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Costa Rica implementa su mayor reforma laboral en 70 años

A partir del martes 25 de julio, las relaciones laborales entre empleados y patronos no volverán a
ser iguales que antes.

Esa es la fecha para la entrada en vigencia de la Reforma Procesal Laboral: un texto de


transformaciones al Código de Trabajo (publicado por primera vez en 1943) que tardó casi 20 años
en cristalizarse. La entrada en Reclutamiento: Los carteles de "se busca colaborador de 18 a 25
años para trabajar en tienda" o las preguntas sobre el estado civil de un postulante a un trabajo
son discriminatorias y le pueden llevar a un proceso judicial. Revise que las cuestiones y elementos
que aplica en sus entrevistas de trabajo se limiten exclusivamente al tema laboral.

Un patrono puede recibir multas si un juez determina que se aplicaron prácticas que impidieron
que una persona se contratara, debido a motivos de discriminación. Estas multas pueden ser de 8
a 11 salarios base de un oficinista I del Poder Judicial.

Para aplicar la entrevista, es necesario que el patrono tenga perfiles objetivos elaborados por la
competencia y experiencia que se requiere. Se debe registrar que las contrataciones se ajustan a
esos parámetros. Los manuales de puestos deben ser ajustados y es recomendable que capacite a
los encargados del reclutamiento y que –si contrata a una empresa reclutadora– revise sus
procesos.

LEA: Reforma procesal laboral ampliará potestades de jueces

Un contrato debe incluir la fecha de inicio de la relación, la antigüedad laboral, el puesto que va a
desempeñar la persona contratada, las características de los trabajos, el tipo de trabajo y la
duración que va a tener. Esto es clave, pues el empleador debe tener prueba de ello en un juicio.

Durante el período de trabajo

A partir de este martes, la extensa mayoría de los trabajadores costarricenses (aquellos cuyo
último ingreso o actual no supere los dos salarios base de un auxiliar administrativo –
aproximadamente ¢902.000–) van a poder disponer de un defensor público que los acompañe
para la defensa de sus derechos ante los empleadores. Eso, a juicio del tercer poder de la
República, judicializará –aún más– los procesos laborales, pero se implementan procesos
sumarísimos que pretenden tardar pocas semanas o meses para resolver los conflictos.
Además, los trabajadores pueden agruparse y, si logran llegar a un arbitraje (para el que el
empleador y los empleados deben estar de acuerdo), pueden acceder a un árbitro del Ministerio
de Trabajo, que será costeado por el Estado.

Para los patronos, la recomendación clave es informarse y documentar –en la medida de lo


posible– todos sus procesos internos, para algún eventual conflicto.

vigencia de esta reforma implica la derogatoria de 16 artículos, incorporación de otros 89 y la


reforma de casi la mitad del documento original vigente hasta el momento.

Esa transformación será, quizás, la más significativa hecha en materia laboral desde la creación del
propio Código.

Para la mayoría de trabajadores –individualmente–, implica la posibilidad de tener asistencia legal


costeada para el Estado para la tutela de sus derechos en conflictos jurídicos individuales. Si se
agrupan, el Estado también puede costear un arbitraje con el patrono para la resolución de
conflictos colectivos.

También implica la incorporación de diversas vías expeditas judiciales, para las conciliaciones y
para los arbitrajes, que pretenden agilizar la resolución de conflictos.

Abogados públicos para trabajadores. Se estima que entre el 80% y el 90% de los trabajadores
costarricenses podrían acceder a un defensor público para la defensa de sus derechos laborales.
El Patronato Nacional de la Infancia (PANI) tendrá que asumir la defensa de los trabajadores
menores de edad y de las madres trabajadoras.

LEA: Reforma procesal laboral presenta retos y riesgos para los gerentes

El arbitraje colectivo en el Ministerio de Trabajo va a ser gratuito para los grupos de trabajadores.
Este tipo de proceso solo aplica si las personas contratadas y los empleadores están dispuestos a
acudir a este.

A diferencia de una conciliación, un árbitro escucha las partes y es él quien toma una decisión
final. Según la reglamentación del Ministerio de Trabajo, un arbitraje podría durar un máximo de
entre cuatro y seis meses, en casos de alta complejidad. En los que no haya sindicato, o este sea
pequeño, se podrá hacer una votación entre las personas trabajadoras, que se realizará por la
Dirección Nacional de Inspección del Ministerio de Trabajo.
No se permite la huelga en los servicios públicos esenciales. Sin embargo, en los casos de
prohibición absoluta de acudir a la huelga en los servicios esenciales, la Reforma abre la
posibilidad del arbitraje y la conciliación. El arbitraje se realizaría por la vía judicial.

Los trabajadores están obligados a buscar previamente la conciliación antes de irse a huelga. De lo
contrario, el proceso puede declararse como ilegal y los trabajadores pueden exponerse a
despidos. Los procesos de conciliación se realizarían en el Ministerio de Trabajo.

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