
picardía.
"¿Sabes lo que quiero decir. Ahora mismo le gusta morder a la gente. ¿Va a
querer hacer cosas peores cuando sea mayor? ¿Va a ser más demonio que
humano? ¿Un hombre en la parte superior, un monstruo debajo? ――de que manera
tu puedes con palabras."( ―What a way you have with words.) Lord Loss se encoge
de hombros."Creo que el verdadero Artery brilla a través. Cornelius tiene el poder
de ponerle grilletes, pero no lo libraría de sus orígenes. Él va a querer hacer cosas
terribles, y es probable que encuentre la manera de actuar sobre sus deseos. Pero
él nunca dañará a Cornelius, de eso estoy seguro."
Dervish se acerca para estar junto a Sharmila. Me mira con seriedad. "Es tu
decisión, Kernel, pero no creo que debas llevarlo de vuelta. Has visto cómo se
comportan los demonios. No podrías cambiarlo‖.
"Podría intentarlo" lloro. "Si puedo cambiarlo de forma, ¿por qué no el
corazón?"
"Los demonios no experimentan emociones como nosotros", dice en voz
baja Beranabus. "A veces dan la impresión de que pueden sentir como nosotros
sentimos, importarles como a nosotros nos importa. Pero son monstruos, todos
ellos. Es su naturaleza. No podemos cambiar eso‖.
Estoy llorando con fuerza. Veo a Art de nuevo, queriendo tanto abrazarlo,
jugar con él, crecer con él. No es justo, tener que elegir. Hubiera sido más feliz si
nunca hubiera tenido un hermano. Para tenerlo durante un año… haber venido y
pasado por muchas cosas para encontrarlo… solo para enfrentarme a esto…
tener que volver a la soledad... decirle a mamá y papá que no podía protegerlo...
"Tal vez no me importe si mata!", Grito. "Tal vez yo no quiero estar solo
nunca más, y tener un hermano que me importe más que cualquier otra cosa. ¿Y
si ese es el caso?
Beranabus olfatea. "Entonces, te deseo buena suerte. Eso sí, no visito a
mis discípulos cuando los cuerpos comienzan a acumularse. Y es posible que
desee decirles a tus padres que permanezcan fuera del camino de Art. Ellos
estarían más seguros al otro lado del mundo."
Aúllo a Beranabus, Dervish, Lord Loss, Art –todo el mundo y todos los
mundos del más allá. Odio este universo, ambos universos, la vida misma. Me
gustaría poder destruirlo todo, el maldito lote entero, yo también. Un estallido de
energía omnipotente y – bang! No más preocupaciones o dolor.
Entonces diviso la sonrisa burlona Lord Loss. Y Art, sonriendo
inocentemente, solo un ligero brillo de maldad en la esquina de su ojo. Pienso en
mamá y papá, la forma en que me amaron y se entregaron a todo, con el riesgo de
prisión y quién sabe qué más, para proteger mi secreto oscuro y hacerme feliz.
Claro, lo hicieron por ellos mismos también, pero creo que –creo –en su mayor
parte lo hicieron por mí.
Y sé que no puedo hacerles esto. No puedo llevar a un demonio en forma
humana a su casa y dejarlo libre. Sería tan demoníaco como Lord Loss si lo
hiciera.
"¡Al diablo con tu podrido familiar!" me quejo, dando la espalda a Lord Loss
y al demonio en forma de bebé. Las lágrimas me abruman y el mundo se convierte
en un acuoso, mar salado. Soy consciente de que Sharmila me abraza
apretadamente, que me lleva lejos, los otros nos siguen solemnemente. Lord Loss
dice algo, burlándose de mi miseria, pero lo ignoramos. Salimos de la sala
principal, a través de las cámaras de telarañas, pasando por el cuarto de juegos
de ajedrez, al puente levadizo. Donde hacemos una pausa, por un momento. Y
escucho, durante un trago entre sollozos, desde las profundidades del castillo, una
última risita infantil del demonio Artery –mi no hermano perdido, art.
27. DESPEDIDAS

Fuera del castillo. En el lugar donde entramos a este mundo. Beranabus


palmea mi espalda y dice: "Vamos a buscar a cadáveres". Sharmila gime. Dervish
mira a Beranabus como si tuviera dos cabezas. Incluso Shark se agita como si
hubiese pronunciado una terrible maldición. "¿Qué?" Chasquea Beranabus,
frunciendo el ceño ante sus discípulos. "Tenemos que capturarlo, exprimirle todo
lo que sepa sobre el Kah-Gash. Eso es lo que vinimos a buscar. "
"Se ha terminado", Sharmila dice. "Nadia estaba equivocado acerca de la
Kah-Gash. O ya lo encontramos y no pudimos reconocerlo. De cualquier manera,
el propósito verdadero cadáver era traer Kernel a este universo, para que pudiera
conocer la verdad sobre el robo. Ahora es el momento para que regresara a sus
padres y –"
"¡No!"Grita Beranabus. "Su hermano nunca importo. Se trata de la KahGash
y siempre lo ha sido."
Beranabus se queda mirándonos. Un rubor furioso se arrastra hasta el
cuello. Empieza a decir algo pero Shark da un paso adelante, deteniéndolo. "Voy a
servirte si me quieres. Si crees que pueda ayudar a encontrar a esta arma que
destruye monstruos, soy tuyo para siempre. Pero dudo que vaya a hacer una
diferencia. Yo no creo que ninguno de nosotros lo hará. Estoy de acuerdo con
Dervish –se trata de Kernel y su búsqueda. Eso es lo que nos trajo aquí. No
parece mucho, y es una locura que Raz y Nadia tuvieran que morir a causa de ella
–pero así es la vida. "
Beranabus gruñe. "Crees que eres más inteligente que yo, ¿verdad?"
"No. Pero puedo ver la verdad cuando está sentada frente a mí tan clara
como el día. No sé nada sobre el Kah-Gash. Tal vez lo encontraras después, tal
vez no. Tal vez Cadaver te pueda llevarte a ella, tal vez no pueda. Pero es hora de
dejar ir a Kernel. Él no es de aquí. Él no es parte de esto. No más. "
Es lo mejor que le he escuchado decir a Shark. Quiero darle las gracias,
pero mi garganta esta tan apretada como cuando estaba siendo estrangulado por
los pelos de Cadáver.
Beranabus frunce el ceño a sus tres discípulos, permite que su mirada se
detenerse en mí, entonces aspira desinteresadamente. "Que así sea. No voy a
discutir con todos ustedes. Estoy empezando a pensar que era una tontería. Voy a
buscar a cadáveres de todos modos, por si acaso, pero no hay razón para que
usted venga conmigo. La lucha ha terminado. Y las muertes‖.
Se aleja, toma una respiración profunda, comienza a murmurar las palabras
de un hechizo.
Sharmila, Shark y Dervish intercambian miradas de incertidumbre.
"¿Eso es todo?" Pregunta Dervish. "¿Podemos irnos?"
"Aja. Haz que el chico abra una ventana para ustedes. Regresen a sus
tareas habituales. Más tarde los contactare. Si los necesito‖.
Dervish se ríe. Sharmila y Shark sonríen. Entonces los tres me miran.
"¿A dónde quieren ir?" Les pido.
"Déjanos en tu casa," dice Shark. "Vamos a hacer nuestro propio camino
desde allí."
Asiento lentamente, y luego frente a los parches de luz. Que me rodean,
como de costumbre, ahora que he salido del Tablero, brillando en el aire a mi
alrededor. Algo ansioso, un poco temeroso, pienso en Paskinston.
No me toma mucho tiempo. Encajo juntos los parches de luz palpitantes. La
ventana se abre. Una clara luz azul. La salida a toda esta locura. Echo una última
mirada hacia atrás al castillo, el cielo con demonios colgando, Beranabus.
"Gracias," murmuro. "Sé que sólo me ayudó porque quería encontrar la
Kah-Gash. Pero no podía haber descubierto la verdad sin ti. "
"Le hizo Mucho bien" gruñe Beranabus. Me mira con sus ojos azul grisáceo.
Ladea la cabeza. "El hogar no siempre es donde se espera que sea. Puede
cambiar, como la vida cambia. Si alguna vez me necesitas, ya sabes dónde
encontrarme. "
"No lo hará", dice Dervish en breve, luego me empuja a través de la
ventana de luz, fuera del universo de los demonios.

*****
De noche. Estamos en un campo en las afueras de Paskinston. Dónde
explotó la señora Egin y cruzó Cadaver. Cuatro de nosotros de pie debajo de una
media luna, mirándonos el uno al otro, respirando el delicioso aroma de nuestro
propio mundo.
"Somos un espectáculo" Sharmila se ríe, señalando con la cabeza nuestras
ropas desgarradas, carne desgarrada y pies descalzos. "Por lo menos no
apestamos," dice Shark. Él huele una manga y su rostro se vuelve verde al
recordar la piscina sangrienta.
"Gracias", les susurro, con la mirada baja, de pronto tímido, sintiéndome
como un niño otra vez, igual que antes de cruzar universos. Allí era su igual. Aquí,
soy sólo un niño.
"No hay necesidad agradecer", sonríe Dervish. "Tuvimos la aventura de
nuestras vidas."
"Yo no diría que fue una aventura", dice Sharmila pensativa –. "Más bien
una pesadilla – como las que espero no volver a experimentar."
Derviche sonríe. "Sean sinceros. Ahora que hemos llegado con vida, no me
digan que no sienten un poco de lastima por que haya acabado. Era salvaje, pero
mágico. ¿Cierto? "
"No. Fue horrible. Odié cada minuto de eso."
"¿Shark?" cuestiona Dervish.
"Odiaba la piscina de baba", gruñe y todos nos reímos. "De lo contrario,
habría sido una pasada. Pero eso es porque hemos sobrevivido. Estoy seguro de
Raz y Nadia tendrían una opinión diferente de la misma. "
Siento una punzada de culpa cuando menciona a Nadia. Debo decirles
sobre ella. Pero yo di mi palabra. Además, ella dijo que no les haría daño. El único
al que odia es a Beranabus.
"¿Cómo era Raz?" pregunta Dervish, su sonrisa se desvanece.
"Un caballero", dice Sharmila.
"Sí," Shark está de acuerdo. "Conocí a Raz. El jefe. Pero no hablemos de él.
En nuestro negocio, lo mejor es olvidarse de la muerte y concentrarse en la
vida."Se estira y gime. "Me voy a buscar un lago para bañar en él ¿Y ustedes?"
"Voy contigo", dice Dervish. "Todavía tengo mucho que aprender acerca de
ser un discípulo."
"No estoy tan seguro", murmura Shark, luego levanta una ceja ante
Sharmila.
"Quiero un poco de tiempo libre", dice la dama hindú, mirando a la luna. "He
sido un discípulo durante muchos años. Merezco un descanso. Tal vez vaya al
pueblo de mis padres y ore en su memoria. Fueron asesinados por demonios.
"Ella suspira y baja la mirada. "Voy a orar por Raz también. Y Nadia. Y los otros
que murieron en el curso de esta misión. "Ella me mira. "Y pediré para Kernel. Y
tal vez por Art, aunque no haya existido realmente."
Sonrío a Sharmila agradecido, entonces extiendo mis brazos para un
abrazo. Cuando ella envuelve sus brazos alrededor de mí, me susurra al oído.
"Era extraño que no se podías encontrar el Kah-Gash".
"A lo mejor no existe", le respondo.
"O tal vez..." Ella vacila, luego me suelte. "Me pregunto qué habría pasado
si hubieras intentado abrir una ventana hacia uno de nosotros cuando estábamos
contigo en ese universo."
Frunzo el ceño. "¿Qué quieres decir?"
Ella sonríe enigmáticamente en respuesta, besa mis mejillas, y luego da un
paso atrás.
"Podemos quedarnos contigo un rato", dice Dervish, ya que rondo
inciertamente en el borde del pueblo. "Te ayudo a reajustar y explicar todo esto a
sus padres".
Me río. "¿De verdad crees que puedas explicarles de Lord Loss a mi mamá
y papá?"
"Buen punto", se ríe Dervish.
Sacudo la mano de Shark, admirando sus tatuajes por última vez. Él saluda
bruscamente cuando lo suelto. Luego estrechar la mano de Dervish. "Tus picos se
han vuelto flexibles", señalo.
"Me siento todo flojo", dice sonriendo.
Los cuatro compartimos una última mirada que dice más que cualquier
palabra. Con un gesto cansado me aparto de los tres discípulos, frente a las luces
del pueblo, sin perder el equilibrio y me pregunto qué dirán mamá y papá pase por
la puerta. Con un estremecimiento nervioso pero emocionado, emprendo una
corta caminata a casa.
28. HOGAR SOLITARIO

No fue un regreso glorioso.


Casi habían pasado siete años desde que entramos por la ventana en
busca de Art... Me pareció casi imposible de creer, a pesar de que Lord Loss me
había advertido. Siete años de cambio, nacimientos y defunciones, el mundo en
movimiento – y me perdí cada minuto de él.
Mamá y papá se veían mucho más viejos de lo que recordaba. Arrugado,
grises, una tristeza en sus ojos que no había estado allí antes.
Pensaban que era un fantasma. Aunque habían pasado siete años, yo era
exactamente igual que cuando desaparecí, incluso vestido con la misma ropa.
Mamá gritó. Papá también. Giraran lejos de mí, cubriendo sus ojos, jadeando de
terror.
No esperaba tal reacción ni me preparé para la experiencia de tener a
mamá y papá gritando de horror. Me vengo abajo. Derrumbándome en lágrimas.
"¡Soy yo!" Seguí llorando. "¡Soy yo! ¡Yo! ¡Yo! "
Finalmente, temblando de miedo, papá se adelanta. Tal vez no habría sido
tan valiente si yo no hubiera estado llorando como un bebé. Toco mi cabeza calva,
dedos temblorosos, esperando deslice a través de mí. Cuando no lo hizo, él
frunció el ceño y me empujó de nuevo. "Soy real", gemí, mirándolo, deseando que
me levante, me abrace, que me diga que me amaba.
"Soy yo. Kernel. Soy real, papá. Estoy de vuelta‖.
"Kernel?" Gruñó, negando suavemente con la cabeza. "No puede ser. Tú
eres... no... No puedo... "
Luego cayó sobre mí, cubriéndome con sus brazos, gritó mi nombre y
rompió a llorar. Momentos después, mamá estaba a mi lado también, el par
recoger al mí, metiendo conmigo, me agarraba. Llorando y riendo al mismo tiempo.

Pasé años tratando de explicar. Les hablé de las luces, la ventana, el


secuestro, la persecución de Cadaver, Beranabus, mi viaje entre mundos, Lord
Loss, Artery. No me creyeron. No podría. Pero no tenía otra explicación de cómo
había aparecido sin ningún cambio (excepto para un montón de cortes, cicatrices y
hematomas).
"Tenemos que llevarlo a un médico", dijo papá. "Que su cuerpo y mente
sean examinadas por expertos. Puede ser que sean capaces de descubrir la
verdad. "
"¡No!", Susurró mamá antes de que pudiera insistir en que mi historia era
verdadera. ―Sería un bicho raro. Habría preguntas que no quiera contestar.
Querrían llevárselo lejos. Nunca volveríamos a verlo, lo perderíamos como a
Annabella y…― Ella no dijo el nombre de su tercer hijo. Se negó a discutir la no
existencia de Art. Papá no le pregunta a ninguno. Era una parte de mi historia que
ninguno pidió escuchar por segunda vez.
Sin ninguna otra opción, ellos aceptaron a regañadientes mis cuentos
extravagantes. Pero no les dijeron a los vecinos acerca de mí. Papá dijo que nos
tratarían como lunáticos si repitiera mi demoníaca historia. Además, muchos de
los habitantes de Paskinston habían perdido a sus hijos cuando Cadaver ataco.
No estaba seguro de cómo mi reaparición les afectaría.
Me escondieron dentro la casa mientras trataban de pensar una forma de
introducirme de nuevo en la vida del pueblo. Mamá quería fingir que era un primo
huérfano que por casualidad se parece mucho a su supuesto difunto hijo. Papá
bromeaba sobre una profunda – congelada teoría – pensó que podría convencer a
la gente que científicos me habían mantenido en hielo durante los últimos siete
años.

Cuando se dieron cuenta de lo débil que sonaban esas explicaciones,


decidieron simplemente marcharse sin decir nada. Huir había funcionado una vez,
¿por qué no una segunda vez? Empacamos nuestras maletas, nos mudamos a
donde nadie nos conocía, empezar de nuevo. Mamá y papá amaban Paskinston,
pero me amaban más. Alejándonos a hurtadillas como ladrones en la noche, sin
decir nada a ninguno de sus amigos, parecía la única solución. Así que eso es lo
que hicimos.

Tras probar en algunos pueblos pequeños, donde Mamá nunca lo sintió


fácil, terminamos en una ciudad. Papá encontró trabajo en una construcción,
Mamá en un restaurante de comida rápida. Me enseñan cuando llegan a casa por
la noche. Durante el día me quedo en casa, viendo la televisión, leyendo, jugando,
haciendo modelos de aviones. No es seguro para mí salir e interactuar con otras
personas. Mamá y papá temen que sea alejado de ellos si la verdad sale a la luz.
No estoy disfrutando esta vida. No es lo que pensé que sería. Hice algo
valiente, arriesgado todo para salvar a mi hermano, fui a través de tormentos y
supere obstáculos que la mayoría de las personas ni siquiera podía imaginar. Pero
yo no estoy autorizado a hablar de ello. Tengo que mantenerlo oculto, como algo
vergonzoso. No hablamos de Art, qué pasó con él, el hecho de que él era un
demonio disfrazado. Traté de hablar con mamá una vez, pero ella se llevó las
manos a los oídos y chilló que me callara y no volviera a mencionar su nombre.
Papá y mamá tampoco son felices. Ellos no lo mencionan, pero puedo ver
que secretamente desean que nunca hubiese regresado. Habernos perdido a Art y
a mí era difícil, pero después de siete años habían aprendido a lidiar con ello.
Habían encontrado paz en Paskinston, Seguían con la vida, agradecidos de
tenerse el uno al otro y un lugar al cual llamar hogar.
He arruinado todo eso. Vuelto su mundo patas arriba. Obligándolos a
abandonar su hogar y amigos salir a la carretera, vivir una vida de secretos y
miedos.
Yo no quería arruinar sus vidas. Quería salvar a Art, llevarlo a casa, ser un
héroe. Quería a papá y mamá para abrazarme y me amarme, para que todo esté
bien después de ese universo terrible de monstruos. Quería recuperar mi vida.
En cambio, he regresado a la mentira y el disfraz, una pesadilla casi tan
horrible como de la que esperaba escapar para siempre cuando salí del universo
de los Demonata.
La soledad está peor que nunca. Atrapado dentro la mayoría de las veces,
nadie con quien jugar o hablar. Ya era bastante malo cuando me sentía como un
extraño, pero por lo menos podía mezclarse con otros niños, ir a la escuela, actuar
como si encajara. Ahora estoy completamente solo. Ni siquiera puedo hablar con
mamá o papá. Siempre están incómodos a mí alrededor. Me aman porque yo soy
su hijo, pero estoy seguro de que a veces se preguntan y preguntan, "¿Es
realmente Kernel? ¿Puede realmente ser el chico que pensábamos que habíamos
perdido? ¿O es un monstruo fingiendo ser él? "
Tienen pesadillas. Les he oído quejándose en sueños. A veces, uno se
despierta gritando y sollozando durante horas, sostenido por el otro, consolándolo.
Pero me cargan o consuelan.

Por aburrimiento, empiezo a experimentar con los parches de luz. Con


curiosidad por ver si puedo manipularlos. Tratar de lograr que pulsen. No quiero
abrir una ventana. Sólo quiero ver si tengo el poder aquí.
Por mucho tiempo no hago ningún progreso. Pero finalmente, encuentro la
manera. Tengo que pensar en un punto específico en el universo de los Demonata,
en algún lugar en el que he estado. Eso hace que las luces parpadeen, aunque
requiere horas de concentración. Una vez que estén en marcha, si se me ocurre
otro lugar o persona, otros parches pulsan, pero poco a poco, en pequeñas
cantidades. Estoy seguro de que podría hacer que pulsen más de ellos si me
concentro, y poco a poco construir una ventana. Si yo quisiera. Que no es así.
¿Por qué alguna volvería a ese universo de locura atroz y mágica?

Un día oscuro y húmedo. Mamá y papá están fuera trabajando. Ellos


estuvieran despiertos mayor parte de la noche anterior, llorando y hablando. No
me gusta verlos infelices. He intentado todo lo posible para animarlos facilitarles
las cosas. Cuento chistes, evitó mencionar a los demonios, trabajó duro en mis
clases, mantengo una sonrisa cada vez que estás cerca.
Pero nada funciona. Ellos se alegraron cuando volví por primera vez, pero
rápidamente dio paso a una confusa tristeza y cada día entristecían más. Ellos no
saben cómo tratar conmigo o está nueva vida que han encontrado para sí mismos
en parte. Es demasiado complicada.
Están empezando a resentirse. Puedo verlo en sus ojos, sólo un instante,
cada cierto tiempo. Una mirada que dice que ojalá nunca hubiese regresado. Esa
mirada atenta contra mi corazón cada vez que la capto. Me dan ganas de romper
a llorar y lanzarme a ellos por un abrazo. Pero sostengo mi sonrisa. Pretendiendo
no darme cuenta. Actúo como si todo está bien. Y sólo lloro cuando no estás cerca.

*****

Las nubes se apartan un rato después del mediodía, durante unos minutos.
Luego rodar de nuevo y la lluvia desciende más fuertemente que antes.
Pensando en el universo de los Demonata. Yo la odiaba allí, pero no me
sentía fuera de lugar. Que tenía un propósito, una función. Yo era igual a Sharmila,
Dervish, Raz, Shark, Nadia. No bueno en la lucha, pero tenía otros talentos. Ellos
me respetan. Incluso Beranabus estaba impresionado.
Me acuerdo de lo que dijo. "El hogar no siempre es donde se espera que
sea. Ya sabes dónde encontrarme. "
Qué locura. Como si alguna vez quisiera volver allí, enfrentar demonios de
nuevo, vivir como Nadia, una esclava del mago. A la deriva en un universo de
horrores, en los que ni siquiera se puede confiar en el tiempo. Nada en este
mundo puede ser tan malo como eso. Mamá y papá me va a aceptar con el tiempo.
Voy a hacer amigos. Creceré normalmente. Algún día nos reiremos de esto.
Estoy sentado en el suelo en la pequeña sala de estar del apartamento que
estamos alquilando. Me levanto y camino hasta el baño. Tome las canicas de mi
bolsillo, las canicas naranja que he llevados desde que Art fuera robado. Los miro
hacia abajo luego arriba, de pie ante el espejo. Los coloco en frente de mis ojos.
Observo cómo brillan. Trato de dirigir la magia en ellos. Alejar mis dedos,
diciéndoles que floten en el aire.
Caen. Ruedan lejos. Me apresuro detrás de ellos antes de que
desaparezcan por uno de los agujeros en el piso viejo.
De vuelta en la sala de estar, recordando lo mágico que era en ese otro
lugar, las cosas que podía hacer, el poder que tenía. Sentado en el sofá, estudio
las canicas de nuevo y recuerdo lo que me dijo Sharmila en el campo antes de
separarnos. Creo que ahora sé lo que estaba insinuando, el secreto que ella
sospechaba. Es una teoría imposible, salvaje y loca. Estoy seguro de que no
puede estar bien. Pero si es...
Tratando de no preocuparse demasiado acerca de lo que podría significar,
alejo las canicas. Como estoy, noto que algunas de las luces a mi alrededor
palpitan lentamente. Me quedo mirándolos aturdido. Es como que me están
llamando, tratando de succionar de vuelta a ese reino de locura.
Les doy la espalda y a zancadas alrededor del pequeño apartamento,
busco algo para distraerme. Termino n el cuarto de mi Mamá y Papá. No es más
grande que el mío. Una cama en la que solo ellos pueden encajar. Deje que mis
ojos vagaran. Esta desordenado, ropa tirada por todo el lugar, calcetines y ropa
interior sucia. Las habitaciones no eran así en nuestra casa anterior. Mamá estaba
orgullosa de su casa. Papá también. Siempre limpiando y poniéndolo todo en
orden. Pero ya no.
El desorden me molesta. Me vuelvo para salir, pero detecto en la esquina
algo que sobresale por debajo de una almohada sobre la cama. Subo a la orilla y
la deslizo completamente hacia afuera. Es una foto de Art y mía. No la había visto
antes. Estoy sosteniendo a Art por encima de mi cabeza. Se está riendo. Creo que
me estoy riendo demasiado. Pero es difícil de decir. Debido a que mamá ha
garabateado por toda la cara con una pluma. Línea tras línea de tinta negro,
borrando mis facciones, rascándome fuera de la existencia.

Pongo la foto de vuelta en su lugar. Cubriéndola por completo. Vuelvo a la


sala de estar, mi estómago duro y frío. Las luces están pulsando a mi alrededor,
muchas de ellas, más rápido que antes, como antes en el universo de Demonata.
Pienso en Beranabus, lo que me dijo Sharmila, la amarga mirada que a veces
recibo de mamá y papá, la fotografía.
Como se escurre una sola lágrima por mi mejilla, extiendo la mano como un
robot y empiezo a juntar los parches de luz que palpitan.
29. KAH-GASH

Beranabus está esperando en un lugar asombrosamente escénico,


acostado sobre un montón de hierba verde intenso al lado de una cascada, bajo el
abrigo de un frondoso árbol. El único indicio de que se trata de otro universo –
sangre, no agua, fluye de la cascada.
"Pensé que podría venir a buscarme", dice en tono más triste que
satisfecho. "Decidí descansar aquí un rato." Mira a su alrededor. "Vengo aquí a
menudo. A mi madre le gustaba este lugar. Me siento cerca de ella aquí. "
"¿Tu madre fue una maga?", Pregunto.
"No como tal." Se queda mirando la cascada, acariciando los pétalos de
una flor fresca que ha prendido en su chaqueta. "Murió poco después de que yo
naciera. He utilizado la magia para averiguar sobre ella después – así es como me
enteré de este lugar, pero yo nunca la conocí cuando era un niño. En cuanto a mi
padre... "
Él resopla, y luego dice con una dulzura inusual, "Yo sé lo que se siente al
estar solo. No tener familia. Sentirse fuera de lugar en el mundo. Me odio a mí
mismo por lo que le hice a Nadia y por lo que estoy por preguntarte. Sé cuán
miserable era su vida y lo que estás sufriendo ahora, porque me he sentido de esa
misma forma. Les hubiera ahorrado tanto a ambos, si pudiera. Pero el universo
exige el sacrificio y dolor de sus campeones. Cuando no hay otro camino... cuando
el destino de miles de millones pende de un hilo... ¿qué otra opción tenemos? "
Miro fijamente al antiguo mago, no estoy seguro de cómo responder. Antes
de que pueda pensar en algo que decir, ladra una risa, se impulsa para ponerse
en pie y sonríe, más parecido a su vieja cínica persona. "viniste para ser mi
asistente, ¿verdad? ¿No podías encajar con la gente en casa? ¿La vida normal ya
no es para ti?
"Usted sabía que iba a volver, ¿no?", Le acusan.
"He vivido y visto lo suficiente para saber lo difícil que es conformarse con
una vida simple cuando está destinado a la grandeza. El universo té creó por una
razón, Kernel Fleck, y no era para perder el tiempo en un trabajo ordinario, entre la
gente común. El destino es un adversario determinado. No muchos sacar lo mejor
de él. "
"¿Y ahora qué?", Pregunto. "¿Vamos tras Cadaver?"
"No lo creo". Beranabus frunce el ceño. "Yo estoy inclinando más hacia la
idea de volver a trazar la ruta que siguió cuando se dirigía a Lord Loss '. Tal vez
encontremos algo en uno de los mundos que visitamos, o en algún mundo que
omitiste al abrir la ventana directamente a él. "
"O tal vez..." Me detengo, porque no quería decirlo. La ventana detrás de mí
se ha desvanecido, pero fácilmente podría construir otra si quería. Busca a mis
padres. Intentarlo de nuevo. No es demasiado tarde para cambiar de opinión. Pero
si le digo a Beranabus de mis sospechas, no puedo volver. Seré suyo –los
universos – de por vida.

Beranabus me estudia con una ceja levantada, sonriendo como si nada de


lo que diga puede tomarlo por sorpresa, como si estuviera esperando que yo haga
una sugerencia para que él pueda decir que ya ha pensado en ello.
Mastico mi labio inferior, tratando de decidirme. Pienso en la foto de nuevo.
Tiemblo luego me enderezo y poner mi teoría a prueba.
"Me estoy imaginando a Cadaver dentro de mi cabeza ahora", le digo a
Beranabus luego miro alrededor. "Docenas de luces están parpadeando. Yo
podría abrir una ventana para él si yo quisiera. "
Borro al demonio de mi mente y pienso en Beranabus. "Ahora te tengo en
mi cabeza." Mi estomago hunde al comprobar las luces y mis peores temores se
vuelven realidad. "Nada está pasando. No hay ninguna luz palpitando‖.
"Por supuesto que no", resopla. "Estoy aquí con ustedes. No hay necesidad
de abrir una ventana para encontrarme‖.
"Así es. Ahora voy a pensar en una catarata en la Tierra –Cataratas del
Niágara. "Me concentro. "Un montón de luces palpitan de nuevo. Pero cuando
pienso en esa catarata de sangre... nada. "
Beranabus está frunciendo el ceño. "¿Qué estás –"
"Imaginando Sharmila," le interrumpo. "Dervish. Shark. Las luces pulsan
para ellos tres. "Y por Nadia también, aunque no le digo que Beranabus. "Ahora
estoy pensando en mí mismo, no hay luces intermitentes. Y ahora... ahora estoy
pensando en el Kah-Gash." Le doy un minuto completo. Dos. Cinco. Ojos cerrados,
concentrándome duro, diciendo la palabra una y otra vez. Cuando por fin abrir los
ojos, ninguna de las luces está palpitando, y Beranabus me mira, temblando
ligeramente.
"Nadie sabe lo que el Kah-Gash fue:" al mago dice en voz baja, "o en qué
tipo de piezas se dividen. Siempre he asumido que las piezas serían piedras
cargadas de energía u otros objetos con energía, pero supongo que podría estar
escondido en cualquier cosa. Incluso en... "
"Personas". Acabo, y luego toma una respiración profunda. "La pieza de la
Kah-Gash... el arma que puede destruir universos... Hemos estado cerca de ella
todo el tiempo. Demasiado cerca para reconocerla. Es aquí y ahora. Siempre lo ha
sido. "
Beranabus se estremece, y luego se endurece (steelshimself.). "¿Soy el
único?"
"No", le digo con tristeza. "Creo que soy yo."

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