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Capítulo 4 - Bioetanol PDF
Capítulo 4 - Bioetanol PDF
Como fuente de glucosa se utilizan materiales muy diversos. Grano de maíz, caña de azúcar,
celulosa de la madera, sorgo, patatas, trigo e incluso residuos vegetales ricos en fibras son los
materiales más comúnmente empleados. Durante el año 200X Brasil produjo 15.066 millones
de litros, principalmente de caña de azúcar y EE.UU. 13.351 millones de litros, procedentes del
almidón del maíz. El riesgo de competencia de la producción de etanol por los alimentos ricos
en carbohidratos resulta evidente. En cualquier caso, tanto el cultivo propiamente dicho como
la posterior transformación industrial requieren el consumo de una cantidad considerable de
energía la mayor parte de la cual tiene origen fósil. Analizaremos a continuación las entradas de
energía que resultan más comunes en diferentes cultivos y en la transformación industrial
posterior a que se someten las plantas hasta obtener finalmente el bioetanol.
El Bioetanol de maíz.
El maíz es una gramínea que posee fotosíntesis de tipo C4. Su cultivo produce una gran
cantidad de biomasa, de la que se aprovecha cerca del 50 por ciento en forma de grano. El resto,
corresponde a diversas estructuras de la planta: caña, hoja, limbos y mazorca entre otros. Con
agricultura mecanizada la producción por hectárea se sitúa, en promedio, alrededor de los 9000
kg/ha (peso fresco de grano, con un contenido del 15 por ciento de agua) y, en condiciones muy
favorables, puede llegar a alcanzar valores de 10000 kg/ha. El grano representa
aproximadamente la mitad del peso seco aéreo de la planta (tabla 4.1). En la composición típica
promedio del grano de maíz, que constituye la materia prima para la producción de bioetanol,
un 66 por ciento de su biomasa (peso seco, una vez descontado el 15 por ciento de humedad que
se considera un valor estándar) corresponde al almidón, un 3.9 por ciento son aceites y cerca de
un 29 por ciento corresponde al gluten con diferentes proporciones de proteínas. La producción
de biomasa residual (cañas, hojas, chalas y mazorcas), oscila entre 7 y 10 toneladas de peso seco
por hectárea.
Figura 4. 1. Rutas fermentativas de la glucosa una vez hidrolizado el almidón contenido en el grano de
maíz o en la celulosa. En la primera fase, cada molécula de glucosa se transforma en dos moléculas de
piruvato. A partir de aquí sólo las rutas que conducen al etanol y butanodiol son activadas por la
levadura. Las restantes rutas alternativas son activadas por bacterias aeróbicas o anaeróbicas. Algunas
de estas bacterias están presentes en el caldo de fermentación.
Naturalmente estas cifras tan elevadas de producción sólo resultan posibles invirtiendo
cantidades considerables de energía en el cultivo. En primer lugar el cultivo de maíz requiere
grandes cantidades de fertilizantes hasta el punto que el 40 por ciento de todo el nitrógeno
mundial destinado a fertilizantes se dedica a la producción de maíz.
Además el maíz requiere unos 1000 mm de agua lo que supone que, una parte de la producción,
se obtiene en cultivos de regadío. Además de consumir importantes cantidades de agua, ésta
debe de ser bombeada y transportada a expensas de un consumo de energía eléctrica. La
producción de maíz sólo se logra invirtiendo una cantidad considerable de energía fósil
(petróleo) en forma de fertilizantes, herbicidas e insecticidas, gasoil consumido en la maquinaria
agrícola, electricidad utilizada en los regadíos y transporte asociado al cultivo.
La tabla 4.2 resume las entradas energéticas al cultivo de una ha de maíz. En la última columna
de dicha tabla se determinan las emisiones de CO2 asociadas a las diferentes entradas de energía
del cultivo. La producción de una hectárea de maíz (18 tm de biomasa seca de las cuales algo
menos de 9 tm –el 50 por ciento- corresponden al grano) supone la fijación de 9 toneladas de
carbono (sin contabilizar la biomasa subterránea) que equivalen a 33 toneladas de CO2 de las
cuales 4.5 toneladas de carbono, equivalentes a 16.5 toneladas de CO2 se fijan en la producción
del grano. La energía invertida en el cultivo de una hectárea de maíz asciende a 5145 Mcal/ha
que provocan unas emisiones de 1900 kg de CO2 con lo que podemos considerar que el cultivo
de una hectárea de maíz tiene un balance neto de fijación de algo más de 30 tm de CO2.
Resulta interesante comprobar en la tabla 4.2 que, de los 1900 kg de CO2 emitidos en las
labores del cultivo, casi una tercera parte (563 kg) se origina como consecuencia de la
fertilización con nitrógeno, de lejos el componente más caro, en términos de emisiones de CO2,
del cultivo.
En la molienda seca se limpian y muelen los granos de cereal hasta reducirlos a finas partículas
por un sistema mecánico. Se produce una harina con el germen, la fibra y la fécula del maíz. La
harina es hidrolizada o convertida en sacarosa usando enzimas o una disolución ácida. La
mezcla es enfriada y se le añade la levadura para que comience a fermentar.
Figura 4.2. Las moléculas de almidón están constituidas por puentes glucosídicos (en
amarillo) que mantienen unidas dos moléculas de glucosa deshidratadas. La hidrólisis consiste
en la ruptura de los puentes glucosídicos. En la hidrólisis cada molécula de glucosa gana una
molécula de agua.
La glucosa se somete a un proceso de fermentación, con el que se obtiene etanol y una fracción
menor de otros bioalcoholes. Aunque el proceso de fermentación de la glucosa producido por
levaduras es complejo, se puede resumir estequiométricamente como:
En el caldo de fermentación se añaden 15 litros de agua por cada litro de etanol producido, lo
que supone, el bombeo y transporte de 15000 litros de agua por cada 1000 litros de etanol
producidos. El costo de bombear el agua se estima en 4 cal/litro por cada metro de altura. Si
suponemos que el agua se bombea desde una profundidad media de 100 m, el costo de bombeo
supone 0.4 kcal/litro y, en total, 6000 kcal. En este cálculo no se han considerado otras
cantidades de agua que, naturalmente se consumen en el proceso de elaboración del bioetanol.
En la tabla 4.2 se dan los valores de los diferentes componentes del proceso industrial de
producción de 1000 litros de bioetanol.
La destilación del etanol representa un costo energético considerable. Para obtener etanol con
una concentración del 95 por ciento, se debe someter a un proceso de destilación. Ya hemos
dicho que el caldo que resulta de la fermentación de la glucosa contiene etanol a una
concentración aproximada al 8 por ciento por lo que se debe destilar para concentrarlo. El etanol
alcanza su punto de ebullición a 78ºC y presenta un calor específico (la energía necesaria para
elevar 1ºC la temperatura de 1 g de etanol) de 2.46 J·g-1·°C-1 ó 0.59 cal·g-1·°C-1. Si partimos de
una temperatura ambiente de 20ºC, la temperatura del caldo de fermentación se debe de elevar
58ºC hasta alcanzar el punto de ebullición del etanol.
Calentar el etanol para su destilación supone calentar toda la masa del caldo de fermentación
que incluye los 15000 litros de agua. Dado el elevado calor específico del agua (1 cal·g-1·ºC-1),
calentar los 15000 litros desde los 20 hasta los 78ºC supone un aporte extra de energía de
900000 kcal que se añaden a las 27000 kcal requeridas para elevar la temperatura de los 1000
litros de etanol. La energía consumida en este primer proceso de destilación asciende a 927000
kcal. Se requiere más de un proceso de destilación para obtener etanol puro. La concentración
de 95 por ciento se logra tras tres procesos de destilación. En los dos procesos subsiguientes se
parte de una mezcla en la que el etanol está mucho más concentrado con lo que el coste de
destilación decrece gradualmente. Consideraremos que, tras la primera destilación se obtiene
una mezcla de etanol al setenta por ciento, tras la segunda destilación su concentración se eleva
al 85 por ciento y tras la tercera etapa de destilación se alcanza la concentración del 95 por
ciento. En estas condiciones, el costo de destilación es de 1430 kcal por cada litro de etanol
producido.
CO2
kcal/1000 l
PROCESADO INDUSTRIAL (1000 litros): (kg/1000 l)
Grano para producir 1000 l de etanol (kg) 2857
Transporte:
Peso de grano y etanol final (kg) 3857
Distancia de transporte en camión (km) 500 424903 127
Transporte en barco (solo el etanol) (km) (f) 3000 260220 78
Planta de producción (kcal/l de etanol) (g) 7.0 6984 2
Agua (15 l/l de etanol) (litros) (h) 15000 6000 2
Destilación del etanol (litros) (i) 16000 1430793 429
Concentración al 99.5% (kcal/l) (j) 9 9000 3
Electricidad (kwh) (k) 100 259200 78
Depuración de aguas residuales (kg de DBO) (l) 135 1399680 420
TOTAL procesado industrial: 3796780 1139
TOTAL GENERAL (kcal/1000 l de etanol): 5434702 1744
Energía del bioetanol: 5609736 1683
Rendimiento: 1.03 0.96
Productos secundarios:
DDG (kg) (m) 943 4704480
Energía total (bioetanol+DGG): 10314216
Rendimiento final: 1.90
litros de bioetanol equiv a 1l de gasolina 1.52 2648
Emisiones de CO2 del biodiesel respecto del gasoil 1.04
Considerandolas emisiones por la extraccion y refinado
del petróleo (2.8 kg de CO2/l de gasolina) 0.95
(a) el costo de producir semilla híbrida es 4 veces superior al costo de producción del cultivo.
(b) granja de 120 ha y vida media de la maquinaria de 15 años
(c) transporte de la semilla, fertilizantes, herbicidas y grano producido una distancia de 100 km en camión
(d) asumiendo un costo de 42300 kcal/hora de trabajo, que es el valor que corresponde a la agricultura mecanizada de
los paises desarrollados
Además, para mezclarlo con gasolina, cuando se utiliza como oxigenante, se requiere etanol de
una concentración del 99.5 por ciento. El resultado es que cerca del 30 por ciento del costo
energético de producir etanol en una planta industrial viene representado por el costo del propio
cultivo mientras que la destilación (1430 kcal/litro de etanol producido) supone casi el 40 por
ciento del costo del proceso industrial que asciende a 3800 kcal por litro de etanol que,
sumadas a los 1640 kcal/litro del costo del cultivo arrojan un total de 5435 kcal/litro de etanol
que es una estima conservadora del costo energético total de producir etanol a partir del maíz.
Una parte importante del agua utilizada, unos 15 litros por litro de etanol producido, formarán
la vinaza que no es sino el residuo líquido (agua con sólidos) de la industria alcoholera
producido en el proceso de destilación que transcurre después de la fermentación. En general se
trata de un líquido de pH ácido y con elevadas demandas química y bioquímica de oxígeno
(DQO y DBO). La composición característica de una vinaza de destilería se resume en la tabla
4.3.
Debido a su alto nivel contaminante, las vinazas han de ser tratadas en una planta de depuración
de aguas residuales antes de poder ser vertidas. Poseen una elevada demanda de oxígeno de
entre 12 y 50 g/l dependiendo del tipo de planta productora. El costo de depurar estas aguas
residuales equivale 3500 kcal/kg de DBO. De este modo, depurar 9000 litros de agua (los 6000
restantes se pueden recuperar en el proceso de destilación) con una demanda media de 15 g/l,
un valor ciertamente bajo, supone una DBO total de 135 kg que representa un coste equivalente
de 135*3456=467 Mcal. Dado que se necesitan 3 kWh de energía térmica para producir 1 kwh
de energía eléctrica, el costo final de depurar las aguas residuales asciende a 1400 kcal por cada
litro de etanol producido.
Por último se estima que el consumo de energía eléctrica en la planta de procesado es de 100
kWh por cada 1000 litros de etanol producidos, equivalente a 100*864*3=259 Mcal. Nótese que
este consumo se añade al consumo de la energía eléctrica utilizada tanto en los procesos de
destilación como de depuración de las aguas residuales ya que el costo energético del consumo
de estos procesos se ha incluido en la estimación de cada uno de ellos.
Todavía pueden esgrimirse los argumentos referidos a la reducción de emisiones de CO2. Los
casi 9000 kg de grano producido en una hectárea de maíz supone la fijación de 4.5 toneladas de
carbono, equivalentes a 16.5 toneladas de CO2. En la producción del cultivo se emiten a la
atmósfera 1900 kg de CO2 /ha de los que 605 corresponden a la parte del maíz necesaria para
producir 1000 litros de etanol. Las emisiones asociadas al proceso de transformación industrial
suponen 1139 kg más que, sumados a las emisiones asociadas al cultivo, totalizan la nada
despreciable cifra de 1744 kg. Naturalmente en este cómputo no se incluye el CO2 emitido en la
combustión del propio etanol puesto que queda compensada al haberse fijado previamente en el
cultivo. Si se prefiere, la producción de un litro de etanol supone la emisión de 1.7 kg de CO2 a
la atmósfera.
industrial;
ENERGÍA 3797 Arriba: Balance energético en la
producción de un litro de bioetanol a
partir del grano de maíz. En términos
energéticos la energía que se debe de
cultivo; 1638 invertir en el cultivo más la energía del
proceso industrial resultan
energía del prácticamente igual a la energía que se
etanol; 5610 recupera en el bioetanol con lo que el
balance del proceso es prácticamente
DDGS; 4704 nulo. Los residuos de la destilación,
ricos en proteínas y fácilmente
digeribles, aportan una cantidad extra
de energía si se utilizan como pienso
Emisiones de CO2 para el ganado.
proceso
industrial; Abajo: Las emisiones de CO2 que se
cultivo; 919
1730 producen en el cultivo más las que se
producen en el proceso industrial
resultan ligeramente superiores a las de
la gasolina que puede substituir el
bioetanol con lo que el balance de
gasolina; emisiones de CO2 resulta negativo. Se
2555 emite más CO2 a la atmósfera en la
producción de bioetanol que con el uso
de la propia gasolina fósil
convencional.
Pero aún hay más. El contenido energético del etanol quemado en el motor de un vehículo es de
5610 kcal/l ó 7128 kcal/kg en tanto que el de una gasolina estándar (densidad 0.76 kg/l) es de
8518 kcal/l ó 11208 kcal/kg con lo que para obtener la misma energía en el motor del vehículo
se requiere un volumen de combustible 1.5 veces superior de etanol que de gasolina
convencional con lo que los escasos márgenes que habíamos obtenido se tornan netamente
deficitarios. La producción de esta cantidad conlleva unas emisiones asociadas de 2.65 kg de
CO2 cantidad ligeramente superior a los 2.56 kg emitidos al quemar un litro de gasolina
convencional. No hay duda de que el bioetanol obtenido a partir de maíz no supone esperanza
alguna para la reducción de emisiones.
Para ser más rigurosos en nuestra comparación deberíamos tomar en consideración el costo de
exploración, perforación, extracción y refinado del petróleo del que se obtiene la gasolina. Ya
se ha discutido en el capítulo 3 el retorno de energía que se puede obtener en la cadena de
exploración, extracción y refinado del petróleo. En las condiciones de extracción más favorables,
como las que se dan en el petróleo de Oriente Medio, el rendimiento, es decir la energía
obtenida por cada unidad de energía invertida se eleva a 30, pero este valor decrece rápidamente
a medida que las condiciones se hacen más difíciles ya sea porque se extrae petróleo de mayor
profundidad, de yacimientos submarinos más alejados de la costa o de rocas cada vez menos
ricas en petróleo. En el caso de la extracción de petróleo de rocas bituminosas el rendimiento
puede decrecer hasta valores de 1.5. A medida que las reservas de petróleo se hacen cada vez
más escasas se explotan yacimientos cuyo rendimiento es cada vez menor. El costo asociado a
los procesos de exploración, perforación, extracción y refinado comporta unas emisiones de
CO2 a la atmósfera, asociadas al consumo de gasolina que rara vez se tienen en cuenta. Los
valores de estas emisiones se han discutido en el capítulo 3. En el cálculo de los balances de
emisiones del bioetanol hemos adoptado un valor conservador asumiendo un retorno de energía
de la extracción de petróleo de 10. En estas condiciones la combustión de un litro de gasolina
supone unas emisiones totales de 2800 gramos de CO2. Si se toma en consideración este valor,
el balance de emisiones de CO2 del etanol equivalente a un litro de gasolina (2648 g) resulta
favorable y supone una reducción de emisiones del 5 por ciento. En este punto, se nos plantea
la pregunta de si la exigua reducción de 152 g de CO2 merece asumir los riesgos sociales y
ambientales que conlleva la producción de bioetanol a partir del maíz y que se discuten en el
capítulo 6.
Las características del producto final dependen de la calidad del producto inicial y de las
condiciones del proceso (temperaturas y tiempo de cocción, destilación, deshidratación y
granulado). En general, concentran entre 2.2 y 3 veces el contenido en fibra, proteína, extracto
etéreo y cenizas, en relación con el producto original. El contenido proteico es alto, en torno al
25 por ciento, pero es pobre en lisina. El calor aplicado durante los procesos de fermentación,
destilación y secado reducen la solubilidad de la proteína. De aquí, que el valor proteico sea
superior en los productos húmedos que en los secos. El contenido en grasa de los residuos de
destilería es alto (en torno al 5-10%) de carácter insaturado (56% de ácido linoléico). Los
DDGS son un producto muy palatable, con altos contenidos en levaduras, minerales y vitaminas
del grupo B. Este residuo presenta un valor energético que fluctúa entre 4000 y 5000 kcal/kg de
materia seca.
Por cada kilogramo de maíz procesado se obtienen 330 g de DDGS con un contenido energético
de 525 kcal/kg. Podemos añadir este crédito a nuestro balance final. Los 2857 kilos de maíz
utilizados para producir los 1000 litros de etanol producen 943 kg de DDGS con un contenido
energético de 4900 kcal/kg o, un total de 4.7 Mcal que se añaden a los 5.6 Mcal contenidas en el
etanol. Si se contabiliza el contenido energético de estos productos secundarios aumenta
considerablemente el rendimiento energético del balance global de producción de bioetanol
hasta un valor de 1.9
En este punto se nos plantea una pregunta crucial que tiene que ver con otros biocombustibles
alternativos. Además de la semilla de maíz se puede obtener etanol utilizando otras fuentes de
materia prima que no compitan con el alimento como la celulosa de la madera o de la caña de
azúcar. El mijo (Panicum virgatum) es una gramínea, de rápido crecimiento, nativa de
Norteamérica que acumula grandes cantidades de biomasa y que se propone como fuente de
materia prima para obtener etanol. La caña de azúcar, otra gramínea tropical con una tasa de
crecimiento elevada, es otra de las fuentes de materia prima que se ha utilizado como fuente de
carbohidratos para producir bioetanol. El balance energético y de CO2 del bioetanol producido a
partir de estas materias primas alternativas ¿resulta más favorable que el producido a partir del
maíz?
La caña de azúcar es una gramínea de tipo C4 que crece bien en los países tropicales. Brasil es
el principal productor mundial y le sigue a gran distancia, India. En el año 2002 Brasil cosechó
372 millones de toneladas de caña de azúcar y la India 279 millones. A título comparativo los
Estados Unidos produjeron, en el mismo año, una cosecha de 257 millones de toneladas de
maíz. Sin embargo, la caña de azúcar de Brasil produjo solamente 57 millones de toneladas de
azúcar en tanto que el maíz de los estados Unidos produjo 144 millones de toneladas de
almidón, es decir, 2.5 veces más materia prima para la producción de etanol.
Brasil dedica al cultivo de la caña 5 215 000 ha con una producción que alcanza las 93 tm/ha de
biomasa aérea total de las que 21.6 toneladas corresponden a la producción de la caña
propiamente dicha. La composición de la caña de azúcar se resume en la tabla 4.3. La caña
propiamente dicha, que es la fracción que se exprime para extraer el azúcar, constituye el 77 por
ciento de la biomasa aérea total. El caldo que se obtiene exprimiendo la caña contiene un 44 por
ciento de sacarosa y un 7 por ciento de otros azúcares como se refleja en la tabla 4.4. En total, el
51 por ciento de la biomasa seca de los tallos de la caña lo constituyen azúcares susceptibles de
ser sometidos a fermentación para obtener bioetanol. La fracción restante, está formada por
fibras: celulosa, hemicelulosa y lignina cuya biomasa seca asciende a 10.6 tm/ha. Una hectárea
de cultivo permite obtener 11 toneladas de azúcares, en su mayor parte sacarosa como ya se ha
comentado que se pueden transformar para obtener, en promedio, 5700 litros de etanol.
En efecto, cada tonelada de caña, de la que 770 kg corresponden a los tallos de la caña, permiten
extraer algo menos de 400 kg de azúcar que, en la fermentación, se transforman en 160 kg de
etanol siguiendo las pautas de la fermentación aerobia que hemos comentado en el caso de la
obtención de etanol a partir del maíz. La densidad del bioetanol es de 0.79 kg/l y cada kg de
etanol obtenido contiene 7128 kcal o, si se prefiere, 5610 kcal/litro. En el proceso de obtención
del bioetanol, se obtienen algunos residuos cuyo contenido energético resulta aprovechable.
En particular, por cada tonelada de caña procesada se obtienen 230 kg de hojas y otras
fracciones de la planta, y 377 kg de los restos del exprimido de la caña, o sea un total de 607 kg.
Estos materiales pueden retornarse al campo de cultivo para favorecer su descomposición y
reponer así una parte de los nutrientes extraídos en la cosecha, contribuyendo a su fertilidad, o
pueden ser secados y posteriormente quemados para obtener una fracción de la energía que se
requiere en el proceso industrial del etanol. En este último caso, resulta necesario aumentar la
dosis de reposición de fertilizantes.
Las dosis de fertilizantes aplicados al cultivo de la caña de azúcar oscilan alrededor de los 100
kg de nitrógeno, 80 de fósforo y 240 de potasio. Estos valores, así como sus equivalencias en
términos energéticos y de emisiones de CO2, se resumen en la tabla 4.6 de manera análoga al
resumen del etanol procedente del maíz que discutimos en la tabla 4.2.
El cultivo de una hectárea de caña requiere algo más de 4 millones de kilocalorías de los que
prácticamente una tercera parte corresponde al fertilizante nitrogenado. Los combustibles
aportan al cultivo otra tercera parte de la energía. Estos aportes de energía al cultivo son
responsables de las emisiones de 1442 kg de CO2/ha.
El proceso industrial de la fermentación del azúcar es similar al descrito en el caso del almidón,
por lo que no repetiremos aquí los detalles.
La producción de 1000 litros de bioetanol de la caña de azúcar exige 3782 kilos de azúcar que
se obtienen en una extensión de cultivo de 0.18 ha. La energía proporcional de este cultivo es
de 708 Mcal y genera 253 kilos de CO2. El proceso industrial de los 1000 litros de bioetanol
requiere 3900 Mcal más y genera 1170 kg de CO2. En total, la producción de 1000 litros de
bioetanol de caña de azúcar consume unas 4600 Mcal y produce una emisión de 1423 kg de
Tanques de fermentación
Exprimido
Tallos 21.6 t
Eficiencia de hidrólisis
y fermentación, 0.78
Rendimiento estequiométrico
de la glucosa, 0.51
Residuos del exprimido
10.6 t
Hojas y otras
fracciones
6.4 t
CO2 8100 kg
Residuo seco, 17 t Etanol, 5700 litros
Figura 4.4. Esquema de la producción de una hectárea de caña de azúcar. La producción anual media en
los países tropicales es de 93 toneladas/ha de biomasa aérea de las que 28 corresponden a peso seco. De
las 28 t PS/ha, 21.6 corresponden a los tallos de la caña propiamente dicha que se exprime en el molino
para obtener el jugo que contiene 11 t de azúcares que se hidrolizan y se llevan a los tanques de
fermentación en los que se obtienen 4486 kg de etanol que equivalen a 5700 litros. Las 10.6 toneladas
restantes más las 6.4 toneladas de hojas, inflorescencias y otras fracciones constituyen un residuo seco
que puede aprovecharse para obtener energía (lo que impide su descomposición en el campo y tiene un
efecto negativo sobre la concentración de nutrientes en el suelo), o puede dejarse en el suelo para
favorecer su descomposición contribuyendo a mantener los niveles de fertilidad. En la fermentación y
posterior destilación del etanol se producen 85000 litros de aguas residuales con elevadas DQO y DBO
que deben de ser tratados y 8100 kg de CO2 que se producen, en parte, como consecuencia del
rendimiento estequiométrico de la fermentación ya que cada molécula de glucosa da lugar a dos
moléculas de etanol y dos de CO2.
CO2. La energía contenida en los 1000 litros de bioetanol es de unas 5600 Mcal con lo que el
balance energético de la producción de bioetanol a partir de la caña de azúcar arroja un
rendimiento del 22 por ciento.
Como vemos el balance final tanto en términos energéticos como en términos de emisiones de
CO2 de la producción de etanol a partir de la caña de azúcar resulta mucho más favorable que su
producción a partir del grano de maíz, hecho que se explica básicamente por la producción más
elevada de la caña de azúcar (5700 litros de bioetanol por hectárea frente a los 3141 del maíz).
kcal/1000
PROCESADO INDUSTRIAL (1000 l) litros
Costo del cultivo para producir 1000 litros de etanol 708024 253
Semillas (o MP) para producir 1000 l de etanol (kg) 3782
Transporte (a):
Peso de grano y etanol final (kg) 4782
Distancia de transporte en camión (km) 500 526807 158
Transporte en barco (solo el etanol) (km) (f) 3000 260220 78
Planta de producción (kcal/l de etanol) (g) 7.0 6984 2
Agua (15 l/l de etanol) (litros) (h) 15000 6000 2
Destilación del etanol (litros) (i) 16000 1430793 429
Concentración al 99.5% (kcal/l) (j) 9 9000 3
Electricidad (kwh) (k) 100 259200 78
Depuración de aguas residuales (kg de DBO) (l) 135 1399680 420
TOTAL procesado industrial: 3898684 1170
TOTAL GENERAL (kcal/1000 l de etanol): 4606708 1423
Energía del bioetanol: 5609736 1683
Rendimiento: 1.22 1.18
Productos secundarios:
Coproductos (kg) (m) 607.30 3030184.08
Energía total (bioetanol+Coproductos): 8639920
Rendimiento final: 1.88
litros de bioetanol equivalente a 1l de gasolina 1.52 2160
Emisiones de CO2 del bioetanol respecto del gasoil 0.85
Considerándolas emisiones por la extracción y refinado
del petróleo (2.8 kg de CO2/l de gasolina) 0.77
Notas a pié de tabla: ver las notas de la tabla 4.2.
metro cuadrado de cultivo. Finalmente tras el proceso industrial, en el etanol producido en cada
metro cuadrado de cultivo se recuperan 3116 kcal es decir el 0.23 por ciento de la energía solar
incidente. A modo de comparación, un maizal fija 8500 kcal en cada metro cuadrado a lo largo
de todo el periodo de crecimiento aunque también es cierto que, al localizarse a latitudes más
elevadas, recibe menos insolación que la caña en el trópico.
La cascada de pérdida de energía resulta evidente con un cuello de botella ineludible que radica
en la eficiencia de la fotosíntesis, proceso que a lo largo de la evolución de las plantas ha
adquirido la capacidad de fijar del orden del 1 por ciento de la radiación solar incidente.
proceso
ENERGÍA
industrial;
3899
cultivo; 708
Arriba: Balance energético en la
producción de un litro de bioetanol a
energía del partir de la caña de azúcar. En
etanol; 5610 términos energéticos la energía que
coproductos; se debe de invertir en el cultivo más
3030 la energía del proceso industrial
proceso resultan
Emisiones de CO2
industrial;
1776
La celulosa tiene una estructura lineal o fibrosa (figura 4.6). Los múltiples puentes de hidrógeno
entre los grupos hidroxilo, que se establecen entre distintas cadenas yuxtapuestas de glucosa,
originan fibras compactas de mayores dimensiones denominada microfibrillas que constituyen
la pared celular de las células vegetales. La celulosa es el principal componente de las células de
las plantas y representa aproximadamente el 50 por ciento del peso seco de la madera.
pared celular
Figura 4.6. Composición y
estructura de la pared celular
microfibrilla y estructura de la molécula de
celulosa. Las moléculas de
glucosa se unen entre sí
fibrilla mediante enlaces β-1,4-
glucosídicos dando origen a
cadenas de enorme longitud
O O
con fórmula empírica
O (C6H1005)n, son enormemente
resistentes e insolubles en
agua.
Los procesos anaeróbicos raramente descomponen los anillos aromáticos en tanto que la
descomposición aeróbica de la lignina es muy lenta requiriendo largos periodos de tiempo.
El calcio, acostumbra a ser un elemento de presencia significativa dado su papel en los puentes
de calcio que unen las cadenas pécticas de la pared celular. Por el contrario, la presencia de
nitrógeno y fósforo apenas resulta testimonial. La mayor parte del nitrógeno y fósforo de la
planta se concentra en las raíces finas y en las hojas, los órganos fisiológicamente más activos
de la planta. La concentración de nitrógeno y de fósforo en las hojas puede ser hasta 20 veces
más elevada que en la madera (tabla 4.7).
Dada la relativa escasez de estos elementos en la naturaleza, con frecuencia limitantes para la
producción, que un tejido tan abundante como la madera se pueda construir sin apenas la
intervención de éstos elementos, condujo a Margalef a interpretar la madera como una vía que
utilizan las plantas para aprovechar la capacidad reductora de la fotosíntesis.
Concentración Concentración
n n
g/100g g/100g
CARBONO
Coníferas
Abies alba 49.39 1.41 3 47.26 10.26 22
Pinus halepensis 49.67 1.65 211 52.26 3.97 417
Pinus nigra 50.67 1.50 196 51.90 1.50 276
Pinus pinaster 50.97 1.77 22 50.07 1.24 33
Pinus pinea 50.78 1.2 39 50.06 1.15 63
Pinus sylvestris 50.56 1.73 310 51.26 3.11 392
Pinus uncinata 50.30 3.05 41 51.25 1.91 95
Frondosas
Castanea sativa 48.42 2.46 24 48.83 1.00 21
Fagus sylvatica 48.59 1.39 44 48.23 1.88 38
Populus nigra 48.30 0.25 3 45.96 1.24 3
Quercus petraea 48.40 0.52 14 48.28 1.08 12
Quercus suber 47.16 1.66 67 49.65 2.18 111
NITRÓGENO
Coníferas
Abies alba 0.10 0.03 3 1.06 0.30 22
Pinus halepensis 0.11 0.06 212 1.19 0.23 417
Pinus nigra 0.11 0.04 196 1.00 0.16 276
Pinus pinaster 0.09 0.05 22 1.00 0.31 33
Pinus pinea 0.09 0.04 39 1.17 0.21 63
Pinus sylvestris 0.10 0.04 314 1.26 0.23 392
Pinus uncinata 0.08 0.02 41 1.09 0.19 95
Frondosas
Castanea sativa 0.13 0.05 24 2.22 0.64 21
Fagus sylvatica 0.13 0.05 44 2.32 0.55 38
Populus nigra 0.14 0.07 3 2.34 0.74 3
Quercus petraea 0.14 0.04 14 2.16 0.52 12
Quercus suber 0.28 0.10 67 1.59 0.20 111
FÓSFORO
Coníferas
Abies alba 0.00 0.00 1 0.10 0.04 3
Pinus halepensis 0.00 0.00 169 0.09 0.03 292
Pinus nigra 0.00 0.00 157 0.09 0.02 234
Pinus pinaster 0.01 0.01 21 0.07 0.04 19
Pinus pinea 0.01 0.01 38 0.08 0.03 46
Pinus sylvestris 0.00 0.00 232 0.11 0.03 322
Pinus uncinata 0.00 0.00 24 0.10 0.02 48
Frondosas
Castanea sativa 0.01 0.01 24 0.19 0.09 19
Fagus sylvatica 0.01 0.01 43 0.15 0.07 25
Populus nigra 0.01 0.01 3 0.13 -- 1
Quercus petraea 0.01 0.00 14 0.18 0.06 7
Quercus suber 0.05 0.04 68 0.12 0.04 67
(Pimentel and Patzek 2005) han analizado el costo energético de producir bioetanol a partir de
la madera. El etanol se obtiene convirtiendo enzimáticamente la celulosa de la madera en
glucosa, la hemicelulosa en xilosa y fermentando ambos azúcares para obtener etanol. El etanol
resultante tiene una concentración de, aproximadamente el 8 por ciento, similar al que se
obtiene a partir del almidón del maíz o de la sacarosa de la caña de azúcar. Análogamente, este
etanol se destila hasta alcanzar una concentración del 95%, proceso que requiere 4560
kilocalorías por cada litro de etanol obtenido.
La cantidad de madera necesaria para producir una cantidad determinada de etanol varía
considerablemente según las técnicas industriales aplicadas. (Badger 2002) calcula el
rendimiento de etanol que puede obtenerse partiendo de celulosa y hemicelulosa. Un kg de
madera contiene el 45 por ciento de su peso en celulosa y un 30 por ciento de hemicelulosa que,
en teoría, pueden transformarse en etanol con una eficiencia del 51 por ciento (ver el caso del
maíz). La cantidad teórica de etanol que podría obtenerse de cada kg de madera seca vendría
dada por 1000 g x (0.45+0.30) x 0.51= 382 gramos de etanol, con lo que para obtener 1000
litros de etanol (=787 kg) se requieren poco más de 2000 kg de madera.
La etapa inicial del procesado de la madera consiste en su trituración para obtener pelets que
resultan mucho más fáciles de transportar y de almacenar que la madera talada. (Theka and
Obernbergera 2004) han analizado el costo de producir pelets bajo diferentes escenarios
La producción de 1000 litros de etanol, que contienen 5 millones de kcal, supone un consumo
de energía de 13 millones de kilocalorías con lo que también en este caso, la producción de
etanol es negativa en términos energéticos. En términos de balance de CO2, los 1000 litros de
bioetanol pueden reemplazar a unos 550 litros de gasolina. La combustión de esta gasolina
supone unas emisiones de 1.5 toneladas de CO2 mientras que la producción de los 1000 litros de
etanol supone unas emisiones cercanas a las 4 toneladas con lo que concluimos que, el balance
de la producción de etanol a partir de la celulosa y hemicelulosa de la madera, resulta
enormemente deficitario.
kcal/1000
PROCESADO INDUSTRIAL (1000 l) litros
Costo del cultivo para producir 1000 litros de etanol 75641 23
Semillas (o MP) para producir 1000 l de etanol (kg) 3942
Transporte (a):
Peso de grano y etanol final (kg) 4942
Distancia de transporte en camión (km) 500 544367 163
Transporte en barco (solo el etanol) (km) (f) 3000 260220 78
Planta de producción (kcal/l de etanol) (g) 7.0 6984 2
Combustible para la tala de madera (l) (n) 39.4 335749 101
Trituración de la madera (o) 3941.6 7094884 2128
Ácido sulfúrico (p) 118.0 472000 142
Agua (15 l/l de etanol) (litros) (h) 25000 10000 3
Destilación del etanol (litros) (i) 16000 1430793 429
Concentración al 99.5% (kcal/l) (j) 9 9000 3
Electricidad (kwh) (k) 666 1726272 518
Depuración de aguas residuales (kg de DBO) (l) 20 207360 62
TOTAL procesado industrial: 12097629 3629
TOTAL GENERAL (kcal/1000 l de etanol): 12173270 3652
Energía del bioetanol: 5609736 1683
Rendimiento: 0.46 0.46
Productos secundarios:
Coproductos (kg) (m) 907 4523414
Energía total (bioetanol+Coproductos): 10133150
Rendimiento final: 0.83
litros de bioetanol equiv a 1l de gasolina 1.52 5545
Emisiones de CO2 del bioetanol respecto del gasoil 2.17
Considerandolas emisiones por la extraccion y refinado
del petróleo (2.8 kg de CO2/l de gasolina) 1.98
Notas a pié de tabla: ver las notas de la tabla 4.2.
Los resultados de producir etanol a partir de maíz, caña de azúcar y restos de tala de madera se
comparan en la tabla 4.9. Hemos visto que la fracción de radiación solar incidente que
aprovecha un cultivo a través de la fotosíntesis es muy baja y se sitúa alrededor del 1 por ciento.
El etanol resultante al final del proceso productivo recupera, en el caso de la caña tan solo un
0.23 por ciento. El cultivo de los azúcares requiere la inversión de considerables cantidades de
energía en forma de fertilizantes, irrigación, transporte, maquinaria movida con combustibles,
etc. La fermentación microbiana de los carbohidratos obtenidos origina etanol que, en promedio,
alcanza una concentración del 8 por ciento. Este etanol se debe concentrar mediante un proceso
de destilación que requiere ingentes cantidades de energía dado que el volumen de agua es 15
veces superior al de etanol. Además el producto final se debe de desulfurar y deshidratar para
eliminar restos de compuestos que podrían afectar al buen funcionamiento de los motores. La
energía invertida por cada litro de etanol producido es menor en la caña de azúcar, algo más
elevada en el caso del maíz y crece considerablemente en el caso de la madera. En todo caso, el
litro de etanol producido contiene 5600 kcal con lo que resulta evidente que incluso la energía
que requiere la caña de azúcar que es de 4600 kilocalorías por litro de etanol producido, supone
una fracción muy elevada que llega a ser prohibitiva en el caso de la madera ya que se requiere
invertir 12173 calorías, es decir más del doble de la energía que se recupera con el etanol final.
En la producción de etanol se originan otros productos secundarios, que hemos denominado
genéricamente coproductos. No debe de perderse de vista que esta utilización no es gratuita ya
que un uso alternativo consiste en devolverlos al campo retornando una parte de los nutrientes.
Su utilización en otras aplicaciones obliga a aumentar la dosis de fertilizantes lo que conlleva un
coste energético y de emisiones de CO2 asociado. Si se toma en consideración la energía
contenida en estos coproductos además de la energía del etanol, el balance mejora notablemente.
La energía recuperada en el caso del maíz es 1.90 veces la energía invertida, 1.88 en el caso del
girasol pero en el caso de la madera el valor de 0.83 nos indica que se recupera un 17 por ciento
menos de energía de la que se invierte.
Estos aportes de energía llevan asociada una emisión de CO2 que se acerca o supera a las
emisiones que supuestamente reducen los biocombustibles. En todos los casos hemos
comparado las emisiones de la producción del etanol con las emisiones que produce la
utilización de un litro de gasolina incluidas las emisiones estimadas en el proceso de
exploración de yacimientos, extracción, transporte y refinado. A los 2500 g de CO2 que se
emiten a la atmósfera en la combustión de un litro de gasolina se suman 300 g/l más emitidos en
su obtención. La reducción de emisiones de CO2 que supone substituir un litro de gasolina fósil
por bioetanol de maíz es de 152 gramos, resulta bastante más favorable en el caso del bioetanol
de caña de azúcar (644 g) y claramente deficitaria con el bioetanol de madera cuyas emisiones
duplican a las de la propia gasolina.
ENERGÍA proceso
industrial;
12098
Emisiones de CO2
proceso
industrial; Abajo: Las emisiones de CO2 que se
5511 producen en el cultivo más las que se
producen en el proceso industrial
resultan ligeramente inferiores a las
de la gasolina que puede substituir el
cultivo; 34 bioetanol con lo que el balance de
gasolina; emisiones de CO2 resulta positivo.
2555 Se emite algo menos CO2 a la
atmósfera en la producción de
bioetanol que con el uso de la propia
gasolina fósil convencional.