Está en la página 1de 10

Moreno, J. D. (2006) 13 consejos para fracasar en pareja.

Consejo 5 (págs. 103 a 119)

CONSEJO 5
PASE LA FACTURA
El pase de facturas es un mecanismo que surge natural y espontáneamente en
toda relación de pareja y produce cierta incomodidad, que confiamos pueda
amplificarse hasta el grado del hartazgo. Como siempre, resaltamos la necesidad
de trabajar en forma sistemática y con ahínco en la intención de arruinar la pareja.
Usted debe recordar que una golondrina no hace verano, y aún menos el verano
más que tropical al que deseamos llegar, con noches mal dormidas y días
amodorrados por el calor y el embotamiento. Reafirme el objetivo: que el ambiente
compartido con su pareja se haga denso, irrespirable y pegajoso, para que el deseo
de huir aumente.
Decíamos que el pase de facturas es habitual en toda pareja. Quién no, mientras
miraba la última gota de vino cayendo en el vaso del/la compañero/a, ha dicho:
nunca te das cuenta de que mi vaso también está vacío. Quién no, de mañana,
mientras unta el pan con mermelada, ha paladeado la frase: “anoche quise
despertarte pero te enojaste, ¿por qué te molesta que te despierte para jugar un
rato?” Quién no ha dicho en una reunión de amigos “todos los meses le agrega un
raspón al auto, no sé cuándo aprenderá a estacionar”. Quién no ha comentado,
justo cuando él está empezando a masticar esa exquisita fritura: “yo trato de
cuidarlo, hago todo hervido, pero a él le encanta comer porquerías; ya le dije,
cuando te dé el ataque y quedes todo estropeado te llevo a una clínica, ya te cuidé
bastante”.

DIFERENCIAS ENTRE EL PASE DE FACTURAS Y EL RECLAMO O EL


REPROCHE
El pase de facturas es algo que naturalmente usamos para hacer nuestra vida
en pareja un poco más difícil, pero requiere, para su uso insidioso, de cierta
práctica. En primer lugar no debe confundirse con el reclamo y el reproche
(consejo 3). Son dos cosas absolutamente diversas. Ambas se refieren al pasado,
pero el pase de facturas exige un cobro, en tanto que los otros son una suerte de
pagaré que siempre se tiene a mano para hacerle sentir a la pareja una deuda
impaga. El dueño del reclamo-reproche (y también la recriminación) se reafirma
una y otra vez en la deuda, pero la intención es no cobrarla nunca, para
mantenerla como fuente de malestar y enrostrarla una y otra vez a la pareja. Ella
había pedido y reclamado flores por años y por más años había reprochado y
recriminado el no haberlas recibido, hasta que una vez él llegó con un magnífico
ramo de rosas. “¿Ahora?”, dijo ella, “después de todos estos años. No, no las
quiero”. El pase de facturas, en cambio, exige un cobro. “Ayer te fui a buscar al
trabajo, yo de vez en cuando te doy una sorpresa”, “puse las camisas en remojo,
siempre que puedo te doy una mano con las cosas de la casa”, rematando con una
sonrisa que expresa un te gané, match point, uno a cero, jaque mate y una
sensación de superioridad. El otro debe sentirse en deuda mientras usted, con

[1]
Moreno, J. D. (2006) 13 consejos para fracasar en pareja.
Consejo 5 (págs. 103 a 119)

mueca de satisfacción, espera el pago, ya sea en disculpas, obsequios, sacrificios o


bien pesadumbre y culpa. “Lo siento, nunca me doy cuenta, soy pésimo para las
fechas”, “pero te lo recordé esta mañana, es nuestro aniversario”, y él, con un
vacío en el estómago, sale inmediatamente a comprar flores o bombones o
cualquier otro chocolate.
Antes de que usted comience a usar deliberadamente el pase de facturas es
conveniente que atesore hechos en los cuales se ha sentido molesto, incómoda y
aun maltratada/o por su pareja. Por ejemplo, ¿recuerda cuando permitió que la
madre de él (o de ella) se sentara entre ambos y le arruinara la reunión que había
preparado (usted) para festejar el primer aniversario juntos? La idea es que
guarde ese recuerdo para, tiempo después, en el momento más inoportuno (como
veremos luego) lo recicle en un pase de factura.
Haga memoria: ella, a veces por frío, comodidad o vaya a saber porqué otra
cosa, no se quita el camisón para hacer el amor. Se lo enrolla. Y es sumamente
molesto eso de tener un bulto de tela que le atasca la mano o le aprieta el cuello (a
ella). Y usted no sabe qué hacer, porque si se decide a levantarlo del todo le tapará
la cara y le dirán que su interés está solo ahí debajo, y si no lo levanta se
descubrirá masticando tela (¡qué chancho!). ¿Recuerda una situación así?, bien,
¿no dijo nada?, calló e hizo las cosas como pudo, ya sea babeando un poco la tela
o hurgueteando con la punta de los dedos. ¿Así ocurrió? Bien, guarde ese recuerdo
y en el momento menos adecuado pase la factura: “eso de enrollarte el camisón
arriba de las tetas es de vieja jubilada sexualmente, de ésas que lo hacen para
cumplir con el marido”.
Como se puede ver, la diferencia con el reclamo —reproche— recriminación es
notable. Usted ha dicho una y mil veces que por motivos de higiene y respeto al
otro es mejor levantar la tabla del inodoro para orinar. Pero esa higiénica conducta
no ocurre. Ya sea por la edad de su marido (amante, compañero o el tipo que
conoció anoche), ya sea por un súbito temblor o pérdida de la fuerza de los
músculos de la vejiga y algunos otros, usted siempre termina limpiando la tabla
con un poco de papel higiénico (o con sus propias nalgas si es un tanto distraída).
¿Ocurre así? No diga nada, conténgase, y en una fiesta entre amigos, en tono de
cháchara, comente: “con el paso de los años ya no acierta ni al inodoro”. En caso
de que no sea su marido sino un amante, de los pasionales y musculosos por todos
lados, en un relax posterior a un encuentro tibio o bien frustrante, de los que a
cualquiera pudiese ocurrirle, usted puede decir: “habrás perdido la fuerza meando
toda la tabla del inodoro”.

DISTINTOS TIPOS DE PASE DE FACTURA


Hechas ya las distinciones propondremos algunas modalidades del pase de
factura, herramienta más que útil en la corrosión de la bisagra que lo une a su
pareja. Por motivos de extensión del libro daremos las formas que, según nuestra
investigación, son las más comunes. Como siempre, dejamos librada a su
creatividad cualquier otra manera que crea conveniente y necesaria en su intención
de quedarse solo/a.

Pase de factura simple. Referido al pase de factura común y silvestre, usado

[2]
Moreno, J. D. (2006) 13 consejos para fracasar en pareja.
Consejo 5 (págs. 103 a 119)

diariamente y casi sin conciencia. “Anoche te dormiste enseguida”, “¿y qué?”, “ni
siquiera esperaste que llegara a la cama, siempre te encuentro dormido”. “La
cuenta del teléfono es cada vez más alta, ¿por qué no hablar en horario de tarifa
reducida?”. “No hay más cerveza”, “es que ya no alcanzo a comprar la cantidad de
cerveza que estás tomando, será por eso que estás toda la noche yendo y viniendo
al baño, por eso nunca te quedan fuerzas para nada”. “Podríamos cambiar el
horario de la cena, para que puedas ver más tranquila la telenovela”, dicho
durante los cortos. “Pensar que me casé con un hombre delgado”, con una sonrisa
irónica, mientras le sirve el cuarto plato de pastas. “Si te acompaño al
supermercado es para hacerte un favor”, después de quejarse porque los zapatos
necesitan pomada. “No te dije nada, pero hace más de diez días que hay fútbol
todas las noches, ya estoy aburrida de vivir con una pelota”.

Pase de factura doble mano. O de ida y vuelta, es decir, de uno al otro y


viceversa. Es cuando un pase de factura genera en la pareja una respuesta en
espejo. No depende tanto de las características del pase de factura en sí, sino del
temperamento de su pareja. Si usted está con alguien que devuelve todo cuanto
recibe con el mismo tono y fuerza, entonces su pase de factura generará una
respuesta igual, que usted puede responder con otra. Y así una y otra vez, hasta
que la cadena ascienda a distintas fases de enfrentamiento. “Ayer estuviste una
hora hablando por teléfono con tu mamá” (pase de factura simple). “El tiempo que
mirabas embobado a la conductora del noticiero, como todas las noches”
(devolución con otro pase de factura). “Hay más diálogo con tu mamá que
conmigo”, con tono de voz algo subido y sonrisa maliciosa (jaque). “Siempre te
gustaron las rubias, no sé por qué te casaste con una morocha”, con voz de
triunfo, al tiempo que se señala el cabello (jaque). “Siento que la conductora del
noticiero me habla a mí, por lo menos no está agarrada al teléfono”, torciendo el
cuello como sosteniendo un auricular (y pensando: ¡mate!). “Desde joven eras así,
te gustaban las rubias, pero en la fantasía, nada más que ahí”, abriendo las
manos, encogiendo los hombros y con un gesto de resignación extrañada (como
diciendo qué otra cosa podrías hacer, te maté). “Pensé que dejarías de tener a tu
mamá como confidente, se supone que te fuiste de tu casa”, con una respiración
ya jadeante, la voz entrecortada y el tono contenido, en el límite del grito
(pensando: creíste que me tenías). “Siempre te calentaste más con tus fantasía
que conmigo”, con una sonrisa crispada y el dedo índice de la mano derecha
señalando la pantalla del televisor (como afirmando: no me vas a ganar). “Y...,
y...”, grito y palabra soez a medio decir y remate final del pase de factura doble
mano.
El final del caso anterior puede quedar ahí o ser el comienzo de un nuevo
capítulo de la saga. Usted puede guardar la agresión y en otro momento iniciar:
“es imposible discutir, lo tuyo es gritar e insultar”, dejando caer el comentario
mientras, por ejemplo, está poniendo los platos para la cena, o cuando ella se está
maquillando para salir juntos a una fiesta. “Ahh, un pase de factura, no podía
esperar otra cosa”. “¿Pase de factura?, ¿qué cosa es eso?, yo solamente decía”.
“Justo en este momento, para arruinar la salida, como siempre”. “Si un comentario
inocente nos arruina la salida no es mi culpa”. De este modo, con un poco de
suerte y buena voluntad, se podrá generar un nuevo ida y vuelta cuyo final puede

[3]
Moreno, J. D. (2006) 13 consejos para fracasar en pareja.
Consejo 5 (págs. 103 a 119)

combinarse con otros consejos (3, 7, 9, 10, 12).

Pase de factura encadenado. Se trata de un pase de factura más otro más


otro más otro más otro más otro..., hasta que su pareja abandone el campo, llore,
grite o amague golpear o romper alguna cosa (o efectivamente golpee o rompa
alguna cosa). Este tipo de pase de factura requiere de buena memoria, algo de
imaginación, lengua más bien rápida y buena capacidad pulmonar. Las facturas
deben salir una tras otra en una misma exhalación, sin darle tiempo a su pareja
para que intercale la más mínima defensa. Se recomienda utilizarlo en lugares
acotados, donde la situación o el espacio le impidan a él o ella abandonar el
campo, con o sin gesto de violencia. Es importante en estos casos evaluar dos
cosas: su capacidad para encadenar una factura tras otra y la potencialidad
agresiva de la pareja. Recuerde que hemos aconsejado el uso en lugares y
situaciones acotadas, como por ejemplo mientras él se está afeitando o ella se
depila, dentro de un automóvil, en medio de un embotellamiento, o, por qué no,
durante un largo viaje en autopista. La idea es bombardear en un espacio reducido
hasta lograr la saturación. Por eso es conveniente evaluar el riesgo y los peligros
secundarios a un probable descontrol de su pareja.

Pase de factura reciente. Se refiere al pasado próximo. Por ejemplo: durante


el desayuno, “¡qué manera de roncar anoche!” O después de cenar, a la hora del
café: “¿te diste cuenta de lo que comiste?, ¿y la hipertensión?, ¿tenías hambre o
ganas de suicidarte?” La pareja, por supuesto, podría contestarle: “¿y por qué no
me lo dijiste antes”, a lo cual usted podrá decir: “porque no quería arruinarte la
comida”, o bien: “estabas tragando con tanto empeño que no pude decirte nada”.
Observe que usted debe quedar siempre en un lugar levemente superior. Se
aguantó la molestia, por bondad o excesiva gentileza, podríamos decir, y ahora,
inmediatamente después, pasa la factura.

Pase de factura pasada. Este es un pase de factura simple, pero referido a un


pasado más remoto que el anterior. Las más de las veces se refiere a la historia
común de la pareja. Para practicarlo se pueden utilizar las mismas anécdotas que
dan pie al reclamo y al reproche, pero con un genuino deseo de cobro. “Tendrías
que agradecerme, yo fui el único que estuvo al lado de tu hermano cuando se
divorció”. “La única que te ayudó cuando te peleaste con tu padre fui yo, ¿quién te
ayudó con la depresión por haber perdido al papito?” “A veces me acuerdo cuando
me pediste aire, así dijiste: necesito aire. Si no fuera porque no lo acepté hoy no
estaríamos juntos”, “Y aquella vez que chocaste, por poco nos matamos, ¡qué
borracho estabas!”

Pase de factura recontrapasada. Como su nombre lo indica, se refiere a un


hecho que se creía olvidado. En general provoca las siguientes respuestas:
“¿cuándo?”, “¿qué estás diciendo?”, “¿y desde entonces lo tenías guardado?”. A lo
que usted puede responder: “sí, hace quince años que tu hermano me pidió dinero
y nunca me lo devolvió; nunca quise decirte nada porque es tu hermano más
querido, pero ahora que estamos económicamente mal te lo tengo que decir”.
“¿Desde entonces?”, “sí, la primera vez que fui a cenar a tu casa tu madre me dijo
que no me veía como un buen marido, nunca me tragó, pero siempre aguanté sus
desprecios en silencio”. “¿Nunca sentiste nada?”, “nunca, pero no quise decirte

[4]
Moreno, J. D. (2006) 13 consejos para fracasar en pareja.
Consejo 5 (págs. 103 a 119)

nada para no lastimarte”, “¿durante veinte años no sentiste nada?”, “nada”.

Pase de factura comodín. A modo de muletilla, constante y repetido, es un


pase de factura sobre algo que su pareja nunca podrá modificar y que usted nunca
terminará de aceptar. Sirve para estropear cualquier situación y puede ser utilizado
en cualquier momento. Su efecto es pequeño y limitado, pero en la repetición se
lograrán resultados sorprendentes. Por ejemplo: “¡basta, basta de pasarme la
factura por los movimientos que hago mientras duermo! No me doy cuenta, no
puedo controlarlos, ¿qué puedo hacer? Ya sé que te despierto, ¿qué puedo hacer,
serruchar la cama?” “Yo sólo te dije que anoche no pude pegar un ojo”. “Por mi
culpa, por mis movimientos en la cama. Es el comentario de todas las mañanas”.

Pase de factura memorable. Ampliado o no con el tiempo, puede ser un pase


de factura comodín, pero modificado según las circunstancias. Su originalidad nace
en una anécdota pasada que ha dejado un recuerdo duradero, importante y
notable. Sobre ese recuerdo se pasa la factura, una y otra vez. “Qué idea la tuya,
irme a buscar a la casa de mis padres para llevarme a la iglesia. ¡Y justo ese día se
descompuso el motor del coche! Nunca te ocupaste del coche. Me acuerdo como si
fuera hoy: vestida de novia y empujando un coche. Nunca me sentí más ridícula”.

Pase de factura y basta. Silencio y a otra cosa. Pase de factura que se deja
picando justo antes del abandono del campo. Es una modalidad por demás sencilla
que no requiere de mucha explicación. “Anoche te pasó de nuevo”, dicho al
levantarse de la cama, mientras se encamina al baño con un aire de displicencia y
soberbia, de modo que su pareja reciba la factura y se quede ahí mirando, como el
estúpido que usted le hace sentir que es.

Pase de factura y aclaración explicativa. Propio de las parejas más


intelectuales, consiste en un pase de factura simple más una racional, pesada,
aburrida e inútil explicación. Que puede ser siempre la misma o variar con el
tiempo, y que pretende dar sustento lógico al pase de factura. “Me habitué a
hacerle una oreja a la página que estoy leyendo por tu manía de sacar los
señaladores. No sé por qué, esa costumbre tuya de usar mis señaladores, ¿es
porque te gustan mis señaladores o por joderme la vida? En algún momento creí
que simplemente me los sacabas para tirarlos, por suerte tengo señaladores de
esos que regalan en las librerías, no quiero pensar qué harías con uno de plata, o
de esos que están pintados a mano, entonces sí que me enojaría, pero, por ahora,
me estoy acostumbrando a dejar una oreja en la página, cosa que no me gusta,
pero...”

Pase de factura combinado. Depende de la habilidad e intención del usuario.


Consiste en la combinatoria del pase de factura más un reclamo, o un reclamo y
reproche, o un reclamo más reproche más recriminación. En este caso, el pase de
factura simple potencia su propia eficacia al unirse a otros elementos.
Hemos observado la efectividad del pase de factura combinado al reclamo,
reproche, recriminación (todo utilizado en bloque). “Hace casi una hora que te
espero, la semana pasada lo mismo, siempre es lo mismo. ¿No te das cuenta de
que es un maltrato? Yo no lo merezco”. Todo esto dicho con voz de víctima, lo cual
le da a usted derecho de atacar sin tregua y rematar con una buena recriminación:

[5]
Moreno, J. D. (2006) 13 consejos para fracasar en pareja.
Consejo 5 (págs. 103 a 119)

“si ya no te intereso podrías decírmelo directamente, sin hacerme sufrir tanto”.


También hemos encontrado algunos casos donde el pase de factura se asocia a
la violación de una cláusula del contrato (consejo 1), como en venganza, y otros
que lo llevan a un límite tan alto como para invalidar a la pareja (consejo 7).
También es muy efectivo para arruinar la vida sexual (consejo 10), estropear la
comunicación (consejo 11), entrometer a la familia (consejo 12) y jugar a las
escondidas (consejo 9). Las combinaciones son múltiples, y ios resultados, por
demás satisfactorios. Quienes estén interesados en profundizar este tema pueden
ver el apéndice, donde damos algunas pautas para realizar picantes asociaciones
de consejos.

Pase de factura y tu respuesta no me alcanza. Consiste en pasar la factura


y quedarse ahí, firme, observando. No de una manera neutra, sino con un gesto
inquisitivo, pidiendo que le paguen. Inmediatamente. Ya sea en moneda de
disculpas, bien por medio de palabras o beso, abrazo o mimos varios, pequeño
regalito o salida con cena incluida. Pagos todos que usted rechazará con desprecio,
como diciendo “esto que me das no alcanza”. Fórmula capaz de generar reacciones
extremas que servirán como anécdota para un pase de factura posterior. “¿Te
parece que las cosas se pueden arreglar con un ramo de flores?”; “lo que pasó fue
mucho más importante que una cena”; “en la cama estamos bien, pero los
problemas no se arreglan en la cama”; “¿después de lo que hablamos te quedan
ganas de manosearme?, no seas asqueroso”.

Pase de factura más pedido de cambio. Útil en parejas de reciente


formación, donde el enamoramiento, la ingenuidad y la fresca expectativa
mantienen la creencia del posible cambio del otro, inocentemente esperado luego
de una charla sincera, honesta y franca. Es importante destacar aquí la sutil
contradicción entre el pase de factura y la conversación sincera en espera del
cambio del otro. Como ya hemos dicho, un buen pase de factura debe dejar a la
pareja en estado de deuda y en una posición levemente inferior, en tanto que el
acreedor queda en posición de superioridad y disfrute evidente, pero no mucho.
En este punto una observación: hay algunas personas que prefieren el pase de
factura seguido de una posición de víctima incomprendida, sola, sufriente,
abandonada, lamentándose y sollozando o llorando a moco tendido. Es sólo
cuestión de estilos. En última instancia, el que adopta la posición de desgraciado/a
también se coloca por sobre la pareja, sólo que con el signo inverso: no lo hace
desde el triunfo, sino desde el fracaso. Queda a su criterio y capacidad la elección
de un lugar u otro.
Volviendo ahora a nuestro consejo: el pase de factura deja al acreedor en
deuda, deuda sobre la cual usted se parará para pedirle, de manera amable y
cortés, que cambie. Esa es, precisamente, la contradicción. A alguien que queda en
un lugar de inferioridad se le pide, ahora en una conversación de iguales, que
cambie por el bien de ambos. Según nuestra investigación en el 69,5% de los
casos este cambio es imposible. ¡Entonces el acreedor tendrá un nuevo y
contundente elemento para pasar nuevas facturas! O para recriminar, reclamar o
realizar cualquier otra combinación que le agrade y sirva a los fines buscados.
“Anoche me gritaste, siempre que discutimos todo termina en un grito” (pase de

[6]
Moreno, J. D. (2006) 13 consejos para fracasar en pareja.
Consejo 5 (págs. 103 a 119)

factura simple). En este punto puede usted pararse en víctima o enojarse. “¿No
podrías intentar cambiar?” (en otro tono de voz, freno y cambio de marcha
inesperado que interrumpe el sollozo o la furia). “Hace veinte años que vivimos
juntos, ya deberías saber que no puedo” (intento defensivo de su pareja). “Al
menos podrías intentar” (con forma de pedido amoroso). “Te juro que trato de
hacerlo” (desesperado intento defensivo de su pareja). “Me duelen mucho tus
gritos” (retoma usted el pase de factura explicando su sufrimiento), “entiendo que
trates, que no puedas, pero no me acostumbro” (el “no me acostumbro” subrayado
con el dedo índice levemente levantado), “hace veinte años que sufro con tus
gritos, ¡y ya no los aguanto más!” (dedo índice totalmente levantado y,
contrariamente a la furia esperada, derrumbe con llanto y congoja).

Pase de factura más pelea inútil posterior. Seguramente conocido por


todos, es un tipo de pase de factura muy utilizado que, para evitar fatigarla/o, no
aclararemos, sino que dejaremos que lo identifique en su experiencia personal y
haga uso de él.

ÚLTIMAS OBSERVACIONES: ¿A QUIÉN PASAR LA FACTURA?


Sabemos que el título puede parecer absurdo, ¿a quién pasar una factura sino a
la pareja? Acordamos que es lo más común y sencillo. Pero según los datos
obtenidos con nuestra investigación, hemos encontrado algunas formas un poco
más extrañas e igualmente eficaces que deseamos hacerle conocer.
En primer lugar está el pase de factura hacia uno mismo, variante en la cual se
utilizan los mismos mecanismos y modalidades del pase de factura hacia su
pareja. El procedimiento es sencillo: usted se pasa la factura a sí mismo. A renglón
seguido puede juzgarse o recriminarse, denigrarse o reprocharse. Aquí algunos
ejemplos: “ayer la esperé una hora, una hora maquillándose y poniéndose y
sacándose la ropa, me tendría que haber ido solo; me sentí un tarado por llegar
tarde, más tarado por haberla esperado, y ahora que me doy cuenta más tarado
todavía”. “Otra media debajo de la cama, ¿y este calzoncillo?, ¿cuánto tiempo hace
que estará acá?, es el colmo, ya ni siquiera una sirvienta, ¡una esclava!, eso es lo
que soy, una esclava que aguanta y aguanta; si hubiera escuchado los consejos
que me dieron mis amigas, me hubiera separado hace años”.
Quien se pasa la factura, siempre se juzga y condena. Incómodo consigo mismo
debe usted retorcerse en una sensación de inferioridad a la vez que se siente en
deuda con su amor propio y orgullo: “tendría que haberme ido solo, soy un pedazo
de boludo”. “Este calzoncillo no lo lavo, lo tiro a la basura, ¡a la mierda con el
calzoncillo y todo lo que tiene adentro!”.
El malestar que siente quien se pasa la factura a sí mismo puede
incrementarse, ya sea con una recriminación y/o reproche (“yo no soy tolerante,
soy un castrado”, “ni mi abuela era tan servil”) o bien expandirse con una
reivindicación (“tarde, llegamos tarde a todos lados por tu culpa, y ya no aguanto
esperarte, es la última vez que lo hago”, “quemé el calzoncillo y las medias, de
ahora en más todo lo que encuentre debajo de la cama lo quemo”).
Además del pase de factura autorreferencial está el pase de factura a la relación
de pareja, o sea no a usted mismo ni a su pareja sino a la relación que lo une con

[7]
Moreno, J. D. (2006) 13 consejos para fracasar en pareja.
Consejo 5 (págs. 103 a 119)

él o ella: “no fue una buena idea vivir juntos, antes nos peleábamos menos;
cuando nos conocimos éramos muy jóvenes, si lo hubiéramos pensado un poco...”

FORMAS Y OPORTUNIDAD
Finalizando este quinto consejo, algunos breves comentarios que pueden
mejorar su aplicación.
Por formas entendemos la modulación en el uso. Por ejemplo, podríamos hablar
de un pase de factura lavado, vacío de toda vestimenta. “Hace más de cuatro años
te pedí que consultaras con el ginecólogo, esto de usar preservativos me irrita”.
“Tuve que pedirle plata a mamá, Juancito necesitaba el antibiótico y no tenía un
peso; siempre te digo que me dejes plata”. Imagínese ahora el mismo pase de
factura con cara de no tolero más, entre lágrimas, con el rostro enrojecido
anunciando el infarto o la apoplejía. Son pases de factura apasionados.
“Esto de usar preservativos me irrita” o “siempre te digo que me dejes plata”
puede acompañarse de una reivindicación: “pierdo sensibilidad y no quiero
sentirme apretado”, “si surge algún problema y necesito dinero no tengo; parece
que me estuvieras pagando el jornal, pero el dinero es de los dos”. Este es el pase
de factura reivindicatorío.
Por último mencionaremos los pases de factura agresivo y quejumbroso, que
pensamos no requieren mayores explicaciones.
Para terminar queremos hacer algunos breves comentarios acerca de la
oportunidad del pase de facturas. Debe usted tener en cuenta que la mejor
estrategia puede resultar deslucida si se aplica en el momento inadecuado. Como
idea general, téngase presente que el mejor momento es cuando las cosas están
bien, cuando por motivos desconocidos la pareja anda sobre ruedas, solazándose
en paz, ya sea entre miradas y alguna que otra caricia u otra cosa (o simplemente
en paz y sin caricias). Es ahí cuando la aplicación de nuestro consejo surtirá el
mejor efecto.
Ya sea en la intimidad como en público, ya sea en voz baja como a los gritos, un
“cada vez estamos menos tiempo juntos” (cuando están saliendo a cenar solos por
primera vez en seis meses), un “¿es una propuesta?, ¡en serio!, y yo que pensé
que el sexo había dejado de interesarte” (cuando ella por fin pudo sobreponerse a
la educación puritana gracias a los consejos de las amigas, del terapeuta y hasta
los de la madre y por primera vez estiró la mano hasta zonas prohibidas), un “de
los niños me ocupo yo, él no sabe ni a qué colegio van” (dicho en una cena de
compañeros de trabajo de él) puede generar chispeantes resultados.

EJERCÍTESE EN EL COBRO REVERTIDO


Si usted ha hecho alguna vez una llamada por cobrar, sabe a lo que nos
estamos refiriendo. Imagine ahora una larga charla telefónica con un amigo o
pariente que está en el exterior; imagine ahora que al terminar esa conversación, a
manera de despedida, su amigo o pariente le dice que la llamada es por cobrar. Sí,
con esa misma sensación deberá quedar su pareja cuando usted le pase la factura.
Siga estos ejercicios básicos y ponga el músculo a tono. Es sencillo.

[8]
Moreno, J. D. (2006) 13 consejos para fracasar en pareja.
Consejo 5 (págs. 103 a 119)

BUSQUE HECHOS QUE USTED TOLERA


Haga una lista de diez hechos que le molesten, reales (el tiempo que su pareja
tarda en arreglarse) o imaginarios (cualquier cosa que usted crea, espera, desee
que su pareja haga o diga).
Pueden ser del presente inmediato, de hace un tiempo o de hace mucho.

COLOQUE ESOS HECHOS EN EL PRESENTE, EL PASADO O EL FUTURO, Y CÓBRELE


A SU PAREJA
Tome un hecho real y cobre por lo que ocurre, ocurrió u ocurrirá: “¡’qué
papelón!, llegamos tarde a !a ceremonia y éramos los padrinos, ¡dos horas en el
baño!" (pasado).“¡Qué papelón, estamos llegando tarde a la ceremonia porque
estuviste dos horas en el baño” (presente).“Haremos el papelón de siempre,
llegaremos tarde a la fiesta porque seguro que tardarás más de dos horas en
arreglarte” (futuro).
Tome un hecho imaginario y cobre, por las dudas, en el presente, el pasado o el
futuro: “tomé por esta avenida porque sé que no te gusta ir por la autopista, ahora
estamos en un embotellamiento infernal" (pasado). “Siempre tomo por esta
avenida para no ver tus caras cuando voy por la autopista" (presente). "Tomaré
por la avenida y viajaremos dos horas más, para que no hagas esos gestos de
siempre cuando vamos por la autopista" (futuro).

COBRAR ES SU DERECHO
Sí, tiene usted derecho a cobrar por lo que se aguantó y toleró, y también por lo
que sacrificó, por lo que esperó y no le dieron, por lo que se merece, porque desde
hace mucho tiempo hace muchas cosas por su pareja y ella o él no se lo reconoce
como debería.

SU DERECHO LE DA DERECHO
El derecho a cobrar lo pone a usted por encima de su pareja. ¿O acaso usted no
se aguantó lo que se aguantó, no hizo lo que hizo? Sí que lo hizo. ¡Hágaselo saber!
Usted no pide, ¡se merece!
Recuerde que está cobrando, si quiere puede reclamar, reprochar o recriminar
(combinación con el consejo 3).

PRACTIQUE FORMAS Y OPORTUNIDADES


Piense en un pase de factura: “siempre te alcanzo el café de la noche", "yo soy
siempre el que empieza". Ahora practíquelo de manera lavada, apasionada,
gritando, gesticule de varias formas, hágalo lamentándose, llorando, tapándose la
cara, haciendo gestos indecorosos con los dedos, mándelo por carta, pegue un
mensaje en la puerta de la heladera, mándelo decir por familiares o amigos (lea el
consejo 12).
Pruebe en distintas oportunidades: mientras desayunan juntos, cuando usted o
su pareja está por entrar en el baño, cuando vuelve del trabajo, cuando en el sillón
suspira en señal de relax mientras mira televisión, cuando se desviste, al momento
en que está por tomar el primer sorbo de ese vino que desde hace años guardaba.

EJERCITE LA PLASTICIDAD
Utilice pases de factura simple, de doble mano, encadenado, pasado,

[9]
Moreno, J. D. (2006) 13 consejos para fracasar en pareja.
Consejo 5 (págs. 103 a 119)

recontrapasado, comodín, memorable, con basta o declaración explicativa. Use las


diversas combinaciones: tu respuesta no me alcanza, quiero que cambies,
esperaba otra cosa de tu parte (con o sin escándalo posterior).

[10]

También podría gustarte