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20 de junio: Día de la Bandera Argentina

Comunidad educativa, nos reunimos para celebrar el Día de la Bandera Nacional.


En este día, se conmemora la muerte de uno de los padres de nuestra patria,
Manuel Belgrano. Fue el creador de nuestra Bandera Nacional y luchó por la
independencia de nuestro país.

Recibimos a nuestra enseña patria portada por los alumnos: .........

Entonamos el Himno Nacional

Belgrano fue, también, uno de los más notables economistas argentinos, precursor
del periodismo nacional, impulsor de la educación popular, la industria nacional y
la justicia social, entre otras muchas cosas. Las ideas innovadoras de Belgrano
quedarán reflejadas en sus informes anuales del Consulado.

Repasamos la biografía del creador de nuestra insignia patria.

Manuel Belgrano nació en Buenos Aires el 3 de junio de 1770. El joven Belgrano


estudió en el Colegio de San Carlos y luego en las Universidades de Salamanca y
Valladolid (España). En 1793 Belgrano se recibió de abogado y ese mismo año, ya
en Buenos Aires, fue designado a los 23 años como primer secretario del
Consulado. Desde allí se propuso fomentar la educación y capacitar a la gente para
que aprendiera oficios y pudiera aplicarlos en beneficio del país. Creó escuelas de
Dibujo, de Matemáticas y Náutica. En 1806 durante las invasiones inglesas, se
incorporó a las milicias criollas para defender la ciudad. A partir de entonces,
compartirá su pasión por la política y la economía con una carrera militar que no lo
entusiasmaba demasiado. Pensaba que podía ser más útil aplicando sus amplios
conocimientos económicos y políticos. Cumplió un rol protagónico en la
Revolución de Mayo y fue nombrado vocal. Se le encomendó la expedición al
Paraguay. En su transcurso creó la bandera el 27 de febrero de 1812. En el Norte
encabezó el heroico éxodo del pueblo jujeño y logró las grandes victorias de
Tucumán (24-9-1812) y Salta (20-2-1813). Luego vendrán las derrotas de
Vilcapugio (1-10-1813) y Ayohuma (14-11-1813) y su retiro del Ejército del Norte.
En 1816 participará activamente en el Congreso de Tucumán.

Como premio por los triunfos de Tucumán y Salta, la Asamblea del Año XIII le
otorgó a Belgrano 40.000 pesos oro. Don Manuel lo destinará a la construcción de
cuatro escuelas públicas ubicadas en Tarija, Jujuy, Tucumán y Santiago del Estero.
Belgrano redactó además un moderno reglamento para estas escuelas que decía,
por ejemplo, en su artículo primero que el maestro de escuela debe ser bien
remunerado por ser su tarea de las más importantes de las que se puedan ejercer.
Pero lamentablemente, el dinero donado por Belgrano fue destinado por el
Triunvirato y los gobiernos sucesivos a otras cosas y las escuelas nunca se
construyeron.
Belgrano murió en la pobreza total el 20 de junio de 1820 en una Buenos Aires
asolada por la guerra civil que llegó a tener ese día tres gobernadores distintos.
Sólo un diario, El Despertador Teofilantrópico se ocupó de la muerte de Belgrano.
Para los demás no fue noticia.

Hacemos referencia a la batalla de Salta donde Belgrano enarbola por primera vez
la bandera celeste y blanca por él creada y triunfa contra los realistas:

El 20 de febrero de 1813 tuvo lugar la Batalla de Salta, donde se enfrentaron las


fuerzas patriotas del Ejército del Norte, al mando del general Manuel Belgrano, y las
realistas, conducidas por el general Pío Tristán. La contienda, que se desarrolló en los
campos de Castañares, se decidió a favor de las tropas patriotas.

Belgrano ya se había impuesto sobre el general peruano en Tucumán el 24 de


septiembre de 1812. Pero en esta oportunidad, las tropas patriotas combatían por
primera vez enarbolando la bandera celeste y blanca. Una semana antes del
combate, el 13 de febrero, Belgrano había hecho jurar la bandera en el Río Pasaje,
luego denominado Juramento, y en nota a la Asamblea expresaba sobre el
trascendental episodio: “Yo no puedo manifestar a V.E. cuánto ha sido el regocijo de
las tropas y demás individuos que siguen este ejército: una recíproca felicitación de
todos por considerarse ya revestidos con el carácter de hombres libres, y las más
ardientes y reiteradas protestas de morir antes de volver a ser esclavos, han sido las
expresiones comunes con que han celebrado tan feliz nueva y que deben afianzar las
esperanzas de cimentar, muy en breve, el gran edificio de nuestra libertad civil”.

Tras la victoria de Salta, “el padre de la patria” garantizó a los vencidos su libertad
siempre que juraran no volver a empuñar las armas contra las Provincias Unidas del
Río de la Plata, un gesto de magnanimidad que le granjeó no pocas críticas del
gobierno, a las que Belgrano aludiría con grandeza en carta a Feliciano Chiclana:
“Siempre se divierten los que están lejos de las balas, y no ven la sangre de sus
hermanos, ni oyen los clamores de los infelices heridos; también son ésos los más a
propósito para criticar las determinaciones de los jefes: por fortuna, dan conmigo
que me río de todo, y que hago lo que me dictan la razón, la justicia, y la prudencia, y
no busco glorias sino la unión de los americanos y la prosperidad de la Patria”.

En este día tan especial recordamos también a Martín Miguel de Güemes, prócer
salteño, quien junto a sus infernales –los gauchos de Güemes- defendió hasta el
último día de su vida la frontera norte para que San Martín cumpliera su epopeya
americana.

Conociendo nuestros próceres nacionales y reconociéndonos en ellos, despedimos


la bandera entonando su canción.

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