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Bautista y Lugo, Rebelión de 1624 en Mexico PDF
Bautista y Lugo, Rebelión de 1624 en Mexico PDF
en la ciudad de México
la visión que se construyó sobre los alzados desde las primeras crónicas
escritas en el siglo xvii y que permeó en las interpretaciones contempo-
ráneas. Sin embargo, el llamado tumulto de 1624 ofrece perspectivas
privilegiadas para estudiar la vida social y política de los pobladores de
la ciudad colonial: como la de los indios urbanos y la visión que distintos
miembros de los grupos gobernantes tenían de ellos.
En esta exposición doy cuenta de los aspectos principales de la rela-
ción entre los indios y los grupos de poder, tomando en consideración
los datos sobre las reformas impulsadas por el virrey Gelves relativas
a los indios, los servicios personales y trabajos dirigidos a la ciudad y
el palacio, así como algunos aspectos de la relación con el arzobispado.
Por otra parte, formulo un esbozo general de la identidad de los indios
que participaron en la rebelión del 15 de enero de 1624 contra el virrey
y sus funcionarios más cercanos, resaltando los aspectos relacionados
con la ciudad. También presento datos sobre la lógica de las acciones
rebeldes en el entorno urbano.
Una parte de los resultados que presento aquí aparecieron en el tercer capítulo de la
tesis de licenciatura. Las principales fuentes que utilicé fueron las relaciones escritas en el
siglo xvii por miembros de los distintos grupos de poder, quienes por entonces se encontra-
ban enfrentados. En la tesis de licenciatura propongo una reinterpretación de la rebelión de
1624 con base en las primeras crónicas que se escribieron, 1624: Historia de una rebelión olvida-
da (tesis de licenciatura), México, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Nacional Autó-
noma de México, 2007, 207 p.
Diego Carrillo de Mendoza y Pimentel, marqués de Gelves, fue el representante para
Nueva España de la reforma administrativa formulada por el conde-duque de Olivares en
los comienzos del gobierno de Felipe IV. Véase, John H. Elliott, El conde-duque de Olivares, el
político en una época de decadencia, trad. castellana, Barcelona, Crítica, 1990, p. 136 y 166.
Archivo General de la Nación (en adelante, agn), Indios, v. 9, exp. 341.
Dos estudios sobre las reformas de Gelves y el tumulto en Feijoo, op. cit.; Boyer,
op. cit.
“Informe del estado en que el marqués de Gelves halló los reinos de la Nueva España,
y relación de lo sucedido en el tiempo que la gobernó y del tumulto y lo demás hasta que
volvió a España”, en Los virreyes españoles en América durante el gobierno de la casa de Austria,
México, Lewis Hanke (ed.), v. 3, Madrid, Biblioteca de Autores Españoles, 1977.
Véase Antonio de Brambila y Arriaga, “Relación en favor del Marqués de Gelves,
virrey que fue de esta Nueva España, cerca del tumulto que hubo en esta ciudad de México
el 15 de Enero de 1624”, en “Documentos relativos al tumulto de 1624 colectados por don
Mariano Fernández de Echeverría y Veitya”, en Documentos para la historia de México, México,
Imprenta de F. Escalante, 1855, v. 3, p. 213-290, doc. xxvi (segunda serie).
Informe del estado en que el marqués de Gelves halló los reinos de la Nueva España, p.115.
Véase Charles Gibson, Los aztecas bajo el dominio español 1519-1810, México, Siglo XXI, 1967,
p. 241. También Louisa S. Hoberman, “City Planning in Spanish Colonial Government: the
Response of Mexico City to the Problem of Floods: 1607-1637” (tesis de doctorado), Univer-
sity of Columbia, 1972; y Martín Alberto Rodríguez Vivas, “Los trabajadores indígenas del
desagüe novohispano durante la dirección de Enrico Martínez 1607-1632” (tesis de licencia-
tura), Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Nacional Autónoma de México, 2000.
Relación del principio y causa del alvoroto que hubo en la ciudad de Mexico. Lunes quince de
henero Año de 1624, en Tumultos de México, Biblioteca Bancroft, mm. 236, doc. 9, f. 178v.
10
Gibson, op. cit., p. 235.
11
Carlos Sempat Assadourian, “La despoblación indígena en Perú y Nueva España
durante el siglo xvi y la formación de la economía colonial”, en Historia Mexicana, v. 151,
México, El Colegio de México, 1988, p. 419-453.
12
Gibson, op. cit., p. 240 y ss., véase el mapa en p. 234 también de Gibson.
13
Louisa Schell Hoberman, op. cit. Véase también Rodríguez Vivas, op. cit.
14
agn, Indios, v. 9, exp. 172, f. 79v.
15
El documento no especifica cuales eran los barrios que conformaban la parcialidad
de la Laguna, o si estaba conformada por pueblos sujetos próximos a los barrios de la ciudad de
Xochimilco.
16
agn, Indios, v. 9, exp. 230, f. 109.
17
agn, Indios, v. 9, exp. 369, f. 183.
18
Véase Gibson, op. cit., p. 236.
19
Según Gibson, op. cit., p. 227, las parcialidades de Santiago y San Juan estaban exentas
del tributo por ocuparse en la obra de la catedral. Sin embargo a la caja de los dos cabildos
entraban tributos extraordinarios, como el caso de los xochimilcas aquí expuesto.
20
Silvio Zavala, María Castelo (comp.) Fuentes para la historia del trabajo en la Nueva Es-
paña, Centro de Estudios Históricos del Movimiento Obrero Mexicano, México, 1980, t. 6, doc.
cclxx, p. 253.
21
Feijoo, op. cit., 1964, Stowe, op. cit. Véase también la fundamental opinión de Jonathan
Israel al respecto, op. cit., p. 163.
22
Cristóbal Ruiz de Cabrera, Algunos singulares y extraordinarios sucesos…, en Tumultos
de México, Biblioteca Bancroft, mm. 236, doc. 8, f. 119, tanto como Gutiérrez Flores y Lorme-
nidi, op. cit., p. 90 y ss.; el primero a favor del arzobispo, el segundo a favor del virrey.
23
Relación del principio y causa del alvoroto, f. 162v.
y causó [el virrey] en él [el pueblo] esta novedad tanta turba y congoja,
que en punto se llenó la plaza mayor de esta ciudad, de personas de
toda calidad por correr voz que se sacaban á azotar los dichos relatores
y oficial que hacía oficio de secretario de cámara; y aunque echó bando
de que saliesen de la plaza y no anduviesen sino de dos en dos, nadie
se quizo salir hasta que por no obedecer el bando asieron de dos indios
y los azotaron [...] 24
27
Gerónimo de Sandoval, Relación del levantamiento que hubo en México contra el virrey…,
en Genaro García, Documentos inéditos o muy raros para la historia de México, Porrúa, México,
1982, tercera edición, p. 265.
28
Ibid., p. 266.
29
Véase Israel, op. cit., p. 154.
30
Cristóbal Ruiz de Cabrera, Algunos singulares y extraordinarios sucesos…, f. 131.
31
Gibson, op. cit., p. 227.
32
agn, Indios v. 10, exp. 144, f.80. En el documento, fechado el 13 de septiembre de 1629,
se especifica que el grupo se compone de 90 individuos, 55 indios provienen de San Juan
Tenochtitlan y 35 de Santiago Tlatelolco. La instrucción del Tribunal de indios estableció
que “Darán los dichos yndios extravagantes a la obra de la cathedral desta ciudad con
cargo que a cada uno se le pague a dos reales por el travajo de cada un día”, el documento
establece que se reservará a estos trabajadores indios de los repartimientos exigidos por
Chapultepec y Tlalpujahua.
33
Juan Gutiérrez Flores y Juan de Lormendi, Relación sumaria y puntual del tumulto y
sedición que hubo en México…, en Mariano Fernández de Echeverría y Veytia (comp.), Docu-
mentos relativos al tumulto e 1624, Imprenta de F. Escalante, México, 1855, v. i, doc. ii.
34
Margarita Menegus, “La organización económico espacial del trabajo indígena en el
valle de Toluca, 1530-1630”, en Manuel Miño Grijalva, Haciendas, pueblos y comunidades, Méxi-
co, conaculta, 1991, p. 44.
35
“Asimismo, el repartimiento fue frecuentemente utilizado a lo largo del periodo co-
lonial para las obras de desagüe; por ejemplo en 1617 fueron llamados para las obras de
Huehuetoca los pueblos de Tarasquillo, Xilocingo, Talasco, después llamado Lerma, y Oce-
lotepeque entre otros” p.45. Menegus, op. cit., p. 45 y 46, informa también que Ocoyoacac,
Tepezoyuca y Coapanoaya enviaban semanalmente dos indios para la fábrica de pólvora de
México y seis para el empedrado de las calles, mientras que Xalatlaco debía llevar carbón a
la case de Moneda.
Entre los datos que aportan las crónicas de la rebelión para conocer la
lógica de las acciones rebeldes están el número de participantes, los
rituales que representaron, sus objetivos e instrumentos.
Uno de los aspectos principales de todo movimiento político y so-
cial es la cantidad de personas que toman parte en sus acciones. En el
caso de la rebelión de 1624, la cifra de treinta mil42 es un cálculo máxi-
mo, que refiere el momento culminante del levantamiento, la tarde del
15 de enero de 1624; otras relaciones sostienen diferentes posiciones. En
la medida en que el levantamiento fue creciendo, más gente se sumó a
los ataques contra el palacio; Sandoval estima que, en un momento del
conflicto, los sublevados llegaron a veinte mil.43
Frente al impresionante número de rebeldes, las milicias convo-
cadas por el oidor Gaviria para mantener el orden fue de doce mil
hombres armados, que se juntaron para dividir a los rebeldes y tomar
el poder.44
En los inicios de las movilizaciones del día 15 de enero, Ruiz de
Cabrera refiere un pasaje que aporta algunas pistas sobre la organiza-
ción de los rebeldes:
40
Brambila y Arriaga, op. cit., p. 278; Ruiz de Cabrera, op. cit., f. 119; Carta de la Ciudad
de México, op. cit., p. 143.
41
Relación del principio y causa del alvoroto, op. cit., p. 179.
42
Sandoval, op. cit., p. 269.
43
Véase Gutiérrez, op. cit., p. 104 y la glosa 1 del “tenor de la providencia que la Audien-
cia hizo en respuesta al protesto de S.E”, anexado a la misma relación. También es interesan-
te la versión de Sandoval, quien establece un crecimiento del número de los rebeldes en la
medida que se desenvolvían las acciones de confrontación y en relación con la decisión del
virrey de reprimir con armas de fuego la rebelión. Sandoval, op. cit., p. 268-269.
44
Véase Gutiérrez, loc. cit. La Relación del principio y causa del alvoroto refiere que “toma-
ron en sí el gobierno […] mandó tocar alarma echando vando […] viniesen luego allí con las
harmas que tuviesen, a lo que se les ordenase y mandase […] y como tan leales vasallos sa-
lieron a la plaza, obedeciendo qual con escopeta, qual con lanza, rodela y broqueles. Relación
del principio..., op. cit., p. 175; siguiendo la lógica de la narración, como ya se ha dicho, al pa-
recer, Vergara Gaviria convocó tal cantidad de gente armada para poner fin a la rebelión y al
mismo tiempo tomar el gobierno en sus manos.
45
Ruiz de Cabrera, op. cit., p. 130.
46
Relación del principio y causa del alvoroto, op. cit., p. 168.
47
“Revelación de una religiosa del convento de Jesús María de México, sobre el tumul-
to del día 15 de enero de 1624”, en “Documentos relativos al tumulto de 1624”, compilados
por Mariano Fernández de Echeverría y Veitya, en Documentos para la historia de México, Juan
R. Navarro (ed.), 2a. serie, t. iii, México, Imprenta de F. Escalante, 1855, doc. xvii.
48
Relación del principio y causa del alvoroto, p. 168.
49
Sandoval, op. cit., p. 268-270.
decían que allí estaban y veían sambullidos y otros, que no los alcan-
zaban a ver, pues tan malas almas habían inmundificado la claridad
de la agua; y asperjando a algunos rociados de ella con hisopo, huían
los congregados de sola una gota, temiendo la infición del contacto de
los escomulgados […] 53
53
Urrutia, op. cit. [segunda relación], p. 373.
54
Ibid., p. 374.
55
Ibid., p. 375.
Conclusiones
Como se ha visto, los datos que aportan las relaciones del siglo xvii
sobre la rebelión no son suficientes para tener una idea completa de los
60
Gutiérrez Flores y Lormendi, op. cit., p. 108. También Ruiz de Cabrera, quien lo narra
de la siguiente forma: “también saquearon la casa del doctor y assessor Luis de Herrera, y la
del fiscal de Panamá, no menos aborrecidos. Y saquearon la del letrado donde se hospedó el
jues comisario de la Puebla.” Ruiz de Cabrera, op. cit., p. 135.
61
Relación del principio y causa del alvoroto, op. cit., p. 177.
62
Este hecho también es sostenido por la relación anónima antigelvista, que dice: “de
alli fueron en cassa del secretario Cristóbal Osorio. Y queriendo saquearla, el Capitán General
lo defendió.” Idem.
63
Lo que apoyaría la explicación de Guthrie, op. cit., p. 20, quien ya ha sido rebatido por
Israel con respecto a la inexactitud de su explicación sobre las causas del tumulto.
64
Esta explicación se refuerza con el relato que ofrece la Relación del principio y causa del
alvoroto, en el que “el Marqués del Valle, que andava quietando la gente, de ella, al qual
aviéndole visto salir del palacio y un criado suyo, vestido de color, pareciéndoles que era de
el palacio, y criado del virrey dieron de tras del, que iba a cavallo, tirándole tantas piedras
hasta que cayó, teniéndole por muerto lo dexaron.” Relación del principio..., p. 173.
65
Véase Barrington Moore, La injusticia: bases sociales de la obediencia y la rebelión, trad.
Sara Sefchovich, México, Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Investi-
gaciones Sociales, 1996, p. 104.
66
Felipe Castro Gutiérrez señala lo siguiente: “Las rebeliones fueron la forma de movi-
lización política de los grupos que por una u otra razón se hallaban marginados de posibili-
dades institucionales de hallar respuesta a sus demandas y reivindicaciones”, en Movimientos
populares en Nueva España. Michoacán, 1766-1767, México, Universidad Nacional Autónoma
de México, Instituto de Investigaciones Históricas, 1990, p. 27.
67
Zárate Toscano, op. cit.
68
Para una enumeración de las características de la ciudad hispanoamericana durante
los siglos xvii y xviii, véase Manuel Miño Grijalva, El mundo novohispano: población, ciudades
y economía, México, Fondo de Cultura Económica-El Colegio de México, 2000, p. 53, quien
destaca la aparición de “la plebe” como un nuevo grupo social vinculado al desarrollo de las
ciudades coloniales.
69
Quizás fueron muchos menos, pero el número señala la magnitud de la impresión
que causó en los cronistas de la rebelión.
70
Así lo afirmó Feijoo, op. cit., p. 58.
71
Véase Georges Rudé, La multitud en la historia. Los disturbios populares en Francia e In-
glaterra, trad. Ofelia Castillo, 5a. edición, México, Siglo XXI, 1998, p. 245 y ss. También E. J.
Hobsbawm, Rebeldes primitivos. estudio sobre las formas arcaicas de los movimientos sociales en los
siglos xix y xx, Barcelona, Crítica, 2001, p. 151.
72
E. P. Thompson, “La economía moral de la multitud”, en Tradición, revuelta y conscien-
cia de clase: estudios sobre la crisis de la sociedad preindustrial, Barcelona, Crítica, 1979.
73
Véase el señalamiento de Hobsbawm sobre las ideas políticas de la turba urbana en,
op. cit., p. 150.
74
Natalia Silva Prada en La política de una rebelión. Los indígenas frente al tumulto de 1692
en la ciudad de México, México, El Colegio de México, 2007, p. 21, señala la excepcionalidad de
datos que aportó el estudio de la rebelión de 1692 para rastrear una cultura política del anti-
guo régimen practicada por los indios de la ciudad.