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Marre, D. (2010). Los límites del proceso de ‘emparentamiento’.

¿Cuándo un niño o niña [no]


deviene en hijo o hija en la adopción transnacional en España?. Fons, V., A. Piella y M. Valdés
(eds.). Procreación, crianza y género. Aproximaciones antropológicas a la parentalidad.
Barcelona: PPU, Promociones y Publicaciones Universitarias, pp. 235 - 260.

Los límites del proceso de 'emparentamiento'.


¿Cuándo un niño o niña [no] deviene en hijo o hija en la adopción
transnacional en España?1

Diana Marre
AFIN
Universitat Autònoma de Barcelona

Los trabajos sobre el proceso a través del cual un niño o niña ‘desconocido’,
‘extraño’, ‘extranjero’, se incorpora a una familia, es decir, se incluye a través
de la adopción en una familia en el ámbito de la cual no ha nacido, han sido,
probablemente, los primeros, los más frecuentes y, también, más abundantes
en los estudios sobre adopción transnacional, no sólo desde la perspectiva
antropológica, sino también desde otras disciplinas. Ello se debe a que, más
allá de la diversidad de formas familiares que es posible hallar en la actualidad
en cualquier sociedad que siga el modelo del parentesco euro-norteamericano,
todas ellas se basan en un ‘antiguo’ modelo familiar basado en la unión de dos
personas que se transforman en una pareja a través de relaciones sexuales,
generalmente sacralizadas por el matrimonio, por medio de las cuales, de
forma ‘natural’ o ‘asistida’, tienen una descendencia que les reconocerá, al
igual que la sociedad, sus leyes y normas, como sus dos progenitores.

En antropología, así como los procesos por los cuales se tiene y cuida esa
descendencia están en el corazón de la disciplina a través de la antropología
del parentesco, también el proceso por el cual se incorpora una persona
‘desconocida’ a una familia –denominado parentesco ‘ficticio’ en algunos
momentos y ámbitos de la antropología-, ha concitado una singular atención y
ha devenido en una particular producción científica, especialmente en los
últimos años en relación con la adopción transnacional2.

A diferencia de lo que sucede en la procreación a través de reproducción


asistida -con la excepción de los procesos de subrogación o de madre
portadora donde lo ‘extraño’, ‘extranjero’ o ‘desconocido’ que se incorpora al
ámbito de la familia es material genético que se incluye o incorpora a través de
un proceso de gestación biológica que le asimila a una procreación ‘natural’-,
en la adopción, lo que se incorpora al ámbito familiar es una persona, un niño o

1
Este capítulo se realizó en el ámbito del proyecto de investigación I+D Adopción Internacional y
Nacional: Familia, educación y pertenencia: perspectivas interdisciplinares y comparativas
(MICINNCSO2009-14763-C03-01 subprograma SOCI) financiado por el Ministerio de Ciencia e
Innovación de España.
2 Para los más recientes estados de la cuestión sobre reproducción a través de técnicas de
reproducción asistida y de adopción desde una perspectiva antropológica véase Inhorn 2008 y
Howell 2009 respectivamente.

1
una niña que ya ha nacido y, en general, con algunos -cada vez más- meses o
años de edad.

Se trata de una diferencia que la legislación española en general, y la catalana


en particular, distinguen explícita o implícitamente en distintas instancias y
maneras. Así, mientras la legislación española, a diferencia de lo sucedido en
otros países, ha mantenido desde la primera ley de reproducción asistida de
19883, en las dos modificaciones parciales de 1995 y 19994 y en las reformas
de 2003 y 20065, el carácter anónimo de la donación de material genético
reproductivo incluyendo la de embriones6, la reciente modificación del Libro
Segundo del Código Civil catalán sobre familia ha incorporado la obligación de
revelar a las personas adoptadas su condición de tales antes de los 12 años,
sin ninguna consideración ni mención similar para quienes han nacido por
donación de material genético. Así, la maternidad/paternidad genética debe ser
anónima y la adoptiva no puede serlo porque es la maternidad/paternidad
biológica -o gestacional- la que se constituye en modelo en el parentesco euro-
norteamericano.

En ese mismo sentido, la legislación sobre reproducción asistida, con el objeto


de garantizar las “máximas posibilidades de compatibilidad con la mujer
receptora y su entorno familiar” (la cursiva es mía), ha asignado a los equipos
médicos la intermediación entre donantes y receptora y la responsabilidad en la
elección de los primeros para garantizar la máxima similitud fenotípica e
inmunológica con la segunda.

El interés en el parecido sobre el que hallar o construir semejanzas entre un


hijo o hija y sus progenitores forma parte de la cultura de la vida familiar en el
parentesco euro-norteamericano. Las semejanzas -o el parecerse- son

3 La Ley 35/1988, BOE de 26 de noviembre de 1988, con corrección de errores en BOE de 24


de diciembre de 1988, autorizaba la donación anónima de semen y gametos sin fines lucrativos
a Centros Autorizados.
4 La ley 35/1988 fue modificada por Disposición final tercera de la Ley Orgánica 10/1995, de 23
de noviembre, del Código Penal afectando a los artículos 20 y 24 y por Sentencia 116/1999, de
17 de junio, del Pleno del Tribunal Constitucional afectando al artículo 20.
5 Leyes 45/2003, BOE de 22 de noviembre de 2003 y 14/2006, BOE de 27 de mayo de 2006.
6 El incremento del número de embriones sobrantes llevó, entre otras razones, a la reforma de
la Ley de Reproducción Asistida en 2003. La ley 45/2003 limitó a tres los ovocitos que podían
ser fecundados dentro de un mismo ciclo, autorizó la conservación de semen durante toda la
vida del donante y la de óvulos y la donación de embriones sobrantes sólo con fines
reproductivos. Como consecuencia de la entrada en vigor de la ley, en octubre de 2004 un
Centro de Reproducción Asistida lanzó un Programa de Adopción de Embriones convocando a
parejas o personas a adoptar embriones sobrantes de procesos de reproducción asistida cuyos
propietarios no habían tomado ninguna decisión sobre ellos, es decir que los habían
‘abandonado’, y hubieran pasado más de cinco años congelados. A principios de septiembre
de 2005 nació en Barcelona el primer niño adoptado como embrión de una madre sola de 41
años que declaró haberlo sentido propio desde el momento en que se supo embarazada y no
estar preocupada porque su hijo tuviera dos “hermanos” (nacidos de los embriones producidos
al mismo tiempo que el que ella había adoptado) porque el equipo médico le había asegurado
que era imposible que se encontraran en toda su vida (El País, septiembre de 2005). Entre los
interesados en este Programa destacó desde el inicio un grupo de parejas italianas, en su
mayoría con hijos, que concurrían acompañadas por el sacerdote Oreste Benzi, presidente de
la Comunidad Papa Juan XXIII “muy conocido en Italia por su labor a favor de los marginados
sociales (http://www.cimaclinic.com/plantillas/plant_11.asp?contenidoc=411&menu=m5,
consultado en marzo de 2007).

2
significativos en la formación de la identidad individual porque tienen que ver
con los procesos de identificación a los que el psicoanálisis, entre otras
disciplinas, desde algunos escritos tempranos de Freud, asigna una singular
importancia (Freud 2003 [1920]), lo que también sucede en la adopción
transnacional como hemos señalado en otros trabajos7.

Judith Modell (Modell 2002: 6-7), en sus trabajos sobre adopción desde la
perspectiva antropológica, se refirió muy tempranamente a la importancia que
había tenido para los profesionales encargados de las adopciones domésticas
en Estados Unidos, la ‘búsqueda’ de semejanzas entre los niños o niñas
adoptables y quienes les adoptarían. Una importancia que, señaló, se vincula
con la creencia de que la semejanza esencializa el vínculo haciéndolo más
duradero, al confirmar una cercanía o un tipo de vinculación que ‘normaliza’ la
relación adoptiva por incluirla “en la misma galería de imágenes que la familia
biológica”, tornándola de esa manera más segura y duradera. Las semejanzas
son, señala Modell, unos “lentes construidos socialmente a través de los cuales
son vistos los miembros de una familia” (Modell 2002: 22 nota 11).

La legislación sobre reproducción asistida también ha mantenido desde el


principio la prohibición de la maternidad subrogada en territorio español,
aunque se ha permitido la inscripción registral de los niños y niñas han nacido
fuera del país por ese medio (El País 10/03/2009), por lo que muchas parejas y
personas han recurrido a ella, inicialmente en California y actualmente en la
India, por sus costes más accesibles (Smerdon 2008) –alrededor de 10.000
euros frente a los 25 o 30.000 de California (El País 03/08/2008, El Periódico
14/06/2009).

El interés de la antropología por los procesos de inclusión de ‘desconocidos’,


‘extranjeros’ o ‘extraños’ en familias del ámbito del parentesco euro-
norteamericano se refleja, incluso, en el título de varios de los trabajos sobre
adopción transnacional (Anagnost 2000; Howell 2006), pero también sobre
adopción doméstica (Modell 1994), que hacen referencia, de una u otra
manera, con distintas palabras, a la condición de foráneos de unos niños y
niñas que ha de transformarse en hijos o hijas.

La maternidad/paternidad biológica como modelo del ‘emparentamiento’


(the kinning process) en la adopción transnacional

Así como la psicología se ha ocupado del proceso de attachment, vinculación


y/o apego en la adopción transnacional a partir de la teoría del apego
elaborada en 1951 por John Bowlby, visitada y revisitada permanentemente, la
antropología se ha ocupado del proceso de ‘emparentamiento’,
fundamentalmente a través de la observación y el análisis de las narrativas
familiares.

De acuerdo con esas narrativas, en la adopción transnacional la llegada de un


hijo o hija, está precedida de la circulación de un conjunto de cosas materiales

7 Me he ocupado de este tema en (Marre and Bestard 2009).

3
y simbólicas: decisiones, elecciones, deseos, formularios, dinero, información,
noticias, ansiedades, imágenes e imaginarios que, al circular, preparan el
encuentro entre la familia y el niño o niña.

Una circulación de elementos materiales y simbólicos que, según señalan


muchas familias adoptivas, les ayuda a iniciar la construcción de una relación
con un niño o niña desconocido/a para transformarlo en su hijo o hija. Es sobre
la base de los tiempos y momentos en que se produce la circulación de esos
elementos que las familias adoptivas han ido asignando nombres a esas
etapas, a imagen y semejanza de las que conducen a un hijo o hija en la
maternidad/paternidad biológica en el ‘antiguo’ modelo familiar del parentesco
euro-norteamericano.

Siguiendo esas narrativas familiares, se han descrito esas distintas etapas de


la relación (Howell and Marre 2006; Howell et Marre 2009) para las adopciones
transnacionales realizadas durante los años en que, si no todas, la mayor parte
de las familias accedía a un hijo o hija en sus primeros meses o años de vida.

Se trata, en lo esencial, del proceso que Signe Howell describió como ‘kinning
process’ con datos etnográficos provenientes de Noruega, un país con uno de
los índices más altos de adopción transnacional desde inicios de la década de
1970, basado en la noción de transubstanciación. De acuerdo con la definición
del Shorter Oxford Dictionary utilizada por Howell, la transubstanciación
permite, en el caso de la Eucaristía, que el pan y el vino se transubstancien en
el cuerpo y sangre de Cristo como resultado de lo cual “sólo las apariencias (y
otros ‘accidentes’) de los mismos se mantienen” (Howell 2006: 69). De la
misma manera, en los niños y niñas adoptados transnacionalmente, la crianza
no transforma su apariencia, sino sólo su ser o esencia, es decir, no produce su
completa transformación. Como señaló una joven mujer sueca adoptada en
India “soy una niña coco, marrón por fuera y blanca por dentro” (Howell 2004;
Howell 2006).

El proceso de emparentamiento descrito para Noruega y España (Howell and


Marre 2006) con base en la terminología dada a las distintas etapas del mismo
por las agencias de adopción y los profesionales y técnicos que intervienen en
dichos procesos, reproducidas transnacionalmente por las familias adoptivas a
través de diferentes medios como listas de distribución y chats, se organiza en
etapas que siguen el modelo biológico de reproducción desde la perspectiva
materna/paterna, es decir no desde la perspectiva de los hijos o hijas, es decir,
de quienes se adopta.

La ‘gestación’

La gestación va precedida para quienes desean adoptar en España por un


proceso que se inicia al completar una solicitud ante la Comunidad Autónoma
de residencia, tras lo cual comienza para la familia adoptante la etapa de
valoración, psicológica y económica, que termina con la emisión de un informe
psicosocial a partir del cual la administración emitirá –o no- el certificado de
idoneidad que les habilita para constituirse en familia adoptiva.

4
Al presentar la solicitud y antes de iniciar el proceso de valoración, información
y formación, la familia debe escoger el país en que desea adoptar. Para ello, en
general, toma en consideración los requerimientos del mismo pero también, y
sobre todo, las características de los niños o niñas a los que accederá, así
como los procesos de adopción y sus plazos. Como señalan las familias,
decidir el país de origen no es fácil y, cuando lo hacen, inician una vinculación
con ese país que refuerzan en la espera, muchas de ellas en el ámbito de las
asociaciones de familias adoptivas que, en general, se organizan por países de
origen de sus hijos e hijas. La compra de libros y otros materiales sobre el país
e, incluso, el aprendizaje de algunos rudimentos del idioma, se estimula a
través de las asociaciones y sus listas de distribución. Sin embargo, sólo muy
excepcionalmente las familias dedican un tiempo prolongado y sistemático de
la cada vez más larga espera al conocimiento de las costumbres, hábitos
alimenticios, prácticas familiares y parentales o la lengua del país o la cultura
en que ha nacido el que será su hijo o hija.

Las familias dicen que el “país de origen”, o simplemente “el origen”, condiciona
lo que ellos llaman más habitualmente la “cultura de origen” de su hijo, aún
cuando se estén refiriendo a un bebé de pocos meses, es decir, que cuando
hablan de “origen” o “cultura de origen”, generalmente hablan de “raza”8.

El inicio de “la Idoneidad”, como le llaman las familias, y del informe psicosocial
con la elección del país de origen ya realizada, es un período junto con la
espera del hijo o hija, en que las familias más frecuente y activamente se
vinculan a asociaciones, listas de distribución y chats en los que circula, se
consulta y comenta distinto tipo de dudas y dificultades y donde se comparte y
construye un lenguaje del parentesco específico de la adopción transnacional
con que nombrar las distintas etapas que viven,.

El embarazo

Una vez obtenido el Certificado de Idoneidad, comienza la tramitación del


expediente de adopción por protocolo privado, es decir a través de una Entidad
Colaboradora de Adopción Internacional (ECAI), o por protocolo público -“por
libre”, en la jerga de las familias adoptantes-, es decir, sin la intermediación de
ninguna entidad aunque habitualmente con el apoyo de alguna de las
asociaciones de familias adoptantes en ese país o de algún gestor privado,
según el país de origen de que se trate.

Cuando, a través de una ECAI, asociación, facilitador o gestor, las familias


confirman que su solicitud ha llegado al país de origen, saben que antes o
después llegará un hijo o hija, aunque no sepan cuándo será. Se trata de un
período al que muchas familias llaman ‘embarazo’ con el agregado de
‘burocrático’ cuando, como sucede en los últimos años, ese tiempo se demora
mucho más allá de los nueve meses de un embarazo en que a finales de la
década de 1990 y hasta poco después de mediados de la década de 2000 se

8 Me he ocupado de esto en (Marre 2007; Marre 2009).

5
tardaba en adoptar un niño o niña. Se trata de un tiempo que la mayor parte de
las familias dedica a preparar la llegada del hijo o hija en distintos sentidos:
desde la adecuación y redecoración del cuarto asignado o la casa completa,
hasta la búsqueda de guardería o escuela, posibles nombres, información
sobre las características de los niños y niñas de la edad del hijo o hija que
recibirán, así como de las recomendaciones y diferentes teorías y propuestas
para que coma, duerma y se ‘vincule’ mejor; desde si es aconsejable o no
permitirles el co-lecho, es decir que duerman con los padres, o relactarles, a
través de una estimulación hormonal que permita a la madre amamantarle, en
el caso de niños y niñas que llegan durante los primeros meses de vida.

Significativamente, cuando la mayor parte de familias imagina y habla de este


hijo o hija por llegar, lo hace pensando y refiriéndose a un niño o niña pequeño,
a pesar de que en muchos casos disponen de un Certificado de Idoneidad para
un hijo o hija de 0 a 3 años o más y a que, en los últimos años, la mayor parte
de las familias no están recibiendo niños y niñas pequeñas pese a que éste es
el deseo de la mayoría de las familias adoptivas. Así, aunque la etapa de bebé
es la más corta en la vida de un hijo o hija y, por lo tanto, también de la relación
entre madres/padres e hijos es, sin embargo, la que mayor tiempo ocupa
inicialmente en la mente y fantasías de las familias, a imagen y semejanza del
modelo biológico de procreación.

Siguiendo, también, el modelo de maternidad/paternidad biológica, según el


cual la relación materno/paternofilial se inicia por la gestación y el nacimiento,
aunque muchas familias se interesan por saber y conocer del país de origen
donde adoptan, sólo excepcionalmente aprenden la lengua de ese país, más
allá de algunas palabras básicas con las que comunicarse en aquellos
momentos excepcionales en que no contarán con un servicio de traducción.
Nunca o casi nunca las familias se plantean aprender la lengua de sus hijos o
hijas, aún cuando saben que el niño o niña ya hablará cuando se encuentren.
Se trata, en algunos casos, de su propia decisión y, en otros, probablemente la
mayoría, de seguir el consejo de algunos profesionales y técnicos que
consideran que el mayor y más profundo corte con el pasado (clean break)
facilita una mejor y más rápida vinculación o emparentamiento con la familia
adoptiva. Por ello, recomiendan a las familias hablarles sólo en la lengua
familiar, aunque ello signifique dejar completamente incomunicado a un niño o
niña de pocos años en el ámbito de una familia, contexto y país completamente
nuevo y desconocido y sobre el que, probablemente, no ha recibido ningún tipo
de información ni explicación9.

9 Hace unos años esperaba en la consulta pediátrica de un hospital a un profesional que


visitaba niños y niñas adoptados transnacionalmente. En la sala de espera llena de familias con
hijos o hijas recién llegados que esperaban para realizar la primera consulta de evaluación
general, había una madre comentando telefónicamente a alguien el viaje a Rusia a buscar a su
hija y el primer fin de semana que habían pasado con ella. Entretanto, la niña de unos tres o
cuatro años, circulaba por la sala de espera en un triciclo recién estrenado con ciertas
dificultades dado lo estrecho de la sala y la cantidad de gente que había. Cada vez que se
llevaba algo por delante, la madre interrumpía la conversación telefónica para decirle
progresivamente “Amalia, ten cuidado, te harás o harás daño a alguien”, “Amalia, ten
cuidado!!”, “Amalia, cuidado!!!” para terminar con “Amalia, NIET!!!!!”, es decir, “Amalia, NO!!!!”,
en ruso.

6
La espera es uno de los períodos que las familias sienten como más
prolongado y que usan para prepararse mental, emocional y prácticamente
para transformarse en padres y/o madres de alguien desconocido que ha
nacido en un país desconocido, de alguien desconocido que, además, se verá
diferente no sólo a ellos mismos sino también a la mayor parte de la sociedad
de la que formará parte, lo que se torna uno de los mayores desafíos de ese
‘embarazo’ que, ante la ausencia de uno de nueve meses ‘visible’, obliga a las
familias a ‘explicarlo’ para visibilizarlo. Se trata de una tarea para la cual
muchas veces recurren a quienes han pasado antes por la misma situación, es
decir, otras familias adoptivas que son quienes, según señalan, mejor
entienden la situación por haberla vivido previamente.

Cuando durante el año 2008, en el marco de un proyecto de investigación


financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación de España, organizamos
un conjunto de grupos de familias adoptantes de diferentes características y
situaciones, comprobamos que el tipo de grupo para el que mayor cantidad de
personas interesadas había, era el de familias en espera, es decir, aquellas
que se encontraban en fase de ‘embarazo’. Para estas familias el hecho de que
su ‘embarazo’ fuera ‘anormal’, en términos del modelo biológico, no lo tornaba
menos real, al tiempo que las dudas acerca de la salud y las condiciones del
hijo o hija que se presentan en los embarazos biológicos, se incrementan en el
caso de los adoptivos por tratarse de un niño o niña que, se supone, ha pasado
alguna clase de dificultad física, psicológica o de ambos tipos, al que sumarán
su condición de ‘diferente’ y el esfuerzo adicional que ello requiere para todos.

El parto

El parto se produce cuando las familias son notificadas de que un niño o niña
les ha sido asignado. Se trata de un momento cuyas características dependen
del país de origen, pero cuyos términos generales coinciden en que las familias
son informadas del sexo y la edad aproximada del niño o niña, de sus
condiciones de salud, del nombre y, a veces, de algunos detalles de su historia
médica y familiar. Como señalaba una madre adoptiva:

Exactamente (el énfasis es suyo) eso es lo que pasa con una asignación
de un niño: es el parto […] Yo creo que desde que nos asignan tenemos
nuestro hijo.

Es un momento que las familias adoptivas describen como de gran emoción al


mismo tiempo que de mucha ansiedad no exenta de dudas porque en muchos
casos deben decidir, en un tiempo que a veces no excede de un día, si aceptan
o no la asignación, es decir, al o la menor asignada lo que, habitualmente,
sucede. Como señalaba la misma madre adoptiva:

(…) cuando te asignan una niña, antes de firmar lees su informe médico
y consideras que está bien y firmas y si llegas a (…) y te encuentras con
un problema tienes que haber reflexionado sobre la situación antes
[porque] con la presión de la situación no vas a pensar con mucha

7
claridad, por eso hay que planteárselo todo antes de que pase (…) Yo
no concibo la adopción como tener hijos ’con derecho de devolución’.

Una afirmación con la que otra madre se mostraba de acuerdo señalando:

(…) estoy totalmente de acuerdo contigo, una vez firmas la aceptación


es tu hija al menos para mí lo es, lo que le ocurra mientras está
esperándonos le ocurre a tu hija.

y ante lo que otra madre comentaba:

(…) de hecho firmamos nuestra aceptación sin leer el informe médico,


nos daba igual, era nuestra hija y ya se acabó.

En términos similares manifestaba su incredulidad –y desaprobación- ante la


actitud de algunas familias el coordinador de una de las asociaciones de
familias adoptantes en China en la época en que a causa del SARS (Severe
Acute Respiratory Syndrome, Síndrome Respiratorio Agudo Severo), algunas
familias habían decidido retrasar su viaje a China para buscar a sus hijas o,
incluso, habían renunciado a la asignación.

Cómo puede ser que no quieran ir corriendo a rescatar a sus hijas de un


peligro como en el que se encuentran. Yo no dormiría hasta sacarlas de
allí.

Muchas familias adoptantes asimilan la asignación a la imprevisibilidad y el


desconocimiento del hijo o hija por nacer que caracterizaba a la
maternidad/paternidad biológica en un pasado no tan lejano anterior a la
posibilidad de seguimiento del embarazo por ecografía, lo que pareciera
ayudarles a iniciar o a fortalecer la relación materna/paterna no-biológica
(Howell et Marre 2009). Se trata de una imprevisibilidad según la cual se
acepta al hijo o hija que nace, cualesquiera sean sus condiciones, aunque no
se hubiese previsto o se estuviese preparado para ello. Como señalaba una
madre adoptiva:

(…) pares y se produce un problema y el bebé tiene una secuela: ¿lo


dejas en el hospital para que se hagan otros cargo del niño? ¿Maldices a
la suerte pero te lo llevas a casa, para cuidarlo toda tu vida?

En muchos casos, junto con la asignación del o la menor, o inmediatamente


después de que las familias han aceptado la asignación, les llega una
fotografía que reciben con gran emoción y suspense, que inmediatamente
comienzan a circular entre la familia, amigos y conocidos y que utilizan como
salvapantallas de ordenadores y móviles, no sólo para tener siempre a la vista,
sino también para mostrar.

L. Cartwright (2003) señaló que las imágenes de todo tipo están en el centro de
la cultura de la adopción transnacional. La fotografía del hijo o hija por buscar,
esa imagen sin cuerpo en palabras de J. Telfer (1999 y 2000), constituye un

8
objeto con el cual iniciar un vínculo, en la medida en que es “la promesa de un
intercambio con el original” (Anagnost 2000: 406).

Una madre que había ido a buscar a su hija de tres años a Perú comentaba
que cuando la vio por primera vez en la casa en que vivía, no dudó en llamarla
‘hija’ desde el primer instante en el que, también, comenzó a mostrarle fotos de
los abuelos, tíos y primos que la esperaban en Catalunya repitiendo allí con
ella, un proceso similar al que había realizado con su familia extensa al
mostrarles la fotografía que le habían enviado anunciándole su asignación.

La importancia que dan los padres y/o madres a la posibilidad de identificarse


con sus hijos o hijas les permite también, en algunos casos, justificar el rechazo
del niño o niña asignado por su dificultad para identificarse físicamente con él o
ella.

Cada persona tiene fuerza para enfrentarse a unos problemas -


comentaba una madre. Recuerdo un caso de una pareja que adoptó en
Rusia, que en el primer viaje rechazaron a un bebé por su raza. A mí me
pareció terrible, pero realmente ellos necesitaban un parecido físico con
el bebé para identificarse como padres. Fueron consecuentes con sus
fuerzas y el que finalmente adoptaron está muy bien integrado con ellos
y con su hermana mayor (biológica).

La incorporación del niño o niña a la familia se completa desde la perspectiva


jurídica, en el caso de las familias adoptivas tanto como en el de las biológicas,
cuando se formaliza su inscripción registral, lo que le permite obtener el
pasaporte español y/o la documentación necesaria con la que regresar a casa.
También, como en el caso de las familias biológicas, se trata de un hecho
fundamental y fundacional que transforma a unas determinadas personas en
padres y/o madres exclusivas de un determinado hijo o hija y que permite y
habilita la ‘vuelta a casa’ donde (re)comenzar el proceso de vinculación,
attachment, emparentamiento, es decir, de construcción de la relación parental
y familiar.

La maternidad/paternidad biológica: el modelo desde el que legislar y


decidir en adopción transnacional

Como se ha visto en las etapas descritas anteriormente, las familias acuden al


modelo biológico para vivir y hablar del proceso de emparentamiento en la
adopción transnacional. Se trata de un modelo que, si bien en la mayor parte
de los casos proviene de la experiencia individual y social de las familias es,
fundamentalmente, al que acuden para informar, formar, evaluar y realizar los
seguimientos de las familias adoptivas, los profesionales y técnicos habilitados,
todos ellos con formación en Psicología, disciplina que provee de los modelos y
ejemplos evolutivos de normalidad a seguir.

Se trata de discursos y prácticas ‘psicotécnicas’ que han permeado la cultura


del parentesco en la adopción transnacional, no sólo a través de la información
y formación proporcionada a las familias que ellas redistribuyen a través de sus

9
redes, sino también por su capacidad y poder de evaluación –sanción y
‘curación’- de las familias interesadas en adoptar, las que ya han adoptado y
las que tienen dificultades.

Es el ‘antiguo’ –dominante- modelo familiar biológico que se encuentra en la


base del parentesco euro-norteamericano al que se acude para tomar muchas
de las decisiones relacionadas con la adopción en general, también con la
transnacional, especialmente desde la perspectiva psicológica o de los
profesionales con capacidad y competencias autorizadas y reguladas por ley
para participar, incidir y decidir en dichos procesos.

Es el modelo biológico el que proporciona la base y los fundamentos sobre los


cuales se han establecido en España y Catalunya, pero también en otros
países, la mayor parte de los principios y restricciones de la adopción
transnacional.

Así, nunca o sólo muy excepcionalmente se permite a través de la adopción


alterar el orden establecido por nacimiento entre los hijos e hijas de una familia.
Esto continúa siendo así a pesar de que en muchas parejas ‘reconstituidas’ o
‘recompuestas’, se (re)establece o (re)compone un nuevo orden a partir de las
descendencias aportadas por cada uno de los miembros de la nueva pareja,
por no mencionar el hecho de que en no pocos casos, los hijos e hijas de
parejas recompuestas integran más de un orden de descendencia con los hijos
e hijas de las nuevas parejas de sus padres y/o madres.

También, se establece el máximo de años que puede separar a padres y/o


madres de sus hijos o hijas adoptivos, es decir, se fija una edad máxima para la
adopción de niños y niñas pequeños. Esto, a pesar de que en el caso de
España la ley de reproducción asistida no establece nada similar para hombres
o mujeres que recurren a la procreación asistida dejando en manos de los
cuerpos médicos la decisión sobre la edad máxima. Tampoco la establece el
‘antiguo’ modelo familiar biológico que ha ‘permitido’ siempre paternidades muy
tardías a los hombres, desde los textos bíblicos hasta el presente.

La adopción de más de un hijo o hija, de una fratría es, en muchos países


considerada una adopción ‘de riesgo’ y, si bien no está prohibida ni
desaconsejada explícitamente por la legislación española o catalana, sí lo está
por la legislación de algunos países o está explícitamente señalada como una
adopción con ‘necesidades especiales’ por algunas otras. Si bien el ‘antiguo’
modelo familiar biológico no proporciona fratrías compuestas por niños de
distintas edades y los mellizos y gemelos no son habituales en la procreación
no asistida, desde hace treinta y cinco años, el uso de técnicas de reproducción
asistida ha aumentado significativamente la frecuencia de partos múltiples, y no
sólo por error o ‘bajo control de calidad’ -como se ha mencionado en algún
seminario de ginecólogos y obstetras para referirse a los nacimientos
gemelares a través de técnicas de reproducción asistida-, sino también a
solicitud de la gestante que prefiere satisfacer en un único embarazo, parto y
primeros años de crianza, su deseo de descendencia. Se trata de una opción
cuya frecuencia puede comprobarse no sólo siguiendo la llamada ‘prensa rosa’
y las maternidades/paternidades de la gente del ‘famoseo’, una parte

10
significativa de la cual confirmó haber recurrido a la reproducción asistida para
tener dos hijos o hijas al mismo tiempo para construir o aumentar la familia y/o
cumplir con sus deseos de maternidad/paternidad reduciendo tanto como fuese
posible los ‘parones’ profesionales a los que un embarazo, parto y primeros
años de un hijo o hija suponen, especialmente en el caso de las mujeres. Es
una opción que también han tomado algunas personas que han accedido a la
maternidad/paternidad a través de una subrogación o madre portadora.

Se trata de opciones que, a diferencia de lo que suele creerse, no quedan


circunscritas al ámbito de la gente ‘guapa y famosa’ en la medida en que su
difusión, además de vender más ‘prensa rosa’ o minutos de televisión, también
informa de las posibilidades que proporcionan las nuevas técnicas de
reproducción asistida cada vez más accesibles.

Si bien no es el caso de España ni de Catalunya, la legislación de algunos


países no permite la adopción a familias monoparentales y homoparentales
masculinas o femeninas, a pesar de que, también en ambos casos, diversas
estrategias existentes con anterioridad a la reproducción asistida, pero
especialmente a partir de la misma, han permitido a ambos tipos de familia el
acceso a la maternidad/paternidad biológica (Cadoret 2003; Cadoret 2009b).

Asimismo, en los casos en que los profesionales encargados de conceder las


idoneidades para la adopción detectan el posible deseo de reparar la pérdida
de un hijo o hija a través de su ‘sustitución’ por un hijo o hija adoptada, o bien
desestiman la adopción negando la idoneidad, o bien recomiendan su
postergación a la espera de la elaboración del ‘duelo’ por la pérdida sufrida. Un
procedimiento similar al que aconsejan en el caso de familias que desarrollan
simultáneamente procesos de reproducción asistida y de adopción o de
quienes no han dejado pasar un ‘tiempo suficiente’ entre los procesos de
reproducción asistida fracasados y el inicio de un proceso de adopción como
para permitir la realización del duelo por el hijo biológico que no se ha podido
tener, permitiendo así la inclusión, vinculación o emparentamiento del hijo
adoptivo.

Se trata, como decía al inicio de este apartado, de algunos de los principios y


restricciones a la adopción establecidos con base en el modelo biológico de
procreación, modelo que, como vimos, también orienta el proceso de
emparentamiento en la adopción.

Sin embargo, pareciera que, como en el caso de algunas aplicaciones de


técnicas de reproducción asistida, lo que se busca es ‘perfeccionar’ y/o
‘mejorar’ la biología procurando un ideal de procreación –y de familia- ya que,
por poner sólo un ejemplo en relación con la última de las restricciones
mencionadas, se puede buscar y obtener a través del ‘antiguo’ modelo familiar
biológico un nuevo embarazo inmediatamente después de la pérdida de un hijo
o hija, separando a ambos por poco más de nueve meses, más allá de si se ha
elaborado adecuadamente esa pérdida o si se está recurriendo a un nuevo
embarazo para repararla.

11
Se trata, aunque no lo haya señalado explícitamente, de los principios y
restricciones a la adopción, basados en el modelo biológico de procreación y
parentesco euro-norteamericano a partir del cual se ha producido el corpus
legislativo regulador de la adopción, así como la mayor parte de las
recomendaciones sobre sus prácticas en la mayoría, por no decir la totalidad,
de los catorce países que reciben más del 90 por ciento de los y las menores
adoptados transnacionalmente (Selman 2009).

Sin embargo, como sabemos, no todos los países de origen de los y las
menores que se adoptan transnacionalmente comparten el modelo de
parentesco euro-norteamericano ni han organizado, regulado o legislado sus
prácticas sobre la adopción a imagen y semejanza de los países receptores o
de las convenciones internacionales que éstos han propiciado y sancionado
sobre la base de sus propias prácticas culturales. Asimismo, como he señalado
anteriormente, si bien el ‘antiguo’ modelo familiar biológico es –sólo- una de las
formas de reproducción, es el modelo familiar ‘ideal’ en relación con el cual las
familias son consideradas y catalogadas: como ‘nueva familia’, como ‘familia
desestructurada’, ‘en riesgo de exclusión’ o con conductas o prácticas de
riesgo, al punto de que por una u otra razón es realmente difícil hallar, desde
ese modelo ideal, una familia sin más, sin adjetivo calificativo.

Cuando un niño o niña [no] deviene en hijo o hija en la adopción


transnacional en España: ¿los límites del proceso de 'emparentamiento'?

Desde esta perspectiva que da cuenta del seguimiento del modelo biológico
para legislar, normativizar e intentar ‘normalizar’ –o naturalizar- la adopción
transnacional a través de procesos de emparentamiento de niños o niñas
nacidos fuera del ámbito de la familia, tomaré un caso extremo para explorar
los límites de ese proceso de emparentamiento que sigue al modelo biológico.

Se trata del caso de una niña ya asignada y aceptada por su familia que
enfermó inmediatamente antes del encuentro con la familia, es decir, después
de haberse producido lo que las familias llaman parto. Un momento durante el
cual, la familia ya contaba con información sobre ella, incluida una fotografía y
una descripción más o menos detallada a través de las cuales, se dice, habían
iniciado el proceso de emparentamiento o kinning process. Sin embargo, como
se trataba de un momento en que la niña aún no se había convertido en hija
legalmente, pudo ser sustituida por otra, impidiendo para el caso de la primera,
el cierre del circuito de circulación de elementos materiales y simbólicos que se
inicia con la solicitud de la adopción y que termina con el viaje de ese niño o
niña a su nuevo hogar.

Se trata de casos que habitualmente no trascienden. S. Howell (2006) ha dado


cuenta del caso de una familia noruega que había adoptado
transnacionalmente y que fue notificada de la muerte del o la menor cuando se
disponían a ir a buscarla al país de origen, es decir, que ya les había sido
asignado/a, lo conocían a través de fotografías, tenían información sobre él o
ella y habían aceptado la asignación, con lo que habían iniciado el proceso de
emparentamiento. La celebración de un ritual funerario del que participaron

12
familiares y amigos de la familia, de la misma forma en que lo hubieran hecho
si el niño o la niña hubiese muerto después de regresar a casa constituyó,
desde la perspectiva de S. Howell, una confirmación de que las primeras
etapas del proceso de emparentamiento se habían desarrollado.

También en España y Catalunya son casos que habitualmente no trascienden,


por lo que parecen muy excepcionales aunque no lo son tanto.

Alrededor del año 2000 una familia a la que le había sido asignada una niña de
una provincia de China, fue informada al llegar a buscarla de que se había
derramado sobre su cabeza y cara un termo de agua caliente, lo que había
obligado a su ingreso en un hospital. Tres días después, una de las diez
familias que constituían el grupo que viajaba a dicha provincia daba cuenta de
lo sucedido en varias listas de distribución de familias adoptivas solicitando la
constitución de un grupo de apoyo para la familia ante la ECAI que les había
tramitado la adopción en los siguientes términos:

Viajamos 10 familias aquí a […] a por nuestras niñas,... nada más llegar
nos informan que la niña de unos compañeros se ha quemado con agua
caliente de un termo y está ingresada en el Hospital. Sus padres piden ir
a verla y el mismo domingo cuando llegamos los llevan a verla al
Hospital. La niña tiene quemaduras de segundo grado en la cabeza y
cara,... sus padres después de mucho meditarlo deciden quedarse con
ella a pesar de que [la ECAI] les ha dado la posibilidad de darles otra
niña. El lunes ya no les permiten visitarla y les dicen que no pueden
quedarse con esa niña,.. Destrozados aceptan que les asignen y
entreguen a otra niña y después venir a por ésta tramitándolo por
pasaje verde o como sea necesario. El caso es que desde el lunes
(ahora es miércoles 22,30 horas),.. no les han asignado todavía ninguna
niña,.. primero les han dicho que del mismo orfanato no puede ser
porque no hay niñas ahora,.. luego que se la darían de aquí de la
capital,.. luego que de otra provincia,.. luego que si le están buscando
una niña que se adapte perfectamente a ellos,.. bla, bla, bla,.. El caso es
que hasta el momento no les han dado ninguna solución, dándoles poca
información y atención,.. y esta familia está ya destrozada y perdiendo
las esperanzas,.. con el agravante psicológico de compartir todos los
momentos con nosotros y nuestras niñas. Las familias que compartimos
estos momentos difíciles con ellos hemos llamado a [la ECAI] exigiendo
una solución y hemos redactado una carta que hemos firmado todas las
familias y la hemos enviado por fax. Os pedimos vuestra colaboración,...
Os pegamos aquí la carta que hemos enviado por fax y os ROGAMOS
que todos la enviéis por fax a [la ECAI] firmada para hacer presión entre
todos. Ésta es la carta que hemos enviado,... Por favor enviadla,...
cuantos más fax reciban más presión haremos!!

Muy señores nuestros:


Los abajo firmantes queremos manifestar nuestro total desacuerdo e
indignación por el mal trato, abandono y falta de coordinación e
información del tema que nos ocupa, la familia […].
Ante lo cual EXIGIMOS:

13
1.- Más atención e información a la familia.
2.- Solución inmediata a dicho problema, ya que ellos son ajenos al
mismo.
Sin más en espera de sus gratas noticias,...
Nombre y apellidos y DNI
Si alguien puede colgar este mensaje en las listas generales
seríamos más a presionar,..
Desde […] GRACIAS anticipadas a todos,.. y de parte de la
familia […] un saludo para todos.
Espero escribiros muy pronto de nuevo con gratas noticias.
Besos a todos

Este envío a las listas de distribución recibió inmediata, numerosa y diversa -en
todo sentido- respuesta. Un padre de dos niñas adoptadas en China y con
muchos años de ‘listero’ como él mismo se autodenominó recomendó:

El hecho de enviar “todos a una” FAX y llamadas a [la ECAI]” “exigiendo”


la pronta solución del problema acontecido no va a facilitar las cosas,
sino todo lo contrario. En primer lugar, se colapsarán tanto el FAX como
las líneas telefónicas de la ECAI que así, quedarán en una situación
nada favorable para contactar con las personas pertinentes en China
para la resolución del problema. Insisto en que llamar MÁS no va a dar
más rápida solución. En estos momentos, [la ECAI] estará actuando con
todos sus recursos para solucionar dicha situación que, además, no es
por desgracia una situación “excepcional” dentro de las miles de
adopciones realizadas ya desde España por [ésta y otras] ECAIs y por
“libre”.

La sugerencia fue bien recibida y apoyada explícitamente por una parte de


quienes participaban de esa lista de distribución, al tiempo que generó
comentarios en distintos sentidos, muchos de los cuales hacían referencia a lo
frecuentes que eran este tipo de situaciones.

Hace tres meses que vinimos con nuestras peques en nuestro grupo, y
nos pasó algo parecido con una pareja. Nosotros también vamos por [la
misma ECAI], y se resolvió de la siguiente manera. A una pareja de
nuestro grupo le habían asignado una niña, y cuando ya estábamos la
segunda semana en Beijing, y tras la visita de la pediatra de [la ECAI] y
unas pruebas en el Hospital, tuvieron que dejar a la niña asignada por un
problema que ahora no voy a detallar, pero que les llevó a tomar tan
difícil decisión. Nosotros estuvimos en todo momento apoyándoles. Y al
final, se tuvieron que quedar 10 días más porque les asignaron a otra
niña de la misma provincia. […]. Es cierto que la pareja lo pasó muy mal
por tener que dejar a la otra niña, sin saber qué futuro le deparaba, pero
es una decisión personal y hay que respetar, les costó mucho
sufrimiento, pues ya habían estado con la niña más de una semana,
pero los problemas eran graves.

Una amiga listera hace casi 5 años le pasó algo parecido, bueno de
verdad peor, porque lo que había pasado es que su hija se había

14
muerto. Ella iba por libre y entonces la persona encargada de los
expedientes de adopción del Consulado en Beijing fue la persona que le
avisó y se implicó completamente en el asunto y lograron que el CCAA
[el Centro Chino de Adopciones] asignara otra niña de la misma
provincia... así ella podía aprovechar el viaje y todos los arreglos, pero
de otro orfanato.

Me siento muy afectado porque vienen a mi cabeza recuerdos de


cuando fuimos a buscar a nuestra hija en el 20… y una vez que
estábamos en el aeropuerto de Pekín en espera del enlace con [la
provincia donde se encontrarían con su hija], llamaron a una de las
parejas de nuestro grupo para decirles que no les podían entregar a su
hija porque el día anterior la vacunaron de no sé qué y al pincharla le
debieron tocar algún nervio y se quedó paralizada de cintura para abajo.
El golpe fue terrible, imaginaros todos felices y contentos de estar a unas
dos horas de abrazar a nuestras pequeñas y cuando más cerca
estábamos y después de mucho tiempo de espera todo se esfuma de
repente. Evidentemente se vinieron abajo y por más que tratamos de
consolarlos no hay consuelo posible para una situación de ese tipo. El
viaje a [la provincia] parecía un funeral, todos íbamos muy preocupados
pensando que nos podría haber pasado a cualquiera de nosotros y con
la incertidumbre de qué nos encontraríamos al llegar allí. Pensar lo duro
que debe ser para una familia el momento en que entregan a las niñas a
tus compañeros y tú viendo todo desde detrás de la barrera, sufriendo lo
indecible. En nuestro caso a esta pareja les dijeron que no podían
llevarse a la pequeña por que habían tramitado el expediente para
adoptar a un niño sano y no a un niño con problemas, lo cual no sé si es
cierto o fue una excusa. El caso es que gracias a nuestra guía (…) que
fue un ángel caído del cielo a los cuatro días le habían asignado una
niña de otro orfanato de [la misma provincia].

Yo también viví en mi grupo "un cambio" de niña. Por eso se del dolor
que causa pero algo que querían esos padres era, además de adoptar a
la nueva niña que les ofrecían, también adoptar a la que consideraban
enferma y nuestra ECAI les comentó que era imposible, el grupo
mandamos una carta al CCAA solicitándolo y nos dijeron que no podía
ser (...) ¿¡Por qué no puede ser ? Porqué ese interés en que se quede
allí la niña enferma.

Los testimonios que dan cuenta de lo habitual de este tipo de situaciones de las
que, por otra parte, no contamos con datos cuantitativos, y de su resolución a
través del reemplazo de la niña o niño con problemas, si bien podrían continuar
mucho más allá de lo que permite el espacio de este capítulo, no serían por ello
más elocuentes ni representativos.

En el caso que nos ocupa, a pesar de la solicitud del padre ‘listero’ de esperar
sin atascar el fax y el teléfono de la ECAI, muchas familias respondieron a la
llamada de la familia afectada, lo que dio lugar a la siguiente inmediata
respuesta de la ECAI a las familias que estaban en China, con copia a las listas
de distribución a las que habían solicitado ayuda:

15
Estimados padres:
Con sorpresa, hemos recibido en nuestras oficinas hace escasos
minutos un fax, firmado por las familias adoptantes que os encontráis
actualmente en [la provincia china donde fueron a buscar a sus hijas] y
en el que afirmáis vuestro total desacuerdo e indignación por el mal
trato, abandono y falta de información a la familia [los apellidos de la
familia].
Desconocemos los motivos que os han llevado a redactar y enviar
las citadas cartas, puesto que desde que esta familia llegó a China se le
ha acompañado e informado continuamente tanto por el personal de [la
ECAI] en China como en [la ciudad de España donde está la sede de la
ECAI] sobre la situación en que se encuentra y los trámites a seguir en
cada momento.
Aunque el tratamiento de esta situación es confidencial e íntimo con la
familia […], como quiera que os habéis interesado personalmente por el
proceso, procedemos a detallaros cómo se han desarrollado los hechos
hasta el momento.
El domingo [fecha], cuando la familia […] llega a Pekín, es informada por
el personal de [la ECAI] que los recoge para acompañarles a […] con el
resto de su grupo, que la niña [nombre de la niña] asignada por el Centro
Chino de Adopción ha sufrido un accidente con un termo de agua
hirviendo y padece graves quemaduras. Asimismo se les indica que tan
pronto como lleguen a […] se les acompañará al hospital donde se
encuentra ingresada la pequeña a fin de poder clarificar la situación y
conocer la gravedad de las quemaduras sufridas.
El domingo por la tarde, la familia […] es acompañada por la guía de
ACI a visitar a [nombre de la niña]. La funcionaria del Registro Civil de la
provincia, que se encuentra en el hospital, les informa de la posibilidad
existente de replantearse la adopción de la niña.
El lunes día [fecha], la familia […], tras consultar con especialistas
médicos tanto en España como en Pekín decide no proceder a
formalizar la adopción. Esa misma noche se comunica desde […] la
renuncia de la familia al Centro Chino de Adopción.
El martes día […], [la ECAI] envía otra carta al CCAA solicitando se
proceda a nueva asignación con la mayor celeridad posible.
Inmediatamente se contacta con el representante de [la ECAI] en Pekín
que se está encargando de los trámites necesarios para la nueva
asignación y nos comunican que el departamento de asignaciones está
realizando las gestiones necesarias con las autoridades locales de […]
para buscar una nueva asignación a la familia.
A lo largo del [mismo] día [martes], Dña. [nombre de la madre] fue
atendida dos veces telefónicamente por […], Coordinadora de [la ECAI]
en las oficinas de […]. En estas conversaciones:
La Sra. […] muestra su preocupación ante el acierto o no de la
renuncia puesto que se siente presionada por las autoridades
locales para adoptar a la menor.
Desde [la ECAI] se le transmite nuestro apoyo a la decisión que ellos
han tomado explicándoles que según la información transmitida por
nuestro representante en estos momentos al CCAA le está costando

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encontrar en […] un niño que se adecúe a las características de su
solicitud puesto que los niños disponibles son o mayores o con
problemas.
Tras un intercambio de opiniones, la familia […] decide esperar un
máximo de dos días para dejar al CCAA el tiempo necesario de
encontrar otro niño de esa provincia. Si transcurrido este período no
fuera posible, [la ECAI] se encargaría de que recibieran una
asignación de otra provincia cercana.
[La ECAI] queda en hablar, a través de su representante o guía, con la
Sra. […] para informarle a lo largo del día siguiente, miércoles […] de las
posibilidades que se presentasen.
Hoy día […], desde […] se ha hablado telefónicamente con la familia y
nuestro representante dos veces notificándoles que mañana tendrán
una asignación de otra provincia.
Como podéis comprobar la familia ha sido continuamente informada y
atendida tanto por el personal de [la ECAI] de China como por el de […],
por lo que no podemos entender de dónde viene el error o confusión que
ha motivado el envío de vuestro fax. Quiero aprovechar el envío de esta
respuesta, para haceros partícipes de la decepción que cada vez más
me produce la reacción de muchas personas que aprovechan los
problemas ajenos para crear sensacionalismo en las listas de adopción.
En estos momentos estamos recibiendo llamadas y fax de gente,
EXIGIENDO, solución a un problema que se ha solucionado como
venimos haciendo en [la ECAI] desde hace ya diez años, o
AFIRMANDO que son especialistas de la unidad de quemados y que
desean ayudar a la niña de […]. ¿Os habéis parado a pensar en cómo
se debe sentir ahora esta familia que ha tenido que tomar la dura
decisión de renunciar a esta niña? ¿Os habéis por un instante colocado
en su situación? Creo que antes de obrar injustamente deberíais
informaros mejor.
[…]
Directora de [la ECAI].

La carta distribuida por la ECAI provocó todo tipo de reacciones inmediatas, a


favor y en contra, de comparación con lo sucedido con otras ECAIs en
situaciones similares, sobre el Centro Chino de Adopciones, la administración y
el gobierno chino, sobre el papel de los guías y traductores de las ECAIs, sobre
lo inconveniente de que la ECAI enviara una carta a las familias con copia a las
listas de distribución con los apellidos de la familia afectada y el nombre de la
niña hospitalizada, de aceptación o rechazo de la ‘reprimenda’ realizada por la
ECAI a las familias que se habían apresurado a enviar sus cartas por fax el
miércoles de un proceso que se había iniciado en China el domingo anterior, es
decir, poco más de tres días antes, ‘exigiendo’ la pronta resolución del
problema.

Mientras algunas personas opinaban sobre la carta de la ECAI, otras


comentaban casos similares en los grupos de los que habían formado parte y
otras se solidarizaban de distintas maneras con la familia afectada o con la
ECAI, llegaba a las listas una nueva comunicación de la familia que había
solicitado apoyo desde China para la familia afectada:

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Hola familia,
Lo primero antes de cualquier otra cosa es deciros que la familia […] ha
viajado hoy a [otra provincia] a recoger a su pequeña recién asignada de
23 meses. Felices han emprendido al fin el camino hacia el final y nos
han dejado a las familias que nos quedamos aquí una preciosa carta que
nunca borraré de mi mente. Esperamos poder reencontrarnos felices con
su niña en Pekín sobre el martes de la semana que viene,.. ojalá sea así
y al fin termine este largo camino que han tenido que recorrer.
He leído varios mensajes con opiniones muy diversas,.. Nuestro fin en
ningún momento fue ser protagonistas,.. tan sólo ayudar a una familia
que gracias a que todos nos hemos movido ayer noche (hora de aquí),..
esta mañana recibía la asignación de una niña,... pocas horas después
de pedir vuestra ayuda enviando fax.
No voy a entrar en polémicas,.. entre otras cosas porque pienso que no
es el momento,.. el fin se ha conseguido y con eso ahora mismo nos
basta.
Ahora todas las familias que aquí nos encontramos sólo queremos
disfrutar de nuestras niñas y de estos días inolvidables y juntarnos con
esta familia y su niña,.. el camino se ha truncado por un momento pero
ya se ha resuelto,.. vamos a disfrutarlo ahora. […]
Es casi la 1:30 de la madrugada así que voy a acostarme que mi
pequeña [nombre español asignado a la hija] mañana tiene que verme
fresca y con ganas de jugar. El sábado nos vamos ya para Pekín,.. tan
pronto me sea posible os contaré lo mucho que están cambiando las
niñas, lo bien que están y más cosas de este país que vio nacer a
nuestras hijas.
Un beso con cariño a todos

Así, el jueves por la mañana y con la asignación de una nueva niña en


reemplazo de la que se había accidentado se resolvía un proceso que se había
iniciado el domingo anterior y que había dado lugar a una singular movilización
transnacional, en China y España.

Consideraciones finales

Si bien éste y otros casos similares sobre los que es imposible extenderse en el
contexto de un capítulo, permitirían –y requerirían de- análisis diversos, el
objetivo de este capítulo era hallar, a través de una situación extrema aunque
por la información etnográfica de que disponemos nada excepcional, los límites
del proceso de emparentamiento (kinning process) que, a imagen y semejanza
del ‘antiguo’ modelo familiar biológico, parece orientar los procesos de
transformación de un ‘desconocido’ en hijo o hija en las adopciones
transnacionales, tanto desde la perspectiva de las familias como desde la de
los profesionales y técnicos, las administraciones públicas y la legislación.

Las reacciones a la comunicación sobre la resolución del problema de la familia


que estaba en China, como todas las demás relacionadas con el tema, no se
hicieron esperar. La mayor parte expresó su satisfacción por el final de un

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proceso angustioso para la familia, el grupo del que formaba parte y las familias
que seguían el tema desde España. Sin embargo, también surgieron voces u
opiniones nuevas ‘cuestionando’ la rapidez de la resolución pero, sobre todo, la
rapidez con que las familias en general, incluida la afectada, habían aceptado
esa solución.

Así, mientras hubo quienes señalaron que las distintas versiones no permitían
saber quién había decidido la sustitución, si las autoridades chinas sin
consultar a la familia o a solicitud de la misma, hubo quien se quejó de la
política del Centro Chino de Adopciones, pero también quien agradeció que
hubiera una instancia como esa, por encima de las familias, que decidiera por
ellas en circunstancias como éstas.

También hubo quienes se preguntaron qué hubiera pasado si el accidente


hubiera ocurrido dos días después cuando la niña ya había sido entregada a la
familia o en España y no cuando aún estaba en manos de su cuidadora, es
decir, bajo custodia de las autoridades chinas. Muchas personas aprobaron la
decisión en razón de que la totalidad de las familias que adoptaban por la vía
ordinaria habían solicitado y eran idóneas para adoptar un niño o niña sanos,
ya que, de no ser así, hubieran escogido adoptar por Pasaje Verde, por lo que
sólo estaban en condiciones de aceptar y asumir un hijo o hija sanos.

Hubo quien se compadeció de la cuidadora sobre quien recaería el peso del


gobierno chino y, también, quien se preguntó si las peores quemaduras en la
cabeza y la cara, en tanto que ‘sólo’ un problema estético, eran una razón
suficiente para sustituir una niña que ya había sido asignada y aceptada y con
la que se había empezado un proceso de emparentamiento a través de la
espera y de la fotografía. Hubo quien señaló que no se hubiera permitido dejar
a ‘su’ hija, puesto que así la consideraba desde el momento mismo de la
asignación, de la misma manera que no se abandonaba un hijo que nace con
problemas a pesar de que la mayor parte de las familias no están preparadas
para ello.

Hubo, también aunque menos proporcionalmente, quien se compadeció de la


niña:

Pensar que una niñita tenía su futuro solucionado y que el destino le ha


jugado una mala pasada, una niñita que fue querida en la distancia con
una fuerza impresionante, como queremos todos a nuestras hijas en
cuanto nos enseñan su imagen. Y pensar que a tan sólo unas horas de
sentir el cariño incondicional de unos padres, su destino ha girado con la
peor de sus suertes y de nuevo esta niña encauza su vida hacia la
soledad interior, que supongo deben sentir los niños sin cariño de padres
(las cursivas son mías)

Y hubo quien dijo que:

(…) lo que sí es cierto, es que en la adopción hay que crear un vínculo,


por nuestra parte también y que cuando no se tiene ese hijo, ese vínculo
no existe. No veo igual abandonar a tu hijo cuando es tu hijo, que no

19
proceder a una adopción. Es cierto que yo amaba a mis hijas nada más
ver su foto, también lo hice mucho antes, pero, lo siento, en mi amor
siempre había un hijo sano. Soy mala madre?

En 2009, en una ponencia realizada en un encuentro en Rio de Janeiro, Anne


Cadoret (2009a) llamó la atención sobre la existencia de dos modos de
incorporación de un o una menor ‘desconocida’ o ‘extraña’ a una familia como
hijo o hija, emergentes de los trabajos sobre adopción transnacional desde la
perspectiva antropológica.

Uno de ellos, el descrito por S. Howell, centra ese proceso de incorporación en


el desarrollo de un proyecto parental de la familia adoptiva. Se trata de un
proyecto que, al seguir el modelo biológico a través de una gestación,
embarazo y parto simbólicos, ‘normaliza’ y ‘biologiza’ la experiencia adoptiva,
creando lazos entre padres e hijos análogos a los lazos de sangre (Howell,
2006).

El otro es el descrito por J. Leinaweaver en sus trabajos sobre circulación de


niños y niñas en Perú, larga y tradicionalmente practicada al interior de la
familia o entre vecinos antes de devenir en adopción transnacional.
Leinaweaver halló que es el desarrollo de nuevos ‘hábitos’ o conductas por
parte del niño o niña lo que le incorpora a la familia, a través de un proceso que
se desarrolla y ‘naturaliza’ a lo largo del tiempo y que va más allá del
comportamiento, para internalizarse e incorporarse en el hijo o hija, pero no a
través de la substanciación sino de la familiarización, de la habituación o la
adquisición de las costumbres de la nueva familia (Leinaweaver 2007: 169). Se
trata de un proceso de emparentamiento que no depende de hechos como el
embarazo y el parto, sino que se desarrolla a través de la relación, las
costumbres y los hábitos en común, compartidos, que no depende sólo del
proyecto parental y que nunca se completa totalmente.

Un modo de emparentamiento que una madre reconoció como imprescindible


para justificar la aceptación de una nueva asignación por parte de la familia que
estaba en China:

La adopción es una forma de ser padres, igual que ser padres de forma
biológica, pero no os olvidéis de que "es otra forma de ser padres", para
mí la forma más bonita, porque yo no cambiaría a mi hija por todos los
embarazos del mundo, pero no comparemos. Es bonito pensar en un
hilo rojo, mariquitas que vienen desde china, [...] pero por favor....
seamos realistas.... un hijo se crea con el vínculo, con las caricias, con el
contacto, con los cuidados... en el momento que una mujer se queda
embarazada, ya tiene ese contacto, ya se acaricia la barriga, ya lo
siente, pero en la adopción, todos esos meses anteriores a que conoces
a tu hijo es meramente un trámite burocrático, aunque nosotros lo
decoremos con hilos y mariquitas para que todo sea más bonito. Cuando
te envían la foto de tu hija, está clarísimo que ya la quieres y que la
sientes tuya, pero la realidad es que todavía no lo es, nos guste o no
[…].

20
Si bien ante un caso extremo, esta madre adoptiva apelaba sin pensarlo y,
probablemente, sin saberlo, al conocido dicho español ‘el roce hace el cariño’,
para señalar que las relaciones afectivas, las de parentesco incluidas, se
construyen a través de la convivencia, es decir, del hábito, las costumbres y la
vida en común.

Referencias

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of Transnational Adoption." Positions-East Asia Cultures Critique 8.2: 389-421.
Cadoret, A. 2003. Padres Como Los demás. Homosexualidad y Parentesco.
Barcelona: Gedisa.
Cadoret, Anne. 2009a. “At the crossroads of the biological and the social: parenthood
in flux”. Congreso International A circulação de crianças: revisitando o “interesse
prioritário” da crianza/La circulación de niños: el ‘mejor interés’ revisitado/The
circulation of children: a reexamination of a child’s best interest. Rio de Janeiro,
Junio. Manuscrito.
Cadoret, Anne. 2009b. "Parentesco y Figuras Maternales. El Recurso a Una Gestante
Subrogada Por Una Pareja Gay." Revista de Antropología Social 18: 67-83.
Cartwright, L. 2003. "Photographs of "Waiting Children" in the Transnational Adoption
Market." Social Text, 74, 21.1: 83-109.
Freud, Sigmund. 2003 [1920]. La Psicología De Las Masas. Madrid: Alianza.
Howell, S. 2004. "¿Quién soy, entonces? Perspectivas de los adoptados
transnacionales sobre identidad y etnia." La adopción y el acogimiento. Presente y
perspectivas. Eds. D. Marre and J. Bestard, eds.. Barcelona: Universidad de
Barcelona. 197-222
Howell, S. 2006. Kinning of foreigners: Transnational adoption in a global
perspective. New York: Berghahn Books.
Howell, S. 2009. "Adoption of the Unrelated Child: Some Challenges to the
Anthropological Study of Kinship." Annual Review of Anthropology 38: 149-66.
Howell, S., y D. Marre. 2006. "To Kin a Transnationally Adopted Child in Norway and
Spain: The Achievements of Resemblances and Belonging." Ethnos 71.3: 293-316.
Howell, S. et Marre, D. 2009. ‘Discours sur la destinée et adoption internationale’ en
Défis contemporains de la parenté. Dir. Enric Porqueres i Gené Paris: Éditions de
l’EHESS, 197-223.
Inhorn, M. C., and Daphna Birenbaum-Carmeli. 2008. "Assisted Reproductive
Technologies and Cultural Change." Annual Review Anthropology 37: 177-96.

21
Leinaweaver, J. 2007. "On Moving Children: The Social Implications of Andean Child
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