Jesyreth Corredor, Nº Carnet: 1510332 y Nahir Teixeira, Nº 1511411
Petróleo y hegemonía en Venezuela. Miguel Lacabana.
(…)1989-1998: EL AVANCE NEOLIBERAL, EL RETROCESO POPULAR Y EL FIN DEL POLICLASISMO: Durante este tiempo el proyecto nacional que se tenía desaparece y aparece un nuevo sentido común que viene dado por el desplazamiento del Estado por el mercado y por la intensidad del individuo en tener libertad para formar su vida. Los sectores dominantes no habían podido formar un partido de derecha que fuera su representante, sin embargo, algunos medios de comunicación e instituciones apoyaban la muestra de realidad y la deslegitimación del Estado y el sistema político. En este proceso participan las burocracias y tecnocracias internacionales, por esto se dice que esta ideología viene de centros de poder extranjero, porque son los tecnócratas los que imponen el nuevo sentido común del modelo neoliberal. Por otra parte, este proceso también genera conflictos: la nueva visión genera discordancias en el partido AD, y entre sectores que tienen ideologías contrarias, se producen enfrentamientos dentro de la CTV y de la misma con el gobierno, desempleo y se ve afectado el ingreso real, distintas protestas, entre otros. Todos estos factores fueron los causantes de que no se formara una hegemonía. En 1988 Carlos Andrés Pérez gana las elecciones en medio de la aspiración a un futuro mejor pero también de una crisis económica (desempleo, inflación, etc.). Hubo grandes expectativas creadas por la campaña electoral, pero se vieron afectadas con el ajusto económico de corte neoliberal en 1989. Esta imposición del nuevo sentido común individualista basado en el mercado se llamó el Gran Viraje y acarreó consecuencias que afectaron el poder adquisitivo de los venezolanos (liberalización de precios, aumento de gasolina y transporte, etc.) y esto se tradujo en frustración y rebelión. Las altas expectativas que se tenían van desapareciendo y resulta una “explosión anárquica que solo condujo a una fuerte represión de los sectores populares urbanos”; López Maya afirma: “acentuación de la deslegitimación y descomposición del sistema de partidos y el sindicalismo, incapacidad para resolver la crisis económica, renuencia de los actores a reformarse más la corrupción llevaron al Caracazo”. Con el caracazo se empieza una época de inestabilidad política que atraviesa Venezuela: se intentan dos golpes de Estado (1992), sale Pérez (1993), decaen los partidos económicos tradicionales cuando gana Caldera (1994); también hubo protestas populares y huelgas por la desconfianza que había en los mecanismos corporativos. Se superó este impacto y el gobierno y la tecnocracia pusieron en marcha la apertura económica y el ajuste estructural (incluyendo privatización de empresas públicas), y estos cambios dieron lugar a conflictos. Con esta apertura el sector industrial se expuso a la competencia externa que no se pudo sostener en la no-política industrial que practicaba el Estado (no debía intervenir). Se produjo un proceso de desindustrialización por la apertura externa sin control, la caída de la demanda, el incremento de las tasas de interés y los incentivos que buscaban inversiones en sectores no transables. Estas medidas beneficiaron a la burguesía comercial importadora, y pusieron al sector bancario en una posición dominante. Por otro lado, el sector industrial y agrícola no tenía privilegios y dejo de ser rentable. En esta apertura destaca la apertura petrolera que conllevo al regreso de las trasnacionales y a la reprivatización de la industria petrolera, además, el Estado perdió poder en el control de esta industria y disminuyeron los ingresos petroleros. De esta manera, el capital extranjero tiene papel dominante en nuestra economía. Además, con la crisis bancaria de 1994 se venden bancos estatizados y privados al extranjero, aumenta la fuga de capitales y el Estado para controlarla, impone un control de cambios (1994) y un nuevo ajuste estructural (1996). Estas medidas empeoraron la situación, contribuyeron al disciplinamiento de los asalariados y el ajuste se volvió un ajuste del mercado laboral: no había seguridad social, caída de ingresos y desigualdad en los mismos, y en general, situaciones de vulnerabilidad y exclusión laboral y social. La pobreza se extendió y se hizo más fuerte y había gran desigualdad y exclusión política, social, económica y simbólica (las elites dejaron por fuera a los sectores populares). Hubo más ajustes que desarticularon el sistema de dominación y se redujo su poder legitimador, la población se radicalizó, y había más desconfianza en los líderes políticos y en el sistema neoliberal, la gente quería una política comprometida con el cambio sociopolítico. Luego, en 1998, gana Hugo Chávez las elecciones presidenciales, con un discurso anti- neoliberal, que prometía a los sectores populares la inclusión política, económica y social que se había desaparecido. 1998-2005: LA NUEVA FASE DE LA LUCHA HEGEMÓNICA Y LA CONSTRUCCIÓN DEL PROYECTO NACIONAL DEMOCRÁTICO-POPULAR Uno de los primeros pasos de esta nueva fase fue la promulgación de la nueva Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999) en la que se anuncia el proyecto nacional, ahora la democracia es participativa; en ella destaca la política nacionalista del petróleo y agua. El chavismo se articula con el pueblo, promueve un discurso anti-neoliberal y populista y actúa en base a eso, lo que le permite contar con el apoyo del pueblo (que es una unidad de múltiples determinaciones, según Portantiero). Chávez durante su campaña apela al pueblo y lo incluye en el discurso político (que no ocurría en los 80’s y principio de los 90’s) como un sujeto popular y política al que se interpela, esto forja el apoyo que recibe Chávez, además de su condición popular. Se puede decir que Venezuela presenta un Estado democrático popular (distribucionista y con aspiraciones desarrollistas), que se opone al neoliberalismo. El apoyo al Estado proviene de los sectores populares, que ven una reintegración colectiva social. Hay un recambio de elites y los sectores dominantes tienen que adaptarse, esto se considera un disciplinamiento de la burguesía por los sectores populares que son quienes tienen el papel fundamental en este proyecto y que lo defienden. La oposición de este proyecto no logra formar una estructura sólida y los viejos intelectuales de sectores dominantes no tienen una estrategia política. Los viejos partidos políticos pierden su protagonismo en la política y en algunos casos, desaparecen. No obstante, se hace notable la formación de un “bloque de derecha”, integrado por empresarios e intelectuales, que no tienen poder de convocatoria, pero si una amplia cobertura mediática. De esta manera, aún hay una lucha hegemónica, y no se ha logrado una nueva hegemonía. A pesar de haber un nuevo bloque histórico, este pareciera excluir sectores medios. Lo que se busca es un sendero de acumulación basado en el petróleo y en sus precios altos. Se desarrollan sectores burgueses nacionales, y se impulsan pequeñas empresas. En los cambios destaca el petróleo como el factor de desarrollo social y territorial y también la partición social, se busca crear nuevas relaciones del Estado con los ciudadanos. Si se quisiera construir un plan de desarrollo alternativo, se tendrían que tener claras las oportunidades, los limites y los efectos que el mismo tendría y se debe interpelar al Estado y a la nueva clase política desde una democracia participativa (que caracteriza a este sistema).