Está en la página 1de 3

Mirar seriamente las cosas que no hago porque creo que

nos las puedo o debo hacer.

Prestar atención a las cosas importantes, no sólo a las


urgentes.

No perder la vida, mal llamada “el tiempo”, mientras


sigo aplazando la decisión de descubrirme. (Que mi vida
no sea un continuo abandono de mis buenos propósitos)

Pararlo todo y averiguar: ¿qué quiero hacer en la vida


con mi vida?

Dejar de ser solamente un teórico y ponerme a hacer lo


que sé que tengo que hacer, que a su vez es también lo
que quiero hacer.

Buscar lo óptimo.

Vivir.

Organizarme.

“Aquello que no hiciste será de lo que más te


arrepentirás”, ¿lo tengo en cuenta?

Dejar de huir del mundo y de mi vida.

Ser como verdaderamente soy.

Hacer algo o mucho por alguien o por muchos.


Diseñar un Plan de Vida y hacerlo realidad.

Meditar.

Reflexionar.

Anotar mis pensamientos, intuiciones, intenciones,


ilusiones, deseos, logros…

Revisar si he hecho el duelo por todos los seres queridos


que han fallecido.

Dedicar mucha atención a los seres queridos que aún


están vivos. (Que no tenga que arrepentirme después)

Decir que les quiero a las personas que quiero. (Ya


tendré tiempo de no decir cuando no estén)

Existir en cada uno de los próximos segundos. (Los tengo


contados y no me puedo permitir perder alguno)

Ser consciente de que cada instante está vivo, y es


único, irrepetible e irrecuperable.

Grabar esta frase en mi conciencia y no olvidarla ni un


solo instante: PROMETO NO ABANDONARME NUNCA
MÁS.

Convertir mis sueños en realidad.


Encontrar el poder que habita dentro de mí.

Llevarme bien con mi humildad.

Concederme los caprichos que me merezca.

Cuando me apetezca hacer nada, ser consciente de que


es nada, precisamente, lo que quiero hacer.

Ser más resolutivo en mis asuntos personales.

También podría gustarte