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CUADERNO: Nº 00105-2013-0-0101-SP-PE-01

MATERIA: RECUSACION CONTRA LOS JUECES


SUPERIORES DE LA SALA PENAL DE APELACIONES Y
LIQUIDADORA TRANSITORIA DE BAGUA, DERIVADO DEL
CASO Nº 416-1999
PROCESADO: OSCAR ALTAMIRANO QUISPE
DELITO: PECULADO DOLOSO
AGRAVIADO: EL ESTADO
PONENTE: DR. ALEJANDRO ESPINO MENDEZ
SUMILLA: INTERPONGO RECURSO DE
NULIDAD

SEÑOR: PRESIDENTE DE LA SALA PENAL DE


APELACIONES Y LIQUIDADORA DE
CHACHAPOYAS

OSCAR RAMIRO ALTAMIRANO QUISPE, en el


cuaderno de RECUSACIÒN, contra los Jueces
Superiores arriba citados, a usted respetuosamente
digo:

I.- ACCIÓN Y LEGITIMACIÓN PROCESAL ACTIVA Y PASIVA

1. Que, al amparo de lo dispuesto en los artículos. 1°, 2°.24


literal b), 139°.3.5.14, y 200°.1 de la Constitución Política del
Estado, concordante con los artículos 8° y 11°.1 de la
Declaración Universal de Derechos Humanos, artículos 8° y
25°.1 de la Convención Americana de Derechos Humanos,
artículos 2° y 14° del Pacto Internacional de Derechos Civiles
y Políticos, así como el artìculo 40º, segundo pàrrafo, in fine

del Código de Procedimientos Penales, INTERPONGO

RECURSO DE NULIDAD contra el AUTO DE


VISTA de fecha diecinueve de Mayo del año
dos mil catorce, recaìdo en la RESOLUCIÓN Nº S/N , que
declaró INFUNDADA LA RECUSACION planteada por mi
patrocinado OSCAR RAMIRO ALTAMIRANO QUISPE,
contra el Juez Superior Titular e Integrante de la Sala
Penal de Apelaciones y Liquidadora Transitoria de
Bagua, doctor GONZALO ZABARBURÚ SAAVEDRA; y que
CARECE DE OBJETO pronunciarse respecto de los vocales
recusados FRANCISCO DELGADO PAREDES y LUIS ALBERTO
TORREJÓN RENGIFO.

II.-DELIMITACION DEL PETITORIO

2. El presente Recurso de Nulidad tiene por objeto:

Que SE DECLARE LA NULIDAD del AUTO DE


VISTA de fecha diecinueve de Mayo del año
dos mil catorce, del CUADERNO: Nº 00105-2013-0-
0101-SP-PE-01, recaìdo en la RESOLUCIÓN Nº S/N, que
declaró INFUNDADA LA RECUSACION planteada por
mi patrocinado OSCAR RAMIRO ALTAMIRANO
QUISPE, contra el Juez Superior Titular e Integrante
de la Sala Penal de Apelaciones y Liquidadora
Transitoria de Bagua, doctor GONZALO ZABARBURÚ
SAAVEDRA; y que CARECE DE OBJETO pronunciarse
respecto de los vocales recusados FRANCISCO DELGADO
PAREDES y LUIS ALBERTO TORREJÓN RENGIFO por
contener errores IM PROCEDENDO y errores UN
JUDICANDO; y, REFORMANDO el criterio DECLARE
FUNDADA LA RECUSACION PLANTEADA POR MI
PATROCINADO OSCAR RAMIRO ALTAMIRANO QUISPE
EN TODOS SUS EXTREMOS, por los siguientes
fundamentos:

III.- FUNDAMENTACIÓN FÁCTICA Y JURISPRUDENCIAL DEL


TRIBUNAL CONSTITUCIONAL.

PRIMERO: El auto impugnado, en el Punto 16 ha violado el


derecho a la debita motivaciòn de las resoluciones judiciales
vulnerando el artìculo 139º inciso 5º de la Constituciòn Política del
Perú, al prescribir textualmente que:

“se aprecia que hay una deficiencia en la


redacción y falta de técnica en la confección de la
sentencia, pero no obedece a un adelantamiento
de juicio o prejuzgamiento, que genere un
indicador de falta de imparcialidad de los jueces;
una cosa es deficiencia técnica en la redacción y
hasta en el manejo técnico de los conceptos y
categorías dogmáticas o jurídicas, y otra cosa es
adelantar juicio de culpabilidad. Entonces no es
suficiente lo afirmado por el recusante, para qu se
concretice la causal de Recusación alegada(dudar
de la imparcialidad), y menos que sea atendible;
tanto más si no se ha presentado otro elemento
de convicción para dudar seriamente de la
imparcialidad de los juece recusados ”
Como es de pleno conocimiento de la Sala de Apelaciones, el
Tribunal Constitucional en el Exp. Nº 1480-2006-AA/TC
(Fundamento 2) ha tenido la oportunidad de precisar que:

“el derecho a la debida motivación de las


resoluciones importa que los jueces, al resolver
las causas, expresen las razones o justificaciones
objetivas que los llevan a tomar una determinada
decisión. Esas razones, (...) deben provenir
no sólo del ordenamiento jurídico vigente y
aplicable al caso, sino de los propios hechos
debidamente acreditados en el trámite del
proceso”

Sin embargo, el párrafo transcrito del punto 16 , asì como el pàrrafo


17º del auto impugnado y que constituye motivación de los
magistrados, contiene una APARENTE MOTIVACIÓN, que no es más
que un DISCURSO DECLAMATIVO AL NO PRECISARSE CUALES SON
LAS DEFICIENCIAS DE REDACCIÓN Y LA FALTA DE TÉCNICA DE
REDACCIÓN DE LA SENTENCIA CONFORMADA DEL SEÑOR TUNJAR
ALEGRÍA; por lo que la motivación que contiene el auto apelado es
solo APARENTE ya que las deficiencias obrarian solamente en la
mente de los jueces que expidieron el auto impugnado, NO
EVIDENCIANDOSE UNA MOTIVACIÓN CLARA, PRECISA Y
CIRCUNSTANCIADA, QUE CUMPLA CON LOS REQUISITOS DE
SOLIDEZ, COHERENCIA Y SUFICIENCIA DE LAS RESOLUCIONES
JUDICIALES QUE COMO REQUISITO DE VALIDEZ LO HA ESTABLECIDO
EL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL EN EL CASO DEL HABEAS CORPUS
DE JULIANA YAMOJA, VULNERÁNDOSE CON ELLO EL ARTÍCULO 139

INCISO 5º DE LA CARTA MAGNA. Es más, el auto precitado no

sólo ha violado el derecho a la debida motivación de las


resoluciones judiciales contenido en el artículo 139º inciso
5º de la Constitución Política del Perú, sino que a demás
el Estado debió brindar una motivación suficiente
respecto a la consecución de un fin legítimo compatible
con la Convención Americana de Derechos Humanos.

SEGUNDO.- El párrafo 19 del auto impugnado textualmente


precisa que:

“…cuando se trata de Recusaciones las causales


deben ser probadas y no basarse en
especulaciones o subjetividades. Pero en la
presente causa, no hay razòn suficiente, por
ahora y por carencia de mayores indicadores,
para dudar de la IMPARCIALIDAD del Juez Superior
GONZALO ZABARBURÙ SAAVEDRA, y en cuanto a
los demàs Jueces recusados carece de objeto
pronunciarse porque ya no trabajan en la Sala
Penal de Apelaciones y Liquidadora Transitoria de
Bagua”

En este extremo ni siquiera se aprecia un análisis concreto de la


causal de Recusación, limitándose a fundamentar que una
recusación debe ser probada y no basarse en especulaciones ni
subjetividades; y es precisamente que he recusado POR
RAZONES OBJETIVAS E INCONTROVERTIBLES CONTENIDAS EN LA
SENTENCIA CONFORMADA DE TUNJAR ALEGRÌA Y QUE DE
CONFORMIDAD CON EL ARTICULO 4’ DE LA LEY ORGANICA DEL
PODER JUDICIAL NO PUEDE SER MATERIA DE INTERPRETACIÒN NI
POR LOS JUECES SUPERIORES, porque la sentencia debe
cumplirse tal como ha sido redactada; es por esas cuestiones
incontrovertibles y objetivas que he accionado, teniéndose en
cuenta que en la sentencia de Tunjar Alegrìa ya se me ha
impuesto al pago de una reparación civil en forma solidaria sin
tener en cuenta que aún no he sido juzgado. En efecto,
teniéndose en cuenta que el magistrado SABARBURÙ
SAAVEDRA, GONZALO es JUEZ TITULAR, NO EXISTE UNA
MOTIVACIÒN SUFICIENTE, en este extremo para que se declare
infundada la recusacion planteada contra este magistrado,
incurriendo la impugnada nuevamente en la causal nulidad por
vulneración del artículo 139’ inciso 5’ de la Carta Magna. Con
mayor razón, debió tenerse en cuenta los criterios desarrollados
por la Corte Interamericana de Derechos Humanos debido a que
el Perú es ESTADO Parte en la Convención Americana desde el
28 de Julio de 1978 y reconoció la competencia obligatoria de la
Corte el 21 de enero de 1981, motivo por el cual la obligación de
cumplir lo dispuesto en las sentencias del Tribunal corresponde a
un principio básico del derecho de la responsabilidad
internacional del estado, respaldado por la jurisprudencia
internacional, según el cual los estados deben acatar sus
obligaciones convencionales internacionales de buena fe(PACTA
SUNT SERVANDA) y, como ya ha señalado la Corte
Interamericana y lo dispone el artículo 27 de la Convención de
Viena sobre el Derecho de los Tratados de 1969, aquellos no
pueden por razones de orden interno dejar de asumir la
responsabilidad internacional ya establecida. LAS
OBLIGACIONES CONVENCIONALES DE LOS ESTADOS PARTES
VINCULAN A TODOS LOS PODERES Y ÓRGANOS DEL ESTADO.
Asimismo, es preciso recalcar que el deber de motivación de
las resoluciones judiciales es aún mayor cuando se trate
de resoluciones que restrinjan derechos fundamentales
(Ver Exp. Nº 0728-2008-PHC/TC, caso Llamoja Hilares,
fundamento 18), y a su vez, tanto mayor sea la restricción,
mayores serán los deberes de motivación. Y es que si el objeto
de la obligación constitucional de justificar la decisión adoptada
radica en racionalizar la actuación del poder público, a efectos
de evitar la arbitrariedad y el puro subjetivismo de quienes
actúan desde el poder estatal, dicho deber se acrecienta en
supuestos en los que hay una mayor discrecionalidad o en los
que la consecuencia de la decisión sea más grave. En tal
sentido, un acto estatal que se relacione con un derecho
fundamental y a su vez derecho humano debe garantizar la
IMPARCIALIDAD de los jueces con una mayor intensidad, por lo
que el auto de recusación merecerá una mayor justificación y de
no existir tal justificación deberá ser declarado nulo.

TERCERO: El auto impugnado PRESENTA UN ERROR IN JUDICANDO


al señalar que: “…cuando se trata de Recusaciones las
causales deben ser probadas y no basarse en especulaciones
o subjetividades. Pero en la presente causa, no hay razòn
suficiente, por ahora y por carencia de mayores indicadores,
para dudar de la IMPARCIALIDAD del Juez Superior GONZALO
ZABARBURÙ SAAVEDRA, y en cuanto a los demàs Jueces
recusados carece de objeto pronunciarse porque ya no
trabajan en la Sala Penal de Apelaciones y Liquidadora
Transitoria de Bagua” Ahora bien de lo antes expuesto, se puede
apreciar un ERROR EN IN JUDICANDO(ERROR EN LA
INTERPRETACION DE LOS HECHOS), error en el sentido que los
vocales estiman que no se ha tipificado la causal de recusación
invocada en el recurso Recusaciòn; sin embargo, esta perfectamente
acreditadas la recusación, pero lo que el tribunal hace es restarle
credibilidad haciendo una interpretación errónea a de los hechos,
restándoles importancia, pretendiendo volverlos triviales para
finalmente decir que no constituyen razón suficiente para que se
declare fundada la recusación planteada.
CUARTO: Examinando minuciosamente el auto impugnado,
incontrovertiblemente se prueba la existencia de un ERROR IN
PROCEDENDO, al no valorarse ni los argumentos de defensa, ni las
pruebas que se han presentado vulnerándose mi derecho de
ofrecer y producir pruebas que sean conducentes, pertinentes y
útiles; pues, el derecho a la prueba apareja la posibilidad de
postular, dentro de los límites y alcances que la Constitución y las
leyes reconocen, los medios probatorios pertinentes para justificar
los argumentos que el justiciable esgrime a su favor. Por ello, no se
puede negar la existencia del derecho fundamental a la prueba.
Constituye un derecho básico de los justiciables producir la prueba
relacionada con los hechos que configuran su pretensión o su
defensa. Según este derecho, las partes o un tercero legitimado en
un proceso o procedimiento tienen el derecho de producir la prueba
necesaria con la finalidad de acreditar los hechos que configuran su
pretensión o defensa(EXP. 4831-2005-PHC/TC, fundamento Nº 6);
Es evidente que en ningún punto del auto impugnado se ha
pronunciado con la debida motivación respecto de la MEDIOS DE
PRUBA OFRECIDOS, lo cual constituye una vulneración a mi
derecho de prueba, que acarrea la nulidad del auto impugnado.

QUINTO: El derecho de prueba es pues, de un derecho complejo cuyo


contenido, de acuerdo con lo señalado anteriormente por el Tribunal
Constitucional (vid. STC 06712-2005/HC/TC, FJ 15), está determinado:

(...) por el derecho a ofrecer medios probatorios que


se consideren necesarios, a que estos sean
admitidos, adecuadamente actuados, que se asegure
la producción o conservación de la prueba a partir de
la actuación anticipada de los medios probatorios y
que éstos sean valorados de manera adecuada y con
la motivación debida, con el fin de darle el mérito
probatorio que tenga en la sentencia. La valoración
de la prueba debe estar debidamente motivada por
escrito, con la finalidad de que el justiciable pueda
comprobar si dicho mérito ha sido efectiva y
adecuadamente realizado.

SEXTO: El Tribunal Constitucional en la Sentencia recaída en el EXP.


N.° 3741-2004-AA/TC, fundamento 43 ha establecido que “Por otro
lado, con objeto de conferir mayor predecibilidad a la justicia constitucional,
el legislador del Código Procesal Constitucional también ha introducido la
técnica del precedente, en su artículo VII del título preliminar, al establecer
que “Las sentencias del Tribunal Constitucional que adquieren la autoridad
de cosa juzgada constituyen precedente vinculante cuando así lo exprese la
Sentencia, precisando el extremo de su efecto normativo (…)”. De este
modo, SI BIEN TANTO LA JURISPRUDENCIA COMO EL PRECEDENTE
CONSTITUCIONAL TIENEN EN COMÚN LA CARACTERÍSTICA DE SU
EFECTO VINCULANTE, en el sentido de que ninguna autoridad, funcionario
o particular puede resistirse a su cumplimiento obligatorio, el Tribunal, a
través del precedente constitucional, ejerce un poder normativo general,
extrayendo una norma a partir de un caso concreto.” En consecuencia, la
Sala está obligada a dar cumplimiento a los criterios de la doctrina
desarrollada por el Tribunal Constitucional en su sentencias e igualmente el
fiscal superior, motivo por el cual resulta aplicable lo desarrollado con
relación a la vulneración del derecho de prueba que me agravia. En efecto,
de los elementos que forman parte del contenido del derecho a la prueba
uno está constituido por el hecho de que las pruebas actuadas dentro del
proceso penal sean valoradas de manera adecuada y con la motivación
debida. De lo cual se deriva una doble exigencia para el Juez: en primer
lugar, la exigencia del Juez de no omitir la valoración de aquellas pruebas
que son aportadas por las partes al proceso dentro del marco del respeto a
los derechos fundamentales y a lo establecido en las leyes pertinentes; en
segundo lugar, la exigencia de que dichas pruebas sean valoradas
motivadamente con criterios objetivos y razonables.
POR TANTO:

A Ud. Señores magistrados de la Sala Penal de Apelaciones,


solicito se sirva resolver conforme a Ley.

Chachapoyas, Mayo del 2014

OSCAR RAMIRO ALTAMIRANO QUISPE

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