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Otro ejemplo válido sería una carrera en la que todos los participantes partieran de
la misma línea de salida al mismo tiempo. Pese a tener igualdad de oportunidades
por ser las reglas las mismas para todos, difícilmente llegarán a la meta al mismo
tiempo debido a sus diferentes capacidades, por tanto tendrán desigualdad de
resultados. Esta igualdad sirve para que
Conclusion
IGUALDAD DE OPORTUNIDADES
La igualdad de oportunidades es una forma de justicia social que propugna que un
sistema es socialmente justo cuando todas las personas potencialmente iguales
tienen básicamente las mismas posibilidades de acceder al bienestar social y
poseen los mismos derechos políticos y civiles.
Este trabajo pretende dar un enfoque crítico de las razones por las cuales se
considera que el capitalismo está propenso a desaparecer. Se realiza un análisis
de las causas que pueden llevar a la desaparición del mismo y de quienes serán
sus principales protagonistas en esa lucha. Este documento se desarrolla a partir
del análisis de elementos de los tiempos pasado y presente, visualizando el
sistema social que se implantará. Se utilizarán conceptos tales como, capitalismo,
transición, lucha de clases y crisis; el origen y desarrollo del sistema capitalista, la
crisis que lo afecta actualmente y sus características; asimismo, se pretende con
este documento, contribuir a buscar una salida al estado actual de cosas que son
consecuencias de la implantación del capitalismo en los países en vías de
desarrollo, mejor conocidos como Países del Tercer Mundo.
La dicotomía de la sobrevivencia del hombre y la acumulación de riqueza ha traído
consigo problemas de tipo ambiental, ya que el hombre formado bajo el enfoque
mercantilista, no entiende la gestión ambiental, sino el camino para la acumulación
de bienes, con el consecuente olvido de la consideración ética de la naturaleza
para con la vida tras las decisiones tomadas respecto al uso desmedido de los
recursos, lo cual ha ocasionado degradación en los ecosistemas, especialmente
en los países en vías de desarrollo.
Ese enfoque mercantilista propende la destrucción y degradación del nicho donde
mora el hombre por la consecución de un beneficio económico a corto plazo, sin
importar las consecuencias que se deriven en perjuicio del capital natural.
Asimismo, se alimenta la generación de nuevas necesidades, descubriendo y
creando nuevos usos a partir de los escasos recursos con que cuenta el ser
humano. Es el vicio que ha dejado en la sociedad de consumo occidental: el úselo
y tírelo.
Este modo de vida ofrece fugacidades; cosas etiquetadas como durables que
mueren al nacer, por lo que se puede decir que es una crisis generacional, que se
desprende de la noción "impuesta por el Occidente capitalista e industrial, basado
en un modelo ilimitado de expansión y acumulación del capital, de individualismo y
competencia, y de sobre-explotación del trabajo y de la naturaleza, con la
consecuente destrucción irreparable del medio ambiente". (Chiffel y Damasso,
2007, p. 3). De aquí parten varias significaciones aun no terminadas de
comprender tales como, los intereses del Capital del Estado y/o Capital Privado,
que son muy diferentes a la concepción del trabajo de la industrialización y/o
socialización o descapitalización empresarial.
Es lo perecedero que se desprende de lo volátil, del engaño publicitario, del
marketing; donde todo se convierte en chatarra para que la demanda aumente, las
ganancias se incrementen y los escasos bienes naturales disponibles, no soporten
el delirio universal del consumismo enquistado en un mundo globalizado por el
dinero y, la presencia de un supuesto rejuvenecimiento financiero que garantizaría
el equilibrio económico mundial, pero aislando al del ser humano de su entorno
natural. En consecuencia, en tales circunstancias, hablar de la naturaleza es
hablar de la degradación ambiental, de crisis económica y de producción; cuya
falta de planeación es la responsable de la generación de desperdicios
provocados por la oferta y la demanda, e implica observar la corrupción como
medio de gestión capitalista del gobierno.
Desarrollo del problema
La naturaleza es un abanico de posibilidades dirigida hacia rumbos de
transformación infinita en la tierra, en la búsqueda de la materia prima para
complacer el surgimiento de nuevas necesidades humanas. Es el modelo que
Occidente ha impuesto a sangre y fuego en función de sus políticas de desarrollo
y, de donde surge la siguiente interrogante: ¿hacia dónde apunta el fenómeno
social?, la respuesta inmediata es en una primera instancia; hacia la desmedida
ruptura del hilo ecológico por las ganancias…, lo cual es una conducta subrepticia
de este fenómeno que la sociedad instauró, o en segundo lugar, hacia la desidia y
falta de responsabilidad interdependiente, por lo cual, cada uno debe hacerse
cargo responsablemente de la parcela mundo que le tocó vivir.
Todo ello resulta evidente al observar en un mundo globalizado el claro deterioro
socio-ecológico de la comunidades, reflejado en la exagerada producción y
acumulación de bienes y servicios que se muestran ausentes de sistemas
permanentes de contraloría ecológica, lo cual se ve agudizado por la abulia de la
población, la falta de participación ciudadana y la indiferencia sobre la materia, por
parte de los entes gubernamentales competentes.
En este orden de ideas, Eduardo Galeano define al Capitalismo como "…un
sistema de vida que se ofrece como paraíso, fundado en la explotación del prójimo
y en la aniquilación de la naturaleza, es el que nos está enfermando el cuerpo, nos
está envenenando el alma y nos está dejando sin mundo". (Diario de Guayana, 19
de julio de 2009).
En consecuencia, las sociedades apoyadas en el desarrollo científico y
tecnológico han experimentado una metamorfosis, pasando de ser sociedades
apropiadoras, a sociedades transformadoras de las especies animales y vegetales
que la naturaleza generosamente engendra; dado que la expansión imperialista
viene acompañada de un ritmo acelerado de destrucción de los paisajes naturales,
derivado de la construcción de infraestructuras y de un urbanismo que ronda en lo
caótico, el cual se debe repensar "tanto para los ciudadanos implicados en su
creación, como para los elegidos políticos y los servicios de la ciudad". (Torres, A.,
Nadot, S., y Prévot, A, 2016, p. 11) bajo la premisa de normas de seguridad,
limiten la interacción entre los actores y la naturaleza, una estética agradable y de
protección a la naturaleza.
Este proceder viene marcado por una drástica reducción de la biodiversidad en
todo lo ancho y extenso del planeta tierra; perdiéndose de esta manera, la calidad
de vida necesaria para el buen vivir, colocando al mismo tiempo en peligro la
supervivencia misma de la especie humana; contradiciendo el Objetivo 5 del Plan
de la Patria 2013-2017 (Asamblea Nacional [AN], 2013), que plantea la
preservación de la vida en el planeta; por lo tanto, "Nos encontramos frente a una
gran crisis económica y ecológica que, si bien se manifiesta de una forma
particular, en realidad responde a una cuestión histórico-estructural mucho más
general". (Chiffel y Damasso, 2007, p. 3) lo cual ha puesto en peligro de extinción
la vida humana.
Este pensamiento en la lógica del sistema capitalista, indica que se busca
afanosamente una alta rentabilidad catapultada sobre la producción de
mercancías a escala industrial, con el consiguiente daño a la naturaleza mediante
el empobrecimiento de los suelos y la destrucción de los ecosistemas que tantos
años le costó a la naturaleza producir y mantener. Hoy día se han convertido en
pasivos ecológicos que constituyen una onerosa carga para la humanidad. Según
la visión de esta forma de desarrollo, para que este beneficio tenga un felíz
desenlace, los costos deben ser competitivos con respecto a un juego económico
desleal y, en esta ruta, la recurrencia a combustibles de origen fósil es imperiosa.
Es así, que la combustión de estos combustibles emiten a la atmósfera grandes
cantidades de gases tóxicos que alteran el ambiente, acrecentando el efecto
invernadero, el calentamiento global del clima y el debilitamiento de la capa de
ozono, "fenómenos que se vienen considerando desde finales del siglo XIX".
(Aguilar, 2016a, parr. 1). En esta perspectiva, también deben mencionarse que los
cambios y transformaciones en el ambiente se vinculan con el movimiento de los
capitales, las bolsas de valores y con las crisis económicas. (Foladori, 2007)
Sin embargo, existe un tipo de desarrollo distinto a la visión destructora de la
naturaleza que se orienta a la redistribución de la riqueza con sentido de justicia,
lo que permite estimular un nuevo tipo de relación hombre-naturaleza, soportado
sobre valores humanos de bienestar y salud y, no en un enfoque mercantilista o
puramente económico. (García Q., 2010). Se está hablando del uso de energías
alternativas conocidas también como energías renovables o energías verdes; es
decir, energías que son amigables con el ambiente. En esta vertiente, la ciencia ha
avanzado hacia la transformación del dióxido de carbono en metanol, el cual es un
bio-combustible que luce como el que determinará el futuro del nuevo paradigma
emergente energético mundial, entonces "estamos en el umbral de un nuevo
paradigma de la racionalidad". (Martínez M., p. 215, 2007).
La importancia de este descubrimiento se constituye en un beneficio que se le
brinda al ser humano y al ambiente, al ofrecer una alternativa para disminuir la
concentración de dióxido de carbono en la atmósfera y con ello, aplacar los
efectos engendrados por el cambio climático, lo cual abrirá nuevos y estimulantes
debates sobre el aprovechamiento de esta materia prima, la cual puede ser
aprovechada por muchos países al adoptarla como una energía renovable y
limpia, al mismo tiempo que se le considera, como la nueva divisa del futuro
industrial y académico. (Aguilar, 2016b). Asimismo, se recomienda el
aprovechamiento de la energía solar en sus diversas manifestaciones secundarias
como la eólica, geotérmica, mareomotriz, celdas de combustibles, etc. De esta
manera, al hacer uso de fuentes alternas de energías, se está disminuyendo la
dependencia del combustible fósil y por lógica, se aumenta la seguridad
energética, que al ser compatibilizada con la seguridad alimentaria, permitirá tener
menos dependencia de la volubilidad de los precios y las importaciones
provenientes de países políticamente inestables (Balza, 2004). Asimismo, el daño
al ambiente se reduciría al disminuir la emisión a la atmósfera de los
contaminantes y sus derivados.
A este respecto, cabe decir que cerca del 97% de la energía que se utiliza en el
mundo proviene de combustibles fósiles: 38% del carbón, 40% del petróleo y 19%
de gas natural. (Macías, 2009), y su comercialización es inevitable debido a que
generan las divisas y aportes fiscales para aquellos gobiernos que dependen
económicamente de este bien natural. La quema del carbón, barato y abundante,
se ha convertido en el combustible preferido por su alto poder calórico para la
generación de energía y para la industria en buena parte del mundo; lo que ha
empujado la prosperidad económica de China y, más recientemente de la India,
siendo este uno de los acontecimientos sobresalientes de finales de siglo XX y
principio del XXI, que de prolongarse en el tiempo, cambiaria sustancialmente el
mapa económico del planeta.
En esta perspectiva, de mantenerse el desarrollo económico mundial y con ello el
crecimiento de la población, el consumo energético basado en los combustibles se
incrementará, "… antes del año 2050 las concentraciones de dióxido de carbono
se habrán duplicado con respecto a las que había antes de la Revolución
Industrial". (Frers, s/f, parr. 9). Con lo cual la demanda deberá aumentar para el
año 2030 aproximadamente en un 60%, es decir, unas 6.900 millones de
toneladas al año, las cuales en su mayoría serán destinadas a plantas
generadoras de electricidad.
Tomando en cuenta esos números y, de acuerdo, a la U.S. Energy Information
Agency (2014), las centrales eléctricas emitirían a la atmósfera unos 12.627
millones de dióxido de carbono que inundaría la superficie terrestre modificando
sustancialmente la estructura atmosférica, agravando el problema del
calentamiento global que empeoraría los problemas ambientales y de salud, así
como el equilibrio adquirido después de millones de años de transformación de la
naturaleza. Es evidente entonces, según Dan Jaffe, científico atmosférico en la
Universidad de Washington, que " (…) el carbón es el contaminante más sucio" y
"Bajo todos los parámetros, se trata de un combustible muy malo".
Se observa claramente, que "a medida que el clima mundial continúa cambiando,
se acrecientan los costos y los daños derivados del aumento de los fenómenos
meteorológicos extremos relacionados con el calentamiento del planeta". (Banco
Mundial, 2013, parr. 1). No obstante, Rachel Kyte, Vicepresidenta de Desarrollo
Sostenible del Banco Mundial, manifiesta que no existe probabilidad de establecer
un vínculo entre los fenómenos meteorológicos individuales y el cambio climático,
pero posiblemente la intensidad de los fenómenos extremos irá en aumento, si no
se pone freno al cambio climático.
Resulta claro, que es fundamental encarar este contratiempo ambiental sin titubeo,
dado que hoy se está en un momento donde los datos y los hechos ya no
permiten ni negar, ni mentir, ni barrer el problema hacia bajo la alfombra. (Cambio
Climático Global, s/f). Aunque todos los países se ven afectados, las naciones en
desarrollo sufren la mayor parte de las pérdidas de vidas y medios de subsistencia
ocasionados por inundaciones, sequías y tormentas cada vez más intensas. Es
por eso, que, de continuar la humanidad transitando por este sendero, la superficie
de la tierra sufrirá una metamorfosis mayor que la vivida en los 300 millones de
años pasados. Siendo las cosas así, de seguir el ritmo acelerado de la emisión de
dióxido de carbono a la atmósfera por las diferentes fuentes, la magnitud que
pudiera alcanzar esta problemática ambiental, colocaría la concentración de estos
gases de efecto invernadero sobre la ocurrida en los 10.000 años que precedieron
la era industrial. (Pérez, 2016). En este mismo orden y dirección, los gobiernos
nacionales y la comunidad internacional deben trabajar de forma mancomunada
con todas las ciencias y sectores conexos, para establecer una resiliencia
perdurable, disminuir el riesgo de desastres y evitar costos que en el futuro no
podrán afrontarse.
Por lo tanto, es necesario pensar globalmente, actuar de forma local y, anotar en
primera instancia, lo que pasa en la ciudad y después hablar del planeta, de esta
forma el objetivo queda más cerca y la implicación puede ser mayor. Emergen
problemas relacionados con el cambio de la morfología externa de la faz de la
tierra, como producto de la degradación y la generación de contaminantes y
residuos de diversa índole. Además, cabe agregar, la urgente búsqueda de un
equilibrio ideal, debido a que el ser humano vive mejor gracias a las cosas que la
contaminan, donde unas se pueden mejorar y otras no están justificadas, por
tanto, es mejor razonar y crear conciencia ecológica. Sucede pues, que "Tanto la
naturaleza como la sociedad se estructuran en base a procesos de cambio y
transformación, dinámicas que involucran generar variadas formas de
organización". (Lugo-Morín, D., Frolich, L. y Magal-Royo, T., 2015, p. 4).
En esa lógica de la relación hombre-naturaleza, el primero toma los elementos de
la segunda y los transforma para satisfacer sus necesidades según el devenir de
la sociedad. Para este fin es importante desarrollar herramientas teórico-
metodológicas que permitan interpretar las interacciones de este vínculo para su
comprensión y, que sean capaces de servir de marco común ante los retos de una
economía globalizada, que implica un considerable aumento de la tecnología,
incremento de asentamientos humanos y el modo de producción capitalista.
(Ibídem).
Basándose en las consideraciones anteriores, se puede decir que el cambio
climático afecta a la humanidad por igual desmejorando la calidad de vida, y que
no actuar en su debida oportunidad sería un desatino, sabiendo que los
perjudicados son los seres vivos que habitan la superficie terrestre; el nicho donde
mora la humanidad. Esto es, que la humanidad asuma un pensamiento ecológico
que conceda máxima prioridad a la protección del planeta, al ambiente, a la
preservación de los sistemas ecológicos y a las especies en peligro de extinción,
dado que todos los seres vivos tienen el mismo valor y se debe luchar por la
preservación del planeta forzando las leyes hacia a la búsqueda de postulados
que limiten el giro hacia una postura biocéntrica, donde se deberá desplazar a los
seres humanos como centro de la creación-producción, y considerar a otras
especies de la naturaleza, en vista de su intervención por la acción del hombre. Es
necesario compensar el florecimiento de otras especies para empezar a buscar un
equilibrio ecológico ideal.
De los anteriores planteamientos se deduce, que en el planeta no hay un lugar
donde no haya intervenido la mano del hombre. El cambio climático y el efecto
invernadero, por ejemplo, son fenómenos a escala mundial que afectan a la
humanidad en su totalidad; problemas derivados del uso irracional de los
combustibles fósiles como energía para la movilización de los vehículos de
transporte y cargas, la producción de vapor de agua para la industria farmacéutica,
energética y de la salud, sólo por nombrar algunos casos. Vista esta problemática
ambiental, es indispensable ahorrar los bienes naturales con los que cuenta la
humanidad e iniciar el camino hacia la eco-austeridad.
En esta perspectiva, se puede decir que la visión por parte de los gobiernos y de
las empresas privadas acerca del capitalismo, y de las secuelas no compatibles
con la perdurabilidad de la vida servida de la naturaleza, empobrece a las
regiones, margina al ser humano de vivir en un ambiente sano y de calidad; cuyas
consecuencias se pueden ver en el aire que se respira, en el agua que se ingiere y
en los alimentos que se comen, los cuales se encuentran contaminados y
acusados de ser agentes causantes de muchas enfermedades que padece la
especie humana. En este orden de ideas, García Q. (2010) sostiene que estos
bienes naturales deben ser protegidos como bienes comunes de la humanidad.
En definitiva, este modelo económico considera a la naturaleza como una
mercancía que puede ser expropiada y explotada a discreción. De esto se
desprende que, la misma debe ser domada para arrancarle y saquearles sus
bienes naturales; sufriendo la especie humana las consecuencias de un egoísmo
que no deja observar el daño que se le está ocasionando a la pacha mama. Con
esta acción destructora por parte la especie más inteligente que mora en la tierra,
se está profundizando en un proceso acumulativo, mediante la conformación de
un modelo extractivo de bienes naturales que produce alteraciones desfavorables
en el ambiente o en algunos de sus componentes, eludiendo de toda
responsabilidad a las empresas que realizan estas actividades en los países
menos desarrollados; labor que no pueden ejercer en los países que les sirven de
mecenas, acogiendo la idea de los autores Chiffel y Dalmasso (2007), quienes
afirman que el "actual sistema de producción capitalista tiene una profunda y
directa relación con el medio ambiente (. ..), está destruyendo a pasos
agigantados las condiciones de vida del mundo que nos rodea".(p. 30). Asimismo,
sostienen que este fenómeno social ha utilizado a la naturaleza como factor de
producción y lo ha enquistado en el lazo productivo, para obtener plusvalía por la
venta de los bienes naturales manufacturados a la población por lo que posee
características intrínsecas claramente antiecológicas. Es decir, la protección
ecológica pierde terreno frente a la irracionalidad económica del sistema
capitalista y/o mercantilista que maneja el capital de la nación, siendo esta última
una variable de ajuste que permite mejorar, no la competencia, sino el monopolio.
No obstante, debe tenerse presente que la naturaleza y la sociedad conforman un
sistema único inseparable y, que los recursos ambientales han sido explotados por
el ser humano bajo el imperativo del beneficio económico inmediato, sin una
contraloría y conciencia ecológica acerca de las consecuencias ambientales y
humanas de ese comportamiento. (Chiffel y Dalmasso, 2007)
Dentro de este contexto, Chiffel y Damasso (Op. Cit.) manifiestan "que el enorme
desarrollo productivo e industrial que han llevado a cabo Estados Unidos y la
Unión Europea, se ha producido a costa de los países y poblaciones más pobres y
de la más preciada naturaleza". (p. 4). Situación instaurada con el explícito
objetivo de implantar un nuevo orden mundial atendiendo a intereses de
determinados grupos empresariales, en sintonía con el estilo de vida de los países
desarrollados. "De esta forma el desarrollo se convierte en la perpetuidad de una
búsqueda hacia el futuro". (Mas H., 2005, p. 51); donde el poder, se utiliza como la
capacidad de remontar hacia estadios perfectos para llegar a la cima de lo
esencial, como lo es la dominación y acción transformadora de la naturaleza. Por
lo tanto, estas cofradías mundiales no asumen sus responsabilidades sino que se
la endilgan a los países en vías de desarrollo, los cuales vienen a hacer el papel
de tonto útil, debido a que son utilizados como zonas para el depósito de
desechos tóxicos y sustancias radiactivas, además de fuentes de suministro de
bienes naturales para ser procesados que luego le son vendidos a precios
internacionales en detrimento del mercado local.
En este sentido, esta ausencia de responsabilidades es definida por muchos
investigadores y científicos como ¡la Deuda ecológica del Norte hacia el Sur !, la
cual es en esencia, la responsabilidad que tienen los países industrializados del
Norte, de su excesiva producción de gases de efectos invernaderos acusados de
ser los culpables del calentamiento global al irse posesionando de forma
progresiva del control de los recursos naturales, así como de la destrucción del
planeta causada por sus patrones de consumo, producción y la generación
exhaustiva de residuos, que afecta a la sostenibilidad local y el futura de la
humanidad. Entonces, la Gaia, la diosa griega de la Tierra (Gaia, Gea o Gaya) es
la verdadera acreedora de este pasivo ambiental y el gran deudor el Norte; los
países más ricos. Asimismo, motivado a la ausencia de un cordón umbical que los
sensibilice con la tierra, viene a colación aquel famoso eslogan que el presidente
cubano Fidel Castro Ruz expresó en la Cumbre de la Tierra (1992) celebrada en
Río de Janeiro, Brasil; "páguese la deuda ecológica y no la deuda externa", como
un gesto de cofradía y semejanzas "de auténticas relaciones de consanguinidad".
(Browne, 2007, p. 85) para con los países pobres del Sur suscitado por el enérgico
reclamo del pago de la deuda en dinero contante y sonante por parte de los países
ricos del Norte, olvidándose estos últimos del enorme pasivo ambiental que
dejaron y, del que todavía se ven secuelas en la pacha mama. Ese mismo
procedimiento se ha sucedido en la actualidad con la destrucción, ambiental, de
los suelos y subsuelos, siendo la triste realidad de la producción en Venezuela por
los métodos aplicados, donde están presentes como explotadores Rusia, China,
Canadá y, como los indios expulsadores del territorio nacional, el Gobierno
Venezolano.
No obstante a esta llamada de pago, la condonación de este pasivo financiero fue
tomando cuerpo como resultado de las presiones Internacionales y en la víspera
del cambio del milenio que se materializó "apareciendo, en el caso presente, el
Norte como el tío-rico, que magnánimo y solidario presta su ayuda a la parentela
empobrecida y al borde del desahucio". (Laserna, 1992). En esta misma dirección,
Yépez (2017, párr. 5) manifiesta que "Los países pobres no necesitan caridad. Lo
que necesitan es justicia. Y la justicia no es difícil de otorgar". Con estas
aseveraciones, lo que deseaba expresar este articulista, era que debía darse una
justa indemnización a la diosa Gaia; siendo este acontecimiento la punta del
iceberg del comienzo de la restitución del capital natural, que aportó durante
décadas ante la mirada ausente de la humanidad. Es una justa recompensa, un
pago oportuno por la obligación moral de saldar este pasivo ambiental para con la
naturaleza, que alimentó por decenas de años el apetito insaciable de una
humanidad se caracterizó por la acumulación de desechos sólidos, como una
manifestación de holgura económica y espíritu de superación social.
Reflexiones finales
Resumiendo lo planteado, el capitalismo y la ecología son antagónicos, son polos
opuestos, es un matrimonio sin patrimonio natural, por tal motivo se niegan
frontalmente sin ninguna posibilidad de llegar a acuerdos o mediaciones. Es decir,
no hay entendimiento posible entre estas vertientes, por lo tanto; donde domina el
capitalismo como fenómeno social, la preocupación hacia lo ecológico se esfuma,
se envía a un exilio forzado sin que exista una verdadera preocupación ecológica
de pronto regreso. Dentro de este contexto, el capitalismo para sobrevivir y
expandirse en un mundo de economía mundializada se sustenta en la
acumulación de riquezas, sin importar los medios empleados para conseguirla,
dado que se basa en la lógica del lucro, de lo insaciable, del derroche. Es evidente
entonces, que para lograrla no se exceptúa a la naturaleza, que es considerada
como una mercancía más que se amolda de acuerdo a las necesidades que se
presentan día a día. Asimismo, este fenómeno de la sociedad moderna, a pesar
de su fulgurante auge, no puede y jamás podrá ofrecer una solución real, que
amortigüe las necesidades del ser humano, ya que las mismas con el devenir del
tiempo sufrirán cambios y transformaciones, a cambio de una plusvalía, sin tomar
en cuenta el daño que se pueda ocasionar al ambiente. Habida cuenta, el
capitalismo es el desprecio por el orden del estado administrativo y, además es
corrector y garante de la propiedad de cada uno.
En este sentido, el ser humano se encuentra en una crisis social, económica,
política y ecológica debido al silogismo irradiado desde el Occidente mercantilista
asentado en un modelo de acopio de la totalidad de la naturaleza, competencias
desleales, egoísmo, individualismo, con el excesivo aprovechamiento de los
bienes de la humanidad, con la consecuente destrucción de los ecosistemas y de
la biodiversidad. Así, se deben conocer los aspectos que conducen a la protección
y mejoramiento del ambiente, responsabilidad que debe ser ejercida por el ser
más inteligente que mora en el nicho terrestre; el ser humano, dada su esencia
antroposocial, quien como legado supremo a las generaciones venideras deberá
garantizarles su permanencia y supervivencia, así como una relación armónica
con la naturaleza
En este orden de ideas, puede inferirse que esta desconsideración hacia la
naturaleza, por parte del sistema capitalista implica un matrimonio asimétrico entre
el ambiente y el ser humano. Siendo este último el depredador que destruye el
nicho donde mora. Se cree un dios; su hábitat es el monte del Olimpo y, hasta
ahora no se vislumbra un retador que ponga en peligro su reinado. Mata para
sobrevivir y está consciente de ello.
Finalmente, en la actualidad sería imperativo intensificar la lucha contra el
gigantesco deterioro ambiental que bajo el fenómeno capitalista moderno irá en
aumento, para lo cual es indispensable el surgimiento de una revolución ambiental
que tome en cuenta este estado de deterioro y destrucción en que se encuentra el
planeta y, que asuma la responsabilidad de cambiar los modelos no sustentables,
para que el sistema económico no se derrumbe junto con la vida en el planeta. Es
necesario asumir este reto dado que es la única oportunidad que se vislumbra en
el mediano y largo plazo para conformar una sociedad con conciencia ecológica y
un planeta sustentable, que cubra las necesidades de la generación presente sin
comprometer las necesidades de las venideras generaciones.
Entonces, se presenta el siguiente dilema: si el capitalismo sale airoso, entonces
la ecología tendera a desaparecer y la vida en el planeta estaría en suspenso; o la
ecología se fortalece y el capitalismo se desvanece que se dificulta reconocerlo.
Aquí no habrá excepciones, o se salvan todos, o perecen todos; así de sencillo.
Por lo tanto, es un deber de las sociedades reconocer que la conservación de la
naturaleza y la preocupación por los problemas ambientales es una
responsabilidad que deben afrontar, dado que es el ser humano el principal
depredador. En este contexto, se pudiera afirmar que el hombre fue el último ser
vivo en aparecer en la faz de tierra y será el primero en desaparecer de no
cambiar los hábitos de consumo y los patrones de producción. Es decir, será el
causante de su autodestrucción por su manera de proceder hacia la madre
naturaleza.
2.1- Soporte
Los huesos proveen un cuadro rígido de soporte para los músculos y tejidos
blandos.
2.2- Protección
Los huesos forman varias cavidades que protegen los órganos internos de
posibles traumatismos. Por ejemplo, el cráneo protege el cerebro frente a los
golpes, y la caja torácica, formada por costillas y esternón protege los pulmones y
el corazón.
2.3- Movimiento
Gracias a los músculos que se insertan en los huesos a través de los tendones y
su contracción sincronizada, se produce el movimiento.
3- Huesos
El hueso es un órgano firme, duro y resistente que forma parte del endoesqueleto
de los vertebrados. Está compuesto principalmente por tejido óseo, un tipo
especializado de tejido conectivo constituido por células, y componentes
extracelulares calcificados. Los huesos también poseen cubiertas de tejido
conectivo (periostio) y cartílago (carilla articular), vasos, nervios, y algunos
contienen tejido hematopoyético y adiposo (médula ósea).
A- Cartílago
Los cartílagos (tejido flexible y grueso ubicado en los extremos de los huesos)
protegen los huesos y les sirven de amortiguación cuando se unen y friccionan
uno contra otro en las articulaciones.
B- Hueso esponjoso
Este tipo de hueso está ubicado en el interior del hueso compacto. Se asemeja a
una esponja y sus orificios están llenos de médula.
C- Hueso compacto
Este tipo de hueso es fuerte, sólido y de color blanquecino. Es el que forma la
parte exterior y dura de los huesos.
E- Periostio
Esta membrana delgada y densa está ubicada sobre la superficie de los huesos y
cuenta con nervios y vasos sanguíneos que sirven para nutrir el tejido óseo.
3.2- Clasificación
Los huesos poseen formas muy variadas y cumplen varias funciones. Con una
estructura interna compleja pero muy funcional que determina su morfología, los
huesos son plásticos y livianos aunque muy resistentes y duros.
- Huesos largos, son los que tienen forma de tubo alargado. Por ejemplo, el hueso
más largo del cuerpo, el fémur, que se encuentra en la pierna.
- Huesos cortos, son aquellos que también son alargados, pero cuya longitud
apenas es de unos centímetros. Por ejemplo están los huesos de los dedos de
la mano.
- Huesos planos, son aquellos que tienen forma plana, por ejemplo el omoplato o
los huesos que forman el cráneo.
B- Huesos de la cara
La región de la cara comprende 14 huesos que contribuyen a formar cavidades.
Todos los huesos de la cara están soldados al cráneo, excepto el maxilar inferior
que se articula al cráneo por una articulación móvil. Estos huesos son:
A- La columna vertebral
La columna vertebral constituye el eje del cuerpo y está situada en la línea media
posterior del cuerpo. Se extiende desde la base del cráneo hasta la región
coxígea. Está constituida por 33 vertebras que se unen por discos cartilaginosos
invertebrales.la columna vertebral está constituida por las vertebras cervicales,
dorsales, lumbares, sacras y coxígeas.
B- Las costillas
Son huesos largos arqueados y planos que se articulan por detrás con la columna
vertebral y por delante con el esternón. Son doce pares de los cuales los siete
primeros forman las costillas verdaderas, pues se unen directamente al esternón.
Los tres siguientes constituyen las costillas falsas, ya que no se unen al esternón
sino a los cartílagos de las costillas verdaderas. Los dos últimos pares reciben el
nombre de costillas flotantes porque su extremidad anterior queda libre.
C- El esternón
Es un hueso plano situado por delante en la línea media del cuerpo. En el
esternón se apoyan las dos clavículas y los diez primeros pares de costillas.
El cubito es más largo que el radio y forma el soco. El radio es más corto que el
cúbito y algo curvado. El radio puede girar sobre el cúbito, lo cual permite los
movimientos de la mano, es decir, voltearla hacia abajo y adentro y hacia arriba y
afuera.
D- Huesos de la mano
La mano consta de 27 huesos y está dotada de gran movilidad y agilidad. En la
mano podemos diferenciar 3 regiones:
1) El carpo está formado por ocho huesos pequeños dispuestos en dos filas. La
primera se articula con el antebrazo y esta formada por: escafoides, semilunar,
piramidal, pisiforme. La segunda se articula con los huesos de la palma y esta
formado por: trapecio, trapezoide, mayor y ganchudo.
3) Los dedos que están formados por tres huesos cada uno: falange, falangina y
falangeta, excepto el pulgar que solo tiene falange y falangeta.
4.4- Huesos de las extremidades inferiores
Para estudiar los huesos de las extremidades inferiores se dividen en cuatro
regiones: cadera o cintura pélvica, muslo, pierna y pie.
El tarso constituye el empeine del pie y comprende siete huesos: el astrágalo, que
se articula con la tibia y el peroné; el calcáneo que forma el talón; el cuboides, el
escafoides y los tres cuneiformes.
El metatarso o planta del pie está formado por cinco huesos metatarsianos.
Los dedos están formados por tres falanges cada uno, como en los dedos de la
mano.