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Los Cambios

Los cambios nos sacan de lo familiar y cómodo y nos llevan a la incomodidad y lo


desconocido; pero aunque por una parte revolucionan tu mundo, por otra te hacen
enfrentar tus miedos y tratar con aquellas cosas que te roban el gozo, la paz y la
seguridad. El cambio puede ser tu amigo o tu enemigo, depende de cómo lo
enfoques; si huyes de él, se convertirá en enemigo; si lo aceptas y aprendes de él,
será uno de tus mejores aliados. C. Neil Strait afirmó: “Los cambios son difíciles,
sobre todo para la persona que tiene todo bajo control y sigue una rutina estricta,
porque ha limitado su vida a lo que puede manejar fácilmente y no desea ninguna
alteración ni desafío que venga a sacarle de su mundo”. Cuando te enfrentes a lo
desconocido, en lugar de resistirlo de manera automática, “Mira hacia adelante y
fija los ojos en lo que está frente… permanece en el camino seguro” (Proverbios
4:25-26 NTV).

«Siembra un pensamiento, cosecha una acción; siembra una ac-ción, cosecha un


hábito. Siembra un hábito, cosecha un carácter; siembra un carácter, cosecha un
destino», dice el proverbio.

Básicamente, nuestro carácter está compuesto por nuestros hábi-tos. Los hábitos
son factores poderosos en nuestras vidas. Dado que se trata de pautas
consistentes, a menudo inconscientes, de modo constante y cotidiano expresan
nuestro carácter y generan nuestra efectividad… o inefectividad.

Según Horace Mann, «Los há-bitos son como hebras. Si día tras día las
trenzamos en una cuerda, pronto resultará irrompible».

O como dijo Aristóteles. “Somos lo que hacemos día a día. De modo que la
excelencia no es un acto, sino un hábito”.

Cambio es el concepto que denota la transición que ocurre de un estado a otro,


por ejemplo: el concepto de cambio de estado de la materia en la física (sólido,
líquido y gaseoso) o de las personas en su estado civil (soltero, casado, divorciado
o viudo); o las crisis, o revoluciones en cualquier campo de los estudiados por
las ciencias sociales, principalmente la historia, que puede definirse como ciencia
del cambio.

La manera de enfrentar el cambio, depende, en gran parte de nuestra autoestima.


Cuando nos sentimos seguros y capaces, vemos el cambio como un reto o una
motivación positiva. Cuando nos sentimos incapaces o poco valiosos, el cambio
nos disgusta e incluso nos asusta. Para muchos actuar fuera de la zona de confort
genera crisis. En esta vida nada es para siempre. Los cambios son inevitables.

La inmadurez es la negación a aceptar los cambios en la vida en la nueva etapa


que se vive la cual es natural y parte del crecimiento del ser humano por ello
muchos quedan atrapados en el pasado o en conductas contrarias a la edad que
poseen, no han avanzado y ese estancamiento les impide aceptar las
responsabilidades que el tiempo les coloca en el camino las cuales muchas se
asumen en medio de esa crisis y postura herrada.

El cambio es parte de la vida y no un obstáculo que alguien coloca a propósito en


el camino, se deben dejar a un lado las ideas negativas. En el camino al cambio
se presentan situaciones que nos ayudaran en la nueva etapa de aprendizaje. Si
no hay riesgos no se pueden alcanzar la nueva forma de vida.

Los cambios forman parte de nuestra naturaleza y también lo son la incertidumbre


y el miedo. Sabemos que tenemos que vivirlos, asumirlos y entonces ¿porqué es
tan difícil?. Porque nos da miedo lo desconocido, renunciar a algo significa dolor
en nuestras vidas, nuestra mente es el principal saboteador. Hay que ver los
cambios como algo esencial y necesario en nuestra vida

Cambios físicos

Probablemente, el cambio más evidente que ocurre en la pubertad es el famoso


estirón. Lo que sucede es que no todas las partes del cuerpo crecen a la misma
velocidad. Así que no te sorprendas si te vuelves un poco torpe. Puedes tener la
seguridad de que con el tiempo tu cuerpo se estabilizará.

Con la pubertad, se producen otros cambios.

Niños

Crecen los órganos sexuales.

Sale vello en la cara, las axilas y el pubis.

Cambia la voz.
Se producen erecciones involuntarias y emisiones nocturnas.

Niñas

Crecen los senos.

Aparece vello en las axilas y el pubis.

Tiene lugar la primera menstruación (menarquía).

Niños y niñas

Aparece olor corporal, causado por una combinación de sudor y bacterias.

Consejo: Puedes controlar el olor corporal si te lavas con frecuencia y utilizas un


desodorante o un antitranspirante.

Sale el acné juvenil, causado por bacterias atrapadas en las glándulas sebáceas.

Consejo: Aunque no es fácil controlar el acné, puede ayudarte lavarte la cara a


menudo y usar limpiadores específicos.

Cambios emocionales

Los picos hormonales causantes de los cambios físicos de la pubertad pueden


afectar a tus emociones. Incluso puede que tu estado de ánimo tenga grandes
variaciones.

“Un día estás llorando y al día siguiente te sientes bien. Tan pronto estás enfadada
como te deprimes y te metes en el último rincón de tu cuarto” (Oksana).

Durante la adolescencia, muchos jóvenes se sienten extremadamente retraídos,


como si todo el mundo los estuviera observando y juzgando. Y el hecho de que su
físico cambie radicalmente no los ayuda.
“Cuando mi cuerpo empezó a cambiar, caminaba encorvada y me ponía
camisetas anchas. Sabía por qué estaba cambiando, pero me sentía incómoda y
me daba vergüenza. Todo era tan raro” (Janice).

El mayor cambio emocional que vas a experimentar quizá sea que verás al sexo
opuesto de una forma totalmente distinta.

“Dejé de pensar que todos los chicos eran insoportables. Algunos hasta
empezaron a gustarme, y la idea de enamorarme no me parecía tan mala. Es
más, mis amigas y yo hablábamos mucho de chicos” (Alexis).

Durante la adolescencia, algunos se sienten atraídos hacia personas del mismo


sexo. Si te pasa eso, no pienses que eres homosexual. En muchos casos, esos
sentimientos desaparecen con el tiempo.

“Como estaba obsesionado con compararme con los demás muchachos, terminé
sintiéndome atraído hacia ellos. Pasó tiempo hasta que me fijé en las chicas. Los
sentimientos homosexuales son parte del pasado” (Alan).

Lo que puedes hacer

Intenta ser positivo. Tienes que pasar por los cambios físicos y emocionales de la
pubertad para hacerte mayor. Te ayudará meditar en lo que dijo el salmista David:
“De manera que inspira temor estoy maravillosamente hecho” (Salmo 139:14).

No te compares con los demás y resiste el impulso de darle demasiada


importancia a tu físico. La Biblia dice que el “hombre ve lo que aparece a los ojos;
pero en cuanto a Jehová, él ve lo que es el corazón” (1 Samuel 16:7).

Haz ejercicio y descansa bien. Si duermes lo suficiente, no te enfadarás con


facilidad ni estarás estresado ni triste.

No te dejes dominar por los pensamientos negativos. ¿De verdad crees que hay
alguien mirándote siempre con lupa? Y si la gente habla sobre cómo estás
cambiando, no le des demasiada importancia. Como dice la Biblia, “no hagas caso
de todo lo que se habla” (Eclesiastés 7:21, Nueva Biblia Española).
Aprende a controlar tus impulsos sexuales para que ellos no te controlen a ti. La
Palabra de Dios dice que huyamos de la inmoralidad sexual y que quien la
practica peca contra su propio cuerpo (1 Corintios 6:⁠18).

Habla con uno de tus padres o con otro adulto en quien confíes. Es verdad que al
principio puedes sentirte incómodo. Pero la ayuda que recibirás hará que el
esfuerzo valga la pena (Proverbios 17:17).

Hay momentos en la vida en los que tenemos que hacerle frente a nuestros más
profundos temores y realmente tenemos que lidiar con asuntos difíciles. Sin
embargo, ¿Por qué sentir ese mismo temor cuando el cambio es más bien
positivo? Pues, porque es una reacción natural. Si le tenemos miedo al cambio, no
es porque estemos cometiendo un error, es simplemente porque estamos dando
un paso fuera de la zona de confort. En esta vida nada es para siempre. Los
cambios son inevitables, en muchas ocasiones, los cambios nos liberan de
ataduras, unas veces son evidentes, invisibles en otras. Pero son oportunidades
para el crecimiento.

CAMBIOS QUE TRANSFORMAN


La Palabra de Dios dice lo siguiente en Romanos 12:1-2
Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis
vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto
racional. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la
renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cual sea la buena
voluntad de Dios, agradable y perfecta.”

La Biblia nos enseña que Dios en el cielo no cambia, El siempre es el mismo por
los siglos de los siglos (Malaquías 3:6) Porque yo, Jehová, no cambio; por
esto, hijos de Jacob, no habéis sido consumidos., pero que debajo del cielo si
existen los cambios o tiempos de cambio (Eclesiastés 3:1). Todo tiene su
tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora

Todo lo creado por Dios está regido y gobernado por los cambios, por ejemplo:
Las estaciones del año, el ser humano que nace, crece, se reproduce,
desarrolla, declina y muere, etc.

Nuestras vidas pueden experimentar cambios en la salud, en la faz financiera, en


el carácter, en la mente, geográficos, culturales y por cierto los cambios del alma y
del espíritu, entre otros. Todo lo que tiene vida experimenta cambios.

Existen varias clases de cambios:

a) Cambios para peor

b) Cambios para mal


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c) Cambios para bien

d) Cambios para mejor

Existe un dicho que dice una gran verdad: “Cambiar y cambiar para mejor, son
dos cosas completamente diferentes”. El deseo de Dios es que nosotros, sus
hijos, seamos personas que no sólo cambiemos, sino que cambiemos para lo
mejor. La Biblia llama a esto una transformación.

La palabra “transformación” en el original griego, deriva de la


palabra “metamorfoos”, de donde sale la palabra “metamorfosis”, que es el
proceso en el cual un simple gusano se transforma en una bella mariposa.

Muchas personas tienen la intención de cambiar para mejor, pero nunca lo logran
porque no han aprendido lo que se llama “la dinámica del cambio”.
Principios indispensables para tener en cuenta y comprender el proceso o la
dinámica del cambio.

Recuerde que el Señor en este tiempo nos está invitando a cambiar,


ser transformados, para que vayamos de “gloria en gloria” (2 Corintios
3:18) Por tanto, nosotros todos, mirando con el rostro descubierto y
reflejando como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de
gloria en gloria en su misma imagen, por la acción del Espíritu del Señor

de “fe en fe” (Romanos 1:17) pues en el evangelio, la justicia de Dios se


revela por fe y para fe, como está escrito: «Mas el justo por la fe vivirá » y
de “poder en poder” (Salmos 84:7) Irán de poder en poder; verán a Dios en
Sión.

Para lograrlo necesitamos saber que:

A. Los cambios no son un suceso o acontecimiento de una sola vez en la vida,


sino que se repiten en etapas o ciclos durante toda la vida.

B. Los cambios llevan tiempo, no suceden generalmente de inmediato.

C. Los cambios requieren hacer ajustes y correcciones.

D. Los cambios tienen que tener un blanco definido. (Por Ej.: Voy a cambiar mi
carácter agresivo. Si tenemos varias cosas que cambiar poner un orden de
prioridades para empezar por una a la vez).

E. Los cambios tiene que tener una meta principal: deben estar respaldados por
la Palabra de Dios y glorificar a Cristo. Todo cambio que no se haga de esta
manera es pura vanagloria.
Porque muchos se resisten al cambio
Algunas razones son:

1. Temor a lo desconocido
Cambiar implica moverse a nuevas áreas, desconocidas muchas veces, sin
conocerlas de antemano.

Implica salir del área de comodidad donde hemos vivido por mucho tiempo para
hacer algo nuevo. Gracias a Dios que en

2 Timoteo 1:7 leemos que Dios no nos ha dado espíritu de cobardía o timidez,
sino de poder para hacer los cambios que sean necesarios. Para poder
cambiarse hace necesario actuar en fe, creyendo a lo que Dios dice Su
Palabra, (Hebreos 11:6) pues sin fe es imposible agradar al Señor.

2. El factor riesgo

No se puede cambiar sin tener que tomar riesgos. Uno ha visto que los cambios
que deseo hacer, han funcionado bien en otros, pero no sabemos si será igual en
nosotros. Siempre en el proceso hacia la victoria esta implícito el riesgo hacia
la derrota.

3. El medio ambiente que nos rodea


Llamamos así al lugar o atmósfera donde hemos crecido y vivido.

Todo ese trasfondo nos ha creado una idea o patrón mental de cómo vivir
para siempre.
He leído que el elefante de circo, al que generalmente vemos bien tranquilo y
atado solamente con un lazo aferrado a una estaca, no se suelta.

¿Cómo puede ser que el elefante no rompa el lazo con la fuerza que tiene y
se escape?

La respuesta es que desde pequeño el cuidador se toma el trabajo de entrenar al


elefante, atándolo con algo resistente que no pueda romper. Al principio el elefante
tira una y otra vez para romper la soga. Lo hace muchas veces, hasta que se da
por vencido, se le ha formado en su mente el patrón “de que nunca romperá la
cuerda”. Vivirá con ese patrón de pensamiento todos los días de su vida.

Gracias a Dios no estamos impotentes como el elefante. Podemos vencer el


poder del medio ambiente con el poder de la Palabra poderosa y cambiante de
Dios, pero debemos saber que muchas veces nuestros familiares y amigos (si
bien ellos pueden ayudarnos a cambiar) también pueden impedirnos o
frenarnos de realizar cambios trascendentales.
Hebreos 11:15 dice: “pues si hubiesen estado pensando en aquella de donde
salieron (el patrón del medio ambiente), ciertamente tendrían tiempo de
volver (no intentar el cambio)”

4. El síndrome del éxito rápido o instantáneo

La sociedad nos ha hecho creer que se puede obtener éxito rápido, pero la
realidad de la vida y la experiencia nos dice que es al revés.

La espera y la paciencia, sumado al sacrificio, son ingredientes necesarios e


indispensables en el proceso del cambio. Uno espera con paciencia
porque sabeque logrará algo al final del recorrido. Gálatas 6:9 nos dice: “No nos
cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, sino
desmayamos.” El pasaje habla de no cansarse ni desmayar, pues para
cosechar primero hay que sembrar con sudor o sacrificio.

Los cambios trascendentales, para mejor, siempre requieren sacrificio.

Las etapas o pasos en del proceso de cambio

Dijimos anteriormente que el cambio es un proceso que requiere tiempo.

Cada nivel de cambio puede tener un incremento de dificultades y problemas.


Algunos cambios suceden más rápidos que otros,

algunos son más dolorosos que otros y demandan un alto grado de esfuerzo.
Cualquiera sea la situación que enfrentemos, necesitamos tener en cuenta los
siguientes pasos para efectuar cambios significativos:

PASO 1: La mente

Si podemos cambiar la manera de pensar, podemos entonces cambiar todo lo


demás. No se pueden realizar cambios trascendentales sin cambiar la forma
de pensar.

Para comenzar a cambiar la mente, el ingrediente de la información se hace


necesario.
El enemigo sabe esto y hará lo posible para que no recibamos información ni
accedamos a ella. Oseas 4:6 dice “mi pueblo fue destruido porque le faltó
conocimiento”

Cuando recibimos “luz” o información de algo, nuestros ojos se abren y podemos


cambiar.

Siempre la información nos da revelación;

la revelación es el iniciador de la transformación; y

la transformación es la avenida para la manifestación de Dios.

Para poder informarnos correctamente tenemos que desear oír y aprender a


oír.El Señor en su mensaje a la Iglesia en Apocalipsis le repite una y otra vez “el
que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice…” (Vea Apocalipsis 2:7, 11, 17, 29,
3:6, 13, 22)

PASO 2: Actitud

Luego de cambiar la mente o manera de pensar, lo siguiente y dificultoso para


cambiar es la actitud.

Nuestra actitud es la expresión de nuestro ser interior.

La actitud es la diferencia entre ganar o perder; fallar o tener éxito.

La actitud no es apariencia, habilidades. Ella puede ser negativa o positiva,


de feo de incredulidad, de victoria o derrota. Proverbios 18:14 dice:

“El ánimo del hombre soportará su enfermedad; más ¿quien soportará al


ánimo angustiado?”
PASO 3: Estilo de vida

No se puede cambiar un estilo de vida, sin primero cambiar la mente y la


actitud. El estilo de vida cambia cuando abrazamos la verdad de Dios, los
principios de Su Palabra, y ésta llega a ser una manera de vivir. Juan
8:32 dice; “y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres”.

La vida cristiana no consiste en cumplir reglas religiosas sino en un impacto


interior, por la Palabra de Dios y el Espíritu Santo, que transforma nuestra vida
de adentro hacia afuera.

PASO 3: Cultura

Cuando la mente es renovada, la actitud cambiada, y el estilo de vida


cambiado, todo eso llevará a afectar para bien nuestra cultura.

Dicen los sociólogos que lleva entre cinco y siete años traer un cambio a una
cultura establecida y enraizada por años. Por cierto, solos no podemos cambiar el
mundo, pero sí podemos cambiar nuestro mundo y el que nos rodea.

Mateo 5:13-14 dice: “Vosotros sois la sal de la tierra…vosotros sois la luz del
mundo…”
La rueda del cambio

Existen seis ciclos importantes, que cuando se los practican, originan un


cambio significativo. Es como una rueda que se moverá y avanzará. Ellos
son:

CICLO 1

Reconocer la necesidad del cambio

La idea aquí es mirarnos, como en un espejo imaginario, a nosotros mismos,


para saber como estamos en el presente y ver que se hace vital, necesario e
indispensable cambiar. Seria bueno hacerlo a solas y una vez que nos hemos
visto, expresar con palabras y decir, por ejemplo: -“No puedo ni quiero seguir
teniendo éste carácter explosivo, ésta actitud negativa, esos sentimientos
rencorosos, etc. No quiero que ésta característica me siga perjudicando y
destruyendo. Necesito cambiar por algo mejor, que sea saludable para mi,
bendiga a otros y glorifique al Señor”-

CICLO 2:

Visualizar el futuro

La idea es mirar por fe hacia adelante y expresar como nos gustaría llegar a
ser. Este es quizás el eslabón más importante del proceso de cambio.

Aquí uno puede gestar en fe su futuro, lo cual lo llevará a desear


realizar cambios trascendentales. Este es un paso
que influenciará positivamente la decisión de cambiar. Aquí la idea es ver, por
fe, los beneficios del cambio, como así también ver las consecuencias por no
cambiar.
Ver por fe es imaginarnos hablando palabras que edifican, teniendo una actitud
perdonadora y no rencorosa, rompiendo hábitos negativos y fluyendo con
actitudes nuevas. Es vernos con la apariencia física adecuada, con el nivel de vida
económico que Dios quiere, con la armonía y felicidad matrimonial que nunca
antes hemos tenido, etc.

CICLO 3:

Aceptar la necesidad de cambiar

Aquí es donde uno decide quedarse satisfecho como uno es, como está o si
realmente quiere ver las cosas cambiar para mejor.

Aquí es donde se tiene la certeza de fe que será necesario implementar cosas


nuevas.

CICLO 4:

Desear cambiar

1. En este punto la persona quiere realmente experimentar el cambio


trascendental, pero siente impotencia pues no sabe como hacerlo.

2. Es aquí donde se hace necesario buscar ayuda para que nos guíen y
aconsejen apropiadamente. Los cambios trascendentales en Dios no se
realizan a solas. Uno necesita:

a) La ayuda directa de Dios por medio de su Espíritu Santo

b) La ayuda de Dios a través de las autoridades espirituales de la Iglesia local


y/o hermanos maduros en la fe. Es aquí donde debemos aprender a dejar la
vergüenza de lado, buscar ayuda, abrir el corazón, escuchar con
atención y aplicar lo que nos han enseñado y ministrado.

CICLO 5:

Planear o trazar un plan de cambio

Aquí la persona desarrollará una estrategia de cambio, paso a paso, en forma


ordenada y progresiva que lo llevará del desorden al orden, del desequilibrio al
equilibrio; de lo negativo a lo positivo; de lo peor a lo bueno y a lo mejor. Para
crear un nuevo patrón de vida o conducta, se requiere paciencia y
perseverancia.

CICLO 6: Poner en práctica el plan

Aquí se hace necesario desarrollar el hábito de la obediencia a la estrategia


trazada, cuando fue a pedir ayuda y consejo. Se hace necesario no dejarse
llevar “por lo que siente” sino “por lo que debo o necesito hacer”
Conclusión

No te resistas al cambio, permítale al Señor trabajar en tu vida. Usted decida


hacer su parte, creyendo lo que dice 2 Corintios 3:18:
“Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la
gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma
imagen, como por el espíritu del Señor” ¡Este es el tiempo y ésta es su
oportunidad para realizar cambios trascendentales y experimentar una
poderosa transformación por la Gracia de Dios!

El Espíritu Santo, por medio de ésta enseñanza bíblica profunda te está diciendo
en ésta hora que hay cosas que cambiar en tu vida, matrimonio, negocios,
ministerio, etc. Usted ya no puede seguir así. ¡Tienes que cambiar!

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