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Asignatura:

Guía # 2

Apreciación a la Literatura

Alumna:

Ritha Isabel

Chicaiza Salazar

Nivel:

Octavo Petroquímica

“A”

Teléfono: 0987058685

2016
ACTIVIDADES DE APRENDIZAJE

ACTIVIDAD DE APRENDIZAJE 2.1.

“CONCIENCIA BREVE” DE IVÁN EGÜEZ

Objetivo

Evidenciar la capacidad crítica y creativa a través de actividades que busquen


concienciar y convencer sobre uno de los valores.

Desarrollo

Una de las funciones del lenguaje es la apelativa que tiene como objetivo
persuadir a un interlocutor. Aplique esta función y sobre la base de la
problemática del cuento, elabore una especie de propaganda educativa,
cuya finalidad sea concienciar acerca de la importancia de la honestidad
en la relación de pareja.

Publicidad educativa

La publicidad educativa es un conjunto de medios que contribuye con y plantea


una forma de comunicación entre un organismo y un público para transmitir una
serie de mensaje explicativos.
ACTIVIDAD DE APRENDIZAJE 2.2.
“DILES QUE NO ME MATEN” DE JUAN RULFO

Objetivo

Defender un punto de vista a través de sólidos argumentos que justifiquen su


interpretación.

Desarrollo

La obra literaria es testigo de una época social y de una jerarquía propia de


su tiempo. Por la temática que desarrolla el cuento “Diles que no me
maten” de Juan Rulfo, ¿cree usted que este escritor con su obra cumple
una función social, de crítica y de reflexión?

Apóyese en el relato leído y con ejemplos puntuales de la historia explique


su respuesta.

En el cuento, el autor primero hace referencia a la culpa y arrepentimiento que


siente don Juvencio Nava por haber acecinado a su compadre hace 40 años,
recuerda como fue el conflicto que lo llevó a tomar tal decisión. El mensaje que
pretende transmitir es que hay que pensar muy bien las cosas antes de
realizarlas, porque pueden traer graves consecuencias.

También habla sobre el rencor que siente el hijo de don Lupe hacia la persona
que acabó con la vida de su padre, que a pesar de no conocerlo lo odia y desea
verlo muerto; él, debería haber dejado de lado ese rencor y no vengarse de un
pobre anciano que ha sufrido toda su vida por el peso de la culpa y el miedo a
morir.

El escritor relata como el hijo de don Lupe mata al anciano quizá por el dolor que
le embargaba el d no haber crecido con su padre sin embargo ese dolor no midio
o no pensó que seria provocado en el hijo de dicho anciano.
ACTIVIDAD DE APRENDIZAJE 2.3.

“IMÁGENES” DE LUIS AGUILAR.

Objetivo

Evidenciar su capacidad creativa a través de la narración coherente de hechos.

Desarrollo

Imagine que usted tiene el poder de cambiar el rumbo de los destinos de uno de
los personajes del relato “Imágenes” de Luis Aguilar. Elija a uno de ellos y narre
el desenlace con el cual le agradaría concluya la historia.

EL TEXTO NARRATIVO SE ESTRUCTURA EN TRES MOMENTOS:


PLANTEO, NUDO Y DESENLACE.

DESENLACE

Por último produciremos el desenlace, es decir, escribiremos la resolución


del problema. En el desenlace el nudo se desata. Los personajes
sobrellevan el suceso o problema pero ya no son los mismos que al inicio,
algo cambió. Se escribe generalmente en pretérito perfecto simple.
Puede ser llamado también resolución. En general, se encuentra hacia el
final del texto.

IMÁGENES

Me habían notificado que saldría el viernes. Hoy miércoles recibí esa maravillosa
noticia. Lo primero que iba a hacer era comunicar a mi esposa que la vería el
viernes; repetía esta frase a cada instante (la veré el viernes, la veré el viernes,
la veré…) En el último momento decidí no hacerlo, opté por sorprenderla, me
presentaría ante ella. Si lo anunciaba ahora, cuando me viese no reaccionaría
de la misma manera; su sorpresa, me dije, al verme sin aviso, sería más
espontánea, única. Entonces comencé a imaginar su reacción: estaría vestida
como siempre con falda ancha, una blusa de manga corta y zapatos blancos de
lona; el cabello estaría recogido en cola de caballo, dejando libre su
extraordinario cerquillo. Al verme, empalidecería, se quedaría inmóvil, yo tendría
que correr a sostenerla; la besaría con pasión, sus lágrimas mojarían el cuello
de la camisa y, posiblemente, yo también lloraría. Luego, me pondría las manos
en el rostro, sentiría la suavidad de ellas, empezaríamos a hablar, nos
interrumpiríamos, nos reiríamos. Una emoción nueva me pasó de la mente al
pecho. No era la emoción blanda, algo tibia y aún aguanosa que nos seduce,
sino una dramática y firme.

En fin, no puedo esperar más, tengo que salir ahora mismo, pero no me dejarán,
tengo que huir esta noche. Lo que más me atrae es que voy a olvidar la
ausencia, la distancia, el martirio de haber estado fuera de la vida de Susana y
de mi hijo Alex. ¿Cómo estará él? ¿Seguirá llorón y engreído? ¿Consentido y
mimado? ¿Todavía podré ponerlo en los brazos? ¡Era tan pequeño la última vez
que lo vi! Tenía los ojos celestes de su madre y la tez morena como la mía. ¡Era
tan hermoso! Empecé a disfrutar cada momento de esta anticipación. Decidí no
fugarme, el riesgo era muy grande, podía arruinarlo todo y sólo faltaban dos días
para poder verlos y volver a ser, como antes, muy felices. Deduje que uno no
puede deshacerse de los recuerdos aunque ya no tengan la prestancia del ayer.
Pero es el lazo que nos une a las ausencias. No supe cómo continuar, la voz se
frenó en el silencio, luego tropecé con una realidad golpeante y volví a hundirme
en una melancolía azucarada, espesa, sin perspectiva; capté el sonido de mi
respiración en pugna. Me di cuenta entonces de que por mí, por aquel hombre
insignificante a quien oprimió la neblina de una civilidad en crisis, había pasado
toda una historia.

El viernes llegó. Amanecía. El cuartucho se achicaba con los primeros


resplandores de una luz difusa y verde azulina. Salí en la madrugada a paso
lento y con la mirada baja. Arriba, temblaba un vapor de color inexistente, ígneo,
que la inmadura alba trataba de ignorar. Me aturdí entre el polvo maquinal de la
duda y la angustia de una culpabilidad callosa. Partí en medio de una lluvia
perenne, hacía mucho frío y no tenía la ropa adecuada para abrigarme; sentía
que llevaba una carga enorme, no quería continuar, pero era como si unos
gendarmes me obligaran y me empujaren a seguir con algo que no quería hacer.
Tenía la impresión de que me habían condenado e iba a recibir, en alguna celda
miserable, una inyección letal. Me sentí dentro de unas «llanuras bélicas y
páramos de asceta».
Al llegar a mi antigua residencia, no quise tocar la puerta, me entró un temor
repentino, me sentí culpable de todo. Fue entonces cuando resolví circundar la
casa, me tomé mi tiempo. Alcé la vista al cielo, y sobre el fondo umbrío de una
nube en tránsito, en un azul inmenso chillaban las golondrinas con su dominicana
figura y diseñaban autopistas ilusorias con su vuelo impertinente. Pero algo
andaba mal, no era lógico lo que estaba sucediendo, después de todo iba a estar
con mi esposa y mi hijo a quienes quería más que a mi propia vida.

En la parte trasera había una ventana muy grande que daba al comedor familiar
y al jardín de atrás; como ladrón en mi propio hogar, me aproximé con sigilo y
miré el suelo que pisaba: era ocre, gualdo y grisáceo. Un césped mal tenido
amarilleaba a trechos. Susana apareció como la recordaba, Alex lloraba sin
control, ella portaba un tazón grande y movía con una cuchara de madera las
claras que estaba batiendo. El rostro de ella mostraba enojo; de pronto, un
hombre de mi estatura empezó a hablarle, se gritaban, pero no escuchaba lo que
se decían; actuaban como marido y mujer. Oí el silbido de una cigarra que
preñaba al aire como anunciándome lo inevitable. Tenía que verle la cara, ¿sería
posible que en mi ausencia de seis años, ella se hubiese unido a otro hombre?
Y Alex ¿con diferente padre? Anudé mi angustia en la punta de mi miedo. El
rumor de las hojas, el grito de las aves y alguna voz humana, distante, lejana,
casi mítica, daban un toque de fondo a los latidos que salían hiperbólicos de mi
corazón. Logré acercarme más a la ventana, el hombre me dio la espalda y salió
del cuarto, mientras Susana, alterada, dejó caer lo que tenía en las manos,
parecía que gritaba histérica sin vernos a ninguno de los dos. El hombre regresó
con más prisa que antes; una maldita rama de cerezo me impedía mirarlo, era
como un óbice puesto allí para angustiarme, para detener mi acelerada marcha
hacia lo tenebroso, pero cuando la rompí, me quedé lívido. El hombre era yo. En
la mano derecha tenía la daga.

DESENLACE

La impresión de aquella escena condescendió que yo pronto despertará de ese


sueño profundo, con un gran nudo en la garganta y acelerados pálpitos en mi
corazón pensé yo jamás lastimaría a mi esposa o a mi hijo. Amaneció y llego el
día de mi salida sin embargo las dudas y el desconcierto de aquel sueño me
atacaban sin piedad, el miedo me paralizaba, sin más preámbulo me invitaron a
la puerta de salida y decidí enfrentarme a mi realidad.

Cuando llegue a casa sentí mucho temor pues no dejaba de recordar aquella
trágica escena de mi sueño, me dispuse entonces acercarme a casa lentamente
y tocar la puerta. Pronto escuche ruido y observe una esbelta mujer abrir la
puerta, en efecto ella era mi esposa Susana vestía un vestido largo de color
violeta estaba hermosa, sus ojos grandes y sublimes desde los que me gustaba
mirar, se llenaron de lágrimas al verme, sin decirme nada me estrecho su brazos,
al sentirla lo único que pude decirle fue: después de todo, saber que estas bien
es un alivio, tanto tiempo distante de ti y mi querido hijo me ayudaron a
comprender que lo más valioso que tengo son ustedes mi familia, reconocí que
hay momentos buenos y malos en la vida que uno debe aprender a encontrar
fuerzas para sobrellevarlos en lo más profundo, en donde parecen ya no existir.
Ella me miro directamente a los ojos y con una sonrisa me dijo amor todos
pasamos por difíciles situaciones de fragilidad en las que por mucho que
intentamos hacer y cambiar las cosas nada sucede como esperamos solo hay
que vivir el momento.

ACTIVIDAD DE APRENDIZAJE 2.4.

“LOS MILITARES” DE ALICIA YÁNEZ

Objetivo

Emitir juicios críticos a través de ejemplos y referencias coherentes con la


pregunta solicitada.

Desarrollo

Desarrollo

Alicia Yánez Cossío en el cuento “Los militares” de Alicia Yánez Cossío emplea
como recursos estilísticos el humor, la ironía, el sarcasmo. ¿Qué intención cree
usted que motivó a la autora a escribir un cuento que rompe con “prejuicios” y
aparentes convencionalismos?
Elija de la historia tres ejemplos o referencias que justifiquen su respuesta.
La intención de la autora es muy buena, ya que con su cuento pretende eliminar
los miedos de las personas y permite ver las cosas de una manera totalmente
distinta a las que creían o por lo menos busca que las personas echen andar su
imaginación para que se sientan tranquilos y disfruten las cosas que tiene la vida.

Ejemplos:

1. El tiempo se relajó, y al relajarse el tiempo, desaparecieron todas las


tensiones.

En la actualidad, el tiempo es el factor principal por el cual las personas están


propensas a estresarse más rápido. Si los relojes no existieran, las personas
desempeñarán sus funciones de manera serena sin nada que les indique que ya
se termina el tiempo o que no alcanzaron a cumplir sus objetivos diarios.

2. Cada habitante tenía un silbato, y cuando se hallaban en algún aprieto,


pitaba.

Algunas personas hoy en día, solo miran su bienestar y de su familia. Ya nadie


ayuda por humanidad sino por gratificación económica; la sociedad en la que se
vive ha creado ideologías erróneas sobre el apoyo humanitario a las personas
necesitadas.

3. Todos trabajaban en lo que les gustaba, nadie lo hacía por dinero, sino
por placer.

En nuestro país, la población económicamente activa labora en cualquier área


de trabajo por dinero así no les guste lo que hacen, pues es la única manera de
tener un sustento económico para salir adelante con su familia.
Son muy pocas las personas que realmente trabajan en lo que les gusta, se
sienten conformes ya que no tienen que estar presionados para cumplir sus
funciones sino que colaboran hacer las cosas de mejor manera.

GRACIAS.

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