Está en la página 1de 1

LA NIÑA DE LOS OJOS DE GATO

Érase una vez en una vieja aldea, vivía una pequeña a quien le llamaban Mirna, le gustaba mucho
jugar con los gatos que tenía su abuela, una mujer de carácter fuerte y con mal humor, Mirna se la
pasa solitaria en una casa de adobe llena de carencias, era sucia y desarrapada ya que no asistía a
la escuela porque sus padres trabajaban. Una mañana camina por la orilla de un rio juntando piedras
las cuales llevaría a su casa para jugar con los gatos. Un día que sus papas no regresaron a la hora
de costumbre de su trabajo. Mirna angustiada por que se estaba obscureciendo decidió salir a
buscarlos sin pensar en los peligros tan grandes que se enfrentaría solo quería estar con sus padres
además que tenía una hambre feroz ya que su mamá no le había dejado nada de comer, con el
avance de sus pasos y la incertidumbre de no encontrar a sus padres, caminaba sin mirar atrás hasta
que de pronto la noche estaba sobre de ella, de repente el aullido de un coyote comenzó sin cesar,
ella lloraba con tristeza ya que la noche obscura era inmensa y no la dejaba ver el camino de regreso
a casa; cuando de pronto de bajo de unas ramas secas y llenas de espinas varios gatos comenzaron
a salir, ella los quiso agarrar sin saber que con esas espinas sus ojos lastimaría pues las espinas
rasguñaron sus pupilas, sola, enferma y ciega decidió sentarse en un rinconcito de aquel bosque que
no daba tregua ella pensaba que moriría pues de sus padres nada sabía, el sueño comenzó a vencerla
con frio, y hambre teniendo solo de cobija pasto seco y una inmensa melancolía y nuevamente esos
gatos que ella quiso agarrar y no pudo se acercaron a Mirna cobijándola con sus cuerpecillos hasta
que dejo de templar, cuando amaneció sintió el calor inmenso de esos animalitos que se habían
convertido en sus salvadores, Mirna seguía sin ver, los gatos se dieron cuenta, así que con pequeños
ruidos y runruneos la guiaron hasta un árbol donde nacía una agua que quitaba el hambre y las
penurias Mirna la tomó durante días fue su único alimento. Los días se convirtieron en semanas, las
semanas en meses, Y los gatos seguían con ella cuidándola y guiándola hasta que en un amanecer
uno de ellos le hablo y le dijo tú nos amaste sin asco ni repudio tu amor tendrá una recompensa por
esa bondad infinita que muestra un corazón limpio, y puro yo te daré mis ojos soy un gato que no
soporta ver el sufrimiento y menos en una niña tan hermosa como tu ella le dijo que no que prefería
ser ciega antes de permitir que el gato le diera sus ojos el gato le contesto que eso ya no era posible
porque sus ojos con la llegada del amanecer se habían adherido a su cara, esa cara de ángel ella
comenzó a llorar y conforme caían las lágrimas la sombras que estaban llenas de obscuridad
comenzaron a llenarse de luz sorprendida le agradeció al gato por ese don tan grande que le había
sido otorgado. Ella regreso a su casa donde sus padres le buscaban con ansias, entro y se miró al
espejo y vio un rostro con unos hermosos ojos de gato, los ojos no solo le dieron la vista sino también
conocimiento, fortaleza, sabiduría y desde que regreso ella cuida de esos gatos que antes vivian en el
bosque y los que le proporcionaban seguridad. Ahora ella vive con sus padres ya asiste a la escuela
los domingos visita a su abuela y es muy feliz junto con sus amigos los gatos.
FIN.

También podría gustarte